Você está na página 1de 56

RUIDO BLANCO

1
Foerster Montecino, Cristian
ruido blanco / Cristian Foerster
Primera edición – Santiago de Chile: Editorial Cuneta, 2013
Colección Menos es más nº 9
56 p.; 16 x 21 cm.
isbn: 978-956-8947-28-6
poesía chilena

r. p. i.: 235.473
© Cristian Foerster Montecino
© Editorial Cuneta
Arzobispo Casanova 26 (ex 3), Santiago, Chile
Fono: (2) 29 46 01 79
contacto@editorialcuneta.com
www.editorialcuneta.com

Edición: Galo Ghigliotto


Diseño portada: Ian Campbell
Fotografía del autor: Rolf Foerster

2
Cristian Foerster Montecino

RUIDO BLANCO

3
4
a Rolf, Sonia y Margarita

a Halszka, Lucas, Valentina, Osvaldo, Jennifer o Flor

5
6
¿Cómo poner una muerte en el paisaje
sin que se vuelva frío
y se sumerja como una flauta
con todos los agujeros tapados?

Roberto Juarroz

7
8
cámara matriz
(i)

9
10
la edificación erige su semblante
sin embargo respira
más acá de lo hendido
croa noche tantea lágrimas
en bloque por la luz
estira su camuflaje violento
se contrae
al menor murmullo traza fronteras
borrosas entre una pared y otra
tose su costumbre el hábitat
perpetua comezón
troza en la carne un camino enroscado

11
chirría la puerta del establecimiento
una pared se desliza por un costado
negra en el centro de la mirada
vítrea invita a seguir
por esa retina de piel
una segunda visión se eriza
en un sueño impenetrable
la última pared

de ella emergen rostros su carne


hormigón blando
venas el cableado óptico del lugar
un laberinto que de pronto se vuelve casa
risas aplausos carcajadas
rasgan el entramado
la gramática agujero de la escena
precipita la transmisión
de sentido contra
los primeros pasos

interrumpimos ahí
una lectura del ruido blanco

12
el cántico estático de los padres me sobresalta

servido el desayuno las bocas alistan su silencio

la piel fantasma es un mantel roñoso

reposan en los cereales diminutas concentraciones de dinero

alguien tira la cadena

del otro lado el frío se hace espacio

13
una masa de cuerpo montañosa
tibia leche derramada
abre lampiñas sus piernas
él gatea y chupa por primera vez
gritos entraman su estómago
sacudido desparrama hechos
pantallas para paliar la imagen
que repercuten por todo paisaje

jura que los acontecimientos


no tienen lugar

14
el recorrido de sombras
hace crujir su fachada
una pantalla devuelve grietas en la vista
de ahí nace el pellejo cristalino
siamés a la imagen por el cable
se proyecta
busca refugio
succiona luz
simula el aleteo eléctrico de las moscas

minada de funcionarios
la institución desmantela sus facciones

15
su memoria es una laguna sin fin
donde juegan niños y niñas funcionarios
desde otra orilla lanzan guijarros
que desaparecen entre los juncos mentales

ausente de superficie
el agua rauda se anuda
en un punto palpitan
los espectros de la red
sus recuerdos
obligados

16
a sus espaldas otra noche
el otro lado de una calle
sin ruido de pasos culpables
sin sonido
desde ahí traza
un horizonte que la luz abandona
en el piso
manchas se funden con un cielo
de cartón forrado

ambos
asesinos de un nombre
que nunca llegará a las paredes
de baños olvidados
huyen a la noche
por estos poros como ángeles de cera
o gotas de sudor
tomados de las manos
de las uñas arañando sus ropajes

17
remembranzas espías del futuro
rompen el cristal la piel
monstruosamente quietas
en la respiración
de este lado
del marco

su hedor es impronunciable

parecen solo palabras que perecen entremedio


de muebles gastados

(una alfombra enrollada en la punta de la lengua)

fuera de la fotografía el funcionario


espera obediente que digan su nombre

18
mientras duermen los cuerpos tiritan

en su respiración permanece la raíz

políticas de una fosa nasal obstruida

mi cuerpo camina o sueña dos veces

19
un televisor encendido en medio de la noche
anuncios reclaman la atención de un oído
distraído por la mente no capta aún
el sentido del mandala
que en su entrecejo se teje

tras la puerta un mundo negro


parecido al ruido blando se expande
su vibración en plena noche
cose a la oreja
el sinsentido
que aún no se apaga

20
nuevamente despierta uniformado de hombre
por pastizales secos
se traslada en la piel
de esas lomas

loicas
anidan en cascarones vacíos
de computadoras o en el óxido
de una lata de keroseno

juegan a planear
entre los dientes de la cosas en ruinas
la costilla perfora
su vuelo horizontal
en la página vibra el tic
bajo su alma este paisaje
en medio del living
brillante
gravita

la cuna de la civilización
en su ojo ajeno

21
la ceniza del incienso
dibuja una flor
en la mitad de una mesa
pared perpendicular
el cableado aparatoso (raíces) entrelaza
su mente electrocuta otra imagen

su pulso extinto
reposa en el sol

la muerte
de madera

ocupa una máscara de gaza contra gérmenes

hasta ahí llega el hálito


la meditación

22
patio tachado
(ii)

23
24
ensayo una acuarela
de mí mismo
primero sus formas
sudor o rocío
las comparaciones obvias
después el clima
la brisa que surge del ombligo
siempre caminará con uno
la vida
del otro

pasillos y baños dividen


la escuela de escarcha
curte un semblante de arbusto contra el páramo
el patio techado esa lengua roja
otro rostro contra el paredón
las burlas en apodos constriñen
mi carne blanda

la hoja tirita derramo tinta mi paisaje


una nueva
respiración

25
una infancia tras otra
entre pantallas otras vidas
ajenas al compás de la vida

soñaba un cuerpo
perfecto pero tieso
capaz de derrotar a un ejército
de juguete

mi deseo
amar como el envase
plástico ama a su mercancía
ese vacío me consuela

mientras el kiwi en un armario


(yo también lo llené de patadas)

ya no dura entre nosotros


pero su carne todavía mella
la consistencia de este memorial

26
por los dedos se desliza una apertura en la ventana

persistencia de astilla enterrada entre uñas

cierro los ojos para volver a un barrio hecho añicos

el vapor de la ruda empaña los lentes

fuera del rostro la mirada se marea

27
de un árbol de vida esta mesa que desconozco
apenas limpio sus recuerdos germinan gérmenes del otro

en ella aún se sirven corazones de alcachofa


tiempos de cocción de una época
parecida a la infancia se impregna
al vapor de una olla la presión
a punto de estallar su hueco
inútil en la casa
transito
lustro imágenes una mesa servida
el postre leche nevada de la abuela
nievan pétalos de bugambilia
infiltrados sobre un plato vacío

copos que copan la superficie del recuerdo


hijos que lijan la superficie del deseo

mi segundo beso tuvo lugar en esa mesa


servida se gestó la escena
después de una cena familiar
nos quedamos solos simulando
el gesto dulce su comisura
permanece agria intacta
a la hora de lustrar

pulo el pulso de la mesa que se resiste a ser mueble otra vez

unas cuantas letras de memorial


borradas con migajas de pan duro

28
entre chubascos una vieja busca parar un furgón escolar

diarios añejos alfombran el piso de tierra

los recortes del tiempo contradicen mi pronóstico

de una esquina a otra el cartonero transporta empapados

emergen empleos que luchan contra el clima

29
conocer es engrosar la forma
del ciruelo adherirle nombres trozar

lenta porción vista desaparece en la retina


ya no alumbra teme opaca se cae
del pétalo mis pestañas su esqueleto
intactos bajo kilómetros de asfalto

¿será la sombra del árbol sin ojos


un forado el enclave del paisaje?

30
suspendida en un muro tu imagen
desde otra edad observan
sus ojos manchones pigmentos
un sur hecho a medida se escurre
por la tela frágil rostro de niña
trigales un cielo enrojecido
a la fuerza por la mano
te envuelven
cada vez que cruzas el corredor
un país que antaño era vista

31
escribo de puntillas
las cosas barnizadas por el jadeo materno
para no despertar
del otro lado
a la familia
es una unión feliz del cuerpo
no encuentro lugar para la mirada
el amor en exceso lo recubre todo
una musiquilla
el paladar
de padre
presionando
mi lengua

32
no es hambre es tiempo

el colapso del flujo circulatorio

millares de autos congelan el sentido del trayecto

sus llantas oscuras dejan raíces en la escarcha

la cordillera nevada guarda un corazón hecho de yesca

del tajo nace un camino

33
los dientes rechinan chuecos
en el intento de fijar
apenas recobro el rojo uniforme
una franja de cielo lo cruza
marejada de gritos entremedio
parezco oír la voz del niño
envejecido temblando
sus compañeros se abalanzan
con punzones en la vista

sin más banda sonora


que marejada de gritos
niños y niñas aprendemos a odiar
al semejante en medio de los patios
del liceo obediente a la siga de ese ritmo

desde lejos todo parece un juego


si no te aplastan

34
cuando el profesor
mi traje gastado
pronuncia dictadura
recorre un pasaje quebradizo
veintitantos años se diluyen
en puntos de fuga
madera virgen y hormigón
deforman la catástrofe
la vuelven cosa soñolienta
un trazo de tinta deleble
en la blancura de la pizarra

35
los televisores se encienden automáticos

anhelantes vemos el oráculo del tiempo

virus instauran una guerra por las calles

la guerra es un estado nervioso

soles diminutos persisten en el mapa del tiempo

de este lado la palabra lluvia


murmullo lejano como un alud

36
hace años que la palabra guasca
retumba colgada de la percha
en la habitación de antaño (madera virgen)
mi padre la trajo de bolivia
para pronunciarla
eleva la voz tiembla mi carne
se introduce en la palabra
un golpe
persiste la visión
forrada de madera
(magulladura virgen)

escribo horado
a la luz de su chasquido

37
38
recursos olvidados
(*)

39
40
*
apurada
la imagen
busca
escapar
de su molde

41
*
las cosas
se tornan
para el tacto
peligrosas

siempre
un museo
en la esquina
de mi lente

una voz de padre

no meta los dedos


ese enchufe
sostén del mundo
también es vórtice

en bloque
por la noche
su visión entrama
la guerra nerviosa

42
*
no todo ojo
patina su mancha

otros
contienen
límites
de sangre

coágulos
agujeros

el poema
su espacio
triturado
por puntos
casas
signos
fallas
que sólo
alumbran
lo oscuro
del hecho

43
*
acantilado
de palabras

lo trepan
abren rutas

su cima
un punto
de fuga

el río
corre abajo
serpentea
las casas
sociales
se zambullen
en cimientos

aguas
minerales
cobre
litio
miradas
empapadas
verticales
mis palabras
contradicen
su peso

44
*
caen por un tajo
nacen caminos

como rocío
o relámpago

lecturas al azar
no acaparan
se resisten
los embates
del tiempo

somos
monumento
plegable

45
*
fugados
hace años
retratos
en una caja
de leche
sorben
el blanco
chorrea
su gota
la travesía
del ojo
ablanda
el cartón
arrugas
la pérdida
del rastro

46
*
ondula
la vista
el paisaje
de letras

su borde
lo cruza
un dedo
invisible

del cuerpo
espectros
borrando
límites

ansiosos
erizan
la dermis

recuerdos
de un texto

su oleaje
tropieza

la ausencia
del surco

47
*
de este lado
y del otro
otra voz
me rescata
ebrio
de vergüenza
sólo me queda
esa calle
el ondular
de sus átomos

48
*
lo que queda fuera
lo que queda dentro
del poema arma otro
porvenir
en penumbras
sueño esa cordillera
de sábanas su memoria
limita con la ausencia
o ansia de tu cuerpo

¿qué harías de este lado?

amar fantasmas lo cubre todo


de un perpetuo amanecer
condena del poema atado
al fulgor de tu semblante
aún la chispa contra el mio

dilema es la pantalla
la piel en blanco de tu parte
se mece al fin
pero se adelanta
su sueño desnudo
calma manchas
la familia
despedida por los ojos

49
–remolino blanco
no forcejees con mis huellas–
se deslizan
en picada el ahogo
visto de espaldas nuestros cauces
diferidos al unísono
palabras
o instantes del poema
que no duran
no resisten
el amor
este lienzo curvo
te fijas

50
*
entre montañas
de sombra
y chatarra
niños
y niñas
juegan
a la casa
embrujada
del bosque

a lo lejos
arde la ciudad

51
52
ÍNDICE

cámara matriz (i) ............................................9


patio tachado (ii) ..........................................23
recursos olvidados (*) ...................................39

53
OTROS TÍTULOS DE EDITORIAL CUNETA

Colección Plan Maestro - Narrativa

1.— Naturalezas muertas, de Alejandra Costamagna


2.— El tramo final, de Siu Kam Wen
3.— Yo era una mujer casada, de César Aira
4.— Las aventuras de la negra Lola, de Roberto Echavarren
5.— El pasante de notario Murasaki Shikibu, de Mario Bellatin
6.— La provincia, de Marcelo Mellado
7.— El fin de la lectura, de Andrés Neuman
8.— Caperucita se come al lobo, de Pilar Quintana
9.— Llamaradas de nafta, de Hernán Castellano Girón
10.— Cartas de guerra, de Jacques Vaché
11.— Había una vez un pájaro, de Alejandra Costamagna
12.— Salón de belleza, de Mario Bellatin
13.— El invernadero, de Hernán Castellano Girón

Colección Almácigo - Narrativa

1.— Casa volada, de Francisco Ovando

Colección Ouróboros - Poesía

1.— Albricia, de Soledad Fariña


2.— Adiós muchedumbres, de José Angel Cuevas
3.— Huellas de Siglo, de Carmen Berenguer
4.— La Bandera de Chile, de Elvira Hernández
5.— El hueso de la memoria, de Verónica Zondek
6.— El sermón de la montaña, de Raúl Zurita

54
Colección Menos es más - Poesía

1.— Aeropuerto, de Galo Ghigliotto


2.— Un gabinete móvil y otros poemas, de Francisco Garamona
3.— Desdiosidad, de Juan Carlos Vidal
4.— La virgen de las antenas, de Begoña Ugalde
5.— cajita americana, de Luz María Astudillo
6.— Colonos, de Leonardo Sanhueza
7.— Encomienda, de Lucas Costa
8.— Trinaje, de Carmen Martin
9.— ruido blanco, de Cristian Foerster

Colección Traducciones

1.— Quién va a podar los ciruelos cuando me vaya, de John Landry


2.— La alteración del silencio: poesía norteamericana reciente,
compilada por William Allegrezza
3.— Extractos del cuerpo, de Bernard Noël

55
Agradecimientos del
autor

Publicar este primer libro no fue fácil:


demasiados fantasmas deseaban retenerlo.
Pero a mi lado siempre hubo personas que me
ayudaron a superar las distintas etapas del parto
y a quienes agradezco. La lista es larga y el sitio
de cada uno en ruido blanco es distinto. Sin
Guadalupe Santa Cruz, Carlos Leiton, Víctor
Ibarra, Ronald Bahamondes, Sergio Pérez,
Christian Anwandter, Galo Ghigliotto, Ian
Campbell y Edmundo Covarrubias, este
libro no hubiera sido posible.

Esta primera
edición de
ruido blanco
Se terminó de
imprimir en Santiago de Chile, en los
talleres de Gráfica LOM en noviembre
de 2013. Fue impresa en papel Bond
ahuesado de 80 gramos. Para la portada
y contraportada se usaron la tipografías
DIN Next LT Pro, Courier New y
Adobe Garamond Pro
para los textos.

56

Você também pode gostar