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ATANDO EL HOMBRE FUERTE.

La palabra ATAR significa prohibir y la palabra DESATAR significa permitir o perdonar.

Delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que
vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo su voz, y siguiéndole a él;
porque es vida para ti, y prolongación de tus días…(Deuteronomio 30:19 ). Dios respeta el
derecho de cada hombre de escoger tanto el bien como el mal. La voluntad humana Dios la
respeta. Entonces ¿ bajo qué circunstancias podemos ATAR ( prohibir ) o DESATAR (
permitir, perdonar y rescatar ) las fuerzas espirituales en las personas?

Lo podemos hacer siempre y cuando lo que estemos atando y desatando sean cosas
autorizadas por la Palabra escrita de Dios. Debemos prohibir lo que prohíbe la Palabra escrita
y permitir lo que la Palabra permite.

La IGLESIA …Nosotros los hijos de Dios, estamos en una GUERRA INVISIBLE con
enemigos o espíritus invisibles. Detrás de todo hombre poderoso y visible hay un espíritu u
HOMBRE FUERTE que es opositor al verdadero crecimiento espiritual, estamos
confrontando en nuestro diario vivir al HOMBRE FUERTE que es una debilidad que está
por encima de otras debilidades, pero que es la que GOBIERNA; y la que más se manifiesta.

Si examinamos nuestra vida puede existir una ATADURA grande que gobierna y está por
encima de otras ATADURAS, este se constituye en Hombre Fuerte.

EL HOMBRE FUERTE es un espíritu con tremendo poder y habilidad para poseer, dominar
cautivar y mantener bajo su dominio a un CAUTIVO.

EL HOMBRE FUERTE influye sobre la vida del CREYENTE y NO CREYENTE, sobre la


familia, sobre la IGLESIA, sobre la ciudad, sobre un Departamento, sobre la Nación, sobre
el Presidente y el Gobierno Nacional, sobre toda raza, y lengua; tomando así poder
TERRITORIAL.

Existen diferentes espíritus territoriales, con propósitos, diferentes estrategias y astucia para
atacar y engañar a la iglesia en general, creando divisiones, sembrando cizaña, ofensas,
acusaciones entre personas en la familia, la iglesia o en el liderazgo del ministerio.

Existen fortalezas que debemos derribar y destruir. La palabra de Dios en Efesios Cap.4:27
nos dice: NI DEIS LUGAR AL DIABLO ( Leer vers. 25-26-28-29-30-31 y 32 ) muestran
cómo podemos dar un lugar para que un demonio entre y establezca una fortaleza en nosotros.
Una FORTALEZA es cualquier lugar donde damos lugar a un espíritu maligno en nuestras
vidas. Una fortaleza es donde Satanás o el hombre fuerte vive, su casa o morada.
Una fortaleza es cualquier ACTITUD MENTAL NEGATIVA, acerca de nuestros problemas
o pecados personales donde Satanás nos ha convencido que es imposible cambiar aunque
sabemos que son contra la voluntad de Dios. Una fortaleza es un área fortificada construida
en los lugares débiles de nuestra vida y la mente, ( 2ª.Corintios 10:5 ) una fortaleza es un
lugar débil en la vida personal del creyente ( mente, emociones, voluntad o cuerpo ), como
un punto débil o brecha en su muro que permite que el enemigo entre y salga sin resistencia
alguna de nosotros. LOS MALOS HABITOS son áreas donde el enemigo puede ganar
ventaja sobre nuestras vidas. El enemigo construye sus fortalezas constituyéndose una
ATADURA en el espíritu, en el alma y en el cuerpo.

El HOMBRE FUERTE es el origen y raíz de todos los PROBLEMAS y actividades


malignos que están destruyendo naciones, ciudades y con ellas las familias que siempre han
sido el blanco del enemigo. No podemos SAQUEAR SU CASA O FORTALEZA sin primero
atarle con oración y el ministerio de la Palabra de Dios orada y declarada, que es la única
cadena capaz de atar al hombre fuerte. A través de la INTERCESION, Dios quiere revelar el
nombre y la naturaleza del hombre fuerte sobre cada cristiano, familia, iglesia, ciudad,
departamento y nación.

Porque ¿ cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si
primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa? ( Mateo 12:29 ) si queremos saquear o
sacar de nuestras vidas, ese hombre fuerte que nos gobierna, debemos atarlo en nombre del
Señor del Señor Jesucristo en la tierra y en los cielos todos los días hasta que se debilite y
desaparezca. Asimismo se puede hacer con el hombre fuerte que gobierna a nuestros seres
queridos; aunque es difícil discernir en ellos por la variedad de espíritus que se manifiestan
en ellos debemos atar el hombre fuerte, diciendo llámese como se llame lo atamos y
paralizamos en el nombre del Señor Jesucristo en la tierra y en los cielos, declarándolo
inoperante y fuera de las vidas.

Tenemos LAS LLAVES DEL REINO el poder de atar y desatar con el PODER DE LO
ALTO, en el nombre del Señor Jesucristo.

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