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Tierras Comunitarias de Origen en Bolivia

Del: 12 Noviembre 2010

Eduardo Palma Dávalos (*)

En Bolivia, el tema de Tierra y Territorio ha sido en los últimos años causa de divergencias
respecto a cual es la mejor forma de distribución de tierras y de reconocimiento de derechos
territoriales, de manera que este recurso asegure mejores condiciones de vida para la
población que lo habita y permita el abastecimiento de alimentos a la creciente demanda dado
el crecimiento poblacional.
En el centro de las políticas públicas y el debate, se encuentra la distribución de tierras a
pueblos indígenas, tanto de tierras altas como de tierras bajas.
Es necesario hacer énfasis en que la figura de Tierras Comunitarias de Origen (TCO),
inicialmente planteada para pueblos indígenas de tierras bajas, ha adquirido diferente
concepción y aplicación también para pueblos indígenas de tierras altas.
Además que, de acuerdo a la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE) aparece una
nueva figura diferente a las TCO, el Territorio Indígena Originario Campesino (TIOC), que se
define como el territorio ancestral sobre el cual se constituyeron las tierras colectivas o
comunitarias de origen, debidamente consolidadas conforma a ley y que ha adquirido esta
categoría mediante el procedimiento correspondiente ante la autoridad agraria (Artículos 393
al 404, Tierra Y Territorio, NCPE) Estos TIOC adquieren doble carácter, es vista como TCO y
también constituye una unidad territorial donde se podrá establecer un gobierno indígena
originario campesino autónomo.
Las organizaciones comunitarias en la parte occidental y oriental del país presentan marcadas
diferencias en sus modos y tipos de organización, su cultura y la heterogeneidad territorial. Por
todo ello vale preguntarse ¿Cuáles son las características particulares que tiene la adopción
del concepto de TCO, y hoy TIOC, en tierras bajas y en tierras altas?
En tierras bajas, el tema territorial ha sufrido por varios años la ausencia del Estado, en las
TIOC de tierras bajas, pueden observarse propiedades de terceros al interior de las mismas, lo
que podría llevar a problemas de discontinuidad territorial, esta característica hará dificultoso
el pensar cómo se manejará la autonomía indígena originario campesina.
También se incluye el problema de la vecindad de territorios indígenas con tierras que están
ocupadas por colonizadores o trabajadores campesinos, haber incluido la figura de
campesinos dentro la terminología de la TCOamplía el espectro de posibles conflictos.
Conflictos que pueden estar orientados a las prácticas agrícolas tradicionales que manejan
ambos grupos, los indígenas con una visión más integral sobre el uso y aprovechamiento de
su territorio, y los campesinos que generalmente recurren al aparcelamiento de las tierras con
fines agrícolas.
En tierras altas el tema territorial ha sido mucho más controlado y con mayor intervención de
los gobiernos de turno. Los posibles conflictos que se incluyen para tierras bajas tienen poca
probabilidad de presentarse por la visión cultural y tradicional de la tierra en esta parte del
país. Los pueblos originarios de occidente han tenido siempre una mayor vocación
agropecuaria, y gracias a la creación de las TCO se ha logrado evitar de alguna manera el
amplio fraccionamiento que la división de propiedades agrarias estaba ocasionando
Se puede decir que se observa cierto desconocimiento de las características propias de
ambas realidades (tierras altas y bajas). Las relaciones y usos completamente diferentes
sobre el manejo de la tierra e incluso sobre la misma concepción de tierra y territorio, brindan
distintas visiones que no fueron tomadas en cuenta al aplicar las TCO en tierras altas.
Ante este escenario se debería buscar que la delimitación de TIOC sea mejorada y
optimizada, buscando reflejar las propias necesidades y características de los pueblos
indígenas.
Algunas estrategias que pueden aplicarse comprenden una adecuada visión de las realidades
específicas de las comunidades indígenas y del modelo comunal en sus distintas formas. Esta
primera estrategia permitirá garantizar el fortalecimiento de las comunidades campesinas-
indígenas, y evitar su división o fragmentación.
Otra estrategia es la adaptación de las políticas de tierras a las realidades locales, haciendo
una revisión de los antecedentes referidos a los antiguos asentamientos y una cronología
histórica de políticas o prácticas dentro de la distribución de tierras al interior de las estructuras
de los pueblos indígenas de tierras altas y bajas.
Las demandas de titulación de TIOC deberían estar basadas en consensos locales a nivel de
las tierras que lo requieran y soliciten. Es decir, se debería buscar dejar de lado la posible
ingerencia de agentes externos a los mismos pueblos.
Una alternativa en relación a la titulación de TIOC en el occidente del país, es la presencia del
nivel del ayllu andino. Nivel que esta dentro de una cultura, tan antigua como la aymara,
donde existe un capital social que permite un mejor manejo y gestión territorial de dicho
espacio.
Este manejo y gestión territorial, expresados en la gestión de recursos y sistemas productivos,
así como de dinámicas de planificación y administración; tienen que tomar como sustento el
reconocimiento de las variadas y complejas formas de organización social. Dentro esta
necesidad de manejo se deberá considerar los derechos de los indígenas sobre los recursos
renovables y no renovables.
Como se puede observar, el tema de la tenencia de la tierra, relacionada a la propiedad
comunitaria, en la figura de las TIOC, aun tiene algunos vacíos o aspectos que pueden ser
mejorados o analizados con el propósito de representar validamente las características y
necesidades tanto de pueblos indígenas de tierras altas como de tierras bajas. Tanto en
occidente como en oriente la presencia de pueblos indígenas y originarios es ancestral y con
raíces que persisten hasta nuestros días. El reconocimiento adecuado de estas realidades
permitirá que el caso boliviano sea un referente a nivel mundial en relación al tema indígena.
Así como ambos grupos son de larga data, también poseen diferentes percepciones y
maneras de sentir la tierra y el territorio, que deben ser tomadas en cuenta.
El desafío actual es lograr que en ambas regiones del país se logre representar a los pueblos,
respetando costumbres, tradiciones, cultura, cosmovisiones y formas de gobierno.

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