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Riechmann, Jorge (2005) Un mundo vulnerable.

Ensayos sobre ecología, ética


y tecnociencia. Madrid: Catarata
Versión online en
http://books.google.cl/books?id=zZtPtQciv9UC&printsec=frontcover&dq=riechm
ann,+jorge&source=bl&ots=81ye237QS0&sig=or0bcjzxYZ8U1FTeIOmaTv1tBt
M&hl=es&sa=X&ei=8NM3UJLsKI6_0QH5yoAg&ved=0CEQQ6AEwBA#v=onep
age&q=riechmann%2C%20jorge&f=false8.

Transcripciones de Otto Lührs, otto.luhrs@gmail.com. Lo escrito en letra


verde negrita corresponde a comentarios de Otto Lührs.

Tendíamos trampas a los animales. Capturábamos pájaros en grandes redes.


Nosotros éramos los elegidos por nosotros.
Devastamos los bosques, quemamos la vegetación.
Entramos cortando en nosotros mismos, nos arrancamos el corazón de
nuestros cuerpos, rasgamos y desgarramos intestinos y sexo.
Nos sacamos los ojos, nos roímos hasta los huesos.
Nuestra hambre crecía conforme comíamos.
Qué clase de enfermedad crónica es esta, qué clase de hambre que nos
devora mientras nos devoramos nosotros mismos.
de Claess Andersson, Hüden där den är som tunnast.
11. Agradecimientos
Se ha dicho con acierto que la mejor manera de aprende es enseñando, y la
mejor manera de enseñar, aprendiendo. Desde 1990, mi tarea como escritor
sobre cuestiones ecológicas se vio estimulada y enriquecida por la actividad
docente. Muchas de las ideas que atraviesan estos ensayos surgieron en la
lectura y reflexión asociadas a la preparación de clases y conferencias, y luego
fueron puestas a prueba en coloquios y debates.
17. CAP 1. INTRODUCCIÓN: ÉTICA, ECOLOGÍA, POLÍTICA
19
EL PRINCIPIO DE CONSIDERACIÓN IGUALITARIA DE LOS INTERESES
…la “regla de oro” que ha sido enunciada en todas las grandes tradiciones
morales. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, dijo Jesucristo. “Lo que para ti es
detestable no se lo inflijas a tu prójimo”, afirmó Rabí Hillel. “No hagas a los
demás lo que no quieres que te hagan”, dejó dicho Confucio. Y en el
Mahabharata, la gran epopeya india, leemos. “Que ningún hombre le haga a
otro lo que a él le resultaría repugnante”. El iusnaturalismo de todos los tiempos
ha considerado este principio como parte integrante de la ley natural, y así
seguimos escuchando resonar la pregunta de Bartolomé de las Casas:
¿Acaso no se aplica de manera general a todos aquel precepto negativo:
‘No hagas a otro lo que no quieres que este te haga’; o, a su vez, aquel
precepto afirmativo: ‘El comportamiento que queráis tengan con vosotros
los demás hombres, tenedlo siempre vosotros con ellos’? Esto cualquier
hombre, con la luz natural impresa en nuestra mente, lo conoce, aprende
y entiende.
21
INTERESES Y DERECHOS
Hay una conexión importante entre la noción de interés y la noción de derecho,
entendidos los derechos esencialmente como intereses jurídicamente
protegidos. “Los tipos de seres que pueden tener derechos son precisamente
aquellos que tienen (o pueden tener) intereses”13. De acuerdo con la propuesta
desarrollada en este libro, por consiguiente, todos los seres vivos –que pueden
tener intereses- serían susceptibles de tener derechos. En particular resulta
indudable que los seres humanos de futuro, o los animales, tendrán o tienen
intereses: luego tiene sentido decir que pueden tener derechos (tiene al menos
tanto sentido como decir que los seres humanos actuales pueden tener
derechos, y por la mismas razones).14
24.3
EL TELOS DE LOS PACIENTES MORALES
Si concebimos a todos los seres vivos como dignos de consideración moral y
por ello, en cierto sentido, como fines en sí mismos –tal y como propongo en
este libro-, ¿quiere decir eso que nos está vedada toda explotación de los
mismos, todo aprovechamiento de animales, plantas y microorganismo para
fines humanos? Resulta impensable una existencia humana, por más ecológica
que la imaginemos, que no entrañe formas de cosificación e
instrumentalización de otros seres vivos; ¿resultarán están moralmente
inaceptables en todos los casos?¿no estaremos proponiendo, a fin de cuentas,
un ética con exigencias tan elevadas que la hace incompatible con la existencia
humana?
Pero si es ecológico el consumo de unos seres vivos por otros, ya sea
con o sin muerte de los mismos. El punto es si está en sintonía con las
magnitudes y formas de consumo que ocurren naturalmente. Creo que la
pregunta si el ser humano es o no naturaleza, es abierta, puede o no
serlo, según si existe eco-lógicamente o eco-ilógicamente. El castor
dejará de ser naturaleza cuando construya más diques o más grandes de
lo que necesita para su existencia-realización. ¿Puede decidir? el ser
humano puede DECIDIR, también si es o no naturaleza. El SERLO es
mucho más que DECIRLO o PENSARLO. Reconocer, discriminar la
satisfacción de las necesidades ecológicas es fundamental.
28
CUATRO POSICIONES BÁSICAS EN ÉTICA ECOLÓGICA
Posiciones individualistas:
• Antropocentrismo (los seres humanos como sede y medida del valor)
• zoocentrismo (la sede del valor son los animales)
• biocentrismo (la sede del valor son los seres vivos)
Posición holista:
• Ecocentrismo (la sede del valor son los ecosistemas, o la biósfera como
“sistema de ecosistemas”).
Comparto la diferenciación entre holistas e individualistas en su esencia,
aunque el término “individualista” no me resulta pertinente, queda mejor
“parciales” en oposición a holista.
29
En cambio el medio abiótico (el suelo, las aguas, la atmósfera…) no me parce
valioso en sí mismo, sino sólo instrumentalmente (un medio ambiente rico y
saludable constituye la base imprescindible sin la cual los seres vivos no
pueden realizar su vida buena). La importancia moral de los ecosistemas se
deriva de la de los seres vivos que dependen de ellos.
Este planteamiento sienta las bases para justificar la “gestión de la
despensa natural”; pero estamos faltos de sabiduría colectiva para validar
una gestión de los recursos naturales. La ignorancia y tergiversación de
los pocos e insuficientes conocimientos existentes, anula la pretensión
del uso razonable. Mientras ecología y economía se mantengan en pugna
desigual, mejor, aunque sea sólo por el pragmatismo de la lógica “ante la
duda abstente”, declararse ecocéntrico.
30
Buena parte de las confusiones que enturbian la discusión sobre
antropocentrismo derivan de hecho siguiente: no distinguimos suficientemente
entre antropocentrismo en sentido moral y lo que podríamos llamar
antropocentrismo en sentido epistémico. Con esta última expresión me refiero a
que, en cuanto a especie biológica dotada de ciertos mecanismos sensoriales y
cierta estructura neuronal, los humanos percibimos y concebimos el mundo de
cierta manera única, diferente a la que gastan animales de otras especies.
Vivimos en un mundo cuyo “centro” ocupamos nosotros precisamente porque
nosotros somos nosotros. En este sentido epistémico no sólo el animal humano
es antropocéntrico: en virtud de tautologías análogas, la cigüeña es
cigüeñocéntrica y la serpiente no puede menos de ser ofidiocéntrica36
32
Es cierto que no podemos vivir sin aniquilar otras vidas, al menos vegetales,
pero hay múltiples vías para minimizar el daño y la devastación que hoy
causamos. Una de las más inmediatas y evidentes es dejar de comer animales,
o por lo menos carne y huevos procedentes de esos dolorosos campos de
exterminio que llamamos granja-factoría (abstinencia que recomendarían
también razones de sustentabilidad ecológica y solidaridad humana).
NOTAS CAP.1
13. Joel Feinberg “The rights of animals and Undborn Generations”, en la
compilación del mismo autor Right, Justice and and the Bounds of
Liberty, Princeton University Press, Princeton –New Yersey- 1980,
p.167
14. La discusión derechos humanos /derechos de los animales” se
planteaba en los mismos términos ya hace un siglo, y aun antes. véase
David G Ritchie, Natural Rights, Londres 1895, y …
36. Una distinción semejante a la que acabo de proponer es la que
establece Andrew Dobson en el cap 2 de su magnífico Green Political
Thought, o Francesco Viola al comienzo de De la Naturaleza de los
derechos (Comares, Granada,1998)

39. CAP 2. SEGUNDO ARRANQUE: ECOLOGÍA COMO PENSAMIENTO DE


LOS LÍMITES
41
La pauta de extrema desigualdad Norte-Sur, presente en todos los ámbitos de
la economía y sociedad, se da también en lo referente a las emisiones de
dióxido de carbono y otros gases de “efecto invernadero”. Así EEUU, con sólo
un 5 por ciento de la población mundial, acapara el 25 por ciento de la energía
comercial del mundo y emite el 22 por ciento del dióxido de carbono; mientras
que un país como la India, con el 15 por ciento de la población mundial, usa
sólo el 3 por ciento de la energía y emite el 3 por ciento del dióxido de carbono.
La Unión Europea, con el 6 por ciento de la población, emite el 16 por ciento
del dióxido de carbono. En conjunto, el Norte rico (con sólo una quinta parte de
la población mundial) emite el 80 por ciento de los gases de “efecto
invernadero”, mientras que el Sur –con las cuatro quintas partes de la
población- sólo emite el 20 por ciento restante.
ojo, no puede ser que el sur tenga las 4/5 partes de la población
44
hoy tenemos que vérnoslas con un tipo de “macrocontaminaciones “ debidas a
la actividad humana que afectan al planeta entero, lo cual constituye una
novedad histórica sin precedentes. Hasta hace poco las principales formas de
deterioro ecológico eran de naturaleza local y podían combatirse mediante
acciones en el ámbito local o regional. Esto, en los últimos decenios del siglo
XX, ya es agua pasada.
Este fenómeno a la vez ofrece una posibilidad, pues impone el darse
cuenta de la globalidad ecológica, de lo intenso y complejo de las
interacciones biótico-abiótico. Vulnerabilidad, globalidad y finitud, 3
características primordiales de la tierra y que se han aprehendido desde
la crisis ecológica.
45
LA ERA DE LAS “MACROCONTAMINACIONES”
Tenemos que vérnoslas con fenómenos como los siguientes:
1. El “efecto de invernadero” causado por la acumulación en la atmósfera de
gases como el dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno,
clorofluorcarbonados…Los cambios climáticos mundiales a causa del “efecto
invernadero” han comenzado ya, un calentamiento rápido del planeta sería algo
tan grave para la humanidad que ha sido comparado sin exageración con una
guerra nuclear.
2. El deterioro de la capa de ozono estratosférico (que protege a los seres vivos
de la radiación ultravioleta) a causa de los clorofluorcarbonados y otros
compuestos químicos. Actividades humanas como la producción de gases
clorofluorcarbonados por la industria química provocan una alteración global (la
destrucción de moléculas de ozono por átomos de cloro libres que llegan a la
estratósfera) con consecuencias finales imprevisibles pero potencialmente
devastadoras. El incremento de cánceres de piel y cataratas en los seres
humanos y otros animales. Así como la drástica disminución de la
productividad biológica de los océanos, son sólo las más inmediatas.
3. La acidificación del medio ambiente planetario (sobre todo en el hemisferio
norte) a causa de la quema de combustibles fósiles. Las emisiones de la
atmósfera de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno acaban retornando a la
tierra en forma de “lluvias ácidas” que destruyen los bosques, aniquilan la vida
en los lagos y corroen los edificios.
4. La contaminación atmosférica con aerosoles de partículas, que ya están
provocando la reducción de la insolación sobre la superficie terrestre. La
contaminación atmosférica por partículas en forma de aerosoles hace que el
agua se condense en las nubes formando gotas más pequeñas, provocando
capas de nubes más gruesas, pero con menos lluvias. Al mismo tiempo, se
reduce la insolación sobre la superficie terrestre (un 1’3% por decenio, en
tiempos recientes, según científicos de la Universidad de Columbia). Lo que
contrarresta parcialmente el “efecto invernadero”. La menos radiación solar,
unidad al calentamiento de la superficie terrestre, provocará una reducción de
la evaporación y las precipitaciones. Este tipo de contaminación tiende a hacer
el mundo más oscuro y más seco.
5. La difusión planetaria de tóxicos organoclorados persistentes. Estos tóxicos
se encuentran virtualmente en todo el mundo: en bajas concentraciones en
lugares aislados como Islandia o el Orinoco, donde no se emplean estas
sustancias; en altas concentraciones en países del sur que las usan
profusamente, como India o Brasil; pero también en altas concentraciones en
países del Norte que prohibieron algunos de estos venenos (como el DDT)
hace ya años. El llamado efecto de destilación global determina que los
contaminantes organoclorados se desplacen por la atmósfera desde regiones
tropicales y templadas hasta latitudes más altas, donde se condensan e
impregnan la vegetación, el suelo y el agua. Por ello se han encontrado estos
tóxicos organoclorados hasta en los árboles y el hielo de las regiones árticas y
subárticas o en los lagos de alta montaña que antes creíamos impolutos.
46
LA REGLA DE UNIVERSALIZACIÓN Y LA IDEA DE SUSTENTABILIDAD
Kant formuló hace dos siglos la idea de igualdad moral en una de sus formas
clásicas, sin duda la más importante para la filosofía moral moderna. De la
potente reflexión kantiana hay que conservar, como mínimo, un criterio de
universabilidad: un principio restrictivo que nos lleve a descartar como
moralmente incorrectas aquellas acciones cuya práctica generalizada sea
incompatible con la preservación de una biósfera habitable. Si una determinada
actividad no es universalizable, porque en el caso de que todos los seres
humanos la realizaran chocaría con los límites ecológicos de nuestro
vulnerable mundo, entonces tal actividad no puede considerarse moralmente
aceptable. Similar a lo que I. Illich señala sobre herramienta convivencial
v/s industrial.
Hay una grase de Gandhi que se evoca a menudo en las discusiones sobre
crisis ecológica y sustentabilidad. Cuando le preguntaron, tras la independencia
de la India, si ésta alcanzaría los niveles de vida británicos, el dirigente hindú
replicó: “Gran Bretaña necesitó apropiarse de la mitad de los recursos del
planeta para alcanzar su prosperidad actual; ¿cuántos planetas necesitaría un
país como la India?”
La pregunta no es retórica. En los últimos años, varios investigadores se han
valido del concepto de huella o pisada ecológica15 para explorar esta cuestión.
Por huella ecológica se entiende el área de territorio productivo o ecosistema
acuático necesaria para producir los recursos utilizados y asimilar los residuos
producidos por una población definida con cierto nivel de vida específico,
dondequiera que se encuentre esta área. Es decir: el territorio ecológicamente
productivo necesario para mantener las actividades de esa población.
Pues bien, si toda la población del planeta –que ya eran 6.000 millones de
personas en 2000- viviera como el estadounidense medio, con una huella
ecológica de 4,5 ha por persona (calculado por lo bajo), entonces harían falta
26.000 millones de ha. (suponiendo la actual tecnología). Pero sólo hay 13.000
millones de ha. en nuestro plantea, de las cuales sólo 8.800 millones son
ecológicamente productivas (campos de cultivo, bosques, pastizales) es decir:
1,5 ha. por persona. ¡Así que haría falta al menos dos planetas adicionales a la
Tierra para acomodar el incremento de carga ecológica de los habitantes
actuales de la tierra!
Pero si la población de la Tierra se estabiliza entre 10.000 y 11.000 millones de
habitantes en algún momento del siglo próximo, entonces se necesitarían al
menos cinco Tierras adicionales- y esto sólo para mantener, sin acelerarlo, el
actual nivel de declive ecológico. Verdaderamente, sólo imaginar este tipo de
malabarismos planetarios pone a piel de gallina. La pregunta de Gandhi es
cualquier cosa menos retórica.
47
CUANDO SE SOBREPASAN LOS LÍMITES
CARTAGO, ISLA DE PASCUA
En la cúspide de su poder y esplendor, Cartago (cerca de lo que hoy en día es
Túnez) disponía de más de un millón de habitantes y de una abundante fuente
de productos de alimentación procedente de los cultivos y del ganado de las
fértiles tierras bajas que van desde la costa hasta los montes Atlas. A partir de
la conquista de Cartago por Roma y de la decisión de convertir a Cartago en
suministrador colonial de alimentos para la Roma imperial, se inició un ciclo
irreversible de declive de la tierra cartaginesa que provocó el empobrecimiento
de sus habitantes en aquel entonces y hasta hoy en día. Roma optó por los
cultivos intensivos a fin de conseguir el máximo de rendimiento por cada ha.
de terreno. Al comprobar el declive de la producción, el imperio decidió
incrementar aún más la explotación con el fin de ‘compensar la diferencia’.
Cuando bajó aún más la fertilidad del suelo, desde roma se decidió la
ampliación de las zonas de cultivo y pastoreo hasta las áreas marginales y de
tierras altas, con lo que se provocó un ciclo de erosión y de merma de la
productividad que acabó por arruinar los suelos de forma permanente.
“La Isla de Pascua fue uno de los últimos lugares de la Tierra en ser poblado
por el ser humano. Sus primeros pobladores fueron polinesios hace 1500 años.
Y hasta el siglo XVI esta pequeña isla situada a 3200 km. al oeste de América
del sur albergó una compleja sociedad agrícola. El clima de la isla es
semiárido, pero mejoró debido a los exuberantes bosques que atrapaban y
conservaban el agua. Sus siete mil hab. cultivaban plantas y criaban gallinas,
capturaban peces y vivían en pequeñas aldeas. El legado de los pobladores de
Isla de Pascua puede contemplarse en las imponentes estatuas de obsidiana,
de ocho metros de altura, que se transportaron a través de la isla utilizando
troncos de árboles a modo de rodillos.
Cuando los colonizares europeos llegaron a la Isla de Pascua en el siglo XVII
estas estatuas de piedra, llamadas Ahu, eran los únicos restos de una
civilización en otros tiempos impresionante, que se desmoronó en sólo unas
décadas, según la posterior reconstrucción de los arqueólogos. La desaparición
de esta sociedad fue desencadenada por el agotamiento de su limitada base
de recursos. A medida que la población humana de la Isla de Pascua
aumentaba, se roturaban más y más tierras para cultivar plantas. Mientras los
árboles que aún quedaban se talaban para aprovecharlos como combustible y
para trasladar los Ahu a su lugar. La falta de madera impidió la construcción de
barcos de pesca y viviendas, lo que redujo una importante fuente de proteínas
y obligó a la población a trasladarse a cuevas. La pérdida de bosques
desembocó también en erosión del suelo, lo que disminuyó aún más el
abastecimiento alimentario. A medida que las presiones aumentaron estallaron
conflictos armados entre unas aldeas y otras. La esclavitud se convirtió en un
elemento habitual y algunos habitantes incluso recurrieron al canibalismo para
sobrevivir.
Al ser un territorio aislado que no podía recurrir a otro lugar para su
mantenimiento una vez que sus propios recursos se agotaban, la Isla de
Pascua representa una imagen especialmente llamativa de lo que puede
suceder cuando una economía humana se expande con unos recursos
imitados. Con la clausura definitiva de las fronteras que aún quedaban y una
economía global, plenamente interrelacionada, el género humano en su
conjunto ha llegado al tipo de punto de inflexión que los habitantes de la Isla de
Pascua alcanzaron en el s.XVI.
Para nosotros, los límites fundamentales cuando nos aproximamos al S.XXI
son el agua dulce, los bosques, los pastizales, las pesquerías marinas, la
diversidad biológica y la atmósfera global. ¿Reconoceremos los límites
naturales del mundo y adaptaremos en consecuencia nuestras economías, o
continuaremos expandiendo nuestra huella ecológica hasta que sea demasiado
tarde para volver atrás?20
50
La ecología como pensamiento de los límites…los tres límites fundamentales
siguientes: (1) nuestra dependencia de procesos termodinámicos y fisiológicos
emplazados bajo el signo del deterioro entrópico; (2) la finitud de las fuentes de
recursos naturales, y la limitada capacidad de los sumideros biosféricos para
“reciclar” la contaminación; (3) la irreversibilidad de la pérdida de biodiversidad
y la destrucción de ecosistemas (dicho de otra forma, la limitada capacidad de
la naturaleza para “autorrepararse” después de agresiones graves)
52
Cada instrumento que hemos creado representa un aumento de poder, una
forma de aventajar a las fuerzas de la naturaleza y a los demás seres
humanos. Nunca es neutro el ejercicio de esa fuerza (…) Siempre hay
ganadores y perdedores cuando se ejerce un poder. La pregunta, pues, que
hay que hacerse sobre cualquier técnica nueva que vaya estando lista para su
aplicación en la sociedad es si el poder que con ella se ejercería sería
proporcionado o estaría fuera de lugar por su magnitud o su alcance. ¿Hay
técnicas cuyo su poder intrínseco sea tan inmenso y cegador que su
desencadenamiento causaría más pérdidas que ganancia y haría más mal que
bien? ¿Esquilma tal técnica el laberinto de relaciones que mantiene nuestras
vidas en vez de sustentarlo?32 Otra visión de cómo reconocer el límite del
rol o relevancia de la tecnociencia
53
Hablo de la tendencia estructural del capitalismo a la mercantilización de todo
lo divino y lo humano, a que el valor monetario suplante a todos los demás
valores; la tendencia estructural a destruir las comunidades sociopolíticas que
dan sentido a la vida moral; la tendencia estructural al socavamiento de las
bases biofísicas y socioculturales de las sociedades humanas. En semejante
contexto, la responsabilidad moral individual, lejos de agotarse en el ámbito
inmediato de acción personal, exige del individuo la contribución a construir o
reforzar fuerzas sociales colectivas capaces de llevar a cabo las
transformaciones estructurales que son moralmente exigibles.
54
¿Cómo funciona el aspersor de daños? A la manera de los sistemas de riego
por aspersión, lanzando lejos –en el espacio, en el tiempo y en la estructura
social- los costes de las acciones presentes.
55
sin cambios radicales en nuestras normas y nuestras conductas orientados a
transformar el metabolismo humanidad/biósfera, los objetivos de justicia y
sustentabilidad no serán sino cháchara insulsa.
escisión metabólica, revista Letras Verdes
56
ROMPER EL ESPEJISMO DE LA NORMALIDAD
Tenemos que ser capaces de romper la ilusión de normalidad, el espejiosmo
de la normalidad. No vivimos “tiempos normales”, sino más bien un estado de
excepción permanente: no podemos adormecernos en ilusiones apacibles, sino
mirar de frente a la terrible realidad que es la nuestra.
En este mundo, con este nivel de aberrantes injusticias, desigualdades y
atrocidades, insistir en el carácter de normalidad de las cosas es algo rayano
en el fascismo. Manuel Sacristán lo dijo con la rotundidad necesaria: “Una cosa
es la realidad y otra la mierda, que es sólo una parte de la realidad, compuesta,
precisamente, por los que aceptan la realidad moralmente, no sólo
intelectualmente”.40 Manuel Sacristán M.A.R.X.2003
Algo es normal o anormal en función de los términos de referencia que se
elijan, claro está. Podemos pensar, por ejemplo, en la presente situación
ecológica: para juzgar si es “normal” deberíamos recurrir al conocimiento
especializado del ecólogo y del historiador ambiental. ¿Qué nos dice este
último, al término de su rigurosa indagación?
59.4
La vida buena del individuo no puede concebirse aislada de la vida buena de la
comunidad a la que pertenece.
Mañihueico, Vicente Barriga, Autorrealización Naessiana, final de Into the
wild
NOTAS CAP.2
15. Ecological footprint. El libro básico sobre esta cuestión es
Wackernagel t Rees, Our Ecological Footprint(1995)
20. Lester R. Brown y Christopher Flavin “Una nueva economía para un
nuevo siglo”.
32. Jeremy Rifkin: El siglo de la biotecnología 1999

67 CAP 3. INCONSISTENCIAS, DISONANCIAS Y BLOQUEOS (ATISBOS


PSICOLÓGICOS SOBRE LA CRISIS ECOLÓGICA)
67
Si el ser humano está configurado por sus contextos, los contextos deben
hacerse humanos. Karl Marx
69
1. El carácter crecientemente artefactual –o artificial- de las acciones humanas
en las sociedades contemporáneas. Si el metabolismo de los seres humanos
con la naturaleza, y su relación con sus semejantes, están por esencia
tecnológicamente mediados (pues somos, desde los comienzos de la
hominización, irrevocablemente homo faber), este carácter mediado por
artefactos de la acción humana se incrementa tremendamente en las
sociedades industriales avanzadas. “Ya no manejamos objetos naturales,
manejamos artificios que manejan artificios… que en último término manejan
objetos naturales”8. Dentro de la particular “tecnosfera” (Barry Commomer) o
de la megamáquina (Lewis Mumford) que hemos creado, la relación con lo
natural es cada vez más remota y mediada por eslabones tecnológicos
interpuestos. (La herramienta, entre el uso eco-lógico y eco-ilógico)
70
LA RUEDA EN EL ENGRANAJE DESCONOCE LA RESPONSABILIDAD
MORAL
(el caso de Óscar Figueroa en entrevista, buscar en
www.movilidadsinmotores.blogspot.com / “Maquinaria” de los Blops)
Günther Anders (1902-1992) (…) percibe que la complejidad de la interacción
humana en las sociedades industriales avanzadas diluye (hasta la anulación) el
sentimiento de responsabilidad moral.
La conexión de la acción propia con los pasos siguientes de la cadena causal
permanece fuera de la conciencia: el resultado final de una serie de acciones,
inocentes a los ojos de sus agentes, puede ser monstruoso. Cada uno ve sólo
un acto desgajado, nunca el contexto global ni la (a veces muy complicada)
cadena causal. En los complejos caminos de las macroorganizaciones y los
mercados mundiales, la energía para la resistencia moral se debilitan o son
absorbidas sin dejar rastro.
Un enamorado decide comprarle una alfombra hindú artesana a su amante: no
sabe que el hermoso y barato objeto ha sido tejido por alguno de los de os
aproximadamente cien mil niños que trabajan en las fábricas de alfombras
hindúes en régimen de servidumbre; sus dedos ágiles y aguda vista, así como
su capacidad de resistir horas y horas sentados en la misma postura, los hace
muy rentables en esta ocupación. Una chica adquiere un frasco de perfume
francés: ello supone colaborar involuntariamente con la multinacional que en
Egipto emplea por un pago irrisorio a miles de menores en la recolección
nocturna de la flor del jazmín. Un aficionado a las buenas ensaladas compra
en el supermercado tres latas de un atún en aceite muy barato: ignora que las
artes de pesca empleadas para capturar el sabroso animal prenden al mismo
tiempo a muchos delfines que perecen vanamente en la misma pesca. Con su
compra, está contribuyendo a la extinción absolutamente gratuita del mamífero
quizá más inteligente después del ser humano. Una compra un voto
“Consumir menos, vivir mejor. Lodeiro.
Ninguno de estos ejemplos es inventado. Pertenecen a nuestra cotidianeidad
en las sociedades ricas de comienzos del s.XXI. Para que nosotros podamos
ser “postindustriales” en el Norte, la mayoría tiene que seguir sometida a
relaciones “industriales-esclavistas” en el Sur, o ni siquiera eso, porque en la
época de la mundialización del capitalismo y el desempleo estructural creciente
incluso ser explotado se convierte en un privilegio. El juicio moral que merece
una situación así puede ser severísimo.
72
ANONIMATO Y DESTRUCTIVIDAD (efecto masa asociado al tamaño de la
población o grupo, otra razón a favor de determinar y mantener ciudades
de tamaño limitado, ¿cuál es ese límite? tendrá respuesta la sociología?
Masa crítica desde la sociología?
Como bien saben los sicólogos sociales, los efectos de la atenuación del
sentimiento de responsabilidad pueden ser devastadores: las personas
sumidas en un anonimato desindividuador tienden a actuar más agresivamente
que quienes no son sujetos anónimos17. Estudios sobre violencia colectiva han
arrojado una fuerte relación entre el tamaño del grupo y el grado de violencia
ejercida. Se diría que las personas “sin rostro”, disueltas en una multitud o en
otras situaciones de anonimato, tienden a ser menos consientes de sí mismas
y a infringir las prohibiciones contra las acciones destructivas y agresivas. A la
inversa, las personas bien integradas en redes sociales tienden a establecer
relaciones cooperativas o de reciprocidad con sus semejantes; lo cual, en
particular, favorece que desarrollen comportamientos ecológicamente
benignos.18 otro enfoque a favor de limitar el tamaño de los asentamientos
humanos, a favor de ciudades a escala humana
72.2
Necesitamos retirarnos (frenar y luego reducir la demografía, reconstruir el
sistema productivo según el modelo de los ciclos naturales, etc.).
73.1
Hay suficiente conocimiento científico acumulado (por los científicos naturales y
sociales) como para proporcionar máximas generales de consulta cuyo impacto
ecológico-social sea inequívocamente positivo, aunque ello no excluya
ocasionales efectos laterales imprevistos.
76.1
CAMBIOS EN LOS VALORES Y CAMBIOS EN LA CONDUCTA
Puede tener más interés intentar modificar directamente las conductas de las
personas (en lo que hace a sus repercusiones medioambientales) que intentar
cambiar sus valores31. Hay que subrayar que a menudo los cambios en los
valores siguen a los cambios en la conducta, y no al revés, como se piensa
comúnmente. Sustenta los despertadores de conciencia.
COSTES PERSONALES, BENEFICIOS SOCIALES: LOS PROBLEMAS DE LA
ACCIÓN COLECTIVA
77.1
Medítese un momento, por ejemplo, en la enorme influencia que el modelo de
urbanismo tiene el comportamiento ambiental individual. Con un tipo de
urbanismo compacto, buenos transportes públicos, sistema de reciclado
eficiente, objetivos sociales de eficiencia energética (incorporados a la
normativa industrial y de construcción de viviendas, por ejemplo), etc., el
comportamiento de la mayoría estará de antemano encarrilado hacia pautas
ecológicas. Por el contrario, con un tipo de urbanismo disperso, (chalés con
jardín y piscina individual, fomento del automóvil privado, etc.) el
comportamiento individual ecológicamente benigno será en muchos casos
sencillamente imposible, en otros difícil o casi heroico.
Las “infraestructuras” y los sistemas de incentivos en los que se desenvuelve
nuestra vida nos conducen a actuar mal. Acciones bellas
Los cambios hechos por el hombre en la biósfera amenazan la integridad de
los sistemas de mantenimiento de la vida, que resultan esenciales para la
supervivencia humana. (…) El problema ambiental frecuentemente es invisible
al ojo; trabaja lenta, silenciosamente, sin dramatismo; cuando es diagnosticado
a menudo requiere acciones que entran en conflicto con valores sociales y
religiosos profundamente arraigados, estilos de vida y sistemas económicos.
En otras palabras, la crisis es potencialmente letal porque sólo podemos
hacerle frente con niveles de cooperación internacional desconocidos en la
historia universal.35 complementa lo expresado en “transformaciones
profundas v/s superficiales”, buscar en
www.movilidadsinmotores.blogspot.com)
78.2
…, hay situaciones en las que sólo se puede decidir mal, en que todas las
alternativas que nos ofrecen son malas.
¿Qué hacer en tales circunstancias? ¿Seguir el severo dictamen de Karl Kraus
y, puestos ante la tesitura de elegir entre dos males, no elegir? Creo que la
única salida es esforzarnos por cambiar el marco dentro del cual elegimos,
cambiar las “reglas del juego”
79
… sociedad de la desinformación por sobreinformación…
79
MÁS FUENTES DE ILUSIÓN Y DEFORMACIÓN COGNITIVA
1. PEREZA O INERCIA COGNOSCITIVA
Parece caracterizar nuestra vida psíquica cierta inercia, pereza o
conservadurismo cognitivo por el cual tendemos a aceptar los marcos dentro
de los cuales se nos presentan los problemas, a esperar “más de lo mismo”, y
a ignorar la posibilidad de cambios radicales en un plazo de tiempo corto.
79.4
1972 del informe al Club de Roma Los Límites del Crecimiento… 80.1 sigue
siendo referencia obligada de muchos de bates ecológicos – sociales,…hace
algunos años una parte del equipo redactor inicial ha elaborado un segundo
“informe Meadows” que actualiza aquél y da cuenta de los cambios ocurridos
en los últimos decenios40
2. EFECTO DE ANCLAJE
Por lo general sobrevaloramos las impresiones iniciales en relación con una
persona o un problema, y si después recibimos nueva información
contradictoria, tendemos a hacer caso omiso de ella.
3. LO NUEVO A TRAVÉS DE LO VIEJO
La gente tiende a asimilar la información nueva en el sentido de la información
existente en vez de enfocarla con carácter adicional (Anderson 1982).
81
4. EFECTO DE REPRESENTATIVIDAD O “INDUCCIÓN POPULAR”: LA
ANÉCDOTA QUE SE CONVIERTE EN CATEGORÍA.
Los cambios lentos pueden no percibirse porque quedan absorbidos, por
decirlo así, en un contexto general, mientras que se atribuye una importancia
exagerada a cambios determinados de carácter secundario.
5. EFECTO DE DISPONIBILIDAD
la tendencia a sobrevalorar todo lo que es nuevo y espectacular
6. MECANISMOS DE AQUIESCENCIA Y SEGREGACIÓN
aceptamos los problemas dentro de la formulación con que se nos aparecen
sin generar espontáneamente versiones alternativas (que acaso permitirían
resolver el problema con mayor facilidad). Por segregación, aislamos el
problema de su contexto global y hacemos que ocupe el centro exclusivo de
nuestra atención49
7. DISTORSIONES DE LA PERCEPCIÓN DE PROBABILIDAD
Lo “típico” nos parece altamente probable, con independencia de las
probabilidades objetivas de que aparezca en una situación concreta. La
narración prevalece sobre la razón: una historia plausible y bien explicada
puede hacer que consideremos “objetivamente” probables acontecimientos a
los que instantes antes no hubiéramos concedido ni la más mínima
probabilidad52
(…) Un tercer “daltonismo probabilístico” es el siguiente: por debajo de cierto
límite, las probabilidades nos parecen equivalentes.
8. EXCESO DE CONFIANZA
“La gente está demasiado segura de que ya conoce la respuesta a las
cuestiones, lo que la hace menos dispuesta a asumir nueva información e
interesarse por los nuevos modos de considerar el mundo”56
Con estas 8 “FUENTES DE ILUSIÓN Y DEFORMACIÓN COGNITIVA”, se
puede analizar comprensivamente el caso 2º puente en Valdivia, las
megahidro o termoeléctricas, la dependencia de fuentes laborales
dañinas (forestal), el enfoque de bici-inclusión del estado chileno, la
proyección de infraestructura deportiva de la UACH, etc…
83
LOS PELIGROS DEL CAPILLISMO
El sociólogo social Irving Janis estudió lo que él llamó groupthink (pensamiento
grupal), que podría traducirse por el término de capillismo57. Los grupos
relativamente cohesionados y aislados de otros puntos de vista discordantes
con no los suyos con frecuencia deforman la realidad y toman decisiones
erróneas. Según Janis, el capillismo es “el modo de pensar que las personas
adoptan cuando la búsqueda de la coincidencia se hace tan dominante, en un
pequeño grupo cohesionado, que tienden a descartar consideraciones realistas
para otras líneas alternativas de acción” cuántas personas es un pequeño
grupo? esto puede suceder tb en un comunidad urbana? o en toda una
ciudad? Los grupos atrapados en el capillismo se perciben típicamente a sí
mismos como invulnerables e infalibles, están cegados por el optimismo, y se
parapetan cuidadosamente contra las intromisiones discordantes de la
realidad.(…) El capillismo de los residentes puede conducirlos a la impotencia y
al aislamiento. El capillismo de los gobernantes puede producir catástrofes
socio-ecológicas cuyo verdadero alcance sólo hemos comenzado a barruntar
en los últimos decenios del siglo XX.
87
¿CAMPAÑAS MASIVAS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?
Los efectos de las campañas de masas destinadas a cambiar la conducta del
público suelen ser marginales (Mcguire, 1985). Es posible que influyan
modestamente en las opciones y en las actitudes, pero esto dista mucho de
ser un cambio de comportamiento (Condelli y colaboradores, 1984; Syme y
colaboradores, 1987), especialmente si la conducta deseada supone un
sacrificio o abstenerse de un placer. Un incentivo más fuerte en favor de la
acción o la abstinencia, creado por la legislación o una política de precios, tiene
más probabilidades de dar resultados, como ocurrió con el empleo de
cinturones de seguridad en los automóviles, que aumentó considerablemente
después de que se promulgaran leyes que lo hacían obligatorio70.
Aquí tenemos, de nuevo, argumentos en el sentido de intentar la modificación
de las conductas antes que la modificación de las actitudes (con la fuerte
probabilidad de que, si las conductas cambian, las actitudes también lo hagan
después). Conducta=lo que el individuo hace; actitud= lo que el individuo
piensa (Meister, A. 1962). Por tanto se puede ir tanto de la transformación
de la actitud a la conducta –enfoque convencional) como en el sentido
contrario. Puede ser tb. un cuestionamiento al clásico pienso, luego
existo y proponer un existo, luego pienso.
88
“En un mundo en el que se emplean unos 400.000 lts. de agua para fabricar un
automóvil es ridículo decirle a la gente que utilice el agua de cocer los huevos
para regar los tiestos a fin de ahorrar”73
89.1
Elliot Aronsony Michael O’Leary (1982-83) mostraron que pueden inducirse de
manera no manipulativa conductas deseables (de ahorro energético, por
ejemplo) simplemente ofreciendo información que sugiera lo que la gente hace
habitualmente en una situación determinada, con una efectividad
impresionante.
…en situaciones de incertidumbre tendemos a hacer como los demás. De ahí
el poder de los buenos ejemplos, pero tb de los malos. Las minorías
consientes habrían de proponerse indesmayablemente ser ejemplares, y no
dejarse arredrar por las consabidas observaciones de “lo que hacéis tiene un
valor sólo testimonial”: precisamente las conductas y actitudes “testimoniales”
en el buen sentido de la palabra tienen una eficacia enorme para el cambio
social (según demostraron fehacientemente los experimentos mencionados).
90
Para poner en marcha los cambios necesarios por el lado de los poderes
públicos habría probablemente que recurrir a una combinación adecuada de
pedagogía, cambios normativos y cambios en la estructura de incentivos. Por
poner solamente un ejemplo: todo nos lleva a pensar que no basta solamente
con dar facilidades a los ciclistas (incluyendo carriles-bici, aparcamientos
seguros para bicicletas y posibilidades de viajar con ellas en metro y ferrocarril
de cercanías) para que, en muchas ciudades del Norte, un número significativo
de ciudadanos cambie el coche por la bici78. Pero si los cambios anteriores se
combinan con restricciones al, tráfico privado en áreas amplias de la ciudad,
restricciones al aparcamiento de automóviles privados, una política fiscal que
encarezca viajar en automóvil privado frente al transporte público, una mejora
sustancial de la calidad de este último, y una política de información y
pedagogía pública racionalmente ecologista, podemos estar seguros de que los
efectos sobre el comportamiento y las actitudes de las gentes serán bien
distintos.
93
Urge redefinir las convenciones socialmente vigentes sobre la realidad, para
hacernos cargo entre todos de la realidad y gravedad de la crisis ecológica: de
ahí la importancia de una pedagogía social crítica, a todos los niveles, en el
momento presente.

NOTAS CAP.3
8. Los ciudadanos siervos, op.cit., p.38.
17. Aronson, El animal social, op. cit., p. 254-255
18. A. Diekmann/ P. Preisendörfer: “Persönliches Umweltverhalten.
Diskrepanzen zwischen Anspruch und Wirklichkeit”. Kölner Zeitschrift
für Soziologie und Sozialpsychologie, Jahrgang 44 (1992) Heft 2, p.233.
31. O’Riordan: “Attitudes, behaviour and environmental policy issues”, op.
cit., p.24 y ss.
35. R. Disch (comp): The Ecological Conscience. Prentice-Hall,
Englewood Cliffs (N.J.) 1970, p.xiii.
40. Donella Meadows/ Dennis Meadows/ Jorge Randers: Más allá de los
límites del crecimiento. EL PAIS/ Aguilar, Madrid 1992.
49. Piatelli, Los túneles de la mente, op. cit., p.64 y ss.
52. Piatelli, op. cit., 72 y ss., 132 y ss.
56. Sjöberg, op. cit., p.451.
57. Aronson, El animal social, p.35.
70. Sjöberg, “Comportamientos humanos y cambios en el medio
ambiente: perspectivas sicológicas”, op. cit.., p.154.
73. J. Dahl: “La última ilusión”. Debats 35-36 (marzo-junio 1991),
Valencia, p.16.
78. Véase una experiencia estadounidense en E,S. Geller y otros:
Preserving the Environment. New Strategies for Behaviour Change.
Pergamon Press, New York Geller 1982, p.6.

97 CAP 4. LA INDUSTRIA DE LAS MANOS Y LA NUEVA NATURALEZA


(SOBRE NATURALEZA Y ARTIFICIO EN LA ERA DE LA CRISIS
ECOLÓGICA GLOBAL)
97
“El ser del hombre tiene la extraña condición de que en parte resulta afín con la
naturaleza pero en otra parte no, que es a un tiempo natural y extranatural –
una especie de centauro ontológico.” José Ortega y Gasset, Meditación de la
técnica (1933).
99
El tema de este ensayo –naturaleza y artificio- es la vez antiquísimo y
novísimo. Por un lado, se trata de uno de los temas centrales de la filosofía
occidental desde sus mismos orígenes: no cabe duda que los presocráticos, los
sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles se tomaron los debates sobre lo natural
y artificial muy en serio.
99
TRES SENTIDOS DEL CONCEPTO DE NATURALEZA
“Naturaleza” –como casi todos los términos importantes del lenguaje natural- es
una palabra ambigua. De hecho, se trata de una de las palabras cuya polisemia
resulta más compleja y elusiva. Savater distingue tres sentidos filosóficos del
concepto de naturaleza:
1. Naturaleza como conjunto de todas las cosas existentes, sometidas a las
regularidades que estudian las ciencias de “la naturaleza”;
2. Naturaleza como conjunto de las cosas que existen o suelen existir sin
intervención humana, con intervención no deliberada;
3. Naturaleza como origen y causa de todo lo existente, su explicación
última y su razón de ser13.
102
EL CUARTO SENTIDO: NATURALEZA COMO BIOSFERA
Me parece que existe un cuarto sentido del concepto de naturaleza, esencial en
la discusión contemporánea, y que Savater no toma en consideración.
Podemos bautizarlo como naturaleza-4: me refiero a la naturaleza como
biosfera, como sistema organizado de los ecosistemas.
El concepto de biosfera –etimológicamente “esfera de la vida” –fue anticipado
por predecesores de la ecología moderna como el químico Jean-Baptiste
Lamarck o el geógrafo Eduard Suess, pero quien lo acuñó definitivamente fue
el geólogo ruso Vladimir Vernardsky en su libro homónimo (La biósfera, 1926).
El concepto de ecosistema se debe en lo fundamental al biólogo británico
Arthur Tansley (en su famoso artículo de 1935)22. Un ecosistema es un
conjunto de poblaciones de seres vivos, junto con los factores son vivos –
abióticos- asociados a ellas, físicamente constreñido en un espacio
determinado; existen aproximadamente treinta tipos básicos de ellos. La
biósfera es el sistema estructurado de los ecosistemas: el total de biomasa o
material vivo sobre la Tierra, junto con los factores abióticos asociados, pero no
en forma de azarosa acumulación informe –esto es esencial-, sino de sistema
complejamente estructurado. Los organismos vivos, discretos y continuos,
individualizados orgánicamente, no están aislados funcionalmente sino
vinculados por complejísimas tramas de relaciones: forman sistemas,
precisamente ecosistemas. La discontinuidad espacial de la biosfera importa
menos que su continuidad funcional.
103
La ecología describe la biosfera en términos de flujos de energía, ciclos de
materia y complejas pautas organizativas.
106
Don José Ortega y Gasset, en su obrita Meditación de la técnica –que sigue
teniendo muchísimo interés para los meditadores de la técnica-, describe como
a partir de este estadio le ser humano no es tanto el fruto de la adaptación a un
medio natural, sino más bien –crecientemente- el producto de la adaptación del
medio natural a él. A diferencia de los demás animales, el ser humano no
satisface sus necesidades adaptándose a la naturaleza: introduce entre él y el
mundo natural esa mediación, esa “supranaturaleza” que hoy solemos llamar
tecnosfera. Mediante la técnica va conformando el mundo natural para
adaptarlo a sus necesidades y apetitos.
113.2
La distinción “natural/artificial” está más allá del bien y del mal; la calidad de
“natural” (en el sentido de natural-2) no es per se una fuente de valor.
114
En la interpretación de un pensador como Barry Commoner –que comparto-, la
actual crisis ecológica resulta de desajustes en la interacción entre biosfera y
tecnosfera65. (…) Como el biólogo estadounidense dice muy gráficamente,
estos dos mundos, regidos por regularidades distintas, están en guerra. Los
procesos lineales que rigen en la tecnosfera industrial chocan violentamente
contra los procesos cíclicos que prevalecen en la biosfera: cada vez más ciclos
naturales son rotos por la actividad humana, mientras que los “extremos” de
nuestro sistema productivo absorben materias primas y energías y excretan
residuos y desechos a un ritmo insostenible.
115
BIOMÍMESIS: LA IMITACIÓN DE LA NATURALEZA
Pretensión de superación del dilema economía v/s ecología!! Puede ser,
pero esboza una orientación en función de la producción.
126
El conjunto de los ecosistemas forman la biosfera. A conjunto de los
sociosistemas humanos podemos llamarlo sociosfera. El conjunto de los
tecnosistemas humanos es la tecnosfera.

NOTAS CAP.4
13. Fernando Savater: Diccionario Filosófico, Planeta, Barcelona 1996, p.
256 (voz NATURALEZA)
22. Jean Paul Deléage, Histoire de l’écologie (La Découverte, París 1991),
especialmente capítulos 5 y 9; de este libro hay traducción castellana
en ed. Icaria.
65. Barry Commoner, En paz con el planeta, Crítica, Barcelona 1992.
Véase también Robert U. Ayres: “Metabolismo industrial y cambio
mundial”, en Revista Internacional de Ciencias Sociales 121 (UNESCO,
Barcelona 1989).

135 CAP 5. HACIA UNA ÉTICA MENOS EXCLUYENTE; LOS LÍMITES DE


LA COMUNIDAD MORAL.
135
EL PUNTO DE PARTIDA: LA CRISIS ECOLÓGICA GLOBAL
Entiendo que el punto de partida para nuestra reflexión sobre ética y ecología
ha de ser la crisis ecológica global, con las características que ya he intentado
explicitar en otras ocasiones. Es global porque afecta a la biosfera entera: se
trata de una crisis de dimensiones planetarias. Acaso un par de ejemplos, en
este punto, valgan más que muchas páginas de especulación teórica:
La leche materna, en países industrializados como EE.UU., se haya
tan contaminada con los plaguicidas y los hidrocarburos industriales,
que si se la embotellara y vendiera comercialmente sería prohibida
como peligrosa para el consumo humano por la Food and Drug
Administration. Otro ejemplo ilustrativo: si hoy una ballena queda
varada en una playa de EE.UU. y muere, legalmente su cuerpo debe
ser tratado como “residuo peligroso”, porque las ballenas contienen
PCB (bifenilos policlorados –un tipo de tóxico industrial)a niveles que
exceden las concentraciones mínimas para clasificar un residuo
como legalmente ´peligroso´, debido a que sus niveles de contenido
de PCB aumentan constantemente.4
Lo que tenemos que subrayar, acto seguido, es que se trata de una crisis cuya
causa son los seres humanos: esta crisis es hechura nuestra, de esta singular
especie animal autobautizada homo sapiens. Si hoy la biosfera está
amenazada es por lo que en el pasado hemos hecho y dejado de hacer, por lo
que ahora estamos haciendo y dejando de hacer. Tal circunstancia es singular:
ninguna otra especie viva ha tenido antes le poder de modificación de la
biosfera que nosotros tenemos.5
136.2
Si no nos enfrentamos a las fuerzas destructivas no es porque no podamos
hacerlo, sino porque no queremos.
136.3
Sin libertad no puede existir el ámbito moral. Con más precisión, son menester
al menos las siguientes tres condiciones para que podamos hablar de
comportamiento moral: (a) han de existir modos alternativos de acción; (b) el
agente ha de poder evaluar los cursos alternativos de acción, vale decir,
asignar “bondad” o “maldad” moral a tales cursos (sea cual fuere el significado
que demos a bueno o malo en una teoría ética particular); (c) el agente ha de
ser libre para escoger aquello que juzga bueno.
Ahora bien: la existencia de una acción humana libre ha sido negada, sin
embargo, por ciertas filosofías y concepciones del mundo. A este punto de vista
se le acostumbra a llamar “determinismo”.
Creencias, convicciones absurdas del tipo “el parque automotriz seguirá
creciendo”; ¿por qué asumir como certezas un evento futuro no deseado
y que depende del ser humano el modificarlo? Predicción, profesía
autocumplida. Es como decir “no queda otra, no tenemos opción”
136.3
una acción es libre siempre que no se realice en condiciones de coerción o
ignorancia7. De un agente moral que actúa libremente en estas condiciones
podemos decir que posee autonomía, aunque sea en este sentido “débil”.
La opción de transporte está plagada de coerción e ignorancia
137
La capacidad de impacto ambiental de los grupos humanos ha aumentado
tremendamente desde los comienzos de la Revolución Industrial, y muy en
especial durante el periodo llamado “fordista” del capitalismo (a partir de 1930 –
1950).
140
…,propongo ahora que fijemos nuestra atención sobre un conjunto de ocho
rasgos –seis semejanzas y dos diferencias- que estructuran la relación del ser
humano con el mundo o cosmos que habita,
Tenemos, en primer lugar, cinco grandes igualdades del ser humano con los
demás vivientes, cinco rasgos de continuidad entre el ser humano y le resto de
los seres vivos:
1. Todos compartimos la misma historia evolutiva sobre el planeta Tierra.
2. Todos existimos dentro de límites espaciotemporales, somos finitos y
vulnerables, estamos abocados a la muerte.
3. Todos somos interdependientes, 1ª ley informal de Barry Commoner, en
la naturaleza todo está relacionado con todo lo demás.
4. Todos aspiramos a la autoconservación. Cada ser vivo se esfuerza en
perseverar activamente en su ser: para filósofos como Spinoza, este
esfuerzo o conatus constituye la esencia actual de ese ser.
5. Todos poseemos un bien propio de nuestra especie biológica, un telos o
conjunto de condiciones bajo las cuales nos desarrollamos óptimamente,
y en este sentido somos realidades teleológicas.
Sólo con los seres sintientes, con sistema nervioso que permite experimentar
dolor, malestar o bienestar:
6. Todos los animales –como mínimo todos los vertebrados y de seguro
más allá- somos realidades sintientes capaces de sufrir y gozar, de tener
una vida subjetivamente buena o menos buena.
Por otra parte, los seres humanos ocupamos un lugar especial dentro de la
biosfera, en virtud sobre todo de dos características notables que ecólogos
como Ramón Margalef han subrayado a menudo: (A) la transmisión de
contenidos culturales entre individuos y entre diferentes generaciones, y (B) la
gran capacidad de usar energías exosomáticas captadas del medio ambiente
(que es, como si dijéramos, la habilidad tecnológica número uno” del Homo
sapiens). Lenguaje y técnica, para abreviar. Por eso hay que llamar la atención
sobre dos grandes diferencias del ser humano con los demás vivientes:
7. Sólo los seres humanos somos agentes morales. Sólo nosotros
poseemos capacidades como le lenguaje articulado, la racionalidad, la
autoconciencia plenamente desarrollada, la capacidad de anticipación
plenamente desarrollada… Ocupa un lugar destacado entre estas
capacidades específicamente humanas la capacidad de preveer las
consecuencias de las propias acciones; de formular juicios de valor; de
elegir entre diferentes vías de acción; de actuar siguiendo normas y
reglas; de ponerse en el lugar del otro y sentir empatía; y de actuar de
modo altruista.
8. Sólo los seres humanos hemos creado una tecnociencia capaz de borrar
a nuestra especie y a todas las demás especies de animales superiores
de la faz de la Tierra. Sólo nosotros tenemos la tremenda capacidad de
impacto ambiental, de alteración y devastación de la naturaleza, que nos
convierte en una “fuerza geológica planetaria”.
7 y 8 me resultan lo mismo, es el poder + elección lo que nos hace sujetos
morales

143
Creo que la dificultad de situar adecuadamente al ser humano en el cosmos
proviene del doble movimiento que hay que hacer: en mi opinión hay que
afirmar la continuidad de la especie humana con las demás especies (rasgos 1
a 6), y simultáneamente su singularidad irreductible entre éstas (rasgos 7 y 8),
lo cual encierra cierta paradoja. Lo ha visto bien Paul Ricoeur:
Formamos parte de la naturaleza; hay que volver a situar al ser
humano dentro de los ecosistemas. Somos un fragmento de la
biosfera, pero el único que está dotado de conocimiento y
responsabilidad. Es necesario por ello equilibrar el sentimiento de
pertenencia a la naturaleza con el sentimiento de excepcionalidad
del ser humano dentro de la naturaleza. Se trata de un equilibrio que
hay que reconstruir continuamente22.

144
Pertenencia a la naturaleza y a la vez extrañeza respecto a ella. Este doble
movimiento –ineludible pero sin duda complicado- desequilibra frecuentemente
a quien intenta practicarlo, y de ahí las exageraciones en que continuamente se
incurre: o bien separa tajantemente al ser humano del resto de los vivientes, sin
reconocer continuidad ninguna, o bien asimilarlo por completo negando
cualquier discontinuidad. Pero ninguna de estas dos exageraciones me parece
defendible.
147
La ampliación de la comunidad moral que vamos a explorar no es –como en
Darwin- intento de explicación histórico-biológico, sino propuesta metaética y
normativa. Puede apoyarse en las “seis grandes igualdades” que señalamos
antes,

ESTO + EXPANSIÓN NOCIÓN DE HOGAR + HUNDERTWASSER +


DESPERTADORES DE CONCIENCIA,
Un todo, una misma cosa desde distintas miradas, para dar metasentido
profesional y personal, como ser eco-cultural en el mundo desde el rol
para el mundo del prof de ed física
I. El primer caso es puramente hipotético, aunque tiene interés
mencionarlo (por razones tanto históricas como analíticas). Se trata
de lo que podríamos llamar una ética egocéntrica, en la cual la
comunidad moral (y el círculo de responsabilidad) quedaría reducida
a un solo individuo; uno mismo.
II. Con una primera ampliación de la comunidad moral obtendríamos una
ética del grupo reducido (familia, clan, tribu), un tipo de moral
“nepotista”.
III. Moral de la comunidad nacional, un nacionalismo moral según el cual
reconocemos como iguales, y trataos con el mismo respeto que
exigimos para nosotros mismos, sólo a miembros de la nación a la
que pertenecemos.
IV. Cuando el círculo de responsabilidad se extiende a toda la comunidad
presente, al conjunto de todos los seres humanos vivos, podríamos
hablar de un antropocentrismo del presente.
V. Si incluyésemos también a las generaciones futuras, tendríamos una
posición ética que podríamos bautizar como antropocentrismo
intergeneracional.
VI. A los animales superiores cuyas capacidades intelectuales y
emocionales se hallan al mismo nivel que las de los niños pequeños
o los humanos discapacitados. Los primates: las dos especies de
chimpancés, los gorilas y los orangutanes son los candidatos más
evidentes para la primera ampliación de la comunidad moral que
desborde los límites de nuestra especie. Una ética de los primates.
VII. A todos los seres sintientes: o sea, por lo menos los animales. Esta
sería una ética sensocéntrica o zoocéntrica.
VIII. La posición ética que amplía el círculo de la comunidad moral hasta
incluir a todos los seres vivientes se conoce habitualmente como
biocentrismo.
IX. Una ulterior ampliación posible de la comunidad moral consistiría en
abandonar el terreno del individualismo moral –donde nos hemos
mantenido hasta aquí – para incluir en ella totalidades: ecosistemas,
la biosfera entera, o quizás también los elementos naturales como
aire, tierra o agua. Ésta es la posición que en el cap. 1 denominamos
ecocéntrica39.

Y una visión globalizadora, el todo espacial, temporal, material,


espiritual? Cosmocéntrica? Puede el todo estar al centro del todo? Ya no
cabe una etimología “algocéntrica”, más bien, necesitamos una ÉTICA
CÓSMICA.

152
NI DEMASIADO ANTROPOCENTRISMO, NI DEMASIADO BIOCENTRISMO
En un célebre artículo de 1980 John Baird Callicott, un profesor de filosofía de
la Universidad de Wisconsin, reivindicó la ética de la tierra de Aldo Leopold,
pero en una versión tan extremosamente misántropica que, si estuviéramos
convencidos de la fidelidad del discípulo a las ideas del maestro, cabría
preguntarse si no deberíamos olvidarnos de semejantes éticas de la tierra por
siempre jamás. Aunque el mismo Callicott se desdijo posteriormente de estas
posiciones, es instructivo considerar su texto 42
Su holismo ético43, según el cual lo bueno es lo que favorece el bien de los
ecosistemas, le lleva a postular que le grado de misantropía de una teoría ética
servirá como indicador de su seriedad biocéntrica. Cita con aprobación a
Edward Abbey, quien en su obra Desert Solitaire afirma que prefiriría disparar a
un hombre antes que a una serpiente. Cita con aprobación a Garret Hardin,
que sugería que si algún visitante de una reserva natural sufría un accidente,
debería ponerse a salvo por sí mismo o morir en el intento, para que los
vehículos de rescate no perturbaran la vida de las zonas vírgenes (“desde la
perspectiva del biólogo, la vida humana es una mercancía demasiado
abundante en relación con la vida silvestre y los paisajes naturales”). Alaba el
ethos de los cazadores-recolectores paleolíticos- aunque reconoce con pesar
que “hoy es imposible retornar a la relación simbiótica del hombre del
paleolítico con su entorno natural”-, y propone recuperarlo en lo posible para la
futura sociedad ecológica, en la cual “la enfermedad se considerará un mal
peor que la muerte”, y que “reducirá todo lo posible la esfera doméstica, y se
regocijará en un recrudecimiento del salvajismo y un renacimiento de la
experiencia cultural tribal”. Cada cual tiene sus sensibilidades más o menos a
flor de piel, claro está: a mí estas páginas de Callicott me ponen los pelos de
punta, me alborotan los anticuerpos contra el facismo, y me hacen desear que
cuando llegue el momento de demostrar la virilidad renunciando a la anestesia
en la cirugía, sean los deep ecologists que los propusieron quienes pasen
primero por la mesa de operaciones. ¿O prohibiremos también el ejercicio de la
profesión a cirujanos y dentistas para que sólo sobrevivan los más aptos en el
nuevo mundo ecológico?
154
Tratar a los seres humanos simplemente como animales omnívoros que
deberían ajustar su biomasa a la biomasa que les sirve de alimento de acuerdo
con las mismas pautas que regulan la población de los osos es un empeño
imposible.
156
Tiene muchísimo interés el intento que James P. Sterba ha hecho de mostrar
cómo las versiones moralmente más sensatas del antropocentrismo y el
biocentrismo, aun partiendo de fundamentos diferentes, conducen a principios
de justicia ecológica semejantes… Justifica el siguiente conjunto de tres
principios morales, y muestra cómo puede fundamentarse tanto desde
posiciones antropocéntricas como biocéntricas:
1. Principio de defensa humana: las acciones de autodefensa, y de defensa
de otros seres humano frente a agresiones dañinas, están justificados
incluso si implican matar o dañar a animales o plantas.
2. Principio de preservación humana: las acciones necesarias para
satisfacer las necesidades básicas de uno mismo o de otros seres
humanos están justificadas, incluso cuando implican atentar contra las
necesidades básicas de animales y plantas.
3. Principio de desproporción: se prohíben las acciones para satisfacer
necesidades no esenciales o superfluas de seres humanos, cuando
éstas implican atentar contra las necesidades básicas de animales y
plantas. Este es el principio que cuestiona el dominio ilimitado de los
seres humanos sobre el resto de los seres vivos.
una ÉTICA es una forma de referirse a la AUSTERIDAD, desde una
filosofía ecológica de las necesidades humanas, similar y
equivalente al Desarrollo a Escala Humana

NOTAS CAP.5
4. Peter Montague en G. Tyler Miller: Ecología y medioambiente (Grupo
Editorial Ibeoamérica, México DF. 1994 –la edición original inglesa es
de 1992), p.53.
5 Quizás con la excepción de las “algas azules” o cianobacterias que
gobernaron la atmósfera terrestre rica en oxígeno, entre los 3.500 y los
1.000 millones de años antes de nuestra era: véase Joseph Peñuelas,
de la biosfera a la antroposfera, Barcanova, Barcelona, 1988, p.101.
7 Intuición que se remonta nada menos que a Aristóteles: véase la Ética a
Nicómaco, 1110ª.
19 Véase Ramón Margalef, “Desenvolupament sostenible i ciencia”, en
Ramón Folch y otros: Desenvolupament sostenible, Editicions de la
Universitat de Lleida 1999, p. 101.
22 Paul Ricoeur; “L’ethique, la politique, l’écologie. Écologie Politique 7,
Paris 1993, p.14.
39 También podríamos llamar a esta posición ética cosmocéntrica o
fisiocéntrica (recogiendo le sentido original del vocablo griego physis.
42 J. Baird Callicott: “Animal Liberation: A Triangular Affair”.
43 El vocablo holismo viene del griego holos: “todo, entero, completo”. El
holismo considera ciertas realidades –a veces, todas las realidades en
cuanto tales—primordialmente como totalidades o “todos”, y sólo
secundariamente como compuestas de ciertos elementos o miembros:
el todo prevalece sobre las partes. El holismo o colectivismo moral es
la posición antiética del individualismo moral. Para el biocentrismo
holista (que en este libro llamamos ecocentrismo) la sedel del valor son
los ecosistemas, y no ninguno de los seres vivos que los componen. La
formulación clásica de esta posición es sin duda la de Aldo Leopold:
“Una cosa es correcta cuando tiende a preservar la integridad,
estabilidad y belleza de la comunidad biótica. Es incorrecta cuando
tiende a lo contrario” (A Sand Country Almanac, p. 224-225).

163 CAP 6. ÉTICA Y ECOLOGÍA: UNA CUESTIÓN DE RESPONSABILIDAD


(HACIA LA BIOSFERA, LOS SERES VIVOS QUE LA HABITAN Y LAS
GENERACIONES FUTURAS DE SERES HUMANOS)
PREÁMBULO DESDE EL MUNDO MUNDIAL
En diciembre de 1998, unas 50.000 personas huyeron a la desbandada de la
ciudad de Sihanoukville, al sureste de Camboya. Lo que causó este éxodo
fueron varias muertes por envenemiento, atribuidas al vertido de más de tres
mil toneladas de basura tóxica importada de Taiwan, generada por la empresa
Formosa Plastics.
El mundo se ha vuelto muy pequeño. Las telecomunicaciones y los
intercambios mercantiles en una economía mundializada nos vinculan con los
agentes que viven en los lugares más remotos. Los plásticos baratos MADE IN
TAIWAN que compramos en el “todo a cien” resultan estar conectados, a la
postre, con las enfermedades y la muerte que se ceban en un lugar tan remoto
como la ciudad camboyana…
164
Víctor Viñuales –director de la aragonesa Fundación Ecología y Desarrollo y
amigo mío- suele decir que una manera de definir el concepto de desarrollo
sostenible sería ampliar el concepto de prójimo: nuestro prójimo no es ya sólo
el próximo, sino también el lejano (en el tiempo y en el espacio). y también el
no humano?
166
MUTACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA ACCIÓN HUMANA
Con el desarrollo de nuestro poder (sobre todo de nuestro poderío tecnológico)
ha cambiado la esencia de nuestra acción: y esta transformación de la acción
humana es lo que hace necesario un cambio de acento en ética, por la nueva
importancia y urgencia que adquiere la cuestión de la responsabilidad. La
tecnología moderna se convierte entonces en objeto privilegiado de la reflexión
ética y filosófica. Evocaremos ahora sólo algunos de los rasgos más
descollantes de esta transformación de la acción en lo que he llamado la época
moral de largo alcance, rasgos que han analizado pensadores como Günther
Anders13, Hans Jonas14 o Juan Ramón Capella15:
167
• Extensión espacial y temporal de las cadenas causales puestas marchas
por nuestra acción. O, lo que es lo mismo: los efectos de nuestras
acciones llegan mucho más lejos espacial y temporalmente) que en
ninguna época anterior, por lo que tiene sentido decir que nos
encontramos en la época moral de largo alcance.
• Irreversibilidad de muchos de los efectos de nuestra acción.
Crecientemente –y sobre todo en lo que hace al desarrollo de la
tecnociencia- estamos traspasando umbrales de irreversibilidad.
• Carácter acumulativo de los efectos; estos se acumulan, de forma que
las condiciones para las acciones (y las existencias) posteriores no
serán ya las mismas que en el momento temporal anterior. Nuestra
acción presente determina crecientemente las posibilidades (e
imposibilidades) futuras.
• Conciencia creciente de la vulnerabilidad, la fragilidad de la naturaleza
dentro de la cual actuamos.
169
CRECIENTE SIGNIFICACIÓN MORAL DE LLA IMAGINACIÓN…
Tendemos a imaginar el futuro como una mera prolongación del presente. X
ej, “el crecimiento del parque automotriz es tendencia inevitable”
creencia de la mayoría de las autoridades ligadas al tránsito. Este
conservadurismo resulta “natural”. Pero si hoy podemos estar seguros de
algo es que el futuro, sea cual fuere, no podrá ser una mera prolongación
del presente. Nunca lo es, pero en las circunstancias actuales menos
todavía; porque de la mera prolongación de muchas tendencias actuales se
seguirían catástrofes sociales, económicas y ecológicas que ponen en
entredicho la continuidad de la civilización humana y la misma
supervivencia de la especia humana sobre la Tierra. La humanidad está
efectivamente en la encrucijada.
170
Otro de los informes encargados por el Club de Roma es el Informe sobre el
aprendizaje publicado en 1979. Este texto tiene una intención humanista
básica: examinar cómo el aprendizaje puede contribuir a salvar lo que sus
autores llaman el desfase humano. Bajo este concepto entienden la
distancia creciente media entre la creciente complejidad de la realidad (de la
realidad construida socialmente, de la realdada como elaboración colectiva
de las sociedades humanas) y nuestra limitada capacidad para hacerle
frente:
Desde siempre el hombre se ha caracterizado por incrementar el
volumen de sus conocimientos e introducir mejoras en su
instrumentación para habérselas con una complejidad que, durante
la mayor parte de la historia, derivó fundamentalmente de los
fenómenos naturales. Una diferencia esencial con relación a
nuestros días es que la complejidad actual halla su principal causa
en la actividad humana. A ello le damos dado el nombre de desfase
humano, porque no es sino la dicotomía que hay entre la creciente
complejidad de nuestros propios actos y el retraso en el desarrollo
de nuestras capacidades23.
Con esto puede que se relacione el fenómeno de la gestión urbana actual,
que tiende a la intervención de la geografía física y prácticamente
renuncia a la gestionar la transformación de la geografía humana.
170
Este concepto del desfase humano –que me parece fundamental- va en el
mismo sentido que otro introducido por el filósofo alemán Günther Anders más
de veinte años antes: el concepto de un desnivel prometeico (das
prometheische Gefälle)24 . Anders pensaba que producimos más de los somos
capaces de aprehender con nuestras facultades intelectuales y emocionales, y
que ésta es una de las características básicas de nuestro tiempo.

171
Cien y cien mil son lo mismo a estos efectos. Como si nuestra capacidad de
sentir e imaginar realmente se saturase más allá de cierto límite, ridículamente
bajo en comparación con nuestra capacidad de destrucción. En cierto sentido,
podríamos decir que el ser humano de nuestra época es “más pequeño que sí
mismo” (por ejemplo, su capacidad de destruir es infinitamente mayor que su
capacidad de imaginar lo que ha destruido, o de sentir pesar por ello).
172
…Y EL TIEMPO
• En tercer lugar tenemos un campo de problemas que podríamos
caracterizar como cultura ecológica de la lentitud versus cultura
capitalista de la rapidez. En efecto: una cultura ecológica no puede ser
sino una cultura de los tiempos pausados, los tiempos lentos. La
instantaneidad del usar y tirar se opone frontalmente a la duración y la
perdurabilidad que caracterizaría a una sociedad ecológicamente
sustentable (…), no cabe pensar en una economía ecologizada sin
entrar en una fase de ralentización, de desaceleración.
174
BREVE ANÁLISIS DE LA NOCIÓN DE RESPONSABILIDAD
• Para que podamos hablar de responsabilidad ha de existir un poder
causal: respondemos de las consecuencias de nuestras acciones sólo si
efectivamente las hemos causado37. Este poder causal ha de estar bajo
el control de un agente personal (individual o colectivo). Nótese que, a
tenor de lo dicho, el concepto de responsabilidad está ligado
inextricablemente con la autonomía moral y el ejercicio de la libertad:
esta fundamente a aquélla (dentro de un mundo donde los fenómenos
estuviesen totalmente determinados, la responsabilidad se
desvanecería). Sólo los seres libres pueden ser responsables. No se
pueden exigir responsabilidades a seres que no sean personas en el
sentido de agentes morales. Este poder causal controlado por un agente
personal es la primera condición de la responsabilidad, que podemos
denominar CONDICIÓN DE CAUSACIÓN.
• La segunda condición de la responsabilidad es la que podemos
denominar CONDICIÓN DE CONOCIMIENTO: que el agente pueda
prever las consecuencias de sus actos. Nótese, sin embargo, que la
ignorancia negligente no anula la responsabilidad.
• CONDICIÓN NORMATIVA: que lo que se causó pueda juzgarse, a la luz
de algún principio o norma, como relevante para el juicio que emitimos.
• CONDICIÓN DE SUJETO: que el agente quiso causar el resultado que
se juzga, o no pudo evitar hacerlo41

175
LAS CONDICIONES DE LA RESPONSABILIDAD: RESUMEN
Un agente puede ser considerado responsable de las consecuencias de su
acción si,
(A) Efectivamente la causó (condición de causación) ok
(B) Pudo prever las consecuencias de su acción, o hacer lo necessario para
poder preverlas (condición de conocimiento) ok
(C) Lo que causó puede juzgarse a la luz de algún principio o norma, como
relevante para el jucio que emitimos (condición normativa) ok
(D) El agente quiso causar el resultado que se juzga, o no pudo evitar o no
pudo evitar hacerlo (condición de sujeto) ¿?

175.4
…la responsabilidad, que es indisociable de la acción humana, está en función
del poder y del saber. Al aumentar nuestro poder causal, igual que al aumentar
nuestra capacidad de previsión, aumenta nuestra responsabilidad.
180
LOS COSTES EXTERNOS O “EXTERNALIDADES”54 son costes sociales no
compensados (vale decir, impuestos a terceros fuera de cualquier transacción
voluntaria.
181
Las empresas engañan a la sociedad hablando de reducción de costes –y la
mayoría de la sociedad acepta gustosa el engaño- cuando lo que realmente
tiene lugar, por múltiples vías y mecanismos, es exportación de daños. (…) El
sistema –la Megamáquina, en términos de Lewis Mumford- no podría funcionar
sin ese continuo y gigantesco trasiego de daños desde el centro hacia las
periferias: lo que nosotros hemos llamado el aspersor de daños. Ahí donde los
economistas hablan asépticamente de externalidades, nosotros tenemos que
insistir en que se trata de daños exportados: y que otros lo sufren. Frente al
“ojos que no ven, corazón que no siente” tenemos que oponer un resuelto: que
no paguen justos por pecadores. ver documental La Pesadilla de Darwin
181
El capitalismo tiende a generar un elevado nivel de males públicos. Porque “en
una economía capitalista hay una clase reducidísima de personas ricas que
reciben ingresos gigantescos como dividendos por sus participaciones en los
beneficios de las empresas, y está en su interés mantener grados muy
elevados de males públicos que aumenten los beneficios, el efecto positivo que
los males públicos tienen sobre los ingresos de estas personas les compensa
sobradamente por el efecto negativo directo que los males tienen para su
bienestar”56
“Internalizar las externalidades” (en mejor castellano: interiorizar los efectos
externos) suena como una expresión inofensiva, de una neutralidad poco
comprometedora. Pero mientras no caigamos en la cuenta de que interiorizar
los efectos externos, para nosotros, puede significar renunciar al automóvil
privado o a la inmensa mayoría de los viajes en avión, poco habremos
avanzado: mientras no advirtamos que interiorizar los efectos externos significa
cambiar de arriba abajo las relaciones norte –sur, no habremos avanzado
nada.
182
MECANISMOS PARA RESPONSABILIZARNOS: LOS BUCLES DE
RETROALIMENTACIÓN NEGATIVA
Las ideas más geniales son muchas veces las más sencillas. Una de las más
geniales es el bucle de retroalimentación negativa, por emplear el término
técnico habitual en teoría de sistemas. La palabra puede parecer desalentadora
(un “palabro” más que una palabra), pero la idea es muy simple.
¿Cómo controlar lo que crece y no debería crecer? ¿Cómo conseguir
equilibrios, regulando el crecimiento indeseable de cierta magnitud? Aplicando
bucles de este tipo. Si la temperatura de la habitación aumenta demasiado,
instalamos un termostato en la calefacción. Si la población de bacterias en
nuestro organismo se dispara, ingerimos un antibiótico. Si la disparidad de
ingresos aumenta demasiado, ponemos en marcha un sistema fiscal y de gasto
público para redistribuir. Si los poderosos abusan del poder, creamos sistemas
de derechos humanos. Si…
Gestión integral de la movilidad desde un paradigma ecológico, con
responsabilidad intergeneracional, NO determinista, lo ecológico por
sobre lo económico.
Todo esto son ejemplos de retroalimentación negativa (negative feedback en
inglés), que contrarrestan un crecimiento indeseado (la retroalimentación
positiva amplificaría dicho crecimiento, con mecanismos de “echar más leña al
fuego”) ej. Ensanchamiento de las vías para autos Los bucles de
retroalimentación negativa son cadenas de relaciones causa-efecto que
propagan un cambio en uno de los elementos hasta que la onda regresa
modificando ese elemento en una dirección opuesta al cambio inicial, y
asegurando así la estabilidad.
Ahora bien, si aceptamos que buena parte de los problemas civilizatorios a los
que hacemos frente tienen que ver con el crecimiento descontrolado, el
desequilibrio, la extralimitación; y si propugnamos en consecuencias éticas de
la autocontención y políticas de autolimitación, entonces la suprema
importancia de estos bucles nos aparece con claridad.
184
La dinámica de sistemas sugiere que en muchos casos, un bucle de
retroalimentación simple basta para resolver numerosas dificultades. Así, por
ejemplo, la importantísima idea de “internalizar los costes externos” es un caso
particular de retroalimentación negativa. (…)También la participación
democrática en la elaboración de leyes: si los afectados y afectadas por la
norma toman parte en su elaboración, será más fácil aproximarse a la justicia.
Otros casos interesantes: si los directivos de una instalación industrial viven
cerca de las emisiones de la misma al medio ambiente, será más fácil lograrla
contaminación cero; o bien, si las aguas residuales de industrias y municipios
se reintroducen más arriba del lugar de toma de aguas (en lugar de más abajo,
como sucede en la actualidad), se avanzará rápidamente hacia una depuración
perfecta de éstas…

PARA CONCLUIR: TRES GRANDES PROPUESTAS DE ÉTICA ECOLÓGICA


• Para la ética biocéntrica la sede del valor “en sí” son los seres vivos.
Éstos tienen un bien propio, y pueden ser dañados o beneficiados. (…)
Realizar este ideal implicaría grandes cambios prácticos, pero no exigiría
reajustes teóricos inabordables.
• Para la ética ecocéntrica (ética biocéntrica holista), la sede del valor son
los ecosistemas, y ningún individuo es un fin en sí mismo. Lo considero
inaceptable por las razones que expuse anteriormente: el holismo ético
me parece poco convincente, y por otra parte el biocentrismo extremo,
con su idea de “igualitarismo biosférico” entre todas las especies vivas,
no considera adecuadamente la singularidad humana.
• La ética de la responsabilidad. Es compatible con la ética biocéntrica
pero no con la ética ecocéntrica.

En mi opinión, una posición ética adecuada resultaría de combinar la ética


biocéntrica con una ética de la responsabilidad. (…)
Dicho con dos ejemplos: el aforismo de Nicholas Georgescu-Roegen según el
cual “un coche más hoy es un campesino menos en el futuro”.

NOTAS CAP.6
13 Die Antiquiertheit des Menschen (La obsolesencia del ser humano)… Beck
Verlag, München 1985 (1956).
14 En el pricipio 1 de El principio de responsabilidad; “El carácter cambiado de
la acción humana”.
15 En el capítulo 2 (“La acción el laberinto”) de Los ciudadanos siervos.
Editorial trotta, Madrid 1993.
23 James Botkin / Mahdi Elmandjra / Mircea Malitza: Aprender, horizontes sin
límites. Santillana, Madrid 1979, p.26.
24 Anders, Die Antiquiertheit des Menschen vol. 1 p.16-17 y 267-271
37 Hans Jonas, Das Prinzip Verantwortung, op. Cit., p.172
41 Thiebaut, op. Cit, p.6
56 John Roemer, Un futuro para el socialismo, CRÍTICA, Barcelona 1995, p.81
189 CAP 7. RESPONSABILIDAD HACIAS LAS GENERACIONES FUTURAS
(EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS ECOLÓGICA)
191
Los economistas, al contrario de los biólogos, lo consideran inevitablemente
todo a corto plazo. Esto los hace en parte optimistas respecto de la
conservación de las materias primas. Desde su punto de vista, es absurdo
preguntarse que pasará al cabo de treinta años. El economista cree estar
aliviando nuestros escrúpulos conservacionistas cuando asegura que las
reservas de un determinado mineral durarán hasta el año 2000 (¡Dentro de
treinta años!)” John Passmore. 1974.

Amar es, entre otras cosas, preocuparse por el futuro de lo que amamos. John
Passmore. 1974.

195
LA REGLA FORMAL DE JUSTICIA
La consideración igualitaria de los intereses de todos los seres que posean
intereses (esto es, las criaturas sintientes). Este principio, se aplica de forma
diacrónica? Dicho de otro modo: los intereses de las criaturas sintientes de las
diferentes generaciones “cuentan” lo mismo moralmente?
Creo que la respuesta ha de ser que la acción moral no puede discriminar
selectivamente a sus objetos, ni en el espacio ni en el tiempo.
201
En Francia se creó un Consejo para las Generaciones Futuras, presidido por el
oceanógrafo Jacques-Yves Costeau, que funcionaba en el marco del Ministerio
de Medioambiente (decreto del 8 de marzo de 1994). Por desgracia, fue
disuelto al finalizar el mandato del presidente Mitterrand.
202
La propuesta central de OCAW (años 90’ EEUU, Oil, Chemical and Atomic
Workers) es la creación de un Fondo para la Transición Justa que
proporcionará compensación salarial completa (subsidio de desempleo,
protección social completa, ayudas para formación y estudios) a cualquier
trabajador o trabajadora que pierda su empleo por razones de protección
ambiental.
208
Es importante señalar que estos planificadores de nuestra vida no están
sometidos a control democrático: precisamente en la decisiva fase inicial de
estos proyectos gigantescos, en la que podrían formularse deseos y buscar
vías para su satisfacción, tiene la palabra exclusivamente un pequeño círculo
de expertos y políticos: una elite tecnocrática. Los afectados llegan siempre
demasiado tarde, y no pueden influenciar el contenido de las propuestas ni la
toma de decisiones sobre ellas, sino a lo más organizarse para oponer
resistencia (iniciativas ciudadanas, movimientos sociales).
La motivación económica que condujo a la industria automovilística a producir
coches más grandes y más potentes en lugar de coches pequeños ha sido
sucintamente expresada por Henry Ford II: “Los minicoches dan lugar a
minibeneficios”. John Z. De Lorean, un antiguo ejecutivo de la General Motors,
ha sido más explícito: “Cuando, a finales de la década de los sesenta, en
respuesta a una creciente demanda en el mercado, hubiéramos debido estar
proyectando el cambio a coches ás pequeños, con un menor consumo de
combustible y más ligeros, la dirección de General Motors se negó porque
‘ganamos más dinero con los coches grandes’ 37

NOTAS CAP. 7
37 Barry Commoner: En paz con el planeta, Crítica, Barcelona 1992 p.81

215 CAP 8. UN APARTHEID PLANETARIO. ECOLOGÍA, GLOBALIZACIÓN


Y DESIGUALDAD SOCIOECONÓMICA
En el mundo coexisten pueblos de dos tipos: los que viven de los recursos de
su ecosistema, y los que explotamos los recursos de toda la biosfera4
…,las culturas biosféricas que se han desarrollado de forma incipiente con los
primeros Estados Centralizados, y de manera más plena a partir del siglo XVI,
con la explotación imperialista del resto del mundo por parte de Europa,
acopian los recursos de su propio territorio y también de ecosistemas lejanos
(ej, la selva valdiviana convertida en chips para Japón); pueden desarrollar
pauta de “usar y tirar” con respecto a los recursos naturales, convencidas de
que, una vez exprimida una zona, se podrá comenzar a “desarrollar” la
siguiente. Así funcionaba Roma hace dos mil años y así funcionan EE.UU.,
Japón o la Unión Europea; el discurso neoliberal de la globalización, entre otras
cosas, busca proporcionar legitimización a estos procesos.
Como los pueblos que vivimos de la biosfera entera acaparamos cada vez más
recursos planetarios, los pueblos que viven de su ecosistema tienen cada vez
menos recursos para ellos: su “espacio ecológico” mengua costantemente.
217
LA APROPIACIÓN DESIGUAL DE LOS “BIENES” ECOLÓGICOS: EL
EJEMPLO DE LA ENERGÍA (complementar con Energía y Equidad de Ivan
Illich)
El control sobre los combustibles fósiles ha desempeñado un papel central no
sólo en la liberación respecto del trabajo físico penoso, sino también en la
ampliación de las diferencias de poder y riqueza que caracteriza a la historia
moderna.
Los “padres” de la huella ecológica9, William Rees y Mathis Wackernagel la
definen como
Una herramienta que sirve para determinar el área de tierra y mar
ecológicamente productiva que se requiere para proveer todos los recursos
materiales y toda la energía consumidos, y también para poder absorber todos
los residuos producidos por una población determinada y con el actual nivel
tecnológico, sea donde sea que se encuentre esta área.
A través de los cálculos de la huella ecológica se puede saber si una economía
o sociedad consume más allá de sus límites biofísicos, viviendo “por encima de
sus propios medios”. En efecto, si la huella de una economía determinada
excede su propio territorio, resultará que aquella economía o bien se está
apropiando de la capacidad de sustentación de oros territorios o sociedades, o
bien está abusando de los bienes de acceso libre –como puede ser la
atmósfera por ejemplo-, provocando un empeoramiento de las condiciones
ambientales en general que afectará a las futuras generaciones.
Con la metodología de la huella ecológica, se ha calculado que la Tierra tiene
alrededor 11.400 millones de ha de espacio ecológicamente productivo (en
tierra firme y en el mar), lo que significa 1’9 ha para cada persona de los más
de 6.000 millones que poblamos este planeta; sustrayendo una mínima
superficie “de seguridad” para la protección de la biodiversidad, obtenemos una
cifra aún menor, aproximadamente 1,7 ha por persona. Pero el consumo
promedio, a comienzos del siglo XXI, equivale a 2,3 ha por persona, con
enormes diferencias entre el Norte y el Sur. Así, el africano típico consume
recursos equivalentes a 1,4 ha, el europeo promedio 5 ha, el estadounidense
típico 9,6.12
220
LA EXPOSICIÓN DESIGUAL A LOS DAÑOS ECOLÓGICOS
Hay que constatar que el daño ambiental, que se origina sobre todo por las
pautas de producción y consumo de los ricos, casi siempre afecta en mayor
medida a quienes viven en la pobreza. En todo el mundo, son los pobres
quienes viven más cerca de las industrias contaminantes, el tráfico motorizado,
los vertederos o las zonas con riesgo de inundación; constituyen la mayoría
abrumadora de quienes mueren cada año por la contaminación del agua y el
aire.
221
El calentamiento climático, un problema causado básicamente por el
sobreconsumo energético del Norte, afectará mucho más gravemente a los
países del Sur, que apenas tienen responsabilidad causal en el mismo. Si la
atmósfera se calienta, la naturaleza se vuelve inestable e impredecible,
exponiendo a graves riesgos a quienes dependen de forma más directa de un
flujo predecible de bienes ambientales.
224
Diecisiete millones de las muertes registradas cada año en el mundo (un 32 por
ciento del total) las causan enfermedades tropicales; sin embargo, la industria
farmacéutica sólo destina el 1 por ciento de las medicinas a esos males.22
Según datos de la OMS en 2002, de 1393 nuevos fármacos aprobados en los
últimos 25 años, sólo combaten las enfermedades tropicales y la tuberculosis –
males típicos de los países pobres-, pero de esos 16, sólo 3 no se derivaron de
la investigación militar o veterinaria. NEMÉSIS MÉDICA, IVAN ILLICH
227
Zygmunt Bauman: Es muy probable que el último cuarto de siglo XX pase a la
historia como la Gran Guerra de Independencia del Espacio. Lo que sucedió e
su transcurso es que los centros de decisión y los cálculos que fundamentan
sus decisiones se liberaron inexorablemente de las limitaciones territoriales, las
impuestas por la localidad (…) La empresa tiene libertad para trasladarse; las
consecuencias no pueden sino permanecer en el lugar. Quien tenga libertad
para escapar de la localidad, la tiene para huir de las consecuencias. Éste es el
botín más importante de la victoriosa guerra del espacio.28
228
GLOBALIZACIÓN EN EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS: TOMA EL DINERO Y
CORRE. EL CASO DE AZNALCÓLLAR
El clásico “socializar las pérdidas, privatizar los beneficios” del capitalismo se
convierte en “localizar las pérdidas, deslocalizar los beneficios”
La movilidad adquirida por los inversores y el capital financiero significa que el
poder económico se desconecta, en altísimo grado, de las obligaciones.
229
“Globalización significa que todos dependemos unos de otros” 34
Al leer “globalización significa que todos dependemos unos de otros”, el lector
algo avezado con pensamiento ecológico sonreirá: pues la fórmula es casi
idéntica a aquella primera “ley” informal de la ecología que Barry Commoner
formuló hace más de treinta años (“todo está conectado con todo”). La biosfera
es una desde mucho antes del paulatino surgimiento del “único mundo”
implícito en la globalización económica, financiera, técnica. Que la crisis
ecológica actual pueda con precisión se denominada global nos indica algo
importante.
Hasta donde llegan las consecuencias de nuestra acción (o inacción), hasta
ahí llega también nuestra responsabilidad moral. En una palabra, si el mundo
es uno, todo me atañe. De nuevo es Bauman quien ha subrayado con
insistencia este asunto:
Hace sólo medio siglo, Karl Jaspers aún podía separar limpiamente la culpa
moral (el remordimiento que sentimos cuando hacemos daño a otros seres
humanos, bien por lo que hemos hecho o por lo que hemos dejado de hacer)
de la culpa metafísica (la culpa que sentimos cuando se hace daño a un ser
humano, aunque dicho daño no esté en absoluto relacionado con nuestra
acción). Esta distinción ha pedido su sentido con la globalización. (…) Cuando
un ser humano sufre indignidad, pobreza o dolor, no podemos tener certeza de
nuestra inocencia moral. No podemos declarar que no lo sabíamos, ni estar
seguros de que no hay nada que cambiar en nuestra conducta para impedir o
por lo menos aliviar la suerte del que sufre. Puede que individualmente seamos
impotentes, pero podíamos hacer algo unidos. Y esta unión está hecha de
individuos y por los individuos.35
231
Global es lo que no deja nada fuera de sí. Lo que contiene todo, vincula e
integra de manera que no queda nada suelto, aislado, independiente, perdido o
protegido.
(…)
Un alrededor es precisamente un sitio donde depositar pacíficamente los
problemas no resueltos, los desperdicios, un basurero.
232
…”movimiento antiglobalización”, a pesar de su fortuna mediática, no es quizá
una denominación muy adecuada. A mí me gusta más (…) movimiento
alterglobalización. Es decir, movimiento por otra mundialización de los
ciudadanos y la ecología, opuesta a la globalización neoliberal que hoy
padecemos, y cuya esencia es la dictadura del capital financiero.
Pues, en efecto, el rasgo más problemático de la globalización es la
transferencia de poder “hacia arriba”, “a un nivel tan elevado que las voces de
los ciudadanos suenan débiles y lejanas”.
234
NO SE PUEDE QUERER TODO A LA VEZ, Y SU CONTRARIO
No puede uno promover los intereses de la elite financiera internacional, y al
mismo tiempo querer “aliviar la pobreza” de los humillados y ofendidos. No
puede uno querer que prosperen, simultáneamente, las transnacionales
agroquímicas y los campesinos pobres. No pueden mejorar al mismo tiempo
las cuentas de resultados de las grandes constructoras que cementan
superficies e inundan valles, y la biodiversidad. No puede uno querer al mismo
tiempo “desarrollo” (entendido como crecimiento económico) y sustentabilidad.
Ni puede querer a la vez sustentabilidad y globalización –tal y como la
entienden los poderes hoy dominantes-. No se puede querer todo a la vez, y su
contrario.
(…)
La explosión del transporte a larga distancia choca contra el componente
ecológico del desarrollo sostenible. En efecto, en los ecosistemas terrestres, el
desplazamiento horizontal de seres vivos o de materiales asociados a ellos es
un fenómeno relativamente raro. Los ciclos biológicos descansan de modo
mayoritario sobre la actividad del reino vegetal, que hace circular materias en
sentido vertical. Este predominio del transporte vertical sobre el horizontal no
es casual, sino que se debe al imperativo biológico de usar parsimoniosamente
la energía42.
Señal de relación eco-ilógica de patología ciudad-comunidad
238
CLASES DE CONSUMO MUNDIALES
CATEGORÍA CONSUMIDORES “CLASE MEDIA” POBRES (APROX.
DE (APROX. 1/5 DE (APROX. 3/5 DE 1/5 DE LA
CONSUMO LA POBLACIÓN LA POBLACIÓN POBLACIÓN
MUNDIAL MUNDIAL) MUNDIAL)
Dieta Carne, alimentos Cereales, agua Cereales
envasados, potable insuficientes, agua
bebidas contaminada
embotelladas
Transporte Automóvil privado Bicicleta, autobús Caminar
Materiales Desechables Duraderos Biomasa local
Fuente: Alan Durning, How Much is Enough? The consumer society and the
future of the Earth. Earthscan Publishers. Londres 1992. P.27.

NOTAS CAP. 8
4. Raymmond Frederick Dasmann: Environmental Conservation, 4ª edición.
John Wiley and Sons, Nueva York 1976, p.84.
9. Ecological footprint en ingles. El libro básico sobre esta cuestión es
Mathis Wackernagel y William E. Rees: Our Ecological footprint 1995.
12. Son cálculos de WWF elaborados a partir de los datos de 1999, y
hechos públicos en 2002, en su informe Planeta vivo 2002.
22. Datos de Médicos sin Fronteras en 1999.
28. Zygmunt Bauman, La globalización: consecuencias humanas, op. cit.,
p.17.
34. Bauman, “El desafío ético de la globalización”, en El País, 20 de julio de
2001, p. 11.12.
35. Bauman, “El desafío ético de la globalización”, loc. cit.
42. Véase Antonio Estevan y Alfonso Sanz, Hacia la reconversión ecológica
del transporte en España, Madrid 1996, Los Libros de la Catarata, p. 27-29.

251 CAP.9. DOS CUESTIONES DE ÉTICA APLICADA: PREPARAR LA


GUERRA Y DESPLAZARSE EN AUTOMÓVIL PRIVADO
“La inundación de automóviles que hoy está destruyendo nuestras ciudades
sólo puede atajarse si rediseñamos las ciudades a fin de utilizar un agente
humano más eficiente: el caminante” Lewis Mumford, 19631
…, el automóvil se ha convertido en un objeto tan omnipresente en la vida
cotidiana de los habitantes de las ciudades industrializadas, hasta tal punto
condiciona nuestro modo de vida y los espacios que habitamos, tantos
recursos económicos y simbólicos giran en torno a estas máquinas, que a
menudo resulta difícil captar su significación político-moral.
257
El automóvil privado, que en los albores del siglo XX aparecía como una gran
promesa de bienestar y libertad, se muestra un siglo después, cada vez más,
como uno de las mayores fiascos sociales y ecológicos de nuestro tiempo: otro
caso paradigmático de “retroprogreso”25. Las metáforas de los estudiosos son
reveladoras: “infarto circulatorio”, “proliferación cancerosa”…
258
¿ACCIDENTES DE TRÁFICO?
La energía cinética del vehículo en macha genera la posibilidad de
traumatismos, el riesgo de colisión, y si esta se produce, la probabilidad de
lesión o muerte, tienen relación con factores tan diversos como la hora del día,
el día de la semana, el precio del combustible, las limitaciones legales de
velocidad, la velocidad de tránsito, la densidad de circulación de vehículos y
peatones, las características físicas de los vehículos (…).
259
Según estimaciones de la OMS, por cada adolescente que muere a causa de
lesiones de tráfico, entre 10 y 15 quedan con secuelas graves.
263
Por lo tanto, se diría que la verdadera catástrofe ecológica no la causan tanto
los accidentes de los petroleros y oleoductos (que de todas formas se producen
y seguirán produciendo con monótona regularidad, como indica el mero cálculo
de probabilidades, originados por la presión a la reducción de costes en una
economía capitalista donde el sector petrolero goza de un inmenso poder
estructural) como el funcionamiento “normal” de nuestras sociedades
petrodependientes. Nuestra normalidad es la catástrofe.
264
Si nuestra normalidad es la catástrofe, los esfuerzos paa hace frente al
deterioro ecológico ¿no deberían orientarse a la transformación estructural de
nuestra economía y nuestra sociedad, más que a la prevención de accidentes?
El problema de fondo, más allá de la seguridad de los petroleros, ¿no será que
hay demasiados automóviles, demasiados vuelo en avión, demasiada
ineficiencia energética en las viviendas y las actividades industriales…? Si uno
desea que las costas gallegas o bretonas estén vivas y limpias, pero al mismo
tiempo se niega a ver los vínculos que existen entre las mareas negras que
devastan estas costas y actividades cotidianas como calentar una vivienda con
electricidad o conducir un automóvil privado, ¿no se da una terrible
inconsistencia de actitudes?
La sustentabilidad requiere que nuestro énfasis cambie desde la ‘gestión de los
recursos’ a la gestión de nosotros mismos, para que aprendamos a vivir como
parte de la naturaleza. Al final la economía se transforma en ecología
humana.43
265
Lo que vale para el capitalismo en general –producción motivada por la
maximización de beneficios- vale también para el sector del transporte : no se
trata de satisfacer las necesidades o exigencias humanas, sino que se trata de
maximizar los beneficios haciendo crecer el tráfico, el transporte, “la movilidad”.
Se trata, en suma, de una producción de tráfico artificial, innecesario: una
verdadera inflación del transporte.
266
Ver Winfried Wolf: “La sociedad del automóvil: un callejón sin salida”. Mientras
tanto 61. Barcelona 1995. P. 100-103. Traducción de Jorge Reichmann.
TENDENCIAS INSOSTENIBLES
El Libro verde sobre el transporte que aprobó la Comisión Europea en
diciembre 1995 se abre con la siguiente afirmación: “se comprueba
crecientemente que, con las políticas vigentes, las tendencias del transporte
son insostenibles.”
267
Un automóvil de tamaño medio matriculados hoy, con todos los adelantos para
reducir la contaminación (catalizadores, gasolina sin plomo) y con un bajo
consumo energético, que haga unos 13.000 kms. anuales y que dure 10 años,
producirá, según el Instituto de Prospectiva y Medioambiente de Heidelberg,
Alemania, lo siguiente: 44,3 toneladas de dióxido de carbono, 4,8 kg de dióxido
de azufre, 46,8 kg de óxidos de nitrógeno, 325 kg de monóxido de carbono, 36
kg de hidrocarburos y 26,5 toneladas de residuos. El informe también detalla la
contaminación de suelos, aire y agua por gasolina o gasóleo, cadmio, cobre,
plomo, cromo, níquel, zinc y PCB. Las deposiciones ácidas de cada auto
causarán la muerte de tres árboles y dañarán seriamente a otros 30. El coche
en cuestión acortará, por término medio, la vida en 820 horas, debido a
accidentes mortales de tráfico. Uno de cada 100 conductores morirá en
accidentes de tráfico. Los costes externos debidos a la contaminación, el ruido
y los accidentes. Una vez deducidos todos los impuestos que paga el vehículo,
ascienden a 4.100 euros anuales (3.200 dólares).”
José Santamarta. “Un día sin automóvil no basta”. Worldwatch 18 (edición en
español). Madrid 2003.
269
Los sistemas de transporte que prevalecen en las sociedades industriales se
sitúan en el “núcleo duro” de la crisis ecológica actual: producen un impacto ya
inaceptable, pero aún rápidamente creciente, sobre el medio ambiente;
despilfarran enormes cantidades de energía y materiales; son intrínsecamente
imposibles de generalizar a todo el planeta; matan y mutilan (en accidentes que
ya hemos interiorizado como “normales”) a más personas que las guerras más
destructivas; desestructuran el territorio, degradan la socialidad y tiranizan la
vida en las urbes. Hay que avanzar hacia la reconversión ecológica del
transporte, y ello implica entre otras cosas cambiar desde un sistema individual
a otro predominantemente colectivo de resolver la movilidad personal.
La clave para tratar de resolver nuestros problemas en este ámbito se resume
en tres ideas: gestión de la demanda, transporte colectivo y transporte sobre
rieles. ¿Por qué omite la Energía Metabólica Humana como una de las
claves para resolver este problema?

EFECTOS NOCIVOS DEL TRÁFICO DE AUTOMÓVILES: RESUMEN


1. Mortalidad, morbilidad y discapacidad generadas por lesiones de tráfico.
2. Aumento de la mortalidad general y de la incidencia de diversas
enfermedades, debido a la contaminación ambiental.
3. Desarrollo de sedentarismo y obesidad (con los consiguientes efectos
patológicos).
4. Degradación de la ciudad y de la convivencia urbana (lo cual favorece la
marginación y la desintegración social).
5. Desarrollo de una infraestructura viaria que detrae enormes recursos
públicos, provoca u gran deterioro ambiental y perjudica la rentabilidad
económica de otros medios de transporte (sobre todo el transporte sobre
raíles) mucho más eficientes y saludables.
6. Emisión masiva de dióxido de carbono, con la consiguiente contribución
al efecto invernadero.
7. Enorme despilfarro de recursos

(…) Viajas sólo en un automóvil privado; o junto con otra gente en un medio de
transporte colectivo. Ahí están, encapsuladas en esa situación elemental, las
opciones sociales básicas que se hallan ante nosotros. Se trata, a mi entender,
de verdaderas cápsulas de relaciones sociales. interesante concepto, pero
nuevamente desconoce a peatón o ciclista.
En el caso del transporte colectivo, lo que tenemos es la construcción
consiente del vínculo social. Ahí es preciso tener en cuenta al otro, dar u lugar
al otro.
270
La necesidad de ponerse de acuerdo para proyectos conjuntos es una escuela
de democracia.
Nos gana una ilusión de autonomía: uno sólo dentro de su propiedad, de su
armadura rodante, protegido frente al mundo externo, sin tocar ni oler al
prójimo (a quien se trata de mantener distante, nada de proximidad).
Si organizar colectivamente nuestras necesidades de transporte constituye una
escuela de democracia, por el contrario la primacía del automóvil privado se
relaciona más bien –tendencialmente- con una degradación o incluso
desaparición de la democracia, disuelta también por los automatismos del
mercado.
272
El coche devora la ciudad: no sólo la ciudad como espacio físico, sino también
la polis democrática como ámbito de autonomía, justicia y emancipación. En
esa encrucijada nos encontramos.
274
Cada vez con más frecuencia, el automóvil se convierte en autoinmóvil. La
información diaria sobre atascos kilométricos ha hecho patente desde hace
mucho que la “alegría de conducir” se ha convertido en un bien escaso. La idea
de volver a una situación de mayor fluidez añadiendo nuevos carriles a las
autopistas es pura ilusión. Esto es presente para el contexto del autor –
Madrid-, y también futuro posible para Valdivia.
275
Pero un uso mayor de vehículos eléctricos no puede significar la rehabilitación
de la energía nuclear. La corriente para los autos eléctricos ha de proceder de
fuentes renovables, sobre todo mediante conexión directa con instalaciones de
energía solar.
277
(II) LA PROPUESTA DE WINFRIED WOLF
¿Hay alternativas? La respuesta es: sí, se pueden desarrollar alternativas. A
quien proteste que esto es utópico le replicaré que quizá hoy en día solamente
las utopías expresen una política realista en sentido profundo.
I. Es preciso desarrollar una política de ordenación del territorio de
distancias cortas. Hay que conseguir que las ciudades recuperen calidad
de vida, que las gentes se sientan bien en pueblos y ciudades, que
puedan distraerse y reponerse en las mismas. Similar a lo señalado
por Enrique Peñaloza en conferencia en Valdivia, “el que la gente
desee estar en la calle es un indicador de ciudad con buena calidad
de vida, valorizar el espacio público, hacerlo atractivo”
II. Una gran parte del tráfico actual podrá ser sustituido por los pies y los
pedales. El tráfico no motorizado –a pie o en bicicleta- es suficiente, en
una “sociedad de distancias cortas”, para la mayoría de los
desplazamientos cotidianos. Ciertas ciudades de Holanda y
Escandinavia ya se encuentran en esa situación: hasta un 60 por ciento
de estos desplazamientos cotidianos se realizan a pie o en bicicleta.
III. Es necesaria la construcción y/o ampliación de un sistema de transporte
local público, eficiente, cómodo y barato.
IV. Hace falta una red ferroviaria que se extienda por todo el país, para
realizar la mayor parte del transporte de viajeros a larga distancia.
V. En la medida en que existan sistemas ferroviarios rápidos dentro de los
distintos países y entre ellos, se puede reducir masivamente el
transporte aéreo y suprimir el tráfico aéreo interior.
VI. Prescindir de una gran parte del actual transporte de mercancías (…)
promoción de productos y servicios locales.
VII. Un programa semejante tendría que verse flanqueado por varias
medidas…
- Límites estrictos de velocidad en carretera (100 km/h en autopistas,
80 km/h en carreteras y 30 km/h en zonas habitadas.
- Desendeudamiento de las compañías ferroviarias.
- Peso máximo de 28 toneladas para los camiones, como en Suiza
(actualmente pesan 40 t.)
- Subida escalonada de los precios de gasolina y gasóleo,
correlativamente a la materialización de una alternativa de transporte
al alcance de toda la población. El objetivo debería ser un precio para
los carburantes que cubra los costes sociales reales del tráfico
automovilístico (entre 300 y 400 pesetas por litro de gasolina).
Resulta evidente que este programa apunta hacia una sociedad totalmente
diferente que la actual. Se centra en principios opuestos a los que hoy
predominan. No aspira a la maximización de los beneficios privados, sino que
arte de las necesidades humanas y las exigencias básicas de la sustentabilidad
ecológica.
(…) Un hecho llamativo es que el tiempo ganado en las reducciones de jornada
de trabajo logradas en el siglo XX ha correspondido casi exactamente con el
tiempo perdido por desplazamientos medios más largos en los transportes. La
realización del sistema alternativo de transporte que proponemos correría
pareja con un gigantesco programa de tiempo libre.
(…) Las objeciones tradicionales que suele presentarse… revisa tres
objeciones a este tipo de intervenciones y sus respuestas o soluciones…
Nos queda la tercera objeción, la del “realismo político”: la opinión de que
nuestra alternativa no sería practicable. Aquí tenemos que invertir la carga de
la prueba: es la política que actualmente se practica en todo el mundo, la
política de “después de mí el diluvio”, la que no puede mantenerse y nos lleva a
un callejón sin salida. (…) Creo que en las condiciones actuales –considerando
todos los aspectos de la economía, la ecología y las relaciones Norte-Sur - la
lucha por esta utopía es la única política realista. Quien no pelea esta batalla
en el fondo ya se ha rendido, acepta tácitamente que las fuerzas destructivas
del capitalismo en general y de la sociedad del automóvil en particular
aniquilarán la sociedad y las bases para la vida humana en este planeta. Por
evocar otra vez a Bert Brecht: esta utopía es lo sencillo que resulta difícil de
realizar. 55

NOTAS CAP. 9
1. Lewis Mumford: Técnicas autoritarias y democráticas, Librerías Prometeo
y Proteo, Colección “Entrelibros”, Málaga 1995. P.30.
43. Mathis Wackernagel y William Rees: Nuestra huella ecológica –
Reduciendo el impacto humano sobre la Tierra. LOM Ediciones / Instituto de
Ecología Política, Santiago de Chile 2001, p.20.
55. Wolf: “La sociedad del automóvil: un callejón sin salida”. Op. cit. , p.104-
108.

283. CAP. 10. SOBRE PRESTIDIGITACIÓN CON RIESGOS Y GESTIÓN DE


APOCALIPSIS
286
Como se ha sugerido, tanto la tecnología informática como la ingeniería
genética tiene el potencial de configurar nuestro mundo (tanto el mundo social
como natural). Son tecnologías socialmente definidoras en el sentido de que
pueden dar forma nueva a algunas relaciones sociales básicas,
particularmente la relación de la ciencia con la tecnología y en general de la
“sociedad” con la “naturaleza”12. No hay que engañarse en este sentido: la
opción por una tecnología socialmente definidora frente a otras implica elegir
una forma de vida frente a otras, optar por un tipo determinado de sociedad
frente a otros. No se trata por tanto de una decisión intrascendente ni
desprovista de implicaciones morales, sino todo lo contrario. Relación
humano-naturaleza
(…)
Justo antes de la primera explosión nuclear en Alamogordo (Nuevo México),
varios científicos implicados en el Proyecto Manhattan, inquietos ante la
perspectiva de una carrera de armamentos nucleares, escribía el Ministro de
Guerra de EE.UU.: “En el pasado, los científicos podían negar su
responsabilidad directa por el uso que la humanidad daba a sus desinteresados
descubrimientos. En la actualidad, nos sentimos obligados a asumir una
postura más activa debido a que el éxito que hemos alcanzado en el desarrollo
de la energía nuclear está cargado de peligros infinitamente mayores que los
que representaban todas las invenciones del pasado”15. Después de Hiroshima,
el “padre” de la bomba atómica Robert Oppenheimer dijo en una conferencia
en el MIT: el científico ha trabado conocimiento con el pecado16. Este es un
saber que no deberíamos reprimir ni olvidar. Objetividad de la ciencia?
Neutralidad?
287
…en estricto beneficio del ser humano, no siempre va a ser posible ni debe
hacerse todo lo que se puede hacer. Trátase de asuntos de enorme
responsabilidad, que no pueden recaer ni dejarse a la libre decisión de los
científicos. (motivos de la Ley Española sobre Técnicas de Reproducción
asistida (Ley 35/1988, de 22 de noviembre).

“contraindicaciones”, “efectos secundarios o colaterales”, son términos


usados y comprendidos (y respetados) en medicina individual, pero
ignorados en “urbanismo salubre”, “salubridad urbana” o “globalidad
ecosistémica”.

LA CONCEPCIÓN DEL MUNDO “TECNOENTUSIASTA”


El Comité español de Expertos sobre Bioética y Clonación incluía entre las
conclusiones de su Informe sobre clonación la constatación de que la
concepción del mundo mayoritaria dentro de la comunidad científica se sigue
caracterizando por los cuatro rasgos siguientes17: (A) la confianza firme en el
progreso y en los beneficios asociados y derivables del avance del
conocimiento científico, en el convencimiento de que cualquier efecto adverso
del cambio científico-tecnológico podrá, antes o después, resolverse mediante
la aplicación de nuevos avances; (B) una percepción de la naturaleza como
espacio a controlar (cuando no a dominar); (C) una afirmación del principio del
“neutralismo axiológico” no ya en la conducción de la investigación, sino
respecto a los objetivos de las políticas científicas y las consecuencias sociales
derivadas o asociadas con la investigación; y (D) una defensa del principio de
autonomía respecto a la sociedad en la conducción de la investigación. ¿qué
pasa en la UACh con este tema?¿habrá diferencias x área de las cs?
288
En cuanto al rasgo (A), nos remite de nuevo a la cuestión de los tiempos y de
los ritmos. (…) Incluso, si fuera cierto, como sugieren los “tecnoentusiastas”,
que todo problema creado por la tecnociencia moderna tuviese una solución
tecnocientífica (lo cual es altamente inverosímil), permanece la cuestión de si la
solución propuesta estaría disponible a tiempo (vale decir: antes de que se
produzcan daños graves irreversibles, catástrofes sin posibles vueltas atrás).
Un examen histórico desapasionado de los avatares de la relación humanidad-
naturaleza a lo largo de la era industrial nos veda cualquier optimismo en este
sentido: es un hecho que el ritmo de la destrucción ha sido mucho más rápido
que el ritmo de las reparaciones (cuando estas han existido siquiera) durante
los últimos tres siglos, y no tenemos razones para pensar que esta pauta
histórica vaya a alterarse en el futuro próximo (si acaso, más bien lo contrario).
289
La lógica de la prudencia no casa bien con la lógica del lucro inmediato.
290
ACERCA DE LA RACIONALIDAD EN LA “GESTIÓN DE RIESGOS”
(…)
El filósofo Antoni Domènech, en un artículo fundamental para nuestro tema, lo
caracteriza así:
Nada es imposible. He aquí una característica esencial del llamado ‘riesgo
tecnológico mayor’. Esa característica expresa dramática y condensadamente
su amplitud (translocalidad), el efecto del ‘castillo de naipes’ (encadenamiento
de accidentes en casos de catástrofe y aditividad de las probabilidades de
muchos de ellos), sus implicaciones a largo plazo (¿qué consecuencias
genéticas tendrá para las futuras generaciones de Seveso el escape de
dioxinas de 1976?), la impotencia para controlar su desarrollo (‘dejar trabajar a
la naturaleza’ fue la consigna tras la marea negra provocada por el
AmocoCádiz). El descubrimiento de riesgo tecnológico mayor’ es el
descubrimiento de la extrema vulnerabilidad de las sociedades industriales
avanzadas.21
Catástrofe ecológica y ley de Murphy (ver 291, ecólogos v/s biólogos
moleculares)
292
APOSTAR CON RIESGO DE APOCALIPSIS
Una apuesta es razonable si uno puede permitirse perder sin arruinarse; pero
es profundamente irracional en caso contrario26. ¿Somos colectivamente
capaces de regirnos por este criterio de racionalidad? ¿Resulta concebible que
una política basada den el principio de precaución embride el curso del
progreso tecnocientífico?
Un sombrío episodio de nuestra historia reciente da mucho que pensar al
respecto. Quiero volver a evocar los días frenéticos del proyecto Manhattan,
cuando un grupo de brillantes físicos nucleares trabajaba a toda marcha en
EE.UU. para poner a punto una bomba atómica, temiendo ser adelantados por
los nazis en la posesión del arma definitiva. Estamos en julio del año 1942.
Oppenheimer y los demás lleva dos años consagrados a su proyecto de bomba
de fisión (de uranio o plutonio), a partir de la intuición que el físico húngaro Leo
Szilard había tenido ya en 1933. Unos meses antes otro físico del grupo,
Edward Teller, ha concebido un arma aún más letal que en efecto fabricará
años después: la bomba de fusión (bomba de hidrógeno) la “súper bomba”
miles de veces más poderosa que la de fisión. Entonces, a finales de julio, los
cálculos de Teller desembocan en el Apocalipsis.
Teller se acercó a la gran pizarra y demostró al grupo sus últimas proyecciones
sobre la acumulación de calor. Oppenheimer y los demás miraban silenciosos y
conmocionados. Estaban viendo un modelo matemático para el fin del mundo.
En una explosión de fusión, el nitrógeno de la atmósfera que rodea la tierra –y
en consecuencia a todo el planeta- podría encenderse.
Oppenheimer suspendió de inmediato las sesiones. Pidió a Hans Bethe que
investigara rigurosamente las cifras de Teller y se abalanzó al teléfono para
localizar a [supervisor del proyecto, el Premio Nobel] Compton. (…)
- Hemos descubierto algo inquietantemente peligroso… No, no puedo
decirlo por teléfono…Sí, tenemos que vernos…Sí, enseguida, ahora
mismo, si es posible.
- Al día siguiente Compton recogió a Oppenheimer en la estación de
ferrocarril de Otsego, le llevó a una plaza desierta y escuchó su
apocalíptico relato. Estaba horrorizado. Si no podía solucionarse la
cuestión del calor, habría que abandonar el proyecto. Su veredicto
final fue digno de una deidad: ‘mejor ser esclavo bajo la bota nazi que
correr el telón de final sobre la humanidad’.27
Sin embargo, se decide seguir adelante. El físico Bethe revisa los cálculos del
físico Teller y estima que probablemente un factor que el segundo había
ignorado –el calor absorbido por la radiación- impediría el apocalíptico incendio
de la atmósfera. Calculan la probabilidad de que esto suceda, y dan un valor
numérico a su supervisor, Compton: tres posibilidades en un millón28. Y se
decide seguir adelante.
Detengámonos en este momento. Se trata sin duda de un “momento estelar”
en la historia de la humanidad; pero la luz que desprende esta estrella es
negra.
Éste es el instante de la opción por el abismo, de la apuesta por el Apocalipsis.
Hay una probabilidad positiva, pequeña pero positiva, de que seguir adelante
con el experimento desemboque en el Apocalipsis; y se opta por seguir
adelante.
Creo que no es exagerado decir que en este momento salta por los aires la
racionalidad de la tecnociencia moderna. La explosión atómica que meses más
tarde seguirá a este momento no hace sino rubricar, corroborar la opción por el
abismo, hacerla visible de manera aterradora.
Se refleja en canciones con “el miedo al botón” en los 80’: Futuro (Alberto
Plaza); Papapa (Los prisioneros), Dime nene que vas hacer cuando seas
grande (Miguel Mateos) + No quiero ir a la guerra (Wondwana, 90’?)

295
AUMENTA LA VULNERABILIDAD O “ALTURA DE CAÍDA” DE LAS
SOCIEDADES INDUSTRIALES
Al menos desde 1972 (con la publicación de Los límites del crecimiento, el
primer informe del Club de Roma) existen prognosis científicamente fundadas
sobre le posible final catastrófico que resultaría de la mera prolongación de las
líneas de evolución que hoy prevalecen en las sociedades industriales.
(…) Fue el pensador ecologista alemán Carl Amery quien acuñó el concepto de
Sturzhöhe o “altura de caída” en relación con la sociedades industrializadas.
297
MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR: EL PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN
La esencia del principio estriba en la necesidad de actuar anticipándose a los
problemas incluso en ausencia de una prueba concluyente del daño, sobre
todo si hay incertidumbre científica sobre los nexos causales del juego.
Argumentar que “si usted no puede demostrármelo con total certeza, entonces
yo estoy científicamente legitimado para no hacerle caso alguno” es un sofisma
inaceptable. Ramón Folch ha señalado que el diagnóstico médico más preciso
es el que emana de la autopsia: pero seguramente el interesado habría
preferido un diagnóstico a medias y una terapia a tiempo42. Tal y como
aseveraban los expertos firmantes de la Declaración de Wingspread,
(…) a quien propone una actividad le corresponde la carga de la prueba, y no a
la gente. El proceso de aplicación del principio de precaución debe ser
transparente, democrático y con obligación de informar, y debe incluir a todas
las partes potencialmente afectadas.
298
transgénicos y el principio de precaución
La cultura clásica del riesgo defiende la libre empresa y la comercialización de
productos sin trabas en tanto que la peligrosidad no haya sido probada. La
nueva cultura del riesgo, fundada en el principio de precaución, invierte la
proposición considerando que la prudencia se impone en tanto no haya
probado la inocuidad.46 Ante actividades que pueden plantear riesgos graves,
la primera pregunta tendría que ser: pero ¿verdaderamente necesitamos esta
actividad, proceso, producto?47
Consideremos un problema concreto. La diseminación de muchos organismos
transgénicos pone en tela de juicio la integridad del modelo de acuerdo con el
cual se ha desarrollado toda la evolución biológica de nuestro planeta desde
hace cientos de millones de años. Este modelo ha sido caracterizado por los
biólogos como la continuidad de la divergencia en la evolución: la fuerza
principal de la evolución ha sido el establecimiento gradual de diversos
acervos génico separados , y su puesta a prueba en relación con un medio
ambiente en cambio continuo, sin permitir que esos acervos génicos
previamente separados se reúnan de nuevo. En la evolución se manifiesta
una tendencia inexorable hacia la diversidad, que da como resultado las
diferentes especies, géneros, familias y otras categorías taxonómicas que
constituyen el árbol evolutivo de la vida.
Ahora bien: si el modelo predominante en la evolución es la continuidad de la
divergencia entre acervos génicos separados, parece que el principio de
precaución exigirá que exploremos a fondo los motivos por los que en la
naturaleza se mantienen infranqueables las fronteras genéticas entre especies
distantes, antes de traspasar nosotros tales fronteras con las ligereza que hoy
caracteriza a los experimentos de manipulación genética. Como se ha
sugerido, hasta que no comprendamos mejor el alcance del intercambio
genético entre especies con parentesco lejano en la naturaleza, deberíamos
considerar las fronteras evolutivas –áreas de intercambio genético
relativamente limitado- como, por lo menos, indicadores relativos de zonas de
peligro potencial para la transferencia azarosa de genes recombinantes entre
especies.48 Por poner un ejemplo: las tecnologías del ADN recombinante son
una poderosa herramienta para ayudar a la mejora genética clase de las
especies agrícolas, haciendo más sistemática, científica y rápida la
transferencia de genes entre subespecies y variedades agrícolas (sin traspasar
la barrera de la especie); en cambio, antes de transferir genes de una bacteria
al maíz, o genes humanos al cerdo, deberíamos pensar a fondo en lo que
queremos hacer, y en si no hay vías alternativas menos arriesgadas y
éticamente problemáticas para obtener los resultados que apetecemos.
(…)
“la claridad de las ideas es más importante que la eficacia, y la dirección de la
investigación más importante que la velocidad que se le imprime”49 esto
coincide con el principio de las carreras de orientación terrestre, más vale
caminar en el rumbo correcto que correr en el equivocado. Por desgracia,
parece que tales ideas son muy minoritarias, en un contexto hipercompetitivo
en el que –cada vez más- la ciencia y la tecnología se ponen al servicio de los
imperativos de valorización del capital.
Si quiere tener éxito, una compañía del sector de las ciencias de la vida ha de
ser la primera en inventar y la primera en sacar al mercado un producto.
Monsanto está marcando el paso en la creación de más ideas, mejor y más
rápidamente. El éxito se define hoy en términos de creatividad y velocidad…El
objetivo es sacar al mercado un torrente de productos únicos antes de que lo
haga la competencia.
(…)
Una tecnociencia fetichizada, en rapidísimo desarrollo, pasa a percibirse como
el auténtico sujeto de la historia, mientras que los seres humanos rebajados a
objetos impotentes sufren el impacto de procesos que no controlan. Sin una
ralentización del desarrollo tecnológico parece imposible que comunidades
democráticas se reapropien de la tecnociencia –hoy, crecientemente, sierva del
gran capital- para reinsertarla dentro de un orden social propiamente humano.
Un muy buen resumen del dilema triangular humanidad-naturaleza-
tecnociencia
(…)
LA BIOSFERA Y NUESTROS CUERPOS COMO LABORATORIOS DE ALTO
RIESGO
Pero en los últimos lustros estamos lanzando cada año a la biosfera cientos de
nuevas sustancias químicas de síntesis y cientos de organismos transgénicos,
sin los controles adecuados (sin los medios y el tiempo necesario para realizar
las comprobaciones necesarias). De los más de 70.000 compuestos químicos
en el mercado estadounidense, menos del 10 por ciento se ha evaluado
correctamente en cuanto a posibles efectos adversos sobre la salud humana y
el medio ambiente53. En la UE están registradas unas 100.000 sustancias, de
las cuales se comercializan unas 70.000 (y cada año se añaden unos cientos
de sustancias nuevas): apenas se sabe nada de la toxicidad del 75 por ciento
de estas 100.000 sustancias54…y del resto es muy poco lo que se sabe.
301
Sencillamente no hay recursos suficientes –tiempo y dinero- para evaluar ni
siquiera una fracción de las sustancias químicas que comercializamos cada
año; como pese a ello las comercializamos, eso quiere decir que la industria
química está utilizando nuestros cuerpos y la biosfera como laboratorios de alto
riesgo.

NOTAS CAP. 10
12. Volker Heins: “Frankenstein desatado” Ecología política 4, Barcelona 1992,
p.85.
15. James Frank, Donald J. Hugues, J.J. Nickson, Eugene Rabinowitch, Glenn
T. Seaborg, Joyce C. Stearms y Leo Szilard: “A report to the Secretary of War”.
Este “informe Franck” puede consultarse en Robert Jungk: Más brillante que mil
soles, Argos, Barcelona 1958, p.307-315. La cita es de la p.308.
16. Wyden: Día uno, op. cit., p.355.
17. “Conclusiones y recomendaciones” del Comité de Expertos sobre Bioética y
Clonación, Eidos n°1 , Fundación de Ciencias de la Salud, Madrid 1999, p.16.
21. Antoni Domènech: “La ciencia moderna, los peligros antropogénicos
presentes y la racionalidad de la política de la ciencia y de la técnica”. Arbor,
enero de 1986, p.19.
26. Freeman Dyson: Mundos del futuro, Crítica, Barcelona 1998, p.57. Léase
esta aseveración evidente como corolario de la instructiva historia del
Supercolisionador Superconductor en EE.UU., que Dyson narra con gracejo
27. Peter Wyden, Día Uno. Así empezó la era atómica, Martínez Roca,
Barcelona 1986, p.49.
28. Wyden, Día Uno, p.50.
42. Ramón Folch: Ambiente emoción y ética. Ariel, Barcelona 1998, p.65.
46. Daniel Borrillo: “Análisis de la regulación comunitaria y española sobre la
utilización, liberación intencional y comercialización de organismos
modificados genéticamente”. Instituto de Estudios Sociales Avanzados del
CSIC, Documento de Trabajo 94.04. Madrid (febrero de 1994), p.8.
47. Jorge Riechman (coord.): Necesitar, desear, vivir. Sobre necesidades,
desarrollo humano, crecimiento económico y sustentabilidad. Los libros de
Caratarata, Madrid 1998.
48. David Susuki y Peter Knudtson: GenÉtica. Conflictos entre la ingeniería
genética y los valores humanos, Tecnos, Madrid 1991, p.235.
49. J. Arsac y otros: “Towards a better control over science”, Nature, vol. 333,
p.390.
53. Joel Tickner: “The precautionary principle”. The Networker, vol.2 number 4
(mayo de 1997).
54. EEA (European Environment Agency) /UNEP (United Nations Environment
Programme): Chemicals in the Environment: Low Doses, High Stakes?
EEA/UNEP, Suiza 1998, p.7.

311 CAP.11. ¿DETENER UN REACTOR CON FRENOS DE BICICLETA? EN


BUSCA DE UN NUEVO CONTRATO SOCIAL CON LA CIENCIA Y LA
TECNOLOGÍA.
“Nadie, ni siquiera los más brillantes científicos, saben realmente a dónde nos
lleva la ciencia. Viajamos en un tren que está adquiriendo velocidad,
deslizándose por una vía donde un número ignorado de agujas conducen a
puntos de destino desconocidos. No hay u sólo científico en la locomotora. La
mayoría de la sociedad va en el furgón de la cola, mirando hacia atrás.” Ralph
Lapp (en 1961)4
313
…la Big Science o “megaciencia” estadounidense forjada al calor del esfuerzo
bélico de la segunda guerra mundial. Es entonces cuando a la ciencia
académica clásica se le superpone un complejo entramado industrial, militar y
político que modifica radicalmente su organización, y se establece lo que luego
fue llamado el contrato social de la ciencia entre científicos, ingenieros,
militares, políticos y grandes empresas industiales9. La materialización inicial
de este contrato es el “proyecto Manhattan” para la fabricación de las primeras
bombas atómicas,…
(…)
En los años ochenta se estableció un nuevo contrato social con la ciencia,
que puede ser considerado como la base para la emergencia de la
tecnociencia. Desde el punto de vista presupuestario, se produjo un
rápido crecimiento de la financiación privada en I+D, gracias a una
liberalización de la ley de patentes y a una nueva política fiscal, que
permitía desgravar el 25 por ciento de las investigaciones privadas en
I+D.

314
Así pues, el “viejo” contrato social impulsó en su primera fase sobre todo en
EE.UU.- la militarización de la ciencia (a partir de los años cuarenta), y en su
segunda fase la empresarialización y privatización de la CyT (a partir de los
años ochenta). Este “viejo contrato social fue forjado entre la comunidad
científico-tecnológica por un lado, y las elites militares, políticas e industriales
por otro. ¿Aplica este suceso en igual manera e intensidad a las
humanidades?

316
AMPLIAR EL CAMPO DE LO POSIBLE, PERO…
Fernando Brocano –y otros filósofos de la tecnología- han propuesto una
noción de la misma que enfatiza sobre todo su poder de ampliar el campo de lo
posible. La tecnología, se nos dice, es ante todo un espacio de alternativas
posibles, el lugar desde donde configurar el futuro que depende de la acción
humana19. Semejante concepción tiene mucho a su favor, pero –si no se quiere
incurrir en grado importantes de ceguera voluntaria- habrá que incorporar a sus
reflexiones, de forma prominente, al menos los tres aspectos siguientes:
1. Al mismo tiempo que abre posibilidades, la tecnología moderna, sobre
todo cuando se despliega en “estructuras pesadas”, también cierra
posibilidades.
2. La enorme potencia de la tecnología moderna nos introduce en nuevo
mundo de peligros y riesgos que sería necio subestimar.
3. Por último, la cuestión de la aceleración del ritmo de las innovaciones.

La cuestión crucial, aquí, es que la aceleración excesiva tiende a anular el


espacio de libertad humana que la tecnología (concebida como ampliación del
ámbito de lo posible) se supone amplía. Para elegir racionalmente hace falta,
además de otros factores, tiempo. Sobre esto ha insistido, con razón, en varias
ocasiones Ernest Garcia, contando el cuento siguiente: se encuentra un día un
sabio y un científico. El sabio pregunta: “¿Cuántas opciones nuevas querría
tener usted cada año?” Y el científico responde con suficiencia: “¡Vaya
pregunta estúpida! ¡Tantas, naturalmente, como sea posible!” El otro continúa:
“Y cada día?”, provocando que su interlocutor –pese a n imaginar nada que
pudiera añadirse a la respuesta anterior – ponga un gesto ligeramente
desconcertado. La conversación sigue: “¿Y cada minuto? ¿Y cada segundo?”.
Finalmente, observando que el científico va pasando del estupor a la ira y está
a punto de argumentar con los puños, el sabio le da la espalda y se aleja.
García comenta:
Una sociedad se vuelve insostenible cuando tiene cada vez más opciones
nuevas en intervalos cada vez más breves. Cuando, por ejemplo, introduce
miles de nuevas sustancias químicas en la naturaleza cada año. O cuando se
dispone a hacer otro tanto con miles de organismos genéticamente
modificados. Es decir, cuando renuncia a toda posibilidad de reaccionar a
tiempo a los efectos de sus propios actos.22
318
Broncano defiende una versión de la “moral de Prometeo” –santo patrón de los
modernos ingenieros- según la cual “la creación de futuros posibles más allá
del espacio de posibilidades determinado por las rígidas leyes de la naturaleza
y las contingencias de la historia es parte de la propia naturaleza normativa de
la moral”; a partir de ello, deriva el contenido moral de la empresa tecnológica
del proyecto de autonomía humana.23
Estas pinceladas de filosofía de la historia resultan atractivas a fuer de
modestas; pero lo que no consigo entender es por qué “inventar el futuro” ha de
ser la tarea específica de los ingenieros. ¿Y por qué no de los poetas, de los
escultores, de los teólogos de la liberación, de los pueblos indígenas, del
movimiento obrero con conciencia de clase, de las mujeres feministas, de los
defensores de los animales, de los monjes contemplativos, de los sociólogos
críticos, de los activistas sociales por la democratización de la CyT, etc.?
Quiero decir: ¿por qué identificar reductivamente el “proyecto de autonomía” -
¡qué diferentes el de Broncano y el de Castoriadis!- con la expansión de las
capacidades tecnológicas? Se me escapan las razones para sobrevalorar de
tal modo las capacidades técnicas y tecnológicas del ser humano, en desmedro
de todas sus demás capacidades. Problema de EnBICIa2 v/s estado chileno.

321
CyT COMO EMPEÑOS HUMANOS
Frente a la idea del automatismo ingobernable de un sistema “sistema CyT”
autonomizado, hay que insistir en que ciencia y tecnología son empeños
humanos, fruto de actividades humanas, y en cuanto tales susceptibles en
principio de ser guiados intencionalmente: orientados y reorientados en función
de las metas sociales a las que aspiremos.
(…)
Hay que preguntarse si por detrás del discurso de la autonomía de la
tecnociencia no hallaríamos, más bien, el interés porque apartemos la vista de
las elites económicas, políticas, militares, financieras, científicas e ingenieriles
que sin control ni escrutinio democrático toman de hecho las decisiones que
encauzan el desarrollo de la ciencia y la tecnología.
(…) una suerte de voluntario sonambulismo tecnológico, por emplear la imagen
de Langdon Winner.
(…) sólo de la autoanulación del sujeto humano se sigue la autonomización de
la tecnociencia.
“El interesante problema de nuestros tiempos es que caminamos dormidos
voluntariamente a través del proceso de reconstrucción de las condiciones de
la existencia humana.”32

LA CIENCIA DESCURE / LA INDUSTRIA APLICA / EL HIOMBRE (LA ÉTICA)


SE CONFORMAN
“La ciencia avanza en este campo a un paso más acelerado que las propias
posiciones morales de la sociedad actual”
322
LA CIENCIA DESCUBRE / LA COMUNIDAD DEMOCRÁTICA DECIDE / LA
INDUSTRIA SE CONFORMA
Ahora bien: si la tecnociencia configura la sociedad (y no cabe duda de que es
el caso)-ojo, esta estructura literaria es recurrente en este libro, es un
clásico truco oratorio de quienes desean parecer convincentes-, entonces
una sociedad democrática no puede renunciar al control sobre la tecnociencia.
324
Manuel Sacristán llamó la atención en numerosas ocasiones sobre la paradoja
siguiente: la “maldad” práctica de la ciencia contemporánea es función de su
bondad epistemológica. Precisamente porque es buena ciencia, puede ser
sumamente peligrosa. Esta “doble faz” de la ciencia contemporánea la
ejemplifican las tecnologías nucleares o la biología molecular de forma
sobresaliente: los espectaculares avances en el conocimiento van de consumo
con tremendos riesgos para la sociedad y la naturaleza. De ahí la urgencia de
mejorar el consiente informa que alguna vez el mismo Sacristán autizó como la
“relación de dominio social de la ciencia”: pero no disminuyendo el
denominador, la potencia y vitalidad de la ciencia, sino más bien aumentando el
numerador, la racionalidad social y el poder democrático de los ciudadanos
sobre la ciencia. ¿puede identificarse a las humanidades como el
numerador?
327
(…) la ciencia para salvarnos de la ciencia (Rusell), ciencia con conciencia. 47
329
La I+D militar consume recursos y riqueza para crear unos productos que en el
mejor de los casos no se utilizarán y en el peor serán herramientas de
destrucción.
331
La tecnocracia es incompatible con la democracia; y por añadidura, el
conocimiento “popular” sabe muchas cosas que el conocimiento “experto” no
sabe. Tales son las razones básicas que hacen imperiosos los proyectos de
democratización de la ciencia y la tecnología.
332
OTRA TECNOLOGÍA ES POSIBLE
Nos hace falta, así, una ecologización de la CyT, así como una feminización y
desmilitarización de la misma.
335 APÉNDICE 1. DIEZ TESIS EN TORNO A UNA POLÍTTICA DE LA
CIENCIA DE OROENTACIÓN ECOSOCIALISTA. UNA APROXIMACIÓN A
LAS REFLEXIONES DE MANUEL SACRISTÁN (Por Salvador López Arnal)
341
DÉCIMA TESIS: POR UNA RACIONALIDAD COMPLETA: CONTRA LAS VÍAS
TECNOCRÁTICAS
La solución criticada no tiene en cuenta que los problemas sobre la técnica no
son técnicos sino políticos, en el sentido general de organización de la
convivencia. Similar a lo señalado por Enrique Peñaloza
(…) En su propuesta de racionalidad completa, Sacristán incluye el control
democrático, social, sobre el desarrollo de la ciencia. Si se construyera una
fracción, una razón que arrojara la tasa de dominio en nuestras sociedades de
la ciudadanía sobre la ciencia, el valor de esta fracción sería irrisoria y
trágicamente mínimo. No siempre ha sido así. En otras culturas, en la antigua
civilización china por ejemplo, se habría obtenido seguramente una buena
razón. Entre otras cosas, es justo reconocerlo, porque el denominador, la
potencia científica de esa cultura, era bajo y el poder social sobre la ciencia era
intenso. En la actualidad incrementar esa razón ya no va a ser posible
reduciendo el denominador, disminuyendo la fuerza de los saberes tecno-
científicos. La única solución razonable pasa por aumentar el numerador, la
fuerza de la ciudadanía, el poder social sobre la ciencia.

NOTAS CAP. 11
4. Ralph Lapp. The New Priesthood, Harper & Row, Nueva York 1961, p.29.
9. Javier Echevarría, La Revolución Tecnocientífica, FCE/ España, Madrid
2003, p.31.77-82.
19. Broncano, Mundos artificiales, op. cit.
22. Ernest Garcia: “Notas sobre ‘desarrollo sustentable’ y propósito consciente”,
Ecología Política 10 (1995), p.53.54.
23. Broncano, Mundos artificiales, op. cit., p.247.
32. Langdon Winner, The Whale and the Reactor, University of Chicago Press
1986, p. 26.
47. Francisco Fernández Buey: “Sobre tecnociencia y bioética”, en Ética y
Filosofía política, Bellaterra, Barcelona 2000, p.276.

349
CAP. 12 REGRESOS DEL PROGRESO, SIN RAZONES DE LA RAZÓN
(SOBRE MODERNIDAD, PROGRESO, CRISIS DE CIVILIZACIÓN Y
SUSTENTABILIDAD)
“Si un caníbal usa tenedor y cuchillo para comer, ¿es un progreso?” Stanislaw
Jerzy Lec
Sólo sofisticación, no progreso (caso Aníbal Lester)

350
Una recurrente situación contemporánea parece ser que más allá de ciertos
límites, nuestros esfuerzos por “progresar” se vuelven regresivos.
353
(…), lo que arrojamos por la puerta vuelve a entrarnos por la ventana, pero
con las características expresadas en el dispersor de daños o PNUD
Cambio Climático en cuanto a distancia temporal 50 años- entre acción y
efecto.
356
(…), los mecanismos de revolvingdoor (puertas comunicantes entre los altos
niveles de la Administración controladora y las empresas supuestamente
controladas, con un frecuente baile de puestos de trabajo públicos a privados y
viceversa: el zorro como guardián del gallinero), …esto huele a represas en
Aysén, privatizaciones de semilla o estrategias de legitimización de
Celulosa Arauco.
357
(…) lo que podemos llamar retroprogreso. Nos va la vida en asimilar lo que
ellos ya vieron con claridad, hace más de medio siglo: esa trampa del progreso
que muta en su contrario, la paradoja del progreso contraproductivo.
358
Lewis Mumford en Técnica y civilización (1ª edición 1934)
(…) el neologismo retroprogreso: allí donde creíamos avanzar, en realidad
estábamos describiendo movimientos erráticos, más o menos circulares, que
pueden acabar por devolvernos más atrás del punto de partida.
359
LA CRISIS ECOLÓGICA GLOBAL: UN GOZNE HISTÓRICO
En noviembre de 1992 más de 1.500 científicos de 70 países, alertaban con un
dramático manifiesto titulado “Advertencia de los científicos del mundo a la
humanidad”. Podía leerse: “Nos estamos aproximando con rapidez a muchos
de los límites de la Tierra. No quedan más que unas pocas décadas para
luchar contra las amenazas actuales”(…) Y se pedía una actuación urgente en
“cinco áreas inseparablemente relacionadas”: mayor eficiencia en el uso de la
energía y los recursos naturales (con el abandono gradual de los combustibles
fósiles), control de la contaminación, estabilización demográfica, lucha contra la
pobreza e igualdad para las mujeres.
360
La actual economía capitalista mundial es incompatible con la preservación de
una biosfera capaz de acoger, en condiciones aceptables, a la humanidad
futura.
361
El rápido crecimiento (de tipo exponencial) de la economía y la población
dentro de un sistema cerrado como es la biosfera finita que habitamos, nos
acerca a un desenlace fatal…

362
UNA REFLEXIÓN DE JULIO CORTÁZAR SOBRE EL PROGRESO
TECNOLÓGICO (Último round. Siglo XXI Eds. 1969, citado en Reichman, J.
2005:362 Un mundo vulnerable)
Los niños son por naturaleza desagradecidos. Cosa comprensible pues no
hacen más que imitar a sus amantes padres. Así los de ahora se vuelven de la
escuela, aprietan un botón y se sientan a ver el teledrama del día, sin
ocurrírseles pensar en un sólo instante en esa maravilla tecnológica que
representa la televisión. Por eso no será inútil insistir ante los párvulos en la
historia del progreso científico, aprovechando la primera ocasión, digamos el
paso de un estrepitoso avión a reacción, a fin de mostrar a los jóvenes los
admirables resultados del esfuerzo humano.
El ejemplo del jet es una de las mejores pruebas. Cualquiera sabe, aún sin
haber viajado en ellos, lo que representan los aviones modernos: velocidad,
silencio en la cabina, estabilidad, radio de acción.
Pero la ciencia es por antonomasia una búsqueda sin término. Y los jets no han
tardado en quedar atrás, superados por nuevas y más portentosas muestras
del ingenio humano. Con todos sus adelantos esos aviones tenían numerosas
desventajas, hasta el día en que fueron destituidos por los aviones de hélice.
Esta conquista representó un importante progreso, pues al volar a poca
velocidad y altura el piloto tenía mayores posibilidades de fijar el rumbo y
efectuar en buenas condiciones de seguridad las maniobras de despegue y
aterrizaje. No obstante los técnicos siguieron trabajando en busca de nuevos
medios de comunicación aventajados, así dieron a conocer con breve intervalo
dos descubrimientos capitales, nos referimos a los barcos de vapor y al
ferrocarril. Por primera vez y gracias a ellos, se logró la conquista extraordinaria
de viajar a nivel del suelo, con el inapreciable margen de seguridad que ello
representaba.
Sigamos paralelamente la evolución de estas técnicas, comenzando por la
navegación marítima. El peligro de los incendios, tan frecuente en alta mar,
incitó a los ingenieros a encontrar un sistema más seguro: así fueron naciendo
la navegación a vela y más tarde (aunque la cronología no es segura) el remo
como el medio más aventajado para propulsar las naves.
Este progreso era considerable, pero los naufragios se repetían de tiempo en
tiempo por razones diversas, hasta que los adelantos técnicos, proporcionaron
un método seguro y perfeccionado para desplazarse en el agua. Nos referimos
por supuesto a la natación. Más allá de la cual no parece haber progreso
posible, aunque desde luego la ciencia es pródiga en sorpresas.
Por lo que toca a los ferrocarriles, sus ventajas eran notorias con relación a los
aviones, pero a su turno fueron superados, por las diligencias, vehículos que no
contaminaban el aire con el humo del petróleo o el carbón y que permitían
apreciar las bellezas del paisaje y el vigor de los caballos de tiro. La bicicleta,
medio de transporte altamente científico, se sitúa históricamente entre la
diligencia y el ferrocarril, sin que pueda definirse exactamente el momento de
su aparición. Se sabe en cambio, y ello constituye el último eslabón del
progreso, que la incomodidad innegable de las diligencias aguzó e ingenio
humano a tal punto que no tardó en inventarse un medio de viaje incomparable,
el de andar a pie. Peatones y nadadores constituyen así el coronamiento de la
pirámide científica. Suenan muy futuras ciertas voces del pasado (E.
Galeano)

365
Como Iring Fetscher –entre otros- ha puesto de manifiesto en Condiciones de
supervivencia de la humanidad, una vez desechada la identificación reductiva
de progreso con “crecimiento del PNB” no tenemos por ello que renunciar al
concepto mismo de progreso: una concepción de éste como mejora cualitativa
de las condiciones de vida resulta, por el contrario, imprescindible de la acción
político-cultural de las fuerzas de emancipación. En la misma medida en que no
es posible proseguir la expansión económica cuantitativa en los países ya
sobredesarrollados, aumenta la importancia de lograr mejoras cualitativas de
las condiciones de vida de las mayorías: democratización y humanización de
las condiciones de trabajo, redistribución igualitaria de las riquezas e ingresos,
final de las desigualdades sexuales y étnicas, medio ambiente hermoso e
incontaminado, expansión de las actividades autodeterminadas y “autotélicas”
(es decir, actividades que contienen en sí mismas su propio fin, en lugar de ser
medios para otros objetivos), desarrollo cultural y científico, creatividad
artística, fiesta, y juego… Ésta, y no otra, es la idea de progreso que podemos
defender para el siglo XXI.
366
La idea de que aumentar la producción significa automáticamente la difusión
del bienestar ya no funciona. Vincular el progreso a parámetros de crecimiento
cuantitativo podía parecer aceptable en un mundo que todavía parecía simple
(en donde se identificaban necesidades elementales a las que se podía dar
respuesta con productos estándar). Pero en la actualidad, los valores
cuantitativos han sido desterrados por los valores cualitativos. Esto no se debe
al hecho de que hayan dejado de existir los problemas de cantidad que, por el
contrario, son acuciantes (…). Sino porque nos damos cuenta de que si llega a
existir un progreso, éste no podrá juzgarse más que con parámetros
cualitativos. Y la dimensión cualitativa no puede ser afrontada con modelos de
referencia simples: es decir, calidad es, pues, lo mismo que decir
complejidad.36
PRIMACÍA DE LA ECOLOGÍA SOBRE LA ECONOMÍA
1. “Susan George ha ofrecido otra descripción muy sugerente de la ‘gran
transformación’. La etimología de los términos economía y ecología nos
da la pista. Ambos contienen la palabra griega oikos (casa, ámbito,
dominio) y una segunda voz griega: nomos (regle, ley, procedimiento) la
primera, y logos (razón, principio) la segunda. Si consideramos que
nuestro hogar, nuestro oikos como especie es la naturaleza, parece
obvio que nuestras relaciones con ella deberían regirse en primero lugar
por el logos, el principio racional, y sólo derivadamente por el nomos, los
procedimientos en los que se plasmarían el principio racional. La
sociedad industrial moderna ha invertido las prioridades: ha puesto en
primer lugar los procedimientos (la economía) y en un lugar relegado y
hasta olvidado el principio (la ecología). Así, las reglas de la economía
se erigen en principio supremo, en criterio de eficacia y éxito, en medida
de la riqueza, con menosprecio de que existen una leyes naturales que
imponen unos límites y unas condiciones a los procedimientos por los
que el hombre organiza su metabolismo con la naturaleza (…) La
humanidad no sobrevivirá si no invierte el paradigma antinaturalista, si
no reconoce que el metabolismo irrenunciable con la naturaleza es el
que maca el principio rector de nuestras vidas. Que debe anteponerse a
las reglas y procedimientos con que obtenemos nuestro alimento,
vestido, placeres y comodidades. En otras palabras, si no invertimos la
jerarquía y ponemos lo ecológico en el puesto de mando –y lo
económico a un nivel subordinado, si no reconocemos que la actividad
económica es una subclase de los fenómenos ecológicos.”39 la ecología
comprende un hogar que no puede administrar, mientras la
economía administra un hogar que no quiere comprender
368
2. Si la reestructuración ecológica de la economía es fruto no de un
dirigismo tecnocrático y autoritario sino de la reconstrucción de un
mundo vivido, el decrecimiento de la producción de mercancías y de
servicios mercantilizados deberá realizarse gracias a una autolimitación
de las necesidades concebida como reconquista de la autonomía; es
decir, gracias a una reorientación democrática del desarrollo económico,
con reducción de la duración del trabajo y simultáneamente extensión de
las posibilidades de autoproducción cooperativas asociativas (…) la
creación, gracias a duraciones del trabajo cada vez más reducidas y
flexibles , de una esfera creciente de puesta en común, de cooperación
voluntaria y autoorganizada, de actividades autodeterminadas cada vez
más amplias.40
368
Producir de forma ecológicamente eficiente quiere decir minimizar el flujo de
energía y materiales que recorre nuestros sistemas productivos, maximizando
el bienestar que obtenemos de él. Hemos de aprender a hacer más con menos;
y sobre todo desengancharnos de la adicción a decir “siempre más” y aprender
a decir “es eficiente”.
(…) Para conseguirlo, hay que respetar las siguientes reglas o criterios de
sustentabilidad ecológica:
1. Las tasas de recolección de los recursos renovables deben ser iguales a
las tasas de regeneración de estos recursos.
2. Las tasas de vaciado de los recursos no renovables deben ser iguales a
las tasas de creación de sustitutos renovables.
3. Las tasas de emisión de residuos deben ser iguales a las capacidades
naturales de asimilación de los ecosistemas a los que se emiten esos
residuos (lo cual implica emisión cero de residuos no biodegradables).
1y3 es similar a mi ppt de ecología. Entiendo el 2 en un sentido de
transición de lo no renovable a lo renovable.

HACIA UNA ECONOMÍA ECOLÓGICA


La naturaleza nos ofrece el modelo de un sistema económico sustentable y de
alta productividad. Se trata de una “economía” cíclica, totalmente renovable y
autorreproductiva, sin residuos, y cuya fuente de energía es inagotable (en
términos humanos): el sol. En esta economía cíclica natural las sustancias
inorgánicas se utilizan en cantidades tan pequeñas que son renovables en la
práctica, y cada residuo de un proceso se convierte en materia prima de otro:
los ciclos se cierran.
Por el contrario, la economía industrial capitalista desarrollada en los últimos
dos siglos, considerada en relación con los flujos de materia y de energía, es
de naturaleza lineal: los recursos quedan desconectados de los residuos, los
ciclos no se cierran. (…) Con crecimiento económico exponencial, el resultado
inevitable es la sobrecarga de las fuentes y los sumideros: se producen
escaseces y agotamientos de recursos naturales por un lado, y acumulaciones
de contaminación y residuos por otro.
371
…la construcción de un sistema energético basado en las energías renovables
(solar térmica y solar fotovoltaica, eólica, hidráulica, biomasa, etc.). Falta,
como siempre en estos listados, la Energía Metabólica Humana, la cual
debe ser la primera, nunca un “etc.”
371
La reforma de los sistemas de transporte dará prioridad absoluta al transporte
sobre raíles y en bicicleta frente a automóviles y aviones. Es preciso también
“desquimizar” selectivamente nuestras sociedades industriales y avanzar hacia
una química “blanda” que opere sólo con sustancias no tóxicas y fácilmente
biodegradables.
(…) La estrategia de autonomía económica local exige una desconexión parcial
del mercado mundial.
(…), o aficionarse al senderismo en lugar de a las excursiones campestres
gregarias en todoterreno.

LA IDEA DE UNA SOCIEDAD ALTERNATIVA


(…) La posibilidad real de una felicidad duradera está vinculada, entre otras
cosas, con las formas democráticas de la comunidad –es decir, con las
posibilidades activas de participación-. Así como también con la capacidad para
un ocio activo.
3. El ‘tiempo libre’ –que todavía hoy es considerado unilateralmente casi sólo
en relación con la reproducción de la capacidad de trabajo- debería dejar de
estar sometido a su vez, en tanto ‘mercado del ocio’, a los dictados de la
economía productora de mercancías y al comportamiento de consumo por ella
impuesto. Debería –según una formulación de Marx-. En tanto ‘reino de la
libertad’ que se encuentra más allá del ‘reino de la necesidad’ (en el que se
producen los bienes necesarios para la satisfacción de la vida material). Abrir
oportunidades para el amplio desarrollo individual de las capacidades artísticas,
científicas, deportivas y de otro tipo.
(…) La envidia no es una propiedad natural de los seres humanos, sino el
resultado de una sociedad de consumo jerarquizada (y que al mismo tiempo
pretende ser igualitaria), que despierta la envidia y a través de ella crece y
florece.47
373
TRANSFORMACIÓN DEL INDIVIDUO
1. “Todos estos problemas tienen un denominador común que es la
transformación de la vida cotidiana y de la consciencia de la vida
cotidiana, un sujeto que no sea ni opresor de la mujer, ni violento
culturalmente ni destructor de la naturaleza. No nos engañemos, es un
individuo que tiene que haber sufrido un cambio importante. Si les
parece, para llamarles la atención, aunque sea un poco provocador:
tiene que ser un individuo que haya experimentado lo que en las
tradiciones religiosas se llamaba una conversión. (…) Mientras la gente
siga pensando que tener un automóvil es fundamental, esa gente es
incapaz de construir una sociedad comunista, una sociedad no opresora,
una sociedad pacífica y una sociedad no destructora de la naturaleza
(…). Una sociedad en lo que predomine no sea el valor de cambio sino
el valor de uso. Las necesidades o pueden expandirse indefinidamente.
Que uno puede tener indefinida necesidad del dinero, por ejemplo, o en
general de valores de cambio, de ser rico, de poder más, pero no puede
tener indefinidamente necesidad de objetos de uso, de valores de uso.52
374
Contaré una anécdota personal. Un domingo de febrero de 1999 marché a
caminar unas horas por la Sierra de Guadarrama. El tren me dejó en Robledo
de Chavela, donde tome la senda que lleva a la ermita de Navahondo (a unos
siete kilómetros de distancia del pueblo). Pues bien: en dos horas y media de
marca no topé con ningún excursionista a pie como yo, pero en camino me
adelantaron quince o veinte motos de motocross cuyo estrépito se oía a
kilómetros de distancia y cuya polvareda me dejaba tosiendo a un lado del
camino. Se trata del mismo tipo de elección que antes se planteaba en el
terreno de la agricultura, pero ahora en el ámbito del ocio.
Por decirlo con una imagen: si nuestro ideal de desarrollo personal no puede
consistir en tomar por asalto las pistas forestales al volante de un “4x4” o una
moto de moto-cross, sino más bien en combinar la marcha a pie con un
cicloturismo sosegado, entonces la cuestión de un cambio moral y cultural
profundo (una revolución cultural, si no nos asustan las palabras grandes) se
plantea con renovada urgencia.
Amar v/s gozar; hacer el amor v/s violar; relación de placer, bienestar,
felicidad recíproca, respetuosa, profunda, duradera y constructora v/s
relación de placer individualista, egoísta, superficial, pasajera y
destructora.

376
Es característica de quién está acosado por la muerte aferrarse a la hora de
paz que consigue arrebatar, aunque ésta en realidad precipite su fin. La
jeringuilla con la que un drogado se pincha le quita años de vida, pero le regala
un día. Tal vez estamos viviendo nosotros de esa forma.55
377
De la imprescindible revolución cultural ecologista formaría parte una ética
ecológica del trabajo, capaz de revalorizar el trabajo manual que produce y
reproduce el mundo. En una sociedad ecologizada no debiéramos aspirar a la
supresión del esfuerzo físico, sino a su adecuado reparto, lo cual exige superar
la división social clasista del trabajo (unos a la azada en el pegujal, otros a la
máquina de musculación del gimnasio). (Energía metabólica humana) El ocio
ajeno a cualquier esfuerzo físico no constituiría un valor; pero si el trabajo con
sentido y el ejercicio armónico de nuestras capacidades esenciales. Por aquí
se vislumbra una margen de la vida buena que es a la vez marxista y
ecologista. ¿Habrá sido intencionado el incluir sobre el final del libro,
principios marxistas, ligados a lo ecologista, como ideas positivas? La
posibilidad de que el autor haya tomado la opción estratégica de
posicionarse desde el marxismo una vez ya cautivado al lector, genera
una sombra panfletaria sobre este muy buen libro. Creo que el plantear
esto desde un comienzo, le hubiera dado credibilidad desde la claridad y
transparencia ideológica a lo expuesto.

ACERCA DE CÓMO EXPRIMIR UNA NARANJA


Para cualquiera que haya nacido dentro de la España del “desarrollo”, un
exprimidor de naranjas es un aparato eléctrico. Los aparatos mecánicos como
el reproducido en, que resultan familiares a nuestros abuelos, pueden
resultarnos conocidos sólo por los mercadillos de trastos viejos, o acaso por
haberlos vistos usar en algún viaje por países “atrasados” como Marruecos o
Turquía.
Y sin embargo, el exprimidor mecánico es tecnológicamente superior en todo al
eléctrico: requiere menos esfuerzo físico del usuario o usuaria (sólo bajar una
palanca, en lugar de pasar un rato oprimiendo una naranja en posición
antinatural); es prácticamente irrompible y eterno, por la sencillez de su
mecanismo; menea menos el zumo de naranja, que resulta así de mejor
calidad; permite mayor autonomía, al no requerir corriente eléctrica; es
ecológicamente superior por el ahorro de energía y materiales que implica (al
no consumir electricidad no contribuye al “efecto invernadero” o a la
nuclearización del mundo, y dura para siempre, en lugar de ser un aparato de
“usar unos años y tirar” como el exprimidor eléctrico).
378
Muchos kwh innecesarios dejarán de consumirse. No es por lo que valen, no es
porque no podamos pagarlo, no es porque supongan una elevada contribución
a paliar el cambio climático. Es porque la suma de pequeñas conductas y
voluntades nos irá afirmando en un modo distinto de relacionarnos con nuestro
entorno. Por cierto, el patio andaluz, elemento de refrigeración interior
procedente de culturas mesopotámicas, utiliza para su función climática el
mecanismo del botijo. “El mecanismo del botijo” por Mario Ortega. Ideal de
Granada, 23 de mayo de 2004.
381
Aunque las sociedades varían mucho en el grado y tipo de separación fuerte
que permiten y nutren, no se conoce aún ninguna vida a la que (como Platón
hubiera deseado) le falten el uso de la palabra “mío” y “no mío”, en un sentido
personal y no compartido. Lo que uso, toco, amo o siento, lo toco, amo o siento
desde mi propia existencia individual.
382
NIVEL 2 DE LA CONCEPCIÓN GRUESA Y VAGA: CAPACIDADES
FUNCIONALES HUMANAS BÁSICAS
1. Poder vivir hasta el final una vida humana completa, tanto como sea
posible; sin morir prematuramente, o antes de que la vida de uno haya
quedado reducida que no merezca la pena ser vivida. Sería la
eutanasia una solución ecológica?
2. Poder tener buena salud; estar suficientemente alimentado; tener
alojamiento suficiente; tener oportunidades de satisfacción sexual; poder
desplazarse de un lugar a otro.
3. Poder evitar el dolor necesario y perjudicial, así como tener experiencias
placenteras.
4. Poder usar los cinco sentidos, imaginar, pensar y razonar.
5. Poder ligarse a personas y cosas fuera de nosotros mismos; amar a
quienes nos aman y se preocupan de nosotros, sentir pena por su
ausencia; en general, amar, padecer, sentir anhelos y gratitud.
6. Poder formarse una concepción del bien y comprometerse en una
reflexión crítica acerca de la planificación de la propia vida.
7. Poder vivir con y para otros, reconocer y mostrar preocupación por otros
seres humanos, comprometerse en varias formas de interacción familiar
y social
8. Poder vivir preocupado por animales, plantas, y el mundo de la
naturaleza, y en relación con ellos.
9. Poder reír, jugar, disfrutar de actividades recreativas.
10. Poder vivir la propia vida y la de nadie más; poder vivir la propia vida en
el propio entorno y contexto.

NOTAS CAP. 12
36. Enzio Manzini: Artefactos. Hacia una nueva ecología del ambiente artificial,
Celeste Ediciones y Experimenta Ediciones de Diseño, Madrid 1992, p.75.
39. Joaquim Sempere: “Entre el liberalismo económico y la protección social”.
Mientras tanto 56 (Barcelona 1993), p.29-30.
40. André Gorz: Capitalisme, socialisme, écologie (Galilée, París 1991: trad. De
Jorge Reichman), p. 38-39.
47. Iring Fetscher: Condiciones de de supervivencia de la humanidad, Alfa,
Barcelona/Caracas 1985, p.203-205.
52. Manuel Sacristán: conferencia “Tradición marxista y nuevos problemas”
(Sabadell, 3 de noviembre de 1983). Transcripción de Salvador López Arnal.
55. Claudio Magris: Conjeturas sobre un sable, Anagrama, Barcelona 1994,
p.56.

387
EPÍLOGO. SOBRE BIOMÍMESIS, AUTOCONTENCIÓN Y LA NECESIDAD
DE REINVENTAR LO COLECTIVO1
“Aún no hemos hecho zapatos que sienten tan bien como la arena/ni ropa que
nos envuelva como el agua/ni pensamientos que se adapten como el aire/Hay
mucho que hacer…” Arthur Dove
388
Por eso sabemos que, al menos desde los valores emancipatorios de la
izquierda, tenemos que defender además u fuerte principio de igualdad social
(o mejor, la vieja buena tríada de la Gran Revolución de 1789: libertad +
igualdad + fraternidad o solidaridad, todos ellos adecuadamente corregidos por
la mirada feminista sobre la realidad). No nos basta con una sociedad
ecológicamente sustentable: deseamos una sociedad ecosocialista.
389
Ahora vivimos, por consiguiente, en un “mundo lleno” o saturado. La época en
que las sociedades humanas y sus economías eran relativamente pequeñas
con respecto a la biósfera, y tenían sobre ésta relativamente poco impacto,
pertenece irrevocablemente al pasado. Parque nacionales “llenos” de gente
que amenazaban con su presencia la conservación de Parques
Nacionales en EEUU, década del 70’, dio lugar primero a la restricción de
acceso (remedio cuantitativo, limitar la cantidad de visitantes) y
posteriormente, a la transformación de comportamientos por medio del
programa No Deje Rastro (cambio cualitativo, atenuar el impacto de cada
visitante). Se asumió el principio de que pocas personas de
comportamiento inadecuado dañan más que muchas personas de
comportamiento adecuado. Creo que esto sólo se diferencia del contexto
global en tamaño territorial y cantidad de personas. A nivel planetario, se
puede optar por el control de la natalidad o por bajar las huellas (carbono,
ecológica, del agua) o rearmonizar los ciclos de vida de las poblaciones
humanas con el ecosistema global. Necesitamos un programa NDR a
nivel planetario. Un programa NDR para la ciudad puede ser un paso
intermedio factible.
390
Somos muchos, y estamos condenados a vivir cerca unos de otros. Tal
situación no es necesariamente una condena: podemos y debemos
transformarla en una ocasión para mejorar juntos. Esto o es una exageración
o una declaración sesgada por el eurocentrismo, sin vivencia patagónica
o altiplánica. Aún hay muchas personas hoy que viven distinto, natural y
sosteniblemente.
393
En definitiva, lejos de hallarnos ante los problemas “ingenieriles” de conseguir
siempre más agua, energía, alimentos, sistemas de eliminación de residuos,
etc., en realidad tenemos sobre todo que resolver problemas filosóficos,
políticos y económicos (y pedagógicos) que se refieren a la autogestión
colectiva de las necesidades y los medios para su satisfacción. En un “mundo
lleno”, no se trata ya de un (imposible) aumento indefinido de la oferta, sino de
la gestión global de la demanda.
394
En un “mundo lleno”, no quedan ya tierras vírgenes por explotar, (…) ya no es
posible desembarazarse de los efectos indeseados de nuestras acciones (por
ejemplo, la contaminación) desplazándolos a otra parte: ya no hay “otra parte”.
(…) la idea kantiana de que en un mundo redondo nos acabamos encontrando.
395
Global es lo que no deja nada fuera de sí, lo que contiene todo, vincula e
integra de manera que no queda nada suelto, aislado, independiente, perdido o
protegido, a salvo o condenado, en su exterior.
395
LA AVENTURA DE LA AMEBA DICTYOSTELIUM DISCOIDEUM
Cuando el medio le aporta alimentación suficiente, cada ameba unicelular, vive
y se reproduce por su propia cuenta, en competencia con las otras, pero si este
medio es limitado, la expansión de la colonia agota las riquezas. La falta de
alimento y de espacio provoca entonces una transformación radical. Las
células se reúnen para formar sólo un ser único, luego se diferencian, unas
constituyendo la base de ese ser, las otras el equivalente a su cabeza. Si el
medio se vuelve más favorable, esta cabeza se abre para difundir esporas que
reconvertirán en amebas aisladas. Y el ciclo recomienza.
En un planeta que se pudiera considerar como infinito, inagotable, el
espléndido aislamiento de los egoísmos, individuales o colectivos, sería
posible. En nuestro planeta cada vez más pequeño, de recursos no renovados,
esta actitud es suicida para todos. Nos hace falta, como a la ameba, reunirnos
para formar un ser único. Pero, al contrario que la ameba, no tenemos ninguna
esperanza de ver un día ensancharse y enriquecerse nuestro medio. Estamos
definitivamente condenados a la solidaridad de las células de un mismo ser. No
cabe alegrarse de ello ni deplorarlo: hay que sacar consecuencias. (…) Desde
mañana, la humanidad debe ser diferente de lo que era ayer, del mismo modo
que el hombre adulto se diferencia del niño.”23
396
En un mundo globalizado es imposible intentar no ver lo que pasa mirando para
otro lado, porque no lo hay.”24Muy relacionado al enfoque de expansión de
la noción de hogar, 5 pieles,
398
Se trata de imitar la naturaleza no porque sea una maestra moral, sino porque
funciona.
399
GESTIÓN GLOBAL DE LA DEMANDA Y BIOMÍMESIS (relación humano 
naturaleza  herramientas)
1. Mientras existan seres humanos, existirán tecnosferas, es decir, el
conjunto de artefactos producidos por los seres humanos para satisfacer
sus necesidades y deseos a partir de los recursos que ofrece el medio
ambiente: somos esencialmente homo faber.
2. Ahora bien, contra cualquier tentación de sucumbir al determinismo
tecnológico, importa subrayar que son posibles muchas tecnosferas, que
algunas de ellas son preferibles y otras francamente indeseables, y que
nos importa mucho controlar democráticamente el proceso de
modificación de la tecnosfera. “Otras tecnosferas son posibles”,
podríamos decir, remedando e conocido lema del Foro Social Mundial
de Porto Alegre.
3. Hoy, la tecnosfera que prevalece en las sociedades industriales (y que
tienden a extenderse al planeta entero) encaja mal con la biosfera que la
contiene. Apreciamos incompatibilidades entre ambas; podríamos decir,
con la gráfica metáfora de Barry Commoner, que la tecnosfera está en
guerra con la biosfera (de donde resulta una crisis ecológica global cuya
importancia resulta imposible exagerar)30.
4. La biosfera no es producible por medios técnicos (tal y como mostró el
experimento Biosfera II en 1991-1993, aquella especie de enorme
terrario construido en Arizona por científicos estadounidenses), ni
tampoco trascendible: no cabe pensar razonablemente en abandonarla
para partir a la conquista de otros planetas.
5. Si la tecnosfera “está en guerra” contra la casa común que es la
biosfera, y esta última no podemos abandonarla ni crear otra de
recambio, entonces la gran cuestión –a la que no resulta exagerado
caracterizar como “el tema de nuestro tiempo” – es: ¿cómo rediseñar la
tecnosfera, o las tecnosferas, de manera que encajen armoniosamente
dentro de la biosfera?
Al tratar de responder a esta decisiva pregunta, veremos que en realidad
aparecen dos dimensiones del problema: una de escala, y otra de estructura.
Sistemas socioeconómicos humanos demasiado grandes en relación con la
biosfera que los contiene, por una parte; y sistemas mal adaptados, sistemas
humanos que encajan mal en los ecosistemas naturales. El problema de escala
reclama un movimiento de autolimitación por parte de las sociedades humanas,
que podríamos concebir (en términos de economía política) bajo la idea de
gestión global de la demanda, y cuyas dimensiones ético políticas he tratado de
explorar estos últimos años en mi “trilogía de la autocontención”; el problema
de estructura exige una reconstrucción de la tecnosfera de acuerdo con
principios de ecomímesis o biomímesis.33

ROMPER LA FICCIÓN DE LA NORMALIDAD (revertir el atontamiento


perceptivo, embotamiento, la pérdida del asombro descrito en la 1ª
estrofa de Los Momentos)
¿Qué nos hace falta para cambiar hacia un mundo socialmente justo y
ecológicamente sostenible? Sobre todo, recobrar el sentido de lo excepcional,
la intuición de lo extraordinario. Volver a cobrar conciencia de lo milagroso en
las obras humanas y lo milagroso en la naturaleza.
La improbable maravilla de que al apretar el interruptor se encienda la luz
eléctrica (con todo el laborioso esfuerzo humano y la trabajosa historia humana
que hay detrás); y la improbable maravilla de que una veintena de aves
acuáticas de distintas especies coexistan con bullicioso júbilo en una marisma
(con toda la vasta historia natural y toda la diversa interconexión biológica que
hay detrás). En la intersección de esas dos clases de milagros puede florecer el
punto de vista, el temple moral y la vida emotiva que posibiliten sociedades
humanas sostenibles.
401
Es una idea inquietante que podamos ser el máximo logro del universo viviente
y, a la vez, su peor pesadilla.
402
En una carta de propaganda comercial leemos: “Porque sabemos que usted
apuesta siempre por tenerlo todo y tener lo mejor, queremos darle mucho más”.
Querer tenerlo todo; por añadidura, querer tener lo mejor; y como guinda de la
tarta, queremos aún mucho más. ¡Qué mortífera bulimia! Quienes así disponen
los lazos y las trampas so los destructores de este mundo. Son los
descreadores de la Tierra.
Nuestro modelo de desarrollo (que es insostenible, a estas alturas casi huelga
decirlo) se basa en la exportación del daño (…) (en el espacio –geográfico,
ecológico, social- y en el tiempo).
403
El problema, hoy, es que la sostenibilidad se convierte en la coartada del
desarrollo. El mecanismo es el siguiente: todo lo viejo insostenible continua
funcionando a toda marcha, al 150% podíamos decir, mientras que se añade a
lo viejo una plétora de nuevos proyectos de desarrollo… sostenible.
Un buen ejemplo lo otorga la candidatura olímpica de Madrid (“Madrid 2012”).
Ahora, ”se ha presentado un dossier ante el Comité Olímpico Internacional en
el que diseña un crecimiento de su capacidad hotelera y describe además una
capital articulada en torno al transporte público y la defensa del medio ambiente
(autobuses de hidrógeno e instalaciones deportivas construidas con material es
ecológicos). (…) El plus de calidad de Madrid 2012 es una clara apuesta por el
desarrollo sostenible…”36 Tomo usted ese feraz caldo de cultivo de la
especulación inmobiliaria, la construcción de autopistas y el consumismo
antiecológico que es Madrid, y añádale autobuses de hidrógeno y nuevas
edificaciones con criterios ecológicos (…): al resultado llámelo “desarrollo
sostenible”.
Hoy la generación de empleo legitima cualquier política económica. Aunque la
obtención de beneficios privados es el criterio real de decisión económica, la
creación de empleo constituye su mecanismo legitimador. El criterio de la
creación de empleo neutraliza cualquier demanda de racionalidad ambiental o
de condiciones de trabajo dignas. Seguir planteando el empleo como la
principal prioridad social, a la que deben supeditarse las demás cuestiones,
supone estar jugando permanentemente en un terreno hostil.37
404
¿Qué se hace cuando se descubre una incompatibilidad básica entre la
sociedad industrial y la biósfera? O bien se profieren conjuros y
encantamientos (sostenibilidad como retórica), o bien se emprende de manera
firme una reconstrucción de la sociedad industrial (sostenibilidad como
revolución).
La madre del cordero del desarrollo sostenible es la autolimitación. Todo lo
demás puede ayudar (ecoeficiencia, integración de políticas, etc.). Pero lo
único decisivo es la autolimitación. Y es de autolimitación de lo que nadie
quiere oír hablar. Similar a decrecimiento o el “principio de austeridad”
(…)
Para quienes hoy prevalecen, desarrollo sostenible quiere decir sustituir autos
viejos por coches ecológicos, e instalar aparatos de aire acondicionado
respetuosos con el medio ambiente. Para quienes resistimos, desarrollo
sostenible quiere decir vivir bien sin coche y sin aire acondicionado.

NOTAS EPÍLOGO
1. Epílogo basado en la conferencia inaugural del IV Congreso Nacional de
Estudiantes y Licenciados en Ciencias Ambientales, Almería, 21 de
octubre de 2004.
23. Albert Jacquard: Este es el tiempo del mundo finito, Acento, Madrid
1994, p.144.
24. Daniel Innerarity: “Un mundo sin alrededores”, El correo, 23 de mayo de
2004.
30. Barry Commoner, En paz con el planeta, Crítica, Barcelona 1192, p.15.
33. Jorge Riechmann, “Biomímesis: el camino hacia la sustentabilidad”,
capítulo 2 de Estefanía Blount / Luis Clarimón / Ana Cortés /Jorge
Riechmann/ Dolores Romano /coords.): Industria como naturaleza. Hacia la
producción limpia, Los Libros de la Catarata, Madrid 2003.
36. Mábel Galaz, “Madrid prevé ganar 6.000 millones con los Juegos
Olímpicos de 2012”, El País/Madrid, 21 de noviembre de 2004, p.1 y 4.
37. Alberto Recio, “Empleo y Medioambiente. Necesidad y dificultad de un
proyecto alternativo”, ponencia en el curso de verano de la UCM.

ANEJO
CIENCIA, TECNOLOGÍA, IDEOLOGÍA: PRECISIONES CONCEPTUALES
410
Podemos definir la técnica, con Evandro Agazzi, como un conjunto de
procedimientos operativos útiles para la consecución de fines particulares.
Habitualmente se trata de descubrimientos sometidos a verificación y
mejorados a través de la experiencia de muchas generaciones, y constituyen
un “saber cómo” sin implicar necesariamente un “saber para qué”11
411
La tecnociencia lleva en su misma entraña la modificación del mundo: es
siempre operatividad, productividad y transformación de lo dado.

NOTAS ANEJO
11. Agazzi, El mal, el bien y la ciencia, op. Cit., p.97.

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