EL GRUPO COMO SOSTÉN DE APRENDIZAJE

Prof. Mónica Kac

monicakac@hotmail.com
redludicarosario1@hotmail.com

¿Qué significa el concepto de sostén? La palabra en sí significa literalmente

„tener debajo‟, es decir „tener una base‟, un fundamento. También en forma
figurativa esta palabra significa „prestar apoyo‟, y en tercer lugar designa „la
prenda interior que las mujeres usan para sostener el pecho‟.La palabra sostén
se refiere entonces, a la triple función de ofrecer un pie, sostener, y contener
aquello que ofrece alimento.1
En el contexto de la escolaridad el sujeto de aprendizaje, el aprendiente se
mueve entre el grupo primario –la familia- y su primer grupo secundario que es
el grupo de aprendizaje. Ambos grupos operan en el niño/a como sostén, como
apoyo; pero al funcionar separados es necesario considerar este espacio que se
abre entre ambos como un espacio de „articulación‟.
Esta relación nueva, la primera relación de articulación les permite a los
niños la continuidad necesaria como para que la pertenencia a los diferentes
grupos, no se vea dificultada en cuanto al sostén, sino que a través de una buena
articulación se facilite la continuidad cultural entre ambos.
Cada uno/a de los niños/as con los cuales trabajamos provienen de un
grupo primario en el cual ocupan un lugar de singularidad, es él o ella

1
Alicia Fernández en “la sexualidad atrapada de la señorita maestra” dice: “la modalidad de aprendizaje se construye a
partir de las primeras experiencias corporales, entre una madre –proveedora de alimentos-nutrientes y un bebé
necesitado de incorporar las características de ese alimento-leche materna en sustancias de su propio cuerpo...la
modalidad de aprendizaje, es un molde relacional, armado entre la madre como enseñante y el hijo como aprendiente,
que continúa construyéndose en las posteriores relaciones entre los personajes aprendientes y enseñantes (padres,
abuelos, hermanos, maestros , grupos de pertenencia, etc.)

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ocupando un rol dentro del grupo familiar. La institución escuela es una agente
de sociabilización, prepara a los niños y niñas para convertirse en ciudadanos,
sujetos partícipes y críticos de la sociedad en que viven. Y si bien esto lo
sabemos, esto también está dado por obvio y naturalizado, entendiendo poco
cuán importante es el trabajo de los procesos grupales dentro del aula.
Durante los últimos años la relación entre la Dinámica de Grupo2 y la
Didáctica se va estrechando, vale decir: en algunos ámbitos educativos, está
habiendo una progresiva influencia de la Dinámica de Grupos y de la Psicología
Social en la concepción de los métodos didácticos, pero lo que debemos aclarar
es que la Dinámica de Grupos en sí, no es un método didáctico, ni siquiera es
un método; es: Un cuerpo de conocimientos teóricos que permiten
comprender los fenómenos grupales

El grupo, sabemos que, tiene un efecto socializador .Esto significa que:

Me construyo como sujeto en tanto que construyo mi grupo.

El sujeto es, sujeto relacionado y es producto de una praxis, vale decir que: no
hay nada en el sujeto que no sea la resultante entre individuos, grupos y clases...
La subjetividad humana es referencial y sólo accedemos a ella en primer
lugar a través de „meter el cuerpo en una práctica compartida‟. Lo grupal es
una construcción permanente que se inicia desde el nacimiento mismo.

2
Teoría interaccionista que estudia el sistema de fuerzas de un grupo que lo llevan o le impiden actuar. El concepto
mismo de dinámica etimológicamente proviene del griego ‘dinamis’,’fuerza’, la dinámica de grupos buscaría identificar
entonces las fuerzas operantes en un grupo. Entendiendo por fuerzas a los procesos y distintos movimientos que se
verifican en el acontecer grupal.

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 La institución Escuela comienza a acompañar al niño/a en su
constitución como sujeto cultural desde su primer eslabón: el Nivel
Inicial

Las instituciones de Nivel Inicial, los Jardines Maternales y de Infantes, son

el producto de un modelo colectivo de crianza y cuidado materno y por ende
llevan implícitos este mandato social. Desde el imaginario social la tarea de los
jardines de infantes se centra en la acción de „prodigar ternura‟ como ejercicio
de sostén, dado que la enseñanza desde el afecto y la ternura ofrece
condiciones para la empatía, entendida como capacidad para ubicarse en el
lugar del otro, al tiempo que posibilita que el sujeto co-forme (juntos con los
otros) una capacidad de miramiento, lo que le permite diferenciarse como
sujeto singular.
La ternura como apoyo también puede ser caracterizada como la acción
maternante que provee alimento, calor, mecimiento y que inscribe al ser
humano como sujeto cultural.
Si consideramos el ejercicio de la alimentación, como lo que nutre y lo
relacionamos con la función de enseñar „contenidos‟ podemos considerar a
ésta, como una experiencia de alimentación-enseñanza; que si se inscribe desde
la ternura es registrada por el niño como vivencia de satisfacción. Ese alimento-
conocimiento recibido desde la ternura le permite al ser humano recordar,
pensar esa primera experiencia positiva de recepción y transmisión del
alimento.

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 El alimento-conocimiento ofrecido desde la ternura es aquél que respeta la
necesidad del niño, y el ofrecerse con ternura crea condiciones para la
conexión, la sintonía y la empatía.
La conexión empática liga sin necesidad de palabras permitiendo entender el
llanto y el sufrimiento así como también el modo adecuado de facilitar el alivio.
El otro „mirado‟ desde la ternura desarrolla la capacidad de „miramiento‟:
visualizándolo como diferente, respetando la ajenidad.
Y así como la „empatía‟ permite ubicarse en el lugar del otro; el „miramiento‟
lo enfoca como alguien singular y diferente. Si el miramiento no tiene lugar, los
enseñantes se infantilizan, angustiándose y bloqueando su posibilidad de
comprender.
Trabajar con niños supone un contagio emocional, estar afectado, dedicado,
compenetrado con ese trabajo. Al mismo tiempo, el miramiento permite tomar
cierta distancia y evita la infantilización del adulto.
Retomando la intención de abordar la cuestión de lo grupal como sostén de
aprendizaje, podemos decir que son los grupos humanos los que actúan como
potenciales de sostén y de contacto, ya que éstos se construyen como sustitutos
del cuerpo (materno-cultural) y dan la ilusión de inmortalidad, de elementos
indivisibles y completos.
Es común observar en todos los niveles de escolaridad como quienes
trabajan con grupos tienden a reducir las diferencias, los integrantes se ven
anudados desde un polo isomórfico donde cada sujeto ocupa un lugar
asignado y que él mismo asume. No hay individuos sino una masa unitaria
donde no se toleran las diferencias.

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 Lo „diferente‟, es visto como anormal y entonces el niño/a que actúa de otro
modo a „lo esperable‟ es rotulado, encerrado y clasificado; y en materia de
grupalidad los docentes operan como técnicos de la educación que se limitan a
aplicar teorías en lugar de conceptualizar las prácticas, pensándolas para operar
sobre ellas.

Volviendo entonces a estos dos grupos –la familia y la escuela, entre los
cuales debe producirse una articulación, dijimos que los Jardines de Infantes
actúan como un polo „isomórfico‟, es decir el polo de las igualdades, de las
semejanzas; mientras el grupo familiar se sostienen sobre la base del polo
„heteromórfico‟, es decir sobre las diferencias. Cada familia tiene su propia
historia singular, pero en realidad las luchas entre las semejanzas y diferencias,
la tensión dialéctica que se establece entre ambas, constituye al sujeto como tal.
Las experiencias de mundos „diferentes‟ enriquecen al sujeto. La crianza
grupal le permite al niño/a elaborar la primera división que supone el
nacimiento. Psicológicamente el individuo está sometido a esta división. Pero
esta discontinuidad vincular en la familia, en el seno de la familia es sostenida
por la madre, y este espacio de sostén, entonces es el que le permite elaborar la
experiencia de ruptura de la continuidad de sí y con los objetos (es lo que Kaës
denomina “Transicionabilidad”)
Los jardines de infantes como „instituciones de ternura‟ tienden a prodigar
los cuidados que permiten elaborar un espacio de transicionalidad, como un
ámbito que recrea la continuidad en la crianza. Este sentimiento de completud
y de continuidad permite superar la crisis que contiene el crecimiento y de la

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mano los aprendizajes3.El crecimiento supone desprendimiento y esto
constituye a la persona como sujeto singular.

En este contexto e/la niño/a necesita un grupo real, como son los
grupos de aprendizaje en las instituciones, en donde vuelve a
encontrar la continuidad que ofrecen los grupos como entorno
continente.

El ejercicio de la ternura es prodigado tanto por el grupo de pares como por

el grupo de adultos.
El individuo como sujeto grupal tiene una relación unitaria con su grupo de
origen, y al integrarse al Jardín se separa nuevamente de ese grupo de origen y
es entonces, en ese nuevo grupo donde pretende buscar el apoyo sostén
necesario para superar el desamparo del nacimiento. Pero ese amparo inicial
funciona como elemento transicional cuando tiene cabida el grupo de origen y
los grupos de pares, de lo contrario, se estructura un espacio que opera como
fetiche, como sutura que no ayuda a cicatrizar la herida del primer
desprendimiento, produciéndose un detenimiento o deterioro de los procesos
de maduración y desarrollo.
Se necesita un grupo para que el sujeto pueda sostener la continuidad y la
ruptura del crecimiento. Es el grupo el que permite acceder a la elaboración de
la diferenciación yo/no-yo.

3
Recordemos que todo nuevo aprendizaje conlleva la angustia que produce dejar lo viejo como certeza

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Todo cambio interno, a nivel intra-sistémico (es decir del mismo sujeto) tiene
lugar una apoyatura Inter-sistémica, es decir a través de los vínculos con los
otros.

¿Por qué entonces el grupo es el sostén de aprendizaje?

 Porque el grupo opera como un nuevo ámbito de intercambio, distinto y

complementario del grupo primario que representa la familia. El grupo de
aprendizaje es el que actúa como caja de resonancia del mismo proceso de
aprendizaje que cada uno va realizando y a su vez va realizando en grupo.

 Porque somos sujetos sociales que durante nuestra infancia y adolescencia

nos preparamos para vivir como adultos en sociedad.

Es por estas razones que ignorar los procesos grupales que inevitablemente se
dan empobrecen nuestra tarea como enseñantes, y aún más: la dificultan.

La invitación, queridos compañeros de oficio, es a aprender para enseñar cada

vez mejor.

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