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DAÑO PSÍQUICO ¿QUE SE SOLICITA AL PSICÓLOGO FORENSE?

Dr. ROLANDO MARTIN REICH

Abogado – Licenciado en Psicología

EL PLANTEO

Es materia de debate común en nuestros tribunales, el que se despliega sobre la configuración del
daño psíquico, tanto en cuanto a su origen, como en relación a la cuantificación pecuniaria del
resarcimiento.

A estos interrogantes se suman tópicos relativos a la prueba del daño psíquico y a la apreciación
judicial. Se discute en particular, el peso que tiene los distintos factores hereditarios y congénitos,
tanto como fácticos experimentados en forma previa al hecho, sugiriendo que debe considerarse
si la víctima que presentaba o no, condiciones favorables para el desencadenamiento de la
minoración psicológica.

Surge así el empeño por clarificar el concepto de "daño psíquico". El establecer cuales son los
medios probatorios mas adecuados. Determinar la causalidad psicológica del mismo (etiología),
diferenciándolo la causalidad jurídica que el Juez de la causa deberá expresar en su sentencia.
Deben también establecerse los parámetros de determinación de la dimensión del daño, que
permitan su cuantificación resarcitoria, (diagnóstico) así como el establecimiento de posibles
tratamientos y su costo (terapéutica) , indicando las posibles secuelas, su carácter de transitorias
(agudas) o permanentes (crónicas) su posibles remisiones, recidivas, etc. (pronóstico), ello como
marco para poder esclarecer el pedido dirigido al psicólogo forense, en estos casos, por el Juez y
por las partes,

¿QUÉ ES EL DAÑO PSÍQUICO?:

Se ha tipificado el daño psíquico como aquel que se configura "mediante la perturbación profunda
del equilibrio emocional de la víctima, que guarde adecuado nexo causal con el hecho dañoso y
que entrañe una significativa descompensación que altere su integración en el medio social".
También se ha dicho que implica "una perturbación patológica de la personalidad, que altera el
equilibrio básico o agrava algún desequilibrio precedente del damnificado", así como que "..es la
modificación patológica del aparato psíquico como consecuencia de un trauma que desborda toda
posibilidad de su elaboración verbal o simbólica produciendo una modificación o alteración de la
personalidad que se expresa a través de síntomas, inhibiciones, depresiones, bloqueos,
actuaciones"
Se ha propuesto también un concepto amplio, que concibe a la lesión psíquica "como la
perturbación transitoria o permanente del equilibrio espiritual preexistente de carácter
patológico".

Se ha sostenido, además, que el daño psíquico comprende tanto las enfermedades mentales como
los desequilibrios pasajeros, sea como situación estable o bien accidental y transitoria que implica
en todo caso una faceta morbosa, que perturba la normalidad del sujeto y trasciende en su vida
individual y de relación, pudiendo o no tener base orgánica, ya que "no es razón para descartar el
trastorno psicológico el hecho de que el damnificado no haya quedado con secuelas físicas, pues la
afección psíquica no está condicionada por ellas sino por la vivencia personal".

En esta línea, se ha manifestado que el sufrimiento psíquico, que sabemos acompaña a muchos
trastornos psicológicos, no implica de por sí, daño psíquico. Su indemnización, de proceder, ha de
considerarse en los parámetros del denominado daño moral.

Se han concebido clasificaciones nosológicas "excéntricas", tales como señalar que: "el daño
psíquico es una entidad nosológica de origen mixto: psicológico y jurídico " Esto no resulta
admisible, en razón que tendría el mismo fundamento que dar entidad nosológica "mixta" a una
crisis de angustia del ejecutado hipotecario o al estado depresivo del concursado civil.

Todo lo expuesto indica que se establecen conceptos, desde lo jurídico, que no tiene respuestas
ciertas desde lo científico psicológico.

Expresado lo anterior, se presentan una serie de incógnitas a develar, así como de


discriminaciones a efectuar.

LA PREGUNTA POR LAS CAUSAS Y CONCAUSAS:

La causalidad física tradicional consideraba que "cuando experimentamos que algo ocurre,
presuponemos, en todo caso, que algo ha precedido a aquella ocurrencia; algo de lo que eso se
continúa, según una regla"

Con el advenimiento de la física cuántica, la certeza, pasa a ser "probabilidad".

Leemos así en un trabajo de física cuántica :"Esta concepción encontraba su imagen tradicional en
el célebre demonio de Laplace, tal demonio, una ficción gnoseológica, conocía en cierto instante la
posición y el movimiento de todos los átomos, por consiguiente estaba capacitado para calcular y
prever de antemano todo el necesario porvenir del Universo."

Continúa el autor señalando que: "La física clásica descansaba por completo en este principio,
resultante.. de una injusta restricción de la causalidad a causalidad eficiente y de ésta a una
causalidad por contacto. La causalidad formal (el contenido espiritual), la causalidad final e incluso
la causalidad agente, habían caído por el camino como causas mitológicas o como fantasías
metafísicas. La consagración y reflexión epistemológicas de dicho reduccionismo fenoménico y
escéptico se la debemos al empirismo inglés de la ilustración. Hume eliminó, muy
justificadamente, cualquier noción de necesidad lógica o de conexión necesaria, en relación a la
causalidad de los fenómenos empíricos. La vinculación de un fenómeno con otro es siempre
contingente, esto quiere decir que no es un absurdo pensar que las cosas sucedan de otro modo a
como han venido sucediendo. La relación entre la causa y el efecto es de mera contigüidad
espacio-temporal, una conjunción constante que supone la anterioridad de la causa sobre el
efecto y una cierta conformación probabilística (hoy diríamos estadística) entre lo que sucedió,
sucede y sucederá. Por tanto, nuestras verdades de hecho, extraídas de inferencias causales o de
generalizaciones inductivas, están basadas en un hábito mental, hijo de una experiencia limitada, y
no en la necesidad lógica. Tendemos a CREER que las cosas se conformarán en el pasado con lo
que ha venido sucediendo.."

Continúa diciendo el autor :"A partir del desarrollo de la física cuántica y de la física ondulatoria, la
causalidad relaja aún más su vocación determinista….. A partir de Gibbs y Boltzmann, la
insuficiencia del conocimiento de un sistema ha quedado incluida en la formulación de sus leyes
matemáticas."

¿Se nos pedirá una relación de causalidad de ese orden?

O estaremos en el campo de la causalidad psíquica a la que hace referencia Lacan. Con sus
conceptos de multicausalidad, de plus de goce, pasaje al acto, etc,. kekon, etc.

O debemos considerar lo previamente detallado por Freud en cuanto que se nace con un bagaje
congénito y hereditario (lo constitucional), enriquecido por las influencias de los estados
emocionales de la madre sobre la vida del feto. Freud estableció que los conflictos de la
personalidad (neurosis) son consecuencia de una serie de factores que se complementan,
conocidas como series complementarias y que, recordamos, son tres:

1º Factor constitucional (Lo innato, lo que se trae),2º Factor dispocisional (Las experiencias
infantiles) y 3º Factor desencadenante (Las situaciones actuales que rompen o perturban el
equilibrio)

Las series complementarias 1º y 2º darían lugar a ese aspecto de la personalidad que queda mas
fijo o invariable en cada uno, ya que los factores constitucionales en complemento con las
experiencias infantiles, en especial aquellas ocurridas antes de los 5 años de vida, van a ser
estables a lo largo de la vida. Ha de depender de esos factores si los sucesos posteriores
(desencadenantes) puedan o no provocar desequilibrios o conflictos neuróticos que
desestructuren la personalidad. Por otra parte, el Yo es un Yo corporal, ese límite de los bordes, de
las superficies externas e internas que no es dueño de su propia casa, que se encuentra mediando
, transigiendo, entre la exigencias pulsionales del Ello, la normativa del Superyó y las exigencias del
mundo externo

¿Se nos pide que discriminemos históricamente, en un "après coup", los porcentajes o la
influencia que casa uno de los factores han tenido en el resultado dañoso?
Lo que queda claro es que la causalidad jurídica, dependiente del factor de atribución, y de la
imputabilidad, no es materia de la pericia.

Ello será tarea del Juez, quien, dependiendo del fundamento de la responsabilidad, establecerá si
se responderá de las consecuencias inmediatas y mediatas y aún, de las casuales y remotas.

LA PREGUNTA POR LA INCUMBENCIA ¿SOMOS LOS PSICÓLOGOS FORENSES LOS CALIFICADOS


LEGALMENTE PARA INTERVENIR COMO PERITOS EN LA EVALUACIÓN DEL DAÑO PSÍQUICO?

Resulta admisible la prueba pericial cuando la apreciación de los hechos controvertidos requiere
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria o actividad técnica especializada. No
cualquier persona ha de estar habilitada para realizar la pericia. Se estable que si la profesión
estuviese reglamentada, el perito deberá tener título habilitante en la ciencia, arte, industria o
actividad técnica especializada a que pertenezcan las cuestiones acerca de las cuales deba
expedirse.

La determinación de cual es el "titulo habilitante" es un problema legal en tanto que el "campo


científico" como lo señala Pierre Bourdieu, un problema económico. El inquietante sociólogo
desarrolló la idea del "capital simbólico"

"El capital simbólico es una propiedad cualquiera, fuerza física, valor guerrero, que, percibida por
unos agentes sociales dotados de las categorías de percepción y de valoración que permiten
percibirla, conocerla y reconocerla, se vuelve simbólicamente eficiente, como una verdadera
fuerza mágica: una propiedad que, porque responde a unas "expectativas colectivas", socialmente
constituidas, a unas creencias, ejerce una especie de acción a distancia, sin contacto físico "

Esta situación no es vivida como estática, sino que resulta dinamizada por los diferentes actores
en juego. Así quienes tradicionalmente acumularon capital simbólico actuaran reaccionariamente
ante la presencia de nóveles actores que le disputan el campo.

En la Argentina la profesión de psicólogo se estructura como dependiente auxiliar de la profesión


médica. En 1985 se sanciona la Ley Nº 23.277 el día 27 de setiembre de 1985, la que otorga
estatus de actividad profesional independiente con incumbencia propia, delimitando el campo con
la medicina. Así el psicólogo tendrá incumbencia exclusiva Se considera ejercicio profesional de la
psicología, a los efectos de la ley, la aplicación y/o indicación de teorías, métodos, recursos,
procedimientos y/o técnicas específicas en: El diagnóstico, pronóstico y la enseñanza y el
desempeño de cargos, funciones, comisiones o empleos por designaciones de autoridades
públicas, incluso nombramientos judiciales; la emisión, evaluación, expedición, presentación de
certificaciones, consultas, asesoramiento, estudios, consejos, informes, dictámenes y peritajes.

En cuanto a las condiciones para el ejercicio de la profesión, se requiere que poseer título
habilitante, de licenciado en psicología, otorgado por universidad nacional, provincial o privada
habilitada por el Estado, conforme a la legislación o título equivalente reconocido por las
autoridades.
Así concluimos que nos encontramos legalmente habilitados para desempeñar la tarea. Pero ¿Es
esto suficiente?.

Sabemos que el hombre, su estructura psíquica o su conducta, como objeto complejo de


conocimiento es un continuo en el que distintas disciplinas o ciencias no solo se superponen sino
que se complementan. Es así que el trabajo interdisciplinario o en equipo, al que se puede integrar
el psicólogo es el que mejor respuesta a de dar a estos requerimientos complejos.

LA PREGUNTA SOBRE ¿QUE PODEMOS APORTAR COMO AUXILIARES DE LA JUSTICIA EN EL CASO?

El Daño Psíquico, contemplado implícitamente en el artículo 1086 del Código Civil Argentino,
resulta así un enfermedad mental o psicológica, un trastorno que causa minusvalía en el peritado.
Este hecho disvalioso debe ser novedoso en la historia del sujeto en forma total, lo que resulta
poco probable, por lo manifestado anteriormente respecto de la causalidad o parcial. Esto es a
que pese a reconocer signos o sintomatología previa al hecho de autos, el mismo a determinado
una modificación negativa en el estado previo. Seguramente ha de referirse a resignificaciones de
experiencias experimentadas imaginaria o simbólicamente por el sujeto.

Se debe de una dolencia o enfermedad reconocida por el saber científico del perito. La
argumentación de un "no saber" del "caso por caso" no puede excusar la obligación de dar una
respuesta científicamente fundada, aunque la misma pueda ser un: "no se".

Según este criterio, el daño psíquico no es otra cosa que una enfermedad mental.

La "herramienta" utilizada por el perito psicólogo es el psicodiagnóstico, proceso complejo, en el


sentido de su composición de variadas y plurales técnicas administradas e interpretadas en forma
integrada..

Siguiendo a Risso, destacamos que las patologías no estructuran en base a un sólo síntoma, sino
que los signos y síntomas deben poder ser coherentemente agrupados en algún cuadro clínico,
cualquiera sea la nosografía que utilice el perito.

Asimismo, la enfermedad psíquica que se diagnostique debe tener una relación con el hecho que
motiva las actuaciones judiciales que convocan al perito. "El nexo puede ser directo causal
(etiológico, cronológico, topográfico), o indirecto concausal (acelerar, agravar o evidenciarlo
previo)."

Asimismo, debe haber provocado, según se ha dicho, el trastorno detectado. Debe, asimismo,
ocasionar algún grado de incapacidad, minusvalía o disminución respecto de las aptitudes
mentales previas.

Se sostiene que la incapacidad que se determine, deberá ser irreversible o, al menos, estar
jurídicamente consolidada . Hay disidencias en cuanto a la consolidación de la lesión, estimando
plazos que van desde los seis meses a los cinco años en la seriamente cuestionada ley de riesgos
del trabajo.
Así arribamos a la definición formulada por Risso, con las acotaciones efectuadas a cada elemento
que la componen:

"Enfermedad psíquica, novedosa en la biografía, relacionado causal o concausalmente con el


evento de autos (accidente, enfermedad, delito), que ha ocasionado una disminución de las
aptitudes psíquicas previas (incapacidad), que tiene carácter irreversible (cronicidad) o al menos
jurídicamente consolidado (dos años).

Como "Criterios de exclusión", plantea el autor citado, que no deben considerarse como "daño
psíquico": a) los síntomas psíquicos aislados que no constituyen una enfermedad. b) la dolencias
preexistentes no afectadas por el hecho d) cuadros que -aunque constituyan una verdadera
enfermedad- no tengan relación (ni causal ni concausal) con el acontecimiento de la causa. e)
cuadros no incapacitantes, es decir, los que no han ocasionado un desmedro de las aptitudes
mentales previas. f) no cronificados s y/o jurídicamente consolidados.

Respecto a ¿A qué funciones debe referirse la "incapacidad"? se interroga el mismo Risso:


Contestando que debe dañar de manera perdurable una o varias de las siguientes funciones del
sujeto:

a) Incapacidad para desempeñar sus tareas habituales. b) Incapacidad para acceder al trabajo c)
Incapacidad para ganar dinero. d) Incapacidad para relacionarse.

Delimitación de los porcentajes atribuibles a causas preexistentes: Nos hemos de alejar un poco
de los criterios de Risso. Coincidimos con este autor en cuanto a la imposibilidad científica de
delimitar porcentajes respecto de la incapacidad. Así una persona sufre un brote esquizofrénico, el
que se ve precipitado por el hecho de autos, resulta indubitada existencia de elementos
personales predisponentes (estructura, rasgos o como lo denominemos), pero ello será materia de
resolución judicial, no en cuanto a su "leal saber o entender" como se dice en alguna parte, sino de
acuerdo a al derecho positivo aplicable al caso, tal como la normativa del Código Civil citada mas
arriba.

Si figurativamente nos imagináramos que alguien ingresa con un fósforo encendido o arroja una
colilla de cigarrillo en un ambiente en el que ocurrió un escape de gas, y el mismo se encuentra
atestado de garrafas o cerca de un gran depósito de combustible, a nadie se le ocurriría sopesar el
porcentaje que implica el fósforo en el siniestro.

También hemos de alejarnos del autor cita, en relación a los denominados costos del tratamiento.
En primer lugar, el tratamiento psicológico no necesariamente involucra, en forma exclusiva, la
dolencia incapacitante, sino que puede contemplar otras dolencias que no han se han
conceptualizado como "daño psíquico", en cuanto no se tratan, por ejemplo de secuelas
consolidadas, o constituidas por perjuicios que no tiene entidad para incapacitar, pero generan
sufrimiento.

Estas dolencias son susceptibles de ser tratadas con objetivo de cura o simplemente, en forma
paliativa. Por lo que expedirse sobre este tema es materia del perito psicólogo, quien es el que
puede determinar la necesidad de tratamiento.
Asimismo, si bien el costo de las sesiones no se encuentran vinculadas a un criterio científico, sino
mas bien a la experiencia del perito, lo mismo ocurre con los gastos quirúrgico, valores comunes
de prácticas médica, para el perito médico, o el valor de la reparación de un automóvil, para los
peritos ingenieros mecánicos, etc.

En estos casos, la opinión del experto basada en su experiencia, puede complementar otras
pruebas tales como las de informe o testimoniales. Por otra parte, ilustrar al Juez sobre los valores
de mercado tanto privado como social y resaltar la situación de colapso de la atención de la salud
pública, no ha de confundir seguramente al Magistrado.

No creo que deba recurrirse a aranceles que los prestadores cobran a las empresas de medicina
prepaga, ya que estos no son comunes para los pacientes particulares que contratan en forma
individual, tal como sería el presupuesto de quine acciona judicialmente demandando un
tratamiento psicológico.

PREGUNTA SOBRE LAS TÉCNICAS A EMPLEAR

No tenemos ninguna duda que cada perito tiene la libertad de instrumentar su propia estrategia
para cada caso en particular. Obviamente no es posible dar "recetas" que involucren a personas de
todas las condiciones de edad sexo, estado psíquico, físico, cultural, económico, etc

Sin embargo, podemos sugerir la preeminencia de las técnicas de interpretación mayormente


estandarizada y objetiva, frente a las técnicas de interpretación mas subjetiva.

Aunque parezca obvia, una buena y completa administración de la técnica resulta imprescindible,
así como el pleno dominio del perito sobre la misma.

Resulta penoso concurrir como consultor técnico de parte y observar la administración con
consignas defectuosas, materiales deteriorados o inadecuados o desarrollada en ambientes
objetables.

Así es preferible la administración de menor cantidad de técnicas o de menor complejidad que


caer en los dislates inadecuados.

Debe considerarse asimismo el acotado tiempo en que debe expedirse el perito y el largo lapso en
que el juicio puede desarrollarse, por lo que las técnicas deben permitir instrumentar una
documentación, que permita sostener a pericia, aun después de mucho tiempo, desde el
momento en que se ha presentado el informe.

Por otra parte, ha de considerarse también la difusión que tiene ciertas técnicas que permiten
cierto sesgo, por quien esta motivado por un resultado favorable a sus intereses.

Por último deben tratarse de técnicas estandarizadas en el país, en la medida de lo posible o sobre
la base de una población semejante a la del lugar donde se administra la técnica.-

Solo a modo de sugerencia enunciamos las siguientes técnicas:

Entrevista libre o semi estructurada, la que se podrá analizar entre otros motivos, a fin de
determinar la verosimilitud de lo relatado por el entrevistado, no como elemento fáctico de la
demanda, sino en cuanto a su posicionamiento en relación a la pericia, esto es la simulación,
mediante la utilización del Análisis de Contenido Basado en Criterios o el SCAN. Se ha sostenido
que comprende tanto las enfermedades mentales como los desequilibrios pasajeros, sea como
situación estable o bien accidental y transitoria que implica en todo caso una faceta morbosa, que
perturba la normalidad del sujeto y trasciende en su vida individual y de relación, pudiendo o no
tener base orgánica, ya que "no es razón para descartar el trastorno psicológico el hecho de que el
damnificado no haya quedado con secuelas físicas, pues la afección psíquica no está condicionada
por ellas sino por la vivencia personal".

Se complemente adecuadamente con la Entrevista internacional MINI en su versión en español,


por su rapidez, estandarización y adecuación al DSM IV

El test de los colores de Lüscher, debido a la casi imposibilidad de anticipar una estrategia ante la
administración por parte del entrevistado, su probada estandarización y su interpretación
objetiva.

El test de Bender por su fácil y rápida administración y la riqueza de sus resultados, habiéndose
desarrollado experiencias concretas de su aplicación al caso.

El MMPI 2 en su versión Argentina, por lo objetivo de su puntuación y por contener escalas que
ponderan la validez de la prueba, ello dirigido descartar la simulación.

El Cuestionario Desiderativo aunque resulta muy conocido y previsible, .

Alguna técnica gráfica, particularmente prefiero el de la persona bajo la lluvia por su capacidad de
ponderar la reacción del sujeto ante situaciones de tensión

Debe desaconsejarse, en general, aquellas técnicas que dependen en alto grado de la


interpretación subjetiva o cuya interpretación resulta difícil de ser sostenida adecuadamente ante
una impugnación.

De todas formas, lo esencial es el análisis global de las técnicas, en sus convergencias y


concurrencias, así como la síntesis reflejada en forma clara pero consistente en las conclusiones.

LA PREGUNTA SOBRE SI ¿DEBE EL PERITO ACOMPAÑAR LOS PROTOCOLOS DE LAS TÉCNICAS


ADMINISTRADAS?

Según nuestro criterio resulta indispensable que la pericia pueda ser sometida al control del Juez,
quien confía en nosotros, las partes y sus consultores y otros peritos que puedan intervenir.

La pericia debe ser auto-sustentable y el argumento que una técnica solo puede ser interpretada
por quien la administra, sólo indica un defecto en el método de registro de la misma.

Si una técnica no puede ser objeto de control por otros profesionales, es confusa y carece de valor
científico y probatorio.-

Esto no excluye, en forma obvia, la posibilidad de distintas opiniones, teorías, paradigmas,


criterios, que más o menos fundadas puedan argumentar otros profesionales.

Pueden, quizás, adjuntarse los protocolos en sobre cerrado, a fin de proteger los datos íntimos del
entrevistado de ojos indiscretos de terceros.
LA PREGUNTA SOBRE LOS BAREMOS ¿ ESTOY OBLIGADO POR LOS BAREMOS? ¿CUÁL DEBO
APLICAR?

¿Qué es un Baremo?

Consultado el diccionario de la Real Academia Española, encontramos que la palabra deriva de un


matemático francés, B. F. Barrême, quien vivió entre los años1640 y 1703 y sus significados son: 1.
Cuaderno o tabla de cuentas ajustadas. 2. Lista o repertorio de tarifas 3. Cuadro gradual
establecido convencionalmente para evaluar los méritos personales, la solvencia de empresas,
etc., o los daños derivados de accidentes o enfermedades. Esto es un simple cuadro convencional
cuyo principio es de orden económico. Un seguro no retribuye el "valor" de una mano perdida,
sino sólo la suma en que tal mano se encontraba asegurada. Así basta pensar en cuanto
valoraríamos, "a priori", el corte, no ya de una mano, sino solo de un dedo. O en que precio
valoramos nuestra salud mental. Sin embargo los baremos parecen adquirir valores dogmáticos de
verdad. A los fines de ser justo, esto no sucede solo con los baremos sino en general con las
afirmaciones de presuntas "autoridades" y más cuando ellas se formulan en forma escrita. El
clímax de tal percepción de verdad se alcanza cuando las manifestaciones se imprimen en letras
de imprenta con cuidadas tapas a color y papel de calidad. Ni que decir cuando el "baremo" es
enunciado por una ley. En tales casos, se sacraliza lo manifestado por la norma.

Sin embargo sabemos que la mencionada norma carece de todo valor científico, a los fines de
valorar el daño producido a una persona.

Así los ingentes esfuerzos de los empresarios en general y de los aseguradores en particular, para
acotar su riesgo, han sido objeto de repetidas tachas de inconstitucionalidad. Tal cosa ha sucedido
con la ley 24557 de Riesgos del Trabajo Argentina, e igual suerte a corrido el baremo establecido
por la DA 8ª. de la Ley 30/1995, de 8 de noviembre, de ordenación y supervisión de los seguros
privados que modifica la Ley de responsabilidad civil y seguro en la circulación de los vehículos de
motor en España.

En esta línea de pensamiento, hemos de proceder a considerar y contestar la proposiciones de las


partes respecto de los Baremos de su predilección, luego de hacer la salvedad de su inconsistencia
para el caso en particular y determinando el grado de incapacidad que pudiera sufrir el
entrevistado sometido a pericia, de acuerdo a nuestro criterio científico y experiencia para el caso
concreto, con el fundamento pertinente.

[1] C. Nac. Civ., sala H, 14/6/1996, "Fioriti, Elvira v. Maldonado, Ramón y otros", con nota de
Casiello, Juan J., "Sobre el daño moral y otros pretendidos `daños'", LL 1997-A-177.

[2] Zavala de González, Matilde, "Daños a las personas: integridad psicofísica" t. 2-A, 1990, Ed.
Hammurabi, p. 231.

[3] Daray, Hernán, "Daño psicológico", 1995, Ed. Astrea, p. 16, pto. 4 .

[4] C. Nac. Fed. Civ. y Com., sala H, 26/11/1996, causa 39359-S, "Becker, Marcelo v. Estado
Nacional", LL 1998-B-798.
[5] Código Civl Rep. Argentina Art.1078.- La obligación de resarcir el daño causado por los actos
ilícitos comprende, además de la indemnización de pérdidas e intereses, la reparación del agravio
moral ocasionado a la víctima. La acción por indemnización del daño moral sólo competerá al
damnificado directo; si del hecho hubiere resultado la muerte de la víctima, únicamente tendrán
acción los herederos forzosos

[6] Ricardo Ernesto Risso -Daño psíquico Delimitación y diagnóstico. Fundamento teórico y clínico
del dictamen pericial - www.aap.org.ar/publicaciones/ forense/forense-12/tema2.htm - 31k

[7] (cita de Heisenberg en La imagen de la naturaleza en la física actual, II, 1).

[8] Fisica Cuantica - José Biedma - mayo 2000 - http://usuarios.iponet.es/ddt/fisica.htm

[9] Lacan, Jacques “Acerca de la causalidad psíquica (1946)”

[10] Art.901.- Las consecuencias de un hechos que acostumbra suceder, según el curso natural y
ordinario de las cosas, se llaman en este Código "consecuencias inmediatas". Las consecuencias
que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto, se llaman
"consecuencias mediatas". Las consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman
"consecuencias casuales".

Art.902.- Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas,
mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos.

Art.903.- Las consecuencias inmediatas de los hechos libres, son imputables al autor de ellos.

Art.904.- Las consecuencias mediatas son también imputables al autor del hecho, cuando las
hubiere previsto, y cuando empleando la debida atención y conocimiento de la cosa, haya podido
preverlas.

Art.905.- Las consecuencias puramente casuales no son imputables al autor del hecho, sino
cuando debieron resultar, según las miras que tuvo al ejecutar el hecho. Código Civil Argentino

[11] Artículo 457: PROCEDENCIA.- Será admisible la prueba pericial cuando la apreciación de los
hechos controvertidos requiere conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria o
actividad técnica especializada. Artículo 464: IDONEIDAD.- Si la profesión estuviese reglamentada,
el perito deberá tener título habilitante en la ciencia, arte, industria o actividad técnica
especializada a que pertenezcan las cuestiones acerca de las cuales deba

expedirse. En caso contrario, o cuando no hubiere en el lugar del proceso perito con título
habilitante, podrá ser nombrada cualquier persona con conocimientos en la materia. Código Civil y
Procesal de la Nación Argentina

[12] Pierre Bourdieu La economía de los bienes simbólicos, pp. 171-172

[13] Ricardo Ernesto Risso (o.c)

[15] Ricardo Ernesto Risso (o.c)

[15] LEY 24.557 DE RIESGOS DEL TRABAJO (B.O. 4/10/95) Art. 7


[16] Scientific Content Analysis (Scan)

[17] C. Nac. Fed. Civ. y Com., sala H, 26/11/1996, causa 39359-S, "Becker, Marcelo v. Estado
Nacional", LL 1998-B-798.

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