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1- La "Ceremonia del Sacrificio" era aparentemente el centro de la liturgia


Mochica y se celebró a todo lo largo de su territorio,.

Tenemos testimonio de la existencia de la ceremonia desde Pañamarca en


el Valle de Nepeña, donde encontramos un mural con la Sacerdotisa
llevando la "Copa del Sacrificio", hasta Sipán en el valle de Lambayeque,
donde Walter Alva ha excavado la tumba del que parece ser el Dios
Supremo que recibía y bebía la sangre de los prisioneros. 2 Las tumbas de
Sipán son particularmente importantes los objetos encontrados demostraron
claramente que existió realmente tal y como es representada en el arte
3
mochica.

El sacrificio humano es el ritual más venerado de la sociedad mochica, pues


sus propios miembros eran sacrificados por otros miembros en función de
su clase social. Los sacrificios humanos despeñaban dos funciones
culturales fundamentales: constituir una ofrenda a la divinidad y servir de
castigo ejemplarizante para aterrar a los enemigos. Estos explica la gran
variedad de escenas de sacrificios humanos que están presentes en el arte
mochica y son realizadas por diferentes clases de la sociedad moche +

A) SACRIFICIO DE GUERREROS

Esta ceremonia que apareció en la fase IV de la cultura mochica formaba


parte de un complejo y elaborado ritual, que se iniciaría con la batalla ritual
o de conquista con el fin de capturar prisioneros. 4 Los vencidos eran
despojados de sus armas, vestimentas y orejeras y eran amarrados con una
soga al cuello y maniatados. El vencedor agarraba la soga y forzaba al
prisionero a caminar delante de él hasta un lugar donde eran procesador
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por individuos de alto rango.

1 ALVA, Walter; B.DONNAN, Christopher, Tumbas reales de Sipán, Fowler Museum of Cultural History.
Universidad de California, Los Ángeles, 1993, p. 226
2 ALVA, Walter; B.DONNAN, Christopher, Tumbas reales de Sipán, Fowler Museum of Cultural History.
Universidad de California, Los Ángeles, 1993, p. 226
3 ALVA, Walter; B.DONNAN, Ibidem, p. 223

4 CAROD-ALTAR, F.J., VÁZQUEZ-CABRERA C.B. Semillas psicoactivas sagradas y


sacrificios rituales en la cultura Moche, REV NEUROL 2007; 44: 43-50, p. 46 y 47
5 ALVA, Walter; B.DONNAN, Op. cit., p.131
Durante la ceremonia seles ejecutaba, cortándoles el cuello con un tumi o
cuchillo ceremonial (fig.3. parte central inferior y derecha). La sangre era
recogida en una copa y mezclada con semillas sagradas (ulluchy y hamalas)
, que tenían un cierto efecto anticoagulante. A continuación, una
sacerdotisa llevaba la sangre del sacrificado y la presentaba ante un
personaje de alto rango, probablemente el gobernador o el señor sacerdote
moche, quien o bien bebía la sangre (fig 3. registro superior) o bien se vertía
el contenido de la copa sobre la tierra a modo de ofrenda ritual. El acto de
entrega de la sangre suponía un acto simbólico y ritual de culto a la
fertilidad agrícola y humana, para asegurar buenas cosechas y el
crecimiento de la población. 6

Fig 3. La ceremonia del sacrificio

La figura 3 es una de las representaciones más complejas de la ceremonia


del sacrificio. En la parte superior encontramos al Sacerdote Guerrero, que
sostiene una copa y lleva un caso cónico con ornamento en forma de luna
creciente, nariguera y orejeras. A la derecha está el sacerdote pájaro, con
rostro de ave y cuerpo de persona. A la derecha está la sacerdotisa, quien
lleva un vestido y un tocado con dos prominentes penachos y otro
sacerdote, con un complejo tocado de metal laminado que acaba en un
abanico de plumas. En el registro inferior, se está cortando el cuello a unos
prisioneros desnudos y a la izquierda, hay una litera de rayos que servía de
transporte al Sacerdote Guerrero. De los remates del poste cuelgan cabezas
humanas y un felino está echado delante del asiento.

6 CAROD-ALTAR, F.J., VÁZQUEZ-CABRERA C.B, .Ibidem , p. 46 y 47


En este ritual, estaban representadas todas las clases sociales. Los cuerpos
eran entonces desmembrados, se les quitaban las cabezas, manos y pies y
se amarraban con sogas para crear trofeos. Esta forma de sacrificio parece
ser una imitación del modo en que mata el puma, que es mordiendo el
cuello de su víctima y aprovechando más la sangre que la carne. Esta
similitud parece responder a la asociación de la clase guerrera con el puma,
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señor de las montañas.

D) Sacrificio de por despeñamiento en la montaña

La representación del sacrificio de la Montaña comenzó en la llamada fase


III (250-450 d.C.) de la cultura moche. La relación de los moche con los
cerros y montañas sagradas es intrínseca a la cultura andina.
Probablemente, la insistencia iconográfica señala el sacrificio por
despeñamientos se realizó en un lugar particular de la montaña, cerca de un
rio y delante de una numerosa asistencia; y consistía en hacer que algunos
hombres se despeñasen cerró abajo. Estos cuerpos son a menudo
representados en la base de la cerámica, justo después de la caída.

El estudio de las representaciones del sacrificio de la montaña realizado por


el antropólogo Ari Zighleboim en 1995 sugiere que tal vez fuera realizado en
el Cerro Blanco por su situación cercana a Huaca de la Luna, un gran centro
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de culto ceremonial donde se practicaban y al rio moche. Allí se encontró
una plataforma natural con cuatro nichos que podría dar cabida a una
numerosa asistencia y justo encima de un promontorio natural, con lo cual
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sería el lugar idóneo para la ceremonia del sacrificio.

En las cerámicas que muestran este ritual se combinan las figuras


humanas y las divinas. En las representaciones de las escenas de la
montaña, hay una división entre dos mundos. En el superior, es el ámbito
divino: se encuentra el Dios de la montaña (f 2) y unas figuras(3, 4 y 5), con
grandes ojos redondos y enormes bocas que parecen los ancestros.

7 DE BOCK, Edward K., Idem.


8 P.BENSON, Op. cit., p. 107
9 BOURGET, Steve, Sacrifice, violence and ideology among the moche. The rise of social complexity
among Peru, University of Texas Press, Texas (E.E.U.U.), 2016, pp. 26 y 27
En esta cerámica aparece el dios de la montaña sentado sobre una pequeña
plataforma en el lado izquierda y al otro lados aparecen numerosos
individuos de cuyos cabellos fluye un líquido, que simboliza el agua
descendiendo de los Andes y que llena los ríos y los canales de irrigación.
Algunos antropólogos piensan que éste sería un sacrificio propiciatorio
ejecutado al inicio de la estación de las lluvias para asegurarse la
abundancia de las cosechas y conseguir el agua de las montañas, para
mantener el sistema de irrigación de los moche en una zona tan desértica.
El agua de los Andes sería una sustancia vital de los ancestros, una parte de
ellos mismos que se liberaría a cambio de la sangre distribuida por la
comunidad en los sacrificios.
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En algunas representaciones del sacrificio de la montaña, aparecen la


representación de las víctimas siendo despeñadas. Una representación
curiosa es la que muestra a un caracol, que aparece frecuentemente
representado en la cerámica moche. Este animal era muy apreciado en la
alimentación de los mochicas como alimento exclusivo.

10 BOURGET, Steve, Sacrifice, violence and ideology among the moche. The rise of social complexity
among Peru, University of Texas Press, Texas (E.E.U.U.), 2016, pp. 26 y 27

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