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Compra semillas de alfalfa. Puedes encontrarlas en tiendas de alimentos saludables,


tiendas de piensos o proveedores de semillas en Internet. Las semillas orgánicas
también están disponibles. Las semillas vienen en paquetes pequeños de 227 a 454 g (8
a 16 oz) y en sacos de 0,5 kg (1 libra). Si planeas comer una gran cantidad de alfalfa, te
saldrá más barato comprar las semillas al por mayor.
 2
Lava y ordena las semillas. Colócalas en un colador fino o en un trozo de paño de
queso y enjuágalas cuidadosamente. Escoge las semillas rotas o decoloradas.
 3
Mide 1 cucharada de semillas. 1 cucharada de semillas producirá 1 1/2 tazas de
alfalfa. Esto es suficiente para llenar un frasco y alcanza para una o dos comidas.
Almacena las semillas adicionales en su bolsa original o en un recipiente de plástico
hermético.
4
Coloca las semillas en un frasco transparente de 1 litro (un cuarto de galón). Los
frascos con lados planos funcionan mejor porque puedes ponerlos de costado para
permitir una mejor circulación.
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Cubre las semillas con 5 cm (2 pulgadas) de agua fría. Asegúrate de que las semillas
estén completamente cubiertas.
6
Cubre la boquilla del frasco con un paño de queso o pantis limpias. De este modo,
mantendrás las semillas en el interior del frasco cuando escurras el contenido. Asegura
la cubierta con una goma elástica.
 7
Remoja las semillas durante al menos 12 horas. Mantén el frasco en un lugar seco y
cálido mientras remojas las semillas. Estas no necesitan recibir directamente la luz del
sol para brotar.

 8
Escurre el agua. No retires el paño de queso o las pantis y pon el frasco boca abajo
sobre el fregadero. El agua se escurrirá, mientras las semillas permanecen en el interior
del frasco.

9
Enjuaga y vuelve a escurrir las semillas. Asegúrate de que escurra toda el agua del
frasco de modo que las semillas no se pudran.
 10
Coloca el frasco de lado en un lugar oscuro. Algunos lugares ideales son el armario o
la despensa, los cuales proporcionan una temperatura cálida y cómoda. Asegúrate de
que las semillas estén esparcidas a lo largo de la base del frasco.[1]

11
Retira el frasco cada 8 a 12 horas para enjuagar las semillas. Enjuágalas con agua
tibia, teniendo cuidado de colar bien las semillas cada vez. Hazlo durante 3 a 4 días o
hasta que los brotes alcancen entre 3,8 a 5 cm (1 1/2 a 2 pulgadas) de longitud.
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Traslada el frasco a un lugar donde reciba luz solar. Colocarlo en una ventana
soleada durante 15 minutos activará enzimas importantes que hacen que los brotes
permanezcan saludables. Espera a que se vuelvan verdes. Una vez que los brotes se
pongan verdes, significa que están listos para su consumo. Guárdalos en el refrigerador
(lo cual hace lento su crecimiento) hasta 1 semana.

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