Você está na página 1de 3

:: portada :: Opinión ::

06-04-2018

Drogas a la estadounidense
Hedelberto López Blanch
Rebelión

La proliferación de diversas drogas por todo el territorio estadounidense tiene conmocionada a la


población pues en casi la mayoría de los hogares existe algún familiar adicto a ese destructor
flagelo.

Las cifras oficiales resultan escalofriantes: En 2016 murieron por sobredosis de drogas más de 59
000 personas, más del total de soldados estadounidenses muertos durante la invasión a Vietnam.
Solo los opioides destruyeron la vida de 17.536 habitantes. Nadie escapa a la drogadicción en la
nación.

Si la marihuana y la cocaína han sido durante años las principales sustancias que han proliferado
por Estados Unidos, consumidas por adultos, jóvenes y hasta menores de edad, ahora se han
impuesto otras mucho más peligrosas en ese profuso mercado que resulta muy difícil de controlar.

Entre las razones fundamentales de los innumerables actos de violencia y asesinados masivos con
armas de fuego ocurridos en escuelas, supermercados, iglesias y lugares de recreación en Estados
Unidos aparecen dos cuestiones principales: la tenencia indiscriminada de armas por parte de la
población impulsada por la Asociación Nacional del Rifle y la proliferación del consumo de drogas
entre jóvenes y adultos.

Según el Gun Violence Archive (Archivo de Violencia Armada) entre enero y octubre del año 2017
fallecieron en Estados Unidos 545 menores por disparos, ocurrieron 274 tiroteos masivos, se
registraron 46 595 incidentes de violencia con armas de fuego con resultados de 11 652 muertes y
23 516 heridos (sin incluir 22 000 suicidios anuales aproximadamente). Las drogas estaban tras
muchos de esas desgracias.

Desde 1970 han muerto más estadounidenses a causa de armas que el total de los que perdieron
sus vidas en todas las guerras en la historia del país, desde la Independencia (1776). Nicholas
Kristof, columnista del New York Times, informó de que cada día unos 92 pierden sus vidas por
armas de fuego, recordó.

Ahora, en esa sociedad tan agresiva, cuyo país esta catalogado como el principal consumidor de
todo tipo de drogas que van desde la cocaína, marihuana, LSD, heroína y metanfetamina (también
conocidas como crank, speed , ice y tina) se suman en los últimos años las medicinas con opioides
fabricadas por la industria farmacéutica de Estados Unidos.

page 1 / 3
La compañía Purdue Pharma lanzó al mercado en 1996 su producto OxyContin, un opioide que le
produjo a los cuatro años ingresos de 1.100 millones de dólares. Debido a la obtención de tan
rápidas ganancias, otras grandes compañías sacaron al mercado los productos Percocet y Vicodin,
también opioides.

Como siempre hacen los medios de comunicación occidentales que se prestan a hacer propaganda
de cualquier producto siempre que les brinden altos pagos por los anuncios, Purdue utilizó una
agresiva campaña de mercadeo por radio, prensa escrita, programas de televisión así como con
médicos, a través de los cuales prometía que el OxyContin, no era nada adictivo y libraría a
cualquiera del dolor.

Ya en 2016 se expidieron alrededor de 300 millones de recetas para fármacos con opiáceos que
alcanzaban según un medio especializado de salud para entregar un pomo de calmantes a cada
estadounidense, incluidos los recién nacidos.

El mercado ascendía a 24 000 millones de dólares al año, al transformante de un fuerte calmante a


una adicción con enorme dependencia. Numerosos jóvenes comenzaron a consumirlas en las
fiestas junto con bebidas alcohólicas.

Las poderosas corporaciones farmacéuticas, lograron lo que no han podido hacer las grandes
mafias traficantes de drogas: distribuirla legalmente e incluso con receta.

Como siempre sucede en Estados Unidos donde las poderosas compañías compran a políticos,
abogados, cabilderos, representantes y senadores, la millonaria familia Sackler, dueña de Purdue
Pharma ha entregado abundante dinero a obras "humanitarias y caritativas", mientras su producto
OxiContin le ha reportado desde 1995 más de 35 millones de dólares.

En el sur de la Florida, el consumo de cocaína sigue siendo la droga más usada, pero ya se han
extendido los opioides como el fentanil y la heroína que han acabado con la vida de miles de
personas que no pueden desistir de consumirlas.

A la par, la metanfetamina se abre paso y en los dos últimos años ha provocado más sobredosis,
creado una nueva ola de adictos. Solo en Florida el pasado año murieron por sobredosis de
metanfetamina, 621 personas, el doble que en 2016 y otras miles han estado envueltas en
trifulcas, agresiones, robos y todo tipo de altercados.

Se afirma que en Estados Unidos las drogas son una voraz epidemia que alcanza a la mayoría de
las familias, pero la realidad es que la verdadera epidemia está en el sistema imperante donde el
bienestar de la población no resulta importante por encima prevalecen el negocio y la acumulación

page 2 / 3
de dinero de la minoría rica.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política


internacional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative
Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

page 3 / 3

Você também pode gostar