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FRANCISCO DE VITORIA
EN LA ESCUELA DE SALAMANCA
Y SU PROYECCIÓN EN NUEVA ESPAÑA
www.unav.es/pensamientoclasico
Nº 153
Virigina Aspe Armella / M.ª Idoya Zorroza (Eds.),
Francisco de Vitoria en la Escuela de Salamanca y su proyección en Nueva España
ISBN: 978-84-313-3025-5
Depósito legal: NA 1.823-2014
Presentación ................................................................................................. 9
La transmisión de la filosofía greco-helénica en el Islam y la difusión e
influencia del pensamiento de Averroes (Ibn Rušd) en la Europa
medieval, Arturo Ponce Guadian ........................................................... 19
El aristotelismo de la primera etapa de la Universidad de Salamanca,
Virginia Aspe Armella ............................................................................ 47
La influencia del nominalismo en el pensamiento de Francisco de Vitoria,
María del Carmen Rovira Gaspar.......................................................... 61
Subjetividad. Un enfoque trascendental de Vitoria (1483-1546), Juan
Cruz Cruz................................................................................................ 71
La doctrina del derecho-facultad o potestad de Francisco de Vitoria,
Alejandro Guzmán Brito......................................................................... 91
Los derechos para todo hombre en Francisco de Vitoria, Alicia Catalina
Pliego Ramos .......................................................................................... 101
Francisco de Vitoria y Domingo de Soto: relación y comparación de sus
respuestas a un problemática común, María Idoya Zorroza .................. 113
Francisco de Vitoria y Luis de Molina. La filosofía del derecho como
tema fundamental de la Escuela de Salamanca, Luis Aarón J. Patiño
Palafox .................................................................................................... 131
Delimitación crítica a la ‘Escuela de Salamanca’ y su influencia en
Francisco Suárez, Amalia Xochitl López Molina.................................... 139
El espíritu vitoriano de Bartolomé de las Casas, Víctor Zorrilla Garza...... 149
La noción de alodial en Bartolomé de las Casas, Valeria López Vela......... 159
Vitoria y Sahagún: dos miradas sobre América, Sandra Anchondo Pavón. 169
Radicalización del republicanismo salmantino en México: de Fray
Alonso de la Veracruz a la independencia de México, Ambrosio
Velasco Gómez........................................................................................ 179
LA INFLUENCIA DEL NOMINALISMO
EN EL PENSAMIENTO DE FRANCISCO DE VITORIA
María del Carmen Rovira Gaspar
1
“Bachiller Sentenciario” era aquél “que habiendo manejado durante un año el texto bíblico,
se forma una opinión personal sobre los problemas teológicos exponiendo a los jóvenes estudian-
tes el manual de la época, el Liber Sententiarum de Pedro Lombardo (Maestro de las Senten-
cias)”; M. A. Sobrino Ordóñez, Incienso, imágenes, diezmos y otras cosas. Nociones fundamenta-
les de ética, dogma, legislación y ritual de la Iglesia Católica colonial en América Latina, t. I, p.
94 (obra inédita).
2
“Bachiller formado” era aquél “que después de enseñar dos años como Sentenciario y habien-
do acabado sus estudios pasaba algunos años en espera de la licenciatura (en el siglo XIV el tiem-
po era cuatro años), que lo encaminaba a la maestría”; M. A. Sobrino Ordóñez, Incienso, imáge-
nes, diezmos, p. 94.
62 María del Carmen Rovira Gaspar
3
García de Loaisa fue inquisidor general, obispo de Osma, arzobispo de Sevilla, Cardenal, y
en 1524 presidente del Consejo de Indias.
4
L. G. Alonso Getino, El maestro Fray Francisco de Vitoria. Su vida, su doctrina e influencia,
Publicaciones de la Asociación Francisco de Vitoria, Imprenta Católica, X, Madrid, 1930, pp.
435-436.
Influencia del nominalismo en Francisco de Vitoria 63
apuntes que tomaban sus alumnos. La primera edición de las relecciones de Vi-
toria fue la que realizó el editor Jacobo Boyer en la ciudad de Lyon en el año de
1557. Al parecer Boyer conoció a Vitoria, lo deducimos de sus palabras: “ópti-
mo y erudito varón Francisco de Vitoria, cuya memoria en grado sumo me re-
crea”, que aparece en la dedicatoria que de la obra de Vitoria hace Boyer al ar-
zobispo y supremo Inquisidor Francisco Valdés.
En el “Extracto del privilegio del Rey” puede leerse la siguiente afirmación,
“Boyer, librero de Salamanca”, de lo cual puede deducirse que Boyer debió vi-
sitar Salamanca varias veces e incluso permanecer por algún tiempo en dicha
ciudad. Fallecido Vitoria, se dedicó, según parece, a localizar y ponerse en
contacto con aquéllos que habían sido alumnos del célebre dominico y que por
lo mismo tenían los apuntes que de las Relecciones habían tomado en sus
clases, o bien, quizá, cabe la hipótesis de que el mismo Vitoria, a ruegos de
Boyer, le entregara sus manuscritos.
La segunda edición de las Relecciones fue la realizada por el padre Alfonso
Muñoz O. P., en el año de 1565, esto es, ocho años después de la edición de
Lyon.
Las Relecciones de Vitoria conocidas por todos los estudiosos de la filosofía,
del derecho y de la teología del siglo XVI en España y en América, vienen a
formar una valiosa obra.
Pasaré a tratar la que lleva por título Sobre el aumento de la caridad o Sobre
el aumento y disminución de la caridad. Asimismo, Vitoria realizó interesantes
comentarios a la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino (Prima Secundae
y Secunda Secundae), a los que también haré mención más adelante.
Los años de estudio en París, asistiendo a clases con distintos maestros que a
su vez planteaban y defendían diferentes posiciones en el espacio filosófico-teo-
lógico, fueron sumamente importantes y enriquecedores en la formación de Vi-
toria. Vitoria asistió entre otros colegios de París al de Monteagudo, donde
Maior fue director del mismo y maestro de Vitoria. Maior era un nominalista
moderado que indudablemente influyó en Vitoria. Puede afirmarse que entre
John Maior y Vitoria se dio una “relación intelectual”. Vitoria cita y coincide
con Maior en sus comentarios a la Secunda Secundae de Santo Tomás. Es nece-
sario recordar, en relación con Vitoria, al grupo de maestros nominales españo-
les en París, lo cual viene a confirmar la influencia del nominalismo entre los
teólogos y filósofos españoles que en esta época realizaban sus estudios en
distintos colegios de la capital francesa. Entre ellos uno de los más importantes
fue Jacobo Magnus de Toledo; el valenciano Andrés Limos; Fernando de Enci-
nas; Gerónimo Pardo († 1505), quien “estudió y enseñó en el Colegio de Mon-
taigu, donde fue amigo y quizá maestro de Juan Maior, Luis y Antonio Núñez
Coronel, el segundo, discípulo de Maior, el aragonés Gaspar Lax (1487-1560),
también discípulo del escocés (Maior); Juan Lorenzo de Celaya (1490-1558),
64 María del Carmen Rovira Gaspar
quien estudió en el Colegio de Monteagudo, siendo más tarde profesor del Cole-
gio de Coqueret, donde tuvo a Vitoria como alumno. De 1509 a 1510 Vitoria to-
mó con él el curso de Artes; Juan de Gelida (1496-1556) adquirió gran fama por
su erudición llegando a ser rector de la Universidad de Burdeos”5.
Villoslada se refiere al Colegio de Monteagudo como la Sede de la Escuela
“Hispano-escocesa” por haber coincidido en él simultáneamente maestros esco-
ceses y españoles.
Por otra parte no debe olvidarse la relación intelectual que se dio entre Vito-
ria y el nominal Jacobo Almain quien fue alumno de Maior. Al parecer Vitoria
asistió al acto de “vesperias” del también nominal Luis Ber de Basilea, una de
las cuestiones propuestas por éste fue “sobre el dominio natural, civil y eclesiás-
tico”. En este acto habló también Almain, el cual era partidario de la teoría con-
ciliar. Todo ello le abría a Vitoria nuevos horizontes en el campo de la teología
y de la filosofía. En 1510 se había publicado el libro de Almain Theologi Pari-
siense Moralia, del cual se hicieron varias reediciones; Vitoria leyó esta obra,
citándola en sus Reelecciones6. Al parecer éste fue el nominalista que más
influyó en algunos teólogos salmantinos del siglo XVI. Villoslada afirma que
Vitoria debió leer “apasionadamente” a Almain, y Beltrán de Heredia no duda
en afirmar que “Vitoria le debe a Almain no pocos elementos”.
Sin embargo, es necesario recordar que Vitoria se separó más tarde del
nominalismo por la influencia que ejerció sobre él uno de sus maestros que a su
vez había sido también nominalista, Fray Pedro Crokaert, conocido como el
doctor Bruxellensis. Crokaert había sido alumno de Maior uniéndose al grupo
nominalista moderado, sin embargo, abandonó estas ideas para aceptar la
corriente tomista planteando la necesidad de volver a la lectura de Santo Tomás
y junto con Vitoria editó la Secunda Secundae; obra que como veremos más
adelante comentó Vitoria. Sin embargo, en Vitoria siempre perduró la influencia
nominal.
Pero podemos preguntarnos: ¿qué fue lo que influyó, concretamente en
Vitoria, de la posición nominal? Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que
fueron varias ideas, entre ellas, el interés por la conducta moral del hombre, su
reivindicación y justificación, dejando a un lado las propuestas de valores abso-
lutos. La postura que Vitoria acepta y la que procura llevar a cabo al intentar ex-
plicar problemas de carácter moral-teológico, es recurriendo a la cuantificación
y por ende a la ciencia, afirmando que la intensidad de una forma de conducta
valiosa se verifica por adición de nuevos grados. En relación con este problema
5
G. Fraile, Historia de la Filosofía Española Desde la época romana hasta finales del siglo
XVII, vol. 1, edición revisada y ultimada por T. Urdanoz O.P., Biblioteca de Autores Cristianos,
Madrid, 1971, pp. 319 ss.
6
Alonso de la Veracruz en su obra El espejo de los cónyugues cita también a Almain.
Influencia del nominalismo en Francisco de Vitoria 65
7
Justificación: “Es el restablecimiento de la relación correcta (justa) entre Dios y el hombre.
Quien justifica es Dios, que es la misma justificación o perfección: él perdona, infunde en el
corazón del hombre la caridad, que es cierta amistad, amistad o gracia que transforma al hombre
haciéndolo semejante a él mismo. La justificación tiene lugar por medio de la alianza, la
conversión y la obra de la justicia”; Romanos, 3, 24-27.
El término justificación “se toma regularmente como renovación, en virtud de la cual se res-
tituye el pecador al estado de la gracia”. Justificación: “utilizado [el término] en forma absoluta se
refiere a un atributo divino, con que se significa que Dios es el dador de la gracia con que se justi-
fican las almas”; M. A. Sobrino Ordóñez, Incienso, imágenes, diezmos, vol. 1, p. 384.
8
R. García Villoslada, La Universidad de París durante los estudios de Francisco de Vitoria,
O.P. (1507-1522), Universidad Gregoriana, Roma, 1938, pp. 84-85.
66 María del Carmen Rovira Gaspar
Vitoria afirma en su Relección Sobre los Indios, Parte Primera, que en los gra-
ves asuntos de Indias que habían surgido en relación con la conquista de Amé-
rica, y los derechos de sus habitantes, era necesario, que en las muchas “cosas
dudosas” que se presentaban “hay que consultar a aquéllos constituidos para
ello por la iglesia… esto es a los teólogos… la discusión sobre los indios no co-
rresponde a los jurisconsultos”. Por otra parte es necesario señalar que los
nominales se dedicaron al ejercicio exagerado de la Dialéctica, lo cual los desa-
creditó en cierto modo. Maior la defendió ampliamente en las páginas de su
obra. Afortunadamente Vitoria se salvó de caer en el vicio dialéctico tan común
entre los nominales de la Universidad de París en el siglo XVI9.
Según mi opinión y con base en los estudios e investigaciones que he reali-
zado sobre el pensamiento filosófico-teológico-político de Francisco de Vitoria,
el “humanismo vitoriano” se encuentra en sus comentarios a la Secunda
Secundae de Santo Tomás de Aquino y en su Relección del aumento y dismiun-
ción de la caridad y no en la Relección sobre los indios, como generalmente se
ha venido señalando y afirmando.
En relación con lo que califico como “humanismo vitoriano” juzgo perti-
nente algunas aclaraciones.
En primer lugar cuando empleo el término “humanismo” no me refiero a lo
que se conoce como studio humanitatis, sino a aquel pensamiento que refle-
xiona sobre el hombre y su naturaleza, respetándola y procurando comprender
la complejidad de ella. Asimismo y para mayor abundancia, afirmo que estoy de
acuerdo con lo afirmado por Adolfo Sánchez Vázquez cuando afirma: “no exis-
te el Humanismo así con mayúsculas, en abstracto, sino los humanismos que
han surgido en situaciones históricas concretas. Es la realidad social en la que
surgen los distintos humanismos la que les impone su limitación […] pero cual-
quiera que sea la forma en que se manifieste históricamente el humanismo, éste
se presenta como una actitud filosófica que afirma el valor del hombre”10.
En segundo lugar esta Relección sobre la caridad a pesar del valor filosó-
fico-moral-teológico y humanista que ofrece en sus páginas, ha sido muy criti-
cada.
Con el fin de no extenderme demasiado citaré dos de estas críticas: una, la
del actual teólogo Teófilo Urdánoz O. P., quien en su Introducción a dicha re-
lección afirma: “es ya general la claudicación [de Vitoria] frente al nominalismo
9
Para más noticia y datos sobre el pensamiento del erudito dominico burgalés puede consultar-
se mi libro Francisco de Vitoria. España y América. El poder y el hombre, Colección Filosófica
de Nuestra América, Librero-Editor Miguel Ángel Porrúa, México, 2004.
10
A. Sánchez Vázquez, “Ética y política”, en Filosofía política contemporánea. Controversias
sobre civilización, imperio y cuidadanía, CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales, Buenos Aires, 2003, p. 95.
Influencia del nominalismo en Francisco de Vitoria 67
11
Francisco de Vitoria, Del aumento y disminución de la caridad, en Obras de Francisco de
Vitoria. Relecciones teológicas, traducción e introducción de Teófilo Urdánoz, O.P., BAC, Ma-
drid, 1960, p. 938.
68 María del Carmen Rovira Gaspar
12
Remiso: acto dejado, relajado, flojo, suelto, suave, indolente. Intensivo: acto realizado con
intensidad, con gran devoción y amor a Dios.
13
Juan Maior, In libros Sententiarum, I, q. 99, d. 17, fol. LXIV y LXV (la traducción latín-
español de los textos empleados en este estudio la realizó la Dra. Carolina Ponce Hernández).
14
Francisco de Vitoria, Comentarios a la Secunda Secundae de Santo Tomás, t. II: De caritate
et prudentia. De Bello, edición preparada por el R. P. V. Beltrán de Heredia O.P., Biblioteca de
Teólogos Españoles, dirigida por los dominicos de las Provincias de España, Salamanca, 1932, q.
24, a. 6 (la traducción latín-español de los textos empleados en este estudio la realizó la Dra.
Carolina Ponce Hernández; se cita: De caritate, indicando cuestión, artículo).
Influencia del nominalismo en Francisco de Vitoria 69
15
Francisco de Vitoria, De caritate, q. 24, a. 6.
16
Francisco de Vitoria, Del aumento y disminución de la caridad, p. 979.
70 María del Carmen Rovira Gaspar
contrario todos dirán que ese hombre primero era un santo y después ya no
sino solamente un hombre bueno”17.
Indudablemente Vitoria frente a las propuestas teológico-morales tradicio-
nales está proponiendo no sólo un individualismo en relación con la entidad hu-
mana, valiosa por sí misma, sino un humanismo en el que se realiza una dignifi-
cación de los actos del hombre.
Sus palabras finales me parecen y son en verdad admirables: “confieso fi-
nalmente que me es más fácil decir cuál es lo falso en esta materia que cuál es
lo verdadero” y así concluye la primera parte de esta relección.
Con un gran sentido crítico admite “que no es cosa cierta sino muy dudosa
cómo aumenta la caridad”… y con gran sinceridad afirma: “Ni me satisface la
opinión de Santo Tomás, ni puedo contestar a todas las dificultades que de ella
se originan. […] Parece lo más probable que no todo acto aumenta la caridad
[…]. Podría defenderse con probabilidad que la caridad aumenta con cualquier
acto […] en proporción”18.
Me inclino a afirmar que estamos ante el gran Vitoria, que duda, que exa-
mina las distintas propuestas, que se abre sin ningún prejuicio a “los modernos”,
dándolos a conocer a sus alumnos de la Universidad de Salamanca. Es el Vitoria
que en medio de sus dudas abre camino en reconocimiento a lo humano como
tal, el que entiende al hombre en su problemática y a veces endeble naturaleza.
El humanismo planteado por Vitoria reconoce y acepta, como ningún teólogo de
su tiempo, al hombre, en su mismidad humana, como “caminante”, recordemos
que es la palabra de la que se vale para referirse al hombre que vive, sufre y pro-
cura la perfección aunque difícilmente pueda lograrla, y sin embargo, su cari-
dad puede aumentar por el conjunto y la suma de sus actos remisos, esencial-
mente humanos y ser el hombre reconocido por Dios.
Con todo respeto me permito afirmar que los que no comprendieron a Vito-
ria, y me parecen en sus opiniones algo confusos, fueron Domingo Báñez y ac-
tualmente Urdánoz, que en su postura de cierta intransigencia ante el nomina-
lismo no supieron valorar ni comprender en toda su profundidad el humanismo
de Vitoria.
Dra. María del Carmen Rovira Gaspar
Universidad Nacional Autónoma de México
govira@unam.mx
17
Francisco de Vitoria, De caritate, q. 24, a. 6.
18
Francisco de Vitoria, Del aumento y disminución de la caridad, p. 988.