El Capitán Dupaix y su álbum arqueológico de 1794

Desde 1790 con el descubrimiento de Coatlicue y la piedra del sol, se dio una revolución en cuanto
a deseo de conocer más sobre las culturas de Mesoamérica y descubrimientos arqueológicos en
nuestro país.
Muchas piezas valiosas fueran destruidas antes del estallidos por la apreciación de la arqueología,
por razones relacionadas con la religión.

La llegada de Guillermo Dupaix a México, desde mi perspectiva fue una apreciada contribución a la
arqueología, con su gran entusiasmo por esta, se dio a la tarea de buscar objetos, de analizar los
ya encontrados y dejar un registro de muchas piezas, algunas de las cuales se encuentran
extraviadas en nuestros tiempos.

Fue un gran coleccionista, dejando tras su muerte en su testamento una gran variedad de piezas
de su famosa colección, todos ellas acompañadas de descripción del objeto, dibujo y localización.

Dupaix no sólo registro los bocetos de sus descubrimientos y sus búsquedas, si no también la de
algunos otros coleccionistas importantes.

Fue tan sonado el nombre de Dupaix en este ámbito que fue convocado por Calos lV para la real
expedición anticuaria, la cual por desgracia no pudo ser publicada tras la invasión napoleónica.
Dupaix murió unos años más tarde en 1818 y no pudo ver publicada su investigación. Esta fue
publicada por suerte muchos años más tarde en México, Londres y Sevilla.

Los dibujos de Dupaix no solo quedaron como una gran contribución, si no que posterior a la
independencia ayudaron a identificar objetos que fueron llevados por extranjeros o acomodados
en distintos museos.

El Capitán Dupaix y su álbum arqueológico de 1794 es una exposición muy enriquecedora, este
genio con su amor por la arqueología nos dejó mucho tras sus años de vida.