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DE TUCUMAN)
Bárbara Manasse *
Patricia Arenas **
RESUMEN
4) la falta de una clara política pública (municipal) turística puede implicar un impacto
socio-cultural irreversible;
Tafí del Valle es una cuenca tectónica ubicada a 2.000 metros de altura sobre
el nivel del mar, rodeada por elevaciones que superan los 3.500 metros. La vegetación
propia de la región es la de pradera de altura que se alterna con arbustos y la
presencia de estratos arbóreos en faldeos y quebradas. Los suelos son superficiales y
de una baja productividad. Su clima es semiárido atenuado con un r‚gimen pluvial de
estaciones contrastadas con precipitaciones que rondan en los 400mm anuales (de
1:20 en el verano), y amplitud térmica moderada. La media anual de la temperatura no
alcanza los 15§ C. El relieve del Valle se caracteriza por la importancia de pendientes
pronunciadas (alcanzando un promedio de 18,8%).
El paisaje del Valle se caracteriza, en la temporada estival, por un tapiz verde
que recubre un relieve de lomadas y faldeos entrecortados por varios arroyos y ríos
cristalinos de montaña (frecuentemente ha sido comparado con el de las praderas
alpinas). En las quebradas de los cerros se concentra la vegetación arbórea natural
(aliso) e importantes pajonales, dotando de nuevos verdes a los tonos predominantes
en ésta época. En el invierno, se pierden estos colores, pero se compensa con el
blanco de las nevadas, que adopta particular belleza por la topografía y flora típicos. A
ello hay que agregar los atractivos dotados por obra humana a la zona: prácticamente
todo el Valle se halla cubierto por evidencias de asentamientos prehispánicos, entre
las que se destacaban los conocidos "menhires"; por otro lado, se conservan algunas
construcciones de la ‚poca de ocupación jesuítica del Valle, que mantienen sus
características arquitectónicas originales; por último, están las viviendas e
instalaciones de los habitantes oriundos del Valle y de las antiguas estancias, cada
uno con su propio estilo de construcción; y la pradera granizada con grupo de ovejas,
las faldas con cabritos y en menor medida, antiguamente, algunas llamas y guanacos
aventurándose por los cerros.
Las características del paisaje y del clima de este Valle de altura (con
diferencias de m s de 10§ con la llanura tucumana) lo convirtieron en un lugar
sumamente atractivo para buscar el alivio de las altas temperaturas que suelen reinar
en la ‚poca estival en las zonas llanas de la provincia. La zona fue recibiendo, desde
hace m s de 100 años, la visita y estadía de las familias de la burguesía provinciana,
vinculada a la propiedad de las tierras del Valle. Esta población de "veraneo" fue
aumentando significativamente con el tiempo, y en particular desde la apertura de la
ruta 307 a los Valles (1943). La política de ordenamiento y desarrollo local estaba
diseñada acorde a las necesidades y voluntades de estos veraneantes y de los
propietarios de las estancias, descuidándose intereses de la población estable.
Es importante destacar que, de tener que definir cómo "percibe" el paisaje la
gente de Tafí, habría que separar claramente aquella de los veraneantes -aún de los
que pasan entre dos y tres meses corridos todos los años por generaciones aquí-, de
la de la población estable y oriunda de la zona. Por otro lado, es notorio el cambio
paisajístico, producido en primer término por la intensa actividad ganadera y agrícola
(5) y, luego, m s recientemente, el pronunciado proceso de urbanización, relacionado
en gran medida con viviendas destinadas al veraneo (sobre este punto volveremos
m s adelante).
La conformación topográfica, junto al r‚gimen de lluvias y una biota muy
susceptible a las perturbaciones, son factores preponderantes en los procesos
morfodinámicos de la zona. La remosión y los aluviones de barro y piedra son
elementos diagnósticos de una erosión de gran envergadura, propia de un ambiente
de fragilidad pronunciada.
Actualmente el Valle cuenta con una población estable de unas 6.000 personas
(teniendo en cuenta las reas de Tafí del Valle y El Mollar, según el Censo 1991), de
las cuales un alto porcentaje corresponde a población nativa de la zona y reas
montañosas aledañas (Valles de Santa María, El Cajón, La Ciénaga, Anfama, Mala
Mala, etc.). De esta población, unas 1500 personas habitan en las villas de Tafí y de El
Mollar, los dos enclaves m s urbanizados. El resto se distribuye en agrupamientos
rurales como La Ovejería, El Rodeo, Santa Cruz, Las Carreras, El Rincón, Potrerillos,
Ojo de Agua y La Costa, y se caracterizan por el uso aún frecuente de técnicas
tradicionales en la construcción y distribución de los espacios domésticos y por una
práctica agropecuaria de subsistencia, aledaña al área de vivienda. El carácter de la
producción y los espacios reducidos han dificultado la implementación de innovaciones
tecnológicas y mejoramientos en la producción. La falta de posibilidades de
comercialización en el ámbito local es otro factor de desaliento, ya que la venta a otras
localidades implica aumentar significativamente los costos, por el traslado (las dos
salidas del Valle de Tafí deben realizarse por cuestas montañosas).
A lo expresado en el punto anterior, hay que agregar que existe una relación
bastante conflictiva entre los habitantes lugareños y las personas venidas de "afuera"
(del Valle), que se puede caracterizar como una asimetría social y cultural
(Camerlingo, Manasse y Powell, 1994). Se evidencia una sobrevaloración de los
conocimientos, valores, estrategias y hasta modos de vida de los que no son tafinistos.
Este punto tiene mucha importancia a la hora de evaluar el efecto de los contactos
socio-culturales, que implica toda actividad turística (Carvajal,1992). Schlöter (1983)
directamente habla del turismo "como fenómeno aculturador" (cit. por Carvajal,1992) y
Fernández Fuster (1978) comenta que este proceso actúa con particularidad sobre los
núcleos receptores debido al flujo constante y permanente de personas pertenecientes
a comunidades diferentes (cit. por Carvajal).
La fuerte dependencia, que se creó a lo largo del tiempo entre el peón y los
patrones, dejó al campesino poco preparado para enfrentar nuevas situaciones
laborales. La falta de capacitación en reas que no tuvieran relación con el manejo
agropecuario rudimentario de las estancias o el trabajo en la zafra azucarera, la
escasa formación educativa y la falta de práctica en la gestión y toma de decisiones
conforman un panorama complejo para un desarrollo local con cierto grado de
autogestión. Además, tanto la precariedad de la tenencia de las tierras como la falta o
escasez de capitales para llevar adelante cualquier tipo de emprendimiento son
factores que confluyeron para dar lugar a la difícil situación del poblador tafinisto. Ello
incide también en el usufructo de conocimientos que manejan desde hace muchas
generaciones, como el tejido e hilado, el trabajo en cuero y aún la elaboración de
quesos, observándose serios inconvenientes para manejarse en el ámbito de la
comercialización.
Tampoco los servicios públicos han tenido mayor evolución. Existe un solo
hospital en la región, que, aunque está bien equipado, siempre ve sobrepasada su
capacidad de atención en temporada. Funcionan, además dispensarios de atención
médica distribuidos por el valle, de acuerdo a la densidad poblacional, pero su
atención se reduce a unas cuantas horas, dos a tres veces por semana, y cuentan con
una infraestructura sanitaria limitada.
Se cuenta con una central térmica que provee de energía eléctrica a la región,
pero con una capacidad limitada. En temporada, y aún fuera de ella son muy comunes
los cortes de energía o fluctuaciones importantes de su intensidad. La iluminación
pública se reduce a cuatro barrios cercanos al casco céntrico. Existen dos locales con
cabinas telefónicas públicas, una de las cuales recientemente incorporó el servicio de
fax. Sin embargo es muy posible que uno de esos locales deje de funcionar
próximamente y sea absorbido todo el servicio por la otra. Ambos funcionan en
horarios limitados. La red de teléfono domiciliaria es reducida. El municipio se
abastece de dos plantas de agua corriente, que no siempre cuentan con un real
tratamiento potabilizador. Se está llevando a cabo la construcción de otras dos
plantas. El resto de la región debe abastecerse de tomas de los ríos cercanos o de
acequias, con las consecuencias del déficit sanitario evidenciado en un altísimo
porcentaje de parasitosis en la población. Uno de las manifestaciones m s serias es la
de la hidatidosis, que por sus características de propagación debe ser considerada
como endémica. A ello hay que agregar, que actualmente se crean serios
inconvenientes en la provisión del agua durante la temporada, que pasan desde la
utilización del agua de riego para el consumo humano, hasta el corte concreto del
suministro.
Por último, falta una clara política de acción social. En otro punto del trabajo
mencionábamos el serio problema educacional existente en el Valle. El tafinisto se
halla muy poco preparado para emprender gestiones de cualquier tipo: le faltan
herramientas, práctica y una tradición. El adulto, hace muchos años que perdió la
práctica del aprendizaje dirigido; le cuesta sistematizar, organizarse y enseguida se
cansa. No es tan grave la situación de los adolescentes, pero la mayoría de ellos
también dejó de estudiar hace algunos años. Y se suma un sistema de enseñanza
poco apto para la realidad local. La escasa capacidad de gestión, un capital financiero
muy reducido, además de la falta de información pertinente, excluye a la mayoría de la
población local de un potencial beneficio estable obtenido de esta nueva industria
turística.
REFLEXIONES FINALES
- parece haber una relación invertida entre demanda y oferta turística. Se está
promoviendo un aspecto de la oferta turística, sin que haya un sustrato real y efectivo,
que pueda sostener esta actividad a mediano y largo plazo sin producir impactos en el
ámbito natural y sociocultural. Estamos frente a los aprestos para construir un nuevo
centro turístico sin que se hayan evaluado los efectos de esta iniciativa. Lo m s claro,
es que hay disponibilidad de créditos y subsidios del estado provincial, que permiten
inversiones de gran monto con un reembolso del capital usado para la construcción del
hotel de un 90% de la inversión en el término de tres años. ¿Qué es lo que va a
suceder en un futuro mediato con los resultados de esas inversiones? Es muy posible
que eso ya no sea una preocupación para el empresario.
(1) Es tema de discusión la inclusión del Valle de Tafí dentro de los denominados
"Valles Calchaquíes", cuyo origen corresponde mas bien a un problema etnohistórico.
(4) Ver el trabajo de Brailovsky y Foguelman (1993) para una explicitación del
concepto de "estilo de desarrollo".
(5) Si se considera que el Valle sostuvo por m s de 100 años una ganadería intensiva
de mulares, ofreciendo sus pastos en no pocas ocasiones a miles de mulas en su
temporada invernal, no es extraño escuchar que antiguamente "los pastos nos
llegaban a la cintura". Con la agricultura de la papa ya no queda más que la memoria
de ese tipo de paisajes.
(6) La "obligación" era un contrato o acuerdo tácito por el cual el peón debía responder
al patrón de la estancia con trabajo a cambio de poder ocupar sus tierras.
BOLSI, A.,22.11.1992 "A propósito de las bellezas de Tafí del Valle" La Gaceta
Tucumán
CARVAJAL J. E., 1992: La cara oculta del viajero. Reflexiones sobre antropología y
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