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VERSION ESCRITA DE RESPUESTA AL EMPLAZAMIENTO

Sr. Juez Letrado de Primera Instancia de lo Contencioso

Administrativo de 1° Turno :

MUTUAL URUGUAYA DE FUTBOLISTAS PROFESIONALES, con

domicilio real en Rivera 2392, Montevideo, representada en

este acto conjuntamente por la Dra. Andrea Martínez D’Albora

(C.I. 2.668.231-3), la Cra. Mariana Lacaño Silva (C.I.

2.550.723-1) y por el Dr. Marcelo Amorín Pisa (C.I. 2.669.865-

5), en su calidad de interventores según emerge del

certificado notarial adjunto, constituyendo domicilio físico

en Plaza de Cagancha 1335 Esc. 601 (Estudio

Pescadere/Peri/Pezzutti) y en la casilla

216170730017@notificaciones.poderjudicial.gub.uy,

compareciendo en los autos caratulados “SUAREZ, EDISON y otros

c/ MINISTERIO DE EDUCACION Y CULTURA, PODER EJECUTIVO- AMPARO”

I.U.E. 2-9292/2018, al Sr.Juez se presenta y EXPRESA:

Que viene a dejar constancia escrita de su respuesta al

emplazamiento del que ha sido objeto en estos autos y que se

habrá de formular en la audiencia convocada por la Sede, en

los siguientes términos:

1
I. LA ACCION DE AMPARO DEDUCIDA POR LOS ACTORES

1. Surge de autos que con fecha 20 de marzo del corriente

año, comparecieron a deducir acción de amparo los Sres.

Enrique Saravia, Fernando Kanapkis, Javier Benia, Braian

de Barros, Hector Morán, Edison Suárez, Marcelo Cataldo y

Pablo Munhoz, expresando ser “todos dirigentes de la

Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales” quienes

denuncian como domicilio real la finca de Fiol de Pereda

1249 a la que llaman “la sede provisoria de la Mutual”.

2. Manifestaron ser miembros de la Comisión Directiva de la

Mutual “desplazados arbitrariamente por el Poder

Ejecutivo por Resolución N° 1160/017 del 16 de noviembre

de 2017, dictada por el Ministerio de Educación y Cultura

en ejercicio de atribuciones delegadas del Poder

Ejecutivo”, resolución que manifestaron haber recurrido

en tiempo y forma.

3. Entablaron su acción de amparo contra el Poder Ejecutivo

(Ministerio de Educación y Cultura).

4. Expresaron que “el interventor ha convocado para este

jueves una Asamblea con el objeto de modificar los

Estatutos”.

2
5. Señalan que “la intervención es absolutamente nula por

inconstitucional, por violar la libertad sindical y/o de

asociación”.

6. Expresan también que “el Gobierno pretende dar a la Mutual

un estatuto de su agrado”.

7. Refieren a que siendo la Mutual un sindicato, tanto la

intervención como la convocatoria por parte de los

interventores a una Asamblea con el objeto de modificar

sus estatutos es violatoria del art. 3 del Convenio

Internacional N° 87 de la OIT el cual establece: “1. Las

organizaciones de trabajadores y empleadores tienen el

derecho a redactar sus estatutos y reglamentos

administrativos, el de elegir libremente sus

representantes, el de organizar su administración y sus

actividades y el de formular su programa de acción. 2.

Las autoridades públicas deberán abstenerse de toda

intervención que tienda a limitar ese derecho o

entorpercer su ejercicio legal”.

8. Manifiestan que lo que hizo de hecho el Ministerio de

Educación y Cultura al haber procedido a disponer la

intervención mediante el acto administrativo ya aludido,

antes lo había intentado esa cartera en la vía judicial

en los autos tramitados ante la Sede Civil de 2° Turno

3
(autos I.U.E. 2-13869/2017); manifiestan que en esos

autos, solicitó el Poder Ejecutivo “remoción provisional”

de los integrantes de la Comisión Directiva de la Mutual

(o sea nosotros)”.Refieren a que “por sentencia 1962/2017

la titular del Juzgado rechaza de plano la “remoción

provisional”. Y concluyen en que “la Sentencia,

magistral, niega rotundamente que el Poder Ejecutivo

tenga la facultad de remover autoridades,etc”.

9. En base a lo expresado señalan que el objeto de su

pretensión en el amparo consiste “únicamente en que se

deje sin efecto la convocatoria a Asamblea hasta tanto no

cese la intervención; por cuanto el Poder Ejecutivo no

tiene competencia alguna para inmiscuirse en las

regulaciones internas de los sindicatos, tal como lo dice

el citado art. 3° del Convenio 87 de la OIT”.

10. Sin embargo, en el petitorio de la demanda concretan

su pedimento expresando que solicitan “se haga lugar a

nuestro pedido de amparo, ordenando al Poder Ejecutivo -

en mérito a los fundamentos expuestos- dejar sin efecto

sine die la convocatoria a Asamblea”.

11. Como habrá de verse en los capítulos que siguen la

acción de amparo deducida resulta manifiestamente

4
infundada y por ende deberá rechazarse imponiéndosele a

los promotores las máximas sanciones procesales.

12. En efecto, no se cumplen en la especie los elementos

ni subjetivos ni objetivos previstos en la normativa

vigente para que prospere el presente accionamiento.

II. INEXISTENCIA DE LOS ELEMENTOS SUBJETIVOS PARA QUE

PUEDA PROSPERAR LA ACCION DE AMPARO DE AUTOS.

13. Comenzaremos por analizar si se cumplen o no en el

presente caso los requisitos subjetivos del proceso de

amparo.

14. A este respecto, debemos decir que -dando por buena

la competencia de la sede y la capacidad de las partes-

resulta imprescindible adentrarse en el análisis de la

legitimación en la causa de los actores (legitimación

activa) y de la institución compareciente (legitimación

pasiva).

15. Igualmente se evaluará la legitimación pasiva del

M.E.C..

5
A) ACERCA DE LA FALTA DE LEGITIMACION PASIVA EN LA

PRESENTE CAUSA TANTO DEL PODER EJECUTIVO (MINISTERIO DE

EDUCACION Y CULTURA) COMO DE LA MUTUAL URUGUAYA DE

FUTBOLISTAS PROFESIONALES.

16. Como ya se refirió en el capítulo introductorio la

demanda de autos se dirigió contra el Poder Ejecutivo

(Ministerio de Educación y Cultura).

17. Del mismo modo, como ya se dijo, los actores

solicitaron en el petitorio de su demanda “que se ordene

al Poder Ejecutivo” a dejar sin efecto sine die la

convocatoria a Asamblea.

18. Al comparecer en la audiencia de precepto, el

Ministerio de Educación y Cultura -acertadamente- puso de

manifiesto su falta de legitimación pasiva, en tanto no

fue ese Ministerio quien convocó a la Asamblea cuya

suspensión se peticionó en la demanda, sino que quien lo

hizo -como no podía ser de otra manera- fue la propia

Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, persona

jurídica distinta del Estado.

19. Señaló el Ministerio, que la circunstancia de que la

Asamblea haya sido convocada por los interventores en

6
nada altera su falta de legitimación en tanto una vez

nombrados los mismos por el Poder Ejecutivo, sobre estos

últimos por expresa disposición legal aquella cartera no

puede incidir en su función.

20. Del mismo modo, expresó igualmente con acierto el

Ministerio “que en el hipotético caso de que la Sede

decidiera amparar la pretensión de los actores, el

Ministerio de Educación y Cultura no podría suspender la

Asamblea en tanto carece de potestad para ello”.

21. Y concluye el Ministerio que “la única legitimada

para ser demandada en esta acción era la propia Mutual

Uruguaya de Futbolistas Profesionales” en tanto la

intervención convoca a Asamblea en el ejercicio de la

autoridad directiva conferida por la Resolución indicada

supra, razón por la cual debió ser la demandada en

autos”.

22. Atento a las expresiones del demandado, en la propia

audiencia el Sr. Juez a través de la providencia 350/2018

dispuso:

“VISTOS Y RESULTANDO:

Lo dispuesto en el art 7 de la Ley 16011 y la pretensión

movilizada por los actores.

CONSIDERANDO:

7
1) Que este juzgado no dicta sentencias testimoniales, cual

seria el caso de que se verificara en el mundo real la

asamblea que se quiere impedir y posteriormente recayera el

fallo.

2) Por este motivo y al tenor de la norma citada, se

dispondrá como medida cautelar la suspensión de la asamblea

convocada para el día de hoy a la hora 19:30 ( fs 2) , sin

perjuicio de lo que en definitiva resulte del fallo de

merito.

3) Que el Estado cuestiona su legitimación pasiva y la sede

parcialmente comparte este temperamento en el entendido de que

la Mutual (que aún conserva su personería jurídica vigente),

debe ser traída al proceso.

4) Dado que la legitimación de las partes es presupuesto para

el valido dictado de una sentencia y al tenor de lo dispuesto

en el art 12 de la Ley de Amparo, de oficio se habrá de

disponer el emplazamiento de la Mutual y la convocatoria a la

audiencia que se dirá.

Por lo expuesto RESUELVO:

I) COMO MEDIDA CAUTELAR SUSPENDER LA ASAMBLEA GENERAL A

VERIFICARSE EN EL DIA DE LA FECHA, COMETIENDOSE A LA SRA

ACTUARIA Y/O ALGUACIL DE LA SEDE, NOTIFICAR A LAS

8
AUTORIDADES DE LA MUTUAL LA PRESENTE RESOLUCION, BAJO

APERCIBIMIENTO.

II) EMPLAZAR A LA MUTUAL DE FUTBOLISTAS Y EN EL MISMO

ACTO, NOTIFICARLA DE LA AUDIENCIA QUE SE CONVOCA PARA EL

DIA 2 DE ABRIL DE 2018 HORA 15:30.

QUEDAN NOTIFICADAS LAS PARTES AQUI PRESENTES”.

23. Atento a lo resuelto por la Sede es que la Mutual

Uruguaya de Futbolistas Profesionales comparece en estos

autos, aunque poniendo de manifiesto que carece de

legitimación pasiva en la presente causa como se habrá de

ver seguidamente.

24. A este respecto debe tenerse presente que el proceso

de amparo, es un proceso contencioso regido por el

proceso dispositivo.

25. Por ello, como ha señalado la doctrina1 es una

manifestación incontrastable de dicho principio la

circunstancia de que “constituye una actividad privativa

de las partes la aportación de los hechos en que aquellas

funden sus pretensiones y defensas, y que, por lo tanto,

le esté vedada al Juez la posibilidad de verificar la

existencia de hechos no afirmados por ninguno de los

litigantes”.

1
Véscovi, De Hegedus, Klett, Landeira, Simón y Pereira Campos, CGP Anotado, concordado y comentado,
Editorial Abaco, Montevideo, 1992, Tomo 1, pág. 63.

9
26. Como bien indica Valentín2 a estos efectos deben

considerarse “hechos” a todo “suceso, acontecimiento o

acción previsto como supuesto de la norma jurídica que le

adjudica, ante su verificación, determinadas

consecuencias o efectos.

Esos hechos comprenden acontecimientos concretos,

materiales o inmateriales de la vida humana o del mundo

exterior. Comprenden también, a ciertos sujetos, personas

físicas o jurídicas, que realizan conductas jurídicamente

relevantes.

Es por eso que, como advierte ABAL, los “sujetos” de la

pretensión no son un elemento de la misma diferente de

los hechos, de los que inescindiblemente forman parte.

Pero además, los sujetos también forman parte

inescindible de la cuestión de derecho (ya que son

comprendidos por normas jurídicas) y del petitorio o

requisitoria, ya que la declaración, constitución o

condena que se requiere también refiere a conductas o

situaciones que los comprenden”.

27. Por eso es que dados los hechos que forman parte del

objeto del presente proceso de amparo determinado por los

actos de proposición de la parte actora (los Sres.

2
Valentin, Gabriel, Principio de congruencia y regla iura novit curio en el Proceso Civil Uruguayo, FCU, 2013,
pag 107

10
Saravia, Kanapkis, Benia, de Barros, Morán, Suárez,

Cataldo y Munhoz) y de la parte demandada (el Poder

Ejecutivo, Ministerio de Educación y Cultura).

28. De ello emerge que la Mutual Uruguaya de Futbolistas

Profesionales carece de legitimación pasiva en tanto al

no haber sido demandada en estos autos carece de uno de

los vínculos imprescindibles que la conectarían con el

objeto del presente proceso.

29. Ha dicho en tal sentido con gran claridad Abal3

refiriéndose a “…cuál es el vínculo que en nuestro Derecho

debe existir (para que tengan legitimación en la causa)

entre los sujetos a los se atribuyen los actos procesales

correspondientes a los demandados y el objeto del proceso

(en otra expresión, muy usual, para que los sujetos tengan

legitimación en la causa “pasiva”).

Y bien -expresa ABAL-tratándose de los demandados (que sólo

existen si estamos ante un proceso contencioso), el vínculo

se crea cuando los sujetos son identificados como demandados

por los actores y, además, según los términos de la demanda

esos demandados son los titulares del perjuicio que se

sufriría si el tribunal satisface injustamente -esto es

equivocándose- la pretensión de dichos actores.

3
Abal, Alejandro, Derecho Procesal, T. III, pag 55 y sgtes.

11
Analicemos estos conceptos.

En primer lugar, conforme a la doctrina, a la que a falta de

definición legal nuevamente debemos acudir para interpretar

la expresión “legitimación en la causa para ser demandado”,

en principio lo que el Derecho Procesal requiere para que un

sujeto quede habilitado (“legitimado”) para intervenir como

demandado en un proceso es, solamente, que ese sujeto sea el

mismo sujeto a quien el actor identificó como demandado en

la demanda (el vínculo lo crea entonces el actor al

presentar su demanda, cuando conforme lo dispone el numeral

3 del art. 117 del C.G.P. individualiza como contraparte a

este sujeto).

De acuerdo a esta primera aproximación, aún si los actores

hicieran una identificación de los demandados que aparece

incorrecta, por no ser estos los titulares del perjuicio que

se sufriría si el tribunal satisface injustamente la

pretensión, esos demandados serían de toda forma los sujetos

“legitimados en la causa” y, por tanto, los únicos sujetos a

los que se pueden atribuir en ese proceso concreto los actos

correspondientes a los demandados. Y ello aunque la eventual

sentencia no los pueda nunca afectar (pues quien sufriría el

perjuicio si el tribunal se equivoca no serán ellos, sino

otros sujetos).

12
En otras palabras, para realizar la actividad procesal

propia de los demandados en el ámbito de un proceso concreto

estarían legitimados los sujetos que, bien o mal (según sean

o no los titulares del perjuicio que existiría si la

sentencia satisface injustamente la pretensión), fueron

identificados como demandados por los actores…”

“Empero, conforme al concepto señalado al comienzo de este

apartado, para que un sujeto tenga legitimación en la causa

para ser demandado nuestro Derecho Procesal exige algo más

que la mera individualización como tal por el actor.

Efectivamente por lo que expresa el art. 11.2 del C.G.P.,

nuestra legislación procesal considera insuficiente ese

vínculo, exigiendo para que exista esta legitimación en la

causa pasiva que además de esa identificación, y de acuerdo

a lo que se ha alegado en aquella demanda, ese sujeto sea el

titular del perjuicio que se causaría si el tribunal

satisficiera injustamente (equivocándose) la pretensión de

los actores. En otras palabras, se exige que ese punto sea

el que deba pagar la suma que establezca la eventual

sentencia de condena, o que sea quien resulte divorciado por

la eventual sentencia que decrete la disolución del

matrimonio, o que sea quien debe sufrir la eventual pena

13
privativa de la libertad que fije una sentencia que concluya

un proceso penal,etc”.

Se trata, una vez más, de que de la demanda resulte posible

que ese sujeto tenga un “interés” personal…

En consecuencia, si de la demanda resulta que no existe la

requerida coincidencia entre el sujeto individualizado como

demandado y aquel sujeto que sufriría el perjuicio en caso

de que el tribunal satisficiera injustamente al actor, el

primero de estos sujetos carecería de legitimación en la

causa para ser demandado y los actos correspondientes a un

demandado que se le atribuyan en ese proceso serán

inadmisibles(naturalmente que tampoco tendría esta

legitimación en la causa el titular del perjuicio, en su

caso por no haber sido individualizado como demandado por

los actores)”.

30. Precisamente esto es lo que ocurre en el presente

caso, y por ende ni el Poder Ejecutivo (Ministerio de

Educación y Cultura) ni la Mutual Uruguaya de Futbolistas

Profesionales tienen legitimación causal pasiva.

31. En el caso de Poder Ejecutivo (M.E.C.), porque aunque

los actores en su demanda lo identificaron como

“demandado” en tanto dirigieron en su contra la demanda y

en el petitorio o requisitoria solicitaron se le ordene

14
al Poder Ejecutivo que suspenda la Asamblea de socios de

la Mutual, no se verifica a su respecto el segundo de los

requisitos para que esté legitimado pasivamente: no hay

coincidencia entre el sujeto individualizado como

demandado (el P.E.- M.E.C.) y aquel sujeto que sufriría

el perjuicio en caso de que el tribunal satisficiera

injustamente al actor (la M.U.F.P.).

32. Del mismo modo, la Mutual Uruguaya de Futbolistas

Profesionales carece igualmente de legitimación procesal

pasiva por cuanto si bien es quien sufriría el perjuicio

en caso de que el tribunal satisficiera injustamente a

los actores, no fue identificada por ellos en su libelo

inicial como sujeto “demandado”.

33. La hubiera tenido si los actores la hubieran

identificado como demandada.

34. Pero en tanto no lo hicieron deviene imposible

jurídicamente que adquiera tal legitimación.

35. Véase al respecto que el art. 5 de la ley 16.0114

remite en cuanto a los requisitos que debe cumplir la

demanda de amparo a las normas procesales generales, y a

este respecto el art.117 num. 3 del Código General del

4
Artículo 5º.- La demanda se presentará con las formalidades prescriptas en el Código de Procedimiento Civil,
en cuanto corresponda, indicándose, además, los medios de prueba a utilizar.
La prueba documental se acompañará necesariamente con la demanda.

15
Proceso, impone al actor la identificación del demandado

y de su domicilio.

36. Del mismo modo, el art. 9º literal A) de la ley

16.011, establece que la sentencia que haga lugar al

amparo deberá contener “La identificación concreta de la

autoridad o el particular a quien se dirija y contra cuya

acción, hecho u omisión se conceda el amparo”.

37. Y evidentemente en caso de que prospere el amparo

debe existir una relación de identidad entre el sujeto

designado por el actor como “demandado” y sobre quien

recaigan las consecuencias del fallo estimatorio.

38. Pues de lo contrario, existiría una flagrante

violación del principio de congruencia.

39. Por tanto, el emplazamiento a la Mutual que de oficio

ordenó la Sede en el presente caso no es ajustado a

Derecho.

40. En efecto, en la resolución más arriba transcripta,

el Sr. Juez, invocando las facultades previstas en el

art. 12 de la ley 16.0115 consideró que debía ordenar

5
Artículo 12.- En los juicios de amparo no podrán deducirse cuestiones previas, reconvenciones ni incidentes.
El Juez, a petición de parte o de oficio, subsanará los vicios de procedimiento, asegurando, dentro de la
naturaleza sumaria del proceso, la vigencia del principio de contradictorio.

Cuando se planteare el recurso de inconstitucionalidad por vía de excepción o de oficio (ley 13.747, de 10 de
julio de 1969) se procederá a la suspensión del procedimiento sólo después que el Magistrado actuante haya
dispuesto la adopción de las medidas provisorias referidas en el artículo 7º de la presente ley o, en su caso,
dejando constancia circunstanciada de las razones de considerarlas innecesarias

16
dicho emplazamiento en tanto la legitimación de las

partes es un presupuesto para el valido dictado de la

sentencia.

41. Sin embargo, la facultad de identificar al demandado

es, en un proceso dispositivo como el de autos, de

resorte exclusivo del actor y el tribunal no puede por

tanto transgredir ese límite aún con la loable intención

de resolver una contienda social. Pues, de lo contrario

actuaría fuera de los límites que le impone el inciso 1°

del art. 10 de la Constitución de la República6.

42. Entonces precisamente, como dice el titular de la

Sede, lo que corresponde es que declare que no en el

presente proceso no existe legitimación pasiva del

Ministerio de Educación y Cultura.

43. No procede que se incorporen de oficio sujetos al

proceso, buscando a alguno que de haber deducido

correctamente la demanda los actores si la tuvieran.

44. Adviértase también que del mismo modo resulta

improcedente el emplazamiento de oficio de la Mutual como

tercerista necesario.

45. En efecto, para que proceda la intervención provocada

de terceros resulta menester que el demandado, en el

6
Art. 10. Las acciones privadas de las personas que de ningún modo atacan el orden público ni perjudican a un
tercero, están exentas de la autoridad de los magistrados.

17
presente caso el Poder Ejecutivo (Ministerio de Educación

y Cultura), active al contestar la demanda, bien el

mecanismo previsto en el art. 51 del Código General del

Proceso, bien el previsto en el art. 53 del mismo cuerpo

normativo.

46. La única hipótesis en la que en nuestro ordenamiento

corresponde el emplazamiento de oficio de una persona no

demandada (esto es, de un tercero) está prevista en el

art. 54 del Código General del Proceso, que faculta al

tribunal a ordenar el mismo en caso de que se presuma una

situación de fraude o colusión.

47. Lo que, en el presente caso, no sólo no se verifica

sino que tampoco fue la razón expresada por la Sede para

disponer el emplazamiento.

48. Por último, y como elemento que termina de corroborar

lo se viene de decir, debe verse que la ley de amparo,

atento a las particulares características del instituto,

prevé en su art. 8, que “la circunstancia de no conocerse

al responsable del acto, hecho u omisión impugnados, no

obstará a la presentación de la demanda, en cuyo caso el

Juez se limitará a la eventual adopción de las medidas

provisorias previstas en el artículo 7º, siempre que se

hayan acreditado los extremos referidos en dicha norma”.

18
49. Hipótesis que tampoco se verifica en la especie.

50. En ese sentido, la parte actora señaló en su demanda

que quien había convocado a la Asamblea de socios de la

Mutual, había sido la propia Mutual a través de las

autoridades nombradas como consecuencia de la

intervención.

51. Por ende, no ignoraba quien era el “responsable del

acto, hecho u omisión impugnado”.

52. Es a todas luces evidente que la ignorancia de la

identidad del presunto “responsable del acto, hecho u

omisión impugnado” refiere a una ignorancia en el terreno

de los hechos y no a un desconocimiento jurídico acerca

de cómo funcionan en nuestro país las personas jurídicas,

y menos aún si los actores fueron quienes se encontraron

al frente de dicha persona jurídica durante muchos años y

hasta hace poco más de cuatro meses.

53. Pero, aún si los actores hubieran alegado desconocer

al “responsable del acto, hecho u omisión impugnado” -que

no lo hicieron y no lo podían hacer-, la propia ley

16.011 solo habilita al tribunal en esa hipótesis a

adoptar las medidas provisionales previstas en el art. 7

(la ley expresa “el Juez se limitará a la eventual

adopción de las medidas”).

19
54. Pero en ningún caso lo habilita a buscar a los

sujetos que pudieran tener legitimación en la causa.

55. Por todo lo que viene de decirse, la comparecencia de

la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales en estos

autos no implica aceptar de ningún modo legitimación

causal pasiva, cuya carencia se denuncia en este

capítulo.

56. Por lo dicho, no existiendo legitimación causal

pasiva ni por parte del Poder Ejecutivo (Ministerio de

Educación y Cultura), ni por la Mutual Uruguaya de

Futbolistas Profesionales, corresponde que se clausuren

estos procedimiento por no existir manifiestamente

legitimación causal pasiva, presupuesto procesal esencial

para el dictado de una sentencia válida y eficaz.

B) FALTA DE LEGITIMACION ACTIVA DE LOS SRES. SARAVIA,

KANAPKIS, BENIA, DE BARROS, MORÁN, SUÁREZ, CATALDO Y

MUNHOZ.

57. Más allá de que, como se dijo, ni el Poder Ejecutivo

ni la Mutual tienen legitimación causal pasiva en estos

autos, cabe decir igualmente que los actores carecen

igualmente de legitimación causal activa como también ya

lo ha adelantado en su contestación el Ministerio.

20
58. En ese sentido, los actores refieren en su escrito

ser “todos dirigentes de la Mutual”.

59. Del mismo modo, denuncian que el domicilio real de la

Mutual, su “sede provisoria” como le llaman, es en la

finca sita en Fiol de Pereda 1249 y no en Rivera 2392,

como acontece en la realidad.

60. Se presentan pues, como una suerte de “gobierno en el

exilio”, remedando tristemente -si se nos permite la

licencia- la situación de la Segunda República Española

durante la dictadura franquista.

61. Pues bien. Para comenzar, y por obvio que parezca, es

necesario decir que los Sres. Saravia, Kanapkis, Benia,

de Barros, Morán, Suárez, Cataldo y Munhoz no son

dirigentes de la Mutual Uruguaya de Futbolistas

Profesionales.

62. Lo fueron. Pero precisamente a través de la

resolución del Ministerio de Educación y Cultura a la que

aluden en su demanda se dispuso la intervención de la

Mutual con desplazamiento de sus autoridades y, por ende,

dejaron de serlo.

63. Esta precisión por sencilla que parezca, no es para

nada superflua pues proyecta relevantes consecuencias en

el plano de la legitimación causal activa.

21
64. A este respecto expresa Abal7:

“¿Cuándo existe el vínculo que otorga a los sujetos

legitimación en la causa para ser actores o gestores

(legitimación en la causa “activa”)?

… cuando se trata de los actores (proceso contencioso), el

vínculo se crea al iniciar los sujetos un proceso para

requerir al tribunal que elimine una insatisfacción jurídica

que conlleva un perjuicio del que, según los términos de su

demanda…, ellos mismos son titulares(…)”.

En principio entonces el vinculo es creado por los mismos

actores (…) al presentar sus demandas…

No obstante, (…) para que el vínculo entre el sujeto y el

proceso sea suficiente para “legitimar” su intervención,

nuestro Derecho Procesal requiere algo más.

En efecto, según surge del art. 11.2, numeral 9 del art. 133

y numeral 5 del art. 341 del C.G.P. (….= nuestra

legislación procesal … considera insuficiente ese vínculo,

exigiendo además que si fueran ciertos los hechos alegados

en la demanda… (y sin importar a este efecto de la

legitimación causal que sean o no ciertos), según el Derecho

(comprendiendo todo el Derecho y no solo el alegado por el

interesado), ese sujeto sea el titular de un perjuicio

7
Abal,op. Cit. Pag. 47 y sgtes.

22
causado por una insatisfacción jurídica cuya existencia se

alega en esa demanda (…) y que según el Derecho Procesal se

puede eliminar por esa clase de proceso; en otras palabras,

a través de esas normas se exige que ya desde el inicio del

proceso resulte que ese sujeto tiene un “interés” personal,

y esta exigencia pasa a integrar el concepto de legitimación

en la causa.

(…), debe tenerse presente que lo que la ley exige es

solamente que de la demanda (…) resulte que es posible una

coincidencia entre el sujeto que quiere intervenir como

actor (…)y el sujeto, que siempre según tal demanda o

solicitud inicial es el titular del perjuicio causado por

la insatisfacción jurídica cuya existencia se alega (…)

(…)la legitimación en la causa para ser actor debe resultar

de la demanda; no debiendo consultarse para determinar su

existencia ningún otro elemento (salvo, claro está, las

normas que establecen la titularidad de los derechos). Y,

especialmente (pues se suele incurrir en frecuentes errores

al respecto), a que en orden a determinar la existencia de

la legitimación en la causa para nada importa ni deba

considerarse la prueba. Y ello porque, a este efecto, no

interesa si los hechos alegados realmente existen. Es que,

en efecto, a fin de determinar si tiene legitimación en la

23
causa para nada importa que el sujeto considerado sufra el

perjuicio que dice que sufre” (el destacado nos pertenece).

65. En efecto, lo que debe tomarse en consideración a los

efectos de determinar la legitimación causal activa es el

carácter o calidad que se autoatribuye la parte actora y

su vinculación con el objeto procesal y la posibilidad de

que ese carácter o calidad efectivamente sea reconocida

en el fallo de fondo.

66. Pues precisamente esos son los contornos del interés

procesal.

67. Así, como se dijo los actores se autoatribuyen la

calidad de dirigentes de la Mutual.

68. Sin embargo, si fuera cierto que efectivamente ellos

fueran actualmente dirigentes de la Mutual, carecerían de

interés en la causa, pues no serían titulares de ninguna

insatisfacción jurídica.

69. Ellos podrían eventualmente haber presentado la

acción de amparo alegando su carácter de socios de la

Mutual ya sea alegando un interés individual o aun un

interés colectivo.

70. Pero no lo hicieron.

24
71. O aunque es bastante difícil visualizarlo en la

práctica en este caso podrían haber alegado representar

un interés difuso.

72. Pero tampoco lo hicieron.

73. Alegaron tener un interés personal como dirigentes de

la Mutual.

74. Y ello determina una contradicción insalvable, una

contradictio in adjectio, que los conduce a un callejón

sin salida.

75. Es que sin son actualmente dirigentes de la Mutual no

tienen interés procesal y por tanto no tienen

legitimación causal activa; y si no lo son (como

efectivamente ocurre) no coincide la calidad que se

autoatribuyeron con el interés que pretenden tutelar con

su demanda, por lo que carecen también de legitimación

causal activa.

76. Por lo dicho, y más allá de que como se señaló antes

no existe legitimación causal pasiva, debe tenerse

también presente que los actores carecen de legitimación

causal activa y por ende, faltando tales presupuestos

procesales no puede dictarse una sentencia válida y

eficaz sobre el fondo del asunto y así debe declararse.

25
III) INEXISTENCIA DE LOS ELEMENTOS OBJETIVOS REQUERIDOS PARA

QUE PROSPERE LA PRESENTE ACCION DE AMPARO.

77. Más allá de la falta de legitimación causal y por

ende de la falta de cumplimiento de los requisitos habrá

de verse que tampoco se verifican en el caso los

requisitos objetivos para que pueda prosperar la acción

de amparo incoada y por ende, aún de considerarse que

existe tal legitimación la demanda debe ser rechazada

imponiendo a los promotores las máximas sanciones

procesales.

78. Como ha expresado Viera8 “los elementos objetivos del

amparo resultan de los arts. 1° y 2° de la Ley. Son, un

acto, hecho u omisión, que lesione, restrinja, altere o

amenace un derecho o libertad reconocida, expresa o

implícitamente por la Constitución, salvo el habeas

corpus, con manifiesta ilegitimidad, provocando o

amenazando provocar al titular del derecho o libertad un

daño irreparable y por último, que no exista en el

ordenamiento jurídico otros medios judiciales o

8
Viera, Luis Alberto, Ley de Amparo, Montevideo, 1993, pag. 13

26
administrativos que le permitan el mismo resultado que se

persigue con el amparo”.

79. Sobre ese orden habremos de analizar la demanda y

quedará demostrado que en el caso no se verifican tales

presupuestos.

A) ACERCA DEL ACTO, HECHO U OMISION ALEGADO POR LOS ACTORES

COMO FUNDANTE DEL ACCIONAMIENTO.

80. Debe señalarse en primer término que los actores en

su demanda mencionan en forma alternativa y un tanto

confusa cuales serían los actos que consideran dan

fundamento a su pretensión.

81. Por ello, nos vemos obligados a repasarlos.

82. Así expresan que:

i. “la intervención es absolutamente nula por

inconstitucional, por violar la libertad

sindical y/o de asociación”.

ii. “el Gobierno pretende dar a la Mutual un

estatuto de su agrado”.

iii. que, entre gallos y mediasnoches” han pergeñado

(no dicen quienes) un estatuto y pretenden en

una Asamblea ex profeso mal convocada, poco

difundida y manipulada, su “aprobación”;

27
iv. Que como la Mutual es un sindicato, tanto la

intervención como la convocatoria por parte de

los interventores a una Asamblea con el objeto

de modificar sus estatutos es violatoria del

art. 3 del Convenio Internacional N° 87 de la

OIT.

83. Por lo dicho, a efectos de sistematizar esas

alegaciones parece necesario esquematizarlas de la

siguiente manera:

i. Que el acto jurídico en que se funda la

pretensión de amparo es la intervención de la

Mutual dispuesta por el Ministerio de Educación

y Cultura;

ii. Que el acto jurídico en que se funda la

pretensión de amparo es la convocatoria a

Asamblea de Socios dispuesta por los

interventores con el objeto de reformar el

Estatuto;

iii. Que el acto jurídico en que se funda la

pretensión de amparo son presuntos vicios en la

forma de convocar a la mencionada Asamblea;

28
iv. Que el acto jurídico en que se funda la

pretensión de amparo es la Asamblea misma que

pueda resolver la reforma de los Estatutos.

84. Cabe decir en primer lugar, que respecto a la primera

de las posibilidades, esto es, que la pretensión de

amparo se pretenda dirigir contra el acto administrativo

que dispuso la intervención y que tildan de

“inconstitucional” y “nula”, debe señalarse que en tal

supuesto habría operado la caducidad prevista en el art.

4° inciso 2° de la ley 16.011.

85. En efecto, la resolución del Ministerio de Educación

y Cultura se dictó con fecha 16 de noviembre de 2017,

asumiendo funciones los interventores el día siguiente.

86. Por ende, habiendo transcurrido más de 30 días desde

esa fecha y con independencia de cual sea el resultado

del recurso administrativo interpuesto por los actores o

de la eventual acción de nulidad que contra el mismo

puedan llegar a plantear ante el Tribunal de lo

Contencioso Administrativo, lo cierto es que ni ese acto

administrativos ni sus efectos pueden ya ser inhibidos a

través de una acción de amparo por haber caducado tal

posibilidad.

29
87. A nuestro juicio, aún dentro de la confusión que

generan los términos de la acción, la primera de las

posibilidades manejadas refleja los términos de la

pretensión deducida y por ende, establece los ejidos del

presente proceso.

88. Es decir, la pretensión de amparo se dirigió contra

el acto administrativo que dispuso la intervención y que

tildan de “inconstitucional” y “nula”.

89. Creemos que éste es el acto al que se dirige la

pretensión, ya que de otro modo algunas circunstancias

devienen incomprensibles, a saber:

a. ¿qué sentido tiene que haya demandado al MEC si no es

ella la que genera los efectos lesivos?.

b. ¿qué poderes jurídicos se desarrollan sin no son los

que se derivan del desplazamiento de autoridades y

facultades conferidas a la intervención, entre las

cuales se encuentra expresamente la de proponer

reformas al Estatuto?

90. La demanda se dirige contra el MEC, y de él tan solo

provino el acto que se reseña anteriormente.

91. De los términos de la demanda se puede inferir,

racionalmente, los contornos de dicha pretensión.

30
92. Ahora bien, la resolución del Ministerio de Educación

y Cultura (recurrida por los accionantes) se dictó con

fecha 16 de noviembre de 2017, asumiendo funciones los

interventores el día siguiente.

93. En consecuencia, debe señalarse que en tal supuesto

habría operado la caducidad prevista en el art. 4° inciso

2° de la ley 16.011.Y ello porque las demás, son todas

manifestaciones de las facultades jurídicas conferidas en

dicha resolución.

94. Por ende, habiendo transcurrido más de 30 días desde

esa fecha y con independencia de cual sea el resultado

del recurso administrativo interpuesto por los actores o

de la eventual acción de nulidad que contra el mismo

puedan llegar a plantear ante el Tribunal de lo

Contencioso Administrativo, lo cierto es que ni ese acto

administrativos ni sus efectos pueden ya ser inhibidos a

través de una acción de amparo por haber caducado tal

posibilidad.

95. Porque además, los restantes actos no serían sino

manifestaciones reiterativas de los efectos generados por

el primer acto. ¿Cómo afirmar que agravia la convocatoria

a Asamblea para reformar estatutos, y que dicho agravio

es originario y no meramente reiterativo, cuando de los

31
propios términos de la Resolución de 16 de noviembre se

confieren esas facultades a los interventores?

96. Por lo dicho, la acción deducida es irremediablemente

condenada al fracaso, desde que ha operado la caducidad a

su respecto.

97. Sin embargo, aún cuando no se interprete que éstos

son los contornos reales de la pretensión deducida y que

por ende, que las otras alternativas descritas fueran

viables, debe tenerse presente del mismo modo, que

tampoco podría ser considerado como fundante del

acogimiento de una pretensión de amparo, los presuntos

vicios en la forma de convocar a la mencionada Asamblea.

98. En efecto, en forma por demás sucinta los actores

expresan que se trataría de una “Asamblea ex profeso mal

convocada, poco difundida y manipulada”.

99. Más allá de que la Asamblea fue convocada cumpliendo

con todas la exigencias previstas en el Estatuto vigente,

siguiendo además los usos y costumbres imperantes en la

institución y dándole inclusive difusión a través de la

prensa (todo lo cual parece que permitió que la misma

llegara a conocimiento de los accionantes con al menos

tres días de anticipación), debe decirse que no pueden

considerarse en ningún caso que tal expresión de los

32
actores pueda considerarse un hecho fundante de una

pretensión (y menos aún en el amparo).

100. En efecto, la delgadez rayana con el raquitismo de la

alegación efectuada por los actores acerca de presuntas

irregularidades en los actos jurídicos de la

convocatoria, no permite articular ninguna defensa en

forma más allá de la mera contradicción.

101. Dispone el artículo 117 del Código General del

Proceso: “Forma y contenido de la demanda.- Salvo

disposición expresa en contrario, la demanda deberá

presentarse por escrito y contendrá:....4) La narración

precisa de los hechos en capítulos numerados, la

invocación del derecho en que se funda y los medios de

prueba pertinentes, conforme con lo dispuesto en el

artículo siguiente.”

102. Ello no es otra cosa que la adopción del principio de

sustanciación de la demanda que impone la carga de alegar

circunstaciadamente los hechos fundantes de la pretensión

de modo de permitir al demandado, defenderse de esos

hechos concretos.

103. Los actores en tal caso no mencionan ni cuáles serían

los presuntos vicios de la convocatoria, ni cuáles las

normas estatutarias violadas, y menos aún, mencionan cuál

33
sería el derecho o libertad reconocida, expresa o

implícitamente por la Constitución lesionado,

restrinjido, alterado o amenazado por esos presuntos

vicios.

104. Por ende, habiendo precluido la posibilidad de alegar

esos hechos en la estación procesal correspondiente

cualquier hecho vinculado con ese punto no puede ser

considerado como fundante de la acción de amparo.

105. Descartadas las dos hipótesis mencionadas, los únicos

actos jurídicos rescatables de la demanda que pudieran

constituirse en fundamento de una pretensión de amparo,

son por un lado, la decisión de los interventores de

convocar a Asamblea con el objeto de reformar los

estatutos sociales de la institución y por otro, la

Asamblea misma como acto jurídico.

106. Por ende, más allá de algunas referencias a los actos

que se descartaron como posibles fundamentos de un

amparo, habremos de centrar nuestro análisis en los

sucesos (también pobremente alegados) a que hacemos

referencia en el apartado anterior.

34
B) ACERCA DE LA INEXISTENCIA DE LESION, RESTRICCION,

ALTERACION O AMENAZA A UNA LIBERTAD O DERECHO CONSTITUCIONAL

DISTINTO AL HABEAS CORPUS.

107. Para comenzar debe decirse que los actores refieren a

que -cualquiera sea el acto jurídico contra el que hayan

dirigido su accionamiento- las libertades o derechos

constitucionales que consideran lesionados, restringidos,

alterados o amenazados son la libertad sindical y el

derecho o la libertad de asociación.

108. Analizaremos pues en este apartado si en algun caso

puede resultar posible que los actos identificados por

los actores como justificantes del pedido de amparo,

pueden llegar a afectar tales derechos o libertades

reconocidas en la Constitución.

a. IMPOSIBILIDAD DE QUE EL ACTO JURIDICO POR EL QUE SE

DECIDE CONVOCAR A UNA ASAMBLEA DE ASOCIADOS

(CUALQUIERA SEA SU OBJETO) PUEDA SIGNIFICAR UNA

LESION, RESTRICCION, ALTERACION O AMENAZA A LA

LIBERTAD SINDICAL O A LA LIBERTAD O DERECHO DE

ASOCIACION.

35
109. Teniendo en cuenta la escueta y poco profunda

articulación de argumentos contenida en la demanda y para

ser sistemáticos, debemos analizar si resulta posible que

el acto jurídico por el que se decide convocar a una

Asamblea por sí mismo puede tener idoneidad para

lesionar, restringir, alterar o amenazar la libertad

sindical.

110. A este respecto debemos decir que la adopción de tal

decisión (cualquiera sea el objeto de la convocatoria),

no tiene aptitud por sí misma para generar ninguno de

esos efectos.

111. Y ello con independencia de quién sea quien decida

convocar a esa Asamblea.

112. En efecto, la decisión de convocar a la Asamblea,

siempre que se haga en el marco de la ley y de los

Estatutos Sociales, no puede en ningún caso afectar esa

libertad.

113. En tal sentido el hecho de que quien convoque a la

Asamblea sean los interventores obedece obviamente a que

ellos son quienes ejercen (por así disponerlo la

normativa vigente, en particular la ley 15.089) las

facultades y cometidos que naturalmente,de no existir tal

intervención, ejercería la Comisión Directiva.

36
114. Habiendo caducado la posibilidad de cuestionar en

sede de amparo la decisión del Ministerio de Educación y

Cultura de disponer la intervención de la Mutual, la

fundabilidad o infundabilidad de aquella decisión

administrativa queda exiliada de su análisis de

regularidad jurídica en estos autos9. Y por ende también

la de considerar dentro del amparo sus efectos.

115. Es que, la decisión de convocatoria a Asamblea por

parte de los interventores es exactamente igual que si

esa decisión de convocar a Asamblea haya sido adoptada

por la Comisión Directiva que, en su momento integraron

los ahora actores, o cualquier otra Comisión Directiva en

el pasado o las que pueden llegar a funcionar en el

futuro.

116. Ya que los interventores tiene las mismas funciones y

los mismos cometidos que los miembros de la Comisión

Directiva.

117. Entre los cuales, se encuentra obviamente el convocar

a Asamblea con los mismos objetos que si quien la hubiera

convocado fuera la Comisión Directiva (a menos que ello

9
De todos modos nos apresuramos a señalar que al contrario de lo que sostienen los actores, tal volición
administrativa es perfectamente regular y no contraviene ninguna norma o principio vigente. Lo dicho en esta
nota al pie en forma escueta será por cierto analizado en profundidad cuando se aborde en un ulterior capítulo la
inexistencia del requisito de la ilegitimidad manifiesta.

37
contraríe la ley 15.089, o se los haya limitado en la

resolución que los designa).

118. Lo que sí hubiera podido afectar la libertad sindical

hubiera sido que los interventores resolvieran por sí y

ante sí, la reforma de los Estatutos Sociales.

119. Pero lo propio ocurriría si dicha reforma hubiese

sido dispuesta por una Comisión Directiva.

120. Pues, en tales casos, la violación de la libertad

sindical referiría a que el acto se resolvería por un

órgano distinto a la Asamblea de Socios, único órgano con

competencia para resolverlo o para considerar, llegado el

caso, que no correspondía tal convocatoria.

121. La soberanía para reformar los estatutos corresponde

pues a la Asamblea de Socios y por ende no hay modo de

que el convocarla (por la Comisión Directiva, por los

interventores si actúan en el marco de la ley y de la

decisión administrativa que los designó o por el número

de socios que prevea el estatuto), pueda llegar a afectar

la libertad sindical.

122. Lo propio cabe decir acerca de la imposibilidad de

que la decisión de convocar a una Asamblea de Socios

pueda llegar a afectar de algún modo la libertad o

derecho de asociación reconocido en la Constitución.

38
123. En efecto, la decisión adoptada por los interventores

de convocar a una Asamblea de Socios, no afecta de grado

alguno el derecho de esos socios de seguir perteneciendo

al padrón social de la institución y a la vez mantiene

incólume la libertad de esos socios de desafiliarse de la

misma si así lo deciden.

124. De nuevo, la decisión de convocar a Asamblea de

socios (sea quien sea el que la convoque, la Comisión

Directiva, los interventores o 50 afiliados como exige el

Estatuto de la Mutual), lejos de lesionar, restringir,

alterar o amenazar la libertad o derecho de asociación lo

refuerza y lo pone en movimiento.

125. Pues, precisamente se convoca a todos los afiliados,

sin exclusión alguna para participar en dicha Asamblea,

salvo las que el propio Estatuto prevea, precisamente por

pertenecer libérrimamente a dicha Asociación.

126. Y la convocatoria precisamente se asienta en el hecho

de considerarlos a todos asociados porque así ellos lo

decidieron.

127. La convocatoria además a una Asamblea les permite

ejercer el derecho a que se reúnan (dando vida al derecho

de reunión pacífica y sin armas que reconoce el art. 38

de la Carta), para que expresen libremente su pensamiento

39
(ejerciendo el derecho reconocido en el art. 29 de la

Constitución), y que resuelvan lo que entiendan menester

siempre que lo hagan en el marco de la legalidad

(ejerciendo el derecho a la libertad reconocido por el

art. 7 de nuestra Ley Fundamental).

128. Por lo dicho, la decisión de los interventores de

convocar a Asamblea de socios (cualquiera sea el objeto

de tal Asamblea) no puede de modo alguna afectar la

libertad sindical o el derecho o libertad de asociación.

b.IMPOSIBILIDAD DE QUE EL FUNCIONAMIENTO DE UNA

ASAMBLEA DE ASOCIADOS COMO ACTO JURIDICO (CUALQUIERA

SEA SU OBJETO) PUEDA SIGNIFICAR UNA LESION,

RESTRICCION, ALTERACION O AMENAZA A LA LIBERTAD

SINDICAL O A LA LIBERTAD O DERECHO DE ASOCIACION.

129. Si, como se viene de decir, el acto jurídico por el

que se resuelve convocar a una Asamblea de socios,

siempre que la realice quien por Derecho corresponda y

siguiendo con los procedimientos previstos en el Estatuto

o en la Ley, no tiene aptitud por sí misma para afectar

la libertad sindical o la libertad de asociación, resulta

40
evidente que el funcionamiento de la Asamblea de Socios

menos aún pueda afectarlas.

130. Y ello con absoluta independencia de cuál sea el

objeto de dicha Asamblea (por ejemplo, si como en el caso

que nos ocupa refiere a la eventual modificación de los

Estatutos).

131. Para comenzar porque la Asamblea es la única que

tiene la competencia para analizar ese objeto, para

decidir modificar los estatutos o para dejarlos tal cual

estaban confeccionados.

132. Y si decide modificarlos, reuniendo las voluntades

necesarias conforme a los Estatutos vigentes, puede

hacerlo en el sentido, con el alcance y el contenido que

esa Asamblea decida.

133. Ello por supuesto, puede significar que ni se analice

la propuesta de reforma presentada si libremente así lo

resuelven las mayorías.

134. Pueden también las mayorías, aprobar la propuesta de

reforma sometida a su consideración por la Comisión

Directiva o como en este caso, por los interventores.

135. O puede aprobar otra que proponga cualquier

asambleísta en pie de igualdad.

41
136. Y por supuesto que en ejercicio precisamente de las

libertades que los actores consideran que se encuentran

en peligro y que fundamentan su pretensión de amparo,

pueden resolver una infinidad de posibles combinaciones

(aprobar la reforma de algunos de los artículos

propuestos por los interventores o la Comisión Directiva,

rechazar otros de los cambios propuestos por aquellos

pero aprobar cambios a los mismos artículos propuestos

por alguno o algunos asociados, encontrar fórmulas

transaccionales en la redacción de las estipulaciones

estatutarias, dejar otros artículos en su redacción

original, etc).

137. Es que como ha dicho uno de los tantos hombres que

con su pensamiento ha ayudado a consolidar la identidad

nacional precisamente “la historia de las asambleas es la

historia de la libertad” y si nos permitimos

parafrasearlo podemos decir que del mismo modo y por esa

razón “la historia de la asambleas es la historia de la

democracia”.

138. En este estado parece necesario referirnos a tres

aspectos que resultan harto elocuentes.

139. El primero de ellos, alude a que conforme se expresa

en la parte expositiva de la Resolución adoptada por el

42
Ministerio de Educación y Cultura ya agregada en estos

autos, los ahora actores fueron removidos de sus cargos

en la Comisión Directiva a raíz de impedir precisamente

el funcionamiento de la Asamblea de Socios de la

institución.

140. En efecto, tal como expresan los Resultando de dicha

resolución, habiéndose convocado por parte de 50 socios

de la institución a una Asamblea General Extraordinaria

para el día 13 de noviembre de 2017, y habiéndose

solicitado al Ministerio de Educación y Cultura por parte

de 30 socios que designara veedores en dicha Asamblea,

dichos veedores pudieron constatar que ante la presencia

de 514 (quinientos catorce) asambleístas, la Comisión

Directiva de la Mutual integrada por los actores luego de

leer un comunicado dio por terminada la Asamblea sin

permitir que se formularan mociones.

141. En segundo lugar, debe tenerse en cuenta que desde

el 17 de noviembre de 2017 fecha en que los interventores

asumieron sus cargos ya se han desarrollado con total

normalidad varias Asambleas en las cuales se abordaron

distintos temas, sin que nadie (incluídos los actores)

impugnara la convocatoria de las mismas ni lo que en

43
ellas se revolvió (ver testimonio por exhibición de las

Actas y constancias de dichas Asambleas que se agrega).

142. Por último, debe verse que si bien a fs. 17 de estos

autos los actores expresan “queremos resaltar que los

comparecientes pedimos a la Sede únicamente que se deje

sin efecto la convocatoria a Asamblea hasta tanto no cese

la intervención”, como a los trajes confeccionados por

los malos sastres más temprano que tarde se le notan los

pespuntes, al formular el petitorio los Sres. Enrique

Saravia, Fernando Kanapkis, Javier Benia, Braian de

Barros, Hector Morán, Edison Suárez, Marcelo Cataldo y

Pablo Munhoz impetraron a la Sede que ordene “dejar sin

efecto sine die la convocatoria a la Asamblea”, esto es,

per secula seculorum, hasta la inconmensurable eternidad.

143. Precisamente la petición de los actores resulta ser

la antinomia de una frase tan cara para los uruguayos a

la que por repetida quizás ya no le prestamos atención

pese a su inmortal significado, pero que en esta

emergencia impide que nos vengan a la mente palabras más

elocuentes que las pronunciadas por el Padre de la

Patria: “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante

vuestra presencia soberana”.

44
144. En conclusión, no teniendo ninguno de los actos

mencionados por los actores idoneidad ni siquiera

potencial de afectar los derechos y libertades

reconocidos en la Constitución que mencionan para fundar

su pretensión de amparo, deberá en cualquier caso y aún

si se entendiera que existe legitimación causal activa y

pasiva, rechazar la demanda con costas y costos

C) ACERCA DE LA INEXISTENCIA DE ILEGITIMIDAD MANIFIESTA

EN NINGUNO DE LOS ACTOS JURIDICOS EN QUE SE FUNDA LA

PRETENSION DE AMPARO.

145. Como se ha dicho antes, para que pueda llegar a

prosperar una pretensión de amparo, es necesario que el

acto, hecho u omisión que lesione o amenace lesionar la

libertad o derecho reconocido por la Constitución,

resulte manifiestamente ilegítimo.

146. Como ha expresado Viera10 “la ilegitimidad debe

resultar clara, evidente, inequívoca, grosera. Que

prácticamente se probara de inmediato, in continenti”.

147. Pues en el caso de autos, cualquiera sea el acto

jurídico de los que mencionan los actores como

10
Viera, op.cit.Pag 17

45
potencialmente fundantes de su pretensión, más allá de

que haya caducado o no el derecho para plantearlo en sede

de amparo, con independencia de si su alegación logra

superar o no la exigencia de la regla de la sustanciación

de la demanda, haciendo abstracción de si tales actos

jurídicos pueden por si mismos llegar a afectar o no las

libertades o derechos que los actores consideran que se

encuentran peligrados, debe decirse que no solamente

ninguno de dichos actos resulta manifiestamente

ilegítimo, sino que muy por el contrario, todos ellos se

encuentran amparados en la normativa vigente

(Constitucional, legal, reglamentaria, y estatutaria).

a. ABSOLUTA LEGITIMIDAD DEL ACTO ADMINISTRATIVO POR EL

CUAL EL MINISTERIO DE EDUCACION Y CULTURA DISPUSO LA

INTERVENCION DE LA MUTUAL URUGUAYA DE FUTBOLISTAS

PROFESIONALES.

148. Más allá de que, ha operado la caducidad para

considerar a través de una proceso de amparo la

regularidad jurídica de la Resolución N° 1160/017 del 16

de noviembre de 2017, lo que hace -en principio-

superfluo cualquier análisis sobre el punto, de todas

formas habremos de demostrar que dicha volición

46
administrativa es absolutamente legítima y que en grado

alguno vulnera ninguna de las normas constitucionales

invocadas por los actores ni tampoco el Convenio N° 87 de

la OIT.

149. Los actores con tres o cuatro frases sueltas y

mencionando en forma descontextualizada algunas normas

pretenden hacer incurrir a la Sede en error acerca de los

derechos en juego en esta contienda.

150. Así, expresan que:

i. “la intervención es absolutamente nula por

inconstitucional, por violar la libertad

sindical y/o de asociación”.

ii. “el Gobierno pretende dar a la Mutual un

estatuto de su agrado”.

iii. “la Mutual no es ni una empresa ni una

entelequia. Señor Juez, la Mutual es un

SINDICATO”.

iv. “desde que la dictadura intervino la CNT, jamás

se ha intervenido un sindicato en Uruguay desde

la restauración de la democracia”

v. Lo dicho supone una violación al art. 3 del

Convenio Internacional N° 87 de la OIT

“LIBERTAD SINDICAL Y PROTECCION DEL DERECHO DE

47
SINDICACION” el cual establece: “1. Las

organizaciones de trabajadores y empleadores

tienen el derecho a redactar sus estatutos y

reglamentos administrativos, el de elegir

libremente sus representantes, el de organizar

su administración y sus actividades y el de

formular su programa de acción. 2. Las

autoridades públicas deberán abstenerse de toda

intervención que tienda a limitar ese derecho o

entorpecer su ejercicio legal”.

vi. “lo que hizo de hecho el Poder Ejecutivo,

primeramente lo intentó en vía judicial y la

Justicia rotundamente desestimó el petitorio de

intervención judicial” ya que, ante “el Juzgado

Letrado de Primera Instancia en lo Civil de 2°

Turno solicitó el Poder Ejecutivo “remoción

provisional de los integrantes de la Comisión

Directiva de la Mutual (o sea de nosotros)

(SIC). Por sentencia 1962/2017 la titular del

Juzgado rechaza de plano la “remoción

provisional”.

48
vii. Y concluyen en que “la Sentencia, magistral,

niega rotundamente que el Poder Ejecutivo tenga

la facultad de remover autoridades, etc”.

151. Pues bien.

152. Todo lo dicho no es más que un lanzamiento apresurado

de fuegos de artificio y de tan mala calidad que el

estruendo que provocan es apenas un poco más intenso y

duradero que los pálidos destellos que producen.

153. Y en algunos casos, como las bengalas con las que

juegan los niños, no hacen ni siquiera ruido.

154. Para comenzar. El punto en debate nada tiene que ver

con la libertad sindical y en nada vulnera al Convenio N°

87 de la OIT.

155. En efecto, a diferencia de lo que ocurre en otros

países, no existe en el Uruguay formalidad alguna para la

constitución de sindicatos, pudiendo quienes deciden

agremiarse organizarse de la forma que les plazca, al

punto que no se requiere siquiera que sus estatutos o

carta fundacional adopten una solemnidad determinada.

156. Lo expresado implica observar en toda su magnitud lo

pregonado por el artículo segundo del Convenio

Internacional No. 87 el cual postula: “los trabajadores

y los empleadores, sin ninguna distinción y sin

49
autorización previa, tienen el derecho de constituir las

organizaciones que estimen convenientes”.

157. Ahora bien. Tampoco los sindicatos deben en Uruguay

obtener personería jurídica para su actividad gremial,

pues es ampliamente reconocido lo que ha dado en llamarse

“personería gremial”, esto es, su posibilidad de actuar

como entidad de derecho colectivo sin previa autorización

estatal; de allí que Seré señalara que: “El

reconocimiento de la personería jurídica es totalmente

irrelevante a los efectos del desempeño de la actividad

sindical”11.

158. En ello el régimen uruguayo es celoso en no

establecer cortapisas al momento de la constitución del

sindicato lo que conspiraría contra la libertad de

autodeterminación de quienes pretenden constituir una

organización gremial.

159. En tal contexto, señalaba Plá Rodríguez que: “Las

únicas formalidades compatibles con el principio de la

libertad son las tendientes a dar cierta publicidad al

acto de constitución a fin de permitir a las entidades

verificar su identidad y legalidad”12.

11
Seré, Jorge Ubaldo, Curso de derecho laboral, Tomo I, Ediciones del Foro, Montevideo, 2004, p. 206.
12
Plá Rodríguez, Américo, Curso de derecho laboral, Tomo IV, Vol. I, Ediciones Idea, Montevideo, 1999, p.
50.

50
160. De esta manera como sintetizan Gari y Pérez del

Castillo: “Para constituir un sindicato basta con la

voluntad conforme de dos o más trabajadores de una o más

empresas, de organizarse como tal con el objeto de

fomentar y defender los intereses de los trabajadores de

la misma. No se exige formalidad alguna, ni la solicitud

de aprobación de personería jurídica, ni tener un mínimo

de patrimonio o capital”13.

161. En consecuencia, al momento de constituirse el gremio

o sindicato de futbolistas (futbolers como se llamaba

otrora) no tenía obligación alguna de adoptar una forma

jurídica determinada; y muy por el contrario, contaba con

absoluta libertad al respecto.

162. No obstante ello, democráticamente, optó por ceñirse

a la figura de la Asociación Civil, y ello no puede bajo

concepto alguno desconocerse, so pena de violentar lo que

legítima y voluntariamente en su momento los fundadores

convinieron.

163. Habiendo optado los futbolistas agremiados por la

adopción de tal naturaleza jurídica, corresponde aplicar

a su organización in totum las normas que las regulan,

las cuales no establecen especificidades para el caso de

13
Gari, Pedro, Pérez del Castillo, Matías, Manual de Derecho Colectivo del Trabajo, FCU, Montevideo, 2012, p.
46.

51
que sea un sindicato quien adopte la forma de asociación

civil.

164. Esto es, la resolución del Poder Ejecutivo a la que

tildan de absolutamente nula por inconstitucional, por

violar la libertad sindical y/o de asociación, no solo

no afecta los derechos sindicales de los futbolistas sino

que los garantiza.

165. No existe afectación del Estado a la autarquía

sindical, pues la “intervención” de la Mutual se dispuso,

no en tanto sindicato sino en tanto asociación civil.

166. Pues, fue el propio gremio de futbolistas el que en

forma libérrima decidió adoptar la figura de la

asociación civil, la cual se encuentra sujeta a las

reglas a las que el núcleo de futbolistas decidió

someterse.

167. Por ello nada más lejano a la afectación de la

libertad sindical o de asociación es la resolución

administrativa de intervenir la Mutual desplazando a sus

autoridades que actuaban al margen de la ley a la cual el

gremio libremente se había sometido.

168. En efecto, en el estadio actual de la historia la

libertad sindical ella es concebida como un Derecho

Fundamental, al punto de ser reconocida por la OIT como

52
tal en su Declaración de Principios y Derechos

Fundamentales del año 1998, resultando el convenio citado

pieza angular en cuanto a su observancia.

169. No obstante ello, los postulados de tal cuerpo

normativo deben ser armonizados en cuanto a su alcance y

aplicación, tanto con aquellos que rigen a la estructura

jurídica que la organización sindical adoptó en función

de su autarquía sindical, como ser objeto de ponderación

con los distintos derechos en ciernes.

170. En tal empresa, no debe olvidarse que es el propio

Convenio N° 87 de la OIT el que en su artículo octavo

numeral primero alude a que: “Al ejercer los derechos que

se les reconocen en el presente Convenio los

trabajadores, los empleadores y sus organizaciones

respectivas están obligados, lo mismo que las demás

personas o las colectividades organizadas, a respetar la

legalidad”.

171. En función de ello, no estando mandatada en tal

sentido, la Mutual optó por organizarse como asociación

civil y tramitar su personería jurídica y

consecuentemente, por su propia voluntad su actuación

quedó comprendida en el marco de la ley No. 15.089.

53
172. Puede afirmarse sin dudar que el hecho de que la MUFP

se trate de una organización sindical no es patente de

corso para que no se aplique la regulación de las

asociaciones civiles, forma jurídica a la que

voluntariamente oportunamente adhirió.

173. Por ello, la intervención de la Mutual, tienen lugar

ante un incumplimiento grave de la Comisión Directiva de

los Estatutos de tal Asociación, entorpeciendo el

funcionamiento de su principal órgano, es decir, la

Asamblea de asociados y en el marco de lo dispuesto por

el decreto – ley No. 15.089 que confiere al Ministerio de

Educación y Cultura, policía administrativa en materia de

asociaciones civiles por designio legal.

174. Esto es, la demanda de autos no hace sino intentar

impedir la democrática participación de los asociados en

una Asamblea General, es decir, que el pleno de la

asociación con totales garantías de sus derechos, entre

ellos del ejercicio de la libertad sindical, puedan

decidir el destino de la institución que ellos mismos

conforman.

175. Resulta paradójico que los promotores de esta acción

aludan a la afectación de la libertad sindical, cuando

sin margen de dudas fueron ellos quienes pretendieron

54
menoscabar la libertad sindical de los asociados de la

Mutual, al punto de impedir que sesionara una Asamblea

con nada más ni nada menos que 514 (quinientos catorce)

asambleístas y convocada por 50 socios.

176. Y ahora en la vía judicial piden que se ordene

suspender otra Asamblea General hasta el fin de los

tiempos.

177. Debe asimismo tenerse presente que lo que mandata la

multicitada convención de la OIT es que las autoridades

públicas se abstengan de intervenciones que limiten el

derecho fundamental mencionado o entorpezcan su ejercicio

legal, nada de lo cual ocurre en autos.

178. Muy por el contrario, el Ministerio de Educación y

Cultura, que reiteramos dispuso la intervención en

función del apartamiento de la Comisión Directiva que

integraban los ahora accionantes, a los Estatutos de la

Mutual en tanto Asociación Civil, lo que persigue es que

se respeten los derechos de quienes conforman dicha

agremiación.

179. Véase el sinsentido que se evidencia en autos, ya que

quienes se presentan como paladines defensores de la

libertad sindical, buscan impedir que el pleno de una

55
organización, es decir todos sus miembros, puedan

reunirse y expresarse.

180. Por lo demás, la medida dispuesta supera holgadamente

el juicio de proporcionalidad, cuya aplicación resulta de

orden en la ponderación de Derechos Fundamentales.

181. Esto es, si lo que se encuentra en juego es la

libertad sindical, la premisa es que los miembros del

sindicato puedan participar libremente en el mismo y esto

es lo que precisamente los accionantes están

contumazmente afectando.

182. Ello pues como sostiene Ojeda Avilés, el derecho a

participar en la actividad sindical: “hace reales los

demás derechos, por cuanto de nada valdría su facultad de

crear organizaciones y de afiliarse a ellas, si luego iba

a ser marginado de las decisiones, elecciones y demás

actos del sindicato”14.

183. Subrayando en la misma línea Ermida Uriarte que: “El

derecho a la libertad sindical depende de los demás

derechos fundamentales, porque es prácticamente imposible

constituir un sindicato libre y desarrollar una actividad

sindical auténtica, si no se pueden ejercer derecho tales

14Ojeda Avilés, Derecho Sindical, Tecnos, 2da. Ed., Madrid, p. 116, citado por Barretto Ghione, Hugo,
“Garantías a la actividad sindical y derecho de sindicalización: la mancomunidad de los arts. 2º. Del
CIT 87 y 1º del CIT 98 y la ley uruguaya”, en AA VV, Protección y promoción de la actividad sindical,
FCU, Montevideo, 2006, p. 43.

56
como, por ejemplo, el de reunión, el de libre expresión

de pensamiento, etc.”15.

184. Tales derechos como se dijo en un capítulo anterior

son los que se buscan preservar y hacer patentes a través

de la decisión de convocatoria a Asamblea y son a las vez

los que los actores pretenden cercenar.

185. Con ello atentan contra las bases de todo

organización sindical, pues como recuerda Daübler: “La

asociación de trabajadores necesita tener una estructura

democrática (…) pues de lo contrario no se podría

conseguir la finalidad propiamente perseguida, cual es la

de posibilitar la autodeterminación de la persona”16.

186. Por tanto, la afirmación realizada por los actores en

el sentido de que no es posible que el Estado, disponga

la intervención de la Mutual en tanto asociación civil

resulta manifiestamente infundada y es realmente

temeraria.

187. Y la demostración de la malicia temeraria y la

conciencia de su sinrazón con la que se han manejado los

actores en esta litis queda de manifiesto apenas se

profundiza en el último de los argumentos que manejan.

15Ermida Uriarte, Oscar, Sindicatos en libertad sindical, 2da. Ed., FCU, Montevideo, 1991, p. 24.
16Daübler, Wolfgang, Derecho del Trabajo, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1994, p.
118.

57
188. En efecto, dicen que el Poder Ejecutivo antes de

disponer la intervención, lo había intentado en sede

judicial ante la Sede Civil de 2° Turno (autos I.U.E. 2-

13869/2017) a quien solicitó “remoción provisional de los

integrantes de la Comisión Directiva de la Mutual (o sea

de nosotros) (SIC). Y que por sentencia 1962/2017 la

titular del Juzgado rechazó de plano la “remoción

provisional”… “negando rotundamente que el Poder

Ejecutivo tenga la facultad de remover autoridades, etc”.

189. Ello es abiertamente mendaz.

190. En efecto, para comenzar debe decirse que el

expediente judicial al cual refieren no fue promovido por

el Poder Ejecutivo, sino por un futbolista socio de la

Mutual, el Sr. Michael Etulain Castro.

191. Por lo tanto, la afirmación de que fue el Poder

Ejecutivo el actor en ese proceso es falaz.

192. En lo que sí dicen verdad los actores es en que la

parte demandada era la Mutual.

193. Al grado que quienes al contestar el traslado de la

demanda actuaron en representación de la misma fueron

los Sres. Enrique Saravia, Fernando Kanapkis, Javier

Benia, Braian de Barros, Hector Morán, Edison Suárez,

Marcelo Cataldo, Pablo Munhoz y Carim Adippe quienes

58
integraban en agosto de 2017 la Comisión Directiva de la

institución

194. Es decir, todos los ahora accionantes con el agregado

del Sr. Adippe.

195. Dicho proceso fue resuelto en primera instancia con

el dictado de la providencia que mencionan la cual fue

apelada por la parte actora y se encuentra en la

actualidad radicado ante el Tribunal de Apelaciones en lo

Civil de 6° Turno.

196. Y más allá de que la cita que efectúan los actores a

la sentencia de primera instancia resulta deliberadamente

fraccionada y no condice con el alcance de dicha

resolución, lo llamativo del caso no es eso sino el

contenido de la contestación de demanda suscrita por los

ahora accionantes.

197. En efecto, señaló la Mutual representada por los

actores (y por Adippe) textualmente:

“ C.CONCLUSIONES

1. La Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales es una

Asociación Civil, cuyo marco regulatorio está impuesto

por el Decreto Ley 15.089.

2. La potestad para controlar la creación, funcionamiento,

disolución o liquidación de las Asociaciones Civiles, y

59
la correspondiente facultad sancionatoria (dentro de

las que se encuentra expresamente prevista la

intervención que autos se solicita) a las infracciones

a las normas legales, reglamentarias o estatutarias, se

encuentra específicamente atribuída a la Administración

por el mentado Decreto- Ley.

3. Una eventual continuación de las actuaciones de autos

contrariaría frontalmente el principio de especialidad

y la división de las funciones del Estado, al

inmiscuirse la Jurisdicción en una zona de reserva de

la Administración”.

198. Y más adelante expresan:

“VI. RESUMEN FINAL

1. Al ser la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales una

Asociación Civil, se regula por lo dispuesto en el

Decreto-Ley N° 15.089. Dicha normativa, atribuye la

potestad de control y sanción sobre las Asociaciones

Civiles al M.E.C..

2. Como consecuencia de lo anterior, la pretendida

intervención y consecuente remoción de la Comisión

Directiva, es una potestad que escapa de las atribuciones

60
de esta honorable Sede y de la órbita de la jurisdicción

toda”.

199. La elocuencia de la cita nos inhibiría de mayores

comentarios.

200. Sin embargo, no es posible pasar por alto que la

movilización del aparato judicial abusando de un

mecanismo como el amparo reservado a tutelar las

situaciones extremas con una pretensión edificada sobre

la base de la mentira merece la repulsa jurídica más

enérgica, imponiendo a los actores las sanciones

procesales más duras.

b. ABSOLUTA LEGITIMIDAD DE LOS ACTOS JURIDICOS POR LOS

QUE LOS INTERVENTORES RESOLVIERON CONVOCAR A ASAMBLEA DE

SOCIOS, DE LOS ACTOS JURIDICOS A TRAVES DE LOS CUALES SE

FORMALIZO LA CONVOCATORIA Y DE LA ASAMBLEA ASI CONVOCADA

COMO ACTO JURIDICO PLURISUBJETIVO.

201. Aventada cualquier posible irregularidad jurídica en

el acto administrativo que dispuso la intervención, y más

allá de la caducidad para revisarla en vía de amparo,

debe considerarse que la actuación de los interventores

comparecientes se desarrolla conforme a Derecho.

61
202. Y dentro de sus facultades, tanto implícitas como

subrogantes circunstanciales de la Comisión Directiva

removida, así como explícitas por haber dispuesto dicho

acto administrativo la posibilidad de que los

interventores consideraran la necesidad de proponer a la

masa social una modificación de los Estatutos Sociales

(ver Numeral 1° de la parte resolutiva de la misma),

puede afirmarse que el acto jurídico de convocatoria a

Asamblea por parte de los interventores es absolutamente

legítimo.

203. Del mismo modo, al no haberse enunciado por los

actores ninguna irregularidad concreta en que pudiera

fundarse algún vicio en los actos jurídicos a través de

los cuales se materializó la convocatoria, la misma

también debe reputarse legítima.

204. Por último, y como corolario necesario de todo lo que

viene de decirse, la Asamblea de socios convocada (ahora

suspendida por orden de la Sede) y la que se convoque en

su lugar, en tanto actos jurídicos plurisubjetivos en los

que participen los afiliados habilitados para hacerlo,

serán actos jurídicos absolutamente legítimos y

regulares.

62
IV. EN CONCLUSION:

Atento a lo desarrollado en el presente escrito y que

habrá de ser resumido en audiencia, corresponde se

rechace la demanda de amparo, imponiéndole a los actores

las máximas sanciones procesales al haber quedado de

manifiesto que actuaron con malicia temeraria y

conciencia de su sinrazón.

V. PRUEBA

Como prueba de los hechos alegados se ofrece el

diligenciamiento de los siguientes medios probatorios.

A) PRUEBA DOCUMENTAL: Se incorpore como prueba documental los

siguientes recaudos:

i. Certificado notarial de representación;

ii. Copia de los Estatutos Sociales de la

compareciente;

iii. Copia simple de la contestación de demanda

presentada por la Mutual en los autos

tramitados ante el Juzgado Letrado en lo Civil

de 2° Turno caratulados “ETULAIN CASTRO,

MICHAEL c/ MUTUAL URUGUAYA DE FUTBOLISTAS

PROFESIONALES - DESIGNACIÓN DE VEEDOR Y/O

63
AUDITOR Y/O INTERVENTOR” I.U.E. 2 - 13869 /

2017;

iv. Testimonio notarial de la convocatoria y

realización de las Asambleas desarrolladas en

la institución desde la fecha de toma de

posesión de los interventores hasta la

actualidad.

B) PRUEBA POR INFORMES: Se libre oficio al Tribunal de

Apelaciones en lo Civil de 6° Turno, o de estimarse

necesario se disponga un mecanismo de más rápido

diligenciamiento (comunicación telefónica o solicitud a

través de Alguacil) a los efectos de solicitarle envíe

con carácter urgente a la Sede ad efectum videndi y con

cargo de pronta devolución una vez que se le extraiga

testimonio , los autos caratulados “ETULAIN CASTRO,

MICHAEL c/ MUTUAL URUGUAYA DE FUTBOLISTAS PROFESIONALES -

DESIGNACIÓN DE VEEDOR Y/O AUDITOR Y/O INTERVENTOR” I.U.E.

2 - 13869 / 2017 y de no resultar ello posible se expida

testimonio íntegro por ese tribunal y se remita a esta

Sede, todo con carácter de urgencia.

64
VI.DERECHO

Se funda el Derecho en las normas y principios relacionadas en

el cuerpo del presente escrito en particular en la ley 16.011.

VII.PETITORIO

Por lo anteriormente expresado al Sr. Juez SOLICITA:

1. La tenga por presentada en la representación invocada

agregándose la documentación adjunta y tenga por

denunciado el domicilio real y constituído.

2. Tenga por formulada la contestación al emplazamiento

ordenado por la Sede.

3. Disponga sin más trámite la clausura de estas actuaciones

por no existir legitimación causal ni activa ni pasiva de

ninguna de los que han comparecido en autos y caducidad

respecto al acto administrativo por el que el Poder

Ejecutivo (Ministerio de Educacion y Cultura) dispuso la

intervención.

65
4. En caso contrario, y en subsidio, se diligencie la prueba

solicitada.

5. En definitiva, se rechace la demanda de amparo imponiendo

a los actores las máximas sanciones procesales al haber

actuado en autos con malicia temeraria y conciencia de su

sinrazón.

OTROSÍ DICE: Que a los efectos de lo dispuesto por los arts.

85, 90, 105 a 107 del CGP autorizo a los Dres. Diego

PESCADERE, Miguel PEZZUTTI, Gregorio CERDEÑA, Leticia

IGLESIAS, Verónica MONKAS, y Pablo BARREIRO así como a las

Proc. Lucía RODRIGUEZ WIKMAN y Macarena Luzardo.

OTROSI DICE SEGUNDO: Se otorga a los letrados firmantes la

representación del art. 44 del C.G.P. declarando la

institución compareciente haber sido debidamente instruida

del alcance de la representación y dejando constancia de que

su domicilio real es el expresado en la comparecencia.

66

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