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Según el DANE, en el tercer trimestre de 2017, el Agro creció un 7,1% siendo una de las actividades con
mayor crecimiento durante el año.
Archivo / EL TIEMPO
01 de febrero 2018, 05:36 p.m.
Según la gobernación de Antioquia, en los últimos 10 años se han perdido el 20 por ciento de los campesinos
de la región según el censo agropecuario del país.
Buscando fortalecer el agro, el Gobierno Nacional socializó en el Carmen de Viboral el programa El Agro
Exporta, un programa que desarrollará 29 proyectos con impacto en 200 municipios de 18 departamentos
del país, 70 de ellos en Zonas Más Afectadas por el Conflicto (Zomac).
El programa, desarrollado por MinAgricultura y MinComercio, lidera una estrategia con gremios,
asociaciones de productores y empresas privadas para impactar en todos los eslabones de ocho sectores con
potencial exportador, como son: cacao, aguacate, mango, piña, piscicultura, carne bovina, lácteos y palma.
“Si alguna deuda tiene Colombia es con los campesinos, y es una que lleva más de 100 años y con este
programa comenzaremos a pagarles”, expresó el gobernador de Antioquia, Luis Pérez.
Y es que en Antioquia, uno de cada tres municipios se beneficiará de esta alianza. La inversión en el
territorio será de 15.000 millones de pesos e impactará en 40 municipios de Antioquia.
Si alguna deuda tiene Colombia es con los campesinos, y es una que lleva más de 100 años y con este
programa comenzaremos a pagarles.
De esos, 24 están ubicados en Zomac: Abejorral, Apartadó, Caucasia, Cáceres, Carepa, Cocorná,
Chigorodó, Guarne, El Bagre, El Retiro, Jardín, Nariño, Necloclí, Puerto Berrío, Remedios, San Carlos,
San Rafael, San Vicente, Sonsón, Taraza, Turbo, Urrao, Valdivia, Vegachí, Yalí, Yolombo y Yondó.
“La iniciativa busca mejorar la calidad, productividad y comercialización del cacao, aguacate Hass, lácteos,
carne bovina y tilapia de cerca de 1.260 agricultores del departamento para que puedan llegar a mercados
como Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea”, indicó el Programa de Transformación Productiva,
(PTP).
De los 29 proyectos de la Alianza, 5 se realizarán en tierras antioqueñas beneficiando a 1.260 agricultores
del departamento que llevarán sus productos a mercados como internacionales.
Cultivar, una apuesta en la que se arriesga mucho
En el agro, cada cultivo es como una nueva apuesta en la que están en juego la inversión.
Según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, “el 30 % del territorio en el país está subutilizado o
sobreutilizado".
Oswaldo Rivas / Reuters
24 de enero 2018 , 06:18 p.m.
“En el agro, así como un día se gana, en otro se pierde”. Esta es la frase que en reiteradas ocasiones le he
escuchado a un hermano agrónomo, pero no lograba entenderla. Solo cuatro años después, y luego de vivir
en carne propia las dificultades que se pueden enfrentar, comprendo esa afirmación.
Pero antes de embarcarme en esa aventura creía que tenía mucho que ganar y poco que perder. Y llegué a
pensar: ‘¿Cómo no me iba a ir bien si en la familia había un agrónomo y un maestro pensionado con el
tiempo suficiente para administrar un cultivo, y ambos me llevaban años luz de experiencia? Uno me iba a
prestar la asistencia técnica, el otro y mi madre eran los socios en ese emprendimiento.
En el primer intento, por cierto moderado, apenas se logró recuperar la plata invertida. El segundo y el
tercero no fueron nada mal y me mantuvieron en alto el entusiasmo. El cuarto intento fue con todos los
fierros, como diría un agricultor. Se hizo una inversión adicional en un sistema de riego, para no estar
prendiéndole velas a San Pedro. Pero cuando llegó la hora de cosechar, los precios habían sufrido una caída
histórica. Lo irónico era que en la central mayorista el mismo producto costaba tres o casi cuatro veces más,
y los consumidores solo tuvieron una leve reducción. Eso fue un aterrizaje forzoso.
En el agro, cada cultivo es como una nueva apuesta en la que están en juego la inversión y hasta el
patrimonio de la familia. Si no es el clima –muy variable, por cierto–, es una plaga o un hongo o un error
durante la aplicación de algún insumo, o que estos últimos se encarecieron. Si al final se logran sortear esos
riesgos, aparece entonces la incertidumbre del precio, el cual no lo establece el productor, sino que depende
de si en ese momento está ingresando al país alguna importación o, como viene sucediendo desde finales
de 2016, se presenta una mayor producción interna.
En el caso de que todo salga bien, por supuesto que las utilidades están lejos de parecerse al premio gordo
de una lotería, ni eso le va a cambiar definitivamente la vida. Otra cosa es cuando se pierde. Empiezan los
dolores de cabeza, más si la aventura se ha financiado a través de créditos, que en el sector no son para
pequeños y medianos productores, sino para aquellos que, como dicen popularmente, no los necesitan. Por
fortuna –digo ahora–, cuando lo intenté con una entidad financiera obtuve un contundente “rechazado”. No
tenía suficiente historia en el sector. De lo contrario, estaría hoy lamentando y pensando ‘cómo voy a pagar’.
Por todo esto puedo asegurar que después de cuatro años logré entender la reiterada frase de mi hermano
el agrónomo, y pienso que en el agro hay más riesgos que posibilidades de salir bien librado. Y también me
queda claro que muchos agricultores, a pesar de salir golpeados o apenas sostenerse, persisten porque no
saben más que hacer.
‘Es mejor regalar la cosecha que vender a precios tan bajos’
Campesinos de Medellín, regalaron sus productos, ante las pocas garantías para
comercializarlos.
Los campesinos expresaron que les sale mejor regalar su cosecha que vender los productos a precios tan
bajos que ni siquiera libran los costos de producción.
22 de enero 2018, 06:20 a.m.
Una imagen poco habitual pintó este domingo la vía al Túnel de Occidente, a la altura del corregimiento de
San Cristóbal. Papas, cilantro, espinaca, zanahoria, apio, pepinos, cebolla, entre otras hortalizas estaban
bajo el sol a la vista de los conductores que se movilizaban por la zona, desde las 9 a. m.
A un costado de la vía podían también verse personas aglomeradas. Algunas con manojos de cilantro en la
mano, otras cargando pancartas, unas más sentadas esperando. Todos estaban en el acto simbólico que
lideraron campesinos del corregimiento como protesta contra las pocas garantías que tienen para
comercializar su cosecha.
El mensaje que querían dejar era que es mejor regalar sus productos que venderlos mal, lo que causa que
en muchas ocasiones la producción se pierda. Y por eso, se los dieron gratis a quienes pasaban por allí. Los
agricultores de San Cristóbal expresaron que la iniciativa es un grito desesperado ante situaciones que están
llevando su labor a la extinción.
Los campesinos pidieron políticas que les permitan comercializar sus productos con mayores garantías.
Porque muchas veces se ven a gatas a la hora de obtener los insumos para sembrar. Porque casi siempre les
pagan la cosecha a tan bajos precios que ni siquiera suplen los costos de producción. Porque sienten que
los intermediarios se quedan con todas las ganancias. Y porque están cansados de que sus productos sean
vendidos al consumidor a precios muy por encima de lo que les pagan a ellos.
El ejemplo perfecto está en el cilantro, dijo Jhon Fredy Muñoz, habitante de la vereda La Ilusión de San
Cristóbal, quien explicó que producir un kilo cuesta unos 1.200 pesos. Esa misma cantidad se las compran
a ellos por un valor que oscila entre los 300 y los 1.000 pesos. Sin embargo, al consumidor le venden 200
gramos por 1.000 pesos.
Los campesinos entregaron gratis sus productos a las personas que se movilizaban en sus vehículos por la
vía al Túnel de Occidente.
“La situación se vuelve más grave porque los propietarios de fincas y predios no tenemos cómo ofrecerles
las condiciones mínimas a los agricultores. No nos da para ofrecerles contratos fijos, con prestaciones
sociales, nos toca por jornal día, que en el sector oscila entre los 35.000 y los 38.000 pesos”, agregó el líder
de la protesta.
Hasta horas de la tarde, los campesinos regalaron casi una tonelada de productos, aseguró Muñoz, que
reunieron entre todos. A los conductores les daban manojos de cilantro, cebolla, espinaca. Muchos les
extendieron la mano y escucharon sus consignas. También hubo quienes no abrieron sus ventanas y
siguieron de largo.
Asimismo, desde muy temprano llegaron habitantes del sector cargados de bolsas para que les regalaran
hortalizas. Una de ellas fue Delia Rodríguez, quien también apoyó la protesta simbólica como una forma
de que los campesinos creen conciencia sobre la importancia de valorar su labor. A los de San Cristóbal se
sumaron agricultores del corregimiento de San Sebastián de Palmitas, quienes expresaron que están en las
mismas condiciones.
Otra de las peticiones de los protestantes fue que la administración municipal fortalezca la inversión y las
políticas en beneficio de los agricultores de los corregimientos de la ciudad. De acuerdo con Ángela María
Quiroz, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda Pajarito de San Cristóbal, en 2012
les prometieron un centro de acopio, comercialización y transformación de productos agropecuarios, pero
solo llegaron hasta el nivel de capacitación y seis años después las cosas no han avanzado.
“La institucionalidad piensa que hay que dar cursos y cursos, pero lo que necesitamos es un centro de
comercialización directa. En este sentido, los excedentes del tomate no se botarían, sino que se podrían
convertir en pasta de tomate que hagan las mismas mujeres”, propuso la líder.
La situación se vuelve más grave porque los propietarios de fincas y predios no tenemos cómo ofrecerles
las condiciones mínimas a los agricultores
Sobre el tema, el acalde de Medellín, Federico Gutiérrez, indicó que una de las formas como se apoya a los
campesinos son los 20 mercados campesinos que se hacen en diferentes puntos de la ciudad.
“Hay que generar más oportunidades, en toda la zona de ciudadela de Nuevo Occidente hay que generar
corredores comerciales donde ellos puedan vender sus productos”, dijo el mandatario, quien añadió que el
turismo también es una de las vocaciones de los corregimientos, que debe aprovecharse.
A la alcaldía de Medellín y a otras entidades esta semana los campesinos llevarán la solicitud oficial, que
fue firmada por los asistentes a la protesta de ayer. Buscan que les presten atención y que no solo les ayuden
a consolidar mejores políticas para vender, sino también acciones para tener un distrito de agua que les
ayude a preservarla, así como programas de optimización de los alimentos que producen.
En San Cristóbal no quieren que solo se les mire como zona con gran potencial turístico, sino como un
lugar de gran importancia agrícola para la ciudad.
Universidad Zamorano lanzó nueva maestría sobre agricultura tropical
El programa, bajo modalidad presencial, tiene una duración de dos años.
Relativamente hay pocas universidades agrarias especializadas en Latinoamérica; sin embargo, entre las de
mayor reconocimiento están la Universidad Nacional Agraria La Molina, en Perú; la Escuela Superior de
Agricultura Luiz de Queiroz (ESALQ), en Brasil; la Escuela Agrícola Panamericana, conocida como
Zamorano, en Honduras. En Colombia están la Fundación Universitaria Agraria (Uniagraria) y La Salle.
La educación de la Zamorano se basa en la excelencia académica, emprenderismo, panamericanismo,
aprender haciendo y formación de carácter. Esta ofrece cuatro carreras básicas: Administración de
agronegocios, Agroindustria alimentaria, Agronomía y Ambiente y desarrollo. Estas son optativas por cada
estudiante luego de finalizar el segundo año de educación básico en esta universidad.
El presupuesto para seguros agrarios cayó más del 90 por ciento
Por ahora, es de $ 4.000 millones; sin embargo, tras un petitorio, se esperan más
recursos.
El seguro agropecuario es el instrumento de garantía y sustento del ingreso de los productores ante
alteraciones climáticas y sanitarias.
Bernardo Toloza / Archivo EL TIEMPO
27 de diciembre 2017 , 08:12 p.m.
Casi que de forma simultánea, mientras la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa), de
Estados Unidos, anunciaba la inminente llegada del fenómeno climático de la Niña, la Comisión Nacional
de Crédito Agropecuario (CNCA) determinó reducir a 4.000 millones de pesos el presupuesto asignado al
seguro agropecuario.
En las cuentas del gremio asegurador, Fasecolda, y de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC),
con este presupuesto el sector asegurador solo podría expedir pólizas para beneficiar a 16.000 hectáreas.
Según la propuesta del Gobierno en la CNCA, se asignarán recursos por el monto anotado para el año 2018,
un 91,6 por ciento menos que lo asignado este año.
En el 2016, la resolución 7 de ese año estableció un presupuesto de 54.944 millones de pesos, recursos con
los que se aseguraron 177.906 hectáreas.
En el año 2017, pese a que en un principio se habían destinado 4.000 millones de pesos, la situación se
mejoró notablemente el 25 de agosto, cuando los recursos asignados se incrementaron a 48.000 millones,
que al cierre del año cubren cerca de 165.000 hectáreas sembradas.
Según Fasecolda, en el periodo 2010-2011, caracterizado por graves impactos del fenómeno de la Niña, el
Gobierno colombiano invirtió algo más de cinco billones de pesos para solventar la crisis de los productores
agrarios.
Según los cálculos de una misión del BID y la Cepal, se estimó en casi un billón de pesos las pérdidas de
ingreso de los agricultores en Colombia durante esa ola invernal, como resultado del fenómeno de la Niña
que duró un año completo, de junio del 2010 a mayo del 2011; este se reactivó de nuevo en julio del 2011
y duró hasta marzo del 2012.
“A partir de esto se ratificó la imperiosa necesidad de asegurar las siembras y cosechas como una inversión
destinada a minimizar los riesgos económicos para el estado derivado de catástrofes climáticas y sanitarias”,
destacó el gremio.
El seguro agropecuario es el principal instrumento de garantía y sustento del ingreso de los productores del
campo ante las alteraciones climáticas y sanitarias. Hoy por hoy constituye una de las herramientas para
asegurar que los productores no serán víctimas del cambio climático.
Según el expresidente de la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) Iván Darío Arroyave, el seguro
agropecuario se creó en 1993, coincidiendo con la fundación del Fondo Nacional de Riesgos
Agropecuarios. De esos recursos se subsidia hasta el 80 por ciento del valor de la prima del seguro agrícola
que contratan los productores.
Para el experto, el hecho de que las áreas sembradas carezcan de este tipo de seguros podría ocasionar
pérdidas de más del 90 por ciento en la producción agrícola y pecuaria.
Agro, el que más puso empleos en el país y comercio, el que más restó
El desempleo en octubre se ubicó en 8,6 %, una cifra más alta que la del año pasado.
La cifra de desempleo en este mes se ubicó en 8,6 por ciento, ligeramente más alto que en igual periodo del
año anterior.
30 de noviembre 2017, 07:16 p.m.
El mismo ritmo que tuvo la producción del país, por sectores, se reflejó en la ocupación del país, pues el
agro fue el sector que más aportó empleos nuevos, mientras que el comercio recortó personal.
Esto es lo que se desprende del informe de mercado laboral del Dane, según el cual en el décimo mes del
año el número de personas ocupadas llegó a 23’082.000; es decir, 11.000 menos que en el mismo mes del
año pasado.
La cifra de desempleo en este mes se ubicó en 8,6 por ciento, ligeramente más alto que en igual periodo del
año anterior, cuando este indicador marcó un 8,3 por ciento.
Entre tanto, en el trimestre móvil agosto-octubre, los ocupados sumaron 22’666.000 personas y la mayor
contribución a esta cifra la puso el agro: 0,6 por ciento. A este sector se le debe la creación de 146.000
nuevos en empleos en este trimestre, mientras que la rama en la que entran el comercio, los hoteles y los
restaurantes restó 0,5 por ciento al indicador nacional, al quitar 114.000 puestos de trabajo.
La industria también da señales de recuperación en generación de empleo, pues su contribución, aunque
pequeña, fue positiva para la tasa de ocupación (0,2 por ciento). Esta rama de la economía que ha estado
débil puso 42.000 empleos nuevos. Servicios comunales, sociales y personales y las actividades
inmobiliarias también fueron creadoras de empleo.
En estas zonas, que tradicionalmente son generadoras de empleo, ocurrió algo distinto al total nacional.
Comercio, hoteles y restaurantes y servicios comunales, sociales y personales fueron los que concentraron
el 54,0 por ciento de la ocupación.
En el caso de las áreas rurales y dispersas, donde la tasa de desempleo es más baja (4,7 por ciento en el
trimestre móvil, frente a 4,8 por ciento en igual periodo del año anterior), la población ocupada fue de 5
millones de personas.
También allí el mejor resultado fue de la rama de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca. Esta
concentró el 63,4 por ciento de la población ocupada.
El sector hotelero, de comercio y restaurante también mostró la cara en esas zonas, pues tuvo un crecimiento
del 12,9 por ciento.
Por ciudades, las menores tasas de desempleo se registraron en Santa Marta (8,2 por ciento), Bucaramanga
(8,4 por ciento) y Cartagena (8,4 por ciento). Por el contrario, Cúcuta (14,6 por ciento) Quibdó (14,3 por
ciento), y Armenia (14 por ciento) tuvieron los índices más altos de desempleo.
Entre tanto, la capital del país tuvo una tasa de desempleo, en el trimestre móvil, de 9,3 por ciento, mientras
que en el mismo lapso del 2016 fue de 8,9 por ciento.
En Medellín también aumentó el indicador: de 9,4 por ciento pasó a 10,5 por ciento.
Cabe destacar que en los últimos 12 meses móviles, es decir, de noviembre del 2016 a octubre del 2017, la
tasa de desempleo fue 9,3 por ciento, lo que implica también una ligera subida, pues en el mismo periodo
del año anterior la cifra era de 9,2 por ciento.
Aguaceros dejan pérdidas por más de $5.000 millones en agro del Valle
Las prolongadas y repetidas precipitaciones ponen en riesgo varios cultivos.
Las lluvias, además de dañar cultivos, generaron derrumbes en varias vías principales
03 de enero 2018 , 12:39 p.m.
Las autoridades han advertido que la temporada fría y de lluvias se extendería durante el primer mes del
año en esta región del suroccidente colombiano.
La secretaria de Agricultura del Valle, María Milena Banguero, reportó que hasta ahora se han registrado
286 productores con pérdidas en más de 660 hectáreas del departamento.
Las afectaciones han sido más notorias en municipios como Ginebra, Trujillo y El Águila. Pero también
hay deterioro en Palmira, Tuluá, Buga, El Cerrito y Buenaventura.
Las pérdidas se estiman en 5.336 millones de pesos, en especial, en plátano, banano, café, pastos y
hortalizas. También en cultivos de pancoger y caña.
La alerta se fundamenta en que la Corporación Autónoma Regional del Valle (CVC) ha señalado la llegada
del frente frío desde el Pacífico.
Consternación por la foto de una niña guaraní que bebe de un charco en Argentina
Las críticas del representante de Trump al libre comercio contrastan con la férrea defensa que hace Pekín