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1° BGU FILOSOFÍA

1. Investigar a partir de este momento acerca de la actualidad de las potencias mundiales


China, Rusia y Estados Unidos; así como de la OTAN, y de Medio Oriente. Pues, su
investigación le ayudará a resolver el P.B.L. cooperativo en grupos base, que se le subirá
al Academium el día del control de lectura definitivo de la Ética a Nicómaco y tendrán
72 horas para resolverlo y entregarlo.

2. Ética a Nicómaco

http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/eti_no.pdf

a. Plan de control de lectura individual


i. Leer comprensivamente 17 páginas diarias, sin contar el jueves 5, el
viernes 6, el sábado 7 y domingo 8 de abril.
ii. Control de lectura individual definitivo (A, D)  23 de abril.
iii. Control de lectura individual definitivo (B, C)  24 de abril.
iv. Nota aclaratoria: cualquier clase puede haber un control de lectura
previo, de acuerdo con el plan de lectura.
3. La conciencia moral, tiempo 4’ 11’’

https://www.youtube.com/watch?v=IK4UZkHEy-s

4. Relativismo moral, tiempo 11’ 4’’

https://www.youtube.com/watch?v=UtTSYge2h1o

5. Relativismo moral II

https://www.youtube.com/watch?v=2D4IEn9gb-8

6. China tomará el lugar de EUA como potencia mundial

https://www.youtube.com/watch?v=A8n-kPKR_kU

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Tiempo de lectura: 10 minutos.

Ética: Conceptos de ética y Moral


1. ¿Qué es lo moral?

Para adentrarnos en los problemas de la ética, partamos de nuestra experiencia.


Es un hecho que nos señala nuestra propia experiencia que, en determinadas
circunstancias, expresamos valorizaciones morales. Los contenidos de nuestros
juicios se refieren a categorías opuestas: de bien o mal.
Así hablamos de actos nobles, heroicos, desinteresados, los que están en la
esfera del concepto de "bien". Pero, hablamos de actos infames, egoístas, los
que están en la esfera del concepto de "mal".
En el primer caso, hablamos de actos morales positivos; en el segundo, de actos
morales negativos. Así, por ejemplo: a un asesino lo tratamos de inmoral; a una
persona que sacrifica su vida para salvar a otro la tratamos de héroe, pues este
sacrificio es de gran calidad moral. Ello nos pone en evidencia que nuestra
valoración tiene un carácter objetivo, es decir, que se rige por el objeto que
verificamos. En nuestro caso, el asesinato, y por otro lado, el heroísmo. Dicha
objetividad nos permite formar juicios morales de validez universal: "El asesinato
es una inmoralidad":

De lo dicho hasta ahora se desprende que la valoración moral propiamente dicha


la aplicamos sólo a acciones humanas.
"Cuando efectuamos una valoración moral, siempre tenemos en vista seres
humanos, es decir, personas. Los valores morales tiene la particularidad de que
sólo pueden referirse a seres personales"(Hessen).
Con respecto a los "juicios de conocimiento", ellos apuntan a afirmar si algo es
verdadero o falso. En lo referente a obras de arte, hablamos de bello o feo. En
ambos casos se trata de objetos y no sujetos o personas. "Es cierto que también
decimos que tal vino es 'bueno', que tal enfermedad es 'mala', etc., pero, nuestro
conocimiento del idioma nos indica claramente que en este caso no usamos las
palabras 'bueno' y 'malo' en su acepción original, es decir, moral" (Hessen).
Cabe la pregunta: ¿qué es lo que valoramos en las personas cuando las
valoramos moralmente? Valoramos las acciones. De donde resulta que el
contenido de nuestra valoración moral no es teórico, sino práctico. El objeto de
la valoración moral no es el pensar y el conocer sólo, sino, a la vez, el querer y
el actuar. Consecuentemente, lo ético se da en la zona práctica y no en la zona
del espíritu humano. "No todas las manifestaciones vitales del hombre están
sometidas a valoración moral. Las funciones vegetativas y animales no admiten
ningún juicio moral. El hombre tiene en común con el animal esas funciones,
pero el animal es incapaz de ninguna acción moral. Sólo los seres racionales son
capaces de realizar actos morales" (Hessen).

Por otro lado, son actos morales sólo los que realizamos conscientes y
voluntariamente, y por ello se inscriben en la ética. Únicamente las acciones
realizadas a sabiendas y por libre decisión tienen carácter moral.
Sintetizando podemos afirmar: ética es la ciencia de los actos morales, vale
decir, actos conscientes y libres, cuyo objetivo es la realización de un valor moral.

2. Concepto de la ética y la Moral


El término ética, etimológicamente, deriva de la palabra griega ethos, que
significa "costumbre". El término Moral, etimológicamente, proviene de la palabra
latina mores, que significa costumbres. Antes de ir en busca de una definición de
la ética o la Moral, detengámonos sobre el objeto material y formal de la moral.

Objeto material y formal de la Moral

Aclaración de términos:
El objeto material de una Ciencia es el fenómeno que dicha Ciencia estudia. El
objeto formal es el enfoque específico, desde el cual el fenómeno es estudiado.
Por ejemplo: el hombre es el objeto material tanto de la Anatomía como de la
Fisiología. Pero el objeto formal de la Anatomía es la estructura del organismo
humano, mientras que el objeto formal de la Fisiología es el funcionamiento del
organismo humano.
Aclarados los términos, procedamos a señalar el objeto material y el objeto
formal de la Moral.

El objeto material de la Moral son las costumbres y conducta humana.

El objeto formal de la Moral es el conjunto de leyes que deben informar y orientar


la actividad humana.
Definición de la Moral
Para una definición adecuada de la moral hay que tener presente los objetos
constitutivos de la moral. Ellos son: su carácter psicológico y su carácter práctico.
Tomando en cuenta ambos elementos podemos definir la Moral como la "Ciencia
de las leyes ideales y de la actividad libre del hombre" (Jolivet).
Paul Faulquié define la Moral: "...es la teoría razonada del bien y del mal".
Detengámonos sobre ésta definición.
La Moral es normativa, porque establece las normas que determinan lo que es
el bien y lo que es el mal. En otras palabras, la Moral establece lo que se debe y
lo que no se debe hacer. Lo que se permite y lo que se prohíbe.
La Moral formula principios generales. Según estos principios clasifica y juzga
todos los hechos particulares que son propios de su campo.
El fundamento de la Moral es la razón.
Indudablemente, los diferentes sistemas morales podrán establecer distintos
principios, como su fundamento. Pero, en el fondo de todos ellos se encuentra
la razón que busca configurar y legitimar el respectivo sistema.

De "Lecciones de Ética" de Bruno Rychlowski

Recuperado de https://www.apocatastasis.com/moral-etica-conceptos.php el 03 de abril


de 2018.
Trabajo, en una hoja escriba y explique un ejemplo de objeto material y otro de objeto formal de
la ética, pero no pueden haber dos ejemplos o explicaciones parecidas entre los estudiantes, caso
contrario su calificación será de cero. (10 minutos).
Escriba y explique un caso en que se distinga con claridad la definición de moral que se da en la
lectura, en cuanto a su carácter psicológico y práctico; de igual manera no pueden haber
ejemplos o explicaciones parecidas entre los estudiantes. (10 minutos)

Tiempo de lectura: 10 minutos

Ética: La Conciencia Moral

Diferentes acepciones del concepto "conciencia"

En la vida diaria, hablamos de la "conciencia religiosa", de la "conciencia moral",


de la "conciencia cívica", etc., conforme a la actitud que adoptamos frente a la
vida, religiosa, moral, ciudadana, etc. También hablamos de "conciencia
psicológica".

1. Conciencia Psicológica

Con el fin de aclarar el concepto de la conciencia psicológica nos serviremos de


nuestra experiencia diaria. Observamos, por ejemplo, una puesta de sol. Una
serie de sensaciones, de percepciones, de imágenes, de recuerdos, de afectos
nos invaden. Nos sentimos felices. Todo esto constituye en ese momento
nuestra conciencia psicológica. Podemos, pues, legítimamente, decir que la
conciencia psicológica es un conjunto de experiencias psíquicas inmediatas y
actuales que en un cierto momento aprehendemos de nuestro yo.
Mediante la conciencia psicológica no sólo nos damos cuenta de lo que pasa
dentro de nosotros en un momento dado, sino que también nos damos cuenta
de nuestra propia experiencia. La conciencia psicológica nos permite captar los
fenómenos psicológicos como nuestros; a la vez, dichos fenómenos psicológicos
constituyen una unidad que forma el yo de cada uno de nosotros.

2. Conciencia moral

Para determinar la noción de la conciencia moral, acudiremos una vez más a


nuestra propia experiencia.
a) Es un hecho que nadie de nosotros juzga las acciones de un vegetal o de un
animal irracional como acciones morales o inmorales. Sólo un ser humano es
sujeto de actos morales o inmorales. Podemos por tanto, concluir que "la
conciencia moral es una función de la persona humana".

b) La experiencia nos enseña que ciertas personas observan una determinada


conducta moral y que otras se conducen de forma inmoral. En consecuencia "la
conciencia moral no es algo añadido a la persona, sino que es la misma persona,
el sujeto de la conducta moral". "La conciencia moral es una realidad dinámica
que capacita al hombre para captar y vivir los valores morales". Su desarrollo y
perfección dependen del desarrollo y de la perfección de la personalidad de cada
hombre.

3. Elementos constitutivos de la conciencia moral

a) Elementos racionales que concurren a la formación de los juicios


Los juicios son formulados antes y después del acto moral. Los juicios previos al
acto moral establecen los principios. Por ejemplo: Hay que hacer el bien y evitar
el mal.
En otras palabras, se juzga que, si tal acto es bueno, debe ser realizado; si es
malo, debe ser evitado.
Los juicios después del acto. Una vez realizado el acto, la conciencia lo acepta
si fue bueno y lo rechaza en el caso de que haya sido malo. La conciencia juzga
también si el acto fue digno de recompensa o de castigo. Si fue malo se
pronuncia sobre la obligación de reparar los males causados.

b) Los sentimientos morales antes del acto.


El hombre naturalmente tiene la tendencia de hacer el bien y evitar el mal.
Experimenta, a la vez, respeto al deber, y por ende, aprecia la conducta buena
y menosprecia la conducta mala.
Los sentimientos morales después del acto. El deber cumplido produce en el
hombre alegría. Al no cumplir con su deber, el hombre suele llenarse de tristeza
y, a veces, de vergüenza o remordimiento por el mal causado.
c) Los elementos activos.
Son actos de la voluntad. Una vez que la inteligencia ha concebido el objetivo, la
voluntad elige los medios necesarios para alcanzarlo y, finalmente, busca su
ejecución.
4. Diferencia entre la conciencia moral y la psicológica
Unidad y distinción a la vez.
Unidad: En el hombre hay cierta unidad entre la conciencia psicológica y la
conciencia moral. En efecto, la conciencia moral presupone la conciencia
psicológica y, a su vez, la conciencia moral complementa y enriquece la
conciencia psicológica.
Diferencia: La diferencia entre la conciencia psicológica y la conciencia moral
proviene de los distintos objetos a los que se dirige cada una de ellas. La
conciencia psicológica atestigua la existencia de los diferentes elementos que
entran en la estructura del yo, mientras la conciencia moral tiene la función de
valorar los actos del yo y, con ello la de trazar "un proyecto de vida" del yo.
5. La conciencia moral interior de la moralidad
Partamos de un hecho. Dos personas contemplan la misma acción moral. Por
ejemplo: alguien se arroja a un río tormentoso para salvar la vida de otra persona
que se está ahogando. Una de ellas capta la majestad del valor, objetivo que en
este caso es "arriesgar la propia vida por el prójimo". Otra persona puede juzgar
que es una idiotez exponerse al gran peligro de perder la vida para salvar la vida
de otro.
La conciencia moral de ambas personas implica dos elementos:

 Primero: la capacidad de valorar el acto de sacrificio. Esta capacidad recibe el


nombre de "norma interior de la conciencia".
 Segundo: la capacidad de aprehender el valor objetivo de la acción. En nuestro
ejemplo:" Dar la vida por el prójimo".

En el primer caso de nuestro ejemplo, hay adecuación entre "la norma interior
de la conciencia" y el "valor objetivo". En el segundo caso, la "norma interior de
la conciencia" no está de acuerdo con el "valor objetivo". ¿A qué se debe esta
diferencia? En el primer caso la norma de la conciencia interior está bien formada
y es capaz de captar el valor objetivo En el segundo caso, el egoísmo deformó
la conciencia moral, lo cual impide captar el "valor objetivo". De lo dicho fluye
lógicamente que la conciencia moral debe ser formada para captar los valores
objetivos y de esta manera proceder correctamente. Dicha necesidad es tan
antigua como el hombre. Sin embargo en los tiempos actuales, dicha necesidad
se acentúa poderosamente. Asoma la pregunta ¿Por qué? Hoy más que nunca
se ponen en duda los auténticos valores y muchas veces se los desvirtúa.

Ejemplo: bajo la apariencia de ayudar a los pobres se siembra el odio y se


propaga la "lucha de clases".

 Los valores absolutos se relativizan sustituyéndose a Dios.

 La verdad es reemplazada por la mentira para conseguir determinados fines.

Frente a este drama del hombre contemporáneo, el Papa Juan Pablo II recuerda
en su discurso a los jóvenes en Varsovia: "Al hombre hay que medirlo con la
medida de su conciencia".
Conforme a la actitud frente al orden moral objetivo, la conciencia moral
puede ser:

 Verdadera: Cuando las valoraciones de la conciencia están de acuerdo a


normas objetivas: Ej.: la conciencia alaba la virtud y condena el vicio.
 Falsa: Cuando las valoraciones no están de acuerdo a normas éticas de la
conducta. Ej.: ridiculizar la virtud y alabar el vicio.
 Segura: Cuando el hombre no tiene duda alguna acerca de la legitimidad o
ilegitimidad de una acción dada. Ej.: el deber del hijo es honrar a sus padres.
 Dudosa: Cuando las valoraciones son inseguras y cambiantes por motivos
pasajeros.

De "Lecciones de Ética" de Bruno Rychlowski.

Recuperado de https://www.apocatastasis.com/conciencia-moral.php el 03 de abril de


2018.
Trabajo, en una hoja escriba y explique un ejemplo de cada uno de los tipos de conciencia moral
(Verdadera, Falsa, Segura y Dudosa), pero no pueden haber dos ejemplos o explicaciones
parecidas entre los estudiantes, caso contrario su calificación será de cero. (15 minutos).

Trabajo en casa con sus representantes.


Entrega, (A, D)  11 de abril y el (B, C)  12 de abril; máximo hasta el primer recreo caso
contrario se considerará como trabajo atrasado y se calificará sobre cinco puntos.
El trabajo consiste en resolver las preguntas individuales resueltas por cada estudiante en el aula
de clase, con una extensión máxima de cinco líneas por respuesta pero con el caso de la lectura
acerca de las drogas. Y coloque ejemplos claros de otro tipo de problemas a su elección acerca de
los tipos de conciencia moral, de acuerdo con la última parte de la lectura (Verdadera, Falsa,
Segura, Dudosa).
El trabajo debe entregarse impreso, caso contrario se calificará sobre cinco. Tamaño de letra 12
puntos en Times New Roman.

El consumo de drogas: una valoración moral

1. Introducción

El consumo de drogas es un hecho antiguo. En todas las épocas los hombres


han conocido - y han consumido - sustancias que hacen experimentar estados
de lucidez y oscuridad mental, de excitación o de relajamiento en el ánimo, de
euforia o pasividad y abulia a quien las ingiere. Se trata, como es sabido, de
sustancias variadas que se engloban bajo la denominación común de drogas.
No es un hecho nuevo el consumo de drogas, pero en nuestros días es novedosa
la extensión del fenómeno, la calidad de los nuevos usuarios-la gente joven, los
adolescentes- y los intentos de justificación de esta conducta.

Por tratarse de un hecho humano, el consumo de drogas tiene junto a sus


aspectos médicos, psicológicos, sociales, jurídicos, etc., una dimensión moral.
Esta dimensión moral es la que estudiaremos a continuación.

image: https://www.apocatastasis.com/images/marihuana.jpg

Antes de comenzar es oportuno hacer presente que el examen oral de un hecho


significa penetrar en un orden de cosas distinto del orden en que se mueven las
ciencias comúnmente llamadas positivas o experimentales: la química, la
medicina, la psicología, la sociología, etc. A estas ciencias les interesan las
causas y los efectos inmediatos de las cosas o de los hechos; el moralista, en
cambio, se sitúa más abajo, podríamos decir, en el dominio del ser; y
específicamente, del ser del hombre. Porque la ciencia moral busca la norma, el
deber-ser, no arbitrario o antojadizo, sino necesario, que está vinculado al ser
mismo de las cosas y del hombre.
Uno de los primeros y más graves problemas con el que se topa el moralista es
el de determinar el criterio de moralidad. Arduo problema, larga y
apasionadamente discutido. Sin entrar, como es lógico, en el tema y para efecto
de nuestro estudio, precisemos que:

 En cualquier caso, el bien de un ser debe estar vinculado a la


permanencia y desarrollo de su mismo ser, no a su destrucción o
negación;
 El bien moral no hace excepción a este principio general;
 En consecuencia, la idea que uno tenga acerca de lo que el hombre es
-y deba llegar a ser- va a determinar sus criterios morales;
 Somos concientes de la dificultad que entraña formular una concepción
del hombre, precisamente por ser el hombre un ser libre, de algún
modo creador de sí mismo-entiéndase bien, que no se deja encasillar;
 Sin embargo también el hombre tiene necesidad de ser fiel a sí mismo,
a su ser, a su naturaleza, a su origen y a su destino. Destino que él no
inventa sino que recibe implícito en lo que es su ser y su capacidad de
llegar a ser;
 Fieles a la concepción occidental-cristiana pensamos en el hombre
como un ser corpóreo-espiritual, racional, libre y, en definitiva,
personal, hecho a imagen y semejanza del Creador y con un destino
trascendente.
Siendo las cosas así, la moral tomará sus criterios de bien y mal tanto de aquello
que el hombre es como de aquello que está llamado a ser, sin que haya entre
ambas cosas, como es lógico, contradicción alguna.
Aunque distinta de las ciencias experimentales, la moral no prescinde de las
aportaciones que éstas realizan, sabiendo, eso sí, que sus resultados son sólo
hipótesis de trabajo con validez sólo temporal. En el caso específico de las
drogas, por ejemplo, le interesan los resultados de la bioquímica, la psicología,
la psiquiatría, la sociología, etc., porque el efecto que éstas sustancias
produzcan en el cuerpo y en la psiquis del hombre es uno de los elementos -es
la base material- sobre los que se apoya el juicio moral.

Se ha de tener en cuenta también que siendo la moral quien hace presente al hombre su
fin y la conducta para alcanzarlo, lo propio del moralista no es señalar el mal -el error o
el pecado- sino el bien. Se puede decir que, propiamente, la moral es la ciencia del bien
y del camino para conseguirlo

2. El consumo de drogas

Para hacer la valoración moral del consumo de drogas es necesario,


previamente, determinar en qué consiste.
Se debe reconocer que la expresión "consumo de drogas" es un término amplio
que comprende varios hechos semejantes, aún conexos, aunque diferentes
entre sí. Distingamos, por eso:

a. El consumo por razones médicas


b. El consumo ocasional. Por curiosidad, imitación, moda, etc.
c. El consumo habitual. Aquél que se da cuando se consume la droga con
frecuencia, se va aumentando la dosis, pero se puede dejar sin graves
trastornos.
d. La toxicomanía. La adicción a una droga.
e. El caso específico de la marihuana.
f. El tráfico de drogas.
g. La dimensión social del consumo.
Entre los hechos señalados me parece que el consumo habitual de drogas es el
que plantea el problema moral en su forma más pura: se consume la droga
consciente y voluntariamente; se hace precisamente por los efectos que produce
en el orden sensitivo, intelectivo, vivencial; y se da la ocasión próxima de adquirir
la dependencia de ella. Por eso, éste es el caso que conviene estudiar en primer
lugar. Todo lo que sobre él se diga será la raíz de la que se nutran las soluciones
a los demás problemas.
Para los efectos de su estudio moral, el consumo habitual de drogas se podría
tipificar así:

Es el acto voluntario de ingerir con cierta frecuencia alguna sustancia que


tiene la capacidad de alterar por algún tiempo los procesos naturales de la
inteligencia, de la voluntad libre, de la afectividad y de la percepción,
realizando con el fin de obtener las sensaciones y vivencias novedosas y
placenteras que le son propias. Ingestión que se sabe que puede producir
acostumbramiento o dependencia física y psíquica.
Corresponde a las ciencias positivas determinar en cada caso la cantidad y la
calidad de la alteración de los procesos interiores que se producen. Lo que
parece incontrovertible es que hay una alteración íntima que deja a la persona
en una situación anormal.
En cuanto a la finalidad perseguida, se puede distinguir entre los que busca sólo
el goce específico y los que buscan las sensaciones más profundan que lo
acompañan: libertad, comunión con los demás, ausencia, seguridad, etc.
Respecto a la dependencia o acostumbramiento, se suele decir que es aquel
estado en el cual el adicto no puede suspender el consumo sin incurrir en graves
trastornos físicos y psíquicos; y en el que, por otra parte, buscar los medios para
seguir consumiendo la droga se convierte en un asunto importante de su
existencia.

3. Valoración moral
Los tratados clásicos de la moral tocan el tema de las drogas sólo en dos
ocasiones. De un modo explícito al estudiar los deberes que cada hombre tiene
para consigo mismo, y específicamente al tratar la virtud de la templanza. Y de
un modo más o menos implícito al examinar los elementos del acto humano libre.
A la templanza le interesa el tema porque ella mueve a usar rectamente de las
cosas, de tal modo que su uso favorezca el bien verdadero del hombre.

El tema de las drogas no ofrecía demasiadas variantes y dificultades como


problema moral. Sólo en los últimos años ha adquirido gravedad y matices
especiales con la difusión del consumo y con su extensión entre la juventud.
Para clarificar el problema es necesario formular la siguiente pregunta: ¿Es
bueno para un hombre, el padecer voluntariamente la alteración o la pérdida de
su capacidad de percibir, conocer, juzgar y decidir libremente en vista de un
placer específico que se obtiene con la droga o inmediatamente a través de ella?
Y también esta otra: ¿Es moralmente bueno ponerse en ocasión de adquirir una
dependencia tal o una droga que no sólo no se pueda vivir sin ella, sino que de
algún modo se viva para ella?
Las dos preguntas obtienen fácilmente una respuesta negativa. La mayor parte
de la gente se siente inclinada a afirmar: "No es bueno consumir drogas".
Examinemos nosotros, por un momento, la calidad moral de los efectos
señalados.
Digamos, en primer lugar, que lo que se ha llamado "alterar por algún tiempo los
procesos naturales de la inteligencia, de la voluntad libre, de la efectividad", etc.,
es más serio de lo que parece. Porque estas expresiones encierran, en realidad,
la alteración o la pérdida de las dos capacidades esenciales del hombre como
ser espiritual y personal: la autoconciencia y la autodeterminación libre. Es decir,
el que se droga renuncia -por un poco de tiempo, y esto no le resta significación-
al núcleo mismo de su ser personal, se puede decir, a ser persona; ya que en
aquel lugar donde cada uno es más estrictamente uno mismo, desde donde cada
uno realiza sus aportaciones originales, donde se toman las decisiones y se
asumen las responsabilidades, allí ya no hay un sujeto consciente, libre y
responsable, ya no está la persona, sino que opera una fuerza mecánica, ciega
y tiránica: la droga. La droga, que muestra un mundo distinto - por no decir falso,
engañoso, resbaladizo, fugaz - y que hace sentir, desear y vivir un mundo
extraño, curiosamente semejante - sospechosamente similar - al de más de una
patología de la personalidad. En estos casos sucede que nadie puede
verdaderamente responder de las acciones y decisiones porque la triste realidad
es que no pertenecen a nadie.
Ayuda a comprender la gravedad de lo que se ha dicho el pensar que la
singularidad y grandeza del hombre está precisamente en ser capaz de
conocerse y autodeterminarse con libertad: es el único ser que puede decir yo,
frente a todo el mundo, incluso frente al mismo Dios. Es otra persona.

Podemos concluir, por eso, que si el resultado del consumo de drogas es dejar
de ser personas es decididamente inhumano; nadie tiene tal dominio sobre sí
mismo que pueda, a voluntad, dejar de ser lo que es, renunciar a lo que ha
recibido por naturaleza. Hacerlo constituye un mal moral, y un mal moral grave.
La segunda de las preguntas formuladas merece consideraciones análogas;
porque entraña también un modo -aunque más limitado- de
despersonalización.
El hombre por su condición de ser espiritual y personal es la cima de la
creación. A nadie tiene sobre sí, salvo a Dios. Someterse a una cosa -
como se somete el adicto a su droga - desdice radicalmente de la
dignidad humana. Ninguno que lo haga hace un bien, ni a sí mismo ni a
sus semejantes.
Los hombres de nuestro tiempo somos especialmente sensibles a todo lo que
se relacione con la dignidad y la libertad humana. Ser esclavo es inhumano Ser
esclavo de una cosa, si cabe, peor.
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4. La objeción aparente

Es sabido que algunas drogas producen en el hombre un significativo aumento


de la capacidad natural de percepción y de goce en algunos órdenes específicos:
grados de emoción estética, penetración metafísica y vivencias místicas. Todo
lo cual es, evidentemente, bueno. La objeción sería:
"¿Cómo va a ser malo algo que produce tan buenos efectos, tal vez
imposibles de alcanzar mediante otro camino?"
Dicho alcance tiene una validez sólo aparente. Un análisis atento permite
concluir que:


La capacitación de la que se habla, si existe, es transitoria: dura
mientras se está bajo los efectos de la droga.
 El aumento de capacidad se refiere casi exclusivamente al orden de la
percepción; porque para operar con lo percibido, o para transmitirlo,
se tiene prácticamente las mismas habilidades que sin la droga. En
estos últimos años más de un pintor, músico o poeta ha realizado
experiencias de este tipo y todas con auténtico resultado: quizás se
eleva la percepción y el goce, pero eso no significa que la obra de arte
mejore.
 Se trata de una capacitación falsa, pues contradice las leyes esenciales
del progreso humano. Todo progreso ha sido siempre resultado de un
proceso gradual, lento, laborioso, sacrificado. La ascesis, la renuncia,
la fortaleza de ánimo, el desprendimiento, la generosidad y
frecuentemente el fracaso, han sido las armas y los compañeros
inseparables de los pasos del hombre hacia las alturas o hacia las
profundidades del conocimiento del mundo, de sí mismo y de Dios.
Por eso pensamos que está lejos del verdadero progreso quien intenta
conseguir los mismos avances a través del fácil y cómodo recurso de
la manipulación química de sí mismo.
A menudo, lo único que consigue esta conducta es camuflar, durante un lapso,
la indefectible impotencia del individuo tras una "omnipotencia" de origen
químico.
Una prueba supletoria de la falsedad del progreso humano por este camino es
la escasa importancia que en la vida familiar o social tiene el consumidor habitual
de la droga. Nada puede dar porque en realidad nada tiene; y lo que parece tener
- la percepción, la vivencia, la libertad, la seguridad, la apertura a los demás, etc.-
en realidad no le pertenece a él, sino a una sustancia química externa, y por
tanto, no puede darlo. Aun cuando tuviere algo, no tiene interés en compartirlo,
porque la droga es un goce egoísta y solitario. Quien se droga piensa en sí
mismo y en su goce. Y si afirma que el químico es su estímulo y puerta de
comunicación con los demás, se engaña. Pues su comunicación con los demás
es de pobrísimo contenido: el que nace de una orgía de drogas, el de un
encuentro sexual fortuito e impersonal, el de una coincidencia en la rebeldía. No
hay amistad, ni amor, ni fraternidad, ni solidaridad basados en valores reales.

Este trágico fenómeno adquiere particular relieve cuando se da entre los


adolescentes y entre la gente joven. Ellos están aprendiendo a vivir, a avanzar,
a progresar, a comunicarse con los demás. Fracasan en asuntos importantes y
se sienten desencantados de todo.
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5. La marihuana

Es la droga más difundida entre la gente joven. Constituye la puerta a otras


adicciones y se ha convertido en una especie de símbolo. Su consumo resulta
significativo como fenómeno social y también como revelador de lo que ocurre
en este sector de nuestra sociedad. Casi sin desarrollar, enumero los siguientes
temas:

 La marihuana como puerta de evasión de problemas familiares, escolares,


afectivos, económicos, de relación con los demás, de adaptación, etc.
 La marihuana y la formación de malos hábitos: flojera, recurso a lo fácil,
egoísmo, hedonismo, anarquía, irreverencia a valores probados como: el
amor, la mujer, los padres la patria, la vida, la persona misma.
 La marihuana como expresión de una vida sin sentido de lo sagrado y de lo
trascendente. La ausencia de Dios.
La relación que parece observarse entre la marihuana y muchos de estos
elementos negativos señalados, lleva a concluir que aunque fuera inocua en el
terreno psíquico habría que darle importancia a su consumo entre los jóvenes
por el papel revelador que desempeña.

6. Conclusión

El análisis moral realizado lleva a una conclusión: la ilicitud moral del consumo
de drogas. De ahí que pueda resultar más interesante el recuento y la ordenación
de los elementos conjugados para llegar a ella.
Aunque en el trabajo no se han destacado los elementos sociales -los factores
inductivos, las presiones ambientales o las consecuencias de la familia o la
comunidad-, es indudable son relevantes. En el orden moral es decisivo el
mundo de la persona. Por eso, el peso de la argumentación ha descansado
sobre el valor, la dignidad y la grandeza de este ser espiritual y libre que es la
persona. Y esto, porque aunque hoy se habla de una responsabilidad social -
como responsabilidad de ese ente que es la sociedad - lo cierto es que puede
responder sólo quien tiene una conciencia que pueda prever y una libertad que
pueda elegir, lo que se cumple radicalmente sólo en la persona humana.
La argumentación, hemos dicho, descansa en la persona, porque es el bien
moralmente protegido. De lo que se sigue una conclusión importante: aunque en
el orden jurídico positivo sea necesario tomar medidas de prevención y/o
represión, de este mal personal y social, la solución parece estar vinculada al
desarrollo de los valores de la persona.
A modo de ejemplo se indican algunas líneas de preocupación:
 Difundir un conocimiento exacto y veraz de lo que es la persona: su
ser, su dignidad, su origen, el sentido de la vida, de quehacer en la
tierra, su destino eterno.
 Dar a conocer, favorecer y fomentar lo que son los valores de la
persona; específicamente lo que son las virtudes de os hombres:
amor a la verdad, libertad responsable, espíritu de servicio,
sinceridad, laboriosidad, generosidad, sano optimismo, espíritu de
sacrificio, fortaleza, amabilidad, respeto, deseos de superación,
humildad, etc.
 Fomentar el desarrollo de los valores esenciales de la fe y la religión,
del matrimonio, de la familia, la amistad, el amor entre el hombre y la
mujer, el trabajo honesto, etc.
 Favorecer las actividades deportivas, culturales y artísticas.

Resumen: El consumo de drogas desde un punto de vista ético y religioso. De "Juventud


y drogas", Eugenio Zúñiga San Martín.

Recuperado de https://www.apocatastasis.com/consumo-drogas-valoracion-moral.php
el 3 de abril de 2018.

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