a su liderazgo (de Francisco habla) se enfrentan detractores de
opinión que mayoritariamente provienen de su propia tierra. Gran
parte de los mismos están ligados a las empresas de medios masivos de comunicación que históricamente se han identificado como tribunas de los sectores más minúsculos y poderosos de la Argentina. Megáfonos de una “minoría intensa”, como definen algunos colegas.
Así, como mascaron de proa de ataque a este líder global disidente,
algunos periodistas relanzaron el último libro de Juan José Sebreli las últimas semanas. Escritor encargado de mascullar a referentes populares argentinos. El libro fue publicado en noviembre del 2016, sin embargo, a más de un año llama la atención que en los últimos domingos el autor forma parte de notas principales de los matutinos con mayor tirada de la Argentina. La incertidumbre popular, ante el deseo frustrado de que Francisco no pise suelo argentino es manipulada por algunos medios hegemónicos para profundizar la crítica respecto a los gestos, acción pastoral y pensamiento de Francisco.
Más allá de las frases filosas, maniqueas y polémicas respecto a
referentes de la historia argentina lo que nos interesa indagar en esta oportunidad es el reduccionismo que hace Sebreli en relación con cómo concibe Francisco a la pobreza y a la “Iglesia pobre y para los pobres”. Sebreli anuncia que Bergoglio realiza una exaltación de la pobreza como un mérito, sin promover cambios que superen la situación de injusticia a la que están expuestos.
(…)Ante lo dicho y para desenmascarar el reduccionismo de Sebreli y
de sus voceros en relación con el “Pobrismo” y la “Promoción de la pobreza” en el pensamiento y accionar de Francisco, (…) Francisco: “¡Los pobres no sólo padecen lainjusticia, sino que también luchan contra ella!”. De aquí parte el horizonte de sentido de todos los encuentros. Se advierte que lejos de sostener “un pobrismo” que se regocije de las periferias para seguir en la pasividad y funcionalidad de las estructuras injustas, se promueve a los pobres como sujetos sociales, colectivos y agentes de cambio para garantizar el acceso a los tres “Derechos Sagrados”: Tierra, Techo y Trabajo. En palabras de Francisco: “Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de las ‘tres T’.
garantizar las “tres T”, propone para la organización tres tareas: 1)
Poner la economía al servicio de los pueblos 2) Unir nuestros pueblos en el camino de la paz y la justicia. 3) Defender la Madre Tierra.
(…)
Sin negar la influencia en Bergoglio de las movilizaciones colectivas
de Argentina y la organización comunitaria, su mensaje hoy es global y dirigido al orden mundial. Mientras tanto, algunos medios incomodados por su protagonismo internacional y preocupados por la agenda local buscarán tergiversar sus mensajes y acciones.
La iniciativa política y pastoral de convocar a los Movimientos
Populares de todo el mundo, para organizarse en la defensa de la justicia social y la promoción de una economía al servicio de las personas, pone en el centro del quehacer político de Francisco una comprensión del pobre y el trabajador como sujetos indispensables e ineludibles para sostener procesos de cambio y de emancipación. APARTE
a su liderazgo (de Francisco habla) se enfrentan detractores de
opinión que mayoritariamente provienen de su propia tierra. Gran parte de los mismos están ligados a las empresas de medios masivos de comunicación que históricamente se han identificado como tribunas de los sectores más minúsculos y poderosos de la Argentina. Megáfonos de una “minoría intensa”, como definen algunos colegas. (...) La incertidumbre popular, ante el deseo frustrado de que Francisco no pise suelo argentino es manipulada por algunos medios hegemónicos para profundizar la crítica respecto a los gestos, acción pastoral y pensamiento de Francisco.