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Cirugía del disco intervertebral

cervical (excepto prótesis discales)
L. Balabaud, C. Mazel, P. Kehr

La cirugía del disco intervertebral constituye sin duda la parte más relevante de las
indicaciones quirúrgicas de la columna cervical, pues permite el tratamiento de las her-
nias discales blandas y de las compresiones discoosteofitarias. La discectomía por vía
anterior con o sin artrodesis sigue siendo el método más utilizado y debe considerarse
como el «patrón oro». La vía de acceso posterior tiene unas indicaciones limitadas. Estos
últimos años se han caracterizado por la aparición de varias innovaciones: las cajas
intersomáticas, los accesos mínimamente invasivos y las prótesis discales. Estos distintos
tratamientos se describen en este artículo, a excepción de las prótesis cervicales, que se
detallarán en otro.
© 2012 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Disco intervertebral; Discectomía; Vía de acceso anterior; Artrodesis cervical;
Vía de acceso posterior

Plan mina «hernia discal dura». La aparición de trastornos

neurológicos deficitarios o la persistencia de los síntomas
■ Introducción 1 constituyen las indicaciones principales. Se dispone de
varias técnicas que ofrecen resultados satisfactorios. Sin
■ Discectomía por acceso anterolateral 1 embargo, la discectomía por vía anterior con o sin artro-
Colocación 1 desis sigue siendo el método de referencia, mientras que
Vía de acceso 2 la vía de acceso posterior posee indicaciones más limita-
Discectomía 2 das. Las cajas intersomáticas, los accesos mínimamente
Artrodesis 3 invasivos y las prótesis discales han sido los avances más
Cierre 3 destacados de esta cirugía en las últimas décadas. Aunque
Período postoperatorio 3 la mayor parte de estas técnicas recientes requieren estu-
■ Discectomía por acceso posterior 3 dios a medio y largo plazo, se han convertido en prácticas
Colocación 4 habituales para algunos equipos, que es necesario descri-
Vía de acceso 4 bir. Por tanto, en este artículo se detallan estos distintos
Resección de la hernia 4 tratamientos, a excepción de las prótesis cervicales, que se
Cierre 4 expondrán en otro artículo.
Período postoperatorio 4
■ Nuevas técnicas 4
Discectomía endoscópica por acceso anterior
Discectomía endoscópica por acceso posterior
4
5
 Discectomía por acceso
■ Discusión 5 anterolateral
■ Conclusión 5
A continuación, se describirá la técnica más habitual,
derivada de la descrita por Smith y Robinson [1] (Fig. 1).
Sus indicaciones son extensas: hernias discales blandas y
 Introducción duras independientemente de su localización. Se trata de
una vía preesternocleidomastoidea.

Las indicaciones quirúrgicas de las enfermedades disca-

les cervicales son menos frecuentes que a nivel lumbar.
La gran mayoría de estas afecciones se resuelven gra-
cias a tratamientos médicos. La lesión del disco cervical
puede adoptar la forma de una hernia discal blanda o
de una compresión discoosteofitaria que aún se deno-
Colocación
El paciente se coloca en decúbito supino en una mesa
radiotransparente para realizar los controles radiográficos
intraoperatorios. La cabeza se sitúa en ligera extensión y se

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 1

Volume 4 > n◦ 1 > marzo 2012
http://dx.doi.org/10.1016/S2211-033X(12)61125-6
E – 44-154  Cirugía del disco intervertebral cervical (excepto prótesis discales)
Figura 1. Corte cervical y acceso anterolateral.
fija con firmeza en un cabecero sin tracción, pero dejando
libres los hombros para permitir la visualización radiográ-
fica completa de la columna cervical. El campo quirúrgico
debe tener en cuenta la necesidad (o no) de la extracción
de un injerto autólogo de la cresta ilíaca homolateral.
Vía de acceso
El acceso anterolateral puede comenzarse por una inci-
sión longitudinal a lo largo del borde anterior del músculo
esternocleidomastoideo, o bien por una incisión trans-
versal a nivel del disco que se va a tratar. La incisión
longitudinal es útil si se planea ampliarla o si se va a
realizar una corporectomía. Aunque existen referencias
anatómicas visuales o palpables, se recomienda realizar
un control radiográfico preoperatorio, sobre todo en el
acceso transversal. Por otra parte, nosotros realizamos de
forma sistemática un acceso anterolateral izquierdo para
reducir el riesgo de lesión del nervio laríngeo inferior
(antiguo recurrente). El trayecto del nervio laríngeo infe-
rior izquierdo, que se origina bajo el cayado aórtico, tiene
una situación más medial, a lo largo del eje aerodigestivo,
que su homólogo derecho, que nace bajo la arteria subcla-
via. A la izquierda y por debajo de C7, el conducto torácico
puede lesionarse de forma excepcional. Algunos autores
escogen el lado del acceso en función del lado de la hernia
discal que se va a tratar, situándose a nivel contralateral
a la lesión. Después de la incisión de la piel, el platisma
se diseca en sentido longitudinal hasta la cara anterior del
músculo esternocleidomastoideo y la aponeurosis cervical
superficial. La disección se prosigue hasta el borde ante-
rior de dicho músculo, que se separa en sentido lateral.
A continuación, se individualiza el músculo omohioideo
(Fig. 2), que puede seccionarse en ocasiones, sobre todo en
el acceso de C5 y C6, y si se quiere disponer de una expo-
sición suficiente, en especial durante una corporectomía.
Su ligadura, seguida de su sección, es un modo elegante
de repararlo al final de la intervención. Después de la
apertura de la aponeurosis cervical media, la disección se
continúa en profundidad hasta el paquete yugulocarotí-
deo, que se identifica con el dedo y se rechaza en sentido
lateral. El latido carotídeo pocas veces es perceptible. La
cara anterior de la columna cervical se identifica con cla-
ridad a nivel medial. Después de la ligadura de los vasos
tiroideos y de la disección de la aponeurosis cervical pro-
funda, se puede liberar la cara anterior del disco y de los
cuerpos vertebrales (Fig. 3). Es obligatorio realizar un con-
trol radiográfico para asegurarse de que el nivel discal es
adecuado con ayuda de una aguja. En ese momento, se
pueden colocar unos separadores autoestáticos específi-
cos, que rechazan en sentido medial el eje aerodigestivo
y en sentido lateral el paquete yugulocarotídeo. Estos
2 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Figura 2. Acceso cervical anterolateral: individualización de
los músculos esternocleidomastoideo y omohioideo, así como
de la aponeurosis cervical media.
Figura 3. Acceso cervical anterolateral: disección del plano
prevertebral.
separadores se colocan en sentido longitudinal sobre las
caras mediales y laterales del acceso y en sentido transver-
sal en los extremos cefálicos y caudales del mismo.
Discectomía
El acceso discal se comienza incidiendo simultánea-
mente en sentido transversal el ligamento longitudinal
anterior y las inserciones discales superiores e inferiores y,
después, en sentido longitudinal los bordes laterales del
disco. A continuación, se reseca éste con una pinza de
disco recta y legras. Para extirparlo totalmente, es nece-
sario utilizar distractores de Caspar o de Cloward, que
permitirán ampliar el espacio intervertebral, con el fin de
acceder a los bordes posteriores de los platillos vertebrales.
En ese momento es posible realizar la exéresis completa
del disco y las osteofitectomías mediales y foraminales,
con legras, con una pinza de Kerrison de 1,5 mm y/o con
una fresa motorizada hasta el ligamento vertebral pos-
terior y hasta la apófisis unciforme en sentido lateral. A
partir de esta etapa se puede utilizar un microscopio. Para
las hernias discales duras, las osteofitectomías mediales y
foraminales se comienzan con la fresa motorizada hasta
obtener un fino ribete, que puede resecarse a continuación
con una pequeña legra curva o recta, según la costumbre
del cirujano, o con una pinza de Kerrison de 1,5 mm. La
apertura del ligamento longitudinal posterior no se rea-
liza de forma sistemática a menos que se sospeche una
hernia discal blanda. La apertura del ligamento longitudi-
nal posterior puede efectuarse con una pinza de Kerrison
de 1,5 mm o con un bisturí con hoja n.◦ 11, bajo control
microscópico. Para confirmar la liberación adecuada de
los agujeros de conjunción, se utiliza un pequeño gancho
romo. Para algunos cirujanos, el tratamiento quirúrgico
 Cirugía del disco intervertebral cervical (excepto prótesis discales)  E – 44-154
Figura 4. Acceso cervical anterolateral: vista lateral de la
artrodesis mediante injerto tricortical de origen ilíaco y placa
anterior.
del disco cervical se limita a este procedimiento, pero, en
la mayoría de las ocasiones, la discectomía se sigue de
una artrodesis intersomática con un injerto tricortical o
con una caja intersomática, o bien con una prótesis dis-
cal. En tal caso, es preciso reavivar los platillos vertebrales
con una legra o con una fresa motorizada, procurando no
lesionar el hueso subcondral.
Artrodesis
Se extrae un injerto autólogo tricortical por detrás
de la espina ilíaca anterosuperior homolateral, de una
altura variable (5-8 mm) y una profundidad de 16-20 mm.
Como es evidente, no debe sobresalir en sentido ante-
rior ni posterior. Suele retallarse para eliminar las aristas
prominentes y reducir su altura posterior para respetar
la lordosis cervical. Después de colocarlo, es necesario
relajar el distractor de Caspar y asegurarse de que la suje-
ción primaria del injerto es correcta. Si se ha optado
por una caja intersomática, es obligatorio seleccionar el
implante más adecuado con ayuda de plantillas, tanto
en profundidad como en anchura, mediante contro-
les radioscópicos intraoperatorios y maniobras externas
después de haber relajado el distractor de Caspar. A conti-
nuación, el implante definitivo se introduce solo o con
ayuda de un sustituto óseo o de un injerto esponjoso
autólogo. Algunos fabricantes han elaborado sistemas de
fijación primaria.
Después de realizar un injerto autólogo, nosotros reco-
mendamos la utilización de una placa complementaria
anterior de titanio, para permitir la realización de una
resonancia magnética (RM) con posterioridad. Estas pla-
cas suelen curvarse para respetar la lordosis fisiológica. La
placa debe fijarse con cuatro tornillos monocorticales o
bicorticales en los cuerpos vertebrales adyacentes al disco
tratado. Los sistemas actuales permiten prescindir de una
fijación bicortical, que antes se recomendaba para impedir
la movilización secundaria de los tornillos. Éstos suelen
tener longitudes de 14-18 mm y se debe verificar que están
bien colocados mediante un control radioscópico (Fig. 4).
La adición de una placa anterior en el caso de las cajas
intersomáticas es un tema controvertido y varía según las
costumbres de cada cirujano.
Con independencia de la técnica de artrodesis, un con-
trol radioscópico frontal también permite verificar que el
implante está bien colocado en el plano frontal (centrali-
zación respecto a la apófisis unciforme).
Cierre
Después de colocar un drenaje de redón a nivel
profundo, se repara el músculo omohioideo con hilos
reabsorbibles, al igual que el músculo platisma. El drenaje
de redón está justificado por el riesgo de que se produzca
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
un hematoma cervical compresivo, que puede provocar
un cuadro de dificultad respiratoria, cuyas consecuencias
pueden ser muy graves. El cierre cutáneo se realiza con una
sutura continua intradérmica o con un pequeño apósito
adhesivo.
Período postoperatorio
Después de realizar una artrodesis con autoinjerto,
está indicado colocar un collarín cervical de gomaes-
puma durante 6 semanas, aunque este período es variable
según el tipo de implante y las costumbres quirúrgicas.
La rehabilitación puede permitirse una vez obtenida la
consolidación radiológica.
 Discectomía por acceso
posterior
Las indicaciones de esta técnica son infrecuentes y se
recomienda sólo para las hernias discales blandas poste-
rolaterales con síntomas agudos solamente radiculares o
cuando fracasan las discectomías por acceso anterolate-
ral [2, 3] .
Colocación
El paciente se coloca en decúbito prono en una mesa
radiotransparente para realizar controles radiográficos
intraoperatorios. La mesa se inclina ligeramente en anti-
Trendelenburg para reducir la hemorragia intraoperatoria.
La cabeza se sitúa en ligera flexión y se mantiene firme-
mente en un cabecero sin tracción, pero dejando libres
los hombros para permitir una visualización radiográfica
completa de la columna cervical. Es obligatorio asegurarse
de la ausencia de compresión de los globos oculares para
evitar el riesgo de ceguera. Por último, se debe realizar un
rasurado que llegue hasta 3-4 cm por encima de las tube-
rosidades occipitales antes de la intervención, con una
antelación que es motivo de controversia.
Vía de acceso
Después de realizar un control radiográfico preopera-
torio, se puede comenzar el acceso posteromedial, que es
unilateral. Tras realizar la incisión de la piel, es indispensa-
ble encontrar el plano medial y después separar las masas
musculares a ras del arco posterior, lo que permite reducir
de forma considerable la hemorragia intraoperatoria. La
disección se continúa hasta exponer por completo el espa-
cio interlaminar y las láminas adyacentes hasta la apófisis
articular posterior. A continuación, se reseca el ligamento
amarillo y se amplía el espacio interlaminar con una pinza
de Kerrison de 1,5 mm, a expensas de las láminas y en sen-
tido lateral hasta el borde medial de la apófisis articular
posterior, que es indispensable conservar. La laminotomía
no debe incluir más de 3-4 mm de hueso. En ese momento,
es posible visualizar la cara lateral de la médula y la raíz
nerviosa, que son perpendiculares.
Resección de la hernia
En ese momento, es necesario rechazar con cuidado la
raíz nerviosa (que es poco móvil), en la mayoría de las
ocasiones en sentido superior, para exponer la hernia dis-
cal, que suele encontrarse en la axila de la raíz. Si ésta
se encuentra excluida (que es lo más frecuente), el frag-
mento puede resecarse con una pinza de disco (Fig. 5). Si
la hernia es subligamentaria, es preciso incidir en sentido
transversal el ligamento vertebral común posterior con un
bisturí con hoja n.◦ 11, de medial a lateral, para evitar un
desgarro dural o una lesión medular. También se puede
3
E – 44-154  Cirugía del disco intervertebral cervical (excepto prótesis discales)
Figura 5. Acceso cervical posterior: resección de la hernia dis-
cal excluida, rechazando con cuidado la raíz en sentido superior.
realizar una foraminotomía ampliada. A continuación, se
reseca la hernia con una pinza de disco. No siempre es
necesario efectuar una discectomía complementaria, que
sería difícil debido a que el espacio intersomático es muy
limitado.
Cierre
El cierre de un acceso posterior de la columna cervical
debe ser especialmente cuidadoso para evitar las dehis-
cencias musculares secundarias, que son antiestéticas y
a menudo dolorosas. Por tanto, es obligatorio volver a
cerrar en dos planos los músculos posteriores del cuello. Se
coloca un drenaje de redón aspirativo durante 48 horas.
El cierre cutáneo se realiza con puntos de Blair-Donati.
Período postoperatorio
Se puede prescribir el uso de un collarín cervical de
gomaespuma con fines analgésicos durante 2 semanas.
Los hilos se retiran a los 12 días de la intervención. La
rehabilitación debe permitirse después de la 6.a semana
del postoperatorio.
 Nuevas técnicas
Las ventajas de las nuevas técnicas mínimamente inva-
sivas son sobre todo estéticas (aún por demostrar en lo que
respecta a la cirugía cervical) y de recuperación funcio-
nal [4–7] . El problema esencial de estas técnicas consiste en
la ausencia de evaluación a medio y largo plazo [4–11] . Las
que se han publicado presentan resultados cuando menos
extraordinarios, que son poco creíbles (100% de fusión a
los 5 años) [11] .
Discectomía endoscópica por acceso
anterior
Las indicaciones de este método reciente se limitan a
las hernias en posición mediolateral de tamaño mode-
rado [4, 7, 10–12] . A continuación se describen los principios
fundamentales.
Colocación
El paciente se coloca en decúbito supino sobre una mesa
radiotransparente para realizar los controles radiográficos
intraoperatorios. La cabeza se sitúa en ligera extensión y se
fija con firmeza en un cabecero sin tracción, pero dejando
libres los hombros para permitir la visualización radiográ-
fica completa de la columna cervical. El campo quirúrgico
debe tener en cuenta la necesidad ocasional de tener que
extraer un injerto de la cresta ilíaca homolateral en caso
de conversión.
4 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Figura 6. Discectomía cervical por acceso anterior: resección
del fragmento discal con una pinza sacabocados.
Vía de acceso y resección de la hernia
El acceso es contralateral a la hernia discal. La palpación
de los elementos anteriores del cuello debe permitir que
se rechace el eje aerodigestivo en sentido medial y el eje
vascular yugulocarotídeo en sentido lateral. El punto de
entrada se determina bajo control radioscópico. Se intro-
duce un vástago guía romo hasta el espacio intervertebral.
Es indispensable confirmar que el acceso no es demasiado
lateral mediante un control radioscópico frontal para evi-
tar cualquier lesión de la arteria vertebral o de una raíz
nerviosa. Esta etapa puede precederse de la colocación
de una aguja sobre la que se introduce el vástago guía.
Después, con ayuda del vástago guía, cánulas de guiado
y dilatadores, es posible introducir una vaina de trabajo,
que se coloca en el espacio intervertebral. A continua-
ción, se introduce un endoscopio en la vaina de trabajo, lo
que permite continuar la intervención bajo control visual.
Hay que mantener una irrigación continua. A menudo es
necesario realizar una resección ósea a expensas de la apó-
fisis unciforme y de los bordes posteriores de los platillos
vertebrales con una fresa motorizada y/o una pinza saca-
bocados. El ligamento vertebral común posterior se abre,
tras lo que se puede realizar la resección del fragmento
discal excluido (Fig. 6).
Cierre
Los instrumentos, el endoscopio y la vaina de trabajo se
retiran con cuidado. La piel se cierra con una sutura con-
tinua intradérmica o con un pequeño apósito adhesivo.
Período postoperatorio
Se puede prescribir un collarín cervical de gomaespuma
con fines analgésicos durante 1 semana. La rehabilitación
debe permitirse después de la 6.a semana del postoperato-
rio.
Discectomía endoscópica por acceso
posterior
Las indicaciones de este método reciente se limitan a
las hernias blandas en posición posterolateral de tamaño
moderado. Varios autores han descrito esta técnica y han
ofrecido los primeros resultados [5–9] . A continuación se
describen los principios fundamentales.
Colocación
El paciente se coloca en decúbito prono en una mesa
radiotransparente para realizar controles radiográficos
intraoperatorios. La mesa se inclina ligeramente en anti-
Trendelenburg para reducir la hemorragia intraoperatoria.
La cabeza se sitúa en ligera flexión y se mantiene firme-
mente en un cabecero sin tracción, pero dejando libres
los hombros para permitir una visualización radiográfica
completa de la columna cervical. Es obligatorio asegurarse
de la ausencia de compresión de los globos oculares para
evitar el riesgo de ceguera. Por último, se debe realizar
 Cirugía del disco intervertebral cervical (excepto prótesis discales)  E – 44-154
Figura 7. Discectomía cervical por vía posterior: acceso a la
raíz y a la hernia discal tras la resección ósea de las láminas y de
la parte medial de la articulación posterior.
Figura 8. Discectomía cervical por acceso posterior: resección
del fragmento discal con una pinza sacabocados.
un rasurado que llegue hasta las tuberosidades occipita-
les antes de la intervención, con una antelación que es
motivo de controversia.
Vía de acceso y resección de la hernia
El punto de entrada se determina bajo control radios-
cópico en proyección lateral. A continuación, se efectúa
una incisión en el lado de la hernia. Se introduce un
dilatador romo hasta contactar con el hueso de la articu-
lación posterior. Después, con ayuda de un vástago guía,
cánulas de guiado y dilatadores, es posible introducir una
vaina de trabajo, que se coloca en el espacio interverte-
bral. Después, se inserta un endoscopio en la vaina de
trabajo, lo que permite seguir la intervención bajo con-
trol visual. Hay que mantener una irrigación continua.
Se efectúa una resección ósea a expensas de las láminas
y del borde medial de la apófisis articular posterior, con
una fresa motorizada y/o una pinza sacabocados. El liga-
mento amarillo se reseca, tras lo que es posible visualizar
la cara lateral de la médula y la raíz nerviosa (Fig. 7). Suele
ser necesario efectuar la hemostasia de los plexos venosos
con una pinza bipolar. A continuación, se debe rechazar
con cuidado la raíz nerviosa (que es poco móvil), en la
mayoría de los casos hacia arriba, para exponer la her-
nia discal. La resección del fragmento discal excluido se
realiza con una pinza sacabocados (Fig. 8).
Cierre
Los instrumentos, el endoscopio y la vaina de trabajo se
retiran con cuidado. La piel se cierra con una sutura con-
tinua intradérmica o con un pequeño apósito adhesivo.
Período postoperatorio
Se puede prescribir un collarín cervical de gomaespuma
con fines analgésicos durante 1 semana. La rehabilitación
debe permitirse después de la 6.a semana del postoperato-
rio.
 Discusión
Desde hace varias décadas existe una controversia en la
cirugía del disco cervical respecto a la realización de una
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
artrodesis tras la discectomía. La literatura sobre este tema
es muy abundante, pero también es heterogénea en lo
referente a la calidad metodológica. En este artículo se ha
intentado realizar una síntesis de los trabajos publicados.
Después de una discectomía aislada, se observa la apa-
rición de una cifosis local a medio y largo plazo, aunque
no parece afectar a los resultados clínicos [13–15] . Por ejem-
plo, muchos autores han propuesto la realización de una
artrodesis con un autoinjerto o una caja intersomática, lo
que permite mantener la curvatura fisiológica y la altura
discal. Por el contrario, suele criticarse que se produce la
degeneración de los discos adyacentes a una artrodesis,
aunque esto también se produce tras una discectomía sim-
ple a largo plazo [16] . No obstante, parece que los resultados
clínicos entre una discectomía aislada y una artrodesis no
presentan diferencias significativas [15, 17–19] . Sólo la dura-
ción de la intervención y de la hospitalización, así como
el período transcurrido hasta reanudar las actividades
profesionales, parecen ser mayores en caso de artrode-
sis, mientras que el dolor raquídeo es menos frecuente
en las discectomías aisladas [17] . Las diferentes técnicas de
artrodesis (autoinjerto, cajas intersomáticas de polietere-
tercetona [peek] o de titanio) permiten obtener tasas de
fusión superiores al 90%, sin diferencias estadísticas signi-
ficativas [20–23] . La ventaja de las cajas intersomáticas reside
en que no hay dolor en el sitio de extracción, aunque esto
no supone una complicación significativa para algunos
autores [23] . Si se decide buscar una fusión, parece que las
mejores tasas se obtienen si se asocia una placa anterior.
Esto es especialmente relevante si la artrodesis engloba
varios niveles [23] . La placa cervical anterior permite, ade-
más, disminuir las complicaciones locales de una caja
intersomática o de un injerto (movilización y pérdida de
la lordosis inicial). Sin embargo, los resultados clínicos no
muestran diferencias significativas [15, 17, 18, 20, 21, 24–26] . Por
otra parte, la colocación de una caja vacía (sin aloin-
jerto o autoinjerto) proporciona tasas de fusión inferiores
(28,6% de ausencia de fusión [27] ) a las que suelen citarse,
aunque esto sigue siendo controvertido [22] . Por último,
Wirth et al. [28] compararon la foraminotomía posterior y
la discectomía anterior con y sin artrodesis, sin observar
diferencias significativas, pero con un número pequeño
de pacientes.
Fountas et al. [29] , en una revisión de la literatura,
estudiaron las complicaciones de las discectomías con
artrodesis. La mortalidad es del 0,1%, mientras que la mor-
bilidad, del 19,3%: disfagia (9,5%), hematomas (5,6%),
parálisis recurrencial (3,1%), desgarro dural (0,5%), lesión
esofágica (0,3%), síndrome de Claude Bernard-Horner
(0,1%) e infección (0,1%).
 Conclusión
La elección razonada debe realizarse en función del tipo
de hernia discal y, sobre todo, de las costumbres del ciru-
jano. Lo esencial es realizar una cirugía que se domine,
conociendo las ventajas e inconvenientes de cada una de
ellas, y, por tanto, informar al paciente de forma objetiva,
pues en la actualidad no se dispone de ningún estudio que
haya demostrado la superioridad de una técnica respecto
a otra.
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C. Mazel.
Institut mutualiste Montsouris, 42 boulevard Jourdan, 75014 Paris, France.
P. Kehr.
25, rue Schweighaeuser, 67000 Strasbourg, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Balabaud L, Mazel C, Kehr P. Cirugía del disco intervertebral cervical
(excepto prótesis discales). EMC Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 2012;4(1):1-6 [Artículo E – 44-154].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
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Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
legales al paciente complementarias evaluación clinico