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La locomoción refleja fué descubierta por el neuropediatra Prof. Dr. Vojta a principios de los años
50 y desde entonces se ha ido desarrollando progresivamente. Su campo de aplicación actual es
muy amplio.
Esta forma de terapia fue descubierta empíricamente por Vojta al observar respuestas motoras
globales ante determinados estímulos y a partir de determinadas posturas. Vojta constató que
parte de la actividad muscular dinámica que se desencadenaba era la misma que aparece en
casi todas las formas de locomoción humana.
La base de la locomoción refleja está constituida por unos “patrones motores globales” descritos
por Vojta en el año 1954. El término patrón global hace referencia a las respuestas motoras que
aparecen al provocar la locomoción refleja. En ese proceso se activa la musculatura esquelética
de todo el cuerpo en una determinada coordinación, activándose todos los circuitos del SNC en
sus distintos niveles.
Todas esas funciones motoras se encuentran alteradas, en mayor o menor grado, en cualquier
lesión central o periférica del SN o del aparato locomotor. Con la locomoción refleja se pueden
corregir los patrones motores anormales que aparecen en la patología.
La reptación Refleja
Volteo reflejo
Ambos complejos se aplicaron primero en alteraciones motoras ya fijadas (por ej. en la parálisis
espástica) y se observaron las reacciones. Mas tarde fueron probados también en niños recién
nacidos y en lactantes sanos. Se constató entonces que aparecían en ellos las mismas
respuestas musculares y motoras que en los cuadros patológicos ya fijados.
Al observar que los patrones activados en un principio se iban repitiendo durante el tratamiento,
surgió la idea de que se trataba de un complejo de locomoción reflejo innato. Cuanto mayor y
mas completo aparecía este complejo de locomoción, mas claramente se observaba una mejoría
del cuadro patológico.
De ahí surgió la cuestión de si, en las alteraciones motoras tempranas, sería posible evitar el
desarrollo motor patológico si se aplicaba la locomoción refleja.
Tanto la reptación refleja como el volteo reflejo contienen los tres componentes inseparables de
cualquier forma de locomoción:
En los primeros meses de vida la locomoción refleja se utiliza como tratamiento precoz, y es a
esta edad donde se obtienen los mejores resultados. La plasticidad del SNC es todavía muy
grande a esa edad, y tampoco se han fijado aún los patrones motores anormales de la
motricidad patológica. En ese momento el acceso a los patrones motores normales se encuentra
solamente bloqueado.
Hay que destacar que con la locomoción refleja no se “entrenan” de ningún modo funciones
motoras, tales como la prensión, el volteo espontáneo de dorsal a ventral, etc. Con ella
únicamente se activa en el SNC la actividad muscular y los patrones motores parciales que son
necesarios para la realización de esas funciones. El que el niño llegue realmente a ejecutarlas
depende no solo de sus puras capacidades motoras, sino también de su madurez mental y de su
motivación.
En comparación con los primeros meses de vida, la plasticidad del SNC a estas edades es
menor. Además, y debido a las lesiones del SNC o del aparato locomotor, la motricidad
patológica está ya mas o menos fijada.
Al aplicar en estos casos la locomoción refleja, aparece una actividad muscular que estos
pacientes no son capaces de desencadenar voluntariamente. Con ello mejora la movilidad
funcional y se consigue una mejor economía motora dentro de la deficiencia establecida.
En estos casos solo es posible mejorar parcialmente la situación establecida, ya que los
patrones anormales están ya fijados y la plasticidad del SNC es ahora menor.
La prescripción de la terapia Vojta debe ser realizada por el médico responsable del tratamiento
del paciente.
La aplicación del tratamiento debe ser realizado por un fisioterapeuta con formación
especializada en la locomoción refleja. Él elige, dependiendo de los datos de exploración del
paciente, las posiciones de partida y las zonas de estimulación. El programa de tratamiento
resultante debe ser controlado regularmente y ajustado al desarrollo motor del paciente.
En el tratamiento del lactante, del niño o del joven se enseña a los padres la aplicación de la
terapia de locomoción refleja. En el tratamiento de los adultos, esta tarea la puede realizar su
pareja o la persona más cercana. Independientemente de la edad del paciente, el tratamiento
tiene que ser controlado regularmente por el fisioterapeuta.
La duración de una sesión de tratamiento no debe sobrepasar los 20 minutos y tiene que
adecuarse siempre a la situación actual del paciente.
Fiebre
Procesos inflamatorios agudos
Tumores metastásicos (en los otros tipos de tumores hay que consultar siempre con el
médico responsable del paciente)
Vacunación con gérmenes vivos ( descansar normalmente 5 días tras la vacunación)
En todas las otras enfermedades generales, el tratamiento debe hacerse mas corto, pero
no es necesario interrumpirlo.
DIAGNOSTICO
Aspectos esenciales del desarrollo motor normal y alterado en el primer año de vida,
según el diagnóstico neurocinesiológico de VOJTA.
Los patrones motores innatos van estando disponibles en el niño sano a lo largo del
primer año de vida, a medida que va intentando conseguir nuevos objetivos. Para ello
tiene que ir adaptándose, de forma cada vez mas diferenciada, a la fuerza de la
gravedad que actúa sobre el ser humano en condiciones normales.
La sistemática de exploración
Resultados de la exploración
Con esta sistemática de exploración es posible realizar en poco tiempo la valoración del
desarrollo del lactante de una forma clara y reproducible, de modo que permita definir la
edad del desarrollo alcanzado y en qué grado se encuentra el niño amenazado de hacer
un desarrollo anormal.
Para realizar la indicación terapéutica es decisivo el poder constatar de forma precisa
qué patrones parciales, motores o posturales, no han aparecido o solo lo han hecho
parcialmente (patrones parciales bloqueados, según VOJTA). El tratamiento está
orientado a conseguir “desbloquear” el SNC mediante unos determinados estímulos
activadores, consiguiendo de este modo el acceso a patrones motores que pertenecen
al desarrollo normal, o próximos a la normalidad.
En el desarrollo normal, las fases de las reacciones posturales se corresponden con los estadios
del desarrollo de la motricidad fásica y de la ontogénesis locomotriz alcanzados. Es importante
resaltar esto porque las reacciones posturales proporcionan, en el diagnóstico neuropediátrico,
una imagen rápida del momento del desarrollo del niño.
En este sentido, cada reacción postural representa una unidad aferencial característica, con la
que se accede a un patrón postural y motor disponible en el SNC para cuando se necesite - en la
interacción del individuo con su entorno.
En cada una de las reacciones posturales, estas unidades aferenciales son diferentes (por ej., en
la reacción de tracción y en la reacción de Landau). Sin embargo, dentro de cada respuesta
global específica de cada reacción postural se observan patrones parciales parecidos a los de
otras reacciones posturales (por ej., la postura de las piernas en la reacción de tracción y en la
de Landau). Estos patrones parciales característicos, similares entre sí en las distintas
reacciones posturales, son el resultado de un proceso de coordinación nerviosa central,
estrechamente relacionado con la edad de desarrollo del niño.
Las reacciones posturales son posturas y movimientos reflejos provocados por cambios
posturales repentinos.
Moro ya planteó estas ideas al describir su reflejo. También Landau postuló de modo parecido
las distintas fases del desarrollo de su reacción postural. Nosotros mantenemos el concepto de
fases del desarrollo de las reacciones posturales por los siguientes motivos:
De las reacciones posturales ejecutadas lege artis, se puede deducir, por ej., lo siguiente:
Un niño que al final del 2º trimestre reacciona posturalmente de forma adecuada a su edad,
posee las siguientes capacidades (ver figura):
El niño puede realizar prensión radial. Condición para ello es el movimiento de pronación
del antebrazo, la apertura completa de la mano con abducción de la palma de la mano.
Todo esto nos lo muestra la reacción de Collis horizontal.
El niño se apoya sobre las palmas de las manos en decúbito ventral. Ha conseguido ya
el apoyo simétrico en codos y el apoyo asimétrico en un codo. Ello le permite tener una
mano libre para la prensión en decúbito ventral.
En el futuro - y suponiendo que no tenga otras alteraciones del desarrollo- el niño no
tendrá ninguna alteración importante de la estereognosia.
El niño puede realizar el volteo coordinado de dorsal a ventral. Para ello tiene que poder
controlar segmentariamente, en el decúbito lateral, la correspondiente función de apoyo
en el hombro y en la cintura escapular . Un niño que se voltea en bloque no puede
apoyarse en el lateral. Esta función la reconocemos en la 2ª fase de la reacción de Vojta.
Si el estadio del desarrollo del niño concuerda con su edad cronológica, hay que
descartar una alteración importante del desarrollo mental.
Si las reacciones posturales son normales, hay que descartar una parálisis cerebral
infantil. Porque cualquier desarrollo de parálisis cerebral, incluso las mínimas, son
reconocibles ya en las primeras semanas de vida por la alteración de la reactibilidad
postural, puesto que aparecen reacciones anormales o disarmónicas. Disarmónico
significa que se pueden observar simultáneamente patrones parciales de distintos
estadios del desarrollo (por ej., aparecen en los brazos un nivel de enderezamiento
inferior al que aparece en las piernas).
¡La edad del desarrollo postural se debe determinar antes de conocer la edad cronológica del
niño!.
Las desviaciones con respecto a las respuestas esperables de las reacciones posturales se
pueden describir cuantitativamente en el número de patrones parciales anormales que aparecen.
Para ello hay que partir de la calidad óptima de la configuración del patrón global, es decir, de
“patrones ideales”.
Si en una reacción postural no aparece el “patrón ideal” , calificamos a esa reacción postural
como “no ideal”. Basta para ello con que solo esté alterado un patrón parcial. Los motivos para
que aparezca una desviación del patrón normal pueden ser múltiples. La probabilidad de una
alteración patológica en desarrollo aumenta, sin embargo, con el número de patrones parciales
alterados. Cuanto mayor sea el número de patrones parciales anormales encontrados en una
reacción, mayor es la probabilidad de encontrarlos también alterados en otras (o en todas) las
reacciones posturales.
En este caso, el SNC tiene bloqueado parcialmente su acceso, desde las aferencias provocadas
por las reacciones posturales, al “reservorio” innato de sus patrones motores y posturales. Por
ello hablamos de “alteración de la coordinación central” (ACC).
Para valorar el pronóstico de una ACC hay que considerar también la dinámica de los reflejos
primitivos. El término “ACC” no es sinónimo, por ello, de “parálisis cerebral” o de “amenaza de
parálisis cerebral”. Pasado el periodo de actuación normal de los reflejos primitivos, hay que
precisar el término abierto de ACC, de cara al pronóstico individual.
Se distingue entonces entre un déficit postural, una amenaza de parálisis cerebral o una parálisis
cerebral fijada. La clasificación mencionada de la ACC según la configuración de las reacciones
posturales no es ningún diagnóstico nosológico.