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Günther D. Roth lo define como una irrupción ocasional de aguas superficiales cálidas,
ubicadas en el océano Pacífico junto a la costa de los territorios de Perú y Ecuador, debido
a inestabilidades en la presión atmosférica localizada entre las secciones Oriental y
Occidental del océano Pacífico cercanas a la línea del Ecuador. El fenómeno del Niño es el
supuesto causante de más de una anomalía climática.5
El nombre de «El Niño» se debe a la asociación de este fenómeno con la llamada corriente
del Niño, anomalía conocida por los pescadores del puerto de Paita, en el norte de Perú,
quienes observaron que las aguas aumentaban su temperatura durante «la época de las
fiestas navideñas» y los cardúmenes o bancos de peces desaparecían de la superficie
oceánica, deduciendo que dicha anormalidad era debida a una corriente de aire caliente
procedente del golfo de Guayaquil (Ecuador).
Los primeros registros oficiales del fenómeno fueron reportados por el capitán peruano
Camilo Carrillo en 1892, quien notó la existencia periódica de una corriente marina cálida
en las costas de Perú, de aguas normalmente muy frías. Existen otros acontecimientos
interesantes relacionados con los años más intensos de El Niño. Entre 1789 y 1793, el
historiador británico Richard Grove relata que varios observadores de la época reportaron
graves sequías en Asia, Australia, México y el sur de África, por lo que se sospecha que
dicho fenómeno pudo haber causado la hambruna que precedió a la Revolución francesa.
Entre 1791 y 1793 en México bajó el nivel del lago de Pátzcuaro.6
El meteorólogo Jacob Bjerknes postuló en 1969 que El Niño está normalmente relacionado
con la Oscilación del Sur, ya que está presente una relación física entre la fase de alta
presión anómala en el Pacífico occidental, con la fase de calentamiento poco frecuente del
Pacífico oriental, lo que va acompañado con un debilitamiento de los vientos alisios del
este; por lo que la baja presión del Pacífico occidental se vincula con un enfriamiento del
Pacífico oriental (fenómeno de La Niña), con el fortalecimiento de los vientos del este.
Historia
Charles Todd, en 1888, sugirió que las sequías en India y en Australia tendían a ocurrir al
mismo tiempo;7 Norman Lockyer notó lo mismo en 1904.8 Una conexión entre El Niño con
las inundaciones de 1894 en Víctor Eguiguren Escudero (1852–1919) y de 1895 por
Federico Alfonso Pezet (1859–1929).910 En 1924, Gilbert Walker (por quien la circulación
Walker se nombró) acuñó el término "Oscilación Sur".11 Él y otros (incluyendo al
meteorólogo noruego-estadounidense Jacob Bjerknes) se acreditan en haber identificado el
efecto El Niño.1
En 1969, Bjerknes ofreció una alternativa de comprensión del fenómeno conocido como la
Oscilación meridional de El Niño, al sugerir que un calentamiento inusual en el Pacífico
oriental podría debilitar la diferencia de temperatura (de las aguas) entre el este y el oeste,
desequilibrando los vientos alisios que son los vientos que empujan las aguas cálidas hacia
el oeste. El resultado sería un incremento de aguas cálidas hacia el este, es decir, hacia las
costas intertropicales de América del Sur.15
Aunque no se suele citar a este autor, la mayoría de los autores posteriores se basan en las
ideas de Bjerknes y las llevan a extremos increíbles en diagramas que relacionan las altas
temperaturas en el suroeste asiático, que originan la formación de un bucle convectivo (ver
figura), con descenso en las costas occidentales de América del Sur, unos 16 000 km al
este, idea completamente exagerada y alejada de la realidad por dos razones principales:
Fenómeno de la niña
La niña es un fenómeno climático que forma parte de un ciclo natural global del clima
conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Este ciclo global tiene dos extremos:
una fase cálida conocida como El Niño y una fase fría, precisamente conocida como La
Niña. Cuando existe un régimen de vientos alisios fuertes desde el oeste, las temperaturas
ecuatoriales disminuyen y comienza la fase fría o La Niña. Cuando la intensidad de los
alisios disminuye, las temperaturas superficiales del mar aumentan y comienza la fase
cálida, El Niño.
Cualquiera de ambas condiciones se expande y persiste sobre las regiones tropicales por
varios meses y causan cambios notables en las temperaturas globales, y especialmente en
los regímenes de lluvias a nivel global. Dichos cambios se suceden alternativamente en
períodos que varían promedialmente de los cinco a los siete años y se tienen registros de su
existencia desde épocas prehispánicas.
Características
Tanto El Niño como La Niña, son los ejemplos más evidentes de los cambios climáticos
globales, siendo parte fundamental de un vasto y complejo sistema de fluctuaciones
climáticas. El Niño es conocido como el periodo cálido y La Niña como el frío. La Niña se
caracteriza por tener temperaturas frías y perdurables, si se le compara con El Niño ya que
éste se caracteriza por temperaturas oceánicas inusualmente calientes sobre la zona
ecuatorial del océano Pacífico.
Los episodios de La Niña, al igual que el fenómeno de El Niño, producen cambios a gran
escala en los vientos atmosféricos sobre el océano Pacífico, incluyendo un incremento en la
intensidad de los vientos alisios del Este (Este-Oeste) en la atmósfera baja sobre la parte
oriental del océano Pacífico en Sudamérica, y de los vientos del oeste en la atmósfera
superior. Estas condiciones reflejan cambios significativos en la circulación ecuatorial de
Walker.
Los episodios cálidos del niño y fríos de La Niña, forman parte del ciclo El Niño-
Oscilación del Sur, ENOS. Estos ciclos tienen un período medio de duración de
aproximadamente cuatro años, aunque en el registro histórico los períodos han variado
entre 2 y 7 años.
También, ha habido ocasiones en que unos episodios cálidos conllevaron episodios fríos en
la estación siguiente, tal y como sucedió en 1969, 1972 y 1987; pero en cada uno de estos
episodios, las condiciones frías completamente establecidas se desarrollaron hacia fines de
julio. Las condiciones de un episodio La Niña moderado, se desarrollaron a continuación de
El Niño 1982/83. En este caso, las condiciones de La Niña se desarrollaron entre
septiembre y noviembre de 1983.
Regularmente los eventos de El Niño ocurren más frecuentemente que los eventos de La
Niña. Por ejemplo, durante el período 1950-1998 (49 años) y según los registros de la
NOAA, han ocurrido un total de doce eventos del fenómeno El Niño contra sólo nueve de
La Niña.