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ÁNIMAS DE DÍA CLARO

Es una obra escrita en dos actos que busca rescatar elementos del folclore nacional
a través de la reinterpretación estilizada de lo popular, la mitología y las leyendas.
La anécdota gira en torno a las cinco hermanas González del pueblo de
Talagante (conocido por su artesanía y leyendas populares), quienes a pesar de
estar muertas continúan habitando su casa en calidad de ánimas (espíritus). La
condición responde al hecho de que en vida no lograran cumplir con algún deseo
trascendental para ellas, lo que les impide ir al descanso eterno, de acuerdo a la
terminología popular.
La protagonista Bertina, hermana menor de las González, es una ánima atrapada
en la tierra debido a la ausencia de realización de un deseo, el cual es ser besada
y amada por un hombre. Sucede que un día se dirige un joven, Eulogio, al lugar
donde ella vive, con la intención de comprar la vivienda que supuestamente estaba
deshabitada, encontrándose con Bertina, despertándose así una atracción mutua
con aspiraciones a un romance que se ve impedido por la condición de ánima que
posee la protagonista.
Eulogio - un joven del pueblo- llega al lugar con la intención de comprar la antigua
casona y trabajar su tierra, a pesar de las advertencias de quienes saben que en
allí penan las almas de Floridema, Zelmira, Orfilia, Luzmira y Bertina.
La presencia de Eulogio ocasionará situaciones en que cada una irá cumpliendo su
anhelo oculto. Pero con Bertina, la menor de las hermanas, será distinto. Ella
confiesa que nunca pudo besar a un enamorado, debido a que su lunar en la punta
de la nariz distraía a los pretendientes. Al ser besada por Eulogio, descubre que su
real deseo era amar y ser amada, sentimiento que la retiene en el mundo de los
vivos.
En el desenlace, Eulogio descubre que Bertina es un ánima y que la única manera
de tener una “vida” juntos es reunirse, alguna vez, en la otra vida.

Es la historia de los espíritus de cinco hermanas que vivían en la ciudad de


Talagante.
Ellas están relegadas a seguir “penando” en su casa hasta que logren completar un
deseo reprimido que fue vital durante el periodo que, estaban vivas.
La llegada de Eulogio, un joven interesado en comprar esta casa, será lo que les
ayude para que se vayan cumpliendo sus deseos.
Durante el desarrollo del libro cada una de las hermanas, fueron cumpliendo sus
deseos, lo cual les permitía irse y no seguir penando.
El deseo de Orfilia era tomar nuevamente mistela. Por su enfermedad el doctor
se lo había prohibido, y se murió sin haber cumplido con ese anhelo.
Floridema quería ver nuevamente una figura en cerámica que ella había hecho,
pero se vendió antes de que pudiera recuperarla.
Luzmira deseaba con todo su corazón pegarle a "Oña Vicenta" una vecina
envidiosa y metiche que siempre las estaba espiando.
Y por último, Bertina quería tener un beso de un enamorado. Su problema era
que tenía un lunar en la punta de la nariz, así que sus pretendientes cuando ella
estaba viva se ponían turnios y nunca la habían besado.
Finalmente los personajes principales, Eulogio y Bertina se enamoran. Ella
finalmente logrará el beso deseado y de paso un amor.
La despedida será solo un adiós, porque ambos se separan con la ilusión de volver
a juntarse. Ahora sólo deben esperar a que pase el tiempo para seguir amándose.
El texto del libro se enmarca en un género dramático en la forma de comedia.
El lenguaje del libro está repleto de modismos propios de la cultura del campo
chileno de principios del siglo pasado.
Utiliza un tono festivo y humorístico
Cruza lo mágico con lo real.

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