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_ CAPITULO 10 ares en la investigaci6n e in- tervencién comunitarias: las anotaciones o diario de campo y el uso de documentos secundarios Dos técnicas aus Introduccién Las técnicas usadas en Ja investigacién ¢ intervencién comuhitarias suelen ser predominantemente cualitatives; por esta razén hay al menos dos aspectos a los cuales es ne~ cesario prestar el maximo de atenci6n: el caricter holistico y complejo de los fenémenos en estudio y la reflexividad por parte de agentes externos e internos. Los capftulos previos insisten en estos aspectos y muestran cémo aproxi- marse a la primera condicién y mo cumplir con la se gunda. Pero muchas veces es necesario contar con técnicas auxiliares que permitan a los investigadores capturar cier- tos momentos especificos que suelen ocurrir en todas las investigaciones (sean cuantitativas o cualitativas) y que no quedan registrados. Las causas de esta falta de registro son bisicamente por no figurar en los protocolos de ciertas técnicas, ni en las preguntas de los cuestionarios construi- dos para indagar en relacién con aspectos particulares 0 por darse en situaciones grupales (reuniones, asambless, entrevistas participativas), en las cuales se esté simultinea- mente dialogando y estimulando la discusi6n. En tales cir- cunstancias es til la aplicacién de las anotaciones de campo o el registro sistemstico de un diario de campo. 302 Maritza Montero ‘Mis ain, el uso de otras técnicas auxiliares y de otros mé- todos tales como la IAP 0 el método biogrifico, por ejem- plo, puede enriquecerse con el estudio de documentos secundarios (cartas, fotografias, noticias de prensa, entre otros). De eso trata este capitulo: de eémo complementar las técnicas y procedimientos principales que nos permiten co- nocer y producir conocimiento acerca de determinadas si- tuaciones, para que el proceso de construcciGn de ese saber incluya la reflexidn sobre el modo de hacerlo y mantenga, en lo posible, la complejidad con que se presenta en la prictica “Trataré en primer lugar las anotaciones y los diatios de campo, una vieja préctica de las ciencias sociales, especial- mente de Ja antropologia y la sociologia (aunque también se da en algunas formas de psicologia clinica y de psicolo- sia social), en las cuales se originé, y que deberia ser casi una accién rutinaria, en el sentido de cotidiana y necesaria, en la psicologfa comunitaria. Una prictica que deberia ser ensefiada a los estudiantes que se inician en la disciplina, quienes no deberfan ir al campo sin estar acompafiados de su pequefia libreta o cuaderno de campo para registrar sus apuntes ¢ impresiones répidos; las cosas que los sorpren- den o que no comprenden, de manera sencilla y veloz, a fin de crear un asdero par el recuerdo fl yuna fuente para las ideas. Diferencias entre diarios de campo y anotaciones de campo Las anotaciones de campo son apuntes hechos durante el trabajo, més 0 menos rapidos, muchas veces abreviados, que sirven de apoyo a la memoria de los investigadores y que buscan captar detalles de interés: aspectos inesperados © curiosos que de otra manera quedarfan fuera de cual- quier registro técnico. Esas anotaciones no siguen un plan preestablecido y en tal sentido son un trabajo abierto, que Dos téenicas aucciliares en la investigacin e intervencin... 303 no se orienta por un principio y un fin, pues su funcién es auxiliar respecto del proyecto de investigacién Los apuntes 0 notas deben hacerse en una libreta o en un cuaderno, no en hojas sueltas que puedan perderse 0 traspapelarse. Y si por alguna razén es necesario usar una tarjeta o un trozo de papel, luego debers pasarse su conte- nido a ese cuaderno, que sera el registro fiel de la vida de la investigaci6n, por el tiempo que ella dure. En cambio, el diario de campo se caracteriza por: ‘Su extensién, Al contrario de las anotaciones de cam- po, los diarios de campo presentan extensas y detalla- das descripciones, escritas de manera cuidadosa y a la vez esponténea, a veces amena. * Puede no seguir wn orden cronoligico y estar mas bien organizado en funcién de temas o problemas de in- vestigacién, 0 de categorias tedricas 0 metodolégicas. * Por tal razén, el diario de campo puede constituir un importante documento producto de la investigacién, que podria legar a ser publicado. * Combina rigurosas observaciones de campo con andliss € interpretaciones de los hechos que ellas presentan 0 ilustran, y sus relaciones con aspectos tedricos. * Se acerca al género de la autobiografia intelectual, en el sentido de que quien lo escribe relata cémo llega a ciertas ideas, cémo desarrolla sus anilisis y sus inter- pretaciones; ademés indica cémo superé sus errores, cémo incurrié en ellos y qué aprendié de éstos; a la vez que hace lo mismo respecto de los aciertos. © Suele escribirse al final de la jornada de trabajo en la in- vestigacién, cuando se lo puede hacer con cuidado y detenimiento, narrando lo que se ha observado, re- construyendo esas impresiones a partir de las notas de campo, los materiales secundarios y las técnicas empleadas para obtener datos (encuestas, entrevistas, discusiones de grupo, grupos focales, etc.) eee mE me ee TEE EEPEFEFEER EEE ER ERE REE 304 Maritza Montero La raz6n de ser de ambas técnicas es guardar el registro de observaciones y vivencias que impresionan a los inves- tigadores por el interés psicosocial que suscitan en el trans- curso de la labor de investigacién. Es decir, que todo lo que en ese diario se anota tiene alguna forma de relacién con la investigacién o intervencién que se esti llevando a cabo. Relacién con los métodos biogrificos La relaci6n de las anotaciones de campo con las Memo- ras, que forman parte de los métodos biogréficos, es te- nue: s6lo se da a través del reflejo de las experiencias de la vida cotidiana antes de que éstas pasen por el tamiz.y filtro de las categorfas analiticas de las disciplinas cientificas, y de teorfas y métodos de la ciencia; aunque a veces las obser- vaciones y comentarios contenidos en los diarios de cam- po pueden hacer referencia a los aspectos cientificos, o dar ideas para el anilisis. Pero no de una manera sistematica, ni extensa. Esas anotaciones se centran més que todo en cuestiones especificas tales como el nimero de asistentes a tun acto, o las caracteristicas de las intervenciones y sus ac- tores, o bien guardan inventarios de objetos o de acciones Hevadas a cabo. Incluyen fechas a tomar en cuenta, com- promisos a cumplir o el cumplimento de los mismos. Yen este sentido poseen las funciones propias de una agenda, pero van més allé de ella y su contenido se halla s6lo en re~ lacién con momentos especificos de la investigaci6n o in- tervenci6n. Con respecto a los métodos biogrificos en general, las anotaciones de campo coinciden con ellos en cuanto pue- den contener impresiones afectivas, juicios de valor, pensa- mientos que reflejan los sentimientos y reacciones y el valor de la vivencia para el investigador que los registra. En este sentido revelan aspectos que definen a esa persona co- Dos téenicas anxiliares en la investigacién e intervencién.. 305 mo investigadora y también como s facetas de su caricter. Pero son los diarios de campo los que contienen relatos de este tipo propiamente dichos y los que de hecho pueden ser considerados como parte del género biogrifico. Un as- pecto de interés es que estos diarios nos dan una vision de caracter intimo, de la investigadora o el investigador, desde la perspectiva de la investigaci6n. Y para la propia autora 0 autor del diario son el testimonio de 8u evolucién como pro- fesional, pues guardan el recuerdo certero de los momentos cen que ciertas ideas surgieron, y de las circunstancias en que lo hicieron. De esta forma, las anotaciones de campo y los diarios de campo hacen valiosas contribuciones a la reflexividad, un aspecto reivindicado a partir de los tltimos veinte afios co- ‘mo parte del dar cuenta de lo hecho al investigar. humano, mostrando Usos del diario y de las anotaciones de campo Este tipo de técnicas complementarias se caracteriza por cumplir ciertas funciones durante la investigacién, que resumo a continuacic 1. Son registros de aspectos de interés metodolégico, vivencial y cultural. Incluyen anécdotas y comenta- rios indicadores de cambios, de obstaculos, de reti- cencia y de desconfianza; de confianza y seguridad. 2. Dan testimonio de los cambios habidos a través del tiempo en el proceso de investigacién. Esto es par- ticularmente importante en el caso de la investiga~ cién-accién participativa, que por su cardcter dinémico exige mantener un continuo monitoreo de las transformaciones que produce dentro y fue- ra de si. Como dice Garcia Jorba (2000: 27), refi- riéndose al diario de campo, es el “testimonio del 306 Maritza Montero proceso de maduracién intelectual y analitica de quien lo redacta”. . Pueden ser la memoria fiel de los estados de énimo, de las dudas y de los descubrimientos ¢ hipétesis formulados a lo largo del trabajo comunitario. En mayor o menor medida, segiin sea un diario 0 un cuademo de notas de campo, se puede producir un documento que contiene una visién de la inves- tigacidn, de su procedimiento, intencién, objetivos y mudanzas. . Recogen observaciones que pueden ser tanto contro- ladas como no sisteméticas, pero que en ocasiones contienen informacién que ha llamado la atencién del investigador/a en algiin momento del trabajo co- munitario. Wolfinger (2002: 86) considera que. estas anotaciones siguen un procedimiento organizado de ‘acuerdo con instrucciones previas y explicitas, forma- lizadas, al menos en el campo de la etnografia al que se refiere. Sin embargo, en el mbito de la psicologia comunitaria recomendamos que, estas notas respon- dan al interés de la investigadora o el investigador. ‘Aun a riesgo de que los contenidos varien notable- ‘mente de una persona a otra. Al respecto considero que tal disparidad es inevitable, haya 0 no una forma- lizacién técnica de por medio y que en todo caso pue- de servir para adiestrar a los estudiantes, sefialando siempre que el interés y la perspicacia de quien inves- tiga determinan el valor de las notas. Al mismo tiem- po, esas disparidades pueden conducir a la revision critica de lo realizado, o al enriquecimiento y com- plementacién de su registro. . Se construyen en el diario quehacer, no porque se hagan anotaciones diarias, sino porque en cada se- sin realizada con la comunidad pueden registrarse aspectos de interés. En tal sentido constituyen la bitacora de la investigaci6n. Dos técnicas auxiliares en la investigaciGn e intervencién... 307 7. Los diarios de campo son un “método eficaz para controlar las relaciones que se establecen entre quien investiga, aquellas personas y/o fendmenos que son investigados y la investigacién misma” (Garcia Jorba, 2000: 26). 8, Tanto las anotaciones como el diario de campo cons- tituyen un vinculo estrecho con la vida cotidiana de Ja comunidad durante el proceso de intervencién 0 de investigacién, o de ambos al mismo tiempo. En. especial, respecto de la vida cotidiana compartida por agentes externos y agentes internos. 9. La prictica de hacer anotaciones de campo contri- buye a desarrollar la capacidad de observaci6n y de descripcién de lo observado, a la vez que facilita un acopio de informacién que de lo contrario podria perderse. 10. Estas técnicas suministran datos que permiten co rregir cl rumbo de la investigacién, al advertir erro- res cometidos o al presentar aspectos que no habian sido tomados en cuenta. Otro aspecto no menos interesante es que tanto las no- tas de campo como los diarios de campo recogen situacio- nes, detalles, hechos que no suelen ser incluidos en los informes técnicos 0 en los articulos cientificos, y que con el tiempo tienden a olvidarse y a dejarse de lado. Al anotar esos “datos” se esté contribuyendo a mantener activo el ca~ récter complejo y la riqueza situacional de la investigaci6n. ¥ en tal sentido, ellos son un vivero de ideas y de hipéte- sis, por lo cual pueden ser reutilizados en el futuro. Y al mismo tiempo, esas notas nos permiten descubrir los as pectos que hemos soslayado y que pueden ser de interés para el trabajo que se realiza, destacando los puntos sobre los cuales debemos preguntar y repreguntar y aquellos en los cuales no debemos insistir. En este sentido, las anota- ciones y el diario de campo mantienen un didlogo entre fmm Ee Maritea Montero conocimiento previo y conocimiento en produccién, entre fcoria y prdctiea, entre el investigador y su trabajo, y con- sigo mismo. iA veces, si ello es posible, conviene hacer los registros durante el trabajo de campo que estamos llevando a cabo. ‘Tales anotaciones suelen ser répidas, casi taquigraficas, ¥ abreviadas, Otras veces se hacen al final de una sesién de trabajo, o bien pocas horas después de que el evento o si- tuacidn que relatamos o comentamos haya ocurrido, cuan- do tenemos el tiempo y la oportunidad de guardar su recuerdo. ‘En todo caso debe ser poco después de algtin evento ddigno de atencidn 0 que haya despertido la curiosidad 0 traido recuerdos relacionados con alguna situacién, o que proporcione algiin aspecto de interés para la investigacié- intervencisn, ¢Cémo se hacen las anotaciones de campo? Hay aspectos que pueden y deben prepararse con anti- cipacién. Asi, previamente, para cada anotacién, es conve- niente: + Registrar siempre y en primer lugar el sitio, la fecha y hora a los cuales hacen referencia. es posible indicar los nombres de los asistentes, 0 al menos los de aquellos que han desempefiado un papel relevante en la situaci6n registrada. * Sefialar cualquier aspecto ambiental de interés. * Sefialar el objeto de la reunién, la ocasién o momen- to que se observa. * Si se usa algin tipo de abreviatura, anotar en el mo- ‘mento o poco después, su significado, en caso de que sea de creacién personal. Dos téenicas auexiliares en la investigacién e intervencién... 309 Siguiendo parcialmente a Sanjek (1990) las anotaciones de campo pueden clasificarse en: 1. Anotaciones répidas 0 apuntes, casi taquigréficas, he- chas a partir de algunos datos bésicos que resumen Jos aspectos sobresalientes o distintivos de un hecho © situacién. Son breves, casi siempre realizadas mientras los hechos y observaciones estan sucedien- do. Por lo tanto son escritas en el cuaderno o libreta de campo. Pueden ser frases cortas; palabras clave; esbozos 0 dibujos esqueméticos (por ejemplo de la posiciéa o distribucién que ha sido adoptada por los, miembros de un grupo). 2, Anotaciones de campo especifcas. Estas anotaciones pueden ser la continuacién de las anteriores. Su ex- tensién es mayor, pues ahora se afladen més detalles ¢ impresiones. Deben hacerse poco tiempo después de la observaci6n o de la sesién habida (la memoria es fragil y tiende a distorsionar los hechos con el pa- so del tiempo), cuando se dispone de mayor tiempo y tranquilidad para describir con més detalle y orden lo observado y esbozado antes. No se trata de un re~ gistro detallado, pero si permite tener una descrip- cién més precisa de lo vivido y observado durante una determinada sesién o momento especifico de la investigacién. 3. Ideas que surgen durante el trabajo comunitario. A veces mientras observamos una reuni6n o la ejecucién de alguna tarea, o simplemente lo que ocurre a nuestro alrededor; cuando terminamos una conversacién (0 durante su transcurso), se nos ocurre, por asociaci6n, por contraposicién o de manera stbita (serendipity), alguna o algunas ideas. El diario o cuaderno de cam- po es el lugar ideal para anotarlas y es necesario ha~ cer esto tan pronto como se pueda. Las ideas, originales 0 no, no son tan frecuentes como nos gus- tarfa creer. Y si no las registramos, muchas veces esos 310 Maritza Montero “relampagos”, esas repentinas “iluminaciones” hipo- xéticas o analiticas, como las oscuras golondrinas de aquel poema decimonénico de Gustavo Adolfo Béc- quer, no volverin. 4, Registros de campo. También llamados “notas temati- cas” por Garcia Jorba (2600: 18). En este caso se tra~ ta de anotaciones que ya siguen un sistema de acuerdo a categorias de anélisis elaboradas segiin al- guna otientacién teérica que respalda Ia investiga- cién 0 que responde al planteamiento del problema investigado. Es un trabajo en el cual ciertas observa- ciones pueden ser organizadas en esquemas de cate- gorizacin, previamente establecidos. Este tipo de anotaciones requiere pericia, asf como un buen co- nocimiento del sistema de categorias analiticas y la clara definici6n de las mismas. No representa'mayor dificultad para los investigadores avezados, perfecta- mente familiarizados con el tema y el problema de la investigacién. Pero segin mi experiencia no son re~ comentables para los estudiantes que se inician en la investigacin o para quienes no tienen perfectamen- te claros los objetivos, categorfas y términos usados en ella. 5. Otros contenides a incluir en los cuadernos o notas de campo pueden ser fragmentos de conversaciones, dichos 0 anécdotas escuchados en el lugar de la in- vestigacién y que puedan tener, a juicio del investi- gador/a, pertinencia para el asunto que se investiga. A veces puede ser el contenido de un aviso, cartel 0 {graffiti vistos en una calle u otro lugar, cuyo lengua- je y contenido nos impresionan (siempre hay que in- dicar el lugar donde se los ha visto). Algunos autores (Sanjec, 1990; Garcia Jorba, 2000) re- lacionan Ias anotaciones de campo con ia transcripcién, que podria resultar de encuentros con informantes que ha- Dos téenicas ausiliares en la investigaciin e intervenciém... 311 yan sido grabados. No considero que Jas entrevistas, rela- tos de vida, biografias, grupos focales y otras formas orales de obtener informacién de interés para la investigacién, y que sean grabadas magnetofénicamente, puedan considerarse como parte de las anotaciones de campo. En tales casos la transcripcién, que ciertamente no es un procedimiento sencillo ni que se puede hacer de manera ligera (Farias y Montero, 2005), ya produce un documento que es parte de las fuentes de datos para la investigacién y que constituye un texto que debe ser objeto de anilisis tanto de conte do como de discurso, Por su cardcter procesal, el diario de campo es un pro- ducto inacabado © mejor dicho, sin final. No esti destina- do a constituir una pieza de investigacién en si, sino que es el reservorio que alimenta muchos de los procesos que se evan a cabo en una investigacién. Algunas de sus partes podrdn ser incluidas en los informes técnicos finales, 0 en los articulos o libros escritos a partir de la investigacién terminada. Por ejemplo ciertas citas, fechas, descripciones, lograran entrar en el producto ultimo de la investigacién, pero el cuaderno quedaré como la parte oculta del iceberg. ¥ en el caso de algunos famosos cientificos, esos cuader- nos, si han sido conservados, seran parte de la arqueologia intelectual, cuando se estudian sus obras. Sin embargo, algunos autores consideran que los diarios de campo podrian ser obras en si, en la medida en que se ajustan a cierto rigor sistemético y hayan sido concebidos con la intencién de datlos a la luz pablica. Sin embargo, tal intencién no suele ser la que predomina. Las anotaciones de campo son instrumentos auxiliares de la investigacién y el diario de campo suele centrarse en el problema de inves- tigacién, pero intimo o como mucho compartido con el equipo de investigacién, en cuyas sesiones de discusién los respectivos diarios levados por sus miembros pueden ser- vir para contrastar impresiones sobre un mismo hecho 0 sobre una serie de hechos registradas en ellos. wOEREEC ELE REL ERE ERR PBR EE 312 Maritza Montero Garcia Jorba resume el carfcter distintivo de los diarios de campo, al cual agregamos también las anotaciones, en las siguientes palabras que unen la precisién y la metéfora para definir su uso en la investigacién cientifica: “Investigar es abrirse al mundo. Escribir un diario de campo es abrirse a uno/a mismo/a, y a sus formas de rela- cionarse con el mundo. Mas allé de la melancolfa, la eufo- ria, o el desencanto, esos diarios permiten descubrir las estrategias que se emplean para la construccién del cono- cimiento. Iustran lo que es la cocina de una investigacién desde todas las perspectivas. (Garcia Jorba, 2000: 229) Los documentos secundarios Eluso de documentos secundarios 0 complementarios es parte de la tradicién de investigaci6n en las ciencias sociales. No podia ser diferente en la psicologia comunitaria, ya que desde sus inicios gran parte de Ia investigacién de caricter participativo que se venfa haciendo en disciplinas tales como Ja antropologia, la sociologia y la etnologfa aportaron sus conocimientos y, en particular, su saber prictico a esta rama que comenzaba a desprenderse del tronco psicosocial. En efecto, en una obra de Ander Egg (1980) que a mediados de los afios sesenta sirvid de complemento metodolégico a la nueva subdisciplina en muchos lugares de América latina, ya se indicaba al uso de fuentes secundarias como una via para obtener informacién sobre las comunidades con las cuales se deseaba trabajar. Por documentos secundarios se entiende los documen- tos escritos de caricter piblico o privado que contienen informacién concerniente a la situacién o problema estu- diados. Este tipo de documentos también es conocido co- mo fuentes de segunda mano, por cuanto la informacién no emana directamente ni en primer lugar de las personas, participantes en la investigacién. Das téenicas auxiliares en la investigacn e intervencién.. 313 Entre los documentos secundarios se pueden incluir los informes escritos y las minutas de reuniones sobre el aspecto © situacién que se esté investigando; las cartas que los parti- cipantes puedan haber conservado en las cuales se habla del problema o que se refieren a antecedentes del mismo, 0 a personas y circunstancias que han jugado un papel determi- ante o importante en él. También los registra fotograficas, _filmados o videos; las noticias de prensa ( en sus diversas formas de expresién) y los expedientes que puedan encontrarse en ar- chivos pitblicos son documentos secundarios. No se debe olvidar pues que estas fuentes de informa- i6n, en la investigaci6n social y en el caso particular de la psicologia comunitaria, pueden proporcionar datos de gran importancia sobre la historia, el desarrollo, los pro- blemas y aun sobre la idiosincrasia de las comunidades, so- bre su organizacién y sobre su contexto fisico y cultural. Los documentos secundarios pueden cumplir al menos dos funciones cuando se investiga o interviene con comunida- des: una funcién informativa yuna funcién motivadora ge~ neradora de informacién. Estos documentos nos “hablan” de las personas y de los hechos sobre los cuales se centra nuestro estudio, en el sentido de que contienen informa- cién que puede haber escapado a las narraciones e infor- maciones transmitidas por los participantes directamente entrevistados. Respecto de los documentos piiblicos, es decir, aquellos que, como las noticias de prensa y los expedientes en archi- vos, bibliotecas y oficinas de registro de instituciones esta~ tales, pueden ser consultados por los ciudadanos, pues pertenecen al dominio de lo colectivo, Spink (1998) consi- dera que reflejan dos pricticas discursivas que pueden ser de interés para los investigadores: la primera es la de hacer piblico aquello que esté contenido en sus paginas, y la se- gunda constituir un “género de circulacién”. Al respecto dice Spink: “Su intersubjetividad es producto de la interac- cién con un otro desconocido, pero significativo y frecuen- 314 Maritza Montero temente colectivo” (1998: 126). Este autor aconseja a los psicélogos que utilizan estas fuentes, aprender las diversas ‘maneras de encontrar el sentido de la informacién conte- nida en esas paginas (a las cuales debemos agregar también las imagenes en los filmes y videos) y en la discusién que permita su anilisis. Lo interesante de estos documentos es que revelan aspectos del dia a dia que probablemente ~de- bido a esa misma condicién cotidiana~ la memoria no re- gistra 0 no le adjudica el cardeter de dato significativo, soslayando asf la funcién constitutiva de esa cotidianidad y por lo tanto de la vida que se desea investigar. La palabra vida representa aqui el modo de vida, el estilo de vida, la forma de vivir. Esto es, las acciones que han llevado a la ge~ neracién de ciertas circunstancias que son las que convo- can a los investigadores y que preocupan o motivan la accién de quienes las viven. Los documentos secundarios como fuente En el capitulo 3 se indica que un paso previo a la fami- liarizacién no s6lo recomendable sino necesario es revisar todos aquellos documentos accesibles que versen sobre la comunidad 0 grupo comunitario con los cuales vamos a tratar. La recoleccién de informacién utilizando documen- tos secundarios como fuente implica consultar archivos y registros institucionales (registros piblicos, tales como los parroquiales, archivos generales o locales, archivos de or- ganizaciones que historicamente se han ocupado de esa co- munidad o que de alguna manera han tenido que ver con ella) y también fuentes hemerograficas (tanto diarios como revistas), que pueden ser muy valiosas al revelar los mo- mentos en que los problemas o las caracteristicas especifi- ‘cos de una comunidad se hacen piiblicos y por qué. Como ya se ha dicho, este tipo de informacién también puede ser obtenida de fuentes audiovisuales (videos y filmes), doble- Dos téenicas auxiliares en la investigacién e intervencién... 315 mente interesantes porque al relato verbal une las image- nes que siempre estén llenas de detalles. El andlisis de es- tos detalles abre muchas posibilidades interpretativas y constituyen elementos definitorios de la vida cotidiana. Asi, Ia comparacién de estas fuentes a lo largo del tiempo, sise tiene la suerte de conseguir registros audiovisuales de una misma comunidad en diversos perfodos de su desarro- lo, pueden aportar una valiosa informacién sobre su evo- luci6n y transformaciones en el tiempo. Una vez. comenzado el trabajo con la comunidad, pue- de ser de gran ayuda tanto para los agentes externos como para los internos, seguin las necesidades de la investigacién y/o intervencién que se esté haciendo, obtener otras fuentes de informacién tales como cartas, fotografias, documentos personales 0 ciertos objetos usados en determinados mo- mentos y que puedan haber estado relacionados con tareas © costumbres. El examen y anilisis de tales documentos pueden ser hechos conjuntamente por ambos tipos de agentes, produciendo asf informacién que enriquezca a ambos. Detalles o narraciones de cartas particulares pue- den ser usados en las sesiones de discusién-reflexién. Un buen ejemplo es suministrado por Fals Borda (1985), cuando describe algunos de los trabajos realizados en ‘América Central y en Colombia, en los cuales los docu meritos de ese tipo resultaron ser una valiosa fuente de in- formacién al tratar de recuperar criticamente la historia de tuna comunidad. Hechos aparentemente olvidados por los miembros de esa comunidad, que hacfan referencia a as- pectos de gran importancia para su definicién social, para su identidad y para el desarrollo de su capacidad transfor- madora, pudieron ser evocados y trafdos al andlisis critico del presente y del pasado, al encontrar en esos viejos dep6- sitos de los tiempos pasados ~cuyo recuerdo puede haber sido reprimido, por peligroso y prohibido— la huella intac- ta de acciones y razones. Al AMADA ‘ = — = ey oa = -“ — -_ _ — “a — — a — a a “a “a a — = 316 Maritza Montero La contribucién de los documentos secundarios Lo antes expuesto revela una de las contribuciones mas importantes de este tipo de elemento informativo para la investigaci6n: la capacidad de reflejar la vida cotidiana en la cual fueron producidos los documentos. Esto es muy evidente en los documentos de caricter privado. Asi, fotos no sdlo captan momentos de alegria, sorpresa cel bracién, entre otros estados animicos, sino que ademas nos dicen de las précticas cotidianas, de los modos de hacer, que se reflejan en los mas minimos detalles. Las cartas pueden contener manifestaciones mucho més introspectivas sobre los estados de énimo y sobre la expresién privada y publica de las emociones; sobre las expectativas y suefios de las personas y sobre sus logros, ademés de revelar opiniones sobre todos los ambitos de la vida. El anilisis de este tipo de documento ha permitido notables aportes en las ciencias sociales (véase Thomas y Znaniecki, 1918). Pero este tipo de material, por ser privado, es dificil de ‘obtener, y para utilizarlo en la investigacién precisa del consentimniento de los duefios de las cartas y de las fotogra~ fias, A ello se suma ademas el hecho de que no siempre ta- les objetos se guardan. Pero cuando de privados pasan a ser semiptblicos, por ejemplo, cuando las fotos han sido reco- gidas en alguna publicacién periddica o cuando se trata de ‘lbumes fotograficos comprados en ventas puiblicas, es po- sible hacer el andlisis en funcién de la repetici6n de ciertas caracterfsticas comunes, o bien resaltantes por lo diferen- tes, a las diferentes fotos. ¥ en tal sentido, la revision de los diatios correspondientes a determinados momentos de interés para lo que se estudia puede ser una muy rica fuen- te de informacién, no sdlo en cuanto a las noticias u opi- niones sobre ciertos hechos sino incluso en cuanto al anilisis de contenido tanto de los textos escritos, como de Jas imagenes presentadas, desde las notas sociales y la in- formacién amarillista, hasta los avisos de propaganda. Das téenicas auciliares en la investigacién e intervencién... 317 Otros documentos, aquellos que son del dominio pibli- co, presentan, por el contrario, momentos especiales de esa vida: la compra-venta de un lugar donde vivir; el infor- me de una asistente social sobre las condiciones de vida y sobre el mantenimiento del hogar en una determinada época y en un determinado grupo social. La lectura y ani- lisis de este tipo de documento nos puede revelar impor- tantes datos sobre la capacidad adquisitiva, los habitos alimentarios, la soledad y el hacinamiento; sobre la estruc- tura familiar y el trabajo. Los documentos como estimulo para el an: y para Ia accién No sélo puede originarse informacién en este tipo de documentos. Como ya hemos visto en el ejemplo suminis- trado por la obra de Fals Borda, ellos pueden originar a ciones durante el trabajo comunitario. Una narracién puede evocar hechos transformadores realizados en el pa- sado, que pueden servir de inspiracién para otras acciones. ‘Mis atin las foros viejas o nuevas, asf como los dibujos que hagan adultos y nifios de la comunidad, pueden tener la misma funci6n y convertirse en estimulos problematizado- res que desencadenen procesos desnaturalizadores, desi- deologizadores y concientizadores. En tal sentido ellos deben ser analizados tomando en cuenta los aspectos tra- tados en el capitulo 8. El nso de la “imagen apalabrada”, conocida en el émbi- to anglosajén como photovoice (que la reduce sélo al empleo de fotografias), es una técnica en la cual una foto o imagen dibujada, pintada o representada por cualquier otra via se presenta al grupo o a personas especificas, quienes deben comentar qué ven en ella. En funcién de lo que se ve y de Jo que no se ve, los agentes externos o internos que facili- tan la sesién deben hacer preguntas problematizadoras que 318 Maritza Montero conduzcan al grupo 0 a los individuos a reflexionar sobre el sentido de lo que la imagen represente. Segiin mi expe- riencia, esta técnica es mas provechosa cuando se utiliza en sesiones grupales de discusién-reflexién cuidando que ha- ya libre expresi6n y participacién de todos sus miembros. La técnica es mas efectiva cuando en las fotos o en ios di- bujos aparecen personas de la comunidad o se representan hechos o situaciones propias de esa comunidad. En 1978, en uno de los primeros trabajos comunitarios en los cuales participé, un grupo de estudiantes que realizaban sus tesis de licenciatura bajo mi direccién, utilizé esta técnica de la siguiente manera: por un lado fotografiaron aspectos de la comunidad que necesitaban ser transformados segiin la manifestacion explicita de sus habitantes y la evidencia fi- sica de su caricter nocivo (basureros en reas “verdes") Por otro, fotografiaron personas de la comunidad en tareas prosociales, relacionadas con la limpieza (barrer la vereda frente a sus casas, por ejemplo). Ambos tipos de fotos fueron presentados luego en las reuniones de discusién-reflexién. Las fotos de vecinas 0 vecinos limpiando no sélo fueron celebradas (a las perso- nas de la comunidad les encanté verse y ver a sus vecinos y conocidos haciendo algo correct), sino que constituyeron un gran estimulo para la discusién y el trabajo posterior. ‘Ms atin, un diario de la ciudad publicé un reportaje sobre lo que estaba ocurriendo y us6 un par de esas fotos para ilustrarlo; a Ia accién positiva, se sumé la “celebridad” otorgada por el medio, que fue interpretada como un re~ conocimiento piblico. El anilisis documental Los documentos secundarios o complementarios de la investigacién suelen estar sujetos a diversos tipos de andli- sis, que incluso en algunos casos pueden superponerse, Es Dos téoncas auciliares en la investigacién e intervencién... 319 decir, que un mismo documento puede ser examinado des- de diferentes niveles y perspectivas. En primer lugar estd el anflisis de contenido (véase el capitulo 9), que permitirs saber de qué trata el 0 los documentos revisados. Qué se dice en ellos, cémo se lo dice, cuéndo se lo dice y a quién va dirigido aquello que se dice. Este tipo de anilisis sumi- nistra un primer nivel de comprensién a partir del cual es posible pasar luego a otros dirigidos a buscar el sentido: los anilisis de discurso, que pueden variar segiin los objetivos de la investigaci6n y segiin la calidad del contenido, o los anilisis icénicos, que se centran en las imagenes. Resumen Este capitulo presenta la utilidad de dos técnicas auxi- liares o complementarias, que pueden enriquecer 0 apor- tar datos mis precisos a la investigacién y el trabajo comunitarios. La primera de ellas es el uso de las anota~ ciones y diarios de campo, que constituye una forma de memoria paralela y una fuente de ideas; ademas de com- plementar la ayuda de los grabadores w otros aparatos de registro audiovisual no siempre accesibles o inteligibles (particularmente en el caso de haber ruido ambiental). El empleo sistemitico de esta técnica se describe sefialando sus posibilidades y alcances. La segunda técnica es el anilisis de documentos secun- darios, tanto escritos como visuales y audiovisuales, cuyo uso er. Ja emografia, asi como en la sociologia critica, ha mostrado el camino para su empleo en la psicologia comu- nitaria, al ser aplicado también de manera participativa, y ha dado muestras de su utilidad no sélo para el mejor co- nocimiento y familiarizacién con las comunidades, sino también para la recuperacién critica de sus historias. Ree eae hha beeew 320 Maritza Montero Preguntas para reflexionar © 2Qué se puede aprender de las diferencias que surgen de los diversos diarios de campo llevados simultanea- mente por los investigadores participantes en una mis- ma investigacion? + 2Qué hacer cuando los documentos secundarios con- sultados presentan una informacion diferente de la que los investigadores han recibido en la investigacion que estén realizando? Ejercicio problematizador sobre el empleo de los diarlos de campo y ef uso de documentos secundarios Compare anotaciones de campo realizadas por personas del mismo equipo de investigacién o de distintos equipos que trabajan con la misma comunidad. Discuta reflexiva- mente sobre los siguientes aspectos: * * Coincidencias. * Variaciones y diferencias. ‘+ Causas de unas y otras. ‘* Complementacién 0 contradiccién entre las anotacio- nes de diferentes personas. * Condiciones y causas de ta contradiccién, ‘+ Formas en que las diferencias entre las enotaciones pueden afectar, para bien 0 para mal, al trabajo que se esté realizando, Des téonicas ausiliares en la investigacién e intervencién... 321 Lecturas complementarias recomendadas Juan M. Garcia Jorba (2000): Diarios de campo, Madrid, Centro de Investigaciones Sociol6gicas. La técnica del dia- rio de campo como punto de partida y como centro del trabajo de investigaci6n es descrita, analizada, ampliamen- te ilustrada y comentada en profundidad en esta obra espe- cializada. Una buena referencia si se quiere tener una perspectiva amplia sobre este género. Spink, P. (1998): “Andlise de documentos de dominio pa- blico”, en M. J. Spink (org.), Préticas diseursévas e produsao de sentidos no cotidiano, San Pablo, Cortez, pigs. 123-152. Este articulo se refiere sélo a los documentos piiblicos, respecto de los cuales presenta miiltiples ejemplos e indica formas de andlisis discursivo que son de interés,

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