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Filosofía de la Historia
 Índice

Raymond Aron (1) 1 1

RaymondAron (2) 115

Nicanor Ursua, Ignacio Ayestarán y Juan de Dios González 1 25

Vico (Karl LOwit) 132
Bossuet (Karl LOwit) 1 49
Voltaire 1 56
Emmanuel Kant 1 62
G. W. F. Hegel 1 77
Karl Marx (Víctor G. Afanasiev) 1 102
Martín Heidegger (Pedro Cerezo Galán) 1 111
Karl Jaspers 1 122
Oswald Spengler (Amitai y Eva Etzioni) 1 136
Arnold J. Toynbee (Amitai y Eva Etzioni) 1 142
Walter Benjamín 1 154

Francis Fukuyama (Jorge Velázquez Delgado) 1 169

 Raymond
A ron
@

DIMENSIONES
DELA
CONCIENCIA
HISTORICA

1
 11 .

l. LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

LA MISMA palabra, en francés como en inglés y en ale-

mán, se aplica a la realidad histórica y al conocimiento
que tenemos de, ella. Histoire, history, Geschichte, de-
signan a la vez el devenir de la humanidad y la ciencia
que los hombres se esfuerzan por elaborar sobre su de-
venir (aunque el equívoco está atenuado, en alemán,
por la existencia de palabras, Geschechen, Histo;ie ,
que no tienen más que uno de los dos sentidos).
Esta ambigüedad me parece bien fundada ; la reali-
dad y el conocimiento de esa realidad son inseparables
uno de otro de un modo que no tiene nada en común
con la solidaridad entre el objeto y el sujeto. La ciencia
física no es un elemento de la naturaleza que explora
(incluso si llega a serlo al transformarla) . La concien-
cia del pasado es constitutiva de la existencia histórica.
El hombre no tiene realmente un pasado más que si
tiene conciencia de tenerlo, porque sólo esa conciencia
introduce la posibilidad del diálogo y de la elección.
De otro modo, los individuos y las sociedades llevan en
sí un pasado que ignoran, que sufren pasivamente.
Ofrecen ocasionalmente a un observador del exterior
una serie de transformaciones comparables a las de las
especies animales v susceptibles de ser colocadas en un
orden temporal. En tanto no tienen conciencia de lo
que son y de lo que fueron, no tienen acceso a la di-
mensión propia de la historia.
El hombre es, por tanto, a la vez el sujeto y el objeto
del conocimiento histórico. A partir de él comprende-
mos el carácter propio tanto de la ciencia como de la
13
filosofía. Tal es en efecto el único objetivo de un ensa-
yo breve como éste. No se trata de proponer una
filosofía de ·la historia·' menos aún de hacer una
. revi-
sión de las filosofías de la historia· desde san Agustín
hasta Spengler y Toynbee. Tales revjsiones existen ya
y, cuanto más breves, menos satisfactorias son. Se tra-
ta de comprender el origen, la función, la característi-
ca, de una filosofía de la historia . ¿En qué se distingue
de la ciencia histórica que también intenta reconstruir
e interpretar el pasado de la humanidad?. ¿Es una super-
vivencia de periodos precientíficos o es indispensable
para las civilizaciones que no pueden prescindir de una
visión global de su aventura como no pueden prescindir.
de una imagen del universo?
1 't' a a si' misma viva entre las muertas, consc1ente de
La hjstoria es reconstitución, por y para los vivos, de la
vida de los muertos. Nace, por lo tanto, del interés actual
que tienen los hombres que piensan, sufren, actúan,
en explorar el pasado. Búsqueda de un antepasado
cuyo prestigio y gloria se prolongan hasta el presente,
elogio de las virtudes que hicieron nacer y prospe-
rar la ciudad, relato de las desgracias enviadas por los
dioses o causadas por las faltas de los hombres que la
precipitaron en la ruina: la memoria colectiva, como
la memoria del individuo, parte de la ficción, el mito
o la leyenda, y se abre penosamente camino en la reali-
dad. Que la frescura de las impresiones no nos engañe:
la fidelidad de los recuerdos no es una virtud de la ju-·
ventud.
La ciencia histórica comienza (¿es necesario decir
que se trata. de una serie dialéctica y no de una suce-
sión real?) reaccionando contra las transfiguraciones
14
imaginativas del pasado. Hay ~n esfu;rz? por ~sta?le­
cer o reconstruir los hechos segun l~ tecmcas. mas .ngu-
rosas; se fija la cronología, se toman los prop10s.~~tos Y
las leyendas como ol;>jeto para llegar a la trad~ci on Y,
mediante ella, al acontecimiento que les dio ongen; es
decir, para retomar la fórmula famosa de Ranke, la
ambición suprema del historiador es saber y hace~ sa-
ber wie es geschehen ist: cómo sucedió ~o~o. L,a ~eahdad
pura: tal es su.objetivo último, su obJe~vo uruco.
Se sabe hoy día a qué resultados cons1der~bles. con-
duce el esfuerzo de varias generaciones d~ ~tsto~la?~­
res experimentados en los métodos d~ la ~ntlca hlston-
ca. Gracias a esas conquistas de la ctencta y a p~s~~ de
las inmensas lagunas de nuestro saber, nuestra c1v1hza-
ción por primera vez en la historia, se ha formado una
imagen de la mayoría de las civilizaciones mu~rtas. Se
SI U ' · · ' h'
su singularidad y de su fragilidad. C1e:to: mngun ts-
toriador llega hoy día a dominar el conJ.unt~ de ~os, ~a­
teriales acumulados. El triunfo de la c1enc1a hlS.ton~a 1
implica el de los especialistas. La uni?a? ~e la h~st~na
se pierde en la multiplicidad de las disctplmas, hmtt'l--
da cada una a un fragmento de los siglos o .a un sector
de las sociedades desaparecidas. Pero ¿qué Importa .es-
ta dispersión? Es el reverso, o mejor, la c?ns~grac1ón
de la ciencia: no sucede otra cosa con l~s c1en~tas de la
naturaleza. La época de la enciclo?edta termmó Y ca-
da uno se conforma con su limitación. El resultad~ es
que el pasado, desvanecido en la nada ~ero parcial-
te n·ado en los monumentos y los escntos, se ha re-
men 1 d . t
constituidó poco a poco en sus imens10nes exa~ as, en
sus perspectivas infinitamente var.1adas, medtante la
curiosidad paciente de las generaciOnes. , .
No es cuestión ni de poner en duda los mentos d~l
método científico ni de comprometer, por un esceptl-
15
3
 cismo barato, la expansión necesaria de la investigación
' erudita y de lo explicación rigurosa·: ·Pero desconoce-
ríamos radicalmente la situación actual de la historia.si
olvidáramos que al segundo tiempo de lá dialéctica, el
del esfuerzo propiamente científico, sucede necesaria-
mente un tercero: el de la reflexión crítica, que no
rechaza el esfuerzo Científico como éste rechaza la
complacencia · mitológica, sino que determina sus
límites y su valor justo. Esta reflexión crítica se presen-
ta bajo dos formas: la de las Consideraciones inactua-
les , de Nietzsche, y la de la aplicación de la filosofía
kantiana al· conocimiento histórico (Dilthey, Rickert,
Simmel, Max Weber). · .
Las Consideraciones ínactuales, d e N..ie~clM{ han
sido interpretadas y explotadas de múltiples maneras.
Pero la idea directora nos parece siempre válida. Se re-
sume en esta proposición simple: la r econstitución del
pasado no es un fin en sí misma. Así como está inspi-
rada por un interés actual, tiende a un fin actual. Los
vivos buscan, en el conocimiento de la vida ya trans-
currida, no sólo la satisfacción de un deseo de saber
sino un enriquecimiento del espíritu o una lección.
Se ha retenido sobre todo, del ensayo nietzscheano,
la concepción de una historia monumental, porque se
opone, de manera directa, a la ciencia pura según el
positivismo. Que los hombres y los acontecimientos no
son igualmente dignos de estudio, que ciertas personas
o ciertas obras tienen en razón de su valor o de su signi-
ficación ejemplar un título particular sobre nuestra
atención: nada hay en el fondo más evidente. Y la
práctica de la ciencia va ciertamente en este sentido,
aunque la erudición abandonada a ella misma tiende a
considerar interesante cualquier hecho. Sobre todo, la in-
serción de los·valores en la realidad riúsma disipa la ilu-
sión de una reproducción pura y simple de lo que ha
16
sido, aclára el lazo inevitable y .legítimo entre el pre-
sente y el pasado, entre el his~r.i3.dor y el personaje
. histórico, el monumento y los hdinbtes que lo admiran.
Por lo demás , ~no nfega,las necesidades y los
méritos de la erudiCión, de la acumulación de mate-
riales , del rigor en la crític& de las fuentes y en el es-
tablecimiento de los hechos. Sostiene solamente que tale"
medidas preparatorias han de justifica.rse por lo que les
sigue: el trab<:!jO de la historia auténtica, monumen-
tal, crítica o arqueológica. La historia está siempre al
servicio de la vida, sea que ofrezca modelos, juzgue el
pasado o sitúe d momento actual en el devenir. La his-
toria expresa un diálogo del presente con el pasado, en
que el presente toma y conserva la iniciativa. ·
Vituperada o aclamada. la teoría nietzscheana pre-
senta un riesgo grave. Se desliza fácilmente h~tcia ei
desprecio de la ciencia y de la \'erdad. Sugiere la oposi-
ción de dos tipos de historiadores y de historias: las que
conducen a reunir los rHateriales y las que obtienen su
significación. Oposición irre.al y funesta, porque la
esencia de la historia, ciencia de lo concreto, es e n-
contrar la significación en el nivel mismo del aconteci-
miento o de la sociedad única, porque la interpre ta-
ción que no se desprende de los hechos es arbitraria,
porque el hecho en.. bruto es impensable. Los análisis
de inspiración kanti~pa han tenido el mérito de Tes-
tablecer la unidad, de poner al día un a solidaridad
p.ráctica, una necesidad lógica, alli donde las expre-
siones nietzscheanas hacían imaginar una dualidad, no
fatal sino deseable, en el interés de la cultura viva.
La crítica del conocimiento histórico que procede de
la inspiración kantiana se resume sin excesivo artificio
en algunas ideas directoras. La ciencia históri~a no es
una reproducción pura y simple de lo que ha s1do, co-
mo la física no es una reproducción de la naturaleza.
17
 ·En los dos casos, el espíritu interviene y elabora un
mundo inteligibie a p~tír de lo dad~en bruto. P.e ro, si
la historia es .una reconstrucción, como la física, es una
recontrucció~ de un tipo del todo di~tirito. El objetivo
último de la física es un conjunto sistemático de leyes,
que pueden ser deducidas las unas de las otras. El obje-
tivo último de la historia es una sucesión única de
acontecimientos que nunca se verán dos veces: el deve-
nir de las sociedades y de las culturas humanas. La
física se aboca a la ley, la historia a lo singular.
Ninguna ciencia abarca nunca todo lo real;. cada
una tiene un método propio de selección que se propo-
ne desentrañar lo que merece ser explicado o lo que sir-
ve para explicar lo que merece·serlo. La selección física
ha variado de Aristóteles hasta Einstein. Pero, de un
extremo a otro, mantiene ciertos rasgos distintivos.
El físico no se interesa en la piedra que al caer mata
a alguien que pasaba, sino en la manera en que caen
los c4erpos, y las especificaciones no son del orden
espacio-temporal (en tal sitio, a tal hora) sino del or-
den abstracto y, por así decirlo, teórico, resultado de
una reducción de lo complejo a lo simple (en el vacío,
en el aire, en caída libre, etcétera). No se puede canee-
. bir una reduccíó11 semejante en el dominio de la histo-
ria. ¿Cómo se op~ra entonces laselección sin la cual la
investigación se perpetuaría indefinidamente, sin ago-
tar el mínimo fragmento de lo real, el mínimo momen-
to del tiempo? La cr.ítica kantiana ha respondido a esta
pregunta empleando el término de valor. Los aconteci-
mientos que incitan el conocimiento histórico son los
que se relacionan con valores: valores afirmados por
los actores o por los espectadores de la historia. Nos fal-
ta espacio para someter a un análisis más profundo la
noción de valor. En la acepción simple que le da Max
,f~~h~., equivale aproximadamente al concepto de
18
entro de inlet·és. Conservamos del pas~do lo que nos
fnteresa. La selección histórica está dirigida por las
preguntas que el presente hace· al pasado. La renov~­
ción de las imágenes que los ~ombres se hacen de l~s Cl-
vilizaciones desaparecidas está ligada a ese cam b10 de
las preguntas inspiradoras . .
Esta renovación es tanto más profunda en la medida
en que por selección conviene entende.r no un a~to pre-
liminar, terminado de una vez para stempre, smo una
orientación contínua del trabajo histórico. La selec-
ción no consiste tanto en tomar o no en cuenta tal o
cual hecho:· es una manera determinada de col'lc;truir los
hechos, elegir los conceptos, organizar los conju~tos, po~
ner en perspectiva los ac:ontecimientos o los pen~dos : Al
mismo tiempo, uno se explica que la filosofía de t~spu a­
ción kantiana se haya dedicado, en este caso, n? a fun~ar
la validez universal del saber, sino a sugenr. u~.a m-
terpretación .relativista. Las formas de l.a se~1s1bthda~ ,
las categorías del entendimiento garanbza:1~n la um-
versalidad en la medida misma en que, condtcwnes de la
ciencia, valdrían para todos los hombres. Por el contr~­
rio los valores o los intereses a que se refiere el conoct-
mi~nto histórico no tienen validez universal: varían con
las époc.as. Justifican así la fórm.ula ya clásic~: cada so-
ciedad tiene su historia y la rescnbe en la medida en que
ella misma cambia. El pasado no está definitivamente
fijado más que cuando ya no tiene porven!r. .
¿Es necesario , más allá de ese tercer tiempo de m-
tegración en un plano superi?r ?e ?os m oment~s ante-
riores concebir ,una nueva d1alect1ca? ¿Hay una supe-.
ració~ del relativismo tal como éste supera la oposición
entre la transfiguración legendari a y la voluntad
científica? Yo no lo creo. Es suficiente, en mi opinión,
precisar los límites del relativismo a que hemos llegado.
19
5
 Uno de los pensadorc:; d~; inspiración kanti~na , Ric-
kert, ha· determinado eso~ límites utilizando la noción
de valor. La selección hist órica no val~ más que para
quienes aceptan el sistema de referencia y, en ese caso,
no es universalmente válida. Pero, a partir de una se-
lección decisiva, si no arbitraria, el resto de las ac- ·
cienes de la historia pueden tomar un carácter riguro-
samente científico, preteP-der una validez universal.
Más concretamente, y más simplemente, decía Max
.\.~~ber: cada historiador plantea sus preguntas, elige
' libremente sus preguntas. Una vez planteadas las pre-
guntas, las respuestas dependen exclusivamente de la
realidad. Las relaciones de causalidad entre los
hechos, incluso si la construcción de esos hechos nos ha
sido dictada por un interés actual, son verdaderas o
falsas (según la dificultad de la comprobación y, en
consecuencia, el coeficiente de probabilidad que ma n-
tienen las pror9siciones). Además de esa universalidad
hipotética (validez universal a partir de una decisión
libre), Rickert concibe que se supera incluso la relativi-
dad inicial, im·putable a la selección, ya sea estudiando
cada periodo en relación con los valores que le eran
propios, ya sea elaborando un sistema universal de va-
lores.
Esta última concepción, en cualquier caso,
subordinada la verdad de la ciencia a la verdad del sis-
tema de valores , es decir al fondo de una filosofía. Por
otra parte, el sistema universal de valores sería inevi-
tablemente fo rmal. Así, las preguntas que el histo-
riador plantea a la realidad son las más d~ 1as veces
precisas, concretas. Finalmente, el simple hecho de re-
lacionar una época con los valores de otra posterior
introduce en la interpretación del pasado Ún principio
de renovación. Por tanto, no está claro con qué de-
recho se impondría el historiador la obligación de re-
20
. pensar ui)a sociedad exclusivam~~~~- .d~ lc;t manera mis-
. ma en que ésta se pensaba a sí mi~ll}a (o incluso,·lo que
es igual, de relacionar c:ada sod·E\da~ con sus valores y
no con los valores del porvenir). N<;>. es seguro que el
historiador logre jamás libnirse enteramente de sí mis-
mo, de su presente; incluso si pudi~ra hacerlo, ¿debe-
ría hacerlo? Al relacionarlo con un presente inédito se
consigue que el pasado entregue un secreto, oculto has-
ta entonces paz:a las investigaciones .más atentas. En
fin, la teoría de la objetividad hipotética, con la que se
col}teritaba M~fu.j,~~.9..@! y se aplica a ciencia cierta a las
relaciones causales, reposa sobre una concepción de~
· masiado simple de la selección. Sí el conjunto de la
construcción histórica está orientado por la pregunta
plan teada o por los valores de referencia,.la reconstitu-
ción en su totalidad llevará la marca de las decisiones
del historiador , en su totalidad será solidaria con un
punto de vista, con una puesta en perspectiva que se
podrá reconocer en el mejor de los casos como legítim::j.
y fecunda, pero no imperativamente verdadera para
todos.
Sin embargo, el relativismo que la propia historia
del conocimiento histórico demuestra, no nos parece
en absoluto fatal para la ciencia, si se le interpreta
correctamente. La conciencia que tenemos de él marca
un progreso filosófico, lejos de darnos una lección de
escepticismo. Los límites del relativismo histórico de-
penden en primer lugar del -rigor de los métodos me-
diante los cuales ·se establecen los hechos, de la impar-
cialidad necesaria y accesible del erudito, siempre que
él se dedique a descifrar los textos o a interpretar los t~­
timonios. Dependen además de las relaciones parciales
· que, a partir de ciertos puntos dados, se pueden deri-
var de la realidad misma. La relación causal entre un
acontecimiento y sus antecedentes, una vez valorada la
21
 responsabilidad propia de cada uri<~, <:le-ellos mediante
cálculós retrospectivo~· de probabilidad, comporta tal
vez una part-e de incertidumbre; pero no de relatividad
esencial. La relación entre un· acto y sus motivos, un ri-
.f to y un sistema de creencias, los problemas legados por
un sistema filosófico y las soluciones proporcionadas
-. 1
por los sistemas posteriores, se prestan a una compren-
-. .: 1 sión que deriva su inteligibilidad de la textura misma
..
del objeto. El relativismo histórico_es, por así decirlo,
1·
! superado desde el momento que el historiador deja de
'
1
pretender un distanciamiento imposible, reconoce su
punto de vista y, eñ cons~ctien:cia, se vuelve capaz de
reconocer las perspectivas dejos demás. No es que se
pueda, en todo rigor, pasar de Una perspectiva a otra:
·no existe para el caso constante numérica o equivalen-
cia calculable. Pero se llegan a comprender las pers-
pectivas incluso cuando parecen contradictorias v a
ver en su multiplicidad no la marca de una derrota" si-
no una expresión de vida.
. ~n ell~ está, en _m_i. .opinión, la idea decisiva que rec-
tifica la mterpretacwn vulgar del relativismo históri-
co. Que ~e deje de interpretar el conocimiento del pa-
~ado segun el esquema de un yo trascendental, que
mforma de una manera inerte; que se coloque al histo-
riador en la realidad histórica; que se haga referencia
a la estructura de esa realidad y el sentido de las fór-
mulas precedentes cambiará totalmente. La existencia
humana vivida es rica en las mismas significaciones
los mismo~ eHuívocos fecu~dos, que el conocimient~
histórico. Este no logra d.ar una versión única, obliga-
. toria para todos, de las sociedades, las épocas, las cul-
turas desaparecidas en la nada, pero esta significación
única no ha existido jamás ni sobre la tierra ni en el
cielo. El descubrimíen~o o redescubrimiento incesante
del pasado expresa un diálogo que durará tanto como
22
··:la humanidad misma-y quienes definen la esencia de la 1
, ·hi~toria: las colectividades, comQ, los .individuos, se
.reconocen a sí mismas ·Y se enriquecen en el contacto
de unas con otras. ·
(
2
Distinguir entre ciencia y filosofía de la historia es más
difícil de lo que ordinariamente se pi~nsa. Si la investi-
gación del pasado·es suscitada y orientada por los inte-
reses actuales y los sistemas de valores, ¿no está una
cierta especie de filosofía presente en todas las in-
terpretaciones históricas? En efecto, es posible, como
se ha comprobado, desentrañar la filosofía implícita
de los grandes historiadores . Ya sea que se trate de la0 ·
relaciones entre el individuo y la colectividad, de la
importanCia relativá de las un idades políticas o de los
regímenes económicos. de la dependencia o de la inde-
pendencia de las ideas respecto de la infraestructura
social, o de las influencias recíprocas entre los diversos
factores de la historia, se puede desentrañar de toda
. obra histórica una teoría, que pudo estar parcialmente
sugerida por l.a investigación misma pero que parcial-
mente la ha precedido y dirigido. En esta dirección, se
tendería a suprimir la distinción entre ciencia y
filosofía: aquélla descubriría que no puede cumplirse
más que penetrándose de filosofía, y ésta que no puede
alcanzar la verdad concreta más que en contacto con
los hechos.
Sin embargo, me parece que·esta asimilación desco-
noce diferencias de considerable importancia. Hay ele-
mentos de una filosofía de la historia en todo relato
histórico, pero esos elementos permanecen implícitos,
inarticulados; tienden a reducirse en la práctica a hi-
pótesis de trabajo, a temas de búsqueda. Por el contra-
23
 rio . una fil o~ofía las dcscntraf'Ht ría <;:úo toda claridad
pa ra sistematizarlas. El histori ador· Ias .- integrará a la
interpret ación de un fragme nto del pasado, el filósofo
tenderá a usarlas para la inte rpretación del pasado en-
te ro. Pa ra el primero , la ve rdad aparecer á en los resul -
tados ob tenidos gracias a. per o mas all á de, esas íde·as
d irectoras. Pa ra el segu ndo, las ideas serí an lo esencial ,
el sop orte y la garantía de la verd ad .
Po r tanto. hay ·ciertamente allí dos direcciones
opuestas de investigación y de pe nsamien to. La oposi-
c i<) n . sin tetizada en lo esencial, me parece doble: por
una parte, se refiere a la amp lit ud del objetó, ya que el
filósofo encara todo el conjunto y el sabio una parte .
Po r otro lado, incl uso cuando el h istoriador escribe
I!O a histo ria uniYersal " . en consecttencia. ~e enfrenta
tam bién él con d cor1junto. tiende a no trascender
ios hecho<;: se esfuerza por sacar de la materia misma las
l!randes l fnea~ de su relato: no pretende fijar la verdad
de la evolución hu mana, sino sim plemente la realidad
del devenir .
Para clari ficar estas reflex iones abstr actas, sigamos
el comportamien to progresivo d el conocimiento histó-
rico, d e~d e el fragmento h asta el todo. De un extremo
al otro , esos com partimientos son análogos. Se d ice
corrientemente que la filosofía de la historia es la in-
ter p retació n del sen tid o del conjunto dél pasado hu-
mano . Así, intervienen los dos pasos esenciales y
complementarios; "constitución de conjuntos" y "deter-
minación del sentido", ya sea q ue se tr ate de un hecho
parcial como la batalla de Canoas, o de un hecho des-
mesurado, como la evolución de una cultura .
El historiador que relata la batalla de Cannas nos
muestr a, en la prim era fase, la infantería romana que
presiona el centro d el ej ército cartaginés. Pero no se
ded ica a describir un movi mie~to, el choque de los sol-
24
. ·,
dados; nos vuelve Lr~teligih}e -el aqo.ntecimiénto al rela-
cionarlo con dos i_n tenciones: l a>d~ -AníbaC deseoso de
·e-nvolver a las legiones romanas; la de los romanos , em-
peñados en romper la línea enemiga. E n este caso
. simple , cap tar el sentido de un acto o de un hecho his-
tórico, es encontrar las intenciones .de los actores o .
incluso, en términos fe no m enológicos~ los contenidos ·
intencionales de sus experiencias -vividas.
E l ejemp lo elegido es p articularmente sencillo. La
intención en la conciencia del actor (al menos en la de
Aníba:I) coincide casi punto por pu nto con el desarrollo
de la ·b atalla . Esta coincidencia depende en pr imer lu-
gar del carácter es trictamente radón al de la intención
del jefe milita r, q ue e ncaden a rigurosa mente los me-
dios con ,·ist as a su fin . es decir maniobr a l a~ tropas
con vista<; a la victoria. Depende. en ~egu ida, del triunfo
de una volunt ad sobre otra . de layolun tad cartagi nesa
sobre la voluntad romana. Suponga mos q ue el acto in-
terpretado sea e l sacrificio de la.s vfctimas antes del
combate: el sentido buscado sería el del rito en el siste-
ma de creencias que lo hace inteligible. De golpe,
abordaríamos los equívocos múltiples de las sign ifica-
ciorles históri9as, el sentido original del rito y el sentido
actual , la creencia auténtica o el escepticismo ~el que
lo.reproduce, etcé tera: Una gran parte del trabajo his- ·
tórico consiste en p oner al día estos sentidos implicados
y superpuestos, en elucidar la actitud tomada por las .
diversas conciencias resp ecto de las significaciones
incl uidas en sus gestos. L as sociedades viv en sus tradi-
ciones:.el historiador se esfuerza ~n comprenderlas.
Por otra parte, es raro que la intención de un actor
se despliegue, pura e intacta, en la realidad. Las más
de las veces se desvía en el contacto con las r esistencias ·
(no siempre se tienen las armas que la táctica
requiere), o está atravesada por las- intenciones de
25
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' i
1
.otros actores ,(no hay -un solo plan de batall~, sino dos)
o impulsos irraCionales hacen olvida-r. a los propios ac-
tores su.finalidadver<;1adera y los inedios·empleados (el
_pánico ,se apodera· de una tropa). En resumen, la coin-
cidencia entre el acontecimiento y la intención es ex-
éepcional, la falla de la regla. La historia política o mi-
Jitar se sigue del entrecruzamiento de intenciones en
q~e las unas se conjugan y las otras se oponen, inten-
ciOnes a las que la realidad una y otra vez traiciona v
satisface. Ésa histori~ cgmprende lo que ha pasado po~
referencia a lo que se ha pensado; comprende lo-que se
pensó reconstituyendo la herencia d~l pasado que los
actores han encontrado frente a sí como situación
En este nivel inferior, se- percibe ya la solidaridad
entre significación y conjunto. En efecto. la batalla no
es una unidad espaciotemporal de orden material. Es
unidad por la significación que le prestan los actores o
el espectador. En el ejemplo de la batalla de Cannas,
son fácilmente visibles los límite.s en el tiempo y el es-
pacio, de manera que uno olvida fácilmente que la ba-
talla se destaca a voluntad entre una multiplicidad in-
definida de acciones individuales. _P ero si se piensa en
la batalla de fronteras (en 1914) o en la campaña de
Rusia (1941-44), se verá con claridad que el aconteci-
miento es una construcción del espíritu, más o menos
inscrita en la realidad histórica, ya que los actores mis-
mos han vivido el acontecimiento como una unidad.
pero con límites flotantes y siempre susceptibles de re~
visión según la curiosidad del observador.
Si el conjunto nosedesentrañamás que en relación con
el sentido, éste a su vez se distingue por relación con el
conjunto. Al poner la batalla en su lugar dentro del con-
j~nto, se co~prende el movimiento de cada cuerpo par-
ticular; al situarla dentro de la evolución de las guerras
púnicas se comprenden sus orígenes y sus consecuen-
26
das; al poner las guerras púnica$ e.!) su sitio dentro de
la historia antigua, en la lucha -por la h~gemonía del
mundo mediterráneo, en la oscilación ·entre la unidad
imperial y el equilibrio de las potencias, se comprende
la importancia de las propias guerras púnicas. En to -
dos los niveles, yase trate de un hecho parcial, aislado
entre las fronteras de un campo o los límites de un día ,
.o de un hecho inmenso, como el imperio romano o el
mundo medit~rráneo, el historiador elabora unidades
y obtiene significaciones, doble comportamiento
caráéterístico de la reconstitución del pasado.
Nada sería más útil al progreso a la vez de la lógica
de la ciencia y' de la filosofía de la ~istoria que un aná-
lísis riguroso de los diferentes tipos de conjuntos, de
arriba abajo de la escala. Sin duda existen enormes di-
ferencias entre un conjunto como la batalla de Mara-
tón y un conjunto como la Edad Media. Pero esas dife-
rencias, que no es imposible precisar, son de grado más
que de naturaleza.
El conjunto "batalla de Maratón" es un medio,
diríase, de agrupar todos los hechos que se produjeron
en el curso de una jornada en un lugar bien determina-
do del espacio; el conjunto "Edad Media" es un medio
para organizar unos siglos de historia, pero no para re-
lacionar los hechos particulares con el conjunto; per-
mite, al poner el acento sobre tal o cual aspecto de ese
periodo, recoger una parte de la realidad, desatender
otra o por lo menos; subordinar lo secundario a lo
esencial. En otros términos, . el primer conjunto
serviría· par~ agrupar, el segundo para elegir y orien-
tar. Pero esta oposición no es absoluta. Lo que ocurrió
en la conciencia de los guerreros griegos o persas, en el
curso de la famosa jornada, desaparece enteramente
del relato; los acontecimientos no se retienen más que
en función de la batalla, plan de cada parte, choque de
27
 los ejércitos, triunfo de los ciu<:ladanos atenienses.
la
Dicho de otro modo, la <:!kccíón y orientación no es-
tán ausentes del conjunto parcial, au.nque estén ate-
nuadas. · ··tos más vastos, las civilizaciones (o ··culturas" ;n el vo:
Los actores, se dirá todavía, pensaron la batalla co-
mo tal; la Edad Media es una noción retrospectiva.
Cierto; pero las guerras médicas fueron ya menos cla-
ramente pensadas y, si la Edad Media no se pódía pen-
sar como tal dado que se define por su porvenir, la idea
de una época posterior a la del imperio romano fre-
cuentaba las conciencias, atraídas por la idea imperial
mucho tiempo después de la desaparicióiJ. de la reali-
dad imperial. Es, por lo tanto, cierto que el historiador
a veces recoge los nombres de los conjuntos (formación
política o periodo histórico) del mismo pasado que re-
anima, y a veces los proyecta sobre existencias muer-
tas. Pero no construye jamás el conjunto si· no está ál
n1enos esboza'p o en el pasado vivido; repiensa siempre
el conjunto que le proporcionan los documentos.
En este ejemplo, la oposición esencial se da entre el
conjunto estático y el conjunto situado en un devenir.
La Edad Media no se comprende más que por lo que la
precedió y lo que la siguió, por el mundo antiguo y los
tiempos modernos. Una batalla, un tipo de organiza-
ción estatal , un régimen económico, pueden compren-
derse en sí mismos, relacionados con sus propios prin-
cipios. Se sigue de múltiples distinciones quesería inte-
resante profundizar. Las rela9iones entre personas,
entre ideas, entre fuerzas materiales que constituyen la
, unidad de un régimen económico no se encuentran tal
cuales ni en un conjunto político ni en un conjunto de
cultura. Un conjunto puramente ideal, como una· reli-
gión, tiene una estructura distinta, un modo de perma-
nencia y de transformación distinto de un conjunto
real como el régimen capitalista.
28
·. · ~11 · En el punto de vista en que- n_o~ e~c<:>~tramos.' es d~­
: bir para trazar lafrontera entre;l~:menc1a y la filos?fla
:· de la historia, el problema esenctal es el de los conJun-
cabulario de Spenglér). Más precisamente a~n: ¿que
.. pasa cuando el historiador, para ?aptar el conJunto· del_
pasado humano, elabor~ ~na um~a?·.que. engloba rea-
·lidades radicalmente d1stmtas, c!vÜizactones que no
han tenido relaciones efectivas? Mie.ntras uno se man-
tiene dentro de la civilización occidental moderna,
se tiene la impresión de no salir. de una cierta unidad
histórica. Hay acuerdo en que esa unidad es vaga, en
que sus límites son indistintos, en que la transición .del
mundo antiguo a la Edad Media o de la Eda~ Me~ha a
los tiempos modernoses insensible y que los histonado-
res pueden retrasar o adelantar el corte a su gusto. Esas
incertidumbres son· inseparable$ ·de la realidad Y del
conocimiento histórico. El mejor método para supe-
rarlas es instalarse en el corazón mismo del periodo o
de la civilización en cuestión y remontarlos de cerca
hasta el momento en que los rasgos distintivos se
borran y dejan percibir un conjunto esencialmente dis-
tinto. .
Pero cuando el historiador tiende a una historia um-
versal o a una historia (o sociología) comparada de las
civilizaciones. surgen dos nuevas dificultades. ¿Cómo.
se delimitan las · unidades superiores que ·Sp>englero-
bautiza como "culturas"·? ¿Cómo se las define? ¿Cuán-
tas de ellas se ·pueden contar? Por otra parte, ¿habrá
que limitarse a yuxtaponer "culturas'? Y ~i s~ ~retende
integrarlas en el conjunto de. ~na h1stor.1~ un~~a, ¿de
dónde se obtendrán los princ1p10s de umhcac10n?
En este nivel, al parecer, el espíritu es capaz de enca-
minarse por dos vías divergentes. o. bien preter,tde de-
sentra·ñar a partir de la realidad m1sma las umdades,
29
!O
el ritmo de evolución propio, la na~u-raleza esencial de
cada una de ellas, o bien pretende capt-ar la verd~d del
pasado a partir de una filosofía total de.hombre, y que
la verdad de esa filosofía le gar.antice la verdad de la
interpretación que propone elpaSado. Por una parte,
Spengler, por la otra, ~gelf O el conjunto (así sea
múltiple) es real, o el conjunto es en principio el de la
verdad, incluso si la verdad se.transforma a lo largo de
la historia.
Sin duda, se alegará que incluso en la historia universal
que no aspira más que a reflejar lo real, intervienen las
decisiones filosóficas. ¿Qué cabrá en esa historia? ¿Qué
sistema abstracto de valores está implicado en los dife7
rentes sistemas más concretos -con avuda de los cuales
se interpretan las "culturas''? Una ¿ierta filosofía está
implícita en toda historia universal, y esa filosofía se
proyecta siempre sobre los documentos, tanto como es-
tá sugérida por ellos. A pesar de todo, una historia uni-
versal o una historia co mparada de las '·culturas" a la
manera de Spengler es a la vez más ambiciosa y más
modesta que una filosofía de la historia. Más ambiciosa
porque pretende leer en la realidad misma las grandes
líneas del d:evenir. Más modesta porque no se propone
explícitamente al.canzar la verdad del hombre.
Falta saber si una verdadera filosofía de la historia
no es a la vez más honrada y más instructiva que las
filosofías camufladas bajo una apariencia empírica.
Para que haya un conjunto del pasado humano y se
pueda interpretar su significación, ¿no es necesario
que el historiador filosofo conozca la verdad del
hombre y de su devenir? El pasado se constituye en
unidad y la sucesión, gloriosa·y sangrienta, de las ciu-
dades y de los imperios toma sentido en relación con la
libertad de! e5píritu, consciente de sí mismo, o eh rela-
ción con la sociedad· sin clase§. . dos los órden~.s de la actividad humana, individual y
30
El marxismo es la únicq filosofí~ de la hlstoria en este
último sentido que acabamos de s~ñalar: es decir la
_única inte~retación del pasado humano en su conj~n­
.to .en funcwn de una metafísica que ejerce hoy en día
· u:ha influencia extendida y profunda sobre la éiviliza-
.. ción occidental. Sin embargo, La may.o.ría de quienes lo
profesan, al haber perdido el reQuerdo de los orígenes
hegelianos de su fe., y al trasponer· el materialismo
dialéctico al plano de la ciencia y del hecho, degradan
su filqsofía en una ideología justíficatoria.
En cambio, las tentativas de historia universal o de
sociología comparada de las "culturas", las filosofías
de la historia con pretensión empírica al estilo de
$p_~~.gler ·o de Tqy:nbee, parecen una originalidad de
nuestra época. Incluso rechazadas por los historiado-
res, influyen sobre la conciencia histórica de nuestro
tiempo.
Esta confrontación nos parece instructiva. La única
filosofía de la unidad humana a través de la historia
data del siglo pasado. Las filosofias de la pluralidad
irreductible son de hoy día. Esta simple proposición,
correctamente entendida, nos revelará, en mi opinión,
lo que caracteriza la situación reciente de la filosofía
de la hist9ria en el pensamiento occidental.
La decadencia de la filosofía de la historia es, en un
sentido, la contrapartida del progreso. Por él también,
la ciencia, la exploración minuciosa y paciente de la
realidad, exorciza las represenfaciones legendarias o
esquemáticas. Jamás, en ninguna época, han tenido
los hombres el espectáculo de tal diversidad; jamás
han dispuesto de tal experiencia política, social, econó-
mica; jamás h¡m sabido con tanta claridad que en to-
31
 colectiva, diversas inslit nciones son igualmente po-
sibles, igualmente viables, igualmente.transitorias. Ya
se trate del paso de la democracia a la tiranía, de la ini-
ciativa privada a la organización administrativa, de
las naciones a los imperios, el pasado nos ofrece inme-
diatamente ejemplos que, ante el llamado del histo-
riador y del hombre de acción, toman vida Ynos pro-
ponen lecciones contradictorias, siempre sometidas a
nuestra voluntad.
La ampliación del pasado conocido, la acumulación
del saber histórico, atacan con justo descrédito a las
simplificaciones de los filósofos vulgarizadores, el or-
gullo ingenuo de quienes, todavía ayer, ponían a
nuestra civilización por modelo y juez de la civiliza-
ción. La~ historias universales o las sociologías de la
· ··cul tura" prolongan ese movimiento. Dado que hay
una pluralidad irreductible de regímenes sociales, de
instituciones políticas, de concepciones del mundo, el
historiador debe esforzarse en comprender cada una
de esas formas en su singularidad, de encontrar el im-
pulso inspirador, el genio propio de cada gran unidad.
Lo que Meinecke llama Historicísmq, la conciencia
atenta a las existencias vividas y a las obras creadas por
el hombre a través de los siglos en su riqueza inago-
table, es incontestablemente un rasgo esencial de
nuestra concienCia histórica.
Sobre esta pluralidad incontestable se ha injertado
una filosofía del pluralismo que excede ampliamente
•
t
todos los datos de hecho. Cuando ~gl.~r nos presen-
ta las "culturas", encerrada cada una en su soledad,
,,' incapaz de comunicarse con otras, excede tanto a la
experiencia en el sentido de la pluralidad como a las
filosofías de la historia en el sentido de la unidad. To-
, das las visiones globales del pasado, ya sea que se pre-
tendan empíricas o que se confiesen metafísicas, están
32
, como hemos mostrado,· a perspectivas elegidas
el intérprete .. ~~¡- elige"qponer "culturas" y
. la oposición tan lejos que; ··interpretada literal-
'· ~-· -:d:íente, su teoría eliminaría ~a p·osibilidad misma de su
: . >obra. Si !as culturas· son íncapaces··de comprenderse ,
... e.n tre sí, ¿por qué sólo · s,~A.r sería capaz de
comprenderlas todas?
. En una forma menos rígida , .la filosofía del pluralis-
mo está por lo tnenos sugerida por el espectáculo de las
riquezas humanas y la observación de tos elementos
irradonales, los sentimientos, las creencias religiosas,
los estilos artísticos. A partir del momento en que uno
atiende al· eterno surgimiento de mitos y artes tanto co-
mo al progreso del saber y del poder, la histori a se
deshace inevitablemente en un número indefinido de
humanid ades, cada una dedicada a una cierta manera
de sentir , de vivir y de imaginar el vasto universo.
Se llega así a una filosofía de la historia caracteriza-
da por una resuelta negación de la unidad histórica. Es
posible ver en el devenir una simple degradac~ón del
ser que, en sí mismo, es inteligible fuera del hemp~.
En este caso, la historia se disuelve en un ensamblaJe
de hechos más o menos accidentales,. más o menos liga-
dos por relaciones causales. No existe conjunto históri-
co. No existe realizaeión del hombre o de la idea a tra-
vés del devenir. Una negación tal de la historia (que es,
por lo menos en términos generales, característica del
pensamiento· antiguo) no--revela crisis espiritual. El
hombre encuentra el principio de orden· en el cosmos y
descubre su fin inmutable en la realización desuesen-
da. Púo la negación de la unidad histórica por la
filosofía moderna del pluralismo es de una naturaleza
del todo distinta. Ésta no disuelve el conjunto histórico
en un caos en el que el individuo o la colectividad,
libremente, se abrirían su camino o cumplirían su vo-
33
cación: reconoce conjuJ:?.tOs históricos, cada uno real,
cada uno constrictivo par~ los horp.l~res que forman
parte de él. .Cada conjuntase desarrolla según.su .p ro-
pio ser, a la manera de una planta.~onde~ad~ a I?arc:hi-
tarse al día siguiente de su floracwn. H1stona tirámca
y sin finalidad; sin unidad global pero con unidades
parciales: tal es la filosofía dogmática del pluralismo·
que pesa sobre nuestra conciencia.histórica. No habría
conjunto total, lo mismo que no habría significación del
todo.
El marxismo, por el contrario, desentraña la reali-
dad del todo prestándole una significación. Al superar
el capitalismo, al crear una sociedad donde el indivi-
duo se comunicaría sin inteimediación con el Estado,
lo particular con lo universal, al tomar posesión de sus
alienaciones, el hombre llegará al reino de la liber-
tad, se realizará. La procesión de regímenes sociales,
indispensable para ese devenir del hombre, tomará
una significación en una historia total (total no en el
sentido de que recoge todos los hechos, lo cual es ab-
surdo, sino en el sentido de que los relaciona todos a la
verdad del hombre). La lucha de clases, ligada ella
misma con las relaciones de producción, permitirá
captar todas las.épocas y todas las sociedades en su ver-
dad. No es que, como quisiera una filosofía positivista,
las relaciones de producción determinen todo (lo cual
no es pensable), sino que el desarrollo de las fuerzas
productivas, lás relaciones de producción y los conflic-
tos de clases permiten fijar las etapas de la dialéctica
por la cualla humanidad tiene acceso a la libertad.
El marxismo, sea cual fuere la fuerza política que
posee, frecuentemente, por lo demás, en una forma
vulgarizada, me parece una cosa perteneciente ya al
pasado. Por su optimismo, es del siglo XIX. En el fondo,
no da respuestas a las interrogantes que suscita su pro-
34
desarrollo o el desarrollo de ·tas formaciones histó-
que se dicen derivadás de é~'< ·
. . La originalidad decisiva de 1~ Civilización occiden-
: . ;tal en los tiempos modernos, consiste en la elabora-
.Ció~ de la- ciencia positiva y de las técnicas industriales.
·'el poder que el hombre se ha dado así sobre la materia
y sobre sí mismo. 'El optimismo histó~ico es~á.l~gado a
la fe en la ciencia o, más bien, en la v1rtud ctv1hzadora
de la ciencia. El saber debía derivar en sabiduría. El
hombre, amo y señor de la natúraleza, debía adquirir
al .própio tiempo el dominio de sí mismo. Despues del
triunfo sobre las cosas, la paz entre los hombres se
establecería por sí misma.
La Hlos.ofía ~ marxista no admite ciertamente un
progreso unilineal, fatal. Proclama la necesidad de la
lucha para superar las contradicciones.?\ o trata tampo-
co explícitamente el progreso. Pero, en ia interpretación
que le dan los fieles, comporta un equival~nte: el de-
sarrollo de la ciencia y de las fuerzas productivas condu-
ce efectivamente a la liberáción del hombre, con la sola
condición de que en un momento dado el sistema capita-
lista sea abolido y la propiedad colectiva se instaure. En
otras palabras, el marxismo sostiene que la humanidad
alcanzará el dominio de sí misma al mismo tiempo que
el dominio de la naturaleza, siempre que una revolución
haya otorgado el poder a la clase obrera organizada.
Así, la experiencia del socialismo en un solo país ha
,
mostrado por lo menos que con la explotación capita-
lista no desaparecen ·todas las formas de explotación.
Ha mostrado que la tiranía burocrática es uno de los
modos posibles del régimen que-sucederá al del merca-
do y la iniciativa privada; ha mostrado que la manipu-
l
lación de las multitudes, junto con la manipulación de
la naturaleza, permite a una élite dirigente gozar de
una especie de poder absoluto, comparado con el cual
35
13
el poder de los reyes o de los dictadores de ayer p.ar~ce a son pues igualmente · cara.c:~.erís~icas de nuestro
tan risible como las lanzas junto a lós.fusiles o los cano- La humanidad tiene ·conciencia de haber
nes de 75 mm junto a la bomba atómica. . ·· ernpre~dido una aventura en la que se juega el alma y
J...a.,~Rsióa..de.,la~i<J,nosot~p.Lw.:.'!lis~Be la histo- ;: ·· la existencia. Ya no podría abandonarse a los dioses
ria, la declinación de las (U.gsgJiª~'·llE~i!!!rLas:"que, desde la
· .ilusorios del progresó y de historia. Su nostalgia no
sart. e.,g~.Q , encontraban, en la procesión· de imperios se nutre del lamento por los esquemas cómodos, li-
o de regímenes sociales, las etapas del ascenso huma- quidados por los éxitos de la erudición. Acepta la p a-
no , me parecen iguaLmente características de la si- ciencia y la lentitud de una exploración esencialmente
tuación presente. Jamás la humanidad, a todo lo in acabada. No se resigna a no pensa~ ,. a no desear ya
ancho del planeta, había estado tan cerca de constituir un porvenir.
una unidad. Ante la ciencia, orgullo de Occidente y
fuente de su fuerza irresistible, las resis~encias de las
viejas civilizaciones del Extremo Oriente se han venido
abajo y la civilización mecanizada, en ·el curso de la
guerra recién acabada, ha dado la vuelta triunfal al
planeta. Pero OcCidente, desde que no está seguro de
que de la ciencia nazca la sabiduría, desde que no sabe
si será él mismo víctima de sus creaciones, se pregunta
si prefiere aquello que aporta o aquello que destruye.
Deplora el encanto de las existencias singulares ahoga-
das en el ruido de las máquinas y cubiertas por el humo
de los altos hornos.
Desde que la fuerza que efectivamente unifica a la
especie humana, la ciencia y la industria, no inspira ya
la misma confianza que en el siglo pasado, las filosofías
universales se han visto quebrantadas. El Occidente ya
no cree en sí mismo si no cree en la virtud de su obn1
más grandiosa. Privado de cosmos y de historia, el
hombre se encuentra rechazado hacia la relación única
con Dios. Negativo o positivo, el existencíalismo, ya
sea cristiano o ateo, es el desenlace de una crisis que ha
privado al hombre tanto de orden natural como de or·
den histórico ; para dejarlo, solo· .y desnudo, ante un
destino misterioso.
La ausencia y la necesidad de una filosofía de la bis-

36 37

11-
j'
:J
II. LA NOCIÓN DEL SENTIDO
DE LA HISTORIA
· ;; en una trampa mágica, los obreros que, desde hacía me-
Tooos pensamos históricamente. Trátese del destino de
Francia o, más modestamente, de la política por segu ir
en Argelia, buscamos espontáneamente los preceden-
tes en el pasado, nos esforzamos por situar el momento
presente en un devenir. ¿Está Francia en el camino
que llevó a España a la deQadencia? Los movimientos
nacionalistas de África. ¿son irresistibles? ¿Precipita-
rán al conbncnte negro hacia el caos o el comunismo?
¿Aislarán el pequeño trozo de Asia. amenazado al
Oriente por el imperio soviético, bloqueado al Sur por
ei despertar del Islam?
~uestra conciencia política es y no puede dejar de
ser conciencia histórica. En medio siglo, las relaciones
de fuerza se han subvertido más que en ninguna otra
épQca. Centro de la política mundial a principios del
siglo, Europa, desgarrada por dos guerras terribles, ha
perdido su potencia y, en gran medida, su independen-
cia. Inevitablemente, nuestra conciencia histórica está
marcada por nuestra experiencia. Lo preCJario de las ci-
vilizaciones se nos ha vuelto.evidente.
Sin embargo, nos equivocaríamos al pensar que una
vaga angustia por el porvenir es lo único que domina
nuestra conciencia histórica. Habría que añadir por lo
menos otras dos convicciones o experiencias: el asombro
ante la prodigiosa capacidad para producir (pero tam-
bién, ¡ayl, para destruir) que el progreso de la ciencia
ha conferido a los hombres; la admiración, más a menu-
do. inquieta que confiada, ante la profundidad de las
38
":-: transformaciones que los acontecimientos, guerras o re-
. voluciones, parecen aportar a la organización de l~
sociedades y a la conducta de los hombres. Viví en Ale-
mania los meses patéticos del año 1933, cuando, de una
. semana a otra, las calles de Berlín se llenaban de unifor-
-mes pardos, cuando parec~:-m desaparecer súbitamente,
.., dio siglo, daban sus sufragios a un socialismo civilizado,
y la voz de los ,hombres de cultura, herederos de una
gran tradición, · se veía ahogada por los ecos que
repercutían en todos los altoparlantes de los aullido..;
roncos de un cabo austriaco .
InCluso si no perteneciéramos a una civilización for
macla por el cristianismo, difícilmente pod rí arno~. vn
la milad del siglo xx . pensar a la manera ele los griet[<J' :
no ver en los acontecimienlos más que los reflejo:- dv
formados de las ideas o del cosmos. En todo caso. nu"
tentarían más las concepciones de Tucídides que la ~ dt ·
Platón. Como Tucídides buscó v encon tró el orden,. Lt
1,m idad de ese conjunto desm~surado que llama;llo-.
gu~ga del Peloponeso, así nosotros interrogamo'> .1
nuestro siglo con la esperanza de captar las fu erí'.<l',
profundas que lo agitan -ya sea la ley que gobierna al
aparente tumulto , ya sean tal vez las constantes de la
naturaleza indivipual y colectiva- y que vuelven intt·
ligibles esas guerras monstruosas e inútiles, esas revoh1
dones que se alzan contra regímenes que afirman pri11
cipios opuestos empleando las mismas palabras.
Dicho de otro modo. nuestra experiencia misma nu-.
imP.one por así decirlo 1LnC9_~sidad de atribuir impw
tancia y significación a la fortuna..c ambiante de las ar
mas y las leyes, las ciudades y los regímenes, a las altc1
nancias de guerras y revoluciones, de gnwdeztt ' 1
degradación en que meditamos, a través de los siv;Jp-.
filósofos y analistas.
16
 Sin embargo, la evocación de Tucídides bastaría pa-
ra recordarnos, si fuera necesario, quel~ forma que to-
ma la conciencia histórica en las filosofías modernas de
la historia, no es el efecto puro y simple de las catástro-
fes de nuestro tiempo. Tucídides.com.prendíaJa .guerra
del Peloponeso, la lucha llevada hasta el agotamiento
de los combatientes, la derrota de Atenas, :c.efiriéndos~
~ .las. pasiones. e.ternas que defirum la..,natw:.aleza del
hQmbre. La victoria de Esparta no estaba inscrita de
antemano en el libro de la Historia, el imperialismo no
conde naba mora lmente a Atenas y, sí la gloriosa
ciud ad e ra en un sentido responsable de su propia
ruina, esa responsabil idad era comparable a la del
estratego IJlH:·. por .'> US errores, precipita 1a derrota de
sus cit:r<:itos n ia d<:l simple mortal que. arrastrado por
el apel ilo ele dor11in8ción y gloria, acaba por provocar
contra ~¡ l a coalición de aquellos a quienes su orgullo
l·1a desafiado.
'L1l ,·ez la evocación que nos ofrece Tucídides sea,
por contraste_ la mejor introducción al análisis de lo
que se h a llamado en nuestros días sentido.. de la hísto-
¡ja. En efecto, en la acepción que los cristianos y los
marxistas dan a este concepto, Tu~ídides no conocía el
sentido .de La .historia. La guerra del Peloponeso tiene
un finaL benéfico o deplorable, según las preferencias
de los obsen·adores; no tiene un fin que pueda parecer
su justificación o su razón de ser. Esparta ha luchado
po~ las lih<:>rtades de las ciudades g¡;iegas que ponía en
peligro el im perialismo de Atenas. Esta se había vuelto
odiosa para sus aliados al tratarlos como satélites. El
historiador se inclina a considerar que los hombres
abusan siempre de su poder y se ven llevados por su vo-
luntad de poder a condncí r como amos y no como
guías y a despertar en cons<:'cuencia la amargura , en
lugar de conservar la amistad. El corazón humano está
40
en el origen de esas conmociones trágicas que arreba-
tan a las civilizaciones. Tal vez:puooa decirse que esas
conmociones son inevitables en la medida en que lo son
el deseo de reinar y el domii;liO del más fuerte. Pero es-
ta fatalidad está inscrita en la naturaleza del hombre,
y ésta no cambia. L..ª~gveua d~l.I~elop.aneso .te¡;minó e n
~wrta.. fecha. y la rendición .de.Atenas marca su térmi-
no . P.er.o_._ese términ.o no .es un fin significativo que
fuera o debiera haber sido deseado por una voluntad
bienhechora. Una vez alcanzado el fin, la humanidad
sigue siendo semejante a sí misma, ninguna etapa se ha
franqueado en el desarrollo de las instituciones . L a
guerra del Peloponeso es inteligible a la manera ele un
drama en que una mezcla de decisiones reflexionadas.
de falsos cálculos, de impulsos irracionales , de azares ,
ha determinado su curso. Se trazan por fin las gr andes
líneas de un destino·que parece exterior a cada uno de
los innumerables actores, porque es el resultado, com-
prensible pero no racional, de su concurso y su lucha.
Por el contrario, se dirá que la historia tiene un senti-
do sí el final de la aventura - la sociedad sin clases por
ejemplo- apareceretrospectivamentecomola meta ha-
cia la cual tendían, consciente o inconscientemente, los
actores de ese drama de siglos. Ni los capitalistas, obsti-
nados en defender la propiedad privada de los instru-
mentos de producción, ni los proletarios, alzados contra
la explotación, saben la obra de que son, todos juntos,
artesanos. Ellos también, como los actores vistos por
Tucídides, son·juguetes de sus pasiones. No es necesario
que una Prpvidenci.a colocada por encima del tumulto
oriente la Historia. El fin, que nadie desea pero que
debería haber sido deseado por todos sí todos lo hu-
bieran comprendido de antemano, surge espontánea~
mente, necesariamente, de las acciones y reacciones
entre los individuos y los grupos.
41
17-
·i
En ese punto del análisis, la objeción surge por sí mis-
ma: ¿por qué la historia desembocarÍaí· ~n estar dirigi-
da por una conciencia, en un fin que po<?ría haber sido
una meta providencial? Si, en la sociedad sin clases, el
hombre cumple su vocación y descubre el misterio de la
historia y de sí mismo, ¿por qué una historia que no
estaría gobernada por nadie, que estaría librada a los
determinismos de los .individuos y las clases en lucha, se
dirigiría infaliblemente hacia ese término? ¿Por qué la
aventura ha de terminar bien? A esta pregunta, se res-
ponde generalmente que las filosofías de la historia son
la secularización de la visión judeocristiana. Es cierto: la
filosofía auténticamente cristiana es la que se niega
a prestar a la· sucesión de imperios y regímenes una sig-
nificación absoluta. El cristiano es aquel que no en-
cuentra --sentido a la sucesión de acontecimientos más ·
que por referencia a lo trascendente. Para el cristiano,
la verdadera historia del individuo no es la de la carrera
y los honores, sino la de las relaciones del alma con su
creador. Para el cristiano, la verdadera historia de la
humanidad no es la ·sucesión de imperios y ciudades, de-
mocracias y despotismos: la verdadera historia está es-
cindida por un acontecimiento -la llegada de
Cristo- que ocurrió en cierta fecha y en cierto 1ugar,
pero que trasciende las noticias de la historia política o
económica. Detrás dé nosotros, la venida de Cristo; de-
lante de nosotros, el fin de los tiempos: tal es la historia
sagrada de la humanidad, que para los ojos del cristiano
es el verdadero sentido de la historia profana.
Si, en rigor , el sentido cristiano, o sea, trascendente,
de la histori a impide dar un valor absoluto a la suce-
sión de los acontecimientos, el hecho es que la con-
cepción cristiana ha estado sie mpre expuesta a una in-
terpretación h erética e inmanentista. Los milenaristas
creían en el regreso del Cristo y en un reino d e mil
42
años. El. reino de Dios se buscaba no en la intimidad
del alma sino en cierto régimen c;le abundancia o de
justicia . De múltiples maneras, ~~· P-~-~ deJ septidQqi~-­
,ti.aQO_.aLsentido ~p.r:ofano_ de la historia, ya sea que se
espere para fecha próxima lo que vendrá con la con-
sum ación de los siglos , ya {lea que se espere de las insti-
tuciones lo que sólo la pureza de corazón o la gracia
pueden asegurar.
Sin embargo., la secularización de las esperanzas está
lejos d e ser el único origen de las filosofías laicas del
sen tido de la historia. En ciertos aspectos, las filosofías
modernas y optimistas de la historia se formaron.
sobre todo en Francia. por oposición a una representa-
ción cristiana y pesimista de !a historia . Se ha creído en
el.progreso porque se ha creído en la potencia dem iúr-
gica de la razón. de la ciencia , porque se ha c:reído c~ n
la bondad del hombre, en la capacidad ele los h omb r e~
para gobernarse y. por así decirlo, de hacer<;e a si mis-
mos. Se diría que una filosofía como el marxismo está
muy alejada de una filosofia del progreso corno la de
Condorcet, y no lo negamos. La filosofía marxista ate-
núa el optimismo del progreso, ya que rechaza a éslc
más allá de las catástrofes apocalípticas. Se trata,según
una expresión que he usado muchas veces, de un opti· 1
-· mismo catastrófico. Además, en vez de es¡Jerar que la
'
educación y, la ciencia conduzcan a una sociedad hu- 1
mana y justa, el marxismo sostiene la lucha implacabl(·
de las clases como motor indispensable de la historia. A
la vez, fija las etapas principales del devenir hum ano.
caracteriza cada etapa por un ' cierto estado del de-
sarrollo de la.<> fuerzas p roductivas, explica el paso de
una etapa a otra por las contradicciones en el interior
de los regímenes y, finalmente , espera de la revolución
socialista la liquidación de las últimas contradicciones.
No por ello deja d e ser cierto que la orientación ge-
43
J8
neral de la historia est ;\ fij a da por el desarrollo de las
fuerzas productivas. es dt-<;ir por los-_conocimientos
científicos y su aplicacíCm a la industria. La sociedad
sin clases será el término último de las luchas históri-
cas, porque a través de éstas progresa el dominio del
hombre sobre la naturaleza. El mar.xisma..no es una
doctrina del progreso ya que no concibe un movimien-
to indefinido hacía una meta jamás alcanzada. Es una
doctrina dialéctica dado que anuncia una solución de
antinomias en un estado q ue marcará el fin de la
prehistoria si no el de la historia. Pero el motor de esa
dialéctica, como en la filosofía del progresb, es la ra-
zón, es decir !a ciencia y la industTia.
El marxismo no se puede entender solamente, co mo
es costumbre. por refere ncia a la idea judeo-cristiana
de! reino milenario o del reino de Dios. \tfás que una
secularización de la esperanza cristiana , es una versión
dialéctica del racionalismo del progreso. define el tér-
mino de la aventura por ciertos acontecimientos preci-
sos, posibles o reales (propiedad colectiva, poder del
proletariado, desarrollo de las fuerzas productivas).
En relación con una crítica que se aplicaría al pen-
samiento histórico, como la crítica_kant~n.ª-se aplicó a
la ciencia natural , la concepción .~de 1,;1n_sentido de la
historia se presta a una t:t:.iPJ~. discusi_{>_n. El sentido de
la historia, en su interpretación presente, de origen he-
geliano y marxista, es a la vez el desenlace necesario
del devenir y el cumplimiento de la vocación humana.
Se pondrá en duda esta coincidencia. ¿Se puede garan-
tizar que el determinismo cumplirá por sí mismo lo
que el corazón humano espera? ¿Cómo una necesidad
material o pasional será al mismo tiempo el demiurgo
bienhechor? Más aún, a un nivel menos elevado de
abstracción , ¿por qué estaría de antemano asegurada
la victoria del proletariado y del socialismo?
44
· Esta primera discusión lleva ya ·a otras dos: ¿hasta
dónde puede preverse el porvenh:-histórico? ¿En qué
medida está determinado de manera que sea conocido
para los actores antes de realizarse? Nos falta espacio
aquí para desarrollar lo analítico de la causalidad his-
tórica, que creo haber ~hozado en mis libros: la Intro-
duction a la philosophie de l'histoire y L'opium des
intellectuels.Me limitaré a retomar aquí el argumento
esencial.
No es más difícil teóricamente captar una relación
cattsal proyectada hacia el porvenir que comprobada
en el pasado. Pasado y.futuro son, en tan~o que ta.les,
homogéneos. Se prevé en la medida en que se exphca.
La necesidad causal, da la posibilidad de prever. Pero,
en toda ciencia, lo mísmo que en la ciencia histórica.
se establecen relaciones causales sólo entre hechos
aislados, sacados de su contexto, no entre unidades
globales. En materia de historia, los vín~ulos causales
que se llegan a establecer entre hechos a1slados son la
mayoría de las veces inciertos, equívocos, por múl-
tiples razones: porque los hechos están imperfectamente
definidos , porque las series no son jamás enteramente
aislables, porque los fenómenos exteriores pueden
modificar, desviar o paralizar el curso previsto de los
acontecimientos. La ·p-revisión histórica parcial -¿se-
rá tal régimen derrocado por una revolución?- es tan-
frágil como la explicación retrospectiva de las revolu-
ciones.
La previsión que la interpretación determinista del
sentido de la historia afirma poseer sería total. No se
contentaría con fijar las consecuciones necesarias entre
hechos aislados, englobaría al conjunto histórico. Sin
duda no queda excluida la posibilidad de captar ciertas
tendencias de evolución histórica, por ejemplo, en el
órden económico-social, la urbanización, la "masifica-
45
17
ción", la ampliación de las funciones económicas del
Estado la elevación del nivel de vída de las pobla-
ciones 'occidentales. Pero es en especial imprudente
extrapolar indefinidamente: la escasez de materias pri-
mas puede poner término al crecimiento económico, la
dispersión de las poblaciones puede ser provocada, en
un estadio ulterior, por un estado, hoy desconocido , de
la ciencia y la técnica. Si es erróneo considerar segura
la continuación de un movimiento en una dirección
determinada, ¿cómo puede proclamarse fatal la victo-
ria del socialismo o de la Unión Soviética? En reaHdad,
la parte del socialismo que uno tiene der~cho a consi-
derar fatal se encuentra en Est_ados Unidos lo mismo o
mejor que en la Unión Soviética: son los elementos del so-
cialismo que traen consigo el desarrollo de las fuerzas
productivas y la concentración urbana de las poblaciones
industriales. ·
Si la previsión de un porvenir a la vez global e inevi-
table supera las capacidades del entendrmiento huma-
no, la determinación del fin de la prehistoria, es decir,
la definición de la sociedad que marcaría el cumpli-
miento de la vocación humana, comporta una alterna-
tiva cuyos dos términos son ca<;i igualmente engañosos. O
bien se define el fin de la prehistoria por un aconteci-
miento profano sin misterio y sin milagro, y este fin no
está fuera del alcance del hombre. Pero uno se pregun-
ta por qué se transfigura un episodio prosaico: por
ejemplo, si la ruptura con el curso ordinario de lasco-
sas humanas es la toma del poder por el partido comu-
nista o la nacionalización de los instrumentos de pro-
ducción, uno se asombra del privilegio desmesurado
que el filósofo acuerda a un incidente, favorable o
deplorable, pero que no camb.i a en nada las bases fun-
damentales de los problemas con los que el hombre,
desde hace miles de años, se debate. O bien la ruptura
46
~stá definida por atguna novedad radical: el dominio
total del hombre sobre la naturaleza, un desarrollo tal
de las fuerzas productivas que las rivalidades entre las
clases por el reparto de los beneficios se borren y que se
inaugure el reino de la abundancia. En este caso, sin
duda, los problemas de la vida en común no estarían
resueltos sino modificados; en las luchas entre grupos e
individuos, estarían en juego el prestigio y el poder
mientras que la distribución de los recursos colectivos
ya no suscitaría competencia. Per~ ninguna revolució,n
económica o política promete abnr, en un futuro pro-
.. ximo, el reino de la abundancia, y todos los regímenes
económicos, capitalista o soviético, contribuyen a
acercarnos a ella, en la medida en que mejoran la pro-
ductividad del trabajo.
Cualquiera de los términos de la allernativa_ q~le t:no
elija, no se ve razón alguna para acordar un p~Ivlleg1?1a
una de las modalidades actuales de la soc1edad m-
dustrial. Se puede discutir sobre las ventajas y los incon-
venientes de la propiedad individual o de la propiedad
colectiva de los instrumentos de producción: ni una ni
otra garantizan, como tales, la humanidad o la eficacia
del trabajo en común. Asimismo, se maldigan o acla-
men las consecuencias de una planificación central, ni
la igualdad ni la libertad de todos los individuos están
consagradas por la eliminación de los mecanismos de
mercado. El socialismo no hace surgir riquezas insos-
pechadas e inexplotadas. Los amos del poder, los gt:S-
tionarios de las empresas, allá como aquí, mañana
como hoy, deberán imponer a los trabajadores las
ingratas disciplinas de la organización colectiva, incitar
al esfuerzo y retribuir el rendimiento, combatir la pere-
za y castigar la negligencia. SimQne..M'eil~lo había visto
en su ensayo sobre el marxismo: lo que la industria mo-
derna tiene de inhumano no se puede imputar al estatu-
47
 to de propiedad, sjno al impúrativo del rendimiento, del
que no puede escapar ningún régimen . .
La altern ativa del nconlccünicnto posible p ero tri-
vial o del acontecimiento grandioso pero perdido en las
brumas deL porvenir es Lanlo más evidente cuanto que
1
el curso del siglo xx ha refutado la visión '
histórica ,
característica del marxismo de,M;:p;x.. Este había pre-
tendido combinar dos interpretaciones de la historia ,
una por la lucha de clases y la reconciliación final en la
sociedad sin clases, la otra por el desarrollo de las fuer-
zas productivas. Pero la síntesis exigía que el desarrollo
de las fuer zas productivas y la dialéctica de la lucha de
clases fueran acordes, es decir, que la revolución so-
cialista debía p?oducirse después del desarrollo de las
fuerzas producti\·as y resolver el conflicto creado por
la imposi bilida d de proseguir el desarrollo en el marco
del capitaiismo. Ahora bien, el desarrollo de las fuer-
zas productivas o, sise p refiere, elcrecimíento económico
continuo en el marco del capitalismo nortea mericano y
la revolución socialista, o que tal se pretende, se produce
antes del desarrollo de las fuerzas p roductivas. No queda
por tanto nada de la teoría quesubordinabala revolución
a la madurez capitalista, y la experiencia ha probado que
el desarrollo de las f uerzas productivas por el método so-
viético no atenúa sino que; al contrarío, agrava los males
y los sufrimientos que Marx atribuía al capitalismo en
tanto que tal.
Estas dificultades, unas críticas, otras históricas, de
la noción del sentido de la historia hacen inteligibles
las diversas interpretaciones de este tipo de fil osofía.
La interpretación ortodoxa, la d~l estalinismo, supri -
me las dificultades por decreto y por catecismo. L a
revolución soviética se torna en la revolución prole-
taria por excelencia, pero la misión histórica es trans-
ferida del proletariado al partido. Poco importa que l~
48
:u .. ,~·~·ón que Marx fijaba al socialismo -el desa-
on"o de las fuerzas productivas-:-.~ esté o no realiza-
. do. El socialismo ·es inevitable; la5:leyes de la histOria
garantizan su advenimiento y este socialismo coincide
con la idea de una sociedad· sin clases. Se concibe qlle
...-- esta filosofía primaria y contrapictoxia no p ueda man-
tenerse más que prohibiendo Iu controversia.
Los filósofos existencialistas, aunque su pensamien-
to, esencialmepte individualista, parece excluir toda
realid ad del todo, han buscado, también ellos, el senti-
do de la historia. Al seguir sus libros, uno encuentra la
problemática cuyos principales elementos hemos ana -
lizado. C uando escribía Humanisme et terreuT.
Merleau-Ponty reco nocía yue el estado final o sem ifi-
nal podía coincidir con la vocación humana sin ser por
ello inevitable . Pero, según él, el proletariado, única
inter:;uhjeth·idad auténtica. era el único capaz de
cum piir un a sociedad sin clases. De ahí el privilegio re-
conocido al régimen soviético, cuyo terro r está orienta-
do hacia una solución radical de los problemas de la
coexistencia humana. Tal vez el régimen soviético no
esté creando esa sociedad homogénea, única aceptable
para la conciencia; pero al menos intenta crearla y me-
rece, por ello, una indulgencia justamente negada a las
sociedades capitalistas, tal vez menos tiránicas p ero re-
signadas a una r adical inhumanidad.
Este modo de razonamiento consiste en retener- la
mitad de la filosofía del sentido de la historia (concep-
ción de un régimen final, de una sociedad sin clases,
atribución a la clase proletaria de un papel único en la
realización de esa sociedad, relación entre propiedad
colectiva de los instrumentos de producción y sociedad
sin clases), y negar la otr a mitad (esa sociedad final no
es fatal , no hay leyes históricas que aseguren infalible-
mente su surgimiento).
49
~/

Ocho años después, .M~~~~~pj;,~ en Les ave·nt~­ ¡;. ; r '. ,.
res de la dialectique, franqueó una nueva etapa hacia :~~'
el retorno al buen sentido. La revoiución .soviética no ~.f.
está va fuera de las medidas .aplicablés a las instltu-
cion.és ele otros países; es una revolución entre otras, un {j
régimen económico entre otros. Una teoría general :j
permitiría precisar las ventajas y los inconvenientes de i!
esta organización entre las demás organizaciones. El ~ -
eminente filósofo ha requerido una decena de años ele 5
meditación para convencerse y convencer a sus ~·
discípulos de la verdad de proposiciones que el filósofo N
nunca habia puesto en duda.
-Jea.n-Faul- Sartre, en cambio, se niega a acordar a
\1erleau-Pont~'-.que la empres1rsoviética se ha de juzgar
como a todas las otras empresas históricas. Escuché-
mosh:: "Se quiera o no. la edificación socialista estú
prh·ilegiada por el hecho de que uno debe. para
e:ornprenderla. unirse a su movimiento y adoptar sus
objetivos: en una palabra, se juzga to que hace en
nombre de lo que quiere , de sus medios en vistas a su
fin. mientras que uno aprecia todas las demás empre-
sas a partir de lo que ignoran, de lo que descuidan o de
lo que niegan.·· Y un poco más adelante: "Reconocer a
través de los ~rrores, las monstruosidades y los
crímenes, los privilegios evidentes del campo socialista
y condenar aún con más fuerza la política que pone
~sos privilegios en peligro." En otro pasaje del estu-
dio. encontramos, a propósito de Rusia en la época de
.Stalin, esta frase: "¿Es necesario llamar socialismo a
ese monstruo sangrante que se desgarra a sí mismo?
Yo respondo francamente : sí."
Intentemos comprender esta sorprendente manera
de pensar. No subsiste ya un estadio final, a la vez ne-
cesario y cumplimiento de la humanidad. No subsiste
la transfiguración verbal de todos los episodios de la
50
·~~ ~.... +.,_,...
~~:~'0,~:~~
'·
·revolución: se percibe el monstruo s~ngrante, se de-
·riuncia la intervención rw;a en l-!u¡;1gría. ~ero q_ueda d
privilegio del socialismo en razon de la tntenc1ón que
·il
lo anima.
Se juzga al capitalismo pór sus faltas o sus insuficien-
cías se juzoa finalmente al socialismo por su intención
últi:Oa. El ~bsurdo de esta antítesis es patente, sólo la
filosofía puede explicarlo. El presupuesto filosófico ~
que la propiedad colectiva. de los me~ios de pr~d~Jc-
ción~ el poder del proletanado, constituyen la umca
vía hacia una sociedad humana. La noción del sentido de
* la historia se ha marchitado, descompuesto: queda de ella
un fragmento. Sigue viéndose, en el advenimiento de
una sociedad justa, la obra de un grupo humano, el
efecto de una convulsión en las relaciones de
propiedad. De ahi resulta el privilegio otorgado a una
clase o a un partido, a una técnica de organización
económica. Cuando un acontecimiento revela la falla
de esta técnica o las bajezas de ese partido. uno se in-
digna sin elegir entre los dos tipos de explicaciones, por
lo demás contradictorias: para expUcar los horrores del
estalinismo, se invocan las exigenci~L<; de la acumula-
ción industrial; para explicar los horrores del posestali-
nismo, se acusa a los hombres que han conservado las
prácticas estalinistas que la edificación industrial vuel-
ve anacrónicas. Digámoslo: en ese momento, la
filosofía del sentido de la historia se ha vuelto singular-
mente frágil, precaria. Sólo los filósofos muy sutiles
pueden reconocer un privilegio único a una empresa
cuya crueldad no niegan. .
Los "verdaderos creyentes", en el curso de los últimos
años, eran menos clarividentes. Cristianos o raciona-
listas, les apasionaba esa combinación de necesidad
ciega y optimismo providencial, a veces arrastrados
por las fuerzas objetivas, a veces convencidos de la
51

verdad de esa historia l'll <'OH~trucción. Los unos eran
inconscientemente sem;íbles al eco de las esperanzas
cristianas y no pe rcibían d renacimiento de una
herejía milenarista. L o<> otros se creían estrictamente ·
racion alistas y científic-os y no comprendían que esa
doctrina seudocientífica iluminaba el fervor porque
aportaba lo que ninguna ciencia sabría proporcionar:
el conocí miento de un porvenir total, la certidumbre
de que las leyes de la materia coincidirán fin almente
con las aspiraciones dt:: la conciencia.
Este análisis puede parecer puramente negativo .
Desearía para terminar sugerir también las conclu-
' ' '
siones posibles que esta crítica implica. Nuestra si-
tuación, por relación con las catástrofes guerreras de
este siglo. es compa ra ble a la de Tucídides en rel ac ión
con la gucrr<l del Peloponeso. Podemos, con1o el histo-
riador griego. comp render el conjunto histórico por re-
ferencia a la~ pasiones eternas de los hombres. En ese
caso. los acontecimientos no tienen otro significado
que el de ofrecer lecciones a los jefes guerreros, ense-
ñarles prudencia . sin ilusiones sobre la eficacia de esa
enseñanza : los hombres se ven siempre llevados por el
orgullo del dominio, antes que la sabiduría preferirán
la gloria y el riesgo del imperio. Una segunda actitud
sería la del cristian o, que no se niega a participar en los
comp romisos de la ciudad terrestre pero que ve más
allá el sentido de la avent ura indi vidual y colectiva.
¿.Cuál es la relación entre los episodios tumultuosos de
la historia p rofana y el destino sagrado de la persona Y
de la huma nidad? ¿,En qué medida los episodios son
simples accidentes o son las vías ele la Providencia? T o-
da filosofía cristiana de la historia responde a estas dos
preguntas . .El propio Arnold I~:R~~. qu~ pertenece
finalmente a esta escuela, ve en la formac10n de una
Iglesia la m eta universal y el fin de toda civilización .
52
11
H¡
unificación actual de la humanidad hará surgir .
por primera vez, :una Igle5ia auté~ticamente universal.
.La tercera escuela es la que hemos estudiado hoy .
:~Úe es la síntesis del determinismo y de 1 ~1 Providencia.
. Supongamos que Tucídides hubiera considerado la
guerra del Peloponeso no sólo como la causa de la
r:uina de las ciudades sino comu un medio para la cons-
titución de un imperio universal en el que las ciudades
se habrían reconciliado unas con otr:as: tendríamos el
equivalente de una filosofía que prevé la reconci-
liación de los hombres al término de la lucha impla-
cable de las clases.
Hemos intentado mostrar que esta interpretación , a
la vez determinista y providencialista, era inaceptable
en cualquiera de sus dos aspectos y más aún en su
seudosíntesis. Pero, para emplear un lenguaje kan -
tiano, es un uso regulativo de las idea!> de la razón. Ya
se trate de un determinismo o del fin de la hisloria , es-
tas dos nocionc.'> no están, en tanto que tales, condena-
das por la crítica d e la razón histórica. Hay efectiva-
mente, en cada época, fuerzas a las que es necesario
adaptarse porque uno no las puede vencer; hay movi-
mientos que es necesario canalizar y orientar porque se
intentaría vanamente detenerlos. Cierto, este tipo de
razonamientos son peligrosos, porque sirven a menudo
como coartada de la cobardía o como justificación de
la aceptación de la derrota. No corresponde al filósofo
sino al historiador dedr cuándo el argumen to está bien
fundado. El filósofo puede y debe señalar el error de
principio que se comete al apli~ar el argumento a la
historia total, aunque sea aceptable dentro de domi-
nios limitados.
Asi también, en tanto que es erróneo procurarse
mediante el pensamiento un éstado social donde todas
las aspiraciones est arían simultáneamente cumplidas,
53
es legítimo construir una idea de la razón, la represen-
tl:lción ele una colectividad ordenada )/·equitativa, que
parecería retrospectivamente la razón de ser del largo
camino. doloroso y sangrante, de la humanidad.
No se puede abandonar la esperanza de esa so- SEGUNDA PARTE
ciedad. en la que el sabio estaría satisfecho. donde los
hombres vivirían según la ·razón, ya que el hombre, el
hombre de Occidente en todo ·caso, es el que jamás ha
c-omentido en consagrar la injusticia. poniéndola a la
cuenta de Dios o del cosmos. Pero confundir esta idea
ele la Razón con la acción de un partido, con un estatu-
to de propiedad, una técnica de organización econó-
mica. es librarse a ios delirios del fanatismo. Querer
que la historia tenga un sentido es invitar al hombre a
dominar ta naturaleza y a conformar el orden ele la vi-
da en común según la razón. Prete~der conocer de an-
temano el sentido último y las vias de la salvación es
sustituir con mitologías históricas el progreso ingrato
del saber y de la acción.
El hombre aliena su humanidad tanto si renuncia a
buscar como si imagina haber dicho la última palabra.

S4

·-
. .Filosofía crítica
de las ciencias
humanas y sociales
Historia, metodología y fundamelltación científica

Nicanor Ursua
Ignacio Ay estarán
Juan de Dios González

FILOSOFíA vCuLTuRA CoNTEMPORÁNEA

f

1
1

INTRODUCCIÓN

Considerando los avances registrados en los últimos años. en este

trabajo nos enfrentamos con una verdad evidente: todavía no posee-
mos. a satisfacción, una obra que. a partir de una selección crftica de
textos en castellano sobre filosofía de las ciencias humanas y socia-
les. nos sirva como introducción a este maravilloso mundo cognitivo
qye intenta comprender, explicar y transformar el mundo de lo hu-
mano. socialmente construido a partir de los deseos. pasiones. emo-
ciones. inteligencia, estupidez y voluntad 'del ser humano. :1
i
Con el fin y la decisión expresa de fomentar !a lectura directa de
los diversos autores que están incluidos en este libro, agradecemos
y reconocemos el esfuerzo de ellos. así como de los editores, querien-
do contribuir con este esfuerzo académico reflexivo para que mue-
va al lector a la adquisición de las .obras citadas y. no se quede tan
sólo con la selección ·que, conforme con nuestro libre criterio. reali-
zamos.
Consecuentes con lo anterior. aspiramos a provocar en cada uno
de los lectores, más que respuestas. inquietudes, críticas y reflexio-
nes que. de acuerdo con cada axiologia personal. lo muevan hacia la
comprensión fundamental y primaria de sí mismo, de la sociedad
mundializada de que forma parte y del mundo que desea construir
hoy, mirando hacia el futuro.
En esta tarea identificamos tres niveles. momentos o espacios
cognitivos: la memoria. la razón y la reflexión epistemológica. El
primero es·de naturaleza descriptiva, el segundo es explicativo y el
tercero crítico-re.flexi vo.

7
 Escuchando las observaciones del editor. hemos retomado elomi'' l
tos de otra obra en la cual participó uno de los autores} Transl'tttl i
das do~ 'décadas de aquella investigación. hemos considerr1do wl•:
vante volver a pensar aquellas cuestiones pero con una ut<tym
profundidad. con una metodología actualizada según el mund<' gln
bal que vivimos y con un espíritu crítico. reflexivo y pedagógico tr;
talmente renovado, que hacen de esta obra, que el lector tiene en ~.u·.
manos, un esfuerzo que permitirá la unión intelectual de los hi:.¡M
nohablames a ambos lados del océano.
Por otra parte. como profesores de habla hispana. hemos expt'•t
mentado en nuestras cátedras la necesidad de poseer un inslru nH'''
to de este género. Su ausencia se paga normalmente con la no rc·ft•
rencia a los autores en su tenor literal.
Consideramos y nos parece. sin embargo. de alto valor pedag6gl
co el acostumbrar al/la estudiante, desde el principio. a tratar dlrr.r
tamente con los autores desde una posición crítica congruente con ~~1
paradigma reflexivo ernergente.2 al mismo tiempo que. de esas va
riadas actividades críticas y reflexivas se pueda acostumbrar y <k··
sarrollar en el quehacer filosófico y epistémico.
· Si de esta obra se genera una corriente de adquisiciones t.aniu
materiales como reflexivas de las 'obras y autores citados. JcJ:;
compiladores consideraremos que hemos logrado nuestro fin y qut!.
en consecuencia. el mundo de la filosofía de las ciencias humann:; y
sociales experimentará un florecimiento en el universo hispanoame,
rica no.
A partir de la obra anterior ya mencionada, considerando CJUl'
cumplió con su cometido y en virtud de que uno de Jos autores tomó
un camino diferente. hemos rescatado lo que estimamos vigente. a m
pliándolo con otras lecturas. Hemos unido aquí la experiencia de
varias décadas como profesores interdisciplinarios de diversas ins-
tituciones de educación superior. españolas y latinoamericanas. en
1 J. Mardones y N. Ursua. Filosoffa de las ciencias humanas y sociales. Materiales ¡m'J
una fundamenracion clemmca. Foruamara. Barcelona. 1982. Si en esa obra imperó el
·espíritu espaitol". en esta deseamos ampliarla queriendo abarcar con nuestro afee
toa todos los hispanohablantes del viejo y nuevo mundo. El trabajo y la bibliografia
que encontrará el lector le demostrará este anhelo iberoamericano.
2 ·A. llrocl<bank e l. McGill. Aprendizaje reflexivo en la educ:acién superior. Madrid.
Moratil, 2002. Quien t:onstrtlye en la acllt~Hdad t>.ste par¡¡cligma es Dona Id Schon con
SttS dos obras: El profesional rrJlexivo y La formación de profesionales reflexivos.
8 9
especial en la Uníversidad del Pafs Vasco/Eukal Herriko Unibert-
:¡itl:\te::t. España. la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad
Xoéhimilco. Universidad Nacional Autónoma de México y Univer-
:;i<Jacl Autónoma del Estado de Morelos, en México.
Se roantu~o el criterio de partir de lecturas relevantes, las que
~;stán conceb1das como una provocativa selección fundamental de
(t!XlOS para una iniciación crítica y reflexiva de las ciencias humanas
y ~oclales. Asimismo. confirmamos laintención de que ellector-acu·
.d;,l, gradas a esta obJ·a, al estudio directo de.los autores. aquí c<ln-
:;iclcrados. pues no buscamos sustituir el estudio de ellos con este¡¡.
bro.sino por el contrario, motivar el apetito del conocimiento directo.
ne manera práctica buscamos proporcionar síntesis biográficas y
l~c türas sclecdonadas, actividades reflexivas y preguntas. frecuen-
tt'S preguntas pertinentes e impertinentes. que cada lector tendrá que
responder bajo su costo y riesgo con el apoyo de los principales re-
presentantes y corrientes para que. entre todos, nos permitamos la
comtrucción de una filosofía de las ciencias humanas y sociales. tanto .
~n Jo personal como en lo general. con-el objetivo Gle crear un mun-
do social mejpr con todo J1Uest(o ser despierto hada la refle~~Ól1, crí-
. nca. apoyánc.Ionos.en las.distintas tenpencias y corcten.te.s deJa filo-
s~Cli,tle las ciencias.. hiJrnan.as y,,social~s. ·
l.os amables lectores mexicanos y españoles han sido la afortuna-
da razón y causa de lo anterior. lo que ahora permite la cooperación
1nternacional -formadora de una red interdisciplinaria del cono-
cimiento y metaconocimiento- y. que los autores interdiscipli-
nariamente desde las dos orillas del Atlántico, se hermanen en lo
cotidiano uniendo esfuerzos gracias a la filosofía de las ciencias hu-
manas y sociales, y a la fortuna de poseer la misma matercomún que
es la lengua española: uno en su biblioteca frente a la señorial playa
de La Concha en San Sebastián, Donostia. País Vasco, otro frente a
la corrida dél encierro de San Fermín en Pamplona. Navarra. y. el
tercero. en su estudio entre montañas y barrancas (recordando a
Malcom LO\·vy de Bajo el volcán) ubicado en Cuernavaca, Morelos.
México.
Hace diez años nos conocimos en un congreso internacional de
filosofía y ciencias sociales en la Universidad Autónoma Metropoli-
tana de Xochimllco, Distrl!o Federal. y desde entonces, hemos cons-
truido una fraternal amistad que ha permítido traspasar fronteras y
qcéanos, disciplinas y diferencias. gracias al don .c;le la tolerancia
mutt.ia:
 De~eant?s ag:adecer la ayuda final desde la computadora u orde.
nadot del hcenctado Nicolás Arturo Garduño Sámano, futuro maes·
tro en Derecho. quien nos permitió luchar contra todo tipo de virus
que nos at~caron re~ularmente, también combatir las cibertoneladas
de ba~~ra mformáttca que nos invadían de lado a lado del Atlánti·
co. Una de las experiencias filosóficas que nos dejó esla ardua em·
~resa es que. por encima de la tecnología, el ser humano tiene que
tmponer sus valores más preciados.
En refe""encia a nuestra metodología, por lo general, hemos opta·
do p~r abreviar algunas lecturas, en vez de ofrecerlas completas.
Constd~ramos qu_e las pérdidas son superadas con vemaja por"las
breves .mtroducctones a las mismas. de ahí que hayamos creído
conventente aportar una nota biográfica sobre cada autor selecciona-
do Y su obra. Aparte de obvias consideraciones histórico-culturales
con las que se aproxima el pensador, como ser humano, al lector. '
. ~!.final de cada lectura, los/las estudiantes encontrarán diversas
act_J~tdades reflexivas propuestas. que les pueden servir como
fac1hta~oras en su comprensión, partiendo del criterio karitiano de
gue ~o.unportante no es aprender filosofía. sino poder filosofar.
\llv.ten~o en_las .act.uales cLrcunstan.cias, espacJos,y tienipos de
deshumantzacJon y enajenacJón, po~ la tiranía de-la suprema Ley del
Mez:cad_o Global, la fu~damentación de las ciencias l}un)anas y socia·
les ha.,s1do problemát•ca desde su aparición. La reflexión críUca 011 •
t~nces se_vuelve impertinente ao..te...u.n.proceso.iJ:¡J:wman.o en,el que
cu:culanhbremente mercancías.y capitales. pero que sin descanzo•.cl
s.er..b.umano y su reflexión crítica enfrentan mil obstáculos·. desdo¡,,
f~erza de los medios de comunicación. hasta el precio de los libros.
s.~~ embargo. actualmente vivimos un momento en e! que la disc11 •
~~o~ se ha avivado de nuevo ante un mundo global izado o empcquc
nec1do.
Ante nuevas tiranías nunca tan poderosas y disfrazadas corno son
las de. la~ marcas comerciales. programas televisivos que ofenJ,•n
a .la d1gmdad ~el ser humano, pseudociencias humanas que jw>lll1
can la.to!eranCJa de la intolerancia, fundamentalismos que .in!entnn
q~e la humanidad retroceda miles de años, la estupidez o la sJ(If,¡
zon de la razón del más fuerte como explicación e imposíciün pl[f-
n:a indiscutible Yprepotente, encontcamos.en la filosofía de ltiSCWll
Gl as. humanas y sociales una.fortaleza tanto en lo univer¡¡~tl ~0!1!\1 ttt1
1~ personal. q\le es pilar del ser humano.q.ue quier_e.defentkt su <;n
.l.tda.d ele.tal. no con la razón de la fuerza. sino~on-laJwú'Z,l dii¡, J;t,J¡.
lO
. a reflexjya.a. fav.or .de. lo mejor.del indivJdw~'~ en contra de su
W:opia amenaza que nos puede lleVar hacia la destrucción.
PI Consecuentes con lo.ya mencionado. po demos-parttr. . en esta .In-
vitación de viaje de la reflexión crítica formulándono~. por obligaci?n
epistémica contenida en Alici~ en ~1 país de las maravillas. algunas In-
quietudes y .¡:¿ceguntas como estas. .
-¿Estamos satisfechos con el estado actual de la filosofta de las
ciencias humanas y social~?
-¿Este es el mundo del ser humano en el que deseamos vivir y que
vivan nuestros hijos?
-¿Hemos hecho uso de nuestra capacidad crítica reflexiva en nues-
tra vida?
-¿Nuestra posibilidad crítica la hemos hecho realídad activa?
-¿Existimos como seres humanos y. yo, en lo particular. tan sólo
existo o vivo plenamente consciente desde la.auto~omprensión de la ,
dignidad-de miser.s..ta.de-los-demás individuos?
~¿La filosofía de las ciencias humanas y sociales me ha sido pro-
vechosa? ¿La he aplicado desde la reflexión? ¿Comprendo y me com-
prendo como ser histórico y social?
-¿Cuánto he cultivado mi espíritu y mi cuerpo?
-¿E,QJXet9.a~,~oy:, libre?
- ¿Rª?9.DQ pQr)Jl(rnisi)1P o sólo repito lo que tos medios masivos
de cornunicacjón.difunden.?
- ¿Qué valores orientan mis acciones cotidianas?
-¿Mi trabajo. estudio o descanso me satisfacen profundamente?
-¿Soy auténtico. tengo raíces?
-¿Qué sentimientos y reflexiones deSpierta en mí la muerte?
-¿Si hoy terminara mi vida: podría afirmar que valió la pena
vivirla?
-¿Son cíendas la-hisjat;ia. la psl~olagíao la sociología. o están to-
davía en situación de preparadigma científico?
- Y. si son ciencias. ¿qué._<;.lase.de ciencias son? ¿Pueden ser fun·
damentadas como las ciencias naturales?
-Respecto a su _Jnstrumental metodológico, ¿tienen métodoS,¡:?JJ:¡·
piOS~Y--e~p~cíficQs'o siguen la metodología de las ciencias naturales?
Cada quién tendrá que disfrutar o padecer en su ser más íntimo
el valor.l precio y costo de cada una de las preguntas anteriores. La
l M. Uunge: Ser. sabe1; hacer. México. Paidós-UNAM. 2002. p. 12.
1l
 única receta en esta vida es que ~o,hay,rece-tas. aunque existan di- terial ue puede ser empleado en la presentación de un~ serie
versas y encontradas soluciones. Así. en lo general. podemos hablar dun nociones
ma qo canee ptos Inevitables para el desarrollo postenor.á
de corrientes en la filosofía de las ciencias humanas y sociales. Exis· e fi l d ! l!'bro como apoyo adicional. el lector encontrar un
...tg_~llJ&.pluralidad manifiesta de enfoques y. el estudioso de acuerdo Al. mal e . de términos
ampho g osano
· .. b'bl'
y una seleccton
. 1 togra'fitea ad'tCI'onal
con su posición reflexiva. se arriesgará reconociendo que las respues- pensada Para los lectores de habla htspana .
tas a estas cuestiones no son unánimes. Queremos decir que oo...bay
una.fiiosofía única ni aceptada unilateralmente en.las.cie.ncias-huma-
nas y. sociales. Hay una pluralidad de corrientes, que. nosotros, sim- a) Recomendaciones para la nlejor comprensión y reflexión de los textos
plificando y forzando algunas posturas. presentamos en esta selec-
éión, en c_uatro.gtandes apartados o teo.dJ:ocias: no de Jos arandes problémas de todo país y unjversidad e:' la
Y aru~a pendiente de la "formación de lecmres" y su alfabettza-
a) eqsJura o aproximación ~roQJQ.~_o;a.n.?Jítica. ~~~~Lo; textos que presentamos son generalmente densos: No hay
b) Postura fenpmenológica. her111enéutica y lingüí~t.ica. eue ocultar tampoco la dificultad que normalmente entranan -que
e) Postura dl;tlécti_ca o ctitico-hermenéutica. q .á e se formen como lectores eficientes- y los retos a .
d} P.o~.turas..actuales en discusl9n: revolución cognitiva e informa- servtr n~a::n~~rio nos parece que de la constatación y aceptación
cional; psicología social y postestructuralismo; ciencia, tecnología vencer. l'd d se deriva ya una primera sugerencia: ~extos para
y conocimiento social.4 ele esta cua t a . M' t par8.. Ieer
.-~itJcary.· en congruencia,.reflexio.nar cd.ticamente..no~arnenJ\ .e. .. .
......, . · '· d b
Por consiguiente, el lector e e e~l . 'tadas..prisas
. . - super.flcla es.
d conc.en·
t .
Cada una de estas respuestas posee representantes históricos y t.rilrse en Ia.comprensión crítica .y epistémica.de lo que cal a.~v.tor
actuales dignos de ser tenidos en cuenta. En nuestra selección hemos aborda.y.quiere exponer. Con esto aprovechará t:es veces as ec u-
;as· d~de la memoria, la razón y la crítica reflexiva. .
procurado ofrecer algunos fragmentos escogidos de las principales
.
figuras. de modo que el peso cayera del lado de sus representan-
tes actuales. Es im ortante primero. reconocer que no..exis.te..uo..estilo~de apren-
. ~. ~ . más: bien..estilos personales de aprendizaj~: . ocurre a
Somos conscientes de que se podrá discutir la presencia o ausen· dtZaJed ~n.o e aun .supuestas las mejores actitudes cogntttvas en el
cía de algunos autores, e incluso, su posición en las lecturas, pero menu ? qu . encuentra erdido o sin recursos a la hora de enfren-
creemos más valioso. en este libro, sacrificar algunos aspectos de pre- lector. esteeste
se ttpo
. de textos.
p Aunqu e las lecturas presuponen la
arse con
~exposición co~cient~s q~e~: ~:
cisión y erudición a favor de la claridad y la función didáctica.
Para unas lecturas de iniciación a la filosofía de las ciencias hu· de la materia en la clase. somos de
manas y sociales nos ha parecido muy conveniente..empczar .(;on quiere todo un proceso de aprendizaje y hábtto en e maneJo
alguno.s.temas generales o fundamentales. Por ejemplo, qué se enli('fl
de hoy por teoría o fj)psofíad~J$! ~.ie.ncia_o epistemología, por lengt_¡¡, lec~:~~ orientación v.ayuda. ofrecemos una ~r,ie.de pr~~untas que
~j~ci~tí(ico, frente al vulgar o cotidiano; o cuestiones como la dP pueden facilitar la co~prensión de c?d~ capítulo ~n relactOn a las ac-
terminación del objeto de una ciencia. Ja..unidad. o pluralidad del lltudes. habilidades cognitivas y practtcas reflextvas. ..
método cieptifi.co; asimismo. nos ha parecido éste e! lugar más ach· Sugerimos que c.ada lector empiece por ev.alua.rse c~gru~va~en~e
cuado para situar algunos autores y textos sobre.Ja.problemátk~ (!ntn.• a sí mismo antes de dialogar con los autores selecctona os. a a
,ci~g,<;.ia.s. de la natura!~za y ciencias. del espíritu, Se proporríoou a~ f. ~l;lor sol;~ente nos habla o se actualiza desde Jos interrogantes que

'Sobre este tema y la inteJTelación emre ciencia. tecnología y socie.t1¡1d hl!fl;¿~~ ¡¡¡n .
fundizado ya en otra obra: A. Alonso. l. Ayt!slarán y N. Ursut;l. Patil t:tlltlfl(~lldt>r C/t>l)< $ L. Fournier y j.· Gonzále'l, Del aprendizaje al meU!aprend¡zaJe. · ·co. UAEM/RMP.
• M ex¡
cia. Tecnología. Sacied.1(/, f:.stella. cdiciones Verlio Divino, Hl91i. 2001. pp. 63-105.

12 13
 le lancemos o la expectativa de hallar respuesta a cuestiones que el
autor aborda. Aclarar aquellos interrogantes o descubrirG el proble-
ma e intento de solución del autor tiene que ser, por tanto. formular
las preguntas generales que marquen nuestra actitud y orienten nues-
tra lectura. Para ello nos pueden servir preguntas de este tipo:
L ¿En el instante del estudio cuál es nuestra actitud cognitiva de
partida? ¿Queremos leer, estudiar, memori~ar, reflexionar? ¿Po-
demos encontrar o construir ejemplos similares? ¿El autor nos
infunde temor o simpatía? ¿Qué esperamos de cada autor? ¿6.?1
.c.orriente.filosófi<;;a aJa,,que se adscribe la recíbimos.con.c.eservas,
prejuicios o-ad¡njración? ¿Nos sirve para integrar nuestra parti-
cular filosofía de las ciencias humanas y sociales?
2. ¿Cómo es nuestro propio filosofar? ¿Filosofo cuando me pregunto
sobre el principio y fin de lo que estudio? ¿Sólo filosofan los se-
res superiores? ¿La filosofía pertenece a élites? ¿Cuáles son los
problemas fundamentales planteados por el autor?
3. ¿.C.uªLes kcuestión central .o tesis que aborda o~de(LQ.~ eJ $.l!Jtor?
{Es muy conveniente tras la primera recopilación de-cuestiones.
esforzarse por formular de una manera sintética. lo más clara y
breve posible. la problemática del texto).
4. ¿Cómo fundamenta su tesis? (Se trata de captar el hilo conclur·
tor de la argumentación y razones proporcionadas por el auwr) ,
5. ¿Qué pEoblemas de comprensión he tenido en la lectura dt· t'\li!
texto? ¿Qué problemas he tenido: a) con los términos o conc<·p
to-s utilizados; b) con los argumentos esgrimidos: e) con los rato
namientos desarrollados?
6. ¿.La ex.p_osició.n.deJa.tesis.me convence? ¿Dónde se hallo la fun
za de su argumemadón? · de una temática. presuponen que se va avanzando en las diferentes
7. ¿P.,uedo .cu.estioQ§X,ª Jg4nas afil:maclones.,deUexto?¿Cuálcf.?
8. ¿Soy capaz de formular y fundamentar alguna-tesis conl!'ad.t , 1
·la .del.alJ toe?
'A. Reyes. Antología, Mex:co. FCE. 2003. p. 43. Este autor consideauflo. 1"11 ••tt•
chos, coruo el maximo ensayista mexicano del siglo pasado sostenicndt• c¡tw ¡,, lila,
sofia se ocupa del ser afirmó: "la literatura en pureza se dirige al hombre· cfll'.''"''' ,, j
al hombre en su carácter humano. La forma, como el lenguaje mismo.~:; <lr,ll ¡lq¡ ' "•''n
cia. Escribir -decín Goethe- es un abuso de la palabr<~. El habla r:s ~~~erw:l!l, l>t lt•lt•l
contingencia... ·
14
9. ¿El autor abo_¡;_dacuestiones importantes.que.después..no desarm-
.lla2.¿Cuáles?
10. ¿Puedo .apOJ;tª.~.algo al esclarecimiento de tales cuestiones?
1L En síntesis: ¿<w-é..me ha descubierto .este. texto? ¿En qué relación .
se encuentran las cuestiones aquí debatidas con mis conocimien- ~
tos anteriores y con mis concepciones o expectativas? ¿Para qué f
me servirá en mi vida diaria esta lectura?
h} Recomendaciones para el análisis lógico-lingüfstico de un texto
1, ¿,Cómo son definidos los conceptos? ¿l:lzy,~Qosjstencja a ,lo l~rgo
del texto? ¿Varía el contenido de representación adscrito a algu-
no de ellos?
2. ¿Hay precisión en las formulaciones? Señala las palabras cuyo
sentido no es claro o es equívoco; las frases ambiguas o incom-
pletas.
3. ¿Qué clase de proposiciones utiliza? ¿Predomina la descripción,
la hipótesis, la inducCión o la deducción?
''- ¿Los argumentos son lógicamente consistentes? ¿Hay saltos en la
reflexión? ¿Dónde se advierten pasos no justificados?
e) Dialogar con cada autor
Las cuestiones que siguen centran la ateJ\cióo en algunos puntos
determinados de un texto. No todos los puntos o cuestiones son apli-
cables a cada texto. Estos esquemas. que pueden ayudar al análisis
posiciones teóricas.
L ¿Cuál es la .!~i;s ce_ntral que sienta .el autor? ¿Cuál es ~l.lgén.E:sis?
2. ¿Cuáles son los cQnceptos centrales que.utiltza? Desde aquí, ¿pue-
do sintetizar los rasgos fundameptal.es _pe su. concepción de la
ciencia?
3. ¿Qué ~bjetivo persJgue el autor? ¿Cómo fundamenta tal objetivo?
1. ¿Qué.refg(l~JJ.Ci.as pos!;!e el teKtO? ¿A_.qué.tradición.reroite? ¿Pole-
miza o critica otras posiciones? ¿Cuáles? ¿Cómo?
S. ¿Cuáles son los ar~mentos que me parecen más convincentes? ·
¿Dónde encuentro aspectos poco desarrollados o poco claros?
15
30
 d) Recomendaciones para la critica de un autor
eruditas. Por esta razón, consideramos indispensables, la lectura, la
respuesta y la puesta en discusión de tales preguntas de acuerdo con
l. ¿Cuál es la tesis central del autor? ¿Cuáles son Ios.ID:g!,lmentos todos los criterios anteriores.
aportados para su fundamentación?
2. ¿Se..muestra coherente el autor en su argumentación? ¿Perma-
necen las aportaciones del autor en el ámbito de sus propias
premisas?
3. ¿Q!Jé_da como presupuesto. E:! auror? ¿Silencia el autor algunos
conceptos que da como sentados? ¿Cuáles? '
4. ¿Hay contradicciones entre las premisas declaradas por el autor
y las consecuencias fácticas de las mismas? ¿La realización de sus
propuestas se muestra invariable? ¿Por qué?
5. ¿E_s.cuestionada la postura del autor por otros:? ¿En qué aspectos
se centra la critica? ¿Coinciden con los ya advertidos. te descubren
nuevos aspectos?

e) Sugerencias para la lectura de varios textos y autores sobré l!n terna .

l. ¿Cuáles son las~t~sls ,ñmo<!rnentales o puntos clave en los que se

podría resumir las posiciones de cada autor?
2. ¿en.q.t.¡é matices o ~~.~.estíones se dan las priDc;:ipales djferencía&en-
.tre IQS,.al1tores?
3. ¿Dónde. encuentro afir!Tlac_iones .o postucas..coincidentes?
4. ¿l:{ay.postur.as intermedias? ¿Dónde y cómo sé podría mediar
entre las respectivas posiciones?
5. ¿Dónde encuentro los puntos más fuertes y más débiles de Citd<l
autor?
6. ¿Qué es lo significativo para mí de cada lectura?

OActividades reflexivas sugeridas

El objetivo de la metodología empleada es habituarse a lcl'r uu

texto con las actividades y preguntas expuestas al final del rnlsrnó,
desde la posición activa de que la filosofía nos sirve para f)t~H'ittt
mejor y no sólo como palabrería dentro de una feria d~ vaold~t<{f'~'·

16
17

31
 L....- .• f.
· ~:-- ....... ~ ·. -- ·.: .--. ~-- ·~

KARL LÜWITH
~.:

KARL LOWITH •.

1--·. EL SENTJDO. DE LA HISTORIA

(IMPÜCACIONf.S TEOLOGICAS De LA fli.OSOfiA Df. LA HISfl\R ¡AI
·: 1r~du((i,6n dtl ínglil por '}u sic :lunárldtz /J ujdtl !, el sentido
Lowith ~nali1.a eri este libro .bs m5s notables o hras de
filosofí2 de la historia, representada en los siglos XVIII y xrx
p o r Burckhardr; Marx, Hegel, Proudhon, Cornee, Condor:
cet, T urgot y Voltaire, remontándose después a las teoiogías
de lo historio
11 :_ de la hinoria que expresaran Vico, Bossuet, }o3qu ín de
f iore y San ·Agustín, para llegar, finalmente, a la concepción
que hallamo$ en la Biblia , fuente de todo el pensa.tnien to
Análisis crítico J el pensamiento histórico en

.:. histórico universal.

EN ESTA . COLECCION
BURCKHARDT·MARX·HEGEL
PROUDHON · COMTE · CONDORCET
TURGOT · VOLTA IRE · VICO
BOSSUET · .JOAQUl N DE FlORE
SAN AG USTI N · OROSIO · LA BIBLIA
H. SJUART HUGHE5 '·'

LA HISTORIA COMO ARTE·

Y COMO CIENCIA
•El estudio de b HJJtori> -nru Jeñ•l• Ho¡thu- eH~ enlr>ndo ho,· co un
periodo de dpldo ambio y av.nee, ...,.jacte al q uo car•c terlt6 a h l hh:J en
Ú• ttu prlnaru dtad.u del•;gJo XX. • En o ha oc:.u íon>do un• am pl;, dis·
cutiÓ'\ •obre lo1 fundamento• T prop6o!toJ de la hiatoriogu(;, , En o>ie !ilm>,
1-1. St""' Hughu --profesor de· Hittoria europu en 14 Unlve,.idsd de
• Har 'ard T ntor de o.....u Speotglu y de CCAI<UoWIOt>l on.l s.~.-,,1- hJ<c
e-aa 4umiaou aport2cl6o 2. eu diJco.sfóo. q ue. u. 3dt&.D i L uru va liou frnroduc·
dÓn ti c:<>aoda:>leato hlstórleo, uí como un¿ ¡¡ul• t<cepclo:ul [>1'> ,.,•n<o>
· dcauo t. v~aelóc. do 1: HiJ:orn .
:.·· ·

ARNOLO TOYNBE~ .

EL MUNDO Y. F.L OCCIDENTE

11
'·
1
-- •..._;j

11
-
frecuenc ia oscura y rcdnndan tc, pero su oscuridad e~
la que origina la btisqueda y rcbu~ca incesante del
genio.
La Ciencia Nue1•a apareció en su primc1a edición
VJ en 1725, y en íorma completa en 1í30. Fue rcvisad3

11 Y!CO
en 1744. cuat: o años antes de la aparición de El l'S·
píriw de las leyes, de Mon;esquieu; diez: antes que el
f:mayo, de Voltairc: cien antes de la f"i!oso{ia de
la Miwfogía y ele la Re••elacióll, de Schcllin~. y t'asi

1 -.¡,
dos siglos antes que fuera redescubierta y rcconc··
cida como el ava nce más original hacia una Filo5ofía
de la · H istoria. La ob ra de Vico es fruto de !a bús·
queda, a lo largo . de t o~la una.. vida. en las honduras
1 "C!Z"Ta"Jlistoria de..l á Humanidad. No solamente anti-
ci[iii . ·ideas .. f~ ~damcnt aÍ~-;.--~~~- Herder y Hegel , de
Di lthey y Spengler, :=:ino también los más no ta bles

1
>
- ···"
...
descubrimientos de ia historia romana, que debemos
a Nicbuhr y a Mommscn; la teorí<l de Wolf sobre
Homero ; ·la interpretación de In mitología, de Ba-
chofen; la recons trucción de: la vida ;m ligua :1 base

1 de la cl imologín, de Grimm ; el en tc:Hii mili'nto histi.Í·

rico de las leyes, de Savigny; de la ciudad anti1~ua y

1 gran crisis de n uestro cutendimkrli.o de la His·

¡a, de !a traducción !nglcSJ do T. G. !lcr;;ir: y M. H. f'ísch
(Corncll Unive rsity Press, 19~ 8) ''an hcch~s con a~rc!:IO :1 L•

L
A
numeración de los p:írraios. La pre~cntacoón rn:ís completa
toria, que ha tenido lugar en el tiempo que del pensam:er.to de Vico es ia de B. Crocc. Tlt~ Philosopily
media entre Voltaire y Bossuct, tiene su m~s o{ C. Vico. traducida por R. G. Collingwood (~uc,·a Y<>rk.

1 notable e importan re representante en el ilaliar1o

Giambattista Vico (1688-1 7-14), tan pobre y modesto
en su vida privada cerno rico y grande por ser el au-
!913). V easc ca mbién f. Amcris, lmroúu:iou~ o!lt• sruJit> ,¡,
\ 1 ico (T urín, !947). Otros dos estudios muy ·.-ohosos son llrr
Au/bou der Wc/tgoschic;h !e b<oi Vico. de R. P<!tcrs (lkrlfn,
!919), y "Au&ust inus und v:co", que aparcc:ó en lo se rie
Cl.'ist und Geseflschuft, vol. 111. ~ \'m• L>cnl:cr ubC'r Gr.~rhich·

~
tor de una Nueva Ciencia (l). Esta es un sistema de
~ntos,- un inmenso E~~ i:~_tor!~ Ünivel"--
_sa! comparada, en que cada parte comienza de nu<'\'O
con los pnncipios del todo. Consecuentemente, es con
te (!ke.s!au, 1928). Monografi~s :n¡:lcsas sobre Vico son: Vico.
Londre s, 1884. de R. Fiint, y la m:i~ por>ular. ThC' Li(c o11d
\\-"rilings o! Vico. dE H. P. Adans, Londr(S, 193}. Para ma·
yorcs refe re ncias , véase Apéndice; IV del libro de Crece. Un
cornemario re•:: szdo y ampltado, de l' . Nicolin¡, que luc pu-

~
( l ) Nos r eferimos ocasioÍ1 a!mcn le a la primera ~drción . no
t rad ucida (La Scierrza N uor:c prima}, como ·KSJ, ,. !;ene·
ralmente, a la última edición (Lo Scien;a /'hun·a St>CII IIda).
blicado pri mN ame nte con su edición de la Scienza Nuor:a
s<•conda, de Vico (3 vols. , t 9l! -l6). está en preparación.
N . d~l E.--··- La Ciencia Nt~cP<r, craduc<"ión y pról<'<(O dr
,\'\. Fuentes Bu enot, Buen os Ai:·cs, A~uilar, 3iblíntccn d e 1n i·

1
como SN . Ambas hao sido edit ad as de '" formJ rn,is cuido· d nci ón .F d osóiic3.
dosa por F. Nicolini (Bari, 1931 ; 3.• cd ., l9·i2). Nuestra$ ci-
167
!66

~
,.

33
1
L-

~ •:

' del feudal ismo, de Fuste! de Goula nges, y de la lucha

1 t PR INCIP IOS \' MtTODOS DE LA C.CN CIA NUEVA

de clases, de Marx y Sorel (1).
y_¡~ Iu~ a pe~con~i9~- -~_l) . su .. ti::~ po. Sus__ e~~_:
ccpciones ~ultar..Q.rl~~~!ac!Q .. a_v~.r.zada§ par~ .~_e:_:-.
céL-Ulül influencia inmediata. El inteligente \'ercdicto
1 de un censor real fue que- La Cil?nda :Vueo.;a es un:t
obra "que señala una crisis desafo~tunaó a en la bis·
toria de Europa·· (2). E! l'!J.ͧ.!!!?...Y.i5o, católico lea!,
Hacia el fin de su libro (1), Vico manifiesta audaz-
mente que no pude abstenerse de dar ¡¡ su libro e!
cnt•idioso título de <-itmcia Nue¡;a, "porque sería de·
:nasiado e l defraudarlo injustamente de la razón qut
t<!nla sobre un arg.umenro tan unive rsal como el re·.
ferente a la naturaleza común de las naciones", sub·

1 ~
g~~as _c_~D1?. 9eC~ár:~c~~!- ..!:.~.Y:~~~~í_qn_g.ri~ d.~ .S.\1
C1enc¡g_~ ueL·a; y aquello que man Jfl e5t<: a l fm¡¡l de
su libro-que no se puede poseer ni ciencia ni sa·
Ululo de sus "Principios de una nueva Ciencia''. ¿Cuá-
h:s son estos principios y cuái el nuevo método de su
Ciencia?
biduría sin tener piedad-no fue, como algunos in· Refir iéndose a sus principales aspectos (2). Vico
1 térpretes modernos pretenden . una conctsión a J¡¡
Jgiesia, sino pura sinceridad ..,:..1 ser publicado el .U.:.
nos da ias siguientes definiciones: 1) "una teofogía
civil racional de la providencia". esto es, una -demos-
;.-. - bro en Nápoles, su .Qifusi~l!~--~<;.asa. Vico cscri· tración de la divina providencia en la historia social,

1 ~~·
~~
!.t~
.:~
bió en carta a un -áin1go: "Al publicar mi libro en
esta ciudad, parece que lo he hecho en un desierto .
Evito todos los parajes públicos para no encontrarme
Incluyendo tales materias · civiles corno matri monio,
mh umaciones, leyes, formas de gobierno, lucha de
r!Jses, etc. ; 2) una "filosofía de la autoridad", en par- ~·

,. con las personas a quienes se lo he enviado. y si por :rc ula r del origen de la propiedad, ya que los funda-

1 acaso las encuentro, las saludo sin detenerme ; por-

que cuando Jo hago, tales gentes no me hacen indica-
ción alguna de haber recibido mi libro, confil·mando
con ello mi opinión de que lo he publicado en un
1 despoblado." Y, no obstante, él sabía que había rea-
lizado algo nuevo y d u radero, al esforzarse al máxi-
mo--sin consideración a1guna hncia su salud-para
dores (auctores) de la sociedad humana fueron tam·
bién los que sustituyeron ia propiedad, las leyes )'
ias tradiciones; 3) "una h:storia de las ideas hu-
manas", pa rticularmente de las más- antiguas ideas
religiosas de los hombres acerca del firmamento:
4) "una crítica filosófic2." de las tradicivnes re ligiosas
mús remotas, en especial de las tcogonfas; 5) "una

1 penetrar el misterio de la Historia, como Jacobo con

Dios. Resultado de este esfuerzo fue la primera cons ·
truécjón empírica de la Historia Universal-de reTI:
i,istmia ideal eterna, recorrida a través de los tiem-
pvs por las historias de todas las naciones", ex¡:x>nien-
do la típica configuración, siempre repetida, del pro-
gi6n, sociedad, gobiernos, instituciones legales e idio· ceso de las civilizaciones: 6) "un sistema de la ley '
¡
p
1 mas-~K el (:1rincipioJ!.!~s:.o de__llll<LJ!:..'L.S.ttl.!1~t
. de desarrollo providencial, que ~~_Y.ro~~.e~~~~
y_ rede ntora, ni simplemente _sfc!rcU-natu.r.al.
natural de l<ts naciones", cuya naturalidad se basa
en la necesidad y utilidad primitivas; y 7) una cien-
cia de los comienzos o principios más ant iguos y os- i'· ¡J
¡'
~
r!'
t'
M";rJC, curos de la "historia 'profana universal" del mundo i~
1
.. (1) que conoció L4 Sci<'I!Ul Nuoc'CI, encomró en ella ¡:
en embrión, el Homero de Wolf. la Historia ác lo; empera- t; '
de los paganos, interpretando la oculta ve rdad de las
dores romanos de Niebuhr, los fundamen:os de la filologí:~
compa;ada. y "más de un destello de ¡;e:;ic'". Cfr. el artículo iábulas mitológicas. En conjunto, La Ciencia Nueva !·,1
de M. Lifsh itz sobre Vico en Philoso::I!¡J and Ph ..·nomcno·
SN, núm. 1096. '
1 )
logica! Reuarch. marzo 1948. ( 1)
(2) Véase Crece, op. cit., pdgs. 2i2 y sss. (2) I d .. 385. : ~ .
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16& 169 11
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31-f-
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fi:i,___.
~ en todos ~ as~cto~de u na te ología racional del
1
mondo cív1 e, el mundo fits toñco humano, haciendo
gran h incáPié en toda ella sobre la men t alidad primi·
tiva, hero ica e imaginat iva mente religiosa, que Vico
con~ideró co mo e l fundamento crealivo de la Hu-
1 n:anidad más a pacib le y adulterada de las edades
po~tcriores.
Para el lecto r del si~lo XX , familiarizado cor. la
1-'ilo!-ofía del Espíritu objetivo d e Hegel y con los
inlenros más recien tes de una " historia de las ideas"
y d e la "filosofía de la cultura" , el descubrimien to por
nuestro autor del mondo civ ile co mo terna de u na
c iencia particular puede parecer, como tantos de sus
áescubrim icntos, de escasa im po r tancia. No fue así
'!_pri~ciJ?J?S.~~l_sig!_o ~~r.r.~, . cuando la única cien_c1';t
verdadera era la nu~va ctenct~l de la na t uraleza, de . l_a
fíSieañ'1aten;Itica.':Para ñ1cdír el esfuerzo que !e cosu5'
. el e stablecerÍa historia, en particular la hlS lOria ~O·
c!orreligiosa, como una ciencia, no ten emos m~s q uí:'
recordar que cien años después de Vico, Comte se
esforzaba aún para construir su fís ica social sobrt· el
modelo de la ciencia natural y de la matemá::ca . . ~a
modernidad de la ciencia de_.~j.f~ .9..c2~ ser juzgada por
la ciencia existente en su t iempo, .J.~.iJc _los cart e·
sianos, cuya revol ucionaria in novación contab.1 me·
nos d e cien años . c uando Vico se atrevió a reCU"'-•rl::,
man tenie ndo una d oc trina opuesta a la de l(IS Prin·
1 cipios y del Discurso del ¡\f étodo, de Desca~t.:s (1 ).
En la pr imera ·parte ·de su Discurso del Método. y
d e nuevo e n las h·feditociones de Prima Fi(o:.o{í.. (c;c
traduce habitualmente por Meditaciones Matct/ts!CCIS).
Descartes nos relata la h is toda de su radica! decisión
·a du.®_r de todo lo que nq_Ju~..r~.f!_g!JQ~~ ai obJ·~to <Ic
~n~~ntra r , a través de la dud a metódica, la ahsoluta
certid umbre, y, en consecuencia, la verdad cien t í(k:l.
Tal verdad no puede hallarse en ei sen ti do Ct'nt ún,
(l ) Veasc A. Koi re, éntrcrirns sur Oescarti'S, Nuc,·~ York ,
1944.
170
1
en ia jurispruden c ia, en la medicina o en la ele• :uL·n·
cia; en el estudio de Jos idiomas o en las historias
y iábulas de los escritores y moralistas de la anti¡:ül'·
dad; tampoco en· la teología revelada y en la~ opi·
niones Wosóíicas. Tc.do ello desc;¡nsa en aur,>;iciad
tradicional, en ejemplo y coswmbre, no en un c0no·
cimiento cierto. Descartes decid ió derr umbar todo el
edificio de superestructuras espléndidas, al obich~ d~
;.
iniciar de nue vo e l t~abajo de construcción par!;cnd~
d e un os Ci miento s firmes. Diosc, no obstan te, cuenla
de q ue proyecto tan radical era impracticabk t:n d
\ .
terreno de los as untos públicos; es deci r , en el de la
refo rma del Es tad o o de una re ligión establecida, en
la cual el hombre t iene q ue depende r, en la auto rid ad
:Y e l ejemplo ck las condiciones, y , teóricamen te, en
:..·.
la p ro bab ilidad , no en la certid umbrc. El his toriador
que pretende conocer la antigua histo ri a de Roma.
• conoce menos de ella que un cocine ro en R o ma, y
· conocer latín no es más que lo q ue la criad a de Ci·
cerón conocía. Todo conocimien to b asado en ia e xpc·
: riencia sensorial tiene, pues, que ser descartado, por·
:que la cer tidumbre absoluta no puede ser hallada en
; los sentidos, que tan frecuen te me nte nos engañan.
La dimi nuta, a unque im porta ntísima , certidum bre que
j Descartes halló por m~dio de la eliminación , es la
forma de! cogito ergo sum, con sus ideas in natas.
Par:iendo de aquí, puede ser reconstruido cien tífica·
. mente el mundo físico mediante la5 ideas matemáti·
. cas, verdadero idioma de la Naturaleza.
Si&.~:~~~ modelo, y ~.<?1! ~rregl<?_.~. ~~~-- !J.Q!!Ilª~
de la c iencia ~tica .:_~.cer.tjdumbre, ~s·
~
cartes tra o re ormar la filosofía y todas las cieñ: <.
~íega(lo-ala Historia y a In Fliosoila_Eo·
cedente de la )urisprudenciá, puso en tefadc-'juicic
éí proptO CnlC rtOo e-taverdac7 CartCSt~e
i:fl.~·q uc : ét ~9HQ~i.z:t!!.e.D.l9 t·eal es 'uñ~5.9.!.\.9~.imiento cau-
~-.Q¡j_~e es lo m is mo, que n osotros conocemos
J0.n_ ~lamen te aqu ello que hemos creado o ~~·
)71
- ~· . . ...... - .. ··-.........._-....,.........-.....:--.·.. .
35
 _... _""'
La verd ad o uer~ m es i):lén tica a lo creado o fac-
zu-;;;<TI:; pero, ¿ es q ue ha sidO el hom bre el qu e ha
creado el mun do n atural del cosmos físico? Solamen-
te D ios puede haber ten ido un perfecto conocimiento
de él, por ha berlo c reado . Para nosotros, c ria turas, la
Naturaleza per manece neces ariamen te oscura. La cer-
tidumbre carte siana se refie re solamente a la con -
ciencia, no al conocimien to ; a un mero cogitarc>, no
a un verdadero intelligere. .1;1 ho~re p uede sola ·
mente alcanzar un conocim iento pe rfecto · y-·d'ériios-
trable -en" éi téúeri.o 'd e la- ficción- ma té n13 tica, en don -
de noso tros, a! . i_g~ai _ _gije Dios. c reamos nuestros
objetos. Estos son, s in embarg-ó: 3bstraccioncs que no
p ueden suminist rar un fundamcn to para una ciencia
co nc reta d eJa Naturaleza. P e ro ¿ qué d iremos ace rca
d e la "naturaleza comú n d e las nacio nes", que es la
principal preoc upaci ón de la ciencia ue Vico 1 ¿Es
también oscura, como la na turaleza física, o se p re-
sen ta d iáfana a nuestra percepción?
Para contestar a esta p regu n ta, Vic o adopta, y a l
propio t iempo invierte, la d uda me tódi ca de Descar -
tes, afirmando que en medio del "inmenso océano d e
la d uda" existe "un peq ueñísimo espacio de t ierra"
en el cual po demo s hacer p ie firme (2). E~te ú nico
espa~io de certidumbre, a partir del ct:al pued e y
ct:be con tinuar La Ciencia Nue va, es q ue _1~ conversa:
c1ón de verum y {ac.tum._.viene~!:.._icalf!1entc P2ill21<:.
por el hecho indudable_j~..JlJ:ILC:!__~!l..Q..Q....bis.lóri co
ha sido creado po.r el homb re. Podemos conocer a!gg_
~a...de.JA.J:!!~t2!.!.~ aun sus m;ís impenet rables co-
m ienzos, po rq ue "en la noche oscura ::¡ue rodea a la
an ti güedad más prim itiva" ... !ucc la luz, eterna e in-
extinguible, de una ve rdad incuestionable: que es: e
mundo de la socied ad civil ha....Jido cieJ:.!EIIICniec;;Q'dq.
1 (1 ) Para vn t ra tamien to deta llado de la teor{a del conocí·
m iento de Vico, véase el n·abajo de Croc e, caps. r y ! ! , y
Apéndice II I. Véase tam bién la obra citada de Amtri o, capf·
t ulos ll , I V y V .
1
(21 SNf. nú m. 40.
172
1
1- ~ _,.;...;....:f.·L~---IU j
.. -- -~ ._ __......._ ,____,..., . :;.~.:·;::•.6• • A<t .., t:'~.-~~·t.:c¿ *~'e· ~o:~:-~-':'.,~v;,.....,_,,._,.-r.r. . s~· ·-"~ "'~~.~~~7 ~::"':~~-:-'!'"""....""':"~t:~ ..,..~_,_. ~...,..._ .. :.....,~
__
...... .
por los hombres, y que sus Qrinci pios, en consecuen·
'Cia. '1 ed u debe ser ncon trados en tre las mo-
dij icaciones de la propia mente 1umana (1 ). Tales
principios no n os son revelados inmcdiatamen te:-iero
l!..!L_CStuerzo de interpre tación ~onstruct i~a_j?uede ha-
cerno s llega r a ellos. V1co confiesa que le ha cos tado
\'e inticinco años de il rdua meditación abr irse cam i-
n o entre los prejuicios del modern o intclectu alismo
y hacerse con !a mentalidad precivi!izada de la hu-
man idad homérica, en sus leyes, costumbres. irlio·
mas Y religión. Qu ienqu •~ra que reflexione en esta
posibilida? de investigar la Histori a Ant igua por lasl
mcdJÍJcac¡ones de la mente huma na " no puede me-~
nos de ma rav iila rse al co ns iderar que !os filósofos:!
. hayan ded icado todas sus energfas al est udio de l m un-: f\, ~:
do de !a Na t uraleza-pues ha hicndo sido cread o po r -
D!os, solamen t e El lo conoce---, y que hayan descu i·
d ado e! es t udio del m undo de las naciones o m und o
civil, que por ha berlo cread o los ho mbres podían
confiar en conocer" (2) La Ciencia NucL•a, q ue es al
• p ropio tie'!J.P-~filosoTia)nnl.1-·1iis torla· aé-·la'h.:­
~aci~ es posible a·'CaiiSade q ue la nattÚa/e;;a del
hOrñbre y de las nacio~c s es, en sí isma, una natu-
~~
{aleza .humana histórica, no J)ada por · proo it:.Qw;;.
-
f¡s icas, s ino viniendo 7Ser (de n at uru"-;;"';wsce1z·
~~_s~. -RQI. una le¿: y desarrollo históricos.
·-- -----
En co nsecuencia, ;¡uestra ciencia vienen <.le.~cubrir a ! pro-
pio ti empo una etern:~ histon a ideaL recorrida en el tiempo
por la hist or ia de c;,da nación, e n su aparición. cur.o.
madur ez. d eclinación }' desapu ición. E n verdad, ncsotros
vamos :an kjos hastil asegurar " quienquiera q ue medite.
(1 ) SN, núm . 331. V.Sa~e tarnoi~ n la in tr rprctación cstilis·
t i ca de esta frase d ebi da a E: Autrbach , en " Spracbliche Bei-
trag~ z ur 'Erk!ar ung d er Szienza ''011 G. Vico", A rclrh· wn Ro-
m an:cum, XXl . !937, págs. l i 3 )' sgs.
(2} I d ., 331. '
(J) f d .. 346 y 148. Cfr. el andlísis de Aucrbach d el con·
1.
ceptc de la naturaleza de Vico (obr~ citada, págs. 177 y sgs.).
 que tsta ciencil le -.contará esta histori3 idea : eten~~. so ·
lame nte en c uanto él la hace, por aquella ;::·ucba ce q~c
*1
•
1
··rue es y tendrá que ser". Porque el pnmer pnnctpto
indu'dable antes propuest o es el de que este mundo d~ las
naciones ha sido c~cado rea lmente por los hombre ~. Y s ¡¡
fórmula tiene que deri\'arse, en consecuencia, d e las mo ·
dificacioncs · de nuestra propia mente human~ . _y l~ _l:J1.s·
toria no puede ser más cierta que ~"..'!.~~ aque!_9~c ere~
las cos_a~ ~~:Jañll:íiéñe_Lgue 1;;-5'Csc¡j_Q~. De esta 1orm<~.
nuestra ciencia procede exactame nt e como la geometría,
que al construir con sus ciementos, o contemplar el mun-
do de ta cantidad, ella misma los crea; ~ero con más
realidad que la d e los órdenes que se ocuran de los asumos
humanos, en los cuales no existe:-. puntos. lineas, super-
ficies ni f ugas. Y es1e mismo hecho es un argJ:lle;Ho.
¡oh, lector!, de que estas pruebas son de nJWr:Jle:.o.:J u:1
tanto divina, y deben proporciona~tc ur. ÓÍ"ÍrlO place, ya
que en Dios conocimiento y creació:1 son un., y ia rnismJ
cosa (ll.
Esta conversión de la ve rdad y de lo creado, rea-
llzada en el entendimiento de la Historia, es lo q ue
liberó a Vico del punto de arranque de Descartes,
conduciéndolo hacia la verdad filosó fica de todas
aquellas certezas filológicas que se muestran en e!
mundo humano de los idiomas, costumbres, leyes e
instituciones. Vico no propone de nuevo el ideal car·
tesiano de la certidumbre geométrica en el nivel del
conocimiento de !a Historia, ni renuncia a la verdad
científica por la simple uerosimilitas o verdad pro·
bable de la experiencia. ~L~q\!.~J ucha :~~ ~ ~~~!~-~~
~or guebran\ar la. distinción ~~-Si!l.\1ª-.. ~n_tre \·irtud _
~a v proba!illida~ scnsÓri_al_ ..P~~~ic~!. . mE:_~j_'Jnt~
una dialéctica de. lo verdiaéro ..Y...9.~ ... 1.2,,_<:J.~ rto, .9.~~-­
·anticipa la __ ~erd~ _de -~- ~~rti~~1_mbrc" __Q.,;!__~.Hcgcl
( Wahrheit der Ge!L'Íssheit ) en Jos primeros párrafos
de la Fenomenologia. En consecuencia, e!c~a l!!_j_í!._?_·
logía, información histórica externa, que Desca~t~ s
t r.á tara con tan to desprecio, al r ango.~ci~n~j!l. _ Elo-
(1) SN, núm. 349.
174
~l i t
sófica {1). Estableció la primacía de la "Filosofía del
~como Iáliañiaínos_gesae Heg~~-medí~i
la rcfutadón-crítica del primado deJa _sj~ncia...nc
~·
--y;;-naturaleza
. - -----·-
físi p' es sol<l mente mitad d~ la re~­
lidad y la menos impo rt ante de ella. De aq\JI la post-
cien extraña del Giobo en la alegoría con la cual
Vico in t roduce la idei de su obra. En la esquina su-
perior, a izquierda de aquella, el ojo de Dios repre-
senta a la Pro videncia; en el lado derecho, una mu-
jer (Metafísica), sentada sobre el Globo celestial
(mundo físico), contempla a Dios. El mu!\do íisico
esrá sopor!ado por un altar tsimhoio de los más vic·
jos sanificios a los ci<!los), en un J;¡do solam en t~. En
el !ado izquierdo vemos una estatuJ de H mnt:ro (el
poeta teológico), que rcprcst!ntn .la más vida sabi-
duría del · mundo. Un rayo de la divin:1 Providencia
une el o jo de · Dios con el corazón de la mujer que
representa a la Metafísica, y un segundo rayo une a
csra con Homero. E l rayo c ristiano de la Prov!dcnci:J
se une así, por intermedio de la Metafísica, con Ho-
rnero, esto es, con e l mundo civil dt los paganos,
rodeando al mundo ffsico de la N<!turaleza. En su
explicación, Vico señala que la Metafísica contempla a
Dios ''por encima del orden de las cosas naturales",
a t¡avés de las cuales los filósofos las . habían contem-
plado hasta entonces. Ella contempla " en Dios e l
mundo de ios espíritus huma nos" , a l objeto de mos-
trar su providencia en el mundo de aq ue llos, _que es
e l mu ndo civi l o de la$ nac iones. El mundo está so-
portado. en un lado solamente, por ci alta r. ''porque
hasta ahora los filóso(Qs contemplando 11! divina Pro-
videncia solamente a través del orden natura l, han
visto úni<amcnte una parte de ella .. . l.os filósofos aún
no han co¡;templado su Providencia en relación con
(1) SI\', núrns. 7 y 390. Veas~ "C . Vico end die Idee dcic
Ph ilologie", "" Hom~nat¡;t' a A11fo nío Rubio i Uuch, B:~rcc­
lona , 1936.
! .
175
1 ~ .....
aq~clla parte de ella que es má~ apropi a~a . -p~ra los :
hombres que poseen en su natura1eza la prmc tpJI pro-
t
¡ piedad: la de ser sociales" (1). . .
¡ El Jugar preeminente de !a Provtdencta ::n la ale- ·
gorfa de Vico, como tam bién en toda su obrn, d~­
muestra qu~. el_21'incipio de _uerum = fa;:t:o:t $~!lfl
de lo más erróneamente e~~ ~.9J.QQ. ~.i . ~ tnterpretara
d.e la manera profana lnoder ~~ c_9m.Q si Vico q~tisic ·
~a·- decir que e~<i<2. ci v il,.A~l . hom_brc no c:s nada.
máS qíie eÍ prOdi}.0.Q g~ _5~ __cr~tiY i<!_~d.. ~S~~_?nt<Íl).<:il (2).
En lA Ciencia Nue~·a primera, y ra m b t~n en la segun ·
da, después de haber establecido su principio. se
apresura Vico a añadir que el redescubrimiento de
los orígenes de la Historia, a través de nuestra prop!a
mente, y de su poder de relacionarlo con su prop10
pasado, establece una filosofía del espíritu huma no
''al objeto de conducirnos a Dios, como la .:terna pro · h
l videncia".
· La última sección del primer libro trata explícita-
mente de la._}'rovidencia como perfección de los prin-
-~e Lq__~i~~~.~(¡ J!.}!-~· Es carac~e rís.t ica m e nte
introduciCia como el metodo de La C:encw Nueva,
como la manera ordenada y legal con lo que el rnun ·
do histórico toma su forma y desarrollo. No existe,
según Vico, mundo civil gue haya sido establecido
sobre el ateísmo (3). T odas las civi li7.a~ioncs, ley<:s e
instituciones, en particular las más primitivas del ma·
trimonio, inhumaciones (4) y agricultura . .:stán fun -
dadas en sacrificios y riws, en alguna forma de rdi -
gión, verdadera o falsa, Cristianismo o pagan!smo. Ya
que todas l2s naciones comenzaron con el culto de al-
guna divinidad, en el estado-familiar íos paJrcs deben
(1) SN, núm . 2.
(2) Véase la op. cit. de C~occ, págs. 115 y sss:
(3)SNJ, núm. 8: SN., núm. 1110.
(4)SN, núm. 12. E:.! matrimonie y los e nterramicn:os con-
sagrados son .las instituciones prirni:i vas más humanitarias,
tanto más cuanto, de acuerdo con V ico, su et imolog!a deriva
de humanitas, h umando.
176 Pt'.ü 'J \t\~'t.Jt.\ rx: -': L ~-ct.~'"'.. 'VC 1"\~ , ... :, ~·~.;'..
r"-..-. .....Jü
,l
haber sido los entendidos en divi nidades tu telares,
1
los sacerdotes los que verificaban los sacrificios, para
asegurarse los augu rios o su significado, y los reyes
los que incorporaron las leyes divinas a sus fami lia·
n?s {l ). A un los hombres más salvajes y monstruosos
no carecen de senlimictuo e instituciones religiosas, y
1;; más sah·aje de las supersticiones es más creativa
y superio~. moralmente, al estéril ateísmo. La filoso-
fía tampoco puede reernpla1ar a la religión, y lo que
Polibio di jo (que si existierau filósofos en el mundo,
no habría necesidad a!guna de religión) es una pro-
íund a equivccación, porque la filosofía no existiría
sin una comunidad establecida. que, a su vez, no po-
d :<i existir sin religión {2). Cuanto más subyugado se
encucn tr<t. el hombre por las iue rzas natu rales, más
desea aigo superior que le sah:e (3 ). Pero algo supe-
rior al hombre y a la Na ruraleza es Dios, cuyo poder
('S al principio percibido por medio del temor (4), que
impusa al hombre a buscar protección por medio de
los sacrificios y de las prácticas adivinatorias.
El pri nsJ,e~~b u to__ie__~c_>d~_).Q~.J!Lo~~-s-~~J •..siD..
embargo, la Providencia. Divinidad, de acuerdo con
'fa-~timologíade vTéo;-·s!! deriva de adl'uinación: . el
an helo de alcanzar y asegurar la predicción de lo que
la Providencia ha ad judicado al hombre. Cons ultar
a !os oráculos, así como las pr<icticas adivinatorias,
constituyen, en cuanto se refieren a asun tos sociales
y políticos de los hombres, una de las más ;:n riguas
e importantes características de rodas las religiones
primitivas. Abanconado a sí mismo, el hombre se -:
halla bajo la riranía del amor 9ropio, deseando sola-
men ~e s u propia utilidad, !o cual descrui ría toda exis-
tencia social e histórica, y, por tanto, la existencia
humana toda. El hombre solo puede sujetarse a los
órdenes d'! !a fam ilia, de la sociedad, del Estado y de
(l i SN, nú m. 250.
(2) [d., 1i9 y 1110.
(3) Id., 339, 379 y 385.
(1) Id., 382. ; ..
;\''J )-1,,',, ' · ... .
177
·.GJ, ·. . ,..• ' . ~
t,¡j \\'JT;t.- ·12
'_, ....
-.J'N •.:,1\'~: t• .
,\ ,o.J , \ '•V
1 ___...--.:
·..___
la Humanidad por los designios providenciales. Dt: las
pasiones del hombre-.:ada una ocupada en su pro·
pia ventaia- ; de la ferocidad, de la avaricia, de la
ambición, la Providencia o divina legislación crea las
clases militares. mercantiles y dirigentes; la íortaleZa.
riqueza y sabiduría de las comunidades, y ias leyes
naturales de las naciones. La Providencia ~ransform a
los vicios naturales del hombre, capaces d;! extirpa~
1 la Human idad de la faz de la tierra, en felicidad ci·
vil , "porque las cosas no pueden establecerse ni durar
fuera de su orden natural" (1). La llamada ley natu·
rnl es, desde siempre, una ley civii, basada en la teo-
1 logía civil.
No obstante su origen sobrenatural, la providencia
~~ __p,:o~~n-··1a int~rRr~.~c~Ó~.--yíéo;-=~~~..
.forma tan natllral; simpl~ :t.l9~.!U~Lq.ue...Ca$1. comc1<le
coii' 'iasTeyC$50cíai'és del desarrollo l)i.~tórico mismo. .
ActúaCli~;ívamcnte por causas SCCtJn'éin-
rias. en la "econo!TÚa de las leyes civiles", y lo mismo
se produce, aunque con menos transparencia, en el
o rden físico. " Su orden es desarrollado tan ficilmente
c.omo las costumbres natu rales de los hombres" (3).
La Ciencia Nue1.'a es, consecuentemente, "una demo:;-
1 tración , por asf decirlo, del hecho histórico de la
Providencia, porque . debe ser una historia de las for·
mas del orden que, sin intención ni disce rnimiento
1 humanos ... , la P rovidencia ha concedido a esta gran
ciudad de la raza humana" (4). Una vez que dichos
órdenes fueron establecidos por la divino Providen-
cia, el curso de los asuntos de las naciones "tuvo que
ser, debe ahora ser, y cendrá que ser" tal como la
Nueva Ciencia lo demuestra (5).
En vista de esta manifestación, !os modernos cri·
ticos de la concepción -de Vico de la Prm·idencia,
(l) SN, núms. 132-36.
(2) [ d., 630.
(3) I d., 343.
(4) Id., 342.
(5) Id .. 348.
178
estin en verdad justificados al decir que para nu .....
tro autor la Providencia se ha convCítido en tan na -
tu ral, profaña--7-·hiStÓriCa comO SI no CXIStlera en
--,--.- ·-···----------·--
· ·-··-·· .. ,..
absoluto (1). Porque en la demos traáonae-Víco-ae
'iíquella·· no q·~eda nada de la operación trascendente
y milagrosa que, de San Agustín a Bossuet, caracteri·
z:t a la providencia. En Vico se reduce a un marco
de referencia, contenido y sustancia del cual no con-
sisten más que en el orden permanente y universal
del mismo acontecer histórico. El Dios de Vico es
wn omnipotente que puede abstenerse de interven-
ciones especiales. Se produce por completo en el cur-
so natural de la Historia por sus medios naturales:
ocasiones, necesidades, servicios. Y para los que pue-
dan leer este lenguaje natura: de la providencia his-
tórica real en la historia social del hombre, la Histo-
ria es, desde su primera a su ültima págin:1, un libro
abierto de admirable traza. .
Fundada en el principio de la teología civil, !.a
Ciencia t\ 'ueva es, en consecuencia, capaz de describir
la "historia eterna ícleal" recorrida por la historia de
cada nació:1, A l contemplar esta pauta típica de la
historia en todos lugares, tiempos y modificaciones,
el hombre experimenta un "placer y satisfacción di-
vina", es decir, la satisfacción de una .necesidad oue-
rída y esperada; porque el dt>.seo egoísta. de! horr:bre
es demasiado débil y corrupto para convertir. solo
y sin aquella ayuda, la anarquía en orden y los vi·
cios en '>;irtudes. ,..
El énfasis de la providencia se desarrolla al propio
tiem po que · la polémica cont:·a ia crcenc!a en fatali-
dad y azar de los estoicos ·.:' ~picúreos (2), tanto an-
tiguos (Zenón y Epicuro), co:no modernos (Spinoza
y Hobbes, no menos que Maquiavelo). Unos y otros
niegan la providencia, a causa de que son pensadores
monásticos o sotitarios, desconocedores de la econo·
(1) Véase Pcters, o p. cit., cap. VII.
C2) SN. núms. 5. 130, 335, 342, 345 y 1!09.
1' ·
179 t.
 ~ ·
~-
•
mía providencial de las cosas civiles. Lo qu e. dist in -
gue Ja c reencia en la providencia de . la crecnct ~ en ~a
fa tal idad o en el azar es que la dtvma P rov td enclll
u tiliza para el logro de sus fines universales la \'Olun -
tad libre, si bien corrupta, del hombre. La doctrina
de la fatalidad ignora la dialéctica en tre la necesidad
providencial y el libre albedrío; y !a doctrina. epi -
cú~ea del azar reduce la libertad a méro capncho.
Los principios de providencia y libertad son, r.o obs-
tan te, ig ua lmente verd ad eros e igualmen te impo rtan ·
tes ( 1). Pero también es evidente que en la manera
en que Vico n os los presenta no están equilibrados.
El simple hecho de que le parezca demostrable la
providencia implica que asigna a una perfecta nece-
sidad lo que p arece haber sido ocasionado por e l
azar (2).
LA DIALÉCTICA Dll L,\ HISTORIA
No obstante Jo decisiva que la teoría del conocí ·
miento de Vico es pa ra el fundamento de La CienciCI
Nuet:a, no debe ser tomada literal mente, ya que en
sus consecuencias puramente teóricas . !a conversión
de lo verdadero y de lo creado conduciría, necesa ri a-
mente, a \il conclusión, ~omP.!.~~~-~~.~~~?: a!_~: n­
.sam.iento • ..d.e.... Vico, gue el hQJ:ll~E~.. :~_:!_..9i.o~_9.:._~n
.HiSlQJ:.ia, que crea su mund o med1ante su !Tbrc acti -
vidad y, conociendo, consecuen cemente, de forma es·
pontánea, lo que ha hecho, hace y ha ~á. Crocc, pa ra
quien la H istoria es una "his toria de !iber~ad", no de
providencia, interpreta a Vico en este sentido, y, por
tanto, se ve obligado a eliminar todo lo posible e !
pensamiento de. Vico, sob re la p~ovidcnciJ, de sus
pretendidas "tendencias .reales''. De acuerdo con la
{l) SN/, núm. 9; SN, núms. 136 Y 310.
(2) Cfr. De antiquissima /cclontm .tapientia, de \'•co (Op,··
rl', 1, ed. G. Gentile y F . Nicolini (B:;ri, 19H)), cap. VIH,
en el que parece como si la fortuna, el azar y la fatal idad
fueran en conju nto reducibl es a la Providencia.
180
..
interpretación de Crot:e, el h umano co nocimien to <lt:
Jos asuntos humanos es, en verdad, idéntico cuo:llita-
tíl':tmente al conocim!ento di•<ino; porque el hombre
crea el mundo his tórico pcr su actividad libre, y, al
p~nsar, rehacer su propia cr~<1ción . conociéndola así
completamente. "He aquí un mundo rea l del cual I'Cr·
d.:!deramentc el hombre es Dios" (1). Croce entien-
de la coinciden cia entre el uen1111 y el f nclw n, no
sobre la base de la creencia de Vico en la providen ·
cía. sino sobre la de la dialéctica hegeliana de sujeto
y objeto y de suje to un iversal y par ticular. El in di·
dd uo paríicular que hace historia libremente se su- ;
pone que es un individue racional y uni\·ersal: esto '
es, un universal concreto. Bajo este supuesto, la pro·
,·idcncia es tan superflua y pertu rbadora como la fa-
tzli dad y el aza r, porque todos ellos separan a1 indi-
viduo creador de su producto, actuando a sus espaldas.
En luga:· de eliminar e l capri cho de la Historia, d ice
Crocc, la fatalidad , el azar y ia providencia no hacen
más que reforza rlo. Pero ten iendo en cuen ta que la
concepción cristiana de ia H istoria es ei trabajo de
Dios, tiene una superioridad sobre la doctrina antigua
de fatal idad y azar, por suponer unn actividad libre
creadora como última fue.nt:: del p roceso histór ico; ~. '
es natural "que por gra t it ud a est.:l concepció n más
elevada .. . de bemos inclinarnos ¡¡ d a r a la racionali-
dad d e !a H ist0ria el nombre de Dios ... y llamarla
providencia divina" (2). En tendida de es!a forma, la
provide ncia tiene el doble. valo~ d~ "critica de las
ilusiones individuales" (como s i :os iatcrcscs .indivi-
duales fueran toda la realid ad de la Historia}, y como
un a "crítica de di vin<• trascer.dencia". Toda men te
cv n buen sentido histórico debe adoptar este punto
de vista, piensa Croce, debiendo responder ei proble-
ma de la Historia por y en la Historia m isma, sin
recurrir a la fatalidad o al azar, a Dios o a la provi·
(1 l Croce. op. cit.. vágs. 28 y $gS.; 115 y sgs.
(2) Id., 116.
181
lf-0
1 , ~. .....,
L . - -·
dencia: Está claro,. sin embargo, que este no fue el
1 punto de vista ·de Vico, gue contempló el curso de la
~toria de modo mucho más apropladq:¡ ..tl. de.ctZ.
como un mundo hecho eor !os hombres, v. al propio
~o. sobrepasado por todas partes por al gg_g~
1 está mas cerea de la fatal idad que de la.35SLQ.n__y__cl~~­
~ La H is,oria no es solamente realidad y
acción. sino también, y aun primordialmente, ac on·
1 tecimiento y sucesión. Su propó~ito no es uni~orme,
. sino que presenta una doble verticn te.
La descripción de Vico de esta dialéctica de la His·
toria es de lo más impresionante, y está m:\s de acuer·
1 do con la experiencia común de la Humanidad y con
un sentido des[ntercsado del acontecer histó rico, que
lo está el liberalismo filosófico de Crocc. Vico no nc
esto en ciaro, desd e el mismo comienzo, c u.m dÓ e x-
1 plica la alegoría, d is t inguiendo entre Naturaleza e
Historia. La t-.1etafís ica contempla el mundo civil de
los humanos espíritus en Dios, esto es, a la luz de In
1 providencia, y en el centro est:í un alta r para el culto
y los sacrificios, porque "El nos ha dado la existencia
de nuestra naturaleza social, conservándonos median·
te ella". AJ dotar esta propiedad (nuestra natu raleza
1 social), Dios ha ordenado y d ispuesto de tal forma los
asuntos humanos, que el hvmbrc, habiendo cejado d e
ser justo por su pecado original, y alin intentando
casi siempre hacer algo completamente cm11rario 11
1 _ diferente-siendo así que pensando exr.lusi\·ament~
?'en términos de utilidad privada. -:ivirían solamente
como bestias salvajes-, ha11 sido conducidos por esw
1 misma utilidad, y o lo largo de los diferentes cam inos
mencionados, a vivir como hombres en justicia, y n
observar su naturaleza social, reuniéndose en comu ·
nidades" (!). Partiendo de la ferocidad, de la ;¡va ri·
K!: cía y de la ambición, la providencia crea. v;;liéndose
de aquella divina legislación, la fortaleza, la riquc7.:J
(!) SN, núm. 2. El s ubrayado es nuestro.
182
[L___ __...;:¡
: .~
'
·--~
; y la sabiduría de las comunidades ( 1). Y de n ue ,•o
t , ~ hacia el fin de su libro, cuando Vico vuelve a plan·
·. , tear ei__ruiroe( principio incqntesn~ble de lA Cie.tJ.f:is! ¡
Nl~e::_a_;_ es deci;, que d ~ombl.Lh.<! sr~ado e.s~.ml9 \
d.: las nacitlnes, contmua_r::l<tntfe.Stm!.d..o-y esto es
1
para -él caw:bié~oatcstable-que _;_s_t_e m JSffiQ_JIUJn:....
do c~~.il de~ ~~~-~~~a~~rit~;~ "con_lr~~
oa a11erente, a veCI!J. <:_ómplet~!..nente...,EE!~~~.!. y ~!E!!:­
pre superior" a los fines particulares pe rsegu idos por
~cs.ll.óinbrer.t:uyontnrtmJur.:o!m.'tiYoS.COri'YertRiose;
.med ios para 'r.lás ampl ios fines, h_ílO.Jitdo _emp~_¡¡_dos
s iempre para coñser.va·r-ia ··ra.Í:"l humana sobre la tie··
rra···
(2). En laHfStoría""¡O$Í;;ñ1brc5.-ñO"Sá·b~n lo.~c
qutercn, porque algo diferente a su de~eo egoísta es
querido con ellos.
Los hombres quieren satisfnccr su bostiJI con cl:p isC: cncia
y . abandonar a sus hijos, e inauglJr an la c1st idad de l
trirnonio, que estableció el origen de las fam ilias . Los pa ·
drcs quieren ejercer. sin restrit:ción al&una. mando sobre
ma·
sus dependientes. y les sujttan a los poderes civiles , Ni~tcn
de las ciudades. Las órdenes nobles reina nt~> quieren abu·
sar de su libertad señorial contrJ los plebeyos, y resultan
obligadas a someterse a las leyes que es tablecen la libe r·
rad popular. Los pueblos libres quieren s~cudirsc el yugo
de s;~s leyes, y qucd Jn sujetos a la rcate1.1. Est<~ pre tcadc
refona; su posición er.vilecicmlo a sus súbditos con toda
la bajeza del vicio. pr~p:mlndolc~ así para sobrclle\'ar b
esclavitud a manos d~ naciones .m:ls podero sas. Las nudo·
ncs quieren disol\'crsc. y sus restos huyen al dc~roblado en
busca de segu:idad. y allí, cual ave fé n ix. :csuci tan . Lo que
ha real izado todo esto fue espíritu, ¡¡orque el hombre lo ha
hecho t.lediantc s u inteligenc ia; no fue fatal idad. por que
lo hicieron por el ecc:ón; no fue azar. porque lo~ resulta-
dos de tales accio ~es ~on eternamente lo< m ismos 01.
(l)
(2)
SN, núm. 132.
fd .. 1 108. El subr~yado es nuestro ..
(3) ld._ cfr. d resu men de C rece ú estn dinl~ctic:l (oD. cit ..
p:i¡::na 118). "Los hombr11s per> saron csca¡¡ar de las amenazas
dd tronante cielo llevando a sus m ujeres al intcriN de cuc·
,·as, en donde sati~facer sus pasi ones ocultos a la m1rada (le
Dio s; y por mantenerlas Jsí, en u!la secura reclusión. fund~·
ro n las primeras reuniones cast~s y lJS prime~as soci ~d.1dcs:
183
.
,.
1 ,·
·- - ~--- -··
Esta dialéctica entre objetos particulares y fines
universaies:entre l~saccioñes-·de !oslli)inbres'' y-·-sus
-·resuTtaaós;· ño-es;· coiño_
__pr-dt.ende Crocc, una humiiñ·a··
comedia de errores, sino una comedia de verdad, di·
vina. comparable a la actuación de la pro"idcncia en
fa Filosofía de la Historia de Hegel, esto es, el "ardid
de la razón". La misma dialéctica que el párrafo an-
tes transcrito describe, en térm inos de ins tituc iones
soCiales, actúa, en el orden temporal de la$ edades,
en la suc.esión de l¡¡s éoocas divina y teocrá tica, heroi-
ca y humana. En tod~s estos des~rrollos histéricos,
!a dii.:ina Providencia sabe ser supremamcnte admi-
rada, "porque cuar.do las intenciones de los hombres
fueron otras muy diferentes, los condujeron, C!l pr i·
mer lugár, al temor de la d!vinidad, y el culto de
esta es la primera base fundamental de las comuni-
dades': (l ).
. REL!GIÓ.I' VERDADERA Y FA LSAS RELIGIONES
Ha sido rectamente observado que lo. radical di;;-
ti nción de Vico entre verdaderas y falsas religiones,
ent re Cristian ismo y pagc:n ismo, tiene poco que ver
con su particular íilosoíía de la Historia, y que el
el matrimonio y la tamilia. Se mortificaron en lugcres ad(•cua:
dos, con la intención de defenderse a sí mismos y dcle:\dcr a
sus .familias, pero. en realidad, con ella pusieron fin 2 su
vida nómada y a sus correrías primitivas, y comenzaron a
aprender la · agricultura. Las débiles y lo~ desordenados. re-
ducidos a la extremosidad del hambré }' del :lniquibmicnto
mutuo, tomaron refugio en estos !usares fortificzdos·. para
salvar sus vidas. haciéndose sirvientes de lo~ héroes. y así.
sin percatarse de elle, elevaron la familia a una condición
aristocrática o · feudal. Los aríst6craÚ1s, jefes fcud;;!cs o po -
cricios, una vez .su domir.io r econocido, confiaron cot· ddcn-
derlo y asegurarlo ·por el más severo tratamiento de sus sier-
vos, los plebeyos, pero de c~ta. forma despertaron <!n estos
la conciencia de su propio poder, y los convirtieron on hom·
br~s; y cuanto más los patricios se· cnor¡:ullecí<on de su 1.m ·
triciado, y cuanto más luchaban para conservarlo, m:is efecti-
vamente contribuían a destrozar tal estado de cosas y a c rea r
la democracia."
{1) SN, núm. 629.
184
'
• • • • - .J
punto original e interesante d~ su libro no es la d is·
tinción corriente entre h¡storia bíblica y profana, sino
la sab idu~ía con que trata de las religiones de los
gentiles, bajo !a misma consideración que a la reli-
gión verdadera, reduciendo de esta forma al mínimo
la diíerencia entre cre~ ulidad y fe , imaginación poé-
tica y verdad revelada. Lo que los Uf)e es la provi-
ckncia de l desarrollo histór ico, que todo lo a braza.
P~ro ¿ cónto puede · ia prov¡dcncia fundar una COil t¡~
n\.l idad ent re la creencia primi tiva en júpite r (deus
outimus 1naximús), dios del cielo, del rc lámp<lgo y
rl~l trueno, a qu ien !as naciones r;cnt.iÍes, "en fonna
..·erdadera. pc;-o .en sentido falso" 0), at r ibu)e ron la
di•ecciÓn de sus asun tos, v la verdade ra fe en el Dios
cristiano verdadero, que ;s, sin embargo, también un
drms optimus mm:imus? La respuesta es que la ver-
dadera providencia, dirigiendo la His ~oria para la
mejor guarda de la Humanidad, llevó 2 las primeras
,....
gen~racioues de los hombres a la verdad , valiéndose ·.·
de una falsa religión, por la incapacidad natura l de
!os humanos para conc!)bir la religión verdadera, en
espíritu y rectamente. La providen.cia histórica, antes
OC reve]a rSC <l SÍ ffitSn13. en cJ amOr de j)UfO SaCrificiO L··
de Cristo, cil sus após toles y en la Iglesia, tuvo que
aparecer a los genti l ~s en trueno y r elámpago. para
torna.r a los hombres, por el temor, en religiosos y
civilizados. Eh su imaginación material, aquellas . pri·
mitivas gcnera<:iones de hombres no podían . crear sus
dioses sino inventándolos, á guisa de . poetas, literal-
mente hacedores (2).
Este punto fue para Vico de w l in1port~ncia para
la génesis del' mundo civil, que como lema de la pri·
m~ra edición escogió !as palabras de Virgilio: A jove
prinópium mu.me (3 }. Jove, d dios supremo cic los
cielos, se aparece a las primeras generaciones de los
f! ) SN. núm. 630.
t2) l d .• 376.
(3) Id., 391.
V
185 '
.'•'
 hombres en trueno y relámpago terroríficos. D.: é!
viene toda la sabiduría vulgar, es decir, la sabiduría
que no es ni revelada ni racional. sino originalmente,
una ciencia adivinatoria, de a,·eriguación mediante
auspicios: l;; sabidu~ ía vulgar, pero religiosa de red as
las naciones paganas. Atemorizados ?Or el g:·an eíeno
del rel2mpago, la primera raza d.! los ho:!1b~.:s -:os
gigantes-fueron sab~dorcs d~ cielo (uran,Js), que,
por analogía consigo mismos. se representaba:¡ como
un gran cuerpo animado que intentare decirles algo.
Le dieron el nombre de /Ot:e. "Entonces comenzaron
a ejercer la curiosidad na tural que es hija de la ig·
norancia y madre del conocimiento (musae)'' (1 ).
Para aquellos hombres todo estaba "lleno de }ove"
(fovis omnía plena). E::- el más fuer te, mejor y ma-
yor (optimus, liraxímus) numen; re y de dioses y hom·
bres; y por no haber destruido a la Humanidad con
sus rayos recibió así mismo el título de "salvador"
(soter). Estos hombres. rudos y salvajes, entendieron
a la divinidad y a la providencia con un sen ti do hu·
mano, que era el que poseían ; y al desesperar del
auxilio de la Naturaleza, desearon algo superior a la
misma que los defendiese. La misma providencia
•permitió que fueran engaiiados en el temor de la
falsa divinidad de /ove" (2). Así, a rrav6s de las den-
sas nubes de estas primeras tempestades, inrermiten-
temente iluminadas por el r<!lámpagc, llegaron <t com·
prender la gran verdad de que la providencio di\'ina
vela por la bienandanza de la Humanidad toda.
Nada se d ice en La Ciencia Nueva acerca de fe .
sucristo, como punto decisivo de la histo~ia del mun·
do, y casi nada acerca de la aparición y expansión
de la Iglesia Cristiana, cuando Vico describe el co·
mienzo de los tiempos modernos, es decir:· la Edad
Media. Para Vico es mucho más importante que le
aparición singular de Cristo en el inundo de los pa·
(1) Cfr. SN, núrns. 13, 365. 3i7 y s~.: 391.
(2) Id., nt'•ms. 385 y 948. El subrayado es nuc~1:o .
186
"anos, el paralelismo y J¡¡ contemporaneidad ideal de
o . . . . . . o
:a antigua Roma y de las primitivas ¡nstJtucJones cns·
tianas. Primordialmente, lo!\ riempos primitivos del
Cristianismo son para él ;Jna repetición. un nuevo
tk~rbari smo heroi;o -de heroísmo personal (márti·
res), de guerras piados<ts (cru7.<~das) . de cscla\·itud
heroica (por ejemplo: relaciones de crisrianos y
turcos), de reycs-sacerdores y de instituciones feu·
dates (1).
Un nuevo desarrollo comienza después de la des-
integración de Roma, pero esta vez, sin embargo, al
tratar de la religión, no con fove, sino con la religión
verdadera y revelada. No existen en Vico hucllns de
la rer.dencia apologética que inspira las obras de San
Agustín. Ni defiende la fe cristiana ni at<tcn o critica
las supersticiones paganas. Personalmen te. es ta ba de-
masiado enraizado en ia tradición cristiana ca tólica
para reflexionar ace rca de las posibles consecuencias
de su interés relativo. así como de su erudita prcfe·
renda por tradiciones y autoridades antiguas no cris·
tianas. Presuponía la firmeza del Cristianismo y te-
n ía en cam bio que desc.ul?rir .la sa~i~.~ rí:1 L'll/.~tlr dé
la humanidad pagana y la ocu lta verdad de su mitO·
!9gía. ·o e-análoga fo rma, las virtudes cristianas de 1!~·
pcranza, fe y caridad erun para él algo de unA gra11
seguridad cuando vindicaba, no moral, sino hist~)ri ­
camentc, las virtudes históricas de forta leza, prut.kn·
cia y magnan imidad de los paganos (2). Fascinado
y:Jr las antiguas tradiciones del mundo de los paga·
nos, romó mucho más en serio que San Agustín y sus
seguidores la ciencia uana y la vacía sabiduría de
aquellos. _Es tos últimos no vieron en las mitologfas
griega y roñ1ana más que insensatez; Vico -iescubrió
su._sentidó:·-En ·principio, Vico interpreta la religión
como un ícnómeno civil, profano e histórico. Cada
nación profana tiene su Jove, como tiene su Herac!es,
(l) Cfr. NS, núms. 1019 y l 055.
(2) Id., núm. 1099.
187
1
1 sus ritos agrícolas, sus cultos matrimoniales e inhuma- tradic io;1al teología de la Historia, d!! San Agu st!n ..
torios. Pero como la Providencia divina actúa med ia n- Bossuet, es. sin embargo, notable. En esta última, la

1'. ~. te tan s imples y naturales expedientes como son

costumbres y trad ición, la continuidad entre las
tradiciones precristiana y cristiana le parecía bien
historia del mundo pagano se explica cen tralizándo! a
en el destino del pueblo judío. En cierto modo, la
divergencia entre V,co y Bossuet es aún mayor que
~· .

esta blecida. La a lternativa rousscauniana, que las re-
1 ligiones políticas de la Antigüedad fucror. útiles, aun-
que falsas , mientril:J el Cristianismo es verdadeiO. pero
inútil socialmente, no se le ocu rrió a Vico. De ello,
que también pudiera despreocuparse en absoluto del
1 i;
in tento de Rousseau de hallar una síntesis entre la
re ligión universal {cristiana) del homin·e y ia de!
1a que separa a este último de Voitairc, quien d esear·
tó en absoluto la histona sagrada, refiriéndose a lo$
judíos como si fue ra n escitas o griegos. Para Vico,
el único lazo de u:1ió r. entre la historia bfhlica y los
comienzos de la humanidad pagana después del Dt-
luvio Un iversal es la idea de q ue tales salvajes prin-
cipios constituyen el castigo del pecado original y una
;.
¡

ciudadano, en una especie nueva de "religión civil regresión de la anterior historia sagrada del pueblo

1 cristiana" (1). Para Vico, la teología cristiana es una

mezcla de la teología cívil, de !os poetas teológicos
de la antigüedad, y de la teología natural de !os m:!-
tatísicos con la teología revelada más sublime (2).
escogido. En rea lidad, sin e mba rgo , Vico elimina la
Biblia como fuente histónra, no obstante sus repeti-
dos intentos de probar su verdad con fuentes profa-
nas. Afirma el origen independien te del pueblo

1 Solo ocasionalmente afi rma Vico, lo que-: considera

patente a todas luces: origen y carácter excepcionales
escogido; pero, precisamente por esta razón, los
piincipios de su historia no se incluyen en La Ciencia
de la religión cristiana y del pueblo jud ío (3). Natu- Nueva. Por todas pnrtes si! recalca como módu lo de
la historia universal y modelo típico del segundo cur-
1 ra leza y desarrollo de los hebreos son algo apa:-te de
los de tod as las demás naciones. Para alcanzar la
humanidad ra cional, estas tuYie\On que pasa r desd e
so en la H istoria de la Edad Moderna, el prcgreso y
la decade ncia de la Roma ar.tigua ( 1).
una concepción de animalidad por una edad heroica

1 y divina. Gracias a .la especial revelación de Dios, los

judíos fue ron humanos desde el principio, e incluso
de estatura normal, mien tras que la raza de gigantes,
EL ACOSTECt;R HISTÓRlCO Y SU ltEPf.TICiÓN

Vico d ist ingue en su libro, de acuerdo con una ah·

de la estirpe de Sem, Cam y Jafet (que repudiaron tigua uadición egipcia, tres edades, a continu ación

1 la religión de su padre Noé) hubo de sufrir un largo

y laborioso p roceso de domesticación. Contrariamente
de la edad prehistórica de los gigantes. Son las si·
guicntes:
a toda religión pagana, la hebrea fue fund ada sobre la
l ." La de los di oses, en l;¡ cual los pagunu~ creyeroi.

1 prohibición exp lfcita de las prácticas ad ivinatorias;

porque el D ios de Israel es Espíritu y no puede ser
vivir ba jo la auto.-idad divina y todo les era oráe:~::do PO•
medios de auspicios l' oráculos. cosas las más a n;i;¡ua~ de
aprehendido por los sentidos.
La diferencia entre la teología civil de Vico y la
la histor ia pagana. 2.' Lo de los héroes, en Que esto~ rei-
naron por doquie r en co::llluidadcs aris:ocrát icas, deb ido a !·
1 (l)
(2)
Véase Contrato socia!, libro IV, cap. Vlll.
SN, núm. 366.
una cierta superioridud natural Que creyeron poseer sobre
el populacho. 3.• La de los hombres, en IJ cual tod os los

(3) I d., núm s. 13, 54, 165 y sg.~.; 295, Jl J. 365 y J J lO. (l) SN, pá¡:s. l04i y sgs.

1 !SS 189
1
1 ... 1
...~.:~

l ::~ í 4-Lf-
1 :l
1 ~
,.
hombr:S reconocieron tener igua! nawraiczJ humana, es-
t
tablecaendose, en consecuencia. ¡)rimc;o, I,1S comunid«d<:s
populares Y. después las mo:Jarqu (~, (l).
1 La ~dad d ivina es, estrictamen te, teocrática ; la he-
roica es mitológica, y la humana es racional. L:~ pri-
1 mera Y la segunda son épocas poéticas, en el sentido
li teral de la palabra, esto es, de imaginación creado-
ra. Por corresponder con estas tres clase$ de natu-
raleza y gobierno humanos, Vico distingue, analiz:J.n·
1 '\:
do en detalle, tres clases de idiomas v caracter'"S
(sagrado. simbólico y vulgar), de leyes ~aturales, de
estados civiles y de jurisprudenci a: todas unificadas
en su sucesión e informadas por !a P rovide:1cia divi·
1 na. ~¿te _e~.? ~~gui ar y típico de la Humanid:~d es
~n. progreso en tanto en __cuanto conduce de la anar-
qu~~-:~T~!il~- --~~ h~:·_costumbres heroicas a otras· más
1 .. ~i~i_li_~~~::~...x~:f_a~iq[l-ª!~5. No. obstante, con.!;tit uye U.tl
progreso sm ob¡eto y sm posibilidad p ráctica. En rea·
,·
f. 1: lidad, su objeto_ es la decadencia y la muer te . después
t\ 1 . de la cual com1enza de nuevo un moderno barbaris-
1 mo, el en t~ro ~orso, ex rendiéndose en un ricorso yu e
\ es, al prop:o t1 empo, una resu rre cción. Tal n'corso se
ha producido ya una vez después de la caída de Roma,
en el retorno creador de los tiem pos bárbaros de la
1· Edad Media. Para Vico es una cuestión no resuelta
si al fin del presente corso-- que ya es ricorso -·se
producirá un ricorso semejante; pero ello puede ser
1 ·'
af!~mado resueltamente, de acuerdo con su eniática
teSIS de que lo que ha ocurrido en ei ::J<1SJdo volver.í
!l. oc~rrir en forma seme jante en el futt~ ro. de confor-
midad con· la· carzcreríst:ea permaneñie dci acontecer
1 histórico (2). Consecuentemente, Croce tiene razón al
decir .q::e. Vico "no acertó con la idea d e progreso"
aunque no- ta· 'teiigá"al'-atribuir el fracaso de Vico en
''elevar su deidad pro videncial en deidad progresiva"
(1) SN, núm. 31.
(2) id., n úms. 348 y sgs.
190
1
a la turbación de su pensamien to por la idea de la i!
trascendencia (1). M:ís bien es la misma inmanencia
ll
de la concepción de. Vico lo que le impidió trascen-
der su ciclo his tórico natural de flujo y reflujo hacia
un tclos, por medio de un "cnriquecimaento perpe-
i1
'
tuo" (2). Se prueba esto, indirectamente, por el hecho
1
de que Vico se contradice al considera r, hacia el fi-
nal de su libro, la posibilidad de un !elos final y de
un ajuste del proceso histórico. Al pasa r revista a la
1¡
escena contemporánea de Europa, Rusia y Asia, se ¡
a\•entura a decir que una completa humanidad parece
ex tende rse por todas 1:!!; naciones. porque unos cuan -
'
j
lOS monar:::as cristianos dirig.;n los d~stinos de este
j
mu ndo de pueblos, aunque todavfa sobrevivan algu .
nos pueblos bárbaros (3 ). Gracias a 1<1 re! igión cris-
tiana, el mundo parece haber adquirido unas cost um-
~ .
1
bres más humanas. Los poderes soberanos se han
unido en confederacio nes, comparables a la nn t igua l,
forma de gobierno bujo reyes de fami lias soberanas.
lncompatibl u con esta concepción rxpcrim..:ntal de
!!
un "mundo cdstiano" como la perfección d e la His-
toria, es el consecuente t<! ma de su libro, q ue insiste
en que la,BistQria _no t iene solución, ni puede llegar
a--~~~~nti~ada_0?_0r9üc' s'\j-¿¡:¡¡:·so" estd sujeto_ a T!!PC·
f.-:
-
•
ticioncs. El cu rso ñoimal es ·bastan te simple: "Los
·110mbrrs sintieron primero necesidad; después bus-
caron utilidad; seguidamente se preocuparon de su
:.':·
}···
t
comodidad; todavía después se divirtieron placente·
ramente; m2s tarde, el lujo los volvió disolutos v fi -
nalmente, se han vuel[Q locos y han perdido su· ~us­
tancia" (4). Algunas \:eces la Providencia ':!ncuentra
',.
~-
{1) 0¡;. cit., págs. 133 y 143 y s~.
(2) Scm.:ia.nte al COr.IPromi so liberal de c~oce e ntrc re·
torno y progreso es la soluc ión m:trxistJ de M. Lilshit7.
(ob~a citada, pág . .;14). M. Líf~hit7. est:í con,cncido 'de que
..
en el proceso de J¡, re volución comunista "el desenvoh'i·
miento de los negocios humano" vendr.i a ser, natura!mcn tc,
" e! pulso natural del o~ganismo social".
(3) SN, núm. 1089 y sgs.
(4) Id., núm. 241. Cfr. también núm. 24J.
191
1
14-5
1
~··
\
un remedio d en tro mismo de la nación, con un diri-
gente c omo Augusto, o en el exterior, pe rmitiendo
que la nació n, sies incapa z d e gobe rnarse a sf mis ma,
sea conq u ista d a y su byugada por algún pueblo ex-
t raño. "Pero si la ú ltima enfermedad ci•·i! corrompe
a los pueblos y estos no logra n ponerst' de acuerdo
en la eiecc ió n d e un monarca d e entre ellos y t:~mpoco
se prod uce su c onq u is ta y gua rda po r naciones ex-
tranjeras mejo res, e ntonces la providen cia tien e d is-
puesto un r emedio extremo para su radical enferme-
dad" ('1). E ste ú ltimo remedio es el ricorso a la
si mplicidad y al t emor re ligioso d el barba:·ismo pri-
mitivo.
El ricorso n<!_~. Y !til_ J'~EeE~C.i~n CÓ~!l}iP.'ld.in9 .~!!_<t
e$fjj¡_g_Ü~~-hi:stqrica ~on_la.. connotación. juddica ~e_
c:.eelaciqn (2). Ya que e l corso h istór ico r.o ha podido
alcanzar su ob jeto , d e be , por así dec ido, ape!o.r a
un tri buna l rnás elevado pa ra que su case vuelva a
ser oído. El más alto tribunal cejusticia es la his-
toria p rovidencial como un todo, que necesita de una
edad de desintegración y de artificialidad extrema,
el barbarismo de la reflexión, para retorna r a yn
barbarismo creativo de los sent idos, y comenzar, así,
de nuevo.
Porque ca les pu eblos han caíd o, a ejemplo d e t~nt~s bes·
t ías, ·en la costum bre de que cada uno no piense más qu e
en su i nteré s particu lar, y han alcanzado el ex trem o de 1~
consideración, o m<!s bie n, d el orgull o, en el cual conw
animales salva jes se erizan y se desenirc11an ~ la ml-
- .v- ; ni ma contrariedad. As{, en medio de las mayores fcscivi -
.,;-¡.. ' d:~d es, aunqu e form en ffs icamente una multit ud, viven
1 '. com o. best ias salva jes en una profur.da soledad de esplritu
.}:. - y voluntad. Y apenas dos son capace5 de ponerse de acue r-
do, ya que cada uno persigu e ·placer y capricho propios.
Por todo ello, la providencia d ecret3 que, por medio de
facciones contumaces y de terribl es guerras civiles. deban
1 tornar en bosq ues sus cicdacles, y a quello•, en madrigue-
ras y cubiles de los homb res. De est a fo rm a. a tr aVé$ de
( l) SN, núm. ll06.
~
(2) Peters, op. cil., pág. 139.
1 192
1 \
1 , ;'\
¡ ¡
..... J~
largos siglos de barb~rismo, e! moho con¡umirá los ilegi-
times artificios de los ca lcntos mal •ciosos, que les han
conve rtido, por el ba rbarismo de la retlexión, en bestias
1
1
más inhuma nas que el barba rismo de los sentidos h aya
hecho a l os hom bres primicivos. E~te ha excitado un sal-
! vajismo ge neroso. ·del cual •u>o se podr ía defender, preca.
! ''ers e o huir, pero ::qud, con su sah·ljismo bajo, con
: abrazos y sua,·es palabras, conspira contra la vid~ y iorcuna
de umigus e !mimos. De aquí que los pu eblos que han
alca nzado est e punto !j"e maliC'ia pre med itada se hallen
aturdidos y em br utecido$ cuando rec iben el ¡jltimo reme·
dio de la pr o,.idencia ; no aprecia:1do y a la; comodidldes.
las delicadez.as. placeres y pompas, sino solame nte la sim-
plista r.ecesid~d de .-jvir. Y los pocos sobrevivie ntes, en
medio de una abu ndancia de cosas necesnrias para la ''ida.
se l'u el.ven naturalm em e soci ale~. y, al retorn Jr a la ~im ·
plici dad pri mitiva d el pri mer mundo de pu eblos. se con-
vierten de nuevo en religiosos, sinceros y feli ces. A s( la
Provid encia les resr:tu}•e la piedad, la fe ~ la o;erdad. que
son los cim ientos veró~dcros d e la justic•~. y también las
graci as y la b elle'Z.a del orden eterno de Dios" (1) .
Al desc ribir es te r emedio radi cal de un a. l,)nfel'me-
dad radical, Vico pensaba e n el fina l del ciclo roma.
no, pero se expresaba en un k•nguaje tan general, que
lo mismo puede ser referido al año 500 q ue a l 2000.
Esta concl u sió n com porta la última y final sabid uría
de Vico, y de la mi sma. Pro videncia. En los mil cien-
to doce pá r rafos de La Nueva Ciencia, pasa revista a
la ciuC.ac! semicreativa de los hombres caídos, que no
tienen en · sustancia relación con la Ciudad de Dios, \ .
a excepción de llamar "provide ncia" a la le y histo - '
r iconatural de las n acion es. La concepción d e Vico
es, en consecuencia, más bie n clásica que cris tiana.
Como los an tiguos . está profundamente prevc upado
con "o rígenes" y "fund amentos", pero no con la es-
peranza y Ja fe en una perfección futu ra. La histo ria
se repi te a sí misma, aunque en dife~en tes niv eles y
con ciertas modificaciones, y el ciclo de! corso. caída
'l ricorso, si se juzga en sus propios mér=ros, n o es
" clcsesperadc" , como San Agustín dije ra, ·sino la ma.
()) SN, n ú:n. 1106.
t.l)WI TII .- I J
193
•...
 L__
nera más natural y racional del desarrollo histó rico.
Comparada co_¡1 la teoría de los ciclos de Polibio, el
ric'orso d e Vico es mucho más hiscorizado, de con-
formidad con su noción histor!cista de la naturaleza.
La repe tición cíclica subviene, median te el renaci·
miento de la natur:lleza social de la humanidad, a l!l
educación y aun a la "salvación" de esta. Sal\·a ;¡¡
ho mbre al cuidar de él (1). Solo esto, no la reden-
ción, constituye el "fin primario" y el si¡;nificado pro·
videncia ! de la Historia. L3 r<.!pL!Cición del bo: burismo
salva a la Humanidad de una civilizada autodcstruc-
ción.
Col'CLL'Stól'
Dentro del limitado alcance de este estudio nos
hemos vis to forzados a no dar una descripción con-
creta de la riqueza sociológica del ~sq uema de la
historia unive rsal de Vico. Pero, aun así, puede ase-
gurarse, sin te mor a errar, que es más pene trante y
comprensivo que Comtc y Condorcet, y más inspirado
por una intuición original que Hegel. A ! lib rar~ c del
racionalismo cartesiano y de la rigidez teológica de
la historia de Bossuet, no sacrificó s u agudo in telecto
y su realismo maq uiavélico a las ilusiones progresi;ras
de la ilustración.
Ni reemplazó, como Voltairc, províJcncia por pro·
greso, ni, como Bossuet, introdu io la ortodoxia en la
H istoria. Al investigar la Histor.ia como un histor:<l ·
dor filósofo, no intentó nunca dejar de lado !a reve-
lación, y al afi rmar, de la pri mera a la última página,
que la providencia es el pri mer principio para el
entendimien to de la Historia, no tergiversó !a histo-
ria sociopolítica con un punto de vista escatológico.
Su idea primordial no es progreso hacia una perfec-
ción, ni el ciclo cósmico del crecimien to y decaden-
cia n atu rales, sino una progresión histórico-cíclica
(1) SNI. mims. 41 y 8.
194
__.,
de un corso a un. ricorso, en ~.tl..!Jl~O....Ciclo com-
porta una signi{icación providencial, por constituir el
ültilñO· ··r~e ñi-ed lO -~ra la naturaleza corrupta del hom -
bre. El re torno a ü ri ··nuevo barbarismo no redime a
1~ -~-i stori a terrena, pero cura al hombre Jel super-
CIViliZado barbarismo de lo rcncxión. La perspectiva •.
d~ Vi~o es aún teológica, pero los medios de la pro-
Videncia y de la salvación son en sí mismos histórico-
natura ~cs. La Historia, según la entiende Vico, incluvc
un princi pio prehistórico, pero no un final y u~a
consumación, y, no obstan 1:!. es tá regida por la pro-
\'idcncia e1~ beneficio de la Humnnidad.
Así, la obra de Vico t s, no una teología agus tin iana
de la Historia, ni una fi losofía de la Historia en el
sentido polémico de Voltairc, para el n:al la distin-
ción de 1~ ~istori a en sagrada y p~ofana sirvió para
el cnvdcwmen to de la primera. La rilosofía de la
~is t oria de Vico es una "tc.!ología civil racional", equi-
distan te de Voltaire y de Bossuet, justificando direc-
tamente la Pro\'idenc1a divina como Historia. Hállase
precisamente en la línea fronteriza de la deci!:iva tran-
sición de la teología a la fi losofía de la Historia, y,
es, en consecuencia, profundamente ambigua. Las di-
versas reacciones con que fue reci bida re velaron en
seguida esta ambigüedad. La Reuis;a de la Academia ·
de Leipzig sostuvo que e! autor era un jesuita, y su
trabaje _u_n :eaccioM rio in tento apologético de la Igle-
Sia Catoltca Romana. Los ~·onservadorcs católicos ita-
liano_s (_!) la atacaron por con s id~ntr que una provi. ...
,'
dencla Inherente a la Historia como su lev nat ural
mina la concepción bíblicn del designio tr;scenden-
tc de Dios, y que la dis tinci ón radical de Vicv
entre historin sagrada y profana podría en realidad
llevarnos a una concepción puramen te hu ma na del
origen y progreso de la civilización, sin excluir a la :· .
religión. Los socialistas an ticlericales italianos reedi-
0) Véase B. Ulbanca, Vico ~ i suoi critici cactolici Ná -
polcs. 1898. ·
195
 L .

taron LA Ciencia NuelHl, y la di(undicroa como un

arma en la revolución inminente a fines del siglo XVII!.
Ei mismo Vico no se dio cuent:t de que su docrrinn
contenía una crítica implícita de la concepción bíbli- VIl
ca de la Historia, no menos radical que el "nue vo
arte de la crítica" que había np!ico.do a la interpreta· 130SSU ET
ción de Ho mero (1).

(!) Croce (op. ci t., pág. 196) obscr"« que no es im;>osi-

ble que el criticismo bíblico de Spi nou sugi r it::3 " Vice s•J
crítica de les poem¡¡s homéricos.

E L en tendimiento de Bossuct d e la Historia se

mantiene y prucha con la tesis de que todo
.. el <;u~s~ .~jQ_l.liH2l:Í.iLhumana está guiado· j?o7
Jil Providcnciu·-t'esis negada por los librepensadores
de su tiem po-. "Los librepensadore.s d ~cl a ra n la gue-
rra a la d!\'inn Providencia, no encontrando mejor
argumento contra cila que la distribución del bien y
del mal, que parece injusto e irracional, ya q ue no
d :íerencia entre los buenos y los malos. Los sin Dios
se atrincheran en esta posición como en una fortaleza
inexpugnable, y desde ella arrojan atrevidamente sus
cargas a la sabiduría divina que rige el mundo, falsa·
mente convencidos de que el desorden apa rente de
los asuntos humanos e!' un testimonio contra esta mis-

!9/
 •·~ !
L-- ·· · - ~··
• o.

:.
KARL LÜWITH
KARL LOWITH
EL SENTIDO. DE LA HISTORIA
(IMPL(CACIONES TEOLO<liCAS Dé LA fii.OSOfiA DE L/\ HISTt'RJAJ
·: 1r~áuccion
. .. dtl ingli1 por JtJsto 7trHdndtz !JoJár: !. el sentido
Lowich ~naliza er"l este libro .bs mós notabl es obr~ s de
filosofía de la his.t oria, representada en los siglos XVII! y XIX
por Burckhardt; Marx, Hegel, Proudhon, Comte, Condor·
de In historio
cet, T urgot y Volt~ire , remorHándosc después a.las tc.ologías
de la hisloria que expresaran Vico, Bossuel, Joaq uín de
Análisis nítico del pensamiento histórico en
Fiore y San ·AgustÍn, p:ua llegar, finalmente, a 1 ~ concepción .,
que hallamos en la Biblia, fuente de t odo el pensamiento BURCKHARDT· MARX· HEGEL
histórico universal. PROUDHON · COMTE · CONDORCET
,. TURGOT · VOLTAJRE · VICO
BOSSUET · JOA.QUIN DE FIORE
EN ESTA COLECCION SAN AGUSTIN · OROSiO · LA BIBLIA
H. STUART HUGHES
'
..
LA HISTORIA COMO ARTE j • .

..~ · Y COMO CIENCIA ~: .: '\\,

\)
·; .
; •'(;r
•El estudio de. la Hi•totiA -='o• señ.tl.a Ho~lu;a - uú cntrutdo h~Y ~.G un
periodo ele rápido ambi:> y avance, >emcj>o tc >1 c¡ vo (;;r><l<rizó • la {¡,¡.,. ,n
i <..
la.. tru prlmtr-2,. décad..u del Jiglo Xl.• Esto ha oca.• ion>d o un a ampli• di>·
cu•iÓ ~ •obre loo funda rntntol y prop6t!tof de h hiuor:~grolí• En cHe i ibro,
. H.. Sront Hughu -profesor de HiJtorla eurr:>pe.~ en ¡, Univcr.id:ul de
· •· Hn :ard· 1 aotor de Or..aiJ Sp•~g'u y de Co•><~<>"·'"" .,J s,,,;,ry - h>c•
on2 ;umlnou apor1.2eión a e,. dJ$(-ufiÓn. que e•, adct.n~l. u aa. v.alio u introdvc·
c!Ón ,¡ eooocimleoto h!$!ÓÑco. ui como uo1 ¡¡al• txcc ptloo11 P3'a co anto•
1lcotu u voueióo de la H:otorlo.

ARNOLD TOYN8EE.
f.' .·
E.L MUNDO Y . EL OCCIDENTE
Dise~r!do. u i!IJ!I de la pa~u del Ú«!deotO eco clr~Ho del mundo. Un•
...!"ortent4 ~~:>br• loa g..,.oc!u problemu maoduloa , bcch• du de t. s oumbre>
de la Hllto~. U u vb!ón >.trovid.. e !oqulet2otc cl•l dutloo do Ü<eJ:ieate.

&J
TCUI,I1SE u
A G 11 AR ~

.-,~~)~i'-~~~'"fiti,~h~~~ñ!B~~~~~f
·.

4-9
 1
'--- L . . ~- --

taran La Ciencia Nueva, y la d ifundiere:~ como un

arma en la revolución inminente a fines del siglo XVl!I.
Ei mismo Vico no se dio cuenta de que su doctrina
contenía una crítica implícita de !a concepción bíbli· V]J
ca de la Historia, no menos radical que el "nuevo
arte de la crítica" que había apl icado a ia in te rpre ta· BOSSUET
ción de Homero (1).

(1 ) Croce (op. cit., pág. 196) observa que r.o e s i:tl¡.¡osi·

ble que el criticismo bíblico de Sp~noza sugiriera u Vico su
crítica de los poemas homéricos.

1
1

'•
1

1 E entendimiento de Bo~suct de la Historia se

•
' L
mantiene y prueba con la tesis de que todo
el curso de la historill humana está guiado. j?o7
la P-;o~ideridá=ie.s is negada por los !;brepensadores
de su tiempo-. "Los librepensadores declaran la gue·
r!'a a la divina Providencia, no encontrando mejor
arg umento contra ella que .la distri bución del bien y
!
del mal, que parece injusto e irracional, ya que no :'-
ddcrencia entre los buenos y Jos malos. Los sin Dios
se atrincheriln en esta posición como en una fortaieza
inexpugnable, y desde ella arrojan atrevidamente sus
cargas a la sabiduría divi na que rige el mundo, falsa-
mente convencidos de que el desorden aparente de
los asuntos humanos e¡; un testimonio con tr;¡ esta mis-

197

1
50
~
..~·/~~.~
·,,
Liilá1----
: - -· L___
ma sabiduda" (1). Bossuet tenía cambién por cierro
~ -- '
que la doctriná de la providencia es el valladar más
poderoso contra la inmorj.lT<fad. "Han desea¿e> sacu·
Oírse el yugo de esta pro,·idencia. al objeto de n:an ·
tener, en independencia, una !ibe~t<!d indócil que ics
mue\'c a vivir según su capricho, s¡n temor. disciplina
ni restricción de clase alguna ·• (2). Como Ht>gel, Bos·
suet no negó que una primera ojead~ 2 !;¡ J !istoria
no deja \'er rnón ni justicia, porque la historia real
., no diferencia entre hombres píos e impíos. Es un
c¡¡mpo de pasiones e intereses, en donde rriuní•t el
mal y fracasa la justicia. Pero al refutar los arg.u.
'
; ....... mentas de los librepensadores, Bossuet di<:e que ia
impresión in r.1ediata de aparente confusión se debe
.. . :.}.- a que el punto de vista está demasiado cerca de su
~i:.;~· ( objeto.
Si nos alejarnos un ta nto, y con :emplaf[]OS la His·
toria desde una distancia mayor, desde un punce de
vista eterno, esto es, con los ojos de la f~ (o, como
1 diría Hegel, con Jos de la razón), cambiará el cuadro.
y la aparente falta de significado revela rá una oculta
justicia. "Si conpcemos el lugar desde donde las cosas
deben ser contempladas, todas las iniquidades serán
1 corregidas, y ve remos sólo sabiduría donde antes vi·
mas desorden" (3).
La única deducción sólida del hecho de que en lo:;
1 tiempos actuales aún no está establecido un justo or·.
denamiento de la Historia es, dice Bossuet, oue el
hóñ"ibre' tien e que espera~ aún algo del futuro, ~. me·
jor dicho, de la eternidad. Enfrentados con el juicio
1 Final, tenemos que vivir en una perplej idad incesan·
te, en temor y esperanza, hasta que una decísión ÍÍ·
(l) S ennon sur la provid1mce, e n Scrmom cltoisis de 8os·
1 .!llet, París, sin fecha. Cfr. el primero y el últi nH1 c:tpftulos
del Discours sur l'histoire unit>e:·se!lc. Nuestras citas son de
la traduccíón inglesa, An Unh·ersal liistor¡¡ fro~>l thc D~gitm·
ing of the World to thl! Empirc o[ C':arlrma¡;nc. de J~mes
. E!phins:on. Dubtin. 1785.
1 (2) Scn1TOII Jllr la pro~·id<"IICC. en Sermu11.' chcisi.•.
(3) lbíd.
198
1 :;:;!:~. '.
1 ...
L ...... ._ ......_)
na l e irrevocable vuelva claro todo. Dios dispone de ¡
l(
1
1
, infinito tiem po para realizar su designio y, por ello, !
: no debemos tornarnos impacientes al considerar la !\
} C<1nfus:ón de los asuntos . t~mporales. L:t fe en la. pro· 1
videncia inspira dos sent•m•cntos en lo que concterne
;.¡·-¡as- cosás.tcn1P"OiaiCs~- ñoad.mirar nada de terre nal
-;;:;ñde7.ü"'S;..¡ió-..terrfe-ñáaa·-ac 1a m1scria terrenal. A
Cris,o, el Seno""'["(j"C"ral-íistoria, que, solo, d istribuir:!
premio y castigo finales, no le importa abandonar
temporalmente a todo un imperio cristiar.o a los no
creyentes, como los mahometanos, de la misma fort~<l
que permi tió que fueran esclav izados los descendicn·
tes de Abrahán. Mientr a~ todo designio particul<tr
de los poderes dei mundo está amenazado de oposi·
ción v de incumolimiento por ios otros poderes. el
1
dcsi gt~io de D ios, ·que todo lo abarca. ja mós puede ser
1incun;plido. Involüntaria e inconscientemente, todo
acontecir.1icnto temporal coopera en definitiva al cu m·
plimienro de este designio eterno. ~or _ello.~~-~
yen te en la providencia no desespera rá jamás. Todu
1lo·que· ""o·cur·¡:e- -eñ-ra~ historia real le atemorizará o !.
le coníon2rá, porque el oculto sc::reto de la His:o. \ ('
,.
, ria es que revela tan tos coups de gráce cómo coups ¡
. de rigueur et de justice. El pueblo cristiano recor· \
dará en su máxima fortun<! histórica que las cosas
¡ pueden cambiar súbita y completamente; .y en el ri · ;
:gor de la desgracia, que se halln en las r:1anos del \
!Se1ior.
Bajo este supuesto de la Providencia, Bossuet trazó
su historia universal desde la creación del mundo
hast<l el establecimiento por Car!omagno del nuevo
imperio cristiano de Occidente, afi rmando que la mo·
narquía francesa es la heredera de Roma y del Sa·
ero Imperio Romano. Su obra sirvió para la instruc·
ción de su real alumno, el hi jo de Luis XIV. Com·
parado con la Civitas Dei agustiniana. el Discurso de
Bossue< r~vela un mayor sentido histórico del csplen ·
dor de !u historia política, y un mayor interés en
19')
1 '
lwm L.~ t"~
u.. .,_.. ..
1
'¡
1 la suces10n pragmauca de causas y efectos (1). Por
1 otra parte, Bossuet es más hombre de iglesia que San
¡ Agustín. Su trabajo es no tanto una Ciudad áe Dios 1
corno una historia de la iglesia triun fa nte, en ei mo·
delo de Eusebio, consejero de Constantino.
La primera parte de! Discurso de Bossue r presenta
el esquema general de la sucesión de las doce épocas
y siete edades del mundo, sin distinción alguna entre
acontecimientos sagrados y profanos. Po r e jemplo, !;;
introducción del capítulo que trata de la sex ta época
dice: "Hacia el año 3000 del mundo, el 488 de la
partida de Egipto, y, para ajustar los períodos de la
historia sagrada a los de la profana, 1&0 aiios después
de la toma de Troya, 250 antes de la fu ndación d~
Roma, y l 000 años antes de Jesucristo, terminó Saio .
món aquel magnífico edificio." Las edades se divide n.
por Jesucristo; cuyo nacimiento fuera señalado por la
Providencia, y exactamente profetizado por Daniel
(9, 24) (2). Las tres fechas más notables son : 4004
(o 4693 , pues Bossuet no estaba absolut.a mente seguro
de cuál de" las dos era la correcta) : fecha de . la ereá-
ción; 754: fundación de Roma; y el año J. No es pr:e.
ciso decir que la séptima edad , que comienza con el
nacimiento de Cristo;-e;;··-¡-;¡·ffihién. la última; va que
TQs_"}n,p_efi~~ : P.~~:d_~ñ surgií---y. -'é!e_sar>a.r:~er rnas. no· así ,.
..
l:tJglesJ.a:_,_~-~SrístO,-que -~.3.tÚn~.. La religión cris·
tiana no solo tiene su fundamento en las mSs- antiguas '
y, por consigujente, · más autorizadas escrituras. sino ;
que su tradición es también la más continua..
La segunda parte explica la historia de la r~l i gión ,
como centrada en el destino de los judíos; la tercera
trata de la hi5tória de los imperios. La Civitas Dei
se extiende desde Abrahán a la Iglesia •.rictoriosa;
la Cívitos Te17ena, desde Egipto al Imperio Ro mano.
1 Esta distinción entre historia sagrada y profana es
- (Ti'C¡:-;::- DisCO!irS, parte in. cap. V. ~obre Ale jand ro el
Gra·ndc: y la JII, cap. VI. sobre la \'Írtud romana.
C2l ld., r. pág. 10; ll, pág. 23. Cfr. ta mbién Eusebio,
1 Dem . C!;GIIg .•
200
vrn. pág. 2.
1
-.~<~~r -.;;
;; ~::;.
1
·•
....:.... }
\
necesaria para !a comprens10n de lo que a cada una
pertenece, aunque no excluya su correlación efectiva.
"Estos dos importantes objetos se mue~·en juntamente
. en aquel gran movimiento de las edades, en donde
ambos tienen, si asfo puede decirse, uno y el mismo
curso" ( i ). En defi ni ti va, no solo la historia sagrada,
si no tam bién el naciii).ien to y la ruina de !os imperios
deben ser e.xolicados por un secreto ordenamiento,
y no pued~n ~cr comprendid0s por causas pur.amente
históricas, es decir, particulares. Toda Ia posibilidad
de de most rar un últi!]).Q._,tigz_¡iíicado en el curso de la
~-.de.~..M._~J.íLL~!ación -~
. grada y profa na.
La más obvia man ifestación de la divina Providen-
cia en I0s acontecimientos de la historia de una na·
ción es, para Bossuet, la hi:;.toria del pueblo escogi-
.clo (2}. elegido por .Dios entre todos_ los demás;
J, ¡nanifestacíón demostrativa como ninguna otra del '.
{significado religioso de la historia pol.ítica. Los otros
imperios terrenales . están en relación con el designio
d.ivino principalmente de mnnera indirecta, por ha-
llarse en cualquier forma de interdependencia con la
historia de Is rael. . Pero, fl c acuerdo · con . Bossuet. aú.n
existen otros mucho:;. ejemplos de direccion _divina en r:·
ia historia política, que se manifiestan por coinciden·
cias· milagrosas, que son lo que son, no por azar; ·s inc
por j¡¡ realízación ele un ocuito designio. Eiemi)lo .de
ello lo consti tuyó la providencial coincíderfcia de .ia
1 Pax Romana, bajo Augusto, con el nacimiento de
Jesucristo. La Pax Roma11a constituyó, en'..etecto, un ~: .
,.
requisito necesario para la d ifusión de los Evange- ~·
1
, líos y de la Iglesia. En la H istoria Sagrada no sucede
: nada · que no baya sido preordenado por el designio.
/ de Dios. Jerusalén, por ejemplo, tenía q ue ser des·
truido a pesar del intento de Ti to de imped ir su de;;-
tr ucción, y del de Juliano de restaurar ciudad y tern-
(1 1 Discours, 1, ;¡:ig. 12.
(2) Id., ll, págs. l. 2Q. 21; !JI, pá¡;. L
201
í .
;..,. ·
J :¡ L...J L ___ .. . .) '

1
if¡
~!j fecía 'en la hora precisa"? Para Bossuct. como para
plo. La Providencia divina utilizó a los amtos y a

1;¡ los babilonios· para castigar al pueblo de Dios; a los

persas para proporcionarles reparación: a Alejandro
para protegerlo: a Antíoco para templario; a los ro·
San Agustín, ello fue la prueba más convincente po-
sible. tan convincente: como lo son para nosotros las
cie:1cias natu rales, capaces de predecir exactamente
., tos acontecimicnws fucuros. 13ossuc:t conside~i!ba el
manos, primero para defender su libertad contra los
1·, reyes de Siria, y luego para extcrmin:tdos. una rez
rechazaron al Sah·ado~. Pero cuando Roma perst·
guió a la Iglesia Cristiana, sin·ió de nuevo el dcsig·
cu:¡:plimiento de las prcdiccionc~ proféticas como
prueba ce que ia hístor:a <!e los imperios SÍf\'C, en
dd:n:tiv¡;, a la Iglesia cristiana. Ci.:ortamentc. ''Dios
nio de Dios, probando y (onificando a aquel!¡¡, qu~ no dec!ara a d iario su \'OlurHad. por medio de sus

'~
triunfó finalmente al convertir a Const an tino a la rc·
ligión verdadera; transformándose de cst.: modo la
Roma pagana en la Roma verdaderamc:-.u.: eterna de l
Cristianismo.
E s así que Jos imperios del m undo han sen•ido a la
religió n, y a· la co nserVació n del pueblo de Dios, y por
prole ras. respect0 a los reyes o monarquías que c:-.al ta
o dcrroc:J. Po.> ro habiéndolo hc•cho tantas veces ~n es·
tos grandes imperios a que nos hemos rdcrido, nos
enseiia, por medio de estos famosos ej.:n~plos, cómo
actúa en todos los otros, haciendo saber a los dirigen -
tes de pueblos dos verdades fu ndamentaks: que es El
qden funda los imperios, para dilrlos a quienquiera

1
,.~

f¡.
ello el mismo Dios, qu e ha hecho predec ir n su• profc t3s
los div ersos estados de su ;>ueblo. les h a h~cho tambi<5n
pr ed ecir la s ucesión d e los imperios. Vosot ro.< habéis visto
los Jugares donde Nabuc:odonosor fue se!)a lado cnmo a<;ucl
El desee; y que conoce cómo h acerlo~ dur<lr. en su
propio orden y tiempo, par:~ cumplir lo~ design ios
que tiene con referenc:a a su pueblo" (1). Y aún , si
..:onsideramos este progreso de los i mper i o~ a "una
1
que debía ''enir para castigar a los pueblos sC>bcrbi os, en
particu lar al pueblo judlo, ingra to h ncin su Hacedor. Se luz rnás humana", hay mucho que aprender de este
os ha hablado de Ciro. doscie nt os años antes de su naci-
miemo, como aquel que debía restablecer el pueblo ele
espectáculo. Los imperios mueren al igual que Jos
Dios y castigar el orgullo de Babilonia. L~ r>Jin;~ de Ni· em?eradores. Hermosa lección de la vanidad de la

1 níve ha sido pr.:d icha no menos claramente. Daniel, en ~us

admirables visiones. ha h~cho P:ts.lr en un inst3ntc ante
Vll estros ojos el imperio de Babilonia, el de los medos
y el de los pf:rsas, y también el de los ¡;ric¡;os. 13lnsfcmias
grandeza humana, porque ¿ qt:é otra cosa nos mues·
:.ra la inconsciencia b:ísica, ia agitación de todas las
cosas humanas, su inherente mortalidad y su fragi-
l:dad irreparable, que el pavoroso naufragio de todo

1
f
y crueldades de Antfoco el !lustre han s ido asl m ismo pro-
fetizadas: y también las milagro,;as victorias del pueblo
de D:os sobre su violento persiguic!or. Vc:n<>s los ls:no~M
imperios cómo se derrumb.;.n unos tras otro': y t~n n·
esíu~rzo humano?
Después de habtar de las causas de la gnndeza y
dcc<!dencia de Roma, se ocupa, una \"CZ m:\s, en el
pres.lment e éescrito el nuevo Imperio que Jesucristo de·
último c;;pítulo, de la cucsrién de la providencia. So-
1 .,
bla establecer por sus pro~ic.< car?.CI eres que nadie puede
ser inducido a error. Es el Imperio del Hiio del Hombre,
que ha d e subsistir en medo de la ruin;; de ;odos los o tros.
lamente <l nuestra ignoranc;a, ocupada con la falta de
mión, e¡¡-;-;;n-uc:as-;te-parcceqüc ··los -·altilñi:Os· ·ae1
i ;c~-~e~e-r. ·¡;i-~tóriCO son rñero-ñiár.. v to~cüññ.··rn·ü~ii
. . y únicamente al cual s e ha promet ido la eternidad (! ),

1 .:: ,'.

"
¿ Quién se atrevería todavía a demostrar el sigui-
ficado de la Historia por el cumplimiento de la pro·
ñc-;:specti va adecua<ia; csia~ñéi.~·ia cÍe.azn-r--ytatafi"diiéi
~~siia-u~ ·· ¿¡:cré·iiaCi c;· desígñio:·-errcstift.-íoo·.. c;-n·at· ·d·e·l
cua(-~c.p_¡'~pará.~E_~(!a.:~-~~?. rC·I~~~- C~!J.~~iJ~ste-·;c:·
-tíY- Disc¿urs .... pág . .no.
1 ,.... .~~

.·~'
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202
Discours, trad. inglesa. p:i~s. 31 y sgs .

203 ..
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53
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1 •
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1
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sultado es, sin embargo, desconocido par<:! los agentes
de la H istoria.
Es por etlo ;:>or lo que todo$ los q ue gobicrn~n se sienten
trab.ldos por algo mds podcri)S<l nuc ellos o¡isn;os : hJ ccn
siempre más o menos de lo t¡ll( ín t cnt on. y sus <:onse jos
nunca tien en los efectos prc,• is to~; ni pu e<:en reformar
las d is;>osicioncs cot! que los siglos pns;¡dos han disrucsto
los asuntos, ni pueden p~cver el curso c¡,; e d fu~uro toma-
rá: mucho menos pue·dcn fonarlo ... Alejandro no creyó
obrar en beneficio de sus capitanes. :li qu e por sus con-
quistas arruinaría su casa. Al inspirar Bruto a l pueblo ro·
mano un amor inmenso por la libertad, no sol\6 que sem·
braba en Jos espíritus el principio de una licen::ia deseo ·
frenada, causan te de que la t iranía que qu ería Gt'St~uir fue ·
ra un d fa restablecida-y m:ís im;>lacable Q\Je bajo los
Tarqu inas-. Cuando !os Césarc< adu laban a sus soldados.
su propósito no era el de dar amos a sus sucesores ni al
Jmperio. En una p.:labrJ. 110 ex iste poder humano que
no sir va, intéotelo o no, designi os di ferentes a los suyos
propios. Solo Dios sabe reducir todo a su volu ntad. Por
ello todo nos sorprende cuando ún icamente consideramos
les causas particulares; y si n ~ml>argo todo se muc,·c con
ar~eglo a una sucesión r eglamentada {!).
.Es¡e al}ális i s~s.~r..iJ?li_~_E_~)_J?.~.9.~~~.2.Ae !¡¡..Historia
está de acuerdo no solamente con el "ardid de la ra·
- ~n:_cte....B~.&el, s¿no, lo que es mas tmpor'ta'ñte, con
la verdad, y ello independientemente de su explica-
ción por razón o providencia. "Han constr uido casas
de piedra labrada, pero no morarán en eHas; han
plantado agradables viñas, pero no beberán su v:no"
(Arnós, 5: 11). Desgraciadamente. tan w Hegel como
...Bossll.e.t..lw.n probadOoem·as1ado·:--ro ·q-úc '!1a ..sido d i_..
cho con referencia al Cristianismo contemporáneo
pudo haber sido d icho así :nismo con refe rencia a la
aplicación detallada de la creencia en la providencia
· al entendimiento en la Historia. "Cuanto m:nos, me-
jo~." Un uso más moderado d e la prov.iciencia sería
, menos cuestionable y más cristiano (2).
Ol Discours.... págs. 404 y stts.
(2) Cfr. la crítica de .Bossuc t. po r Léon Bloy, Tc.rtc5 cl:oi-
sis, cd. A. J3cgu in. Fribur¡¡o, 1943, ;>:!¡;~. iO y 92.
20'1
...---
1
¡ Si Bossuet hubiera mantenido la cr uz como "la
más aprop iada ley de los Evangel ios·· ( !), solamente :
/tm<l deducción hubiera sido licita en cuani'o al ·· s,~:-¡
,' nificado de ia His toria: -q·ué csc·a es tinií discipliná de ¡
·: i::'u íri mienw, una opohu nidad para que la cria tura !
vuelva a su Cr11ador, nada m:ís n i nada menos. Solo ;
: la vida y !a muerte Je Jesús. e l Doliente· Servidor, (
. que fu<! aband onado y c;uc ificad o , puede constituir¡'
. la :-~orma para un entendimien to cristiano de la h is-
l toria del mundo.
As( íuc dada al mur.do en 1~ pcrson¡¡ de jesucristo la
imagen de una acabada virtud, q ue r.o tiene nada que: ver
con la t ierra ni espera nada e! e ella; que los hombres
recompens:.n solamente por una cont inua persecución: que
no cesz de haccdes btctl, y a quien sus mismas bondades
procuran e! ú lt imo suplicio. Jesuscristo muere sin encon ·
trar r econocimiento de ranc de aquellos a quienes ha
servido, ni fidelidad en sus ¡¡migos, ni equ idad en sus
..J
jueces. Su inocencia, e¡ ue le es reconocida, no le salva; su
mismo Pa dre. en quien F.l había vuesto ~u ~spcranz.a, ev ita
toda señal de su p:-otección: el Jusro se entrega a sus ene-
migos, y m uere abandonado de Dios y de los hombre~ (2).
La lección que Bos:;uet extrae del hecho de que el
Hijo del Hombre y de Dios haya muerto sin señal
\'isible alguna de la protección divina es que el hom-
. bre ordinario no puede pretender, en sus tr ibulacio -
j nes, lo que no ha sido con cedido a Cristo. ''Que ame
solo y espere, y q ue esté seg\.l;o de que Dios !e t iene
presen te, aunque no vea señal alglina de ello."
La misma ausencia .de señales visible$ de la provt-
d cncia en la h istoría del mundo"'evoca y pr ueba la
necesidad de la fe en las cosas que no vemos. La fe
no descansa en la certeza objetiva o en un cincüenta
por. ciento. cte pro babi lidades, . siñó .m:ís bien . en la
'áuscncia de estas. Significa adscripción y· riesgo, va-
lor e impacienda. Constituye una creencia en lo que
de otro modo resulta increíble. El hacer a la provi.
(!) Discoun, trad . inglesa , págs. 198 y sgs.
(2) id .. trad. inglesa, p~g.~. 266 y sgs. Cfr. Sumon sur le
vthi:aó/~ esprit du christionism<• (SC!rmon s choisis}.
205
.--.. ....
- ·~r ..--
51-
1
. . :,·¡¡¡j

1 1.
¡1 ciencia, post festum, inte!igibl.: y tra:,, ¡mr~n tc e1: la
¡i
1 !1
historia política del mundo, es el intento di.' los no
creyentes, que d icen, como el diablo a jesús: "Si e res
el Hijo de Dios, bájate de esa cruz." (}.!a t. 4: 6).
VIII

Para un seguidor d~ CrisLO solo exish! ur.a marca JOAQUIK DE FlORE

1
\
de elección : !a C ruz.
CHando los jue-ce$ o.uie:-e n tachar de u: !:~mc e tndi~no de
los honores hu:ncnos a algu¡cn. hacen que. ,•on Crecuenc1~.
se le imprima sobre el cuerpo una marc.1 vcr~onzos:1 q ue

1 d escubra a todo el mundo Sl! :nfamia . . Dios ha i:Tlpreso

sobre nuestras f rentes ... una merca, gl or iosa ante El, pk·
na de ignorancia ante ios hombres, a fin c:!c dcfcr.dernos
con tra los honores terrenales. No es qu~ por se ~ buenos
cris t i ano~ seamos in dignos de los hono re s dci mundo, ~i no
1
J.
al contrario, que los honores dd rm1ndo son indigno< ele
nosotros. Som·o s infames segú n el mu;;d o. porque, según
el mundo, la cr¡;z, que es auestra gloria, e; u:1 compendio
de todas las infamias ... Nuestros ascendi entes. apenas cre -
yeron a los em¡Jeradorcs dignos dt ser cnsti¡¡r.os. La s
cosas han cambiado en la ac t\J:~lídad: rwsotros ape nRs
creemos que la piedad cristiana sea dig¡;a de las po~sonos
en encumbrada posición; la bajeza de la Crur. es par:~
nosotros un horror; queremos que se nos opl:1Udo. y que
se nos respete (1).
¡ Si, no obstante, la Cruz es la marca más notable de
una imitación de Cristo, :10 se puede esp~rar que e l

1 mundo la s iga siempre. Un Mrmdo que 51! llame a sí

mismo cristiano, es una contradicción en té rminos;
y un entendimiento cristiano de la Historia so!o pue- 1
de ser basado en él funda;nental antagonismo entre el \
Reino de Dios y los de los hombres. Y, si:t er.1bargo, 1
es una de las más grandes paradojas de la historia
del Cristianismo que la imitación m?.s :luténtica de
1 Cristo- la de San F rancisco-íucra absorbida por
una interpretación revolucionaria del Ernnt:elio Eter-
no, que condujo, a través de innúmeras dcsviacio.nes
y tergiversaciones, a una inter pretación progresiva de
1 la Historia, que csp\!raba el cschacon ~:o soiamcnte .
en ella, sino también de~dc ella.
( l) Sen11on sur la ver /u d a la cro ix d~ Nms-ChriJ I (Sa-
S
~...._.
!EMPRE se h:lll producido y se han sucedido es·
?ec~l<l c!<'•nes y esperanzas de una consumación
mmmcnte, pero nunca hasta Joaquín d.: Fio-
re (1 13t-1202) (!) han sido elaboradas en una ínter·
pretación sister.tática historicoalcgórica estable. Tal
i!l ti'rpreración causó, debido :t sus implícitas conse-
cuencias revolucionarias, violentos co~flictos en el
seno de la Iglesia Católica. Por muy remota y aca-
llada que esta disputa de los siglos xrr1 y XIV nos pue-
da parecer hoy, no cabe duda de ouc da un nue-
vo ? lanteamiento al fervor espíritu¡! del piimitivo
(l) Los _estudios más penctranres son los de H. Grund-
maan,_ SwdrC?n 1?ber j oachim ¡;on Floris, Lcipzig. 1927; E. Buo·
n a l \!ttl, Gwaclu no daf10re : 1 t.:m11i, /a t•iw, il mc.'ssa¡;gio.
Roma, 1931, y tamb1én sus .ntroducc!oncs y las ediciones crf-

1 mon chois;'s).

206
207

~ ;
..,
•'
. ;.,~·- ..
;
~

1'
 Colección
_Clásicos:del Pe ns~nüento Voltaire
Directo r
Antoni o T n,wol y Serra .•

Filosofía
.
(J
.
] .
; .Q
. .~:~,
.,.~
'
.,. -.H..
la ~
_-_· 1stor1a

Est udio preh rnio,ar, traducción_y no tas d e

1-vlART .tN CAPARROS

·., .. ..~ ~.... ·.

260 VOLTAIRF
todos los costados, y los emperadores de Oriente
sólo se mantuvieron pagándoles tributo. ·
Así, Teodosio fi fue tributario de Atila. Italia
(!ali.a, Espaüa, África,_, fueron fresa d~ quien qui~
~Iera entrar en ellas. Este fue e fr uto de la polltica
forza da de Constantino, que había transferido el
imperio romano a Tracia.
¿,No es evídcnte que hay un destino oue de tenni-
na el crecimiento y la ruina de los Est~dos? Quien
hubiese predicho a Augusto que un día el Capitolio
estaría ocupado por el sacerdote de u na: religión sa-
cada de lá religión judía habria aso1ubrado grande-
mente a Augusto. ¿Por q1.1é ese sacerdote se apode-
ró ~or fin de la cü~dad ~e los Escipion~s y lo~ .Césa-
res. Porque la cncontro en la anarqu1a. Se 1u:to su
amo casi sin. esfuerzo; cotno los obispos de A lema-
nia, hac.in e1 siglo xm, se convirt.icroii en soberanos
del puchlo del qu·~ eran past ore:-;.
Todo acontecimiento tn te L:Onsigo otro qm~ no
se esperaba. Rómulo no creyó haber fundado Roma
para los príncipes godos~ n i para los obispos. Ale-
jandro no hnagiuó qtle Alejandría pcrteneéería a los
turcos, y Constant ino no construyó Constantinopla
p ara :tvfahoma 11. · ·
j
LII. DE LOS PRIMEROS PUEBLOS
QUE ESCRIBIERON LA HISTORL~,
. Y DE LAS FÁBU LAS .
DE L'O S PRIMEROS HISTORIAD(JRES
Es incuestionable c1ue los anales más anti.2uos
1 del mundo son los deJa China. Estos <maies se s'"úce-
den sin interrupción . Casi todos detallados, todos .
sabios, sin ninguna rnezda de lo maravmoso, tod os
basados en observaciones astronómicas desde hace
cuatro mil ciento cincuenta y dos aúos, estos anal-es
se 1emontan aún a varios siglos más atrás, en verdad
sin fechas precisas, pero con esa verosimilitud que
parece acercarse a la certidumbre. Es muy probable
q,uc nacione:-; pode ros~~ corno los i_!ldios, los eg~p­
cws, !os calcleos, los s1nos, q ue teman gnmdes cm-
dades. tuviesen también sus anales. -
LOs oueblos errantes deben de ser los últimos
en haber escrito , porque tienen menos medios que
los otros para tener archivos y conservarlos; porque
tienen pocas necesidades, pocas ieyes ~ pocos acon-
tcdm.i entos: no se ocupan sino de una subsistencüt
precar ia. y una tradición oral los alcanza. U n a al<ic<i
nunca n1vo historla; un pueblo errante, menos aún ;
y una simple ciudad] m.uy pocas veces.
La historia de una n::~c1 ón nunc2. ou cdc ser escri-
Ta sino muy larde: se empieza por alguno s reg1.stros
[2611
.5 7
 262 VOUAlRE
muy sumarios que son conservados, en la medida
de io posible, en en templo o en una ciudadda. Una
guena desgracládn destruye a menudo estos anale.s .
y hay qu.e volver a empezar veinte veces, como hor~
migas cuy<~ vivienda h<~ sido pisoteada. Sólo al cabo
de varios siglos una historia un poco detallada pue-
de suceder a esos registros infom1es, y esta primera
historia siempre está mezclada con falsedades mara-
vilinsas con que se quiere reemplazar a las verdades
que faltan. Así, los griegos sólo tuvier:on su Herodo-
to en la óctogésir:na oi11npíada, más de mil c.ños des ~
pués de la primera époc.:c. referida por los mánnoles
de Paros. Fabio Píctor, el más antigu.o historiador
de los rornanos , ::10 escribió sino en 6empos de la
segunda guerra con~Ta Ca:i~~go, unos quinientos
cuarenta años después de la fundación de Roma .
. Pues b·ien, si esas dos n:;\ciones, las más espiri-
ttial~s de ln Tierra, los griegos y los romanC.Js , nues~
·:ros maestros, corr.enzaron tan tarde s~ histo1·ia; si
nuestras n aciones septentrionales no tuvieron h¡st.o-
riador alguno antes de Gregorio de Tours, ¿es posi·
ble creeT de buen a 7c que unos t.ártaros vagabundos
que duermen en la nieve, o unos troglod1tas que se
esconden en cavernt~s. o unos árabes errantes v la'"
droncs, que erran cnúe mont~í1as de arena, háyan
~eni do Tucídicles y Jenofomes? ¿Pueden saber a lgo
sobre su;; ancestros? ¿PuedeD lograr algún conod-
rn.i ento antes de haber tenido ciudades, antes de ha -
berlas habitado., antes de ha~er llan1ado a el:as a
todas h.~s artes de ias que estaban priv~~dos?
Si los. samoyedas, .o los nazamones, o !os esqui-·
males :aos ofreciesen ¿males fechados hace varios si-
glos. llcr:.os ele los más sorprendentes hechos de ar-
rnas, y de una eonti.nua suces.ión de p rodigios, que
sorprenden n la ~1aturaleza. ¿no nos burlaúamos de
esos pobres saivajes? Y si a!gunas personas enamo-
radas de lo m<navilioso, o interesadas en hacerlo
cn~er , tortuntsen sus espíritus par~l. -hacer v e:rosfmi~ ·
~LOSO .FÍA D? LA H!STO!{!:d. 263
ks esas tonter:as, ¿no nos burlaríamos de sus es-
fuerzos? Y s; uniesen a su a bsurdo la insole11cia de
afe<...'tar d espredo por los sabios, - y la crueldad de
p crsegui:r ~~los que dudasen, ¿no serian lo!:> más exe-
crables de lvs hombres? Sl1.m siamés viene a contar-
m e ias metamotfosis de Sammonocodom 1, y me
.amenaza con quemarme si le hago objeciones. ¿qué
debo hacer con ese siamés?
Los historiadores romanos nos cuentan, en ver-
dad, que el dio,-; fvla.rte le hizo dos hijos a una vestal
en uD siglo en que 1talia no tenia vestales: que una
loba alimentó a dos niños en lugar de devorarlos,
cmno ya lo hemos visto 2 ; que Cástm· y Pólux com-
batieron para Ic>s rornano::~, que Curcio se arrojó a
un ab1sm.o, y que el abismo se cerró; pero el Senado
de Roma nunca condenó a muerte a los que duda-
ron de todos estos prodigios: esta ba pennitido reír-
~é de ellos en el Capitolio.
Hay en la hi;:;toria romana acontecimientos muy
posibles que son • muy poco veros1miles. i\liuchos
hombres ~.;abios han dudado ya de la aventura de
las ocas qu e salvaron Roma. y de ln de Camilo, que
destruyó enteramente el ejército de los galos. La
victoria de Camilo brílla mucho. en verdad, ·e h Ti to
Livio 3 ; pero Po1ibio, más antiguo C!Ue Tito Livio. y
más ho~n.bre de Estado, dice precisamente lo con-
trario; asegurn {¡ue los gaios, temiendo ser ntacados
por Ios vénetos. pnrtieron de Roma cargados con el
botín, tras haber firmado· la paz con los romanos .: .
¿A quién creeremos, a Tito Liv]o o ~ Polib.ío? Al
menos dudaremos.
¿.No duda;·cmos lr~~mb1én dd st.o Ecio <le Rég1J -
J Buda. V'cf nOl<! 2, <:.ap. IX.
: -En el ;3rtkll1o «Prejuicii'>~ » del f)i{:cion(lrio t'ilosóf'ic;;_ (.H)
' Titn Liviu, üb. v'L XLII. . • '
~ En la Hi.stóire de Poiybe, <~m~uvellement tn::dui!.l! du grec
pur .Dom Thnillier ... , avcc 1m comment<lire pu IV(. d:.: .fulan'l» .
Pm·fs, 1727 , t. ITT . t · 230; t. li, cap. 4. (?)
 264 VOLTAIRE
io, a l que encerraron en un co7rc C\lYO interior esta-
ba erizado de plH!~':s de hl~:ro? Este tipo de ·m~c:te
seoununente es untco. {,'-A..1tnO ese m tsmo Poubm,
casi contem poráneo. Polibio, que estaba en e l lu-
!!<-u·, que ha escrito de forma superior la guena de
Roma y Cart~go. habría silenciado un hecho ta n ex-
t:-aor dinario. tan in1portante, y que habría justifica-
do tan b1en l<-1 mala te de tos Tomanos hacía los car-
taghh.:st.:s? ¡,Cóntu este pueblo habría .osado violar
de. fL)nna tgrn lnirbara el derecho de gent es con Ré -
f:u 1u. L'll m0mc:Hos .en q_ue los !:on~an os lenf~n en
.Sil:- manos a v;mos cmdaoanos pnnc1pales de Carta-
go. l'OI1 los qu~..~ h,:hría.n pod1~ o. ·~e.,garsc?
hnaln::v.;me. D11..Xloro de SJCtlta relata, en uno de.
'Hi~ l'nlgmentos. qu(' los hijos de Régulo habfan mai-
trawdo' a pósioncros c<~rtagineses: el Senado roma-
no los l'CPH~ndió. e hizo valer el derecho de gen-
. tes ~. ¡ Nc; habrí~1 p !..! rmitido una justa ·venganza a los
hijos de H¿gul0 si stt paclre hubiese sido asesinado
en Cartago? La historia del suplicio de Régulo se
estableció con e! tiempo, ci odio contra los <.:artc:.gi-
ncscs k dio curso: Horacio la cantó, y ya nadie
dudó de ella. . hizo atar por los. cabellos, por Uf! brazo Y por.~~~
Si echatnos una mirada a los primeros tiempos
de nuestra historia de Francia, todo aHf es qui:á t<in
falso como oscuro y desagradable; a l menos es muy
difíci~ creer la aventura de ChíJderico y de una Bazi-
ne, esposa de un Bazin, y de un capitán romano,
elegido rey de Fr~mcia. que aún no tenía reyes.
Gregorio d.c To urs es nuestro i krodoto , con ia
diferenci a de que el turonense e~ m enos d ivert ido,
rnenos elegamé qtre el gr·íego. ¿1 .os monjes que es~
::rihicron después de Gregorio fucr-:.)n tnás ilustra-
dos y 1-;~ás vcrfdicos·: ¿Nc prod;g.aron <ligunus Ycces
~ .Hiswire Ui:Í)'~'r:;elll'. o¡J. cit., t. VI I. p. 2l17: Jos hijns (k R~ ·
2U! O y !~ madre de Ó•(l>:> e ncerraron .~in al i m-::n ! O~ tl do~ (:(lftaginc. -
SeS. y uno dt: c l !o~ murió al cabo de ':~m:~' dla:s. (P)
F.TLOSOFiA DE LA FiSTORl A 265
loas .u n poco exagercKias a unos asesinos que les. l~a­
bían dado tierras? ¿No cargaron nunca de oproows
a príncipes sabios que no les habían h?cho ~ada?
· Sé muy bien q ue los franc.os que m vad1eron la
Gaiia fuer-on más .crueles que tos lombardos qu~ se
apoderaron de Itali a, y que ios ,visigodos que rem~­
ron en Esoaña . Se ven t antos cnmencs, tantos aseSi-
natos en Íos anales de los Clodove o, Tbie.rri, Chil-
debcrto, Chilperico, Clotario, com o en los de los
reyes de .J udt:. y de Israel. .
· Segurmncnte no hay nada :rná.s salvaJ~ _que c~os
tiemoos bárbaros; sin :;mbargo, ¿no es Uctto dua~r
del suplic~O de la .reina ~.runild~~ ;cn~a G~rca .•?~
ochenta an.os cuamto muno, en el 0L 6 ..J ~.14 . F1e
degario, que cscribjó hacia fina~ es . del s1glo vm,
ciento dncuenta años de~pués de la n1uc:rte de Brn~
ni!da .( v no e!l ei sigio v u, como se dice t?n el Abrég;_e
chrmu)iogic,,ue, a causa de un error de tmprenta). ";
Frede gario: digo, nos asegura q•_.¡~ el ~ey Clotano,
príncipe muy pío, muy tem~roso ae. Dws, h~mano,
paciente y bonachón, paseo a la xe;na Brumlda en
un camello alredc:!dor de su campamento; luego la
pierna a \a cola de tz:ü potro sa1vaJC que l.a arras..to
viva por los cam.inos 7 le destiozó la cabeza contra
7
las oiedras, v la despedazó: tras lo cual fue quemada
y reducida á cenizas. Este cameHo~ este potro salve-
je, una rein.a de ochenta, años atad.a por los c.ab~ll?~
y por un p1e a la cela ete este pmro, no son c ...1sa::.
muy comunes,
Es q:.I.i7.á dificil que Jos r:o~os ca bellos d~ una
1.:ru\cr de ~sa edad puedan res1st1r ata::los a una col~.
y queJ •
la a!lC!ana - -t se:- <:~aoa
p"...leu~ e_ v ~·/
· ' _2. ..,., ....,_ -:~~, "'
"'sa. co ,a
1"
oor
L
los cabellos v• P,~o:- un p1e. ¿Y como es que se
- e· El pre~iden te Hémnllt, N<;uvel aluégé chr_ono!ogiqw~ t..le
}~tu:is e 1744, p. 33, trace tllO!lJ' a Fr·e<.te.g<rrJO
f Hist(Jire <.lt~ ¡;·ran.ce,
<'hacia el 658;-:t. (P)
 (~
266 YCLTAIRE HLOSOF1A DL LA HI.STOT<IA 267 . ~~
tuvo la p iadosa ~tención de i!1humar a ?>runilda ~n Más ali.á del Rü1 no había sino aldeas sin mura- ~1
cna tumba, en Autun, despues de habena quemaoo llas, defendidas por empalizadas de estacas y por ~1
en tm campamento? ! -os monjes Fredegaiio y fosos. Se sabe que hasta Enl'ique e l Pajarero, hacja
Almoin lo dicen; pero ¿,son esos monje:;; como De el año 920, no tuvo Germanía ciudades amuralladas ~
Thou y H ume? y fortificadas. En fin} todos los detalles <.le esos
Háy otra tumba erigida para esta reina, en el
siglo XV, eP- la abadía de San 1\1artín de Autun, que
tiempos son otras tc:ntas fáb 1las v, io que es peor
fábu las aburridas. ' '
<-
ella había fundado. Se ha encontrado en este sepul-
cro restos de una espuela. Era, dicen~ la espucia
que fue davada en el flanco del pot ro salvaje. Es
una lástima que no se haya encontra-do también e]
cuerno del camello que había montado ]a reina.
¿No es raz.onable ::;uspcnder el juicio sohn:~. esta ex-
traiia aventuTa um mal constatada? Es v·erdad uuc
Pas<..¡uier dice qu~ la mu.ate. de Btunilda lwbtet sido
predicha por la sibila. .
Todos esos siglos de barbarie son si gJo~ de ho-
.r.rores y de milagros. Pero ¿hahr ~~ que creer todo lo
que han e~crito los m onjes? Eran casi los únicos que
sabían leer y escribir, mientras que Carlom?Jgno no
sabía firmm· con su nombre. Nos instruyeron sobre
las Íechas de algunos grandes acontecim1entos.
Creemos, con ellos, que Carlos I'v1artel derrotó a los
sarracenos; pero que hay<.~ ma tado a trescientos se-
senta mi! en la batana es, en verdad, mucho.
Dicen que C!odoveo, segundo de este nombre,
se volvió l oco: la cosa no es im posible; pero que
Di~)!:i haya afligido su cerebro para castigarlo po:- ha-
ber cogido un bra:Lo de :;an Dionisia ele la igiesia de
~stos monjes para ponerlo en su oratorio, ya no es
tan verosfmil.
Sl. sólo hubiese que qt~itt.u cuen~os de este tipo
de la. historia de Francia o, mejor dicho , de la histo-
ria de los reve8 francos 1v sus Inayy' ordomos, se oodrfa
.J • •

hacer el esfuerzo de leerl.n; pero ¿cdmo soportar las

mcntir<~s groseras que la co]rnan? "En ella se pone
con~tante si ti o a ciudades. y fortalezas que r:.o exis-
ten.
4
pi

ol r;o
 HLOSOF(A DE Li\ llfSTOR(A 269

carm.e mi consentimiento a tu usurpación: te denun-

cio al pueblo como un tirano que blasfema.»
Las otras leyes son las leyes políticas: leyes pura-
mente civiles, e~ernamente arbitrarias, que u r1as ve-
ces establecen éÍoros, otras cónsules, comi~ios por
centurías o -comicios por tribus; ury. areópago o un
senado; la aristocracia, la democracia o la monar-
LIB. DE LOS LEGISLADORtS quía. Sería conocer muy mal el corazón humano su-
QUE l-fAN HABLADO ~ poner que fuese posible que un legislador profano
EN NOMBR.c DE LOS DIOShS haya establecido nunca una sola de estas leyes poH-
ticas en nombre de los dioses) y no con vistas a su
propio interés. Sólo se engafia a los horr.bres en
. . Todo .legislador profano que osó ii.I.J.~ir que la provecho propio.
,. ·ct· l le 1t 1abfa dictado s-.ts leyes era v1~:ablen1ente
d .IVJfl! Pero ¿han sido tode5 los legi.siadores profanos
. ..:tü . .t~-· · p·)"'··re ca-
un blasfemo .Y un traidor: un .o1as~cmo, . ~H;~l .. ·~ unos bribones dignos dd últ.imo suplicio? No. A1
• ,

. hnnniaba a los dioses; ur: ~n:ndor ' po.rque ~~-~~c~l~ igual que hoyJ e n la~ asambleas de magistrados se
su ntria a sus propias opmiOnes. Hay do~ e~pe~le~ encuentran siempre almas rectas y elevadas que
de fevcs : unas son la::; nat.ura!es, _c:)m~n~: '" ;.ocl~~l/ propcme11 cosas útiles para la sociedad sin jactarse
útiles para todos. <(No rooaras m ,n a.tar,l~ a ,:u p. ._O]I_ de qu.c les han sido revel adas, ha habido entre los
no· cuidarás respetuosamente a qUle¡!e:-.> te ~ngen legisl adore~ muchos que institLtycron leyes admira-
. draron
r ' ·
v te cnarat., , . no to m,-.'
arás ~1a mUJt;T ~. - de ,. , tu. , her· .~ - bles , sin atribuirlas a J úpiter o a J\.1inervn . Tal fue. el
mano; {1 o mentirás para perjudicarlo; 1o _<t)'U.rt~.ra~ Senado ron1anoJ que dio leyes a Europa, Asia Me-
en sus necesidades . para merecer.qu_e _te ,socort~ ~ nor y África, sin engaüarios; y tal ha sido en nues-
L:{p "' t'~UI' las leves que la naturaleza ha p.r.o tros dfas Fedrc el Grande! que hubiese podido im~
suvez.»r-~"·t '· ; · - dir ~-b ta ponerse a sus súbditos n1ás fácilmente que Hermes
mulaado desde el confm ~~ l~s tslaT· e_ .,apo~1¡ _as _
las ~ostas de nuestro Occld~nte. NI O!f~?; _l.·~ Her a los egipcios, TvHnos a los creter~:-;es , y Zamoix~s a
es ni 1v1inos ni Licuroo, m Numa nec~::ataban qu~ los antiguos cscit~s 1 •
m '
Júpiter J.
Llegase entre truenos
' e- para• ,<At ..1 unc"""'r
~.w - ''""rdade•
' .... "
orabadas en todos los corazon~s. . . . ,
e Si vo xne hubiese encontraao treme a frente ~o~11
algunc) ue esos grande:-. charlatanes en !a pl~za .P~~
•.- ¡~ habría untado : «D.::.tente, no con:~plo~n . . . tas
b.l_Jea, "" D' · ·ciad· ::;, · - · ~. . ,,~1 l·t .: . -n·; e•... c.,.s
aSf a .ta 1 1Vllll e , q'Heres ' ' "'nganalnh
...., .._. .
. .,.
bajar para ensefia.r lo que todc~s sahe~os:.~ C!~··.f~ l~:.:~~
usarla par~ alguna otra cosa; q~Ier?~. ~plO~·:_chat .-n,~ · La e dición prince¡;s ~<.:Hnpc}n:a!:><~ , at tlnal del text <J . l a ::.i-
consen . t'lnlH~n .. to ' u~ nas ur'-rdades et(...lü(-i.S P"~~a arr(iJ1
· ··t T- - -
gu1cme a~lnración: fcalta d reslo. El editor no se h a mr~v;do a
af{rf.!ga r nada alrnanu.scrito del abat<'~ Bllzin. Si (JUCun u:ra lcr conri-
rwació n. lo co,nunic:aNi a tos amcmt(~.r de la hiscoria .

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~\l'!"Jo~ tl<:fl l"~ kr.t.smcth•' :. \l\lt .<.e·-, por cb !t·-
:r~ gc.:nc~k~ ¿¡; h i'htu::d~-z:.. f .."t h\~to:-i.1,
d
que "e orup.. e .a i ........
..-- .. ,f'~
~ ~ ..t • ,-..,:f() ,- :p..-.~!"YU1~
~.on uc '-V' ' " • - · · ;, .. _.
or

no<:, nM !l.tt:: co:.cebir h l':-ptt:;m?.:t, a pcs:\r de

que b~ c::.::s:ts de bs mi~ mos pucd<!:l Y"! ~r prb·
tUJIÓmC;:~'C: nC~llt:t~, a\! que, <j db CO!'llcmrJ:t d
jt ego de h ;il:sefnd humw<~ l:'a ;:t-:dc, j'Odni
dt>~~b:-ir e:1 H un c.ot;;.o r~¡;uf:tr, ~ 1:: u~~Hltr:'t

• l' ~ hr t'>;~~¡¡¡,l 1,¡ cj~mr:H ,;(K,. del

p~\tjt á
b l."'.ie~:f n (;1,Hh rr•• ,">(< ~;;-,-,:~ fl <.' ¡(': \' ""d.. t~;·~hr.. Ccl!t,;·e...~t-'' (:~t.
:/ <it~""';r; tC; t .. c¡1 a~.~ ~ ... t~·: .(l dt t.:tt-.t-.1)
:\v Lo lle;:;u!o> :{)<!;~ • ~ .:>l;~ nl;r.~. ~~ . ~ (l"~·~ari», ~¡;. tle cw:: ~:Í). ~io d<;:t; ~~m.;Ja t:!.:: mi cvr.t~;:giQ.a '"~
¡...t.• ¡('fe! ••.:o
tJtt [• T,;, I!J C'IU. cr-~ a~:-. q~ed.a co::w ;,¡l'l ,¡, h• <'Om¡.>,is<:P il: ,-¡t;~. m: ~: l'&•~ a tnhl.,~r t:n
\'' :r l"b2 de i •.SU <;\~; r~r..ó d .l't.r p-..~¿~ UJ!: e>n· 1d~ i 6o sin ~j '1 ...!"' :-1~iU ~o ~tra ~:i1 nin.~,in -..'*nti~l >
srg<.• hr.~ CtJlncid· :uil tl.: i !~' ~¡>rtn ';l:or..

t>Jm"' ~-•} ~¡uc~ ~~~ loo suj('t<>S ~~::I,g-Ul;t:-es~ ~
prc-
~nt:< confi,n ~ í~rcgufar a n~estm ~·r.1ib, C9n-
sidct:tdo tn d (Onjunto d.~ la e-<;¡xztie pucd~ ser
.:-.;n~~do <m:o un dcs.trroUo (\ . ·w l>, • 1quc
lento-. de "US di.>pcsici<utes 01 ígin !es. A-;í, lo~
m:Ht'i:llutllo ., y Jos nl:imícmcs 1 !!htenes que
les si&'Utn, p:lq:<'~n, po. que b libre voluntad
hunwr:a ejcw: t:ln ~fa11de inUr:encl,'l en. Jos pri
mt'r~s1 z;o ~t3.r ~)mct!dc., a regb al¿;u 1l' ·
'PIH!kta lkrmit:r'liú$ detcrmin:tr ~·>n ~nticiP:~­
;~;,~n :m ~~(¡m:'f'<J Y1 ~in <'ll'llUf'tD, L"S t!!bl~ eSt:~
dístí~:lS :t!'ltl<!lo de lo~ .gr:u:des pai~-e:: 1100 muc$-
t.•·:w. qu~ ~r-.ul$,Url·cn \ n ~=-rtglo ky~ natu.ª
:11k:-. <\l:u.t;tr.;t:~. tlO menos que l " unb!cs a\-
rno-.fédr<J; (¡u<:. s-ie-ndo im!)revi-. bk, :!.t;"Jgt.tl:\r-
H~el¡tc1 .;n Stl C\J:Jjunto (<)nsigl:~;r: ~:11ltc1Kf eu un
(Ut'W hom~gfn::o }' <:ut;$fante el c:recimineto do!
lc.s p!:tnt:.s, d t\!n:o de ~:;.... ngu4:> r otros fcnó
meno~ n.~u'tllcz. Xo ~e ím:t.'f.naJ; los hombres_
tu p.1.11 icuJar ni t:t:npo.:Q !~.>; mi~mo.~ pacbtvs
~>1<', .d pe-~eguir ~da nnl su prop:~t6, s.:~l'm
rou t:tJ:¡•¡tc , y~ nkuudo ea :nutt1..1 op:.)siciónt Ú·
~•ca in:..ext!iblcmNH~, \O<'tlt, hilo ror;ductnr. ia
;;¡tc.'lc:ié:l eh !:1. ?'::tWral~'.a• qtH.' dfo:-. ignoran;
ni n~mo !Ht.f~cip:H\ en lln:t <:mpt(;}:!. que, de ~~!'­
les Cl)tHxitb~
n() lés impmtarí~ gmn coz..¡_,
Pués t-~ h- m~rc~ no se mt~cven. como :tni~
mnicc1 pQr puro ln~ümo, ni ta.mpo<o, 4:<lmó !':l.~
cio:mle.;; o.t~d.ut~- dd :nundv, Cü:t arr~g!o a
. .
~tn pian ~,Jadl), parc~e que J!O <.'S po-Sible oons-
t.ruir \lrct hhiútí:~ huru1n:.t CQ:! :\rt¡;:~Jo. .,_ p.ian
tc.cmo es po!ihlt, por ejcmp!", :::n ,..• evo de
Lls <Jx:J~s : ¿~ bs c::~t•;t·es). N(\ es posible
<-;Íf;l:- ckrt.~ dc.sganl ctl~~:do se o.:w~c.n. fa ~u
:1jet~eo ·,ob:-c la ti'aa escena dd munJo"; ~\ a
¡ C~il' de h óJ'Oiftdtca ·qut"Ítt01l q.~t J:t f>fll-.
den(.Í.l h:l::C a veces. n h po~t.rc ~ tu;lS figu.."':t
'{ue d lápi¿; h<~m:mo ~ ent~e<.t:j~: (ürt hil~ de lo
\ ur:1.. ~k '~n~d.1d infantil y, r. m~nuJot d-::
:n.ahhci >' :1f:í!l d~tn.lttl•'v t2.mb;én bfwdles; ·
v, a fi ·¡ de tuem.-:t~. n~ ;;;tf•e mtv .C{tlé ~on~ptc
formar.,...:: eh oue~-tra CS?:ci~, que un :Úti\ ;de.,
tiene dt sí mi-rr:;t, Nu h,1.y o~.l :o:1Hd:t. p.wz
~~ fil6sofn. y:t c¡uts r.b pm:dc su;1oner !.1 e:ci$<<n-
cil ii•· uírz.:in p.<ópúiJo r:'cio:~:\1 tr·•ri" en los
hOP)hrcs y e11 toci~> ~u juego, qu~; tr'J.t:tt cc.dr.s.-
('.1brir en <:~\('; ~J~o contr:'Uiictorio cic hs co-
~ ' i1um~n,"'..S :ú~mta iJtt-·r.dvu ¿e Id Na~:.ra!e­
·:..;; ~:5ra que, v;tH..:n,lo$e de ella. b .se'-' ~~blc
J.ttur. u:t.a •JJi,tori·t de 1cri:l;t!r~~• scmeja.fltCS. qu:
~ • • ,.
:m"n·cen ~-m ~lta~ll:l ¡:nan prop:v. ccn:-;.;l:'nte, su~
•
;mb~1 gc) :-: u~ dde:·min.da p-Jar. de h .l\;.:.tu-
mk:4'1· V t!nl :.. r. v~:r ~\ W1t.. 'btt:imo~ cnron ·
tnr \no;; <~l.>nt(>.; h¡hs <.".lJ:ldtltt•.,r~s ¡,~rn ttm{
tal his·oriil~ \' t:~)remt15 a¡ cu:d.Jdo de la ~:t­
tur:'J\'!;1 que 1:o-:¡ traí~:.1 al h.ombrt~ .que h ~m
Qln:'f'b"r . u.:nicrd~c a d;1)., <}Uc ~~í prcdujo
un Sepi~rC) {tuc ~mt't.ió de tt,ancn in~'per:tda
Jos ..."'o;:w.-.:cntos
• • • . 1 1
t:XC~nt; KO~ ....¡; 10$ p ;ul<:t ¡-. .t J r.;g:;ts: e imenc:iont>s dd u~ ~le toda... 'H" t\l\.'l'•
lc)'C!> d.-tr.:• mHvtd !:\ ) :t•.:, tlmbi~n~ U~l !'kwton 'l." mu lw mis c.lr ·1d ::Mirto z :uur.~t. } r·.,
que (,!:\;>};~(, c.:st.1s lert;~ !'ni un.1 CIU(l .nntum1 tar!->.. ~·· lirüÍlt.!' a ;..th. pl'ü}<:rt<t'. Pe:-o dh mi-..
$l"t:!Je~·:d. · · n-.;1 J1 ::tctú:t Ím.!intiv tme· tt ,¡ll) (.m.; ..e~
• ' ( • ~· ~ 11- • -
t • :.t:.:..ca;:J CJr.;tC.KtC) }' aprcncrt:qc, p:l'~ ¡lwt:r
p.rt..>..::ré'" .. knta <)~ un }'ddaño n ()tro dd ro-
n <;ll~;~nto. POt· t:foto, c;1d.t hombre tcndri 1 <llte
'1 wd~·¡ l111 4."i.~pll.r.iti'iJu'.t '"w~lt;; J;; c~na
a·i.•J:m; t'Jiá.J tle!J;•;:t :,u e ,/,; .•rrcilarr ,; 'gu,.a 'i" ¡, un ti~-mp(; des•ncdido l):lm pvdttt :1vr~n..
~~~ .!e :1: -(~_~. '1:;1;:;1.:. :4 y .. :4~ N/J.,J.~&. l~"t, se
t
de · dimo u'~' :l b pcdcmñn de ·o<.bs ..us d!s-
'O:'i:Ch ~<.:n:lnt!"ah·..: ¡ ü, si i.t :-.;:,tut?.lctJ. h,~
cnrnprncbl en tcdos los :t¡~Í.'T'~tlt>s p"r h üh::~.:r
-;·:tci•~.t ;,Z\h. ') •• p.¡r i. Hbr~n':':c:én ::·tc;:o:· o f j:~d '1re\"C J•ln;: '1 a .u \'!Ja ( coll\n \Klt-
111

dt':lrtirufad•>i\<. En !?. cittw~ naturJ.l tckoló- rr-.: , • · ... , ac<t"o de '"'•• :-cri(.' i·<c<>::tablc d~
gic-.1 un Ót~~r.v que no t1 t de -.:::-r ::'1!'!111 ,,d". u¡~~ gcncr.!\'i•tncs qu~: ~:~ ;,r;t:-:i,tttan tlln ;¡ <ll r;, Hh
di p '<.::!ón qc~: r > :1:1 ~~ 1L un:··!>', ,¡~;, ~~­ C111:<x.11ni~nto~ p.::.~1 Q~lt:\ por !í~> d t,vu~en
t~l <::-<:JH:tl\ un;l wntracio:l.5n. Porque si n.:nHn· t;u·.: H'=' :t \'> :1rEJ h ""•p¡;ü~ ~:u~t~. lkg\;c
(t~tf:o-> ·• ... ·."" p¡ inci;"=lo .,:·-. ~"'> no~~
cr:cont -:.uno~ h•1 :'-\a 1Qih 'l:t <H~q.. de i.h. :,:;trrvHo qnc 'l'~"~rte<;.
con \l'm '\. .. •~w:tlct~ ! t'í'' \;·
. ... t ¡ Ín~.>
. r . :;-*, tli.'>COH'l>I'IG\'Jt
• (t
(ü!'l UJ1 iuego
•
v rd~ d~,. ,t:td;tr.~crtc ~ st~ ~~¡"' ::. '\ <.:!--.e:
t!fb:::·:tno; P!X'(l m:í, (} tne m¡,;n'..~.::uo, I'ül 1!1 1neno~ c1. h .d.~;~ dd f¡i1m-
no u -..;en;; :-. -octtp:l:< ~:: : ~.~g:¡r de los hil :-. Olt\- brc. ~'d.h.. CM!:>t:nlir h 1111:!1 d, -·.h ·.fucn.o~ .
du<ton::s d~ l:.1 razón. plk'-' d · lv l-'OJ>ll~·u·io h!hri:t <Pe e,. ~jj. ilr h-.
~i~}"c~!rittrH::-. n~: ur:d~. ~n ·u n-.a;;or p:lr(é_. co~
S:-c:t'Nl){) f>r:t,.C'Il'lt> m" tiMJ.~ y í:. f . 1 ~¿. ; In ülli ~ ·chrí'l
l·1th:> l s p1jnripic ;-,:.k.co:;; y de ~e mod1) t t
E.t; fo.t !:cmtrtts (romo \tnÍC';,s <lÍat nr+~> t'J-
. 1 sov:~e
tJ<"n"t e"S
L. 1
l, ¡1 •. . •
~ ..:.n ... l ,;ltl · ,_.~.s at.:trss¡c:' nr.~
N-m~t':li<- ~~ - tll)~ · l ~~lL' n1.1.:. sli\'C Jc priltc!
s,:L• :~::lr.. }uzg~r dfl r~.;S.tv .J:: Ls ~~, • l v·
t;.dtor,'lkJ r¡rut .tprmiat; ll UYl da .m r.;:;án Sil
" • · ·; ,,.,•wtro
'(;.eb l ¡·•.. ,. liJm"' ' ~t.. u~· n:e cu /; c.spt:it ' io que t{'<.p<:t;{:t d t <W~hl"t' <~ h:trÍ:t .S.')Spt(fu.l~l
)' lt<J <-7 t: ,'"..~J it:Jl~::.. itlftor. I . .:t 1 1 "'.~, e+\ un~ <ri t - de e::r :- de!::irHtH:tnd t.. . ·K'S<J infama.
t\1 t stt;:li!"in :un::·lL L1cJlt:~d de :unp-H:tr f-¡-.'
 etf~iJo r J . te :t !a. máxima n~cc~!d.:td de un:t
J...;; .?\lc¡:;nd · z,; J;il '{t:ttidv qtt:• ;;! ~l..f)•;¡.J•J..Y' le- e ·istc:-tá:. ~n _germ:;;¡, t:Otn.r>' lit fjui ...ict<l que
.-:·!'! ú•N:¡ic:tmu.·f!h! ¿,, Jf .m1..<mo to;t~ ,;r¡::( lln '!m• ve:z. se b~Jbic:-..lc;.-;m::ad() el hou:h;-.:1 por 6n
9W" .t!íl n-¡.(:JS "1 ()Yfl• t:/UJ:,cnto m-o;, .. ~;:co tU' ,su Üt'".de in m:h p::'Ofm d:t rut:!t:7.r.l. b:;sr;< k mü;.1m;
•wi~f(:J; it ar¡j;¡¡.;:{, ? rr·un f]{l -¡.•. rJid.' {; de ,:in- d~stt't':ta, t.:ldi! b iut<"u~:> ptdé;ci5•• de su :J>~n ..
·~t!~~~. O!J,": /et;, ió~~ .o r:c-r/Nfi61i (jtí6 /(!; '{~t .:;u· Yt ¿e <~t· mO<h'.> (<.·n. h. m(.-diJJ e:'! ou·e :.~
el .... .,'#:,tJ
•.,. •••~1,.-. ~., "''1'''1'.,. S • ....,_,, .. ,. ' "'f- ,. ' .
TI#-~•"' +1:. !l~.,,. #• ~ .¡. ~-*Vf -r~~.,.;~,.l -~ ~ .~ p<>fihlt ~ohr-; b tkrra), lps: l Ja f. J:ckild·~ ;! a
rro¡K, rJzOt:. k o:m;esp.Jndit:::-l.....t<J.!O d m¿r¡!ó y sólo :1 sí
Potctuc h N;;,tur. k7.s. n:tcia h:t<c ca ldá·: :u.U.)Jri1> ..tttvrc:a (jl~C :::gr.2.decé:~lo; ~'OIHCI ~i le
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tet.U.{. ~·'l)n~tl'.JH~ .{(U1..; •.. n\<,.l!:!t:t pt:rjKIU;t~I\C:UC ~~:ieHÓcf ;~ -fu¡ n::r tY.~ciHhd, p<ttol,:gi~.-;.:urH,:nte
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li;;do:.t~ P.?.r cl. aiht ins.1d 1l>h• de p ~ca . , de rcrminación ~.- !,c;ur~d:ld de 1os límites de J.!
n 1ndarf ~·u .'-Jl(>s, .t "b" _la::. ..:\.. dent~ di::.po.::ti- m ~m ; p;u-a ·q ur ~e..¡ >Cl?'11p:t~ihl~ coa l::t Jibe.11ad
<mnt'~ fl:"ttamee d::J hQm"''r..: dcnni<an t:t,.Ht'l dt> . d1 tu:d. c,xunn ·-~ÍI! cm elb s~.: puede lo·
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siciones nnt.tr.Jc:s d,;.dqt~t""· ~a;;¡tJ!én el crdcna- c'(: má~ que <;.:-¡ b !Z>JUd6n y cumplhnicnto
miento de un ~hio .crc:;d~•::' :r no ia rm··o chapu- de o:,\ t<:rca. 1.,~ u~e;;id:td e:. b. que fuer-
cera ll la cnvid¡,, conos.iv~! úc: U!l espíritu m:t ~'t n: !J'?mk~, t:m .• r¡~:onado; por lo demisl
Jigno. :1. L1 d~..eml'-,.:::11.~:d:t !ihertad, a entrar en este es
t.tdQ de roerció_n; ;:ecesi<ind h n1o.~yor de todllS,
n s:1-~r 1 b (ve h~ ltumhres ~~ infi!gcn c.ntrc sí,
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l'l tr()bf..,·m~: n,;;¡(w tü! ¡;h:<'n ~umr.no. a ;-;~. <.¡u e no pucü~n .com :\1r :u U¡\ r~.rn1tento mas
r.rt}• .. oloá6:; h ro•:.-.:rdh: h: N..:u:r ...!r:?:.::, t':t.msh- tn n't;::,i io JG- ~u ~::.kajc lii:xrc:d. S6lo dentro
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d(>~ (Oln.Q :·ctlrtt. H>n los irl>t,k•.s del.bn..f}UL: \[He, 1:tn1 q~c ~dR cu!l .PUC1.1J ~cr . libre. J>c:i•> ~•.!~
:t! !rnt~r -..~ :u . ,Jn;~ :1r10~ 3 Otr<)S nm.• y '.>}, t' d Snd~ e::(o_,:c e-.. te '~iitl<'f ! '1c h. ~~t ecie hu-
[ut::-z.:m J. b~t~<arf ~
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le q\:¡;~ l~;fll.; -.u f'I'(jp:.: ...... ·u¡ 1~1d y }:,. uhligu~· {:<ilmentt y, ~~ dk !>m''-'odc.. mu; c:tnlt>- 1 !u{.'go
l (¡b.::dcc~r ;., ua:t l.'t,)hlt t-1~~ •.;;:kd~.;.r:t v~r.~ :od<~~, d .. m•.'c ~o:, vano! intentos.
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Sli:r1nr.o r>IUNCH•m !.,tenor com¡)lcto d~ '-\t~ cncrgiz..'S. :;.t iutc·nw

El p:·oMem:: d.· h in:7#:~tt{H¡ ,¡. . . m;..s ccm.- •l' e ia.. !':tz4n lt>..s pudo h:tt~r i¡:·pirJcio ~¡:1 ne-
~ ·d~\1 dt.' raut •" y t.-:.n t.n-.:.t<:s cx;-;cro~;:.nc~áS. a
tiwú.:n út il pafetJtt .!r:¡ &J;,lt:, :z Stt """%, d,.l
r ,f .. : L&:;Clp,:¡.r de~ esb~io ti;!l ley d~ ln:s ~a.ivaw
;~' t•/o¡ ..¡ 1l5 :j l(; lr:;t,.7l P54/¡.;1f!.V F.X 1F.klf!A'
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di:.p<1~k!ont:!> pr!mordi:•!n; \le m -lo tO"' im~·ue qu" p.:--t d <:n1pko ~h.: rodt:b Í.l" ii:•·:·',l:;. "h:. 1.
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~ e:;~ t.: u _.· , \•t • Jli'~f,h¡ t;,. d r~cm·.ro hum:mo~ }n'!ot~\ que, ck Íi\
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:t'4'.;t h.urmm1 ;t,d<:ec h~) l~orc.' m.d!::i ha1n l, w'
~F~!"!~.ncil ~ngnñ~:t de. m;~tro h?tne~t·lr~ ..., n
t>m ~Ctf>TO OCTAYO.

<:ó.Ub.t cqvi\·oC<?do H.cu ..."'~u ;. · ¡}.. cr~~rir e.i ~~ ~ ¡ f, .f. f.OIW<kr,ir la !:i:torir. dr' le l:.sp~­
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:,+ ~j t• ,.f , e los F~tr.do~ se i~-s(:ln l-L~t-:4 ascgur,:tr,
'' · , d pr gr-c.SO; por Jo rnr;tv·,· d nur.te:1itnien-
. •1 . ·.te iin de h ;,;. l\tr:tic<' 1. ,·\demás: la H-
"'·:T • , ~ ·ti 'mhd~nn no pude ser y2 dcct:t-<11 t·n
J grndt> ~in que, imucdbtamcnte, repcrcu-

. ·~ d¡;svcmaj~ de todo:. k~s ufidm;. c-:.pcci~l·

K cid <Gümc:'tÍOt y con t':~0 1 en :dismi:mción
1 . {u{'n.~ extcrlú:-f.'S <kl Est:tüo. ¡>{:¡ íJ c:5fa
•lt:ád \., ::¡\Jnll:ntZrldo pow 3 poct). Si $e le
rt. :~1 ciudati~HQ que busque su hicn<.~t'::tr
L brm.a, con'IJJ:ttible ('.()¡1 In "ibcrtad <'!e los
tÜ ) 'l•lc bi~n 'le ~r.t·r~¡ t,;tJ ~e •vnorti¡.:;:.t;t b
\f d de todo el tr.Hico. y 1 con dto, t:~:nbi61
h,, ., 1-;: dd toJ,,. Po; cst:. r.tzón \?;>ill de1'C)·
• , " la:, li,.nit;tdnne:- d hn~..:T· y .omitir pcr.
1 ·f • f S~ COncede ia pltn:t ti~n·~d Ce t:~ ]i-
th \' , c:í surgt. gr~tdu:thn.cntc, mtc? ·vrn¡ 1da
t.. I ·¡ ••
tr.•¡tJOS v :11W':\Slr:!\ • a :.ttslrr.~·t(ltl, ~om '\ti:¡
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1 t · 1 q~lt" ! . !H. •dtl;<l:<d h~ \,:~ p•·d\:: .r a
~.4:<>Í • ~~- dt:~CU::. d{! r.xp..q1si6n de SUSc íntpe~
• >1 • t (1()'1 ,;;o}o qu:.;; co•npt<nda ~u propio. be~
t. • Pero es::t ilus:r~ció:t y Ma elb. O"rtn
_.t,q, o6n t'twdial en lo hu~'no {}tic el J¡On\-
fl¡ rad ,, que lu comprc~dc pe)f;.;ctr:mé~-

73
 1

!e, :1., pu(dc cvit"'lr, tiene que ~1.1b!r po'o a Jl!XO ~ ··J¡ 1~ J~licmbros. i:n~res:~dos en. l:1 co!'lser-
h~stn d tnwo v roh~>lr influencia 'tñbrc $U~ "~ci§n dd tvdo; ¡; que noi d.\ c:;;·e:-M'~t de
....9':n-··
:: ..... 1MI. ·••-,;:
.... ..;, ·~ .,...J'
d··\.- ?>,..., , ..,..." ' • ":\
•1\"'.,U"-f"'l"
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qu . .\ th:.sput:. eh~ nu~t=h<t~ rc\·ckdn:~c~ tr;u~s.for­
t:1lo los gobern:uu:.;."$ dd mur~dt> ;:o dis;XJ;~n nlJdo.:.~~ ~tr~í ~ po!:>~!·c- llll:>. • t'ahdJd ~"e fin
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de 'ir el' •uprv'110 uC
«>S <.h: t!nsci1:t.f!7..a ni p~; .~ m.da que ~e re r:e:-.l a ' i.; t,. ;t~:rfi 1l O m&'llOJlOJlU~ senO ciond:.: }'l:' e-
~ mr.: lt<H' el t~Ut~do; porqtw todu ti.t!t y t wm· den cit~trtüH.lr-<-: tfxb;:; l!::; disposicil.inC$ pcimi·
pro:., ..fiJo p U\i. J~ próxin~:l. \:C-r:l.J no pueden th·as de b l'Spe-cíe ln1m:tn:t.
.rr.c.n · de cntt~nt!"';tr
úúl d l'ü im:ledtr !,):; es-..
Nü'\'E~'(.) NH~ClFlú
{ "'e o~, déh:k~ } lc;ttvs. es · . . r~.hd.;¡ t.lc su r ~te­
b1os en ;,;~~ !-~ntiJo. Por {¡jtJmo, :~ m~m:t &~­ l..in M{~·:;>o fi!oió)co 'Jfl'' t:ote }~ t:rh.~.t:ruir
;-~J) ao ::; íl ~'t:'~L. · H'i pt>ro a peco \i~~ cm":'rc- 1 ,#1·J~OJ'"''"
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,;~ ~1 t1úcios.l) de it:st>g uro d~;..-~cnhcc rnm .-.m~ N .'tt.r.,le;.-. r;uc ¡}.,:··nd,· .:: la a:rxi .dón á:;4.r.l .-
b::.:-.. <X•ttü·irC!lntcs. s}r)O t:1.ml.l:é!~ Jn\rv d.: so·-x:-~1' 1-. ('·/"'';,, J ....
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(UC!llO pol[t:Co dd <{l.lC d n1\:mdo no otrt.ce que. scam~~ Utt p<>to mi~)p<:s prd·t <:~\n d mc<.a ...
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re: ::.cgdmo~ ,;t¡ infl.~C:tÓ:l ~Jt IJ f~·rm~ción y 1n •:1~d · de l• r.: '"ría., ~ P' ~r d·::: considcr.u·~
dc,inre:[n::tci~h dd Jtt(.;.q.?<.t poH~i,·u :dcJ p:a:tH•J la re"*'-> tll~ efecto i:n.ün•.>st} cit< \Hn !ilY.:rtad ~.]1'
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c:,H~es ih;~H:tC-"1;>: ~,· dc~~}tdr;{ \Ht tt'rs? r,.{'•t:- ?~~ez~; ~,:; p .tt:dén de:.trrvlJ.:y JH.lr •:cmpkto }'
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!as .,.,.:c.... ) lts ricn~i s) y en la ¡ Kd!ó, t:'\tn· pos¡dc ~: grnn t·:::ttN dE> b sah:dtlrí ~ su¡trcr.1.:1,
l ~t n, ..+!<;, ¡ ·· ;r· !;ts d lirira 't" qu~ les eran ru~o fm ooz <<:::e -l:.t h!:.:•YÍ:'1 del gém::n• in~...
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ci · 11, 1J (.'u.d, d~:trf'oH: fld{Y:'I' rle m~evo {"()tt 'ad1 do h mi~"Ud:t \', ~.ir.:.scsper:ul<h de: cn;:-~ntr:<r j:1
~ttS e~ ~1 tllL"J :ntcgn int~rtci6n r~ci{,:lal, nos :uíadidw:?. un pcr¡utño motivo pa~ mtentar se--
JJcva a. c~p~rarh cr. otro mando( rncj~{nt<.: hist0ri~ filosbfic..
"' •r· • r ' • t . • de nu
~!g;11JJ.-"'!!'1!! una r-IS:t JL:t:"~vrc nftu:t
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proP•J!Ít;J a..::er que con es,:: ide:1 de.: U!l:t hi:¡toru 1 la ~'J(d a~ !.;.~ ho!'t~brt~ !::{¡ ro~ ('C')n.s!r,Jíentt,, m~!'
tltii~ct·~:.'llJ que impl\:a en cie-rro setnido un hito ñ.-!l{-;.¡;k._ N·.> ~tb::•) i<S uh'.> ~¡·in hL:lc~·!¡;¡} i~i h1h1t.-t\~t$
conJt¡aor e t,·:ori, prc.\cndo 1 cdmzar ':._ dab\)rl~ dr. O~)l rh:s;Ui )' ~ij ..1 .S., j¡;;Jt)!~; f-~TO iÍ ;r,(};(>lffh
ciór.. de b historL1 ?ropianlc.r.t .. Ji t:l, J:t que •
n:m¡th.!umn• )¡¡k.-:.n
. t.••,
c:c¡r, {'):~ Ino;;.,9•• ... t :-:----,k-:4
~e .~ ~ .. ,... ...., ,,<'()·
~e cr.;t~ ·il ><,; ríe. medo puramente cm ph·i-c.c : no . .l
J¡f*:ua~ ;-¡~orhrn« d• &:\;: 1:, ~~\tlt<c n~~~!~~ vec:n~ -<k.
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un J:U:-rit> t'.:u1 .L~('JJ:;n.u~~z.n
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nr~ {..~·""1.n fUo!;ófio {ro: o~:.:1 pru·cc 1 hit'n pe~­ ctdl ;~, ih iJ'-~o !~~ ..d; 1v~\IJ.! t'· J.:e:.. . !u.o a.mtr&.;to dt r~nt~
¡rcdta~ll <!<:conocimiento:; histór!cos) pvdierl it.t- t\1 d.U. O.)?} n;:.:; .trot h: (O~r ettin dt$¡:s'~~:u dt> -óU'ü
tct.t~n· t tmh:¿~~ por otros (';.;ttn~Hos. Har que •. 01~. ;6~o 1.1 t.::?-X¡~ J><lt;.lr: • "1i.~ 11 eH~.
p~.m~r asir--:i~Jnu que J. tar ~.r-·nst.tn·
11\u.-::m
ci;~d~ y, por 1~ d<.:m~sJ L<tT!.O~~, 'om" ~e clal"'rn ~ ~:)~1) Ut~ ¡ti!r.i((¡ {t:W ¡/1), '::;~ ~~~ p.:t<hJHJ<) \)wf~ d
la. hijtoria de ntl('~trcs di.:!.~ por u.ooo natU;;\t o:.r)l!tn'i~"\ ht!t-J nt:(.1tt~ Ci~ ~:r.. i~~t.tt"Vp-.;1-¡):t, • u.:dc t~·
JIe, ,u.r. n a¡ da cual a eo~s-icie~r con Fe.oc'UP:t- t~riz.!!' ~~ hi~~t.HÍi .2n:'t·H. le~:~ :i~ él, ,9J:> es t~-.. i-'1·
dón wm') va n. !:t:r- po$ih!.; .'t !p poster-idnd car- UJ?-?f/;1; ;< Jl hh~1h ,:1; t·t< ?'1;;(;};)1 _.j llJ'~f';t.~ d~ :\) ~ty("Jr
~ar co::: d ;~ de 1:.t histüria qu-:. i~ ,,..~y;>tW':ts h nade. <.v:n~l'l~.l!X t-6~"¡ o\ f; rú: ~].:¡ ;t<)h;elltO en t:J'.l~
dejando nl correr d~ l;s Sl 1 '1Q'~. s:n duda alzu- ¡-
~~~tt~n (:O (.:;t;• dreub. }'~:-o
•
.-:.c·.::i{l cvr. ;:¡ {ftt:I.'.O ;u.u~
u • )'

ll,lJ h::.$ :)l".Jiodvs mi-; anrigw.l:St mros doc~)d!~ en i.t ;t...... :-. (!e Ptolom~">. por ,,} l:'.<-.iutrts~ zric!.;¡ •l<: ·-~
• ' • 1 • .1~
tvi! hüb:-!.m ec~~p:n,~~;J, }¡~ce bentro: 1óS consl-
l .
JHMi), ;in b .-1,1) t1' hbtcu o,"l,:cc~idCt ~ Ct•'<:d~l} :
cier.-r--.i desde el puttt<} e:: \ :s.ta J::: ~u intc.r~, es •~;.· H¡uu~ nctici:s. A ('lrtir <it w:. ~ .u¡~:lt{l (~, ..-a
d, ,it, t:·<t ict:u~i t~n ~lo !o que p.wbL~ y t obi::t- q\~;. ·~ h po..i¡d() c!:..r (!<',{\ éll ,.,..,.;1\ c<s :<f'l.ltt t'~ >t pn)
n\1" h~n hecho t'tl j\t'O o en tone~ del ~cntidv n~~ ¡d~l<•$ l,;tt;j"" ~.d~i:.tt!~. Y lr. mivno .X'lUH; QIXI ~t>i
(» ;:1~)polit~. Tc.1c:.r en cuent:'! esto, ~unto ;tl d;ir. ;ct U('ffi;LC rtl:-Íll()i,
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dot~1 p-:~m ~sí orienmdé:> hacia d ímk~> medio ~~'* hi:tori~.
qut~ p.cedc ·:~<'g-ur.ltles el rt<."U~rdo ~lur;«'S: dt"
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Jl.J.l.&~ FI''L''' ~~J FfA

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Capltulo 2
LA IDEA DE LA HISTORIA Y SU
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taz.;k e:1 ~í mis::l:tt. 1,r tiOt L"wln!u 1,1 r~~ún es tc·mm:¡¡. ~n rd:lc.ic\n n:·u d
tLll,".f.ldo? !:'.<>te prohle~ns. e~ d m!m ,o on::: d ri::: dd1 nir •-:u:U ~~~ ·~1 !iu últb:c:+. ~k
rld m~w:d.o. Y .se · ~:q.:r·E-:Sá de u.tt inoZlo !JJ<h. [.'tcdso Ji.dt::ttdo (.jüt: c:ste tin · ~fli
t.kbo::: !'t',llJS:~rs~ . H(1;1 qu ~ crmS.d!cta.t s~]uf dos ·::osa~, e:~ c.:m.~ni0o de <:se-·:
fin últin:r:-, la dc~crmio.~dóu JJ.JÜma como tal. '' s11 l'(".Jlli?.adón.
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¡· ·En f.Jl:b:ec: tét:tni:no .ht:m~~ d~ -uj~etva.t q~:= nuemo objclo) l n- h,j:!U..\:t<l
uJI;v.;:e{s.sl, ;::: _d:::.sc.r.v-..tdvc e.fu 5i .f~·rrr~~¡o del <Tpfrim. El J::unJo <:umpr.:::né:::
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en st lu m1 t~:nüeza ffsk~l .,. 1'1 ws~(I I!.~C<1 . L:.t ml t u.tul~,,. físi.:s intq•,:k.o.c (,1.1'.:-
llién en b: hlstütia 1miver"ss~ ';; hahr·~mo.:; d~ pr:!s~r J11Cll.ción,. desde d pti-
ner momcnt:oJ ~~ €~ t'<l t cl.:tdÓJ:l f1.1nd~uu.:;-n t,:i de .:~1 cle~etfil!::J:,:cicír: nan~r:~ ' .
P.;m lo li>Ulitan d a: es el.:;.~íóu :· d -c-JtHl dt:: :m t:Vilh:ci,;n . Agu( 1~0 hem~
1~
de ('O.ll~id.:r~l' l:l. ,_Q at:~"::kp <QmG con~tit1lycndo r.am:,~ én piX ~í l!!i:;au1 u::l
~.i!ter.wt de lu. nlw :!:" !~)]~:::ilJ<J eu u:n den.:ento :.1:.tc!~C".1hlr, cu.tll<:~~:"ris<Íe<>, sino
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J:é:tos, cl de ):l l'Úlll lTll)\.7.;1 y el dd O.?Ítit:J. 1!1 t<:ino del c~pírit:n .:~ e)
'
crcsdt~ ~o.t d botñ!>k. PoJetaos !<Jrj.u'ilos 1oon ch1·:-e de .te(}te:1er.t~v~ÍlitJe~
lo'
.50b1'c guc SL~~l d. Icinn l'fc..D1C1s; ~i~n:pn: h:. J~: ~er u:1 rein~> é d :.:sp:r:m,
que deb~ ~et tenlli~<Uo en ~1 hombre y cstabhi~o en la existencia.
:f f.l tert::nn ¿d e~íd:u• ~o :11::.'>ill"et toJo; -eu~cr.ro t< ;do cuJñt<' h,1 :n ~ere­ 1
~~do e ÍlltCI\:Sil. t.od_.w'fa, :1i1 ho:[J'.br.c. 1!1 nc·m~re· ?.Ct~a. en ét.: y h3Ji0 lo CjUt'
gui.:!t'll., ~itmpre ~s d . ~útttbr~ 1-m_,sct s::n t]\licn el c~pidtu .es J.I.~th·u. f'm:de, f-
po.r taúto-J sc:r intcrcsaiít.c·-:::on-ix:=t, .c:n t:l cu.tsL' <.lr.: ~a hi!:rtmi:l, la n:-ttt.mkza
H
1!
c~pi rirua·l en su _:~.:dstt::lC.i;l , t-~'t<• es 1 l:1: 1¡r;d6n .d::J c~pirlw o.;n ln llílt ut11le..:~t, o q
s-en, ]u .n:~:>l.l t'~teza hum~r::a. A~ ~blru- . ¿le nat'uraltzll hUiJJ:ma, ~ j;¡ll. ·~m­
SJcin s d~.tt: . todo en ;~~~) }'ICTmancd:c. N'Jt: ~tm ~xpu:Ü·~ 6n · dr. .la Jl¡n1 <.:1!e2n
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¡i- huw..1na dC<..1C: ccmvc;:,u: ~ toJos, 1os hombr.<:::·, a f(lS Tli;tn],)O~ p~s:J.dos y it
los ptesent~.S. Es t~. rcr;·;::~~~nca·:i6n m·:i: \'Cts~l p le1~ ~llirir infinita~ !nrtrHí- 1;¡
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l<t riiCcr-::nc:a v tiju :L'· ;.::d\·er~al, q·..:~ dtbe ob:~~ cie l,.,uíll modo o::.n wd:ú '1 u.n _inte.:és nnlte.d~l, ·L\b]elivo; .
l.as dn.:ur:..HíUKhs. y rcv,,l<u-;:.::; en. d mi.s~nn' interés . El ~ipo u.t.i.i~·c¡;s~l pt.t-r:de -~_:_ Ahur:J bíc:r:, ¿d:: qúé d:aE>: es d fin !-ustam::iilf o-eu ·que .el
t.:rmbí,6: rt:"".·d:a.rse en J.:¡ u.ue "'i.lt~t :I:D~Í li ale_¡'rdo Je l~j ; en el t'J~'l!ú· illi.s ~mt'jt~llt~ c-vnteui:J.o esend!}¡17 El 1.oto~5. es de índc)Jc susUJII:iti.¡ll
~ . ~~·
d::':il~uraJo Ci;bc ilJÍD T<1:Hn~:1'( 1o hnm ano. Pw::dt: s~{ber Ull::l c:;pcci~ de rllÍA~.da; es uns det~mina&a tcU:::;i6n, dend~ o .arte,
;:oll..Stldo ;· cmnpt:m~~dún t-.t1 íi!J h~·dJo de qua::: quede en .:!1 un z¡tS~o ~e bu- píritb a tal ~"CU.lter!.ldt)? ¿De dó6d;: .,prm:~--Ie ·~st~ couter:id.o?.
m::mid~d. ():);¡ r:st;::: j nt>~~..~~; !a c.nmickr.:Ki-;.in . de Ja hlsco.th 1.1.nivem1l ¡_>.<n;~ ·t'J)lphk:J. ,es·f¡)ciL :En la ~ct:.atlid¡id ródo 1"lctb.'idl.JO st cnc~ettt:dr
e: ;:~r-ento ez~ d b;;d¡1) d.e g,_~c le~ hcnubr.¡:;~ h.an pe:rmsm~ddo igusb~, de · > ínte-ré5· cscnda.l d~ e~~ ch;:c: ~e: c:nt:~.J.encz:t t:lCO::!Q.:~t<1tÍO ·,1 1..Ulll
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r::.n.CÍJ:.:. \:' :Jodrf~tr·~os .. ].i(\l' t·~.it!:1 :- tk?:;~·:· L"XH1 s~Jo:n·(~n: D!:,dü l).;ay· 7¡Ue'~'O b~1jl:> r.epm;.entadrm.::r.. ~ohr-~ Jo gu:: e:;. N..::l(l y mcw.~l. ~olr: .Le · · ·
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in;•_go, .a)H'()G~lt d :)·:;;ntim~cnto <pe ps~pl!~. '::n Gl 'i d:::dt qm: ~-l~ ~~nli­ dc: wlt;s,.i:;:¡ete~es: Peto n.;:, podemos _f;<.?nt¡:;;rn~rnos L'Oü. -el
wit:i.! LO Ü;.~:n.::: d :nisnm \'8],_,, q::e d lki cr~s tJ;l::-1:::, -que 'Jdo:~~ el r~nc;:j::-; ¿~ b s:t:.o qu~ -deb~mns p~antes: {~n-·..r ~~·::estrfÚ:~ , h1 de
\.'cY&~d, y q:ue d dd l'r16=,;,fn, que :;:: &b.i::;J:i<~ l'(J:1 hl t•mín '¡;lé>bi>.nt~ CJ1 c,óoit::7}2d'l> -el .ei:¡;Ü:ku--romo t.<"i], · n~1iilT:~'é*i, o lo¡¡ Jjl¡:J~(Kl':i:J:L; C:c
l<.t ~-~:.tth{ r.!t::m«. S'-''kt.JJ;; >::J b}cw:. son .di~tinw~~ eL~~nJJ.mlcnto subj¿.¡{.,.~ El mnt·~:.-~h~o do::bemm -::.om ¡:n.::nJ~tlo p<Jl' lo~ m.no:::ptos''.
fi.. :.:!; .uuo y,.d . 11ü~mc. Si- _n.m; rl::;u:tser~~amo5 la b1stori.a d~ Lo~. ;ue~-h~o:;, :s.egú.n pr.:.•t o~~:.r~ <osa. Lo dtéo h:Jsta aquí ~e en::"llelti1'~ en , nw~~tr;L ·
' h1 J).:a:rnc~r'm <fue ~~ h¿oe de :51.1:; !·d:1óon .::~, co" :;1.:. ~eüút, d ,¡¡t:¡:U J.e ÍM)lyfc;n • . ordinat.ill.. Unbro, e.u.r¡.:ero, e~ ·el (o::m.ccpz·n ':{U-t viltJlr)S :.l
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pi!!"~ ;;;nlvax '' .m t;2i:df). Si nos atcnc..0:)•~·3 í1. c:~.to, o::~ _¡.;¡ ::n~r~l, ~,,xlcmo; deci; · Hcmm de,·cont,!!m;Jlar hí bi 5l0J:~i'IA1 er.~i:l.i·"'~-<:-::.!iil!.,"-.:!m;~t~lt--'·
qu,:; no 1!~ nc;;ccst\d o ~r ¡-¡ :tij:3t:=~ en 1..!1 ~n·¡¡¡ te:m:; de:
111 M~.to:ia r,:::~·.¡eB;Jl. fin últjmo es ·ag·)eUo. qu.::: es qnddo en el !útr
Ha.)i Ull<l c::r:·noóda ~u¿d<.Jhl de c~~;~r. qul~ ;·r::f::r'~ i.jye €:11 tt1 pcgn:!nu l!)U- ' es k• má~ p~rf.~t{J . Po: tt.Htoj Dios scJ:} puo::dc:
nió:¡¡k, 1-::;:ti-.) hl~ mi., _r.na; ssp~:m:it~r:~:; y ¡1C'lÍVki;.'l.dzo:s que r::-n cl gran c-...cr:- ¡~ .,__ 'm· que- es· •rgn:.h• ií :sl.' lY ' · 1 1.
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'f .tv:l.tiO óc Rm:;::~. Lo;:; ml~~Ll(IS ;:;F.ancs y' csfue:Z<.J:i :se [H'O\.kcc.-, en Ulla pe;- .,..'"''J ,so~:l;_ 'J ,es1~ . '4- La '1\lt'. u!o.~oGca.m!!ntc ll;<n!~lll!ll:)~ "'~··"".·"'~'"'
. qncFia ¡;hJ.Jnd que r.~ d gr::r.n te:!.tJ:O :lel mm;dQ. . . c<n)~eri:Jphr ~,, pr::r. t~uw., ,J~ itl-eij pc·ío ·Jl,tqy.J::~:tsi!l -ell
V~.mo~, pu.:::s, qv.e e:n .C$t~~ ma:-,t~!':\ d.c <:en~ idi!íilt ll.i.S C0S~~s.. SC h~.c:: ·~.sehit:LhurrW·Jli.J. J)~cho d::: Í1ri ;;r.¡;¡J.o ru~; pr~iaso: ,i~
,::b;:::r:icáGn dd <:ont:Cnidó v dt ~0::0 fiu..=:::.:de h: ;;.ct:vidad lmmsmr. HL'il .;:k. -.•h:-1l+JP~·· L:¡¡ m:ís puta f-vtma C'l~ q1¡;~ b i:l-::u st- 1·-t\~d~
¡.[~1llie ÍGL~tÚ:r.t::::dfl. r.or- 1~ •-Qbjcd'i:':idr!d p::.~e:ci;:: i'-J~{:~m~ .e~~,i,7~b~ro.er:itc:- -t'llt!e , ro5.s.mo: 2-S~ es lH kk~ ('on~-i:é:::nd:J. ~n l<t. !6,-;k:::: . Ot.ta
In::. ftanc.::e3e3 y 1:::;;; ir~~be~, qüe la Hilll\l:il.O hi~todog;i:lÍ{¡¡, ±tlo~éiJi{:l, Pcw d ~- l' :!iuF..?Íl~za. fí.~i~,::{ L:J: lercci·a, ¡Jor úl6mo, la dcl .: (;s;H,:ITa,J:!J, t:n
tS.<>JÚ.tl" -.humanct•.f.(.ltleíldo · nn p:::d-:: put m-enos d <; h;tccr d.ifr::zend:;J;S cJitrc ! bien; eL~sp.ú:l.ru,-, c.n d tt:aU'O sobn: d -::ual nos
b~ 1ndln~<.'ion ::;; e Jm.ti1Ho> qu·.: : se nu :nific::.t:a:n -::n ~ril cirn;Ío p~·~l~dlo y ;
•. ,.... ~ !, ' . ; ... :,,; ... ~ ,... { . ....
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·='1.~ ,r~n,a Ull!-~,t:.Sa1, _,,r.r;~dm., ..~J..l.wiiWc COhiJ~I(: ¡.¡,_ --n;•~·~;;~aq. ~.,

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· \~~~S:1J · W~l~.'-"·-~l.'fl . in-4iyid:J.;LCj.ue .lu l~pnú,c:ntii., ~-~ lo .que h~1~e lli HlCtÍV:l! l.a . ~ 3ll: .l1:1 t~nr¡lc;o;a dd -e~~;ÍJ:iru. Y hcmcs dr:; hl(edo :m~$
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d dul\:1 do.:-nb1r.) de '..:lk.j(Jnrtw; no~ damo~ LlHly bí.;:n rJJc n~a Jr:: -io q\1.;!' n c:? uttm~:do ,1or· loR ·!1-..re;¡t~s q;.; e- ~·~.n::rm cb::to L'1}ld.o
ln~et-!!:!,a:. Q;w.e <"'4 v.~~ ~ I~ gJ.'i:;,g-.'1':=. Ebrc~ . dt: h.1. b~t::.Ó¡\t'ie. No.=r int~re~amds. t.o que p~d.: J!i!c~·se en un::;. inf~<hlcóé-n t~~h~. tmn¡i;E"(J . ~~M.i~(~Jtwtt
pur 1T C'{ln~.::tv~lliún dd Estdu Hle!Úcnse, por :J sohe:-,mu- '-~u6 11 la c::.h~zR \:o, (;{¡liJO i.Ul su:::m-.::st'-1 (:u:gGn ,::¡e; ad\•:irtió .;'1.1) que IJ tü:n~~ yi1
. 1 . ' \ • 1" ' q •
.J.s }.o::, 0 d~gc-s, . l:l S\.lJnt:tiúO .:.~-:;J.s. <¡guteilll.'\t~<_ll! q •.e ~~· CJ;iO.(liO ~tl'.i..'::l~<l~G C!'l J ' Jo:::.mc,~::-s'ciún e.u u\.i'a p•::m~, u, por hJ..f,i~nns, st ja.r~tltiGa~tit ¡;¡;J~
s:J. ~presa. N<J bah•.l;1mos pt:tdido cb·~amr::·n:-:::: na-±!, ~~~ ~''=' l.l'~t:,) :":-i :Jqd t~rc tratado J-e !a ck:nds:.

77
 1 .La ick'i. (f~ 1~ hi;t..:.ila y &IJ¡ rcoJizo.dvn

/1) Et cottc~p!o del c:rp1ri!>J.- Lu ~.r:im~w qu~ hcmQ¡; de ex~oucr~
• •o..' r fllntO , eS V~ ae/hri-:iÓH ~'!.~S~n:cta dd t:spÍJ•iJu. Y decimos (que d cl~Úilu'
~~· • e, LLI1~1 co~:1 :1bsr~-act~. :~o es t ..n:J. ilbst:acdCJl de h1 lliltl.!~~c7.a }mma::;a,
~i"11) algn e:-. :~=!',meme buidJ·,ml, t~tivu, a.:,soluta:;;~ntc: vivo: es un,1 ron·
~'i-.}l•ci:l, ~)E:l'O t:.>.rnhién s~~ ohj::to. T.a ~cxis t~~d¡¡ <kl c•pfritu cc-nsi>t~ tr: te- .
!1..:r~c a ~í 1llisn\c f')l' (Jbjc~o. El es¡J.ldtu es, pue~J peu·s-antc; y e~ d pen- 1-
~~1:r.iC::JltQ de 2:go qm~ .es, y d . p.c:c.sami.::nto de qué. ~ y d~ c6mo cs. El
csulrlltJ sabe¡ i>:?I'O s~b::-..t· es t.:-ner <:•)ndend~l de m'l objeto ~:21c.-ion!':L AJ.:-.
o1j~ d .:spÍ'ri tu sc.lo ti~e co~ci~nci::~. pur .c.ua;;-;~o es .<:Qndeac-hl de P-Í mismu,
~·,l•) es: G•>l<!'l ·~(: <k UIJ p1Jj(:tc; p:1r \ l:aotC'I Cl\ (.1 sé t<\ro)i¿t' de :nÍ mts:i!:.¡¡,
f. ~.:: q•-'::: mi ,-¡~ .é'l'lllÍllr:ldÓ.u cOJJÚSlé er: <1ue 11.) qu-:: y::> ~Ct:t e.s lawb:ét! Qbjcto
.!• es, esto llene, rulte to..1oJ e! sentido de t;;tu~ es úlgo 11c®:~.dv. P~o es a(r:o
f 2rt.,\r~. La s.c::ivickc! es su ~~enci~t; <:S su pmpro produüc; y ns( es SLl <X:l·
~ t;i .e.o;:o y ~~Í\~ll su t:.6mi11>::J. S•J libe!!9.d. no conshtc ~n un tit:t inmt:-vil.J
} swo en Uilll con.t:r1ua n.e¡:}1ci6n ¿: !o q:Jc ame:t&.ni ~.t:ul!ll' 1l Hbcrud. Pto- f
~ dUcirse, ),ac~r~c ohjeto de .sl .mis1uo"' sal>:.r de !;Í) ~ 1~ ta.tea del esp~littr.
Í. :n~ c;;t-e medo el C51)íri;~.J cxt~tc p2ra s( lllisruo, 1.-..1L{:mas na tw:al~ r.-o
~ J:4l!Je:t.l para &L mh:1;Dés.; P.':Jt. eso .no 51.."\J.l lih-1'.::5. ~L..e.:i¡¡fí1tu. ~~ -P~du.:e.y ~
i rc:aJ.iia,.:!.eg(Ul stt sabe~ <k~ sí .mismo.; procw·a que lo qr~c sab-e de· st mr:>rrAl
'- · :~~ re.11i:..adu t:!lmbi~. A&Í; rodo se l\,..--d~1o~ (1 J!i L·x.md.er,.:.:i<t CjLLe ,el.esS'fcitu
.1 t.iMc de ·s.t ¡_uopi(}, Es, m::l:rdi~tij}to que el c~píriru sc:p::, ..'i"'ll~ ~ Iibte o que
' n_pJQ .se~ . .PLLi!S si no ·lo sab~. ~ e-.:dsvo y estiÍ e<~n~,..nto .con :=.u c.~d3\'ttud,

f -:
¡-ara lllÍ, crl g:1e ¡o no wy mr.::~~:::::n tc esto n :Jgu d[n,. ú:u que so~· :~quellc­
lh- cJ•.:~: ,:;_ Yo s~ .!.e .uli. c:.,j(' : ~ :1 ~¿ ~.le m1; t~:::il::·:l~ c--o~<lS scon Íp:;~parahl::.:;.
i súu!!.ltcr que. cst:.>. r:o t:s jusm. La s~ns~dón de la libertml. es Io ;.~1'.iro que;
JwLx-. l:b:t: :~: esp1ri ;u, <11mc:u.::: ,::st-~ es :ú ~Jlp~e l!u~e e.u sí 7 pnr "L
1•.: L:Spf:·~:ll ¿,~ rutCt": pC:t:S, !![U dr.::~rminaÓ. repr·::O'!D::tÓÓf! Jc: SÍ, J¿ k1 L~ll::! L-<' :nimco qu~ . r.:: es::~d lü ~<ÓC de- si, en ,s:¿. fOt!Da .ili: inJi·.-iÜ>;O hct·
• · :~ esta:~i~~':-- :-:m·~, de l(' que c:-s ~u r :H1.1tJk:o:~ . Solo ;n<~:1c ~:::n::r nn c~.:ute:litk'l m:m;, ;> qu~ S:~1:!!, :\q,"JÍ tL-dav!a no híly nin~nn;t ~bjcth;·~&:d. NnF- e:n-
~;• ,;·irwtl \' 1o -sp;r;tu:J b ;~L'Il .. "'llr: •;.J ' 'L'n l<::.,;¿-. s•r intc··r~ A~í es cc·nt::ümos dc:tt=:ro.illildos .J~ csic ; d~ .a4u~::: modQ . .Ahora H.!n, ¡·o txa~o
, e;;~:~~ ;i ~s¡;c;lt~l ~llc~,;; .<1 ~~:;-, ro': :~~;:J~~ t\~- ;~- qm~ ·;n;:r:!n~r~ s~ ~u..:~kk;, de sepiltélt de rní CS:l d-:termim.-:.:iót: 5' ac.,1bo {:onrrapor.iéndll:tm~· ::1. mí !Dim:o.
:) ino qr¡,: .s:! b tKr: ~:1 pto~'!u. ubje ;~, d t..:L~lJ'lt>.ulrlrJ -:le s~ .mi~mr•. El ~ubet t'$ ~ ..o\.sf mis B(!ndtciento~ se r.ow:icrtc:n c:n l.l.fi mtmé-o ~táio:· y o: m in.tciior.
; . :¡u fomu 'J ~u :Scriq1d; p t-'!'<'1 el cl.lm:::nido c.s jw;tsj;;e-tlte lo c~p)ritll:ll. A~í ·~ A la vez sr"'~ <:~na pec:ulht manera d.:: mi detet1ll~nt\ci6ut rr saber~ g¡.l'c Jíl e:
el c~nhhu, l:c:<,.:ún ~u I:r.~utal-e:u,, ~S.&t<Í en sJ mis mo; .c;s rl-ccir, es fibte. .j :ücr;to tief..e,.:tuoso, .cc,gsdvo, y e:lctt.::nt t·c cr::¡ mí _una conU::idiL'<::i&.., que
• Lo. :1o.t:t1 r.a lcz:;: dd cs?~:1tt~ ;:Ju:::l~ wnoo::nr: r::n ~u pe¡fe..:to een trMi€1. 1 'aw~n~<7.3 dc:sbsc~tme. Pet:Q yo cxis:iJ. ts:<.t lo sé,_~~ -lQ C!f,ongo. 3 b m:g:u:i;ío,
OJ.iot.H:n:u:s d esp.írit u ..ll lít rr.~;:c.rtn.' A~! como k g;r'l!Vcrl.ad e~ · ¡::~. sl!sb~n,d~l f ,al d~cio. Me con:;::rm, y tr.-.ltL• de anular el dcdr.:cto; y !l$l &())' tlo impf{lso.
• :le h r,,ar.c;ría, :u;[ -debt:'l;:c·o. <.h'it·- ecs la lib~tt;•. J. la -~ustancia riel cs?íritu . 1 iE.l....IDSí~to ~l qu~. d im.pc~lso ~e dirig~ ~s ent.on:::e; d ohjc::t:.: - que rue ~mis- . !iu !1
lnmeciat'Olmet)~e daro ~1::·::< to¿:1s ~~' gl::: d -b.-píritu p.o~et: la lib~!'r.1d, ...-.ntr~ fate qoc n:::.tlnlc:a: mi uttld~d. TQ<lo vividlte tie.-.c i.Jr¡puhos. A:~í somos
t -~n tm propi::d.Jdr.:~. Pero h úlosoüa .~c.> e~~se1i1 q\JC todn~ bs pro¡:üdaJ~s -:. ~~e:~ n!ltut~üe~¡ :•' d Jmpulso es ~~o 3co.~b-le. Los <lfi,~tos, por cu11nto :"ll
cid tsp(ti':u cxist~ soic- ::1;:db..-:rt~ b. l:b::rt!ld, que to~.b.~ son ~implcs :r.::- 1 3 clltt:d p:ara con c:!.!os e:S la de senam:e Wl:JI.!lsado f~c:s ·::lios, EOn lm:tli<>!; 1
• die::; psra ~:?. i:1Jt:~ i aJ . qtre roda~ hn~..:::m y p. ro¿u.: cn la li he:ttw-1 bs e~ te t:n
c:o:JOC~:nl ~J)to de- la fiJo~ofh espertriNl\·~lJ que ll]....llb.e.rroJ ·e.:> 11 ú.oi<'tl cos:!
~ dr: inl~g¡.·,1d6n; r.sto ccr:scituy.;:)' en gc:nera~; b b\lsc de 1;> t6::ni::s Y la ·l j
-~ pJ:áctice. .P.::ru en eshlS [ntnkinn~~> J;e lC'IS ohjc::.u:; s .qu~ d impuho s-e ~ t
~- gu:: ci.:::ne •;e.xlad. c..'J d c=:pírb .l. ·La ms;eri:: r:::; pc::sads pur <:tliiCltO· My e;~ · 1 'diti;:-e e~ t~:t.H}..<l sitm Í1l!l'iediat3n1t:rrte -r.:n lo ~:n:::rno- y UQ!lC.JtT\1~ · :misrn~~ ~ [
dh·r e~ impn[so h11ól lliJ ce-ntto ; es ~~":ll.dí!lroc;me eompncst;:;, IT.mstl< dt ji, . ... t 1 u] '1.1 1' '
i{ o~ -sómus. ~~d"tJ.(IS., l.rl-3' intukion.es. son a go ~in¡.1 íJtJ sen'Sil.:< ¿:; y o llli&mO· "!
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L<U:rt o, u;,[rtad en h1 lliiltí.U1<1J q:)c ¡;on~i::.t-c en un(3 p-1u:a!~dad y bu:~lil su \ In_[. 5 d ho.wb!e sccfa idó;tico ~. 11Dlr•13:; trues en el rrnpulm no hs; su.mcor.- t
• dad, e; ut(''·r , que· ú~nd.:: ~, 11m1hn:t. u. ~r ml31lli1 r
busea Hl onnt;-:::io. Si i ~d.;r:ci:a . .P::tu d homb~ .s:!.'X: d~ ~f m[S:l\\0.; J es.to le <llie.reu.t'lli del n!ÚmiJ..l. .:
lu. :l 1 ¡;jjn7~t".J , ¡·¡~ ílO :5t'1'lí1. matcTÍ:J , ~Íno tjl.lt= Wna H!Lulnb!do ~f!1() t11l. ~ E!! >.t:l se~ ¡wn.rarst,·! pe.eo pcns::r .-:s sa.bet <le lo nniy~rsíil. El j:>efilittlllien~M
t :\,¡;ir:~. 11 k1 klc;;iid!:c; pu·~~ e11 11 w.tkl,Kl Y-:.rÍíl. idc~L F.í c ~pfdt1!, por. ;J). ~ pqm:. d ~o.ateuklo en lo ~~?~i~, y d_c, ~ste mod? el ~b{C C!> simp~ificado,
(Ortmrio, con:ü~tt' ju;~i;:;lment~ ~[l ten~= el t"'e:'ltrO eu _si. T l::rde tambl:=n es.to es, ~mvertiJo en ill.go 1ntt:tm>t !<!cal. O mt:!Jc.:r dKho; ;oo scy lo mtcro.o,.:
; l-.a61 et ( C;;:w; peto ei >:Ct~\~0 e;:; ¿! mts:::a ~n si. No tie:'le L1 muria.,-{ t ,.!iimp!e; y so-Jo por cu~to pongo d c.:()meniJo en b .sirotplr.:, hkese uni,·e¡.
~m:.u de: ~r. sbo que la .::nr.:u~ulw oontimHlll.~ontc en '!lf ; e~ y res!de en s1 ~ Síll ~ id.::2l. ..
>.
~ :abno . J.~l !ü~t..ti:t . tiene. ~1.1 ;¡ms;::1ncia fuc::m e:: sí. El e~-p~tit.u, !Jo.t el o;:(m- -~ Lo que cl lmmbte es realmc:r.te, ne::le q\l C s.c{lo iclealmcnt:.,. Canoden-
t:i::¡0, 1~skk c:n _s.í mi::;íJ:joj, y c~r..o jnscamcn.t·::: c::~.Ja lib:::rl:ad. Puc:s s! séy ~•·· . ~o l_o .real -como i~al ~ ;-e::::a !.!e ~cr :algo n.~:¡.'LL.--&~ ;est\ ~~e C'-3~1:'. 5nt~gnd11
~· dcp::;odic:m:~, !rle :rr...:~~-::o ~ ott:~. w~¡¡_, (J<.1e .no s~r¡ }''-:!, y no p\1cdo <0i:n;ir 4 _ ru.e:rani~tc lll :;m;. mt.moon~s -e ~mpu:lsos mrt"~::dtu~c~, n b ~a1LSlíl.<:cJ.6~ :•
~ ln :;.::;a CQSll C'rte:trt';l. :::.C~.rltbr. o Cl1:J;•,r.n •~5to: e:-~ mt m (SJ'i't}...~· · ~ · orOdut-ciÓ:) de c~to~ impulsos. 1.~ ptuc:b!!. ele qu~ ~í!l-,.:; ~to e;. que tepr1ttt~
~ · c-,,s.n,do ¿ esp~h:.; úr.cL:: 11 :.:u l:e'llLro, tie.'}dc <1 pcdcrdon:Jt :=.u Ji~c:rtsd; ~ sus $•up1lws. Co1oc~ lo ideal, d p-~ns~micnto, -tntle Is. viokncía del í.n1,·
y d l•l ,,. ndcr. ::.i-:.~ lr.: ~:> e~..: oci ~l. C::J&r.d"J .;e. él.:r: ~JJ ·~ftctO que el c~pfr itu ~ '¡.uiw y su SQt~sh:ccicin. Amb\'ls cn:a.¡, :::st~ unida·; r.:n el ~nllalll, et c~l no
·.·

80
 e~ c~2idtu; · tiene q-ue ~C.<.-udir 1o n3t1:d . .El espíritu e:;, IJ(H' rnnto. ,:111
propio n:~~bt.&u. . . . . , . .
· J..a nat!..l ~a lc7~1 de D1os nc~ da d e¡::mp;0 m~=~ Sllhlli:ue. Pru?1:1.mctlt<:
¡~a es un ~jeirtpló, .sino lo uni•7c:r~:ll, lil Vt(;.tcl~d mis:u~; de que todo l1J
de.m:i~ es un ::}t:mpio. l.:J.S M'l l~gLiilS .t~:igi<Jnt:~ han Uama:CÍ') :a Dios cspíl'iluí
:;JetO esL"' et:u un wero nl)mhrc y n:o ~ c:nrc:odh1 J.~ r.t<Xil) qut: tesulr;t~l.':'
~:l:icada la narurale2a del c~pírit,.:, Lü teli_:,:ión }día e~ l:¡ ?d:ne:a. en ·que
d ~nítiLu e3 conce";;.klo de un mudo 1m:vcrr.nl. Pero e.:1 el c.rist:sni~r:to Uo¡¡
se ~ rt:\'"t:k!do ·COh"V.J> espfrin:; .e~. c:.l p~imet té.t.tlililo, J:lsdrc, pnde~·,lo .¡;.;:.
nel'<ll m\mr~'tO, gtJC es:n( ~:1iCubietlr.:J ,;¡r.Jn; ·~n SC,f;,lC".dl) tÓ:ra'.::..::c•, t:~ {1<Ull
~f como Wl objt::tL', un s::• dir.tintn de ~í mhrno, u:;. s::r er. duab~:u.i <;on·
égo !:ÚS"tlO, d u :;o. Pcl'O este :::.:::'t ol:O 'J!.le o.r r.:¡s:r,o e~ a .:~. '.'C:Z :nr:lcJj;~
tsjl:cntc: .El mísmo; ~e s~~b:: e:~. ¿] y se .;:()nt·: .mpk f: ~r Húmo :=r. ~j ~¡ j:Jsll.!.•
.IDC:nte ese::: ssb:::rse ;¡ wntc-mp:~rst:" ~S, C:Jl L•~:.l'tt ro6nni:m, d f.s:.)ÜÍlU rtlUl'riO.
.Es~, ~j~<'íi. -qne- el :Ss~-ú:1t::. ~:; d cunj·.J:-.<o; ni d r uo ni él ;;tzo }~Ot \1
;:;vlúS. P.xp~:::sadc cr. e: !:::nguajc Gc l.:t scruacióu, Dio~ ~ ~ :wc.r ~'tttno.
t:..•to t-.s: !cn.et :U ol:0 Z:Olll(J pwpi:..:. 1\.:·r t:sn trirudsd es 1:1. ¡•tJ.(gl(ln <.<:liti~:u
.s.L1tiC;r[L..'t l!, }:¡.¡¡ dem~:;. rdigi.oncs. Si. r.:m..'\:ict:l de ella} poJ.d:t se:- qu-t:: d I~Jllil"
~3~-t-nto se cnrJJutr.11'<l <il ot.tfl> .teli_c,>1ot.~. Ella es.Jo es2c::1:1G!i\•o dcl c-xisu
dr.niMDo •; aq·.:ellu pL'r lo cu!ll b filosnfhl cnc;u~nta C:l h1 NJji;ió;J <.·óü:.mu
b idea tic .L-; r.:1:::ón .
.l:?:c;t-.Wos ~ílhO.r:J. j, ~ C·!Jsluctar d~espltitu (gu-e cunccbimos ese.r¡tÜlh:tWJttJ
r~(loon ·<Com.:icd:a de sf mEsren l m:á~ _9E~cnid.,m~nte en su t l}rma, no <;OIDCl
· ind.i~·lcl,Jo lnim~un. F.l e~i,frltu es' esertdrume.nte .b&vid::o; [K:;:o en í?~ cl:!-
·ri:'ritu ¿~ b.. SistL•ri:~. un¡ ~-:r5at :m tenem~ qu~ hJlbérnos]~~ t:'.m e: indi·
·viJuo i':trd::ubr, ni con h li.mi~:lclÓfJ ~· l'cfc~nciu l l w
ÍJJc.b.'i¡;l.u::~Jida¿ f?:r!.'·
t5..c.uJs¡; ••~J.J~¿p_Ll::¡i,u, ~ .Ia.,hi.saoúa, e~..:un ind)vid~n .de .natu.q~4~ t1DJV«$il,
pm;o r; La: . vez dete~ mi.itad:J., c:.t:) c.:;.; uu pueblo eu ge::::ril. Y cl espkitu
de que nemos Je Ol't!tJ:lrllO~ <:~ d. espi~i:u dd pue!,lo, Aho~a hice, h~ e;;-
lJ~!'hiH <le ·k::' ~n:~h los .;.e dttcr:::nc::::;) :v.."f,Ún ::t
l'Cp rc;~..,~nwdún cp.l:: t:cn.cn <1.~
~í wismos) se.g1ín h1 supcriidnlbJod o pl'ofulllii.d~lcl i:On que han w~Jetu:l6~
Nnc:=bido, lu gu:: es d .::.spír:: tu. e! .rJ,¡;¡¡:c:C:'lo ,de la mor¡11i-.f.¡¡J e¡~ los Pll~­
b1o~ es !n ·~n,lcí.dfl q\lC ::1 C;)phitl.l H~n.c ¿,_ sí .rrdsmo. ~pu~blm -'\OJ'< el
.;:;.,~-eow uue el ~¡;ftirJ eien-:: de: si r.::ll~:uo. Pot :unto, :o~ 9•c 3C 1e~fua
~ . """"'? ... 1 . ' .J 1 - . L . ' J1
;t1i-J,~'1Í:>to:+u;s :l r.:pTC,s~ntac..Jor, <,¡C! . ;~?~Iltu. a o.~~.cy.cJa t1t . P'.l;t: ~o
b'
d;::~m~e. de Ju, q~.:e d ~SpftJltl sepll. d¿; &t m~smo; y 1& ul_t~ conct~cta: a
que ~e ~cr.tu~c todo. ~-s qm: e ~ hombk es Lbr=. la t~mc::::nc;a del c~pú·m1
di::t-e to::u::: for:ml -t'll el mundo. El outc ~·b.l de eHa .te:ilh~dó-:J , !>1: tcuet~;),
na ~ ot~o que la run.;;ie:1cia ;.m:vetsul~ lo t"O.!l~~t:~cia de •.m pu d-:lo. Estu
co.tl-Cle.nda C'Oflti-cne -v ::-¡or db se n,~c:n- tocto.; íos. ib.e~ e mt::res..."!i.
• .de} pilehlo ~· esta L'Ondet>d;l ce-m ritu~·e .el d~rcch<:•¡ hl .won~l ~· h. rdigi.rín da-1
pu©h Es lo &llstand~l dd ~pí:i:U d:: Ull puebb, oon c.)::mdo los !ndi..:!-
cl:"- no lo ~a'~ea :!lno que- C'Onstu;uvc ;'}U;¡ :;:st<Xl COll1D u:1 l>Lf'Ut:Sto. l::.s
·. ' co;.1~ una c.c-...,;H;d, El in&\•íd~o s~ educ& ru t:'JN !>l:m6!fera y no S;tbc

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 67
libre; . ha a~ol[do la e-xistcndu te!Dpc.'l:al y ~.tnito.ck, y "'-O~tu. ::n rc:::lción
dt oáll ros~. Pc:ro no e!'.
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' - de 1.
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e-;;1t~1.1.1.0n 1 ·- ("(.Yil 12 e~cncw pm.t, qnc .c:r- u lu vez m cs:.uc.i~l. Si la c::!'o-.--:tt~ia wvina 110 fue~e
sino q_ue estA ror;de-JJcia es desa.trullllilil por el l.nd\t¡ic:{uo mi~mo; 1)0 1-:: · ln ~~:u:ill dd .homb:·e y J e h oat\U¡lltC".~~l:l, ~rh llllí~ esenda que no ~t"rla
es e.osciiwa. El individuo existe en e~ta ~-usrnnti o.. Est~ snst:mc:i¡¡. 1.:r.io::etsal n¡lcb. r.~_ ccm::~~~~.. de s:í misn:o, ~~ IJL~c:~ un conct-t=to :iln~óüco r.¡u~ solo
rm eli 1& terrcno.l; lo cerrCllill pug:1a impotente contra elk Ningún ind.l- ., ¡;n ~n:~ t'.-..: pOdC'lrJn nfc:..óiieu p;Jeor. ai~."!.G<lr tv.Jnplc:ta deLe:u:.insc¡ón. F.sro
vidtto put:d.:: ttaSé(:Ilder de t:stá sust:rtlci~; puede, S{~ di$tingujrse ue OiC(}a , ~ent~do, {u ~CgtJ-'ldO '-]t !t' c:::bemos i eU-.:r en ClJCr,t(l, ~~ q_¡~ la cr.n.dcnd9 Je
individuos1 pero oo del cspfr.iru dcl p'.leblo. Puede ttner Wl ingenio m~~· · ::u P''"eblo d(._t~11ni~iidn es: la t-on•:ier.cía <1~ .:>u c:!end;:, El e.:pírltn es illl:e
rico que muchu:!. otros hombres; pero no puede .supcra.r d esp[óu del todo ~u p:~p1~ oh;c¡o• .Mn::r.tra;; lo es }m:& n:1:.otccs, pero sill todavía m-
P'.1t:bh Los homb=e~ d:: m3~ uJ~to son efiudlo~> que c~n.o;en e! csp:rin¡ noc~rse 1l 3! uusrno, no es a:í:~ l:.U t:bjeto Sf{;Úo su vcrdadetu r.mdn. Pero
dd puthlo s· ~ei) dil'ig.irsc pOl' éL Estos 3Cn los granc!es hombi·es ¿~ UD el Jm ~ su.~r 4ue- ~o[~ Littnde e cnrt~1C':.!~e ll sí :-:1Í!nno, t:.tl corno es e:1 :if
.P{leblo, qm: guí1in :!! t>uebio, coHiormt al espl~·~m unl~al. Las bdivldtl!i- f ps.rn ~í mJ!>mo, gur: se manílicsta pura sf rr.1srco t.>u s:J v::r:-:ad -- d fn e~
lida&s, por hU'~C01 <icsa?are::x::n par::¡ n[}S:>tms ~· son p~m. ílO!mtros lila que prcduca un m1l::"!C:'O es::>:~itu.:J : onfo 'J~t'
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s:¿~r:.tl~~ Iiln~cifi.::•l de la hismria b11.7 que pt~l:'iúilit· de c:..:pre;siLJli.~S corno: ¡:Jodo., '}llf ~t'an -<.uotorm~$ ~ ~~! c:.;nccpto. que .st-.: tn ~¡¡-,..,,~ :":tl h v~rdad 0
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«Es~~ J!stac.:u l b'hd. n, :i\' lm.~b' . . j LJ:n t;~omo:~
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c:u lt1 i~e~ Je :~ ism~, i~ i~e:1 <:S h1 t~~tlidsn C\"ltU•) '~s~·::j·:'l y e:qJ:-c:s:cín
~tcét~tll .» Le:·; indlviduu~. · dt:~llp9.t'ec~n ñfile hl sust~ncin ur::l;,•er<11l, la c:wl.! dd COllc~r to. l tl.: ~- d na lll'uV~t~::tl dd csr:.h:i L•.;: ¡· de b his:t.:ri r.. y <lSÍ
fonm: lu:: indivkhlOB qllC r.-ccc::;ita p3r:3 s-u fin. Pet-v lo~ illdbdónos rl·~ impi· L\'rr.-o d l,'C:::~-:::n e:-dcu~l la nsmra.!ez~ tc,~b dd ároo·: v el :su~o: '.' .i~ fL,rms
-Úf.Jl qllt:: suceda lo -~.t ue üen~ qt!e sw.:oo;;r, ./ t~e s_us Ín:~~~ . (I~L ~-nmbi¿n !o~ pthw?rc<S rastro~ d::l t-~•p.[ri ~:~,¡ c~:1'trr::u::n d r-
El espíritu dcl pueblo es. un Q:-_p.Lti.tiLJ?-:Utk ul1l!'j pet•o íl líl. \'L: '- tero.·.: tu!ih.~er .1~1 :JJHOna emer+J.. ]
bléri .es d e~pftitu ..u.nlve..t·sgl .n bs0Jt1to~ · puc-3 ~t:: es uno .tof.r;;_ E ~!;píri:u
{mivt'rSal es d c.::pídru dd mtmd.o,..tal CGlllOA.e. ,Jc~plkgn en. b amcic;-nci:i ' · e) l?
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con e] torlu, g:.:e es su suSl<itr.d¡'J, Y este espí•hll u niver:;a.l e~ roufo!:lle .a] p~t~:·f-c. r...-1mo. el 't'~pirü.J,l l:abo~tt'. pct: 1Jt<~TSr :1 Ja·ber (,. (,fue eJ t•n sf. L-os y
~piritu Ji.•.J:no~ que es d csp!r:n: :!bst•lutu. Por cu.1nto. D.t03 es umr.ipoten- !· o;.zc~J o1!(:S no SIL~~::! _gu<: J~! éS[;;',íntu, _, cl l:(l:t:bre como tílL es Jibr-; ~Ji sf. .
te, está e:-. todo:;, lw hombl·.es .y apa~occ cfl b crm<.'iend~ ·de c~é!l t~no; y' Y c~ma no lo s::J.~C'ü, n'.1_.1_~ ~-en. Soto sttl:~n guc ha! m;u q~.:: es libr~. P~m
~ es d espídm \1f\ivcm1 F.l t:spírúu P<lrticular de un pueblo partíc.uliir . precJsr,wc:Ke pór e;to, .;:s.:l libert t!d es .~do C'<l::'ltkhu, h:.1rbaü¿ \' ho!iq¡Ú·dlld
f:l'.!eUC perecer; ¡;¿ro es l:O mkmbro en la cad.:r:s. ~ue ~u_m;titll}'e d euvsQ de 6 ?~sitín, o ra"'l.llifD dulrura y rr.~,us~dlt:~bre, rotm:" unid~~:~ c:i~ tu1 1 0
~d espíritu n:1:vcr~e;, y t:ste espídtu universal no puede perec·~- El espÚ'l- eil~1·kh<l .Slc 19. WJ~..-:r::.!ezs •. Es.te ww t:':i , p;}r t:lt~to, un éé~poh~, r<u ~n
tu del pu~blo e:;, ¡;ot tru1to-, d c5pírirJ tmi"~.u vertmo -en un:? fL'rm' h:.::tth.re ;:o;:c:, n:-, .ht!olanc. J..JL'~':l::::dendll. Jc 1. libe::3d s0lo ha .:mrr:oíJo
pattkulat, a b cual es ~upedot en s\; _llcm 1~ t1e.m:, _F<>r CuilJltO e:ó~c. - cnt:c los griegm,- }' pOr_.::sq ~~1\ sido lt!:; ~ri~sos lil;re~;. Pero b r.1i~no
COfJ la cxistend~ .surge la parti<:;.:~a:ld~d. L.»,__patticulartdad dd ~p!ritu Jel ellos que los r1J:~13nos ~olo .su;¡!~ron_quc. <1Igtit:Or su::-~ lihr~s._ mas .no- .qw:do
puc=G ,Ll ' l -.:1
c~n!t1~c:: c::n e mvuo y m~mem ce u .. tonne:l.Cl!l qu~ ;!ene e, put: u
1 _j - ' · ' 1 bl
es.. dJ~(J:-:thr.c::-c(}roo ~ruJ:lu;tqn 'J Arl~H~t~lt>s r-.o s~-¡Ír.r<Y.) ~~1:{1. P{lt ~o 1m
,'

Jcl cso1:il:1. En [:; vida urJiníll'Íil dec-imos: este pueblo h:J: tcn:do csts .g~tcgo~ ,no s-olo t:.:vH:ton csda~os y btuvo su '·kla y s~.: (,ct·mo~:a lih:rt~d
id~' d~ DiU-s, é::>lH l:eligión, c::;te ¿ereo.:bo, Ett bíl fo:j!:!do tab-s r:=-ptei:etll~do:
·,-~n~ulilúll a ts. ::sd2vkud1 SinQ q...:e ts!:1bi~n <;S(t sL:: Jih:::t'i,ld b~, en p,lrt:::,
flC>. sobre ln n'ot·alicia.d. c.A:'lsideril.ro~ toda esto a moJo de objetos c1:terio- · _solo un p~'>:11..k~to ~lL"éLd:::nt~l.' ím~¡·fccto_, c::1me:m y JíuÚl{!dn, .1 ]a \'~ guc
~s cu:: ur' '::!Ucblo h3 t~oido. Peto J'l'. un@ ~rdderaciún &L1pd!ci:a1 nos ~ t;J).J . d~i.l'il Sc::vldumbrc (le ro hll!mmo. Solo [r;s ~':<'.ion-e:; gcl't,~áni.:L?Q hnn
~ite ~<he;úr q·uc- ~t;)S :osa:; son de b~ole ~sp:~it';@~ y n": pu~J~u tener. llc!;adu, e::1 e! .:::ris.tJaMs:~a, ~, ~IJ: mt·.dcnda ele: qt:e cf hODl!Jre .;:s Ubte
uM r-ealiilild de ot;:a ~?€t1~ q\le el cspíntn m~~mo, 19: roupcnoa <fue: Jel comn hcmbr~, de 4u.e 1~ 1~b:;n.ad _del <:::>J?ÚÍt".l m.usdtu}·c stt mi 5 prop!a
fullLihllt:.ls. Esta ~onc1enctl;l oli ~u:¡pdCJ pm· ptÜ.u¿:¡¡ ,;.;;:;. en b rciJ!ri.ón ·:~1
, ' .. 1 .. .
c:spú'HU t:en~ t=l esp.rmu:.
Pci:t' este. ~s. a la \'e.<l~ como j'Cl se h~ di·ctJD, C'Otlciend;t de ~í mL~mo:::
1
Ja mar; "' d l ' ' T. '[.di "', ,
.lJ.rJJ11l1 r-eg~l)n · ~ . c:;pm tn, rc:r.o JJi Ull .r cst·:: ptJnüpio cu ::-J rr.n~Klo
. ,• • ¡
.tc:mpo~tU otr:11 otta t:m :n:, Ctlyá solución '/ dessrroll.o e:s:g.:: mt difícil ~· .h~~,;
.AqLJf pm~óo Cl,e.t en d ~tru:t 'de tomar l:;¡ rep-:;;~sc:n!a.:.itm de- ~1 m.ismo, Cll . •
1~ mncieucia de m( uÜSJXJo, ~1mo r ::p:t~tit~dÓl1 dd indtrlduo t t:m1XfUt]. • Lrll.b.-ljn · d.~ cdt.lC.:l c:óil; Con d t:cionfo- de ln reli.J4!ón c:r:is:lorw no hH -cesad';,
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C~r.ituvc ullil difi.o.: bd ;_1al:9: lo. fibsckí~ ~~ nc:cho de q·u c G m:J.yoñ:~. ;. pnr ·!?j~mplo, i:lm-::.díst;;;mcnte la e.$d~tvitud; ni rJe.JlC:.> aún !n cbertaf[ f;¡~ i
1
picn~e q'u.e; ]:¡ 3Utrx'úudcnc!:l. nn c:onti.ene más qll~ l~ o¿ste-ucia PD.,J.'_Ücular , dúc:oina-d,: ~Jl segl1[c3!l t-n !u5 E.stsdos ~ o l los goblc:rnm y !c;s l"CJn srí tndo:.mo::s, 1

t:tnpüica del indi\'ídm). Pero el e<~píntu, ~- la r::·o-nC'KJlCla dd e-sp!rttu,. es

G8
cs[.lf~tu llega, cl 1ih~ ~-ccimit:tlto de sf ruisp1o. P er<r le~. !'u~blos ~on c:xfs~-f
-~~etas po< ~>1 :-rJo .esta:m% ~guf trl.lltaodo dd. c:spi!1tu en ·Sí- y oomo rn(e~·
eenc:n. u~t.. exl~t~no~ nar;JroL S<:J:t na;;:ioocs 1 y, p{l= ta..-no, 5U ~.J.ncip:o e;$
ll!"l fl;'l!llc:ipm na.tut~ll. Y c:ooo lüs. principies soo dl~t:btos, también ln~ ·
pttcbl-o~ ;on M'curalmcntc illstint~s. C'.ad:1 uao tiene su pr?pk> pt·incipiot
~[ roai n~nd.e c<Jrn:o a ~u fin . A.íí:Mz-.1do este= Bn, v::. n.o tiene ·nida <Jt.re
fulc:ef c."J el mundo. · •
Hay -q~e ~on~id,cr.ar, ¡xrt t~tc, d. ~ptci·tu. -~, un. p;1~.eblo como d d~~·
unQilo de: p t'lOC'l!JlO, .que cstCI encubretto r::n [¡t .fottl!ll de un o.sru.ro irn·
pU~~.), que, ~e e:{per..s~o~il y dende a baq:rnc objeto. ES1oe csp(ri!lt del puebló .t.
es utl c:;pmr.u deterJnUJed::>, u todo ·w.~'t"ao, q1~c: debe se: ~;anocido ~
H! dt:~er~tó)n. Stc:ndo <:~J>Ú'Üi.i, so-lo puede se: apteht:f'•.did.o cs¡>h·ltucij.
::oent~, mo:b:ant.c. cl l.-'<:-n~srn zt:nto~ 'J no~oa-o::; wmns q'l11cnes <X:Itli.'tbimos cl
r;c.:-.S':t.IJi:c2CO. ~ero ad;r-1ás cl e3p!ri:u de: pllcblo ~e áp:eh~ndc ~ st rnis1n¿
~ ot:. d.
.:! pensarm-
~
~ntr;..
1 1
He.Jllós dt= am'lici'-~r¡¡r, pe.:- !anto el concento
' 11 • ) -J.'
d"t"t:.(
" " .......
;~
rdo..:M:,_ r.:. !lr_mcl¡.>lO u.e c=~t~ <;S.j}Ú'im. E~H: principio <:5 en EÍ muy .rico y
~-.a desplu?_gli dhe:~sr.J.cnlej pues d c:~pfrit~li es vivo y 2-.;::Úv;:.r y s,u ll::t:,·i.ibc! ~"*
rdie.re :~1 pr.xbcto de s1 miRmo, f?.l solo ($ <(UÍUJ se m~~3 en toc.IQ:1
los hech.os }' di::e-ccior¡c:r. dd puebloj quien se r~liza y ¡:;ozll. v romnten.de .~
~i m~smt:>. La !etgi6nj ~ ci-e.n.cie, fa.~ ar¡;~:,> 1~ b:stinos v a·o::mtdirnle11w·.;.
cO!Jsticuy~ su Jc:~t;l'l•o!>:mi·Cllto. Tcdo t:lito, y no h cabm,kza .ffs¡a d.cl
p::reMo (<."'mo la den vaGÓn d~ la plllab-:u11atio de n!1Sá ¡:<:~ária sugerir}, d:1 nl
¡:¡oeb~o ~u. c;ar~~tcr. En su ~Jaciórt, el ~r1ritu del pue~lo solo OOL10Gt'.r
3) ptiDClpro, los ffnes de m detttrmim;.da teJlid~d~ tod!!\;h no .se <:o-nt.'<C 1Í
sí iDÍEtno. Pc:.ro ti~oe kl t<:nd~:ncia a aprcnend~ ~-u5 ncnsi\llllentO\S. Su ;tc.d..
•:iJr.d sapxemn e:s. d pc::ns:¡m_k;ntC!lj y JLSt en rn ~ctuíl~i6l1 !!.uprc-n-,a. tr~ttl th·
c;,mprende~ e sí mismo. Lo sqrrano para cl t:SpL-hu e~ ~aberse lle~.:¡.r "
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de 5Í mismo.. El espiritü• tÍt.ll~
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p;,::- ÍUe.t'..ffi que rc:a~i~r esro y lo t-esliz:rr.á, PC!o e!óta reatÍ7~ción -es a h vo
s~l d:::cadcnd~, )' em. la ap.arici6o. d~ U!l n.úevo c=s-t:¡Clo, ,dt: un J:rtJ'CVO c:~pt, ·
¡:t~, El _gsp~~tu de 1,1;: pueblo se ::eaha. ::dl'Vl~.ndo de t:tim1to nl prlncipj¡¡.
ck .Qit:U pue:olo. Y de e m= modo lOli pljncipiq-.s de: l.~ p:u;cbbs .se l;;J.!C'Cd~. n,
s~1rgc.u y J.<'.Silp-utc:c::.n. ;v!nstr.u en qa¡; cu.'ls:ue la. conexl6n de ~~ ttHWl•
.ffii~pr~ e.?J a ~tGa p!'OJ)~O de: la ~.,imma uciv.~.w.1.L filp¡;áflett. . :
. ~~ .lfo~o a.~~i:tac.:to e~ h prnz~~s~ón ,del ,~pfti:U ~e t.m pu~blo es d cuxilii
~~.e dd ~l~:npo, rumer11. ü-."tlvldseo. E 1 movm:e-t.to ~á$ rot.ctc:tO' el\ lli +
aenvidad ~pmtual.. Un ~u;b~ .b::cc pN.1gres:).s ;n s( lllrstn~ -~-.rirne!tbl
. ~~danto y :~ecRde-:Jo:-. Agm Vl¿ne la ~tcg-c.'r.~a (!~ l~1 duc~ción, que pued~
~~ ed.ucac,on. asc-cnoent~ o ddotmac6n. Est~ última es P>."ia d '!)Uehl~
pr.orlucto o fue::m:· de su ::-:'J:r:a. C~n In pal<tbt3 dacacim no ~ ha- p-reci-
.;a.do t~"lví~ D2.d~ -".Ob-re ei oontenidt.} . susts.r;ci:3l Je~ c.sp'irito.1 deJ pmbl-o;
Es U<! :~a:nno fornwl 1 s~ o:.m:; ::1,1;~ e11 geH::a! .mcdi:u:te lü f orma de Il!
,_,.f.;-e¡·so.Ii.Jad. ~ !... bouú:e ..eduC'ldo t.s ~~:t!. gn:; sahe- imprimir l'l toda su ~
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'. ~epa .~:c:p:-im::sc: y :nt:' ob:t~ :-n~rá1JJtt:t~ seg{m sus i..ndinadones y a~titc.$, .
sino qc::e se cero;r,. Gr.>1ci.1.5 <1 esto da 21 obj~w u.ru1 pcsición libte y -~ b~­
b;ní<~ ¡¡ ccnducirs~ t~ó::n1mt::r\l~. Cm e~fo va unido el h&bito de aprehc:ndt:T
Ull m~r':do acabado . y_ ±1Io,, 31 qu.e se. lncotpors. Ha de' nprOpia:sc 1!3:C ser
,Susgme~3~, de medo que este- ~et ~e ccnví~rca en ~u mt.'do de sentir ,, eu
Su.s ..apt.irud~ . para s.e! fl ínmnn algo. J..,1 obn~ p¡::t::tlit:: y los inJivkl·.l,~s
lós dl~tínto' a~?c:ctm en s:: ~ingulsridad y de ~tlillizar las c:i:tcunmncia.s, de . biUl <le edtlCilrsc ea d!a, han de h,1"1s~ roa.fcrm::s .a . cl:a. S: rou~ié~rar::JCs
• aislarfas pRt;:es , de tlbsi.!'~ cr, d.a..o.do inmcdiat:J mcn.tc a ca.;k uno de estos
~=m~L1ó~ !(!. fo:;;,a d.:: la ·..:r.ivc:ml]idacL f.[ hombre edllcado cono~ ~n lOG
d pédc-do de est3 pr~dl)cd6n, ellCvnttf.mos q11c d (Jueblu uab-aja aq:rí
?al~ d .l}n <!e so C;;~lt:U., r !o .Ilamt.m¡y. mor~l, Vltcll0\0, LU\:'.tte, f>!lTI!'!C
• ol;jct0s le::. dj sLÍJlh.'~S o~t:(:C&:~s ; é~tm ~iqcn pa::-::. ~[; su re.!:l~ón e-ducad:¡
t~:; ~'le d3do h furma de h L:n.i-.·~~alid<ld. s,lDC t<lmhién é-t:j:tr que en 5\1
;;rod~to: JO que t-cnsuc:ye ~ !n~u:n<l volumud de '-\1 espiúu 'i dc.fi.::nde ~u
ubr:uJ en la Iu~r- ~e su ohjctl\'ac!Óll1 cc.ntre tooo pcclt': externo. La sqy:t-
f
r cond·.lcl11 s..: ID ~ninc~tc cads 3$pc:cto F.ürti<.:d::::-. Et bJec!uer~én , por d ron- rj'!ciéw. d~ 1~ J!ld~·il_d.ul.)!; con tesp;;:cw :U wdn no rkne [ul.[aT rot::'ií~; {SLH

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tru.tir.>, .,[ 3prc:bnJ~r le p.rindp-Jl, pllE!GC echar a pmkr, con la mejor in-
rr-nc:iiín, medh1 dm~:.n:1 de :-;tr:gs c~..1sas • .l:'or- cumto el b:;}t.:b!'e cdu{'•~Óo f:S tt t
:os ;~[st;-no~ a~~ccto s, o~<~ cr}.X r·ct:'ln en tt.:; t:s!á hahitu~du ~; obntt seg\.ÍLt
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rnin::u:iOl1es. qu~C [Í enr.: !'U 1i.. Efoto pucde ~.!lttJtds;rsc también ,en_ s~nti.do Solo t~nr;u mten:~. ~m algo, rmcn::J';'l¡S es~e u~l~ permanece (l;_;tl] ro tnl!~ ruí, ·.
s'üJ,;.}~tivn; y t""n l once~ se lbmai1' dis_p;Js1dtm~s. a lo .que. el e5pfdtil e~ c:n sf :•, n..t;UJ..c:-c:c:a.ti.oj para llJl E:~ ruf!J~ qnc m~ ~e hz[b cm1plJdo t c.;hp;i~.. ·cua::1-do ?f ;
po: cu{lllto el c~?íritt: t::d~té ~'¡ J¡~ reo.lidild, SC' ! a;:; ll:ama ptO:.:Ji~ades y ~pd­ el. E?.,9~1q .~ m~ ío.::madu-..por, .;:umpletc· y h~ abm:.t,cJo :ru fin, dcsa¡:>:t::-ccc
• ::udc5. El pwd11cro mismo mlo .s~ ton~rde.rll: enronocs en fomla: ~.ubje llv1l.
E:1 32; hi~toril!., pot .el rom.rn.rlo, d pcr.ilucto, o:ist~ en la. forma en C!_uc
s-'u ~~-.bt.l'Ofu.uJo in!G-~5. m .;~o spí:in.t dcl pceblu ~~ un i:~¿:•,•iduo r1a~1~~l;
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El e:;pki:u dd puélo es un s:lbcr; y b ao~v;dad del. pe:ns~mlento scbre h mc~te tt<:tt·dd.ad. O.::úpasc- en l:t p:odu..::d6t~ y t~¡¡]i;.:a;~~é:n ll..:: sí l:llÍ.!mo. L'r.a l
reallc.ki dc:f l~?Íritu dd puélL' c:•Jnsi~le ~IJ qt1t;: ~.ste connzcn !U obtti corno O!l~ici::í-n cist::, ~Jan,d() la r.:~lldad tt:d~\·h nn es <OJl.f(;r:ue 3 .m r.on 'i
•• algQ o~jet1vo '/ nc }'\1 mc: amentc :;ubjctivif. Es de ad..ertir, a:~n rest:tcto a ce¡.>to,. o. man.do CI ÚH!illO com.:~pto de s5 mdsvía no hn [c:•o:-acin a·,, a•·••·- 1

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c:stás J.~tcrmi·:Jadur::::s, q1.!~ St ~llt~ con irect1en¡;h1 ·un3 <lli;tinci6n entre lo i.C·:mt'~~rt·::-1<1. ero .h:.n prúcto~o:};r'.~ el espfritu .se 1m dado s;J objet:vkk:d en 1
q~¡c d Süm2,1e cs. iotdorme:1:~ y :m¡; a.ctJ.:.'ó. En J2 hlHoúa esto ~s hlw; .§3t l'Jqs., ten pr? r:m como h..1. elaborado t.".llt~3.mc.n.t~ el L'Un;.:·emQ 1ic sí \' lo ~

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Jl::!Ca. En d h:di-..idoo puede sucdc:, dc:~d~ ille.go1 que d hombre se dis-
fr.ace; p::m c:sru ~s ~:~o mu~ p;ud:ll. J.~ vc¡-dad es qu~ lo e'Z.Lerno no e~
di.óti.ntó L1e lo interno. ~c::neja.;tt:s tefiñru:nl-enro,s de. d.i~dcK:iones momenb~·
~.:3 !l.cyado 3. p l;:no dcs;ltNllo, ha !lc:~pdo, mooo he:rtoN didic-, ~1 "ó~..,; .de ~
~f m.tsmo, '}lle_ya 110 es ur.i! !K<:Í~cid2~, ~iq,o q ue es :u: bi~11d0 Jt-.s.J~~m~ ;-¡ ;j
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• ll.·::tos. son ~u fin. • ·
;- H espfrl~.t obra ~nciahoente;. st:- bace lo qüe es en s.f~ st1 acto, s<.1 lit ml~m<.)•, ~Uíllldo eles-pftuu de( Imc:hlo hn ll~•:1:do li L't~bo.:· toda~:: .acdvld<Kl,
~'~~ Ja.~t.td!.S.n. ~l
~
-~
• obra; ée ~ste 1r..-odo ~ _ .:;:¡nv:Í•?"tC en .m. pmpfo :OhjetQ y ~~ qft~"e a. si
ml:!mo como uns t':thtt::JJ.t:~. Y lo m..is.w.o .el. cspí.rit:u d~ un puch1o. Su-:!:ct1-
·vid?4 ~onshte en ha,-: cm: '!ln .mundo t ei!l, que exls<te t.<unblén-en cl CSPQc.:iQ.·
y e.
l intet¿..i-; cl p11cblo vi•tt: a1 d tr:i:::.slco d:: la yiriFdad
Ea,~:eJ~~7· ~n d g(l('_c de lo ttd.~}uiü:.lo.. L¡¡; n-::ccsidn.cl c¡ue b!lSh 5'tJri cloii siJ.u ~
y-.:;·~!1\tls_f;t·ha mediao~.c ~ln.á. inslltución; y ra no Ch'iste. Lu~go ~3mbié•: ~:.~
·

Su 1:di gi6n, ~u eulco.. sus Oo'l~rum nn::~ , · tn•s. uso~, ru arte , l:.U ·ron<scituc:6n,
~us le:res polític."Ss_, d o~ e:l.t-e.t·o Qe s.us in.s.titi.KÍ<!n~;:, sus. 1lcrmtecim1t:ntm ·-
>' a:::tL:~S, todo est·o es su obra, todo esto es ese p;.zeblo. Tcdo pueblo ;lene
-~
-'IH!ct~.d.o::1 . ddx~ .sup!'.uillr-~ e. Y ~e inítia un pt·esen.t~ .siCl ¡'Jc-=~~id:tdcs. Qui.z-.i
tll.mbicn el pu~bh;; te-n'...:m:i3ndo a di.Yc~os 11.li?-ectos de .su k , u: h~ romer~-
tad.o _c-on. un $~ b.t~ mo:·.no.r. Atímfue acz;..--; ~l Ílll~giti:H.:i6n ht1~'U reb 3 s~d¡)
este ur.tbto, huoo t:e télr.mci.a.t a .aqm:lk~ f.()CS, a.l ver C!U C LlO ~e pr-c:st~
'

!2
1 la r~~lidr.d a c::Jo~, y ::mit;lt ~u íiu ~esta r·=:;lidd. V rw,yn.:r;., ahm~ en. k~ ·
s.1t ~siacr.ió n del :1r. r,!CJ:u.ado, e:~.~ t:.c b ccst':.1mb.r~. (~O.'lé.e y~ no !1::.1· vu.la
¡1 ]1-f-:!".!.l. \ ' c.1mb~ a~ í hm:i a Sil muerte ns::u:rul, T uthv:a pued-e- ~ rt:::cv -:o:.nd:v
en. la ~~~r:K y é.IJ Lt: !· ~ ~.• Ctl d im-=rior y en d ::xt::ricr. Tc.xl.il"./(a p~l:::::k
s::gnir v::;,:::r:a.ndo lar.~ t:cm¡.:o. Se agjta, 5Í. Pero e;;ta ag¡ta-.-:ón e:~ mcram.r.~­
t~ ]a de les inter.-:~.:s p:m:c.ul.arc::~ d~ los L-,dhiduo::., n11 cl ~:~c:::r.=-> Jd Pll "'O IO
mi ~mu. La vid~ lw I>CI\'Hdo "'11 mixirr.o y s¡;;pt::UJO ill !eré3; :.)ne; d iule:6s
so!~ cxi:;r..~ donde: ~-a:; o¡:;us!d6n, tJ.ut.ítc~rs.
L~ J.:lr~r:;.:~ nat:JT31 del esp.Lr:~u ~el puchio puede' pt•r.s:::ntar~e ci.lmO l.l.ll'.l·
suicidio. Obse.tv<lmu~ así, de una p::..r:c, ]n dec..'ldet.lcitl .que d espírit1~ <M
p~ch!'> ~~ prt:::para.- J.a m:ardf.estadó::_ ck h1 n:u::t:ctc: tkr.e di~tin ta!!, fotft11HI~ _;
1a r1.11na .n rr;lDCí.1 e::: e Je1J tto, ..lL'ls .ap..'"t1tos se de;atan, ln Jlartt<::u!.ar .ouse::~ :.iJ
satis~:J.ccicín Y d c:spfrit1.: ms¡¡;,n;;hJl .fl.O ruo:h<'t ',' po! !tUllO perece. f.(\ij
ín :cre:.c:s. pa::-c!cul:ncs se ~Pl'Opb:¡ ln:s !ueuu~ y facultod:s qu::c a.."lt~s c!ttnb.m
cor.sagrs:dn.-5 H! ;:ouju.:llLI. Ad lo n~ativo, como ¿cs-:owposidón ir.•¡:rim .
p:J.r~cc part:i.;.·dllrizar;.-c. S::clc U!lÚ'$e i1. esto un poder t:Xttlna, que q11h ;l 11l
pu6:o l~t ¡;o;csi63 (~e h EOb::::t:l:t:Úli y :::s call.!:l ck que .o:.~,z <1: )el' puo:b~~~
Ma$ .:.M:<:: {XJ<lt'r ntn~:tl!:1 {lC:rtcn:::::::..-:- ~olo ul f~nc<.m~:1C¡ JlUl¡;..:.O:l rut"r.Gfl pucdr
..1 ( ' . ~l eJ '1. • ¡ ~ ~ = _¡ •
p~¡:o¡¡ucccr contr~1 CJ csp<:tJtu u · Pll.Z:: lru 1ll cestrl.!.lil.;..', s: rm c:st! yr. t!.\:J
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ci.;.i:1, ~: 1:1. qu·:- ><1'"' le q·Jt':h b JuNciór. foul'.~l y en h <r..J~ :~. j:>letul ,li. y t~. Se r<::drí;Cl t'CC•Jr:l~r ;.'l~l.!~· b vida en !J. n atl:·~fc?..l , y C'Ót~~o ko:¡ c:.-~l! tlht­
] 1~ [>tOÍI:nclid:'l,~ .r1~1 fr:. ~·:t no .ue~7e:.itar. cx-pr~s:;.rsc; e:~ , :mt -kcu:l,-;¡, ::sf, un'J .::arn y ~IOrlln <:tnK .Pcm C.u Ll virl~ CS';'i'i tLtn.l s.:L-..?t~ de: di~tinl o mud;,.
c:xi i~~:ndu :J0:"3(bl~ 'i c <tcrn:::, que :-·s no pro!.unr.~ll<l c:n. h co~~-- ~!...5.1 [l);: r.rcn El úr2lol e;~ vivs:c. CC'J)~ ?;.w:e.:o, hc'j<l~, ~C.tcli, r:m:du-: c fr·.Hos Uf.¡~ r t~lli\
k-. ~ ¡n&::¿;l~~' ~~.st .!Jlr.;ct:cn los. r•t::::blo~ de r:::-·::ite ~:w l~¡¡;~, .Att;:qr¡c ~.~' 1 ~ 1;i­ ,;.~.]. . Lfl ¡;lnnt~: ¡J:lu al nu F.~1;1;c:o;rivc- ~ :m f·".l ~:; . n
;í :l(l:. pu~t: dtUflt
mo.s ((Jnt:·mícn c: ~:i~l'itllr.it;-,. es 1~ .:myn 1.:1Ht c:m;r,.:!ncn. Hn. ::J:::rt:"$ '/ s::} ":.' :~ .;; , ri~O·S¡ pe-m ::lt fi:o. L1 .l'{Sll!'l'eedón t::l~ la TJH!tlra.l.::z;t r.~ rq_perk iéot) ¡.f~
Tn!.lt!!'C
.:.¡u.e DI) srer•
¡:.;: k n cc:::s[cfad de .~u.s :¡bt.lt~<Ckt<:(::;;, .t"·cci:.amer.t~ po:f!u~ l11. una y la m1sm<~ (.úS.n ; '='~ h. r.bu:.rr:ds: hi::toó s~cmpr~ ::.nj.:: t;~ ¡){ m!~mo ticltt,
ne..:·t'::oid:Jd ~sut s:lÚRfr.::~:;; e~ una nu13da.d y has lÍO poli ti.:o. Lo n::gaLlv:.t llú Bllfo el sul r.o hsy nad~ n :Je'<rü. Pc;ro con el sol dd .esp1út•J, ! it Cl'~;, Vlit'ia_.
• •, • • 1 L ¡, ~ . ' f · ·¡' ,..,.)')l.;, )3~ ont·l .,.."'"
~.p;:trccc- emt::•íKt:s C'Jmo o-:fio~r-:mn. m. pcn.11....'1~1, pv e_.;"' 1. , ;·· ·~ . ~ 8 "'"·' . . .. , d ' . "'l ,.
.SJ.l C'LI!'.3(i· }' Jn(tVJJlllC!ltC :10 ~~ u;nu. té1Je l!l11Jr: ~ ot mJ;>TnO. 1 ~ ~ ;¡ m~l:tlnt'\:
dudo.d.: s ::::p~·riiJl~~, qm~ hou SIJO..J:Jlbli:lCJo, l.O.occ-nr:5, sm ~.-anc::r cumo. Un nsr..:ct:u ell qut:- c:J. t.:~-pftitu se ~frece, COU $1.13 Cl\~clt'l f.ICS sk:nptt: J ist illltl!li
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;}o =.npc::lm:, : ó tJl C:SC ~to.-irocil de <:t:o puc:bl·?, cr; d 'i:Ut .tl.~e \1Il r--r;n· qu.e C'.l_c:c)Aqch;!li:;.;Jt..o-.~ in. .concc¡xkín !J.Cmmlr.! tl~: * r, ~s ftlt!!1. \ ..: y ~'1111, 1
~i:Ao ~uperiur. flc::u d ?~bd.pío .11 que h:t Hcg-a.do ~n · yoebb es ~~:go dt u:~~::!. !l!.::e.~~<~ · f.OtfiJK; de UC!.:l. futma :s.upc:rior, C:l"! 117. ~)r:nci pio, ~!> r• a r W
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con:.:rvsdDr y en pan:::: z:·:::niigm:ark: r. P1.1·::s d p~Jl$:1:':Üellt1-' es lo ·mi\'t'I",¡J.
c nt:: es:llr~¡ l·.iL !l0 '. 'l:dc. mo::r> s::.a .;:pe: .s::c í:!br~ píl.SO }1!1.(:~:1 e~ao SUfo:dor. d géner-o, q•::c no m~1e~e, que ~lC!'tnltL~ce ig-.nú :1 ~r mi!mo. L:1 fn11u :t ~lt­
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F-1 cspr..-i:u ú w.1 ¡;uch:o p.rticubr e;;ti sujc::tu, ¡:;ue~, :1 h~ <'dtldfi.Jd ;
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Nd ón. Y :ISi, el c~;:>frit~:. lll1o!icnclo flC"ti' nn i~•h l:1 JCt!'kbd , b
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t•lllt4•-

úc=:.ml. pic-rclc ::.n á~runé~L-kS.t. par.1 J~ h1$ta::wia univ:rsal.' ce~~; r.~e s.er e: 1(} ünivc:nia~ d!: [e ,.q$ie. fu•·· S1~ princ:?¡C ya • ~ es .::~te; inme db !(' (ll"H'Ht~lo
l) r:::tad.rJr Jd ('Cn~cpto :;npn:i:!.t), (!,U~ el e~;¡Í:Íl!l h.;~ <'Oflcr.hJdo de: Sl :::t~!:IlU.
1
Pu.~ 3i:::m:n~ vivt: : :.-:u ~:: d~~.[Xl'. ,:e-rnpre rige ~qud [>tr•-:b:0 qn~ h& cun-
r lln, tal como fue) sillo hr eSt:jC'h tle e!lo.
~ c~bi~o d r.on::t:p :n ~a.:.ptt>lllu del cp:rítn, Pu~.r.: wéder qu.c s ob~!st?.n puc-
l>u_e ~to qu~ b::mo~ de <::xf:".Flt:: ~ el tr;Ü-::;:¡:~ de: nn c-.¡ pitil11 ift• llll
¡ aJ de ntro, GS pr.:dso ;;dt;c;dr guc el cspÜ'lLLI u~ i·,•.: l'll lll 1 ~11
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' .
~ k::: d~ 1~0 t:'l~~ ~h:-:::. ~lf=:!t:;c:?::.J~. !~ero <J.llCÓ.n a •.m bd0 t:t~ l<l ; l;SiflÜ:l hlo
pero como es esp!t!tu d~ Wl P.l:!ebio, p~.net:t:t.-1~.:~ ~ :a. hl:. tt~d1l 11
t 11.0l''\'('r~3.!.
'•
!'!-~t'e:SÍta ll-:~ar e. saber ~o que cs. !.11 ob:~, y pat·~ r.lb :J.:).~¡>~it:l
p:r.~~ rokn.t1) 1 esm rc{h::xiót:) no ü ene >'~ O:.tl..J,'Úu rcspc ~v ¡1 lo
¡X•l1$hH, t•

1~ :n • 1.
-:l) pmc~YCJ dr:l' ~~spíri!u m<~i!;er~al.-P.c::ro. _c1...'1Do. Id ,tn J.<!;.(o. es if1 que ro~c<t: COttJO un ·ptindplo ~~~:.t1tubt, y e:::t:m:::~s el ~~:·~pfdtn.
~ ·~~ !':1] \ li.1 :q;éi!~:tl o~r6li:: ~t:nos. Ullil dctcn:nmao¡j~ rruu: . Hl t>.:; pit1'-U r.;,d
.:.JI· C''..la''•(:'l ::-:.:;: :::ré nc; o. ~iste
:d. ·-~ e~t:(l
F n ............ (:0(1~¡ ~~~ ~;:! . posibitlda.d :;e !i::p-.ar-.1 dd ~mil•<::t:snl. Lns =noh•id~os ·~e .oc:trn('n. e;~ ~( ~~1 hm~1lf \'
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lJ...:e~;d(·n ~e b:!·:c: r:1::<ni:.b:::<ta -::n ~1 ctlSIDo. El r-ens:::.mi~nto :::e dt,¡:.\ :sob.·c l:.l
"'l ~ sus prop.:r:r.s .fules. Y~ hewcl! hed10 cb~e:tvut ''fu·~ esto ..:~ lr1 r·,d H\
blo~ cad·l C!al :~<:: Pi:'l."lfO'-"" mu pmpin"< tlnc~ , !iCt)l'Í :t ~ llll ¡ 111 .ll ' lll 'l l~ · r• 1 •
!' acru~.dÓD l n mcd:;::a; y de: <::J:tt::: rumiO ~LI n11Ji:: f t\':: ratm·al aps;e~e COUlO UJl
este teln1imlento de~ e~pítilu, t.l t:$t~k~:se t:! .t.>el:i ~<·lu:knlfl l' r1tl .- ~' 1.1 1cuh l11d
•:
 ?4
c:spe-d.nl y ~'!Jtgen l~s ó:nda~:- As_í fa~ dc.ncins y la ruln.1,. 11 tiecadenci~ ':$
de un pu-=bb, van ~1cmpn~. cm~:)tq<~.Jas. . "- '~
P~x:o ;3qní cst:f d origen de un l;:'rindpio liüpt:rim:. La dualidad irnplica:,t "~
uat cümi¡..ov la r.~r.:~ida¿ é:: fa r.ni:ln~ porq·uc d c3pirhu es 1.a:o. Y<;$ vivo
)' b3.st!lntc: fuc:ttc: fia:r:t pr~ducir 1<1 tm1dit.J. !A•.opO-S.il?ión .en q:1c -el cspkitu ~
cl pfi.neipio l.nfetior, la cuntrsdlo:ión, -condut"'e al ptfn.clplo su-· i
cnrr~ .,..0..1!1:
pc!'ior. Los gri~~osJ durante st.: p-.:riodo <le fforcómi::nto, <=n ~u ~ten~ .·
moia!lds.d, no cenfsn d mo~;epto de ln libertad ·ll1liven:U. Tenían, sí, fo. •
X~J6r¡:<:.!)~ io decente; pero no una mon~lid11.d o t\::.ndtn.dll mor.;1l. Una m:r ··•
mll&nd, q\1.:' t.s 1~1 vuelt~~: del ~pft1t>J snhre r;í, la rdlexión, lq fuga dd ..1
esi='Írt::u dem;;:o & ~r, r.n cx.isz!a.; C:5W wlü t'Otn~ll:.::Ó t:o! SL>;:nHes. M~lS ltül·.:r··
prontc t:vrn(' r :1dó la rc!lexh5n ¡- d indiv!cuo ,;e r~:Jjo en sí y se ~c:p:;ró
de la ec-n<bcrn g.~.ll--:1"<11. P.'!f. vi..-ir e;¡ si .r !\Cf,t.Ín Sl1S prcpi~t~ d.:!te::T.lin!!.:::c:-
nt-.s, stq;iiJ la. ruimi.,, fs. ,;,ontrsd:cóón. Pc,I.'·Oel ~p.í.d~u no p~:cd.r: p-~rm::¡ n~:c:cr
en. ¡:m·.dto ,].::· l;l cpos!clún; buSL'J un!'l unión, ¡· c::-t L1 11nión cst:{ c-1 prindpio
)Up-~tiu:-. E~ t<t" pn.:cesc, que prnp:1:-cÍno;) al CS~1~Úttl .su $t'.L ~~!1~mc•, ~u ("OtJ
C~p:c, e::<: .a t.:.'6f'1 \'fl('lCt!íl;
· J-~ 'rl' .:n~1:
• •t,·lSto~:a. · r ~:.:pt.t!l.:t
ruü:, _u · ue ' 1!1
L CúC.Clc:ll-
· y :t :c:i'~:~r d cu.JI vi:::nc- Ír!'tplil~r:rio '-otJ in!i · : ro y al;;o. .;;Q :::mpnj::. Ln
,:i~; pct·o c~tc ;l)~p .:;ur ·:rK•t uen.: un a-sp_::-::cu q_u-:: r.n- .::ntra 1:n ls con- ;_t"'
4 dendá. L1 opoúdón sob po..;de s~::r ~ogi-da <'JJ. .t~ C'<:mcl.-::od<ll, _qnJ)do y.a ¡¡
c.:r.istc el p;-jncípí~~ <fe la lihert~d pCl'5flll~l. · ·: ·
-~ El u:mlt::do de este proceso esJ por tar.otu , gt:c cLc;rít·ü;u. al objerivi- ~:
Z~:::!~ 'J ):;en.5.1.t :Su Se):'} dc:s:::.r.uy~: po: rJn t~do líl <lefetJ.lliu.o dÓll J~:: ~u ~!ji'; . · J.
p~t\.,.~:ap~::r.de pm'· QCín· lado k• univcr.sal ~lel m¡sm~,. 'i de ~te Jllodn da;:¡
sn prrndp!o l)tiO, mtt?'il~ Jc1etr:.."'lrl·i.ldL-n!"' L2 rc:J.lidtad ~iJst::nda1 de ~st~ es-
p!ritu dd ;)lteb~o b vnrbdG; e!>W e~, :;.n priJldpio se hli. tl"<l!'!sfundido e:l
otro principio sr.:perinr. ~ los idi•;¡duos ~<) ~ t'Ól•xia. Ell lu. vis:ún ::wpitic:>. !::ontemp.(amos li-:~ e:
Ll} má~ 1m portante, c.l <lj.l}l.i.\~ Jo principal. en la ron.::epdón y co.m ptctl· .~
:SÍ·Ón .úlos-ófica ~e t!l ~1.1~ to.tÜI.t es t-ener Y. conooct• cl ¡..'e1m.tm:eni:o de cHe: '~
tn'insito. U:l !:xllvlJ.uo rtx.\.'.tre disci n ~.:as ~¿¡se~ e-,~ la. edu<."tlcié-n y pc:~a-
necc d t:is!r:c :ndi>'idu~; e 1g'l.talmcnte un ¡:¡u::blc, hs:;t:J fa fase q11e sea·
l:t ~ase: nnivcrs:!l <i;-: stl esp!.d tt:. En este pr.:nrn :¡e;. J¡d!a J.g n~~si~u fn- l
l~rn::t., fg. nev::~skhlr.3 l'oO:JL-etlmal de b Vll.l'Í t1.dón. Pero lu itnpocen.da de ra "!,
v:dll. ~ !t!veht ~ !e cual ;e h(:moo ~tldtJ.o-- e:1 que: d cc:mier.z.• y d
rc:snk;dn ~n di.scintQS. A-.( tru.u.b-i~::, en ~1 \'lds ck k':'\ indi\:irlllOS y
pu<:-
:J blos. El cspfrio.1 de uu pueblo uetc:rrni:Ja¿o e<; so:o un kdivkbo en d ~ m,ismu, ya cpe <:;; un c::;pid tu lihrc; -t<.,..~ o.:To lUodo~ scrtl de~'Gndie.uro y no ~:
cu:z~o de- is he~ tori!i univt:!saL ..Lll v!dn {!~ 11n pueb!o lwt:e ms.du:t!!t ~u fl1lto; '¡
V"JI!S SI.;: ~-~tlvitad s:= ·:!odc::n:za. a. realiza! -su ptlDcipiv, .Mas es¡;-:: fn_,m r.n
e~~ ('.fiel rcg.v.o ~n q'ttC se b!l./~:rm~tJo. El puc:bla gnc lo ptodujo no llega a
go?.arl,,~ ~m~c.i al cont rario , result~ :_:!Kra él <:n trago •Jmn.rgo. R,.t:cha:z:arlo
no puede~ porqr.~e l:er:e itJ..lil1Íl~· sc:d ¿~ -!.1 , M'as ap"Jnlr d. t:rsfr::> ~igniii~
:.u a:oiqu :ht::~t¡em;o -y 11. h \'t:~ -~pero el oxíc;1:e .de uo nueo.ro pri nc;lplo.
f:'.l f':-uto ::;~ ¡Qfnit <k huevo ~:1 simic:me; p;uo glmlo:n~:: de: ocm j:mc:bfn, q-ue
ha de ha.cerb JTt?.n1Irnr.
75 ló
~
El cspíri tu {;¡; c;c.ud~:~Jmetilé l'esultado c.!c: ::u :icti vidad r 3~~ actividad ~~
rc:bas.a lo illl~eiliíl.to, es k n-.-:raó)n ¿:: lo inmed:a:o .' -'(a v1:dta en sí.
~ '
~ E_l _ :!spiritu e:s li::re. ITao:t r.c_sl e:;t;: m ~~ncia,.. aka.:~7.nr cs•>t c:t"<;::<:n::ia. ~
es l.a "~?ir!lc;ién d~l ~:;p(l·¡•u wllv.e;·~<~l en la lJ.~lQihl u:!he.u.ai. Sa'b~1-se y
. 'o.- n·
nOc..:.:&c es su hazaü.n1 per-o 1.H1u h.m:a:ila que llO :se Ht:'''t a ct6o de- Ull<4 V<'7,, ~
5-in(} .P'J:- fu.s-::s. (}3da n: ! C\1\1 c~pírim ,-k ' 1~n ¡-¡t~cb-lo es una Íi/$e en .lt COll• '.
.1
slilita d<::l espírim uni-.;·crs;'ll, co ci log~o de su <QílciendnJ de su lilxllt~id.
La muc.l'r•z dd espíritu Je: m plt~blo es trán.sitv <'!. !s. v:cla: pc:ro no- romo
e(l• lo. nH<..lrnl~z;t, -:.kmd~:: la wuc:tte dt: una w.sa d:!! cústenda a mnt i¡:u~,
~ino que el t:s?~dtu 11nivcrs~;E ~:;:-lende .1cs~c- J~s dctcrmJn.acir.H)cs ínfc:no-
r.
res ·•.asb. • pr:;;J:~ptn~
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<)ll';_ú:::a:: t~. )l'.:r<um:dt~¿ y '·F::: e: c:s¡:óitl: ;;:e pm!1cmc akan7.ar en d rn¡mdo, .l
co-¡)síd:::r~~A~ i0n r:s rc:fct\"Jl tes ¡) e> te 1in t.ilüruo se er:!iW.n coo lo. que se h~; '
d:cho ~~¡-:¡ocs t'Ci>IxXto L~f ~¡;;,!t.iw .dd p<u~bk St: hu dk~·~ 4ue !u..lwpott~ntej~ ~
p~i_ d ¡;_spbt<.: ml ?t:ed·:.: ;;cr ot;a ::osa que él ~)rs;-.,toi, No hny n:l'l~ supet:or ~
~.l_~friru, :u~c!a .rrt;ÍS ciisr,:; LÍC :;:;:t• "iU. Qbjl;:tO. Uf ~SpÚÜ~( 110 ¡n;ed~ dt:stil::1· ~
~~1; r:i r>:l~p:tt'SC en (l( tll co.sa! ~l<iS l ~ s¡¡,b~r b <.¡ue e~ . E~tl! (:OS, f-Ín c:mh-2¡-go, f¡
U!l f'C-DSJffi(CmO _ge!le't<il 'j ~~bstlU::lt\ 'j :1::.y :m bundn :tni:;mq Ci!'ltr-e eli~C: ~
pen~.amienm dd LiJe[ r:::cÍmQS que C:!'i 0: J. s:;pr:::tno 'f '(Ín(<Q UWtcéS de} e~· t
;1írim - y lo que vcmm gll<" roosdo ty~ los .intcro:-:scs de los pueblO$ ~· de !..
llltCl'C3C:3 ;'l<lrticubres ,. qu·::- h\l.t~ '-'i.'trp~dQ -d'u.taote .sig~m a los pm:bfv::.; pi¿n,. ~
~:::;e-, por o::jc:mpb, ~n l r, l11ch:.J :::ntrc: (:l!:rtr;go y 'Roroa.. Y h<l}' .(j<rt: f~nn;:¡ut:ar l1~
u:! hondo ~bis:no pat:t lle~l5.t H Je~<:ubrir 1::1 lo~ fer.úme;:;o~ de l.a hisrod:; n
d_ ;¡en~i11I1Íc:nto d.el cusl h(:r.:c:-;; &cho g:¡:e cnn~:itnyc el lnt<:zés esenci!lL
L1 !mt1L~s c:ntt-e lc~s ir:c:::r.::s.::s .guc apsh:c::-n <:.n primer tf.nn.i.no ~· d Jntcrés :~
,1
ilQ~nlutr') ckl c;~p{rl~u. ~uc hemos indk.i[do, ~d r.liscutidtt post~.tiuttnente. f '1
fleto ftkibetJ.te SI! cun~p:endc: , por Ío :<:en0s, d ~nSJ.n~cnto gcnc.T3: del
cnñccptn, ~cg:Írs d \'t:al, d <:~pírint ml7C s e: rclte~e nc~sathtf":.l.l?.ille !l si~ :
t4llhre.. Si JeLi:llJ~os: y•lt'~ 1 ;1 ~til. J.ideudo. ~u-.: L'(m;i~tt e:~ que ~::~ .e:;~.rritu: ~
llegue: :. la com:;c::1:::J:1 de ~~ rrmmr. o hag~ :al munco m~1f\\rn:tc !1 $1 .-ntsroo
-· ambl>s cosíls sot~ ícténtlca~ , puede d-~ér~o: que d c:s:>írito se ;¡p:'Oph!
l.<t oljcllvidatl. o ~ 1.1 ÍJJvet~;t, qu~ el e::;pltim :!-.<~ca de ~ r ~,l f..Ol)CC?(O> lo
objetiva y se ronv!~rl:: de c¿,tc modo e:~ ~·ll prophJ set. En In ub jt:r.i,·ié-ad
~ b::tl"c: L-onsci.rnte de sl, para sc:r bicnsv~ntumdo; pll e> de-nde [a objeti-
T.'ic.(a.J c::-.rr-~p<n"lck o ln ~jg.u:dn ir,t-c:riot1 ~1JJí k1y ~Gt:rtad. Sí, ¡mes. dc-
r.:rmín:t ;¡;;.Í el f)n, q\trd·~ dd::dJ., ]A !'mg:esi6n e:!.:lt.-mmo:mc:, en el scntíd<'
tie 'tlJe no e, evnól~r!l.da e<JtWJ un toc:r.u au:n~nt0, Podcmcs <lii3Jk en
 7fi

:u:guid~ q11¡:, bab!ando de .t1.1.1cstra \:oncfcn.d>1 h~hht:ál, cnnc.....J~;:os. también que .es d !del!! y .¡;obre l1 tt:hlt'.ióu <J ~:e ~.st~ riel:~
, que l.w COll~k.nda ha Je t'&.:"Orrer f~ls~s Je edu~1d6n, pnro oonnce su e:;end í.1. · ,'Iil;á:l frec.u~ote ni c~rr:icme ~1 ::: d b:ment :.I d: que }o; !d ea~cs
J "' E~ nn de is btsf,ma :;m!vcr.sa:l es, pm· unto, ou:: . d eso~~írv: ll·::gu·t: u ,r..e;tf.i:t¡;r:;e en 1l do::tMdaJ -:rJ. se t:<'lte d0 kl:::~.1e3 ¿.~ ){:!. ·...,,"fc.'·•·•N'"'
J 5Lt.l.::~ lo gae es vctel:n~k::·r.¡nc:oto y lmga Q].,j c;tivo c~tc s-aber·, 3o !\~~1i~ c:n · . . :azón-~~ y, ctl. parti-:.:ulm:, de q¡¡c: it::·s trl:=s.b: d!!: lu .j~¡·,:e.Uu.d q~¡¡erJ~W A~·I:t~!c(f
J un l:r:unJo presente~ :;.e produz<.<i a .s1 mt~mu objetivi.UllCJ~~:::. Lo e~e-ndru es ¿'\( . - .pcr la .J'I
'Li dos. :,i, e.J'I~l.lc·~,o..~ f ' a ;·caJ< ' d• ...._.::::<J~
•· da 1: 1·¿t.::::1L
r-:::> que . as:~.~

i . que este fin. e~ un. J)cnducb..<. El ·:;:~ú·it:u n.:::1 es una co~11 üiltt!r;:~ .. w:mo .el~~ púr ln. d~trota de: 1~ vid"' t::l 11)$ e.s.t'Olb~. de h chu·" ;:cali.ciad.,
1 a.níms_L E~,Le es WüW .e-s~ im.ne~H~tillll~>';te. I~~JYJ el c5píri;:u s.t:: p~o::hH:::::, ~~ ~ · .S,e:t1 ~tl pr ímCT. tém-.: ir-:1, ~inn idc:i:lr.:s ~ubj~tivc:G y p.:..rtet'l~ü
¡ h;:t.rCe !.n qu.:.~ e:::. P~.1r c~~.1, ~n .P;:lrn~ra tilnn~ ::t<h:!, para ~~r rerd. <;:5; ~l1 b::Jact J· .~M d't1alidad que se L'O nsidt::s it si m;~.m~ co~T.o Ic r.·1:t:: -altc) ;· · ·
·~ ,ri.::bcl :Su ser c-c,n~lste en ,1cwosíd:lid ¡ no es 11 n:'! •:::XtRtcr..do l:lillÚVll) sJ nn .:,: ság,acid:~d. P·:::t·:> e!i tú~ id~ le:; no !iO~ 11):; lJe:!Je~ de
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:~ t:~~hh!.: LÍnivr.rsoJ1, su irit.::::htb!e lm;Ju]s0, vucs (':;t:,J ¡¡rti\:d t=.dür·,, -~si -como sn ·l'{sda tM1l1)1XC' ~ mi~ fj~¡J q;,.e ~.::Mur.ar,, s<:.n~ndt~ pl;¡¡~:a
~·(:n !:;-;aó}JJ , ~:;; ~l1 concepto. Li hl~tOtlll. univet•sd llJllC~tnl ~an ~o~o c6m1J e:c:n ~~na !'.uhjeliv:L_ . gl1C w~ o ~.-e :--::-he-r;; ~ü LOdtVlduo ·
.f.l -e::píl'i m ~;eg-a pl!lul•J.d on.n·,cn t:-: a la C'Jndencia. y ·~1 1~ vnhm~ad dt: · li1 .; (1}noce! ~D. é1 l:a :::z¡z~b v.tu~·CA:. : . .il, ::~ fic!l ~~ ~·ued~ ~·.,.,~.....,."'"·~
7.:rd~.d. El<.~lS.[tfcl,tQ""alb~te<i; :::.JJ¡;lterrt;:il .Jncga pa,~;:-::.:c< ::.u?h¡de>, y ll~t;a pm: '· · gr3nd::cn~nte, ~i\1. C!¡\ 1:': ~cTdlta de bU.CU<l i ntc;:nd6n
(il,t@q~~:sla:.~'Rl~.t,w~ c:-ond;.--:.nd:>. H~mc:-6 expli-;:iidc !Ültes d ;:i:; úLtinlO de est<~ .•.,¡ UJunid<1d v da ~a tt!J>Hiend¡t ,J:: bue:1 L'Otn~ón • .i\#.6~
pr.~:ce¿;o. T.r.s. prinr~!t:Jcs de l-e$- cs?í:1nH de los puebios, en nna ~dt- .t~~ , .. los inJ.iviclrJos, en IJY.S. E~:t•.Jo ~ :r en Ja mureb:i .d~l
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cb .ntot elJC)~, se -e~-~·~~ ~;) la hi:;,tor:a .(¡ s~i ~e h t'J~ttl) ,:l~ l! r:R)~}c!idad SIJ~ ~ ·~ ~(d6n e]egaM>e 'i pet1ll: te Ll!! Bes:.: de ~up e tJo l'idfid
~c. C·t1mprenJ.e ü SI m1s.ms.. haGc;T o::n.::tt¡)J o en di:J~, .::sto -=~. sb h:;;k.lns. tol'f>~•t·~ní .·
· A' e:: ta c~mctpción ~k un pv.>:.:~::~o :lheds!UJ.l¿. e1 (,-:;d •:: . 1 espíú;:u t ·:."!lli<:J ·o:m:Jpre.lHlUo !G ~u~ t:r:-n~ e\~ posi:ivQ. L l1 rer.S":N il a~·iwti~ ·<!!i l
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tienen ra.'!ár. en J~~or.clcl!T el ::tsp&tu ilirtnativo de hl~ ~"~-<..3.5. Es señal de::~ ~ E !a N?:_/.Ín. L:J ~lo¡,.:;fla ocmuc~tr3 gue: lo vado n:> es ningún ide!li; <.jue
m:íxii:Wl · S~l9d1ciJidnJ ei ]1::¡lbr par doquie!'ll. lo m~!u, sín \"t:!' nad.l cl.c · .9'-'J[o !o x!tl es un Hie..Il; que Jn !dea s~ ;)~ce pc•cc¡Hiblc:} . .
·. le .1tkmativo y 1Hltén::ic.o. Lu. eJ~'d 110~ h<~c·~ !D.Ú!!t moderados, <:n ~t:ne!·al ;
1 'La ju\'e-.-nu.d· está ~Íi::mpre d~;ro.nt:n.ts. La co.usa de eS.fll rn<>d~.tación en 1l!! ~; 1
l vcj::.?. es h mo.J.u~l'(;z dd fuidü, que rJo ~olo tolero Jo rn~o, ror drsinter:6, ~ !
úno q'Je, 3do::tr.in1lda mis p~ofulickm.¡- nte pr:-r h~ scriedsd d~ la vld~J · l
¡_~nc:ra tll Jo ~n~t:J:-Jcial y ,.,~~r:tori~ áe Ílls C'OS'l~; :u cv~! n'J e~ l::cnevo- L;.-r_l i!:dit;i{1t+rd!~·~,!.-L}~ <11cstión inmcd:!t:l no p~;e<ic- se~ mü qucc:!l:;:.:
letK-111, Üoo jmtki~. ¿~:l1.:: 11:~Mvs u~~ b ¡~.:ea? E~ tu ~ lo s~gumlo Qu<: ha Je· couskl~rl1~5.:J m:rut.
P(::-ü ·:E-ll lo t<>::8m:e ~rl vctdadew !¿::ótl1 ~~ J.a idcS! ¿t' m rsu:S-n mi5l1l:t, T.'et .. ,. • • ,~~:.~IJ ,f t Jo.
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lo m:'is póJt:rC\SO, d pode:: :llu ointo. ;ef.!3::::llidosc. ,?! vet;:Lh~cn¡ b:c:J, :r, d,if\"\ cxt~m'J ; ~•xl Ju !!pure::~:. r~u: :e t'.'i~Olle <:-JJ h\ }JfStOl'~:J. t.~¡ .:omo !;~
divir.a l'í!?.ón univ~mll, ;;,.~ r:::ml:i~n eL IJ0d~r de 1c~1Hz~r5r. a ::.í mismo. E~ te¡. c-_b:-;;e :~m:'>.~Llt·~::J :::ntc ~~ rr.;,c~;;n:, nj<K :\ hr,r5 ~ien, !a trim:>.ra rJi!iÓt! que
bkn, e:;;::;, .ti1:2.Óil, en su n::ptr.~er.racié.n m¡"i~ l.'()flm~ta, ~~ Dios. Lo que lla- c-e la h1$lrJ::~¡ te::tlJJOs r::.;~. ¡.•res..:na hs ¡fL'ciC'U•,' $ c~c lv3 horub~s. 00[110
ruilllo.s,, Dio;:; es el J;kn, ::<.u JlJe:raó\cntc wm~.> una idea ~~1 gt.':1Jcn·Jl1 SW\l r::~.d~ndo é~ s:rs ne.:::-sid~d(:s, ¿e s•J s p~1Úún::$, ¿t sus ínter~ .,. de ll1s
corn·o- 1;:fHJ. cficic:n±J. L¡l e'1íóc:nó¡-¡ fi.lo~6[(c-a es gu~ sobn:: d [XJÓt:r del bkrt 't. . i~p.re:~~nt!.tCJQf¡(':S f hnc:s guc .~(. rmjnrt, ~cgün r.qm: llos; pew tamblbi U3,-
ue Dim [!\J h::t? ningún _p~.:J~r ;p.l.;: k imid:: .i.wponcr:;e~ t:S qnc Dír;s tit'11e ~~·~.nrb de s;..:s clir!.Lc~.r::-~ ·¡ ::aloc:ntos. Nos pte$~Utn es113 a..:donc) t~e ·ta)
r31,Ó.o: s:emprt:; c::s qu~ h historiu uuivct·soí rcp:-esenl-a ~1 !'>:an de la Prnvi- -l!ludoJ qcr. en -c:=.rc C~?C<:.t~m li) ck In a::tjvíód, cs:ls ne:cs.i.d:Jdes, 71 ;:.s:onc~.
:! dc¡-¡c:b. Dos gr.He-rnu t:l mundo; d cxn:ltuido de su gob:nno, b reali7.:;- i:ltcrc:se~, c:tl:.• 11pll:t"t~n r.:<:Jmu lo·; ·~ t1 ic(IS 'lno!ar~r. 1-od bc!viduos -,micre.D~
j 1j · l.'ió.n l~C m plrui, es la hi szorlu ulllvcrs:;l. ( :llmprenLkt· {':;t':.i r.:~ lit ta~~ J..: d;t dt:rh, cr. paro:!, :7.rl!:.; uni v::rsd~~; {[:Jitro:::: UJJ bt~ll. Pe:m lu quí;tén de
li1 fiko;roHlli de la htstC!'líl. unívcr~;:[, que ~e ba.sa: en d. su¡} l.JCStl:' de g(lc d · -~ t;tl m(.'<]O QUe e.sre- bic:~1 ts é..::; nJtur:::ÍCz:J límit:;.d:~.; p or: ef:::mnfc:., ú::ritcn
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! LJeru ~. ::taÍi:.::t ~r de qu~ ~o:u ¡'1C'j11ello gn~ es cünÍo.tlll¿ (\ h id~ · tiene r~3- . _. r:l noble: E[]JÓ! ~ ~~ ¡.m~r~:~, ~~1\:J llalSIJ .1 Ufiil <:coma OCi\ nue ~sN en llfl!:l ···da-
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J.iví:na y jusdlk:~r h clesp!·~dr;da reaHdad, p•.1es. b r:'l'ZÓ:1 <f) la p::t::epd&~ Ja. d:et\:rmb !l.d6n de b r;1;zór. en e:;:u s ~>1..\j::::tos mkiJlO~ y . en lo:. dr~..tLOO
é e 1!1 c·b:r-.a divin!l, · ;; . .'é!c S'.l a-::cióiL }.{a:; ést,):> son fn.dlvid~:os p:artia_¡brc:s, que c5t:1in .::n esctrli~
Lo q 1..;,e r,ene:~1benrc se lbm¡¡, r~lkbLi e :. o.-.nside=adu oot la tilosc-fis · pr:op<m:i;ln t~?:ln f¡¡¡ míl~3 dd gfJletO htummo ·--por c.1;Í~~o deh~:nos cun:-
(Cmo ¡;c::a ~C'·l'~'tlpt:a, que 1=-u~.d.:: ;;par-ece::- oY.uO reai, p::ro gue no es rc:Jl _, pilnld03) romo. indi·:!dncs, ron la mmw de ]o.s rest~J.Ctes i.r:di~·idcm- y
en. sí y po:: ~í. Elite :::odo de se: pu~dc decirse qu~ ::Co$ ron~nd.a, frent€' il 1 · ;:s1m:s1::u d r:J.ilio Út- ~..:dÓü ~lle tícn:::~ · S~l!i "irtudcs, ~s n :latív;:,mcntc p<:>..'"O
h rcp:6ent9.dón de q;ut 1r c:ndcna d:: lo~ s:u:'C::-.{JS e~ ahsoluhl .infdi6ded ~ exr{'.J)so. Pero bs pllsume!i, lC'S fi:1e~ ud }ntc~és p;Htícular, ~ )atüfnl't"Íórl
}' k:.cuh'li ?.~u ~S le corisl.Ieb ~úlD esJ sí.n cmb::'lt):,':C, el s~m í tl.:tivo de un ms:l, · : . t;:J c:~roísm_o. S(ln, ~n po.r·rc, !.o más po¿:=ru-a1; fúnd:Al t s1.1 ¡:x;d~c· t:n que 00
~
ctu.: no bubic~~> ¿t:bilio :mccd::r; su (;ellt'l'O es ln fi¡-¡íto. La .filnsofía no es,.!·· rc~pctsn m:;~<Jn::~ dt b~. !imir ~dones q11c r:! d~rc-:ho }' la moralidad q1d<;rcn ,¡

por l~nto, uU c.'.'Jn5lldo; d 11igo m~s, es ~algu que p~:rifica lo re;¡¡l, ;:Jgo que- P?nl5!"le3~ Y m q\lC h V1oJe:u:Ja n!\ tutal de I~s p3SlOileS es DJUC'ho lll,iJ p.tó.
remedia lít inj~sttd:~. ap~n.:nte y la recoucqb con lo rr~donal, ptese:'lr'n- . · mn;a al hombr: que b dhdpljnr; a~dficia! y h:g:J ¿~¡ ütden, de lá modr:- l
dolo '\:omo fuod:!cio e1 h kk.., .misma 7 üpto para sacisÉ11ctt: la r'32én. Pues . ~món, del dcroc?m y de: ll mo:11.lh.ind .
~n la. .ttlZÓn e:~ t~ lo ·divirm. - . ':... Si L'CJlskl~r-.unos este cspe..-clt-ulu de. 1M pR~lone~ i Ej.ru11os oues.tros 1
f:.l-~:rJ.t:¡renido, q".:!e forma. c:l fu:l:ldO .2.e hl J';'!::o:)n, e~ ·h it!ea divín;:: y. c:seu- ,f -llj\)S en !as COFIS!:i.'tlleUd::ls bisróric~;s de; su vi<P.eoci3, de Ia irrcllc:xióll ql~C
cialn::ente d pLw dt! Die~. Comidc::-3da wmo histol'lc. univemü, la taT.Ón 1 ·tlCO.!lllJtUi.a. t:.o sol~ n ellas, s:;:.u tomh!6u, : m\J'i pr~fcr·c-,ntc:n1enteJ ~ [03 bu~
:)o es en !tl vahmaJ <id suje::o, igWll ll lr. ic~a; ~oie hl eúc:cr.ci:a d::: Dio; DOS propé-Ú:Cs 'j tet!C$ ftn~ ; si conúd~r:i.i"llO!. ti iJ::J, lá p::rvo::nidact 'f ¡~
~uat a h id~. Feto, en la repr~sent::.\d&.-l, 1:1 razcín t:s !a pcJX:c:rción Je .,
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L2'1l lnLr<n.JucdÚJI s~n.~al .f ..
l capirulo 3 . .
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tORSO DE LA HISTORIA CNiVERSAL
que 'no es e.!. t:esulwJQ d.e .t.: na clccdó>11 s:.1o J¿¡ L.:v:J~titución adecuada al cst{- ~
ri:u cM :oo¿,]o. / · ·1
En. ;n,J coastitu~!ón .hnportaJ :m:c tcx1'C·, el Jesn.rrollu del Estado r.ll- !
ClOll>.Ü. ~:ltu t:s, político en ~f, im;_1cdu. qut: los ~o_meTJtos de! conc~~L~ ~
st: de:;pr.end3n uno~ -de ozt·os, Je- Jlw~t:r:a que lo~ d!stmtcs podc<CS se Jjfc- ~
t·enciea y petfe~-x:!ou-e? por sí, pero o. 1~ vez (-ola~..-)!e-¡l, Jc,:l~O de . s(l .1
lib::.rt!J.d, a un ~¡smo fin que los. une fo!m::.ndtl· un cunJ~mtn- o-rg::m1co. A~t es ~
el f'~ q¡do lr: libcrmJ rac!on<Jl, que 5c .:oooce obje:h•am.en:e }' exis\e po!: ,;], }
Stl oLjNi•údad ccnúm: 2~ci.sarncnte ei'l qu.e sm mumt:ntQ.$' .t:O e:J.:j;~tn -de .
un m~1do id:::af, ~ino e.U ~:(!Ü p~u.li:u· rt:ali¿.:.d y, "ae::11JO<':j0 .;.n~TC SÍ r.} ;m01;, ¡
~e c-C!;WierfCl: en h a~o:tivids o m·::d!:1·Me la ~uul ~ prouu~~ y I('S\Ütil el 0-)n-
juoto, d a lm !!,. la linid:~<l fu.<Ltvidr.!aL
H:l~' q11c: ~lihdi; que el E..s:~do :ict'<C ti\tnbi¿fJ um td:tciiu; cvr. t.•:rM
Etf,-J.dOf.'. El E.s:Ltdu r;:s indc.'?codicnt.: ~· ~usuurtiv~o:•. E! btmo:: d~ :m p~:cblo ,
c:<1n:;i:,,.::: cr: sr.:- ir f.:::pcndi~fJLe. !:'<~ra d~:ermir n r ~\O m~s e'.&.~C't"flme-n ie h3. • . .. , .,. 1 , . - !:.. - • b' ~
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nort."ll:! !I'J cdt.:::l o;ni :h~~. Impotw, sin em:1srt,O', dhtinguir los pit:-.cir,ios ! .P~~~-c;:s,q. hacia al.go .wejo: ~· .rnii: pdccto, l;;s v~1'k:do:)es oer•. h ~L:itur3Je7..a,
gue ~r1g.:-n 11S tehlcichoe$ tntre ln~ f .?.ta-dm y eJ pú.tLd!.Ji? q Lle' rJge SUS ~·e~- Jroí!- ser Ultl inbnitam:::ntc dwcr'S~1s l'O!lill sotL, mu-::sa:~Ln ~ob un Ot';'J}o, qw:>
c:!u-nes éD la hj:.t..'iria t.lni't•.:'l'SiJl Eu t~:a s;Jio v:al~ el tu=:r~dJo dl'[ t>s.tm'f!;l sc ·r~Jitc skmrre. E ll la t!.llturl!leza no mc::::dc- nad~ nuevo bajo el ~]~ po¡
:t(J¡ol;r.lo; v 30lo puedC'll existir 3gtJí bs rclrtdor.:es q•J.e b.1oan. _ prcvalc;:er ~c{~L r::s;:n::t.tsl'ulo rnolt [~{}r'ci1e; d.c- sus t..'1ins!a.rw.uciotte~ p.tud•JL'<::: hascio. Snlo
u:-~ p:::1t:i-plt~ .su~ior del c~plt::tu. I)e.tt' niní,.rún Estado pude inyo~11: ~te ten. bs y.an adouc~ que: se \'ot.rifi.c~~~ <::0. la esf~:r.a del espírh¡J .surge a[g.p mlcvo.
dc~edlO, l,os •ilsti;.~tcs Ett:JdO!:i .st: supcmcn un.os a 1Xrcs t.-oa:;o .mf.!!.\r!dm:·~ :·~ E,:¡;ln l¡ ue AcOntece <::n Jo· c~püitual rti;?$ r.ctmhe _ver. <-tu:: ¿ -~1~'11bte ~~.J.lt:
indtp~.:li-tot~.S; ~· [:: indc:pc:{ldCfldt: ¿el m:u :-m :!S re;¡:ctsch ;¡~no_ pct i o:.ro lic.dno q11~ l11s wstt~ meni:tú:·n~e nm~~a!es. En c.:;u:', mo.nili.G.)t:~....-.e_sl~­
cwl.uto ~(: S\lTl01:c h btlt:J.,*ndem·i!i d.:: los dcm~s. S:eclllcja:'!t.es !'el~.C'l<mt':O } pt:c UTJ.O y el ttll.sr.uu do:::;tmo, u!:', .ca.r:Jccer 'll]o, r.nabl?f ill e-u:U. t·od.a V3nscton
~'Jd~n es_::~tibt."d"~ mc&enc~ tr:~;;tdc~ ; 1cs prim:ipiu:s ju:ridiw:; :!<.'.~e·~ ¡
viffie e,. p3ur v ~c...io cambio st S.~1;.,0.rJ.ict~.. Pen:- d ~om.t,Ic tJcne ~ma f:l~.d­
C!cddit· cn::-mc..~. Pero en 11 blslo:dn uni·;t::s::~l pr::-;·akcc un dcr~ho supe- , ¡ ~ad...It:Rl <le ,.P..,~ado¡Jq }' s.d;tnrh, o:.vmo quo:b ·~d-,o, esa !;:;;r.:ulL!:J. ~~?,Jiri~
.tiot. Es te S\1ueüo.t dew:ho st:: ven tic; t.~mbi~n er1 la tolHJ::~J~ eu¡Ul.J.o s~ · f h11d a :tlgo mejor v mi.~ pcrtc.cm, cL'Cdc0;, n Ui.l J..Ll:lpub>t ~e p~rf<:ch;h!~ld(b:'L.
tr-::~t::: ~e b. r~l~cif.n .:1~ los :p~~cb~o.3 c•il.los r; cn l:<.s :1orda:; bárbaras. 1 am!1iéo J ü:t~ :.~r.inciviok .:rr~~ h;1.c::: Je lu tnm~fur.rru1dón müma <Jrra ley, h:J. sh.--k> mal
e~1 ln.s giJC.l'l';U tEMgioS<l:6 u.tl ~1.n c.lo so~ tiene- un p:tindpio ~'lgt'¡l:OO, Íl~1ll>.: • !
~cii:icm po:- tll~nJs Tclig:ot~c~ romo la católica; .Y í;unh:i~n por lo~ L\a~o~
~d OJ!I] ~us ¿tn:rhos Ü los 0t:o ,:¡ ?'.Jcb! o~ son nlgiJ subordinsdo y no tic.flC'Jl ! '!U¿ .so.st:icn('n un ve.l'dod~r-o J~1-ech~ a. ser estfiuco~ o, ~1 meno~, ~~~lolE:s.
el n1i;::mo v~l.:1r, Así ft:e entre lo~ ttlo.b.Olnt::an~ ~n~:;t.fio }r:. en r¿-tJrÍll.l .~~i.Ín ·1 Mieñ~ra:".; s~ wrn..--de en g~nd:J que b~> <."'..lslás t::n:·en2s, as1 oom~ lo~ :G;odn;
ho¡·. Ttú!lbié:l lo~ dtli::lnt.)s, c:ulmd.o :'13CÍa ll. ir:. g\le:ru {1 !os pu~blos p-zganc:-s, son ~~;dªb:cs, c-:cccptúa~c ¿e cm; v2ri.ac;óu 1:-= rd:gJ61. t-omo re!1gi.6n rk io
_?2r2 c:mvc::tirlo::, SO:'>t.::-nÍ:Jtl gué .'-\1 rclW6n le:;. di!.ba \lt• ¿c.rc.:ho supr.do.t. ~ veitkd y en pllrt~ se petm.ict: tll.'Dlbi~t: 2tcibuit l::J~ .t:~~sfurmádone~, ct-vo-
E1i c ol~ dt~:lmStlilldas nó ¡;>te ·tlll~e un derecho 0 nm~_ s::'l..'"'aZÓ!) tlC~~~'-"to...":s. ¡
ludn::l::!l y dc~tmccior.::.; de lo establo:::dc,. ya~ c:a.suahchdcs,_ ya 11 t_O~.Ga;,
E$t.:.IS ~-Jr\..~u:"l~tA;li.:Íils tmpao s<>~o ~.:; d::..n don.J.e LL'ililv.n-: :::o h::! ~utg:c:o ur.. 1 p.ftP ptlzt.dpfll.JncJUe o. ]¡¡ ligc~z;t, ik j~ corrupc;6n ~· Ll h:s ll!Ul~:s ~slon;:s {1;0
r.st~do de .(.:::rccho ¡:;ropiamcme (ii.L Lo qr..1t:: p:<Jn en ~:!mc.i:mtcs dmtns· \ los hombe:s. La 'O c:rft::c&iihd.ad. ~ r:!lWlleate ulp l:aSl .ta~ m.-:c:crrul.llildu
tli.tJ.;.-!ltS uu es !tpli~lb}t: u une sltu~:ción de vcn:!t.t.J.~ru jndc:~ndench Ied· 1 ..oom-Q 1R' !t' ~tt~nb!lici~~~ Cll gcDC:"(~.L Cílt'c~ ds fin y de t~~ruh1o. Lo mr:~or,
p~O:X:•l de fc,s E.r.r.adm . T.nycrsQmC:l~e; .lo -u,ue rige ~n d SUPLI;eSL.ú & UJ!. lo 'inás pm::-::to, 9 que ue-re ~ ' ·
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!lamars~ c::;tsdo de do::ro::ch.o·. 'Po:: .C3;-o los prlllcipius de k~.,:.: F:.sm<l.csJ lo ·.; .1 E:s. ~enciat ~ldv~tlir que el cul'SC< del cspí~Lf\1 ~nsmuy.t un ¡wog¡eoc-.
eme vil.l;;- como derocbo de lo~ Estado~, no no:; impc•:tll nqu1. Nosorros . Est':! I'CPI't::~cr..t.1t?ón :;s bic:n ('();-,L<cida., ~ h.::~bi~n fr,~cuerot~m.c:me :-lt':K:i~3 ,
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¡; diciendo que t'l ~omb ti' ~s pc;fc:.:-tiblc, O:.'\t(l es, po3cc_ \lna podilidsd :<'.:.1 Su deter.rnin~ciócl p:~.!¡a¿ _ r:cal.iz.ftrst: mediante l;l cccci~nciu y la ,rolootlld;
~ 7 .D.(::C:;;<.:&:.d ¿e:: ~.:l.t'l::n:~ t:mht vt:.¿ ll.hi~ ¡;e!-fé\:,u. La ex!He: lt'l:l no e;. C\:ICK'<=·
~ -c:~t11.5. cor:dcnc:i:¡ y r,-oiuut11d, !!.e b::.ib:1 p~ímcro sumido~ en una vida. illrue.
'l bLd:t 1,1Jui w.mo ~o S',.j'::l:cmn, sin,, que lo s:1:m;:!'!v p3ret:~ st'r b \'~1rhidón. · dlata y na~urlll; su objeto y F.n cs. fll p:incipiu h dctcrminíidón natural.
t En csu represc:::í\ciÓt; no J¡:;y owo conteniJ.o <ttl~ e! del pcri~cicm:mÚL1tO, . c.'; .rno tlll) que, por .~1· el es::;.í:it!l quil:n lll anima, tiene in6:lit3s pn::r;cn·
CO:Heni:fn ha:to inJetC:r.:2:::du, y_uc no rta de sf n:;da rm; q·.Je !E 'l"arÍ~­ ~j 0 ne; 1 3:lF.a.ita lut-rzs y ri:jll::?.:J, Asf es C01llo d cs?fñt~t se opone :1 ~f
1 bi}ku~Ú. ~-o 5: i:H~ .::n él ninsrín C:l'lK I'ÁO J.c ~ v:U:i!l.dót:¡ n: t.ln:pc.;;l", <'ritcl<.J . t:):SL))O; b de ~c::~r:~e n. Si .miS:<.O: COlDO V<::Td.'lOCl'O enemigo CC SU fin.
algu:1o .iJ~lt.1 ,lJHCC;:;: br~S~ll. qué :.:n.:ntv lo e;Ótt'nte t5 ;us:u y susto.u.cial: ~ ~~·olud¿n, cpe es en sf a!'. sosegado produdrs~ --pocsto que cx:n;slste
J no h;;y c.::-.s·.J:~ p:incifin de: r."Xch:5=6n; no h.1y ninsÚJl ténai :.u, n:::.g:í:-1 fin eñi>t"tiD3::1::~~ ~ h 'YC7. Cfi SÍ e ÍgtJlli :1 :::.Í eil J.a ex;~rlOfiz~ciÓn-- <:~ 1 <!(1 e 1
{Jkmo dc~~-~"l\1it\i1.Cv., ptx1::o. Lu vari~.~·ió:), ÚiliC\.!' re~to \l-iC qw:;~r,, C<> er:ili:~tu, U::l~ d-.:n1 e Jnfin¡h. l·.zcha -c·o ~tr:¡ ~í mlsmo. Lo q\Jt: d es;>Íritu
amb:b h ÚJJkL' q;.:.:: ¡,:;;;-¡:;tit~.:~.·.;: ls ~f:t,~r m= :"l::.:;:ión d~ ese ·~L·Il L~:l:lk·. l u qjjr.:re e~ 3k~:-uzar ~u !':mpt.o C'('•fiC'C!>'10; 'iJC.ró d es-,!rit\1 ,m.i3l.!lo 8e lo ~ii<0:•
~cm:!;;:::r.t.~c::.tw., ::.::;.\!Ín t r; c1: nl ~l g\~:.·.::;:·o h um{"l:i l) se oduca ( Ló!..-.r.-.>:,:r.), t-.> br.;) orguHoso y r_cbos;JJ).tt: de s~tiS~licciór.., e:1 c~t:;. ílfcj omi~~tP d:: ~= mhmo.
tL~eLÜOSa¡ t)l~ :O S;1.J rJ~ l!.:io:! !0<!1 :tqw:JJo Je ;,¡,Ué ~:: JJ:{blit ~c¡t:Í, n ~)t\;. La c:vobci·6n , ;m es, pues, un mcw pJ:otiud~·:::, inu1.1:~t·:: y .t-"<ld;ro,
. :::n.. tu·J :1s c:sh:s rep:t:!sc::n!iclonc;.
- ' cu>••ll:.::J.U
'.\'a . l.l,:~
t <'
.;y.cso, r0 m:1. lln::J rt!Tm:l t;OIDO tfi"-.k ·Vidi1 O.rg6.n:k·~, Útlo un cfum J enojoso rnb::jO' C'Olíll~ Sl ml$mó •
c-.,;¡t:odn~lc.tuo~. ;.1.1n o.:lru1·o. l1tés reBr:::d{J, .. todo:; ~tüs son ?UW~ c:cJnrnt·,:. TS!ñll;"'-,;, COJlúsce ::n la mer~ c'i'oiucién fv!:nru, sin,.., en l:1 r~lliu1ción de ut\
~i ~·o~ ; ~· ~e r.,ud~ ~~Juit hu bhi:1dG i!~Í i~1r,suiner:t~.. sin in¿:n1t Hin~Lill pri 1'¡. ti(l ,con · in_Qc:tcu;:[~ll,d:o t:l).llteui.Jo. HE".ttKl~ indiqclo desde urs tnindp;c)
c-ipic'l · p~..:ct~(; , :.in c:rmn.::Íst' n:ldr, c;l.talir~nivc·. La 'mit, k) C:ltalitstivu, t::-:iste .¿;;·ól e~ .cú~ fin:'; é é_~pititu, d e~iáw de. Sil eseudu, .qnr: e~ d cxmtejltfl
y~• ; ¡:.-erl) no ~.: ..:-xpl'eso. n.i.ugG.n fili. qt'!t' .Jeh1 ~et ¡lJc:amw.do • 7i1.1 fi n ~ctnLS- ~ d~Jll {t~é:r:td. f.f.tC e~ el obje.ro fmJd!iment:al y, pm· t:mto d p(i~Ip;i(~
!UXC :nt::~ lmt:!ruc irdete-rminac!n. Pero lo cu;.;nti.m 6;> -sí qu~tflliOs m~bbt. ~ di.r~r::ü~ .de La .e'9oludC.::'(fl, lo que _d::¡ a. l{(. ·C\'oh.:d-6-n S':.: .stnt.ido; <:omo, .ett
1

l'OZl 1i!'<"d ÚÓí1 ccl ri\Jgl'~~C ~ '~ juH:an:cm·::; }o ~jcn-o. d pcnami-::nW. .1: :.1 iifl b. l•:~t:Hiü tvmm:la, es .R::rra:; el objeto y, por ..-omi,¡,rui~tc, J~ cUt\!crriz. c:n la
qu~ d6e ~~r ¡)killl:.::~l!.o, :1eti:~itu ~a COJJodJo: EI espÍl:iHI es C'"'l m :t.-:ti- o:::~sidc::)1ckín de los :::oontedmkntu> y, a [a, im•·;":rsa) los íl~'(:mtromí~nr-os
vld.+Jd t~l gcc Sl:S ~:oducciune~ y tr:JnsformJ.CWTII!.'S t:e:Jtn (jt:~ SC'r l'C ~r::­ br0tm Je ese u~j~to ·'/ anlr1 Cll relad&n C'<Y.l él tiet1>én sc:ncido .y ccntetlido.
~..!11 Lda.s y <:onodd~ s ("\ri'l10 vaxhldouc~ eudÍi;J.ri,~s.] E:1y c.~ b . hist<itia unive~~nl' algunru grande~ p~:rimíos que han t.tillncunido
Hl_prlm:i:Ji<> <k lu e:xJ1:>Cidr. jm:Jlit::i ¡~é~ri:; (jt..;t: e.u e! f.nnd~ hay Ull~ 5Ín, t~l p,1l'OCetj pe..-~r:vaar; antes bic:n., .d~!~pu& de ellos (jt.Jt'c.illmn amili1a•
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de tc_;pJ:~r.rid"> i.-..:;:rr.a, ·.:;:-¡ -~~lpnc:;to, qn~ c:.;.:a pr~scr,te: en s1 y E:: cu: 3 ~ ús bs e:-.orm~s cnnguistO\S de ln ~utma )', tlo.~$dk:ha.cbmcn:c, hubo <tué
r.ú::-:::u s 1 ~ c:xi~lt:::-chl. .H~bl uHc.dn::)¡~ ciÚJl form:U e::- es~d~1l: d cspfriill CXl:llcnz~ de lllli'VQ S recur-e.nr, t:On la :3.j,ld:l de hG !tiÍfli)S s!\!vadas .de
que _I;CI .la histori11 uni•:t:1~2l !:t::n:! m .csc-::nuio , SI! prop:d:d ~· d c¡trn·fp ' J·:¡uelim; tesows y un. I'C!lOVado e Ítl.IDcruo gils1o <k f:.:.t'rzgs, de tí-::ropot de-
de su re·aill!::a:i.én, uo !~ U~t·:J~ en el ~;_~ego e.xw·ior de h1s cc;:>ti:-.gc'1 ,.Üt;, si!'.v • afmco.cs y dolozes, nlg:une Jt la.s o:i.rt~s d::- 11.qndh cult\J.r'J. í!..J({:Jirírla nmc.h~
que es co sí lo ~bsolut~mt:r:.t~ detc::r:n:r::;.a~e; su p a:uli:ar é::t~rJlÚ_nldón e! tic.'n:p<) ~tn~~s. TE.m::1é-:~ hay ¡;:vof~ldon~ !lO:S~vettJ:i tes. rícm y :tct\baclos
ahobtr:mcn l~ fit·•u.;:. fr::n.tc :t b~ wn~ingc11d:;~s que el cs?::it..:. ó.JJ:l:r:a 'i e.iiF.cios ; 3Ístcr.tiB de cultü1<1, !J1~s:n~!lcs c!l pa1e~isres ~kme t,t~. El t't:"Ín·
cm?!.c:1 en s~ pr-.,vel"ño. L~ eve-ludór. St' Js t~rñbi6t ett lo6 o~,jclO:' rlc ~n. cipic Ü.'rftllll d~ la t'volució:t, c:r~ g::m:n!, r:n p11cd.: rú Jar o:d-e:t:nch tl tl.:l~
na! ur,lla~ ot·e,) '"lica j lP c-;::i~rcnd ~ r.~ ¿.;.tm no se o free~ wmo un!l t:.u:>~euclll. fmm~ mkc r•tr~~, ;:tl hacer com:;n~ndbl5 el fin J~ aque!!a r!c:cadCI}~i:t Jc. los
p1.mmemc- .i;wt'di.ut:l y v~.r!~ble hUt sok:· desde fue-!'~. sioo q•.Je eman2 m~dg.1cs ~icdo~ d:::· la ~vdudón. Ha de- ronstdcror t3ics ;>CC<:'c:SOs, ct m~
!lt _,í mis"t~n, dr. L:n ínrimo princi;>reo (::-.,rni:;ble, d.: 1.m:1 c~cllÓ:J ~implc: , my:t c:s~C:dil~r.ente los n::n.:c:::sm, cnmo 3cddemc3 e:;r~J'nO)¡ ~cb puede juzg¡¡t
e:ót:::nda emp~c·:.:.a ¡;or s..:-.t lnmb1~n h~ t•~isrefldil simple del ~crmcn y h1C~­ 1as m.tpcdnrid.ades. s~g1m punt~ de ~·lsh) .iuJ.e-Lc:tmin3d:-;~, los ruE'les ~=>
go va dífcrc-:1ciandr.m~ y .:::ntrandt~ en rElación c'~r:n ut:-ss :.uslis ~·, pO! ficc:~ rel.ativt>R y no shsduto!i, predsaml!ntl.~ pot· haber ~;)!'!lRUO h ~vo:Udón
ts.nto; vi~, l~ndc1 uLl Nt~clt1UO prc;..grcso de !~:ulsf.orm>ld&.:. E~tc pro:::eli.:, c.omo In li.mdr.lment:11 y @lmo.
empero, vudve .wu h1 m.iStl:ltt 1Xt1n1!~uiJn,l,l, il S4 .~.0!lt:~);i•)·, es.to ~~~ s.c ti~ns­ .· [Es c.onfot~l~ al oD::;bi:ptu th:l e>;;pídm d q·~ b C'I'Clludó;1 de: !11: hi.s-
fl)rJl)a eu 11 <o.o::~;rv::1.c:i 6n d~·l print:ipi'-1 mgániw ¡ de- .:;11 t.¡-r-rm:3. ¡\:;J el indi- 1 trxia :¡c;¡.ntczc<.'l en d tkmr..o, El ti~mpo conrlcne h\ <ktenniníldé:·~ d~ lo
vidu~· ors;l:1ko ~<t JJ!'Odli.~ ~1 sí mismo, lu1ciénJost' lo que e~ en :sL :\:::( ncg~.ri \'O. lJtUI.L"Ontedmt~tp r:~ slgu pooith·o par2 no~.ot::'03; peru la· fO·
tr;:mbié-n ~! espírletl e~ In s_mc· él mismo ~e bcc }r ~ }¡:lf.C lo gnc ,-:s en si:. • ! ibl.::- exi~tt:11:;:ia de Sl.l -coJ:1trlll'io, L~ ¡·cfC'.J.'C.rtcia d :ao se-x, e~ d ;:,E.;.mpo. ,No
'Pc: ~·c· :Jg·_¡dJs evcluó)u :.:e- \'C.ti.fico d~ un medo Ül.nl¿dhllo. ~iu o¡.,os:ciol"Je•, v.:·lo pc~sarr.o~ el Lkru¡;o, sb:l que rnn.loi~i b .in tuimcs. 'El d.::mpo en cHa

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m2d~n~ c!d}:: ~pbtt: y k h .Gntl.u·al~~!i., vemos qu.;; ~estro indivhluu ::~¡i
<:~pJk¡¡T$.-~ PO!'. s-~~ ,~s.r:.::('!CL_ ll<'ltt:~~l~; p!:ru e-it:l exph\::!ct6n Uene ~u rogQ~
sE:jeto e: ca:::biu, p:l'c que la.s <=~p~.::ic;s l>el'3e\•c.z-.m. El ;th~r.t::~H. )?H.~a z¡or d.-!. ·
in&c-..do en G hurona ' m:vcr!;s] mmna. Allf S<' vet'íi que sclu p~;v® los
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fuJ,roa:s .l)1 ~5 _univ~:s.ale'.:.. La~ · form~~ <io;o:tx:::m1m.;!as &.:: sO!.~m n:.«snrÍ!l·
líl,) es.p.edes ·wims l1::-s, Lfl {~•arill.dón .es . ~Q. dln3 un cÍl-et.llO~. 'u.J;L::l ;:~¡;etki4n 4'
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junto ~ o!~m ; d t ro~s~ ló ~e :t:\•:la tilll solo s.! e~píri ttl pcc:~s~ nle1 que c:>.-t- c:l:dcttü cod:lVIa m:ls <lctc-.-mm:¡onncs acert-a e:::: b que es e~enc:t3.Í . l:l
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e~ ¡,.-::•r-.1·"'; ·~da .:un:J q.; cH.:~ G.S J.\ tp..u-¡;;:11g:ur.¡¡..:;Ión. Je ÍP. ~l:~te.~or. ~ l-á.st<Jlh E~ta (:voludon tiene fc.re.s, po•g•u:: d -csp:ritu no el;, aquí inmr.dí.at,J n. .:.í .. ·
<J:-.fvcr~:!1 -=~_,_ci dcse:u·;:oivi;W~tTIW, .la cxplidt,,ciún dd -co;p(::~ti.: o::-D C"l ti;;:r.n::.x:": lllh mo. siuo qu.~ l'e:'lui\:.te m.ecUació:n, bícn que l lM rncdiacióo consigo rni;;-
del :nfsma r:1od0 L· r..::: h i.dc:l se desplie~-ra <.'TI c:l. ~D:1cio C\"~lUO llill tll<1le;:;:!. mo; · ~ro <:~t:t C>""ok;ci\Ín est2 difcre::ciad<t. ~N~u¿< €'~ dJvisil~Jl y éiftJ:t1lfJ9.-
Pm !m; dc:mA"3, los pe:::bl~, o.>~o fo~:1: espirit~.:al :::~, Wll t!:!mbét d6u dcl esph-ilu . La d..:tcrminaci6o de e:..ta~ f3s.:s c..~, e:n ~u :n~~m-3.le:?.e gc-
El_,l:'.t:~::-' Jógk.a; .?r.:m en ~u. !l~Juhll~zo. n;¡~s (\ll".:'t'\'t::l ·-;;s tema de 1.:\ iílo.:;nfía ;:
1

~c::c~ :l:"l !Lm~:e~ en ti::r.-~ ~cntido. Por ~lO los di:::dnros .Pl'<ldt1Ct~ se ni'l}
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pmtes nhl~ ~1r;ci1"'1.!es tres fo.i:CilS t'ílplte~~~: el p:.:inci¡>lo !ISiáti.:o, qn\: 'e: · mmetsión del ~~p::itJ en d eleme:l'J) de la n<~ tr :·<7(~C:7.<l: en el <:ual t'A e!ópÍ-
ta."?:hitr. ~1 llrlf0('1"<l ~fi !~ histuris. {ITI.Oflgótco, chino, ind1o); d _.úJ.Uílc~ r1tl'! o:i~te \.-ur: LÜlí.l. ln.-ll·ddu·alidad ún libt-.ttad (·::os liq_;~u:Jo _ ~uk•). l~ .,~í:=­
m:::horoNa:'!O~ ec qw: exrste d pd.r..::-l.uic c..lel '.:$pÍri:u iib3'l'l1.CtO del Div.; 1Ín:. . ~.iDd3,.,[l:t?- t-.5 1~.-c,;.a(;~lnsiOO dd L~spfrjt? en f~. W~~~c~ll.:i::.t. J.:: l:iU J.iP<:ftsd:
co, t:et'~ tc:ni:zn ::lo cntr~te -E>l slbo::d:íC.l dc~cr~.Ó:-o.u.lldo ; y d mundo r.dst.iat1c•' pe:~ esm u.rirncw 1ihc:r.:~o::ión o::s ]m~cctceta y pnr.;:ra. •..=:nn fthrc• a lgunos },·
c<.~:tOlXXl oo::de.rm l, ¿mde ~.;tá tng-t'<ldo d j>rlncipio ~\Jr-rcmo. el CC·1l•:<:i- po.e;to qu~:- ptt:~eú inmcd:at:!mcntc dd e!;tllUo :::Ll..l.hll }', por co:ui~ulenlr:,
r:ú:::nt<> pm d c;;pí:-in.: d~ si miswo y .1~ sn proflmdlJ !ld ~tu-;>i!l, Esta ~ed: : se ~·e ~·:;)11z:td<1 e:m este ';' t:ílt.Q~Ul\ tod..ílv;a .;:Qr, lo Olall.uill como uno de sus
l!JÜ7~r-.:;:1l ~C il~.lJa e:::q.>ueSt ú l:lS,Ul en SU nWdO· }!e!d:Jtsblc d'c: ser; p-trt• cn !1' e}em.en:os.. iH J&:. t\;.C~~. flisc "=~· la ¡1~.cens!6r. dc~d<:: cst~ llbc.rt~cl} tod11vfa
histeria utti\'"~.;.:J.[ ts. cnwntT.:l.m03 e-n Íl1~es .!.1lc..-csivas. Los g1·>.ltldes prfud:pioi,. . . , a la puta. u.1Jl':er:;~
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la~ fo::z:l'.s que ::r.~scntti e::Cl.ll el.! ellie.u::¡:o. Fndrí3mC's dc::-. . "',;lr h t::xi.:::-c_n¿;JJ t.ltc. !iÍ mi:->IIJ.:~ .
a.::·tua.l de 1:n pm:blo ,g,l': cgo~ <:un su he-rmoso _1)11~1 :l:~mL', o ~ ~l:'l pu~:-J~

Cfl
 1)2 LlóLIOd~.JC;;i<m !,;c'JI~r-.;,.: •

( I.-!1 !>.limera ¿púC!I., en que conm:.:::~cno::; :ll ¿spíri;:~,1, ~ C<:lffi~)otrabl-~.

!JOJ: tan~, con e: e:s:[lfritn inhn.t!l. Re~t)il illl.lt'Í ~sa tmiJ~.d dd ~:prtitJ CQJJ. t
11 :ltttt11'r,lc2:ll., que @ ( 0(1 t:r:Lmos en "el llltl:n.do oncntul. Este ~-§H!E:H:: U1l~:ra[.~
1'C5iá~ tocll.VÍ;\ en b n:J.LutilkZíl~ no en ú nlli.mo; no es, yuc~. to¿::.vi:(~
lib.r~, n! ha ::ccorrib el p:c~so dr. b libe:rtud. T ól:;J.bit.n :n e$ia fase: de! :
espicitu c;,cuntta.lllO:> f.s~ados, stleS, cicr.C:Ía:5 i::::::ipidltes¡ pc:ro tc,Jo esLJ) .,
se halla en d terreno rle l:l n:rrurab!t. Eu es~:: p;:imc::r m1mdo ~~u riux::at, J
d ~píriru es. u.11;a ~u:s.tancia ~ 1t qt1c d. indivk1lo. se 3f.ade- solo .::owo. l.L"tj¿
atx.id~t)t:~. Pu.tu ~ vo~m!tad dd w<~O sen !o~ otros a.:omo I'Ú'ilk;) como ~ubc:.,t, ·§
dínaá~. _~
L~ sr:~•..!Zlli~ f¡r-,::: ó=l el: f.>ÍI:Ítu C3 h ele !a <>::CPill'ad6n, ::: de- ~H 1':11.::.xi6fl ·
del c:::;pfrit1.1 sc¡bzr.:- ::J; COllSÚ:;-:': -~n ~alli <le 1.~ .m~ra ob::.Jlenci¡:; y <:unfi~1;;r.¡ :
en.·1os .d~.w.ís . E.;;:a hst ~e dtvid~ · e:.r.. dü:;. 1:: ;,l::imc;:o es la 'jnv~ntud dcl ¡·
¿ • ' j'L .1 ' ' ' { ' ' '1 ' .:
(::i¡J1f'ltil, q ué tK.DC to::rtl:\;.¡ jJ!'(ipl ;'l, pc:o Vl.m; :..;.~\l.!.l\ tOd ilVl;ll. :i. 1 ~llSt:;.m;tJ.·
tdd . L~ Ebc:;:-tú'. DCl h.;t a:r:H.ddo lod<J'ib d.:! [e; ¡nofu.udo dd. t'S¡>Ú':'Zll. Este..,
es d !t¿:u:a'o gúcg.o. La o;r:1 e~ la c:düd "U:.:1 d~ c~pfóu, w. qt:t: ~1 kdlv:.
duo. tEcr:t G.t~ fl:;e::s P"O~ios, pe:·o r,u;o lm. ¡lkí:JJ7.a al s€-.t'.'k;o d~ u.u .:-s:t=
uni vets.:al, dd Est~ LJ.n. l!::>te ~ -e'J :t,-ut;d.(_, romano. TIL~ é~ ;s:;, dí\ h :ULLllt:::.i~ :
emr~ h ~~c•: so r.~:oEo:b.l del .it,dh•idao y el servicio a lo u.!il:c;;rcr:;;-al.
K1 c:u-arLo lug~r si,~e. k ér.\lCa g~¡msniCñ_.. d n-mt:Jo ~.--rist:'ritm. Si s~ •
pudlen~ comptl!'ilr t:.:nhi¿o H.qui el espíritu coa el i11 div:duo,~- h,úría gl!~ .
liaron :,¡ cmt 9'-"-'<1 l:t scnc:::t:.ld del es.pfriru. Es em;¡e.:o lo ?C:l'ulill..t d~ ,
lo. scn-::-;:tud el vÍ',c1r .so-lo m cí. rc:r.uettio, en d pe~adu, no e n d ptese."ltt:;' i
pur eso 1a DJ1!1[.J~.t·~.ám r.::;. o.qní · irnpmibl~. El i.ndi'r,riduo, p<:~t su a"fY.!.c:w'k
:!e_g¡~zivo, pcrt-::.n6::e d ekrnc-nm, · a !~ mat~rh 'J pét'Cc;;; .rn::c; el ~.sp:ú.itu ;
vudve S()h~ ~1 m~smo, su;!;~ JIJS r.onc::pto:!:. E:n. la é.P'Jt:a crü;:(:tna , d c:i: ;
píritu dlvino hl\ '\'l;nido ~::! mundo, ha _?or¡¡tU su scé~ en d iudi•¡:C:ct>, qo~ "
11hora es perf,:c::am~nle libre-, c~n Ull1l libcx-t:.:d sust3.lldal. Es:ll es h c:xJll· ,
óli:!!éi•) u dd c:spírl~1 ~u~j~ti\ru <Xln d obieú•,ro. F.l cspírir.J. ~t hl' J.:e..."''n.cC
.!lfldo, ~:;-:: h11 jlcd11'1 utJ.ü con su i.~.YJlcep to, dd cwJ se b~~b1o. s¡;;~x:.r:l!d:J :.l oom::::~
tiuLir la subjcth•i-da.J, s:üicnéo p!ira ello dd t:st~d~.> de natt1rabi>l. 'teJe:~
rs:t1 es el a 1.,ri<>ti Je 1:t h:~tú.L!n, al q.'c la ex¡:.e:-knciil dd~ :es;¡ondcr.] .
Estas [¡\~es ~nn lo~ .Principios Í'.llldr:m ~nt!t la. d.el proceso un.iv~r~ll. &:;
cb;;ntollos ulte-.tlor~ v~rr.:·llló~ q¡;¡:c .::sds una cle c~3:; f~s ~, dCflt::-cl . dt ·
sí r.rfsu:0.3, un prOC\"SS d..:! formíldón . r ccí-mu e.s la diai¿~:.tiut; en d tráosk~ ; •.
Je u.o.a fs.;.e :!1. otra. ·
·1
Aqd solo he de :1dv::r!l.t qnc ~1 c~ph-l.l;.¡ CO!lJirnza po::-. S!:l 1L:lilllr~1 posi, ·
1 biHL~ad; la a1al -t-$ tlD<l m~::ra ~-o:ill:.,ilidad qu-:= ccnli~tle su absoluto <:on\r' :
r..~dc- como LUgo e-ti .ri, L'(t ::U-o d fin f:lut< el e:.s.pír[¡;n rolo ak"<l'lZ~ en :;u re;t:l·
tsdü, :csultudo q\lC so!D li!;;:.onc.¡:;:¡ es ~1.! ~1li<hcl . .Ef ptogN',;,;.o J~p:Jt'e(;-c: n;ii:,
eu 1-, ·:.-,ds.tencía t:r.:nno ftvanzando de lo im:?t!rtc::cw tL lo m~:r- p~r.E-ect o ; p:rc. '
[o ~lllf.O::rf~cto no c::be C:}JlCdrir.~e t:n lil. nbSt'i20::jón, COIDO m::n1II~llte iJ!'.· j
f'Ct~e::•o~ !: i no t:orr.c :J1!_1:·:J q:1a: ll$T,'rt en sf, :::o fo.t1ll~ rl ~ g-.:.tJue:;, de i mp~~r.~
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f se, ac¡:anrl?1o cmpci'Q c.':: C'lett::t ·~<:o..:::od, 4"Ue el. hombr::: sr;: cncn::-~:~:1.~. ' ;
c::1 e~t~. pmn~ e~.t<1clo, ~"- pc-.:;esié.>n d::: u1 cxr.-;.nso \f p:cd so co.c.:odm ient~ :
r:toc;::Uwto3 deutíficc~, f"t' ~j('Jllplo, :J.litronór.l:ms (:;muo k\$ m::! hJn skk•
de l.a5 v::réad-::~ rdis:os:H r.:.vc\ó3 ~r.ttl.eili!ll!l::~ent~ por IY.os. Todf:s l.u.¡_. · ~~r:buidos f~~~!~samc:nr~ a Ic:-
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y, ~; oe;;e -p~;;; bl.:::, er, 1-1 tibo:-~.!1. ]L b~lÚíl C.:: .1:\k!!t;:Íf: s, a ~-~ tm:d:l, ~:~tn (~;. ror, ·
~···r~:;:fidnf-..:, 1t!t>.::.<. d'~ ;ílo•nfí:;. r.:r,~:~.ro. to.tuadss d:- J..t.;rn;L:'l~~, ~~ co1;, t'l!:<:..'l-.1:!1m lll';,to; ~ SU <;9.!1GCpW. Saio fllLO:leC's ~~ h~1Ct: !~íll. . .l:::..sttt no' ~' 'tll.l~S, Jo prSmcro, sino
s~l'jl~i''"'~~ "' lns.. d..: .F. 'I"G'l S.::hJe~;::, mmQl1C .::-::1 r:Jás t~k:nw q1~~ -.::':!..:: .Cil:f\L rrm-rt:¡ ·' lo último. Lx; ·mos, la:; l:::yt::s. ls.:; ir1súrodom:s; los -)iw.uoi.o; Llre ~~~ p•...;e~
i:'IO. h_l.,.~'l ~ f?!~tr._ éur.:-t? r., trn'l(.'!?-• ¿~fco d~a ·~ l!:J. p.:-ti1íd1Cl'l U! C.!rhtL'IJ:f!i.~ :-:!.{;:d : b:()f. <lnilg\lO'l Ct'iGibtCil, ~Ü: Jud¡¡, lde:tS t.-.~~,J~:Li~·¡¡~, ;>LL::s::.o ·L~U::: s~>n ::>m-
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P.~\':~'l.dí!:l , Lloctt'L~:;a :¡. i:):'I.!'.Wpa:mc:l t~~. ~>:_:f:t~· h miis ~h. SJlti:~ücd;¡J y h.i. f..t.c-.ntc~ dr.·~ rJp::r'.k:aL ~~~ ~·.J~Lt>::~ Ücn:¡:<.:~ ~~ . \'·~, .~: 11 ~::M>b~¡y¡p, por -cien:plo c-:t h'Ub~L·L ', qu::,
~JJ.:;:'!'J), ll'.VO~.ZCIC.:'.6;) Ja C3U!\.:: ..Jcl ~L:)]:',~I:fl";ln tx~~ ('.~t<!! [¡;rg-;,, p:ro, }lt'.IS k<l C:'t:dit<:S, .. :ltfq'JC k-e .tnJ..ioi po:~f..!.n cr•na;:I:'Tt ~t:Ol t(l<) $f<;tttlnóm:<:o;¡s, !'Os !Xn~.LH.les c.LZ'.J:l!Xl..lt h'<
: nt!!-.'"I.::Sa:l :o: J{)'~::J. - ~=.:J?~~s de •ol ~~u ~orraw~·; t~Jl:JI1ntn't: dt..~[lnY.-~m,s ~t.' (Or.:x:o:::mo d.c c.1c;.;.. J::.i
• l.~:llt'I::IAí;O . l~3~J35-l, k[~ .:J-. 1~ ~r.~:cr;Lc:.._ c~t.\t:.'.< m F<,¡.udl' , ~c!it~ de 1~ rc•;i.:tt emmm, <¡u~_ cx:>ua, ~ut Juua, ~n t:st~~ {;1tnmlu!l, :tlm~'1:~ fn~r~ r-.;rnment~ mx.f~uco.
l.·At:c~lr, . j&_1.0 . .1l. ~ d::s.~1rccdo b~~-c- Jc.go tiempo. Sobre l.OiliJ, bl ln~W!h.l-i rrulit:hmtl~~ enw: ~[e:;
. .,. : . ~!·; ~Jm!1: A .~~ .,'."•'1r::~~rto!!;~(.,~._.. ~if- p¡t,.•~~ll~:i'~ flfL:. f'Jndada }'!IX"' ,..¡ ,t;a!)~ C~~J"X.Iri;J h*\' ~f
r..:> po,;ern h=. !-:r;pez:-o¡i.Gt'.:l. que 8C les ha at!ibdili}. ·
~l de- JUZit.o c.e- lk:U, U11p~~ e!: .nd:n¡¡.-fn ~'lmpl~m<'-!:II.C !:<•. Pt'<.t¡;'Q'.-;~r.:f.:.
l !=•~s,il~t • .l.'~ni. t-'1<":" 1\ ~t:c!, J~~~r:p2,
_;,ro.fa!;::uc- Ce c~inon. ~n el C,:n1::1'11) ~l t Ft"'.;t~u.:Uf. :B~D~·. J~;~r. Syt.-.._;, . 173f....93, . Jl=~i:lcr.tc .([e In JlYhll:'a'$. A::lil.:tbh a r;J~:Cnat fr.1r.ct1n
. ~ ~.::a..;ac :,ra.:to ~' 1.V.•.t"'.:W~ ~.~.'!'. L~ ~ !~X;, trt.<;.:'lf(h f.'Wo~e drc d.~;,r.". !~tl. lic. t-t.'."'•·~r d~~ .mut·~~ Cn · .... ~~~ l ro'tjr~, ~'fi~,'ufr~ ~~~ r~c~ . n:>ntn.""i.e; a."'GÍ-N :n fl._ ~ J:i::.
,, ~,,~to-$ •• ~r.u. .~ f~m "'t:l"t1 .ltl~!'- .El!.{I'-JW."':, (J1&-17, L:CC'.t.Jdéo fi..lé::.tJfo ,_. fl5ico., :t'!~~~ Z>!ld:~jÓl ::t,.tUU ,~.
s r:~k:steir.. Pci:tUt:.t\ b.•.l'i::: d~. li?C llli!. >?~T:idn•·i.., .~,, l>1 ?<-;sl~crJrk'a ,. id ul:~~mco·
I~""CYJJ'C) p u~ :·.l A-Oll':'lO\.O~J,;,.c)li:! Bl'!:!i~ Ji~-<'T rlirt H~":'r~,;.J..,:u,..t: O.r:t..~ n.r~¡a,J.:b [Cr.rt.r.s c."'.SUC!'!.~.
Unl~t:m. Ha.::t:. t~~u fl:-!: ~l:;t!idt.~:.-.;r,, .11:1 ·" i ui_... ! :;ri•J ~JMCA:é~ d~l Exte:rior. .f.:.!C.t3~.~ tr'! ."!' .l~J . . L··~J.a."t)¡. (.1t'-J li'1~7H..~!?:. J.;ót

I11L1 oduccióu
dr1cros d.:1 c:s::lfritu. Pero es<r n::::¡Hcad )ntc:::"Ja de- [a kl e~ C5. cosa hartl: · ~
r..c:;~c1a1
rfi.stittta 2c c,;o~ocer.sr: '' w m o:c:mi::r se :! :;:í mísn:il. en h f.;:Jtiml de l.'l ¡¿~:t.
Lu ldc:a e~¡:~ukdv.i. ro:lcdt a roo pnc:dc b.ab¿.r ~ido lo prirm:w, porque
es c:l frut o del supr~o ym::ís r.b~~u<:to ~fue.r-z:) dd e:-:..píti~u.} ~
J.(! úniw pl'(J!•ll) y <figno de la wns:dm;d ffi'. Elo~óii..;::. .e!; re;c~rt b
histo:iu. alli donc~c la t-..tc~un1lklacl empkza -a ap;an:ccr _::n la ~x.l:!tena,, tc;;xe¡¡. _.
trc· :m dende ~olo es roG\oVÍa 1ir.a ¡:usibilidad e_¡; s1) sino donde existe un
.H~:tsdo)
1
ro el qnc I.J. ta~:ín ~ ~r~ !l ln condcnda, :;: 1a Yo)• .:r:l ilJ y a J:J.acc;on. -•
L:\ cxistenci!l ÜlO.tg~nka de. cspír:tn, la brutalidad -o !iÍ se qw;~-.:-, J.s.
e~~elet:da- feroz o b!r.nda, i~r.c1<1nrc de la 1iSc:rt~d, e~to e:;, dd D1e:1 y
dd mal)', ;:JO: hl:1tOt d~ la:; lc:yr.:r;, no t~ ?breto de h ni~tcds. Lt' mor.lli~ld
m:.::unl, y a 1-a V':Z reli~io.so., es lo. pkdilCi {a:J'.Í~f!rr'r 'Lo. tllOI<Jl, a::n t~ h~ sor_,~­
<bd, q.J:l!ihl~ {:U •1\lC l~~ :7'ttm l:to:; :;u rul:l d:e C0,1Óu::.ust U1JOS_ lC':~~11:ct:o dJ:
~Uos. oo:no :ndlvrtuo~ -de \'-ob~:ad trl·ne, como ¡;~J.-s.:JD:Js; pr~)~~li¡:cct~ f'?r
csn ;.¡ud.'l la k mití;; e-:-. sí sustr~úda il e3ta cy;.lhlci<:i>l dt: qu7 ~.urge l~'. -~~~ ·
Loria. P:::-o cu.w1dtJ 1~ üllld~d c;piritua~ re6:oss e'$te d J:o;:d o or: 1:., sc:r:S¡)do r,~
" d'~l lilll.Ol' n~C1.1 ral v ll~a a lu. ron,·!endn de la peErmallJ::.td, i?.~1íWC.c-::: r.s~
~scu.ro y rudo t~ll~O ·Cll. d c;u-e ni .3s nsti:mlt?:}t tii ci ,-:-;;.p íritu ::>::- ¡;b.t:cu ~·
t:ran:q:.~a.i·e.lll'Ml. y ;r&>a el c..uu.l h no.t-ui·11kza. y d e;;pír~::u :$O]o p-;,1c~cn ab:ir~~ ,
y t:.rilo.spar :!M:use ¡JO!' el tt:>bafCJ- d:! tl nil cultút<l k-J~m r:.." muy kJ·ilno Ct) o::!
tf.cmpo, h1 cul~;~.tr•r, <.'. :.:: aqt:dlí! \'( lk :m;rJ que- sc.ha to-¡u~l do. cc;on:.:.::Jen::: .Ue. r.t
n11sm::._ L:t com:it~·"'-·la es lo únic:~ :Jhi~rtu, k} ÚJll('l..') ,íl. q:Jc Dg::-; -o C'\l~j~lHCr
cm;:t c::-1 g("t)c:ml- pcr~de tevelo.nc. N:·~da. p~;d-~. tév_eh~c. e;~ .su v~t!i\d~ ~J
su u.uí,..cr.salld~.d, ea s.í y pr ~í, sino :i 1& CO.tK'l.w')Qa ~t:fh:.'tlvil.. J,a l tb:::rb~
c.onsi~te -e;;;.C'~I; siv:::mente en conocer y qu~r:::r Lo~ objetos Sl.ts:am:i~ues y 1.1nt·
ver:5.<1k=., oomo la ~"Y 'Y d Ó::r-::;.+.o; 'j eíl PI'OC~l.!Ót una !'e.!lÜd~d csu~ s-::a
c:.mfL'.tille :;. ello; -ell:is~llllo. . ,
Lns pue!:los pttod\"..n ~~~;.·ar t.:nll. h1r~tl. vida ~in Estda, Rtl~c~ é c r!.c:an;:~r
~~ta ¿etcrr.~: ,~,c.iún. Y p:a:-¿cu ln~Tar 5Ín Eszd<J u:ü Í:D.p:1Tt:rn:~ d..::!-1 nollo_.
e.n <;{c:tas JlrCC~:ionc.;. E.."íta pn:'.éisfOi flJ O.:(tC <-. oo¡u:~~- fucta J.;: ;'¡lH:~:rn fin,
s~gtill h1 ya i:tdit.:ac.loj ~t~nqu r. la f:a;-e '-·~,¡,ruido utu hlsto~a.. r-e-al_: ~ lo~ 1~'~:·
blm r;o ~HW,lfi .-:o:: sc:g:m:o f<J:!¡:ru· '.l.n EB:ad,o_ El gt'<Jfi Jo.,;~.;;ubrimtento !.1:~
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mfi.:cima E-t"J;;Urid~d qnc pu<::d.e ai.gitse er.: c~1k.~ mat·::ri as. .lL!;: al pr-~~:.:mc:
sr;h::mcs de p1¡ehlos. qu:; ¡111c~h3 <:onsii~uyt:n un¡¡ S1xkd~d, y mucho .3!t-enos
uo Estartu; s Ll ,e>.is.tc11c:ia ~~, si:: erubugo, cono::.ida ;"ll~C~ l;u·g~ t1c:7C,J:C".
Otro:; (cuyc- e.stadó ntlto:.mll. d:::~~ int~.::;:c:Eklt!Jods preff.;:,r~~tc~•~.:..'llt;) ue~'Jl \m¡;
tr-acHdón ·14u.e nlcF-n:z3 mi:; alH Je. b b(stom.- ~ \a ut!uil.<:J.ón n~~ .511 .~..::!. L¡JU).i
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::~;rtollo div~.t.J;.Tt:r!:e de m a:finidad primiti•;:¡_ E;.tc bccho c-m:.x:r<' nl• r~"r th·~
& esas c,.,mlú,ad o.ucs mtmt~Zle-l t<!n l1C mod1l, que barajando J•.nru.l,•"- 't
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-Los csJY<ld-o& t.le tie.mJ,;.o qu.e h:Hl. tt·:~t:sruniuo pt1hl lcxs pueb lo~, ;ulles de
l,it b.i:?t(lÚ~ .e:cit:;;, ya nm lm figur ml'JS di!' siglus o á:: mik.J)ios, y :.t.·umtuá
bay.an cstúáo · ~epleros cl.e w.roh1don~s. de m~!ildoce::l, d~ las m:íi vi<Yl~ü~
. t ..~:; thm~form!idontl: , <.;o:~t:::::o d-e h.,htoria clJjeti v:.t., porq11.c no tienen .bJ¡-~
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Pl:lrquc: .10 ha p.'1rhd o cxl~ti ·r, Solo -::n, d .l:!lits~c- t:.x : ~ t:: n , Cl'l n la COüCfe.m:~a .
rfc hl~ l'i!y~. hed1~ chtros y~ con :::~to~. nmt ·r.ordr.JJci,l d arn d~ b~ hechus,
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denté, p~ra r.(1do d S,\lC O::.r'l'liJÍC:l.~ a t!<lbM e.:Q-lllX.i.LcielltC' <:O!~ lo~ t~o~m ~e b -:~ p-.:chlo;;,_ !i'\.1 sepaf<lción, ~u mezc1~:. y ~us m.lgrl<.dOfL€s, EJC:I :r.anec ~ Cf\'I¡"Ucha
literíitu~ lndic1) qw~ este- p~ú lm1 rico c:r; ~¡;s má:; pwfu:Jd~~ p.t~UC~1<:1~:::; • ~ en !a rue::bla de un mudo p.r,;LÚHO. NQ ~on h ::ho; cic ~ vok.ntüd~ i.Jue
clinirit~la1cs no ~~.1.\:t hismri:J, c-n ntrn~ta 1óo en ello del moc.o ~:;.:> ~rg:oo ':"' :dquletc cnnclcnd~l d.~ sf mism3; no snn hechos de w lGethlrl, "l·ue ~ da
..:00. QJiu:l , ;m~1r:ric; qu.: p~c:-: ~mu Ll5::ol'iograf!ü c.x:~e-h::·ntc y .-;o~H.r..;a, .co:. d:::. ~ otr~ _apll.d.e.t.:.da, una teaHdad propiamc!He Jk'nii. Nu :;iendn, ~m:c~, ohra rlc::
tos n~fcl~tes ú ]1,:.~ tltllJ!JOs t.ruÍ:$ an:ípo:.: La l ndw· oo ~clo LJct:c. ;tntl~lOS 'tf CiC elcm<=:ntCJ VCM<ldCto q¡_:t; Cli la vdun~ct, C3;'!,3 l.1:11tt:!furmJÓrtnCS l10 )J:l¡)
libl'l/ :; rcli~;ic>-.~m• y creaci:..>r'lCS h:i[f:m:::s dé b ¡.ocsí~; . ~ino m.mb;~!l. ~~P.e; ·,: ¡c:wdu.Iustorill., a t:e::ar cíe su c:csr:.nollo ru!tur:Lf en d idiomo. El ::-.l¡,ó:lo
:toti~uo~ 1 c-o~a q·.ie anli?S k c.xrgla ~.:omo ~;¡u!. conilicJurl d~ la_mF.to_w, ~ ' · fl1>fCCim'Í:::nto fld 1co.g\1<1je ~r Ja cispt::rú6n y migr:¡.;;j6n Je h's J:é.don~ wlo
~:~ ~:n1~;1r.go, m) 6~r.e bis:cria. Pero e:'! este pafs h orp,"S::;;::~;ac:ó.n, _q1)~ <:m~ .,,
;an alcan..zado Íf!1pOrtanc.:i a e i nte.ré::; pr.t·a li1 .l'&Dll t'tlr:cr~tD, :tl en tn r c.:'l
p~-;:r.J dlfei'{> Jl<.'Í<l.ndo Ja wc.iedadJ sot px.trHicC> en scg.llida en dtt~rm!m~C'10:1e~ '}o cvYJl tli.da t'ún :1lgunos Estado) o ~11 ~JJljJt:<:;lr a f<> Cmar .fut.'ldr•s l11J·~'!;'OS.
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lí~t:1 do:: :b~ c.::;.~nt~, tod() ne;m. sL:dal ::s ¡;:;.h·aje P.:'ohtklricdnd, ;:ti!:<:3J.eTO 1n1. , a.~.pr.:::to krm.a 1, La d•~! Cl'Zltirú~dón del o::Úrrt~nido i.onC:I.'CtO L]ueJu plkt:! lü
ptcls~ o . r..::.~S bkn {1,_!1'Q r, sj.n Utl YJf! ¡jlf!mo de P,XOgl\;~A) }' do C\'(ih_lció n; rtv ~· d ivi~lón de b H~!et.i~. .,1
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h·.:b¡cr~ d~biltr e t.it-nt::~.ts ~:: luKiá ~l:J Wl de.tetmi.u.:tdrJ (¡:;~.tl~l..:d.::ntc. :t ~~ r·{::l· h e·..:clt.<dón dé h . teali7.ació.n gtJC' ~~~1 ..obtktte :.u;.r. medie> de 1"!;l. ccyncit::n-
li(.h.:l, ~~ c..:1d:1vía nn. suhj~ti'!~, ¡;Í,·~ll icr:'i ;;n l'!a.no:~ l , C'li.tQ t=s, rm:iomllL :-'J ~ ~ • ~rn , La :::~;duáón imrlica unn 'N!th• d~ ,f11sel~ ~t'. a :;erl~ &: dcc:::t·rol.ollcioncs de
~nto. ha>:e!SC O.[-'t'' pn.:::l h1 :l:Slol·;a.
E~t~ cr: ndic~ún . d.: t!l::: -ex}sta <::-.::. h! stori ~ r.sc:t·ha ha sido cama de qn: '.
. la liJ.>-::nadJ qUé JlUL'e.tl t3d C.:OT)Cepm d:= lz .;;n;.a, {l SC:l, ~qu{J ac la 'Mt~hl.e~á
Jc la lib~:rt :td 3] hac·<:'rse con..:dcnle ~Ic d. b n~l lurclezn lúgi-.-a y ;:nde\ría
hav~ t:Ru~cuu:.Jo sin t~ :stN'.la e~~~ lal-ot in:!l.e¡:St1 y v~rwd1' que supone- t-i > :Ul\~ ];¡ r.:aCJJr.ak.za· dlal~cdt'1:1 dd l,J.r:r~to en general, que: con~i3¡~ en que
.:-rccimit11w ¿::: Ji~~ f11mllif1~ en tribu~, dr.: .las. trihlls en .pnt:bios y b di~- .:
pc!~lóll con ~i guicnt:: a t ~' :;,umt";ltO, q1.1·~ pcrmlt'c p-r~2..511ill1t gt:aa.de5 mm r:lv ·.· ·
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1

~~~ ~tt ~Íi~,J~if:n ·,:' d;,·ac~i!Í~ Jd r~inn <le ;~ :•:ij:'l~W~'l s~ hay!\ vcri~csóo ~:tlla· dc::rttr.dnscione~ ab.ma-ct::~ dcl CO,lc::pro sor: esiuiliadas en la 16gk<1. AqtJI
<bme~te ~, h.1ya pc:n·f,::r;:;;d do c:1 d sik :1c1o. E~ un necho nt~~tJg11a<lo P?t . h.;;:nos . d::: rcp~tir soJílllJ.¿Jllt q;..:t. t!\t!~ f~l~t::, L'J:nu disti\1::'1 de !as d::cos~ . .
1~ ocro¡,•nm::nto:-. que 1 ~ lengusls .s:: hn desm:t(>lbdo· ;nr..::cho ét,l. el ~ü1 r.lio . i! · ' _ pe~"'..l1·Jat d::: ::rm1r.a<!n.
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''.:'t:v.: I~e>:itlo~:.un~nLe ~h e:;~ e L(:Ueno te6ri<..'U. Lo. e~t~a P.ttla:.án('a cor :·1· mente cl p•.:eblo J.cd.os lo~ :;,spe~'tos d~ scl .:cnC::::::-c.i~ y vohwttH.l, dé tod~ ·¡
''uúmté e~ h &.r:a ·de: p:::n~!illlie::Jto, que- dest::.a en di~ sus. <.."S::-t'gC>.t1as • .Es, su ..tt-ili.dad; ~ste carictc.>l es d ~::l :o c:~l.rmb de su .rellgló:)~ de ~u m nl'-tl- 'l
~á~má~. :u:1 h..:cl~;) qu~. (OI< J;<;. .2~·o,gn·~iv<1 eivl1 i?.;'!.dr..'ín de b F.cx.'i~bd y dd ·: tm:ión_ política , de su ~lol·<llidad! de su M5t~trJa jJ.Iéchv, de s~~~ cc,5>umbr-c~ ~¡
E~ t~ldo: ~:: c:rnbu·ta ::st~ :;.isrtilliÍ.lko ll:es?.!:roJo. Je la :nteligcn~j:l~ Y ht lo:=;· ·~ :· ttllllhi~ll ú ~u d-tJJct!O, so ar!c: y su tétnic:1, de !a. di~cclón de su <lCÜ\'i.'
g:ua d.~.Yd.c cntoncc" ~e luce mi-. pnhrc. e inf;>;mc.. E~ pc::d1~r e~;~c. · =~o- · élatf i:::.~m:r=(;J. Ph5t.;1S pec-uJladd<ld~ es;:>edule.:. hlin de c.ompl'e:d~~ t.n~· i!
j¡:c.uo de qu:: el prog~so1 rJ haccrs~ m~s espm rual, ~1 ¡¡r~km ffillS ~gcw· t11~~u~.e.- ~1q uelJl1 u:.t11 ,Pt!L-ulitti:hd gt'!t::-rs.[, mcdia'nc ~que! ~tc:lrnc u prin·
na~:rJad~ c:::s:::uick r:t.rudh prt<>hiÚ~ y. t::~iiC:::tJ.:d bt~::L:u~l1..y Jt1 ,co::~Jde:e
cmbarazosl:l: :• ~·npcrilu~. T-:1 kng\l~r .::s b cbu Qt; íí• m:.P.IJ.~r:;aa. recntaJ,
·~ cipk• · pwpiu d: 1;m • pttcbln; :.1~( <m.n·:Jo, <1 L1 UlVe:.ii:J., t:!ii partic;~J~id'icl~d
g>::IK:ral debe CN:el'ÍW~ Je k~ h:=:-:cho.s ~illgdutes l(ue nos prc:sr;: n ~tt ]JI. i~S :?l~t:L
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1deous; t:~ :::en~stét ~sLur f~<¡t: i :isri:~:dn a prfn¡.-f con d dr<u1c", ~1cr rlcci.dn d:adiJ ~· h:1}ra litYtdo en un cuerpo hum~.no y aún haya n'.ldrto y n:spirodt'
;t.iÍ. dC"fltW dd <::l~~ CJr.n :o> ptútdpk•~; :.{SÍ t:<J:~c K,.e;tle!ú, p;ra cita: d yc: ¿1, p~ro que nu tenga ce~~b~o o mrs7.6fl, Usar este ejemplar romo :\rnu·
h~.:m~rc: m!ts gl<lDUe en e:;Lc: modu. dt: om•Jcer, huh1 de tener cr:rt."> hmili::l! . \ll(:do ron:tra h csrm('rut!! ne:e$MÍü Jt< "JJ)~~ verchdét-'...1 urganizedón hunm•
(QO. ~!s dipsc:s, lil~> . ::uhos y In~ Cl!ndrn...1os }' stt::. ::~ladc~Ccs ;: pdrlri. :antes ;:.,. [l:L, es (j ued~~:'lOS ü te:.ldos al ¡.~::mino abmsc:to &:: hc-mbte ..,. a se :!dlni.
d~:: J~sct:Lrír- mcdt~t!r~ les da-res ~mp!t~L'():s. sLts intrJo~hÚts l~_~cs~ q:.te 'IXlo; '~ :;{áu superlUaJ, Pt:~o h l'cpccsc:liaci6n de un bomb:e <:Ollc~l.o , • .real .;,;g,
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~. •. · · · J)e igcHll mo~o se tniX~~ :cu:mdu H~ dict; --wn rv.án- qu'~ e;~ gcni.,,
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Cu:u;du, e:¡; h :úL-?::b natut~L los cjcropbl\.~ 1) r,b-ortm ~1íb:1dL'S, d~!-1=~­ é~ nuble::.::~., lu uhne¡.r,~lci~-h '! rocdf!do1 ere., quo;; se eneueutran c:n las n:•·
li;dos )' mnnHtu~os ::u:-1 ::wpb1dos ~.:o:mJ :..r;:i'.IWÓ~s contr,l los B-én.;:.T~~F. •¡ • dones :~:ás s::.!vajc-.;, lo mismo que en l as má~ d::bih::s, c:~tirr.a:tse au5ci~nll:~
b~ e,)¡:;-eó~s · t,lf! p:a te .1 'tc:s- ru.:d~ r::pl:or.;c cm-:. t n;t:n UJ.Ut Ú';He g .te... J;ma síX:>tener q11e h~l:-" en es.ns .Q.;:JO:!oncs. tant;:¡ y ~ca;:;n m:i~ mor.\Jidn.d q:.K:
::n lo.s. r:~:adns cri~cianus mál:i culLo~, :=Lé. Ea es~e r¿s¡.:ecLo, se ha t->hlntc:~{l
::.ud~ .d~_.~:;~.:: c::1 ¡!.\-t:ll..': ral y o:~: q.te ~~·. üC~,dó::1 eor:.fu·m;1 bt r::g1s, c::-;to t:s,
qllc:- c:n lu es.o;:pdó.n se r.;:.v~:;;.n, bi:::n Í:O!i .com:lióone::. bi~.~~., h~ a1alc~ ti.::ne k du(}¡1 Ut' s! los hcmbi\~& .>e h.1n. hecho mo::jc:rt<> con d prom-eso <le la
lugill' b rc:zb, b¡t'!o k: q:~e l.~.<ly d.:. M'0t.kkl y ddc:::l.uo~o ce: li\ ~lcs•,.;t~d61.. ~í m .ri.J. y de- la cult-•.ua; clt: :si ~u wotali.Juu }¡rr fil!I!Ldludu, ya gm~ c..~\~1 se
dr.1 'ti.po llm'l~~~L L;t. i;npntt:~c:i!i ck h nJ.Lutalr.::.s~ imp:dt que: .'SI:: .til.{tHl ~n¡:¡ii. ,_ J)qst~ en la ir.~ tendón y cvié::('IÓ:J. subje-rivll:s, cl:t [e que: d . qt:c- <Jbm <:~msi·
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l'. do c-cmo jmro y bur:r.o o crimin~;.l 'i :l:ll~lo t:n si y pur sf -e:· crt :uotJ. de-·
n·::s ekm e:: toú e~, Aunque, po: t:)E:rnplo , to.wadH h utg~:~~~lc!ó.u dd ZlOIUlHc _.,,
~11 Sll : orma conc: c:_t:;.> c:l ~::::l~clw:: , el <::~Jra?.Ón , ct:::. , psr:c~ e::t'nc:~.:D. ~r:_Lo? ~etJJ:¡nad:1 rdígión, co;JsiuE;!'>.1d¡l como yc.l'<l .Jdc~:<,
Pndc:n-r.~ dis!lcn;;::.r;;:.(~.> ~qut dt: :,dnrilt t:l fo:!lulilsu:~ y t:t:tur de semc-
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d<:r.<1~ p.rináo-io:; de la mom1ich:i fr:::me :t la f.1ba t.r.c.r.lll;:i;Jd. L.,~ ~... ¡~,toti-q LJU o:mt·~ido q11e se <lilate en tíqueza im·slmlahlt", rncdt~r..:c ·el litlJish
u.W v~t$ti.l .se- ~Jnt1<e•¡e en \111 .J,>líliJO i.u6s uho qu-: tl<~utL ea q:_:e 11 w.ox<lli.<bi.cl de Ul)a zep:esentadón, re.;ud ra. c.n lUJa much<Xiumbze Je te1J:eseo:i.ldOnli:$,
;[:::r.::: ~:l prv~ia s::de, qu~: e:s b wnó::1c:ia priv;:~d::J ; ;~ ronc:~n:ja ck :os inci- ~.c:Ú tomado por mcramcme empftko, pot uu eont~dlj <:n d <.ual d pcr.-
viduo~J s1.1 p:::c.nliar vcúm;n.d y mo-.1o de obrr..r~ ésir,s t:ct~cn S<l valo~, iwp·J.- s~:.nrcnto JlO Llene piute s4,.'llila. Pero h:t<:t:• de "J:l ohjcru. que ::n s! <:3 uo
cabilidad, pr~-o o <:~l~llt,ro, p~r ~f. Lo que eJ nr:últluJo tit-1 (~piden .:x}¡.¡~ '. ccmtt:JJjdo c:oncr~tn 7 :ko, una r~pr~cnt(::ct6n slmpk (como !a detta., cl
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1

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nCC'-~~rlo, sohrt::puj::.n, ,::-, éuds. en v:.dcr mmn1 ~ :.qudlo::. G!)"(lS c:Íl::en·:~ ,radc:r..:o.d~~ <'I.Cc~ca de l;1 ctlltlll''L Rcs.pvz-to, sin cmb:ugo, :~ la c-¡únló:1 <.¡:.Je:
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lx :::!t, qu<e son üv:.lhklL.O.S J-t )¡l ;Jísto r.jfl ,mív:::Ps:=:, ap:are-;:-t::" ~l:>l Jll~ tl tic::Hio •),
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J.:o sólo CG su sjgn ihr~n,:ü:ín .iut em~~ , ~!l!Xt::scient~ p \Ua dlo~, ~iuo ii<lll.l:Mu. 1* ¡f'J1.;:x.f6n intd::ctu::.( y, lo mis mo L¡'Ut.: cf:::t~"rmÍn:J n Jss lc:~:i., ::1::Í wmb:~n ,
dr=scie. el punto üc vist;t tc J•:·c~ al . Y i.o·~ ár-;ulo:; mtJ.tales¡ :;t. qm~ ).; o ~-·~!'tt:· ·: co toJ,.J, ptcducen [(tfm~s. genemks. L~L~ida.dd G)t,Klo, ccmo t?.!.. im?lica
ncc-¿n_ KJ5 lu:.:hm;. b¡~ t~.t:ü:o~ ,, ~ us. outol'cs1 no ckb:!n pn~:tmd~f· .n3.rl:q con tr.u h ~e~i~ad de b cultura fo::m:d y, por L'O:rJSÍguit n.te, d nac:mí:::ríto d:: fa::.
.::;tos, d es.de ese p11 nr-~.• d,~ ,;ist a ttrtenill. La lt:Lnnhi de h; o;Ú tLud~s p rh•:t: . . d..:nc.:Lll.SJ 11SÍ como. de u tHl poesía y u:-1 :Jrtc; cn:l;::; CJl gcncl'~l r.~s tll:!!os,
da~ : mcd~üu., huwildnd, r.m,,~ :~1 pr6ji.mt1, CJridgd,. ·etc., no deb e csgtl-.. ~'-'lr.'pr::tldidiJs biljó d r:cmbre de ¡.MH~cas~ ¿.x:gen 1~ C'Ocwlve.nd!l civ~!ld:<
· lnh-s::- tcil:tJ:~l c:ll u~ . La hist..:.nia uni vcBd pctrlda pa.~i\r por al C·:l ent-::t:J.J:u e:l~c _ Jc !o~ ho.r:ob.('(".s, :ttJr.q\lC no fu~ra m h c.¡ue F '-~t sus neces.id a dc~ tC:cni.::~::.
1a c:;f:::n1 't'll. que ale~; l:t moralibd }' ~a dist:rep!l:ldu -!~ll frcC1.1C"i!tC y tor ·
dd~1illcnt~ fm m "-T uwtLr-- e:lt te !a nl0\<11 y J:<~ pO.m;ca.
,, • T~-a h"loto:-!l' .1 . la ~::~., qLl~ JJeO::~$i t:l. meuos medio~ o;t<.:do~c:s y ~!"'~ ;:c11c po¡ matG~k
- ~mlvcrsr.!.J.,
•
·:a pal~br:t, p1'cduc~ inmo:&am dd espí~r:tu, pud~ lliLCt.t L'OJJ },'ñ)!l Hda;:i~~
1.0 s~.>lo ~lor!d¡• .1b~c:r~c de: tudo ~L:ido -~o~ 1Jl'ÍJ:l.cip1m y k n:x:t:s11::3 ,. c::ka. ~p!'e.si6n~ en ¿-.y,: ·cs t:'ldO de <l ;) pm:hlo q·Jé t:"JdlivÍl no e sci rrurido
:xkrcr.~i;;: c t:: la~ !lLX:iO!!~s 11 dlm sc'n y:t p:u sí rpiswo::. un .f¡.;ido- , sino ~ · vida J!.:~ídica.. Y~ :1c:noe ü~Hl;Rdo ¡1n te:t;or mCI.ltC g::~c d l c:1g:.:~~j c llego
J r:isr -a le~ í ~6:vi dm;~ s¡r. rodll'ión y em.:;r~mcnt~ fner11 de j<.:ego. P:l'<~ su ~....-,r st lll.Í3~0 g UM ah~ cr:;m;a intde.c: ual, snt~s de b ch-:lb:!.idLll.t.
Íilo.tm~ciü ~, .: de:'ÍT lo:::. n:::-t:~o~ dc:-1 ~t:í.ritu de io.3 pueblo.~. !--a.s t~!J?f>.! - T:;mbi:!n h fillkofh1 ap~reco l&"'<;CS~qamc:"'ltc en h vir.'n, del F.3cndo. F'n
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c.n. trxi:..~J;; ,lh.11'1cs. Eso~ .r.nó.me:; :!il!n ::notlu~•u~ de· h rcfl.c~&1 Fen::anle Y evnluci\5n ¿:::1 Es:aJc 5obr.-:dcncn nece:~::;ri:am<t"!ll,:. pttlodos eu Jos ü ::ú·:;
la Cílp.;¡.;;;clú: dr: lJJO·•~.rS~ ro:l d~:.tr~:'l .:;:ntrc :;cmej~¡-::s geu~.rnlkh2c:~ -qu~ el C)pÍrln: ce llis niltu .:f!~eZ:IS l".:O~Jcs ti~ndc a buir ¿d p!t:di:'J! tct ):lt!I".l r:::--
pll::-r~ .:l..:: !~li.~c- :·· desi.s:::~.n ¿~~=)dilles djfe.te;~cla,'>, ~l;:.nquc:: rto desdcndc:n d ·.Üt .>t en las .r>::gi¡;nc~ id~slc:s :,· bu:~e<ll' en dh ~ 1:t p,,p: g~.:e ~·o :w ·;m:::dc
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e~' clgo ionnal, por n•~mto~ euí\lqulc.eC~ g1 1c: sea cl ronccni-do, C:CJ?~ist.e solo buble-lldo el il1rd:xt;, rt.lle-x1vo- nt~d0, de:-tmido y disi_?arto en gcnCL'ilÜ-
e.u ,üvidldo t-u p~ r.tc~ )' :.prthendé! ~::s.tl!.s. ~ dete.t·.w.i.nJdon ~ y f.c.\rw~'~ ds&::. 3tt::~~s toJo Io :;anto v pn.,L mdo qLlc (.r.gctm:!J.ucntc c.Ht~brl c.l epüri-
intelectudcs . Lu pco¡.¡lo de ln. edema, cerno~, •·>) ~~ )a: Jl~r-e :'.uu:c;rs:l~.: -;;,do en la rdigiún , t l.l h1s. Í..:::yc> y "en l a.s -;,'ú~tuwb~s :1~ Jus pu~b:Jm, e~
li.d~d 1 q_·Je .e~ n~-c~s3rio '-T.:lnv:t l~r po:r_ s[ .e1~ qbJ:::f'0. de. 13. q~n cl~n<.i~J . Se.ruc- <
·Jln¡:t uls~t.:o1 e1 pcns:;r.-...·cr..t,.,. fl <:Oll.ver u·!S(" en r:17.on , pr.:nsso!(: y t 'tr.n.c LJ"d e
junte- ~o.n.;i ~nci:i del [>OJ1.~ílfi"~1.C:n:•., m l~-mo )' su:s. .±c•tillfiS., tmhd.;l:;. de w.J:.~ hrm-:.1 r y [tc;.rar ::J ·~¡lt10 c·cn~ sm pmp-Í!JE t'Ie-meJJte~ lll res tauncióu -tlo:- L1
matcrte, t::i> h ill()sofh. L:r. úi.csoiht IÍCr.c) sí~ .duda, la. c{}mli d~a Jc ~:_¡ ll.ltO\l <:liU~mdQ ~.lOI' é\ r:-.is:::::l:'.
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ro~r:s :;.t:álogr,sJ son el tic: Ó:: l:.s bd!ss ~t't\~ f lo úni::-o <ll.lt d~h::: ser -con.
sic!r::r~.dv y :.,"i.lz:dv por nn .á.njmo lil-el"ul. v nn cspírin1 cul;[v.ldo. Cu~"du
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d -cm·.~·~niJn es i rtsignific:lllLe-, u ~ros::rc }; f:mt:;ístlco, o bsc-¡¡S~1lo, el s::.uc,
1
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.~c.::~ ::1 b índo:'c de ~emejm1tes obn:s. A.ll.nguc s.~ q uls~cn1 cq ulpnur !oh
-:: po~'e:•~:; 't!lllíts o ~¡t s hom6:.lcfls pot ~-i.r.::l"L'J nóm:::m de- c:u alíd.a&:.:. forru3 ,
1(::;: 8l"ar,dcz.a. .::n 1~ inv·~ n.d6u; Íft:!:<ts: ~., vh,...acid:=;ci d~ Ir,~ lrr:dg\:ncs. y :)~JJti.
mkJ!C.>, btlh:·ü! 2r:: 19 dicc.i~1n, e::::., b tllfere:lCÜt eP. d c.::.;.nlwklo y, pe: ,
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,:.;.tdu::,l·.. ~·~:;~enl::o bldo b conÓcilCÍíl d:-l C'CI:lC'€1/[0 dr::- l!i. lib:::niid y :>.\1 :-::;;:.,rt .
:;i-ún r:n k'~ ~ncÍLvklno!\ - sc:g~til'ia s~er:é:.> i:nflr,it:=. ND ~ol.c- ] l!~y· ;;~,,~ f.otr.l.J.
dáskn¡ sinb- t<1mbíéú un (;Ootenido :.idsi..ct>. Adcm~lsJ hl htrua y d . c.:t:<rll.e-
nido ~ hi!lhn tar: c:stnxhRJU<:nte e-nlil:.!lldL:,.s ~n !a obra. de :1rtc~, que aqw~]h
~olc1 puede· s<;t d~sk:J. si estr:: I(J e5. Con 1,1n contedrlo [(lnl(!st:co, ilitwa~&:,
c:n sí roj,~ru-.: - y lu ra.:Í<m:li e~ lo ou~ tiene en si mc:&d~ ,. t6:1}ino- . L
forma 51: h~r;~ ~, lu ycr. d(;3lll~Ji~ ~ .intotmc o mi nudosa y mcÍquinJ.
I~r.:ah.n{"nle t:.i.lbe p:..'nc:r e:¡¡ p~~a!do lu filosofía china ¿. bd3il c::cn b
mc:tit(slc-4 c:c::i~ic:aJ pit,1g6r·k~\ s~_;.bo:.d~ta; o i n.;;h.1so con h mt:odam. Todas, 1
~T.! et~~u, Ücr1en por ba:;c ln"nr~ o ~ U1UJ11d, lo müv:::r~~t :'!.bst~cto. Pem
~emc):;!~~e wmp~radG-u o klendfí.e"ciQ.n ~:::r:r, ~:lrni!rrt.cntc Sll[)e.t~dnf En di~
~ e P<1~~~tt1t ;;o.r ullr.:. just iimentc b ünico r:npc•rt.m lt, la ~limril::7.3 de dkha
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;J'~: cr~~. t..a nl ClCf1Cli\ c.5::JlCHH CC·llSlSl~ pte.;;i~s.me;:¡:;_: en '},11C ~g1..:c:a1 r..!: l:t:iWJ
é~ l-<J¡:-teb1tl~l e.u un bdo coíDo sbst;:Jcta \' en el ot:u c.:L>JDO cun\.:Iet:!! - mn.
cr:::~a ~::st~ (e. :rnid:ad <::1 sí, gce e~ t:l é~;:úit·J-. P:::m c~a idc:)JWcadiJ:J
~it'.!Gbn. pred3íllD.~lrt q~~ lJ•..<len 1k, bu:c :o;nl(1 C'Oiloc¿. la LUliJnd ílbstrll~i¡,; r,
):,¡z,¡.;~?.ndo la..:.; filosLlfhs, ieJmi':l lo g tJC ro nGti.r.~.t)•é d .iuteté.s de b. filosotfa.
.Ma:s flR5' ::u.ul.Mn -c:ú:tlllos CJt.:t: ~j,~ru::n ~icndo los. mi>mll'.~ a pesar de
sus di,·c-nrn:, wmcr.:ir:b~. ~~•~t3nr·hlcs. P,n eHe c~'so b dív~1'3tdiJ:d co11d~mc: a '
h z:1;r.6n pcrs:m¡¡:;, T.xl lilxtT!l<l1 l·uy~~: túr:ci~nó~ de sí misma e$ 1a. rs:;:ón
pt::n$~.ute, t~e:1r:: 6 lJlÍ~w-:t t-fliz q:Je d po;.:n::.ílmknlo. Asf Gl~o no es el
tt:~imal. sho .:mlv el ho:.-,b;-~> el que ;.>Íen~a. ::~:-:( t~m)~)ié.n sQ.o el bum!I!'~
!:c::rt:! bbert~J y la ti~ne ~.olo pt:tqn~ es \ln 3Cl' p ::Oll.Sil.rtte. la conóenc;h de
h. libc~t~d im.pli c::~ q~Je: el indhridno ~e comP.r-::t~de <.urno pC!'S('Inll.l ~SLO
r::~, L'<l•·~o ill.J h·kko y, ai tY:iSllitl ú:mpn, mmc- univers1.1Í j' cr~psz de ~ó~
'ttilCCÍ.Ón y ~~r: ~upc ;sc:if.n d~ t-cu:::o p:uc.i,.:uklris.mo: s~ cumprc.:::;cle, p n; ·
(."úm:~d e::~~e, COUJO uúiliüo eJ. ~{. Lt.:s érmro~ que <:':1C.t1J ft¡..,--ro de e~tn ~~\)UJ·
::~rc;s:ón so!::, p:JI ::o:-.s:guientc, 2J¿:n cnmú:1 a tlq1.:dl!t~ d:fr::r~n::l'iS s::s·
[mciilks, La mot•ll ru!sm!l, que: a~r: ~ ~ma rd<~ciún tan cc:rCl3fi!l Ct..•l1 ¡,
~().'lÓert<:kl Ú J~ likttad, pu::d¡;: RCr ffiU}' ¡.>uta 'f falt2rlc, Sb. i!li'l;,:tlllll
~sta CO"i'lc:i~rK~a d: ~:: li.l.>::.rt:~d; ex;.¡telóa.t:á h déc;~cs y dcreeh~ t!!li\'~l::u:
ks co:tl.l.O pxcceptos objetivt.>s o -si s.;: ijmha ~l :b d~va.d6rt foemal 51 11 11
remu~da a Io ~c::nsih1c >' a todos los lllOÚ\'O~ ~en:úbb- oomo alzo 1n<:fli•
m<;:;te negati>;o. T,:J. lllO:g}_LCl!ina--u:::s¿c gm::· Eump:~; ha L.encdo t.vtLIJcirni,t•ll
to de_dla y de las obras de: Conf11cio-- -, bn lll-tteddo }a¿ .JI~ayores flf.lhurt.
205, 0071 r ~m:locir::i:::mo ce
su t'.:tcdr::r:~;ia., pur pa~cc de le.; euwpc\t'.,
:n:nqu.e em;s es~ú.n fan~:lmizadm cor. :!'l mc!'al CÜHhlllíl. '1\u:~.hién St' l•u
.tL::-~o;c:-cido is ))ublimid~d c:cn guc J., t·c!}gión y la ~-,ceds imfh> _(b i'i~JI)J;.!ri,H)
y cu c~pcdd S1.1 mo:soií~l . eJ:>presw }' -LmleTJ.2:n d ~~au.dortú 'i s:a~rJGdl) d(•
ltl sc;nstb~é. Eshts d ós r;::.-cü.mcs Q'!Tcc;::n? ~ln embfttgo -plle<~c doc[tsc- {]U~"
.wten1ñK:ni..:!--, d·~ h esc~c-111 Cút1.denéi:i ~ue d c(•t1~JXO Je la libé~ 1t11!
deb: !ell·3l' de ~1 luhtuo. Para los chi:-tm h~ l'\'glas m<rt~és son ('(>tn< l
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las detc:rmin:ac:ionc:s SIIstanó~l~ efe la rnóu se ro:wiettc::l en cond~;ndll
c1<mli¡ la ro.<J~<ll es ?1:1!:~ ei!os osunto Jd F.~tl.d[} y e~ 2&mir:'li~ttiHlu 1>~ •1
le~ funóonüt.ics )' lo~ tiibunalc:::.. Aqu:lla~ de .ZOJllr-..:0 su~ obr~s de m<.rt"id,
que: no sn¡¡ <:ódlgos del Estado) s1:no q~1e ~e Ji.r.igE"~ a lil voltmt~cl ·-¡ ~~ lu
.:onciend~ subje~i\'"Jl:, léeme, igusl que las obra~ motille-s de les ~HQÍ,O•:.,
o::lli!l) un~¡ .sc:r:c de f.I\...-..xp;~ OC:O."":Síll'ios !_:la~ €'1 fin de h fc.üdd:ul, c.lc ¡,,1
r.;1c:do qL:e Pttre<:e pc..slbl:: decidirse libz~r:ent~ 2 seguirlos o no, I~-uu.l m(•f1 lt'
lii llgl¡rs, d·~ un suj~tQ ~bm~cto, d S3bio. ('QOS!huye enm~ .lc¡s; chinos, 1~·
roisruo que ffi.LJ:e los estoicos el í~p1ce ;ti:: l!.lli.. doct.tin~ mqr_~lcs. En l.1 drx-
tdní\ b;d[r; guc r:mmcia A la sr::nslhilldad, :)¡ lo~ 2periros1 a. 1Qs in;::cres~:~
~~zre.!l(IS, el fm y t6rmh1o no es lmn lil:-ci-r.n.d ~~..Gtr'.H:Lba }' moral, .sln<t 1, , ·
de la co~de:ocia, !a no vida, en ~1 s~r:cict-J ~soi:ritcal e- incluso fí.Siro.
!l:'ld.s
[Un p:1cblo 11fCftcncoo .a h b:storí<1 m'l ivc.rscl CUEll:cL c::n ~~J elemenlll ;·
fi¡, f:J:-:dam:::ntsl ha~· lJ~ p.ó:dpiu univtls~li, (."'UíJndo la obrn. qu~ t:u é1 pro·
duo:-e el tsp!:dtu es u na o~anización mor:¡: y ~oEc:ca. Ct11Hl¿u st.,!O: e! il.J:~riln
e; quién impuls.11 a los pueblos, este impulso pil.Sa ú1 d~a; huellas; ~l(}l'
"ejc.mplo, cl f,,n\ltismo, No cxí~tc nna obta. Sr1s. únius hcC'Jlas son la ruinrt
'f la ·desttu-:.x::~·n. Los gdegos k1bll'ln dclrciuMlo de Oonos, éf ·'riempo~ qu1·
de":'ora i'l sus hijos, lo:;. h~::hos. E:a b. edad 2e NI>, s~n ob111s. ruota.lt.•-_;.
SuJo z~us; d Jios polírko de cuya CJ~c,;a ha nac:írln Paln~ Atenea, y !!
m~"' círc.nlo F.ertenc:::e Apu!o, jWJll~•:teltle con lí\s ~viuS!lS, SL'Ilu Z::11~ \'CI'lt.'<
ol T.it<tapo, !:~l1li~m<lo uu:t vblít s<1bia y moral, c!t:'¿do d E5t:;;OO.
Lo obJ:::;:jy,;l de ~e. obra: W!)SÍSlt: solo ~.u 11. coru:ie.no.:ia que se LietJr: de
ello. F.J etcmento ck um o~r2 wnticnr: l.i Lltc~.tiiJiouciú{] d: ln. l..lUiv-ersalida.~,
dr::l ;pr::-;-mtm.Ít:nt~..-. Nu ~1y ci.>jctivicfnd sin pcn~a:nk:oto~ e::.te ·es 1~ bnse.
.J¡l pt~eh!o tknc q11c s.~~c:¡ lo unh·t:':rSill, base dt ;:;u woz~lida~, medlo por
. d cual lo p9rticuht.r t:es:J.~'-<'U:e...--c. El pvcb!o tíc:n::, ?lt~, que ro.wc~r l,1s
rl~i!t<'!rmin:lciones de: s:J der.::d-.o y s1.: rdigión. El e );_JÍtitu DO puede coo-
ti'
ténr.m.~ ro:~ que cxist:íl un ordc:::"l y un rulto; lo que él ijl.Úcre es este cono- . • ' < 1 • .J
cimkuto Je sus tlt:::t tré...'1:iÓor.::5. Solo así ~e coloca el e3pÍdtu e.n 11 Uflldaci . C1~'Ucnt~\ é('_ r~..wnam.!~n l ~, nc hl e-v:d::.n(ir, fuu:la.:h cr ::.1zoocs ¡r de 11
de su ~ubjctiv:¿ad con lo univcz-s!ll J~ su objeóri::hd. Su mur:du t-s, :>in d_tge.tl~ll <le :-:J7~:~cs. d _ tiCJl)J..lú t:~ b t1cgad6o, en lo_ S.MSLb!e. F.Í pellsu-
<l11\Ll , un illltndo J::: ya~ tes ~..c::ú:or:::s •:r.a3 :; ottas, y 1\::sp.::,;:~o 11 e~>:: mo.:r.dQ ~meo.tc> c::s t:-,mLi>.:n h ncgad,cín; pero ·::S Ía r.!:ÍS Í:Ümli ft~rm<t, b bnna
e: ~ti~;tlt'.l t:je.td tt: !e imuición ~-tC!"-;1;1., etC". Pet::J t\J.illbir:!-u hl ~¡n;d:-.d rt-c 5U ~1:1llit~ en ~j•.1e todo_ ~t ~r:: cl:::sLJ.ct: y,_ c:n P'':l)~L:!c tti-mino, d ser finito·, la
imimidsd c:un e::;tc ~.u rm.11Jdo, del;~ existir para éL H~ta unidud es su lili~l'<~· ~~o:1 J.dimda . El t!emp;') _es, lo: neg..s.c,ón c~rtOá\·a: pcio e[ _r::s.~ÍJitQ t::lffi-
<'ióu Stlpf'\31ll.,11 !X11t.1llc d ¡.:en:s<umicnto e~ lo más íntimo de; l-spíriru. Ei. : Lit~;'l lo ~. por:qu::: d<.:.::tl'uy::.: t:xlo Cl.1mecü:lo dc:!c:t:J:ni.r:a;;]o. r:.J ~púiw e11 ]u
pu:1to supr~n efe h cu b~.t'ú. de ~m ptcblo cdn~istt tiJ. tc•q:Jte.nd·:::r d r-~- --~~ "u~iv~sltl, 1? llimil;:¿ü-, b .foand inte-rna ltüinitfl y, p;>1" ta.utd1"'1lCl:!.oo ccm ¡
s~mk-nto de Ht vldlll J de su: em.do, ls ciencia c:le: :;:!lS lcye.~, <lo ~1.1 dc"OCChQ '-: ¡ to,do. lo tlr.J..HO. 1nti\;so ~u::rttdo 1(1 <:tJ jcrivy nt.l epare-ce row.o finito- y lhwi. !
y Je l> U tnon1liiliid; put:1i c~ta tm.ié~d es la .ll:Ul.s Íllt:"':J. unitiaJ a que d tadl) ~(ll· .su c rmtr.nt~o~ O·,. ha <ic ;~plll'C~t, s::1 embargo; l'x.:m-io da<lo, como
e~pfri n1 p1.1c.•~c: Hcg:n- ('CJ.LSlgo ~i.is:f¡o. LL' que le: im_?c-r:a en ~u d~n es 11J,1 1c:d:~~u~ cnmo ill¡:.:·:J ~~puesto_ ~_., po:· t.ílnto, CClJlo algo q¡:: .no pu-::Jé
u
te:;~:rst::: Cl:·lllU obi ~w. A!·mra bien, d ~píl'irn s.e en..:: COfJ'¡O objcro, 0::: ~ t::aill' llillllcs f.! 9r.1' 3[Ulltl:lto :-~: pc:rmli:Jr::L~r erig:do ..::-omo Hmite u:¡::¡ d
~ujeto ptn>.Jntr:! y~~ rdlcx-ién in.Gnitn. -
~ 11 CSCí ~1.1, Cl,: o:.nd'.) 3C f.ÍCU~ !i !l Slll::Ür:J.O. .J::r. e;:;te punte. d ::.spí:: l 1.1 ~YJ:li.Y~e,
!-"-':::~ . $ ~S !Jl'lll:'lp!os, k- uui·;cn::J d.'! su mundo real. Si q(:c~c::-.l:~ saSr::~ lo ,_.!,_h(1 :·~ bit'u, {:..;t:l ~kHttt·~úú:!, {l~r,1 de: p::Or. s~·.:nic.ntc, cs. :-.:eces:nian.eu-

..¡;.:.~ lu s~do i::: (;n:r:::~. hcm0s ¿e ln1sc~d::.o en Sóf;:,cle~ ~- ~\.l'ls¡óf.HlC~. C¡\ :.c l1 b \'C::I: la pr·c.l:céón de un 1-:L::.:-vo princi-:-..:o, El :;¡~r;se:n.icuto, ~icndn
1 ~,áJ.iJ¿:¡ y PbtC•U¡ Hq..!l b. acl.v~niJ:.J- a h hismri:1 b. <!~e-:".!Cili clr:: lu v:d:i u::ivc:::s.::¡J: ~S J.-::.:.t.mr:::-r.r; ¡:;_etC t:S!il. ~.::~.rru.:cidn L'U:J: Í Cn.{;, Cll rt:~ftl:d , .;:1
gri.::¿za . .Cn -:-.:;;:u-¡; i ndivid~m:: c:1 c;,!lÍTit1.t griego ~e Lt co.rn;;n~ .lo; dr, .l ~í mi.,.. prtnC_~p10 lintCT!nr, S.O]o :_; uc _yn J\0 eJ.t ~1.~ pr:r.t;: ]v,1 - dé tt~Ú1a..:ión. s~ b
mo, J::p.l·c~:::n ~in<losc; y pcmá~llo.:;<t. . «)!l~cr;~ri-o • Elh1 t'~o..~L"'ia urdyc:~¡¡};. ¡¡:::m . st: nniv~x:;.-n lldt~d ht . '"' -l~ "'•
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run, Pc;'(o, en z.~ri.m•~r. tbru.il1o, scilo C3 kl>:l't E.stiL tJb:o:a del ucntwmie::'ltn-~ , , ,Jci;lc;. .PeTir. .1 J:~ v~. .b.a¡o gvc .cc·nsiJt>rar b mod~lidud l~L:t"Ja f CQ(no dl''-
Lur:~:iluy-:= h. lli~ b :mda sm:i:~f~;cdóu; p::m 5Íc¡-¡¿o univcrsai) ·es r~ h vez . , :int"l de 11'1 ~r..r~rinr; _en e:H9 el prindpio U<:'l~a! exístiil wtainrmcm e' ~
id:::ah l~~ di:=.tínta, pm· su hmua, deJa venl~den'l efe-z-tivithJ, Je 1<1 ob~1 y $-~li-'1 .ted a un_~ e.\l~tt':J~Ía e;{tcnr, pc>t cu~nto csto~ti ll_~ado <1 tlll 00...-:pl ~j~l
ti::- h \·ld~l r~u.:..-s, pcr m~Jk> Je l:ls cuol-e--.s s::. ha "J:oduc:éu cs:li :.:bt".J.. Ahur:; d\ d:1¡{:1'3ítS C'.LrcunstJncn;~. Le ()tlc U:ltt::::io nnCiltc eristía en llllll bdivklu¡¡:-
ct :.:ty un!l c:xl~tt:':lo.a
. . ~ . ' 1 ,.... ' ~
r:::~! y orrE. ~~ . Ln ~'>\<l c:;u:;J("a vemos, pues, cómo un J~ca.d L'J :Jcr~ca , es e:~bor-~do :~horu "'o h fo:m:! <k la UJJh:t~!!lid¡¡¿, Pero
pl•~iio hnll~\ SJ t !~t:¡cd6n {;U ret.ttes~nlR~8t 2n vi...-t!ld y ea nubll.l.::- Ut- ella co:; liln':bi~n CXÜle a.l.~l> 1:i.UC";(I? üJl<l' c.)e it':::Ür.ación nlits .:JID)?¡¡:2·. P,l Csp[citu,
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!;;. '\':J!Ú~:ul y el e~oís.DJ.O j ?lSÍ b::.;:·~ li\s pnslones. y los. inL~r-e-s.-...s propios, dcs-
~.t:;Iclos , como t::r.li p:::.t&ci-&:1. Esto, erupero, no t:s Ja mm:.te na:1.mú del.,
~¡.:.Íl:ir u de los. puc:b:os, !>i no s,n d1vi~i(rn tn\<Cl'llll..
surjs c-tT\1 i ntncs, •) ! t'i1.S uece-!á:lu.dt::::..

~ú.Jl
L1.1. Jt-tt:l1ninaci6n de este :rf:n.úo consii. ,~ tn •.¡_ue 1o ex.bt.t:n~c es pl!n-
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~·\~ { z~s. -4'U<:: b.J. ¡,;n.:e~ t(> uJ.J. llll a l:l \IOr.aciJ.ud .dt::: . . Tiempo J h!l .:-l.re:::- 'í·~Lktd~hlmc:nre, ~ ~a S~l~t;l¡~díl , Lt <:-~cm·:~~, lo •.:t!rdadcrl!me üte re::tl. :f.s t:o:
ur¡I>'CIS.lli<h1u t'S, por -::j~m;¡l•.>, ~:J d t:sdllw' el hombre; ls p:~.r.:k..llatíd:1.1
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n.iJo ::.u pí!50, ó::5pl.:é~ de h~hcr fund:::do r¡.lgo sóli.do, h<1 s.ido ¿eVO..."".tt!-o 1ve- :~g:n' .::n 1.l nn'' v:::•s;l··¡ 4
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ri r:u~ d.e lo~ u:1cibi..:,s; y e:; tos ~ou, a la vez, e>htcoc:i as m.tut.ales. l.:1. ta~e. 1u p\1;-:: mm:!, pr.r se~ el fir~ futu::o, tlltr.atc..rr-.a~l.CI . Peto <:nto11.~cs 1.1 atb k ltr"l.t
~U·C d cs:r-ír.b1 k: ak;> t-::7~do, CJÚstc: comn pritldpio r,a!:.·m.l dd ¡J:I('OILJ, ~c::;Ltidll slCllJ.o uún ls pr:::p(lt'ttdóa P'l:n t:st: fin . En gro¿:>J~, t:st!t d i ~dliL' ,r',,r
c-"lr..o r.i1~:i6.>:. El C:~IJ:Í.l'.Í.lu ~lplll'cre en distintas form~, se~l!l: :rus m2.ner.;¡~ ~o 1 ¡:rene• ' ( - .' -
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cipio m~í:: ulll~'\'1~'.:11 . Pc:ro l>r~.~Í~3.mc:r:::: c:-Jtoace~ s:.:tgc otr-:1 ptiná~1)<J d<!· ptcn~ión L:t' Jo e.hsdnto :'l~;~m0. El Ii11 dt:l t~:Jíritu ~=;, fO" t:1n ;o'. ádqniri1·
L~~lnÚ1~éo, un uu~ ·•o e~~-.lrhu, Ut<pn~:bl .:;:¡. ~do puede- ~er 11f.i~ va: {~01iÜDl1:tll! 0-1:~d~.~ 6;-¡ de lo absoluto,_Jt" t'!!l mudo que :::;~~ 0Jt:ckncla {IJl*):t~:u~rr c;l:nn:•
-cr. 1a his~oth ~::·;[v:rs:;-!, porqU:~ sc~lo 'Wlil iuudón pu"dc ~el'::e cm:om~n.d:1. \ I:L ~ítü~:p '::' e.xcb:iiv!'. ·.·e:rd::~d, y qu.:- todc• lw.ya d:e endcteza.r;;.: y cst4 re:1Jwr•n
da en d p:o::~so Jd -e~[.>Íl'Ítu~ t~ <:~'ld-:::rcr. ldo a CJ•-e -el c~piri::u rijl'! '/ sie~a r4;:er:tk'> ~~' ~Útr.>l!Úl:. Convn· r
E slo! pr.ozrc!'(J, :::s•s. ;st.tlt: Je Lts~s, pM~c sr-1' u.o. pmp-c:so itrbjJÍlo~ ~Oj :­ ' t~:1h::_~nte e~tt: ~.spíri :u e~ da~ hcm:~ \l Dio~ :~ cxabr 1.~ ve~2m:L Lst~; e",
br:Tit: :1 l:r. r<..pJ\"":;::nt::Já6n é:: b pe-rfel.'tib.ilié:ld, LU! ~rog~.:;sn gu:: ~:n:::r:.:1~!ro~ d ,1hsduto ~;1 tíltimo y la vitúu.d :::s el p<1cicr :,!.lH\·,o q tlé !le•;a !l r:tb·~ l.r
elé1'lk1IDC:7lt~ lejcr.; de: fin. i~n;qtlc en. el h'.ánáto :~ un l'l'.:e'.·O princ::~o d ' ,;lcti!i~{ldóu de la '/~:rdad_ Cn l;t )10l:l'~ L~e Die~ tl-!:né ·~1 c~níti t•J i1:di-.. idutl
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pa~~~, ~~~ hhtm·i.a tn.ta de- la 1'i.':ili:J~ld, C'i) ·1<1 C1.t.1.l !o \lr,[vet.s:Ü t.k :nc ::p11: • • ' - . • ,. ..1 .1 . . • 1 • '\'
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p :csc~'Ju,,~e colll!J '.u: modo rtctei mindu. Niu;gll1lll {oun,'l dc!erw1tt:lo:b1 puc:~ :¡¡;Jo t.:.C<i ( .Jl ~ í. .mi::::tuo. Aqd ha d:~s.parccido lr, í).¡~dresl.:; Í.i'Jtetna q~lti h11·:
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:l:lli,•;:': 'J $,~ C .e\'il ~1) ).!::' es~ -lm1tc IT. ~:::1e.nt.;: <(": r;:.J).i-·l.!T•.ettlO. 11.(}1U, ?UI!' .
mie:;:v e- infclic:d:ié. Pt:r:o. !:<ÓC!U~~' si l:d·ú:~c s:g.o ~sí, h:~btfll d~ s-a· d 10 puede ~obr::\·en ir la m:Jqtc n.ll~lr,ll.
p<:..~~arr.l~t;,;.:. rohmo, te~ como -se \:Olll~:l'(;Ude. a. :>í_rohmcl-: pue,; ~1 pet~':~· 01 c·:J.:::!"'~.bit· b ZJ:s tqó1_,LdJivcr~~l, .truumo3 <le l,l ld~Lo:b, ~n ptiut<:t
m.i.~J!O e~ ln 'limitado dl s'Í. y to ..l.a reJiid<Jd c:lót¡Í dt:h:ndu f:'ll el pr:nso1.mten~o. t~rJJJ:z,o, 1)9"~'~ dt: un pasad,!~ ¡x:m :r.1 ;;l.m(ls hlmti~tl dd prC'.'icD te, lo ver··
y :t;;[ '-"r.::~ai:Lo. L~~c ~ '-"6}¡a::m:::ieu L') y d pctm.ruicn.to. qcJc:darS"' .s;ubfeeho Gl d~d.fro :;.:l.c;ct·n.:: C\ sf. y pN' . ).f .; llu .:e~ uLdt: .gy~t L'l! <k: ':u~ij.<l!l~t:. :ilml ptll.\!
sL .Esre ,scda d. fin 'iild.m.o <kl mundo. b :~l~Ór1 <.'únocc lo ~crdsd:::w, k 4.§.Lml¿}.eille1ltl! ¡:.¡re~ ec<tC', ~ll. t::J li::nudo dd é~ohr t0 IJ!é~er.z::. En )¡¡ hl~.I
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~l:t ptcgreso [;:C:diniJo en lo :rJ\nit.o, ·s[:-m "J.Ue e.:dst~ L.Ll lin, a saber, >
Lb•
m. ra u:t a:,lm:. • ~n qnc n.:r <.-s:1~r..1
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' t¡tiC
vuch:ll ~ch'1!'1! sí rni~mo. Fx1:ste, pues~ t11.11hién 1m ci~nr; .¡_·iC.:o. El L~píritu <cd:~.Yía no :>e:1. smo q~.:e ~:; abobta::J::ntc :"1.1o:·:;. Qucds. d icho ron f'.sw
st: b~t:!C;l s; ~í m3~!llO. :';_:J.t ' r:J. Dc..:nd.-::1 }' fcrm:1 prc:;cn cc"- r:d .CS.:)ÜÍL:' y ~·.: SC~'!lal <Cr?lld~tli.'Ía d:: St
s~ dke qt•C' d fin último·~CS cl hi~n . 1ist9 eS: E'll l>ri.'UCC té:-mir.G, Url!i. mmpr~od.;- toóu L1s tn~~ il:Jtedo.tr:;s. de- h rásmria. r.srns se }um d::5arco-
'b:tll~si:Sn. indet~t!'illlnll<"la : S:! ·J::J(ldí:·h ~~ se dóc r.:cmdar a':fuf hl. fo::-:.rui. .teU· C~uo ~:l ~ ur~t:~ló!:, indt:p._.'"ll·::lient~;: .p~::; d ;:ospíl'lru h1.1. s:d(~ ::n ,;f sicm~)Xt:
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;':i~:il';O. El e~pítÜu ~i;.;u·~ t-:::1:c:lCt) en sí tc:das f::.s fase~ dd p~5d(l y l;; ·
vida. Je! C3rfrit.u e:··. l:! :,:~t(l:.::> ..::5 Un C'l.U':>-:) dcli.001 a::: éi::;tin:r.s fíl~-t.), C-r•
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LA COKCIE!:t\CIA 8f)Ch\:L Y SU U'U\OIO~ .l!ll\' EL
DF!S.i'JtJ,toJ:L0' JllJ; k.!&. SOCil!ID.AD
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li!-!ruo hit\finíto•. Y ~l· ~v f:'(P''3icion slste:m.átk.(¡ t•.:.~ d~diea*
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na e~s. cn.mdi\· IM" ~)~ grs.ndf.'S pt>ru.OD;¡je,, No' 11udiercrn dt.~
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qn~ les pi!riDl l.t~:ra cnn()(;!?l" h .... erds.dera o [¡;;l:é<.;; i•·: t dd pft\..
Cal!O hi~Lo:!!'ii.'f'- F.l.n ~u~ escrit~.:~ . hl hh:t.()1'i:l a ..~e <:oa14.1 una
I[•>:S~,n·e-~lM<•, compil.ll.dón d e h1't~h<:f: <~in vincula(d'JJI alguru~
Por su ;dcnJ¡¡;mv, 'ñrel'ml de!f'-'16 s la. m¡l.J"d T a i:'i :nte~i­
dll.d df! h~ . \>ilf~ .=~,<.)L~i.J:J, ~~ n L?-s w?l ivn~ verdaderos. y f.'<\1Ít>.a9
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Ur•~~(l."i'\~l'}~r~"~¡Tat"X :r Engels tuvi~.~rt'lr• ' jft.;a,:apa.Cidsd ¡)[¡"Hl.
~~e~a~lJ'!":: ~~:o ·~:"JD~'f:l'lejo }' -~.~.cm'· t'"'lki:lwio 1:¡;1 iie!!f!.!iOOf.{• !\.~ial;
:se m~~r11 <1'-l;'.¡m;;t.,n fu~t.:t Rll m1:;,m:¡ e2~:nau. ;Ft',zai[lerm¡ Jos do-
1ert~ f~e 1:'l *.'Y.":íqtogia antl:i'iL,r n l')lr~ }' (:r.e!l'on uníi ü~ü!'Í&
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hé.~J?lo/l"S. la~ H!C:B. JMl'.lC« y te,.')l't fi.~ fJ~f~~ liO,"l {lft'!Lr'en P.ll SU
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:\ r.r.l't'L ~' :(:<~ pe:f:ct~. La ~ "'-~!:;.i,; ll prn¿n.-e~i';o'l rl~ 1.'1 h is.wtiu
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' '(_:;, t.x:t•) m~& d~ hl::rx y Bn.:.rrel:;, fu..:; ¡•] tl:':.~•!'r ;Jc~:.¡ ..
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~on lus ky~ d.ív..lof!~l..kr.~.
II. übjetD del materia.Jismc histórico
.388.-El obieto del ~ul':<:rü;Ji:;mo b.i.;tór:o.:> ·~ d ~l.ndi·• áe
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J,:.ifL~ S"f5i(o, t!\VI'!..~!~¡¿>:m mul. (~CJ.llef);:¡ rm•~\•'il'l ,J€- Jn~ feu6mt~D~J;t
MC'Ü:les, · únicamu:ufe .s.nali~ i:, wci~~lm1 f7*. (¡. v.r. .a:~¡~ec!<J
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vAlidez en dertas faF.E-8 rlel ~~o de ~~ ?.etr.i~d:l(3. :R.i~m­
pl(). <l•' t;:J1ó\~ e~ lH ]:.:y dc)a· Eu.clu de da~e!l., c~uya__~l?rJez
debe- c:ÍlrCUMCl'!bil'!l-e (mk:ll'YtMif.e Jl ]liS !!OCIOOKcle~ <tl~'JÚLdas
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tóric.o, a1:(!0H~i.$ ti•m~n un& relevancia ¿&pec:i:l.l en J~ setu3.-
JiwJd PW srr r.el3.dñr~ con t•l nad rr1 k·nt.u ~· cl d·:~lf.r-n>ll? <.le
l:\ .$(:K]Jc'flnd c1..lrt:ar:o:is1ia; lM li!-YÜ3 ·S"~ner:llefl qu~! i3etA'!rmms:n
e! trinslto del capitalismo :tl ~<ld.nllqmo y t.le t\s1C" ~1 cx>mu.
nf!lrn<), )unlr.t oon <!t.;r.~ r.q mi!nl),> im¡Jo-rt.'l.n.t.eR. . gp-,;,:ülad'. h lse;Q~·b~ tl.d do;.:~,H.rr.::olJr) 111·-o'!!n~[vo:-1 ilt\··h hu~lf\CJ i-- ·
.:m1:-<~o.d~rll\~ d~l mat•~rfaTissn" hi!'Si úr.i.c.'(I. Ji:l .rr.w1forhtli:9-
m(i hh;[;e)rlc.t•, ».(!eml\s, wbors cs.t~rla~ ll~i~:~-'\. t'.onrE'!~)tr.f;
que refipJ:;.r, lólJ< <::tl"a.~!t.t~t'-~~ic•us. (~'-enc.inlee., las nl.S,a ¡_rco.eru-
l~'l. d~ tses~trl'l)ll() st..'<-'l:li. E11tre al]:...o:.; ,.. ;\ mntk> dt~ e} e;m~)lfl,
ritl\-r.emti'l! "t''ICi~1N"tdt~ mi~~l'"'. "'Qt>OJ:¡t~nd! EOC!:ll''.. "m~o
de -produr:ri6n", "mme", ":m:~~ere.st.rodur-.:'i" lJ 1i)(l:wf.N ~·xh::l;<:n
máa Uni'cMnetit0 fu, t.:A.>ni •Jf1.,::LÜU de hu! ley% y ls.."> i:a~~fao.
del materialismn hü\ti>Yh'_¡.• }ll't>.Jleula una. itltHJfCU inir!¡rta }'
unil..fu:"i l\. (kJ ~i~m!"O!IQ ~(.ICÜ<.l. . .
~---- Orl!!etl ·.e tmJJo4l't'tan~tiiL th!:l )T,t~l~n~~f~sm~ Hi.;;rolioo.
"P.l ,,. !' t\'citd.ismo hist(ldw debe- ~~· 1'0T:aÍd'i'r!'.rll) un efoc...-
to ·de- lf\ p,~~m'.mll:l!:lJ~i611 ~L'I i~><tLh\. ~ Ju J•r<'wtle~~.- hi:>t-fuict>-
:soc:i~l ~ loo hort:UrrL'S y 3. loa pro~i:GO.~ fogT.a.dm~ l'm" ho,
For;:-.A•.n;:;-;ros. DY< Fn.o50rl.:\ .2fl>,
... ·": . .: ~'(; ..: :~;:.. . :' ~)
ciencias sl'lti¡\l._:s ct>ncre1~.. vue.3 .i stnf¡,; ~e mar.iñao:t.~ ;;i u~
.&'1::'11~',-iliz~n f:!,Í ~~ 1\-x:o <i.eho 3\ow.u-sll que t;J.luad.G no )le re-.
1IDn'e: !.(:l rnawr~ali~n~o Jiist6ricn o -éu~mda E-:1?. • ~l!l'l•lrAn ltóS ·
lCYt~ que rifftm el (l~~ai'l'tJliQ social, t:ur.uoco st~ maurtil~st~~
un !'l'tl,;.n.:so efP.dl\•o en la"' ci•~lat.íaa H.óru••.a •.:.<mema!!- Rl
·ms.teri:lH:;.lrw- Wstórka~ 4..'$ el !tind~.~ [o;) meofudol.;~Pl» d<O
l<l(l~ las rleinií..'S ckncíM d€! In ::.cd~ud, ml€!:¡.. ~·JlN propicia.
:
p1e 1~ e·knt~{icn~t hif.t(jgt:J.dor~a,. c:r,olaOnúat~, t¡;t..-:., ~~ ~Í;k:11~ ·
t:cn~t.rt'!- l:"t' J.ni.:J:-¡n-c."lá,'l, m;~ l<tJ n al~ lOk feib~·wcuo:s :<.oc~:Ue..o:,
de mii.M.ra -que pué"d.uu <::;.t:abl~P.l" ol aiti~J y L'l IDlf'fl't'lmrcia
que corr~~PtJi11.le s. .~.aA·Ia tmo d!!< elle~· .Pn ln vld~ i;.ie 1:-. s.C>Cif.'"
t]¡¡.d, Pb~· ej ei.upl<.\, · cl conocimif:rt'lA> de l;< ~i-.; fUlnltmí.ental
del ma!t~H~\E::mo hiRttÍ?'ir~o rolal;i..,a ri fmj)(lrtMtiaimn .o tido
d~ 1&.'! mas~<:' Tlv)Jular~?.~ en P.l ur;::mrr·~Ho rle 1~ M...-:ÍGdl.J.d; por-
mEte q~l<.' er hiid•:t)·im1or de?.cU?>l·'~ los moti~ v¿!'dr«T<:r~
qtu~ ¿e1>t~l"tl"•~ a-Kror, taloe!<; ri r~tm.la~ .su-ce ~~~ h ht,.).rlc;.:<>. L!!: te.
:-;if':i dd ·m:itte;1.'llí.\:trw hi~tóricn .q11e expon~ el mo.rk~ <!R que
~a ,.?rlá cs;.>i:dtul de ]¡::. soci~d3.d ~i; dr:l~nn ¡IW.do ll•>!' lss
:-dncione.~ <!C:OrtÚtlÚC}'Ió, :m:lte-l'i;'t,k:>, J)ropícia la. rle1:<;~t:uill~
~iróo dq lm ·el'(g--P.nP.,: (le. !~R di:vel'Ñ.1..~ - 1"i:tldi~'9 1' ror,cept«i, -
Junto <:tU• )u '.'Ol"nx:ta int-..al1tl-<!hlcion dei valor (Jt~~ t.m.•l()T<>n
~.~~ f. U mo:~~wnt~_~ h l!;.l!J.r:oC',a. . . ·.
l!:l3i:e ltlikrno , \ •¿¡Jor del>e . ;á.t.3íu<!~J;;tr~ n.l !lL'ib.<~ri:tliP.tn~) ·
hh.t.tirkl) tu
n!l~ciona1'k> t'X.\D J~ da?mfui ~5enc::lf: ~~;•~tlt::;, '
:J9'J.-.Pel\'> ('] t~tJotjm:e11.to •k l<~ tf'.'t~~' rl!~!l :runl~:rial:ismo hi~· .
t6rlc!lt no sólo p~tlrt i 1.4' orümt:u~.,,~ en e1 · t~anj11niA.l d:¡; los .
.fenómenn:1. ~{l(![."~*~. :th111 ~ t.mb[én p~mtit.e infhril:' .('_n 1:\
lk;;)~;tx!>~ci:.'l. ;::111.~/Al. tr.,JLr;fm:e,n:u:T<t en l::l:en~f':i<>.i '" d~t !0!1 traba. · >
dO'.l\~!1-. w tr.msfQt"Hló\t•.),):a de La l~:lli-¡4.¡.:_d medillllh~ hL" le~'e:>
(.;Onocida¡:; rlef. <ks;~rrollo .-.1rja.l, e' la vW.f:it'..'\1' ión de h . ne- .
dad. D<t1'0<1,l tG !11. ro:'l't};!7..·tdú~t de <-si:e 1~r<Y.~P.111, l~ 1o:\1hÚ~ 3.1-
e.tt¡;r.a la >"'?.~'<kul <'r&. liber'iaoi'. Ctut;:=idur::rr.o:;_, y,ue:t, ji,) que t~ ·
ma-reria.J.i~ mo. h t2tól'i<'t.> cnl:i.·dxle plll!' J&t,..:xtad ~· por neri!~
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39'4 .-~)or néce:.:,ichd IüstóJ·Ir.:t :;¡¡. dt~~ eJt f.r~tukt b qu~ derl-
v~ !óg-k:trrtt:u t;;: d¿ ::t <itoflt':\((!l.lacit'itl interna. rlP. ](;f¡ ren<'>mP.-
1100 :.:<JC!.i.lll-::1. y r¡tJt.:: r.•c•r e$6 ni :::JBO ~~cr.mte.:e u d..,):le. 3.<:ont~­
cer of,H~úo(i.<Ultellt.,. :Poi C.it':D~l'lo, f~ JJCO!iur:cit'in matí;ri¡u
JMl.t" nr.ct?a~rla.'-t tk~ermin;\ ln.:;. cm>\Ct.<!rf!~lk;:t.s de L'l 'Yid.'\ eo. ·
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' ~J.!ít F.[ 'tr::in~:to de !1J'l'~~;h1~cn !l<l<!Í!~i s oho, 0 !2~ -reH•Lu-
C.Iú~U:!~ ~or.1ale~ ~-:'m !lcf:r,;; GJli.! ~U~!-i!dc:~,_~ t-:CJr. ne<:r;-;idJ:U'l.
T•Los·' re.!l.;;t.:l<m.'tl'i ~ •:; ·rf"]'le'Y.:!~r.t~n ~~~ dt> '41 ~n<-~fr.l<:;~ja !.n4-
~ru:;-~ J.! ~e: ~:l:<: <:vuceJw)r;n~ 1 dl.(!.ic~{~..~, .no H}~tr.!Jt• 1,_~ w<·
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o:;u¿ i.:JUIJ ~1 ~.:ur<'!l'\ lJi.stóJir.u hu . s i<!o P!'f.i'!~I;Jbi~::crrh f>'.>r l.s.
\·<:l¡1nt."!.d ((i\."i'r:;o :r q·ue MbJJ~ !!11 (':~!~]\;!!' rk· un mrultt ft:.f.i.hm~n;,.~
Ül?.i.' Í Wlb}~, };;;¡ r l\.· (jU l' k~ l:o.l'~lb:!'f.~. -;r)!o ¡;,-.11 d c_g(.YI jv;;w~tf.'R
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, .. :;dst:B <f,a s-<!1' f(~l:nlista:: 1m'\íS supnr• ··~n: qnií! ¡~1Jo;. ~?. Pi •' d'-'r'
n1otc la Df:\'r) üd~fi 1 i:s\.óric:s. :;f :;~te"-''<'· ·r la fn<:;.;¡;wJidaa del
hmlll;m..: p.arn liH>dif'k~.t' LlB 1..;~¡.1".-; ~;.zv:;:~~!f-.':.. · ·
·. -~~115,-0h~ec.<t<do~ llt"~l' lK-::; ,~or.v.;;.J.;::..cin:=, d'· <.'[ll.~e. k~-; j~¡¿t.)Jo~D:~
· d<: fu bl~r,~¡;~r~'Jiu de n1n ¡r1m~ m:n•(Jl'S gl<!F:l'\:tt ¡¡ct-tié~.~- 1~~~· llt
ltt't:t.>aWa<,1 lü~t:í-l•i r-~t no- éxr.fllyo?· 1.s. .:lt,-~hrirlaá ~·•1i•.-:t:i-:ntr: d¡:;
lo~ ht>mhrP-~ . .s~m> <:<1!'- 1(1. p:re~.n~ •:'>flfJ fo!7.f.l:<fJ!~:ente. !.;¡s: .t.L<.·m-
1ítu;~ M l.k'tflen '~a.r;«wid.&d 11~.1.ra :;.bo}ir hi~: Je-yei'. ni · pú-;'l. ¡;~;:.;¡,..
¡¡M~~cer o:.··us, p?.l.'Q !i p~r-.11,!.i :~onc.:t'~'"' .Y pr~·~~-r '!:ti nt!-
r.e;~kwt . hi•.:.6H<;R, por· . lo qnP., .· c•Ju ·ták~: <.!l'uoc:im1••:ht~·::s .
·- :J1tleO?.l! (u l;H'7t?.?1 ir ~~c~:~!;amf~nt..~ en d ¡¡r.:_~:e~o ,,;~l.'.}l·;i:,:¡.so.
ci al. 1~~ J.ll'A(·:I icu h.!l. l)l"ll(~ldO 1o;l;s(.ll. Ja t :vi~¡~'..U({iS. qlh~ )•~~
· fton1h1"0.~, <;wmd<'l er.:n:OCéJl f.;¡' • ti./Ci>..~lrl,, lf óDi.::tiv:1. JJ,.,. ~~Jo 110ll
t.:l!'<lJ:I.'!!- Cif. ~~t:ic iar ;-. ,-<t;. :::.ib~drfo 1<'1'! ie-ye~· ¿e !a N.lt.m•;llE-:.-:1';
roruel);;l. d~ ell<0 ,:o;t ks pro.~r·r-~r;~. ~onh:mpo:·ilh-\M de b de;~ .
• t;Llt Y ]3 '!'{x:d:~~l.. I'ÚIO (lt:fo ta1>•1Jiti::1. d;;W llllill El rl.~~:'tW:J!h)
de 1:~; tr.gn;;ff.111111U;;i~·ue.~ ,.;tu:.i«l~:~>> Ll )!I>~J::ta.:T tlt!l Iw:rnt.r~
;c13 -d~terrtti nní:m. i:}l't•,ti$[¡mE'!lt-e iiiJl' el OOllt),.imleufJo d~ h
ne~L~dad o~1jet iva . y en d ~ quv de dta l1:tC~ ('1\ s:J hL>-
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j ;.Kk pO!J&bf.h. rJ.{:r~JJCmr- b fh:"!t~í ()log-in cii.';D.t'iti ~;'l, ~;.::tt:t nl r.il:l~- '
trrroll:!~·j¡¡ mnlicio<::mH;r¡le s:ut.it¡;¡.r~n ius. Vl'l'd~dr-.r-a¡.; 1~y(~
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aÍ'lrc>mbxe de?.~~ dí¡~rúciarl y t(:l · c,~lLÍfJt~ r:.n » ~l<m b~sHa Que
íncotu:r~l<:'ttemenr.é lui:!l.LI:t por ~c-bro..eo;•i.•tir, Y t;lt af.d~~m t _'e n('
é(.lf"l:\O fin ~V·'drn~:nt::á'" Mohrc l.t•:yos •'•mr!:lll'1i.1f'_~,, y lld-l!cuadm;,
~Üll ,.Ji~cn t:l~o?., 11r r;.:'I:Pl·::t:tó~lr <lr.:! hoon.bre, 133 g1tfo..r.ru.-<
ti\fmc~, el co!rJr:i..ialisrno.., d rRd:>lno y Ot l".m · i!:;P11Cl<ls; n-o
mP-llr)·; n.<PO:..."'Tl31Ul~~- del c-.allitn1i*-.t1JtJ,
L:®. D~:(..'.PUg;:ts:rlcrr{-::; de .]a t,~n•INJ..is. hlofóg-1~1 en la &")o· ,~
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f:L'J. f;0<1k~ ~on <1U;)Iif.at.''v amer)l.e d:~,tintas. de b..:; one riJ!:IID
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les y ls..~ ie.'fi:s d.e l:r N¡rl-tl!Ji.le!:~,.- f.rmin to3 r•;\1ific:Q ~·onrn' l¡~
t:'ll't'-3 xmis fác-il. ~XrQ t:;.mhir::!n Jn m.h il1ú~it, fatnt~ .Y (:l;téd,
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dÍsi in~ue !'1 ] M dcÚ"tll~4."'!'1?~ de la lJamru:j¿¡ mter()!OO(:iu14.'1.ria,
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F.':} ~h,t~ )rlln1" 1?~ <~ilYJ•;gnitmtf. ~·<i\•ontir que. [¡:_;>, >:>piui<:-
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e>q.'\:l'1ltlr~rlW.td!J ;.trtu lUJ.d<.l.'i Yr).(:dh'ir;\Ó1•tl~:\.. \-:fl.'l't·1dr, la ln.:r-
$JU.:!~Í.!i intBnt.'lh3 oht.en,:r el pod-=r, 3U~ ükól9.t;rJli. ~,,c_,J:r l¡~:n
m\ldH.• -tk L.fJfl'l~cc-;o ~,... :~~- :E! '..:!J.:L~.t>p1 <> <Ie p:r>J.g1'ef>f> Jur. una
)Y.>Ñt;.Y•:ti<tl ~•r:m::.. f:J.'I:.F. lo\ r•ux;;?ue~ió':l. <!~ gri1:oió J1l (i:.:m~o;;:¡l.l' d
vi:c,1~ ..sí~t~:rn:r: cM i~udull:·mló...' ruk·ul..t'\j\.1 dt;t;l¡ic~~a ci lme~
:,' cr\luJit(l~ pl'r>¡r,l'i~Í~'o.'t }'~ghf:Íf!)l •~:tl1it~jF,t:?.. ];f.¡¡j; ~U.Wdl:' J:'l.
burg'l,]esí.a se- ~o:-,¡¡o[dó e.u í:?L pacte.~·, -~u irrl,1>'r~iet:u·d•'n ,1'*1
J'•1.,.J~h.:: >:•> ~t»,• ia, 'ttl:t.1':1'Mllro~amen~ ¡¡e t:'.mwirtió eri u aiJa[.-,.
r:>..l. Lo;~ pem..:uiCireP. ":e la ·b~u~t~~ ;!C dect..t.::t~t·.;·n ~~ ('~il¡0.S.l'
dl..~mr;•: lilm1aml'D w ul r{,JI.·Í:<)<: tt t:o'l.r•'t:'l\S!lt.a y a 5dt'nEulr1L'
·~o;nr.t el r.,;inr1 er.F.l'l:l:'> <le 1:1. liberta<\ y lli hi.Aich:, <'Prrt•\ la
•·nl'~rnutt'ló:'l \'ir'n dt\1 rJ.ru.~;n:·sv. LL\3 suci,3!ogo= de la ln;;:·.l{uc-
"'í:9. lnitnifi2.!'-tan ((U<'!- ~·.'1. .'le . ira lú~,·~llh) d 1Yt:'1 xh n<.• ~,N¡;Ye3<'~
de la · s·~.!i?dNd, q'+e :v¡:; no h-!!.'y t.m .'l?U<:V rn~i.<.: aí1et.s.nt!l. Per•.1
~~ <'l "'l 1fft{> ni fll1 11'h.1 <:1 r¡\~0 lio;i; <)1 1,1 1~<.~ ~ lle;~¡l r el p¡-;;·.l.:-r<::;,.,,
>1W:s éste só-lo p~,·~l~i..a Ja tfl:J.e-rce- rlel ~~:;.1'1-it:-.lisrho y sr.Wl-
di\ d w.{v,;)1i·r:rJ:ct'1Ll> lle tm (mc·,•o m undo ~i'J!<Utn:~t~.
-t~>.·- Cnl:'tf!~ lo.~, <:0!1-!:ept,l:\. "pMg:J'I;!>-r," y "rl<!~~.Ln'l.'lli'o", los
l'odolug~ }'te':J;uale~ de LK IJL:!'g'll~~& pn?:encan k.~. ·y\:-e~ltfhJf$
''<m: uNo~ :i!).~ii;i.l<:~~·, ·\' rt t~ ~l~~ (JI.l>l:~ tn l.;el1~'itl r~:o; Jll'i}:l~l' '1ñ(dti ­
J'•ll!l'í f•mó:Jne~\~(!ciaJ ¿p, ~ll:V~ impo'rtauch ~n r.-1 ~'!ll:'i'1> '@ h~
hi:studn f'...l! tui'rJ'ima. Su ~<c.elvri inu~wric nrJ<n·l.-ilr .1~i~ at:e:r~­
<::6!\ 1l<~ 1:.>: r.a:dil~i\ll'u'-. r
l'tWOhlt~ltí~l3.l'lr.~ t r-.:ms.fo.r-micic.ne:
Que :<o ~-l~.flca-n en :a 3oci~d.ad aduJ.!.I, u.J t.il.m:po <lUC rr.ini ·
mi~~"" Jh. irnJ:Jt~>1<'•n~.;i;l de lt>.s ' m:'"~S ,'\r,ll•l<'~.~ r)l'11blP.Jl'1::r.R .~ocis.­
leP. y rehtó' í-u solud ón.
-406.-Sp~rter y 'foynbel_·. OLtli> étc h-; fi..lr:tt-t;; ('1· tlll!?. <.e-.ma-
Difi<::;lJ.l f'.l rt-..;J¡_;p.<) 11<: ln~ ;~o~i<i·l(l~·t.-'! hm·~•.:.e-~t>~'l r•.l .cónc:e<p~o
dr. prtlp;n:;u ::;<~.:<:~at es m.:.d.i.nn~ las t.curi:!\~ ó.d " l't<r.-ími~n!"
cít:ik•~", ~w ;.'~i..<1UC<\1Y1i~~!'l11.)" ~ ·~')"f,:t¡r.()r.:-~o>'. _,'..11-_ ~a : .!!aci~Kn,
m't :·1~at>- ~e Jrt;¡:; ·¡>:u;,iea ben,:n :!111:3. ar.-~plla dJiU::.lvll r:n .l!l· ;·t.o;.l-
tiJ u lio:i.~.d. . ·
Yf~
o)Y1 <>J«l:~ :si~l,~ y rlurs.nt..; h dicada de lo..~ v-~.::int\:~, O,
,:-:.¡,cn~!(•r. ideólog-o del im~'<.'!'Üi.Ü.'>.mo ¡¡)etuún, f.xr.m".> Ja teo-
:-iu dt'-J ''tllQvhnil;ttÜ> ddk~'' y i~ ~ )ibt"O ";Le d eotad<!J:lia
tl¡: Or.cJdente", .a.-:mt-i:6R"-l"'r:te ~~; <;;.1_>:.!t\:LJ <~ }w..~;'<u· r)ur~ Lt. F-<>-
r.ieda.:!. ('.JI.r<)d~ ce ~~1<;•,111 (1<](~~ v:n~ )"(;.l)'q~er 1l ~· dr--:~!? -\'ie!o-
f)Ct ~~rt 10!1 <Til<· !le Raced~::t m~!> y t·tr~~ v.;;z trt.:~ J..a:<('~ 1(~1~_11 1-Jca?.:
oa..~tmi-enio.. ~floie:.:imi;:..oio y d~:r:..:~~JL~r'l d:-,. F.u ~1 pen:;;::;.á1~!!Rtt)
~G Snr;f1Jr~C\'F;:j~·:l' <~::(¡'ii lla.liS't'lh'! e?., e-.! -_flc-t·e>~i!ltie-nl:o d.~' Ij~ <~'.i ·
ll·?.:":Lr.lf.n "Js <:ul~ra. i:J~t1' lo rpi~ ·;j;.J ~&1:(• o'li!l.aparece, -}¡>, na-
mnnidu<i'·UlK!X'¿'i:if>l)rtte J'f-t~'l-l.'n:..r~ a.l :!<!l]W:I.ii':iJt'oO y l<! kr!'·hs.~e.
!')tl}Jilc~ 1<~ e;r.fV:. e:s inütil dt.:.mRnJ.!\~ Ja ]; ¡lJ1a c.nYft.rr~ el ·::a-;oil~­
lii!:nO {,\!'.C~lSO Jo~ b<m·hl·r~ di~-'irf~'l lt> PEOr 1cnk•niJ<} fo
mc!or?;, ~~ il!-1l:dment~ i~tót.il -es el -en•J.ucil<ll(l de Jd 1~e-~,;aíd.ad
tl<· lA l'r.vnluci6n pn>lc hl.rÍu y tl~E ~oc.i.ilismc. p¡.:.~>. ~·Jt au
"llin~ón, t.!~k~; . ~llt:'R.~-:":1:: Mll iru.pua3;:.k:: ;;>W.'3 la ~ce! e.:~~rl no
ddx- N~Jlf:l':l.f el' adwoimt.r..nio -tk~ aJgf\ 1me>o. ... · .
E l ~·¡~ :Í1,ú)'h~hmrl>rln T-::-;¡;:np•~G', . <ill ..ft:~·.1 ,;¡~ . :r.-,dé,in:fe. •ftl\
[tll t!::1 n n.ne"'.:-.11mE<nte <!r. c.:lrr~1.ilw:i(•Ú T¡1 t~ori.a d<;!] 'wót· tnn~n.
:o cít::Jico d;:. t~\ l1i.~t1t:'ia'' .•.: ni<l~~.. e:l uni\•<· 1·~,tl y n._q,~audEil~e
,.,~,-..;~.1 ,h~ hl ~'>f::F:O:lri, al tie:npo c.tl~ ,Je~r..:!c:h~ll:wJltt: ](.l· n:a.
lllA ''iln~ión del :.:•n·¡~ru~~~. •·
1. Qué <:fl~:i r1o hal'~.:t lo~ ln~r-end-v.s tt·.~.~.n1~ o:i<:l (!~~1ta
1i -;1\'lo p:;.y-:-. ~'&:l!til'kar ~1 r:}_u ;tllt'!)~ :mpe-r3alista '! Difaman al
~O('ial i:>roo y n tR ÍP.f,l'Í:'l. nMrxi?.ta·lerunistll., t:n,uu•tt'i;m .:.lo-
:;::it": es.:<tgt::l_'S.do.'ñ.<> c,eJ .C<IPi '-t~l Í.-;lw.: y: t:~V.:':\1 ](k! en_g:siio.~os: t4r-
l:llÍTJ0l< de ''cunh~t.li~>.lno pnpubr'' . :t ".l!:sl..itdo d1-J: l; l<mf!.<;ta~·
twi'lt: l';)ál'' .. P.n·h-..~ ot;1'09, para tkúi;'ttK1" ;U FJ¡¡tnek, .::a.;¡inli:>t•~­
Pi!l'li por !nfl.'!Í tl'U.e> ~:.· ;~<,; f•.lNo.r,(~n JClP. de-fenv..tri.X'l d1~] .jmru::ria ·
l~m:o, tu ~tl~flwi:t r, n F.f dt:>tone. Y di~ ~1'r'll1~b a. eotl euo::r~iH
JO/
)' cm ~"l'al: !JOder a€: CX)lll.'~ltci.o>..:entn, (lllé- cJ mur.rismG le».
nif$lho J J!!" e&ent.i<llm~?.nte ju~r.<>. .
4Q7.w ~ Jl1.'f, :Pl'Olti1:!St'ot; de Ja \';i:aH':f:t )' /t;; [}r,!l~tiCY'l 1J r!!.thl'Í.CO'·>'l(.l-
cisl_ dti JO$, hr.~mtn'(;~;;, .Oe~t.r;u.r.~~l:'l.l': fll'!jee.:if.ii~I;;I/3 -d~ los ror..ió-
1!'>~ l:JJii·gue!<;~S y ,¡:ot:lfirm~ ~!loe al: -deaar~l(~ drt la wcli<-
~lld . t;t; · t~·n proce:'$(l lwtónco, l'iaun-1\l y asc.:nden~. l'{ l1e 111r~
reti.l:iz..~ ~. ~-;ro a 12.~ lc.:re~. objetivas •'Ú>.'iO!utamenh."! in-
d<1.tf.Lldi:t.'Dt.e!!. clo Ja ~vDcitollCÍH hLL'WUl3.. J .Á hii>I,<JliS. dr. la
wtiP.rhid D~> c.~ ot l't': CLt'!B. que m ;it ; nl itri l:s cadena (¡.-. dcc.~;:~YrL~o­
lJo, <!P. tríl:n:!i~ l"'~ Volu~:.ir_:.r:i::i.tJ-s rle. 1~ C'(•gimenes aQr.ÍA·
1Fs w.i:f f.lilX!J•k::; ~ inferior~:·; u otros máfi. conmk}o,; v s.o~
flC!J·i(n·cs~ .Y e..::¡te l>l't•p,"ro;o .so.cial ;qjg!rnpn~ ap~·ece dnMJÍt;'i!.)t)
sorn~-é~ f]T ·,lr:~v.r:rollo ¡ perfi'X!t4onmnirnto <3o la ¡¡.h';d tlcci·t..n ll1a-
teri.&L Del p~lu y l.'i pl;:¡dr.~ ¡, Lll'-mmier,t:;.~ !~iinítk2 .:cm f&!
qu~ (¡j ..h t.,·m.bre. in id~ .'i« Ja~.1.·3. po ~· hl ~l¡Lx;¡~~ téncia: lu rro-
du.~iñ-r;, últ su d~Mrr·<>llo; ha ·1.:nm:::it;'l.<~(> \lll lm~u:i3imn ~~
lni.no q:u<: lá llél lla \·tldo llaf"f"' h~ rrmrs...-iJLQ.~S?. m{w.uinus a-:~­ MJ~.-J~J .tundamen11J J.,¡',~~o <rrl Trt:ir,~tW.ti3mo hL<~t,)ri•:o en ~¡;
tmYJál.•icl>lS y kfl nl.:!t":Ani¡;;ru08 Reti"i'arl <~-.; fi'Jr Jn t:nHgia e-Jée. tl'.sis a~rrn dd prinóps.lí:d''lv W§ci 0 <J!It> t:J m(¡do rle prO-
trie.'!. n :-t1.6tn:c.a. _.u e en);).;:. q ut: J.s p rorlued (,r¡ wo.trn:ss., r1twc..i t'n de?.f!ttlpr~lí;¡ •.:n el d?.!<.'ll'~'ó)Jo d e l.i P-Or.it~d::~.l. l'cro_c;l
t'ámoién ¿.voluclnuan J.na demf...¡ '-"'-1'P-r;~ <le la eJ...riat.end;~ ,:.o.. procP-Rn jJroduc:t.i'>'n Mil<> ::.;, •.•clif.ú-:.-:. h:ljo dcrl.n:;:; r.;ondiéon~:<.
t7-'L d~lx!rmi!lacla'l,. f)(Jf d mni'io ·gt:t'•;zr,ül'kn y 1,~ ~:<>~h,<.:ión. E~t.a
e~. l:t t~tón J)!n."lu (J !~t.\ l.l.D f.f-.CP> y,-,m~í<Jtt~L•~..anali:ar.!'l:1lYttJl>· krk~
' oond:idt)rit:(¡ p[{ra .cst.a\ü!O(:m· ~11 'ímporf3.t¡f:Í;I \:E: J.a t.t..~tL.'D,..
¡:J.u t>l:>t'inl · ·:: i~ · ..
l. P'etpei d~ ~edío 1.,'1l:Qgl'átir:c,~ y dP. 1;., poiJlaci.ón
e:n cl d~.&ll'l'ólb rl4! moocie<lrttl
'
4.JJ9,--Pr.r ~~r1~ ¡;~grM!~'O ~~ (~!-'t~t.\tuJ¡¡. h~ l'i'~lt.u;ll,'0í+. gu~
roda~ 1\ l.IJ. "ns;_wd<ld. ~¡:: <3~~-.r ~,;~1 l::ll~.'\ y (:'[ t<lldl), l.(iSc lÍ?x~ :;
1<1?-l'tlal;!"',>, )a.rlo·l ':l ~r l1:1. ftm:'t.'l, la l:Ü'tii:lJ(l d(•J ma V ·: m .c-;;>D-
I'i¡t<J.r8ci(,rl 't·~l~<.~;!!rúiic:'l. l:1:;. ri•::tn<'iz.!t."> dd sul:l~W:I<>: J..:.t~h:!1-.'l..
~1 !!-''~di<> &'~l~~<ü''ico ffl una eondidún n~vh~ rara
la :a<' ~ !-.'lmtd ¡;.ro;:hrdi<·~~ dd !:omhr'(l, Si.o ?:-.. inie rr1,'Jw:.i6n l:fiJl
J¡¡ ~uturKI.F.z:t= tXmlrs. la q ue: )ucba. P.l hvw))re T>;'l.l'ol Qb\.-i!m~
l'llf: nt\!lliu:; ile ~lltA<;t~l,(·r.:da , n<l- e~,. posibl~ <..'Voc¿Jriy :Uvuna
acti...-.id.'l.d l:\bor~l o p~nc":I,Ív¡¡,. ..
1·;n e[ me.dio l\~"t{rM'ko ~~ fi0\1-ib.tl~ rli~Yl.Lruir ilo¡¡ ti1)08
de i·nfluP.nd¡\ ~,:."1J. et •1e.~m<ruHo d'e 1:.'\ s'f¡,,)t•d!ld. l4as C(}~rli.~·!<>­
n<~~s nat~1~·al~ 'f'r¡~. O~Ilblt'~ (¡;>"Te~~·~tCin df'! ríu~, i:'K>MJrt'<!'~. ~li­
mn l•cmd •o;;o, }"'tl~ll~llt:nl.ó.-; J IUttE!ral!'!!'i<, ~1{.:.) '. pi'Xtpit.'ian oJ (lc~­
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214 Pedro Cerez-o Galán
al hombre. debe se,r superada. <1Una emmci~ción del 'ser'. que· pr~
t~ndicra nombrar 'el ser' partiendo- del cc$peto. a 1~ relací6n s.Újeto~
<Jbjcto, no tiene e~ · cuenta lo que dej;¡, sin .pensar ~n lo prob1e- · .
m:.1tico» 30•
Debe pues ser pemado d Ser' misnio ccm.o acto donante }' fuente ·
de pecnsar. La Met~ffsica persisté en lo objetivado como exprésionts
de sentido, ~ro en tanto no se encuentre. el acto mismo d~ ex.pre-
sión, permanece toda ella dC$-atraígad~ y ·en. el aite.
Pero a. su vez. el pensattlicn.ro- metatísíco no sólo <Hclativiza;)
á S<:r en d ente; como (!Sentido dch Se:r, s.íno que en cu:m:eo no
trlme conciencia de este ccde.>l, absolutiza lo .sl,lhjetivo y objetivo. ¡·es-
¡;ectiv., tncnte, ¡;omo momentos in.-<ondkioriados.
Tode. l:. historia filosófica, pues, nos óhliga y nos urge a fa su-
p~t:~ción de la M~tafísic;, como cienda del ent-e. en busca. aguas
arrib.a, de! Origeh de toda entidad, es decir, del Ser como Funda:.
n1e.nto, Scllamtnte lo ha cxpre.sado Heidegger,, uti!izJndo el .i-ftni!
Cilttesiano del árbol de k\ Ciencia }' sus ra:ÍCes. La t3ÍZ, buscada ahora
por Hc!.deggcr y- el subsuelo donde crw: el árbol de !a filosofía y
d(',.sde donde toma Stl savia, es la ciencia del Ser. en cuanto ser, m
\Í t\ ámbito ~\a p!:ÍortH >' trasccndent~l a .su mostr;;.ción en. ·: os entes.
Se husca al Ser <:n sti vwlad mísma. Por eso h Metafísica nos obliga
:t una tn.nsinterrog.ación, allende' el ente, q\Jil !~os arroje en ln. cer-
canía del Ser, pa~a desde alll torna~ de nuevo- a la t.ntidad y co¡~ ­
qu¡st<t.da en sus. diferentes grados ¡.• se.nticlos~'.
"" lde~·l.
.\l E:;t~ ¡n isnto. i.tt~CJÜO -lr•~ns-<Íntieo prucbit, ' <omo b.l moStrado Do.N~
:05\'1"&, el tr·as.c.clldenralisJnQ hc(dcggcr.iaiH>: «Co:nme omdogi..:, la mét<1phy-
~íquc t¡md :t dé¡:-assN l'ontiq\le v.¡;rs l'ontolcgic;ue., ce dcn,ier term;.: étant prl$
d.ms un ~·:lnS qui -la cho~?. es! trh im¡;or¡~mc ~. t~o•cr ·~ se !ime dans ic
pro:c:oa ge.t¡;e tÍ( Ót.t t ra~cendcnt;¡¡\ k:mtie:n» (Art. y.-: ·ci:, p. 5 !).
LA HlSTORIA DEL SER •
Ya v.imos que co la metafísica se r~:~ti:za 1~ ·histoÚ;:¡ del Ser so.
E:J efecto. para HP.idcgger, como pata i:odo buen idealista, d Ser
tiene su historia. Claro que una historia muy partictrhr dentro. d.e
l:.t originalidad de .ntiestro :autor. El ca5o es que el Ser funda todo
historía. Cualquier .éiclo histó.rico no <:S .rn:ís que una detérmrnad.a
m.:tncra del doble juego - presenda y ocultación~. del Ser, que
impli.ca tam.bién ·un comporc<tmicn·to determi~:ado del Dasein; ~on
otüs pahhtas, una ~spcdnca vocación h istórica de tin pueblo. Hei-
de¡;u;u se ve también en 1~ .necesidad de inventarse. su propia his-
toria del Ser. Esta histoJ·iá d~l Ser sería -pie.nsa Arang\Iren-
da .intdita obra c•tpieaJ del autor ~), de b cual sólo pose.:mos af•
guoos fragmeritos . cont~11 idos en Holzw~ge. c(Una hisro:ú de la
filosofía _;_prosigue Aranguren- pensada e.n su realidad. funda-
mental y desde ei principio mismo del pen.sir, como historia (Gci-
chichte} del acontcdmrento (Ge.s<:.hchen) del Ser. Historia de h Fi-·
!osofía que e$ en 5Í mrs!na. Filoso:Eía, .iustamente porque d Se:r se
descubre en e! tiemptm 33 • ·
Son .muchos los t~xtos d~ Heidegger, a pe:Sat de rodo, que nos
permiten hilvanar Tos grandes c;~pimlos de esta historia. ·idealista.
. Sobre la m..-,sa tengo un buen m~li rado ar<iculo de Bmllio Estiú ••.
que me ofrece, pr.r~ tal fin, una orde::-.~ción; . clara•. scücílla y rigu-
rosa, Voy a .s.eguir el mis.mo orden, cornentáh.dolo tds. extensamente.
!) El pdmer capítulo lo compone el pueblo griego; determi-
nado. por Estiú, como c.-la co.ncepci6n del s~r COIDO presencia en lo
present;;l>,. «Lo griego, par:( nosotros - comenta Ar-anguren- , es
'~ Hv,• •. pp. 244-'\5.
ss ARANGUR&'l; Arbor, n.0 54. p . 253.
a< J::S'fl\), I::i p,·o h1cnta. mctta.ji.n'~o ~" Ja.s li!f.inJ<:$ obras de Hcid~¡u;er, en
la I·ntroclncá6>7 . a i:a ;\-leiafi>·ica, po~ él traducid~ . Pi'· 7-33.
j/:1
 ".,., .:'t ..

r
&:' · • ..~--.. ..

216 Pedro Cerezo Gr.!tirt Arte, verdrtd y ser Cll J-I eideg,'!e'l _____
_:::..:..:.... 217
el comien~o d e 1a iJurni:lación del Ser en el ent e, :,~. Se entiende En cada ente cspejéa la luz del Ser, en cuanto esd en el seno
al Ser como Prese."lcia, es decir, se le entiende desde d tiempo «pre- de la. P rescnci:l. He a.quí por qué el griego ~;;ntendi ó al Ser en íntima
senten, cómo venida o parusía de la Luz "a. Puo tal epifanÍ;¡ $Ó\o unión con d aparecer. (<Rigurosamente con.sider:tdo - nos dice H ei•
se consigue a trav¡;s del ente. Con la palabra «q;.;•n;» expresan los dcgger- - encontran1os tres modos del apa(ecer: J) el aparecer como
griegos esta venida de la luz a la presencia en el corazón de la en- esplendor e iluminación : 2) d aparecer y la apariencia co-:no mani-
tidad. (('<IIÓ•n;' significa -escribe H c[degger- la fuerza imperante fc:s:a ci6n, como el parecer-externo .a que algo adviene; 3) el apa 4

que sale y ~] permanecer regulado por cUa. '•!>IJ¿:t<' es el estar-fuera, rcccr como mero apar~ter, el aparentar algon ~·'. En estos tres sen-
el salir de lo oculto y el sosten.::rse asÍ:) n , Por eso, para los griegos, tidos lo entendieron los griegos.
<<Ser signific:¡¡, en realidad, el estado de presértcü, 'Anwcsenheit'>>~•. En su venir a la prese:-~cia, el ser aparece (<• ~IÍG :, ») en !a plenitud
El ente peemanece e n esta p resencia. El mismo es "'?,Jcrl~H o de su brillo. A su vez se man[fiesta o se deja preceder cle síntomas
acto de prescnciaHdad. Et mismo <tdvicne desde la ocultación al claros de su llegada. ·Pcro tam bién la I<T-Úq ' ~'' aparedcnte puede en- .
brillo del aparece\ . Desde esta e,xp:riencia dd Ser, se co:nprende gendrar ~na apariencia engañosa. aPuesto qu.: el ser, ?-5-:c.;, consiste
camb;én la primitiva esenci:~ de la <<~.). i:6'1'-'1>. La verdad, co:t\o des~ en ¡., aparición o el ofrecer aspectos y pareceres, estiÍ esencialmente,
<x:ultación, está gem.rada por el movimiento mismo cle la jlrcscnci:v >' con ello nccesa,ri.a y constantemente, en la posibilich.d de tener un
lización d tl elll'e :oo. d.a esencia griega de !a verdad -escribe Hei- aspecto que cn.cubra y oculte lo q ue el ente es en verdad; es decir, su
degger- sólo es posible en un ión con b esenda del ser, e.."ltendidc estado de desocultamiento. Esta vista que ahora el ente puede tener
como ·,;-}~ :ú> . Basados en la p~cuiiar conexiá:.-:t esencial de •~<?~l(ll es la apariencia. entendida en el sentido d.el aparentar;; ... Y aqui
con <d.X1¡0~IO:>) , lo3 gr iegos podían decir: «el ente es, en cuanto reside la vocación cdgico-heroica de aquel gran pueblo metafís.ico.
ente, verdadero,, •"-. Pero es que, ade.n1 ~s, hay una razón filológica Los griegos, C<siempre tuvieron que arrebatar el ser al aparecer pará
que así lo confirma"' . •<Las raíces " 'f 'J>) y t<:;>"-'' nombran lo mismo. mantenerlo frente a éste)) •s. El símbolo trágico de esta lucha se nos
<t<l>u6:,f)), ¿ brotar que reposa en sí, es «:;.:M-:;>>, i!uminar, mostrarse,
muestra diáfanamente en el Edipo rey, de Sófocles ••.
manifestar~> u. Es decir. el ser se lleva en si la razón de su verdad
Resumiendo: El ser se entiende como {''?úcn, >) .en la fo rma de
y de su epifanfa..
la <l ~,).·(íQ~vx.l> H.
Tarnbién sobre la base ele la t<1't:J'tO> , como <cimperar
naciente•', ca!acterizó el g riego a! ser como « ).~ yo ; » , en d sentido
~~ Arbo.r, n.• 54. ¡:>. 2;2. más originario d e em: término. Los enteS, venidos a Presencia, vi-
4G IM, p. 9.5, y EM. p. ·16.
31 !.:km, p. 51.
31 IM, p. 95, y EM, p. <6. ~3 IM:, p. 134.
3t !M, p. 96, y EM, p. 47. •• TM. p. 138.
40IM, p . 136. •• IM, p. 139.
41Cfr. [mport~nda •• !M. pp. [ 4().141.
ginas 21-23). Sobre la llÜ$m;t b.ls.c de la n~;;\1: ; ''• Lnterpreta Heid~¡;Jj.cr en No!7:wc¡¡c
•7

4 ~ !M, p. 134. la ~entenc!a de Anaxim;1ndro, pp. 296-343.

/13
a;.,_ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ - -- -
218 Pedro · Cerezo GaUtJ
ven la unidad de un plan cósmico, lleno de armonía y de luz, donde
cada ente encuentra !u just;~ medida y la razón de su inteligibi)i,
dad. re' :\éyc.; ' ---.dice Heidegger- es la reunión constante, la tota•
lidad reunida 'l en sí estante del ente, es decir, el Ser ... uA?y~;>>
caracteriza .al Ser desde un punto de vi~ta nuevo >' sin embargo
~tiguo: lo que es e;; te ··-o sea. lo que está en sí erguido y aclt·
ñado-, se haya reunido consigo l1)tsmo. y a partir de sí mismo, y
se sostiene <:n semejante reunión» •8 • Y en el ensayo <<:\¿"(G-:: », de-
dicado al corneatario del fragme:nto 50 de Heráclito"'". :dirrr.a taxa-
t ivamente : .« '"E-, r.-i~'l'·:..' dice lo que el 'Aóyo<;' es.11 <cA.!¡'o,>> ex-
presa [o que el Uno-Todo. Ambos son lo mismo 50•
A estas caracterizaciones del Ser. se ~urna otra lilás, en Íntima
relación con ellas: El ser es tan1bién "~~~>!?~» ~·. destino universal.
del q:.~e reciben todos los en:es su específica misión y su singular
histo~ia en d seno de la Pre.sencia.
ce ' A hí~H;.;n, <<AÓ'(O,J> , <qJ.-:>!?a. >J, ~on las t res notas carac:erísticas
del Ser, entendido como <(:;>'J-;~oJ, desde Anaximandw haS<a Herá-
clito y Parménides. Esta es la etapa primitiva y grandiosa del pensar
griego. Pero ya en ella, a pesar de la grandeza del cortJienzo, realizó
el ser su ocultación -~N crborgenheit"-- El griego pensó que todo
el Ser venía a presencia en el :~p.ueccr vcrd.,clcro del cn~c. sin re-
servarse pan ~r ningún residuo de claridad. Por eso no pudo pensar
la d iferencia ontológica. Por otra parte, así tenía que ser necesaria-
men.(e, pues tal era el papel tra.sccndent<~l q\Je le tacó desarrollar a
aqud pueblo e·~.
'"IM. p. 16~.
·1• Logos en Vo1triige cmd Aufs!i!t,e, pp. 207-2'29.
~~ [dem, p. 221.
'•1 M·~i~a. en VQ>·Cri!ge •md All/1iit;?.e, pp. 2>1·256.
:.1 Hw. 3<36.
1
Arte, verdad y .~er en Heid.egger 219
- - --·
11) Y llegamos asi a! segu:tdo grao co.pítulo: «La concepción
dcl ser como presencia fuera de lo presente.» Al estudio del cambio
de pers.t~e:ctiv<~ del Ser, ha dedicado Hcidegg4!r la obra. Platorts Lehre
v o11 der 1-Vnhr!tcit, que brevemente comento.Jnos en el capítulo 111.
En efect:o, con es~e pensador se eSf<tblece, por primer:~ ve:z en Ja
b¡storiJ. fi!o.~ófica de Occidente. un <<X,~>¡ncr¡.:. hJ> infranqueable entre
la inalterada y eterna prese:1cia del reino de las Id~~ }' el aparecer
engañoso del mundo empírico. Platón no comprendió el modo de
insertar en el plan ímico del (!Ao'(O~ >> . en la luminosa plenitud del
Ser. la páilda [uz 1unat de los entes.
Con esta ts·asmut<~ción e~enci ~.l del sentido de la realidad, con
este abistito en el seno de la realidad. que no pedía .salvar Platón con
ninguna fórmula satisfactoria, ni incluso para sí mi.smo, varían tam-
bié~. como es lógico, todas bs caracterizacjones tradicionales. be
la F.<ii.T1 $~'~ " .;;e pas.a a la <<¿po6n;<)J o rectitud en el mirar desve-
l~ote. Del c::l.óyo;l> como reunión en lo abierto y consistencia en la
luz, al «>.6¡~.;)). como lectura intelectual del p;;rfil.de c:tda ente. En
esta perspectiva dd Ser, piensaa Platón y AristótdC$, prep<~rando
lentamente el advenimiento dd subjetivismo moderno. A este mun-
do pertenccr. l'ambién en sus líne;tS fundamcptales el penHmÍento
medieval. ponicnrlo :1 i:l h~sc de todo l:t idc:t rcvd:~ch del l'ns crea-
tum. Y así, poco a poco, :;e lh:!t~J .11 1creer CO\,?it u!o de 1.1 historü.
Hl) (<La concep<ión del ser como presencia. dada co ei ente ca-
pn de. anteponcrla.l> Es és.te. el .inmenso capítulo del subjetivismo
de la conciencia representativa, implícito en P!atón y Aristóteles, e n
una lógica de la predicación, doa.:!e se atiende más al rr6!&-..~>' que
a la d/.·•Wtt1». El verdadero padre es, por supuesto, Descartes.
Toda h. realidad del ser $e reduce a la presencia manifestilda al
s~1jcto. An~itéticameote al primitivo mundo griego, en el que el
Dasein estaba den tro del dc.stino cósmico del Ser, es ahor~ el su-
jeto d m~tron absoluto de toda re.~lidad. El :subjetivismo todo lo
111-
'""·
,.·
220 Pedro Cerezo Galán
que toca lo convierte m~gicamenu en <robjeto,, m <<ante-sí)) de la
conciencia. Con la palabr01 <!l.tZ-;-<><;>.: se designa ahora. la capacidad
representativJ propia del entendimiento humano. Con la palabra
<<idea>,, )a interna estructura del ente en cuanto objeto. El mundo
se convierte en espectoículo, en imagen del sujeto. Llega así el «tiem-
po de b imagen del mLmdo,¡, Die Zeit des \.V&Itb;ldes:, al que Hei-
degger dedica un ensayo en Holt,wege •~.
Nosotros todavía estamos dentro de esca. metafísica de !a sub-
jetividad, cuyos ras~os característicos, s-egún Heidegger, son : la
ciencia como e.xplicacién del mundo; la téc:1ica, no como sabiduría
originaria al modo griego ~' • .sino como la funóonalidad del impe-
río del horno faber; la consumación del ser en valor, es ciecir, en
objeto d e juicios estimativos y de apcu:ncias (Leibniz y Nietzsche¡ ~• :
el arte como expresión de bs vivenci;¡,s paniculares de un hombre,
y en definitiva, tan angosto subjetivismo que no queda lugar para
lo T rasccndente .. (Dios {¡a m11erto, de. Nietzsche} l·G,
Para Heidegger, índu5o el idealismo es un produc(o derivado
del subjetivismo <;artesiano. Es cierto qw: en él se inte.n ta alean-
2M lo Absoluto. Para ello, no se constriñe. el Ser hasta los !imites
de. 1:~. finitud, sino que se distiende el slljeto hasta las fronto!ras de
lo infinito, Pero en el fondo se es víctim:~ de un espejismo, por-
que el ser sigue dado en rigurosos términos cle conc.ícncia. Esta,
qu~:d a erigida como la. fuente ábsoluta de la objetividad, como el
m1deo privilegiadó donde se realiza la identidad del Yo con lo
Absoluto. La verdad ~ la certeza absobta de hl pensado en la con -
M Hw, pp. 69-l04.
~4 OAR, pp. 340-~4 !, y UKW. p. 48.
>~ Crfti<a ~ ~5t;1 tcor(¡¡ del ser como valor, CHum, p . 210, ~·
p. 99.
H Cfr. Hw, pp. 193-247.
í
Arte, ve.rdtJd )'
- --·------ ser
.. _____-- - - -
en Heidegger
ciencia y un mo--lo dd desarrollo manifestativo de la e.xplicaci6n
221
d el Ser.
En definitiva. <da. condusi6n de la Metañsica comienza con la
metafísica hegeliana de la conciencia absoluta como de la voluntad
del espíritw' ~r. La metafísica siguiente que interpreta al seren 1
términos de «v;dor>), persiste e!1 la mistl\a senda de la subjdividad.
lV: Es el l!h[rno capítulo, es la concepción del Ser, como (<pre-
sencia no-presen~e. es decir, cc:no lo que no es ente11. Esta es la
concepción de la filosofía de los v;~lores.
La relativiz.1ción dd Ser toca a su fm. No só1o se objctiviza, sino
que además se le subjetiviz.a, sometiéndolo al valorar y sus tablas
epocalcs. El destino occidental del nihilismo se cumple medular-
mente.
Frente a tales experiencias metafísica>, Heidegger expone su pto•
pia teoría del Su, que cst.á, como ?uede verse fácilmente, muy ins-
pirada en la experiencia griega; En efecto, se habla en ella del Ser,
e:l tét;ni:los de Presencia («Anwesenheit••) y de luz - ulicht» de
Lagos y Alethei;¡, cal como en H eráclito y Parménides. Pero a l3
vez se admite una rigurosa dif-erencía ontológica entre el Ser y el
ente. Pensar este abÍ$;no es la misión del pensar en nuestros tiempos
de indigenci<l.
El Ser es la. Luz }' la Pre~encia. En él están el Dasein y los entes
en el .imbito de la trascenden-cia. Participan de la Luz y viven de
ella, pero en tan escasa :nedida, que su enddad no pue.di!. r~velar
-al contrario que en el primitivo mundo griego--, la plenitud de la
verdad del Ser. He aquí por qué t:üti.-:nde H eidegger la aletheia
como d juego enigmático del desvelamiento y la ocultación. Esta
esencial paradoja es el límite que la finitud del Dasein pone a la
8Ht.:rn, ' l
..: VA, p. 76.
1
¡
1
h.~
/!S

222 Pedro Cerezo Galán
--------------------
totalidad de };¡ Presenci;1.. La aletheia es así patencia y misterio. ín-
dice de nues~ra característica posición Gnila en la plenitud del Sn.
El Dasein sólo puede tener una perspectiva del Ser. O le que es Jo
mismo, sólo puede generar un mundo. Ahora sí que :-;e ccmprend~;
mejor ~1 sentido de la Geworfenheít de. Ser )' Tiempo: EstMnos aban-
donados a un mundo es t•nto como decir que ex-sistimos sostenién,
donosa medias entre ]¡¡s sombra$ y la luz. Toda perspectiva impli<:a
conjunt<tmente la visión y su limite. Po.r eso nuestrJ. relación con
el Ser se verifica siem;¡re sobre c(el mundo y la tierra.n , anverso y re-
verso que definen la fmiU1d de nuestra (( trasccodentalidadll. Pó~ti­
c.amentc se nos dice en A11s dcr Erfahrtmg des Dedt.ens; «El oscu.rcci-
m:if:nto del rttttfido no alcanza nunca. b luz dd Ser ((<Die Ve rdiisterung
der \Velt e.rreicht nie das Licht des Scyns») ~ 8 • En verd ad es doct:ente
la paradoja, <<ei oscurecimiento del mundo». En su fuerza expresiva.,
el mundo, luminoso horizonte trascendental del Dasei:1, nos habla d
mismo tiempo de su pavorosa indigencia de luz, del perfil de pe-
numbra que le envuelve como a una pobre estrella a punto de
apagarse.
El Ser, como presencia, se reserva en lo presente. Se oculta
siempre. Está infinitamente más allá de las cosas. ¿Q~1é es, si no. el
cor.cepto de .U nada en Heidegger? <1La nada es la negación pura y
sitnplc de la omnitud del ente» ~•. Y, ¿qué queda después de efec-
tuar tan absoluta remoci6n? Heidegger contesta ;, esta · pregu:na
desde j¡mumcrables pasajes de su obra. En la nada nos aguz rda
ei Ser. «la nada es el Ser mismoll -nos dice en Hol¡:wege- ~~.
¿ Q:.tién no recuerd;t aquel '' ¡ rri:-:u·,a. -:-'i',; o·~...ía.~'' de Pl¡¡ton y la es,
catología de Plotino? Igual ocurre ahora al Ser, que es h nada dd
~A AED, p. 7.
~~ ¿QM?, p. 36.
60 Hw, p. 104.
. _ _ __ ....,
..,.,.,,..,•...,.,.(oot "';t
...............
' '<
Arte, verdad y 5CY Cll fie:idegg_er_ ___ _ - - - -- - _ ___
22_3
ente. Por eso en su pregunta acerca de la nada se lleva a cabo
una marcha allende el ente en total. Y también por eso la pregunta
por 1:1 nada se nos torna cscacialm~nte metafísica. L1 nada no es
más que la «d iferencia ontológica», como infranqueable medio entre
los entes v cl Ser. Se nos d ice .:tsÍ desde el umbral de Vom Wesen
d~s Gmndes: L<Das Nicht .ist das .Nicht des Seienden und so das
vom Se:cndcn he.r erfahrene Scin. Die ontologische Differenz ist
das Nicht zwischen Seie11deo und Seim> ":.
¿Se podrá ganar la nada? ¿Es pensable esta difcrcnc:ia onto•
lógica? Dejernos la resp uesta para más adelante. De momento Y
cocno remate de esta his.tc6a. de la liio5ofía d e Heidegger, sólo debo
consignar que toda ella est~ pen~ada desde el proceso trascenden-
tal de fa ocultación dd Ser, que cuL-nina en Heidegger con la con-
ciencia de la ocultac¡ón: el misterio. L"' historia es el destino
(Ge~chick) de esta ocultación. Lo ha. expresado nuestro autor de-
finitivamente en Hofzu;cge, trallSfigmando la vicj;1. palabra Cti.:toY.,1}l}.
La ((t-::o¡J, l> del Ser es su luminoso rese.r varse en su propia ver·
dad. La misma alctheta no es mis q ue la tempranera señal de
este egoísmo del Ser que se nos escapa siempre. Con estas huidas
de los humanos, el Ser desarrolla los ciclos de la historia, que sólo
a él le pertenece esencialmente. "Die Epoche des Seins gehott ihrn
selbst, Sic ist aus dcr Erfahruog de.r Vergesscnheit des Seins ge.-
dacht•l ':. Esta es la razón de que haya ~ido llamad01. nihilista la
filosofía. de Heidegger que nos condena a tan irreparable pérdida
metafísica. Pero, sin embargo, para él, la <tconcienciall de esta pér·
dida entraña la verdadera liberación del nihilismo medular de Occi•
dente, que no sabe ni ;~.dvierte lo que .ha perdido.
Ol WG, P· 5.
r.~ H'w. p . 311.
- 116
··.!
224 Pedro Cerezo Ga!án
EL PENSAR
Estamo·s inmersos en el tema má~. ohsesionantc >' enigmático de
Heidegger. ¿Será t.a! vez la única vía para salvar la cenada~> ? Vamos
a vé:rlo poco a poco, al filo sitmpre de los. textos para evitar cual-
quier errónea interpretación.
Por- de pronto, Heidegger nos ha hecho de él, en varios pasajes.
uoa dclimitaci<:Sn negativa. El pensar no es ta ratóo.. Sólo comenzará
mando ésta haya desaparecido, nos dice en Hoi¡wege t•. En otro
momento: «Denken ... ist kein b!osses Vor$tellen cin.es, Vorhande~
nen>l "'· Y en una ocasión el) que s~ rdi~re a los tres peligros e.>en-
ciales que a'!'nena.z:m al ¡:iensamieato, nos dice: ce Die sch!-echte ~nd
darurn wiae Gefaht i:st da.s Phi!osophi·eren" "". Y e.n el mismo Ebro,
Aús d.e:r Erfahrung ic.s. Denher:.$, todavía nos sorprende con un. texto
más explícito: c(Den Schritt zurück a.us dcr Phil<J.sophie. in das Den-
ken des Scyn.s dürfen wir wagcn, sobald wir in der H erkunft des
Denkens heimish gewotdcn sind>> "".
La superación del pensar metafísico, está motivada For d plan-
teamiento de la diferencia ontológica. Todo pensamiento represen,
tativo y conceptu~l, categorial -podemos decir-=-, aprísíon:t al Ser
en el ente, en !a p(esencialidad intramunda.rta, y no se ·diríge hacia
. el Ser nüsmo. Heidegger urge con la ({überwindungJ) de 1a lógica
clásica hacia un pensar que «se: experimente y se en&a}'e como mu·
danza de la rehc.iót'i con el Senl 5 ' , un perua.r tra$cendental, y pre•
.pare una «cercanía hada su Verdadl' n;
Hw, p. 247.
·~:J.
'.s VA, p. 182.
GZ AEP. p. 15. Cfr. QSP?. p. 11.
u Id~m, p .. 19.
41 ww. p .. 2'l.
AS WW, !>· '27.
1 ~_2.:::_tler(!i!(~ y _.s:r en Heidegger ····--·· ·-----··-·- 225
. Ya el J?rimítivo lógos g!'Íego entend ió esta referencia esencíal
1 como Ull. corresponder al cla:nor dd Ser• .Es el Ser mismo d de-
signio que <:nos convoca ;¡ pensan!, que nos ftter.za requiríendo al
pensamie!Ho. Y d Ser nos da que pensar -prosigue Heidegger~
por la diferencia ontológÍc;~, por esa ~xtraña duplicidad de ente y
Ser, que se manifiesta en d carticip[o cdb·•¡,, ceEs menester .que pri-
mero la duplicidad de ente >' Ser.. esté a su maner.l m.anifiestain.ente
supuesta., tomada en consídera:=1ón y gtiardada, para que pueda ser
esencialmente reF<Úntada )' tr.atada en el sentido de la p·artkipa-
dón d~ lo uno, el ente. en lo otr~; el Seu oG. Pe aqu[ que en
un ineeni:o rmpresionante de clasificación progresiva, Heidegger t)OS
t~aduica la s-entencia de Paiménide:;: <''/.P4 -;(; Áiys~·J '1'<- vúi·~ -r'ió•J
e¡J..p•.tva.~>l, dentró de esta pt·imítiva éaracterización d.el pensar, así:
c1Se requiere el dejar sttb-yaccr ~í c~mo el tomar en. cons.íderacíón :
1 Pero e! cambio ya. aludido (cap. IIJ) en lá esencia de la wJJ:~O~t!.l.;>
y el ;tÁoyo')'' trajo consiga la cieació;) dr: una t6gka a~ributiva, al
nivel del ente, qüe olvidaba o marginaba al menos su esencial re·
hción con el Sá, Todo el pensamiento ocddental se ha movido
en este olvido de Ja ve~dad ontológió, de la Verdad del Se~. El
«super,hombreH de Nietúchc .és, pa.ra Heidegger, el intento de su-
peración de la postergada esencia del pe!fsar, que ·resultó fallido f<i:l!'
moverse dentro de la ótbita: de <dá Metafísic.á. de la. voluntad>,. He
aquí por qué es preciso ÍJ;lte.p~ar de nuevo el paso de la Metafísica
a] Pensar del Ser, . ·. . .. . · .
Por otra parte, «rnuy pocos .son los que han experimentado s~
íiden.eemente la . diferencia entre. ~m objeto aprendido y l,lTia pro-
1 .
posición pensadaJ; r:. Es decir, muy pocos están en camino de accc·
':
'
'" «¿QSP?.v, p. 2[5.
ro ldem, p, 209.
n ldcm, p. 9.
!5
 226 Pedro C~reto Galán
--~--- - - - - - -·- -- -·- --·--- -- --
carse a una caracterización positiva de:! Pensar, una vez desprovistos
d-el lastre de una lógica de la atribución. De todos modo~. estamos
en nuestr<? perfec~o derecho dé creer que Heidegg·er, al menos, debe
estar en el reducido número de. estos elegidos. ¿Qüé es, pues, po-
sitivamente, el pen.s.'lr para nuestro ¡¡.utor?
Heinemann nos advierte de la dificultad de la respuesta : ~< Como
corréspoode al pens.ador de una época d e tra nsición - nos dic.c-,
para el cual han muerto los antiguos dioses y !os nitevos todavía no
se han revelado, qui~iera fundar un pensamiento nuevo, más ori-
gi!k;!, más esencia1. próximo al ser y ~ la existencia ... >!, y más ade-
lante: e<El pensamiento de Heidegger no flota, sino que penetra
en los esttatos primitivos con la esperanza de abrir en ellos una
nueva í·ue.t:lte. No ascie:~de, sino que desci¡:nde, jalona algunas tle-
chas indicadoras tl1 el camino hacia el abis¡no, hacia la profundidad:
profuadi1.~ en la lengua, en la. imagen, la metáfora¡ se convierte en
httbla-r, en hrtamudeo, en poesÍa l> ) ~. El p~nsar .está, pues, er1 el
ámbito de lo inefable. Y la razón es bie::t clara: nuestras palabras
usuales iluminan el mundo; están al nivcl de nuestro yo trascen-
dental. Sin embargo, la palabra esencializadora. dd r:e:uar e!itá más
allá ·de nosotros mism.O;S. No es nuestra p;~,l ab ról, úno la palabr'a. del
Ser, «como la$ nubes son las nubes dd cidol> '·' ; <!pues. el pens.:tr
lleva al habla en su decir. solo h indecible palabra del Sern u. El
es <<la casa de la verdad del Ser1J 1 ~.• su morad;:¡ cscnciaJ en donde
espera místicamente al hombre.
Jugando etimológicamente con las palabras alemanas : Gcdanke,
Gedanc (del alto ;tle:ná:-:) y Dank. nos hace H:úcieggér, en <<\Vas heust
~~ HEI~EI·11<N:S, ¿E,<!d t!i<:-'!1 o nwerla la fofosof!;t (.:<:i...tcnc-iaP Rev.
<ide¡m, p. 91.
r:s CHurn, p. 232, y JUinm, p. 119.
1 • ldcm, p. 228, y BHum, p, 116.
'~ ldcm , pp. 6! y 168, y BHum, pp. 53 y <JO.
227
Denhca ?H, una caracterización del Pens:tr cotno <re! recutrdo reco-
gido que todo lo recogen H. El pensamiento es la concentración }'
recogimiento en Aquello, qu.e ~d.H: ser pens.~do. Ya nos lo ha
dicho en Aus d.cr Erfah1'1tng d.cs Dwh~ns ". La obsesión del Ser,
l:t ll?.mada del Ser, imanta al pensamiento; qlle q ueda pololrizado
místicamente, en éxtasis y con sobrecogimiento, en la presencia de
la V croad. En este sentido, todo pen.samiento es la ugr:ttitud a un<~
dádivall. «La símple gratitud, en cambio, es que simplemente pen-
semo.s, a s.1ber, Aquello que propia y únicamente h.:~y que pensar» ".
El pensamiento h:ma ahora examinado estaba a Ja altura del
<<mundo, , como nivel de la trascer.dentalidad, y se ócs.,rro)laba en el
luminoso juego dd Dasein y los entes com.o vecinos de lo .abierto. El
Pen~r por antonomasia, en cambio, se enetlcntra al nivel de la Tras-
cendencia d el Ser. El Dasein, qnc tansólo es huésped de la Presen.-
cia. no p!ledc por sus prop:«s fuerzas salvar la n.1da que media entre
e1 Ser y los cnces. {<Sus propias fuerzas¡¡ se ll.amau en es::e caso <<.fiJo,
sofía». Sin salva ~ la nada y sin alcanzar, por lo tanto, el Ser, no e$
posible la. ftmdamcntación de los emes al nivel del «mundo¡¡, Y he
aquÍ que H eidegger, para orillar Ja diíicu.ltad, ioatigura un n uevo
proceso. Puesto que el Dasein no puede llegar :1 Ja plenitud del
Ser, por su limitación en el seno- de la Luz, el 1ínico camino abie.r to
es gue el Ser venga al Dasein. «El pensar cons\Una la referencia
del Ser a la escDcia del hombr~. No hace ni efectúa esta referen;
cia. El pensar sólo b ofrece al Ser como aquello que le ha sido
ent.~cgado por e! Sen' '~.. De acuerdo con e.ste planteamiento de
la cuestÍÓ:J, el comportamiento con la Luz rio viene ahora simple~
mente desde el Dasein, sino que procede del Ser. <<El propio Ser es el
de 0.:-
>b •¿QSP?, , p. J35.
n A:1s der Er/ahnmg de; DmJuns, p. !9.
1; •(QSP?•, p. 139.
r"!- CHum, ;>. 161, y BHum, p. 53.
//8
zzs
comportatiti<;nto, en cuanto El sostiene en sf y reúne la cx·SÍ$;cncia
en su e.sencin ex-sistenáal ---esto e.s, ex-cácica-, como siendo e!
lugar de la verdad del Ser en medio de los entes>! ~·. El pensar es
la llegada misteriosa del Ser en la revelación. No sale de nosotros.
Nos llega dejándonos llagados de su presencia. Por eso ha escrito
Heidegger: ;(\Vir kommen nic ?:u Gedankcn . Sic kommen ?:u
Todav(a más rotundamente nos matti fie~ta Heidcgge.r que d
Ser es una dádiva para el pi!nsamiento. Nosotros tan .sólo podernos
prcpa.-amos para esa venida. e<Pero basta con que soportemos Y
llevemos a cabo aquel \csin habla y sin dolor somos>> {~e refiere a
un verso de Holder!in}, para estar ya .1biertos en nuestra esencia
a la palabra que nos viene del Ser» s~ . Y poco más abajo; ,~El
estar-abierto propiamente dicho p<lr:t la relación con e! Ser es con-
dición neccs:tria pem no stdiciente ... >• ~~. (<La tarea propia del pen-
sar es rasgar la niebla que envuelve al ente cotno taln ~~. Es decir,
el pensamiento prepHa la venida del Ser, con el plantc<lt.lli~nto de
la diferencia ontológica, libr.índolo de un nuevo encubnmrento _o
reducción entitativa. Pero es el Ser, en deúnítí~, quien debe vemr
y, «dirigirnos la palahraJ>. El pensamiento sólo puede apuntar hacia
el Ser, seña.lár ccel acontecimiento de una sustr:tcción del Ser en ia
historia» ~·. y quedar a.st en temblorosa y anhelante expectación de
la epifanía. Sólo el Ser puede consumar libérrima¡nente al pensa-
miento.
· En definitiva, «el pe·nsar es, para hablar sin rodeos - escribe
Heidegger-, el pensar del Ser. E! genitivo dice dos cosas: d pcn-
"~ ldtm , p. 187, }' BHum, p. 7í.
u AED, p. 11.
•~ u¿QSP?•, p. 88.
~~ldem.
u ldem.
ss ldem, p. 1~.
229
$3t c:s del Ser en cüanto que d pensar, introducido por d Ser, p~r..
tenccc a su propio suceder. El pensar es .simllkineamcnte pensar
del Ser, en cuanto perteneciendq al Ser, escucha ~1 Sen: H. No puede
decirse con más d.11ida<t Ahora sí que hemos ganado positivamente.
la esencia del pensamie:lto. c•Pensar d Ser significa corresponder al
clamor de su escncia.)J ((( Sein deñken hd$..~t: dem Anspru,ch seínes
Wese:'IS entsprechen>J) e~. La Verdad del Ser nos llama desde la
plenicu.d de sí misma. F.ll<1 crea la p;¡labra justa y originaria y el
comport<~miento para resolver con autenticidad nucstr<> ex-sistir.
Misteriosamente este dan)or del Ser llaga nuestra exisrencia de-
jándola embriagada y ex-t:ítica co su Luz. El Ser V.l llegando, en
el anonadar de ia nada, en la angustia ;mte el ente, hasca nues-
tro hombre, más interior, es decir, hasta las 'rafees de nuestra exis-
tencia 89 • Entonr;~s. la única actitud posible es la maduración )' la
correspondenci:t en el silencio $•. ¿No son ést~s expresiones de
un místico? ¿No resuenan aquí Holderlin, Rilkc y Trakl. en su en-
cendida y obs~ionante palabra de regreso al Ol'igen? ¿No estamos
de nuevo sumidos en el mismo ámbito de la poesía como revelación
del Ser? ~ 0 • Y. sobre todo, ¿no aparece así un elemento infinito, ex-
traño hasta ahora, al pens;un iento de · Heidegger? Fijémonos bien
e:o esta última pregunta. Sólo sobre ella podrá decidirse verdadera-
mente la esencia del cambio heideggeriano. Antes sostenía . que la
finitud temporal del Dasein y su limitad;t tr<lsccndcncia err uh nmn-
st CHum, p. 165. y BHum, p. 57.
81 V A, p. 182.
"" CHum, p. [83, y BHum , p. i4.
~· ldom, p. 203, y BHum, ·p. 92.
~n
En efecto, la poe~ia umbién ~s An•ieok~.n. y cn(Qué signijica p.,,.
$ar? (p, 17)~e nos di<:e expresamente: •Ci recuerdo de lo que ha cie peru:trsl!
C$ la fuente priroi¡;c11ia ele )., ¡>ocsin, clóm!c le apunu, al mismo tiem¡:o
ouc una ;;fioid.;d con d pensamiento, una ¡x>$Íble c.1rnc:tcriuc:ión p.!{u!i~r
del Dichten. con respccro al Denken, que le sirve de fundamento.
117

230 Pedro CeT'e_zo :Jaláll
do, Ie asignaban un lugar regalado en el s1:no de la Presencia tras~
cendental del Ser. En virtud de este puesto, el Dasein estaba en
Ser, se comprometía con el Ser. pe::o no dísponÍ¡ de la total eco-
nomía de la Luz, como horilonte trascenden t~! de des-velación. El
destiúo del Ser y su ocultación l¡mitan al Dasein. Sólo le queda resig-
narse en $ll mundo y a través de é!, entre luces y sombras, andar siem·
pre nostálgico de la Verdad definitiv;;. Todo e:;to e:\ el Heidegger d e:
Sei11 und Zút }' los escritos :;obre la verdad y el fundamento. l?e~o
he aquí que existe también el Heidegger de la «la. poesía }' el per.sar>>.
El H eidegger que viene a salvar la radical ind1gencia del Dasein.
por él elaborada, con d sup\llmo idealista d e tilla in~fin itud ofrecid<t
como regalo del Ser. Puesto que e1 Dasein no puede co:1Sumat su
referencia al Ser, no queda otro camino sino que sea el mismo Ser
d que la consume por revelación. 1->cro - y aquí si que esta mos
ante el límite-, ¿-es posible tal llegada del Ser al hombre? O de
o teo modo, el nuevo elemento del pensar, ¿no cxdu;·e en su base
coda la meditación anterior de Heidegger?
La llegada aJ hombte de la Verdad del Ser, en toda su pleni-
tud, eJ:ige necesariamente en el hombre h capacidad de recibirla.
Poéticamente lo hot expra~ado Heidegger, en Wozu Dichter, baj<>
el velo de 1a palabra «dios»: <c¿A dónde debe el dios dirigir~e en
$ú regreso, si :tnt es el hombre no 1C ha preparado una morJ.da?i•
Y prosigue: ¿Y cómo pódria existir para ti dios una residencu
digna de él, si antes no co:nenzasc a resplandecer en todas las cosas
e! brillo d e su divinidad?•, H, Así tiene que ser en efecto. El D a-
sein sólo puede reci bir al Ser. si es constitutivamente capaz de él.
Y sólo paedc ser capaz del Ser y de su revelación, si ci Ser lo ha
dispuesto así. Pero note.rnos bien, que el Dasein, capaz de Ser.
transforma al limit.1do Dñsein de Ser )' · Tiem:tlo, q ue tan só!o e.s
cap<tZ de mundo y de tierra, de tinicbb s y Ce luz, es decir. que
~~ Hw, p. 2!.9.
--------·~-- 1 ir
1
231
sólo era .c apaz del its<:ntido de los entes;,, Y no se olvide que entre
el Ser Trascendente y d ,;mundo t rascendentah, o lo que es lo
1
mismo. e:Hre el Ser y los. enl';!S incramundanos, media la n:ada como
diferencia ontológica.
La muchnza se tnllnifiesta también en ott:os síntomas. Se babía
detenido H eidegger en el problema del abismo de la libertad. Sin
el pensar, la libertad hubiera sido, simpleme:tte, forjadora de la tras-
cendencia de un m undo. Con el p~nsar, la libertad supera. el mundo,
saln el abismo y se compromete necesariamente con la Verdad
misma dcl Ser. La Erschlo~Ilheit gana así de plano. Al nivel del
mundo, consistía ~n la realización de nuestro ser desvdador, me-
diante el ejercicio de una libertad, ccdecididora sobre el horizonte
inseguro de la tierra. Al nivel del Ser, consiste en la extática do-
nación de nuestro existir a la necesidad inmutable de la Lu?..
Coo la transfigul'ación de la libertad y de la auten ticidad, en
virtud del infmito que i11t roduce el pen:;amiemo, varía ta."nbí~n el
concepto de angustia. En el plano de Sein und Zeit, la angustia era
el sentimiento q ue nos revela . nuest[a ccmundanid.ad)), La nada que
nos manifiesta esu angustia. es la nada del asentidon de los etltes.
la pérdida o hundimiento éc. un ~1ori'Zont e de intel ig:bilidad. uLa
nada - escribe \Vaeh!ens- se nos revela en el aniqu ilatniento de
lo inteligible» ~·~ y entonces quedatno~ ante Hla mu ndanidad» en
cuanto tal. es decir, su¡:>ri:nido el <<sentido» de un m undo-, nos ¡¡pa-
rece el :;mundo;¡ c O;:'tlO e.struclU ra de <<exterioridad», de apertura .1!
ente,,, «Wovor die Angst síc;:h angm:t, ist da$ in-der-Welt-sein
selbst» n . De modo que no solamente me abro al ~tiendes «en
b~uto» , como límite de recepción de «scntidoll, sino a mí propio
ser, arroj;~do a lo abierto. La aagustla es el temple fundamental dcl
encontrarse. Posteriormente. la nada se califica, como hemos visto,
~2 Ob. .cit., p. 266.
n SZ, pa rágrafn 40. pág. 187.
¡;¿o
232 Pedro Cerezo
--- - ---
como la negación de la omnitud dd ente, y por tanto el temple de
l;a angustia nos abre aho~ a la plenitud del Ser u•. Es ésta la nada
que funda la plenaria Ebertad. «Sin !a originaria patencia de la
nada. ni hay mismidad, ni bay Libertad)> 9 ~.
Et. SEtN
Pero, ¿es verdad que el pensar exige \lb infinito? ¿Cabe hablar
de un Ser infinito en Heidegger? En definitiva. ¿qué pas.1 con
el Ser?
Al tocar este centro ncuJ·~I gico , notamos que Bota tma ambi-
güedad a !o largo de tcdo el pensamiento de Heidegger. Por una
parte, el Sein es siempre de un determinado Seiendes. Como ob-
serva muy atinadamente Alvare.z Bolado, existe en Heidegger una
construcción muy peculiar y reve!adora, de los términos ontológi-
cos. <<La palabra Da-sein --como otras que iremos encontrando CX•
cogitadas por Heidegger para su repertorio ontol6gíco--, está cons-
truida de la siguiente manera dpica: de un lado, el término <~sei:".:n
como parle subjetiva, determ:nab!c; como parte determinante :mnca
una palabra sustantiva: espíritu, vida, con per~onalidad in~cl igiblc
(ategorial) prop:a. sino Wl adjetivo (Zuhande:n, Vorhanden-sdn} o
un adverbio (da), que, por su narurale:za gramarical, sólo matizan
el se.ín, son funciones del ~e.! n, definidas y conceptl!al!zadas por
esta su función en d Ser y respecto dd Ser. E! Ser rnÍ.stno tampoco
es en Heidegger p:llab~¡¡ SUH3:-:tiva, sino verbal : D3S Scin west.
Así se comlituyc puras expresiones de Ser, definidas desde el Ser.
q ue e$ lo último, porque es tnmbién lo primero (lo originado).
Desde el origen hacia la plenitud, e! Ser west, s~ cumple o actúa.
H <!QM?. ?P- 42, 52 y 57.
9G Idem, p. 52.
Galán Arte, verdad y ser en Heidegger 233
- -
Lo~ ent~:::s SOJ\ comprendidos
por 1-.leidegger en el proceso de este
cumplimiento del Ser (das Wesen d~ Seins) ~l 0 •.
Pe:-o por otra parte, y precisamente por ese cumplimient'o en
todo ente, el Ser se nos m\l.cstrt. como un más all~ del ente, como
la fuente de posibilitaci6n de toda entidad, como la Verdad onto-
lógica y ~rascendental, sobre todo en los últimos escrüos, como
hemos venido comproban<lo. Y, sin embargo, esta duplicidad es
consentida y necesaria. Ella misma nos da que pens.ar, ha escrito
Heidegger refiriéndose a la doble d¡mensión c<ente.-senl del pard,
cipio ccs6'/)) de Varmé.nides. Lo ambiguo es la misma dimensión y
co-implicación que caracteriza al « ente-.~;en> . Pensar la ambiglicdad
es situarse en el ámbito de la ctdifcrcncia ontológica}J,
Y mientras nos accrc:~mas a este pensar, bueno seriÍ h:~.cer al-
gunas ind icacione~ previas. ¿Queda el Ser reducido a la totalidad
de sus funciones sigt1ificativas, o la <ttotalidad de sentido de lo
real»?"', ¿Se ago~a el Ser en su pres1:ncialización temporal? ¿O el
Ser mismo y en nt~nto tal, en. cuanto fuente de todo sentido en-
titativo, rebasa siernpré su presentación o revelación en los entes? . ..
Conres.<ar aGnnativ:uncnte al pri:ner interrogante, su¡;one af~r­
mar que el Ser llega a su omnímoda expresión de sí. a n·avés de
la hi~:or¡a, Se re\•cla ph:rt3d:amen te en los ent~s.: Ei Ser es el Ser
de los entes y nada :nás
Estaríamos en un es•adio de! pens;;miento griego, en su fase
m:is primiti\'a, seg·ún la interpretación hcideggeiiana. en d <JUe ei
Ser :tdvíene y llega en cdo presente11. Y justamente el esfuerzo de
Heidegger es sobrepasar, superar semejante conceFción, haciéndo,
nos ver la trascendencia dd Ser al ente, la Verborgenh.cit radical
desde la que crece toda presentación. Es cierto que el Ser se esen-
96 AL~'ARS?. Bo1..~oo, Ar t. út., p. 80, noLa lO.
' 7 ldcm, p. 102.
 KARL J ASPERS

ORIG EN Y 1V1ET A_
DE L A
' I-I I S T O lZ .I l-\.

Trntlucción dal <!llemán

por FE'!L"l..L~Do Y.FlÍ'.A.

-
ll '

!
Sele~tcl
.,
1 <le
1
Revi11ga de O~id~nie
Bárbara. de .Hl'flganw, 12
a uavés del tie.lllpo, para lo cual el tiempo es indifer:eote,
pierde en seguida la sustancia histórica.
Pew Loda nuni!estación de la auténtica verdad es afín c:n d
origen, en aquel ¡¡ersistir que no es duración en el tiempo,
síno cteroidad que anula el tiempo. Esa verdad yo l:a. alcanzo
tan solo eo el" presente respectivo, en la propia t"nosición, pero
no etJ la comprensión, imitación, repetición idéntica de una
manifestación sida.
Históricamente es también la uaasición algo peculiar en
cada caso. Sé p.tegunta: ¿cuál es la transición que hace po:liblc
esta maneta dé revelación el Ser? Solo se pueden indicar tales
posíbilicbd<:s con !a vista en las grandes épocas de transición
cld pasado. . INTR.ODUCCTÓ:--J
)\sí, pues, el rn:;go fundatnen~Jl.l de la his~orla es: ~:l h.í6to-
rta es, en 2bsoluro, tT.!lnsición . No es pwp1o de la hJstorJa 1o
esencialmente duraclero; todo lo que du.n1 no e~ mis que su
base, su r.1aterial, su medio. Con esto se corresponde 1:1. si-
guiente idea: .El término de la hi~totia, de la humanidad, esci
en cu21quict: momento, lo mismo que ocurtió un d1a con su
principio. Lo último - sea el principio o el 6n- está,_ p_rác~
ricamente, tan lejos de nosotros que no podemos percibido;
pero do: ello dinuuta, no ob~tant~, un11 medida que se extiende
y prevalece sobre todo .
}J(,
3. La unidad de la historia
( L. A hist_ o dddad .del ho~br~ es, desde . luego, . hist~rkídad
•.. _.- múlt!ple. Pero la m:ll!!pl1c1dad estlt b~¡o la c:ugcncHt de Ja
' \inida?f, Esta no es, sin embargo, la preten$ión exclusivista
de una. hlswcicl"dad ·de ser la única e imponerse a to·:l:1.s bs
demás, sino que hP: <le ser desarwllaci1. por h conciencia, ::n
la comunkación de lo que históxicamente es múltiple, como
]a absoluta historicidad de lo uno.
L.I;:sta es la unidad de h hútoria humana a la cusl p:Hec:e re-
ferido todo lo que tiene v-alor y senti4o¡ Peró ¿cómo ha de
pensarse esta unidad de la historia humaiia?
A priméra vista, la experiencia p:ucce ntc,sciguar contr~t
)a unidad. Las mllnifestaciones históricas son inconmensurables
entre si por su divusid!ld. Hay muchos pueblos, muchas
cultuns, y en cada una, a su vez, infinidad de hechos y estados
. históricos específicos. D ondequiera sobre la superficie te-
rrestre, aill.dondc fue posible la vida, el hombre se ha esta-
blecido y manifestado en forma peculiar. Es como una di-
Yersidad, cuyos miembros s•.ug<:n y desaparecen unos al lado
de otros y unos .tras otros.
~.Considernr al hombre de esta suerte equivale a ordenarle
y de~¡;nbirle como se podd:.t h:tcer con !:1 d[versidad dci reino
vegetal Es la contingencia de una se.r:ie de iodividllos que,
como ..r;~pecie z<hombre», muesuan cie~tc¡s catacteres típicos
v dentro de ellos muestran !IlmbiétJ, como todo lo yivientc,
dewiil.ciones dentro de un margen de posibilidad~?..'__Peto al
.317
/~3
<..oarur:~lizar»ne este modo al hombre se hace desaparecer al
auténtico ser Jd hombre.
Pues lo csCtlCÍál en toda esta diversidad y disper~ión con
que se manifiesta d hombre es que los hombres se aborf)an
e intcrc~an entre si. Donde los hombres se encucntran se in-
teresan WlOS por otros, ~ienten antipatía o sitnp_a tía mutua.
aprenden unos de otros, intercambian. Al encontrarse se pro-
duce como un .reoonoccx:se el uno ut el otro. y \In afirmarse
frente al otro que al mismo tiempü es reconocido como él
mismo. En este encuentro, el hotr bre experin1ent:~ que él,
cualquiera c¡uc pueda ser su singuhridad, está referido C(ln
tod!"n; los der{tás a un Uno, que, en vt rdad, no posee n i conoce,
pero que le g\,fa ~io ser notado o en ciertos momeotos le
arrebata. co n un entusl~smo .suby,ug.tdorJ ,
Vista as!, la m~nifcstación del ho:nbi:é' cs1 la diversidad Je
la historia es un movimiento hada ·¡á unidad - -·que tal Tez
eS la ptoccdencia áe un funda.tnento único y que, en todo caso,
no es una .c:ci$tenda empír ica que en <'S ta múltiple dh·ersidad
rn\lcstre su última esencia.
A. fii:.CROS QUE 1NDICAN' LA UNIDAD
1. La U!Jiddd dda cotulitruión hulf!afJa
B..-tiste la siguiente idea superficial aeerca del ser del hombre
exl la historia; El homb~e es un conjunto de dotes y disposi-
ciones. En cada tiempo, b:~.jo las <:Spe<:iales condiciones, dcs-
auolla um. parte de sus fuerns, facu!~des e impulsos, mien-
tras <:¡ue las demás .reposan adormecidas. Pe.t:o como e.n pote.o-
cia el hombre siempre es el mismo, también en todo tiempo le
es po:>ible todo( El distinto desartolb de sus pattes no 5igni-
nica diferencia <le esencia, sino tan >olo dife-rencia de mani-
festación , Solo la. reunión de todas las manifestaciones en que
se de~arrollan divers!Imente las posibilidades comuQes muestra
la totaJidad del ser del'hombte(
A la cuestión de si l:t cot\$t'Ítución humana ha catnbi2d0 '
en los escasos siglos de hlsto.r.ia o si, en ese tiempo, el hombte
}18
ha permanecido esencialmente: idéntico, se contesta (¡ue no
e:xiste ningiÍn htcho (Jue demuesqe tal modiScadón. Por
el ·COntrario, habtía que concebir todas las modificaciones por
h ~ección de lo que ya e.Jiistía. Las l;iotc:s permanentes e
inmutables, ya dadas d e anterna!lo, se manifiestan en direc-
ciones cornplctamente distintas en c11da caso en virtud de una
selección diferente. En cada CllS<J, ~e distinguieron notoria-
mente, tuvieron éxito y después fottt~aron tnayorh aquellos
individuos que satisf-¡cim por sus Cltalidades ciertns condi-·
ciones de cierta sociedad y sus situaciones. Los e.s tados socia-
les se ca.racteriza:on pot los hombres que fon\entalr.tn y
hadan prospemr. C.on d cambio de c~os c;stados, cambia ,tam-
btén a íielcccióo, y entonces salen a la luz cor1.-<tituciones antes
escondidas, gue habian sido repelidas pol' L'lrgo tiempo y
reducidas ~ pequeña minocia por v irtud cie una selección ne·
gativa, _N o .hay, ,pues, m:ts que una variable patenti7.ación de
la misma esencia bajo cond.idone~ siempre dis tintas. por :vir-
,tud de u.or. scl.ccción dife.rcnte:
Sin embargo , puede tc,pl.icatsc a estas co nsideracion~s que
la totalidad del ~er del hombte no se puede poner atltc los
ojos en modo alguno cC'lno totalidad de las disposiciones
humanas. :-.1o hay el hombre que sea o pueda ser todo lo
e}
1\Utnal\0 rll en la ~calidnd ni en bosquejo "de U ca representa-
ción.
Además, se puede objeta~ que la difet<e.ncia esencial de la
constitución humana individual dada por la naturaleza es
elemental, orig.insria. Sobre rodo, a h vis~ de las cualidades
'j .r9$gOs de caráctt':r que ya se revelan cn la más temprana
infattcia, se hflce notori-.. la forzosidad de las disposiciones
a la cual el hombre no puede sustraerse. Po.r su ~~tu<l, el
hombre es ~ofundan¡ente distinto en su col)stitución.
Estas con$iclernciones y objeciones, éuando son tomadas
juntas, son acermda,s, pero no bamn para c;,·u~cterizar. :tl
hombre.
* "' *
Parn llegar a 1?. unidad del sc:r del hombre:-., pa-knti~ada p<ar
la historia, hay q ue superar el p unto oc vista biológico-psic(l-
lógico. ·
319

¿En dónde está la urudad de la p<=unanente esencia del
hombre po.r vin:ud de la cual únicamente es posible la mutua
comprensibilidad ~· nuestra copertenencia? Repetidamente se
pone en duda 'la: un idad, p ues. en toda ui liistoria existe un
~bio continuo del conocimiento h umM O de la conciencia
y de b concie.ncia de sí. mismo. Constanremc:otc surgen y.
desaparecen posibilidades espirituales; constantemente Jos
ho::nbres se. hacen mútuamente e:z:tnños y al ú.n incomprensi-
bles.\ Sin embargo, ¿no existe unidad en todo esto? En todo
c<1so, criste.en la forma de ilimitad~ volU1ltad de comprensión.
PeJ:o si esta unidad/ no se puede concebir pattie'ndo de la6
disposiciones biológicas, porque su. sentido no puede tocar
en lo biológico, cntonces debe tener o tro fundamento, .otro
órigen. J~o c¡uc se piensa con este orige..r1 no es una consti-
tucióa- y una dcsccndend¡¡ biológica de.dvada de una raíz,
sino el ser del hombr.c como unidad dimanada de un origen
más alto. E.~te odge..; solo puede represent:u:se ante los ojos
mediante el símbolo, m<:d~nte la idea de ia C(eanón del hom~
bre por la divini.d:td a su imagen y semeJanza y d pecado ori~
gi.na.l."
·Este o .rigen, que ll· todos nos une,. nosjmpulsa. unos hacia
otros, nos hace tanto $uponer como busca:r la un.idad, no se
ouede, como tal, conoc;et n.i intuir ni está como realidad
.t. .. • 1'
cmpmca :utte noso~!OSJ
La. objeción contta la unidad, ruando se scñalau las ex-
traordinarias diferenci:~s congénitas, que se repelen en la vida
y parecen scparat J:adicalmcntc, e a la constitución de l-o$
individuos y los pueblos, es falsa cuando ,p.rctc.'lde :lÚtJDar que
ea .la \Jlti.t:'la raíz. existe uo¡¡. diferencia ese.ndal entre los hom-
PJ;CS, de tal suc:rtc q~c tienen que esmr sepuatlos por un abis-
mó insalvable. Por m\1cho que se hag-.t sentir, hien la separa-
ción profunda y la pugna entre !as diferencias de esencia, bien
la equivalencia mutuá, tanto más inexorablemente se escu-
cha d vínculo posible que dorm.it:a en. h\ profundid~d. Lo
trascend<'ntc sigue s.ie ndo la rdüdad sobre toda realidad que
se ha hecho ddínida. · N~mca se puéde s:tbcr. lo que se puede
dcspcr ta1: bajo nue~"as condiciones en n uevas sihlacioncs.
Nadie puedé tir.a r tto.a raya bajo uü hombre como ti se pudie-
ra ca.lculu lo que l.e es posible y lo que no ices posible. Aún
}20
1·
menos pur:dcn ser definidos deiinhiv::uner¡tc los pueblos y los
tpocas. Lo q~ puede de~ignars:c cómo carictec de los pceblos
)' C:pocas tonados e.o conjunto no es nunca un rnrácte~ c3omi-·
nante c:n ~bs~luto. Pues e11 todo tiempo es posible toda~·ía otra
cosa dt.snnta. T.9_ c.¡ ue C•ln viene a! in{lividuo o :;. ur, pequeño
circulo. no debe ser geucrali2ado y convectido en r::.Sfo c:~.­
n<:teristico de todo el pueblo y su cultura, aun9ue le pette·
nezca. La :~sttonomJa de Aris~_cco (d rnuodo copc:ulicano)
no tuvo ninguna consecuencia e influjo eu Grecia, lo mismo
que ocurrió en Egipto c<HI d saber y b creencia en D ios de
Amenettthopc. Por eso, tan .a u:lenudo .la dma qued:t como
aparte, incomprcodid2, aislada y solo CKtc.riflt:mcnte, poc ra·
:r.ones cspcci.a!C$ y fortuitas en c~:d'a. caso, llega a una fam:a sin
influencia o :~. una. influencia n-acida de J:~ mala joteligc11d~
y !~ tergivcrsació.n. Es dudoso que Platón en Gred:t r Ka:1t
eu Alemani:l. hayan ejercido veu.h den in~ueoda, sah·o en
un:~ peque!}::; corriente espiritual, ciertamente m:<g.nllica.
·1A_?, P?e~, .la. nn.idnd en que el hombxe vive cwtndo co real- ,¡
mente lusto;:~co no puede t<:nct su base en b unidad de pro-
cedencia biológic:t, sino tan solo en d e!evado origen po( el 1
cual el hombre salió dírectamente de las manos de L'l div'inidad
Esta unidad del origen no es la pet<Si5tcncia de uo modo de
se.r. Por el contt:l.do, es :a historicidad mism~t.~_l\sí se demues·
era e.n lo que sigue: ·-·
t) La unidad del hombre en el proceso de Stl:S t m.:asfor-
mnciones no es una ·uroidj\d tranq uila de cualid!!des pe·.r::sis·
tentc:s, que solo se: :rc::~li:!.1n pot turno. El hombre: se ha Jes-
arrollado é:n la historia merced a un movimiento qu-e no es
movimiento de 3U constitución rutu!'11. Co,mo ser natuul
el hombre es la constitución qne. le ha sido dad1 d.cnt:m de
nrt margen de -.-adacionc~ como ser histórico trasciende de !o
dado nanrralmente, por virtud de su origen. Po,¡: \·lttu!i de
este origen t!ene gue a..~p¡r2r ~ la 1.u udad que: lo enlaza ~odo.
Esto es un postulado: ~in .es~ unichd, seda imposible la
comprensión, media~.a un abí$tnO cotte las cliferencia~ de
esencia, se_rja imposible uru h~stori:l inteligible.
.321
21
 z) En ~ manera de Ulanifcstatse elbombtc singular exis~c
el CQ[;\cte¡; de cxcluitse, Cerrándose en Una determinada rea-
lidad. El hombre, como individuo, no puede tcwli.r todo lo
que realiza part.ietldO de orígenes tsencialtnentc distintos;
por ejemplo, ·el s:~nto y el h éroe. . de los hombres o producidas p or los sucesos y las SÍt\Iaciones
E l hombre, incluso el hqmbrc ~n~lar, es originariamente
<:odo según la posibilidad; pcm, segtio L'l r~lidad, es un in-
dividuo. Pero ett ello no es pane limitada, sioo origen vcr-
dadexo, histórico, adscrito a o tro o rigc.n histórico en k< con-
ciencia del único fundamento histórico que a , todos enla:;;a.
El ·b.omb tc sia~Lu no es 11unca un llrJml).rc completo,
nunca un hombt:e 1d.cal. No puede h aber, en principio , el
hon1bcc completo, pues todo lo qúe es y tc:lliza es a su ,~cz
destruible y es destruido, el hornbre est:í abierto. -:\o es un
ser. ccmcluso, ·acabado, tl.i puede acabarse.
3) En la historia se patenti~a C1l cre:aci6oes, irrup<:iones
y realizaciones únicas lo que np se puede re'peti.c ni su.sticuic.
Pero puc.sto que estos p:!sos creadoces no pueden ser encen-
dic.lr>s .c:msalmentc ni d educidos corno necesarios, son como
rcve1'tcioncs originadas ._en otras fuentes d.istintas que d cur-
so del mero acontccet~ero una .yez. que ya e.xist.eu sirven de
fu ndamento al ser dclllombre postenor. P ot ellos adquiere el
homb~ su saber y su querer, sus m odelos y an~tnoddos,
sus u'U<i2dcs de medida, su modo de pcr~sar y sus sírnbolos,
su mundo interioc. Son pasos hacia lá unidad, por pertenecer
al único ~spf.citu que se. comprertdc a.sí mistuo y que se dicige
a. todos. : . .
z, L a m:iverJd
La unidad de la humanidad pa.tece convincente en el hecho
de qu: análogos .rasgos fuodamcot:Uc-.s de la. religi6.11. de las
formas de p ensar, de los u teu:ill.ios y hctramieocas, de las
formas sociales, se repit~ en toda la. Tier.m. L~ an.'\logia de
los hombres, a .pesar de todas sn.~ diferencias, e!; t".normc.
Los c.~tados psicológicos y sociológicos son ~les, que donde-
quiera· es posible la comparación y el establecirrücnto de n n
sinnútncro de regularidades que muesua.n la cstnJctura fnn-
3 22
damental del ser del hombre, desde el puuto de vista psicoló-
gico y sociológico. Pero p recisamente !:t ~bservací Ón de los
~gó,s comunes nos pcmlitc ver clammeoté las divergencias,
concibanse . como orig.inadas por constit;Jciones espccfficas.
históricatJ. Si se d.itige L'!. n1!tada a lo uni~·ersal, se descubóá
la co.ncorda.a.c:ia cs.e.ncial y se .intetpcct!m\n Jas p eculiaridades
como ac~dentes locales, a dctitos a {Jn .cierro lug-a:.c. r tiempo.
Pero precisatneote lo <p.~e es universal no puede COI)Stitui~:
l~ V9r(l;;dcra l.l.Oidad de los .hombres. Por el coamuio, si se
dirige la mi(ada .a. la profundidad de la verdad 'Jlie se mani-
fiesta, entonces se cn~onrrará la dimen~;i.ón h(sté.rica en... lo
pcculinr,-y, en catnbio, erdo univer.sa.lsolo "erco10s lo general,
lq q~e perdura idéntico si.o !listoria, que es, por así decir,· d
elemento propio de lo fa.ctido y racioual. ·
Si entre l~s cultura.s más alejada~ se da una coro.unid~td en
la es.t.ruc,t).lta .fundámenttl del Ser del hombre, precisamente
es SOfPrende.ntc e importante el hecho de que sicmptC c:xi5ta.tl
divergencias incluso aLlí donde se creía · babee encontmdo
un elemento absolutamente únivecsal, de <JUe en algún lado
falta lo que es propio del hombre en otr;J. pattc y que, ;n suma,
el elcmcn.t o . ab~olut::tmetltc unhrersal tiene ~icmprc el álrácter
absuacto de una uniformidad. '
Lo que desde el P"nto de vista d e lo u niversal no .e s mis
que mer~ peculiaddnd puede ·.Ser precisamente la rc.alírnción
dc.J.a v erdadera historicidad,(!.-a u nidad. d e la. humanid:~d solo
puede fundatsc en k rclacióñ en que e.stáa. entre sí estas pe·
culiaridades históricas, las co.ales no sOtl esencialn,<:.l'tte diver~
g~cias, sino, por. e.l contrario,.contenidos positivos originarios,
no casos particula.tes . de algo ge.ncr:<l, sino n:Ucmhro.s de h
única y toral historicidad de la humanidad.,
;. .F.J pr~gruo
En ciencia y en poder téc."lico el camino adelanta siu cesar,
a un J»SO sigue o tro, toda nu e"-a adquisición se puede trans-
nil.tir idénticamente y pasa a ser propiedad de todo~. Con el!o .
corre. a través de la histo:r!a de cada ~ultura y de todas· las
1
'
32}

--..- ·
culrura.< una línea de a¿qoisición creciente, l..iniitacb, empet'O,
,J saber: y poder impersonal y de geneni )•alidez.
En esta esfera, la hist.o ria universal puede concebirse como
una evolución en linea ascendente -con retrocesos y paus2.s,
daro está-; pero, en su conjunto, con .un co.astuttc aumento
de lo adquirido al que contribuyen los hombres y los pueblo~.
y que, po~ su esencia, es acce.~ible a todos ~. incl~so llega a
se, propiedad de todos. Entonces se ve L'l rustonn co~o la
sucesión de estos g,rad~s de p;;og.reso en cuyo punto IID\S alto
se está al presente. Pero esto solo es una linea en d co.ojunto.
E l ser mismo del horob~, el ~tMJ del hombre, · su bondad
y su sabiduría . no progresa.n . El arte y la p~a pu~den ser
comprendidos por todos, ·aunque no aprOt>iados, s1no que
está.n vinculados a un pueblo y un.~ épo~ en una cima insu-
pet'.t.ble, tioka en cada casó.
Asf, pues; hay...,progrcsó en el s:~bc:r, en la téc.aica, en los
supuestos. y condidoñes par.l. nuevas posibilidades hum:\.a~~s,
p«o no en l:l sustancia d el ser del hombre. I~os hechos con-
uadicen t:Ü progreso sustancial. Los pueblos que rnás ha.11
culmin:~do ecl la histori:l han deaído, se han que.Udo e,n
estado de inferioridad. Ha .hsbido cultures destruidas p01:
pueblos b;t~buos. JA. aniquilación físic• dd tipo bWl'UUlo su-
perior por 19. aplutaatc realidad de las masas es u.a fenómeno
b:íslco de la hism.r.ia. El tipo medio que más se mulciplic:a, el
crecimiento de ooblaciones irreBexi\·:as triunfa 6i.n combate,
por la mera cxi;t~cia ele las m.tSas, so~re lo .~ue descue.lla
espiritualmente. Hay de con~uo ~ a.ntlselccoon de lo~ .111-
feriotes; pO( ejemplo, en las s1tuaooocs dende la brutalidad
y la astucia aseguran ve11tajas duraderas. Se ~o~ sentar esta
t::sis: todo lo cimero se derrumba, todo lo liÚCtlor perdura.
Contra taies genera.líz.aciones sé pod.tLa seruü.ac el resurgi-
miento de lo grande, el' eco de lo grande, aun cu~ndo a ve~es
calle por siglos y aún más tiempo. Pero ¡c:uin quebradiza,
problemática e insegura es esta perduración! .
Se dice que solo se tra.t a de retmcesos, de derrumbatnl.entos
fortuitos, y que a largo plazo :se da d pmgr~so sustanoal de
lo fehaciente. Pero · precisamente esas ~sualidacles, esas des~
ttuccioncs son, en t;do caso,. el acontecer fundamental de la
historia· que domina el prilllet phtno.
324
f ·
Se dice que el hecho de que haya sido así Justa aho:a no
auicre decir que por fueua baya de segtúr siencio lo mismo.
Depende de nosotros .m ismos dirigido mejor, for.tll.r d pro-
gt.;o.<:ontt:a el a:.:.a r y 1~ ceguera. !?ero ese:¡ e.s la utoph de que
se puede hacc:r y regular a voluntad alli cot.de lo que está
eo cuc~tión-cs d ser mismo dc:l hombre, donde nunca se co-
noce el objeto nt se It· puede abar<:ar cor. la visu ni tomar
en la mano.
Se dice que cl_dermmbamiento, la ::ulna, es la consecuencia
de la culpa; que coa cl que expiásemo,s oucstras cul¡y.¡s y nos
conscrv<iJ::amS),s el1. una \-ida pura, la ..:osa seda distinta. En
efecto;·est;a es la exhortación desde los profetas antiguos, p e:ro
n.osot(OS ignoramos por qué caminos, cuándo r cómo se
puede cn.geo<k:u de la. vida mocal puta el bien de una ordena-
ción mu.adial. No podemos .negar la realidad de q\lC la bondad
mn~. como· ul, en modo alguno prospera i' logr-A buen
éxito , ni mmpoco que no está hecha para asplcac al éxito, Peto
m bondad mo¡:al que acepta la responsabilidad del resultado
y sus consecueocias, sigue siendo el único gran albur.
El progreso aporta ciertamente u.aa unidad en lo cognos-
cible pero no k unidad de la humanidad. La ttnidad de 1:.
verd~d de vigencia general, idéntica dondequieca que ~e en-
cuentre en su intemúnable p.w greso, tal .corno se a:amfiesta
exclusivamente en la cieucia y la técniet, es~ Yerd:ld que se
puede comunjC21' y transmitir a todos y qu: solo se dirige :J.
entendimiento, .no es la wúdad de la h~IDlarudad. S\1 progreso
reporta tan solo una unidad del ent<:<Jdimiento, liga. a l~s
hombres por el entendimiento, de sue.rce que pueden dis~•ln:r
racionalmente entre sf, pero urnbién son capacc.s de aruqul-
larse mutuamente cOJl las armas iguales de ia técnica. P.Jes
.l,p que el ent~dimicnto enL-ua es solo la cor.ciencia en general,
no lo~ hombres. No produce auténtica comunk.ación, soli-
daridad.
4. La IIJIÍdad t.~ ef espado y el Hc111}Q
La .uoidá~f d~l .hombre se desa(roUa por virtud de la .comu-
nidad dcl~ido .nifural (la unidad del planeta) y la comunidad
del único tiempo.
325
 .' ~ .
Aunqué con retr ocesos, la. .intcrcomuoicación se desarr-olla.
y :1umenta en el curso de la historia. La multiplicidad de lo
que está dado por .la Natmalez11, los diverso& pueblos y palses
perduran po¡; largo tiempo unos junto a otros si.n rdacionar.se.
El ttllheo los enh::á, de las famillils h!icé pueblos; de los pue-
.blos, círculos de pueblos; de los países, continentes que se
funden )' de nuevo se desmoronan;. los hombres de los dis-
tintos pueblos Se descubren unos a otros y vuelven a. olvida.rsc,
hasta el momento en que comienza la .relación consciente v
efectiva de todos con tOdOs, y el trato humano ---en ejecució;,
t eal o en pugna~ se h ace ininterrumpido. Entonc-:.s comienza
la hiscoria cle la hum:~f'Jdad como constante intercambio
mutuo en la uni<hd dc las comut'li.c;¡cior:c:s.
Durante un .larg9 · perío9o de tiempo los hombre$ fueron
;lp.toplándose de L--i~ s·uperficie tetrest.rc, con ex-cepcióa de las.
regiones polares, los desiertos y las altas montañas, traosmi-
gNndo durante muchos milenios. La hum2.nidad estaba siem-
pre c.n mo-vimiento. En el umbral ·de la historia. se re~lizaron
viajes asombrosos. Los nonnandos ll'Cgaron ii Groenlamlia r
América; los malayos, a Msdag:as~r; los poline$ÍOS surcnron
todo cl océano Pacifico. Las Jcnguas, tanto las del Afric-a negra
C')mo las de América, son tan :úi.ocs entre sí que indican. 1tca
CO.tíf.taate comunicación del'ltro de estos continentes. · J .a~
invenciones, las he.rnunicotas, las imágenes y las leyendas
rcalizarpn en estos tiempos rcmotisimos cnot:mes migra~
cio.ncfl, en cu!l..nt:O que siempre fueron ttansmiúdas ditecta-
me.nte como de una mano a otra. Duran te mucho tietl)po
úni<.:amente -.,d..-ic.ron aislados los australianos y acaso _1\mé-
dca, ~unque e~t.i!. ~no por. -::otnplt;to (c.xlsten p:tt¡¡~efismos
asombrosos eutre el Asia .orientÍ!.! y Méjico). Pero aísla-
miento no quiere decir que nunCL otro hombre llegase a
ellos, sino que no ~e registró una infl.\1cncia sensible del
. ciemenco extraii.o.
En el transcurso d~ la l:ústoria constituyémnsc g.ran<l.~ Im-
perios que, durante cierto tiempo, intensifica.ron cl conmcto
de los l10mpres eo su interior. Después se .dcrnl.ffib!!ron, se
inter rumpieron hs rutas del trá.ú co, ces?.tOn las relaciones
y se olvidó el conocitnieato de la c.."'tistenciá de los demás.
Hubo pueblos que se ceu'4t()n tcmpordme.l.\te hacia fuer:l,
326
como Egipto, J~p6n, China; pc:.ro al lin toda~ las murallas
se derrumbaron.
Desde el siglo xv, los europeos hao encarado cl planera co-
tero en su red de comunicaciones. Lle varon su civilización
a todas partQS y se apropiaron bienes de la chrili2adór1 c¡uc
no poseían. Llevaron sus animales domé.uicos, plantas útiles,
annas, sus productos y m~quinas, sus co:.Jstumbres y creencias,
y toda la desdicha de su mundo~ y l:!:'ajeron las patlltas, el ma!z,
la quinina, el cncao, el t-~b.aco, la hamaca, etc. Ante todo,
hicieron. a los hombres conscientes de la ul:'.tdad de h til:rm,
y al tráfico, planeablc, permanente, seguro.
&tc trato entre los hombres signifÍc;t su constante amal-
ga.maruieoto, y al unificar cl planeta );~ patcnti%ación de b
unidad p.at:a la conciencia de los hombres y, ·iin.a!meme parll
su acción.
No es posible advetti.r una unidad de l:t historia más antigua
de ]a evolución cnltural a partir de un cieno lugar de la Tierra.
Por el contrario, hasta donde alc:a11za .la yjslón. empírica no se
columbra más que la dispersión de los hombres, lClS nu mccotos
conatos y, después, los movimientos cxciados por cJ contac-
to de hom bres }' culturas, la e>•oh1ción por vittud deJa snp<:.r·
posidóri de distintas culturas y pueblos a consecuencia de
la conql.lista, la signi.ficaclóo niveladora o t2mbiC:n cxtraorJi-
nariameute estimulante de las mczcla.s de pueblos. :En cuanio
existe el aconte~er ya es histórico poc virtud del tráfico, es
impulsión hacia h tuúdad y oo consecuencia y resl.Jlt:i.do de
uoa unidad dada oribrinariamer\te. ·
Sin emoargo, la unidad producida por virtud del suclt)
Úi1ico de: la Tir.n-a, 1:0( vi.r.tud de la común od\lSÍÓa en d
espacio y el tiempo, es solo la unidad más c:s:trinseca que Tlú
roaa la unidad de Js. histo~a. E.~ común ;; toch realidaxi y no
pertenece cxclusivamente al hombre, .:msit:nple hecho de
estat: jútltos los hombres sobre la cerrada supcrnC.:e do la Tié-
.rra que ba.bimn, no es tod.,wía su müdad. Bl tráfico, las co-
munic.adones, la hac.c.n posible; pero la. unidad no es .este mismo
tcifico cou10 tal, sino que: existe solo pot lo que en c::stc tr.:ifieo
y co:nunicación ncootece.
Una l'llix:ada al globo terráqueo mucstrn h faj11 (desde
auna a la c:uc::ncr, del 1-·fediterrinco) te!ativamcntc e>dgua y
}27

muchas ;.-cccs ir.~e_::rumpida, sol~re cuyo suelo se ha engen-
drado todo lo cspmtual que hoy tiene valor. No hay un derecho
gcogd.íico de igmJdad histórica. ' tunl, religión y Estado coincidieron. El conjunto en cl mundo
j. Unidadu upecialu
En e! movimiento de hs cosas hunu.nas nuestro conoci-
'm.icnco dibuja muchas líneas lJUe corren separadamente para
reunirse pM~tiotmente, o lín~s particulares .::¡ue. si bit:t1 se
rc:.pi.tea típicamente, solo son rasgos ·aislados en el co.njuoto
no el C(>Ojuoto. · . · •
Tales son l:~s :sedes, fim.itadl!s en cada caso, de .rnanifest:t-
cio.o es culturales. J.'\Jgunas generaciones coinciden e.o típi~s
series esti~sticas <'> e¡l evülucioncs ideológicas desde el o rigen
hast~ la decadencia.
Hay ur:\dades cvJmrales c11 el senttdo de constituir, de hecho,
un .mundo común dt:: formas de vi~! orgt~nizaciones, represen-
taCloncs; hay umdades de creencia; -los pueblos, unidos
por su p.rocedencia, su lengua, su destioo-, Jas religiones
como {(religiones mundiales» que difunden por amplias es-
feras actitudes vitales :referidas a la t:r?.:;c:endencia, e..'t d el.bos,
1-1 fe, la concepción cÓsm.JO\; hay los Estados como nnidadcs
de pode.:: que da:1 forma a todo lo demás.
F.sras cnldadcs GU"cccn de udversalidad. Son u.nidadcs
aisladas, unM junto a otras, culturas junto a cultums. Hay los
diversos pueblos, religiones, l:lstados. Estas unidades esc;ln
e11 mutua rdación: las cuJcuras, en tranqlúlo inteccambio; los
Estado;:;, en la lucha y los convenios de la política; las religio-
nes, en nlisión y polémica. Todas se modifican, no son nada
definiúvamente fijo, t<)das desbordan unas e.n otr:~s.
La historia muestra las grandes unidades reales en su pu-
janza: los círculos culturales como una propagación subte-
rránea, por así dcci.r, que va fl:u:mrtndo lo~ hombres sin .reru-
rdr :1! uso dcl poder: los pueblos, co.m o inconscientes. movi-
mientos antetiorc::; a la hl~toria; L1s :rcligion.es como «rcligionc¡;
mundiales>>, en verdad siempre limitadas; los Esrodos, como
Imperios.
· '!'odas estas unidades WtrMt. de ioterferit'Sc y sobreponerse.
328
· ¡1
r
La coincidencia de todas estas unidades se registta en el su.mo
gr.ado e.n China desde la fundación del Imperio unido. Cul-
único del hombre, el único Imperio que, para. la concic.ocia
de los chinos,' no tcnla fuer.\ des{ más que bárbaros primitivos
en las fronteras, a los qüe, en p~sa.núento, ya se había :~.rti­
c.ubdo en el Imperio como partes pot~ci:Ues suy'«s. Si se
corñpar~ el «<mperio del Medio» ooo el Imperio .ro.!Ilano, se
advierte una coJ13ideuble diferencia. El Imperio romano fue
un fenómeno .tdátivainente pasajeto, aunque después la idea
de este lmperio haya ejerciao una potente seducción por
esp~cio de mil aflos.' Tl"..nia en su exterior a los german.os y los
partos como fuerzas t.e:aleS, nunca vencidas. A pesnr de la
Unidad cósrnico-íeligi!•sa (lel paganismo, no pudo coropéne-
trnr sus pueblos con eJa u.tLidad como ocurrió en Clúna; por
el co.o.trario, al producir11 permitió a la vez el desarrollo del
ctistianísmo, ~e lo qm:hrantó.
B. LA UNIDAD DE. l.-\ HI'ST(>Riil. POR su SB.K'l'IOO y su :\lET."-
Si los múltiples hechos que significan unida.cl, o la aluden,
no son suficientes para constituir la unidad de la hísto:ia,
acaso s~ posible buscarla desde otro punto de partida. La
unidad no es un estado de hecho, sioo mett. La t:nidad de la
hisroria se desa.rrólla acaso '!n el hecho de que los hombres
puedan comprenderse e.n la idea de lo Uno, en la únic~ ver-
dad, !O el mundo del eSpíritu en el cual todo ticoe su r.:fe-
rencia llena de sentido ~ todo, y todo se pertenece entre sí
por extraño que sea al pronto.
La tlnidad es o,r iginada por el sentido que sigtJC la histo:ri2,
un sentido que confiere significación n lo que sin él no seda
nada en la diversidad y dispcr:si.ón.
Dsa meta: puede apru:eccr como un sentido oculto que nadie
ha cxpre:;adt) conscicnrcmente, sino t¡ue el con temphdor bu>-
ca micliantc la intc.qn,;-tación o c~ncibc corno tnrca consdcntc,
como volnnt;td hada .la unidad. :E l sentido qmda enunciado
como ro.cta de la hist•:Jria en esfas. CtJatrO ·forrnn.s.
1) Se cOO$idera mt:ta de 1"l histeria la r.Miit,ariM )' la hfiPllr-
l 329
 4 ~ 1 •
'·
niz(Jdilh dd hombre. Pero que esta ful2.Udad rebase la o~;dena­
ción de la existencia empírica no es cosa detertT.Iinada clara-
meú:e, sino, a su vez, histórica. Como ordenación de la exis-
tencia <::mpírica, la meu es la ordenación legal del mundo.
Bl p roc<:So de la historia conduce desde la dispersión de los
hombres, pasando pot el mero contacto d e hecho en la paz
y en la guewt, a la y1Ja conjunta sobre la T ierra en un11 uni-
da:c:i teal mediante cl derecho. Por vittud de la ordenación de la.
cristencia anpirka, esta unidad deja.da amplio margen pata
tod11s las. posibilidades creadoras del esp.frítu y del ~lma del
hombre.
z) Se considera como mea de la historia la libM"fad y la
conciencia de la libertad. Connto ha acontecido basta ano.ra
ha. de interpretatse como e:l intento de 111C:Ul2ar la libertad.
Pero lo que la libertad es, ha de patemizarse por sí mismo en.
un proceso infinito. fA' voluntad de ordenar jurídicamente el
mundo no coloca la. libertad inmediatamente como meta,
sino tan solo la libert«d potitic:t, que deja margen a la exis.-
cenci!t empírica del hombre pap~. todas las posibilidades de
la autéatiea libert';!.d.
3} Se considera como meta de la historia ti tipo s11perior dt
hombre y k creación dcl espíritu, la producción de la cultura
en estados colectivos, el genio.
El impulso tiende hacia L~ m.ás ch~ra conciencia. La unidad
de sentido dimana de allí donde cl hombre en la.s situaciones-
límites se hace consciente de la m."\n •!U más decisiva --de allí
donde: se plantean las cuestiones m:\s profundas- , ¿e allí don-
de encuentran las respuestas fccund>l.S por . las cuales su vida
es dirigida y mo ldeada. Esta unidad en el üpo superior del
ser del honwrc: no consiste en lll difusión de h"rramientas v
conocimientos, ni en la amplitud -de conquistas e lmpedos,
ni en extremas regimcntadon::s con1o la rnonal asccsis o la
educación de jenízaros - ni en h duración y estabilidad de
las i nstit\tciones y concreciones-, sino en los momentos
r:tdinntes en que el hombre ~e cncuentr1l. a si mlsmo a la mayot
profundidad, en revelaciones esenciales.
Lo más esencial puede ser entonce$ como un punto diminuto
en la corriente del tiempo. Pero puede actuar, si.'l embargo,
como ur:. fctmento en el acontecer toml o b.ien quedar ino-
330
per11ote en el recuerdo, p~esto a la acción, como una ~reguntl\
planteada :d futur<-.·, o b1en puede, por su altura. sem:m, no
encontrar eco alguno en el mundo, desaparecer s1n recuerdo
v existir solo ante la trascendencia.
' El hecho' c:k que cales dmas nos parezcan de un •,alor in-
sustituible estriba en su pertenencia a una unidad yvc: siempre
suponemos y m~.nca conocemos en la realidad, respecto a la
cual, de Ja cual y para la cu:U existe en gene.rnf la histoc!a.
4) Se considera como mem de l:t historie l'l m·dcdt)¡¡ fkl
Sa m ti hiilllbn, .,l descubrimiento del Ser en su profund1dad,
es decir, la revelación. de la d ivinidad.
Todas estas metas son llSé.cJuibles eo cada presente y de.
hecho son alc<l!lZ\1das --dentro de ciertos limites- y, perdién-
dose ~· perdida$ constan:cmehte, son alcanzadas de nun· n.
Todas las genenciones las reali:r.an a su manera.
Pero col'l ello no se llega :1 la met:~ única, la mera to tal de
la historia. Po.r el contrario, de esas iluso rias meta> en d fu -
tnm se es repelido al prese(1te, que no debe ser dilap:~:ado.
La unidad de la meta no se alc:nnza en absoluto mcdt,\ntc
Jling\10a joterpretaci6n cld sentido. Toda fncmulación, :1\ln -
que se refiera a lo más alto, no es Hl~S que una mc.r2, lac._u:•l
no e:; omnicomprenslva; por Ih menos no lo es en el sentido
de que todas las otras metas pudiet".tn ser dc:duc.idas de 11 11
determinado pensamiento, 'de suerte que, por '\o'J ttud de !a
unidad de la meta, qued.1se patente a la v istlt el unico sen.tido
de la historia. Oc aqu( ttue todas 1~ metas ideldas s~ 'tomen
factores dentro de la historía cuando se aspit.t ,a ellas o se les
otorga fe, pero sin ser nuoCll algo que abargue _l,a rustoria.
1'odo sentido, como sentido expresado conse~emcmcnce,
es't.i prcs~te a la conciencia del hombre en m<dtiples formas.
Nosotro.s ' lo~> hombres !lOS rcmont::amos e11 él baeJ.a lo .'U no
sin tenerlo a disposición como contenido del conocimiento.
Pc.ro en todo tiempo se satisface también el af'án de creer y
conocer \tn sentido como sentido ·ünico, omnicoroprc:1sivo,
y aunque todo sentido, cu:tndo se le P:rcsta c:u:áctcJ: absoluto,
tiene que f.racas~r, lns nue'lt-.u gcners.c1oncs V11dv cn a bu$C~r
3}1
 en s~g.¡.ída por su~ filósof~s UD; sentido traScendente que hap ·
donunado y dotnlD.e la htstotla, el cual Wl~ vez concebido
puede Ser lleeptlldO por la ptopÍ.'l YOll.l.llta.d com.O sentido COllS•
cientcmente expreso y puede co.nvcrúrse etl gula y orientació n
(como en la ñlosof~ c...--istiana de la historia, en Hegel, en Marx.
en Comte, etc.). · chim Fiore basta Bossuct, y secularizado más tarde desde Lcs-
Bsta unidad se presenta a ls, YÍSta en h r..oncepclón total de
la historia. ·
C. UNtnAD 1'01\ .f.L l'El'IS/a.MI:ENTO DE UNA CONCE'!'CIO.:-; TO'l'A~
Dfi LA HlSTOIUA
Concebir la unidad de l:t historia, es decir, pensar la his-
toria UJlÍ\crsal como un todo, es el impulso que ::nueve-.· el
saber histórico a buscar su último y propio sentido.
Por esta nzón, la consideración filosófi<::l. do la histoúa
hJ\ preguntado por la unidad gracias a 12. cual la humanidad·
se ma.ntkne junta. Los hombres han poblado el globo tcttá-
<¡ueo, pero >;e dispersaron f nu supieron más unos de otros
viviendo en las formas más diferentes v hab.b.ndo miles d~
· lenguas distintas. De aquí que 'lci.cn pri r~e".co pensó la historia
universal se imaginase una unidad a costa de limit:u.la, por
virtud de la angostl,J..ta de su horizonte, por eJemplo, entre
nosotros al Occidente, en China al lmperio del Medio, Lo
que estaba fucra, lo que no p e:tenecia a ello, cr~ vida de bM-
baro$, pueblos primitivos, gttc teoJan interés etnológico, pero
que no eran historia. La urtida.d estribaba en que se s)lponia
la tendeoci.a de hacer pattidpa!:' l'ilulatioamente a todos los
pueblos de la Tierra, aun cltsconocidos en una única cultura,
a saber, la propia e incluidos en d propio espacio poUtico.
S{ la fe supone en toda historia un or1gen y una mera, t:l
pcns~11Úento, por su ¡~<te, ha pretendido c.lescubdrlos, r-cc<>-
nocedos en la historia real. Las constrnc<:iot1éS de la hütoria
única de la hum~midad fueron los intentos, q ue en cada caso
aparecen como un saber de h unidad dado por revelación
divina o orocurado por la rilwn.
El p~tSo,dc Djos en. ia. hi.scof.ia se hizo visrble en Ocddcme
en la serie de sus :actos desdt la acación, h) c:~:pulsión del
}32
Paraíso, el ltauncio de su voluotad a ·t ravés de los profetas,
l~ redención por su propi.'l apat:ición en el cambio de los tie~n­
pos, hasta la terminación en.cl esperado Juicio Final. Lo que
p.r~ero pensaron los ·profetas judaíces, después ·cobró formt~.
cnsoana en San Agustín, fue repetido y declinado desde Joa.-
srng y Herder hast:a. Hegel; es si:empre el saber acerca de Ut}.'l
historia total en que todo tiene su sitio maceado. De él saltll
a .la vista una suie de pri~cípios fundamentales que, compren-
di~os en toda su proft.md.idad, nos enseña lo que p.ropiame:nte
extstc y aCO.\ltccc.
Pero tales construcciones -tan gtaodiosam.ente expresadas
y creídas en dos mil af.os- zozobrao:
o) Si co.no~T,.co el todo, C1da existencia h.umana tiene su
lugar señalado en el todo. No c:ri.ste por sl misma, sino que
sirve a u.n p:oceso. No cscl en relación inmediata con la tras-
cendencb, sino ~¡uc por virtud de su ·lugar en el rlempo,
que le opí:ime, se con vierte en una parte. As{, pues, toda
existencia humana, toda época, todo pueblo, queda media-
tizado. A eso se resiste la relación originaria con ·lJ!. .divinidad ,
la jofinitud de. .la trascendencb, que en todo tiempo puede
ser completa y cabal.
b) En el saber de la totalidad, la mayor masa de la reali-
dad humana, p ucblós.; épocas> culturas eotet:l.S, son puestos
de lado como indiferentes. No son más que casu:ilidad, v
forwsidad del acontecei natural. ·
. r) La historia no está cen:ada y no paccntb~..a su origen.
Sm embargo, aquellas construcciones la cierta!\; El pri..<lci-
pio y el ún son descubiertos en k rorrua de UDa supuesta re-
velación. be hecho hay dos concepciones fundamentales
de la historia, una ftente a otrn, que se excluyen.
O bien est<..t b historia como un todo :mee los ojos, como
la unidad de una evolución cognoscible con principio y fin,
y yo mismo con mi época estoy en un ciertO punto, pensado
yn COrt\0 el punto más bajo, ya como la mayo:r altura ale2u:Zad.-1
hasta el momento.
O bien la historia es puramente fáctica e inconclusa para
· mí conciencia. Yo me mantengo abierto paca el futu.ro . Es
una itctirud de espera y de busca de la verdad, de no saber ni
) 3}
; .3 1
., .. .,,.
sic:¡uiera aq1.1cllo que ya es, pero <¡tte solo 'se hace compren-
sible por completo desde el futut·o. En esta actitud b~ica,
incluso el pasado está sin cer.rar: d pasado v-ive tod2vá, sus
decisiones oo son définitiv:u c.n conjunto, sino solo tcllttiva-
mcn tc, son revisables. Lo que fue es ~paz todavía de nueva.
interpretación. Lo que parecí-.- decidido vuelve a ser cues-
tión. Lo q ue fue todavía ev1denclar;i lo que es. No q ueda romo
.residuo muerto. En lo pasado hay tnás que aquello que fue
a.trs.fdo objetiva y t:\cio=Imente hasta ahora. El pensador
está a su vez en la evolución que e-s la historia, no está al final;
conoce, por tanto -desde lltla colin2. con vi6ión limitada)
no en la cumbre dél m1.11)do con una perS!Jcctiva total-, las
direcciones de posibles camioos, peto igt~ora cuál es el ori-
gen y la m eta del todo. · omnieomprc11siva de la historia como múdad, advertirá, sin
Así, pue~, la hi~toria puede ser. vis ta como un campo de
cxrerirnentación Cll que fa unidad dc:.saparece Cl\ }a infinitud
de le posible. L:~ acritud fund.1met1Ul pennar.znte es la de
preguntar. La / qiíli::t!ld de un g.rM símbolo del todo, de un.'!.
ima:~cn de l:1 unidad de todo que anula el tiempo, y con C:l
tanco el pasado como cl futuro, es solo uo punto de {larnda
en el tiempo, no el conocimiento deiinitivo de una verdad
n~~. . la historia en S\1 totalid;~d. Se trata de abarcar la multiplicidad
Pt~to
si la. hlstoria no n.os debe di.sg~egar en la dispersión
de Jo Cí!Sual, en el ir y vcnit sin dirección, en la. ausencia d e
cam{n~s 'tnc es ht multiplicid~d de muchos ¡;eudoaunitto t ,
la idea de la \loidacl de la. historia. e> im.prcscindible. La cues-
tión es solo ccSmo poder aprehenderla.
Hast:i ahor~ no hemos hecho más (}UC sentar u n."t lai:g:~
serie de negaciones: La unidad de la historia no se puede:
aprehender mediante d conocimiento. Tampoco se la puede
concchit como la unidad del origen bi_ológico del hombre.
Como uoid:1d de: la superficie terresuc y como ci.tcunscrita
poc el tiempo real coruún, no pasa de un:l unidad e::ttriuseca.
L:1 tmid:ad de l'.l. meta o mrucomprensiva no se pt:!ede .señaL'lr.
L-a idea ele la ordenación mundial del derecho se refiere a los
(undament<)S de la existencia empírica del hombre, no al
334
sentido de la hismria en conjunto, y a su v~ es rzmbién '-'n
problema. La u nidad no se p uede concebir por rcfcrtmcia a la
identidad de la vc.rda<l única de vigencia general, pues esta
unidad se refiere solo .al >entcndimiemo. No es el prógre5D
hAcia una meta o de un proc~o que asciende en lo infi11ito.
La unidad no c:ciste por virtud de la m:ís clara conciencia, ni
ésta en la dma de !2. creación espirituaL No estriba en \JO
sentido, según el cual todo acontece o debiera acontecer.
Tampoco ha de ccnsiderárse la unid:1d como el Qrganismr>
arcicul:i.do del conjunto d e la humanitl;;d. La toralid2d de la
histo ria, en sunía, no se presenta ver~::mcnte e11 una visión
ni wmo realidad ni como sentido.
Q uien no obedece a la petulancia de una supllesta concepcj6n
cm\y.¡,rgo, en todos e~tos esfuerzos .hacia la unidad un rasgo
ue verdad. Este se totna falso cuando tiene lugar una tra.~po­
sición de lo particuht :\1 todo, pero es verdadero cu:~ndo $é
limita a ser indicación y signo.
T oda linea de evolución, toda forma· típica, todo estado
fáctico de uni.:lad son simplificaciones dentro de la lúst oria,
que se to.rn:an falso s cuando pretenden penetrar }' compce:nder
de estas lineas, fonnas y un idades f:ícticas , tjucdando :abierto,
sin embargo, pata lo que c:st:t mlis allá de ellas, en que tienen
lugar estos fenómenos, quedando abierto también paza. los
hombres y p:ara la totalidad d el ser del hombre que lleva e n
si, etwolviéndolo, lo que por grs.ilde que sea no es, si'n embargo,
~ que un feoóm<:no entre otros.
Pero subsiste la exigencia de la idea de la vnidad; nÓsotros
tenemos como tarea la historia universal:
a) Por lo meno~ hay tollavfa uns. visión de conjunto sobte
todo acontecer hum.:~ no en d muudo. & In altcrn2tíva cnt.rr,
desmembración dispersa y centrali?.s.dón esencial no es ,;ccp·
t:ado ninguno de los dos extremos, lo que no impide que se
busque una orden:•ción de h historia total, consttuctiva
Y' conforme a los hechos. Aun cu.Mdo toda constt:ucción
de la unidad de h hi~ toria dejará pe.rcibu ;iemp(e <:n e; saber
335
/.3 ::;_
 el abismático no saber; sin embargo e.~ posible caminat: h:1ci~
la ordenación ~jo la idea de uña unidlld.
b) Esta unidad se apoya en el ~r:ktct cerrado del pla-
neta que, como espacio y suelo, es e.nt,etO y d ominable¡ .a demás
<:n la. precisión de la ccooCJlog)a en el tlerní?O único auttque sc:t
a.bstaJcto, y también- en la unidád de !11 raiz de los hombres,
que cot~stituyen tma csp<:<:ie y po:r este hecho biológico in-
dican unll asceodcnda comón. ·
&) 1:1. unidad tiene · ~u fundamentO esencial en . el . hee~o
de qttc los hombres se eoGuentrao unos a ottes en él esplntta
único de 11n2 comprensibilidad ttniversal. Los hombres se
encuentran ca un espíritu gener:~l que, en verd.;\d, :nadíe
aharea, pero ·q ue todos admiten. 1~ unidad se ·exp,esa de la
manera más decisiva en la refetencía al Dios único.
d) l..a idea de la unidad está coocret:llll<:nte preseíll~ en
.la conciencia de las posibilidades Ut~h·et~ales. La fu oqufa.
del examen' intensifica la exigencia. d e que todo puede cobrar
sígnificación para todo, estando en función reciproca por la
simple razón de que está ahí. ;.Josot.tos .vi~mos con la con-
ciencia de uo espacio en que lláda es Indiferente, q ue nos
abre las más lejan:a.s amplitudes como concern~eotes :1. nosotros,
y al tiempo señll..la al respectivo presente com? decisión
sobre el camino que ha sido reconidc. Cor.. la VISta puesta
en los comienzos más tcmpranosJ que nunca :deanzat1 l1asta
el mismo o.r igen, y ·con la m~~dl\ en el. f>Jturc, · ~\~e siemp~c
est:.í abierto, aunque et todo sea tnconceblb!c pc:rc!b!mos posi-
bilidades en él de suerte que la unidad total de: la histor ia
se patentiza· en la decisión de realizat act11almeote L'l tarea.
~) /\un cuando falte Wl:l imagen COilSÍStCO!e t :\~.bada
del todo hay formas en las cuales se muestran 1magenes del
todo. Estas formas son:
L-A- histor.ia v.ist:a eo jerarquías de valor, en sus orlgencs,
e11 sus pasos dcclslvos. Lo real quecil< articulado seg ún lo
e~encial y lo ineseocial. . . . Rnsuz..re.N
La histor ia esci sometida a un todo que se .llamó Prov1dencl~
y que luego fue pensado como una ley. Aun cuando sea ñ•
jada fnlsnmcntc, esta idea del todo que<btá :omo \.1-.0a tcp:resco-
tación-Iímite de aquello que no ~cga a ser VIsto, pero en donde
se ve lo que no es planeable, pero donde se ha de planear:
})6
l;~ luscoria ..:c:no c<>ní'•nto es untca, sill repc:ti óó~, c n.1?ia-
:nente histórica '' no 1nero aconcecet natural. Exisle la ide-a
de 1.1n orden wt;l c11 e: t.:u;~l codo tiene su luga: tlc.e ],~ p~ttc·
ncce. No es simplcm~nre un~ multiplicidad fomtír-a, sino
que todos Jos >'.l.Sgos de lo casull{ quedan incluidos e~ el único
gr:tmle rasgo fw1darncmal histói"ico.
POI m1estra paree hemos bosquejzdo, como ¡,ltc.::pretación
de h unidad, un esqt:';em:t. de la historia univcr~al c¡uc parece
respond.ec t~.nto a las ex:igeudas de unidad y de. franquía como
a la realidad etnpJrica, Nuestra rcpresc~~t:ación d e la historif.
\10Íversal m1u ele dar unidad .a la l-üscoda por virtud del
tiempo-eje común a toda la buml!oidad.
Pero el eje no ha de oonccbirse com(.) el clcmeclt<> intcdoc
oculto. e.n tom o al c:ual gira en todo tiem"o el primer p!aru·,
de Ja~ ' manife;¡t,H:iones' históricas, <:C•mo algo a su n::z intem-
poral que se e.."Xtieude por todos los tiempos y que est:i e:nbo-
·l'.ltdo en las nubes de· polvo de lo que solo es prese:ue. Por
el coot(a.rio, llamamos «eje'> a una. época, er1 d ccnt.co del úl-
timo milenio aate~ de JcsucrisLo, :respecto ~ la cual todo lo
anterior puede puece:r prct>aración, y a L'\ que se r~fiere codo
lo posterior, de hecho }' a menudo con cl;\ra concicnci!l. L:l
his~<)tÜt mundial del sc.r h t.Hfláno recibe de ~hí su cstr,ucmra.
No es \m eje del que ~e podria -afum!l.¡ ~u camctcr ~bsoluw
y úqico parn siempre, sino que: c:s el eje de l:l. breve :!listoria
uanscurtida hasta hoy, que en la conciencia de toclos los hom-
bres podría significar d fundamento de: su un idad históric;~
reconocida solidariame~:~te. Entonces ese tiempo-eje real sería
la materíalización de U.'\ eje ideal a C\l}'O alrededor d ser del
hombre se enconttarh en su movimiento.
Tratamos de ~ptehender la unidad de la historia .:o las
imágenes de su tot~lidad que ptese.üten la historiciclad de_ l.a
hum.wdad por completo en una estructura fundada cmpm-
camentc -en la cUlll el hecho fundamental es la ilimiuch fran-
)}1
¡33
quía hacia el fututo y la corta .in.íciación: acaban;\OS de comenzar:
La historia es un mundo infinito de relaciones ·de sentido,
(lictico respecto al futuro y, como pasado, abierto a la intcr*
pretaclón; relaciones de .sc-.Otido que, .al menos temporal-
rocote,. parecen con:fluir en ·un sentido general, cada vez
más ac:;.u.sado. · verdad eterna. por virtud de una .iutor.i.dad quc- abarque l:t
E l tema no es una de ~quellas c::ategotfas generales ni leyes
históricas, sino la preguntll. por la unidad de !.:~ historia co su
form~ fáctica, úo.ic~, dada intuitivamente, la cucl no es una
ley, sino el misterio mismo de Ja historia. Esca forma es lo
que lhmllroos la estructura de la historia, la cual en 1a localí-
:r.ación determinada eri esp~o~.cio y tiempo ba de ser concebida
como la realidad espiritual del ser del hombre.
La interpretación se convkrtc en elemento de la. voluntad.
La unidad tóma$e meta del bomb~~~ El examen del pasado
se hace con · rcf~.r~ncia a esta meta, la cual toroa en la concien-
cia, por ejemplo, la fonna de paz ml,l.ndial en la tmidad mu.n-
<lial mediante un orden jurí<lico enaaninado a libertar de la
ncccsid~d y ofr.ecer la mayor dicha posible a t'o¿os. Pero
esm. n:cta se refiere solo a los ñwd2mentos alcar-:·.zables de la
existencia empírica comunes para todos. Esta llni~d co b.s
condicione$ para todlls. las posibilid ules humanas sería, en
verdad, de cno'tmc impoxtanda; pero no es la. meta final,
sino mecllo a su vez.
1La unidad se busca a mayor altura en la totalidad del mundo
d~· la creación )' del ser hu!ll2.clOS. Desde esce pumo de visea,
Ja unidad de 1:~. historia preterita resulta de la pll.tcntizadón
<le lo que inccres:l a todos los hombres, porque es csendrtl
para tod0.S'· · Historia no es más que el movimiento oritnt.tdo por la llO Í-
Pero lo que esto se:l solo puede ponerse de manifiesto en el
nroceso di n~mico de la convivencia. Eo la cxigenci:~ de una ili-
;nit.:tda comunicadt'>r'l se atestigua In copertenencia. de todos los
hombres en el p<.>s.ible comprerlder. Pero la unidad no est~iba·
tampoco en algo sahido, config>..1rado y pcrscguido, ni en la
imagen de una meta, sino en todt:> esto, solo a <:c)ndición ck
}.38
que intervenga en la com.unicación del hombre con el ho:11bre..
En este punto se presenta una última cuestión:
¿~u:íba la ut1ldad de h humanidad en la unificación en
una. cteCDcia común, en la objetividad, de lo pensado y crefdo
por todos como verdadero, en una organización de L> ú:tica
Tierra entera?
O ¿es que la unidad que podemos alcanzar los hombres
oo es más que la unidad que !C$Ulta. de l:t comunicación de
los · múltiples orige."l~s hístó.ricos que se abordan e interesan
:nutuamentc, ~in llegar a h identidad en la manifcsnición de
ideas y símbolos -la. unidad que) por el contrario, dej;¡ <>CU]otQ
lo Uno en la diversidad- lo Uno que solo ca la voluntad <1<'
comu.nkación ilimitada puede ser verdadero como infinita
tarea en d eusayo nunca acabado de las posibilidades humanas?
Todas lns afirmaciones de una heterogeneidad tail absoluta,
que impide para siempre la conlprcnsi6n, no son más que
cxp.tcsión de 1:esign2ción en el cansancio, de desmayo ~ntc
la más profunda exigencia del ser del uombre -una exa.be-
ración y encarecimiento de las impO$Íbilidades momeot:íne2s
que las cohviertc en imposibilidades absolurns, un runOiti-
guamiento de la disposición interior 1e.
·~t,.a unidad de la historia como unifica.cion de h h umanidad.
nunca teodrá fio. La hh-torja se extiende entre el origen y la
meca; en ella. actúa h ídea de la unid:id. El hornbre recorte
su gran caminó etl la historia, pero sb cerrarle jamás con una
mera final re2li7.ada. La unidad de 19. humanidad es, por el 1
contrario, d limite de la historia. D icho de otra ~anern:
la unidad perfecta conseguida seria el té.tmin~ de la historia.
dad mediante representaciones e ideas de la uníd:~dl
En ttles reprcs,entaciones la unidad e~ como sí la huu,a.oída<.l !·
ptocedie!a de un único origen, a partir dcl cual se ha desarro-
llad•) en jnfir.ita dh-ersificación r apremiase a reunir cie nuevo ·
lo separado. Pe:ro, empirk:tmenre, ese origen ttnico cst:i
por· completo en la oscuridad. Siempre que enconrr:tmos
339

hombres ~ y:t en esrndo de dispersión v diferenciación de
individuos y rv.J~.s; vemos rnúloplcs e\'OÍucioncs culturales,
múltiples comicn:ws, a lo.s que ya t iene que haber precedido
una evolución h umana qu"C no conocemos. La unidad nos
orienta como reprc~entación de un est:\do que se coro na en
la redproctdad e in terdependencia de los muchos v divecsos.
Pero t<"•das est:ts repr<:s entacienes son vagas y co~fusas.
J....r.s repr-esentaciones de la u!}id:ld cogaña.n cuando se qltie:::c
hacer de elbs algo más que s.fmbolos. La \lnidad como meta
última es u na U!~ inJinita. pu~ todM k uruda(l.::s que pod ;¡-
mos v~r s~n p~wcu1ues; s~n ~ol~ coodido ncs previas pam
una urudau pos1blc, o sun ru.v clactones ba¡o las cul!les se .cs-
con~:c ~ p r.ofmHb hctetegcneidad, t~;J>ulsiún y pugna.
~~ s1quiem se puede bosquejar claramente " sin . contta·
dicciones u na 1..1nid~d perfecta, aunque solo s~ como· ideaL
Esta unidad no p uede llegar:;. ser ¡;cal ni GOllSiderada como el
hombre completo, ni como la justa o.tdenaci6n del mundo ,
nl como la compr.ensió.a. y concordia mutua definitiva; plena,
franc:t. Lo Uno es, por el contrario, el punto de referencia
infinimmcnte lejano, a .k vez o rigen y meta; es lo U no de la
trascendencia. Como tal .no puede ser capturado, por así
clccic, ni comr<!rtil:sc en la posc.siócl exclusiva d e u na crcenda
h istórica q \lC pudiera obligar a todos com.-o la verdad en ab~
so luto.
A un cu?..udo h historia udversal en su fOtalidad va c.le lo
Uuo a lo Uno, lo bac:e de t!l~ suerte que e ntre estos dos polos
tuminales está t od o lo que nos es asequible. Es una génesis
y déSru:rollo d e unidades, una persecución entusiasta de la
unidad, y después nuevJUnente una apas:ionada destrucción
d e u nidades.
Así la unid~rl mas p.rofund.'\ se sublima en una relígión
inv~ s.iblc, en el t e:ino d e los: esph-itus que se enc uentran y
cope.tte~ccen, el escondido reíno de la revelación del Set
c:t la concordia d e las almas. Pero lo histórico .no es más q ue
el movimiento, el cual, siempre, entre el p rindpio y el fin,
nunca llbmza o nll VeY. es siempre lo que p ropiamente sig-
nití~:a .
'340
t
4. Nuestra tnoderna conciencia histórica
L os ho mbres vivimos ea una gran u adición de saber
histórico. L os grandes historiadores desde la antig üedad,
las concepciones tot:llc:s de la (uosoffa de la historia, el
arte, la poesi:l., llenan nuestra fantasía histórica.. A esto se
agrega en los últimos siglos - decisiv-at11ente solo en el si-
glo xx- k in~·estigació.n crítica de 12 historia. Ning una
época poseyó tanta noticill. del pasado como la nuestra. E n
ediciones, reconstrucciones, colecciones tenemos a mano lo
qtle jam.!s poseyeron bs generaciones anterio:es.
Hoy parece cstnr en curso una transformación de nuestra
conciencia bístó.tica. La gran obra de la investigación cie.n-
tf.fica de la histo.til1. se :;crisola y p rosigue. Pero debe señalarse
cómo este m aterial es ¡JUesto en una nueva fo~.;na, cómo sirve,
depo.ndo en el crisol del nihilismo, para conve.~tirse en una
ún ica y milagrosa lengua del eterno origen. De nue,ro la
historia d eja de ser u M esfera de mero sll.bet para convertirse
eo una cuestión de: vida y de conciencia de· ta ; r:ida; <le nuevo
pasa de s.¡:r as un t () de eultur2 <:stética i la seried:-. d d el escu-
char y responder. Nosotros ya no tenemos ingenu~mente la
historia ante nuestros ojos. Dl sentido de nues.t.ra. propia vich
est:i deter minado por la manera cómo no¿; sabemos co el
co nju:tto, p or la Iruloera cómo establecemos el fundamento
v h roem de la historia. ·
• Acaso podamos caracterizar algu.oos rasgo s de la nueva
conciencia histórica llctudmcote en desarrollo:
11) Es nuevo en Li. Historia la p m isión tk !91 m;todos de
í.1wu tig.'lnón y Jg; consideración de la realidad his tó r ica por
341
/35
!'36
 l:.X>$ CAMlUOS
~~ci;a, la sod<:d;t-d. no es ya f.ranca-
~nte industrial, ni en sus demcn-
t·k-.!: .Ú:la:ci0f1€s sociales CS(>ecia.le.>. La
~r. tad<t"Ü~ es,cJavo, cmvie~.;~ a ob·
m; Í#.Emxes. La ind~Jcstt'\a hace nu<!vo~
· 2.Wiki6 n total de la esf.J¡j\'iLUd indí·
proot'lttr:rr.e~ aun s'iguGn ~<>metidos a
ltl'g:a, las . rcladcn1e-s sociales g<:11er.~tles
dw.; .(íb}etivos de lR acti>liclad, la C•)fl·
~~ principio la industria (:~ favorecid<J
~-!U2 SU u:npol'landa, )'
1 ~~<:t,:t como un ·m edio para fa,•ot:e-
d ;-¡g:meÚ·intermcdi,o.
ie;¡da y Ja .¡J1du'Sma. Tod:1& b.s con·
~··as. . Y: las· co~w::pcioms
~.;$;.¡; ~ las prímf;ra~. la obs<;rvadón
~t, IX!l"( ·rekrorKi<t ;; ).a$ seg1.mdas, b
iOO! tf:m;¡do aún .su h•g:~r.
~· 2: ·?-T~"tiowioal'. Todas hts n:l.acio-
iV? ~bn: ba&ts in(!us!riales. La s()Cie·
f<!:iil.a.P:-<: de la misma n~t•ne ra, lu.cicn·
fSU$A~.
k-l:rtt ·:.· ,;m ele:n1entos
corl'l})O!lentes y
punro dirtctu de panida da~a de ·¡a
~ ,por los. :Ír.:Íbcs y de Ja crnand"
rl . S ~ó .XL
i1:ui6il ,tic ~st.a ley gen(~ral, no deb«,-
4. ci,llfiia~iór1 progresó ilcl;esao:unente
i ~;pc:ri!~~ .:m tes de progt<:s<~r i!n su
¡. 1. ~u.tesi"<l'~> etapa$ oomenz~ron íncvi-
<'4t ;q~:t- <~mpezarao ,en cn~nto al wr¡-
t;;g>J:t1oa crmi.usión si 110 lmcemos una
e..
oa Ú ):u tr!!i épocas en que poctenws
~te~ tÍ>.?liljJOS. , <l!l (tUl~ eJ, e.~t:!dú
~r tf~ no presentll. · i\Ú: ave t>~.mo . ;¡
1;d , ~a~~' (lue. ll\e ,pare'c e qut~ llena
l$~ón del con.junto. de los
........
(jj
'f.! .·
CAPÍT ULO' 4
OSWALD SPf~N:GLER .
EL CICLO Vl1~AL DELAS CULTUR.i\S "'
Lf.lS cuhuTas son or¡;anismos. La hi.tloria !IIÚt:c?·s~l h m biogt.~fJ;,, La g !'ltt} b.istorb
fJe ia miLUr{t dliHa· o de la t::ulWnl aritiguil es ¡¡¡orfológitrm><,ntC el c:orri:l:uo ex~•c­
fi¡ t:{!r'O .cnte
w :de .ht :peqúl"fta histo.ri¡t de ~·n incllviduo, d<.: un a!li¡¡j¡~J; s!<; un ál:i)<)t o de 110~1
i_ri ~S~o-, p::¡ra la \'t5i<Sn f:\tls'l.).ca, 110 t;; una· e:xiA·e ncia," s\no UP<t..<:x:pcrieu.;;i,a. Si
'"' d!i~.h>.níll~ cono.e er la forma iti tei·na <jue poi'' doq1dcr a :;e repi~e, · podeinos v;tlenio&
. (¡ll{' ha ·c{aborado lw..;;e tiemJll) la morfo1Q~i.a. _ wmp,.trada de las :phinta.s
g~nel'alcs :mim~Hés. ·.El coni.entdo dci tod<l b.(stqrb ' hiiJn,a;m sr:. agor.a en 61 siqo d~ las
p~rticnbr-es, que ' se stir.edt~r¡ ' ~mas a Otras, 'Qtté . ~é~eú hnu~ . j IJO tO ;t
qxn'! se to(1!ll, s~; dan wmhra y se oprimen t1 !HL~ :l Oti'<tS. Y s.l hatelllú$ de$·
n;ne e l e.spiricu las (orrn<ts (k' esas cu1.turas, qué !wst.11 :ahora han pt:no.::mecid<>
· es·r~)•!di<hs bajo el tn.:int·o <k una "b isioría de Ja ht:rrmuidad···; O()lJc~bida como
t riyial sucesión de hechos, conseguir~mo.s stn dud.~\ . dr:scubrir en ~u put'e m ,. <;s<m·
l<l p!'OLOÍ()t'n);t, .cJ¡; to.rfa. t :.tlw;';¡, que, corno i\kai, sh·ve de f~m<bmcmtc ;{ todas
cu1turas fJarlicular«.)'. . · . . ·· .
1)is.üngo ¡)or una p¡n':e ¡,, ide·a de, iltla rtd.tu¡·a, esto es, e l conju•Ho .de .s us irw'·
i'é$ po~i i?ilidncles >', por OCl'á fi;~rtc, la ,tni.mff.asMt;ÍÓir s<m~ihle de C'Sfl .ürlwra en
<;{)adro de J¡t hi.Storiá. es to es, su rea'Ji1.a·ciótl tnmplic,\::t.. .Es. 1a misttla · ~ l:~ci6n
antiene el :üma CMl d cuerpo v·ivo. su . fJ):pl>esi6i~. én' e} JlHllldO Í~inifHls.o rf·e
üjO$. La. historia de una culwu es lfl r~~li.<-adóü p:t:&grcsi.v:v <k .>\1~ posi·
. E l curnplimienw <!quiYale ~1 ténnino. En l;i mism¡¡ r.eladón se hall~
id,¡'!).a ápOlinca - que q uir..i a1gunos. de no.~Qtros ¡me([¡¡¡~ se~tir y ·YJÍliÍr dé ntlC'I'O - ·
' i;n de~enl'<>lvi'lllicnto. en la n:a.lidad. es tlcc.ir, (011 ·ese conjunto <¡_t1(~ • s.c · llam:J
;;•.:p~:r,:iigiic:dacl", <J.tlyos n~«h:>~, accesible;~: a b .tont~mp1a.d.<Ju y rd e&tud!o imdi~cmc:
el aJ!q,J(;,ólogo; el filólogo, el estétiC:t), el hÍslür]¡J<lnr. ' . ·
..<;lÜ~u..""a es ..d .· jlrotofen6n¡f.!'to de t.r)d¡~ . la hhtoda 'U.Hi.y~[~al,. paSil();¡ y futura .
id e:) rlel pr·otofenómc:no, tati pw(unda conm uin! ;tpricii~tb; . c~t::~ idea (!ue
SOGÍ;ll ()t',kllbrió en $U "natttl'~.li:'loa viviente!' ~' qué Je sin•ití de base p¡n·a .SUS
c.i<>ncs morfológi~s. · debemos aplicarla tv.pif, eil su sBn tido ~t,,;.s i:x:~.ct:o, ~
formaciones de la historia hrtruaoa, a las que han l!e~~(lo a perfecJn.
hechos como a las fenccídas en· flc;:r, ·¡t 1M. riluel't:lg. a medio des::. no !lo como ·" L•s
en germ!':¡¡, Es éste · lHI mécodo del sentimiento; no del rmá!isis. "Lo
¡¡' que. p\.lCdé. !Iegat (:l hombre e,,. la .admiración: y <:u<mdo· e! p•-f>tófén•)-
.se h provoca; debe darse por satili>:ftd1o, que má.<¡. mT.lb¡~ ·no pttedc. subir¡ y
l'nA~, q\te aqui <:H:i el limit~;.'' Un pi'QWfenómt:!lO e.s aquel (;IJ (llll:: se
e.n 19·d¡¡ w pUl>Cim h ilka, de·! d.evenir. Goethe pudo comemplar dn·
colt las ojüs del es[>írittl, la :iden <k 1:r pr.otopkrnt-<1 en 1~ figim1 de una
ctHú.qui~·r;¡,, .!ü.ia del :~.v.ru: )' hasra de una plmH~ posible. ·
ésta uria ";isidtl de las. cosas CftH2 Leibniz lwbied enctmdidC). El sigl<Y de
ha..- .
pe·i-mane.ci<lo altjado {le .
~~te
" .punt~).. ele ;vista;
. ..
, · · ' · ·
Li¡· deáu.lcnciit de Otádente;i -li:spa~:t.-Ctlpi~. ·~1adl'iif. tg>i;!, pfisi·
~9
 30 l''IJEt\TES t 111'0$ X>B LOS GAI\ffilO.S 1' 1. Cl CLO \ ! .

Pem aún falta t.ma tow:·cptión de h his~ori;t . c{tle es té i.(>üi.lmente Iih~-e de los q u.e pQr S\1 tr::m~nt!
mt':todos darwinisuts., <::; decir, rlc la fi$íca ':;íscemár.i(:,, de.: 1~ fí~ic~ t:úifíGidJt :;olu·.::· la Antigüedad y .s.: :.i~>.a
el principio- de cnusaHda<l. Nunca. se ha: habt<~do todavía d~~ \HJ.a íisiognómica: ·qtt;~,;CUUUX'<I ~pd.Sit ,,~w los uli.s;m~
rígurosá y chr:~, perfecwmentc consderit(!' de. sus· recurs.)S y de ms limites. Sus , Stl vir.ílidad, $\1 ,,,.je>:. ~n <
métodos cstáb;)u aún por descubr.ir. .:fi,sw é'> el g-r;tn J>l'Ohlcm~ de;! siglo xx: pon<~r joven, Lfrnida, henchiti.t ~
cuidados;unemt: de manifk:sto la estructura <1.~ li1s unidades rn-gíHJict$, P<>r las cu;l· tarnbi él), y con muy p:t r.é6d
lc$ y en la$ cualc~ se descnvudvc la. historia universal; dist inguir lú que mor[oló- el :'Irte <:rlstinJJo primhi 1'0, <>$;,·, (
g-íomcme t-s netes¡¡rio y esendal ele~ ;\qudlo que sólo es contingente; comprender ~~~o . lm¡><.>rio q;•i pdo, ']VC cw n k r.t,<:;l
la llXfrresión, J:'í .c:_tJ.ri: de los a¡:oNt.C~,;hltiel)I,O~ e lllter ptclar sn fcug u:.oje. E.l. ole-.lje : ·a.c:el'~a al.:m~-cli~~d,i:cdc .:m v.idt~ • .>·i..!
liHiforme de J.as Ínnumerablc.o; ¡;f;m;radones e~m~rl•C<X; h amp lía 5llj}er(iCtC. R_c- ' w.,z más vidl,. más •is,PtrD', :mas
fulf;(;!)ti';S cl~.s tcllos surcan los ;hnbi.~o:s. ln.d<:.Ttas luce~ S<:- ag.it;i.n ternb~(.)l'OS'<1S, é:fl· ~!<J1<1,,Q.~¡l seJ,ttíutiO'nto de su prqpú
curbiantlo el claro e~p~jo; se coof~nden, brillan-y desaparecen. Las hemos llamttdo .cod<} ..~:s <lUl'i vago, .coniu~.l,
.razas, pt,l(;'blos, tribm. Reúner.1 \ lil;•.. ~.eúe de J;er\ctadone& en un lio·d t'ldo t.ítculo pul'ri1e$. Co~JSidéte$e la orn;tJ
de la su._ptrfície hhtórka.. y c.mmclo $<;. >Cxt.ingue <; r' dh•s la füet~;• crc;,'d.o r:• -fuert.~i '(<i;góticas de. ,S_aJ<>tlr:;~, .y de-l ,s<.>r
nu1y varia'ble, que preflja a _esos fenómenos urm dnmdon y ph~titid<td wmhién muy, <:n lo.~ vasos de .estilo 'D.i p~·lC>l
vari<t.bfcs- cxtingut:,~<:: .a¡;hl~iSl1ló los caracteres. fi~ 1oguómicos. ]itJgúiSLicos, cspid· de hab<:<r Hef>ado á la- pkai,;.z
t:t~a les, y la couct•eción hist6ri<:a vu<:lve a disolverse en el .caCYs .de bs geuel'ltt~Í.on.:>.s. (tu e cc>Juienza <: l lmp.erio :
Arios, moHgolc>..s, germanos, celtas, parcos, fn~.u,os, c~rt>lgÍf>(::s<:s, h(:rt:ben~~. lmJtr,úe.~. '""" ' ~_,.,.., L dt· la Cora.trane:io<= ,
!>OH nombre~ qu~ ;<}>lkamO$ a muy distinta!> foJ'ma.cioncs de este orden. !ecd9;!la.(fos, rigutvso.s. me
Sobr-e esta sul)erfir.ie des~;riben laJ.; gmn(le$ cuhuras su:> drculos .majcsntosos; ·..inevit<~.hles-J .Rntollc<;s . .stttgen pol" ~i<
.Emergen de pronto, cxticndtu a lo lt~jo~ sus kl!P>(l'•lífic.as .:u1·~·as, ckbilica:n;e lll.C~o y que ~ pro(h:~cet• La cahe--c.c {
desapa-recen. Y el e:;pejo dcl ~guá sigile térS<>, 5o lit.ario, adm:mc<;id(). , J<( bóved<t de Santa So·Ha, &os
Un:1- cultura nace cuando tUl alltt<\ .grande despi!:(!~t <le Str estado pthnarJo y se .i:nas tiernas, c asi quehntdÍZ1l:>,
desprende del eterno infantilismo humano; -cuando un:t forma s1.1rgc de · Jo iinfot·, : la Afrodita (k Ct\ido, fas C•.'-1
me; cuando algc. limitado y dímero em,e:rge de lo ilimitado y p1!t:dttntbl<;, l'lorcx:t:: herradunt, él, corn:ón <fe bre.s.<!~,
eillolKtS sol)te el suelo de uoa -comarcl, a 1¡¡, ·C:t)al permatH!Cl! ;¡dfwrida como mw . el,~ la áviHt.ación inópitm:e o.;.i
planlca . . Una C\IJtnra mm;n;, c:;~Ja'ndo ~.-~ :,¡hn~~ ha réalizad(>· la suma de >us fX>s.ibi- s~ ;(.t te\'f .. ún, con ('x.íto m t-(
lidade.s., en forma de pueblos, lenguas.: dogmas, artes, estados, <.:i.etJd<tS, y wrua <! tod:1. ct.1ltura mo•·ibundll- , a <K\>m.<:u-
sumergirse en la e~piríw;:d,idad prhniliva. Pero· ~u existencia. vivaz, esa sccit:: dt" ~.z: ~es .el rom:\ncici~nto~. r.:ort md;
grandes épocas. cuyo r.iguro-so diserto señala e-l progresivo cumplimiento de- :~u dcs- .rendida, .h:•stiada,.}' frHt, pj <zde d
t'no, es una )ucha fntlma, proftm<ÜI; ap;~$.ÍOll~.d¡t, pur nfirm;u· la i.d ea -contra las ,,:all<l~ aJejar.'S!!.d(: la luz -tniitm~l"k
potencias. del caos en lo ex.terior y contra Ja incon:>J.;le•J.ct<i interior ldonde han estlidio~ priükitivos, tn el ~Sta
ido ótas a refugi.<rrse (.óléricas. No s-ólo el artista lucha contra la. te$btt:nda tle con¡:eptc> de Jo, qtJé .dura t'* viQ.
la materia y el ;miqu.ih1rni.ento dl; h icle:i. .T.och (~altura ~ hi:tlla en una pr:ofunda · o de una hieiba, ticn.<l un va!o;
relación símbólica y casi mí~tica éon la <:xtt:ll*i6(~, wa el ' espíH;io, en ·el ·Cúal y j)OI" ' dei s'i no ir,l.líviduat. D:ie2 :..:fm
e! cual quiere realiLa.rse. ClHmd.o el término ha sido ak..mz¡tdo, cuaml(> l:~ \de(l, la · ~·¡,¡r:lifica <~prr>.xima.d:uncn!e ley m i'
l'n u(:hedumbH: dt;: bts posibilidades ÍlllCI'ÍC)l'e-3 M! ha cumplido }" rcalir,ado cxtt~ÜOT­ en algurJos casos Sú veri Fio .:n
men te, entonce.~, de ptoO.l$, ht cn)tUt:a se.,a,nqui!Qsa. y muere; su sangre se cuaja, sus .~s r omanos ailOC'Íáb:w. · a ~~· .con~e1)!
fucuas ~e agown; ~e tmns-fonna ·~u Cii,..ifiztiÚun. F.sto e~ ro qtle . s,entimos. y oom.. 'UttEs, sencct4<S, una. rtpreseutadón casi
prendemos en las palab1'a$ Egipticismo, 'B)zaruinismo, Maudarinismo, Y· el cadáver :?lé.. cualesquiera sereS- tiene una
gigantesco, tror>¡;o re$cco ·>' .~ill savia, p·uejfe permanecer C!'éct.o en el bo:squc siglos veden a.plic3m; también a l :u c.ul(rc:.:
y siglos, al7A'lndo sus ramas rliuer.tás -:ai cielo. Tal es el ca$() de China, de la India, S(>spechad!), Toda wltura, uftk ·
dd mundo del Islam. La d•·ilizt~dólt ;ultigua (!(; ht época lmpr.rial se erguí;~ gi- (t<:c{J.ri,;r¡cia, y cada · ~~¡a de sw f ust's
g:ir.ote~O•, con aparente· riqueza }' fuerza! juvenil;· pe.ro en realidad lo que h:tda et<l -fija,- s.útmprc la misma y 1-u~ siempre· ~•
privar de ai're y de luz a la joven cultura. at-áhiga de Oriente: . ¿Qu~ :>ignifil;;l.n eso¡; pcriodns d.~ (:i.;t{
tstc e~ el $tmído de todas las cl.:CtJdenc:ias en la historia - cumplimiento int<:rkn ':tti.ycJ) el . r·i trno del acontecer , poiit:ic<>
y cxtGríor, acah;tmjemo que inevita'blemer.ue sobre~·.tene a tod.a cultura· viva- . La ~.riodos 'd:e tn~scienu,s ai'ios que dtlra
de más limpios contornos se llí.dla llnte núestro~ ojos; ers la. ''decadencia de la .a.nti· inát'ica:;., la phist:ic:t ~tica, cl mo.saú:o,. el
giledad". Y ya: hoy podemos rastn:ar ci~u:lmCnt.c en nosQtros y eu tomo a tlosotr·o~ signalca .- esil d,u,¡¡;t ddn idr,r¡~ de· un mi~~
lns prhne.a·os $Íntom.as de la de~adencí:l .propia. d.e la "décadenda de Ooc.ideote''·' f.a del ind;viduo, ''<::U)''\ vida dura tm o¡

'-....
~-
OQ

:>S. O.MRIOS
a ql¡¡:i: <-:sté · totalm~nte litm~ de lo.~
ciü ca, tle la Hslca edificad;• · s.obre
1zdo· t oda,•i;¡ <le una Cisio.g11(nnit:a
~~ · tccurso$ y <Ee !.u~ !.imites. SliS.
gmri .·problema del siglo xx: poner
1.$ tHlid(lde~ org{micas, J><>r. f;tS cua-
llke:rsat <.I Í$~ÍlJgtlÍI' lü que xuorfolt'.o-
¡¡¡; rolo es comin¡;eme: comprc:mdcr
Ütt1;)tprwu· -su kJJ.J;Vitje. El olcaj..:
J.Km <:;t:.; hr amplia sup(:t·fide.. Re-
¡¡.;> '\.U{'("$ st agi tan · tcmbloro,;.;:t$, r,n:
¡- cl.e.sa.p~rcct;;n. L:H hemos Hamadn
éntr.'!t:íone~ en. un liuii t;tdo dr<:ul<>
' en dh·~ h {uer1a creadora. -.fuerza
d'ur.1.dón ypl4sticidad tambi.én J~tu;!
~ fisíognóm:ico~, !inglHstkos, c~pll'i ·
:~ en d caos de h•:$ gcnel'acioncs,
:p,~· pn;~ginescs, berebere;;, hantúcs.
~nn<~t.:ioncs . de este orden.
whuras sus dtc:ulo~ majestuoso&.
¡¡g:uít{c;as cmrvas, dcbilit.anse luego y ·
. $0l'iiario, ;i.d onnccido.
!es;pie¡:l:; dt: ~u estado priuJario y se
p.ndo .lln:'l forma surg<:l !le Jo infot- .
:·. !e i.ltmiwdo .y per(h.rrable.. florece:
cuai p¡;r:manece adherida como un~
.!14 .TF.<'~ liz:ulo la suma tlc S\t$ pc»!ibl. ··
h utc·s, c~t;~do$, d<.mci;•s. y wrna a ·
ro :s}l ex¡$lCnci<t Yiva7., esa serie de
?fOgTe$ivo cun)piimiento dt: su des·
;¡i¡j :¡., por afi.quar la . ideil coutt':a la~
. i~.on;0cncja interior adonde haal
ds.m ludia .contra la re.,isÚ:nda de
~~J. .-nU(llf<t se ltallá en una. profUJ).,<I
ló-n, ron el e~paclo, en el .cual y por
!'a. :>ido alcan;z.ado, .ct•ando la ideá, la
;e ha cumplido y realizado exterior-
i.W.rJl. y m~erc• s., Saugl'e se cuaja. suii,·
ÍT>. ElítO es lo que ~f.ntilllO$ 'f COID·
inism.o, Mandarinismo. Y el cadáver
~ltll!K-cl?. crcc.le> en el bOS(p)(: siglos
ral ..:s e.! caro de Cliiua, de la Ind.ia;
r;, de).a épo~a t.mpedal ~ erguia gi-
~: p.ero en real\idad lo que Jntcln áa
ihip de Oriente.
>n la. i?.is:roria --eumptimícr\to interior
~~c·n<:n·e ·él. tOd<~o cultura vh'a- . L"k
&1, ~~; e.s la "(lecadencia de la aüti·
u¿ t'n ~tO!<Qtros. v. en tomo a noootros .
;¡¡,, d~ }.,, · "de,adenda de Otcidente''
"
\.}.)
'-O .
l~L (~JCI..O \ ' IT,\1.. ))J!. 1-:\.'i CUl:l't.! l{!\S ·
~·
qüe .por 1m cran.scur.~o y duraC:iótl coiJrd(k plt-name:nte wn la de..
Amjg(lcclad )'se sitüa <:.u ,.lo$ prilll(;ros:síglos... del pró~imo Inilr.;riio.
lo~ qtismos ·_cstad:ios ..que el Indivkbto. Tiene ·~u niñéZ', .m
·~~ vejez. E n el ol'to d.el roniáo ico y del gótico s0 rú:wifie:$ ta
limi.da, hchr.hida ile preM:niüoientos. Esta niñe1. df:l alru:¡ se
}' ' con mur vrm::dd<)~ tonos, en el dórico <lt': la época homérica,
"V primitivcJ, esto es, arúbigop1·iínirivo, )' en ·!M obrns del Anli-
qu..: comienza con ltt CU;)rta dina.stia. Cuando una cultura
·SU vida, $1l lenguaj~· ck forma5, al fll1 conquiitado, W . hac¡;
;más áspero, m~s conti.ncmc .. m:h '$3lUJ'ad.o; m<i~ co1.WimCido y
~~;tneo_to:. de. g¡ , propia fue.rza, ;llá4 Cl;ito .. eu ·$1JS , t;lsgos, · En los . i::o-
Jl.típ ·vugo, con!uS:O, "v:¡d.l<mu~, Heno a un tiempo ..de ánhelo y de
Co~sidéi:ese . ]a .Ql"lliltfleilt.iwión -de las portadas e:n. las iglesias ro-
ij~ Sa jonia y del sur d e Francia: · f'i~nsesc· en l.ns ~;r(:Jcpm.b.ns crls·
~s05 <It- c~cilo l>ipylon. !>ero luego, cu~-u1do ya d . alma tiene (',on-
llegado a la p!enitu<l de -5U$· fu<:,l'7.:1$ plásticas, poi" ej~ittplo en la
•'~'~•enM• el In·•p.¡.;t·in M~d.io, en d ciempc:> de los Pisiim:ácídas, üe
· Ccm~~andorm~'\, ('ntonces todo-s l<>~ detalles.. de la . expresí6rl
·l'igt~rwos, m.csumdQ.s, lleno~ de <l<lmirablc lígc:r.eza y comn
. sm~n (X>r rloq•~ierit esos mon1enros de hti.llimt() perfcé-
. 1ten la · cabe~n de Amcncm.hcJ. lJ.l (la e~;f.iw;e dd Hycso .de
de Santa Sofía, los <·nadros del Ti?,i;uu>. Luego vienen ;-a otras
cttsi quebradizas, a<:<lrkiadas poi l:~s suaxes . nielaocolias. Úef
de Cnido, bs Co-nfs del En:ccdol1, los arahesoos (fe lo~ :u:cq$
i.le Dre~tle. \Vaheau, Mown. Po:r lítiimo, en ia stntc·
InCipiente extínguesc d fuego. dd ~llma~ La fuerza, que
¡~·ú,t, ..<X)u <\><ÍtO 'JIJ<:cli:~fl(J -es d da~ldsmo <JUe em:ont.r:uno~ t:n
hund~-, ::t ~.;:.oni~t<;r •·• na -creación ooa.zna; ·el alm:'\ picn~a. otra·
üd-smo-. r.on mdanr.úlic.a alioro.m.a, eu su oifiez; pasada, .Al
,.rm~w1da . y fri<1,. pie.rdt; el: gpzo de v(yir y :tnbela -como en }¡): época.
la luz u,llel'.t<tria y :;umt.::rg irsc de i1ucvo. ,e u .ht .negni~a. · mL~tiql
_p,ri01 ÍÜ\•QS, en· el sen9 i:rulterno, CIL la >tllUl.b.a, .
de lo (!Ue ·dur:n, l.n vida ·. q~ un ..hombre,. de unjl ma~;ip9:e'~r· dc un ro-
hiei.·.ba., ciehe ·uh valot' deter.minado; in:depeudienté dé ia.~ n1min-
indi;vidtlal. · l)iez :ü1n~ M>n en la vid:t de los holit.btes ·un trc:ch<.>
ím",d;•melltl~· lo mismo para todo-S; la ineta·motfosis de los in-
ca~os s~ verilii::a e.n ·un l1úmero de diás exactamente prdij,ado.
asodlib;tn.. "a SllS Cl>l:tct:ptos de fr>41!'ritia, (ZcJOleJCellda, jiiVC!Ittls, tJiri•
· rept·esent.tcic.~'' ca~i m:~~em;hica. Lo que .d.ur<l un~ g.eneradón
S>el;'es-- ti<:nc twa srgoifkadón casi · 11.\ÍSt.[c;a. l~$fa~ ;rdac.ionc.;
.tiltil'bk<:n a }a$ culturas, en uil ·s imlld.o <pie nadi.e, ·ha:sta :ahora,
T_q_da cuflura, toda epo~·a primitir;a, lodo florcoimi~nto, teda
u.fla dr! .riü fases y periodos rtecesariós, ;jJnsee titlil duración
y qut •ittnfn:c .se -r·c pile co11 la. iiui.ri.Cfrcia tle un ~m bolo.
. é'>Ó$ p<:r,i.odos. de dilCU<!flta años ijue ~n · todils la$. c\iltut> a.!> consti-
t)c!l <ttómkcc~: polítko, e~¡)idlu>Jl, artistko? .·¿ Qnó sjgnifican esos
déitW& ..años ,que · (ftmÚt d barrom, e l jóilÍC.ó, .las gntncl.e:~ !lli:lte·
MJ:r.a, t:l tt.Jl>:;;¡·ic~•. (!} c:omrapunto, la .mecáoic;a de Citlileo? ¿Qué
t:~ti6n idt;a/ de n.n milenio qt.~.e .t,icoo .: una cubum. compa.rada t:oo
vitJa dura unm setema :tfíos."~ ·
 3~ l'U:E.~'U:!S Y T ll' O.S DJ¡, l ,OS CAJilJUOS F..T~ C(GLO VlT.AL

i\ ~i como, las--lw.jas. las tlorr.-s, J ;:¡J; ,,r;u::nns,,,. J!.>.~,-,. frutos expresan

Íonna )' pó$iCÍÓI1 \ltlt\ (l(:t~rlllittada '· cspecie ' vegcelf'tl, <>SÍ -f;I<Jlbi.C:' ll }¡¡;;,, .• ------ - -
.teligios<t~., d cntifkas, politiéas, ecqnói)l:[c;i$,_:elí.pt.esal;l _-~~lJ<t tuiwra.· - Lo t.¡uc -
fa iiJJ.lividualidad de Go.e1he signiticon: 'h serie d~- s~¡s Y<l.rÜ<s manikst11doN~s ¡~n
l-'austo, en b tec:nif¡_ de_ J(¡:;, colon::s, eu d :runo Reln-ccke, e.n el T <t$$0, - (;n
el Wcrlfu:r, en el Tfinj.e a ltr<lia, en d amor << ¡:·cderic.,, en d Diván y cn hts EJe·
gi11s r otuauas, e-so mLsmo significan, p~ra la ilHI.ividv<llfdad de Ja cu.ltma antip;ua.
h s g·uel'T:\S .nuídkas, J;¡ t.ragedia fttic;¡¡, la P.o.lis, d movimiento di()ais iaco, la -
!;'l{a, la columna jónit.a, ln f~eometr.ía de Euclides-.- la - legi6n r'om;tmt, ](}'> w muaw:;r
rlc gladíadm'2~ y eJ pa.n•m~ .iJt c;itcemcs de la éj)oc:~ .inlpl'! t ial. los f.cfiómcr¡p,; t<
En eMe scmti(io, h k <:xistcncía. de_.todo . iudfviduo <1lg{) , $ignifiv•l.i~<o
con pro[tmda ~tec.:c!1idml, todas bs: : époe~$ de l:~ wlmra a que pürtenc.c,¿._
mw de -m>sr~tr-o~ despi.en;, lit vida itH.edot: -:tuonwmo deci-sivo a par tir de l
salle utw que tie ne Hu >"O- en el punto y- manera en que -amaf'i~) tt.~sp!~(J,rí ­
:.lm~• J (; i;¡ {,; u_ll m ·a toda. Cada 1U10 c\e nosouos, hombres rle Or;(;i(lcnce, rtvive
d-e ni[ío, en los en$un1os rkspk:rtos )'' en los juegos iuf;~ r tlilbi, !;U ép(lCa gó.tka, sLÚ·-
r;;lt.e<lra l, su co.stillo, $U leyenda ltet'Oic.a, (:] Dih1. !1: veTtt de l<ls Crmada.s y el dolor
dd mozo l'arsi¡az. Todos lo~ mucl•>tchos. griegos htvicron m edad haméric.n y st¡
Mar3t<'m. En él We->·t/¡~1~. Ü<! Goctht'. imagen de una juvenwd qüe todo üornb'r,e
fáll.!it it:<>, J?e'Hl llíftgL'm 'jHlt i¡:rno, ccmoce,: :t'f.$üi'1:('" <':! ti cw po dé] Pctrnrca }' (t~
HÜtHH~s-inger. Clll<mdo Goelhe bQ~qut:<jó . Sll primer Ft.wsw, t!ra l'al'sifal. CH
term rn6 h prim~r;t r·art<;,-,;ra Hamkt. Sólo en la segunda pane fu.; Y" el hfi,~;11-,
l.m:: de rmmdo -del .siglo XIX. que -r;ornprendi~ ~' Byr(Hl_ La ~<;;rw;t ull misma dt: h
Antig<icd¡Ld, esos capridloso!; e i nf<,:ündcl~ $iglt)S- ckr lH.:Iéni~mo iü1;tf; es-a "scg nndá.
nfiie-7." de una inteligencia. (:ansuda y •1c:s;~ns;;dh.d<1, p•_~cdc cstudi;u;se en peque~i9
en más de uno de ros gntflúes - audano~ de:. _Ia;-Antigüedad. E~1 Lln í:J'ac(m te.v,
. Eurlpides, se ll!Hidpa 1!0 póco (t~ aqu~ll::t dtali'dt<d que inego & e nHtnif'ie~ca e o.
épor:;< imperinl; eü d Till ..~o, <le l)hrtó n, puede vi:¡.lur~¡brllt'&(; <ügo de _;~.qud sin· '\.r ~e - .exwnj;;ueü eH .;pe.:,:,·,
cn:titirno religio~o que '!f>lll' ece en ''~;1 rui$Jmt é;p~,, ca impcr.i:ll. Y d .s0gtJndo .F<r.'Usto ~lbs coincide 'txRt't<<intr. "~
de G()cthe, co-mo d PM·sij(llJ de i .\i¡!gllt't\ 1105 indican de ~n letmLno b fqtmu qüe- de vm1 tulwr:a 11o:a ;áv '
hc• <le wner 1mestrt1 aim:~ en ]os próximos, t'tlamo.~, :;Jglo:>' eread<>rlls, _ ,-_ t·o 'no puecb eJI<X>tcL·:;
La hiología lh1 m;; }¡ot! IOI<?gÍ4 . de J-Q.~- tJ>rgaJ1o.s a ~ti (:<'¡lli \''J [e neta, m(>rfofógit.·r~, po~ y en un twnw rl eter:~1ifL'<
oposic~ón , a, la (matagilt _
de J<)S. órg<rnos,: con qHC desig-na. la. equ!valeuda funcional,
Got:dJe h;·t furJado. a>t¡ud ~Otlccpto imporcnntlsimo y tan fc{~undCJ, que 1 ~ \.orHlvjo
a dct.>étlhrir en d homb re e-1 os irwr.rmaJ.'Illt>irc.: Owcn le ha ciado tma íónnul:.t ('S'
r.rktamcnt~; cie1H.ifica. hln-odu~<.io ttmi.J.bién t~c -conq(!pto en el m <itoclo lri~L6rtc<l.
Es sabido qul;! a cada .p:;.rt<~ dd ct-át•eo 'hllitt;liiO <:orre~pr)ndcn cxacta,mcnte
¡>nrtcs de los •·encbrados, hasta los pccts; las aletas p cctomles de los pe_úf:'~ y
pies, b~ alas y las manos de fos ' verc~brados tetTes!res S()t~ órgnnos howúJo,g(l~, liU-1'
( u<• •ldo lmpn pud<úo ha:;ta b mft:; l ew~ som.bl'U d.c ~crrR:j;l. rJ~a. Los - puJmcín:es
d.~: los vertebra<!()~ tcrrestr('$ y la vejiga nHtatoria d<: loo;- pe-ces &on Ji!)mólogos," erl
cambio !os pulmones y lns brnn.qoias sotl andlogo.v --con r-.c:spc(;to ;;, ~<1 fur> r;.ÍÓi•,
.\11!rtW-6stase en es!;Js. obsentacione~ nn t:\1ent.o.. rnod<>lligíco· ptotun~!o, adq u iri~o­
J>Or tnJ.,dio (!e uo::~. severa e<htc:,~;i6n dt la mimdrt y qué la históriograffa mod.ei'·
u:1, con o\IS <:ompar.adon~~ su:perfic.iaks •wCristo con Buda, Arquímedes oo ti (~:al i,;
leo, Cé.~ar cou I<Vallenstein. las pequeñas ciud~des alemaJHl$ con . ias g'l'ieg:,l.> -,
ronoce por completo. En el curs(l de ·f.Wl libr6 ver.'<':illos a qué inaüdit:1.s r;~:.-r-sptctiva.s ­
puedé Hega.r b -visión histúr.it<l, \IJ1'll1Ó() se comprcndu y sG :~fin~ e~t.'1 nneva y
honrla r.,r;tncra - de conceb[r los fenómenos his16r:icos. Son f(>fnl~cifme~ homl'lt,)giiS', "-
para no ciurr oirns JnU(:ha~, - lr1 ;pl{L~lic¡, ;gl'ie:ga y la mt'>slca instrmnt;ntd de Ocr;],--

............

6
 . U )!> C.\M!! IOS
I~ .J rut(¡$ -exprc~a '' por su
~:~tal, así t;¡m bién 1~5 .form
~x:pte~m l!ll:l cultura~ Lo <t~,~<; p:tra
·ie ,::;;: sus var-ias m;mifesta~irme:s en d
~ ·z.orro R-e-iw::c~i: , en d Tn:sso, en ..
~ fed~rip1, en d Divti n y etl 12.~ Elt~­
lndi•idua lidad de la cultura. ilflli!~\.1 (1 ,
(i.;, el movimien to dioni~i ;u~r), i;1 · tira'
~¡~~~:.<>,
la Je¡{i(>n r omam, lo> comb ;,ms
~ t?oc,a imperial.
¡,[;<:iduo .;ll;¡;r> .s ignificalivo. r eprodq(:é,
h cultura a que pertenece. En .~<tdii
;-:-l!lomento de(:isivó a p <mir d.d c1úH
f liltl.ni:ta e¡t <¡ue am:tño' despertó· 'el
sotr<Os, ·boJl:l:f\lr~'s de Ocdd em e, re"i•ie
¡jú(!gos iuCantiles, su épqc~. gó tiG<t, ·
~J ·¡e <Mt~t de l~s () mzada$ 'i d .d
ie~o~ tu\'ieron ~u <;dad homérica
u .;te m;1a juvénmd que codo
:g~ ·t:l tfempo cl.el l'etntr ta y vo.: los
1'>~ÜrH:~ Fr:wsto, ~<t P;:trsifal. • Cúando
en h; U;gun~1 a p:u· tc fue ya d .ho,n- .
t>, ¡¡, Byron. L a sen ectud mismi .:h~
~le5 ..:ht hd'eniúno !1nal, C$:1 ''sei;·u
tM'í.adti; puede «Hlldiarse e11 ¡,)t;q
la Atnigíle{Iad. En Lnl· lJ(ICtm t e.f, J e
i¡.iilidmt que · luego se manifit%!:1 en
ui-d.: vi.~lumhl':n:se al¡~;o de a'l'": l
t?po«: ímperí¡tl : Y d segundo
~ indican de amcm:mo la forma
li!ti::rtcs, siglo~ crcc rfOl'e.t.
ú ~ !>U equ ivaleucia ~r.orfi>lur,ica,
~?.le tÍé':>igJ:l il la (;:q u i •·a·h:nda J'rt.nú .
t%5f!no y ca11 íecumlo, que le
r.t':· Ow~m le ha d ado unct fúrmulá
~· ~~l~ttpto ·en el méwdo l1istór.ipo •.
tr:a:no tOH'l::$OOnden exaewmexite útr~
1'> ;;1et~S [~tc\oralCS c:lc los pt;CC".S y l os
~<::Fre>n'{'$ son o>·g~no> homólogos,
.omht:.1 de s(mejanza. Los pvhti óue~
¡;oria de lo& p(;ces ~on hom<)lngos.: en
~<"difa.!?:O..i -con r.<:~p r:cto a su fun ción,.
l.l{O .rnár~"•l.Qglco profuindo, ;¡dqui:rkfd
uit~¡(.ht y ~ue .!a h.i:s to.ri~zrMia
~6 o:m B ttd<i; A rt¡;UÍti\.i:í.lcs CDF!
¡¡,!a~ Aleutátl~ oon las gritga$-,. des·
¡;,. varemos a qué· ihaudttas perspr:cl t
od<~-ipr-ettda y se afiné' esta ·Jtué>.· ;l
~oti<;~~. Son . fonna.ci o111:5 h omí)l
~· ' f~J Itlúsica insnumcntal de
"'-..
--{::
'-.... .
!lL CIC LO VlTM. rw. J",\S CUL TURA$ 3:1
])!'~<trni~lt:s de b cuana dinas tia y la~ · c¡n~drale~ gótit¡ls, ~;1 1).1ulisl'u<J· in·
· r'~)m;mo (el bud ismo ·y ·et. áistiani~111<; J•o . •~cm . ni s-iqir,iem
de· los "f srado$ luchimd o'', · .~:n C hina, (le Jos f-lycsos y d(~
de l'etkl€s v la de lr}~ On1<: v.;;~. J.;t del Rig;-Ved: t,. h de Plo·
Son ho m.ólo·gos· d m o vimicul<; d íonísiam r ...e l Re nacimiento;
J~ióvindcnio dioni~iaco )' 1;~. R e!onna ~'l)ft <tná log1•~- J!ara noso Lro~ .
lm st?,lltido 11m~· h1en- " W ~tgner c.Cm !pt;.ltdi¡l la nm.dcwid~d". P0cr
tiene q ue hah<':t ;tlgc• (:<)rfC~poiJ.t\ü;nt.c p~ra la rno(krnidad '"rm cigua".
J'¿rgamo. .
de lo~ · fci1ómenos hist(a·i\:QS s~, de.riva un <:<:mCtp t<.t wmpleta-
cqrn:sjJoni¡.ienu:s <l ·d os lu:chÓs hisló¡·íp )$ qw~ . C~tda u:nv é~l.
:n n:idticetl en :¡¡¡: misma -rel;\l:iY.a- po~kiún . y ti.éncn, ·pot' !e> t<~.ll tt:>,
,,e:<aclanlert"M pareja. Ya ·se li~~ vi$to cómo el des:ftn:.oilo de la
y :<1l c;k 1:1 oceíclent:ll ,~e vei ificrm con em~ra C<)J,I grucnda. H u-
a i· .como· ·corrcspmulit:l't{es a. PiUig()l'fi.& y DesGÍrt.es. a Atdryt:ts.
etleii }' Q:hl~- G<)>'r i!Spor!.dCilS¡Jel tl,rdmic:n tó del j6n ii;o y el
y R.étpl.imndt, Policleto y ll¡1¡;h son tambtén cor,·esj>(;·JHJúm·
c.x.írn:spüu denda se preselw t· <:t.J tc:> r)ns hs C\ll ttH'<ts .s11 R <:form:•, S\1
moinenw en .qm: la culcura: p;¡gqt :·t sr:.r ch•ilizar,ión.
lnomenw v:) unido :1 ' los n onihfe·s ck FíHpo ·y Alej<w th-o: ~!11
-~l. Sh(:e.~\> t(Jáe~pondkJ1ta ai)~tl e(:e ll:tjO. la forma" de .[¡¡ Revolud üu
!ll.tejMdJ.i:J.,:>l3 <tgdad y Wa.sfl1bJ.l,iOTl fqeron con's.irui'da~ <m epoca~ 00·
llJ · inl>.r>edil ;tndgua ·. y míe.sr1·<1 cont.al?il idad por
rw11nfa'·y Ja'. ·F rd:i:Jda, Atignsto ~ ~:atiílo<m gd, Aníh:'ll y Ia
crt·~cióncs y ·fdÍ'rM•S de la rdigión, d el ;u'te. e] .-., l:.l polh ic¡~., M
economía, ·de. li üe:n<;i¡t, <.:11 rodas ~a~. ~ultura~, n "acetl, IJ "S~rt n
tfxtingtlÚJ en 6(Jocas forrcspcm d irNI!t:s; la estruá ur:1; lntern~· de
re)irló <k i::qcr;úl).en le con la de todas las de,,{,l>; no hay en d
u na f;;.Ult u w ·un sol o r,~ ni'uu.(;"lt(J tle bo:ndú úguific,t<:Í(Ín r;,,J I)gná·
no p aeda enc.omr.~~ro;;c ~n las demás cul tura ~, en mi.a fo11Ua
i,lri p101Mo determinado..
--
llUl\
yitli-
 LOS CRl::ClMn ·:-;-ro

Se respond ió ,.Í<:lOl'iu>amt utc; a ~:

C'.J'I.PÍl'U LO :)
dt seria un mundo de ciullade~ } n
~~ orden y no de amuquia. Sin ~:n:!
ARNOLD .1 . TOYNUE E .,: ímcm incitá ción expuso ~ lo~ H.-r. (
::"(~ lll"Ó lll padfica pmsccu ció n de ;,
LA t\ ATUR.ALEZA DE LOS CRECUHENTOS ~~ CtCCi.miCu lo de poblad{m, '1 este ¡¡
DF. LAS ClVCLlZ..ACl ON ES ~ .i{ióu .a lcnmó l a n ¡<txirmt Llo:u~id;td qu
~lén i co. Así, el mi~mo éx ito de 1'.1. 1
.$ocied;td Heléni ca infan te :l una ~íi.;l
DoY pistas fnlsn.í ·husi:111a .t:on tan to éx.ito como ::. b
La r cspucs(a hcUnica a la inci1.;c¡
Hcmo$ encontrado por ob~r.·ación q ue la incí!ación nuls cnimulanlc C5 la de un ::na serie de cx¡x:rúm:ntos :llt~rn.l:i
t~nni no medio emre un ex«.-so de rigor y una falLa de él, puesto que una. im:ita· ;:tcil y ohvio, y se aplicó ham q\:t
ción ddidcntc pu<:clc .fracasn.t· por comple Lo en etlimul:.r a li1 pane ira:icád a, mieu· .-\llle e~to se adoptó y aplir.:ó e!l iu.,
t r~s 1¡uc nna irlÓt:l<;iú:: <:xcc:-.~iva p u~~ d t~ r¡uebn n· su L:spírit u. ¿Ptro (pul hay <k b mc;no$ c:vid cntc, h~sra qur: esta YC7 ;,
incit;tció n con q m.: puede: nmtt:ntlc.r a¡u:u a~? A p rimera yis m, ésca e·> la i ndc:.;.ció11 F.t prjmer 1~1 émdo, Iuc cn1 plcar la>
má~ eSLrmulaJHe imagi nable: y en los caso$ concretos de los po11nesio~, lo~ e.$g ui - d<' l :~s tierra~ haja~ de li1 H élade h.;
H~<des, lO$ nómadd~, ](,¡; osmanlícs y los e~p;;.,n~ nos, llen iO.) oll.>ervado qtJc L~ les ~oluntadc:.s sobre Sl•s vecinos uJ~:m<~;
i11citadoru:s son p ropíci~1s p:>r·l! provocar un tour tlr. frJn·c. H (:mos observado c:un- -.uc,·os dominio.s para el hclcni~mo •
bién, siu c:ml>argo. tille c·n e;) p r6>eimo 01pítulo d e l:l historia estos IOitr.s de force .a f¡¡Jange hoplita y el instrumer;;,
imponen a nqucllos que los han rcaUz..1.do una penalidad en íon:na de. tletc:uc;i\)11 ~~ f>ioneers helénicos esl3blec.ieh>!~ :;.
en >ti desanollo. l'ot consiguienle. a la larga, teneuws que afiTJJtar qu<: d pro· pe11sas de íta lO$ y c;lu)ne& hárb~ra,.
\•ocur la mayot t-esplte,s ta inmedlatn no es la última prueba de qm; unn incitación l!e ~Í(.;talO$ lAriJ<tros, una maeva p:::nti
d n,d a (;(m~t i l u y<! la c'> ptim:< clcsd<; <.:) pumo de ViH:l de; provocar b úla}'Ol; tC$ptteSt:l libios b<ír!J;uos, y u u a Calcluicc e¡;
e n wmcr;l l y al f.in . 't~l,.V<;;r~l (i i]Cr:'l incüadón.,. ÓI? l itna e$ la que l~<> sólfl ·e~tt i.WU b t,;irbaros. ~in emb:U'go, una vn td!
a la paree; incitada a realizar una ~ola respuc~ta · c.on éxia.n, >.il iCJ cp~e Ul lllU¡I?u. b 3igo u na. n uc:\·a.. indmción a Jo$ vice;
e:.stia'llula para adquirir u n irnpetu que la Uev:t un pa>.o ¡n;\5 ;¡)]á; <ld Lrhmfo, <-n si mi~mo' u~·a incitach~n 3 lo:. •):
a una nuev:J. lucha; de l:t solución ele un p rol.lkn1a, a la pn:sentadón de ouo: de .O> pueblos no-helénicos fu eron ~;;;;-.
Yia1 a Yang, 01 ra ve1. El movimkuto finito único de una perturba ción tc uua Ht:lade: en par1e rcsisci~udo a la ;;
n;.•t.anr;~r.ión del cc¡pilibrio no es bastante, si a la gl:llc~j, ha de seguir d Crécitlli(:n·
prest:ed;15 a ht H~la<l<:, y en parte .;o
to •.• Y para convertir el mm•üniento en · Uü l ·i tl)'l() repe1.illor, r ecurrente, <k be habc:r
m:1yor ele ht qtJc los hcltnos tní~~os
u t:!. éian uito / (para empl ear (:1 t611th to de B <·rgson ) qm; lleve a la prrne lndta<la, fle lénic<~ que habJa comemado e;\ ~
a tr avés d el equ.il ib riQ, a vn dcs..:q uilibrio que la exponga a u na nuevn. inci l.:!l-
.. <lel VI. Pero a b ~·e2. la SC><:ied::u l 1{;
ci6u, y a:\1 h1 in~pir~: par a dar una nueva re~pue~ul en f l)rmN 1lz; tm ·~lt<:rivr etpú·
dón de la superpob!ación.
Jihrio que tcrm1ne en un desec¡ui librio ulterior, y <lSÍ S\l cc.:sh·;un~ntc en una
E.n cst:'l nueva cri.s h de la hl::to:
p rog¡·csión que es po ce•ld~ht:lí:ll tC infinita.
h¡zo ALen:~s, que llegó a ser la ··~c.=~
E sre éltm, que ;.ctúa a través de una serie de desequilibrios, puede pert:illi r-se a u·:IJls(omlal· la expau.ic'm ti<! h !
en el cur~o de la Civflizacióu Helénica desde su g~ne.~is Jaast.a su ceni~ en el ¡;¡.
e n oLm imen$ivo, tnwsform ación sk
glo va. c. 6lé capía.ulv. .
La pr imer:~ incitación preséntada a la n :cién nacida Civilización H elénica [ue
P an:ceria que la;; dv il izadones ¡::-,:~
h inciLadón de l caos y Ia. noche nnti¡,"tta. La desh\'Lcgrar.i ~'in de !a..P~tea'O;t Sode·
dón , :1 través de li:l re~pltf.~t a, a <HP<
dad M i.no ica IHahJa de j:.do un rlto n t<'in de e scoml>ros ~.rJci <11ts: m üJ:oicos a bnndo..
11~.clos sohrc la co~t;¡ y' r.q u e.os y dorios v a t·;Hit>$. ¿Quedada d sc<iimemo de una <: xtcnso~ e inlcrnos. En d mii<.Tocor;;:
progresivo sobre el contorno cx:cr::
:wtigu;~ ci,·iJizadón c; uterr;~do hajo la capa que d nuevo torr en te de. barbarie:
autodeterminación o autoanicul:c.:.;
lt:thia dejado en su immdación? ¿Serian dominados los raws uoms de tierna~ baja~
dd paisaje aqueo po1· la aridez de las tiC:JTas «lt.a~ que lo~ rodeaban? ¿Qucd:lrian ¡enemos un posible criterio del pr.Y.;"
los pací(ico.- cultiv:.rlr)re:, de l a~ Jln rlllras a m<:ruxl de lo~ pastor~~s y bandoleros de esw~ rllanifest::tciones dcsd:: t...:: ? :
d e las mont.a11as? Cou .• ide•·a•1do prirnero la pro :.;.c::>;,
r ·e ltJt)$ que e:. convenienr ¡; ~ul>Jivid;J
• De Arnoll! J. To~·nboo, E!tudio á~ la H istoria, vob. l ·V1 w mp<mcliatlo$ por O. e.
~<H:iecl;ld <:om.i>ee en las o tr¡¡,s sockt1;;
~o iH>:Tvell. Em<e<:< ! Editores, S. 1\... :6\lellO$ r\.it<i~. l ¡j[,S, !>P• ::IJO•!(í, 2 t 7· ~ (t.
Wcto. y en el contorno !lsico c:on:.ti:1.1í·
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.........
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•Y :'í l:H : .E
15 CRECil\IIEN T OS
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!cl!!ic.iÓH más esLiruul::uu~ es la de ua)
¡ f:l~>-"l <!e él. p11o;,~to que un;¡ i ncit¡t-
¡ '-'"~i';nular a la panc incit<ld::t, mten·
:~.r s:.i c~piritu. ¿l'em qué ha;· de la
., p::mer:t \'iSt.l, f_,t.a. es lit incí taciún
>"'cn¡o$ <k lo~ polinesios, los csqui-
t~·:.ano;, htmos. observado que t:lk~
1.. • á~ 'oru. Hemos ob~erva.do t:lm-
l> C:;: 13 his.wria e.SLOS l<>urs r!c /MCt:
¡:¡ ;:x::n:.l i<Lqd. <.:n fo:rum de detención
<. :e-n~:nos que aünnar qu.e el pro-
' , i;:::a p¡ ueba de que uua inciLacióu
1ÍM <il': provoc::n· l;t IlHl)'ú l' respue~til
; ¡:;.,i;:r." c:s !,1 cprc no l>6Jo c;stimnla
!><"' (On éxito. sino que tambié n la
e-.:'! ,.-:.:.:-: paso m.ás allá; del rr,i\lnfo,
~ :t:lá~. ~ la p1·t:oen ~a(ló:-~ de ,vtn); de
-:.n u<:> de una perwthación a una
!'e ;~:r.c·m .lu de seguir el (.Tcdmjcn·
~ :t re¡x::idcr. recurrente, debe hab er
:;>-:3:•. <.¡!!<: lJe,e a la p:trte incitad:<,
•::- h e:.poF.g-« a una nueva im:it:\·
li'.:!D':a en forma ele 'tm ulterior cqui·
~ ·· ~ · y a~i sucesivamenle en una
<k 1:k~q"ili hr ios., p1wdc percibirsr~
: ~.1 gt ncsis ·hasta su cenit. en el si·
c.:: n::l.cida Civil.iz::tc:ión I·Idénj¡;;l fu('
¿:fmc:~ación dt; la paterna Sodc-
s.:~=·:.:os sodales: minl"•ir.os abando-
f,:,;_ · ;Qnc:d;~.1·í~ el st;(!imf,nr,o d1~ una
'""l~';t-;~~-6ivo sobre el contorno exter-no; en el mlc.tocoimos como una progresiv;1
~~-t' d tlUC\'O con·cnt.c <ill h:niY.Iríc
~~-::o~ lo• r-~ro$ lT07.0S de l icrras baj:~.~
~.:¿~ que !ns rotlcab;m? ¿Quedarían
!J4' !f.~ de los pa.~r.on:s y bandoteros
r~:.• .~o:~. 1 ·VI co mpenrll.1¡1n$ por- ll. G.
;_;$'1 }'¡>· Z00•16, 1!1[·M .
............
~
~
LOS CRECfMIJ:::NTOS Di! LA.'i CI VILIZAClONF-'i ?.!'>
Se re~powiió vicr.oriosame.mt; n esta primera incilad6u; se. dccid.i 6 t¡u e la Hé·
la d~ .sed:t un mundo de < iull•·•dcrs y no de :U.dcas, de ·;4gricultura y no . de pastorco,
de orden y IW de anarquía. Sin em hargo, el mi~mo éxito de su n:~puesta a esta
prim<;r.'\ inciLar.i(u o exjJU~O a 1~>~ venccdore~ ;¡ uua scgundn. Puo:s la victorta que
~st:guró la pacifica pTOsc.:ucitm de! la agricl.lltum cm .1<).5 tiCrms baj~s dio fmpclt\
:.! crecimiento de poblaci•ín, y {'SLC ímpew no llegó a óeccnenc cuasodo la pobla-
CIÓn akanz() la máxi111a clo!nsidad que podía soponar la ngricultura en el hoga r
l!ClénicCJ. .1\sf, el mismo cxi to de !;1 respuesta a la prímcra i.tldt;tción expusu ¡1 la
$(}ciedad Helénica infame a una segunda, y clJa rl'spondit. a <.:Sta. incita<:ión ma l-
,.l usi;ma con l~ •Ho éxito como a la int'it<ición del caos.
La. 1;~spues1.a heh;ni<;a a la i1?.ci Laci6" ~!c. la. superpobl;icióll. adr)pt(•. la forma <le
·lfla serie de experime11tof> ahemati"o>. Se adop1.6 primer(> el expediente má~
:icil )' oh,·io, y se a plicó hasL¡o 'lltc comenzó a producir resultados decreciatntcs.
.. An(e e~w se: adopL6 y .aplicó en lugar de! p-rirner•o un exp ediente Tnils di[Jcil y
''" · d!eei r,,, evidcmc, !taSl;l que esta vez be lo~ó un a ~oludón a] prolll<':ma .
l:J J>riuoér método fue emplea r J:.s t<Xuiens y l:~s inscitueiones ({IIC los ha Litan tes
!.r. las tierras bajas de Ja H~hHic hablan r.re¡Hlv en el pron;so de impo11er ~us
H<lünú1dcs sobre su:; vecinos ·wontai.kses en .·su bogar, <:<'>rt <;l fin de conquistar
.. ucn)s domi nios para el helenismo en ultramar. Con el instrumemo militar de
~ [alange hoplita )' el i.mtrumentr) polirico d el .F~stado-dud~tl. vn enj<'ltnlm;
-~ pi!Jil<:t:rs heJcraitos cstnblederon uria Ma~na Gveda. en e.J. talón de llalia a ex·
:-eni."l:; de i t~los -y chone.~ bárbaros, un nuevo Pdopo11eso en Sid lia :~ expensa$
! : $iculos l>:hbaros, un ~ a111t:va pcnt:ipotis helé-nica en Cirenaica a expe.11sas de lo~
.,..¡¡¡o.><·· f:¡;lrbaros.• y tltl~ Calddire en la ~ost:~. N. de~ Eg-co a exptnSl!S de trado$
...;rharos. S.in emb:ttgo, unn vcz más, el mhmo c~<ito de la respu~ta crajo con-
, ;o una tlll(!y'<~ incic¡tción a los. victoriosos. P11es lo que éstos babían hecho era
>~:1\·. ~f mismo una incitación ~ los otr-o$ pueblo~ mediterráneos: y ev-entualmente
' ·:-s puebl~ no-helénicos fueton escimuládos a poner létrnino a la exp:m~ión de la
~:dad~: ~:n parte resistiendo a la agresión hdén ic.~ ton an es y :muas tomadas
prtn:~d.a~ a In H~lade, y en pane cwrdin;~ndo ~us propias íuena~ <:n una escah1
=~ú)·r de In que los .htlc;nos mismos <:ran capaces de alcantar-. i\s(,' la expáilsión
.:..;:énica que había comenzado en el siglo "'~11 a. c., (ue detenida en el <llrso
-3.,¡ .v1. Pcr<> a la ver. la Soci.edad Helénica se vc:fa enfrem;ttla aún con la incita·
· ó .·:,r, 4e ln su:perpoblaciótl.
En esta nuc,·a crit'is de la hi~toria bdénic;t el descubrimiento nquerlito lo
it ro Atenas, quo: Jkg-ó n se r la "ed\lcadón da; l:i H<!!aqe", al aprender, )' <:nsd'ínr,
i mll1&l\)nliar la cx_pansio~a) de la Soc.iecbd Helénica de un prnt:eso c>t tensivo
·- o~ro in tensivo, u·ansfomracióu signifir~H.iva de la que hablm·enu¡~ ;~lgo m~ eu
:,;; :> <:.apítnlo.
l~r~cerht ql•c las ci~·ilizar.iones crecieran por utJ il<m que l:lS lleva de la iilcita· .;.,.;_ .,
, :. u-.. ,•és de la respuesta, a otra inci t.adóil; }' eSLe crecimiento tiene a~ptctos
'~.:.. :::n~os e internos. En el mao-ocosmos el crecimiento ~;e rcvda como un dominio
-.\ooetermiflaciún o amoanicula ción. En un;¡ u otra <le ~.seas mauifes tacion~s
~mth un po-sihk criterio del progreso del t!lar1 mismo. l :xíHninemos ~;l( la t•n;~
,,,_,~& ·~ta~ manifestaciones Jc:sdt ese _pumv do; vi~ta.
., ,.. ~r1sidt:r:w do primero l:t prog-resiva co nqui$ta del contorno cxtcwo, elJcontra·
:~ ~ qne es eonve nient<! subdividirlo en el contonlo humano, que paril toüa
¡t¡lll:'~la:d . consiste en las oc ras soc.ierlades humanas OOf.l q1.1 e se encuentra en con·
· -:<, y en el ü.tlltorno físico O::Ol'ISIÍlliÍdo por b natllrnleza t)O h\smana. La (.<mqui,s .
 ~G FU:::-n-.~::S )'TIPOS D~ LOS CIIMBJOS LO$ CKECDUf.\' n
ra pr:,g re~ iv<' (11!1 coawr-no . hJJn1::m6 se P.Xpl·cs:w:t nóriuaht)e llte en la Í (f11ll;t de: ··v~ür:gos est.án dcstr.iblc:ndQ j¡, t-y '<;:>
urla t::nen~ión ~(·og,dúit·a dí! l:t suckdad en t u c~li(nl, mientnos l["C la tonqui~t:t pr<>- \::¡. cima de la Civililaüón H elc:u:t.
g¡c~i\• :t dtl con torno no ltum:mo se e"-¡>r<'sartt nonualrncmc en h f<>TJTitl de ;¡¡~uc!los grandes acto~ de rTea,.v!l. :
perkcd~.mami(:Oto en la tér.nir:t. Comenct·mos por h prim.er.;,, á snber, -po•· l:i ~.;;ho inu:ton:•l al hele11 isrno. H~; J
expansi'6n gcográ.fita, y veamo.~ (111$\11 {jUé pnmo mcrceo~ é~1<1 que se la wnsicl• rí; •o4hrc ClH.a époc(l creadora P'-'lq••• .,;
rowo criterio 11dccu~tdo del crt:cimi<:mo tC<tl (le- una dvi li7arión. .=oora, la e~pansión gcog1.:. .......
~l•c.snos lect<wes clificilmcptc di.semir:í11 de nosou·os si afirnlaUtO.S, sin mas .r¡<:> se pue:dc djsculir quL: du.r~ n.e e;
tmbnjo ~ s.in. molestarno~ en rC'\Lllit· d atos más HU.r) l,eroi!Os y apla~ IM ttc$, c¡ne la .2~.~r: F-l eléni~:<t lue .n¡ayor que :l'Hó'
expansión ~eográfita, o el "correrla sobre el mapa", no e~ critcl'i(> ;<lg·uno de ne<:i· ;~.h.t•l' es~do dota<los de un., ',v : ; ~·
micniO real (\e una civilización . .t\ veces e ncontra mos que un p triodo de txpan· ...~T lo qt•t ~i¡.,'ltió, haiJrbu cp:<:'d~
sio'.o11 gl!ogr:íftca coinddc en lecha ron un progreso c ual it:t tivo y es un:t m.anifes-
-t~d~J pvr la.. gu~JT<l t.l c Ateo as ¡ :. ; ?.
ración de é l. WH\(J ea d c<tw de h }•rirm;r.1 e-xpnnstún hdénica que:: acabarno¡;
i!e e~¡xt-ll~ión gi;-Dl!,.d ríen -.1~ <'' p
de citar en o1.ra mn<:xión. :Y!ás a menudo la t:xpan.>ión geográfica cs ·.coucmni·
~~ejandro-. que sohn·p:l'l) por m':!.;
tantc con uua <lecadcncia te:Jl y coincide con unos " tiempos revudJos" o un
~;u.·itimu ·d<! l;¡ HHaLic, lhn·;,m,. ~·
E~tado unin:nal: periodos mnbos de dccade t~óa }' éles.imegr:tdon. Ln f..v.úu no
hay qué' hH ~c;:u-la muy Jejo$. Lo~ tiempo~ -ti}'AWltos p1·oduccn d mflit:H;iSinÚ, <.¡ue pom<J por A1ejaoc1ro, (:.i•..l\E'l¡at~m·1
e(pen~as de tod:1 ~ las de1i1á> dvilíz
e:. una pt:rvcnióu del e~píri.tu huro.,no Jlcv<~do por c:tnalcs de destrucrión ruuom;
la. B;tbilónic-.t y la f utliGt. \ Ct..
y el militarista de rua yor éxilo Jleg-& a st-r, l'n. general. eJ fundador de uu E-~t;~clo
{.;,'i;palld lé.U~()s~. bajo la t;¡,ri.dn lo.;=.
unavcr~o l . .La expa n sión ¡;eo,gl':Hica es tUl pnxh•cw sccund¡¡rio de cHe militarismo: w
Jo~ interludios en que .los poderosos Jwmbres d e arm a.s v1•Clven la esp:<l d:~ a sus " · J,;urop~ y el nol'oeste clf· ..\ ft(,~
riv:ole~ de Jc:ntro de su propia socicd;nl para lanzar sus asaltos sohrt la~ socicd:~rle. =alcs la Civll.i2a<-iún Hd..:nha t>:.:."
vecinas.. P.t.;.·t rcmt>$ ahor-::t :1 In ptó:\i:,:
E l miJ i tariSJ~JI), como veremos ~.:n un pumo (lhcrio:r ele esce Escudto, fl:.t sido h <X>nq ~J isht jlrOgresiv<~ del wn;o~:::;.
por u luc:ho ht causa. már. com(m de Jos colapsos de civili:e~dom'.s duratue los ú lli· o.¡:ru de propo rcionarar)s un cri·":S·:
mos (uatro o cinco milenios que han pr-t;~~nciado 1:t ve...ínt<:na, más o menos, de ~~ Utt<l civiJi1.ación. ¿EXÍ$tCn t''
CQiap$OS Q~lc se han x~~istrado haWl. ho)'. 'E.l .m.ilit-<~.ri!.JJW produce el colapso de 1.11)<• .,is:,c.h>nttmiemo en la ll'cnkl. v 1• '1 '::1
civi lir<tción al lmc:t:r . quc los /,E.~taclo$ l o<':llc$ en C¡tlC esta ,a.rricuhda la wdecbd (!u. 1Ot.mndo \'Olvemo:; a lo~ hec:Íao~ e;.~
tren e n conflkto con oLro:; (:n destruuor"s h•chas l ralt'icill;ts. En ene proceso tilieHtras las <:i~·ilizadones p~rm.1::"':
stticida toda la estructura social se convil:rtt en rotnbustilJic pa:ra :•lirnemar la ej~nplo~ de la situ~ción opuest~
l lama dcl'oradora en el p\'r.ho ele bmn ce d<; } 1-olodt. . EMe anc ún ico <le la guena !~$ dvil.lzadone~ están en .mo,·im;o;o;:
t(·aliza progrews :i <:xpcn&ils. de l:ts an r:.s cliversas d<.: la )J;.U; y ante.~ cl t' que (:~re •t'rib, scgúa ~::1 el caso.
riwal mortal haya completado la uc:strncción de codos su;, ad~ptos, ~to;; pueden Por ejemplo, cada uua de l.1s , .
haber5e hecho t:m \:xpel'to~ en el \\SO de su~ imtrumenw~ ti<.: dcstru<:r.it'm <Jll l', ~ nlca elevada, Los poiinc~[os Se ! 13.,.
Jk.g;1n 11 d<:t<:n~rsl" poi' u n momento e•l su orgia de nni~)uil<tción mut ua -y a vol11cr :c.omo pcsc:·ldl,r<J$, los esp:tn:utos ccm..:
sm :1nna~ durame un:1 <:st.aci6n coro tra el pecho d e Jos ex·l r!lnjew$, w n c.tpacc.~ ctba llo~. los osmanlíes romo don:"'·~O:
d., lledndos a todos por delante. :as c;j,•ilizaciones han pcrmanr.:ddo <:<.~•
En re;¡lidad, un ('stud!o de la historia hdth1ü: :.t podría ;u¡;c:rir ll ll::l r.o ndusión U11 cjc~l)lo de p~.:rfcccionw.. it::::;
ex:1ttanH:mc vpHC$t.a a la qoc ·hemos rec.h~ ~;ui o. Hemos ya observado 'Ju<:, en una a Trécido p01' el ~vugaste e-m n::: b e:_
etapa rk S\l historia, la &x;iedad H eléllic:, l1iro frente a lil incí la ciún dé la super· tidCl inÍHicJr, ({UC e.> SU ~I!C.C'O::; ,:!':;
pohJ;,ción medialll.; la ~:xpansión ~eo,\;tllfica: y qut dcspu~ de unos dos ~iglos palcoliti.C\ 'upcrior se ~ati,.[:zo con .
(r:irra 750-550 ,J, c.) csta.,exp.a,nsi(ou fu t· dcte oida por las pmeocüts no heHnicns #. un LiliO s<:mldo -estt:tico r no ce1u .;~
que b rodt:¡¡l.J,m. D¡:-.sput1s dé .::seo, la ,Soded:td .Hclénio. ··~tuvo a l:t defCll$ÍVa, i.m.a ·~xpan~ón pk1t.írica. L<h il'<:-~::
:\~iÜtada por Jo& persas tlc:l E. <:o sus liera ;l~ nativas y po.r los cana!l;inc:~s del O. que wbrcviven eu la5 pmc:de;s C'! 1:.;
en ~us dom inio;. más re(-iCntcmcnte a.drp.l i(ido.s. Dtlr;mu.· esta ?.pPca, co-mo T nci· ci.tau nucsu·a admirac ión. La 5rx. ·:.::l~
elide~ la \•itl, "la H.t:ladc. eslu vo rep rtwid r~ por t.o<l;1s parees dllnon n.: u n lttr:;o pe> jo. <:n equipar~c con i us t tllt11.es• t<)~ .ii
1·iodo !le: tiernrm", y como fa vio Tkródoto. "estuvo dom.in~ cht por mi~ dil'turbios hiw en una lucha p<.>r su exi;c·- ;:•.•
que en l~s vcintt' generaciones pn·cl·dcmes''.l El kcto:· rnmkmo encuentra <\ifkil f!ómo pi~lor íue vencido y dejú 01: H
(Orttj'rt: ndt"l' qtlc t•n eSLlJS u •el;mcólicas f.r;t~,;~, los do.> m:'ts gra nd ¡;~ hi\loriadt:nt:s el -cambio que iHat•gura LI!L ~orprcr.d:-;
ma.ni fiC$tamc nt.c un rc t.t'O<'I.;~O t:n ! "-
l Tudtlidt>>. Uhro 1, c:~p. 17: Flcr<i<loto, Li bm VI , cnp. ~- pa leo lítico s-uperior ü•Urió con d.

..........
~<
\)¡
 II LOS CAMJ:I!OS
;~::t>.mi
norma:!me rnc en la forma de
l.u~~liór.t, micnua& que la conguísul pro•
n· ,~ra normillmenw <!n la forma de
C:-:'(>'> por la primen, a ~aber, pof la
co:::o mt:rcct éstil qu.: ~e l;t tomíder~
::-! d.: una civilización.
~ c!e nO>onos si aiinnan)os. sin mds
:nh numerosos y apl:tst>•n~e~, qu<: L:
~
cup:t", no es criterio alJ::uuo de <.rl'd·
:coi:U3Jllos qt~c un periodo de expan·
r.m;¡·pé..O cu:Jii taLivo v es un:l manife~­
:~n t"p:H•~ión helenÍcJl que <\C:ahamo<
fl b cxpami<'>n gcogr.ífi.c a e~ conc.Qmi·
! con unO$ "tiempos r.enu:lLos" o 1m
u'!rld <t y desintegración. La <raz6n ' ll Q
re~ué1{os p1·odnc,en el m1Ji1.l!1iiín.(•, que
?~O por c:mak~ (le de~tnu:cicín rnntn~:
1tn ~t·neral, d fu o.d:1dor de .urt Estndo
hx!u~10 secundario de csLc militarismo·
;t' tle anoas vuelven la e.~ palda ~ l.U'
, l;:uz:H S\1$ asaltOs sohrc la> ;)C)ci\"tbdc•
~r.to ulterior de este Estudio, ha sido
at>~)• de ch1 Hizadones durame Jo.\ últi·
;.;:<Ci:J.dV ra_ vei.utena, [OÚb <) 11\C;JOS, tk.
l miiliarismo pro<hlt·e el oolápso de 1l1Kt
que> cst<Larticula{la la
, l!JJ s:odedad cm.
~>t > lud1as
h'<Hl:k idas. En t:SLe p¡·c11:6<l
;:t~ en rom tmstihle pan alimenuw l:.t
! ~ iolodt. f,:ste :uw imico de la gncrp
i \rn:t< rle la p:l7.; y ontcs de: que ~'St<
·,;¡ ce todos su5 adeptos, 6co.~ pucde1:
,!; in<.;rumentos de de~trucción que, ~!
cr:,-i:l ce :l>~iquib.ción mutua y :.l
~<:( hO CC Jo.; <c'Xtranjcros, son c~p.~<C'
tlfnir:~ pmlr(a sugerir una c.onclusiétn
u.do. J.Ie:r.oos ya obstrvndo que, c:1 1 1111~
h izo frc::me. 11 la iudt¡~ci6n de. la
.:~: ~ que d6pué.s dt uno~ .. dos ~ig!o~
t:tul<la pijr l.3s potcm:ias no hc:lénk~s
::edad .Heleníca esiUvo a ];, def~miva.
~ :latÍ\'l$ .y por l<>s c:.artagin€~s cltl O .
.¡¿Q!, Dur:mte esta (;poca, (omo Tud·
;:-)r :odas partes dummc un }¡¡rgo pe·
~ " u:uvo dominada por 1n:ís disturbios
•,: !l lector nlodetil<) eucueuu-.t <liric i
¡¡~~- :.,s tlo~ más gra ntlcs hi;,.toriadorl:<
i!'l n . CJ¡>. f¡S,
"0\
~
LOS CRECJMll\.~·l'f()S D!: 1AS C:JV ll.II. AC:lOKF5 !17
de:;.r.rl biclldt1 ht •' poc.:. (1\'.é::, a Ja vi~ta t.l~: la poHt:ri<J.;,,<t, aparece como
1:1 Civili•ít ti<~Jl f·J<l!c;pi(:fl: ]11. época en qtH! el .genío heléuko ~ülizó
11<lt-s -~Ctos <le c~t:nción, en todos los c.am po~ de ~a vida soci ~l, que han
(ll hdcuismo. Hee}idgto y. T udd ich;s 'peJ)t-aro" !:Otno Jo hi ci~.:ron
época creadora porr)yc e·r~ Hna époc.:a en qu~:, en contraste cou ~u prc·
li\ cxp..llll>i{¡n f!:<:Ogdfica oc la Hélade estuvo contenida. Stn embargo,
..~' I::'::c<.k di.c mi¡· que dur:ln!e este ~i~;:lo d tilrm del nccimit:nlo de la Ch•ilila·
~.~~·~cl;it:a fue m:tyor que :.mes o cl.!spu(-:.. Y $¡ t:>COS historiadores pudieran
~ :s.:;;~:> doLldos de 111\;t lm)~é' ida el sobtdmmuua qut• les hubiese p<:-rmitido
t•:!)r siguió, hn.brhn quedado asotnbt·:~do~ al oi>S!:rv:~ r 'iuc: eJ 1.:olapsu s•·íía-
::a ~urrra tk \t cuas y d Pdoponcso fue sc~uid<~ pü!' un,. ¡)ueva explosi1'H1
g~:nlo(r.tfk:• - la el<plii1Sión dd hc!cn($1UO por Lierra, inaugur;lda por
CJ Llt: s.t;br<-!p:~st) por ·lU!·•t·bo 01 escala matcrí:1l a la anterior expansión
!a Héhdc:. .F.hth)lltt; ]os do$ ~i.t;lOl> q11c siguieron al pns.o dd Hdcs·
Akjandro, ~l.JlckJ.)j$t'no.,se exp~ndio por ;\~ in y el vaU<ii .del Nilo a
tod<L~ l;ts demás dvi!i~~t c;iprtc~~ _qt le e JH;o rm6: hl Sil:i;tc<t ia f.gipci;¡.ca,
y la indica. Y dul'imt~: m •<>$ dos .~ iglos dcsp~1és de <!>LO continuó
,h,t', fJn.jo la égida romana, pl)r las cou•urc"s b:irt.•aras dtl interior de
4':~-: ·• <=. noroc~ 1 c de A(ríca. Sin embargo, f,IO~ (ucs·•>n los siglo~ dur<,nte los
~. ~ :::: •liL<cicin Hdénica cstabO: palpablemeuJ<· ~~~ JH'()("<':~> de tle.~; .. tegr .. r.iún.
~-e, ailtH!I a la próxí111a divi5ión de ntiCSLto Lema )' considerarer\IO.:S si
progte~i,•a dc:l contorno fí:;ico por perleccionamtelllo de la técnicr es
k:: proporcionat'n05 ~•u criLtrio ;1dc::cuado l"C.)pccto a l vcrdadcm crccimicnLo
~i~·ilil~ción. ¿.J::~..:isLeu p<ucba5 de una correlación po~itiva entre un pet'·
en lu tú;nic:t y 1m progn:so en el credmicnto social?'
. volvcmo~ a los hedws enocmi.r!lmos o•sos de ,pet'fe~c~oí\;t!}lie,nto t~nko
. ci-.:ili zrLcilll'le.~ penuarte<:en. é.H•itic:•ts o c::H:I.It .en <ICC:rtdcttpit., ::t.SÍ como
la. $Üu;¡d(lt1 opuesta, <;n J¡¡ ~¡uc:: )a t<knica pcrlll:t~lCC<; esdcic;~, mií.mtr.ns
cs tátl en movín~kntó. una5 veces hacia addame ')' otras hacia
el caso.
l'l~~:"!:r.plo, cadll ~lll;t de las dvi[íz"r;i<)r¡e,, J~:tcll il l:~s h<1 <lcs;;nollado nnn cc?c·
Los polinc$ÍOS ~e h;m disti.nguido como n:wcg.:mtes, lo~ esquimales
vul\1€:! ::...:::-,r~eo:es, los csp:ut:tnos como soldados., los nómadas como do.m:~dores de
~;;,;o5maulíes t.:omo domadores de hombres. 'J'odos é:;ro.s son casos en <LUC
h:w per'ruallecidó ef,tátit:a$ •ni,Htras se h:l perfcccionll(lo la técnica.
c~..,;¡:¡..~¡:ts
de perfeccionamiento técnico micmras una c.i\•ilizaGión dct;ac es
el,,q>n lr.:lste mtre la. e.d<~d paleolitica superior e·n .~m·op~ .Y l;J neo-
~upcr­ qt.~e e~ su suc.e5or<t iniÍiediatlt en b SCt;ric te.wolcíg-ica . .La socicd!ld
se sntis.Ciw con insLrun•emo.> de un a1rw rudo, p t:ro dt~~:tnoll6
e:slé1ico y no dej•~ (!<! des~ul>rl.r ciertos mc::dios simples para darle
pint'>rica. Lo~ dkstw.s y vivos bosquejo~ tll <:nrhon oc <~.nir;naks
~~n bs. p.1redcs de lns cueHl&-moeada~ del hombre r•aleolítico su&-
admi radón. La sociedad neo fíiiC'a inf~rio1· s~ tomó un C11ormc traba·
_.¡:ar->e con instrnmecHO!> l'inantente confeccionados, )' po~iblcmcnlc lo
"""" lucha por ~u exií;(Cilcia con el hombre palcoli!ico, en la que el
fue venr.ido y dl'jó al Homo faher dueño del campo. En todo caso,
t¡llc inau.¡ ;ura un sorprendente fJ•'OS'I'é:.<> t:ll fonna de técnica, constituye
un rctrOCC$0 eH form;¡ de tivi l ir.~ción; pvcs el anc del holllbre
 at-. FUEI'I'n1.S Y Tfl'OS D E LOS CAMBIOS LOS CRECJMif'-T

Procopio <k Ces~~ re;c , el ú lt imo de los grandes hista ri¡g[o.rcs he l.é.nlcos, prologa dona m iem o en h tec:n.ica d"' eit-::
su h istoria d e bs guer:r-..ts cld emp<:rador J u stiui:mo -gu erras. que re(\lmente t•c- cl.<'ll<ia de u rHt civiltmcióH.
s.,n:.ron como toqu es d e m uerte d.; la Sociedad Hel¿ ttica- co n la pretensión de Al pri•tcipio p~recc que t:urratM
qu e: ~~· asum o era s uF~rlor en lntercs (1 .los escog idos por .sus predecesores, por qu e primet' perfeccionam iento en el a:~'­
la técnica Illilitar dP SU$ propios comempor:\neos era su perior a la empleada en ce Ulla detención en e>l crecimif'r ._.
cualquier guerr.~ rmtcriot'. En ve t'd.;~.o..l, ~i luér¡:nJJos a aish1r .l a hisLorin de la técnk:. mi~~~r...perfe~ciouamic., \to ~om¡m::J':
de la g~1crra de los otro,; J>U.ntos de la histori;¡. helénica, encouttarlaroos u n pro· cia~ m;b fcl i<o. Cuando d -<.;k~ :e
grcso c·cmci mw dc~dc el p r.incipio .ltasLa el final, a tr.avts d e l periodo ~k creci· un ré-gim en de culüvo ll.t i,\10 a ,~;;
miento de esta civili1.ación ~si como en el d e su decadencia; cncomJ·Rrí:unos 11ue ,;-x.porcacióu, c~LC avancc ti>cr·ko :,
C.ilOa pas,o ti\ t:J progrc.~o de ésta técnica ha sid(J estimul:ido por .sucesos q ue <;ran crccimiemo en todas l:a.~ e~fi'ra; .:;,
de.,~:tstroso~ p:ua h civilil:aclón . .liisto ri:t, si n e1n har,go, to·mo un gi c·
P ara comem:;~ r, la inve nción de Ta falange C5pa n au¡l., la plirntTa ~cna l COilocicü" del avance u!cnico fut: un auro.c;,:~
<k pcd'ccdpn amícn.!o mil:iiCll' helén ico, (ue rcs ult.:!do de la st;g\mda goerra mese· ~wc:i<'HJ de 1~ producdón en UJ<>~.t
n io·espattaua que detuvo p•e.mat uramen te a la Civilización H elénica en Espana. :.n~e<c haberse dado en las c•):::: :·~r·
La próx ima sc!i ~l de p~rfeccio.nam iento íue la diferenciación de J:, infameri;t he- prim(:ro e 11 A¡,rr i r,·enw; los ?,;Ti cp > ,
t'xpansi\'O pal'a bl L viuo ';' ' ll a l~::~·
lénica en dos ti po~ cxtreúws: d fal:w gista roacctlónico y el pelta&t<\ acc uieusc. La
fa!an,')e m accd<.'>uica, armada f.Oll. lat,¡r&s p i~s de dos m:tnos en lugar de Ja IaLWt •éocni<'Q fue co•urapcs:t!lo por t: n .-:
c:m·t:• de u na rnnno , fue m:ls {ormid:able en sns efectos que ~l' prcdet:e~ora e:.¡Mr· de era un pd igtl.) "<X'•"
pla t'lt:\ciOI)t.~
~éstica. fra peor moral y t c<: ;. C. . .:.:
taHa, pero er<{ tOlm h iéll rn<ls pesalta y m.ás vulnerable ur1~ v~:z q ue pcnll~· la for·
e.a en. ,g,-;ln
cst~aht. Snlt(> <.:n su :·.()
ru;¡c:iérn . No podía t:n trat' U.e m odo segur o en <tCdón :~ n K·nos que sus fl;mco;
~ ln gt :m área de la lt;¡ij¡¡, ~le_-;,":,;
es•uvÍ(Tan guardados por peh;t$t:U, u n nuevo tipo d e iní:l.ntcd~ li.gera, a los que
lada por la segunda Gur.-rra Púnic;o,
~e ~acaba <k las film y se }>rúpara b;:¡ tnra ese<1ramuzás. Est.e.,:¡t\g\ln do p erfccc.iou(l-
~roducriviclad d e J~ tierra v lo:; ~!
miemo (uc resultado de 1111 siglo d e lucha toortal, d esde el l!stallido de la gueu a
; una ew·rilid;¡¡J social: pn~> d-••..
;\ceniens<;-pcJoportosa h:t~ta la victoria ma~edónica 6obrc Ios tt:bano:; y a tr ni emc;s da •;o,~, <lcsp b ;o.aro n y Clllpobr e<it-·
en Que ronca (43.1-338 a. c.}, que vio el primer <'olapso úe la C iv ilh .'\ción H e· inexorable romo la mala mom;?
lénica. IJa pr6xi1~1a s.cl'lal cié pcrlcccic:mam ien w Ja dieron Jos l 'orn:rnos cu.ando hte l::t d.e~poblar. i (J n tld U•Hlí)O y .
logt'at'On combin~r las ve ntajas y é vi tal' los ddcctos de lo~ pellam\S y los falan·- hs ciudad~:s, y rmh part ícularrr. e: ·
gis.Jas en la tictica y equipo del h~gi.on:u·io. F.l legion.:•r io est<tha arm<~do con un tk las StJ CC~ivas gt·n-cnH·ioncs d e re' 1
p:tr eh: lam•l s ;urojadi:t.as y u na espad a COI'ta, y Clltl'rtba en :lCcióu tn orden abien o !.:uue, pudiero n Sfl(:u· al mu ndo :re ·-;:
en dos olas, con una tercera. en reser va, ;l•mada y onlenada al estilo de la antigua !n1puesto el llltimo avance en L1. .e
falange. E~tc t.crce •· p<.:.rfeccio1.1arniento fue:; r esultado de 1HL .n uevo brote de :g11erra pl{lmaciones pe ~is tió hasta que se <.!1
mortal, desrlt' el comiemo de la segu nda. Gue r.ra !'única en 220 a. ~., hasta el rolapso de la econornía monctui;~. '
fin de la tercct·a guerra r omaJJo-m;w!d<'S.t.li<·a en 16S a. c. f.l cuano }' t!ltimo bpso fimwdc.:ro f ue p ane de lJ. :;
pedc::ccionarulemo fue la mejor a de b legió n, proceso f.oiD!..:nzado p<1r .\1;:a·ió y ' 1 d ébticl!! fue el ,.t;$\1ltado, 1-n p:l. :~
complctadc> pur César, q ue fue 1·e~ult;-:do d e \Hl siglo dc rc\•olucionc:s y g uerr:IS devorando los tcj ido5 d<:l cuerpo !"'.. ~
dvilc:~. roma n~s. y te rmi nó en el t.~·tab:lcciu> k ll to del Im pcl'io Ron, ano c<>mo Es·
l">te r;:í nct r so~ial se extinguió .e·.e: ·•
t.ado universal bclénitO. El catafracto de J oninia nc) - d caballero con armadura rm l:l q ue S(: había foTmado.
.:;obre \Hi ü moma acornzad<l qu e Pro copio prcser•ta a sus l<'xtore$ wmo el clu:f-
d'oeuvTt: de la t.:cnica mi litar heh1ni~1- no reprcsema un p aso máS allá e n e_~ ta
.lin ea indigcmJ hd énic,a t)(: de.;arroUo. El c;uafracto fu t.: una ~.clapmci6n , h echa El tn·ogreso h¡¡cür /() autodl:'ttrmi~; .;.:i
por las ú ltimas gcne racioHCS decadentes de la Socieda~! H elénica, del instntmenlo La histor ia. cid desarrollo d:: > .._...
mili tar de sus contemporán eos. iran[os, ved nos y adversarios, q u e habían d;1do a ~áfi c;l, no 11os h a ¡)roporc·iom~:do '-~'­
o:~moccr p r im('TO a Roma StL~ proeza.s cuan do rlerrotaroll a Cras<• ..:n Conas en pe ro rcvcla u n' pdndpiv por d c;:¡c: t:
55 a. c. de:>a:ibirse c(lrno la ley de la ~;¡, F;
Tatn poco el ;¡ rte de lH guer ra es d ún ico ~énero de té cnic;, que puede roalh ar m:l.quina _d c.: Yapo r c:on su coulphc;;i
sus progresos en ra2óu in ve.rsa a l progreso general d el cuerpo social. T omemos li¡ppia y rrranej abk máquina ck e:;:-.:':
aho•·n u.t).a . téCJJ:i~;.a.;quc <;st:'t lo m:l.5 alejada posible. del arte de In guerra; . la Léc~tica con la 'r<ipid cz de un ferl'o(;:l rr il y <ll:
de lil agriculturá·, que se couside ra generalmente como el arte soberano de la paz El telégrafo con hilos es r ccmp!:z
f'l'r exu tltncr.. Si volven10s a la l1 istori:t helénica, encontra remos que un p.crLec- increíbkmen1 e complicados de J ~s ;:

""'
~
'il
 E. LOS CAM UJOS
;,.:¡des hi~\úTÍaoores helénicos. prolog~
\ udniano -guerras que realmente re·· ·
edad Helénica- con la pretensión ¡le·
l'&ogidos por ~us predecewre&. por<¡tte
r!r.<:os era ~uperior a h cmplca<ia en
:.~TO$ n aislar la historia .de la l~nica
lNl:l. helénica, encontraríamos uu pro·
!!I:a!. a traYés del periodo de crecí·
C~ SU decadencia; /;!I(Ototrariaraos que
sido estimularto por succ:o;os que eran
r ~panana, la prímera, sei'íal co~todda
:esuitado de la segunda gucrrn m ese·
a b Civi.lir.ací6n Heléuica en Esp<crta.
; la difcr<:ndadón de. la i.nfan led:. he:·
c.:w:dónico y d pclcasca atenien&e. T..1
;s de do; manos en lug<~r ele l:l l;tn7.~
. sus eieCLos que su pr·eclecc:sora cspar·
H!!r.c:abh; una vez que p1,Tdla la (or·
1 t:. accic'm n menos que sus flall(.O)
¡ ') tipo de infantería Ligera, :1 los qve
~:>u.mttzas. Este se,gundo p4.,.fCccion:>·
:::onal. desde el es~.allido de la g11erra
~6niea sobn:: Jos tel>;¡uC>s y accnicnsc1
pr:ruer ct>la p~ó de la Ctvüi7.nC'Íón He·
JÍ~!lt!.> la (licroJ.t los :romanos cu~ne\t)
: cle(.ectos de los peltana.~ y In~ f:llan.
, El lcgioi1ario e~taba arumclo c.:on un
• \ crmaba en :JCC'ión en or(lPrJ abierto
~~¿:1 : ordenada al estilo ele la amigua
!O~ltado de un nuevo brote de g uerr.:<
C·;;rr¡¡ .l'~nica en 2~0 "· c., ha~li\ d
·: :1 ca loS a. c. El cuarto y último
~u·1, proc~'>O comenzado por Mario ~
::_., Un sigJ<:> de TC~VOJ.UciOJ1PS. )' su en~;
:i~mo del Imperio Romarlo coxutt f.,.
'.lHinbno -el caballero éOri armadun
prc.,en tJ " Mls lt:<:torc;& como el r.h(í·
' représema un paso más allá en esta
C".Haíracto fue una adaptación, hech:t
!a Sodedad Helenk·a , ilcl instrumtWto
inos l :ad,•c::rsario~, <fut~ h:rhian dado a
ício derrocaron a Craso en Canas en
•· ,¡!!lero de tétnica que p uecle realit:u
~ ·~e:1flal del cuerpo rocial. Tomt·mos
~:bh: del :m.c de !:1 gncrr:'\: la técnica
c:r:te 'omo c:l arte &obcrano Jc la p:cz
~Cicnin.. cnconcrarcmo~ que un per fc<:·
.........
~
~
L()S (:RF-CIMI.F..::-lTOS D.l~ I .A$ C tVILIZACIONF~'> 3!)
en la tccnica de e!).t·e flrte . ltn sido el acomp~ui;1:mic::mo de la de~a·
d\·ilizadón.
parece quto encr:utlo~· e n una historia difcrctHc. ~tiesltr.rt:> q~H: !.'1
p.t.:ic.:·donamie111o cu el arre helé.rric:o de la guc:rrn fue COs'npJ;,ado al precio
''·. . . b:t:;nc-iim en el crccímiemo dc la comunidad p:m.it:ular qw: ·lo inventó, el
~r;.;c,d;ct.::1tccioll:uuícnto companthk e n . la agrir.ulumt helénica mvo con!.ecu ~: ct·
~;~ :e;;.-..-,. Cuando el .-hi~:;c, por inicilJtiva de S<>lórt, al>rió el c.amino clc·sde
~:"~,.::;:;-. t:c culdvo mixlo a un r~ime•l clt :tgricultura esper.ialintc!a para la
·"- t·s;c :t\·ancc: técnico !ue ~guido por una explosió.n de ener¡;ia y
~n todas las csfcra.s de la vi~la ;\cica. El prc'>ximo capitulo de la
c-mbargo, roma 1m giro diferente y siniestro. El estadio inlllediato
técnico fLJe u11 ln1mcn to en b esC".t[a dt.: tlpcrnciones medi:~nte la Ql·ga·
la fWOci u,ción en masa, bas:H!~ cn el trabajo de e~Javós. Este p~sa
<h1do en las oomunid;tdc,; hdénk~cs colollhJl(:,o; t\c Skilia, y ql'ai~:\
·,;\~;.'Tigen to; los fl riegos $.idli:inos, e.n efeclo, e ncontraron un m erc:tdo
!';~~a su vicao y ~u aceite entre los luírhHros vecinos. i\.qui el <Lv:mce
wmr:~r.es;ulo por un grave {ool;tp.\o social. pues la nncva escla1·itwl
·?~:~:tt<!i<nH era un ,rdi~,''To socialucudto m:is $cric q'\Jc b :Jmig1.til c-.;ckwirud do-
.. z:r-,t [*M mor:tl y esradí~tictmen tc. Era impr.rso11:cl t.: inhumana, )' lo
::nt"-C:t::. t~ala. Salt<'> en su momento de la~ comunidades griegas de Sicilia
'i~t"a de h Italia Meridional qut: h:chia quedadt> :.~uanrlonada y elevas·
s.c~;utcda Guerra l:'ú1~ica. Dondequiera que sr. eswbleció, aumemó la
,le !:1 tierra y !os beneficios del c:apira!iM~, pero t('d tljo la tierra
2d social; p cH:~ dond.~:quiem que $Lu~~i~rOil las plantaci.ones de ( r
ron )' Crr,pohrccieron .,.} h:H;cnrbdo cnmpe5ino de un modo qn
o ~a mala moned~ ( fC;J;;llúj<L <t la buen:~. L:.c. conse<:uencia sodal
del C¡)ntpo y lit (;re::tdón de un p~oktnriado pal'as<taricl '~"
}' más pa n icnl:c.tll:t<mce en Rowa misma. Ning tn' o de lo<> es(uenos
.~:B geuentdout;s de .r dol'madot·es ro:u.Hmo~. desde los Gracos en aüe·
5acm· al mundo l'()m~c nf> lit) (:$t(' agos tnmiemo $Oc:ia,l que li::'s hab la
t! úhira\ó cnanc.e erc la céwka agrícola. E! sisL~m;c <!e la escbvitt«l de
~...r-?-:::> peni.tió hast:r que se dem1mbó espont:\ue:smcnt<l a con!lccuerlci:c tfel
· · r.J;;, 1;¡¡ e-conomía mrJilt:mria, de la que rkpeudia para sus bf;nericíos.. 'F~1 e <.U·
.:.~r..cif'rr) fvt• parte de la tféb.kle social general. del siglo Tfl d. c.: y
!::e d resultado, en p:trtt;, de: la enfermedad :.~~r:.da '!"<:! habirt est~do
l\:l; te jidos del cuctpo romano dm·::une lvs wano siglos ameriot'C$. :\~í
~~;:i;'J ) .~e extinguió <:v<:ntualmen• e :11 tam:tr la muerte ele J:'l socicc.latl
~· hahia formado.
Juu:i.tt la autorlezerm ítláCI:árl
de! dcs~1 rroUo de la t6cuioi; como Ja historia de lá. e ,¡p¡;¡n~i<)n ,t:('()-
:¡<>:; ha proporcionado u11 criterio d<: crcclmiemo tlt: la:> c:ívili7.1c:oni'S,
;~~m u:. principio pot' el <] u~ c:>tlÍ gobc:mado el progreso t{,cn íe<>, que: pnt·dc
·~ Q:)mo ]:1 !ey de la ~implificaci6n pro~resi'lil. La pesada y almltndn
::;r.t+'(;~,;;, ..~ \';cpor con su complicado "rarnino prnn:cnence" es sustituida po r 1~
'~";acj:\hlc m:íquina de t:ombustiós:> interna que puede seguif lo:; caminos
de un ferrocarril )' coo casi toda la libett.:.tü de m:c;i(m de nt' pea tóJl.
con hilos es recmpl:tlado po1· el tclé¡;nafo ~in bilos. Los earr,ctcres
te cornplicnc.los de la$ e~c;riwnc s cinica y q¡;ipdar.a oon sunituídO!
 iV l'll f~i\TI.S Y Tli'OS OE LO~ G:HliiiOS

por el claro y Ci:cil a lfabeto latino. l:.l lens tr:rjt;! mismo mue;.tra .la llli~ut,t. tcmlcncia
a $Ínlplifi<-arsc ~h:mdonando la~ cledin¡td<>ncs c11 (avor· (il: p:•!a bra~ auxiliares. como
put:th; ver·sc con \111 examen c::<lJrt¡_>llt~l'lo de la; lengu a.~ de Ja bmilia indoeUtl()pea.
El ~¡J n ~cr ito, el e-jemplo :.u pen-ivicm<: 01~$ ;JIHigoo de: csLa f~miHa, dc~p l i~g;~ u ata
riqutt:l asombro'i:t rle ([eclim•ciones junro Jl u na t-orprcndeme pobt·CJ.a de pitrtictl·
las. El ingle& ~~todcrno, en el otro extr<.:mo de la <:.>e:r l~. h:• soltado casi todm sm
dcdiuac.iorw.s pero s<: ha ¡·esarciclo con el desal!'o!lo tic preposiciones y vctbm
n_~Jxiljarc<. .( 1 gríep.o clásico · rt:prcscn L:l un l é:nuino mc:rlio <Cl)tr<' cotos c.lm e xtre-
mos. .t:n d Hl~Llu lo uccitkut..1l ¡poda:•·no M: fnt süupliCic;1do <::1 vesr itlo tic:.~·~(~ l:1
barll a t·~ complejifhtd ck la iml.umen rari.'l i;::l!JeUu a a las modas senrlil~•s de la <te·
tualid:1d. 1.a ;ts<ronom(a copemican;1, que Sll$lituyó <~ 1 ~bte.u);l LOkllLJLCO, prcsctua
t:u ch minos gcomt!triws nrucho ro:is ~implcs un a exp li<ación igualmente mhere ntc
d t: un radio de nluvimicutos mncbo nl:1s amplio rlc Jos cu c;rpo~ .:cl<:~tcs.
Quizá b plll.ahta ~implificar..i.ón 111) e.) ronrlmcmc exacta, e) al HU!IHI~ no cntl~ "i~ \', :'1 u·~ves de )..fadJ<::h, ,
ramc11tc :~clee~::td<t para descr1bir· esr.o~ c;lmbios. 8imt>li(ic:;;~cióu es una palabr.a. ~ - bu it1 uc V se te•·.:h ,,.,¡ ;?G.,
¡¡egaLiva y n:pn:scnto. omis íon~s. y db:oinaciones, miellr.ras q\lt: lo q t•c ha or.mt·irln ~ilj)tnO Juuuauo que 1(• rorleJ; '
en taJa u11o ~le l':Slos casos no (:S 1•na cl ismínudú" ~iiiiJ un ~cn·cc.'HLnmie ur.u d~ y · ~" Slt p:•dre y en la u .. -:::i<
cficit>uda pdctic:a o de S<ltisfacción est~tir:t o de compn:nsión intele.;tual. U rc- •t.::- :urna~ en la n•afia n¡t tlc A-:ir,;:
sult:tclo no es un:. r•':nlida, sino uua li-"nattcia; y esta gan anda e;. t: l n",rltado d e :;;.~·.-.:. Cuanrlo pasamos a .\! {d:, ~
un proceso dé .~iutplifira c ión p orqta: tl proceso Jihe• 11 fu erza~ l.j ll C están pr~­ •p e; la.~ Jel:tt;iOnt:S de M acbe,:
~as en tul 10(,,.¡¡0 m(\S llt~Heri:tl, y por t:llltu pc)flerl~s t•n l lhcrmd ~tl}JOI\e lió solo t)?:l. ígual~d:ts en imp<JJÜI•<:a p.•-r
un::r. s1mplilü·aci(i•• ~lt:l aparato, sino tlll:-1. r:ran~fcr()r• cia subsiguiente de energía ~~lt':, <:u:utdo Ilegao·m ~ ;i i b::::~
() caru hio o .¡¡ccnto uc:;.dc umi esfeta i11fcrior dd ser- o de b a<:dóH it una supe· -tbkptwetCil, !t11sta t¡u(· las rcbc:c!
rior. Qui7;l IX"d:unos des<."l ibit el pmn;w <le un modo rmis clal:'o ~¡ lo lbmaíttó.!i, s:. ~me.. :1mada Ofdia y co n. H cr.
no simpliHc:tdón, sino eLere;tli7.llCÍÓn. . ..:.;.:!a-. (:lt d confl.icto imerno q'.;:"'
Eu l:t esfera dd dom iuio liiiUmnv sobre fa nawralc;r;r física. csre pmce:ló ll<l ~>idó .2::-l H amlct, d <ampo d t; ,,<l;
descrito con un toque finmnenlc Jm:.gi •tar.ivo por 1111 :m tropólogo IIIOdt:rno: ;~u}S a l microcosmos; y ,. n
*' d f'romc/eo <le E~qu ilo o c-r:
l!.staiDO$ aiJ;~udomw do d Sll('lo : e.>tamv* pcrdkn<lo el contacto; nues- .~áor mo.nopo li z:~. virtunlnu.me ~
tras hnel l<l~ son co:~t.l:t vez más dl1 biles. El pcdcmnl dura pa1·:-. ~ie111prc, T<;f:Has c~pirítuall:s que ESI,t í·"·. ,;
e l <obre p;n-;1 una d vilizatióü, el hierro par<l gcueracioue,, y d acero Esta lransferenóa dd c;¡¡ro -;¡.;, Ge
p:~ ra uua vida. :Quien sed (<tpaz rlc traza1 la ruta cel expreso aéreo :::.:!::e Sh:~kespe~tt dt: ~u~ h.Úot ' ~
Londrcs-l'ckln cuaHdo hap pa~ado la edad d el •no vimicnw. o decir hoy c:-e< im ienlo (:spiritual, poder,-..;, '?'
cuál es. d t:'lnti•lo tt tmvés del éte t' de los m,.. , ~~ajés que se r:u( ¡~¡¡' ~, ~e -,;~~~es. Aq u( r:unbicn w:w<> ' ,; ..~
redhen? P~:ro la~ {mn tcras del d it•l¡fiuto y dcs:tpar.eddo rci no de los t!<~:~ru crccimietltn, eu~lll t l l''"~"trr: :.<!
ic:eni<>S :tt'!tt pa~an delens[Vatlle utc a traves de la itcluteru m ('rirlional .dd 5I: trlt~lada dtLnuue todo el tic rn::;.:·
A11glia del F.stc. desde l o~ p:~.n ta nos desecados a los uost1ucs ana~;adM.~ ~::terpo social de l;~ w munióc ·
"En la histori:~ helé ni< a, p••~ e
Nuc:stros cjcmplm su¡;ine11 que el criterio de crecimiento que estamos lmsc-:wtlo ~.l:Ulaban todl\~ del CC)III O I IIO éX
y !¡ttc no pudimo;; dt-:hct•brit en Ja ro úc¡uis ra d el comorno ex terno, br,..r;•· humano 1a H61:u le mi.-.ll <l y la indt ;.d'C;·,
o fís ico, $C ha!lrJ má~ bieu e'tl ttrl cambio progresivo de acenw y cu el nas[ado p'J:n·~¡(m trltramarina y. que Lt,_,..
de la escena dt; a.-:ci611 dC;htlt; este auupo a ouo, doucle la acción de la tnd r.acíón- g.enas y dvilízacioJl.es l'i,:de,, t.!~ :
}'· l'cspucHá pueda l'" <:tmtrar un teatro nheru;d.i\'o. 1\¡¡ c~r.c <>tro campo, las irtci· <t"lltmataques si.mul t.áneo' de: c-.-
tac iones uo golp<;an desde el extet•im, sino f¡ tt~.= surgen de dentro, y l:t~ r·c-spl•tstas ~i~lo v a. c. De.;.pu(s, ~ir c::r:
vicwrios:ts no adoptan la fm ma ue su1H;r.Jción de obsl~culos externos o de triunfo ~utn<mo fue vcndda triunr::_:~,-; .
:;o!)(c un advcrsario del exte.:·ior, ~ino que ~e maniftt:sr an <;;11 una :mtoart iculaci<'lll p;uo del ITcl c~ponto pot· .'\ ..: ., nó
o ;unodcu:rminacióH in tt•n~;~. Cuandll obset v<ln.tos " un s~.;r h umano Ül tli\•idw•l o a d as•'a l'$tO,~ trlunfos, [;! So¡ il:'d:t~ J
u na sociedad pat-r-ic;ul:tr dando rcspuc~Llt.:; ~ u(:e:s)v;l.~ a una s~.:dc de itt('Ít.:tóoncs, • dnco o sd:> 8 iA io~ dura t~ t<: lo<. e ;
~>ería del NlaWrno txtl'Tior. P-::c~
2 J.lca r<l , Cl.'t~ll!: 'J'he i l tet'll: of H'~ "'(lflÍI)'• pp. ~77-H. $~ied¡¡(L Tklénica cstU\ ÍEI.t e, _ .. ,

'-....
~
'O
 f . Hl!\ t:.\~1!110~
a~~ mismo mucscra la misma Lcnclencia
~;eo b' or de palabras :wxilinrcs, c.om<>
h, k.. n¡;u:" de la h un [Jia it~c.lt~ eur()pefJ.
;m::sun de t:sra fam il ia, dt·.sp iÍé!)<l u11 a
u~l ;orprcmlcme pobreza de panicu·
¿,: la esc:1la. ha solmdo Ct> i todas MU
d.e~<!trollo de preposi('ione$ y vet bo;
:h1nino medio e111:re Cstt)$ •lo~ ¡·xtr.t·
"' ha simplificado el vestido tk~tk l~
~b':i.in.a a las modas scn(illas d e In ac-
l><..~~tittlyó <~ l s1sLema Lolcüla il:O, presenta
> un;, c::..plit:ll:~it~n ip,·moluwok cu! t(Tt:n te
~.plio de lo:; nscrpo:; c¡·lt;stn.
i:a:mcmc e -..acca, o al me nos no c tHe·
:c.:!.íos.. Simplificación e~ una pal-lbra
:Cm~. miem ra~ que !o que ha oc u• rielo
b inu(:i(m .iuo Utl <t ~:rec<:nr.:uni<:nro d<:
! o (!t· wmpn;n~i(m iutclcctual. .FL rt ..
da: y c~ta gananci~ e~ el :resultado de:
~:cceso lí ber~ fuenas q•te. l"~ l (ul pre ..
) poacrh~ t ll lib~rtdd $Uponc no .~6lo
;-ran~ícrtucia su bsiguiente d e cncrgia
o:- del sct o de la acción a una $Upc·
:;o t.n modo más claro sí lo ll ama mm,
~ ¡:nur:¡lt;t~ fisi<;a, e.,tc pr·o<I;So 1!:1 , ido
h o por m1 amropólo.:;o mod<:mo:
~t~1n11'
pcrd.L<:nuo el W ll t<ttto; 11Ut:~..
b:~;, fl pednnal <1m-a p:m1 siempré',
, b.;.:no para generaciones, y el acero
•, co tNPnr la r uta del expreso aereo
~ ~ edad del movimicJ;ll>, o dcci t· ho~
:t ée tos Inf'Jlsajes qlte se r~clia 11
::1...-niouto y desaparecido reino de lo$
:1 rr;¡ ,~$ de h h:ontera m e l'i diona l -del. ·
Ki·> de~C<.Ullú~ á .lo~ bosqü~ al'l'¡s~adv~.:>
c.. ce crccimi<:rlto que C&Lamos buscando
~ dt'l cnnt('lrno c:xt()rnn, h srr:l h\lmano
;P!()~:csi,·o de acento y cu el trasl:.do
'otro. conrle In acción <le la i llCÍtacíóll ..
b :dvo. .En este oiro <:ampQ, las ind·
.'>!k' su¡-gcn de dent-ro, }' Jns rcsp11
¡,~ u <!~ ob>t:lc:ulos .;;x~(:I'OO$ o de tr·i\ln
~· n1anifk:sLan en una a moa rti,ulnci(u:
r:amo' a un ~er lmm~ no i ntli\'inu:ll o a
:>U~~si,·a, a una serie dt: incitaciones.
??.. ·: ;¡·1\.
"-....
~
\)
!.Q/i CRFC/.\1U!:-:10S J>E .!.A) CIVI LIJ'.A,CIQ1\ES {1
¡:a<:guntant(J$ .~ i es~;~ st:ríc p;tn.i cu lar se h n d~ et:>t~ >i d <'t': o r. co ruo t)ll"
\'i?$f.;i~i::~n·
de . <.cec:iu ti{!uto, <:rtcomran;mos rcsp uc'$La ¡¡ nuQstnt. prc¡~uma obst'r..,
C!<tllt!o se c.h:~arroUa !::t. serie, J¡, ;J t~:i<ÍI) tiende o llO a Ll'asbdars.e del
.~ Y.::'J~Jn,lo de los dos campos me" tionauos.
~~:os. la$ cata<ler::s sobn:salicntcs d e la gt·:w g~tlería slt;,kt·~pt"arhuta en
:xe¿e~Hc dt <::l<:cc:alíración. y si tenetno~ ~:;11 cuéllt;t que 1;~ técnica dt'l
·'•"...,.. -""?-. eS< reu·i;•r c:tmc Le t es presenl.:tn<lo :t p~rsonalid;11ks en ;~cción. obscr-
's~~. <HiH l do Sha kc!spe~n: ' t: )uo:<;w: rl•· sdc los ntvdcs infer icn¡:~ á lüs ~u­
caml>in .consL.ant.eme nte ,~¡ r,a m po <k ;~c(:ión
'ttc· V1li'.bHa e;c:~ht. d e (';tr·rll'tt:.r~;s,
~o:.: d<:.~cmp~:íí~r Sll papd a l héroe de. Cv<f:t d r;moa, \h" ;ctt) ttr.Ht p<trte
¡::,:n'Qr ck la csc~na a! mkrof.>~smt)fi v retir:ondo carh. ve:?. m :is a l fondo
z>&.m. P odemos r.n mpl"Ol>;~r este h~tÍ•o ~i s<:gui.mo,:; la serie desd-e J::m·i..
_ ~~és de Mal'heth, h:ISia H a mkt. El c:uácter rela t h·:l•uc:n te primitt\'O
::.r \" ~ •e\·el<t ~:;t:.i por completo en sus respuesta' :1 iodlildones del
~l'i:~' !:...,.¡!}auo que lo rodea: en sus relac:ivue~ co n 5\l'\ C'omp;~ñcro~ de jt•erga
;: ' ?'a:lte y esl J::t tra~mis i {m de su ptOpi<t gran v<~l.cn tía .1 ~u.s o maradas
'~•!· h 1'Huh11a dt~A¡l{int·ourt y <;tl S\1 imp e tuoso galan Lco de h psiú(e.,a
'>L~'t:tli.iQ p;1$.<1ttl0$ tt1\'fnt:bcth, tmcomram.o s c.ambi:H!a 1:1 r~~ce n:o el<: " a :ióü:
id:4rl¡¡ne:> d u Macbt:th con irialcotm o M;tc<.luH, y 1W TI wn LacJy Macbeth.
s;~d,;¡;; en im pon:mda pot· hl$ rei:Ldone~ ~Id húoe com igo m[smo. Fiual-
~zn:.':o l!e~auw., a [l;un l<:t , lé vemos pcrro'itir que el macrocosmos casi
~;;.,. ba<;:a qtsc las ri·lacioncs dd héroe con los asesi no~ Jc su padre. con
.::::'11d.a Ofdía y con Horado~ su mentor dejado atrás, lh:gau a ser a i.Jsor-
!i\!:•<dlkto interno que se esLá prep:n:utd o L'n la propia ahna del heroe.
•&<:~. ·'!':t 'tampo de ~s c.eit)ro se ha mulada <lo casi compk tanH:HLC del macro·
t, m.:c..,.o<;~):mttJ~j y en t':sto ohr:·l 1nn<·~tra el,~] :\ n€' d e. Sbrtkespe al'o!, cómo
~'M:t<<F de E~quil o o en los monólogos dt·acn:hi(:r,s de J.1r·owni n¡~. \H t solo
~·~;:p<Jll;:a \' inualmcncc ln .csc.eua p~t·& d ej a r rn:tyor r;a.mpo Lk acción a l:~s
~:-·~Ti males que cstj perso u a !L<laJ 1¡e, u t! clé ntnJ .le $i.
~S?icr-enda d<; l c;tmpo de awón, <jUt: p~rcibintos en l:t prescn wcióu que
.il.~f'C':.re de: sus héro(.:S cuando los ordenamos en orden ascenckm c de
~~ úpil ituOI], podemos percibirla tambléll e n las h isl<l t'ias de l:t~ c:it<ili>:•.·
y se t..q:;.i t•JrnoU:n c.unndo nn:. serie de l'espue~t:.ts a i nr.itacicm<:s st.: ar,uiT)ul:m
<tc:imit .lltO·, en~•.ont n•• <:m~>s, cu<mdo a~·rwt.u 6tc, que el campo de acdón
<fwr;i.nw wdc> d r i ~mpo d i:'s•.k el r:oHWJ'IlO ex<Crito al imcr.uo del propio
;¡;y,>:Y.l:H :\e la COllllll\l(Ütd.
4'-""or¡;, helé;lit3, por ejemplo, hemos ,.¡ SLO que bs primer;ts i u<:ir.~•ckmcs
·~,...,~ ~odil$ dd cóu\lH III> extí:\fl(l: la int:i ~a< ii'u t de la ]}.;¡rl:J¡¡dc IllOncaiie.sa en
:;·.:':: ~lmt:\ y la iuci!;tciún m;~ltlsu si:m a, a la tltJe s<: !'I'$J10IIllió por la ex·
<~"'e:::;._;:.;.;.~rina }' que tuvo como con5ccucttcia incitaciones de b:it·b:u·os indí-
\' ~~;i't2óones ri\'a les, de h~ qne las de es ~..:~S u ltima;; culmimH·cHI en lo~
;;,o<!'S 'iJm ui L~neo~ d~
(;;)rU:lgo )' Pe r bi~ en fa prüuera warLa p:tnc dd
·:h •:-. D es p tloé'),
oict (:lfll.t·;• r.go·, e:St<t f<>rmidablc.:: iudt.adon dc:J c:mnorno
' :f~ . :~i.ndd"' criuo(;dm(: n(e ea los cu nlro 5iglos ·que wsn ienwn ron el
· ~- 'tif.! .!~d<'$pcmw po t' Alcja nclt o y t omin\'t:m <:ou J:ts v [etm·i~t:. de.: Roma. C•·a-
~~;~ ~·,. a:unfos, b Sot:ir.rlad rreU:HiC'<I d i)l'notó ;thOnl de \ll; ¡¡ tre¡;-ua d<: UIIO$
· ·~ ~i'!lo~ d111:sutc lo~ cvales H(l ~~ prt'~cutó a elht niu gun:t incitación
· ~.a;l'rno extC't·ior. l'e1'0 esto no significa que duTmlle estos siglo3 la
iidtt:ÍCJ estu,·icta cxen1a en ausoluw de inciuu;ione.s. P or d contrario.
4~ F lJE}lTl!S \' ' rli•OS Dli. LOS CAMBIOS

como ya ltcm(>.~ indicado, "M<>s ~igl os :fueron un peri odo de dcdinadón; es J ed

uu pniorlo en d t1llt' d hdtn imJO se vio cnfrcm:~do con incit.acionc~ a la~ .:¡~¿
e~ aba tlt'j:nulo de rl'!&ptmtkr con éxito. H emos visLo cuales eran est:tb incita6 '-
•Jes y, si \Oivemo$ ít cxalltiMtrlas, encontraremüs f )IH:: to.l:tS éÚas eran incita.cio;'
inLerna~ tcsu lla mes d e )¡¡ respues1;, vi cwri<>S;I :1 1:'1 in ci tación extt>l'll:l anterior
asl como l:a íildLacióu of.r edd a por d feudalismo a nuestra Sociedad O t-cide n
~lll'gíó d el ;ullt'Ti.or deS<l't rollo dd k u<.lalhmo como medio de respuesta a In
exH~Tila de lo~ vikingo$.
Pnt ~jc·m p lo. la pm;ión m il ilar de los pe~a$ y lo~ cal·t!lgi n e&r.~ estiuwl6 a
SO<·ic:tbtl Hdt!nic;~ a forj:1r en su ;,mto.Jefensa. uos ¡>Qdero•o" in~t mmc:ntos sodn!l"·
y m ilitares: la marina ateniense y l a t irauía siracu3ana. Ella& produjeron. en :·
próxima generación, ceu siou c~ y coacciones en el cuet-po social helénico; ésta
dierou lu~:ar a l;o gu e1T;¡ ntcnicn~c·pdoponcsa y ~ la rear,d~~ ~~ t:OHtra ~ir<tcusa
sus :.üuditus hitrb~ ros y de s us aliados griegos; y (;St:• <:o nvu ls.ió n p rod\•j o 1')
m ct' col<lpsó rh; la Sociedad H eléo ir.a.
F.t! ll)~ C~• p ít ~dos ~igui c nte?s de ·¡;, l1is tóiia hc:léllicct ltts armas, lan z:1 da~ h:u•ia
extl"ric:.r con bs c-cm qujstas d t· A!f:j;mclro y los .E.sctpiones, se vo!vier(ll~
H\ llltCTÍOr COfl la,; g u ei'I':JS ('j\'Í ) CS OC diadoco:; T'll ~t<;edOilÍOS t ÍV<Ilt:; J rivales dic<.a•
dort'!> rom;:¡no~. Si¡tíil;mn~ntc Ja rh·al idad ecouómica entre las socicdadc5 H e;<:.
nica ~ ~¡ , i:t(;> p:.>r d dominio clti :'\lediLCtTállcO Occidental r c:-aparcció en el ~1!1'0
de b Sn,.i~bd Hdéni(a, u 11:. \'t:z <pe hnho :>;\1CUil\bi do el COtnpetidM sir i:tH), e~
1 ~ h tdlil atiu m;[, det:~SUl(lOra t ntn: los cscl nvos ori enr~ les de l' í;ww<:iom:s 'l
amos- sic ilioa as o rom,._nos. F,l con ílkto cultur:. t ctt tr<: el hdcn ismo y las ci
c;i(•Hts o r icut;¡k s ...Sfriaca. y .J::g ipd aca y J3 ~illilólli ca e 1ud ica- reap:. redt~
mcntt· cn el seno de la S<1c ie<b cl lldénfc<~ como una cris í~ intCJJt >' en ahn ;JS
lénícas o heleníz<lt'l:!~~ In rrisis q ue se declaró e n la emcr-t~em;i ;t del <ul to de f
y la a~uo l o¡;ia y el nJitmbmo y el crisLianlsnw >' ua);j m ultitud de
n<:s billfr<':tict~.

Trasmut:~riont:s cortup o cul i.:n H:s de incitaciones exterllas e n iatcn t:l$ han
gvic.lo ~1 tri unlo de: la Cíl'iliz:ación O cciden tal so hrt S.tl con torno m;w:rinl.
<du n!os de la ll<tm<td;:~ R evolució n lndustr ia l t:n ht {;$fcr:~. c€cn kr. crl!':trórl.
Ecrie de problcm.as E:n las e~ren•~ C{:(l t~t)mica· y social, .hecho tan wmplif::tdo y
iamil iar :1 ht vez que uo n<·cc~ i t~mos d<.:t·~nc:rnos aqní sob re é L T r: ti¡;an l<Js n
u·a ttt(·H IC <:1 r:ua<.lro ahora casi de~vanecido de l n11n iHo prem<:drtico. E~ te viep
tarl)iuo t"st:i lkno de toda clase de vehícu lo~: carretillas, c;rrro:>, GITTC I :J~, ton u::~
dili¡:.enda mnao el chef-d'ocuurc de la l r .AO;ión animal v ttn biciclo movido a ped;a·
a(¡u'i y all:'t como P''<'..S<~f)io de: oo~~s por venir. Como ~J camino e~t•i ya m uy cor.-
n n rido 0(11rrc ücn a ca ntidad de <'olisiones, pero ello a n;~die ímp orcn, porqut
son pocos los h eridos y d tr.insiLf> apenas 'lw;da in tcrrun'tpido. .P ues la r eali
e~ qu e e:\tas m lisione-s n o so n p;ran~s. No p ueden ~<.:rlo pon¡_ue .el tri tlsito l"S
Jeutc> y la fut: rz" impuls(tm muy d ébil. E l "p roblem a del tdtn~ia.o" en c~t('
ru) es d prc>ble ma de e vitar colisionc.s, sino simplewenLe el dc logntr cumplir
jomad;t, si<.:ndo lo> camino~ lo que e•·an e u aqu ellos día$. Comiguiemc menle, r:-o
Juy n ingún genem de J eg l ament~•ciones del tránsito: n o hay pol icí~s ele
n i señales luminosas.
Y ahor:s \'úh·arno$ nu t'SHOS ojos al camino de J1oy en el q\1<: :;:umba y ruge
troln>i to rn <>ránic;o. En l"Ste cami no se h a n l'esuelto los JJTOblcmas de l:s veloc
y « rr<tstr~·. como lo ¡estimoni~s el c:~m ión ~¡ oe con su serie de ll1<:opladr)$ s<:
pc~:t.d:t rm·tl ( ('. co n m:ls impét ll ')Uf.' \ltl ekfa ntc q\le <:arga, r e'l, ('(Jr;l tc .t Jt;
 t LOS CAMBJOS
1 -.;r. periodo ele dCclltJ aclón; .;., cl<:ó r.
~r:!J<:mado con inc itacio nes a Jrts q
<=mClS vi~t<> cut<les eran estas incitacio·
=<n {¡uc todas e llas er(lll iud 1.adonc;
o~ a In incitación <::xtcru;~ :tnter io1.
b 1:s:no a nuestra Sociedad Occidclll al
o 1110 medio d e respu~a a la presión
~;$;ls y los nmag-in ese~ estimuló a 1:~
~;::. tk>s ptl<kro~os ir, ~trnmt: rtW5 S!)l:~alé~
·..l ~!racusana. f.Uas prochtjcron, f.11 la
~ é:n el cuerpo soda! helénico: éw1s
:s~ y a l.t reacdón ('Onti'>l Sirac.usa de
5Q>; y c~ta convul.si(m proclu}o PI pe i·
!ce!.,nica las ;mnas, lanzadas [lacia el
;· 1'!~ &.dpioue~, &e voh·ieron pr.omo
ce> m:•cedonios rivales y r iv:. les clkt:t·
etor.ómica cntrc l <1s sociedades U ck
h •:o OcddcnLal reapareció en el s<:ao-
? i::.GJ.ntb ido el competidor sir·ia<:o, en
;!;;·.os orien ca les de pla ur¡¡óune• )' ~us
¡~mal <:ntrt t•l héh:: nismo y la:- civi li1:!·
ú:lvnica e 1ndica-- reapareció ig11;1I·
tGmo una r.risi~ imerna en almas he·
·ró ~~~ la ewel'.¡,:etiC'Í<t del ~:ul to
r.~rno::> y una m\lltíwd de o:nt& r<: ligic;t;
!<:v::té~ C:Xtt:ruas Cll iutó-l' IHIS
¡:¡¡¡! sobre: Hl conwrno m;ttc:rial. T,o~
r:;.. eo la esfera t('Cuica crc.::rron un:J
: ¡ .acial. hecho ran complicado y Lan
:-:: ~i' a~uí w ure él. T raigmnos a uuts·
t\ d d (<tlUliiO prt~ne<.:<\ rtico . Estt: ~·i~jQ
~: carr~illas. carros, carretas, con u na
6:1 :1nitual y Ull b iciclo movido a peda!
::-. Como d t:amiuo -t:ouí \'a
~ pero cl!o a nadie imp~rta, 1;orque
t;'J{:\h interrumpido. Pues 1:1 realidad
::<:den ;erlo porque el trállSito es mu~
';n·oblemll, del cránsiw" eu es.L~
; ~Irupkme u tc: d uc lograr
cu u1plir la
a~uéUos clias. Cuu$iguiemerm·me-. uo
! tránsito: no hay policías de ser\'rcio
.o de hoy en d que zumba )' ruse e!
::-c-~..:dto los problemas uc
la vdocidad
~ con su se rie de acoplados >e mueve
L.mc que <:trga, y el coc:h e ele sport
'-
'\)-¡
~
LOS CRECl Ml.E:-ITOS !)e L AS C!V!Lil.ACIOl' FS .~ :!
:¡1'~, ~brm do c.on la liger.:z:•. d e u na abtj;t o un a bala. Aquí, en es.te
;•":l'íípí.ó, ·d p l'()t.lc:111;t no t s ·y;¡ tecnológico sino psicológico. La a tlt.Lf!.'tl~
c1.:- J>t ·di~t :mcia física ::.<; ha trasmt1tado en un a nuevtJ irH:ha! i<~n d e: n\la-
·:>'~~:.Qrti.;; entre cond uctores · qu e, habiendo aprendido vímo anular el cs-
~;:;..,.;.S:!::.3 expuesws al comLanLe p elig-ro de :wic¡uil.<ln c uno~ a ou·os.
:..._.t:,:<> en 1;, t•aturalem dt:l probktJI:t d e l tr:insito tícoc, n:uuralmcnLC:,
-~ i~~"!ti!'ic:;:acic'm simhúlil'a como literal. Tipífica !.a ~·ida social occidental
;!::>--!e H $urgindl'nto (le l<ts do-s {ucnas sociales dominamc.s de la époea:
'i::.~:.:tr:ll;;.¡,~a. y dtJ;tJo~racia, Debido al extra(u'fl i nC~r.io prugr eso que han ;-e~! izado
'~!:,;~tnto.:es. modernos r. l d om:ina.r 1;¡¡¡ e nergills de la n atur:.!ezu fi~ica y a l
~,:~d:.J~:¡. . ;¡.?<;k)rw.~ c:c)u cert lld>•-~ (le ruíll on cs de seres 1m ma nos, tOdO lo que s.r:
~.,,....s.¡¡a so ciedad ~e hace, p<~ra bien o para m ::.l, c:on un "cnlpuje"' Lre-
'es-:<l ba h•:cho rn:ís b'l'll \'(: q ue n unr.a la$ co rHecuencias materiales lie 1;~~
f,, ~ !:.Osponsabiliclnd mo1 al de Jo~ agcmes. l'llc;dc ser que en toda época
>?<i=rl:Jd ~lgun a t uel.tióu wot';tl sea skmprc la ind!a('iótl decisiva para
b .sociedad; pt:ro se;~ lo que fuere, no hay duda d<~ c¡uc es una ÍllCÍ·
f.!'.J.s q ue una incit~ción íisica, la qne enfrenta lwy nues1ra propia
,,T~~:i."'los c,on r.ienda ele r¡,)e eH la actitud. dd p rin:~adol· de nuc.~tró ti Cm·
¿_.¿, 'húia lo que ~e llam::. e.l prvgrc::so mcc¡\níco se ha [>l'Oducitlo tlll cnmbio
'!t··e$piritu. La aduiir<lciJn f$ t>í templnda por ia critica; la <:ompl:u;encia
".:l C:1do lug~ t ;, hl duda; la duda se ·va ronvir·tienrlo er• alanmt. Hay
::.;."1 -sentido dc perplejidad y l rusuad6n, como c:n a t¡tu:l que ha reco·
, .:d<J u.n largo c tmiuo y descubre que ha LOmado una dirección equivo-
-:-5.¡¡. Volver ;m:i3 le es imposible, ¿o>mo avan.z.1.rá: ¿Adónde t.hl t·á .si
d e: hi;. gr:e· (>sta o aquc:Jla ~eneJa? .Se p t1ede ptnlo nar a u n "iejo reprcscutanw
é41¡ h w~a\uit:a ll})lkada SÍ expresa al¡;-o de 'Ja desilus iót¡ (;Orl que, hallán·
~ a:!i<lr:t ;~ u 11 lado, o bse rva el vertigl n o.~o dcsfilú de dC!scubrimieruos
·= i"r,·~e,doncs an te el que sol íll seutir u n placer inmet)SO. E.s imposible
;" :.> preguntar: ¿Adónde va e~ta enorme procc~ióni ¿Cuál es, dcspn6; de
h ;w S{?-
t;:..:'l), ;u objcLh•o? ,:CmH es Hl probable influencia ~obre d fmuro de la
•• ..,... humana?!:~
palabr:ls pres-enta1l m.t prob kma que h a <?stado Iu~haud•> por
en iorlt's u uc:o:tros w razoncs; ;• son .Palahra~ dicl.\a~ 1:011 auto·
tlrontm cinclns p.or el pre5idente tle Ja i\.sóciación Brit~nlt.a para
Ckncias en su dL~u.rso t.lr: a p~I'Lnr:~ en la (-tn tésimo pl'in tera
111U\' t:un· ~': ¡;,w) de e.s!ii hi.qt.f>ri,a <:<>rpoiaci6n. ¿Se ha d e emplear· el nuevo iln·
~~~: t!t:i induSLriali~mo )' la tk monada en la gran ohr:. constructiva de
:':~ ;::::; rr.undo occidcntali7ado en una sociedad ec;um.;ni<;a o ''amos a dirigir
::i'f"'d$.!:":\ ;;.~~o podtr a nttcstr& propia d eAtru c;ci(m?
c:n niuo :;.::.? ~~;ma quizá más simple el mi!'mo dilema se presentó a lo$ governantc.s
:r~a· Egipto. Cuaudo lo$ p i()11ecrs egipciac.o~ fmbieror1 respondido v i cto-
~ .su primera incita ción fisic:¡, cuand o el aglJa y el su~J o y la ve.geta-
'lo"l:l)i, del Nllo l nfe rivr fueron 60med dos a. la volu ntad de los s<:r cs
.wrgió ¡¡¡ <ue,c ¡¿,,¡ de c6mo c1 scfJOI' y amo de E~i¡)lo y los egi pci<:>~
~!"'~~ la m;;;raviliOS:t org-~ni7.aci6n ahora en sus rna nos y a d i~po~ición de su
Era una incitación moral. ¿Emplearía el pouer ma.te ria l y e l poder
Tl.c Tiuu:s, S<:pticrubrc, 1, lf182·
 4•t liUX;;XTES Y TlPOS n¡,; LOS CMvfBJO.S

humano <;om que o:ontabl~ pat·a lüej•>r<tr la ¡;uc:1:w de sus súbd tlo~? .<Lo~ c!iri
haóa ~r.ri11a y hncia ~dehH1te, a l · 1:1ivd de bf,e·,,estar- que había :l~r¡,m...~<!o
rey 1.nbrno y uo puri;tdo tk sus pan:lir ¿DesempeihJt' iir. el get~er<'so .pa:pel
rn{!t('o e n .el drama de Esquilo o et papeL de til'a¡¡o de Ztm? Cono!
rc:;puesta. Construyó IH~ P!>·;l!¡;ticltos; y las, l"iümk!es, han inmo.rtalí2.11do
autócmtas uCI co¡no dio~e~ e·t(~r.nos sino oomo nwLadote~ del lonto dt: los
Su$ ma!.1& rr:puudonc::s fueron o·astnidcbs . (!.tl el folklore; tg ipdaco
en<:ünlraron su c:unino en las págin~tS i.nmon:th~ dú Hexódoro, C.:~mo .una
rk ~n ell'!<;ó6n rru:.r he.dw, Ja mue(t<; . Pu~;o su u¡rmo d.e hklú sobre la YÍ.(i¡¡
J;«ner;:¡c[<'Jn ~~~ t;l·er;imi.ento ea d momC;Jnt.o en gu.e la incitación que
d t:scíwulo de su crtcimlcnto se tr:msJcri:J dd c.amp(¡ (;xi:C:rrH'> ;tl inti:HH).
si.tu?. ción algo s,emejnnte de :nues~ro. propio muo.do Hct u:~'l, c u;mdo la
del jndu.striali~,~~~;~ :~<e e.st:ii. tnu1~tirii:ndo ele la esfera de la Lécniffi a :la e-,~fera
moral, el . n;snh¡ulo f~;;. <~Ún d<;:<CiJIJoddo·, p1u:-sto que n uesti:a reacción · <) 1a
sltua<:il'Hl nu eMá <lA;ddi~ht todavía.
Conduix1w~ afinnaudo que tiJ.til.,:!>!:l'ri.~ .dada <le .rcs.pucs~'l$ felice;;.. ;,
§ \lCI:;'-$L";ts. se h;¡ d~ int~rpreta~.,.• cortlo una mani.C!'!$ta.dón de c::retiiTÜ•l.llto, si
5C realiza la sr;rk tiende la accíó:n a tuudarse de l cMnpo {ltl couwn10 exter.n
s.ico o humano, al foY iitt:l!ríeur dt~ i ;l personalidad o dvil1~ación: e:t\ cre~:im.ie
:t;:u,.!a nto· qve .ésta .crece y tót¡rjuua credt;ll$1o. ha .de con1.2r <.acd.a . ve:~: rlte!l9~
üu:ir.:.~c;;iOI'l~~ . próvoc:Hhts por .1.\ltn<is e.xtemn.~ y gue .::xij<.w ro~~J>ves·ta.s.. e.n. u:n ca
d~ . ba~nll:l . t~xterio:r, y ca<!~ VQ~ mlÍ.s coc~ i.n:c.i~ar: ion.e.5 qvc ~e pr<!s.eman a
en tm ...te¡_ttl:O iMCJiOr. EI cr~·cimieJüo sig-nifica que la pérso.nalid.ad n ]a ch·ili
d6.u eu <:redmi~nto l.iende '11. <:Oüvert.ito<; en su propio contorno y en .sú
incitación y c;n su propio cmupo de actión.. En ocras palnhra..s,
ct:ec<il;l)ce,nlo .<:~.•..el pt<>;\l:r:-fl$.ó i•;~ei.a J~ ..aULode-termin;,,ci(n!; l'" eL...p;r<}g.reso
all.t.Qd~t~tminacióu es ..una .fórmula . pros~iq. de, desq;i))ir . el milagro por
llLViua et1tra en · su. Reino .

..........
0¡
(JJ
 Walter Benjamín

TISIS SORRt: l i\ 1-IISTORIA

Y OTR OS ri~AG~·I fN l OS

Introdu cc ión y traduccíón de Bolíva r Echeverría

..
: ~·.

UACM
Unt>J..-sidod A (J1()(1QniO
de b C~dod d. ~ico
ITA CA ~, ........ ..w-..

·~

/ .? f-
 NOTA EDJTORIAL

l texto original ~e "Sobre el concepto

E de historia" -"Uber den Begriff der
Geschichte"- se encuentra en Walter Ben-
jamín, Gesamm.elte Werke, edición de Rolf
Tiedemann y Hermann Schweppenhauser,
Suhrkamp, Fránkfort, tomo r, pp. 693-703 y
1223-1266, así como tomo vu, pp. 783-784.
De acuerdo a los suplementos publicados en
''
í
este último tomo (1989), la tesis que llevaba
el número XV!II en la edición del tomo I de
1974lleva ahora el número XIX pues antes
de ella entra la "tesis xvm" (conocida como
"xvna" en las notas del tomo I, p. 1231) que
se encuentra en la versión del ((ejemplar

33

']
/5""5
34 NOTA ED I'fORIAL
de mano" de Benjamín -descubierto por
Giorgio Agamben con posterioridad a esa edi-
ción-, que los editores alemanes denominan
"Typoskript 4" (T4).
El texto original de "Tesis sobre la historia:
apuntes, notas y variantes" contiene los frag-
mentos que han quedado de los materiales
producidos por vValte:rBenjamin durante su
elaboración de las "Tesis". Se encuentra en el
tomo r; pp. 1228-1252, de la misma publica-
ción:. La anotación al pie de cada fragmento
indica la ubicación de su manuscrito en el
Berijamin-Archiv.
Las observaciones entre corchetes recogen ano-
taciones de los editores del texto en alemán.
35
I
Según se cuenta, hubo UJ). au.t.ó.ro~ta cOnstrui-
do de manera tal, qur a cada movimiento de. ·
unjgga.dor de ajedrez respondía con otro que
le aseguraba el triunfo: en la partida. Un ,mu-
ñe.co...v;estido de t\l.rco, con la boquilla del nar-
gu·ile en ·la boca, estaba se.n.t ado ante.el table-
.ro..que descansaba sobre una amplia mesa.
Un sistema de espejos producía la ilusión de.
que 4todosJos lado.s.·dela mesa er~n transpa> ·
r~ntes. En realidad, dentro de ~eUa había un
enanq jorobado_qu.e era un maestro en ajedrez
Y~qu~.:.movía la ;mano d~J muñeco.m.e diante
c:ordeles. En la filosofía, uno puede imaginar .
un equivalente de .ese mecanismo; está hecho
p.a.:rª..Q..l+!?..Yénza s.ierrmre el muñec.Q que cono-
s.em..ós como "materialismo histórico": Puede
competir sin más con cualquiera siempre que
ponga a su servicio a la teología, la misma qué
hoy, como se sabe, además de ser pequeña y
fea, no debe dejarse verpor nadie.
36 WALTER Br~r<JAM.lN
II
"A las peculiaridades más notorias del espí-
ritu humano, dice Lotze, pertenece [... ]junto
a tanto egoísmo en lo particular, una falta de
envidia general de todo presente respecto de
su futuro." Esta reflexión apunta hacia el
hecho de que la imagen de felicidad que culti-
vamos se encuentra teñida por completo por
el tiempo al que el curso de nuestra propia
existencia nos ha confinado. Una felicidad
capaz de despertar envidia en nosotros sólo
la hay en el aire que hemos respirado junto
con otros humanos, a los que hubiéramos
podido dirigirnos; junto con las mujeres que
se nos hubiesen podido entregar. Con otras
palabras, en la idea que nos hac.emos de la fe-
licidad late inseparablemente la de la reden-
ción. Lo mismo sucede con la idea del pasado,
de la que la historia hace asunto suyo. El
pasado lleva un índice oculto que no deja de
remitirlo a la redención. ¿Acaso no nos roza,
a nosotros también, una ráfaga del aire que
envolvía a los de antes? ¿Acaso en las voces a
las que prestamos oído no resuena el eco de
otras voces que dejaron de sonar? ¿Acaso las
mujeres a las que hoy cortejamos no tienen
SOBRE P.J, CONCEPJ'O DE HISTORIA 37
hermanas que ellas ya no llegaron a conocer?
Si es así, UJ)..secl.·eto compromiso de encuen-
_tro [Verabredung] está entonces vigente en-
tre las generaciones del pasado y la nuestra.
Es decir: éramos esperados sobre la tierra.
También a nosotros, entonces, como a toda
otra generación, nos ha sido conferida una
débil fuerza mesiánica a la que el pasado tie-
ne derecho de dirigir sus reclamos. Reclamos
que no se satisfacen fácilmente, como bien lo 1
¡,
sabe el materialista histórico. 1
1
III 1
i
El cronista que hace la relación de los acon-
tecimientos sin distinguir entre los grandes 1
y los pequeñosxesponde con ello a la verdad
de que nada de lo que tuvo lugar alguna
vez debe darse por perdido para la historia.
1
Aunque, por supuesto, sólo a la humanidad
redimida le concierne enteramente su pasa-
do. Lo que quiere decir: sólo a la humanidad
redimida se le ha vuelto citable su pasado en
cada uno de sus momentos. Cada uno de sus
instantes vividos se convierte en un punto en
la orden del .día [citation a l'ordre du jour],
/5?

38 w ALT~~R B~~N.JAM{N
día éste que. es precisamente el día del J uicio
final.
IV
Procuraos primero alimento y vestido,
que así el Reino de Dios
os llegará por sí mismo.
Hegel, 1807
La lucha de clases que tien e siempre ante
los ojos el materialista histór ico educado en
Marx es la lucha por las cosas toscas y ma-
teriales, sin las cuales no hay cosas finas y
espirituales. Estas últimas, sin embargo,
están presentes en la lucha de clases de una
manera diferente de la que tienen en la re-
presentación que hay de ellas como un botín
que cae en manos del vencedor. Están vivas
en esta lucha en forma de confianza en sí
mismo, de valentía, de humor, de astucia, de
incondicionalidad, y su eficacia se remonta
en la lejanía del tiempo. Van a poner en cues-
tión, siempre de nuevo, todos los triunfos que
alguna vez favorecieron a los dominadores.
Como las flores vuelven su cm·ola hacia el sol,
,,
SOBRE r:L CONCEP'ro DE HISTORJA 39 1
así también todo lo que ha sido, en virtud de
un heliotropismo de estirpe secreta, tiende a
dirj.girse hacia ese sol que está por salir en el
cielo de la historia. Con ésta, la más inapa- 1
rente de todas las transformaciones~ debe sa-
ber entenderse el materialista histórico. 1
V l
~
~:
La imagen.verdadera del pasado pasa de
largo velozmente [huscht] . El pasado sólo es
atrapable como la imagen que refulge, para
nunca más volvex, en el instante en que se
vuelve reconocible. "La verdad no se nos es-
capará": esta frase que proviene de Gottfried
Keller indica el punto exacto, dentro de la
imagen de la historia del historicismo, donde
le atina el golpe del materialismo histórico.
Porque la imagen verdadera del pasado es
una imagen que amenaza con desaparecer
con todo presente que no se reconozca al u di-
do en ella. 1
1T4 (véase la nota editorial) continúa: ''La buena
nueva que el historiador del pasado trae, con pulso
acelerado, sale de u na boca que tal vez, ya eu el ins-
tante en qu e se abre, habla al vacío."
!58'
40 W ALTER BENJAMIN
VI
Articular históricamente el pasado no signifi-
ca conocerlo "tal como verdaderamente fue".
Significa apoderarse de un recuerdo tal como
éste relumbra en un instante de peligro. De
lo que se trata para el materialismo históri-
co es de atrapar una imagen del pasado tal
como ésta se le enfoca de repente al sujeto
histórico en el instante del peligro. El peli-
gro amenaza tanto a la permanencia de la
tradición como a los receptores de la misma.
Para ambos es uno y el mismo: el peligro de
entregarse como instrumentos de la clase do-
minante. En cada época es preciso hacer nue-
vamente el intento de arrancar la tradición
de manos del conformismo, que está siempre
a punto de someterla. Pues el Mesías no sólo
viene como Redentor sino también como ven-
cedor del Anticristo. Encender en el pasado
la chispa de la esperanza es un don que sólo
se encuentra en aquel historiador que está
compenetrado con esto: tampoco los muertos
estarán a salvo del enemigo si éste vence. Y
este enemigo no ha cesado de vencer.
S OBRE EL CONC:gPTO DE HlSTOHlA 41
VII
Considerad lo oscuro y el gran frío
de este ualle que resu.enet de lamentos.
Brecht, La ópera de tres centavos.
Fustel de Coulanges le recomienda al histo-
riador que quiera revivir una época que se
quite de la cabeza todo lo que sabe del curso
ulterior de la historia. Mejor no se podria
identificar al'procedimiento con el que ha
roto el materialismo histórico. Es un pl·ocedi-
miento de empatía. Su origen está en la apa-
tía del corazón , la acedía que no se atreve a
adueüarse de la imagen histórica auténtica,
que relumbra fugazmente. Los teólogos me-
dievales vieron en ella el origen profundo de
la tristeza. Flaubert, que algo sabía de ella,
escribió: "Peu de gens devineront combien il a
fallu etre triste pour ressusciter Carthague."
["Pocos adivinarán cuán triste se ha necesi-
tado ser para resucitar a Cartago."] La natu-
raleza de esta tristeza se esclarece cuando se
pregunta con quién empatiza el historiador
historicista. La respuesta resulta inevitable:
con el vencedor. Y quienes dominan en cada
caso son los herederos de todos aquellos que
42 WAL1'ER BENJAMIN
vencieron alguna vez. Por consiguiente, la
empatía con el vencedor resulta en cada caso
favorable para el dominador del momento.
El materialista histórico tiene suficiente con
esto. Todos aquellos que se hicieron de la
victoria hasta nuestros días marchan en el
cortejo triunfal de los dominadores de hoy,
que avanza por encima de aquellos que hoy
yacen en el suelo. Y como ha sido siempre la
costumbre, el botín de guerra es conducido
también en el cortejo triunfal. El nombre que
recibe habla de bienes culturales, los mis-
mos que van a encontrar en el materialista
histórico un observador que toma distancia.
P orque todos los bienes culturales que abarca
su mirada, sin excepción, tienen para él una
procedencia .en la que no puede pensar sin
horror. Todos deben su existencia no sólo a la
fat~ga de los grandes genios que los crearon,
sino también a la servidumbre anónima de
sus contemporáneos. No hay documento de
cultura que no sea a la vez un documento de
barbarie. Y así como éste no está libre de bar-
barie, tampoco lo está el proceso de la trans-
misión a través del cual los unos lo heredan
de los otros. Por eso el materialista histórico
se aparta de ella en la medida de lo posible.
SOBRE 1-~L CONCEPTO DE HISTORIA 43
Mira como tarea suya la de cepillar la histo-
ria a contrapelo.
1
.
i:
VIII
La tradición de los oprimidos nos enseña que
el "estado de excepción" en que ahora vivimos
es en verdad la regla. El concepto de hist.oria
al que lleguemos debe resultar coherente con
ello. Promover el verdadero estado de excep-
ción se nos presentará entonces como tarea
nuestra, lo que mejorará nuestra posición en
la lucha contra el fascismo . La oportunidad
que éste tiene está, en parte no insignifican-
te, en que sus adversarios lo enfrentan en
nombre del progreso como norma histórica.
El asombro ante el hecho de que las cosas
que vivimos sean "aún" posibles en el siglo
veinte no tiene nada de filosófico. No está al
comienzo de ningún conocimiento, a no ser el
de que la idea de la historia de la cual provie-
ne ya no puede sostenerse.
jGO
 44
IX
Mi ala está pronta al vuelo.
Retornar, lo haría con gusto,
pues, aun fuera yo tiempo vivo,
m.i szterte sería escasa.
Gerhard Scholem, Saludo del Angelus.
Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus
Novus. Se ve en él un ángel, al parecer en el
momento de a lejarse de algo sobre lo cual clá-
va la mirada. 'l'iene los ojos desorbitados, la
boca abierta y las alas tendidas. El ángel de
la historia debe t ener ese aspecto. Su rostro
está vuelto hacia el pasado. E n lo que para
nosotros aparece como una cadena de acon-
tecimientos, él ve una catástrofe única, que
arroja a sus pies ruina sobre r uina, amonto-
nándolas sin cesar. El ángel quisiera dete-
nerse, despertar a los muertos y recomponer
lo destruido. P ero un huracán sopla desde el
paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan
fuerte que el ángel ya no puede plegarlas.
Este huracán lo arrastra irresistiblemente
hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas,
mientras el cúmulo de ruinas crece ante él
SOBRE EL CO;--.!CRPTO DE HISTORL-\ 45
hasta el cielo. Este huracán es lo que noso-
tros llamamos progreso.
X
Los temas de meditación que la regla con-
ventual proponia a los hermanos novicios
tenían la tarea de alejarlos del mundo y sus
afanes. La reflexión que desarrollamos aquí
procede de una determinación parecida. En
un momento en que los políticos, en quienes
los adversarios del fascismo habían puesto
su esperanza, yacen por tierra y refuenan su
derrota con la traición a su propia causa, esta
reflexión se propone desatar al que .vive en el
mundo de la política de las redes en que ellos
lo han envuelto. Ella parte de la considera-
ción de que la fe ciega de esos políticos en el
progreso, la confianza en su "base de masas"
y, por último, su servil inserción en un apara-
to incontrolable no han sido más que tres as-
pectos de la misma cosa. Es una reflexión que
procura dar una idea respecto de lo caro que le
cuesta a nuestro pensamiento habitual una
representación de la historia que evite toda
J0/
46 wALTER BENJAMJ.:.\1
complicidad con aquella a la que esos políti-
cos siguen aferrados.
XI
El conformismo, que desde el principio se
encontró a gusto en la socialdemocr acia? no
afecta sólo a sus tácticas políticas sino tam-
bién a sus ideas económicas. Esta es una de
las razones de su colapso ulterior. No hay
otra cosa que haya corrompido más a la clase
trabajadora alemana que la idea de que ella
nada con la corriente. El desarrollo técnico
era para ella el declive de la corriente con
la que creía estar nadando. De allí no había
más que un paso a la ilusión de que el tra-
bajo en las fábricas, que sería propio de la
marcha del progreso técnico, constituye de
por sí una acción política. Bajo una figura
secularizada, la antigua moral protestante
del trabajo celebraba su resurrección entre
los obreros alemanes. El programa de Gotha
muestra ya señales de esta confusión. Define
al trabajo como "la fuente de toda riqueza
y de toda cultura". Presintiendo algo malo,
Marx respondió que el hombre que no posee
SOBRE EL CONCEPTO DE HISTORIA 47
otra propiedad aparte de su fuerza de trabajo
"está forzado a ser esclavo de otros hombres,
de aquellos que se han convertido [...] en !.
propietarios". A pesar qe ello, la confusión
continúa difundiéndose y poco después Josef
Dietzgen proclama: "T'l·abajo es el nombre del
Mesías del tiempo nuevo. En el[ ...] mejora-
miento (... ] del trabajo [...] estriba la riqueza,
que podrá hacer ahora lo que ningún reden-
tor pudo lograr." Esta concepción del mar-
xismo vulgar sobr e lo que es el trabajo no se
detiene demasiado en la cuestión acerca del
efecto que el producto del trabajo ejerce so-
bre los trabajadores cuando éstos no pueden
disponer de él. Sólo está dispuesta a percibir
los progresos del dominio sobre la naturale-
za, no los retrocesos de la sociedad. :Muestra
ya los rasgos tecnocráticos con los que nos
toparemos más tarde en el fascismo. Entre
ellos se encuentra un concepto de naturale-
za que se aleja con aciagos presagios del que
tenían las utopías socialista s anteriores a la
revolución de 1848. El trabajo, tal corno se lo
entiende de ahí en adelante, se resuelve en la
explotación de la naturaleza , explotación a la
que se le contrapone con ingenua satisfacción
la explotación del proletariado. Comparados
con esta concepción positivista, los fantasees
48 WAL-r~:R BEN.JAMfN
que tanto material han dado para escarnecer
a un Fourier revelan un sentido sorprenden-
temente sano. Para Fourier, el trabajo social
bien ordenado debería tener como consecuen-
cia que cuatro lunas iluminen la noche te-
rrestre, que el hielo se retire de los polos, que
el agua del mar no sea más salada y que los
animales feroces se pongan al servicio de los
hombres. Todo esto habla de un trabajo que,
lejos de explotar a la naturaleza, es capaz de
ayudarle a parir las creaciones que dormitan
como posibles en su seno. Al concepto corrup-
to de trabajo le corresponde como comple-
mento esa naturaleza que, según la expresión
de Dietzgen, "está gratis ahí".
XII
Necesitamos de la historia,
pero de otra manera de como la necesita
el ocioso exquisito en los jardines clel saber.
Nietzsche, Beneficios y perjuicios
de la historia para la uida.
El sujeto del conocimiento histórico es la
clase oprimida misma, cuando combate. En
SOBHE EL CO:-.ICP.PTO o~; HISTORIA 49
Marx aparece como la última clase esclaviza-
da, como la clase vengadora que lleva a su fin
la obra de la liberación en nombre de tantas
generaciones de vencidos. Esta conciencia,
que por corto tiempo volvió a tener vigencia
con el movimiento Spartacus, ha sido siem-
pre desagradable pa ra Ja sociald emocracia.
En el curso de treinta años ha logrado borrar
casi por completo el nombre de un Blanqui,
cuyo timbre metálico hizo temblar al siglo pa-
sado. Se h a contentado con asignar a la clase
trabajadora el papel de redentora de las ge-
neraciones futuras , cortando así el nervio de
su mejor fuerza. En esta escuela, la clase des-
a prendió lo mismo el odjo que la voluntad de
sacrificio. Pues ambos se nutren de la imagen
de los antepasados esclavizados y no del ideal
de los descendientes liberados. 2
2
T4 continúa: "Si hay una generación que debe saber-
lo, esa es la nuestra: lo que podemos esperar de los
que vendrán no es que nos agradezcan por nuestras
grandes acciones sino que se acuerden de nosotros,
que fuimos abatidos. La revolución 1·usa sabía de
esto. La consigna '¡Sin gloria para el vencedor, sin
compasión con el vencido!' e~ radical porque expre-
sa una solidaridad que es mayor con los herman os
muertos que con los herederos."
/~3
50 WALTER BJ::NJ&VIIN
XIII
Puesto que nuestra causa
se uuelue más clara cada día
y el pueblo cada día más sabio.
Wilhelm Dietzgen,
La filosofía socialdemócrata
La teoría socialdemócrata, y aún más su
práctica, estuvo determinada por un concep-
to de progreso que no se atenía a la realidad
sino que poseía una pretensión dogmática.
Tal como se pintaba en las cabezas de los
socialdemócratas, el progreso era, prime-
ro, un progreso de la humanidad misma (y
no sólo de sus destrezas y conocimientos).
Segundo, era un progreso sin término (en
correspondencia con una perfectibilidad in-
finita de la humanidad). Tercer o, pasaba
por esencialmente indet.enible (recorriendo
automáticamente un curso sea r ecto o en
espiral). Cada uno de estos predicados es
controvertible y en cada uno ellos la crítica
podría iniciar su trabajo. Pero la crítica -si
ha de ser inclemente- debe ir más allá de
estos predicados y dirigirse a algo que les sea
común a todos ellos. La idea de un progreso
SOBRE EL CONC~:I''I'O DE HISTORIA 51
del género humano en la historia es insepa-
rabie de la representación de su movimiento
como un avanzar por un tiempo homogéneo
y vacío. La crítica de esta representación del
movimiento histórico debe constituir el fun-
damento de la crítica de la idea de progreso
en general.
XIV
El origen es la meta.
KarlE:raus, Palabras en versos 1
La historia es objeto de una construcción
cuyo lugar no es el tiempo homogéneo y vacío
sino el que está lleno de "tiempo del ahora"
[jetztzeit]. Así, para Robespierre la antigua
Roma era un pasado cargado de "tiempo del
ahora" que él hacía saltar del continuum de
la historia. La Revolución Francesa se en-
tendía a si misma como un retorno de Roma.
Citaba a la antigua Roma tal como la moda
a veces cita a un atuendo de otros tiempos.
La moda tiene un olfato para lo actual don-
de quier a que lo actual dé señas de estar en
la espesura de lo de antaño. La moda es un
 ·-- - ·-··--- ........... .
52 WAL'l' ER B!!:~J.t\MIN
salto de tigre al pasado. Sólo que tiene lugar
en una arena en donde manda la clase domi-
nante. El mismo salto, bajo el cielo libre de la
historia, es ese salto dialéctico que es la revo-
lución como la comprendía Marx.
XV
La conciencia de hacer saltar el continuum
de la historia es propia de las clases revo-
lucionarias en el instante de su acción. La
Gran Revolución introdujo un nuevo calenda-
rio. El día con el que comienza un calendario
actúa como un acelerador histórico. Y es en
el fondo el mismo día que vuelve siempre en
la figura de los días festivos, que son días
de rememoración. Los calendarios miden el
tiempo, pero no como relojes. Son mon umen-
tos de una conciencia histórica de la cual en
Europa, desde hace cien años, parece haber-
se perdido todo rastro. Todavía durante la
Revolución de Julio se registró un episodio
que mostraba a esa conciencia saliendo por
sus fueros. Cuando cayó la noche del primer
día de combate ocurrió que en muchos luga-
res de París: independientemente y al mismo
80BRI' EL CONGEP'!'O DE HISTORIA 53
tiempo, hubo disparos contra los relojes de '1
l
las torres. Un testigo ocular, cuyo acierto re-
sultó tal vez de la rima, escribió entonces: 1
'
Qui le croirait! On dit q\t'irrités contre l'hetae
De nouueaux Josués, au pied de chaque tour,
Tiraienl sur les cadrans pour arréter le jour. 11
XV1
El materialista histórico no puede renunciar
al concepto de un presente que no es tránsito,
en el cual el tiempo se equilibra y entra en
un estado de detención. Pues este concepto
define justo ese presente en el cual él escribe
historia por cuenta propia. El historicismo
levanta la imagen "eterna'' del pasado, el ma-
terialista histórico una experiencia única del
mismo que se mantiene en su singularidad.
Deja que los otros se agoten con la puta del
"hubo una vez", en el burdel del historicismo.
Él permanece dueño de sus fuerzas: lo sufí-
3 'Quién lo creería! Se dice que, irritados con-
t1~a la hora/ Nuevos Josués, al pie de cada torre,/
Disparaban sobre los cuadrantes, para detener el
tiempo.
/?5
54 wALTER BENJA.MlN
cientemente hombre como par a hacer saltar
el continuum de la historia.
XVII
El historicismo culmina con todo derecho en
la historia universal. Es de ella tal vez de la
que la historiografía materialist a se diferen-
cia más netamente que de ninguna otra en
cuestiones de método. La historia universal
carece de una armazón teórica. Su proce-
dimiento es aditivo: suministra la masa de
hechos que se necesita para. llenar el tiempo
homogéneo y vacío. En el fundamento de la
historiografía materialista hay en cambio un
principio constructivo. Propio del pensar no
es sólo el movimiento de las ideas sino igual-
mente su detención. Cuando el pensar se
para de golpe en medio de una constelación
saturada de tensiones, provoca en ella un
schoch que la hace cristalizar como mónada.
El materialista h istórico abor da un objeto
histórico única y solamente allí donde éste se
le presenta como mónada . En esta estructura
reconoce el signo de una detención mesiánica
del acaecer o, dicho de otra manera, de una
SOBRE ~:1.. CONCJ::l''fO DE HIS'J'OHIA 55
oportunidad revolucionaria en la lucha por el
pasado oprimido. Y la aprovecha para hacer
saltar a una determinada época del curso
homogéneo de la historia, de igual modo que
hacer saltar de su época a una determinada
vida o del conjunto de una obra a una obra
determinada. El beneficio de este procedi-
miento reside en que en la obra se halla con-
servado y superado el conjunto de la obra,
en ésta toda la época y en la época el curso
entero de la historia. El fruto sustancioso de
lo comprendido históricamente tiene en su
interior al tiempo .como semilla preciosa pero
insípida.
En la idea de la sociedad sin clases, Marx
secularizó la idea del tiempo mesiánico. Y es
bueno que haya sido así. La desgracia empie-
za cuando la socialdemocracia eleva esta idea
a "ideal". El ideal fue definido en la doctrina
neokantiana como una "tarea infinita". Y
esta doctrina fue la filosofía escolar del par-
tido socialdemócrata - de Schmidt y Stadler
4 Véase la "Not a editorial" del presente volumen.
56 wALTER B~~NJAi\fu" SOBRE EL CONCEP'rü DF. HISTOIUA 57

a Natorp y Vorlander- -. Una vez definida XIX

la sociedad sin clases como tarea infinita,
el tiempo vacío y homogéneo se transformó, "Los escasos cinco milenios del horno sapiens
por decirlo así, en una antesala en la que se -dice uno de los biólo~os más recientes- re-
podía esperar con más o menos serenidad el presentan, en relación con la historia de la vida
advenimiento de la situación revolucionaria. orgánica sobre la tierra 1 ·Unos dos segundos
En realidad no hay un instante que no traiga al fmal de una jornada de veinticuatro horas.
consigo su oportunidad revolucionaria -sólo Llevada a esta escala, la historia de la humani-
que ésta tiene que ser definida en su singu- dad civilizada ocuparía la quinta parte del últi·
laridad especifica, esto es, como la oportuni- mo segundo de la última hora." El "tiempo del
dad de una solución completamente nueva ahora", que como modelo del tiempo mesiánico
ante una tarea completa mente nueva-. Al resume en una prodigiosa abreviatura la his-
pensador revolucionario la oportunidad re- toria entera de la humanidad, coincide exacta- ·
volucionaria peculiar de cada instante histó- mente con esa figura que representa la historia
rico se le confirma a partir de una situación de la humanidad dentro del universo.
política dada. Pero se le confirma también, y
no en menor medida, por la clave que dota a
ese instante del poder para abrir un deter-
minado recinto del pasado completamente
clausurado hasta entonces. El ingreso en este
recinto coincide estrictamente con la acción
politica; y es a través de él que ésta, por ani-
quiladora que sea, se da a conocer como me-
siánica.5

;; El manuscrito 1098 v continúa: "(La sociedad sin

clases no es la meta final del progreso en la historia
sino su interrupción, tantas veces fallida y por fin lle-
vada a efecto.)".
58 w ALTER BENJA!.\1IN TESIS ~OBRI<i LA HISTORIA 59

(APÉNDICE] rememoración, es decir, precisamente como

taL Se sabe que a los judíos les estaba prohi-
A bido investigar el futuro. La Thorá y la plega-
ria los instruyen, en cambio, en la rememora-
El historicismo se contenta con establecer ción. Esto los liberaba del encantamiento del
un nexo causal entre distintos momentos futuro al que sucumben aquellos que buscan
de la historia. Pero ningún hecho es ya un información en los adivinos. A pesar de esto,
hecho histórico solamente por s.e r una causa. el futuro no se convirtió para los judíos en un
Habrá de serlo, póstumamente, en virtud de tiempo homogéneo y vacío. Porque en él cada
acaecimientos que pueden estar separados de segundo era la pequeña puerta por la que po-
él por milenios. El historiador que parte de día pasar el J\1esías.
esta comprobación no permite ya que la suce-
sión de acaecimientos le corra enti·e los dedos
como un rosario. Aprehende la constelación
en la que ha entrado su propia época con una
muy determinada época anterior. Funda de
esta manera un concepto del presente como
ese "tiempo de ahora" en el que están incrus-
tadas astillas del tiempo mesiánico.

Es seguro que los adivinos que inquirían al

tiempo por los secretos que él guarda dentro
de sí no lo experimentaban como homogéneo
ni como vacío. Quien tiene esto a la vista
puede llegar tal vez a hacerse una idea de la
forma en que el pasado era aprehendido en la

/G8
 ANOTACIONES S0!3RE EL MITO DEL
FlN DE LA H.STORlA 1

St LA CÉLEBRE OCURRENCIA DE ftV.::-<ClS fukuyama 110 hubíera

alcanzado los ecos esmdentes c.¡ue le permitieron tener la
fama casi planetaria de que goza hasta estos dias, su di-
choso anuncio sobre el ran dudoso y cuestionable fin de
la historia jamás hubiera pasado de ser una simple profecía
más 2 que, al igual que cualquier otra ele las tantas que
abundaron en el reciente fin de milenio, para lo único
que sirvió [ue para satisfacer ampliamente a todas aquellas
memes apocalípticas y escatológicas que gustan practicar
ejercicios de gimnasia futurológica. Sin embargo, debemos
reconocer que el anuncio sobre el fin de la histmia adquirió
en esos momentos una cierLa tensión dramática; misma
que se encuentra en todo aquello que llegó a representar
uno de los aspectos más relevantes tanto de la mentalidad
como de la temporal idad moderna. t\os referimos, efec-
tivamen te, a la invención del futuro como un universo
inmanente.
Como se sabe, esta ocurrencia ha sido entendida por
propios y extraños en su justa dimensión: como una es-

;r-o
]01\GF. V!3l..A7.QUEZ Dl!lGMlO
pecie de curiosa reminiscencia de trazo hegeliano que, al
ser incorporada como algo propio y sustancial al con-
servadurismo de [inales del siglo xx, lo único que ha
provocado es un gran impacto que tomó por sorpresa a
más de u no. La sorpresa ha sido de grandes proporciones.
Pero la cosa no para ahí, pues se tienen casos en los cuales
no se duda que la verdadera causa de esa especie de trauma
histórico por el cual atraviesa la razón, sea producLo de
tan intrincado asunto. [sto es, de que ahora sf en serio
llegó el tan mentado fin de la historia. Pero tomando el
problema con un minimo ele seriedad, es posible advenir
q ue todo no deja de ser un desproporcionado sofisma,
pues hasta hoy cualquier intento de asesinar a la historia
jamás ha triunfado Lo paradójico aquí es que entre todos
aquellos que han querido, quieren y aman al viejo filósofo
alemán, no hayan reparado en que 1o que él más se em-
peñó en demostrar fue que la historia - en su despliegue
inconmensurable e inevitablemente- sigue sólo su propio
sendero, y el cual no puede ser otro más que el de la
razón. Aceptándose así lo sostenido por Hegel, podemos
decir entonces que ese dichoso fin de la hiswria anunciado
por Fukuyama, lo único que ha provocado es un g ran
escándalo ; mismo que a su vez ha daelo pie a que se despa-
rrame todo un ancho y profuódo mar de tima, ya sea
para apoyar lo que él ha dicho sobre ese fin. o bien , simple-
mente para criticarlo.
Ante esta desproporcionada afirmación exisLe el
amplio convencimiento de que seguramente Hegel la ha
de pasar. de lo más divertido en su tumba. al ver cómo en
el aquí nos la pasarnos desatando pasiones a partir de al-
go que constituye lo que se.1ia, tal vez, uno de los más
osem os enigmas de su l"ilosofía. Pero, independientemente
30
G1 O!lAUZAC!ÓJ>; Y rl\l Df lA IIISTORIA
de esto último, es decir, de la divertida que se ha de estar
dando Hegel, es necesario considerar si lo dicho por Fu-
kuyama no es otro de los tantos exabrup tos con el cual
en esta última figura dd t:spíritu, encarnada por la con-
ciencia y dominación neoliheral, se pretende im pedir que
éste siga su marcha hacia su destino inmanente. Podemos
pensar también que la única posibilidad de ser de tal figu-
ra es - siguiendo a H egel- un tipo de nueva jugarreta
que nos hace la astuta y caprichosa razón.
Si todo esto es así, a lo que se llegarla es a la necesidad
de com prender que una idea como esta , que entra con
toda su f'uerza en el efimero reino de la moda, es un pro-
ducto, una mercancía más que encuentra su equ ivalencia
y dimensión real en el mercado. Razón por la cual fue
vista como producw de toda esa lógica cool que sustituyó
incluso a la dimensión del espacio de la política, El fin de
la historia fue así parte de la eufori a del new look de las
ideas de fin de siglo: como parte esencial del snobismo
posthistórico.
El problema sobre el supuesto fin de la historia, en la
medida que se transformó en un debate de. cierto interés,
no se agola con el simple hecho de acusarlo como parte
de una mercancía más que com pite en lo que fue ese
mercado de ideas trascenderues de finales del. siglo xx.
Como tampoco con reconocer como evidencia absoluta
que la historia sigue viva y bien. Pues sospechamos que
detrás de tan cuestionada idea seguramente hay algo más
que un pobre "gato encerrado". El trillado anuncio del fin
de la historia hecho por Fukuya ma provocó, contribuyó y
agudizó, entre otras cosas, esa extraiia sensación de vacío
por la q ue atraviesa la modernidad.' Quizá e.n ot ro mo-
mento nada hubiera ocurrido y un desplante como lo ha
.31
Jrl

sido éste nunca hubiera pasado a mayores, y se.gu ramente
el senor Fukuyama formaría ya parte del olvido histórico.
Pero hay que reconocer que nada de esto ocurrió y que.
por tanto, es necesario afrontar el problema.
El nudo gordiano del asunto es que al momento de
tomar consciencia del significado profundo sobre el fin
de la histo ria, en particu lar en e.ste proceso en el que nos
encontramos m ontados, en otro de los famosos torbellinos
de la histo ria en el cuat los grandes cambios ocurren a
ritmo de vén igo, los desplantes tdeol.ógicos que susten-
taban al sign ificado de nuestros propios hitos histó ricos,
simp lemente se derru mbaron estrepitosmnente. Este
derrumbe h.a sido de proporciones tales que no tardamos
en darnos c uenta en que estábamos como en la casa del
j abonero, p ues "quien no caí.a seguramente resbalaba".
De esta forma la conmoción fue generalizada; más aún
cuando ella fo rmaba parte <k un acontecimiento histórico
de grandes e irrefULables magnitudes: la caída dd so-
cialismo.
La caída del socialismo contribuyó, como ningún otro
factor. a que se acelerara la desintegración y diáspora que
y¡ ven las sociedades del Este4 como también a que durante
varios dfas con sus correspondientes noches se adoptara
al Muro de Berlín para pegarse una borrachera de pro-
porciones homéricas. con el pretexto de celebrar el ttiun!'o
definitivo de la libertad en contra de la tiranía totalitaria.
Pero, por otro lado, dicha cai.cla ayudó también a que
infinidad de intelectuales en el m undo pasaran , ele la no-
che a la mmí.ana , del m undo de las certezas absolutas al
de las confusiones más plenas, pues de un momento a
otro y con tan estrepitosa y conmocionanle c<:ü da , los viej os
paradigmas -q ue incluso llegaron a ser elevados a canon
)2
GL<.lBA~lZACION \' IIN DI: 1.... HISTORIA
sagrado- simplemente se vinieron por tierra al igual q ue
el Muro de Berlín.
Hay que reconocer que tanLO esa caída así como el
anuncio del fin ele la hiscoria de marras, influyeron para
que se generalizara una panicular mudanza de las
ideologías sin precedentes hisLóricos .5 Cosa que, por
cien o, no deja de ser una paradoja en cuanto q ue el cues-
lionaclo fi n de la historia to que supuestamente anuncia
es - ral y como lo afirma el propio Fukuyama- el tan
esperado fin de las ideologías. Es decir, lo que anuncia es
el reino supremo de la sociedad abierta.6 Y, como se sabe
ampliamente, la característica esencial de dicho reino es
ser una ¡sociedad sin icleologías!7
Se dirá , con justa razón, que es im posible que llegue
a existir una sociedad sin ideo logias y que una annnación
así o bien constituye en sí misma un verdadero d isparate ,
o bien es un sueño utópico que como tal merece ser tra-
tado. Las ideologías son, como lo sabemos perfecta mente,
relaciones sociales tan necesa1ias en cualquier orden social
como lo es el agua al pez. A grado tal sabemos eslo que
no creernos q ue exista ningún sabio apologista de la
sociedad abierta, que sea tan ingenuo como para no com-
prender que no puede existir ningún orden social sin
ideo logias.
Para much os, la denominada sociedad abierta signiftca
el inevüable arribo de la humanidad al mejor de los mun-
dos posibles. Significa la realización misma de la utopia .
Sin embargo, debemos comprender que esta sociedad,
al ser trasladada al fácil juego de las analogías, es decir, al
ser adoptada como sinónimo de la democrac ia, no niega
que su propia reproducción depend a de esto: de las ideo-
logías. No comprender esto es tanto como no querer \'er
33

4ue una sociedad así construida, a lo único que llegaría
es al establecimiento de un sistema tOialitario jamás ima-
ginado. Es por esta elemental razón que pensamos que la
democracia -al ser producto de. nuestros d ramáLicos
combates por la historia- debe comprenderse como re-
llejo de una cornpleja realidad social. En otros términos,
lo que se quiere decir es que la democracia merece ser
comprendida justo por lo que en esencia ella es y refleja:
el producto histórico de una compleja realidad social de
carácter plural. Si acordamos que la democracia es esto,
o es lo que al menos se espera de ella, no se enLiende en-
tonces por qué para los ingenieros de la sociedad abierta
la única posibilidad de sobrevivencia de 1a hisLOria sea la
que hoy nos brinda esa visión unidimensional: que nace
con LOdo lo que supuestamen te es el tan trillado _fin de la
historia.
El fin de la histona abre pues la era del fin de las ideo-
logías, es decir, un hipotélíco devenir humano al cual la
racionalidad neoconservadora,6 en esa imprescindible
necesidad que tiene por romper sus nexos históricos con
la modernidad , se ha atrevido a decretar el nacimiemo de
la posthtstoria . Con el nacimiento de esta nueva creencia
(la cual no n iega conservar un cierto parentesco con lo
que ha sido e1 no menos polémico debate sobre la pos-
modernidad), sobre et surgimiento de una nueva tem-
poralidad,9 lo que al parecer se tiene es que el despliegue
de la modernidad más que obedecer a esa larga cadena de
realizaciones humanas que contribuyeron a forjar nuestra
imagen del progreso, se convierte así, súbitamente., en
una idea o noción histótica arcai.ca y anacrónica con res-
pecto al senLido y movimiento del tiempo. La exyuisila
levedad que tenernos por el presente obedece a esto, es
3+
GLOilALLZAClóN Y FN DE LA HISr ORlA
decir, a la creación de una nueva mentalidad que ya no se
reconoce con el problema de la temporalidad , sino ex-
clusivamente con el espacio en su actual dimensión , esto
es, como un orden phmetz.rio en el cual. la sabia mano in-
''isible como fuerza sustit'-!ta de la providencia , actúa
guiando a la humanidad haCia su destino inmanente: hacia
la sociedad de mercado total. O, si se prefiere , hacia la
sociedad abierta.
La identidad del neoconservadurismo radica JUSto en
esa extraña sensación que se tiene al ver cómo -al 1gual
que Polibio- se afirma que el movimiento de la historia
se desarrolla circularmente. Por esto no se deja ele tener
la sensación de estar de nueva cuenta en el punto de par-
Lida. O mejor dicho, en el momento en que la historia
decidió desplegarse por los caminos del mal. Si esto es
así, no podemos dejar de reconocer que la mentalidad y
la racionalidad neoconservadora se sustentan en la idea
de que tienen por misión hacer una ascepsis de la historia
para emprender desde ahí la regeneración defini tiva del
género humano. Pero, independientemente de lo que los
neoconservadores lleguen a pensar sobre su misión his-
tórica, es conveniente retomar la cuestión que ellos pro-
ponen discutir. El problema ele todo radica en la necesidad
de tener que determinar cuál es el punto de partida donde
supuestamente nace el mal en el mundo moderno según
los neoconservadores.
Francis Fukuyama, como tantos otros conservadores
desde Edmund Burke hasta nuestros días, no duda ni un
instante en que la fuente del mal en el mundo moderno
se encuentra en lo que es para ellos el más bastardo de
todos los acomecimi.entos históricos: la H.evolución
rrancesa. El círculo del mal en la historia moderna se cierra
35
17-3
así con la caída del social ismo. Y la hiswria, en su asrucia
inGnita y a través de un tortuoso recorrido, explicable so-
lamente en términos de hermenéutica dialéctica de matriz
hegeliana, nos coloca en el puOLo de partida. Ahora lo
único que debe hacer la conciencia es valorar la expe-
riencia del mal y aceptar que no hay ya más historia que
ésta, La del presente. Aceptación que, necesariamente, obli-
ga a arrojar al pobre Hegel al basurero, j umo con su n.o
menos tor tuosa lógica histórica. Pues recordemos qu e
Hegel también es considerado, por los buenos amigos d e
la sociedad abi<:~n.a, un agente del mal. No entenderlo asf
es tamo como decir que de nada valió emonces wdo el
trabajo inquisidor realizado por Popper para lograr lo que
se propone todo inquisi.dor: la <.:ulpabilidad de sus supues-
tos enemigos. La regeneración del h ombre es posible, pues
al ser derroLados los enemigos de la sociedad abierta, és-
ta debe ahora establecer su reino inmaculado.
Desde la lectura más elemental del voluminoso libro
de Karl Popper n.o es posible evitar identificar la idea de so-
ciedad abierta propuesta por él como una especie de
secularización del cielo cristiano. De ahf que: no se alcance
a comprender si la reflexión de Popper como la de Fuku-
yama se sustenta en una inquiemd por hacer de la memo-
ria híslórica una versión moderna de la inmortal Comedia
de Dame Alighieri 10 y que, por lo mismo. su principal
propósilo fue siempre seculmizar los espacios imaginarios
que componen. las geografías del cielo, el purgatorio y el
infie rno . Pero también que en los infatigables como tor-
mentosos combates por la modernidad , en gran parte las
grandes filosofías poltticas que la han configurado hasta
hoy, como lo son el conservadurismn. clltberalismo y el
soc ialismo, se han empeñado en. sustcntilr sus ideologías
a pnnirde reproducir cada una a su modo, y dependiendo
de sus recursos y Lempcramentos, a esa metageografía
dantesca . Así , lo más seguro es q ue el infierno que usted
conciba, se en cuen tre justo en el extremo opuesr.o de su
ubicación y fili ación fi losófico-p olftica. La famosa
aseveración sartreana adqUJere su dramática dimensión
al momento de ajustar. al conJunto de nuestras relaciones
sociales al inevitable campo de la alteridad, en el cual,
corn o sabernos, lo que representa el otro es el in fierno o
mi enemigo por decirlo de acuerdo con esa visión de lo po-
lírico que tenia Carl Schmiuu
Pero como herejes confesos que somos de esta digamos
uiunfante y vulgar idea que se tiene sobre la sociedad
abierta, 12 no podemos dejar de pensar si lo que realmente
ha Lriun.fado es m.ás bien el imperio del mercado así como
el furor frenético de una modernización llevada a escala
planetaria; m isma que por la simple comodidad que per-
mite a veces la construcción de. neologismos, se Le ha bau-
tizado y es reconocida bajo el nombre de globalización. 13
Sin duda alguna, el llamado Jln de la historia, al ser
una ingeniosa fábula la cual, independiememente cld
enorme escándalo que ha provocado, busca también su
p ropia ubicuidad. en un doble sentid o: en el campo his-
lórico y en el campo moral. De este modo resulta que lo
que se tiene a la v1sta de todos es un maniqueísmo ram-
plón, del cual depende incluso la vitalidad y fuerza de la
sociedad abierta; particularm ente en estos momentos en
Jos que al parecer esLa sociedad en su presentación real,
es decir, como sociedad capitalista, por [in ha podido
e.xorcizar a sus enemigos históricos que nunca fueron otros
más que los que representaron las d iversas modalidades
históricas hasta hoy conocidas del totalitar ismo. Pero el
jORGE VL:!.AZQUI:Z Dtt .(.AOO
problema que ahora debe enfrentar la sociedad abierta es
que al ser ella la sociedad triunfante, ha hecho, de la noche
a la mafiana, del mal algo innecesario. Y, hasta donde lle-
ga nuestro li mitado en tendimiento, este triunfo no
significa ni implica, ni de casualidad, que hoy se deba
desmantelar LOda esa inmensa maquinaria de guena que
sirviera en otro momento para combatir al mal. Nece-
sariamente es un reto mayúsculo reformular los t~rminos
de la violencia, tal y como lo hiciera alguna vez Max We-
ber; particularmente es estos días en que los Estados
nacionales como lo que son ahora, una pesada herencia
la de modernidad, no se contentarán en convenirse en
simples agentes pasivos que ven cón1o su más preciado
valor, la soberanía y la libertad de sus sociedades, se
volatizan como una ilusión más. El reto será determinar
la legitimidad que pueda tener la creación de un mo-
nopolio de la violencia en el ámbito planetano, como es
lo que al parecer sugiere este vértigo histórico que nos
impone dicha global ización económico-comercial.
Discrepando un poco de la oferta que hace el Sr. Fuku-
yama, lo que en verdad demuestra este tiempo nuevo es
que éste se ha llegado a convertir en una época en la que
como nunca se han conjugado la fuerza militar con el
frenético y exigeme impulso renovador de la industria y
del mercado. Cor~ugacíón que no hace dudar que el
susLemo real del que parte el neoliberalismo haya con-
sistido en wdo momento en esto, es decir, en esa unión
invencible que establecen las exigencias como presiones
militares traducidas a escala planetaria, con el furor que
carac[eriza a las pauLas de desarrollo industrial y comercial.
en ese [in de siglo.
38
GLOMl.lZACIÚ~ y fiN Llt: LA HISTORIA
Pero si el enemigo ha dejado de ser fuerza o invocación
recurrente y exógena , existe entonces la pálida y legrtima
sospecha de que ese real CJ virlual enemigo se llegue a en-
contrar entre nosotros. O peor aún: ¡que e[ enemigo sea-
mos nosotros mismos! La C<:1mplejidad del enorme caudal
de problemáticas que abre esta posibilidad, así como el
hipotético nuevo mundo que nace con el fin de la historia,
es que nos obliga a redefinir, por enésima vez, a la política.
Particularmente, si se llega a comprender en verdad que
la caída del socialismo arrastró consigo una infinidad de
imaginarios de la políti ca. Lmaginarios que en especial
hacían las delicias de las especulaciones políticas y meta-
políticas de lós ideólogos, intelectuales y estrategas de
ese mundo bi.polar que se derrumbó, no sin haber ge-
nerado ames una infinidad de tragedias y dramas humanos
a partir de lo que hoy se llega a ver como una dudosa
defensa de unos supuestos e mmaculados valores que eran
defendidos tanro por las democracias occidentales como
por los regímenes totalitarios a través de sus propias lógicas
de poder y dominación.
Si el enemigo se encuentra en casa, lo que urge
determinar -para evitar todo posible contagio masivo
de la paranoia- es quién es el enemigo. Seguramente
para quien presuma ser dueño de una me-ntalidad obtusa
y desproporcionada a la realidad , sostendrá sin más que
hoy el enemigo a vencer no puede ser otro más que una
sociedad ci.vil irredenta. Quizás lo que ésta adviene es
que el doloroso compromiso de las ideologías no ha Ler-
minado y, ejemplo de ello, nos lo ofrece la defensa misma
dl.' la <.:ausa ckmo<.:ráLica en nuestros respectivos ámbitos
y realidades sociales. El temperamento indomable ele
dicha sociedad civil se describe rnejor cuando ella nos
39
;rs
jORt•.: V EL-\l QUI'Z DtLGADO
dice que no se con tenta con un destino humano trazado
por esa mund ialización o globalizadón salvaje que arrasLra
todo a su paso en su fija y obsesiva idea de hacer del mun-
do u n mercado toral. Por otro lado, ella se descr.ibe m ucho
mejor aú n cuand o entiende que lo peor que se pued e
hacer con la política es aceptarla como si ésta fuese sim-
plemente algo ruin , que sólo merece ser ejercitada por
los políticos como lo que ellos son: su puestos especialistas
de los intrincados y compleJOS asuntos de la vida pública
donde --en ese mundo virtual bajo el cual su pueswmente
vivimos- ellos son hombres ajenos a los intereses de las
elites y ele las clases dominantes. El gran valor que en
estos momen tos adquiere esa parte irred enta de nuestra
realidad social, es que e lla no sólo se resiste a ser un pesi-
m ista imaginario más en este Lambién imaginario fin de la
hisLoria; sino que se resiste a convertirse en algo variable ,
prescindible e ignorable, dentro d e ese esquema de do-
minación que nace con el nuevo orden mundiaL
Para nad ie es un secreto que e.l fin de la hisloria -por
fuera ele todo posible fun damento escatológico que con-
tenga- pretende ser considerado como el producto final
del largo trend secular de la historia. En este sentido no es
posible negar que la racionalidad de la que parte dicho
fin de la histo ria, adquiere u na invaluablc especificidad
que sugiere e imi ta a interp retar a la historia desd e un
nuevo contexto histó1ico. El fin d e la historia sería , d e
este m odo, el nuevo can on de in Lerpretación histórica; y
sería , en otros térrninos , la fórmula ideal que se Liene para
40
GLO&\UZAGóN v FiN ns t A Hr~ToRrA
q ue esta nueva generación de historiadores y de científicos
sociales, satisfaga aquella insalvable mald ición que impone
a cada gene ración imerpre,lar siempre de nueva cuenta a
la h isto ria. Lo que en eseno.a se propone este nuevo canon
inlerp relaLivo es -bajo el supuesLo beneficio de la ciencia
y de acuerdo con u na dudosa neutralidad valorativa-la
des-poli tización del discurso histórico. Desde es te p unto
de vista tenemos que preguntamos de nueva cuenta ¿qué
es lo que en sí significa el dichoso fin de la historia? Para no-
sotros el fi n de la historia Lal y como se encuentra presente,
slgni fica nada menos que la negación de lo político, en el
sentido en qu e la temporalidad pierde su sc:mido políti-
co al se r abandonadas wdas las ilusiones políticas fo rjad as
al calor de los combates por la modernidad .'·!
Con relación al profundo impacto que ha tenido la
nueva "verdad revelad a" por Fuku yama - "ve rdad" a
través de la cual se insiste t¡ue nos encomramos ya en e l
fin de la historia- resulta que el Lan trillado (in, al ser ele-
vado a can on de interpretación hislüriográfica, de nove-
doso no conüene nada, p ues éste hunde sus raíces en el
añejo cuestionamiemo crllico que hiciera Ed.mund Bu rke
a la Revolución francesa de 1789. Por decirlo J.e la [orma
más sintética posible, para este gran conservador i·nglés
del siglo xvm, la Revolución francesa es y constituye para
la marcha de la historia un terrible error. Y éste, al igual
que todo en or, lo único que ha p roducido es una secuela
interminable d e errores q ue, de acuerdo con la leyenda
son y constituyen la base del Lerror político q ue se ha re-
producido com o plaga a través de diversas formas de
estat.alidad de la modernidad .
Para 13urke, así wmo pa ra tod a la pléyade de conser-
vadores que lo han segLüdo desde entonces h asta eslos
41
jORC.t Vr.U\lqt;I'Z DELGAOO
dl.as en que el espíritu del neoconservadurismo domina
al mundo, pero ya no montado éste en el caballo de Na-
poleón, sino desde las verdaderas atalayas del poder como
lo son el FMI, el 13\1, así como de wdas aquellas insti-
tuciones y fuerzas económico-sociales que se encuentran
em peñadas en hacer ele este mundo un gran shopping; lo
que en esencia inaugura la Revolución francesa es el reino
del terror. La imagen del ciclo revolucionario de la
modernidad es así para francis Fukuyama -como para
Fran<,:ois Furet entre otros no menos relevantes inte-
lectuales conservadores de nuestras sociedades- , no sólo
perfecta sino también puntual ; ya que todo lo que nace
en] 789 tenuina en 1989. Esta curiosa exactitud del tiem-
po histórico, si bien se conviene por sí misma en un per-
fecto cone histórico. demuestra, por ot ro lado y ante la
ausencia de cualquier fuerza providencial, que la con-
ciencia histórica tiene que dejar de ser expectativa. Pero
para un conservador jamás será suficiente que la con-
ciencia de la rnodernidad declare a los cuatro vientos su
renuncia al futuro, es necesario también que ella dqe de
reconocerse también como experiencia.
El fin de la historia significa, como se ha insistido, la
negación y muerte de toda posible ex-pectativa sobre el
futuro. Representa, pues, el fin y la muerte de la utopía.
O. para ser más exactos: representa la negación y muerte
de wda fN ma de racionalidad utópica que no siga los
principios y fundamentos. supuestamenLe irrebatibles.
que configuran a las ideologías económtco-políticas de
la no menos utópica sociedad abi.ena. Lo grave de todo
esto no termina con el hecho de hacer creer que el futu-
ro es lo que St~ desvanece en proporción infi nitamente
rnayor a nuestras esperanzas e ilusiones , y con el reiterado
42
fracaso de nuestros "ensayos" o "experimentos" históricos;
o que se induzca a pensar que es mejor ser exacer-
badameme pragmáticos con el presente, pues éste siempre
será mejor que cualquier ilusión que se llegue a tener
sobre el fut uro de la humanidad. Lo verdad~::rameme grave
del asunto es que al momento de abandonar la perspectiva
sobre el futuro que se constmyó con el acero de los graneles
imaginarios de inmanencia de la modernidad, el pasado
también se nos vino abajo saltando en mil pedazos. Pa-
reciera como si al ponerse las últimas piezas del gran rom-
pecabezas de la historia, se provocó un movimiento brusco
e involuntario que termin('> por deshacer todo el juego .
Hay que confesar que lo que en verdad más gusta del lla-
mado fin de la historia es que el juego de la memoria his-
tórica vuelve a empezar. Pero mientras se decide cómo
debe ser jugado, se debe voh·er a la cuestión de la validez
del nexo expecta.tiva-expcrienda histórica. Por lo que se
ve, es poco lo que se puede decir sobre este nexo, ya que
no deja de ser algo patético, al ya no saber qué es lo que sig-
nifica para la conciencia y para la Ciencia de la historia, la
relación entre la experiencia y la expectativa histórica.
Querrá decir esto último que por fin. después de ramo
tie.mpo, la historia podrá separarse de la que parece una
inseparable e insoportable enemiga: la pollLica. Si es así,
lo méis seguro es que ahora si los historiado res podrán
afirma r que su saber. esto es, la ciencia de la historia o
historiografía, ha alcanzado un elevado grado de autono-
mía: particularmente en relación con el problema de las
ideologías y en relación con los valores en la historia. Pues
scguramen! e al momento de carecer de importancia la
relación emre la experiencia y la expectativa histórica, la his-
toria se convertirá, posiblemente, enuna narración exenta
43
.JOR(;[ VEt.AZQUkl OI:LG.'\00
de valores ideológico-políticos. Pero sobre todo, y esto es
lo más importante, la historia dejará de ser una eA'J)licación
sobre los hechos del pasado que en general se construye
y ha dependido de algo que sólo es y ha sido consustancial
a ella, en el sentido de haber sido una especie de su:>-
titución de las grandes mitologías o mitos antiguos. 15
Pero si la Revolución francesa ha sido el gran mito del
mundo moderno y por ende de los grandes discursos his-
tólicos de la modernidad. su susntución sülo podría ser
posible a partir de la creación de otro de proporciones ex-
traordinarias como lo ha sido posiblemente el fin de la
historia. Como tal, es decir, como mito , el fin de la historia
no merece ser pensado como el p roducto genuino d e los
desvaríos de una racionalidad desesperada y despechada,
que cobra vida a partir del provecho que logra sacar de
los acontecimientos del presente . Y hasta donde se
entiende , toda la gran querella que por dos largos siglos
ha tenido la razón conservadora en contra de la mo-
dernidad, nace justamente de su idea de que si realmente
se hubiera evitado ese fatal error que represemó la
Revolución francesa, L'1 humanidad seguramente nunca
hubiera pasado por tamas penalidades y por tantos baflos
de sangre. 16 Es decir, por esa serie de aconteci miemos
históricos en los que la violencia en la historia es la que
termina por definirlo todo, acontecimientos que van desde
las revoluciones m ismas, las guenas civiles, las guerras
cn t.re naciones, las grandes represio nes políticas en el.
mundo libre, hasm la construcción de los sofisticados sis-
temas de dominación y control social, como lo fueron el
fascismo y el sociahsmo reaL
Sin embargo, es necesm-io observar que para los
consen•adores así como para liberales y comunistas, la
G LORAI.Il:A\.IÓl\ y fl~ DE LA Hl!>TORIA
mayor certeza que tienen de la historia rad ica justo en
reconocer a la Revolución francesa como el gran acon-
lecimiento de la modernidad . Es por ello que unos y otros
la adoptan y determinan er~ un doble sent ido: 1) como el
verdadero paneaguas de la hi.stona y, 2) como el origen y
fundamento de la modernidad. justo por ser detetminada
de este modo, es que nos permitimos discrepar con
Femand Bmudel, en el sentido de que para nosotros ta
Revolución francesa no es aún una "estrella que se apaga''.
Muestra de ello nos la da nada menos que el propio Fran-
t;;ois Furet, al permitimos verla b3:¡o una doble perspectiva:
desde la mi rada del historiador y desde la rrúrada del
conservadurismo de fi nales de siglo XX. 17 Hay que decir
que el ensayo de Furet es un gran estudio tanto del signi-
ficado como de la presencia histórica de la Revolución
francesa en el mundo moderno, hecho desde la mirada
inteligente, aguda e inquisidora del conservadurismo.
Perspectiva que permite ahora t.e:neruna visión más com-
pleta de esta revolución a partir del cómo también para
los neoconservadores más lúcidos como lo es el propio
Furet, ella no puede dejar de ser estudiada, comenLada,
analizada, explicada o comprendida por fuera del mito
que es y representa para la con ciencta que tenemos del
mundo moderno. Con el ensayo de Furet se comprende
que el mito que ha matado el neoconservadurismo goz:a
de cabal salud. Salud que la hace a su vez ser ese oscu ro
objeto de una inagotable hermenéutica.
La Revolución francesa se rcsist e a ser así otro gastado
mueble de la historia. Y por su pane las revoluciones, al
ser también o~jetos privilegiados tanto de la investiga-
ción histórica como de los combates por la modernidad
- combates en los que en ocasiones una realidad social
'15
jORGI. VI:LÁZQUEZ D ElGADO
como lo es la mexicana. lo eleva incluso a objeto pri -
vilegiado en la dispula por la nación- se les llegan a
vestir con los mejores ropajes o con los a ndrajos más
miserables. Como m itos vivientes que son para la historia
las revoluciones adquieren el raro privilegio de ser
admiradas com o repudiadas. Y a ellas como a sus per-
sonajes y protagonistas, a quienes se les ve en gran número
de casos como verdaderas leyendas, se les achaca ser la
causa real del progreso como de los fraca sos sociales. El
problema entonces no tiene vuelta de hoja; pues LOdo
depende de la p erspectiva con la cual se quieran ver los
límites y uiunfos. los fracasos y d errotas de una revolución .
En todo caso , conviene aceptar q ue la labor será siempre
fructífera, ya que por fuera del extraño fetichismo que
incluso llegt"l a adquirir una revolución -en particular
las revoluciones triunfantes como han sido, por ejemplo.
la francesa , la rusa, la china, la cubana, la americana o la
me.xicana-. lo que se ad vkne es que en este complejo
j uego de imágenes y de espejos que re presenta tOda
interpretación histórica sobre una revolución, lo que
posibilila es esLableccr ciertas esLrategias para su com-
prensión y para su legitimidad h istórica. Las revoluciones
se convierten, de este modo, en objeto de un esquema
d ialéctico, consistente en llevar a cabo la tarea de mitificar
y de.snú tíficarlas una y otra vez, como tambi.én en el re-
clamo y necesidad de ensayar n uevos criterios de ob-
jetividad. En olro sentido, la idea que de ellas se Liene no
deja de ser, a su vez, el mejor termómetro para medir y
determinar las fonnas de la conciencia social que encierra
una sociedad con respectO de su propio tiempo como
destino histórico.
46
G t OllALILACIÓN y F!:OJ DE LA i115TO'W.
Ahora bien, para nadie resulta ya un secreto que en
estos últimos años hayamos sido arrastrados por una fuerte
em bestida neoliberal. Ernb,estída que jamás hubiera sido
completa si los propios neoliberales o neoconservaclores
no hubieran asaltado tambié.n el cam po de la h istoria . De
alguna manera esta debe tener un cierto lado p ositivo en
la medida en que el conservadu rismo ha logrado abrir,
por fin, las p uertas de la historia que le fueron cerradas por
largo tiempo. Pan iculann eme se celebra que esto haya
ocurrid o así. Por esto el conservadurismo va no se tiene
/
que seguir ocultando en los rincones más oscuros de los
sótanos d e la h istoria. O que éste se mueva sigilosamente
por los pasillos de la sociedad con el fin de asaltarla ama-
no armada en el momemo que lo crea oportuno. Es decir,
al momento que lance su pro pio ¡ya basta! de tanto so-
cialismo y de l:antos d esplantes liberaloides pro movidos y
pemlitidos por lo que podría ser valorada, por ell os, como
una democracia pervertida.
Al parecer el Lríptico filosófico -político de la moder-
nidad se cierra a1 momento que hoy ni liberales, ní con-
servadores , ni com u nistas, aci.enan en cómo de be ser
ahora la reinvención del futuro. Es po r ello que en el fondo
tal vez resulte mej or contentamos con aquella no menos
ingeniosa prop uesta, elaborada por los grandes pensado res
Ll[ópicos de la sociedad postind ustrial, en la que aseguran ,
teniendo "los pelos de la burra en la mano" , que el futu ro
ha llegado ya. 18 Pero si de algo se esLá seguro es que u na
cosa es entender a la u topfa corno una realidad virtual, y
otra muy d iferente es que los signos dd presente nos hagan
el milagro de convertir lo virtual en tangible. Es este el
peligro que siempre encerró toda gran revolución tecno-
47
 - - - · - - ·· -· - --···-·--~··-···· ·· · ····-··-··----:-:':"'~~= -~----------------------------
productiva: querer traducir ciertas líneas de tendencia
histórica --en particular las de origen material- en valor
UtÓpiCO.
Si el periplo revolucionario de la modemidad se reveló
ante los ojos del conservadurismo también como una
serial idad mítica, éste siempre comprendió que era más
que urgente establecer una revalmízación cti tica tanto de
la época bajo la cuai elias se fraguan, como de todo el ex-
tenso período histórico en que influyen. Es bajo esta re-
valorización que los conservadores de todos los tiempos
erigen su más dura h ipostación histórica al afirmar que
las revoluciones son el producto de las perversas ideas
promovidas por grupos no menos perversos ele malos
intelectuales. Los conservadores se han concebido a s!
mismos siemp re como una especie de int.electuales light.
Razón por la cual se piensen también como pane d e. un a
elite sagrada que merece 1os mejores privilegios y honores
por parte de nuestras sociedades. Cosa que, generalmente,
logran gracias al férreo concubinato que llegan establecer
con el poder.
Ahora bien, si las revoluciones. en el mundo moderno,
son y han sido interpretadas como el producto de un
reiterado enor, necesariamente debemos decir que lo que
encterra. en el fondo, el mito sobre el fin de la hislolia no
es más que un nuevo intento de ubicuidad valoraliva me-
diante el cual de lo que se trata en verdad no es, como se
creía con anteriOticlad, establecer una simple y fác il re-
m.mcia a la cuestión de la experiencia histórica; sino lograr
lo que con tanto empeño se h an propuesto realizar los
conservadores de viejo y de nuevo cu flo : eviLar el cambio
social. Cosa que están convencidos que sólo se logrará
arrancando de la cabeza ele los vivos la idea del cambio
f8
GLOO.~IIZACIÓN Y FIN 1)1; lA HISTORIA
social o. de ser posible, la molesta y fastidiosa e inso-
portable idea de revolución .
Si esto es así podemos empezar a concluir que tanto
la inqtúetud de Fukuyama como la de Furet, más que ser
vistas como una nueva querel la en la ya tan larga y aburrida
discusión sobre el histori.cismo y su significado; o de
representar una innovadora y sugerente propuesta para
la investigación de la historia del mundo moderno, se re-
velan como lo que realmente son: una pedagogía, es decir,
simples manuak.s de divulgación que han sido ruido-
samente celebrados. Como t::1les, las ideas de estos dos
rep resentativos intelectuales del conservadurismo de fi-
nales del siglo XX, lo que al parecer solamente dicen es la
mism a cantaleta a la que nos ha acosLUmbrado la racio-
nalidad neoli.beral: que no hay más camino que éste, en
el que por fin han triunfado las fuerzas del bien sobre las
del mal. La Larea del bien ahora será la de enmendar los
enormes y trágicos errores del pasado. En esto consiste la
lección que, según este pensamiemo, encierra el espíritu
de nuestros tiempos. Pero la lección no se reduce, en ex-
clusiva, a la cuestión de tener que educar a las masas bajo
el sino de] fin de la historia: implica también que éstas, y
en especial los intelectuales rem isos, terminen por com-
prender que la modernidad ya no tiene po r qué seguir
montada en toda esa anquilosada metafísica de la hiswria
que nace con la Revolución francesa.
Notas
1
Texto le1do en el I Encuentro lnrernacional de lnvestiga<:iones
Hermenéuticas, organizado por la Universidad lntercontinenta1 y
+Q
¡go
jOR<iE VEL.\L.QUéZ D ELGADO
la Univers1dad Autónoma Met ropolitana-lztapalapa. Ciudad de
México, 1996.
' Desde stt primera publicación en el año de l. 989 el ensayo de
fr:mcis Fukuyama sobre El fin de !CI hisroria, adquirió gran relevancia.
debido a sus polémicos puntos de. vista. Al parecer fue la enorme
cantidad ele criticas que recibió lo sostenido por fuku yama lo que
lo obligó a escribir y publicar en 1992 una extensa n:lkxión a partir
del mismo argumento. Th.: wd of hisLmy and tJ¡e lasr man (Nueva
York, The Free Press. !v1acmillan, 1992) se com.i nió, de csra manero,
en lo que podri;m1os considerar como la respues~.a oficial de f-u-
kuy<~ma a sus crilicosy a su ve rsión más acabada de lo que él afirma
que es y reprl!senta d fin de la historia. En nuestro país, la más
bnllante y sistemática crh•ca que se le ha hed10 a Fukuyama ha
corrido a cargo de José Luis Orozco. Vease d libro Sobre d orden
liberal del mundo. México, Porrúa/UNAM (Cemro Coordinador y
Di fusor de Estudios Latinoamericanos). 1995. Existe una versión
al espatiol del libro de franc1s Fukuyama. realizada por P. Eiías. El
fin <le la hiswria v el último h(ltnbre. México. Planeta, 1992.
. 'Para Oliv~r }vlogin es esa sensación de vacío ··1. ..1 la que nos
desplaza por el Liempo a una velocicl<'d vertiginosa que quiebra d
hilo de Ariadna del sent imicnto histórico, buscamos recrear la
ur~idad perdida de un mundo que se escapa y huye hacia delan1e".
Olive r, Mogin. El. miedo al vacín. Em;ayos sobre las p(lsioncs de-
momíl.icas. México, fond o de Cultura Económica , 1993, p. 8.
; L1 li;eralUra sobre la caída del socialismo crece día con día y
en la medida en como los diversos bandos ideológicos tienden a
superar lo que a todos nos tomó por sorpresa, la que por cieno ad-
vierte que en el c<tmpo de la hist01ia no se encuentra escrito nada.
Pero con respecro al significado de dicha calda véase parllculannente
Emique, Semo. Crónica ele un derrumbe. Las revoluciones íncondu~a~
rld [ste. México. Grijalbo, l 991. Francois, Furet. ElfJasado de una
ilusión~ Ensayo sohn'. la iclt:a comunisW en el siglo x..x. México, Fondo
de Cultura Económica, 1995. Robín, nlackbum, (ed). D~spués d~
la cnída. El fracaso del comunismo y el futuro del socialismo. 13arcelona.
Cr!t ica, 1993; asf cor.10 el ensayo de Franc1s Fukuyama en cuestión.
., Todo pareciera indicar que la crisis de las ideologías contribuye,
como ninguna otra fuerza en la hiSWlia, a que se disparen los
dtsposilivos de la heteronom ra. Y pareciera también que al haberse
50
GLOB.~U?.A(.IÓ~ Y tiN lJE Ll\ HISTORIA
clausurado los duros tiempos de la lucha por la hegemonía, las
ideologías se convinieron en una especie de me nú a la carla. Sin
embargo ten.emos que entender que lo que realmente disparó el fin l.
de la historia fue una nue\la versión de las ideologias dcllaw and
orcler; misma que uene por sustento la férrea inquietud privaticia
promo1·ida por la cultura _Y!.lppic en contra de toda reminiscencia
mópica. Con respecLO al problema de la moda y su influencia en las
actitudes imelectuales véase especialmente: Gilles, Lipovetsky El
imperio de lo efímem. La modu y su destino en las sociedades modernas.
Barcelona. A11agramn, l 994.
6 El probh~1~1a sobre la sociedad abierta es también parte de un
viejo debate que se ha dimensionado de nueva cuenta con todo lo
ocurrido últimamente. Sin embargo, no está de más recomendar
siempre la lectura o relectura de lo que es )'a , sin duda alguna, un
libro clásico y emblemático como aponació n inval uable al pen -
samiento filosófico-politico del siglo xx. Nos referimos al libro de
Karl Popper La sociedad abierta y sus enemigo~. (Barcelona, Paidós,
1982). Tal vez hO)' que la Guerra Fría ha terminado, sea posible ver
con otros ojos Jo que en dicho libro soswvo con gran pasión Karl
Popper. Ne.cesariamenLe entre este libro de Popper y el de FLlkuyama
existe una estrecha relación y, de algún modo si se quiere, una
determinada continUidad. Ahora bien, queremos advertir que de
nue5tro lado lo que siempre hemos intentado hacer es no caer en la
fácil trivialización de un modelo de sociedad como lo es el que
propone Popper. Particularmente, porque al parecer, la idea de
sociedad abierta encerraba una enorme complejidad, al que
consideramos que llegó n comprender el propio Karl Popper. Por
decir lo menos, dehemos entender que Popper. como buen filósofo
occidental que era, fue a l2 vez un notable discípulo de Platón.
quien vivió más de la Idea que del mundo real. Cosa que, por cieno,
no le quita ningún mériLU a su obra. ,-\hora bien, lo que nosotros
siempre hemos cuesuonado del libro de Popper, es haber hecho de.
la idea de sociedad abierta una fác il y cómoda annlogfa, que pe1mite
que ella embone perfectamcme bie n tanto en la democracia liberal
o en el capitalismo como en el proceso de globalización mercantil
que hoy se ~ti\'e.
'Esta inquicLud jamfts debe verse como una novedad, pues ella
responde a la vieja consigna que tuvo el conservadurismo de la
'íl
1g¡

segunda m1tad del ~iglo XJ\., y que se dimensionó a l calor de la Gue-
rra Fria. Sobre este problema véase especialmente Daniel, Bell. El
fin de la~ ideologías. Sobre el agotamienro de las ideas politrcas de los
ar1os cincuenta. Madrid, :-.tiniSterio de Trdbajo y Seguridad Social,
1992.
u No será este d lugar para debatir la supue.sta diferencia que
pueda eXJstir entre el neoliberalismo y el neoconsetYadurismo. Sin
embargo, diremos q u e su bstancialmente no cxisrc nmguna di-
fercnc iacíon fundamental. Razón q ue nos permite el empleo in-
distinto de estos tétminos que ya son m ás que comunes y cotidi<1nos
entre nosmros. Abora bie n, es irnportantc decir q ue lo q ue se e n -
tiende por neoconservaduris mo lo encontramos mejor exp resado
en partt: d e la o bservación que hace Agap ito Maestre a Hclmut
Dubtel: "el neoconservaduris rno no es una teoría en el semido
est ricto d e la palabra, pues carece de un centro cogn itivo prop io,
más bien es un tntemo social o rientado a la solución d e p rob lemas
políticos. No obstante, la unidad de ese intento, d e esa 'doctrina· si
se quien:: llam arla <Jsí, no le viene de sí mismo , sino de lo q ue p re-
tende criticar, a saber, los fenómenos en crisis d el s istema liberal y
la supuesta destrucción de la au toridad en el sistem:t de valores
burgueses. En fin, es claro q ue este ncoconsPrvadurismo n o es nuevo,
como usted ha reconocido. sino que es una reacción, una amalgama
ecléctica de distin ta proceden cia. Moviliza argttmentos de la CC<.'-
nomía polilica neoliberal, de la sociología, de la gent:tica humana,
de la ct1tica del marxismo positivisra. de la critica de In cultura
conservadora}" de la teoría elitista de la democracia par-a la defensa
de una supuesla y amenazada racionalidad liberal de las sociedades
occidentales··. DubicL llelmul. ¿Que e.s el ncoconscrvadurismo? Bar-
celona. Anthropos, 1993. p. XX!V.
< Nacimiento que no sabe cóm o ocultar sus enormes rcsabtos
escatológicos.
ou " ( .•• ] La memoria, según Dame, puede transformar el pasado
en cualquier m ito, cualquier hisw ria , cualquier esperanza: Dai1te
creía que la memoria puede llevarnos a Dios p or vía d el mito". May,
Rollo. La 11ecesidad del mito. La inf/tu:rtcia de los modelos cLdturales en
el mundo contemporáneo. Barcelona, Paid (ls, 1992 , p. 67.
11 Cf. Carl, Schmill. El· concepto de l.o político. México, Folios,
1985.
32
GL.OnAl t/.AUON Y HN DE LA 1-!iSTOP..l/\
12
. Idea q ue en un inevitable reconocrmiento que tiene por la
t.-rrenalidad, llega a reconocer que por cieno lo que implica el fin
de la historia es el triunfo de la democracia liberal o , aceptando la
interpretación de Fukuyama sobre la filosofía de la htstoria de Hegel.
la historia termina con la construcción del estado liberal moderno.
~Desde el momento en que Hegel formuló su sistema -afirma
rukuyama- , la geme no romó en serio su aiim1ación de que La
tHStoría terminaba con el estado libenll moderno". Franc.:í;, Fu-
kuymna. op. cic. p. 106. Ahora bten, lo q1te se reconoce con cte.rta
humildad es q ue, si bien la sociedad abierta no es aún la soci.edad
perl"ecta mi! veces anunciada p or los p roferas, si es por el mome mo
la ú.ni.ca que al menos nos coloca en el mejor de los p urgaLorios
posibles. Es tal vez por esta razón que se ha llegado a aceptar tan
acríticamente - por lo rnc nos aq ui e n m i pa(s- e l a na tema
bobb iano en el que se sosriene que siempre será mejor un a mala
de mocracia a la mejor d e las d ictaduras. Por mi pane, confieso q u e
m mca he. estado dispuesto a creer q ue ninguna sociedad merece la
peor de las dem ocracias com o tam poco el sometimiento a la mejor
de las dictaduras, por perfecta que ésra llegue a ser, como lo es por
ejemplo la nuest ra, d e acuerdo con la célebre afirmación de Mario
Vargas Llosa. Pien so, eso sí, no aceptar csrc anatema. que de algún
modo contribuye a provocar entre nosotros una esp~cic de fatalismo
democrático. es lo que me permite cuestionar la infinidad de pro-
cesos, prácticas e insrituciones amidrmocráncas del sistema político
mexicano. En otras palabras. es lo que nos lleva a cuestionar lo que
Lorenzo Meyer determina como liberalismo autoritario. Véase su
libro Liberalismo auwricario. Las contradicciones dd sbtcma políti(Q
mexicano. \ léxico, Océano, 1995. Pero es tambié!l lo que nos permite
no renunciar a las pasiones democráticas. que hor son para nuestra
sociedad tan necesarias como Yitales. Sobre el problema de la crisis
dt: las pasiones democ rá ticas véase Otivcr Mogin, op. cit.
nO tro de los gr-andes te mas candemes <.¡uc fo rman parte de los
grandes debates d e es te fin de siglo es el problema de la globalización
así como el problema sobre el n eolibcmlisrno y su superación . Como
se sabe a estas alturas del debate existe ya una l nabarcable li termura.
Po r el momento sólo sei'ialamos aquí los estudios de: Octavio, Jan n i.
Teorías de la glni>alización. México, Siglo XXI, 1996 y Varios . La nw:va
organizaciótl capitalista munJíal vista desde el S•tr. ! . o\i:!undiahzacíón y
53
JM!Q ..!tt c::z:; U±J .&&Z
joRGE Vt:u\ZQLEZ DELGADO
acumuladón. Barcelona, México, Anlhropos/UNAM (Cemro <.k In-
vestigaciones lmerclisciplinarias en Ciencias y Humanidades), 1995.
Sobre el d ebate neoliberal vt;ase particularmente, Ped ro Montes. El
desortl~t• norliberal. :-..iadrid. Trotta, 1996 }· Plerrl', Rosanvallon. La
cuestión social. Repensar d Estctdo providencia. Argentina, ManannaL
1995.
•~ Desde otro p unto, de vista el fin etc la historia significa cambien
una particular disociación entre lo público y lo privado. Ne-
ccsarinme.nte, el punto de vista implica una amplia discusión, en la
medida en que básicamente tendriamos dos pumos de partida para
pensar la democracia. Uno que no dejará de ver todo desde el
pesimismo en cuanto que se aprecia una especie de desapariCión
de las pasiones privadas; y otro que afirma que el acw al hi-
perindividnalismo que se vwe es resulwdo también de la democracia.
t\.ioda y descncanro democrático parecen trazar asl las lin<::as centrales
de una problemática de grandes vuelos. Y en la cual. al parecer.
todo gi ra en tomo a la fo rma en cómo vemos y concebimos a la his-
toria. Sobre este problema. confróntense las tesis de Oliver Mogin
(op. cit.) con las de Gtlles Lipovetsky (op. u l.).
l \ El fin de la hi::aoria debe verse también como el nacimiento
de una desesperada necesidad de mitos en una época en crisis. De
acue rdo con Rollo Mil)' lo q ue define a nuestra épocn es que el
hombre se sieme despojado de sus mitos. En especial de sus mitos
o riginales; los mismos de los q ue partían StiS sistemas de identidad
social e h ist61ica. Siguimdo a este au tor, encontramos que "1 ...]
wdos anhelamos un mito colectivo que nos proporcione un cel1lro
estable y permanente en un universo que, de otra fonna. resulta
caótico". Muy, Rollo. op. cit. p. 52 Creo que la relación entre mito e
h istoria es obvia en sí misma, pues recordemos que, como dice
May, la memoria 'depende básicamente del mito" (p. 63). Cotw iene
pues no olvidar esto, justo para establecer cuále;; deben ser las reglas
dei juego de la memoria que queremos reinicia r. Parriculam1ente
ahora que este Juego se encuentra montado en lo que es en si el fin
d e la historia: un miro al que criticamos pero al que aún no podemos
ni sabemos cómo sustituirlo. Y esta es la cruel paradoja que encit'rra,
pl'r hoy, toda crítica al fin de la hi>tOria.
16
Como se sabe ampliamente. el conservadurismo ha hecho de
la idea de. revolución objeto de una desmt>surada e incomprensible:
54
GtoBALI7..-\CIÓJ' V !'IN DF l.A HiSTORU
simbología que nace justo con el p roblema del terror. La idea de
revolución se ha convertido asten la gran leyenda negra de lamo-
dernidad. Es por esto que hasta se ha convenido en algo mecánico
la relación entre revolució.: y violencia. Seguramente, la Revol ución
francesa no ím·emó a la VJO!encia, en efeclo, hizo u!'OO de ella al
igual que otros procesos sociales. En todo caso, lo que sf es posible
decir, bajo la consideración de que esw se argumente má~ am-
pliamente en otra oportunidad , es que ella produce un cambio
radical en lo que hasta ese momento fueron los sistemas políticos
pam la legitimidad del poder. Por otro lado, lo que al parecer le da
a esa revolución un conrenido específico, es la invención de un
imagina1io pol!tico de la igualdad, que llega incluso a ser pensado
como pane sustancial del proyecto de la modernidad. El s upuesto
"método revolucionario·· scgurameme es otra cosa. Sin embargo, es
el lugar en donde en g ran pmte el conservadurismo nutre su critica
}'carga de negatividad mo1~1l, política e histórica~~ las revoluciones
de la modernidad. ¿\ho ra bien, lo que nunca se h<> alcanzado a
entender es qué es lo que en verdad critica el conservadurismo.
Paniculannente, nunca se ha pensado qué es ia violencia; por esw
que no se explica q ué es lo que no terminan de perdonad e a l"s
revoluciones. Lo que se ve es que seguramente para ellos poco
importa en verdad que se haya extralimitado el uso de la guí!lotina
o la barbarie totalitaria, ya que lo que. n·mca le perdona ron a l¡¡_s
revoluciones polítkns de la modernidad es que éstas hayan atentado
contra las formas modernas de la propiedad privada. ·
17
Cfr. Pran<;ois Furet. op. cit.
J~ Cf¡: Boris Frankcl. Los utopísws inclliSCii(i/es. Argentina, Nueva
\.:ísión. 1987
55
/tf3