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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS


PSICOPATOLOGIA GENERAL I. M3. V SEMESTRE.

PSICOPATOLOGIA DE LA CONCIENCIA

AUTORES:
BANCHÓN ZAMBRANO MARÍA MARISOL
GUAMÀN CHANCAY DIANA CAROLA
ORDOÑEZ MALDONADO MARÍA FERNANDA
RAFFO VELARDE SUSANA DEL ROCIO
SÁNCHEZ RODRÍGUEZ MARÍA BELÉN

DOCENTE:
MSC. TANYA BARCIA SALAS

Guayaquil, 2016
PSICOPATOLOGÍA DE LA CONCIENCIA

Antecedentes

Existen diferentes definiciones de la conciencia. Prueba de ello es las veces de intentos


que se han venido haciendo a lo largo de la historia y por ende no hay un concepto que la
defina exactamente como tal. Por ejemplo, el vocablo, de origen latín, describe a la
conciencia como el conocimiento que acompaña a nuestras impresiones y acciones.

EGUILUZ I; SEGARRA R. (s.f.) mencionan algunas definiciones que autores


proponen desde el punto de vista fenomenológico para describir a la conciencia, por
ejemplo:

Fish denomina la conciencia como un estado de conocimiento de uno mismo y del


entorno. Es decir que la conciencia es todas esas percepciones que uno tiene a través de
la experiencia.

Sutter la define como la síntesis que el individuo realiza de sus actividades


perceptivas, intelectuales, afectivas y motoras.

Según Rosenfeld es la totalidad de la vida psíquica en un momento dado.

Jaspers, se caracteriza por: su interioridad, en contraposición a la exterioridad del


proceso biológico explorable; la división sujeto-objeto; y el conocimiento de la propia
conciencia en torno a sí misma.

Scharfetter, considera la conciencia como un concepto abstracto, que no debe de ser


entendido como saber formal acerca de uno mismo o del mundo, ya que siempre aparece
referida a un objeto (resalta de este modo su dimensión social).

Bleuler, la conciencia es indefinible y es aquella cualidad que diferencia al hombre de


la máquina. Es decir, define la “conciencia” como el conocimiento del conocimiento
propio.

También tenemos uno de los exponentes más notables de la conciencia desde el punto
de vista psicoanalítico Freud, la noción de conciencia que se maneja guarda relación con
la de inconsciente. Así, la conciencia sería aquella instancia de conocimiento permitida
por la moral del sujeto. Si algún recuerdo entra en conflicto con esta moral, éste queda

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excluido de la conciencia y pasa a formar parte del sistema inconsciente, que es la reserva
de lo reprimido.

Hasta el inicio de la aplicación de las ciencias experimentales a la Neurología,


momento en que se identificó con la actividad cerebral, la conciencia era considerada
como una realidad ontológica que estaba separada del cerebro o como un epifenómeno
de cada una de las funciones mentales (Berrios, 1981). En periodos más recientes la
conciencia tiende a ser considerada como un complejo de unidades de información que
tiene su base material en el cerebro.

Entonces podemos decir que la conciencia es una propiedad del organismo, firme en
la capacidad para conocer nuestras experiencias y las del mundo que nos rodea, unido a
la probabilidad de darnos cuenta de la realidad interior y exterior.

Las características de la conciencia

 La subjetividad, es una conciencia privada de la persona. Identificada


como la autoconciencia del “yo”. Aunque estamos acostumbrados a causar el
dolor, la privacidad de la experiencia pertenece a un dominio inalcanzable
directamente por el observador.
 La unidad en la cual rechaza la probabilidad de varias conciencias en un
mismo sujeto. En diferentes patologías psiquiátricas el paciente relata o cree
poseer dos o más conciencias, generalmente este fenómeno se denomina
disociación.
 La intencionalidad, se trata de todo acción consiente que va dirigido a un
determinado fin. En otras palabras, cuando estamos despiertos y somos
conscientes siempre, nuestra conciencia está dedicada a algún asunto.

Farber y churchland propone tres subdivisiones básicas de la conciencia

Como lo es la Conciencia de la conciencia en la cual trata la relación entre observador


y fenómeno observado. Alguien es consciente de algo, Las “altas facultades” (la atención,
el razonamiento y el autocontrol) y Los “estados de conciencia”, gradiente que abarca
desde la consciencia hasta la inconsciencia.

En cuanto a las dimensiones de la conciencia, pues se han sido varias las


clasificaciones de las partes en que podemos dividir a la conciencia. Creemos adecuada

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aquella que distingue tres ejes principales: vigilancia/somnolencia, lucidez o
claridad/obnubilación y conciencia de uno mismo.

Comprendemos por vigilancia la capacidad de mantenerse deliberadamente alerta en


lugar de estar somnoliento o dormido. Es decir, estar atento a cualquier situación que se
nos presente. Esta facultad es fluctuante, nunca permanece de forma invariable. Los
factores que influyen en ella son el interés, la ansiedad, el miedo o la diversión. También
afecta a este eje la situación del entorno y la forma en que ésta es percibida. Existen
diferencias cualitativas para un mismo nivel de vigilancia, que dependen de las
variaciones de la atención ante diferentes situaciones. La atención, de hecho, no es más
que la concentración de la luz de la conciencia sobre un contenido determinado.

La lucidez, claridad o brillo de la conciencia es la capacidad para darse cuenta de todas


las sensaciones, tanto internas como externas, presentes en el organismo en un momento
determinado. Se puede, a efectos prácticos, identificar con el sensorio y puede variar
desde la completa claridad hasta la obnubilación. En este último estado, como veremos
posteriormente, una persona puede estar completamente vigilante a pesar de poseer poca
claridad en la conciencia.

La conciencia del propio yo hace referencia al conocimiento del propio ser en cuanto
a su parte corporal, su parte psíquica y sus relaciones con el mundo circundante. Consiste
en darse cuenta de la propia actividad, unidad e identidad, junto a los límites del propio
yo.

Clasificaciones de los niveles de conciencia

Según Lindsay, la conciencia está clasificada en siete niveles diferentes, distribuidos


en categorías, que en realidad no son más que niveles de forma continua, ya
que correlaciona cada uno de ellos con sus hallazgos electroencefalográficos:

 Nivel I Hipervigilancia. Ritmo alfa desincronizado en el EEG, existe un


nivel aumentado de la atención y de la alerta, junto con una exaltación de la esfera
sensorial, motórica, cognitiva y afectiva.
 Nivel II Vigilancia normal. Ritmo alfa menos desincronizado.
 Nivel III Atención flotante. Ritmo alfa algo desincronizado.
 Nivel IV Somnolencia. Disminución de ondas alfa y algunas ondas lentas.

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 Nivel V Sueño ligero. Desaparición de ondas alfa y aparición de ondas
beta periódicas en forma de husos.
 Nivel VI Sueño profundo. Ondas delta de gran amplitud.
 Nivel VII Coma. Grandes ondas lentas.

Bases anatomofisiológicas

En cuanto a las bases anatomofisiológicas el estudio de la psicopatología de la


conciencia implica un conocimiento, por lo menos ligero, de la anatomía y la fisiología
del sistema nervioso central (SNC). Éste, es un campo muy amplio, por lo cual
mencionaremos una breve descripción de sus bases.

Según un axioma de la biología, nada permanece en el tiempo si no confiere alguna


ventaja al organismo. Un sistema tan complejo como el de la conciencia se ha venido
desarrollando en el hombre a lo largo de mucho tiempo, según una serie de fenómenos
adaptativos. Su conocimiento supone, en la medida de lo posible, el conocimiento de sus
funciones, de sus interacciones y de las bases anatómicas en las que reside su actividad.

Cuatro funciones mentales que requieren experiencia interna de la conciencia

1. Planificar estrategias
2. Ejecutar planes
3. Dirigir atención
4. Recuperar recuerdos.

Todas parecen estar relacionadas con la corteza prefrontal, pero sabemos con una gran
certeza que también hay otras funciones implicadas a la corteza prefrontal parte del lóbulo
frontal anterior a la corteza motora clásica se divide en tres partes fundamentales como
lo son los campos oculares frontales (se relaciona con la dirección de la atención espacial),
corteza lateral frontal (relacionada con la planificación y el establecimiento de
prioridades) y la corteza orbital frontal (vinculada a funciones emocionales).

En la exploración de la conciencia, la forma básica es mediante la observación del


comportamiento, especialmente referido a los siguientes aspectos: evaluación de la
capacidad de atención y de su grado de mantenimiento, conducta motora, existencia de
alteraciones patológicas de la percepción, del pensamiento o del estado afectivo, es
importante valorar la adecuada reactividad del mismo. La correcta evaluación de todos

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estos datos debe proporcionarnos un acercamiento de naturaleza sindrómica a la
alteración de conciencia que es, en sí misma, fácilmente identificable. Por ejemplo, serán
muy significativos de alteración orgánica de conciencia: fluctuación de la reactividad
sensorial, agitación psicomotriz con ausencia total de cooperación y labilidad afectiva.
Es fundamental averiguar la existencia de enfermedades previas, tanto somáticas como
psíquicas, el consumo de fármacos o tóxicos y la forma de inicio del trastorno:

Es necesario descartar la existencia de traumatismos craneoencefálicos, especialmente


en las horas previas al inicio del cuadro. Debe averiguarse también la presencia de otras
alteraciones conocidas con anterioridad, especialmente cardiovasculares, pulmonares,
metabólicas y endocrinas. También es importante conocer si existe algún trastorno
conductual o algún diagnóstico psiquiátrico, así como la existencia de antecedentes
similares y la información disponible sobre los mismos.

El consumo de fármacos o tóxicos son los más frecuente relacionados con la patología
de la conciencia, aunque deben tenerse en cuenta muchos otros. En cuanto a los tóxicos,
los más frecuentemente implicados son el alcohol y la heroína.

Cambios cuantitativos y cualitativos de la conciencia

En cuanto a la clasificación de los trastornos de la conciencia desde el punto de vistas


fenomenológico se han encontrado dos clasificaciones como de los trastornos
cuantitativos y cualitativos de la conciencia se ha encontrado cierta contradicción al
momento de surgir esta clasificación debido, a que varios autores como Ey mencionan
que priorizan el carácter fundamental cuantitativo en la cual posee cualidades propias de
cada caso, pero ante esta propuesta surge Scharfetter y Vallejo en la cual consideran útil
la clasificación ya que facilita la comprensión de los síndromes y es útil a la semiología
clínica psiquiátrica.

EGUILUZ I; SEGARRA R. (s.f.) mencionan que en las alteraciones cuantitativas de


la conciencia se centrara en el estado de conocimiento del ambiente y más en concreto su
estado de vigilia, en la cual estos estado de vigilia estan reguladas por el organismo.

El grado de vigilancia se explora a partir de la autoobservación del sujeto y dentro del


entorno clínico, a partir de su interrogatorio y de la observación de su comportamiento.
Además, se debe de prestar mayor atención a ciertos aspectos ante los trastornos de la

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conciencia como: Su capacidad de atención, su conducta motora, su reactividad afectiva
y la presencia o ausencia de elementos delirates o alucinatorios.

En cuanto a la historia clínica se debe recoger la existencia o ausencia de enfermedades


somáticas que se podria asociar con las alteraciones de la conciencia, asi como los
antecedentes de enfermedades psiquiátricas y de consumo de fármacos tóxicos.

En la elevación del nivel de la conciencia o hipervigilia es el resultado de la exaltación


de los sistemas neurobiológicos que controlan la función cognitiva del individuo. La
hipervigilia se caracteriza por la vivencia de la claridad de conciencia, que se asocia al
aumento de la actividad motora como verbal.

En la disminución del nivel de conciencia encontarmos los grados de descenso del


nivel de conciencia son: obnubilación, somnolencia, sopor y coma.

La obnubilación es el debilitamiento ligero del nivel de conciencia durante el cual los


estímulos exteriores precisan de cierta intensidad para hacerse concientes en la cual
presenta alguna dificultad para pensar. Además la obnubilación casi siempre va
acompañado de somnolencia, falta de espontaneidad y lentificación. En cuanto a las
manifestaciones verbales son escasas.

En la somnolencia se caracteriza por una disminución de la actividad de vigilia y una


inclinación excesiva al polo hipnótico, si se lo deja solo al individuo se duerme pero se
lo puede levantar llamándole o tocándole, al desperarse se sentir parcialmente orientado.

El sopor es un estado que se diferencia de la somnolencia por su intensidad, debido


que sólo se puede despertar al individuo con gran esfuerzo mediantes estímulos intensos,
además no constan de manifestaciones verbales ni sonidos que expresen dolor, se
producen movimientos de defensa también hay una disminucón en el tono muscular y en
cunato a la respiración es casi siempre lenta y profunda pero rítmica,

El coma es la forma más prolongada de suspensión global de la actividad de la


conciencia en este estado es imposible despertar al individuo el tono muscular esta muy
disminuido. El precoma se mantenen conservados el reflejo pupilar a la luz y el reflejo
corneal pero si estan ausente los reflejos cutáneos y en cuanto al coma se extinguen los
reflejos corneales y finalmente pupilar casi siempre esta dilatada.

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Los trastornos cualitativos de la conciencia encontramos el trastorno de amplitud de
conciencia en la cual la característica más importante es el estrechamiento del campo de
la conciencia en la que se produce una disminución de la intensidad de la conciencia. La
compresión de mundo exterior es parcial o errónea, mientras que la conducta puede ser
aparentemente normal.

En cuanto a los estados crepusculares que son los cuadros de restricción de la


conciencia que se encuentra patológicamente afectada. Los estados crepusculares fueron
descritos por primera vez en la epilepsia. El individuo se habitualmente confuso,
perseverante, lento, con expresión de perplejidad en el rostro. Además, GASTO (s.f.)
menciona los síntomas que carcterizan a los estados crepusculares los automatismo y las
impulsiones.

Según FENWICK (s.f.) menciona tres formas de conductas automática como; fase
inicial (orales y masticatorios), la conducta mas compleja (repeticiones) y la fase terminal
(aparentemente normal).

En cuanto a las conductas impulsivas son más infrecuentes y cuando se dan operan si
sustrato cognitivo. En los estados crepusculares pueden surgir alucinaciones que afectan
a diversa areas o modalidades sensoriales y el estado de ánimo de estos individuos es
variable y la psicomotricidad puede ser anómala por la excitación o disminución de la
misma. Estos estados pueden comenzar de forma aguda y terminar en poco tiempo, y esto
sumir al individuo en un estado de sueño.

Los trastornos productivos de la conciencia son alteraciones en la que se observa una


inportante desestructuración de la conciencia aparencen fenómenos del tipo alucinatorios.
Además surgen de contenidos desconectados de la realidad inmedita dentro de la
atmósfera de confusional y con cierto grado de automatismo.

Este tipo de trastorno se le denomina Delirium en la cual es un trastorno del contenido


de pensamiento en la que el nivel de conciencia es normal. En las caracteristica de
Delirium o sindrome confusional destacan: identidad patogénica, inicio súbito, falta de
sistematización delirante, repercusión más o menos intensa, duración relativamente corta
posibilidad de restitutio ad integrum.

En el estado de sindrome confusional se ha descrito tres estadios como; asténico-


apático, confusional y delirium propiamente dicho.

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Los elementos clínicos de este estado asténico apático son:

 Fatigabildad con empatía


 Labilidad afectiva con irritabilidad
 Fluctuación de atención y concentración y memoria.
 Hipersensibilidad sensorial.
 Insonmio

El estadio confusional esta en transición entre el sindrome confusional y el delirium


propiamente dicho

 Pérdida de coherencia
 Paramnesia
 Inatención a estímulos ambientales
 Pérdidad de capacidad de escrita
 Desinhibición de la conducta

Y en el delirium propiamente dicho existe una letración a nivel de conciencia, se


producen alucinaciones visuales.

Los tastornos anteriormente mencionados se han ubicado en el CIE 10 en la cual se ha


encontrado codigos como el F44 Trastornos disociativos (de conversión)

En el estupor disociativo el comportamiento del enfermo satisface las pautas de


estupor, pero la exploración clínica y la anamnesis ponen de manifiesto la falta de una
etiología somática. Además, como en otros trastornos disociativos, hay evidencia positiva
de una génesis psicógena en forma de presencia de acontecimientos biográficos
estresantes reciente o de problemas sociales o interpersonales importantes.

El estupor se diagnostica por la disminución profunda o ausencia de la motilidad


voluntaria y la respuesta normal a los estímulos externos tales como la luz, los ruidos y
el ser tocado. El enfermo permanece acostado o sentado considerablemente inmóvil
durante largos períodos de tiempo. El habla y los movimientos espontáneos y voluntarios
están ausentes o casi completamente ausentes. Aunque puede estar presente un cierto
grado de perturbación de la conciencia, el tono muscular, la postura, la respiración y a
veces la apertura y movimientos coordinados de los ojos son tales que son obvio que el
enfermo no está ni dormido ni inconsciente.

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Pautas para el diagnóstico

a) La presencia de un estupor, descrito más arriba.


b) La ausencia de un trastorno psiquiátrico o somático que pudiera explicar
el estupor.
c) La presencia de acontecimientos estresantes recientes o de problemas
actuales.

F05 Delirium no inducido por alcohol u otras sustancias psicótropas

Síndrome cerebral orgánico que carece de una etiología específica, caracterizado por
la presencia simultánea de trastornos de la conciencia y atención, de la percepción, del
pensamiento, de la memoria, de la psicomotilidad, de las emociones y del ciclo sueño-
vigilia. Puede presentarse en cualquier edad, pero es más frecuente después de los 60
años. El cuadro de delirium es transitorio y de intensidad fluctuante. La mayoría de los
casos se recuperan en cuatro semanas o menos. Sin embargo, no es raro que el delirium
persista con fluctuaciones incluso durante seis meses, en especial cuando ha surgido en
el curso de una enfermedad hepática crónica, carcinoma o endocarditis bacteriana
subaguda. La distinción que se hace algunas veces entre el delirium agudo y subagudo no
tiene gran relevancia clínica y el trastorno ha de ser concebido como un síndrome unitario
cuya intensidad puede ir de leve a muy grave. Un delirium puede superponerse o
evolucionar hacia una demencia.

Pautas para el diagnóstico

a) Deterioro de la conciencia y de la atención (que abarca un espectro que va desde la


obnubilación al coma y una disminución de la capacidad para dirigir, focalizar, mantener
o desplazar la atención).

b) Trastorno cognoscitivo global (distorsiones de la percepción, alucinaciones e


ilusiones, sobre todo visuales, deterioro del pensamiento abstracto y de la capacidad de
comprensión, con o sin ideas delirantes pasajeras, pero de un modo característico con
algún grado de incoherencia, deterioro de la memoria inmediata y reciente, pero 'con la
memoria remota relativamente intacta, desorientación en el tiempo y, en la mayoría de
los casos graves, en el espacio y para las personas).

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c) Trastornos psicomotores (hipo- o hiperactividad y cambios imprevistos de un estado
a otro, aumento del tiempo de reacción, incremento o disminución del flujo del habla,
acentuación de la reacción de sorpresa).

d) Trastornos en el ciclo del sueño-vigilia (insomnio o, en los casos graves, pérdida


total del sueño o inversión de las fases del ciclo del sueño vigilia, somnolencia diurna,
empeoramiento vespertino de los síntomas, ensueños desagradables o pesadillas que
pueden prolongarse durante la vigilia en la forma de alucinaciones o ilusiones).

e) Trastornos emocionales, por ejemplo, depresión, ansiedad o miedo, irritabilidad,


euforia, apatía o perplejidad.

El comienzo del cuadro suele ser rápido, en su curso deben presentarse fluctuaciones
diurnas de los síntomas y la duración total del trastorno debe ser inferior a los seis meses.
El cuadro clínico descrito es tan característico que un diagnóstico fiable de delirium puede
hacerse incluso antes de confirmar su etiología. Si el diagnóstico ofrece duda, además de
los antecedentes de una enfermedad somática o cerebral subyacente, puede ser necesario
poner de manifiesto una disfunción cerebral (por ejemplo, mediante un
electroencefalograma anormal, que habitual, pero no invariablemente, se caracteriza por
un enlentecimiento de la actividad de fondo).

Incluye:
-Síndrome agudo-cerebral.
-Estado confusional agudo o subagudo (no alcohólico).
-Psicosis infecciosa aguda o subaguda.
-Reacción orgánica aguda o subaguda.
-Síndrome psico-orgánico agudo.

F05.0 Delirium no superpuesto a demencia

Usar este código para los casos en los que se satisfagan las pautas de delirium que no
se superpone a demencia previa.

F05.1 Delirium superpuesto a demencia

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Usar este código para los casos en los que se satisfacen las pautas anteriores, pero que
se desarrollan en el curso de una demencia (F00-F03).

F05.8 Otro delirium

Incluye:
-Delirium de origen mixto.
-Delirium o estado confesional subagudo.

Teoría integral de la conciencia de ken wilber

Granulles (s.f.) menciona una teoria integral de la conciencia de ken Wilber, que esta
relacionada con el modelo transdisciplinario por ende no es reduccionista en la cual
relaciona, integra y sintetiza todos los descubrimientos y conocimientos realizados por
humanidad, así como de organizarlos en un orden epistemológicamente coherente a pesar
de sus distintos aspectos y complejidad además, incorpora lo esencial de cada escuela.
Estas escuelas incluyen lo siguiente:

 La ciencia Cognitiva tiende a considerar a la conciencia como enraizada en


esquemas funcionales de mente/cerebro, ora en un simple estilo representativo
o en los más complejos modelos emergentes/conectables, cuya perspectiva
consiente es un emergente de filtros integrados jerárquicamente.
 La introspección sostiene que la conciencia es mejor entendida en términos de
intencionalidad enraizada en relatos en primera persona -la inspección e
interpretación del conocimiento inmediato en experiencia vívida; y no en
tercera persona o conocimiento objetivista, no importa cuán 'científico' ello
pudiera parecer.
 La neuropsicología considera a la conciencia enraizada en los sistemas
nerviosos, neurotransmisores y mecanismos orgánicos del cerebro. Distinto
de la ciencia cognitiva, la cual a menudo se basa en la ciencia computada y es,
consecuentemente vaga acerca de cómo realmente la conciencia envía al
cerebro estructuras orgánicas. Inserta en la neurociencia, más que ciencia
computada, muestra la conciencia como residiendo intrínsecamente en
sistemas neurales de amplia complejidad.

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 La psicoterapia individual utiliza la psicología introspectiva e interpretativa
para tratar síntomas distressantes y problemas emocionales. Tiende a observar
a la conciencia como arraigada primariamente en la capacidad de adaptación
individual del organismo. La mayoría de las escuelas de psicoterapia encarnan
una teoría de la conciencia, precisamente porque ellas debieron considerarse
una necesidad para crear sentido y significación; la ruptura de lo cual resulta
en dolorosos síntomas de desgaste físico y emocional. En su forma como los
junguianos, postulan estructuras colectivas de intencionalidad (consciente),
cuya fragmentación contribuye a la psicopatología.
 La psicología social considera a la conciencia encajada en filtros de
significado cultural o alternativamente, como sí fuera del mismo sistema
social. Esto incluye aperturas tan variadas como: ecológica, marxista,
constructivista y hermenéutica cultural; las cuales sostienen que el nexo de la
conciencia no está localizado meramente, ni aun principalmente en el
individuo.
 La clínica psiquiátrica se enfoca la relación entre la psicopatología, los
modelos conductuales y la psicofarmacología. Durante la última mitad del
siglo, la psiquiatría fue ampliamente introducida en una metapsicología
freudiana, pero el campo progresivamente tiende a observar a la conciencia en
términos estrictamente neurofisiológicos y biológicos lindando con una teoría
de identidad clínica: la conciencia es el sistema neuronal, de modo que, en
principio, un problema actual es, de hecho, un desequilibrio en el final,
corregible con medicación.

Existen cinco pilares básicos o elementos que nos proporcionan las claves necesarias
con las que alentar la evolución de cualquier ser humano:

1. Cuadrantes
2. Niveles
3. Estados
4. Líneas
5. Tipos

Cuadrantes

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Son 4 perspectivas o dimensiones fundamentales de cualquier evento del mundo
manifiesto. Representan el interior y el exterior de lo individual y lo colectivo.

El cuadrante superior-izquierdo (Yo) representa nuestra conciencia y experiencia


subjetiva. Es el interior del individuo y abarca todo lo que tú piensas, sientes o sueñas y
no se puede medir con ningún instrumento. Sólo tú sabes cómo se siente ser tú.

El cuadrante superior-derecho (ELLO) representa el exterior del individuo y abarca


nuestro ser físico; todo aquello que se puede ver, tocar, medir, registrar, etc. Nuestra
apariencia, comportamiento, materia y energía es apreciable desde el exterior y puede
estar sujeto a investigación objetiva. Disciplinas científicas clásicas como la medicina,
neurología, química, etc. entrarían en este cuadrante.

El cuadrante inferior-izquierdo (NOSOTROS) representa la conciencia intersubjetiva,


o dicho de otro modo, nuestras relaciones. Formamos parte de múltiples grupos culturales
y cada uno de estos grupos define una parte de nuestro ser.

El cuadrante inferior-derecho (ELLOS) representa las interacciones del exterior de los


individuos. Ecosistemas, ciudades, estados y modos de producción son ejemplos de
grandes sistemas en el mundo exterior y objetivo.

Niveles

También denominados Estadios de desarrollo. Son los hitos en el proceso de


crecimiento y desarrollo. Una vez alcanzado un nivel, el individuo puede acceder a las
capacidades propias de ese nivel en cualquier momento. Son una especie de patrones
mentales que operan en nosotros y que se desarrollan muy lentamente a lo largo de nuestra
vida.

La Teoría Integral reconoce que hay evolución en todos los cuadrantes


simultáneamente a través de estos Niveles. En el cuadrante superior-izquierdo, por
ejemplo, nuestra mente evoluciona a través de múltiples niveles de conciencia. En las
últimas tres décadas se ha producido un incremento importante de las investigaciones
sobre la manera en que evolucionamos. Se ha demostrado que la evolución de la
conciencia tiene dirección y que todos pasamos por los niveles de conciencia en el mismo
orden.

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Simplificando, la conciencia se expande desde un nivel pre-convencional o
egocéntrico, regido por las apetencias del ego, fundamentalmente, hacia un nivel
convencional o etnocéntrico, donde aprendemos a seguir las reglas y normas grupales,
del clan o la nación. Si la conciencia sigue su proceso de expansión más allá del nivel
convencional, se encontrará en el nivel post-convencional o mundicéntrico, y empezará a
preocuparse por el bien de todos los seres humanos del planeta

Estados

Todos los días pasamos por tres estados de conciencia (vigilia, sueño y sueño
profundo) de una manera natural. Las diferentes escuelas de meditación enseñan cómo
acceder a estos estados de manera consciente. Cualquiera puede acceder a ellos con el
entrenamiento correcto.

En un sentido más amplio, existen otros estados modificados de conciencia, los estados
meditativos (inducidos por la meditación, yoga, oración, etc.), los estados alterados, como
los producidos por determinadas drogas, las experiencias cumbre, como el
enamoramiento, o los estados de trance inducidos por la contemplación del arte. Todos
estos estados son temporales, vienen y van, aparecen y desparecen. Son provisionales.

Líneas
Hemos dicho antes que la conciencia evoluciona a través de niveles. En realidad, hay
múltiples líneas de desarrollo o inteligencias que se despliegan de manera relativamente
independiente en nuestra mente a través de esos niveles o estadios progresivos de
desarrollo. Es bien conocido el trabajo de Howard Gardner sobre las Inteligencias
Múltiples. Gardner propone un mínimo de 8 inteligencias distintas, en oposición a la
noción de inteligencia general que se puede medir con el famoso test de inteligencia CI.
Investigaciones posteriores confirman su hipótesis. Según la manera de definir la
inteligencia, el número de inteligencias puede incrementarse.

La Teoría Integral trabaja con el concepto más amplio de "líneas" que abarca todas las
propiedades de la mente humana que son susceptibles de desarrollo.
Precisamente, una de las mayores contribuciones de la Teoría Integral es descubrir en

qué sobresalimos y cómo podemos hacer nuestra mejor contribución al


mundo. Estar Integralmente Informado significa ser consciente de tus líneas de
desarrollo, no dominarlas todas, sino saber dónde te sitúas en cada línea.
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Tipos

Todos somos distintos, todos mostramos una expresión singular de cada línea en cada
nivel. La tipología más básica conocida es la de femenino-masculino. Otra tipología
bastante extendida es la de Myers-Briggs que se basa en el trabajo de Jung. Entre las
tipologías que recientemente se están popularizando podemos destacar el Eneagrama, una
tipología muy útil para nuestro autoconocimiento y para entender nuestra búsqueda.
Nuestro tipo será el mismo, pero la expresión de nuestro tipo cambia de un nivel a otro,
siempre tendiendo hacia la versión más actualizada de nosotros.

La Teoría Integral y sus cinco elementos básicos no pretenden reducirnos a


definiciones estériles, sino que nos ofrece un mapa que nos enseña rincones de nuestro
ser que no sabíamos que existían. Los cuadrantes, los tipos o los niveles de conciencia no
son cajas donde se nos pueda encasillar. Por el contrario, son patrones de conciencia que
operan dentro de nosotros. Cuando tomamos conciencia de estos patrones nos hacemos
más libres y compasivos con los demás. Al mapa integral lo llamamos AQAL (OCON en
español). AQAL son las siglas de ALL Quadrants, ALL Levels, y es una manera de
referirnos a los pilares fundamentales de la Teoría Integral, a estos cinco elementos
básicos que te hemos presentado y que hemos de tener en cuenta a la hora de emprender
cualquier proyecto.

Metodología integral de la conciencia


La metodología de una aproximación integral de la conciencia se necesitaría, incluir
dos amplios costados: el primero es la huella de los distintos niveles y líneas en cada uno
de los cuadros, y luego notar su interrelación, cada uno con todos los otros, y no intentar
reducir a cualquiera de los otros. El segundo es la transformación interior de los mismos
investigadores.
La metodología de una aproximación integral a la conciencia, es obviamente compleja,
pero continúa en la línea de la simple dirección que ya hemos marcado: tres ramas, cuatro
proposiciones válidas, diez o más niveles de cada uno.
Las tres ramas operativas en toda la conciencia válida son el precepto, la aprehensión
y la confirmación (o ejemplo, evidencia, aceptación/rechazo; o instrumentalidad,
información, falibilidad). Estas tres ramas operan en la generación de toda la conciencia
válida -en cualquier nivel, en cualquier cuadro.

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Pero cada cuadro tiene una arquitectura diferente o sea un tipo distinto de reclamo
válido a través del cual operan las tres ramas: verdad proposicional (superior derecho),
confiabilidad subjetiva (superior izquierdo), sentido cultural (inferior izquierdo) y enlace
funcional (inferior derecho). Además, hay por lo menos diez niveles superiores de
desarrollo en cada uno de los cuadros (recorriendo desde el ojo humano, al ojo de la
mente, al ojo de la contemplación), y de esta manera la investigación de la conciencia
toma distintas formas conforme se mueven a través de los distintos niveles, en cada
cuadro. Las tres ramas y las cuatro proposiciones aún operan totalmente en cada caso,
pero el contorno específico varía.

Bases de la psicoterapia en la conciencia

Sidelski (2007) En cuanto a las bases de la psicoterapia enfocada en la conciencia


existen varias consideraciones de la conciencia, Quienes hayan estudiado en profundidad
la “oferta” de psicoterapias, seguramente coincidan con la siguiente apreciación: existen
terapias que excluyen el ámbito espiritual, transpersonal y las experiencias místicas
genuinas (algunas consideran que directamente no existen) y otras excluyen el ámbito de
las patologías más graves como la psicosis o los desórdenes de personalidad atribuyendo
un carácter espiritual a constelaciones sintomáticas pre personales mágico-animistas
regresivas.

Psicoterapia enfocada en el modelo de conciencia que Wilber ha desarrollado basado


diversos autores.

Consideraciones diagnósticas

1. El reconocimiento y la evaluación del “problema” es clave para identificar


el nivel de intervención en los cuales son seis niveles de intervención como: nivel
1 (Psicosis), nivel 2 (Border-narcisita), nivel 3 (Psico neurosis), nivel 4 (Patología
de guión), nivel 5 (Neurosis de identidad), nivel 6 (Neurosis existencial).
2. Cada nivel de conciencia ha de ser evaluado desde cuatro ámbitos en
simultáneo.
3. Al evaluar el nivel, es necesario considerar la Falacia Pre/Trans, con el
objeto de discernir entre experiencias psicóticas, o fantasías narcisistas
grandiosas, de los estados místicos teístas, y místicos naturales respectivamente.

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4. Cada nivel de conciencia presenta mecanismos defensivos específicos y
síntomas característicos.
5. Para cada nivel de conciencia existen formatos vinculares más efectivos
que otros.
6. Cada nivel de conciencia requiere un nivel de intervención específico. En
la cual propondré una posible estrategia mediante el modelo de los cuatro ámbitos

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Tabla 1. Nivel de conciencia, defensa y manifestación.

Investigaciones de Freud

Freud elaboro un sistema para representar la mente humana o aparato psíquico que
está estructurado en tres regiones o niveles: consciente, preconsciente e inconsciente.

El nivel más periférico es el consciente, el lugar donde temporalmente se ponen las


informaciones que reciben del mundo que nos rodea y las experiencias vividas. Luego
pasan a un nivel más profundo, el preconsciente; con relativa facilidad se puede acceder
a los contenidos mentales aquí almacenados. El nivel más profundo es el inconsciente y
sus contenidos, difícilmente accesibles a la conciencia, son vivencias traumáticas,
informaciones reprimidas, aquello desagradable que no conviene recordar. En este
marco, la represión tiene un papel muy activo; es como una energía o un esfuerzo que se
ejerce a fin de evitar que contenidos desagradables penetren en el consciente.

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Si bien el inconsciente no es observable, se manifiesta en determinado
comportamiento como los sueños, las escenificaciones imaginarias, en las cuales se
realizan deseos inconscientes y reprimidos también se manifiestan en los actos fallidos de
la vida cotidiana, en los olvidos que no se desea recordar. Pero donde es más intensa y
dolorosa la manifestación del inconsciente es en los trastornos mentales, como la neurosis
que es una enfermedad en la cual unos síntomas externos (temores, manías, gritos
histéricos, dolores físicos, parálisis) son expresión de un conflicto interno que tiene su
origen la historia infantil del paciente, cuando el niño sufre una lucha entre el deseo y su
prohibición.

Freud, no sólo hizo y rehízo su visión en el inconsciente, sino también en la mente. Su


visión topográfica, sobre el inconsciente, el preconsciente y el consciente, fue sustituida
por una visión dinámica más integradora, la que establece tres agentes dinámicos de la
personalidad: el ello o id, el yo o ego, y el superyó o superego.

 El ello o id es la parte más oscura, primitiva e inaccesible de la personalidad.


Contiene toda lo que se hereda y toda la fuerza pulsional: Es un
agente totalmente inconsciente, irracional e ilógico, que desconoce los valores, sólo le
regula el principio del placer, o sea, actúa siempre en el sentido de buscar placer y evitar
el desagradable.
 El yo o ego.- la tarea principal del yo es la auto conservación del individuo; por
ello aprende -poco a poco- en interponer el pensamiento entre el deseo y la acción.
Ciertamente, el ego, al igual que el id, se rige por el principio del placer, pero es capaz
de calcular las consecuencias de su conducta: El yo integra componentes conscientes,
preconscientes e inconscientes; inconscientes son los mecanismos de defensa como por
ejemplo la represión, la proyección, la racionalización o la sublimación. El yo,
incrementando el conocimiento de todos sus mecanismos, o sea, haciendo consciente el
inconsciente, puede alcanzar cotas de libertad.
 El superyó emerge a partir de yo. Es pues, inicialmente, la voz de las figuras
paternas totalmente idealizadas, es la conciencia moral. Estas prescripciones acaban
haciéndose inconscientes y devienen una instancia que vigila y controla el yo.

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Referencias
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Fish. (s.f.). Introduccion la psicopatologia.

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Masson, (1987). "Diagnostic and Statistical Manual", Mental Disorders, American


Psychiatric Association, Barcelona ed.3. Trad."DSM III",

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