Você está na página 1de 16

KARL MARX FORMACIONES

ERIC J. ECONÓMICAS
HOBSBAWM PRECAPITALISTAS
)3KI
editores
=
o
n
ÍNDICE
>XI
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA 248. ROMERO DE TERREROS, 04310, MÉXICO, D. F. NOTA DEL EDITOR

siglo xxi editores, s.a.


TUCUMÁN 1621, 7. N. C1050AAG, BUENOS AIRES, ARGENTINA INTRODUCCIÓN, por ERIC J. HOBSBAWM

siglo xxi de españa editores, s.a. FORMAS QUE PRECEDEN A LA PRODUCCIÓN CAPITALISTA.
MENÉNDEZ PIDAL 3 BIS, 28036, MADRID, ESPAÑA
(ACERCA DEL PROCESO QUE PRECEDE A LA FORMACIÓN DE
LA RELACIÓN DE CAPITAL O A LA ACUMULACIÓN
ORIGINARIA), por KARL MARX

edición al cuidado de eugenia huerta

primera edición. 1971


decimotercera reimpresión. 1987
segunda edición, corregida y nuevamente compuesta. 1989
séptima reimpresión. 2009
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
isbn 978-968-23-1561-9

derechos reservados conforme a la ley


impreso y hecho en méxico

impreso en mújica impresor, s.a. de c.v.


camelia TIÚD -1. 4
col. el manto, iztapalapa
marzo de 2009

[5]
NOTA DEL EDITOR

Para el texto de Marx hemos utilizado prácticamente la misma ver -


sión incluida en los Elementos fundamentales para la crítica de la
economía política (Grundrisse) 1857-1858, México, Siglo XXI, vol. 1,
15a ed., 1987, pp. 433-477.
En el original Marx utiliza paréntesis y corchetes; estos últi -
mos se hacen reconocibles en el texto impreso mediante dos cor -
chetes. Las palabras agregadas tienen la finalidad d e aclarar mu-
chas oraciones inacabadas o ambiguas que abundan a lo largo del
texto; cuando estos agregados están entre corchetes dobles perte -
necen a los editores en español; cuando están entre corchetes sim -
ples a la redacción del Instituto Marx-Engels-Lenin (IMEL).
Las notas indicadas con asteriscos pertenecen a Marx y van a
pie de página separadas del texto por una línea corta; las indicadas
con letras son de la redacción del IMEL, se refieren a problemas del
texto y van a pie de página separadas por una línea completa; las
numeradas en forma progresiva son referencias bibliográficas de
Marx, que pudieron completarse fehacientemente por los editores
del IMEL y se incluyen al final del texto.

[7]
INTRODUCCIÓN

ERIC J. HOBSBAWM

El trabajo que presentamos forma parte de un voluminoso


manuscrito redactado por Marx en 1857-1858 como prepara-
ción de sus obras Contribución a la crítica de la economía po-
lítica y El capital. Dicho manuscrito se publicó bajo el título
de Grundrisse der Kritik der politischen Ókonomie en Mos-
cú, 1939-1941, aunque algunos extractos habían aparecido
en 1903 en Die Neue Zeit. El momento y el lugar de la publi-
cación determinaron que la obra fuera virtualmente descono -
cida hasta 1952, cuando esta parte de la misma se publicó
como folleto en Berlín, y 1953, cuando los Grundrisse com-
pletos fueron reeditados en la misma ciudad. Esta edición
alemana de 1953 sigue siendo la única accesible.* No conoz co
otra traducción a idiomas de Europa occidental salvo la
italiana de 1956.
Los Grundrisse pertenecen, así, al amplio grupo de ma-
nuscritos de Marx y Engels nunca publicados en vida de sus
autores, y que han quedado en condiciones de un estudio
acabado sólo a partir de 1930. La mayor parte de ellos, como
el caso de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, que
han figurado ampliamente en los últimos debates, pertene -
cen a la juventud de Marx y del marxismo. Los Grundrisse,
sin embargo, corresponden a su plena madurez. Son el resul-
tado de una década de intensos estudios en Inglaterra, y es
evidente que representan el estadio de su pensamiento inme -
diatamente anterior a la redacción de El capital durante los
primeros años de la década de 1860, de la cual, como ya se

* Después de redactada esta introducción aparecieron sucesivamente


las ediciones francesa, italiana, española e inglesa de los Grondrisse. Siglo
XXI los ha publicado en traducción directa y en forma integral en tres volú -
menes aparecidos en 1971-1976. [E.]

[9]
10 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 11

observó, constituyen un trabajo preliminar. Los Grundrisse ca , d e e s t a b le c er e l me c a n i s mo g e n e r a l d e to do ca mb i o


so n, p o r lo ta n to , lo s ú lti mo s e sc ri to s fu nd a me nt al es d e l social: la formación de las relaciones sociales de producción
Marx mad uro q ue han llegado al p úb lico . que corresponden a un estadio definido del desarrollo de las
En estas circunstancias, su olvido resulta muy sorpren - fuerzas materiales d e p ro d ucció n; el d esarro llo recurrente
dente. Particularmente por lo que toca a la sección titulada d e co nflicto s entre las fuerzas y las relacio nes d e prod uc -
Formen die der kapitalistischen Produktion vorhergehen, en ción; las "épocas de revolución social" en que las relaciones
la que Marx intenta abordar el problema de la evolución his - vuelven a ajustarse al nivel de las fuerzas. Este análisis gene-
tórica p recap italista , q ue aq uí p resentamo s por sep arado. ral no implica afirmación alguna sobre períodos históricos,
Porque no se trata de notas casuales o sin importancia. Este fuerzas y relaciones de producción específicos. De tal modo,
trabajo no representa sólo —como el mismo Marx le escribe la palabra "clase" no es ni siquiera mencionada en el Prólo-
orgullosamente a Lasalle el 12 de noviembre de 1858 — "el go, puesto que las clases no son más que casos especiales de
resultado de quince años de investigaciones , es decir, de los las relaciones sociales de producción en períodos particula -
mejores años de mi vida". No solamente muestra a Marx en res, aunque sin duda muy prolongados, de la histo ria. Y la
su faceta más brillante y profunda. Es, además, en muchos única afirmación acerca de períodos y formaciones históri -
sentidos, su intento más sistemático de abordar el problema cas es la breve lista, no fundamentada ni explicada, de las
de la evolución histórica y el complemento indispensable de "épocas de progreso, en la formación económica de la socie -
su magnífico Prólogo a la Crítica de la economía política, es- dad", esto es, "el modo de producción asiático, el antiguo, el
crito poco después y que muestra al materialismo histórico feudal y el moderno burgués", de los cuales el último consti -
en su aspecto más fértil. Puede decirse sin vacilación que tuye la forma "antagónica" final del proceso social de pro -
cualquier análisis histórico marxista que no tenga en cuenta ducción.
esta obra —es decir, prácticamente todos los análisis ante -
riores a 1941 y, por desgracia, muchos de los posteriores — Las Formen son, a la vez, más generales y más especí -
d ebe ser reco nsiderad o a su luz. ficas que el Prólogo, aunque ellas tampoco —es importante
hacerlo notar desde el principio — son "historia" en el senti -
Pero existen razones obvias para este olvido. Los Grun- do estricto. En un asp ecto , el bo rrador intenta d escubrir en
drisse eran, como Marx escribió a Lasalle, "monografías escri - el análisis de la evolución social las características de toda
tas en muy diversos períodos, para mi propio esclarecimien - d ialéctica, e incluso d e toda teoría satisfactoria cualq uiera
to y no p ar a la p ub licació n" . No só lo req uieren d el lecto r sea su tema. Trata de lograr, y lo logra realmente, aquellas
una có mo d a fa miliar id ad co n el estilo d e p ensa mientó d e cualidades de economía intelectual, generalización y lógica
Marx —es decir, con toda su evolución intelectual y, en espe - interna ininterrumpida, que los científicos tienden a denomi
cial, con el hegelianismo — sino que, además, están escritos nar "belleza" o "elegancia", y las persigue utilizando el mé -
en una especie de taquigrafía intelectual privada, a veces im - todo dialéctico de Hegel, aunq ue sobre una b ase materialis -
penetrable, en la forma de notas sin pulir, con interpolacio - ta y no idealista.
nes que, por muy claras que pudieran estar para Marx, nos Esto nos plantea de inmediato el segundo aspecto. Las
resultan con frecuencia ambiguas. Todo el que haya tratado Formen tratan de formular el contenido de la historia en su
de traducir el manuscrito , y aun de estudiarlo e interpretar - aspecto más general. Este contenido es el progreso. Ni quie-
lo, sabrá que a veces resulta imposible verter el significado nes niegan la existencia del progreso histórico ni quienes
d e alguno s p asajes sib ilino s fuera de to da d uda razo nab le. (basándose con frecuencia en los escritos del Marx inmadu -
Aunque Marx se hubiese tomado el trabajo de volver cla - ro) ven en el pensamiento de Marx simplemente la exigencia
ro su significado, estaría. muy lejos de resultar fácil, puesto
que su análisis se verifica en un nivel muy alto de generaliza -
ció n, es d ecir , en tér mi no s s u ma me nte ab stracto s. En p ri -
mer lugar, Marx se preocupa aquí, y en el Prólogo a la Críti-
12 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 13

ética de la liberación del hombre, encontrarán aquí apoyo al - El progreso, por supuesto, se puede observar en la cre-
guno. Porque para Marx el progreso es algo objetivamente ciente emancipación del hombre con respecto a la naturale za
definible, y que al mismo tiempo apunta hacia lo deseable. y en su creciente contro l sobre ésta. Esta emancipación —
La fuerza de la creencia marxista en el triunfo del libre desa - es decir, a partir de la situación dada en que los hombres
rrollo de todos los hombres depende no del vigor de la espe - primitivos se ocupan de su vida y a partir de las relaciones
ranza de Marx respecto de éste, sino en la supuesta justeza espontáneas y primitivas (o, como dice Marx, naturwüchsig,
d el análisis según el cual el desarro llo histórico co nd uce a "tal como se desarrollan de manera natural") que surgen del
la humanid ad , en efecto , a esa meta. proceso de la transformación de los animales en grupos hu -
manos— afecta no sólo a las fuerzas, sino también a las rela -
La base objetiva del humanismo de Marx y, por supuesto ciones de producción. Y a este último aspecto se refieren las
también, y al mismo tiempo, de su teoría de la evolución so - Formen. Por un lado, las relaciones en que se insertan los
cial y económica, es su análisis del hombre como un animal hombres como resultado de la especialización del trabajo —y,
social. El hombre o, mejor dicho, los hombres trabajan, esto en particular, del intercambio— se van progresivamente acla-
es, crean y reproducen su existencia en la práctica cotidiana, rando y complicando, hasta que la creación del dinero y, con
respirando, buscando alimento, abrigo, amor, etc.; lo hacen él, la producción de mercancías y el intercambio, proporcionan
operando en la naturaleza, tomando de ella (y, en definitiva, una base para procesos antes inimaginables, incluyendo la
transformándola conscientemente) para tal fin. Esta interac - acumulación de capital; este proceso, aunque mencionado al
ción entre el hombre y la naturaleza es, y produce, la evo - co mienzo del pr esente ensayo, no es su tema fundamental.
lució n social. To mar de la naturaleza o determinar la uti - Por el otro, se quiebra progresivamente la doble relación de
lización de algunas de sus porciones (incluyendo el propio trabajo-propiedad, al alejarse crecientemente el hombre de lo
cuerpo) puede ser visto, y en realidad lo es en el lenguaje co - natural, relación primitiva con la naturaleza desarrollada en
mún, como una apropiación, la que, por lo tanto, es, en su forma espontánea. Toma la forma de una progresiva "separa -
origen, sencillamente, un aspect o del trabajo. Ello se expre sa ción del trabajo libre con respecto a las condiciones objeti -
en el concepto de propiedad (que no es en modo alguno lo vas de su realización —con respecto al medio de trabajo y al
mis mo q ue el caso histór icamente p articular de la p rop ie• material de trabajo. Por lo tanto, ante todo, separación del
dad privada). En sus comienzos, dice Marx, "el trabajador se trabajad or co n resp ecto a la tierra co mo su labo ratorium
comporta con las condiciones objetivas de su trabajo como natural. . .". Su clarificación definitiva se obtiene bajo el
con su propiedad: estamos ante la unidad del trabajo con sus capitalismo, cuando el trabajador es reducido a simple fuer za
supuestos materiales". El hombre, siendo un animal social, de trabajo y, podemos agregar que, a la inversa, la propie dad
desarrolla la cooperación y la división social del trabajo —es se reduce al control sobre los medios de producción, to -
decir, la especialización de funciones— lo cual no sólo es po- talmente divorciada del trabajo, mientras que en el proceso
sible por la producción de un excedente por sobre lo necesa- de producción se produce una separació n total entre el uso
rio para mantener al individuo y a la comunidad de la que
forma parte, sino que además incrementa las nuevas posibili -
dades de obtenerlo. La existencia tanto del excedente como de
la división social del trabajo hace posible el intercambio. Pe- I
Para la explicación de Engels acerca de la evolución del hombre a
partir del mono, y por tanto de la diferencia entre el hombre y los demás
ro, inicialmente, la producción y el intercambio tienen como primates, véase su borrador de 1876 titulado "El papel del trabajo en el pro -
único objeto el uso, esto es, el mantenimiento del productor ceso de transformación del mono en hombre", en Carlos Marx y Federico
y de su comunidad. Éstos son los principales eslabones ana - Engels, Obras fundamentales, vol. 18, México, Fondo de Cult ura Económica,
líticos con los que está construida la teoría, y todos ellos son, 1986, pp. 412 ss.
en realidad, ampliaciones o corolarios del concepto original
d el ho mb re co mo un animal social de un tipo especial. '
14 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 15

(que no tiene pertinencia directa) y el intercambio y la acumu - sino]] la elaboración absoluta de sus disposiciones creadoras
lación (que son el objeto directo de la producción). Éste es el sin otro presupuesto que el desarrollo histórico previo, que
proceso que Marx intenta analizar aquí, en sus distintas va - convierte en objetivo a esta plenitud total del desarrollo, es
riaciones típicas posibles. Es el proceso en su totalidad, que decir al desarrollo de todas las fuerzas humanas en cuanto
abarca siglos y continentes, lo que ocupa su pensamiento, tales, no medidas con un patrón preestablecido? ¿[[Qué, sino
aunque las formaciones económico -sociales particulares, que una elaboración como resultado del la cual el hombre no se
expresan fases particulares de esta evol ución, son muy im- reproduce en su carácter determinado sino que produce su
portantes. Por lo tanto, su marco de referencia es cronológico plenitud total? ¿[[Como resultado del la cual no busca perma -
sólo en el sentido más amplio, y problemas tales co mo la necer como algo devenido sino que está en el movimiento ab-
transición de una fase a la otra no son su preocupación fun - soluto del devenir? En la economía burguesa —y en la época
d a me n t a l , e x c e p t o m i e n t r a s p u e d a n a r r o j a r l u z s o b r e l a de la producción que a ella corresponde — esta elaboración
transfor mació n de lar go p lazo. plena de lo interno aparece como vaciamiento pleno; esta
Pero, al mismo tiempo, este proceso de la emancipación objetivación universal, como enajenación total, y la destruc-
del hombre respecto a sus condiciones naturales primitivas de ción de todos los objetivos unilaterales determinados, como
p ro d uc ció n e s d e ind iv idualización h u ma n a. " El ho mb r e sacrificio del objetivo propio frente a un objetivo completa -
sólo se aísla a través del proceso histórico. Aparece origina- mente externo."
riamente co mo un ser genérico, un ser tribal, un animal El ideal humanista del libre desarrollo individual está
gregario . . . El intercambio mismo es un medio fundamental más cerca ahora que en cualquier fase anterior de la h isto-
para este aislamiento. Vuelve superfluo el carácter gregario ria, aun en esta forma tan deshumanizada y evidentemente
y lo disuelve." Esto implica automáticamente una transfor - contradictoria. Sólo espera el pasaje de lo que Marx llama,
mación en las relaciones del individuo con lo que originaria - en una frase lapidaria, la etapa prehistórica de la sociedad
mente fue la comunidad en cuyo seno funcionaba. La comu - humana —el período de las sociedades de clase de las que el
nidad pr imitiva ha q uedado co nvertida, en el caso extremo capitalismo es la última — a la era en que el hombre domina
del capitalismo, en el mecanismo social deshumanizado que, su destino, la era del comu nis mo .
si bien torna realmente posible la individualización, es exte -
La visión de Marx es, de este modo, una fuerza maravi -
rior y hostil al individuo. Y, sin embargo, este proceso es de
llosamente unificadora. Su modelo del desarrollo social y
inmensas posibilidades para la humanidad. Como lo observa
económico, a diferencia del de Hegel, es tal que puede apli -
Marx en un p asaj e p kno d e esp er anza y esp lend o r:
carse a la historia para producir resultados fructíferos y ori -
"Por eso, la concepción antigua según la cual el hombre, ginales y no tautológicos; pero puede ser presentado al mis -
cualquiera que sea la limitada determinación nacional, reli - mo tiempo como el despliegue de las posibilidades lógicas
giosa o política en que se presente, aparece siempre, igual - latentes, en unas pocas afirmaciones elementales y casi axio -
mente, como objetivo de la producción, parece muy excelsa máticas so b re la naturaleza d el ho mb re —una d etermi na -
frente al mund o mo d er no d o nde la prod ucció n ap arece co - ción dialéctica de las contradiccio nes trabajo -propiedad, y
mo objetivo d el ho mb re y la r iq ueza co mo objetivo d e la la división del trabajo.' Es un modelo de hechos pero, visto
producción. Pero in fact, si se despoja a la riqueza de su limi -
tada for ma bur guesa, ¿que es la riqueza sino la universali -
dad de las necesidades, capacidades, goces, fuerzas produc -
2
A diferencia de Hegel, Marx no se deja atraer por la posibilidad y, en
ciertas etapas de su pensamiento, por la necesidad de una presentación
tivas, etc., de los individuos, creada en e l intercambio abstracta y apriorista de su teoría. Cf. la parte relativa al método de la eco-
universal? ¿[[Qué, sino]] el desarrollo pleno del dominio hu - nomía política —brillante, profunda y conmovedora como casi todo lo que
mano sobre las fuerzas naturales, tanto sobre las de la así
llamada naturaleza como sobre su propia naturaleza? ¿[[Qué,
16 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 17

desde un ángulo ligeramente diferente, el mismo modelo nos produce cuando se invierte más del, digamos, 5% del ingreso
proporciona juicios de valor. Es esta multidimensionalidad nacio nal.' No p ued e ser examinado salv o en término s de
de la teoría de Marx la que hace que todos, menos los obtusos épocas históricas y estructuras sociales particulares. El exa -
y prejuiciados, respeten y ad miren a Marx co mo pensador, men de diversos modos precapitalistas de producción es, en
aun cuando no estén de acuerdo con él. Al mismo tiempo, au - este ensayo, un brillante ejemplo de ello y, de paso, ilustra
menta sin d uda las d ificultades d e este texto, en esp ecial lo totalmente erróneo que resulta concebir al materialismo
cuando el propio Marx no efectúa concesiones a las exigencias histórico como interpretación económica (o sociológica) de
del lector superficial. Debe mencionarse particularmente un la historia. 4
ejemplo de esta co mplejidad: la negativa de Marx a separar Aun cuando seamos totalmente conscientes de que Marx
las diferentes disciplinas académicas. Es posible hacerlo en no debe ser parcelado de acuerdo con las especializaciones
su lugar. Así, el extinto J. Schumpeter, uno de los críticos académicas de nuestra época, seguirá siendo, quizá, dificul -
más inteligentes de Marx, intentó distinguir al Marx sociólo - toso captar la unidad de su pensamiento, en parte porque el
go d el M ar x eco no mi s ta , y u no p o d rí a ha cer lo fáci l me n te simple esfuerzo de una exposición sistemática y lúcida tiende
con el Marx historiador. Pero estas divisiones mecánicas son a llevarnos al examen de sus diferentes aspectos seriatim en
engañosas, y por completo opuestas al método de Marx. Fue - lugar de simultáneamente , y en parte porque la tarea de la
ron los econo mistas académicos b urgueses los que intenta - investigación y verificación científicas debe conducirnos, en
ron dividir nítidamente entre el análisis estático y el d inámi- alguna etapa, a hacer lo mismo. Ésta es una de las razones
co, con la esperanza de transformar al primero en el por las que algunos de los escritos de Engels, que tienen por
segundo introduciéndole algún elemento "dinamizante", del objetivo una exposición clara, dan la impresión —por ejemplo,
mismo modo co mo los econo mistas académicos continúan al lado de este ensayo— de cierto exceso de simplificación o
construyendo modelos puros de "crecimiento económico", dilución de la densidad del pensamiento de Marx. Algunas
preferentemente expresab les en ecuacio nes, y relegan todo exposiciones marxistas posteriores, como el Materialismo
lo que no encaja en él al continente de los "sociólogos". Los
dialéctico e histórico de. Stalin, han ido mucho más lejo s en
sociólogos académicos efectúan distinciones similares en un ni -
esa dirección; quizá demasiado lejos. A la inversa, el deseo
vel un tanto inferior de interés científico, los historiadores
d e d e s t a c ar l a u n i d a d e i n t e rd ep e n d e n c ia d i a léc t i c a s d e
en uno todavía más modesto. Pero éste no es el camino de
Marx puede dar por resultado simples generalizaciones va -
Marx. Las relaciones sociales de producción (es decir, la or -
gas sobre la dialéctica u observaciones tales como que la su -
ganización social en su sentido más amplio) y las fuerzas ma -
p erestructura no está d eterminad a mecánicamente o en el
teriales de producción, con cuyo nivel se corresponden, no
corto p lazo por la infraestructura, sino q ue reaccio na a su
pueden ser divorciadas. "El conjunto de estas relaciones de
producción forma la estructura económica de la sociedad."
(Prólogo.) El desárrollo económico no puede ser simplificado 3
Marx tenía plena conciencia de la posibilidad de tales simplificacio nes
como "crecimiento económico", mucho menos como la va - y, aunque no les atribuía demasiada importancia, de su utilizació n. De ahí
riación de factores aislados como la produ ctividad o la tasa su sugerencia de que estudiar el crecimiento histórico de la productivi dad
podría ser un medio de otorgar cierto significado histórico a las obser vaciones
de acumulación de capital, a la manera del econo mista vul -
de Adam Smith relativas a las economías estancadas y progresi vas. (Véase
g a r mo d e r n o q u e s u e l e ar g u me n t a r q u e e l cr e c i mi e n t o s e su Introducción del 57, cit.)
4
Esto es reconocido por los más capaces críticos del marxismo. Así,
G. Lichtheim señala correctamente que las teorías sociológicas de Max We -
Marx escribió en ese período crucial de su pensamiento — en la Introduc- ber (sobre religión y capitalismo o sociedad oriental) no se contraponen a
ción del 57, donde analiza la validez de este procedimiento [Introducción ge- las de Marx. Fueron previstas por él, o pueden encajar sin dificultad en su
neral a la crítica de la economía política/1857, México, Siglo XXI, 21a. edi- estructura. (Marxism, 1961; "Marx and the Asiatic mode of production", St
ción, 1989]. Anthony's Papers, 1963.)
18 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 19

vez sobre esta última y puede, en ciertos casos, dominarla. apro ximació n al problema de la evo lució n y clasificación
Este tipo de afir maciones puede tener valor pedagógico y históricas en particular.
servir como prevención contra los enfoques marxistas exce -
Esto no significa que estemos obligados a aceptar la lista
sivamente simplificados (y es en tal sentido que, por ejem -
de Marx de las épocas históricas, tal como la presenta en el
plo, las formuló Engels en su conocida carta a Bloch), pero
Prólogo o en las Formen. Como veremos, pocas partes del
en realidad no nos llevan mucho más allá. Existe, como En -
pensamiento de Marx han sido más revisad as por sus discí-
gels le expresó a Bloch, 5 una forma satisfactoria de evitar
pulos más devotos que esta lista —no necesariamente con la
estas dificultades. Consiste en "estudiar más a fondo esta teo -
misma justificación— y ni Marx ni Engels quedaron satisfe -
ría en sus fuentes originales y no de segunda mano". Es por
chos con ella por el resto de sus vidas. La lista, y buena parte
esta razón q ue este ensayo, en el que el lector puede seguir
del análisis de las Formen que la fundamenta, son el resultado
a Marx en el momento mismo de su pensamiento, merece un
no de la teoría, sino de la observación. La teoría general del
estud io tan atento y ad mirativo.
materialismo histórico exige sólo que haya una sucesión de
La mayoría de los lectores estarán interesados en uno de modos de producción, no necesariamente de cualquier modo
sus aspectos fundamentales: el examen de Marx de los perío - en p articular, y q uizá no en un orden p re d eterminad o en
dos del desarrollo histórico, que constituye el fundamento especial. 6 Observando el material histórico existente, Marx
de la breve lista proporcionada en el Prólogo a la Crítica de p ensó p od er d istinguir un cierto nú mero d e fo rmacio ne s
la economía política. Éste es en sí mismo un tema complejo, económico-sociales y en una cierta sucesión. Pero si se hu -
que nos exige cierto conocimiento del desarrollo del pensa - biera equivocado en sus observaciones, o si éstas estuvieran
miento de Marx y Engels acerca de la historia y de la evolu - basadas en una información parcial y, por lo tanto, equívo -
ción histórica, así como de la suerte corrida por sus princi - ca, la teoría general del materialismo histórico permanece -
pales periodizaciones o divisiones históricas en los análisis ría incólume. Ahora se admite generalmente que las obser -
marxistas p o ster iores. vaciones de Marx y Engels sobre los períodos precapitalistas
La formulación clásica de estas épocas del progreso hu - se basan en un estudio muc ho menos completo que la des -
mano aparece en el Prólogo a la Crítica de la economía políti- cripción y el análisis del capitalismo realizado por Marx.
ca, del que los Grundrisse son un borrador preliminar. Allí Marx co ncentró sus energías en el estud io d el cap italismo ,
Marx sugiere que "a grandes rasgos, podemos designar co - y se ocupó del resto de la historia con diversos grados de de -
mo otras tantas épocas de progreso, en la formación económi - talle, pero principalmente en la medida en que se vinculaban
ca de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, con los orígenes y el desarrollo del capitalismo. Tanto él
el feudal y el moderno burgués". En el Prólogo no se discu- como Engels eran, en lo que se refiere a la historia, lectores
ten ni el análisis que lo llevó a este punto de vista ni el mode lo particularmente ilustrados, y su genialidad y su teoría les
teórico de evolución económica q ue implica, aunque varios permitió utilizar sus lecturas de un modo inconmensurable -
me n te s up er io r al d e c u alq ui era d e s u s co nt e m p o rán eo s.
pasajes de la Crítica y de El capital (en especial el tomo in)
Pero se basaban en la literatura disponible, y ésta era mucho
forman parte de él o son difíciles de comprender sin él. Las
más escasa de lo que es ahora. Conviene, en consecuencia,
Formen, por otro lado, se ocupan casi por completo de este
repasar en resumen lo que Marx y Eng els sabían acerca de
problema. Son, por lo tanto, una lectura esenc ial para todo
la historia y no lo que no podían todavía saber. Esto no signi -
el que desee comprender la manera de pensar de Marx

6
Es evidente que existen ciertos límites: es improbable que una for -
Carta a Joseph Bloch, 21 de septiembre de 1890 [en Marx -Engels,
5
mación económico-social basada, digamos, en un nivel tecnológico que exi -
Correspondencia, Buenos Aires, Cartago, 1957, p. 309]. en general, o su ge máquinas de vapor, pueda d arse antes de una que no las necesita.
20 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 21

fica que su conocimiento fuera in su ficien te para la elabora- mientos políticos de la década de 1850 y, sobre todo, los es-
ción de sus teorías sobre las sociedades precapitalistas. Pue de tudios económicos de Marx, transformaron con rapidez sus
ser que haya sido perfectamente adecuado. La creencia de que conocimientos. El mismo Marx derivó evidentemente cier -
la simple acumulación de volúmenes y artículos hace tos conocimientos de la India de los economistas clásicos, a
avanzar el entendimiento es una manía ocupacional de los quienes leyó y releyó en los primeros años de la década (los
estudiosos. A veces no hace otra cosa que llenar bibliotecas. Principios de J.S. Mill, Adam Smith, la Introductory lecture
Sin embargo, es deseable, por supuesto, un conocimiento de de Richard Jones de 1851). 9 Comenzó a publicar artículos
la base fáctica del análisis histórico de Marx para su com - sobre China (el 14 de junio) y sobre la India (el 25 de junio)
prensión. para el New York Daily Tribune en 1853. Es evidente que en
ese año tanto él como Engels estaban profundamente interesa -
En lo referente a la historia de la Antigüedad clásica dos en la problemática histórica del Oriente, al extremo de
(greco-romana), Marx y Engels estaban casi tan bien equipa - que Engels intentó estudiar persa » Su correspondencia
dos como el estudioso moderno, que se apoya en fuentes pu-
alude a comienzos del verano de 1853 a A h isto ric a l g e o -
ramente literarias, aunque no disponían (cuando fueron es -
graphy of Arabia del reverendo C. Foster, a los Voyages de
critas las F o r m e n ) de la gran masa de trabajo arqueológico
Bernier, al orientalista sir William Jones, a las publicacio -
y de la colección de inscripciones, que desde entonces han
nes parlamentarias sobre la India y a la History of J ava de
revolucionado el estudio de la Antigüedad clásica, ni tam poco
Stamford Raffles." Es razonable suponer que los puntos
de los papiros. (Schliemann no inició sus excavaciones en
d e vista d e Marx so bre la so cied ad asiática recibiero n en
Troya hasta 1870, y el primer tomo del C orp us In scrip tio -
eso s meses s u p ri mera fo rmulació n mad ura. Se b asab an,
num Latinarum de Mommsen apareció apenas en 1863.) Co- como es evidente, en mucho más que un estudio superficial.
mo individuos de educación clásica no tenían dificultades en
leer latín y gr iego, y sab emo s q ue estab an familiarizado s Por otra parte, el estudio de Marx y Engels del feudalismo
aun co n fuentes tan recó nditas co mo Jornand es, Amiano de Europa occidental parec e haberse desarrollad o de una
Marcelino, Casiodoro y Orosio. 7 Por otro lado, ni una edu- forma diferente. Marx estaba al tanto de los estudios de la
cación clásica ni el material entonces disponible posibilita - época sobre la historia agraria medieval, es decir, en lo fun -
ban un conocimiento serio de Egipto y del antiguo Medio damental, las obras de Hanssen, Meitzen y Maurer, 1 2 a los
Oriente. En este período Marx y Engels no se ocuparon de
hecho de esta región. Incluso las referencias episódicas so -
bre ella son relativamente escasas: aunque esto no signifi -
9
Karl Marx, Chronik seines Lebens.
I° Engels a Marx, 6 de junio de 1853. [Correspondencia, ed. cit., p. 51.]
q ue q ue hayan p asad o por alto su p rob lemática his tórica.' 11
Correspondencia del 18 de mayo y del 14 de junio. Entre otras fuen tes
orientales, mencionadas en los escritos de Marx entre marzo y diciem bre de
En el terreno de la historia oriental su situación era bas - 1853, están G. Campbell, Modern India (1852); J. Child, Treatise on the east
tante d ifer ente. No ha y evid encias d e q ue antes d e 1 84 8 India trade (1681); J. von Hammer, Geschichte des osmanischen Reiches (1835);
Marx o Engels pensaran o leyeran mucho acerca de este te - James Mill, History of India (1826); Thomas Mun, A discours on trade, from
ma. Es probable que no conocieran sobre historia oriental England finto th east lndies (1621); L. Pollexfen, England and east India (1697),
más de lo que contienen las Lecciones sobre la filosofía de la y Saltikov, Lettres sur l'Inde (1848). También leyó y anotó varias otras
obras e inform es parlam entarios.
historia de Hegel (que no son esclarecedoras) y alguna otra 12
G. Hanssen, Die Aufhebung der Leibeingschaft und die Umgestalt -
información similar que pudiera ser familiar a los alemanes ung der gutsherrilich-bduerlichen Verhültnisse überhaupt inden Herzogthii-
mern Schleswig und Holstein (San Petersburgo, 1861); Augusto Meitzen, De r
7
Marx und Engels zur deutschen Geschichte (Berlín, Dietz, 1953). Boden und die landwirstchaflichen Verhültnisse des preussischen Staates
(Berlín, 1866); G. von Maurer, Einleitung zur Geschichte der Mark, Hof, Dorf
8
Cf. Engels a Marx, 18 de mayo de 1853, acerca del origen de Babilo nia;
Engels a Marx, 6 de junio de 1853. [Correspondencia, ed. cit., pp. 51, 52].
instruidos de esa época. El exilio en Inglaterra, los aconteci -
22 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 23

que ya hace referencia en el tomo 1 de El capital, pero en y el comercio medievales." Por sup uesto q ue el estud io d e
realidad existe escasa evidencia de que estuviera seriamente esto s prob lemas estaba en su infancia en el período del
interesado en este período en los problemas de la evolución trabajo más intensivo de Marx, en las décadas de 1850 y
de la agricultura medieval y la servid umbre. (Las referen - 1860, por lo que algunas de sus fuentes sobre la historia
cias so n en relació n con la servidumbre entonces existente agraria y comercial deben ser consideradas como obsoletas
en Europa oriental y, en especial, en Rumania.) No fue sino desde hace tiempo.' 6
luego de la publicación del tomo 1 de El capital (es decir, tam- En general, el interés de Engels en la Edad Media en Oc -
bién después de la redacción fundamental de los tomos I I y cidente, y en especial en Alemania, fue mucho más vivo que
In) cuando este problema comenzó a preocupar evidentemen - el de Marx. Leyó mucho material, incluso fuentes originales
te a los dos amigos, sobre todo después de 1868, cuando Marx y mo nografías locales; redactó esbozos de historia alemana
comenzó a estudiar con seriedad a Maurer, cuyas obras él y e irlandesa primitivas; era agudamente consciente de la impor-
Engels consideraron desde entonces como la base de sus co- tancia no sólo de la evidencia lingüística sino también de la
no cimiento s so bre la mater ia» Sin emb argo, Marx parece arqueológica (de manera especial la obra escandinava, que
haber concentrado su interés en la luz que Maurer y otros Marx ya señaló como sobresaliente en la década de 1860), y
arrojaron sobre la comunidad campesina primitiva, más que era por lo menos tan consciente como cualquier estud ioso
en la ser vid umbre, aunq ue Engels parece haberse interesa - moderno de la importancia crucial de documentos económi -
do también en este aspecto desde el comienzo, habiéndolo cos de la Edad Media tales como el Políptico del abate Irmi -
elaborado sobre la base de Maurer en su exposición sobre La no de St. Germain. Sin embargo, uno no puede evitar la im -
marca, escrita en 1882. Algunas de las últimas cartas inter - p res ió n d e q u e, al i g ua l q u e Mar x, s u v erd ad e ro in teré s
cambiadas entre ellos en 1882 se ocupan del desarrollo his - residía en la comunidad campesina primitiva más que en el
tórico de la servid umbr e.' 4 Parece claro que el interés de desarrollo señorial.
Marx por el tema aumentó hacia el final de su vida, cuando
los problemas de Rusia le preocupaban en forma creciente. En lo que se refiere a la sociedad comunal primitiva, los
Las secciones del tomo in de El capital que se ocupan de las puntos de vista históricos de Marx y Engels se modificaron
transformaciones de la renta no muestran signo s de ningún casi seguramente por el estudio de dos autores: Georg von
estudio detallado de la literatura sobre la agricultura feudal Maurer, quien intentó demostrar la existencia de la propie -
occidental. dad comunal como un estadio de la historia alemana, y, so -
bre todo, Lewis Morgan, cuya obra La sociedad primitiva
El interés de Marx por los orígenes medievales de la bur - (1877) suministró la base de su análisis del comunismo pri -
guesía y por el comercio y las finanzas feudales era —como mitivo. La marca de Engels (1882) se basa en e l primero,
se evidencia en el tomo ni de El capital— mucho más inten- mientras que su Origen de la familia, de la propiedad privada
s o . S e a d v i er t e c o n cl a r i d ad q u e e s t u d ió n o s i mp l e me n t e y del Estado (1884) se apoya principalmente en el segundo.
las obras generales sobre la Edad Media en Occidente, sino La obra de Maurer (que, como vimos, comenzó a ejercer su
también, en la medida en que se encontraban entonces dispo -

und Stadtverfassung und der offentlichen Gewalt (Munich, 1854); Geschicht e 15


Thorold Rogers es elogiado en E l c a p i t a l como el autor de "la pri-
d e r F ro nhó f e, etc., 4 vols. (Erlangen, 1862-1863). mera historia auténtica de los precios" de aquel período. K. D. Huellmann,
13
Marx a Engels, 14 de marzo de 1868; Engels a Marx, 25 de marzo de S t &d t w e s s en d e s Mi tt e la lt e r s (Bonn, 1826-1829), es citado extensamente en
1868; Marx a Vera Zasulich, 8 de marzo de 1881; Engels a Bebel, 23 de di - El capital, III.
ciembre de 1882. 16
Tales como Huellmann; Vincard, Hi s to i re du t r av a il . . . en F ran c e
14
Engels a Marx, 15 de diciembre de 1882; Marx a Engels, 16 de di - (1845) o Kindlinger, Geschichte der deutschen Hórigkeit (1818).
ciembre de 1882. nibles, la literatura especializada sobre los
precios medievales (Thorold Rogers) y la banca, la moneda
24 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 25

mayor impacto sobre los dos amigos en 1868) era considerada corresponde al estado de sus conocimien tos en la década
por éstos, en cierto sentido, como una liberación del saber de 1850.
histórico respecto al medievalismo romántico que surgió
como reacción contra la Revolución francesa. (Su falta de En lo referente a la historia del desarrollo capitalista,
simpatía hacia dicho romanticismo puede explicar en parte Marx era ya un experto destacado hacia fines de esa década,
no tanto sobre la base de la literatura de historia económica,
su propio descuido relativo de la historia feudal de Occiden -
te.) Mirar más allá de la Edad Media, hacia las épocas primi- que apenas existía entonces, sino de la voluminosa literatura
de teoría económica, de la que tenía un profundo conocimien-
tivas de la historia humana, como lo hacía Maurer, parecía
ser una coincidencia con la tendencia socialista, aunque los to. En todo caso, la naturaleza de sus conocimientos es sufi -
estudiosos alemanes que lo hacían no fueran socialistas." cientemente familiar. Una ojeada a las bibliografías agrega -
das a la mayoría de las ediciones de El capital ilustrará este
Lewis Morgan, evidentemente, se desarrolló en una atmósfera
de socialismo utópico y delineó con claridad la relación entre aspecto. De acuerdo con los criterios actuales, la informa -
ción disponible en las décadas de 1850 y 1860 era extremada-
el estudio de la sociedad primitiva y el desarrollo pos terior.
Es comprensible por ello que Marx, quien descubrió su obra mente defectuosa, pero no debemos descartarla por esta ra -
poco después de su publicación y observó de inme diato la zón, en especial cuando la utiliza un hombre de la agudeza
mental de Marx. Así, se puede argumentar que nuestro cono-
similitud de sus resultados con los obtenidos por él, le diera
la bienvenida y la utilizara, reconociendo su deuda con la cimiento del crecimiento de los precios del siglo xvi y del
honesta escrupulosidad científica que fue la característica de papel desempeñado en él por el oro americano tiene una só -
lida base documental justo a partir de alrededor de 1929 o,
Morgan como investigador. Una tercera fuente que Marx
utilizó con abundancia en sus últimos años fue la muy en realidad, aún más tarde. Es fácil olvidar que por lo me -
nos una obra básica sobre este tema se encontraba disponi -
completa literatura de la investigación rusa, en especial la
obra de M.M. Kovalevski. ble ya antes de la muerte de Marx," y es aún más fácil olvi -
dar que mucho antes de esto se conocía lo suficiente en
En consecuencia, el conocimiento de Marx y Engels de la
general sobre el tema como para permitir una exposición in -
sociedad primitiva era sólo somero en la época en que fue -
ron escritas las Formen. No se basaba en ningún conoci- teligente acerca del mismo, como la de Marx en la Crítica de
miento serio de las sociedades tribales, ya que la antropolo - la economía política.' 9 No necesito agregar que Marx y En-
gía moderna se encontraba en su infancia, y a pesar de la gels se mantuvieron al tanto de la labor posterior en este
obra de Prescott (a quien Marx leyó en 1851 y utilizó eviden- campo.
temente en las Formen) lo mismo sucedía con las civilizacio- Esto en cuanto al estado general del conocimiento histó -
nes precolombinas en las Américas. Hasta Morgan, la mayor rico de Marx y Engels. Podemos resumirlo como sigue: era
parte de sus puntos de vista al respecto se basaban en parte (por lo menos en el período en que fueron escritas las For-
en los autores clásicos, en parte en materiales sobre Oriente men) débil en lo relativo a la prehistoria, a las sociedades
pero, sobre todo, en materiales de la temprana Europa me- comunales primitivas y a la América precolombina y virtual -
mente inexistente en cuanto a África. No era notable en
dieval o en el estudio de las supervivencias comunales en
Europa. Entre éstas, las eslavas y las de Europa oriental 18
A. Soetbeer, Edelmetall -Produktion und Wertverhiiltnis zwischen
desempeñaron un importante papel, puesto que el vigor de Goldu, Silber seit der Entdeckung Amerikas. . . (Gotha, 1879), que Engels co-
tales supervivencias en esas regiones había atraído desde noció.
hacía tiempo la atención de los investigadores. La división
19
Marx-Engels, Werke, xin [Contribución a la crítica de la economía
p o l í t i c a , México, Siglo XXI, 1980], que, de paso, anticipa las críticas moder -
nas de la explicación puramente monetaria de las alzas de precios.
17
en cuatro tipos básicos —
Engels a Marx, 25 de marzo de 1868.
oriental (India), greco-romano, germánico y eslavo—
26 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 27

cuanto al Medio Oriente antiguo o medieval, pero sí marca- sidades, y el desenvolvimiento de las relaciones externas, ya
damente superior en lo que respecta a ciertas partes de Asia, sean de guerra o de trueque. El primer progreso importante
en esp ecial la I nd ia, pero no sobre Japó n. Era bueno en lo de la división social del trabajo consiste en la separación del
que se refiere a la Antigüedad clásica y la Edad Media euro - trabajo industrial y comercial del agrícola y conduce por lo
pea, aunque el interés de Marx en este período, y e n menor tanto a la distinción y oposición entre ciudad y campo. Esto,
grado el de Engels, era desigual. Para su época, era sobresa - a su vez, lleva a la segunda fase histórica de las relaciones
liente en lo relativo al ascenso del capitalismo. Ambos eran, de propiedad, la "propiedad comunal y estatal de la Antigüe -
evidentemente, atentos estudiosos de la historia. Con todo, dad". Marx y Engels ven sus orígenes en la formación de ciu -
es probab le q ue en la car rer a d e Marx se hayan prod ucido dades por la unión (por acuerdo o conquista) de grupos tri -
dos períodos en los que se ocupó más particularmente de la bales, al tiempo que co ntinuaba subsistiendo la esclavitud.
historia de la sociedades preindustriales o no europeas: la dé - La propiedad comunal urbana (incluyendo la de los ciudada -
cada de 1850, es decir el período que precede a la redacción nos sobre los esclavos urbanos) es la forma más importante
de la Crítica de la economía política, y la de 1870, después de de propiedad, pero junto a ella surge la propiedad privada,
la publicación del tomo I de El capital y de la redacción fun- aunque al comienzo suPordinada a la comunal. Con el surgi -
damental del II y del in, período en el que Marx parece ha - miento, primero de la propiedad privada mueble y, especial -
ber vuelto a los estudios históricos, sobre todo de Europa mente de la inmueble, decae este orden social, así como la
oriental y la sociedad primitiva, quizás en relación con su in - condición de lo s "ciudad anos libres", cuya situación vis-á-
terés en las po sibilid ad es revo lucio narias de Rusia. vis la de los esclavos se basaba en su posición colectiva de
mie mb ro s primitivo s de la trib u.

A esta altura, la división social del trabajo es ya bastante


II compleja. No sólo existe la división entre ciudad y campo y,
co n el tiempo , aun entre estado s representativo s d e intere -
Sigamo s aho ra la evo lució n d e los p unto s d e vista de Marx ses urbanos y agrarios, sino también dentro de la ciudad, la
y Engels sobre la periodización y la evolución históricas. La división entre industria y comercio de ultramar, y, por su -
primera etapa se puede seguir mejor en La ideología alemana, puesto, la de hombres libres y esclavos. La sociedad romana
de 1845-1846, que acepta ya (lo cual no constituía una nove- fue el último desarrollo de esta fase de evolución . 2 1 Su base
dad en sí mismo) que estadios diferentes en la división social fue la ciudad, y nunca tuvo éxito en la superación de sus li -
del trabajo corresponden a diferentes formas de propiedad. mitaciones.
La primera de éstas fue comunal y correspondía a "la fase La tercera forma histórica de propiedad, la "feudal o por
inicial de la producció n en la que un p ueblo se nutre de la estamentos", 2 2 sigue cronológicamente, aunque en realidad
caza y de la pesca, de la ganadería o, a lo sumo, de la agr' icul- La ideología alemana no sugiere ninguna conexión lógica en-
tura". 2 ° En este estadio, la estructura social se basa en el tre ellas, sino que simplemente señala la sucesión y el efecto
desarrollo y modificación del grupo de parentesco y en su di - de la mezcla de instituciones de los romanos derrotados y de
visión interna del trabajo. Este grupo de parentesco (la "fa - las trib us co nquistadoras germánicas. El feudalismo apare -
milia") tiende a desarrollar en su interior no sólo la distin -
ción entre los jefes y el resto sino también la esclavitud, que
se desarrolla con el incremento de la población y de las nece - 21 I hid . , p. 22.
22
No existe adecuada traducción inglesa del adjetivo s t ü n d i s c h , por-
que el término medieval " e s t a f e " [heredad] puede introducir confusión. [En
20
La id eo lo gí a al e man a [Montevideo, Ediciones Pueblos Unidos, 1958,
esp. lo traducimos "por estamentos" pues nos parece la expresión más ade -
p. 21]. cuada.]
28 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 29

ce como una evolución a lterna tiva del comunismo primitivo, De cualquier modo, la transición del feudalismo al capi-
en condiciones de ausencia de desarrollo urbano, debido a la talismo es un producto de la evolució n feudal. 2 4 Co mienza
baja densidad de población en una extensa región. La exten - en las ciudades, puesto que la separación entre campo y ciu -
s i ó n de la zona parece ser de importancia decisiva, ya que dad es el elemento fundamental y, desde el nacimiento de la
Marx y Engels sugieren que: civilización hasta el siglo mx, constante de la división social
. . . el desarollo feudal se inicia(ra) en un terreno mucho del trabajo y su expresión. En el interior de las ciudades, que
más extenso, preparado por las conquistas romanas y por la una vez más surgieron en la Edad Media, se desarrolló una
d i fu s i ó n d e l a a g r i c u l tu r a , a l c o mi e n z o re l a c io n a d o co n división del trabajo entre la producción y el comercio, allí
ellas". 23 donde no era ya una supervivencia de la Antigüedad. Esto
En estas circunstancias, el campo, y no la ciudad, es el proporcionó la base del comercio a gran distancia y una divi -
punto de partida de la organización social. Una vez más, su sión consiguiente del trabajo (especialización de la produc -
base es la propiedad comunal —que, en realidad, se convierte ción) entre las diferentes ciudades. La defensa de los burgue -
en la propiedad colectiva de los señores feudales como gru - ses co ntra lo s feud ales y la interacció n entre las ciud ad es
po, apoyados por la organización militar de las tribus ger - dio como resultado una c l a s e de burgueses a partir de los
mánicas conq uistadoras. Pero la clase explotada, en oposi - grupo s b urgueses d e lo s d istinto s p ueb lo s. " La b urguesía
c i ó n a l a c u a l l a n o b l ez a f e u d a l o r g a n i z ó s u j e r ar q u í a y misma comienza a desarrollarse poco a poco con sus condi -
reunió a sus cr iado s armad o s, no era d e esclavo s sino d e ciones, se escinde luego, bajo la acción de la división del tra -
siervos. Al mismo tiempo, se producía una división paralela bajo, en diferentes fracciones y, por último, abs orbe a todas
en las ciudades. Aquí, la forma básica de propiedad era el las clases po seed oras con q ue se había enco ntrado al nacer
trabajo privado individual, pero diversos factores —las ne- (al paso que hace que la mayoría de la clase desposeída con
cesidades de defensa, de competencia y la influencia de la que se encuentra y una p arte de la clase poseedora anterior
organización feudal agraria circundante — dieron como re- se desarrollen para formar una nueva clase, el proletariado),
s ul tad o u na o r ga n iza ció n so ci al a ná lo ga : lo s g re mio s d e en la med id a en q ue to d a la p rop ied ad anterio r se co nvier te
maestros artesanos o mercaderes, que con el tiempo se en - en capital industrial o comercial." Marx agrega una nota:
frentaron a los oficiales y aprendices. T a n t o la propiedad "Absorbe primeramente las sumas de trabajo, directamente
terrateniente labrada por el trabajo servil c o m o el trabajo p erte n eci e nt es a l E st ad o , y l u e go to d o s lo s e st a me nto s ±
artesanal en pequeña escala con aprendices y oficiales, son [más o menos] ideológicos." 25
descritos en esta etapa como la "principal forma de propie -
dad" bajo el feudalismo (H a u p teig en tu m ). La división del Mientras el comercio no haya adquirido una escala mun -
trabajo se hallaba relativamente poco desarrollada, pero se dial y no se base en la industria en gran escala, los avances
expresaba en lo fundamental en la rígida separación de di - tecnológicos debidos a estos desarrollos permanecen siendo
versos "rangos": príncipes, nobles, clero y campesinos en el inseguros. Al estar basados en la localidad o en la región,
ca mp o ; mae s tr o s , o fi cia le s, ap r e nd ic e s y, e v e nt ua l me n te , pueden perderse como consecuencia de las invasiones bár -
una plebe de jornaleros en la ciudad. Este sistema, territo - baras o las guerras, y no hay necesidad de generalizar los
rialmente extenso, r eq uer ía unid ad es p ol íticas relativamen - avances locales. (Observamos, de paso, que La ideología ale-
te grandes, en interés tanto de la nobleza terrateniente como m á n a ap unta aq uí al impo rtante prob lema d e la d ecadencia
de las ciudades: las monarquías feudales, que por ello se tor - y la regresión históricas.) El desarroll o crucial del capitalis -
naron universales. mo es, po r lo tanto, el d el mercado mund ial.

24
lb id. , p. 55.
23
La ideología alemana [ed. cit., p. 23]. 25
lbid., p. 60.
30 ERIC J. HOBSBAWM INTRODUCCIÓN 31

La primera consecuencia de la división del trabajo entre manufactura en ese país d urante el siglo ) (VII, creando
ciudades es el surgimiento de fabricantes independientes de gradualmente "un relativo mercado mundial y, con ello,
los gremios, apoyados —como los centros pioneros de Italia
una demanda para los produc tos manufacturados d e ese
y Flandes— en el comercio exterior, o —como los de Inglate-
rra y Francia— en el mercado interno. Se basan también en mismo país, que las anteriores fuerzas productivas de la
la creciente d ensida d d e la po blació n, en p articular en el industria no alcanzaban ya a satis fa cer" ."
campo, y en la creciente concentración de capital dentro y
Este análisis es evidentemente el fundamento de las sec -
fuera de los gremios. La tejeduría, debido a que dependía del
uso de maquinaria, aunque fuera rudimentaria, probó ser la ciones históricas del Ma nifie sto com un ista . Su base históri-
más i mp o r tante d e esta s o cup acio nes m a n ufact ureras. El c a e s e s ca s a : An t i g ü e d a d c lá s i c a ( s o b r e t o d o r o ma n a ) y
crecimiento de las manufacturas, a su vez, proporcionó me - Europa occidental y central. Reconoce sólo tres formas de
dios de escape para los campesinos feudales, que, hasta en - sociedades de clase: la sociedad esclavista de la Antigüed ad,
tonces, huían a las ciudades pero eran cada vez más rechaza - el feudalismo y la so cied ad b urguesa. Parece sugerir a las
dos de ellas por el exclusivismo de los gremios. La fuente de dos primeras como caminos a lte rn a tiv o s a partir de la socie-
esta fuerza de trabajo era, en parte, los antiguos criados y dad comunal primitiva, vinculadas sólo por el hecho de que
ejércitos feudales, en parte la población desplazada por las el segundo se estableció sobre las ruinas de la primera. No
mej oras agr ícolas y la sustitució n d e tierras de labor po r se desarrolla ningún mecanismo que explique el colapso de
p asturas. la primera, aunque probablemente esté implícito en el análi -
sis. A su vez, se presenta a la sociedad burguesa como cre -
Con el ascenso de las manufacturas, la naciones comen - ciendo, por decirlo así, en los intersticios de la sociedad feu -
zaron a co mpetir co mo tales, y surge el mercantilismo, con dal. Su crecimiento es esbozado por entero, por lo menos al
sus guerras comerciales, tarifas y protecciones. En el nivel comienzo, como surgido de, y dentro de, las ciudades, cuyas
nacio nal se d esar r o lla dentr o d e las man ufact uras la rela - conexiones con el feudalismo agrario son, sobre todo, las de
ción entre capitalista y obrero. La vasta expansión del co - atraer su p oblació n o riginaria y sus esfuerzo s de lo s anti -
mercio, como resultado del de scubrimiento de América y la guos siervo s. No hay todavía un intento serio por descubrir
ap ertur a d e la r uta mar íti ma a la Ind ia, y la imp o rtació n las fuentes de la población excedente, que será quien propor -
masiva de productos de ultramar, especialmente de metales cione la fuerza de trabajo para las ciudades y las manufactu -
preciosos, afectaron la posición de la propiedad terratenien - ras; las notas al respecto son demasiado esquemáticas como
te feudal y la de la clase laboriosa. La consecuen te modifica- p ara te ner ma yo r p e so an al ít ico . Deb e n ser co n sid erad a s
ción en las relaciones de clase, la conquista, la colonización como una hipótesis muy gruesa y provisional del desarrollo
"y, sobre todo, la expansión de los mercados hacia el merca - histórico, aunque algunas de las observaciones incidentales
do mundial, que ahora se había vuelto posible y se iba reali - q ue co ntienen so n sugerentes y o tras, b rillantes.
zando día tras día", 2 6 abrieron una nueva fase en el desa -
rrollo histórico. El estadio del pensamiento de Marx representad o por las
F o r m e n es considerablemente más elaborado y meditado, y
No es necesar io co ntinuar el análisis más allá d e este se basa, por supuesto, en estudios históricos mucho más am -
punto, aparte de observar que La ideología alemana registra plios y variados, esta vez no limitados a Europa. La mayor
otros dos períodos de desarrollo anteriores al triunfo de la innovación en la tabla de los períodos históricos es el siste -
industria, hasta la mitad del siglo XVII y desde allí en ade - ma " as iát i co " u " o rie n ta l" , q u e s e i n co rp o ra e n e l fa mo so
lante hasta fines del siglo XVIII, y también sugiere que el éxi -
27
Ibici., p. 68.
26
¡bid., p. 64. (o
de Gran Bretaña en el desarrollo industrial
se debió a la concentración del comercio y de la

Você também pode gostar