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NOTAS CAP.3
8. Los ciudadanos siervos, op.cit., p.38.
17. Aronson, El animal social, op. cit., p. 254-255
18. A. Diekmann/ P. Preisendörfer: “Persönliches Umweltverhalten.
Diskrepanzen zwischen Anspruch und Wirklichkeit”. Kölner Zeitschrift
für Soziologie und Sozialpsychologie, Jahrgang 44 (1992) Heft 2, p.233.
31. O’Riordan: “Attitudes, behaviour and environmental policy issues”, op.
cit., p.24 y ss.
35. R. Disch (comp): The Ecological Conscience. Prentice-Hall,
Englewood Cliffs (N.J.) 1970, p.xiii.
40. Donella Meadows/ Dennis Meadows/ Jorge Randers: Más allá de los
límites del crecimiento. EL PAIS/ Aguilar, Madrid 1992.
49. Piatelli, Los túneles de la mente, op. cit., p.64 y ss.
52. Piatelli, op. cit., 72 y ss., 132 y ss.
56. Sjöberg, op. cit., p.451.
57. Aronson, El animal social, p.35.
70. Sjöberg, “Comportamientos humanos y cambios en el medio
ambiente: perspectivas sicológicas”, op. cit.., p.154.
73. J. Dahl: “La última ilusión”. Debats 35-36 (marzo-junio 1991),
Valencia, p.16.
78. Véase una experiencia estadounidense en E,S. Geller y otros:
Preserving the Environment. New Strategies for Behaviour Change.
Pergamon Press, New York Geller 1982, p.6.
NOTAS CAP.4
13. Fernando Savater: Diccionario Filosófico, Planeta, Barcelona 1996, p.
256 (voz NATURALEZA)
22. Jean Paul Deléage, Histoire de l’écologie (La Découverte, París 1991),
especialmente capítulos 5 y 9; de este libro hay traducción castellana
en ed. Icaria.
65. Barry Commoner, En paz con el planeta, Crítica, Barcelona 1992.
Véase también Robert U. Ayres: “Metabolismo industrial y cambio
mundial”, en Revista Internacional de Ciencias Sociales 121 (UNESCO,
Barcelona 1989).
143
Creo que la dificultad de situar adecuadamente al ser humano en el cosmos
proviene del doble movimiento que hay que hacer: en mi opinión hay que
afirmar la continuidad de la especie humana con las demás especies (rasgos 1
a 6), y simultáneamente su singularidad irreductible entre éstas (rasgos 7 y 8),
lo cual encierra cierta paradoja. Lo ha visto bien Paul Ricoeur:
Formamos parte de la naturaleza; hay que volver a situar al ser
humano dentro de los ecosistemas. Somos un fragmento de la
biosfera, pero el único que está dotado de conocimiento y
responsabilidad. Es necesario por ello equilibrar el sentimiento de
pertenencia a la naturaleza con el sentimiento de excepcionalidad
del ser humano dentro de la naturaleza. Se trata de un equilibrio que
hay que reconstruir continuamente22.
144
Pertenencia a la naturaleza y a la vez extrañeza respecto a ella. Este doble
movimiento –ineludible pero sin duda complicado- desequilibra frecuentemente
a quien intenta practicarlo, y de ahí las exageraciones en que continuamente se
incurre: o bien separa tajantemente al ser humano del resto de los vivientes, sin
reconocer continuidad ninguna, o bien asimilarlo por completo negando
cualquier discontinuidad. Pero ninguna de estas dos exageraciones me parece
defendible.
147
La ampliación de la comunidad moral que vamos a explorar no es –como en
Darwin- intento de explicación histórico-biológico, sino propuesta metaética y
normativa. Puede apoyarse en las “seis grandes igualdades” que señalamos
antes,
152
NI DEMASIADO ANTROPOCENTRISMO, NI DEMASIADO BIOCENTRISMO
En un célebre artículo de 1980 John Baird Callicott, un profesor de filosofía de
la Universidad de Wisconsin, reivindicó la ética de la tierra de Aldo Leopold,
pero en una versión tan extremosamente misántropica que, si estuviéramos
convencidos de la fidelidad del discípulo a las ideas del maestro, cabría
preguntarse si no deberíamos olvidarnos de semejantes éticas de la tierra por
siempre jamás. Aunque el mismo Callicott se desdijo posteriormente de estas
posiciones, es instructivo considerar su texto 42
Su holismo ético43, según el cual lo bueno es lo que favorece el bien de los
ecosistemas, le lleva a postular que le grado de misantropía de una teoría ética
servirá como indicador de su seriedad biocéntrica. Cita con aprobación a
Edward Abbey, quien en su obra Desert Solitaire afirma que prefiriría disparar a
un hombre antes que a una serpiente. Cita con aprobación a Garret Hardin,
que sugería que si algún visitante de una reserva natural sufría un accidente,
debería ponerse a salvo por sí mismo o morir en el intento, para que los
vehículos de rescate no perturbaran la vida de las zonas vírgenes (“desde la
perspectiva del biólogo, la vida humana es una mercancía demasiado
abundante en relación con la vida silvestre y los paisajes naturales”). Alaba el
ethos de los cazadores-recolectores paleolíticos- aunque reconoce con pesar
que “hoy es imposible retornar a la relación simbiótica del hombre del
paleolítico con su entorno natural”-, y propone recuperarlo en lo posible para la
futura sociedad ecológica, en la cual “la enfermedad se considerará un mal
peor que la muerte”, y que “reducirá todo lo posible la esfera doméstica, y se
regocijará en un recrudecimiento del salvajismo y un renacimiento de la
experiencia cultural tribal”. Cada cual tiene sus sensibilidades más o menos a
flor de piel, claro está: a mí estas páginas de Callicott me ponen los pelos de
punta, me alborotan los anticuerpos contra el facismo, y me hacen desear que
cuando llegue el momento de demostrar la virilidad renunciando a la anestesia
en la cirugía, sean los deep ecologists que los propusieron quienes pasen
primero por la mesa de operaciones. ¿O prohibiremos también el ejercicio de la
profesión a cirujanos y dentistas para que sólo sobrevivan los más aptos en el
nuevo mundo ecológico?
154
Tratar a los seres humanos simplemente como animales omnívoros que
deberían ajustar su biomasa a la biomasa que les sirve de alimento de acuerdo
con las mismas pautas que regulan la población de los osos es un empeño
imposible.
156
Tiene muchísimo interés el intento que James P. Sterba ha hecho de mostrar
cómo las versiones moralmente más sensatas del antropocentrismo y el
biocentrismo, aun partiendo de fundamentos diferentes, conducen a principios
de justicia ecológica semejantes… Justifica el siguiente conjunto de tres
principios morales, y muestra cómo puede fundamentarse tanto desde
posiciones antropocéntricas como biocéntricas:
1. Principio de defensa humana: las acciones de autodefensa, y de defensa
de otros seres humano frente a agresiones dañinas, están justificados
incluso si implican matar o dañar a animales o plantas.
2. Principio de preservación humana: las acciones necesarias para
satisfacer las necesidades básicas de uno mismo o de otros seres
humanos están justificadas, incluso cuando implican atentar contra las
necesidades básicas de animales y plantas.
3. Principio de desproporción: se prohíben las acciones para satisfacer
necesidades no esenciales o superfluas de seres humanos, cuando
éstas implican atentar contra las necesidades básicas de animales y
plantas. Este es el principio que cuestiona el dominio ilimitado de los
seres humanos sobre el resto de los seres vivos.
una ÉTICA es una forma de referirse a la AUSTERIDAD, desde una
filosofía ecológica de las necesidades humanas, similar y
equivalente al Desarrollo a Escala Humana
NOTAS CAP.5
4. Peter Montague en G. Tyler Miller: Ecología y medioambiente (Grupo
Editorial Ibeoamérica, México DF. 1994 –la edición original inglesa es
de 1992), p.53.
5 Quizás con la excepción de las “algas azules” o cianobacterias que
gobernaron la atmósfera terrestre rica en oxígeno, entre los 3.500 y los
1.000 millones de años antes de nuestra era: véase Joseph Peñuelas,
de la biosfera a la antroposfera, Barcanova, Barcelona, 1988, p.101.
7 Intuición que se remonta nada menos que a Aristóteles: véase la Ética a
Nicómaco, 1110ª.
19 Véase Ramón Margalef, “Desenvolupament sostenible i ciencia”, en
Ramón Folch y otros: Desenvolupament sostenible, Editicions de la
Universitat de Lleida 1999, p. 101.
22 Paul Ricoeur; “L’ethique, la politique, l’écologie. Écologie Politique 7,
Paris 1993, p.14.
39 También podríamos llamar a esta posición ética cosmocéntrica o
fisiocéntrica (recogiendo le sentido original del vocablo griego physis.
42 J. Baird Callicott: “Animal Liberation: A Triangular Affair”.
43 El vocablo holismo viene del griego holos: “todo, entero, completo”. El
holismo considera ciertas realidades –a veces, todas las realidades en
cuanto tales—primordialmente como totalidades o “todos”, y sólo
secundariamente como compuestas de ciertos elementos o miembros:
el todo prevalece sobre las partes. El holismo o colectivismo moral es
la posición antiética del individualismo moral. Para el biocentrismo
holista (que en este libro llamamos ecocentrismo) la sedel del valor son
los ecosistemas, y no ninguno de los seres vivos que los componen. La
formulación clásica de esta posición es sin duda la de Aldo Leopold:
“Una cosa es correcta cuando tiende a preservar la integridad,
estabilidad y belleza de la comunidad biótica. Es incorrecta cuando
tiende a lo contrario” (A Sand Country Almanac, p. 224-225).
171
Cien y cien mil son lo mismo a estos efectos. Como si nuestra capacidad de
sentir e imaginar realmente se saturase más allá de cierto límite, ridículamente
bajo en comparación con nuestra capacidad de destrucción. En cierto sentido,
podríamos decir que el ser humano de nuestra época es “más pequeño que sí
mismo” (por ejemplo, su capacidad de destruir es infinitamente mayor que su
capacidad de imaginar lo que ha destruido, o de sentir pesar por ello).
172
…Y EL TIEMPO
• En tercer lugar tenemos un campo de problemas que podríamos
caracterizar como cultura ecológica de la lentitud versus cultura
capitalista de la rapidez. En efecto: una cultura ecológica no puede ser
sino una cultura de los tiempos pausados, los tiempos lentos. La
instantaneidad del usar y tirar se opone frontalmente a la duración y la
perdurabilidad que caracterizaría a una sociedad ecológicamente
sustentable (…), no cabe pensar en una economía ecologizada sin
entrar en una fase de ralentización, de desaceleración.
174
BREVE ANÁLISIS DE LA NOCIÓN DE RESPONSABILIDAD
• Para que podamos hablar de responsabilidad ha de existir un poder
causal: respondemos de las consecuencias de nuestras acciones sólo si
efectivamente las hemos causado37. Este poder causal ha de estar bajo
el control de un agente personal (individual o colectivo). Nótese que, a
tenor de lo dicho, el concepto de responsabilidad está ligado
inextricablemente con la autonomía moral y el ejercicio de la libertad:
esta fundamente a aquélla (dentro de un mundo donde los fenómenos
estuviesen totalmente determinados, la responsabilidad se
desvanecería). Sólo los seres libres pueden ser responsables. No se
pueden exigir responsabilidades a seres que no sean personas en el
sentido de agentes morales. Este poder causal controlado por un agente
personal es la primera condición de la responsabilidad, que podemos
denominar CONDICIÓN DE CAUSACIÓN.
• La segunda condición de la responsabilidad es la que podemos
denominar CONDICIÓN DE CONOCIMIENTO: que el agente pueda
prever las consecuencias de sus actos. Nótese, sin embargo, que la
ignorancia negligente no anula la responsabilidad.
• CONDICIÓN NORMATIVA: que lo que se causó pueda juzgarse, a la luz
de algún principio o norma, como relevante para el juicio que emitimos.
• CONDICIÓN DE SUJETO: que el agente quiso causar el resultado que
se juzga, o no pudo evitar hacerlo41
175
LAS CONDICIONES DE LA RESPONSABILIDAD: RESUMEN
Un agente puede ser considerado responsable de las consecuencias de su
acción si,
(A) Efectivamente la causó (condición de causación) ok
(B) Pudo prever las consecuencias de su acción, o hacer lo necessario para
poder preverlas (condición de conocimiento) ok
(C) Lo que causó puede juzgarse a la luz de algún principio o norma, como
relevante para el jucio que emitimos (condición normativa) ok
(D) El agente quiso causar el resultado que se juzga, o no pudo evitar o no
pudo evitar hacerlo (condición de sujeto) ¿?
175.4
…la responsabilidad, que es indisociable de la acción humana, está en función
del poder y del saber. Al aumentar nuestro poder causal, igual que al aumentar
nuestra capacidad de previsión, aumenta nuestra responsabilidad.
180
LOS COSTES EXTERNOS O “EXTERNALIDADES”54 son costes sociales no
compensados (vale decir, impuestos a terceros fuera de cualquier transacción
voluntaria.
181
Las empresas engañan a la sociedad hablando de reducción de costes –y la
mayoría de la sociedad acepta gustosa el engaño- cuando lo que realmente
tiene lugar, por múltiples vías y mecanismos, es exportación de daños. (…) El
sistema –la Megamáquina, en términos de Lewis Mumford- no podría funcionar
sin ese continuo y gigantesco trasiego de daños desde el centro hacia las
periferias: lo que nosotros hemos llamado el aspersor de daños. Ahí donde los
economistas hablan asépticamente de externalidades, nosotros tenemos que
insistir en que se trata de daños exportados: y que otros lo sufren. Frente al
“ojos que no ven, corazón que no siente” tenemos que oponer un resuelto: que
no paguen justos por pecadores. ver documental La Pesadilla de Darwin
181
El capitalismo tiende a generar un elevado nivel de males públicos. Porque “en
una economía capitalista hay una clase reducidísima de personas ricas que
reciben ingresos gigantescos como dividendos por sus participaciones en los
beneficios de las empresas, y está en su interés mantener grados muy
elevados de males públicos que aumenten los beneficios, el efecto positivo que
los males públicos tienen sobre los ingresos de estas personas les compensa
sobradamente por el efecto negativo directo que los males tienen para su
bienestar”56
“Internalizar las externalidades” (en mejor castellano: interiorizar los efectos
externos) suena como una expresión inofensiva, de una neutralidad poco
comprometedora. Pero mientras no caigamos en la cuenta de que interiorizar
los efectos externos, para nosotros, puede significar renunciar al automóvil
privado o a la inmensa mayoría de los viajes en avión, poco habremos
avanzado: mientras no advirtamos que interiorizar los efectos externos significa
cambiar de arriba abajo las relaciones norte –sur, no habremos avanzado
nada.
182
MECANISMOS PARA RESPONSABILIZARNOS: LOS BUCLES DE
RETROALIMENTACIÓN NEGATIVA
Las ideas más geniales son muchas veces las más sencillas. Una de las más
geniales es el bucle de retroalimentación negativa, por emplear el término
técnico habitual en teoría de sistemas. La palabra puede parecer desalentadora
(un “palabro” más que una palabra), pero la idea es muy simple.
¿Cómo controlar lo que crece y no debería crecer? ¿Cómo conseguir
equilibrios, regulando el crecimiento indeseable de cierta magnitud? Aplicando
bucles de este tipo. Si la temperatura de la habitación aumenta demasiado,
instalamos un termostato en la calefacción. Si la población de bacterias en
nuestro organismo se dispara, ingerimos un antibiótico. Si la disparidad de
ingresos aumenta demasiado, ponemos en marcha un sistema fiscal y de gasto
público para redistribuir. Si los poderosos abusan del poder, creamos sistemas
de derechos humanos. Si…
Gestión integral de la movilidad desde un paradigma ecológico, con
responsabilidad intergeneracional, NO determinista, lo ecológico por
sobre lo económico.
Todo esto son ejemplos de retroalimentación negativa (negative feedback en
inglés), que contrarrestan un crecimiento indeseado (la retroalimentación
positiva amplificaría dicho crecimiento, con mecanismos de “echar más leña al
fuego”) ej. Ensanchamiento de las vías para autos Los bucles de
retroalimentación negativa son cadenas de relaciones causa-efecto que
propagan un cambio en uno de los elementos hasta que la onda regresa
modificando ese elemento en una dirección opuesta al cambio inicial, y
asegurando así la estabilidad.
Ahora bien, si aceptamos que buena parte de los problemas civilizatorios a los
que hacemos frente tienen que ver con el crecimiento descontrolado, el
desequilibrio, la extralimitación; y si propugnamos en consecuencias éticas de
la autocontención y políticas de autolimitación, entonces la suprema
importancia de estos bucles nos aparece con claridad.
184
La dinámica de sistemas sugiere que en muchos casos, un bucle de
retroalimentación simple basta para resolver numerosas dificultades. Así, por
ejemplo, la importantísima idea de “internalizar los costes externos” es un caso
particular de retroalimentación negativa. (…)También la participación
democrática en la elaboración de leyes: si los afectados y afectadas por la
norma toman parte en su elaboración, será más fácil aproximarse a la justicia.
Otros casos interesantes: si los directivos de una instalación industrial viven
cerca de las emisiones de la misma al medio ambiente, será más fácil lograrla
contaminación cero; o bien, si las aguas residuales de industrias y municipios
se reintroducen más arriba del lugar de toma de aguas (en lugar de más abajo,
como sucede en la actualidad), se avanzará rápidamente hacia una depuración
perfecta de éstas…
NOTAS CAP.6
13 Die Antiquiertheit des Menschen (La obsolesencia del ser humano)… Beck
Verlag, München 1985 (1956).
14 En el pricipio 1 de El principio de responsabilidad; “El carácter cambiado de
la acción humana”.
15 En el capítulo 2 (“La acción el laberinto”) de Los ciudadanos siervos.
Editorial trotta, Madrid 1993.
23 James Botkin / Mahdi Elmandjra / Mircea Malitza: Aprender, horizontes sin
límites. Santillana, Madrid 1979, p.26.
24 Anders, Die Antiquiertheit des Menschen vol. 1 p.16-17 y 267-271
37 Hans Jonas, Das Prinzip Verantwortung, op. Cit., p.172
41 Thiebaut, op. Cit, p.6
56 John Roemer, Un futuro para el socialismo, CRÍTICA, Barcelona 1995, p.81
189 CAP 7. RESPONSABILIDAD HACIAS LAS GENERACIONES FUTURAS
(EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS ECOLÓGICA)
191
Los economistas, al contrario de los biólogos, lo consideran inevitablemente
todo a corto plazo. Esto los hace en parte optimistas respecto de la
conservación de las materias primas. Desde su punto de vista, es absurdo
preguntarse que pasará al cabo de treinta años. El economista cree estar
aliviando nuestros escrúpulos conservacionistas cuando asegura que las
reservas de un determinado mineral durarán hasta el año 2000 (¡Dentro de
treinta años!)” John Passmore. 1974.
Amar es, entre otras cosas, preocuparse por el futuro de lo que amamos. John
Passmore. 1974.
195
LA REGLA FORMAL DE JUSTICIA
La consideración igualitaria de los intereses de todos los seres que posean
intereses (esto es, las criaturas sintientes). Este principio, se aplica de forma
diacrónica? Dicho de otro modo: los intereses de las criaturas sintientes de las
diferentes generaciones “cuentan” lo mismo moralmente?
Creo que la respuesta ha de ser que la acción moral no puede discriminar
selectivamente a sus objetos, ni en el espacio ni en el tiempo.
201
En Francia se creó un Consejo para las Generaciones Futuras, presidido por el
oceanógrafo Jacques-Yves Costeau, que funcionaba en el marco del Ministerio
de Medioambiente (decreto del 8 de marzo de 1994). Por desgracia, fue
disuelto al finalizar el mandato del presidente Mitterrand.
202
La propuesta central de OCAW (años 90’ EEUU, Oil, Chemical and Atomic
Workers) es la creación de un Fondo para la Transición Justa que
proporcionará compensación salarial completa (subsidio de desempleo,
protección social completa, ayudas para formación y estudios) a cualquier
trabajador o trabajadora que pierda su empleo por razones de protección
ambiental.
208
Es importante señalar que estos planificadores de nuestra vida no están
sometidos a control democrático: precisamente en la decisiva fase inicial de
estos proyectos gigantescos, en la que podrían formularse deseos y buscar
vías para su satisfacción, tiene la palabra exclusivamente un pequeño círculo
de expertos y políticos: una elite tecnocrática. Los afectados llegan siempre
demasiado tarde, y no pueden influenciar el contenido de las propuestas ni la
toma de decisiones sobre ellas, sino a lo más organizarse para oponer
resistencia (iniciativas ciudadanas, movimientos sociales).
La motivación económica que condujo a la industria automovilística a producir
coches más grandes y más potentes en lugar de coches pequeños ha sido
sucintamente expresada por Henry Ford II: “Los minicoches dan lugar a
minibeneficios”. John Z. De Lorean, un antiguo ejecutivo de la General Motors,
ha sido más explícito: “Cuando, a finales de la década de los sesenta, en
respuesta a una creciente demanda en el mercado, hubiéramos debido estar
proyectando el cambio a coches ás pequeños, con un menor consumo de
combustible y más ligeros, la dirección de General Motors se negó porque
‘ganamos más dinero con los coches grandes’ 37
NOTAS CAP. 7
37 Barry Commoner: En paz con el planeta, Crítica, Barcelona 1992 p.81
NOTAS CAP. 8
4. Raymmond Frederick Dasmann: Environmental Conservation, 4ª edición.
John Wiley and Sons, Nueva York 1976, p.84.
9. Ecological footprint en ingles. El libro básico sobre esta cuestión es
Mathis Wackernagel y William E. Rees: Our Ecological footprint 1995.
12. Son cálculos de WWF elaborados a partir de los datos de 1999, y
hechos públicos en 2002, en su informe Planeta vivo 2002.
22. Datos de Médicos sin Fronteras en 1999.
28. Zygmunt Bauman, La globalización: consecuencias humanas, op. cit.,
p.17.
34. Bauman, “El desafío ético de la globalización”, en El País, 20 de julio de
2001, p. 11.12.
35. Bauman, “El desafío ético de la globalización”, loc. cit.
42. Véase Antonio Estevan y Alfonso Sanz, Hacia la reconversión ecológica
del transporte en España, Madrid 1996, Los Libros de la Catarata, p. 27-29.
(…) Viajas sólo en un automóvil privado; o junto con otra gente en un medio de
transporte colectivo. Ahí están, encapsuladas en esa situación elemental, las
opciones sociales básicas que se hallan ante nosotros. Se trata, a mi entender,
de verdaderas cápsulas de relaciones sociales. interesante concepto, pero
nuevamente desconoce a peatón o ciclista.
En el caso del transporte colectivo, lo que tenemos es la construcción
consiente del vínculo social. Ahí es preciso tener en cuenta al otro, dar u lugar
al otro.
270
La necesidad de ponerse de acuerdo para proyectos conjuntos es una escuela
de democracia.
Nos gana una ilusión de autonomía: uno sólo dentro de su propiedad, de su
armadura rodante, protegido frente al mundo externo, sin tocar ni oler al
prójimo (a quien se trata de mantener distante, nada de proximidad).
Si organizar colectivamente nuestras necesidades de transporte constituye una
escuela de democracia, por el contrario la primacía del automóvil privado se
relaciona más bien –tendencialmente- con una degradación o incluso
desaparición de la democracia, disuelta también por los automatismos del
mercado.
272
El coche devora la ciudad: no sólo la ciudad como espacio físico, sino también
la polis democrática como ámbito de autonomía, justicia y emancipación. En
esa encrucijada nos encontramos.
274
Cada vez con más frecuencia, el automóvil se convierte en autoinmóvil. La
información diaria sobre atascos kilométricos ha hecho patente desde hace
mucho que la “alegría de conducir” se ha convertido en un bien escaso. La idea
de volver a una situación de mayor fluidez añadiendo nuevos carriles a las
autopistas es pura ilusión. Esto es presente para el contexto del autor –
Madrid-, y también futuro posible para Valdivia.
275
Pero un uso mayor de vehículos eléctricos no puede significar la rehabilitación
de la energía nuclear. La corriente para los autos eléctricos ha de proceder de
fuentes renovables, sobre todo mediante conexión directa con instalaciones de
energía solar.
277
(II) LA PROPUESTA DE WINFRIED WOLF
¿Hay alternativas? La respuesta es: sí, se pueden desarrollar alternativas. A
quien proteste que esto es utópico le replicaré que quizá hoy en día solamente
las utopías expresen una política realista en sentido profundo.
I. Es preciso desarrollar una política de ordenación del territorio de
distancias cortas. Hay que conseguir que las ciudades recuperen calidad
de vida, que las gentes se sientan bien en pueblos y ciudades, que
puedan distraerse y reponerse en las mismas. Similar a lo señalado
por Enrique Peñaloza en conferencia en Valdivia, “el que la gente
desee estar en la calle es un indicador de ciudad con buena calidad
de vida, valorizar el espacio público, hacerlo atractivo”
II. Una gran parte del tráfico actual podrá ser sustituido por los pies y los
pedales. El tráfico no motorizado –a pie o en bicicleta- es suficiente, en
una “sociedad de distancias cortas”, para la mayoría de los
desplazamientos cotidianos. Ciertas ciudades de Holanda y
Escandinavia ya se encuentran en esa situación: hasta un 60 por ciento
de estos desplazamientos cotidianos se realizan a pie o en bicicleta.
III. Es necesaria la construcción y/o ampliación de un sistema de transporte
local público, eficiente, cómodo y barato.
IV. Hace falta una red ferroviaria que se extienda por todo el país, para
realizar la mayor parte del transporte de viajeros a larga distancia.
V. En la medida en que existan sistemas ferroviarios rápidos dentro de los
distintos países y entre ellos, se puede reducir masivamente el
transporte aéreo y suprimir el tráfico aéreo interior.
VI. Prescindir de una gran parte del actual transporte de mercancías (…)
promoción de productos y servicios locales.
VII. Un programa semejante tendría que verse flanqueado por varias
medidas…
- Límites estrictos de velocidad en carretera (100 km/h en autopistas,
80 km/h en carreteras y 30 km/h en zonas habitadas.
- Desendeudamiento de las compañías ferroviarias.
- Peso máximo de 28 toneladas para los camiones, como en Suiza
(actualmente pesan 40 t.)
- Subida escalonada de los precios de gasolina y gasóleo,
correlativamente a la materialización de una alternativa de transporte
al alcance de toda la población. El objetivo debería ser un precio para
los carburantes que cubra los costes sociales reales del tráfico
automovilístico (entre 300 y 400 pesetas por litro de gasolina).
Resulta evidente que este programa apunta hacia una sociedad totalmente
diferente que la actual. Se centra en principios opuestos a los que hoy
predominan. No aspira a la maximización de los beneficios privados, sino que
arte de las necesidades humanas y las exigencias básicas de la sustentabilidad
ecológica.
(…) Un hecho llamativo es que el tiempo ganado en las reducciones de jornada
de trabajo logradas en el siglo XX ha correspondido casi exactamente con el
tiempo perdido por desplazamientos medios más largos en los transportes. La
realización del sistema alternativo de transporte que proponemos correría
pareja con un gigantesco programa de tiempo libre.
(…) Las objeciones tradicionales que suele presentarse… revisa tres
objeciones a este tipo de intervenciones y sus respuestas o soluciones…
Nos queda la tercera objeción, la del “realismo político”: la opinión de que
nuestra alternativa no sería practicable. Aquí tenemos que invertir la carga de
la prueba: es la política que actualmente se practica en todo el mundo, la
política de “después de mí el diluvio”, la que no puede mantenerse y nos lleva a
un callejón sin salida. (…) Creo que en las condiciones actuales –considerando
todos los aspectos de la economía, la ecología y las relaciones Norte-Sur - la
lucha por esta utopía es la única política realista. Quien no pelea esta batalla
en el fondo ya se ha rendido, acepta tácitamente que las fuerzas destructivas
del capitalismo en general y de la sociedad del automóvil en particular
aniquilarán la sociedad y las bases para la vida humana en este planeta. Por
evocar otra vez a Bert Brecht: esta utopía es lo sencillo que resulta difícil de
realizar. 55
NOTAS CAP. 9
1. Lewis Mumford: Técnicas autoritarias y democráticas, Librerías Prometeo
y Proteo, Colección “Entrelibros”, Málaga 1995. P.30.
43. Mathis Wackernagel y William Rees: Nuestra huella ecológica –
Reduciendo el impacto humano sobre la Tierra. LOM Ediciones / Instituto de
Ecología Política, Santiago de Chile 2001, p.20.
55. Wolf: “La sociedad del automóvil: un callejón sin salida”. Op. cit. , p.104-
108.
295
AUMENTA LA VULNERABILIDAD O “ALTURA DE CAÍDA” DE LAS
SOCIEDADES INDUSTRIALES
Al menos desde 1972 (con la publicación de Los límites del crecimiento, el
primer informe del Club de Roma) existen prognosis científicamente fundadas
sobre le posible final catastrófico que resultaría de la mera prolongación de las
líneas de evolución que hoy prevalecen en las sociedades industriales.
(…) Fue el pensador ecologista alemán Carl Amery quien acuñó el concepto de
Sturzhöhe o “altura de caída” en relación con la sociedades industrializadas.
297
MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR: EL PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN
La esencia del principio estriba en la necesidad de actuar anticipándose a los
problemas incluso en ausencia de una prueba concluyente del daño, sobre
todo si hay incertidumbre científica sobre los nexos causales del juego.
Argumentar que “si usted no puede demostrármelo con total certeza, entonces
yo estoy científicamente legitimado para no hacerle caso alguno” es un sofisma
inaceptable. Ramón Folch ha señalado que el diagnóstico médico más preciso
es el que emana de la autopsia: pero seguramente el interesado habría
preferido un diagnóstico a medias y una terapia a tiempo42. Tal y como
aseveraban los expertos firmantes de la Declaración de Wingspread,
(…) a quien propone una actividad le corresponde la carga de la prueba, y no a
la gente. El proceso de aplicación del principio de precaución debe ser
transparente, democrático y con obligación de informar, y debe incluir a todas
las partes potencialmente afectadas.
298
transgénicos y el principio de precaución
La cultura clásica del riesgo defiende la libre empresa y la comercialización de
productos sin trabas en tanto que la peligrosidad no haya sido probada. La
nueva cultura del riesgo, fundada en el principio de precaución, invierte la
proposición considerando que la prudencia se impone en tanto no haya
probado la inocuidad.46 Ante actividades que pueden plantear riesgos graves,
la primera pregunta tendría que ser: pero ¿verdaderamente necesitamos esta
actividad, proceso, producto?47
Consideremos un problema concreto. La diseminación de muchos organismos
transgénicos pone en tela de juicio la integridad del modelo de acuerdo con el
cual se ha desarrollado toda la evolución biológica de nuestro planeta desde
hace cientos de millones de años. Este modelo ha sido caracterizado por los
biólogos como la continuidad de la divergencia en la evolución: la fuerza
principal de la evolución ha sido el establecimiento gradual de diversos
acervos génico separados , y su puesta a prueba en relación con un medio
ambiente en cambio continuo, sin permitir que esos acervos génicos
previamente separados se reúnan de nuevo. En la evolución se manifiesta
una tendencia inexorable hacia la diversidad, que da como resultado las
diferentes especies, géneros, familias y otras categorías taxonómicas que
constituyen el árbol evolutivo de la vida.
Ahora bien: si el modelo predominante en la evolución es la continuidad de la
divergencia entre acervos génicos separados, parece que el principio de
precaución exigirá que exploremos a fondo los motivos por los que en la
naturaleza se mantienen infranqueables las fronteras genéticas entre especies
distantes, antes de traspasar nosotros tales fronteras con las ligereza que hoy
caracteriza a los experimentos de manipulación genética. Como se ha
sugerido, hasta que no comprendamos mejor el alcance del intercambio
genético entre especies con parentesco lejano en la naturaleza, deberíamos
considerar las fronteras evolutivas –áreas de intercambio genético
relativamente limitado- como, por lo menos, indicadores relativos de zonas de
peligro potencial para la transferencia azarosa de genes recombinantes entre
especies.48 Por poner un ejemplo: las tecnologías del ADN recombinante son
una poderosa herramienta para ayudar a la mejora genética clase de las
especies agrícolas, haciendo más sistemática, científica y rápida la
transferencia de genes entre subespecies y variedades agrícolas (sin traspasar
la barrera de la especie); en cambio, antes de transferir genes de una bacteria
al maíz, o genes humanos al cerdo, deberíamos pensar a fondo en lo que
queremos hacer, y en si no hay vías alternativas menos arriesgadas y
éticamente problemáticas para obtener los resultados que apetecemos.
(…)
“la claridad de las ideas es más importante que la eficacia, y la dirección de la
investigación más importante que la velocidad que se le imprime”49 esto
coincide con el principio de las carreras de orientación terrestre, más vale
caminar en el rumbo correcto que correr en el equivocado. Por desgracia,
parece que tales ideas son muy minoritarias, en un contexto hipercompetitivo
en el que –cada vez más- la ciencia y la tecnología se ponen al servicio de los
imperativos de valorización del capital.
Si quiere tener éxito, una compañía del sector de las ciencias de la vida ha de
ser la primera en inventar y la primera en sacar al mercado un producto.
Monsanto está marcando el paso en la creación de más ideas, mejor y más
rápidamente. El éxito se define hoy en términos de creatividad y velocidad…El
objetivo es sacar al mercado un torrente de productos únicos antes de que lo
haga la competencia.
(…)
Una tecnociencia fetichizada, en rapidísimo desarrollo, pasa a percibirse como
el auténtico sujeto de la historia, mientras que los seres humanos rebajados a
objetos impotentes sufren el impacto de procesos que no controlan. Sin una
ralentización del desarrollo tecnológico parece imposible que comunidades
democráticas se reapropien de la tecnociencia –hoy, crecientemente, sierva del
gran capital- para reinsertarla dentro de un orden social propiamente humano.
Un muy buen resumen del dilema triangular humanidad-naturaleza-
tecnociencia
(…)
LA BIOSFERA Y NUESTROS CUERPOS COMO LABORATORIOS DE ALTO
RIESGO
Pero en los últimos lustros estamos lanzando cada año a la biosfera cientos de
nuevas sustancias químicas de síntesis y cientos de organismos transgénicos,
sin los controles adecuados (sin los medios y el tiempo necesario para realizar
las comprobaciones necesarias). De los más de 70.000 compuestos químicos
en el mercado estadounidense, menos del 10 por ciento se ha evaluado
correctamente en cuanto a posibles efectos adversos sobre la salud humana y
el medio ambiente53. En la UE están registradas unas 100.000 sustancias, de
las cuales se comercializan unas 70.000 (y cada año se añaden unos cientos
de sustancias nuevas): apenas se sabe nada de la toxicidad del 75 por ciento
de estas 100.000 sustancias54…y del resto es muy poco lo que se sabe.
301
Sencillamente no hay recursos suficientes –tiempo y dinero- para evaluar ni
siquiera una fracción de las sustancias químicas que comercializamos cada
año; como pese a ello las comercializamos, eso quiere decir que la industria
química está utilizando nuestros cuerpos y la biosfera como laboratorios de alto
riesgo.
NOTAS CAP. 10
12. Volker Heins: “Frankenstein desatado” Ecología política 4, Barcelona 1992,
p.85.
15. James Frank, Donald J. Hugues, J.J. Nickson, Eugene Rabinowitch, Glenn
T. Seaborg, Joyce C. Stearms y Leo Szilard: “A report to the Secretary of War”.
Este “informe Franck” puede consultarse en Robert Jungk: Más brillante que mil
soles, Argos, Barcelona 1958, p.307-315. La cita es de la p.308.
16. Wyden: Día uno, op. cit., p.355.
17. “Conclusiones y recomendaciones” del Comité de Expertos sobre Bioética y
Clonación, Eidos n°1 , Fundación de Ciencias de la Salud, Madrid 1999, p.16.
21. Antoni Domènech: “La ciencia moderna, los peligros antropogénicos
presentes y la racionalidad de la política de la ciencia y de la técnica”. Arbor,
enero de 1986, p.19.
26. Freeman Dyson: Mundos del futuro, Crítica, Barcelona 1998, p.57. Léase
esta aseveración evidente como corolario de la instructiva historia del
Supercolisionador Superconductor en EE.UU., que Dyson narra con gracejo
27. Peter Wyden, Día Uno. Así empezó la era atómica, Martínez Roca,
Barcelona 1986, p.49.
28. Wyden, Día Uno, p.50.
42. Ramón Folch: Ambiente emoción y ética. Ariel, Barcelona 1998, p.65.
46. Daniel Borrillo: “Análisis de la regulación comunitaria y española sobre la
utilización, liberación intencional y comercialización de organismos
modificados genéticamente”. Instituto de Estudios Sociales Avanzados del
CSIC, Documento de Trabajo 94.04. Madrid (febrero de 1994), p.8.
47. Jorge Riechman (coord.): Necesitar, desear, vivir. Sobre necesidades,
desarrollo humano, crecimiento económico y sustentabilidad. Los libros de
Caratarata, Madrid 1998.
48. David Susuki y Peter Knudtson: GenÉtica. Conflictos entre la ingeniería
genética y los valores humanos, Tecnos, Madrid 1991, p.235.
49. J. Arsac y otros: “Towards a better control over science”, Nature, vol. 333,
p.390.
53. Joel Tickner: “The precautionary principle”. The Networker, vol.2 number 4
(mayo de 1997).
54. EEA (European Environment Agency) /UNEP (United Nations Environment
Programme): Chemicals in the Environment: Low Doses, High Stakes?
EEA/UNEP, Suiza 1998, p.7.
314
Así pues, el “viejo” contrato social impulsó en su primera fase sobre todo en
EE.UU.- la militarización de la ciencia (a partir de los años cuarenta), y en su
segunda fase la empresarialización y privatización de la CyT (a partir de los
años ochenta). Este “viejo contrato social fue forjado entre la comunidad
científico-tecnológica por un lado, y las elites militares, políticas e industriales
por otro. ¿Aplica este suceso en igual manera e intensidad a las
humanidades?
316
AMPLIAR EL CAMPO DE LO POSIBLE, PERO…
Fernando Brocano –y otros filósofos de la tecnología- han propuesto una
noción de la misma que enfatiza sobre todo su poder de ampliar el campo de lo
posible. La tecnología, se nos dice, es ante todo un espacio de alternativas
posibles, el lugar desde donde configurar el futuro que depende de la acción
humana19. Semejante concepción tiene mucho a su favor, pero –si no se quiere
incurrir en grado importantes de ceguera voluntaria- habrá que incorporar a sus
reflexiones, de forma prominente, al menos los tres aspectos siguientes:
1. Al mismo tiempo que abre posibilidades, la tecnología moderna, sobre
todo cuando se despliega en “estructuras pesadas”, también cierra
posibilidades.
2. La enorme potencia de la tecnología moderna nos introduce en nuevo
mundo de peligros y riesgos que sería necio subestimar.
3. Por último, la cuestión de la aceleración del ritmo de las innovaciones.
321
CyT COMO EMPEÑOS HUMANOS
Frente a la idea del automatismo ingobernable de un sistema “sistema CyT”
autonomizado, hay que insistir en que ciencia y tecnología son empeños
humanos, fruto de actividades humanas, y en cuanto tales susceptibles en
principio de ser guiados intencionalmente: orientados y reorientados en función
de las metas sociales a las que aspiremos.
(…)
Hay que preguntarse si por detrás del discurso de la autonomía de la
tecnociencia no hallaríamos, más bien, el interés porque apartemos la vista de
las elites económicas, políticas, militares, financieras, científicas e ingenieriles
que sin control ni escrutinio democrático toman de hecho las decisiones que
encauzan el desarrollo de la ciencia y la tecnología.
(…) una suerte de voluntario sonambulismo tecnológico, por emplear la imagen
de Langdon Winner.
(…) sólo de la autoanulación del sujeto humano se sigue la autonomización de
la tecnociencia.
“El interesante problema de nuestros tiempos es que caminamos dormidos
voluntariamente a través del proceso de reconstrucción de las condiciones de
la existencia humana.”32
NOTAS CAP. 11
4. Ralph Lapp. The New Priesthood, Harper & Row, Nueva York 1961, p.29.
9. Javier Echevarría, La Revolución Tecnocientífica, FCE/ España, Madrid
2003, p.31.77-82.
19. Broncano, Mundos artificiales, op. cit.
22. Ernest Garcia: “Notas sobre ‘desarrollo sustentable’ y propósito consciente”,
Ecología Política 10 (1995), p.53.54.
23. Broncano, Mundos artificiales, op. cit., p.247.
32. Langdon Winner, The Whale and the Reactor, University of Chicago Press
1986, p. 26.
47. Francisco Fernández Buey: “Sobre tecnociencia y bioética”, en Ética y
Filosofía política, Bellaterra, Barcelona 2000, p.276.
349
CAP. 12 REGRESOS DEL PROGRESO, SIN RAZONES DE LA RAZÓN
(SOBRE MODERNIDAD, PROGRESO, CRISIS DE CIVILIZACIÓN Y
SUSTENTABILIDAD)
“Si un caníbal usa tenedor y cuchillo para comer, ¿es un progreso?” Stanislaw
Jerzy Lec
Sólo sofisticación, no progreso (caso Aníbal Lester)
350
Una recurrente situación contemporánea parece ser que más allá de ciertos
límites, nuestros esfuerzos por “progresar” se vuelven regresivos.
353
(…), lo que arrojamos por la puerta vuelve a entrarnos por la ventana, pero
con las características expresadas en el dispersor de daños o PNUD
Cambio Climático en cuanto a distancia temporal 50 años- entre acción y
efecto.
356
(…), los mecanismos de revolvingdoor (puertas comunicantes entre los altos
niveles de la Administración controladora y las empresas supuestamente
controladas, con un frecuente baile de puestos de trabajo públicos a privados y
viceversa: el zorro como guardián del gallinero), …esto huele a represas en
Aysén, privatizaciones de semilla o estrategias de legitimización de
Celulosa Arauco.
357
(…) lo que podemos llamar retroprogreso. Nos va la vida en asimilar lo que
ellos ya vieron con claridad, hace más de medio siglo: esa trampa del progreso
que muta en su contrario, la paradoja del progreso contraproductivo.
358
Lewis Mumford en Técnica y civilización (1ª edición 1934)
(…) el neologismo retroprogreso: allí donde creíamos avanzar, en realidad
estábamos describiendo movimientos erráticos, más o menos circulares, que
pueden acabar por devolvernos más atrás del punto de partida.
359
LA CRISIS ECOLÓGICA GLOBAL: UN GOZNE HISTÓRICO
En noviembre de 1992 más de 1.500 científicos de 70 países, alertaban con un
dramático manifiesto titulado “Advertencia de los científicos del mundo a la
humanidad”. Podía leerse: “Nos estamos aproximando con rapidez a muchos
de los límites de la Tierra. No quedan más que unas pocas décadas para
luchar contra las amenazas actuales”(…) Y se pedía una actuación urgente en
“cinco áreas inseparablemente relacionadas”: mayor eficiencia en el uso de la
energía y los recursos naturales (con el abandono gradual de los combustibles
fósiles), control de la contaminación, estabilización demográfica, lucha contra la
pobreza e igualdad para las mujeres.
360
La actual economía capitalista mundial es incompatible con la preservación de
una biosfera capaz de acoger, en condiciones aceptables, a la humanidad
futura.
361
El rápido crecimiento (de tipo exponencial) de la economía y la población
dentro de un sistema cerrado como es la biosfera finita que habitamos, nos
acerca a un desenlace fatal…
362
UNA REFLEXIÓN DE JULIO CORTÁZAR SOBRE EL PROGRESO
TECNOLÓGICO (Último round. Siglo XXI Eds. 1969, citado en Reichman, J.
2005:362 Un mundo vulnerable)
Los niños son por naturaleza desagradecidos. Cosa comprensible pues no
hacen más que imitar a sus amantes padres. Así los de ahora se vuelven de la
escuela, aprietan un botón y se sientan a ver el teledrama del día, sin
ocurrírseles pensar en un sólo instante en esa maravilla tecnológica que
representa la televisión. Por eso no será inútil insistir ante los párvulos en la
historia del progreso científico, aprovechando la primera ocasión, digamos el
paso de un estrepitoso avión a reacción, a fin de mostrar a los jóvenes los
admirables resultados del esfuerzo humano.
El ejemplo del jet es una de las mejores pruebas. Cualquiera sabe, aún sin
haber viajado en ellos, lo que representan los aviones modernos: velocidad,
silencio en la cabina, estabilidad, radio de acción.
Pero la ciencia es por antonomasia una búsqueda sin término. Y los jets no han
tardado en quedar atrás, superados por nuevas y más portentosas muestras
del ingenio humano. Con todos sus adelantos esos aviones tenían numerosas
desventajas, hasta el día en que fueron destituidos por los aviones de hélice.
Esta conquista representó un importante progreso, pues al volar a poca
velocidad y altura el piloto tenía mayores posibilidades de fijar el rumbo y
efectuar en buenas condiciones de seguridad las maniobras de despegue y
aterrizaje. No obstante los técnicos siguieron trabajando en busca de nuevos
medios de comunicación aventajados, así dieron a conocer con breve intervalo
dos descubrimientos capitales, nos referimos a los barcos de vapor y al
ferrocarril. Por primera vez y gracias a ellos, se logró la conquista extraordinaria
de viajar a nivel del suelo, con el inapreciable margen de seguridad que ello
representaba.
Sigamos paralelamente la evolución de estas técnicas, comenzando por la
navegación marítima. El peligro de los incendios, tan frecuente en alta mar,
incitó a los ingenieros a encontrar un sistema más seguro: así fueron naciendo
la navegación a vela y más tarde (aunque la cronología no es segura) el remo
como el medio más aventajado para propulsar las naves.
Este progreso era considerable, pero los naufragios se repetían de tiempo en
tiempo por razones diversas, hasta que los adelantos técnicos, proporcionaron
un método seguro y perfeccionado para desplazarse en el agua. Nos referimos
por supuesto a la natación. Más allá de la cual no parece haber progreso
posible, aunque desde luego la ciencia es pródiga en sorpresas.
Por lo que toca a los ferrocarriles, sus ventajas eran notorias con relación a los
aviones, pero a su turno fueron superados, por las diligencias, vehículos que no
contaminaban el aire con el humo del petróleo o el carbón y que permitían
apreciar las bellezas del paisaje y el vigor de los caballos de tiro. La bicicleta,
medio de transporte altamente científico, se sitúa históricamente entre la
diligencia y el ferrocarril, sin que pueda definirse exactamente el momento de
su aparición. Se sabe en cambio, y ello constituye el último eslabón del
progreso, que la incomodidad innegable de las diligencias aguzó e ingenio
humano a tal punto que no tardó en inventarse un medio de viaje incomparable,
el de andar a pie. Peatones y nadadores constituyen así el coronamiento de la
pirámide científica. Suenan muy futuras ciertas voces del pasado (E.
Galeano)
365
Como Iring Fetscher –entre otros- ha puesto de manifiesto en Condiciones de
supervivencia de la humanidad, una vez desechada la identificación reductiva
de progreso con “crecimiento del PNB” no tenemos por ello que renunciar al
concepto mismo de progreso: una concepción de éste como mejora cualitativa
de las condiciones de vida resulta, por el contrario, imprescindible de la acción
político-cultural de las fuerzas de emancipación. En la misma medida en que no
es posible proseguir la expansión económica cuantitativa en los países ya
sobredesarrollados, aumenta la importancia de lograr mejoras cualitativas de
las condiciones de vida de las mayorías: democratización y humanización de
las condiciones de trabajo, redistribución igualitaria de las riquezas e ingresos,
final de las desigualdades sexuales y étnicas, medio ambiente hermoso e
incontaminado, expansión de las actividades autodeterminadas y “autotélicas”
(es decir, actividades que contienen en sí mismas su propio fin, en lugar de ser
medios para otros objetivos), desarrollo cultural y científico, creatividad
artística, fiesta, y juego… Ésta, y no otra, es la idea de progreso que podemos
defender para el siglo XXI.
366
La idea de que aumentar la producción significa automáticamente la difusión
del bienestar ya no funciona. Vincular el progreso a parámetros de crecimiento
cuantitativo podía parecer aceptable en un mundo que todavía parecía simple
(en donde se identificaban necesidades elementales a las que se podía dar
respuesta con productos estándar). Pero en la actualidad, los valores
cuantitativos han sido desterrados por los valores cualitativos. Esto no se debe
al hecho de que hayan dejado de existir los problemas de cantidad que, por el
contrario, son acuciantes (…). Sino porque nos damos cuenta de que si llega a
existir un progreso, éste no podrá juzgarse más que con parámetros
cualitativos. Y la dimensión cualitativa no puede ser afrontada con modelos de
referencia simples: es decir, calidad es, pues, lo mismo que decir
complejidad.36
PRIMACÍA DE LA ECOLOGÍA SOBRE LA ECONOMÍA
1. “Susan George ha ofrecido otra descripción muy sugerente de la ‘gran
transformación’. La etimología de los términos economía y ecología nos
da la pista. Ambos contienen la palabra griega oikos (casa, ámbito,
dominio) y una segunda voz griega: nomos (regle, ley, procedimiento) la
primera, y logos (razón, principio) la segunda. Si consideramos que
nuestro hogar, nuestro oikos como especie es la naturaleza, parece
obvio que nuestras relaciones con ella deberían regirse en primero lugar
por el logos, el principio racional, y sólo derivadamente por el nomos, los
procedimientos en los que se plasmarían el principio racional. La
sociedad industrial moderna ha invertido las prioridades: ha puesto en
primer lugar los procedimientos (la economía) y en un lugar relegado y
hasta olvidado el principio (la ecología). Así, las reglas de la economía
se erigen en principio supremo, en criterio de eficacia y éxito, en medida
de la riqueza, con menosprecio de que existen una leyes naturales que
imponen unos límites y unas condiciones a los procedimientos por los
que el hombre organiza su metabolismo con la naturaleza (…) La
humanidad no sobrevivirá si no invierte el paradigma antinaturalista, si
no reconoce que el metabolismo irrenunciable con la naturaleza es el
que maca el principio rector de nuestras vidas. Que debe anteponerse a
las reglas y procedimientos con que obtenemos nuestro alimento,
vestido, placeres y comodidades. En otras palabras, si no invertimos la
jerarquía y ponemos lo ecológico en el puesto de mando –y lo
económico a un nivel subordinado, si no reconocemos que la actividad
económica es una subclase de los fenómenos ecológicos.”39 la ecología
comprende un hogar que no puede administrar, mientras la
economía administra un hogar que no quiere comprender
368
2. Si la reestructuración ecológica de la economía es fruto no de un
dirigismo tecnocrático y autoritario sino de la reconstrucción de un
mundo vivido, el decrecimiento de la producción de mercancías y de
servicios mercantilizados deberá realizarse gracias a una autolimitación
de las necesidades concebida como reconquista de la autonomía; es
decir, gracias a una reorientación democrática del desarrollo económico,
con reducción de la duración del trabajo y simultáneamente extensión de
las posibilidades de autoproducción cooperativas asociativas (…) la
creación, gracias a duraciones del trabajo cada vez más reducidas y
flexibles , de una esfera creciente de puesta en común, de cooperación
voluntaria y autoorganizada, de actividades autodeterminadas cada vez
más amplias.40
368
Producir de forma ecológicamente eficiente quiere decir minimizar el flujo de
energía y materiales que recorre nuestros sistemas productivos, maximizando
el bienestar que obtenemos de él. Hemos de aprender a hacer más con menos;
y sobre todo desengancharnos de la adicción a decir “siempre más” y aprender
a decir “es eficiente”.
(…) Para conseguirlo, hay que respetar las siguientes reglas o criterios de
sustentabilidad ecológica:
1. Las tasas de recolección de los recursos renovables deben ser iguales a
las tasas de regeneración de estos recursos.
2. Las tasas de vaciado de los recursos no renovables deben ser iguales a
las tasas de creación de sustitutos renovables.
3. Las tasas de emisión de residuos deben ser iguales a las capacidades
naturales de asimilación de los ecosistemas a los que se emiten esos
residuos (lo cual implica emisión cero de residuos no biodegradables).
1y3 es similar a mi ppt de ecología. Entiendo el 2 en un sentido de
transición de lo no renovable a lo renovable.
376
Es característica de quién está acosado por la muerte aferrarse a la hora de
paz que consigue arrebatar, aunque ésta en realidad precipite su fin. La
jeringuilla con la que un drogado se pincha le quita años de vida, pero le regala
un día. Tal vez estamos viviendo nosotros de esa forma.55
377
De la imprescindible revolución cultural ecologista formaría parte una ética
ecológica del trabajo, capaz de revalorizar el trabajo manual que produce y
reproduce el mundo. En una sociedad ecologizada no debiéramos aspirar a la
supresión del esfuerzo físico, sino a su adecuado reparto, lo cual exige superar
la división social clasista del trabajo (unos a la azada en el pegujal, otros a la
máquina de musculación del gimnasio). (Energía metabólica humana) El ocio
ajeno a cualquier esfuerzo físico no constituiría un valor; pero si el trabajo con
sentido y el ejercicio armónico de nuestras capacidades esenciales. Por aquí
se vislumbra una margen de la vida buena que es a la vez marxista y
ecologista. ¿Habrá sido intencionado el incluir sobre el final del libro,
principios marxistas, ligados a lo ecologista, como ideas positivas? La
posibilidad de que el autor haya tomado la opción estratégica de
posicionarse desde el marxismo una vez ya cautivado al lector, genera
una sombra panfletaria sobre este muy buen libro. Creo que el plantear
esto desde un comienzo, le hubiera dado credibilidad desde la claridad y
transparencia ideológica a lo expuesto.
NOTAS CAP. 12
36. Enzio Manzini: Artefactos. Hacia una nueva ecología del ambiente artificial,
Celeste Ediciones y Experimenta Ediciones de Diseño, Madrid 1992, p.75.
39. Joaquim Sempere: “Entre el liberalismo económico y la protección social”.
Mientras tanto 56 (Barcelona 1993), p.29-30.
40. André Gorz: Capitalisme, socialisme, écologie (Galilée, París 1991: trad. De
Jorge Reichman), p. 38-39.
47. Iring Fetscher: Condiciones de de supervivencia de la humanidad, Alfa,
Barcelona/Caracas 1985, p.203-205.
52. Manuel Sacristán: conferencia “Tradición marxista y nuevos problemas”
(Sabadell, 3 de noviembre de 1983). Transcripción de Salvador López Arnal.
55. Claudio Magris: Conjeturas sobre un sable, Anagrama, Barcelona 1994,
p.56.
387
EPÍLOGO. SOBRE BIOMÍMESIS, AUTOCONTENCIÓN Y LA NECESIDAD
DE REINVENTAR LO COLECTIVO1
“Aún no hemos hecho zapatos que sienten tan bien como la arena/ni ropa que
nos envuelva como el agua/ni pensamientos que se adapten como el aire/Hay
mucho que hacer…” Arthur Dove
388
Por eso sabemos que, al menos desde los valores emancipatorios de la
izquierda, tenemos que defender además u fuerte principio de igualdad social
(o mejor, la vieja buena tríada de la Gran Revolución de 1789: libertad +
igualdad + fraternidad o solidaridad, todos ellos adecuadamente corregidos por
la mirada feminista sobre la realidad). No nos basta con una sociedad
ecológicamente sustentable: deseamos una sociedad ecosocialista.
389
Ahora vivimos, por consiguiente, en un “mundo lleno” o saturado. La época en
que las sociedades humanas y sus economías eran relativamente pequeñas
con respecto a la biósfera, y tenían sobre ésta relativamente poco impacto,
pertenece irrevocablemente al pasado. Parque nacionales “llenos” de gente
que amenazaban con su presencia la conservación de Parques
Nacionales en EEUU, década del 70’, dio lugar primero a la restricción de
acceso (remedio cuantitativo, limitar la cantidad de visitantes) y
posteriormente, a la transformación de comportamientos por medio del
programa No Deje Rastro (cambio cualitativo, atenuar el impacto de cada
visitante). Se asumió el principio de que pocas personas de
comportamiento inadecuado dañan más que muchas personas de
comportamiento adecuado. Creo que esto sólo se diferencia del contexto
global en tamaño territorial y cantidad de personas. A nivel planetario, se
puede optar por el control de la natalidad o por bajar las huellas (carbono,
ecológica, del agua) o rearmonizar los ciclos de vida de las poblaciones
humanas con el ecosistema global. Necesitamos un programa NDR a
nivel planetario. Un programa NDR para la ciudad puede ser un paso
intermedio factible.
390
Somos muchos, y estamos condenados a vivir cerca unos de otros. Tal
situación no es necesariamente una condena: podemos y debemos
transformarla en una ocasión para mejorar juntos. Esto o es una exageración
o una declaración sesgada por el eurocentrismo, sin vivencia patagónica
o altiplánica. Aún hay muchas personas hoy que viven distinto, natural y
sosteniblemente.
393
En definitiva, lejos de hallarnos ante los problemas “ingenieriles” de conseguir
siempre más agua, energía, alimentos, sistemas de eliminación de residuos,
etc., en realidad tenemos sobre todo que resolver problemas filosóficos,
políticos y económicos (y pedagógicos) que se refieren a la autogestión
colectiva de las necesidades y los medios para su satisfacción. En un “mundo
lleno”, no se trata ya de un (imposible) aumento indefinido de la oferta, sino de
la gestión global de la demanda.
394
En un “mundo lleno”, no quedan ya tierras vírgenes por explotar, (…) ya no es
posible desembarazarse de los efectos indeseados de nuestras acciones (por
ejemplo, la contaminación) desplazándolos a otra parte: ya no hay “otra parte”.
(…) la idea kantiana de que en un mundo redondo nos acabamos encontrando.
395
Global es lo que no deja nada fuera de sí, lo que contiene todo, vincula e
integra de manera que no queda nada suelto, aislado, independiente, perdido o
protegido, a salvo o condenado, en su exterior.
395
LA AVENTURA DE LA AMEBA DICTYOSTELIUM DISCOIDEUM
Cuando el medio le aporta alimentación suficiente, cada ameba unicelular, vive
y se reproduce por su propia cuenta, en competencia con las otras, pero si este
medio es limitado, la expansión de la colonia agota las riquezas. La falta de
alimento y de espacio provoca entonces una transformación radical. Las
células se reúnen para formar sólo un ser único, luego se diferencian, unas
constituyendo la base de ese ser, las otras el equivalente a su cabeza. Si el
medio se vuelve más favorable, esta cabeza se abre para difundir esporas que
reconvertirán en amebas aisladas. Y el ciclo recomienza.
En un planeta que se pudiera considerar como infinito, inagotable, el
espléndido aislamiento de los egoísmos, individuales o colectivos, sería
posible. En nuestro planeta cada vez más pequeño, de recursos no renovados,
esta actitud es suicida para todos. Nos hace falta, como a la ameba, reunirnos
para formar un ser único. Pero, al contrario que la ameba, no tenemos ninguna
esperanza de ver un día ensancharse y enriquecerse nuestro medio. Estamos
definitivamente condenados a la solidaridad de las células de un mismo ser. No
cabe alegrarse de ello ni deplorarlo: hay que sacar consecuencias. (…) Desde
mañana, la humanidad debe ser diferente de lo que era ayer, del mismo modo
que el hombre adulto se diferencia del niño.”23
396
En un mundo globalizado es imposible intentar no ver lo que pasa mirando para
otro lado, porque no lo hay.”24Muy relacionado al enfoque de expansión de
la noción de hogar, 5 pieles,
398
Se trata de imitar la naturaleza no porque sea una maestra moral, sino porque
funciona.
399
GESTIÓN GLOBAL DE LA DEMANDA Y BIOMÍMESIS (relación humano
naturaleza herramientas)
1. Mientras existan seres humanos, existirán tecnosferas, es decir, el
conjunto de artefactos producidos por los seres humanos para satisfacer
sus necesidades y deseos a partir de los recursos que ofrece el medio
ambiente: somos esencialmente homo faber.
2. Ahora bien, contra cualquier tentación de sucumbir al determinismo
tecnológico, importa subrayar que son posibles muchas tecnosferas, que
algunas de ellas son preferibles y otras francamente indeseables, y que
nos importa mucho controlar democráticamente el proceso de
modificación de la tecnosfera. “Otras tecnosferas son posibles”,
podríamos decir, remedando e conocido lema del Foro Social Mundial
de Porto Alegre.
3. Hoy, la tecnosfera que prevalece en las sociedades industriales (y que
tienden a extenderse al planeta entero) encaja mal con la biosfera que la
contiene. Apreciamos incompatibilidades entre ambas; podríamos decir,
con la gráfica metáfora de Barry Commoner, que la tecnosfera está en
guerra con la biosfera (de donde resulta una crisis ecológica global cuya
importancia resulta imposible exagerar)30.
4. La biosfera no es producible por medios técnicos (tal y como mostró el
experimento Biosfera II en 1991-1993, aquella especie de enorme
terrario construido en Arizona por científicos estadounidenses), ni
tampoco trascendible: no cabe pensar razonablemente en abandonarla
para partir a la conquista de otros planetas.
5. Si la tecnosfera “está en guerra” contra la casa común que es la
biosfera, y esta última no podemos abandonarla ni crear otra de
recambio, entonces la gran cuestión –a la que no resulta exagerado
caracterizar como “el tema de nuestro tiempo” – es: ¿cómo rediseñar la
tecnosfera, o las tecnosferas, de manera que encajen armoniosamente
dentro de la biosfera?
Al tratar de responder a esta decisiva pregunta, veremos que en realidad
aparecen dos dimensiones del problema: una de escala, y otra de estructura.
Sistemas socioeconómicos humanos demasiado grandes en relación con la
biosfera que los contiene, por una parte; y sistemas mal adaptados, sistemas
humanos que encajan mal en los ecosistemas naturales. El problema de escala
reclama un movimiento de autolimitación por parte de las sociedades humanas,
que podríamos concebir (en términos de economía política) bajo la idea de
gestión global de la demanda, y cuyas dimensiones ético políticas he tratado de
explorar estos últimos años en mi “trilogía de la autocontención”; el problema
de estructura exige una reconstrucción de la tecnosfera de acuerdo con
principios de ecomímesis o biomímesis.33
NOTAS EPÍLOGO
1. Epílogo basado en la conferencia inaugural del IV Congreso Nacional de
Estudiantes y Licenciados en Ciencias Ambientales, Almería, 21 de
octubre de 2004.
23. Albert Jacquard: Este es el tiempo del mundo finito, Acento, Madrid
1994, p.144.
24. Daniel Innerarity: “Un mundo sin alrededores”, El correo, 23 de mayo de
2004.
30. Barry Commoner, En paz con el planeta, Crítica, Barcelona 1192, p.15.
33. Jorge Riechmann, “Biomímesis: el camino hacia la sustentabilidad”,
capítulo 2 de Estefanía Blount / Luis Clarimón / Ana Cortés /Jorge
Riechmann/ Dolores Romano /coords.): Industria como naturaleza. Hacia la
producción limpia, Los Libros de la Catarata, Madrid 2003.
36. Mábel Galaz, “Madrid prevé ganar 6.000 millones con los Juegos
Olímpicos de 2012”, El País/Madrid, 21 de noviembre de 2004, p.1 y 4.
37. Alberto Recio, “Empleo y Medioambiente. Necesidad y dificultad de un
proyecto alternativo”, ponencia en el curso de verano de la UCM.
ANEJO
CIENCIA, TECNOLOGÍA, IDEOLOGÍA: PRECISIONES CONCEPTUALES
410
Podemos definir la técnica, con Evandro Agazzi, como un conjunto de
procedimientos operativos útiles para la consecución de fines particulares.
Habitualmente se trata de descubrimientos sometidos a verificación y
mejorados a través de la experiencia de muchas generaciones, y constituyen
un “saber cómo” sin implicar necesariamente un “saber para qué”11
411
La tecnociencia lleva en su misma entraña la modificación del mundo: es
siempre operatividad, productividad y transformación de lo dado.
NOTAS ANEJO
11. Agazzi, El mal, el bien y la ciencia, op. Cit., p.97.