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Didáctica Catequística.
La catequesis, como pedagogía de la fe, como acción educativa, ejercita una didáctica
específica que “orienta los elementos y las condiciones objetivas y subjetivas de la
enseñanza, a fin de que favorezca la comunicación de la fe y la respuesta de los
interlocutores” (CAL 172). Esta acción pedagógica-didáctica consta
fundamentalmente, de tres momentos: planeamiento, ejecución y evaluación, según
es referido en el documento “La catequesis para América Latina”.
1
El planeamiento didáctico.
El planeamiento es una exigencia que se impone día a día en todas las actividades
humanas. El trabajo catequístico no escapa a esta exigencia y lo considera un
momento o elemento didáctico1 de gran valor, ya que ordena de manera previa y
reflexiva la acción catequística que se desarrolla en un grupo (cfr. CAL 173).
La acción didáctica.
1 La ciencia didáctica hace diferencia entre los momentos y los elementos; los primeros corresponden a la planeación,
ejecución y verificación; los segundos hacen referencia a los objetivos, medios, ambientes, sujetos, etc.
2 Educar en la fe es liberar y desarrollar las potencialidades de las personas, es hacer transparente los signos de salvación,
para sostener la capacidad de respuesta del hombre a Dios de forma responsable y madura desde su condición de
creyentes. La educación en la fe se orienta a hacer madurar la conversión inicial para hacer de ella una experiencia viva,
explícita y operativa. La educación de la fe tiene muchas concreciones: la escucha de la Palabra, la celebración litúrgica, la
vida de la comunidad, la celebración sacramental, la profundización en los misterios de la fe, la práctica de la caridad, etc,
en este sentido “La catequesis no es más que una forma peculiar de educación en la fe” (C.T. 18)
2
El encuentro catequístico, desde el plano de la didáctica, es la acción misma, en el
sentido de ser el momento en que el mensaje es compartido, momento donde se
testimonia la fe; es la unidad de tiempo en que se realiza un “todo” significativo; es
el acto catequístico propiamente dicho.
Los elementos propios del acto catequístico pueden ser articulados según alguna de
las metodologías3 existentes que han favorecido el proceso de transmisión de la fe.
“Históricamente en la Catequesis se han articulado en las dos grandes familias de
métodos: el inductivo (también llamado “existencial”, “experiencial”,
“antropológico” o de procedimiento ascendente), que parte de la vida humana
(incluida la dimensión religiosa) con sus problemas o situaciones, para proceder a la
interpretación significativa con la Palabra y re-expresar la fe en el compromiso,
celebración y oración; método deductivo (“kerigmático” o de vía descendente) que
parte de la fe como expresión del mensaje, en cualquiera de sus diversos lenguajes:
3 Se utiliza aquí la palabra “método” en un sentido de metodología para el aprendizaje o llamado también método
didáctico; secuencia de intervenciones operativas.
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celebrativo, litúrgico, doctrinal, bíblico, etc. para llegar a la vida. Estos métodos no
se excluyen, sino que se complementan mutuamente” (CAL 165). Lo
verdaderamente importante en la metodología es la correlación de los elementos que
lleve a la conversión y el encuentro con Cristo.
La evaluación.
4 propiciar el conocimiento de la fe, la educación litúrgica, la formación moral, aprender a orar, la iniciación y educación
para la vida comunitaria. (DGC 85-86)
5 Onofre de Arrunda. Didáctica General. pag. 28. San Pablo 1958.
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La evaluación se refiere al proceso de atribuir valores o notas a los resultados
obtenidos, esta hace referencia a la apreciación cuantitativa o cualitativa vinculada
a las aptitudes, a las condiciones y a la efectividad del proceso.