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Robert-Alain de Beaugrande Wolfgang Ulrich Dressler Introduccion. oa la lingtistica del texto Version espaiola y estudio preliminar de SEBASTIAN BONILLA “Beditorial Ariel SA Barcelona CaritTuLo I NOCIONES BASICAS 1, He aqui seis muestras de Jenguaje que comparten algunos ras- gos y difieren en otros: {1} NINOS JUGANDO DESPACIO {2] Duérmete nifio, duérmete ya, que viene cl coco y te comerd [3] A sus veinte afios de edad, Willie B. es un teleadiclo intransigente. Odia las noticias y los programas de entrevistas, pero es un fandtico aficionado de los partidos de fitbol. Se pone tan nervioso cuando in- terrumpen con anuncios la retransmisién de un partido que incluso a veees le pega puietazos al telévisor. Un amigo suyo dice que se comporta como «un nifo pequcios. Willie.B. es el unico gorila del zoo de Auanta, El pasado mes de diciembre un representante de Ten- nessce TV se enteré de la solitaria vida que Neva Willie B. y le regalo un tclevisor para que Ie hiciera compaffa. {4] En una zona del desierto de Nueva México se alzaba un enorme cohe- te V-2 de color amarillo y negro de 14 metros de altura. Vacio pesa- ba cinco tonchidas, Llevaba como combustible ocho toncladas de al- cohol y oxigeno If{quido. Todo estaba preparado para el lanzamiento. Los militares y los cientificos se habian parapetado detras de unos 1, Los ejemplos [11 y (21 sen de dominio pi ef 22 de encro de 1979 ile a revista Time, El cjemplo (4] aparece en McCall y Crabbs (1961): este ejem- pacha sido nity utilizado despuds én otros trabajos (véase Ia nota 16 en ef captiite ¥ rande, 19KOG ¥ ¢, LAK y Simon y Chester, 1979). Eb ejemplo [S} procede de House at Pooh Comer de Mil- fe (1928: 44 y 55.). El poemia [61 es un soncio deb amor oscure de Federico Garcia Loren. Estos ejem. plos serdn tratados a Jo largo det Jibro: (1] en 1.4.6 ¥ 19-21; (2) en 1.10; (3 en VIE21-28; [4] en 11.26, 1V.7-10, 24, 29, V.29-39; Si en vi. 29-31; y (6) en VIT29-42. 34 G5] (6) INTRODUCTION A LA LINGUISTICA . : monitculos de terra, a cierta distancia del ipgenio. Dos destellos ro- jos anunciaren la inminencia del Janzamiento. De pronto, con una > gran lamarada y un fuerte estruendo, el enorme cohete ascendié pri- mere lentamente y luego cada vez mas de prisa. Iba dejando una es- tela de llamaradas amarilias de unos 20 metros de largo, En un ins- (ante, la Namarada parecfa una estrella amarilla. En pocos segundos, se habfa alejado tanto que ni siquiera podia vislumbrarse; el radar se- gufa su trayectoria a medida que ascendfa a una velocidad cercana a los 200 kil6metros por hora, Minutes después del lanzamiento, cl pi- lata de un avi6n de vigilancia lo vio regresar. Atervizé a unos 64 ki- lametros del punto de partida. HerracumpP frelantidudose}: jJa, jo! PicLet {distrvatdamentic): Tra-la-la, wa-la-la, Herracume (sorprendide y no lo suficientemente seguro de st mismo): iJo, jo! Prover (aids clistrafdanenie atin}: Tu-tu-tu, tu-tu-tu. HereaLume {iba @ decir de nuevo «jo, jo», pero le da un repeutito cta- que de tos): J... fiose)... ¢@Qué pasa aqui? PicLet (sorprendido); jHola! Mira, he hecho una trampa y estoy espe- rando que caiga en ella un heffahimp. SlEPFALUMP (colt eviderte desaprobacion): (Vaya! (Después de un large silencio} ¢Estds seguro dc lo que dices? PIGLET: SI. HEFFALUM?: |Vaya! (Nendoso} Yo... yo creta que era una trampa que habia hecho yo mismo para cazar un piglet. Piccer (sorprendida): jOh, no! HEFFaLume: jOh! {Er tone conciliador} Puede..., puede que yo me haya equivocado. Pictet: Me terno que sf. (Cortésimente) Lo siento fer tono burlesco). Herracume: Bueno, bueno, bueno. Supongo que ser4 mejor que me vaya, PIGLET (descitidadanieite): Te vas? Bien, si por casualidad ves por ahi a Christopher Robin, gpuedes decirle que lo estoy buscando? HEFFALUMP favisioso por quedar diet): {Desde luego! {Desde lucgo! fhuye a toda velocidad). EL POETA FIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA Amor de mis cntrafas, viva muerte, en vano espero iu palabra escrita y pienso, con fa flor que se marchila, quc si vivo sin mf quiero perderte. EI aire cs Inmorial, La-piedrainerte. - ai conoce In sombra ni la evita. Corazén interior no necesita la miel helada que la buna vierte. NOCIONES BASICAS 7635 Pero yo te sufri, Rasgué mis venas, ligre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas, Liena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura. 2.. Todos los ejemplos anteriores son TEXTOS Usados en SITUACIO- NES pIscuRSIVAS, diferentes. El hecho de que estos textos puedan utili- zarse de diversas maneras indica que pertenecen a TIPOS DE TEXTO dis- tintos: [1], sefal de trafico; [2], cancion de cuna; [3], articulo perio- distico; [4], fragmento de artfculo cientifico; [5], conversacién entre dos participantes que inlercambian el turno de habla; y [6], poema. Pa- rece razonable exigir a una ciencta cel iexto que sea capaz. de descri- bir o de explicar tanto los rasgos que comparten como las diferencias que separan unos lipos de texio de otros, De igual manera, una cien- cia del texto deberia hacer explicito qué normas han de cumplir los textos, cémo se procucen y cémo se realiza su recepcién, de qué ma- nera los usan los hablantes en el marco de una situacién comunicati- va determinada, ete. Las palabras y oraciones que aparecen litcral- Mmenie en un texto son indicaciones interesanies que ha de lener muy en cuenta e] analisia, pero no reproducen la totalidad de lo que se esta comunicando, por lo que si en nuestro analisis nos limitdsemos a ellas nunca podriames ofrecer una descripcién completa de cémo funciona un texto. Y precisamente el problema mds apremiante que ha de re- solverse es cémo FUNCIONAN los textos en Ja INTERACCION comunicativa {\ 3. Un TEXTO €5 Un ACONTECIMIENTO COMUNICATIVG que cumple sic- _le normas de TEXTUALIDAD. Si un texto no salisface alguna de esas nor+ ‘mas entonces no puede considerarse que ese texto sea comunical ‘Por consiguiente, los textos que no sean comunicativos no pueden analizarse come si fueran textos genuinos (véase ITI.8). En este capt- tulo se esbozan las siete normas de textualidad de una manera infor- mal y, mds adelante, se dedica un capfiulo aparte a profundizar en © cada una de ellas. 4. La primera norma de textualidad es la conESION. La cohesién ! establece tas diferentes posibilidades en que pueden conectarse entre st dentro de una secvencia los componentes de la SUPERFICIE TEXTUAL, es decir, las palabras que realmente se escuchan o se leen.2 Los compo- 2. La esupeit al ne us, dvade hicgo, un sraierial eu Brive coampuesio por sonides 0 mai- cas impresas, Su oxistencia presupone que las expresiones lingiw(sticas que la componen han snle pre- sentadas par alguien en Ja internccidn y cl receptor ha logrado identificarlas, La cuestién que plantea el onfoque procedimental es cémo se produce realmente esa identificacién. Sobre este tema puede con- suharse Selleidge y Neisser (1960); Sperling (1960), Neisser (1967), Crawder y Morten (1969). Woods es ad (1976), Rumelhart (19774) vy Walker (od) (1978). a | 36 INTRODUCTION A LA LINGUISTICA nenies que integran la superficie textual dependen unos de otros con- forme a unas Convenciones y a unas formalidades gramaticales deter- minadas, de manera que la cohesién descansa sobre DEPENDENCIAS GRAMATICALES. Tal como han seflalado con frecucncia los lingdistas, las secuencias superliciales de un texto no se pueden reorganizar de un modo radicalmente distinto al originario sin que ello cause alleracio- nes significativas en ese texte. Por ejeniplo, seria absurdo modificar cl ejemplo [ft] de la manera siguiente [!a} sucaNpo DESPACIO NINOS y pedir luego a las autoridades perlinentes que lo adoplen como texto en una sefial de trafico. La serie de palabras [la] es tan inconexa que los conductores apenas entenderian una sefial con esas caracter(sticas, debido, obviamente, a que se han deteriorado las dependencias gra- maticales inseritas en su superficie texiual, y ésias son las principales indicaciones que permiten entender el significado y el uso de las pa; labras que aparecen en el texto. Todos los procedimientos que sirven para marcar relaciones entre los elementos superficiales de un texto se incluyen en el concepto de COoHESION.3 5. Adviértase que ec} ejemplo original ty NINQS, JUGANDO DESPACIO podria interpretarse de diversas maneras. Del hecho de que los ‘niiios’ estén ‘jugando despacio™ podrian deyivarse algunas conchusiones nada favorabtes sobre la capacidad fisica o ta inteligencia de esos nifios. Sin embargo, la inierpretacién mas natural aconseja segmentar el texto en dos partes (‘nifios jugando’, por un Jado, y ‘despacio’, por otro), dedu- ciendo a continuacién que los conductores han de aminorar la velaci- dad de sus vehiculos para evitar poner en peligro la vida de los niftos que juegan en las inmediaciones. Una ciencia del texto no sélo ha de 3. Eltéemino «cohesiéns fue divigade par Halliday y mds tarde por su esposa Hasan (véase fla- Miday, (964, Eason, 1968, y Ualliday y Hasan, 1976). Cotdjese también con el uso de esia nociéa en Crymes (1968), Hanweg (1968), Palek (1968), Flobbs (1976) y Webber (1978). Actvidrinse que la zacién que se hace en este manual del términe «cohesidny es extremadamente amplic. puesto que in- sluve talas los medios de scAslizacién de dependencias texuiales superficiales (confréntese con (alki- clay, 1964: 303). 4 Los ejemplos lingulsticos se enmarcarin entye comiltas simples. Para otros tipas de ejemplos se usardn Ins comitlas angulares, NOCIONES BASICAS 37 explicar cémo es posible que se produzcan AMBIGUEDADES de este lipo en Ja superficie textual, sino que también ha de aclarar cémo los ha- blantes vesielven, de hecho, la mayor parte de estas ambigilecladles sin ninguna dificultad. En la interpretaci6n de un texto, como puede ver- se, la superficie textual no es decisiva en si misma; para conseguir que la comunicacién sea eficaz ha de existir INTERACCION entre la cohesion y las otras normas de textuandad Wéage Tif4y> “6: La segunda norma de textualidad es la foneRenciay La_cohe- rencia regula la posibilidad de que sean accesibles entre sf e interac-_ tuen de un modg relevanie> los compaifenteés ‘del’ MUNDO TEXTUAL, es de- it, la Configuracién de los GONGEPTOS y de las RELACIONES que srbya- ceit bajo la superficie del texto. Un CONCEPTO.¢s una estrucluracién dé conocimientos (0 contenidos cognitivos) que e! hablante puede activar © recuperar en su mente con mayor o menor unidad y congruencia (véase V.4 y ss,). Las RELACIQNES son los VINCULOS que se establecen en- tre los conceplos que aparecen reunidos en un mundo textual deler- minado: cada vinculo recibe una denominacién segdn los conceptos que conecte. Por ejemplo, en ‘nifios jugando’, ‘nifios’ es un concepto objeto y ‘jugando’ es un conceplo accién. Que se pueda establecer una relacién mental entre ambos conceptos se debe a que los ‘nifios’ son los agentes de la accidn ‘jugar’ (véase V.26[b)). En ocasiones, aunque no siempre, las relaciones no se eslablecen en el texto de un modo Ex- PLicITO, eslo.es, no Se ACTIVAN direclamente a través de las expresiones que aparecen en la superficie textual (véase V.4). Para suplir esta ca- vencia de indicaciones explicitas los hablantes suelen aventurar hipé- tesis acerca dle ta existencia latente de tantns relaciones como sean ne- cesarias para dar sentido al texto desde el inicio. Asf, por ejemplo, en ausencia de otras pistas, en la sefal de trafico (t], ‘despacio’ tiene mas séntido si se enliende como «cantidad de movimiento» que como un salribulos asociado con ‘nifios’. 7. El tipo de relaciones que se incluyen bajo la denominacién de“? CAUSALIDAD®_ejemplifi un /modo, pacticularmente claro en. qué consiste Ja coheren aciones de causalidad regulan la mane- + ra en que una siluacién o un acontecimienle iffluye'en las condidio- Tes que han de darse para que ocurra otro acontecimiento. En un ®jemple como'el siguientes: “7°” u soe 5. Sobre la coherencin, vénse Marweg (1966), Karttunen (1968), Bellert (1970), Ven Dijk (19720. 1977a), Kintseh £1974) y Beaugrande (19800). La «coherencias se ha confundido o megclalo a menu- do con Is scohysi¢n; ne obstanty, parece indispensable esiablecer una distincién ehire Is conectivi- dad superficial y la conectividad del contenido subyacente ivéase Widdowson, 1973, Coulthard, 1977, § Reaugrande, 1980), : 6. Pusden encuntrarse dyscripciones sobre Ia causalidad diferentes pero compatibles con In nuet- wa en Schawk (1975) y Wilke (119726) En IV.46 sc mencionan algunos amarcauoress que sefalin la causalidad. - " 38 INTRODUCCION A LA LINGUISTICA 4 [7] Se cayd de un tercer piso y se rompié una pierna _ el acontecimiento ‘caida’ es la causa del acontecimiento ‘rotura’, pues to que el primero ha creado las ‘condiciones necesarias para que se diera a continuacién el segundo. En el ejemplo siguiente, por el con- trario, se aplica un tipo de causalidad mas débil: [8] Maria del Campo cocins un deliciose pastel de chocolate. Horas des- puds, Marfa del Mar robé cl pastel y se lo comié con sus amigas. En este caso, la accién de Maria del Campo ha creado Jas condi-, ciones suficientes, pero no inecesarias, para que Maria del Mar pudieral! lievar a cabo su accidén (es decir, la ha heche pasible, aunque no obli-} gatoria); a esta relacién se le lama PostBILIDAD. 8, Las relaciones conceptuales mencionadas no agotan todos los lipos de causalidad. En un ejemplo como el siguiente: [9] No gana mas dinero porque (rabaja pocas horas la primera accidn no es la causa o lo que hace posible que suceda ia segunda, sino que ‘no gana mas dinero’ es indudablemente un resul- tado predecible y razonable de ‘trabaja pocas horas’. Cuando una acy cidn es el resultado esperable de un acontecimiento previo, la relacién que se establece entre esa accién y el aconlecimiento se denomina Ra- zon. En resumen: que alguien se caiga de un tercer piso es la causa (y no lo que hace posible o la razén) de que se rompa una pierna; que alguien haga un pastel hace posible (pero no es la causa ni la razén) que aiguien lo robe; que alguien irabaje poco es la razén (y no la cau- sa ni lo que lo hace posible) de que gane poco dinero (véase Wilks, 1977b: 235 y ss.). 9. Aun hay otra relacién distinta a la de causa, la posibilidad y la razén, como puede apreciarse en e] ejemplo siguiente: (10] La abuela fue a la alacena para darle un hueso a su perro La primera accién de la abuela (dirigirse a la alacena) hace posi- ble la segunda (darle un hueso al perro), pero existe una diferencia muy importante entre los ejemplos [8] y [10]: en [10] el agente tiene un PLAN, mientras que en [8] el agente no hizo su pastel para que se Jo Hevara un ladrén. Cuando se pianea intencionadamente que suce- da un acontecimiento 8 a partir de la concrecién de un aconteci- mienlo anterior A, se considera que ¢] acontecimiento B posee un PROPOSITO. NOCIONES BASICAS "39 10, Otra manera de observar los acontecimientos_o_las situacio- nes es desde el punlo de vista de su ordenacién en af TIEMPOn La cau. - sa, la posibilidad y la razon se caracterizan por su direccianalidad pro- gresiva, esto es, e) primer acontecimiento es la causa, hace posible o proporciona la razén para que suceda el acontecimiento posterion En cambio, el propdésito se caracteriza por su direccionalidad regresiva, es decir, Ja accién posterior conlleva el propdsito que ha movido la realizacién cle la accién anterior. Las relaciones temparales pueden Ile- gar a ser muy complejas, dependiendo de Ja manera en que se orcle- nen las aeciones, los acontecimientos 0 jas situaciones implicadas en ellas. En el ejemplo siguiente: [11] Cuando fue a coger un yogur, vio que Ia nevera estaba vacia nueslro conocimiento estereatipado del mundo nos indica que la ac- cién A ‘ir a coger un yogur sucedié con posteriovidad a la accién B ‘acercarse a Ja nevera’ (la accién B marca el Ifmile terminal de la ac- cién B), pero también nos indica que la accién A sucedidé al mismo tiempo que la accién C ‘ver la nevera vacia’. La relacién dle pROXIMIDAD TEMPORAL quc puede darse entre dos acontecimientos distintes se can- cretard de maneras diferentes, segitn los limites establecicdos entre Jas - acciones que compongan esos acontecimientos.? 11, La seccién V.25 y ss. se reservan para una exposicién sobre otras relaciones de coherencia. No obstante, hemos de sefialar que nos estamos moviendo siempre entre consideraciones que van mas alla del texto, entendido ésie en un sentido restringido como aquello que se ha dicho o se ha escrito de un modo explicito. De ello se deduce clara- mente que la coherencia no es un simple rasgo que aparezca en los textos, sine que se trata mas bien de un producto de los procesos cog- nitives pueslos en funcionamiento por jos usuarios de los textos. La simple yuxtaposicién de acontecimientos y de siluaciones en un lexto activa operaciones que generan relaciones de coherencia, Puede ad- vertirse ese efecto en el ejemplo siguiente: (2] Dudrmete nifo, duérmete ya, que viene gl coco y te comer En e] texio se sefialan de un modo explicito una serie de acciones Cdormir’, ‘venir’ y ‘comer’); las Gnicas relaciones que se establecen en- tre cada accién son las de AGENTE (‘coco’) y ENTIDAD AFECTADA (‘niiio’} {acerca de estos términos, véase V.26 y ss.). Aunque sea simplemente 7. En I¥.47 se analizan algunos marcadores que indican proximidad temparal. Sobre las fromte- TAS entve acamecimientgs, vdase 111.24. . ee ban, La intencionalidad se refiere a la actitud del producter textual; 40 INTRODUCCION & LA LINGUISTICA en virtud de la configuracién verbal, es probable que cualquier re- ceptor textual suponga que las acciones descritas intentan ser una pis- la de la CARACTERIZACION de los agentes (atinque no se dice en ningun momento que el nie no quiere dormir y que ef coco se come a log. nifios que no duermen), Esta aperacién de enriquecimiento de] mun- do textual mediante Ia aportacidén del propio conocimiento del mundo que realiza el receptor se denomina HACER INFERENCIAS (véase V.32 | y ss.) ” 12. El fenémeno de In coherencia puede ser también atth para perfitar mejor algunas caractertsticas que deberfa reunir una ciencia del texto sdlicdamente fundamentada sobre la idea de que el texto es una forma de actividad humana. Un texto no tiene sentido par st mis- ae ane sence mo, sino gracias a la interaccién que™se’ establece entre el _comaci MIENTO PRESENTADO EN ELTEXTO ¥ el CONOCIMIENTO DEL MUNDO ALMACE- NADO EN LA MEMORIA de ‘los ‘iriterlocutores (véase Petdfi, 1974, y y 1X.24- 40). De este plantéamiento se deduce que los lingitistas textuales han de cocperar con los psicéiogos cognitivisias en la explaracién de cues- tiones bdsicas para ambas disciplinas, camo por ejemplo el problema del senticdo® de un texto. Otra conclusién que puede cerivarse de lo cx- puesto hasta aqui es que las teorfas y los métodas que se utilicen en ja investigacién no han de ser DETERMINISTICOS sino, por el conirario, pronanttisticos, es decir, deberan aclarar no lo que sucede siempre sine, por el contrario, lo que sticede normatmente. Bien es verdad que hablanies diferentes pueden inferir sentidos ligeramente clistintos en Ja interpretacién de un mismo texto. No obstante, no cabe la menor duda de que el asentielo del texto» es una propiedad bastante estable: la mayor parie de los hablantes pueden ponerse de acuerdo sin pro- blemas en cudl es e] contenido de un texto, puesto que normalmente realizan unas operaciones de interpretacidn similares (véase V.1).- ~ 13. Tanio fa cohesién como ta coherencia son nociones centra ctas en el texto que designan operaciones enfocadas hacia los mate vinles lextuales. Ademias de éstas, se necesitan otro lipo de nocione centradas en el usuario que expliquen con mayor amplitud el fun cionamiento de la actividad comunicativa en la que estén implicados tante los productores conjo los receptores de textos. Un ejemplo de ese lipo de nociones es la tercera norma de lextualidad: la IwTENCIONALI- que una serie de secuencias oracionales constituya un texte cohesio-| nado y coherente es una consecucncia del cumpiimiente de las inten, ciones del productor (transmitir conocimiento o alcanzar una META ¢s+ &. En V.1 se distingtte entre ssignificados, entendide como Ia capacidad que tenen las expresio- nes lingsisticns para sev significanies, y esentidos, entendide como el candcimiento que realmente transmiten las expresiones que aparecen en fos textes. NOCIONES BASICAS 41 pecifica dentro de un PLAN)? Bien es verdad que —en algun grado al menos— puede considerarse que, en sf mismas, la cohesién y In co- herencia son metas operativas que si no se aleanzan podrian bloquear la consecucién de otras metas discursivas. No obstante, como sucede de manera nolovia en la conversacién esponténea, los recepteres prac- lican habitualmente cierla TOLERANCIA hacia producciones lingdfsticas de sus interloculores que diffcilmente pueden considerarse como cohesionadas y coherentes (véase VI.2 y ss.). Una estructura relati- vamente confusa como la siguiente (documentada en Coulthard, 1977; 72): (12] Bien, gdénde... en qué parte de la ciudad vives? no proveca trastornos en la comunicacién, pues aunque la meta se- cundaria de mantener la cohesién no se cumpla por completo, el ha- blante consigue alcanzar su meta principal: enterarse de Ja direccién de su interlocutor. Ahora bien, tamb es cierto que_siel- habiante se obstina jercamente en producir Wn TExt@-Sin_ ¢ enlonces ese texto puede perder buena parte de su “ine ¥ 58), por lo “que. la relacién comunicativa con el receptor también puede deteriorarse ‘eomple(amente,__. | 14. La cuatla’forma de lextualidad es ld { ACEFTAHILIDAD,| La acep- labilidad_se_vefiere ala Actitud del receptor: una ‘una serié de Secuencias que Constituyan un texto cohesignade y coherente es aceptable para un determinado receptor si éste percibe que tiene alguna relevancia por ejemplo, porque le sirve para adquirir conocimientos nuevos o porque le permite cooperar con su interloculor en Ja cansecucidén de una meta discursiva determinada.!9 Esta actitud receptora es, en ulti- fa instancia, la responsable de factores tales camo el tipo de texto, la situacién social o cullural y la deseabilidad de las metas que preten- den alcanzar los hablantes. En este sentido, podria interpretarse que una _de las metas propias del receptor textual es el mantenimiento de a cohesién y la coherencia, puesto que tiene la potestad de tolerar Jas imperfecciones formales” “que presenta el materlat fextual hasia_ donde” 9. Se ha discivide macho acerca de Ia sintenclonatidads, pero ne se ha Megado a ninguna con- clusidn delinitiva. No obstante. pueden consultarse las publicaciones siguientes, em las que se trabaja con ¢ste concepto: Wiinderlich (1971), Figrmann (1976), Bruce {1977}, Van Dijk (19774), Schlesinger (1977), Cohen (1978), MeCalla (1978), Wilensky (1978q), Allen (1979) y Beaugrande (19754 yf, 19802) (dase tambidn V1.6). Advigrtase que quien prodyce un texte no tiene por qué ser el miisme que lo pre- senta, par ejemplo on et case de Ya alusion textual (1.12) este fenémeno puede incluirse bajo la na- “élén de Intertextublidad Laceren de [a parodia, vtase 1.22). 10, Sobre Ia aceprobilidad, pucde consultarse Quirk y Svaitwik (1966) » Greenbaum fed } (1977). Sobre ta aceptacién de les nfetas discursivas de los otros participantes, véate Cohen (1978), McCalla (197%) y Allen (1979), « . ‘ 42 INTRODUCCION A LA LINGUISTICA sus propios intereses se lo aconsejen. En este mismo sentido, la ope ‘yaci6n dé WACER: INFERENCIAS Meneionada en 1.11 demuestra de un modo contundente cémo los receptores apoyan el mantenimiento d la coherencia mediante la realizacién de sus propias contribuciones a \ sentido del texto, 1S. Siel receptor minimiza su grado de aceplabilidad, el prace- so comtunicalivo puede deteriorarse. Si el receptor cuestiona la acep- tabilidad de lo que dice el hablante, cuando la intencién de éste ha sido en realidad ser claro y comprensible, el hablante puede conside- rarfo como una sefial de que el receptor no quiere cooperar en el man- tenimiento de la conversacién o en que ésta transcurra de un modo habitual. Véase el ejemplo siguiente (Dickens, {947: 774): (13) —-Lo que necesitamos, sefar, es pruebar esto. —Se dice probar, schior Weller, probar —dijo Pett. —Bueno, sefior —replicd bruscamente el sefior Weller—, pruebar y probar es lo mismu, poce mas 6 menos; si usted no entiende lo que quiero decir, sefor, estoy seguro de que ya encontraré quien me en- tienda. —Noa se enfade, por favar, sefior Weller —-dijo Pell mansamente. 16. En ocasiones, cl productor textual especula con la actitud de aceptabilidad de sus receptores, presentando textos que exigen que éste se esfuerce si quiere dotarlos de sentido. Por ejemplo, la Compa- fia Telefonica Bell advierte a sus abonados: (14] Lhimenos antes de cavar una zanja. Probablemente no pucda tele- fonearnos después La Compafia Telefonica Bell invita a que sus abonados infieran que cuando se excava una zanja se corre el peligro de cortar un cable telefOnico soterrado y, en consecuencia, puede averiarse la instalacidn para Hamar por teléfono no sélo a la Compafifa Telefonica para que arregie la averfa, sino incluso para insultar a quienes pusieron ahf ese cable o para recibir la llamada del jefe en la que nos despide par co- meler una negligencia profesional. Resulta curioso que [14] sea una versién mis efectiva del mensaje que cualquier otra que, como [14a], sea mas explicita (en el sentido que se expone en J.6): {14a} Lidmenos antes de cavar una zanja. Cabe ln posibilidad de que haya un cable soterrado. Si usted rompe ese cable, se quedard sin servi- cio telefonico, por no mencionar que pucde recibir adem4s una (uerte descarga eléctrica. En cuatquicra de estos casos, usicd no pa- dia telefonearnos, NOCIONES BASICAS 43 Parece ser que al receptor se le persuade con mayor facilidadt si se le obliga a que reulice un esfuerzo aportando conocimicnte adicional para entender el contenido del texto: de esa manera se crea Ja ifusién subjetiva de que el propio receptor, en alguna medida al menos, ha enunciado el texto. El cjempio [14] cs mAs informative que el ejem- plo [ida] debiclo a un factor que constiluye la norma de textualiclad que se tratard a continuacién. 17. La quinta norma de lextualidad es 25 la IyFORMATIVINSDS. La in- formatividad sirve para evaluar as. at qeananniten: InforTHaCion Go. texto son predecibles o inesperadas,!! si transmiten informacién co- “necidta_o_novedasay La aririAacio a telelo- féarnos’ és miicho mas sorprendente en el escueto ejemplo [14] que en el [14a], donde se presenta, después de una prolija argumentacion, como una conclusién légica. Procesar secuencias con un alto nivel dé informatiyidad requiere realizar un esfuerzo mayor que proccsar sc- cuéncias con un bajo nivel de informatividad, pero por e] contyario también suele ser tna actividad mucho mds interesante. No obslante, el productor textual ha de ser cuidadoso y evilar que la tarea de pro- cesamiento que ha de realizar el receptor no sea tan ardua como para que se ponga en peligro la comunicacién. 18. Cualquier texto es, en alguna medida al menos, informativo, El problema no radica en qué medida la forma y el contenido de un texto sean predecibles, puesto que, en cualquier caso, siempre habra alguna serie de secuencias que no puedan preverse. Con loda proba- bilidad, un_nivel especialmente bajo de informatividad puede pert bar, causfir fastidio ¢ incluso pi el echazo del fexto. Tamese en consideracién fa secuencia que abre un tipico manual cientifico:!2 [15] El mar es agua El hecho que se afirma aqui es tan conocido por todos que no vale la pena enunciarlo en un libro cientifico. Nadie duda de que [15] sea un texto cohesionado y coherente, y que, como tal, inducablemiente in- tente ser un texto aceptable. Sin embargo, se trata en realidad de un texto con muy poco interés para sus receptores puesto que es mini- mamente informative. Ahora bien, cuando se accede a su continua- cién, el texto va adquiriendo una mayor entidad: 11, Sobre’ Ia informatividad, puede consuharse Shannon (1951), Weltner (1984). Grimes (1975), Loft y Loftus (1976), Groeben (1978) y Beaugrande (19785, 1980a). Véase tambien el ca- pluilo-VIL. 12, Con este cnuncindo comienza el libro de Chanslor (1967: 9). Paca un andlisis mAs profundo del fragmento véase Beaugrande (19785) 44 ENTRODUCCION A LA LINGUISTICA {15a]) El mar es agua tnicamenic en el sentido de que el agua cs la sus- tancia predaminante en su composicién. En realidad, cl agua es una mezcla de sales y gases que, ademas, contiene una cantidad enorme de organismas vivos... a afirmacién de un hecho obvio en el ejemplo [15] funciona como punto de partida a partir del cual se pueden realizar a continuacién afirmaciones con un grado mas elevado de informatividad. La expre- sién ‘en realidad’ que aparece en la superticie textual de [15a] sefiata gue la relacién entre ‘mar’ y ‘agua’ (véase V.26[1]) no es, en absoluto, rigurosa, La refulacién de una creencia estereotipada eleva el nivel de informatividad del fragmento en que aparece (véase VIT.16). 19, La sexta norma de textualidad es la SITUACIONALIDAD) La si-’ tuacionalidad se refiere a los factores que hacen que ui texio sea Re- LEVANTE en la siruactOn en la que aparece;!? ya se vio anter iormente | que la seftal de trafico (1) NINOS JUGANBO DESPACTO podia interpretarse de diversas maneras, pero la interpretacién mas probable era bastante obvia, La [acilidad con que los hablantes pue- den decidir semejantes cuestiones se debe a la influencia de la situa- cién en la que se presenta el lexto, En el caso dei] ejemplo [1], la sefial esiA emplazada en una localizacién en la que cierta clase de recepto- res, llamados conductores, probablemente esperan que Ja sefial se re- fiera a un determinado tipo de accion, cuyo cumplimiento o desobe- dicncia puede afectarles. Parece razonable suponer que ‘despacio’ ba de entenderse como un requerimienlo para reducir la velocidad, mas que come un anuncio acerca de las capacidades fisieas o mentales de las nifios. En ese mismo contexto, los peatones entenderan que el tex- to de Ja sefial no es relevante para ellos, porque su velocidad de mar- cha no puede poner cn peligro a nadie. Todo ello demuestra que el sentido y el usa de ese texto se ha decidido por medio de Ja situacién en la que aparece. 20. La situacionalidad puede afectar inchisa a los medios de coq hesién. Por un lado, una versién de) texto similar a Ja siguiente: La ssiluacionalidad= ha recibitto uri Walomiente mis adecundo cn disciplinas conve la sneii Hica y Ja etnometoualogia que en Ia propia Tingd(stica. Pucden consullarse los articulos reuni- sen Gunpers y Hymes eds.) (1972) y Bauman y Scherzer (eds.) (1974). Ditimar (1976) ofrece ue panorama global de la sociolingulatica.

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