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Te la digo y no me entiendes, te la
repito y no me comprendes.
Respuesta: alet aL
A mi me tratan de santa
y conmigo traigo el día.
soy redonda y encarnada
y tengo la sangre fría
Cajita chiquita de buen parecer, Grande como un ratón, guarda la casa
ningún carpintero la ha podido hacer, como un león.
solo el Dios del cielo con su gran Respuesta (al revés): evall aL
poder.
Respuesta: zeun aL
(El cangrejo)
1. El Lobo
2 La Princesa Lucia
LA BOBINA MARAVILLOSA
Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo
de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe.
Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se
ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don
de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no
podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.
El príncipe, para cerciorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido en
un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre.
¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:
Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días perdidos
no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la vida sin
molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.
El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin
hacer nada de provecho.
EL MUÑECO DE NIEVE
Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca.
La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su
inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le
mimaba...
Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas calidos...
El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con
dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.
EL CEDRO VANIDOSO
Si con lo hermoso que soy diera además fruto, se dijo, ningún árbol del mundo
podría compararse conmigo.
Y decidió observar a los otros árboles y hacer lo mismo con ellos. Por fin, en lo
alto de su erguida copa, apunto un bellísimo fruto.
Tanto y tanto creció aquel fruto, que se hizo demasiado grande. La copa del cedro,
no pudiendo sostenerlo, se fue doblando; y cuando el fruto maduro, la copa, que
era el orgullo y la gloria del árbol, empezó a tambalearse hasta que se troncho
pesadamente.
El Viajero Extraviado
Erase un campesino suizo, de violentocarácter, poco simpático con
sussemejantes y cruel con los animales,especialmente los perros, a los
quetrataba a pedradas.Un día de invierno, tuvo que aventu-rarseen las
montañas nevadas para ir a recogerla herencia de un pariente, pero se
perdió
en el camino. Era un día terrible y latempestad se abatió sobre él. En
medio de
la oscuridad, el hombre resbaló y fue acaer al abismo. Entonces llamó a
gritos,pidiendo auxilio, pero nadie llegaba en susocorro. Tenía una pierna
rota y no podía
salir de allí por sus propios medios.
-Dios mío, voy a morir congelado...
-se dijo.Y de pronto, cuando estaba a punto deperder el conocimiento, sintió un aliento cálido en
su cara. Un hermosoperrazo le estaba dando calor con inteligencia casi humana. Llevaba
unamanta en el lomo y un barrilito de alcohol sujeto al cuello. El campesinose apresuró a tomar un
buen trago y a envolverse en la manta. Despuésse tendió sobre la espalda del animal que,
trabajosamente, le llevóhasta lugar habitado, salvándole la vida.¿Sabéis, amiguitos qué hizo el
campesino con su herencia? Pues fundarun hogar para perros como el que le había salvado,
llamado SanBernardo. Se dice que aquellos animales salvaron muchas vidas en losinviernos y que
adoraban a su dueño...Fin
El Pirata malvado
Habia una vez un barco con un pirata malvado y su tripulación. Una isla con un mapa escondido y
un enorme cofre lleno de riqueza enterrado.Y el pirata mas malvado que losdemás quería el mapa
y luego el cofre con su llave.Un día los piratas fueron a buscar comida a la isla y cortaron una
palmera llena de cocos y de repente cayó el mapa.Luego fueron al barco y le dijieron al capitan
cruel y malvado: ha caido el mapa y responde el capitan:¿como que ha caido? responden: de una
palmera, y luego el capitan dice: da igual, ja ja ja ja es nuestro.Fueron a la isla y desenterraron el
cofre y fueron los piratas mas ricos del mundo pirata.
Fin.
Caperucita Roja
Lágrimas de chocolate
Camila Comila era una niña golosa y comilona que apenas tenía amigos y sólo
encontraba diversión en los dulces y los
pasteles. Preocupados, sus papás
escondían cualquier tipo de dulce que
caía en sus manos, y la niña comenzó
una loca búsqueda de golosinas por
todas partes. En uno de sus paseos,
acabó en una pequeña choza desierta,
llena de chacharros y vasos de todos los
tipos y colores. Entre todos ellos, se fijó
en una brillante botellita de crital dorado,
rellena de lo que parecía chocolate, y no
dudó en bebérselo de un trago. Estaba
delicioso, pero sintió un extraño
cosquilleo, y entonces reparó en el título de la etiqueta: "lágrimas de cristal", decía,
y con pequeñísimas letras explicaba: "conjuro para convertir en chocolate
cualquier tipo de lágrimas". ¡Camila estaba entusiasmada! Corrió por los
alrededores buscando quien llorase, hasta encontrar una pequeña niña que
lloraba desconsolada. Nada más ver sus lágrimas, estas se convirtieron en
chocolate, endulzando los labios de la niñita, que al poco dejó de llorar. Juntas
pasaron un rato divertido probando las riquísimas lágrimas, y se despidieron como
amigas. Algo parecido ocurrió con una mujer que había dejado caer unos platos y
un viejito que no encontraba su bastón; la aparición de Camila y las lágrimas de
chocolate animaron sus caras y arrancaron alguna sonrisa. Pronto Camila se dio
cuenta de que mucho más que el chocolate de aquellas lágrimas, era alegrar a
personas con problemas lo que la hacía verdaderamente feliz, y sus locas
búsquedas de dulces se convirtieron en simpática ayuda para quienes encontraba
entregados a la tristeza. Y de aquellos dulces encuentros surgieron un montón de
La Silla
EL PINGÜINO
DIFERENTE
Los pingüinos son mundialmente conocidos por lo
elegantes que son. Siempre visten de etiqueta y su
andar es estirado y pomposo.
Un día estando Oscar, el pingüino, mojando sus patitas
en el helado mar, notó que flotando llegaba hasta él
una hermosa caja. Rápidamente Oscar la abrió y
maravillado observó su contenido. No podía creer lo
que sus ojos de pingüino veían... ¡la caja contenía
muchos frascos llenos de alucinantes colores!. Y Oscar
aprovechó la ocasión. Pintó su elegante frac de fuertes
azules y amarillos, su pechera blanca terminó siendo
anaranjada con puntos verdes. Se dibujó una corbata celeste y lila y sus pies los
pintó rojos con rayas moradas. Oscar resplandecía, porque el sol había salido a
iluminar tanto colorido, en la siempre blanca, nevada y helada antártica.
Entonces Oscar empezó su triunfal paseo. Los demás pingüinos quedaron
asombrados. Reían. Saltaban. Silbaban. Aplaudían. Ese día fue el gran día de
Oscar. Por fin, aunque fuera por poco tiempo, era diferente. Y la diferencia, lo hizo
feliz.
Entonces, Oscar cambió su nombre, ahora se llama Arcoiris, porque, aunque
volvió a vestir de etiqueta, lleva todos los colores en su
corazón
LOS
CONEJITOS
DE COLORES
Había una mamá coneja que tenía muchos conejitos.
Todos eran muy blancos, y también, como todos los
niños, eran muy juguetones y un poquito locos. Así que
siempre estaban jugando por el campo.
Pero, un día, todo el paisaje apareció también blanco.
¡Había nevado!
Cuando la mamá coneja fue a buscar a sus pequeños,
no los podía encontrar, porque como eran blancos, se confundían con la nieve.
Entonces fue a buscar pinturas y pintó a sus conejitos de todos los colores. ¡Ahora
sí podía verlos, fácilmente, jugando en la nieve blanca!.
Todo anduvo bien, hasta que un día, al mirar al campo, no pudo encontrar
nuevamente, a sus conejitos queridos. ¡Había llegado la primavera con todo su
esplendoroso colorido!.
Llamó a sus niños y uno a uno los lavó y los volvió a su color natural, el blanco.
Ahora los podía observar tranquilamente como corrían por el florido campo.
Estaba muy feliz. Pero, un día, pasado el tiempo... ¡volvió a nevar!
...y este cuen
LA RANITA
DE LA VOZ
LINDA
En un charco, a orillas de un río, vivía un grupo de
ranas. Se lo pasaban todo el día croando y croando.
¡Croooc! ¡Croooc!...
Aquel día era muy especial porque las ranitas pequeñas
cantarían por primera vez. Una a una fueron cantando:
¡Crooc! ¡Crooc!. Hasta qu e saltó al escenario, que era
una piedra en medio del agua, una ranita, que en vez
del famoso ¡Crooc! ¡Crooc!, ¡cantó una hermosa
melodía, con una bellísima voz de soprano!.
Todos quedaron paralizados. Simplemente no lo podían creer. ¡Una rana que sí
cantaba bien!. La novedad corrió por todo el valle y llegó a oídos, de un
representante de artistas, que se apresuró a ir a buscar a la ranita cantora. La
llevó a los más grandes escenarios del mundo y grabó muchos discos. Todos la
admiraban y querían tomarse fotos con ella.
Sin embargo, la ranita no era feliz. Ella quería volver a su charco, con su familia y
sus amigos. Pero era esclava de su voz y de su fama. No podía volver.
Hasta que, en medio de un recital, en un reino muy lejano, la ranita cantora
cambió su dulce canto, por el canto natural de las ranas, el ronco ¡Crooc!
¡Crooc!... El público la empezó a pifiar y las pifias eran música para la pequeña,
porque se dió cuenta que ahora podría volver a su charco añorado.
Ahora la ranita sí es feliz. Y cantando ¡Crooc! ¡Crooc! ¡Crooc!, pero con su familia,
sus amigos y su charco.
PUNTITO,
EL ELEFANTE AMARILLITO
Como todos saben, los elefantes son grandes y de
color gris. Hasta que nació Puntito, el elefante
enanito y amarillito... Como era diferente, los
demás hacían bromas y se reían de Puntito. Los
elefantes grandes y grises se jactaban de su fuerza
y de los grandes pesos que eran capaces de
mover. Puntito solo podía llevar ramitas, hojas
secas, pasto y granitos de maíz, en su pequeña
trompa amarilla.
Un día, un gran árbol cayó sobre el jefe de los elefantes, dejándolo atrapado.
Todos los fuertes elefantes corrieron a salvar a su jefe. Pe ro por más fuerza que
hacían, no podían levantar el árbol. Todos transpiraban y jadeaban tratando de
levantar aquel tremendo peso.
Pero no podían.
Hasta que de pronto, un relámpago amarillo llamado Puntito, saltó sobre el tronco
y con gran sorpresa para ellos, vieron que el árbol se levantó y el jefe quedó libre.
La fuerza de todos no pudo levantar el árbol porque faltaba un poquito más...
justamente la poquita fuerza del pequeño elefantito.
Y así fue que los grandes elefantes comprendieron que todos eran útiles, incluso
Puntito... el amarillito.
MOTITA,
LA NUBE PORFIADA
Un día, de entre las grandes nubes que habían en
el cielo, salió corriendo y jugando una pequeña
nube. Su mamá, una gran nube blanca y
esponjosa la llamó dulcemente... ¡Motita!, ¡Motita!
¡no te alejes mucho!. Pero Motita era una nubecita
un poquito porfiada y no hizo caso a los llamados
de su mamá y siguió jugando en el amplio cielo y
poco a poco se fue alejando.
El aire, lejos de su mamá, empezó a ponerse
muy helado. Motita empezó a tiritar. Tiritaba y
tiritaba.
De pronto notó que su cuerpo se empezaba a transformar en cientos de gotitas y
empezó a caer hacia la tierra. ¡Se había transformado en lluvia!.
Al caer sobre el pasto de la pradera se unieron las gotitas en un pequeño charco y
motita se sentía muy rara transformada en agua.
Afortunadamente para Motita salió el sol y empezó a sentir un rico calorcito. El
calor aumentó y aumentó. Motita empezó a transpirar y se empezó a transformar
en vapor. Entonces empezó a subir y subir, y a medida que subía se convertía de
nuevo en una nube.
Motita estaba feliz, y más feliz estuvo cuando abrazó a su mamá y le prometió no
alejarse de ella ni siquiera para jugar a ser lluvia...
COPITO
Los perros, como todos saben, mueven la cola
cuando se sienten contentos o cuando ven a su
amo o se encuentran con otros perros.
Pero Copito, un lindo perrito blanco, no lo hacía y
todos se preguntaban por qué Copito no movía su
cola blanca.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que alguien
se diera cuenta de lo que pasaba.
¡Copito no movía su cola porque Copito sabía sonreir!
¡Sí! ¡Copito sabía reir como tú!
Era cosa de mirar su hociquito para ver como sus blancos dientes brillaban de
contento.
Ya sabes, si un perro no mueve su cola, sonríele.
LA
SEMILLA
Una vez en el campo, se encontraron, un par de
semillas de sandía, que son muy grandes y una
semillita pequeña y tímida.
De inmediato, las grandotas, empezaron a molestar a la
pequeña.
- “Eres enana”, le decían.
- “Casi no te ves.”
- “Cuidado que te aplastamos”, se reían.
La semillita estaba a punto de llorar.
En eso estaban, cuando llegó la hora de entrar en la tierra, para inicia r el largo y
natural proceso de transformarse en plantas.
Pasó el tiempo y empezaron a crecer. Las sandías no crecieron mucho, porque
sus frutos eran muy grandes y pesados.
Mientras tanto, la pequeña semilla resultó ser un árbol, y crecía y crecía. Y en ese
momento miró para todos lados y dijo:
- “¿A dónde se habrán ido las semillas que me molestaban tanto?”
Y las sandías se pusieron verdes de envidia por fuera y rojas de vergüenza por
dentro.
¡Cuidado abusadores! Dentro de un pequeño,
puede estar escondido un gigante...
LAS DOS
GOTITAS
Aquel día llovía fuerte. Y en esa lluvia iban dos gotitas que eran muy
amigas.
Mientras caían, iban conversando y preguntándose qué pasaría con
ellas al llegar a tierra. En eso estaban cuando el viento las
separó.
Una gotita cayó en un lindo arroyuelo y feliz, se alejó
cantando y gozando la vida, en aquel húmedo y musical
tobogán.
La otra gotita fue a dar a un desierto seco y feo. Ella pensó que
su destino había sido muy triste e inútil.
Pero mientras rodaba por la seca tierra del desierto, se encontró con una olvidada
y sedienta semillita.
La gotita se dejó beber por la semilla, e hizo posible que, en el medio del desierto,
naciera una hermosa flor.
La flor dió a beber de su néctar a las abejas. Las abejas hicieron, con el néctar,
una dulce y sabrosa miel. La miel endulzó la vida de mucha gente.
La gotita supo entonces que no importa donde vivas, lo que importa es lo que
hagas con tu vida.
EL VIAJE
Los patos silvestres que vivían en aquel estanque, notaron que el invierno se
acercaba. Tal vez porque los días eran más cortos o porque el aire estaba un poco
más frío. Había llegado el momento de buscar climas más cálidos. Y un buen día
echaron a volar iniciando un largo viaje siguiendo
al sol.
Todos... menos uno.
Era un pato pequeño y débil que no había crecido
tan rápido como los demás. Los otros eran
fuertes, con hermosas y poderosas alas para
volar grandes distancias.El patito miró con
angustia, cómo la gran bandada se elevó rumbo
al norte, dejándolo solo en aquella tierra que
empezaba a ser fría y que anunciaba el crudo
invierno. Agachó la cabeza y una lágrima rodó por
su carita.
Pero en eso sintió un lejano graznido, luego otro y
otro más. Levantó la cabeza y a lo lejos distinguió un punto negro que crecía y
crecía. ¡Era la bandada que regresaba!
- “Hemos venido por tí, pequeño” le dijo el guía.
- “Te esperaremos el tiempo que sea necesario, para que crezcas, y puedas hacer
el viaje con nosotros. Eres uno de los nuestros y tus hermanos no te van a dejar
aquí solo”.
Y por la cara del patito ahora caían muchas lágrimas de felicidad. Pasaron dos
semanas, justo las que el pequeño necesitaba para poder volar, y emprendió junto
a sus hermanos, el largo viaje en busca del sol y de su calor.
EL OSITO GOLOSO
Había una vez un osito que se moría de ganas de
comer miel, pero las abejas lo picaban cuando se
acercaba al panal.
Entonces pensó en hacer mejor las cosas y fue al
valle, cortó un gran ramillete de flores y se lo llevó
a las abejitas.
Las abejas se conmovieron y le regalaron un
frasco lleno de dorada, dulce y pegajosa miel.
El osito quedó muy feliz con su miel, pero mucho
más por tener tantas nuevas y buenas amigas.
FABULAS
El águila y el escarabajo
Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y
viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo,
suplicándole que le salvara.
Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su
amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del
escarabajo, devoró a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo
observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos,
y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila
echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a
Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus
futuros pequeñuelos.
Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica
escapatoria, hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus.
Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los
huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en
la época en que salen a volar los escarabajos.
MORALEJA: Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan
débil que no pueda alcanzarte.
La zorra y el espino
Una zorra saltaba sobre unos montículos, y estuvo de pronto a
punto de caerse. Y para evitar la caída, se agarró a un espino,
pero sus púas le hirieron las patas, y sintiendo el dolor que
ellas le producían, le dijo al espino:
-- ¡ Acudí a tí por tu ayuda, y más bien me has herido !
A lo que respondió el espino:
-- ¡Tu tienes la culpa, amiga, por agarrarte a mí, bien sabes lo bueno que soy para
enganchar y herir a todo el mundo, y tú no eres la excepción !
MORALEJA: Nunca pidas ayuda al que acostumbra a hacer el daño.
La langosta y su madre
La bruja
Una bruja tenía como profesión vender encantamientos y fórmulas
para aplacar la cólera de los dioses; no le faltaban clientes y ganaba
de este modo ampliamente la vida. Pero fue acusada por ello de
violar la ley, y, llevada ante los jueces, sus acusadores la hicieron
condenar a muerte.
-Tú, bruja, que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿cómo
no has podido persuadir a los hombres?
La Zorra y La Pantera
-- ¡Mucho más hermosa me considero yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino más
bien por mi espíritu!
Moraleja
Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo
El León y El Boyero
Moraleja
Cuando busques una solución, ten presente que al encontrarla, ésta a su vez puede
convertirse en el siguiente problema.
Moraleja
Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes pueden vivir tranquilos..., pero no
deben atenerse.
El León, La Zorra y El Ratón
Moraleja
Nunca dejes de cuidarte ni aún de las más pequeñas cosas, por ínfimas que sean.
Fabula el Astrónomo
En un país muy lejano, donde la ciencia es muy importante para sus habitantes,
había un anciano astrónomo, le gustaba realizar el mismo recorrido todas las
noches para observar las estrellas.
Un día, uno de sus viejos colegas le dijo que había aparecido un extraño astro en
el cielo, el anciano salió de la ciudad para poder verlo con sus propios ojos. Muy
emocionado estaba el astrónomo mirando al cielo, no se dio cuenta que a pocos
pasos de él había un agujero. Cuando se cayó al agujero comenzó a gritar
pidiendo ayuda.
Cerca del agujero pasaba un hombre, el cual se acercó hasta el agujero para ver
lo que sucedía; ya informado de lo que había ocurrido, le dijo al anciano:
"Te ayudaré a salir de ahí, pero ten mucho cuidado la próxima vez que salgas por
un lugar que desconoces, tienes que estar muy atento por donde caminas ya que
te puedes encontrar con cualquier cosa en el suelo."
Moraleja: Antes de lanzarse a la aventura, hay que conocer el lugar por el que se
transita.
Publicadas por Ileana Artuz Etiquetas: Fabulas, Fabulas cortas, Personas, Vida
- ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por todo mi
cuerpo y no dejarme disfrutar de mi merecido descanso?
- Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con tu vida
para siempre, ya que no tengo ningún motivo para seguir aguantando tus
picaduras, no importa si es grande o pequeño que pueda ser el prejuicio que me
causes.
Moraleja: todo aquel que le hace daño a otra persona, debe estar dispuesto a
afrontar las consecuencias.
Publicadas por Ileana Artuz Etiquetas: Animales, Fabulas, Fabulas cortas
Fabula los 3 Pájaros en la Cerca
Habían tres pájaros montados en una cerca. De esos tres, dos decidieron volar
muy lejos, mientras que el otro decidió quedarse en la cerca donde estaban.
¿Cuantos pájaros quedaron?
Quedaron 3 pájaros.
"¡No creas que por ser más grande que yo te tengo miedo!", dijo el mosquito
desafiando al león, conocido como el rey de la selva.
"¡Wiii! Que feliz estoy, nos daremos un buen baño en las charcas que la lluvia está
formado." - Decía una de las ranitas.
"Que feo es cuando llueve, es un día perdido para mi, me deprime tanto la lluvia." -
Dijo uno de los perritos con una cara triste.
Cundo el día amanecía soleado un con radiante sol, sucedía todo lo contrario; los
perritos no se cambiaban por nadie, se sentían felices. En cambio las ranitas
estaban sin ánimos, ya que se imaginaban el calor y la sequedad que iba a
torturarlas. Sé que todos se estarán preguntando que día estarían contentos los
perritos y las ranitas. ¡Muy fácil! Los días que amanecían grises y fríos pero sin
lluvia, que pocos días amanecía así.
Moraleja: Debemos aceptar la vida tal cual como se presenta, de esta manera
nunca se sentirán infelices.
Adivino
Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero
temiendo siempre los ataques de un enorme gato, los ratones no querían salir. Ya
fuera de día o de noche este terrible enemigo los tenía vigilados.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea
a petición del jefe de los ratones, que era el más viejo de todos.
El jefe de los ratones dijo a los presentes:
- Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No
podemos vivir así!
- ¡Pido la palabra! - Dijo un ratoncillo muy atento.
- Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en todo momento por dónde anda.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes
aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo
avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir:
- Queda pendiente una cuestión importante:
- ¿Quien de todos le pone el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados,
porque no podían contestar a aquella pregunta. Y corrieron de nuevo a sus
cuevas-, hambrientos y tristes.
La bruja
Érase una vez una bruja que se ganaba la vida vendiendo encantamientos y
fórmulas para calmar la cólera de los dioses.
Con esta promesa a la bruja no le faltaban clientes y conseguía grandes
cantidades de dinero de este modo de vida.
Pero un día fue acusada de ir contra las leyes y la llevaron ante los jueces
supremos del país.
Así, tras un juicio muy corto, la culparon y la hicieron condenar a muerte.
Viéndola salir de la sala del juicio, una de las personas presentes le dijo:
- Bruja, tú que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿Cómo no has podido
persuadir a los hombres?
Moraleja: hay que ser precavido con quienes prometen solucionar todo problema
que tengas a cambio de dinero pero son incapaces de arreglar los suyos.
El ratón campesino y el cortesano
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a
comer a la campiña.
Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en
abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y
legumbres, higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba
de su mala suerte.
Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta. Espantados
por el ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros.
Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y
al verla, los dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para
esconderse.
Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón
cortesano:
- Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es
al precio de mil peligros y constantes temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y
vivo mordisqueando la cebada y el trigo, pero sin congojas ni temores hacia nadie.
El médico ignorante
Un médico ignorante trataba a un enfermo; los
demás médicos habían asegurado que,
aunque no estaba en peligro, su mal sería de
larga duración; únicamente el médico
ignorante le dijo que tomara todas sus
disposiciones porque no pasaría del día
siguiente.
Al cabo de algún tiempo, el enfermo se
levantó y salió, pálido y caminando con
dificultad. Nuestro médico le encontró y le dijo:
-¿Cómo están, amigos, los habitantes del infiemo?
- Tranquilos - contestó -, porque han bebido el agua del Lecteo. Pero últimamente
Hades y la Muerte proferían terribles amenazas contra los médicos porque no
dejan morir a los enfermos, y a todos los apuntaban en su libro. Iban a apuntarte a
tí también, pero yo me arrojé a sus pies jurándoles que no eras un verdadero
médico y diciendo que te habían acusado sin motivo.
Ten cuidado con los que pretenden arreglar tus problemas sin tener preparación
para ello.
El ratón y el toro
Un toro fue mordido por un ratón, y enfadado por la
herida, intentó capturarlo.
Juguemos en el bosque
Mientras el lobo no está
¿Lobo está?
¡Sí, y ahora iré por ustedes!
(Salen todos los niños corriendo
escapando del lobo)
Campanitas de Oro
Ya lo llevan a enterrar
8. Las vocales
por la calle del pescado,
Salió la a, salió la a
no sé a dónde va (bis)
marramiau, miau, miau, miau,
a comprarle un regalo a mi mamá
por la calle del pescado.
a comprarle un regalo a su mamá
Salió la e, salió la e
no se a dónde se fue (bis)
fui con mi tía Marta a tomar té
fue con su tía Marta a tomar té
Salió la i, salió la i
y yo no la sentí (bis)
fui a comprar un punto para ti
fue a comprar un puntico para mí
Salió la o, salió la o
y casi no volvió (bis)
fui a comer tamales y engordó
fue a comer tamales y engordó
Salió la u, salió la u
y que me dices tú (bis)
salí en mi bicicleta y llegué al Perú
salió en su bicicleta y llegó al Perú
A, e, i ,o, u, a,e
A, e, i, o, u
A, e, i, o, u, i, o
A, e, i, o, u
9. La vaca loca
Los niños…
La vaca Lola, la vaca Lola,
tiene cabeza y tiene cola.
La vaca Lola, la vaca Lola,
tiene cabeza y tiene cola
y hace muuuuu….