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FACULTAD DE ENFERMERÍA.
ENFERMERIA EN URGENCIA E INTENSIVO.

Principios básicos de instalación de férulas

Nombres: Alexandra Baeza C.


Catherine Núñez G.
Docente: Exequiel Cifuentes.
Fecha de entrega: 26/03/2018
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Indice

Introducción .......................................................................................................................... 3
Definición............................................................................................................................... 4
Indicaciones: ......................................................................................................................... 4
Las férulas se dividen en cuatros grupos: ....................................................................... 4
 Férulas blandas (no rígidas): .................................................................................. 4
 Férulas duras (semirrígidas y rígidas): .................................................................. 4
 Férulas neumáticas (inflables) ................................................................................ 4
 Férulas de tracción (capaces de mantener la tracción longitudinal en
fracturas de las piernas): ................................................................................................ 4
Preparación del paciente: ................................................................................................... 5
Pasos a seguir para una correcta ferulización: ............................................................... 5
Instrucciones para el paciente: .......................................................................................... 6
Contraindicaciones y precauciones: ................................................................................. 6
Complicaciones .................................................................................................................... 7
Conclusión ............................................................................................................................ 8
Anexo N°1: Guía de dispositivo para la inmovilización de lesiones ortopédicas. ..... 9
Anexo N°2: Consideraciones específicas de la edad .................................................. 10
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Introducción

El equipo de salud, al enfrentarse a un accidentado o enfermo grave, debe evitar


que las lesiones existentes empeoren o que con su accionar se originen otras
nuevas. Para lograr este objetivo, es necesario garantizar un adecuado transporte
desde el área de impacto a un lugar seguro para su evaluación y estabilización;
utilizar diferentes elementos como gasa, pañuelos, telas, sillas, camillas, tablas, etc.
los que permiten vendar e inmovilizar las distintas lesiones encontradas.
Se debe tener en cuenta que los traumatismos músculo-esqueléticos son una de
las patologías más frecuentes y con mayor número de consultas en los servicios de
urgencias, tanto prehospitalarios como hospitalarios y, por lo tanto, necesitan
cuidados de enfermería adecuados y específicos con respecto al tipo de lesión del
paciente. Es por este motivo, principalmente, por lo que se torna muy necesaria la
perfecta preparación del personal de enfermería en su aspecto teórico y
fundamentalmente práctico.
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Definición
Es una tablilla que permite la inmovilización de una parte del cuerpo en caso de
fractura o lesión. La tablilla puede ser colocada por los mismos bomberos o por un
equipo médico en un contexto de un traumatismo de un miembro para mantenerlo
inmovilizado. Puede tener dos objetivos: un interés analgésico, pero también la
inmovilización para evitar un desplazamiento de hueso en caso de que exista una
fractura real. Una radiografía u otro examen de imágenes permite confirmar o
descartar la fractura. Una tablilla se puede dejar durante varios días o semanas
mientras se produce la curación, ya sea en el caso de una fractura no desplazada
o un daño en los ligamentos en el caso de los esguinces.

Indicaciones:
 Inmovilizar y estabilizar fracturas, luxaciones o roturas tendinosas tan pronto
como sea posible después de producirse la lesión, para prevenir una mayor
afectación de partes blandas vasos sanguíneos, nervio o huesos.
 Disminuir el dolor por alteración de la función neurológica o espasmo
muscular.
 Disminuir la hinchazón asociado a la lesión reduciendo la pérdida de sangre
y líquidos en las partes blandas.
 Inmovilizar áreas lesionadas después de quemaduras, mordiscos o
picaduras.
 Inmovilizar un área durante la curación de trastorno infeccioso o
inflamatorios, y después de la reparación quirúrgica de musculo o tendones.

Las férulas se dividen en cuatros grupos:


 Férulas blandas (no rígidas): vendas, manta, talla, pañuelo, goma espuma,
almohada, cabestrillo, venda, cincha y correa clavicular.
 Férulas duras (semirrígidas y rígidas): aluminio u otro metal maleable, cartón,
fibra de vidrio, férulas de alambre en escalera, piel, plástico moldeado, yeso,
vacío, madera, tableros, collarín cervical, férulas de dedo, férula de muñeca,
inmovilizador de rodilla, tobillera y zapato ortopédico.
 Férulas neumáticas (inflables): férulas neumáticas y pantalón neumático
antishock.
 Férulas de tracción (capaces de mantener la tracción longitudinal en fracturas
de las piernas): sager, hare, dispositivo de tracción de kendrick, thomas. El
equipo adicional puede incluir material acolchado, venda elástica, venda de
rollo, esparadrapo e imperdibles.
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Preparación del paciente:


1. Cortar la ropa sobre la zona de la lesión y retirar el material voluminoso u
objetos punzantes de los bolsillos que puedan estar bajo la férula una vez
colocada.
2. Evaluar y documentar el estado neurovascular.
3. Medir el lado no lesionado para determinar el tamaño correcto de la férula.
4. Acolchar las prominencias ósea o zonas de partes blandas como la ingle.
5. Quitar las joyas de las extremidades lesionas.
6. Quitar el calzado en lesiones de las piernas para evaluar los pulsos y la
sensibilidad. El calzado que no puede sacarse o que protege el tobillo puede
dejarse cuando se utilizan algunos tipos de furas de tracción; sin embargo,
no puede monitorearse la función neurovascular.
7. Poner un apósito estéril sobre todas las heridas abiertas.
8. Acolchar las áreas de contacto piel con piel bajo la férula para absorber la
sudoración y prevenir la maceración tisular.

Pasos a seguir para una correcta ferulización:


1. Coger la extremidad con las dos manos, una mano por debajo y la otra por
encima de la zona de lesión, y ejercer una suave tracción longitudinal para
estirar cualquier angulación. Mantener la estabilización manual hasta que la
férula esté estable. Las fracturas o luxaciones de las articulaciones deben
entablillarse en la posición en la que se encontraron, salvo que haya una
disminución o ausencia de circulación distal. En este caso, estirar la
extremidad solo hasta que se recupere los pulsos. No intentar realinear
fracturas de hombro, codo, muñeca o rodilla. No intentar empujar los
extremos óseos que protruyen bajo de la piel, pero, si un extremo óseo se
desliza dentro de la herida, documentar la existencia de una fractura abierta
y notificarlo al médico.
2. Inmovilizar las articulaciones por encima y debajo de la zona de lesión.
3. La férula debe adaptarse cómodamente, pero sin apretar. Dejar expuestos
los dedos de manos y pies. Si es posible, elevar la parte lesionada.
4. Evaluar y documentar el estado neurovascular distal. Si existe disminución
de la sensibilidad o de la articulación, la férula debe ajustarse o quitarse y
volver a aplicarse.
5. Utilizar férulas de tracción para fracturas de tibia o fémur proximal. Utilizarlas
con precaución si también existen fracturas de pelvis o tobillos.
6. Dejar la férula intacta hasta que se determine el tratamiento definitivo. Si es
necesario retirarla o reajustarla con fines diagnósticos, reevaluar y
documentar el estado neurovascular después de quitarla y volver a aplicarla.
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Instrucciones para el paciente:


 Vigilar los cambios en los dedos de las manos y pies: frio al tacto, color
oscuro, hinchazón, alteración o disminución de la sensibilidad. Si se quita un
vendaje elástico, volverlo a poner ceñido, pero no demasiado apretado.
 Avisar si el dolor sigue aumentando de intensidad y no responde a los
analgésicos.
 Elevar la extremidad por encima del nivel del corazón para disminuir la
hinchazón y dolor.
 Utilizar compresas frías sobre el área lesionada para minimizar el sagrado y
la hinchazón.
 Limitar el movimiento y la actividad para permitir la curación de la zona
lesionada. Realizar solo actividades permitidas (por ejemplo, cargar peso,
estiramientos o flexión de articulaciones).
 No utilizar perchas ni otros objetos puntiagudos para rascarse la piel bajo la
férula.
 Revisar con el paciente cuanto tiempo llevará la férula o la inmovilización, y
cuando realizar el seguimiento con el médico o fisioterapeuta.
 Enseñar al paciente a andar con muletas, si está indicado, y hacer que haga
una demostración de las técnicas.
 Evaluar la capacidad del paciente de seguir las actividades de la vida diaria
y la posible necesidad de ayuda domiciliaria familiar o profesional.
 Tratar sobre estrategias de prevención de las lesiones con los pacientes y
sus familiares.

Contraindicaciones y precauciones:
 Las extremidades lesionadas deben manejarse suavemente y el movimiento
del área afectada debe ser mínima para disminuir el dolor y el riesgo de
complicaciones.
 Deben acolcharse las prominencias óseas para prevenir una presión
indebida y la adherencia cutánea.
 Deben inmovilizarse las articulaciones por encima y debajo de la zona
lesionada.
 Debe ejercerse una suave tracción longitudinal durante la aplicación de la
férula, salvo que la lesión afecte a una articulación o sea una luxación o una
fractura abierta. En estos casos, la lesión debe entablillarse en la posición
encontrada, salvo que exista compromiso circulatorio, en cuyo caso la zona
de lesión debe enderezarse solo hasta que se recupere los pulsos distales.
 Alinear una extremidad gravemente deformada con una tracción suave y
constante para poder aplicar la férula. No debe forzarse la extremidad en la
férula. Puede ser necesario improvisar o alterar la férula para adaptar la
extremidad a la posición de la deformidad.
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 No deben colocarse directamente cremalleras, nudos ni accesorios de la


férula sobre la zona lesionada.
 Debe evaluarse y documentarse el estado neurovascular antes y después de
colocar la férula. Si una vez colocada disminuye la sensibilidad y la
circulación, la férula deberá ajustarse o quitarse y volverse a colocar.
 Las férulas rígidas deben estar bien acolchadas para prevenir la presión
local.
 Si la extremidad se envuelve circulantemente, el material debe ser extensible
y no comprimir.
 En casos de duda debe aplicarse una férula.
 Debe considerarse que todas las fracturas abiertas están contaminadas. Se
debe procurar limpiar y tapar las heridas abiertas con apósitos estériles antes
de entablillar para minimizar una potencial infección. Informar al médico de
todas las heridas abiertas y administrar antibióticos sin demora de la forma
prescrita.

Complicaciones
 Ausencia o disminución de pulso y sensibilidad.
 Edema.
 Lesión vascular o nerviosa.
 Síndrome compartimental.
 Trombosis venosa.
 Embolia gaseosa.
 Alteración de la integridad de la piel e infección.
 Alineación errónea de los extremos óseos.
 Aumento del dolor.
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Conclusión

En conclusión, son elementos o dispositivos de tamaños y materiales diversos,


como rígidos o flexibles, que pueden aplicarse a un segmento del cuerpo con
diferentes finalidades, cuyos objetivos son mantener un segmento del cuerpo en
una posición determinada para corregir y evitar deformaciones, inmovilizar una
extremidad permitiendo el acceso a los tejidos blandos o inmovilizar una extremidad
de forma provisional en espera del tratamiento definitivo.

Las contusiones, esguinces y luxaciones son patologías muy frecuentes en los


servicios de urgencias, por ello se hace necesaria la perfecta preparación del
personal de enfermería en su aspecto teórico y fundamentalmente práctico,
teniendo la enfermera una importante responsabilidad en la educación a la sociedad
en aspectos referentes a seguridad y prevención de accidentes.

Tras la valoración del paciente, el tratamiento incluye la reducción (en ocasiones) e


inmovilización del miembro lesionado. La enfermera conocedora y experta en
traumatología es responsable del cuidado del enfermo, de la educación sanitaria al
paciente y familia y realiza técnicas delegadas por el traumatólogo.

La correcta colocación del miembro y la férula determinarán el resultado final y el


pronóstico de la lesión. Una vez colocado el yeso o la férula hay que conseguir que
éste se mantenga en perfecto estado hasta la finalización del tratamiento
inmovilizador, con el objetivo de conseguir la curación de la lesión.
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Anexo N°1: Guía de dispositivo para la inmovilización de lesiones


ortopédicas.
Lugar Tipos de férulas
Clavícula Cabestrillo y venda o férula en forma de
guarismo.
Luxación de hombro Entablillar al cuerpo con venda elástica
en la posición encontrada.
Anterior/ posterior Cabestrillo y vendas
Escapula Férula rígida on cabestrillo y venda.
Humero Férula rígida con cabestrillo y venda en
la posición encontrada.
Codo Férula rígida con cabestrillo, férula
neumática.
Antebrazo Férula rígida con cabestrillo.
Muñeca Férula rígida en posición funcional.
Manos, dedos Tablero, collarín cervical rígida, soporte
lateral de la cabeza.
Columna vertebral Tablero, pantalón neumático antishock,
unión circular.
Pelvis/cadera Tablero, férula de tracción, o fijar la
pierna lesionada a la pierna ilesa con
pañuelos o vendas.
Fémur Férula de tracción, férula rígida o PNA.
Rotula/tibia/peroné Férula blanda o rígida acolchada
colocada posteriormente en la posición
encontrada.
Tobillo Férula neumática, férula rígida.
Pie Férula neumática o almohada.
Dedos de los pies Fijar con esparadrapo al dedo
adyacente en el lado medio, férula
rígida para el ortejo mayor.
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Anexo N°2: Consideraciones específicas de la edad


La estructura ósea de un niño es más elástica y maleable que la de un adulto. Se
necesita más fuerza para que se produzca una fractura. Muchas lesiones de niños
menores de cinco años tienen relación con los malos tratos. Debe sospecharse un
traumatismo no accidental en un niño menor de un año con una fractura de hueso
largo. Los niños sometidos a malos tratos pueden tener múltiples fracturas en varios
grados de curación o pueden presentar fracturas repetidas.
Las epífisis (placas de crecimiento) en los extremos de los huesos largos
articulantes son más susceptibles de sufrir un traumatismo en pre adolescentes. Las
fracturas que afectan a la epífisis (también conocida como fractura de Salter)
pueden interferir en el crecimiento normal del hueso y producir una discordancia en
la longitud de las extremidades.
Los huesos de los niños tienen una cubierta perióstica más gruesa, lo que permite
una recalcificación más rápida y uniforme después de una fractura. La ausencia de
unión en rara.
A lo largo de la vida puede producirse una desmineralización y pérdida de masa
ósea. Los huesos de los adultos mayores son más frágiles y tienden a fracturarse.
En los ancianos, los tiempos de curación son más prolongados y la curación tarda
de 3 a 6 meses en completarse.
Los adultos mayores tienen una menor movilidad por debilidad muscular, rigidez
articular y marcha inestable, haciéndoles más vulnerables a las caídas y otros
traumatismos. Además, pueden producirse fracturas patológicas por enfermedades
crónicas.
Los ancianos tienen una piel más fina y menos partes blandas; por tanto, presentan
una mayor tendencia a que se altere la integridad cutánea.
El personal de enfermería de urgencia debe prestar atención a los signos físicos y
de la conducta de malos tratos en todos los grupos de edad, que pueden estar
encubiertos y enmascarados por las lesiones actuales.

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