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Tarasti quiere poder entender la música como un signo capaz de transmitir un mensaje,

entendiendo este como un contenido que puede variar de acuerdo a los contextos y la
competencia musical. Como su trabajo está hecho de interpretaciones acerca de la música, es
necesario que al hablar de un signo musical hablamos también de un oyente competente que
sabrá de qué se trata en una música específica.
En un inicio Tarasti usa ejemplos de Bach y Beethoven para que se entienda cómo sus signos
se podrían formar desde referencias a hechos/eventos/otros signos que se representan en su
música. Luego, que esta música es siempre interpretada desde un continuum temporal, su
mensaje no solo es sonidos sino sonidos en el tiempo, por lo que la narratología es parte
importante del análisis musical, aunque no es lo últimamente necesario ni exclusivo del
análisis semiótico musical. Atiende también al desarrollo de una tensión a lo largo de toda una
pieza, un mensaje que se construye en el tiempo, como en toda pieza tonal, que adquiere, al
final, un sentido para el oyente.

Tarasti luego recurre a las tesis principales de dos escuelas de semiótica, la americana y la
europea, para ver el potencial analítico de sus herramientas en la música. Cita a Peirce y
Greimas respectivamente. Peirce veía el signo en tres niveles: el Primero, el Segundo y el
Tercero, correspondiendo a lo directamente sensitivo, a su reconocimiento como una entidad
y a su adscripción a un marco referencial, respectivamente. Objeto (a lo que se refiere),
representamen (el signo en sí mismo) e interpretante (un signo secundario en el cual
relacionamos el representamen a su objeto). De esta clasificación se pueden elaborar ‘tres
posibles situaciones para cada “esquina” de su tríada’: signos en relación a objetos –íconos,
índices y símbolos –, signos en sí mismos – cualisignos, sinsignos y legisignos –, y signos en
relación con interpretantes – remas, dicentes y argumentos. Nos concentramos en los dos
primeros tipos por el momento, los íconos refiriéndose a mímesis sonora, los índices son
sonidos que tienen una significación contigua, y los símbolos son sonidos que son llenados
arbitrariamente de sonido (como las llamadas de la marinera). Asimismo, un símbolo puede
ser un “ícono interior” de lo primero que se oye en un signo musical (como los samples usados
en canciones de rap). En la segunda “esquina” podemos ubicar los signos-cualidad como lo
primero que detectamos en un sonido – un sintetizador, un reverb, una ralentización
deliberada –, los signos-singular dentro de un marco de signos-legible (por ejemplo, el uso de
la cadencia VIb VIIb I en los finales de un nivel dentro de un videojuego RPG como anunciante
de la victoria).
Para Peirce el análisis semiótico consistía en la búsqueda de isotopías, o un campo referencial
profundo que nos hace dar significado al resto de signos (por ejemplo, el centro tonal de una
pieza). Se podría tener isotopías complejas, siendo estas las que pueden tener más de un
significado a la vez, o siendo usadas para generar ese sentido múltiple o contradictorio.
Cuadrado semiótico, compuesto por dos semas opuestos y sus negaciones:

s1 s2

non-s2 non-s1

etc.

GRUPOS DE CANCIONES QUE GENERAN TALES AFECTOS ESTÁN EN ESTOS ELEMENTOS QUE
SON DISTINTOS DE OTRAS MÚSICAS.

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