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1. Fundamentación
Boaventura plantea que la Teoría crítica es aquella que no reduce la realidad a lo que existe
(pp 23).
Así el propio autor plantea que “el análisis crítico de lo que existe se asienta en el presupuesto
de que lo que existe no agota las posibilidades de la existencia, y que por lo tanto, hay
alternativas que permiten superar lo que es criticable en lo que existe. La incomodidad, el
inconformismo o la indagación ante lo existente suscita el impulso para teorizar su superación”
(pp 23).
De esta manera, cuando nos enfrentamos con el programa de Sociología a ser dictado en 5°
año, estamos frente a algo que existe, que fue elaborado, entonces un análisis crítico
implica que la existencia de dicho programa no agota las posibilidades de la existencia, por
lo cual es posible y diríamos imprescindible la búsqueda de alternativas a como está
estructurado o reestructurarlo.Ante la posibilidad de construir alternativas, debemos
preguntarnos: ¿de qué lado estamos?
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Sin embargo esta pregunta puede convertirse en una pregunta ilegítima, irrelevante, o sin
respuestas. Para aquellos profesores que creen que esta pregunta es ilegítima o para
aquellos que creen que es irrelevante, consciente o inconscientemente están optando por
aquella postura en dónde se presupone que el rigor metodológico y la utilidad social de la
Sociología admite que se concentre en el análisis de lo que existe y no en las alternativas a
lo que existe. En este caso el programa es lo que existe, por lo tanto esa es la realidad.
Mientras que para aquellos profesores a quiénes les gustaría responder, tomar partido, se
enfrentan a la dificultad de identificar las alternativas con las cuales comprometerse. (De
Souza. pp. 26).
En primer lugar, una posible dificultad consistiría en hacer visibles las teorías implícitas, el
habitus profesional.
Así los profesores como agentes según Bourdieu desarrollan acciones, en la medida que
internalizan el habitus, que es definido como un
Las preguntas que debemos formularnos tiene que ver con la propia conceptualización del
habitus, en la medida que en la práctica docente se construye habitus ¿Es posible que el
agente actúe sin tener en cuenta el habitus? ¿Qué toma en cuenta cuando actúa?
Relación teoría/práctica
La relación teoría práctica es entendida de diferente forma según los diferentes planteos
teóricos.
Desde el enfoque positivista teoría y práctica se las concibe separadas en tanto que la teoría
guía a la práctica convirtiéndose en una “vía orientativa” para dicha práctica.
Esta nueva epistemología entiende que el comportamiento de los seres humanos está
constituido por acciones dotadas de sentido para quienes las realizan, por tanto al observarlas
no podemos considerarlas del mismo modo que los objetos naturales y será imprescindible
considerar el contexto en que se desarrollan.
… las acciones a diferencia del comportamiento de casi todos los objetos, siempre incorporan
las interpretaciones del actor, por ese motivo solo pueden ser entendidas cuando nos hacemos
cargo de los significados que el actor le asigna (…) una de las misiones de la ciencia social
interpretativa consiste en descubrir esos significados” (Carr y Kemmis 1988, pp.103).
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Desde este enfoque no basta con describir la práctica observable de alguien que enseña sino
que es necesario abandonar la superficie para mirar más hondo y encontrarse con las
intenciones del agente y con cómo él interpreta su accionar en el contexto en que ocurre.
Ahora bien, ¿qué sucede con la relación teoría práctica en el posicionamiento interpretativo?
“La teoría social interpretativa ofrece a los individuos la posibilidad de reconsiderar las
creencias y actitudes inherentes a su manera de pensar actual, luego es capaz de ejercer una
influencia práctica. La práctica se modifica cambiando la manera de comprenderla” (Carr y
Kemmis, 1988, pp.106).
En síntesis, podría decirse que esta relación teoría práctica es construida desde la práctica.
Este enfoque al igual que el anterior es pasible de algunas críticas.
Desde un análisis crítico teoría y práctica son concebidas juntas en la medida que se
construyen mutuamente en una relación dialéctica, es decir las teorías son productos de una
actividad práctica al tiempo que toda actividad práctica tiene orientación de alguna teoría.
“El análisis crítico solo es posible cuando lo teórico (el saber organizado) y lo práctico (la
acción organizada) pueden tratarse bajo el prisma de una problemática unificada, abierta a la
reconstrucción dialéctica a través de la reflexión y la revisión” (Carr y Kemmis, 1988, pp. 59).
En esta perspectiva la realidad social no se construye solo por los conceptos, ideas e
interpretaciones de los actores, sino que está condicionada por fuerzas históricas y
condiciones económicas y materiales.
Es más, estas condiciones “estructuran y afectan asimismo a las percepciones y a las ideas de
los individuos, de tal manera que la “realidad” puede resultar percibida de un modo erróneo
como consecuencia de la intervención de los procesos ideológicos. Descubrir esos procesos y
explicar cómo pueden condicionar y limitar la interpretación de la realidad son necesidades
inexcusables”. (Carr y Kemmis, 1988, pp.117).
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2. Objetivos
c. Repensar la concepción del Derecho con la que llegaron al curso y los problemas
epistemológicos vinculados a su enseñabilidad desde tal concepción, abriéndonos en
otras concepciones del Derecho y en el análisis de sus implicancias en las prácticas.
3. Propuesta programática
Porque desde una posición por lo menos alternativa, es necesario pensar en la construcción
de un profesor crítico, tal como lo plantea Beltrán Duarte
Esto no implica que desaparezca la epistemología cotidiana dentro del aula, ya que este es
producto de un proceso de apropiación de objetos culturales, que requiere el desarrollo de un
conjunto de habilidades y herramientas conceptuales específicas adquirido durante la
realización de prácticas culturales gracias a la ayuda de otros participantes en la comunidad
(pp. 77), sino crear nuevas estructuras conceptuales para representarlos, que permitan
desarrollar habilidades académicas.
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Es por esto que es imprescindibles nuevas lecturas del programa para generar un
cambio, cambio que no implica un cambio de lugar en el programa, sino cambios que
afecten los conceptos y su estructura organizativa.
El reto no es por tanto “enganchar esquemas” sino que el profesor propicie tareas
académicas cuyas demandas permitan que el conocimiento implícito del alumno vaya
ganando cotas de explicitud que lo acercan, en cuanto a su formato representacional, al
conocimiento escolar explícito. (pp. 81)
El planteo de una mirada alternativa sobre cómo releer y reorganizar los contenidos
curriculares, tiene que ver con los conocimientos que los profesores poseen. Entonces es
posible preguntarse, de donde surge el conocimiento jurídico disponible que los
profesores de Derecho de nuestro país enseñan.
Importa distinguir entre las teorías a las que adhieren los docentes y las teorías que
emplean. La observación de los docentes en su trabajo muestra una discordancia entre
la teoría que profesan sobre la investigación y sus prácticas docentes. (Young, 1993,
pp.29)
Releer y reorganizar el programa es una tarea compleja, ya que aquellos docentes que lo
intentan suelen encontrarse con los obstáculos antes mencionados, pero además con las
teorías implícitas, que chocan con una mirada alternativa, y mucho más con una mirada
crítica.
El recorrido conceptual establecido para el curso se basa en el planteo realizado por Jorge
Steiman1, cuyo análisis consiste en los siguientes conceptos: Estructura global del curso,
Ejes estructurales, Segmentos de actividades.
a- Ejes estructurantes
Son aquellos que guiarán la propuesta global del curso. He hecho la opción de trabajar a
partir de una serie de conceptos, categorías y nociones entendiendo que son los recursos
mediante los cuales la ciencia accede al juicio de la realidad empírica. Este tipo de ordenación
de la teoría pretende recoger y recorrer los conceptos esquivables para la Sociología. Suele
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Profesor y Licenciado en Ciencias de la Educación y especialista en Didáctica. Titular de las cátedras de
Didáctica en la Escuela de Humanidades de la Universidad nacional de San Martín y Didáctica IV en la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad nacional de Lomas de Zamora.
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suceder que los conceptos no sucumben a las limitaciones de perspectiva, y así un mismo
concepto puede ser trabajado desde diferentes perspectivas y, obviamente, diferentes
autores, no obstante las especificidades del caso. Los conceptos pueden condensar procesos
históricos-sociales que, a su vez, redefinen el contenido del concepto. El concepto y la
categoría expresan una dimensión metodológica fuerte en lo que respecta al trabajo de la
teoría porque ellos mismos son herramientas de la elaboración de conocimiento.
b- Segmentos de actividad
Cada segmento posee una lógica, una organización y unos objetivos propios. Estos
segmentos se estructuran a partir de determinados ritmos e implican distintos desafíos
cognitivos.
PRIMER EJE
SEGUNDO EJE
TERCER EJE
SEGMENTO 1
SEGMENTO 2
SEGMENTO 3
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Es un segmento que atraviesa a los segmentos anteriores y tiene como objetivo analizar
los conceptos previamente definidos y relacionarlos con los diferentes paradigmas.
SEGMENTO 4
Atraviesa los segmentos anteriores, dado que este segmento tiene el objetivo de
problematizar los diferentes conceptos que estructurarán el curso.
Eje 1
discutir,y
conceptualizar la
enseñanza del derecho a
través de los diferentes
instrumentos
Eje 2
1. 1.Producción de sentido
Segmento 2 2. 2.Entrelazamientos
temporales
3. 3. Dimensiones de saberes
movilizados en el aula.
4. 4. Análisis de versiones
5. 5. Dimensiones
interpersonales.
Segmento3- 4
Problemati-
zación.
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Eje 3 La transversalidad didáctica, ¿para qué? ¿cómo?
Se pedirà un cuaderno que actùe como bitàcora con el registro de las actividades que el docente
de didàctica solicite durante el curso
Achili, E. (1987) La práctica docente: una interpretación desde los saberes del maestro en
Cuadernos de Formación docente. Universidad Nacional de Rosario