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VERDADEROS AMIGOS
Texto clave: Proverbios 18: 24; 17: 17
Texto de Estudio: 2 Reyes 5: 1 – 14
INTRODUCCIÓN
Saludos cordiales
Ilustración: El auxiliar “Aguadito”, nos maltrataba. Se quebró la pierna y nos alegra-
mos mucho. Hoy veremos la historia de un hombre de un alto cargo que gracias a
sus amigos, y porque lo apreciaban, encontró la sanidad a su enfermedad
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Por lo tanto era respetado querido, amado, lo tenían en alta estima, porque sabían
que no era sobrado creído, fanfarrón.
Hay muchos jóvenes que pierden amigos porque se creen la divina pomada.
• Ya porque le compraron un wolman, se cree lo máximo
• O porque le compraron sus zapatillas Nikes
• O porque tiene una fotografía de RICKY MARTIN
Ilustración: Mi Compañero tenía su pantalón palazo, caminaba todo pituco.
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• Proverbios 13:20 – “El que esta andando con personas sabias se hará sabio, pero al
que esta teniendo tratos con los estúpidos le irá mal” (Versión Española)
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• O pueda ser que te este hablando a ti, que eres el palomilla de la clase o el pegalòn
de la clase, y es por eso que nadie te aprecia o no te quieren ver ni en pintura
• Los amigos no están solo para las palomilladas, o para ser travesuras, o estar mal-
gastando el tiempo sin sentido
• Los buenos amigos están para ayudarte, para estar contigo en las buenas y en las
malas
• Te aprecian no por lo que tienes, sino por lo que eres
• Te valoran te respetan, desean lo mejor de ti
• Y aún cuando cometes errores te saben perdonar
• Te alientan constantemente, te dicen : “tu puedes, si lo vas a lograr” porque creen
en ti
• Necesitamos de esos amigos que cuando estamos tomando actitudes equivocadas,
ellos nos aconsejan, nos ayudan, nos dan la mano para cambiar de actitud
• Ilustración: El caso de la chica que le hicieron la ley del hielo porque se enamoró del
chico más simpático de su salón
• Ilustración: Cuando nos burlábamos del “burruchaga” porque no sabía las ecuacio-
nes de matemática, pero sí sabía tocar el saxo
• Ilustración: El caso de mi amigo que le decíamos BOMBÍM, casi lo mata a mi amigo.
Tremendo grandulón pero tenía una vocecita de bombin
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venir, por favor!”. Y las chicas alzaban sus manos y lo llamaban: “¡Tito, ven pasa,
te va a gustar, no tengas miedo!. Entonces me fui donde estaba él, y le decía: “Ya
ves!, ellas quieren conocerte, te están llamando, vamos!” . Entonces mi hermano se
acercó todo dudoso, sorprendido por el lugar. Las chicas le extendieron la mano y le
dijeron: “¡hola Tito! Una alegría conocerte. Pasa, eres bienvenido, pasa!” Y yo que
lo empujaba a mi hermano por detrás para que entrara. Y cuando él entró, él era
el único Hippie en ese lugar. Todos estaban vestidos formalmente, pero él estaba
todo estrafalario. Cuando empezó el programa, mi hermano se dio cuenta que era
un programa religioso, y que de las chicas y la fiesta era todo un engaño. Y con voz
baja pero con tono amenazante me decía: “¡Sácame de aquí, sácame de aquí; vas a
ver, te voy a agarrar a patadas, sácame de aquí!” . Y yo le tenía miedo cuando me
amenazaba, porque las veces que me pegaba, me daba con alma, corazón y vida. Yo
estuve asustado, cómo hacerlo salir, cuando miré atrás, la Aerocarpa estaba cerrado,
ya nadie podía salir. Y entonces empezó el programa, pasaron una película de cómo
las drogas destruían los pulmones, el cerebro y todo el sistema nervioso. Y de reojo,
yo veía que mi hermano estaba mirando atento la película con su boca abierta,
impresionado de lo que estaba viendo. Más aún cuando salió el conferenciante, él
habló del paraíso de las drogas, y que la única esperanza a la vida era Jesús. Yo veía
como mi hermano estaba atento. ¡Y por primera vez, él se estaba dando cuenta que
las drogas estaban destruyendo su vida, su futuro, su juventud!. Cuando terminó la
reunión, yo estaba con un miedo terrible, ahora sí que me va a pegar a la salida.
Salimos de la Aerocarpa, caminamos en silencio, mi hermano estaba con la cabeza
agacha, y yo me decía: “en qué momento me pega, en qué momento me agarra a
patadas”. Y cuando llegamos a una esquina, entonces se me abalanzó, y yo le dije:
“¡Hermanito, por favor, no me pegues! ¡yo solo quise ayudarte, por favor hermano,
no me pegues!. Y él me contestó: “No hermanito, no te voy a pegar. Gracias por ha-
berme traído a este lugar. ¡Ayúdame por favor hermanito, ayúdame! ¡Las drogas me
están destruyendo la vida!”. Yo veía como mi hermano lloraba como un niño, lloraba
con mucha desesperación. Y yo lloré con él, y le rogaba a Dios que lo cambiara a
mi hermano. Saben, mi hermano desde ese momento empezó a cambiar. No fue
fácil para él dejar las drogas y los malos amigos. Para que mi hermano dejara todo
eso pasó más de un año, pero al fin lo logró, y ahora es un hijo de Dios. Y la buena
noticia, es que ahora es un Pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Y gracias
a su testimonio esta ganando muchas almas para Jesús
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