Mujer (del latín mulĭer, -ēris),1 o fémina (lat. femĭna),2 es
el ser humano femenino o hembra, independientemente de si es niña o adulta. Mujer también remite a distinciones por género de carácter cultural y social que se le atribuyen, así como a las diferencias sexuales y biológicas de la hembra en la especie humana. Cuenta con aspectos físicos que la diferencian del varón como voz más aguda, cintura más estrecha, cadera más ancha y pelvis más amplia, menos vello corporal, menos masa muscular y más tejido adiposo, mamas más grandes y estrechas y menor estatura comparada con el varón. El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebra el día 8 de marzo.
Índice Símbolo para la mujer.
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1Reproducción, esfuerzo reproductivo y demografía
2Evolución histórica, cultura, antropología e historia cultural o 2.1Prehistoria o 2.2Antigüedad y Edad Media en el Mediterráneo y Europa o 2.3Edad moderna y contemporánea en Europa o 2.4Otras regiones 3Feminismo 4Sufragio femenino 5Los derechos legales de las mujeres en la historia o 5.1Los inicios infructuosos de los derechos de la mujer - Revolución francesa de 1789 o 5.2La mujer y la ley 6Véase también 7Referencias 8Bibliografía 9Enlaces externos
Reproducción, esfuerzo reproductivo y demografía[editar]
Transición demográfica y Segunda transición demográfica: la población mundial ha crecido lentamente a lo largo de la historia, pero este crecimiento se ha acelerado en los últimos 200 años. En las sociedades más desarrolladas se ha producido además una revolución reproductiva: alta supervivencia debida a bajas tasas de mortalidad (por mejoras en la alimentación y sanitarias) y bajas tasas de natalidad (por la generalización de los métodos anticonceptivos). Cuando este último fenómeno se produce y la eficiencia reproductiva es un hecho, la mujer se ve liberada de buena parte del esfuerzo reproductivo que tradicionalmente había desempeñado haciendo posible su incorporación plena a la sociedad.
Véanse también: Revolución reproductiva, Segunda transición demográfica, Transición
demográfica,Reproducción humana y Maternidad. La mujer ha realizado y realiza el esfuerzo de trabajo reproductivo que permite la supervivencia de individuos y sociedades.3 A lo largo de la historia y hasta fechas recientes, con el objeto de garantizar la supervivencia social y en un contexto de altísima mortalidad (tanto en tasa bruta de mortalidad como en mortalidad infantil), ha sido necesario mantener una muy alta natalidad (tanto en la tasa bruta de natalidad como en la tasa de fecundidad) para garantizar un reemplazo suficiente de las poblaciones.4 La mejora en la alimentación, la generalización de la higiene, la sanidad y la difusión de medicamentos han sido decisivos para el fuerte crecimiento de la población mundial que ha pasado de los casi 1.000 millones en el año 1800 a más de 6.000 millones en el año 2000 y a 7.000 millones a finales de 2011.56 La necesidad de una alta reproducción ha dejado de ser uno de los tradicionales problemas de las sociedades -y por supuesto del mundo en su conjunto- para incluso convertirse, para algunos autores de corte neomalthusiano,[cita requerida] en un nuevo problema, la superpoblación. La reducción de la tasa bruta de mortalidad es característica de la denominada transición demográfica así como una fuerte reducción de las tasa de natalidad es característica de la segunda transición demográficajunto con cambios sociológicos que afectan básicamente al papel tradicional de la mujer.78 Los avances y difusión de los métodos anticonceptivos junto con la reducción de la presión social sobre la mujer para mantener la población -al alcanzarse una alta supervivencia de las poblaciones- permiten que se produzca lo que algunos autores como John MacInnes y Julio Pérez Díaz denominan revolución reproductiva. El esfuerzo reproductivo se reduce, la supervivencia de los individuos -la baja mortalidad- permite entonces reducir sustancialmente el número de hijos. En las sociedades modernas se da una alta eficiencia reproductivaque libera a la mujer de buena parte del trabajo que desarrollaba tradicionalmente y la permite incorporarse al mercado de trabajo9 modificándose sustancialmente las relaciones sociales antes establecidas y advirtiéndose cambios sustanciales: declive del trabajo reproductivo (fundamentalmente en la mujer), derrumbamiento del patriarcado, privatización de la sexualidad y reducción del control social sobre la sexualidad; desaparición de la punibilidad de las relaciones sexuales no reproductivas; alto control sobre la procreación con el uso de métodos anticonceptivos y apoyo intergeneracional muy amplio a hijos y nietos, reforzamiento de los lazos familiares profundos; aumento de los años vividos o madurez de masas; centralidad de la familia y reforzamiento de los lazos e importancia de la misma.1011