Você está na página 1de 6

Los orígenes del enfoque interpretativo en Ciencia Social

(Di Bella)

NAGEL.HEMPEL – Explicacionistas: las explicaciones y predicciones, tanto en ciencia natural como en ciencia social,
tienen una única lógica. Los hechos sociales deben ser explicados por subsunción bajo leyes. (positivistas)

Interpretativistas: proponen abordar los fenómenos sociales de un modo alternativo a como las ciencias naturales abordan
los fenómenos naturales.

RICOEUR – Tanto la explicación como la comprensión muestran la insuficiencia del enfoque de la investigación, pues él
los concibe como momentos relativos de un proceso que llama interpretación.

KLIMOVSKY: las ciencias sociales son disciplinas sui generis que, metodológicamente combinan lo que se aplica a las
ciencias naturales con hallazgos propios como los aportes de la lingüística y la semiótica. No cree que el enfoque
explicacionista sea incompatible con el interpretatitvo.

Interpretativistas = hermenéuticos = antipositivistas = dualistas metodológicos = comprensivistas

Algunos antipositivistas consideran que la realidad social es esencialmente distinta de la realidad natural; en cambio, otros
dualistas consideran que la realidad es única e indivisible, pero por cuestiones prácticas consideran que los métodos para
investigar su aspecto natural no son aptos para el enfoque de los asuntos humanos, social e históricamente hablando.

Las ciencias sociales y su relación con la historia

Durante el S XIX en Europa aparecen nuevas formas de producción y esto trae aparejado el surgimiento de nuevas
clases sociales. Así surgen los estudios sociológicos y la economía política.
Entre los positivistas y los del movimiento intelectual de oposición llamado “espiritualismo alemán”, surgen disputas sobre
el estudio de la historia como se estudiaba la ciencia natural o si tenía que crear sus propios métodos de investigación.
El problema consistía en cómo convertir a la historia y a la sociología en disciplinas empiristas con fundamentos sólidos,
teniendo en cuenta que el objeto de estudio era la vida humana con su multiplicidad de manifestaciones. La cuestión era
cómo habría de comprenderse a un objeto de estudio que a la vez era un sujeto que se autocomprendía a sí mismo.

Hechos naturales versus hechos sociales. El hombre y la sociedad como entidades históricas

El naturalismo positivista se fundamenta en un único tipo de realidad, la natural; es decir, la existente en el espacio y
tiempo regida por las leyes que estructuran el mundo físico, las cuales no obedecen a seres o causas trascendentes a dicho
mundo. Desde este punto de vista, la naturaleza es entendida como una realidad física objetiva.

SPENCER (positivista, monismo metodológico): La sociedad humana es la naturaleza en su más alto grado de evolución,
no hay diferencia entre los hechos naturales y los sociales; las relaciones sociales son similares, en cierta medida, a los
procesos biológicos.

DILTHEY: sostuvo que la metodología positivista era inadecuada para comprender los fenómenos humanos, a menos que
los seres humanos fueran considerados como objetos del mundo natural. El positivismo ignora que los acontecimientos
históricos y los fenómenos sociales sean creaciones humanas.
Consideraba que los seres humanos eran creadores que tenían un propósito y vivían dentro de un mundo que tenía
significado para ellos.
Intenta construir una metodología de las ciencias sociales.

RICKERT: la realidad era indivisible, sin embargo, no creía que los métodos de las ciencias de la naturaleza fueran
aplicables a las ciencias de la cultura.
Sostiene que mientras los fenómenos naturales se sujetan a leyes generales, configuran la “naturaleza”, no obstante, la
cultura se constituye por la referencia de los hechos a un sistema de valores. Debido a esta relación individualizadora, los
fenómenos de la cultura adquieren sentido histórico que es en cada caso irrepetible.

COLLINGWOOD: separaba al campo de la experiencia de vida humana en diferentes áreas: arte, religión, filosofía,
ciencia, etc. Cada una de ellas representa una actividad del espíritu cognoscente. Para él, ninguna acción del espíritu y
ningún terreno de la experiencia serían ajenos a la historia, pero lo histórico no se reduce a la historia propiamente dicha,
sino que la historia alcanza también la idea de naturaleza que, al fin y al cabo, es una realidad histórica.
Solamente mediante una interpretación histórica es abordable y cognoscible la realidad, sea ésta natural o cultural.
En abierta oposición al positivismo, Collingwood se pregunta si no son acaso los procesos naturales procesos realmente
históricos, y si no es el ser de la naturaleza un ser histórico. (lo histórico para Collingwood está relacionado con cualquier
acción voluntaria de los hombres, ya sea antropología, historia, psicología o economía)
Sin embargo, los problemas especiales del historiador abordando el “pensamiento histórico” serán muy diferentes a los
problemas del hombre de ciencia natural.

Las fuentes del dualismo metodológico

DILTHEY: los hechos del espíritu NO nos son dados – como los fenómenos naturales – a través de estructuras
conceptuales, sino de una manera inmediata y total, son aprehendidos en su realidad completa.
Le da mayor jerarquía a las ciencias del espíritu que a las ciencias naturales, ya que estas últimas quedan abarcadas por
las primeras, pues toda ciencia es un producto histórico.
La sociedad, entendida como un producto de la mente humana, exigía distintos métodos de estudio que el mundo natural.
Consideraba que solamente se podía lograr el conocimiento de las personas por medio de un procedimiento interpretativo
que se sustenta en la recreación imaginativa de las experiencias de los demás.
Los productos de cultura son las objetivaciones de la mente humana, y no se parecen en nada a las cosas materiales.
Captar las experiencias vividas de otros mediante una aprehensión de los pensamientos y las interpretaciones que han
intervenido en su producción.

RICKERT: defiende un dualismo metodológico dentro de una misma realidad, ya que tal realidad, a partir de la mediación
del sujeto cognoscente, se puede descomponer en perspectivas alternativas. Esa realidad se presenta con 2 lados
complementarios:
1.- capturada bajo la forma de una continuidad conferida por leyes
2.- capturada bajo la forma de particularidades heterogéneas

Hay dos principios de selección a los efectos de aproximarnos a cada uno de los métodos de representación de la
realidad: el tipo nomotético que busca leyes generales y el tipo ideográfico.
Los productos de la cultura encarnan valores, y estos valores deben ser comprendidos por los científicos sociales para
darle sentido a las situaciones únicas que genera la historia del hombre.

COLLINGWOOD: sostiene que el historiador, al investigar cualquier acontecimiento del pasado, hace una distinción entre
el exterior y el interior de dicho acontecimiento.
Entiende por exterior a todo lo que se puede describir en términos de cuerpos y sus movimientos. El interior es todo
aquello que sólo puede describirse en términos de pensamiento.
Para él, la causa de los acontecimientos son los pensamientos, y esto no es algo que se pueda diferenciar de los
acontecimientos ya que es el interior de los mismos.
Por esto, los procesos históricos no son procesos que se puedan describir como meras secuencias de hechos como los
de la naturaleza, sino que son procesos de acciones que tienen un interior que consiste en procesos de pensamientos.
El historiador, para discernir los pensamientos que trata de descubrir los repiensa en su propia mente. Así, la historia sería
la reactualización de pensamientos pretéritos en la propia mente del historiador.

El pasaje de la interpretación de textos a la hermenéutica social

La hermenéutica empezó siendo usado para identificar a la interpretación bíblica, pero se extendió a cualquier proceso de
interpretación cultural.
Desde esta perspectiva, la realidad es concebida como una totalidad de expresiones simbólicas. Para comprender la
realidad o un sector de ella, es preciso interpretar las expresiones simbólicas en las que consiste. Por lo tanto, el estudio de
los fenómenos sociales es un proceso de interpretación.

SCHLEIERMACHER: se ocupó de la interpretación de cualquier texto independientemente del género o doctrina. Decía
que en cada nivel de interpretación estamos envueltos en un círculo hermenéutico (no se puede hacer una correcta lectura
del pasaje de un texto si no se conoce su totalidad y viceversa).
Al proponerse reconstruir el significado verbal de un texto se preguntaba si realmente el pensamiento del autor y sus
expresiones eran idénticos. Al combinar la interpretación filológica con la identificación psicológica, introdujo a la
hermenéutica en el estudio de las actividades humanas en general, otorgándole nueva jerarquía dentro de la metodología
de las ciencias sociales.

DILTHEY: dice que lo que le debe importar a las ciencias sociales es el espíritu inserto en el mundo de la cultura.
Considera que el significado de una obra es independiente a la mente del autor y, según él, el hombre sólo puede
comprenderse a sí mismo en la historia, nunca por introspección pura.
Para Dilthey, la comprensión es el acto por el cual se capta lo psíquico a través de sus múltiples exteriorizaciones
culturales.
El método comprensivista de Dilthey se va transformando en un procedimiento de mayor amplitud, en una hermenéutica
de las estructuras objetivas en su carácter de expresiones socioculturales de la vida psíquica. Comprender significa el
tránsito desde una manifestación del espíritu a una vivencia originaria.
Con Dilthey, la hermenéutica pasa a ser el método de las ciencias sociales, o sea, lo que uno ve reflejado en una cultura,
a la esencia de esa cultura, es decir, a lo que los sujetos que produjeron esos productos tenían en mente, sus motivos, sus
intenciones, sus ideas.
MAX WEBER y su intento superador de la antítesis monismo-dualismo metodológico

Según él, las ciencias sociales debían encontrar un equilibrio entre los procedimientos, fines y presupuestos
heterogéneos de las ciencias naturales y las ciencias de la cultura.
Contempló la posibilidad de combinar la explicación con la comprensión de los fenómenos sociales.
Rechaza la metodología positivista puramente explicativa en términos de relaciones causales, pero tampoco le convence
la idea de que es posible comprender las acciones sociales mediante nuestra intuición empática.
Consideraba que los problemas de la lógica de la formación de conceptos, la manera en que deben construirse las ideas
teóricas, son los mismos para las ciencias naturales y las sociales, las diferencias están en la práctica de la investigación.
En las ciencias socioculturales se deben abordar los fenómenos subjetivamente significativos, su objetivo ha de ser
interpretar ese significado debido a nuestros intereses históricamente formados. Porque existen valores en nuestra cultura
es que hay intereses históricos y sociales como algo subjetivamente significativo. Se trata pues de reconstruir la experiencia
subjetiva de los actores sociales.

Las teorías generales permiten la deducción de hipótesis sobre regularidades empíricas y estas hipótesis legaliformes son
útiles a la explicación. Sin embargo, en ciencia social las regularidades pueden resultar comprensibles, cosa que no ocurre
con los procesos de la naturaleza.

Neutralidad de valor: Consideraba que los investigadores sociales debían cuidarse mucho de hacer abuso de su autoridad
científica haciendo pasar de contrabando sus juicios de valor como verdades científicas. Por otra parte, para poder captar
con mayor objetividad los significados sostenidos subjetivamente, planteó el método de comprensión de los tipos ideales.
El método de los tipos ideales consiste en obtener abstracciones que simplifican y exageran rasgos descubiertos en la
realidad con el objeto de crear pautas mucho más coherentes, desde el punto de vista lógico, que jamás podrían
encontrarse en estado puro en el mundo. Los modelos de tipos ideales son tan sólo herramientas de comparación entre
pautas de conducta ideales.

De la etapa fundacional de la hermenéutica a nuestros días

Tanto en los autores abordados como en sus herederos de la segunda mitad del siglo XX, se advierte que el problema de
la comprensión de los fenómenos sociales es la sociedad, que a diferencia del mundo natural, es producida y reproducida
por sus miembros.
La experiencia social cotidiana ya está simbólicamente estructurada antes de ser abordada científicamente y es por ello
que no resulta accesible a la simple observación. El objeto de estudio de las ciencias sociales es un mundo previamente
interpretado por quienes lo componen.

Algunos conceptos metodológicos básicos


(Piana)

Los datos referidos a los problemas de investigación se pueden obtener en un ambiente natural o campo y en el
laboratorio.
Por “laboratorio” se entiende una situación artificial provocada por el investigador para controlar o analizar el
comportamiento de determinados factores y su incidencia sobre otros.
El estudio se realiza con un número limitado de sujetos, en un tiempo prefijado y el investigador puede manipular factores
intervinientes y explicarlos con precisión. Se dice que el estudio tiene validez interna.

En cambio, la expresión “campo” se refiere a un entorno ya constituido, tal como una institución, una comunidad o una
clase. Aquí el ambiente no es creado artificialmente pero el investigador puede ejercer control sobre algún factor o
solamente describirlo. Aquí se pueden obtener resultados más fácilmente generalizables a cambio de perder cierto nivel de
control y precisión.

Si bien cada uno de estos entornos presenta logros diferentes, no hay que pensarlos como opuestos sino más bien como
complementarios para llevar a cabo la investigación social.

Los métodos de investigación más los procedimientos más específicos forman las técnicas de investigación. Según esta
distinción, en los estudios sociales pueden individualizarse métodos experimentales y no experimentales. La diferencia
fundamental entre ambos es el grado de intervención del investigador.

Si el diseño experimental se aplica en una situación de laboratorio, el investigador controla deliberadamente una o más
variables (supuestas causas) para considerar las consecuencias de ese control sobre otra u otras variables (supuestos
efectos).
Si el problema de investigación requiere un experimento de campo, la manipulación será de por lo menos un factor o
variable en un entorno social ya conformado.

 En ambas situaciones el investigador manipula las variables causales.


Si el investigador no manipula variables ni construye deliberadamente una situación a la que son expuestos los sujetos,
entonces el estudio será no experimental. Dentro de éste, pueden diferenciarse la observación y el análisis estadístico de
datos.
La observación es una estrategia en la que una o más personas utilizan los sentidos para clasificar y registrar
acontecimientos en una situación particular, según un sistema de categorías previamente establecido. Por esto se dice que
la observación social es sistemática, ya que el investigador tiene que delimitar el objeto, las condiciones de observación y
los acontecimientos que han de registrarse.
En la observación, los sujetos observados no brindan, intencionalmente, información sobre sí mismos.

El análisis estadístico permite el tratamiento cuantitativo y geométrico de los datos registrados. A este método se asocia
una técnica muy usual en la investigación social: la encuesta, con sus modalidades de entrevista y cuestionario.
Aquí el sujeto participa en la información que brinda sobre sí mismo, permitiendo así que el investigador acceda a lo que
el interrogado opina.
Cuando la relación que se da entre el encuestador y el individuo objeto de estudio, es a través de un contacto personal,
estamos en presencia de una entrevista.
Cuando la encuesta consiste en un formulario que es proporcionado al encuestado y que éste completa por sí mismo o a
través del propio encuestador, estamos en presencia de un cuestionario.

Estudio transversal: se analizan ciertas situaciones sociales en un momento único.


Estudio longitudinal: “ “ “ “ “ a través del tiempo

El procesamiento estadístico de los datos recogidos nos permite analizar los resultados obtenidos.
El primer tipo de análisis estadístico que se realiza es de carácter descriptivo, en tanto que identifica y presenta los
valores obtenidos por las variables sin sacar conclusiones de ello.
El tipo de análisis estadístico inferencial es el cual donde el razonamiento utilizado es el inductivo. Por lo tanto las
conclusiones obtenidas serán de tipo probabilística.

Una variable es una característica que puede variar cuantitativa o cualitativamente. Además pueden cambiar de un sujeto
a otro.

Variables cualitativas: admiten una clasificación y no se traducen numéricamente. Éstas se ordenan según los casos.
Variables cuantitativas: aquellas características susceptibles de una consideración numérica.

Las variables, sean cualitativas o cuantitativas, adquieren una especial significación para la investigación cuando se las
relaciona (es decir, cuando se formulan hipótesis).

Variable independiente: no depende de otra variable y puede ser administrada por el investigador en los estudios
experimentales. No todas pueden ser manipuladas por el investigador.

Variable dependiente: efecto que produce la aplicación de la variable independiente. Es dependiente porque variará según el
grado en que cambie la variable independiente.

Para establecer relaciones efectivamente causales es necesario que la ocurrencia de la variable independiente anteceda
temporalmente a la variable dependiente, varíen simultáneamente y que esta covariación leve a descartar otras causas.

Variable interviniente: esta variable no aparece posteriormente a la variable independiente, sino que está vinculada
funcionalmente a la variable independiente y a la variable dependiente. Produce un cierto efecto sobre la relación entre
ambas. Por esto es importante controlarla para otorgar validez a los estudios sociales; y es en este sentido que se la
considera “variable de prueba” ya que permite determinar si la relación establecida originariamente entre la variable
independiente y la variable dependiente es genuina o espuria. (ilegítima)
El control de la variable de prueba permite corregir lo que se denomina la “falacia de relación causal”, lo que es la
inferencia de relaciones causales entre determinadas variables, cuando en realidad éstas se encuentran meramente
asociadas.

Un modelo es una representación metafórica que constituye una simulación del funcionamiento de una determinada
realidad; lo que se afirma aquí es que esa realidad es como si fuera el modelo, no que es dicha representación.

Las teorías son las que guían y orientan al investigador en cuanto al establecimiento de hipótesis contrastables y la
dirección que ha de tomar el estudio. Brindan los antecedentes del tratamiento del tema y es la tarea del investigador la que
permite consolidar la riqueza teórica.
Política científica: problemas y perspectivas
(Contriatti)

Política científica: conjunto de disposiciones gubernamentales destinadas a organizar el potencial investigador de un país
y a orientarlo en su crecimiento y en su aplicación a otras áreas donde los resultados de la investigación son necesarios
para su desarrollo.

Planificación de la política científica


Algunos factores a tomar en cuenta son:

· Monto total de la inversión en I+D: el peso otorgado a la I+D dentro del presupuesto total de un país corresponde a
una decisión política, cuyo criterio de decisión se basa en las necesidades relativas de todas las áreas que debe cubrir el
presupuesto y en la función que cumplen la ciencia y la tecnología como variable del desarrollo económico social para un
Estado.
El estudio del presupuesto debe contemplar los gastos de estructura (centros de investigación y las universidades) y
funcionamiento.
Otro aspecto que debe caer bajo la consideración presupuestaria son los objetivos considerados prioritarios. Los mismos
deben subordinarse a las necesidades sociales y económicas de un país, y no perseguir el incremento de investigación
científica como un fin en sí mismo.

Yúfera considera que en los países sin potencial económico y político independiente, las prioridades son vagas,
difuminadas y poco fundamentadas en estudios socioeconómicos serios, y la trascendencia de la actividad de I+D no se
valora a la hora de seleccionar dichas prioridades.
Señala que además, el resultado de las investigaciones en ciencia básica practicadas en estos lugares, es aprovechado
por otros países poseedores de un desarrollo económico afianzado.
En los medios conectados con las políticas de la ciencia ya se ha instalado una discusión sobre el monto que se debe
destinar a la investigación básica con relación a otras áreas:
1) Caso de Europa. Se da preferencia a la ciencia básica libre porque lo demás viene por su cauce natural; la
investigación básica es la causa primaria de la riqueza.
2) Caso de EEUU y Japón. La ciencia básica necesaria para el desarrollo tecnológico está en las revistas, los países
pobres deben aprovecharlo para crear riqueza, y los países ricos son los que pueden estar en la cabeza de la
investigación básica.

Bunge denomina “practicismo” o “anticientificismo” a la posición según la cual los intereses nacionales (económicos y
sociales) deben orientar la política científica de un país. Rechaza esta perspectiva porque con ella se desconoce de la
función cultural que tiene la ciencia básica y se subordina a la ciencia a los imperativos del desarrollo económico y a la
producción.

En los países subdesarrollados siempre es ventajoso practicar la investigación básica, aunque deben darse ciertas
condiciones de orden cultural para que ello sea posible.
En el subdesarrollo se puede hacer buena ciencia básica y es más fácil hacerla que hacer buena técnica. La técnica exige
inversiones en producción que un país pobre no tiene. Además, la innovación técnica depende de la demanda.
Para Bunge, entonces, la libertad de investigación debe estar necesariamente contemplada en a planificación de políticas
científicas

Yúfera entiende que el presupuesto de I+D debe destinarse una parte a la actividad libre de los científicos, y otra al
desarrollo tecnológico.

En la década del 90 en Argentina, se adoptó la modalidad del laissez faire de una manera más deliberada en relación con
la política de ortodoxia liberal de la economía, que, en la mayor parte de los casos, considera a la tecnología como una
variable exógena (es decir, no juega en forma directa en el proceso de equilibrio económico).

Otro objetivo que debe ser considerado en una planificación de I+D es la transferencia de los resultados de estos planes a
los sectores productivos.

En gral., en los países desarrollados el Estado participa en la financiación de la I+D realizado en las industrias. En los
países de menor desarrollo, corresponde al Estado liderar los emprendimientos de I+D.

Un problema es que las empresas trasnacionales no realizan labor de I+D en los países poco avanzados. Por
consiguiente, el país debe importar todas las tecnologías necesarias, cuyas consecuencias son, entre otras, el atraso en
materia de innovación y el desequilibrio de la balanza de pagos.

Formación del investigador


Yúfera dice que la escasez de investigadores es a la vez la causa y efecto del bajo desarrollo. El número de personal
condiciona la política científica y ésta a su vez determina la cantidad de científicos que se requieren de acuerdo a los planes
de I+D, condicionados, por su parte, a la situación económica general.

Ciapuscio afirma: dado que el conocimiento es el factor principal de la revolución científico-tecnológica actual, la
formación intensiva de los recursos humanos es una estrategia hábil para mejorar la situación relativa de los países menos
desarrollados.
Remarca que en Argentina el nivel universitario es de pregrado, con un ciclo de enseñanza caracterizado por la
enseñanza repetitiva.

Características de la política científica argentina

Albornoz sostiene que la política científica se fue desplazando desde el centro hacia la periferia de la escena política,
pero inversamente, se especificó hacia adentro del sistema, lo cual alentó tendencias autonomizantes y corporativas.
En la segunda mitad del siglo XIX, con Sarmiento hay un interés político y un entusiasmo por la ciencia, que, sin embargo,
no logró alcanzar un contenido científico alto.
En el siglo XX la actividad científica se intensificó, mejoró su calidad y se expandió a un conjunto más amplio de actores.
Las políticas para la ciencia se hicieron más específicas y apropiadas.

Houssay (positivista argentino) dice que la ciencia acorta o suprime las distancias, permite distribuir riquezas, asegura
una vida sana y más larga, etc.

La investigación científico-tecnológica en la universidad

Albornoz atribuye a la Universidad la función de crear, atesorar y difundir el conocimiento científico, tanto a través de la
formación de profesionales como la de prestación de servicios a la sociedad.
El cambio tecnológico y la respectiva adaptación del sistema educativo comenzó en los países industrializados y, desde
allí, se siguen produciendo ondas expansivas de innovaciones que abren, con los países de la periferia, brechas
tecnológicas y problemas en la división internacional del trabajo.
Otras consecuencias para los países en vías de desarrollo por esta falta de protagonismo en la producción de tecnologías
es la dificultad para constituirse en culturas tecnológicas; existe más bien un dualismo tecnológico provocado por la
presencia de empresas de tecnología de punta (por lo general, pertenecientes a empresas multinacionales) y otras
retrasadas y antiguas.

Você também pode gostar