Você está na página 1de 7

PALABRAS DE TERESA PANIAGUA JIMÉNEZ, 4ª VISITADORA GENERAL DE

LA CNDH Y REPRESENTANTE DEL DR RAÚL PLASCENCIA VILLANUEVA,


PRESIDENTE DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
EN LA INAUGURACIÓN DEL FORO “LA TUTELA DE LOS DERECHOS
HUMANOS DE LA NIÑEZ INDÍGENA”.

Papantla, Veracruz, 29 de abril de 2011.

Señoras y señores:

A nombre del Dr. Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la


Comisión Nacional de los Derechos Humanos, les doy la más cordial
bienvenida a este Foro sobre “La Tutela de los Derecho s Humanos de
la Niñe z Indígena”. Agradezco el interés y la participación de las
autoridades del Estado de Veracruz para la organización de este
importante espacio académico y de reflexión, en especial a la
Comisión Estatal de Derechos Humanos.

El Estado mexicano ha firmado declaraciones y ratificado acuerdos


internacionales relativos a la protección de los menores de ed ad. En
esta materia, los más relevantes son: la Declaración de los Derechos
del Niño, aprobada por la Asamblea General de la Organización d e
las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959, y la Convención
sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y ratificada por
México en 1990.

1
La entrada en vigor de la Convención sobre l os Derechos del Niño
marcó la culminación de años de esfuerzos de la comunidad
internacional para lograr el reconocimiento de que la niñez requiere
tratamientos especiales que le permitan superar las desigualdades
que deben enfrentar en diversas regiones d el mundo.

Este instrumento consagró que las niñas y los niños tienen derecho a
que se les provea de todos los bienes y servicios para su desarrollo
integral; a ser protegidos por el Estado, por sus padres y la sociedad,
así como el derecho a participar en las decisiones que afecten sus
vidas.

Para atender el marco jurídico nacional en relación a dicha


Convención, en el 2000 se reformó el artículo 4º de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, reforma que una vez
publicada, fue la antesala para la expedición de la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescente, del 29 de
mayo del año 2000. En el ámbito local, todas las Entidades
Federativas cuentan con una ley que protege las prerrogativas de
este sector vulnerable de la sociedad.

A pesar de este importante marco jurídico internacional, nacional y


local, las realidades y las contradicciones sociales que enfrenta el
Estado mexicano, están dificultando la plena vigencia de los
derechos de las niñas y los niños en el terr itorio nacional.

2
La infancia enfrenta una grave problemática multifactorial motivada
por delitos como la trata de personas; fenómenos sociales como la
migración; actos violentos en su círculo familiar, social y escolar;
problemas de salud, desnutrición y obesidad; y, en los últimos meses,
graves violaciones a sus derechos fundamentales originados por la
inseguridad pública que se vive en diversas regiones del país.

Los menores de edad en México se convierten en un blanco fácil de


toda esta problemática, s in embargo, el riesgo aumenta cuando
pertenecen a grupos sociales en situación de pobreza, marginación y
discriminación, como es el caso de los pueblos y las comunidades
indígenas.

De acuerdo a información del Fondo de Naciones Unidas para la


Infancia (UNICEF), las niñas y los niños indígenas representan en
nuestro país la población con mayores carencias y el menor grado de
cumplimiento de sus derechos humanos.

El 33.2% de los niños indígenas menores de 5 años sufre de “talla


baja”, en comparación con el 12.7% de todos los niños de esa edad.
La tasa de mortalidad infantil de la población indígena es 60% mayor
que la de la población no indígena.

El incumplimiento de los derechos básicos de los niños indígenas


también se refleja en su bajo nivel educativo . Se estima que la tasa
de analfabetismo entre los pueblos indígenas es cuatro veces más
alta (más de 26% de la población de 15 años y más) que el promedio
3
nacional (7.4%). Muchos niños y niñas indígenas dejan de ir a la
escuela porque tienen que comenzar a trabajar a una edad temprana.

Sobre el trabajo infantil, 36% de los niños indígenas entre 6 y 14


años de edad trabajan, el doble que el promedio nacional calculado
en 15.7%.

Los pueblos indígenas también tienen un índice particularmente alto


de migra ción interna hacia las zonas agrícolas en el norte de México.
Se estima que el 48.7% de los niños que trabajaban como jornaleros
agrícolas habla alguna lengu a indígena y el 42.9% no asiste a la
escuela.

El reconocimiento de los derechos humanos de las n iñas y niños


indígenas debe analizarse desde la perspectiva de la igualdad y la no
discriminación. Garantizar plenamente su derecho a la educación en
su propia lengua o en la lengua que más se hable en el grupo al que
pertenezcan y en la cual estarán incor porados todos aquellos
conocimientos que les permitan desarrollarse integralmente.

Deben evitarse aquellos trabajos que obstaculicen su educación o


afecten su salud y desarrollo. El Estado debe asumir la
responsabilidad de tomar las medidas necesarias par a mejorar las
condiciones económicas y sociales de los niños, poniendo especial
cuidado en las necesidades de los menores indígenas y en luchar
contra la violencia y discriminación de que pueden ser objeto.

4
Por nuestra parte, la CNDH se ha dado a la tarea de fortalecer su
Programa de la Niñez, el cual tiene como objetivo fundamental
promover y divulgar el conocimiento de los derechos humanos de las
niñas y los niños, desde una perspectiva de género y del interés
superior de la infancia, a través de activid ades de promoción, difusión
y orientación tendentes a conformar una cultura de respeto a sus
derechos.

Asimismo, se realizan estudios, investigaciones y actividades de


educación y capacitación sobre los derechos humanos de este sector
de la población, pa ra formular estrategias encaminadas a prevenir
conductas violatorias de sus derechos y promover el
perfeccionamiento del marco jurídico que los protege.

De enero de 2010 a marzo de 2011, a través de diversos eventos de


capacitación y difusión organizados en diversos puntos del país, se
beneficiaron a 6,403 personas y se distribuyeron cerca de 40 mil
materiales informativos respecto a los derechos de los niños.

El Foro de hoy representa un excelente espacio académico para


fortalecer todos estos esfuerzos a favor de la niñez mexicana,
especialmente la perteneciente a los pueblos y comunidades
indígenas.

La participación de los diversos especialistas y de los representantes


de los pueblos y comunidades indígenas que hoy nos acompañan nos
brindará la oportu nidad de analizar objetivamente la observancia y el
5
cumplimiento de instrumentos internacionales muy importantes en
materia de derechos indígenas, como es el caso del Convenio sobre
Pueblos Indígenas y Tribales de la OIT (1989), la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
(2007), así como un análisis respecto al estado que guardan las
Recomendaciones (11, 64 y 68) del examen periódico universal de las
Naciones Unidas.

Uno de los principales objetivos de este espacio, es lograr la


participación efectiva de los poderes del Estado para mejorar las
condiciones generales de vida de las niñas y los niños que
pertenecen a los pueblos y a las comunidades indígenas, a través de
la firma de un Acuerdo de Compromisos.

Sin embargo, las propuestas y el trabajo para mejorar la salvaguarda


de sus derechos deben provenir de todos los sectores de la sociedad,
del académico, del institucional, de las organizaciones de la sociedad
civil, de los medios de comunicación y del sector empresaria l, entre
otros.

La obligación de garantizarles un mejor futuro a los niños mexicanos,


basado en el pleno respeto a sus derechos humanos es un
compromiso de todos.

Agradezco nuevamente su presencia, así como la de los ponentes


que nos acompañaran a lo larg o de las diversas mesas de trabajo.

Señoras y señores:

La reforma constitucional en materia de derechos humanos aprobada


por el Congreso de la Unión y que actualmente se encuentra en
proceso de discusión por parte de las Legislaturas Locales,
representa una gran oportunidad para fortalecer la protección y la

6
defensa de los derechos humanos de las niñas y los niños en nuestro
país.

La obligación del Estado mexicano de proporcionar una educación


que resalte la importancia de los derechos humanos, sin duda
ayudará a construir desde ahora una sociedad más consciente no
sólo de sus derechos, sino también de sus obligaciones.

Asimismo, reforzará la interpretación y aplicación de los numerosos


tratados internacionales de derechos humanos firmados y ratificados
por el Estado mexicano. Debemos asumir el compromiso de que estos
instrumentos se han firmado para cumplirse cabalmente en el
territorio nacional en beneficio de los derechos de las personas. Las
autoridades en el país tienen el deber de promover, proteger y
garantizar los derechos humanos conforme a los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

Finalmente, felicito nuevamente a todos y cada uno de las personas


que participaron en la organización de este Foro, les reitero el
compromiso de continuar impulsando este tipo de espacios
académicos con la finalidad de promover los derechos humanos en
todo el país.

Muchas Gracias.

Você também pode gostar