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Fı́sica cuántica

Daniel R. Bes

Facultad de Ingenierı́a y Ciencias Exactas y Naturales


Universidad Favaloro

16-XI-2004

Fı́sica clásica

Supongamos que un cartel de propaganda interrumpe nuestra visión de un


móvil, y que éste reaparece posteriormente (figura 1). No nos quedan dudas de
que el móvil ha recorrido el camino detrás del cartel. Esta seguridad se basa
en millones de años de experiencia de ver móviles, gracias a los cuales se han
consolidado en nuestra mente los prejuicios siguientes:
i) podemos realizar mediciones que no afecten al objeto medido;
ii) podemos realizar mediciones tan precisas como querramos;
iii) podemos identificar propiedades fı́sicas con números, que pueden variar con
el tiempo t (por ejemplo la posición x(t) y la velocidad v(t) de un móbil).
Aparece ası́ el concepto de trayectoria.
Hace poco más de 400 años, y tomando por ciertos estos prejuicios, Newton
descubrió su famosa fórmula
dp
F = ma = . (1)
dt
donde F es la fuerza que actúa sobre la partı́cula de masa m y velocidad v
produciendo una aceleración a y p = m v es el impoulso de la partı́cula. Como
oyeron en la charla de Diego Mazzitelli, esta ecuación diferencial fue perfec-
cionada en 1917 por Einstein con la terı́a general de la relatividad. No menos
espectacular, tanto por la sı́ntesis teórica que significó como por sus consecuen-
cias prácticas, fue la teorı́a electromagnética de Maxwell que relaciona, también
mediante ecuaciones diferenciales, campos eléctricos E(t)~ ~
y magnéticos B(t) con
cargas y corrientes.
Por falta de tiempo no voy a entrar en detalles acerca de cómo se derrumbó
este magnı́fico edificio a principios del siglo pasado. Sólo diré que como conse-
cuencia tanto de los prejuicios solidificados a través de millones de años, como de
las ecuaciones validadas durante los últimos cientos de años, podemos predecir
que tanto ustedes como yo deberı́amos desintegrarnos en fracciones de segundo.
Hasta ahora nadie tuvo éxito en el programa de conservar los prejuicios y
encontrar un nuevo conjunto de ecuaciones diferenciales, cuya solución fuese
compatible con la existencia de ustedes y de la mı́a. En este programa fracasó
nada menos que Einstein. Por otra parte remover los prejuicios es muy difı́cil,
pero es lo que tengo que intentar hacer hoy acá.

1
Figure 1: Trayectoria de un móvil detrás de un cartel de propaganda.

Fı́sica cuántica

A diferencia de las grandes sı́ntesis de la fı́sica clásica, todas ellas asociadas


con una figura paradigmática, la fı́sica cuántica fue desarrollada por un conjunto
de genios, en el lapso de tiempo relativamente breve que va de 1925 a 1928. Su
cuna fue el centro y norte de Europa, es decir una región desvastada por las
crisis económicas que siguieron a la primer guerra mundial. Otra caracterı́stica
fue la edad de los participantes en este desarrollo. En 1925 Dirac tenı́a 23 años,
Heisenberg 24, Jordan 22 y Pauli 25. Los “ancianos” eran Bohr (40), Born (43)
y Schrödinger (38).
Las diferentes presentaciones de la fı́sica cuántica difieren en el tipo y mag-
nitud de la suciedad barridas debajo de la alfombra durante la presentación.
Creo que la que voy a introducir es una de las más limpias, si bien no es la más
común. Está facilitada por el uso del concepto de spin, una magnitud fı́sica de
origen puramente cuántico, que tiene la propiedad de ser muy simple. Por eso
basaremos la mecánica cuántica en el spin y no en fenómenos más complicados.

Spin

Consideremos un sistema simple constituido por una aguja imantada. La


aguja tiene una energı́a potencial dada por el producto escalar de dos vectores:
el momento magnético de la aguja y el campo magnético terrestre.

V = −µ B cos θ = −µz B
→ −µ B (2)

donde θ es el ángulo entre los dos vectores. En la última igualdad del primer
renglón, hemos elegido un sistema de coordenadas en el cual el eje de las z está
alineado con el campo magnético y entonces µz (= µ cos θ) es la proyección
del momento magnético sobe el eje de las z. La energı́a es mı́nima cuando la
proyección es máxima (µz = µ). En consecuencia, la aguja imantada tiende a

2
Figure 2: Versión esqemática del experimento de Stern y Gerlach .

alinearse con el campo magnético, como ustedes conocen bien en el caso de una
brújula.
Si, además, el campo magnético no fuese homogéneo, la aguja experimentarı́a
una fuerza neta
dV d Bz
F =− = µz . (3)
dz dz
Esta es una ecuación clásica, esto es derivada de la mecánica de Newton y del
electromagnetismo de Maxwell. Allá por el año 1920 los fı́sicos alemanes Stern
y Gerlach intentaron verificar (3), para el caso de un átomo. Hicieron pasar un
haz de átomos de plata a través de un campo magnético no homogéneo (figura
2). Era previsible que los átomos para los cuales la proyección del momento
magnético apuntaba en la dirección del gradiente del campo se desviasen hacia
arriba del lugar donde hubiesen incidido en ausencia de campo magnético; si la
proyección apuntaba hacia abajo, se desviarı́an hacia abajo. Como los átomos
salı́an de un horno donde todas las orientaciones del momento magnético eran
posibles, se esperaba que toda la pantalla estuviera impactada por átomos.
Pero los átomos se concentraron en dos regiones de la pantalla: una arriba
y otra abajo del lugar donde hubiese incidido el haz en ausencia del campo
magnético. En lugar de un continuo de proyecciones del momento magnético,
los átomos de plata sólo tenı́a dos proyecciones. La figura 3 reproduce la carta
que Gerlach mandó a Bohr en 1921 comunicándole el resultado. Este resultado
es tan extraño como la desintegración prevista de ustedes y mı́a, pero mucho
más simple.
Desde ahora en lugar de momento magnético hablaré de spin. La diferencia,
en el experimento mencionado, es sólo una constante. Podemos decir que el
spin es la más cuántica de todas las magnitudes fı́sicas, porque no es derivable
de consideraciones clásicas. De acuerdo a lo expuesto, es un vector con dos
proyecciones posibles sobre el eje de las z.

3
Figure 3: Reproducción de la carta que Gerlach envió a Bohr en 1921. Ger-
lach indica que la figura de la izquierda corresponde a la ausencia del campo
magnético y que éste era muy débil en los bordes de la figura de la derecha.

Espacios vectoriales

Notemos que el hecho de que una magnitud - en este caso, la proyección


del spin - pueda tener solamento 2 valores, no requiere por sı́ mismo salir de la
fı́sica clásica. Una PC está constituida por bits, sistemas clásicos que pueden
estar solamente en dos estados que indicaremos con ψ+ y ψ− . Otro ejemplo lo
constituye un plano, que es un espacio fı́sico de dos dimensiones. Noten que
estos dos ejemplos son muy distintos entre sı́: en el primero, no tiene sentido
la suma de dos estados. En una PC, un bit puede estar en uno u otro estado,
pero no en una combinación de ambos. En el plano, la suma de dos vectores da
siempre otro vector
Ψ = c↓ ψ↓ + c↑ ψ↑ (4)
donde c↓ , c↑ son las amplitudes del vector Ψ a lo largo de los ejes de coordenadas
que denotaremos con los subı́ndices ↓, ↑, respectivamente y ψ↓ , ψ↑ son dos vec-
tores de módulo uno a lo largo de cada uno de los dos ejes y, por consiguiente,
perpendiculares entre sı́ (figura 4,arriba). El primer sistema bidimensional, el
de los bits, no nos sirve, ya que da lugar a una PC clásica. El segundo sı́, con
el añadido de la condición de que la suma de los valores absolutos al cuadrado
vale uno
|c↓ |2 + |c↑ |2 = 1 .
Bajo estas condiciones, el vector Ψ se llama “qubit” (de quantum cubit, término

4
inventado para las computadoras cuánticas). Otra propiedad de los vectores en
el plano es que, si rotamos el sistema de referencia, el vector Ψ (4) puede también
ser expresado en función de vectores unitarios χ↓ , χ↑ a lo largo de los nuevos
ejes (figura 4,abajo)

Ψ = b↓ χ↓ + b↑ χ↑
1 = |b↓ |2 + |b↑ |2 (5)

Podemos generalizar estas consideraciones a espacios de cualquier número


de dimensiones, inclusive hasta dimensión infinito. Estos espacios abstractos
se denominan Espacios de Hilbert. Las amplitudes correspondientes pueden ser
números complejos.

Postulados de la fı́sica cuántica

Hubo que pensar en nuevos principios y en nuevos formalismos. Por suerte


los matemáticos habı́an ya desarrollado formalismos que demostraron ser muy
útiles, aunque no fuesen utilizados hasta ese momento por los fı́sicos (como fue
el caso de los espacios de Hilbert).
El primer postulado de la mecánica cuántica dice que los estados posibles de
los sistemas cuánticos están representados por vectores (vectores de estado) en
un espacio de Hilbert. En el caso del spin de un átomo de plata, el espacio de
Hilbert se reduce al qubit (4). Más aún, este qubit contiene toda la información
que podemos conocer sobre el sistema spin. La cuestión es cómo extraerla.
Los operadores Q̂ son entes matemáticos que transforman un vector dado
en otro vector

Q̂ Ψ = Ψ0 = c0↓ ψ↓ + c0↑ ψ↑ , (6)

donde c0↓ , c0↑ son las componentes del vector Ψ0 en la base ψ↓ ,↑ usada inicial-
mente. Por ejemplo, una rotación es un operador.
Para discutir las propiedades de los operadores ayuda volver al espacio co-
tidiano de tres dimensiones: supongamos hacer dos rotaciones de 90 grados:
una, R̂x , alrededor del eje de las x y otra, R̂y , alrededor del eje de las y. Es in-
mediato verificar que el resultado final depende del orden de las dos operaciones
(figura 5). Esto se expresa diciendo que las dos operaciones no conmutan y se
representa con el sı́mbolo

[R̂x , R̂y ] 6= 0 (7)

El segundo postulado de la mecánica cuántica dice que las magnitudes fı́sicas


están representadas por operadores. Para el caso particular de las magnitudes
posición x e impulso p = mv, los operadores correspondientes satisfacen la
relación

[x̂, p̂] = i h/2π (8)

5
ϕy

cy

cx
ϕx

χy χx

ψ bx

by

ψ = cxϕ x+cyϕ y = bxχ x+byχ y

Figure 4: El mismo vector de estado Ψ expresado como suma de dos sistemas


distintos de vectores base. Los subı́ndices (x, y) de la figura reemplazan a los
subı́ndices (↑, ↓) del texto.

6
Figure 5: La orientación final de los ejes depende del orden de las rotaciones.

donde i es la unidad imaginaria y h, la constante de Planck es una de las


constantes fundamentales de la fı́sica, a la par que la velocidad de la luz c.
Sistemas clásicos son aquellos en los cuales puede despreciarse la constante
de Planck. Esto sucede en nuestra escala humana, pero no en la escala atómica.
Notemos que (8) contiene dos dificultades con que la mayorı́a de ustedes
no está acostumbrado a lidiar: la existencia de un álgebra no conmutativa y
el uso de números complejos c = a + i b donde i2 = −1. Ambas cosas son
absolutamente esenciales en mecánica cuántica. Por otra parte no son dificul-
tades esenciales, y uno puede acostumbrarse a usar estos elementos básicos con
relativa facilidad.
Puede suceder que al operar con Q̂ sobre el vector de estado ΨA resulte el
mismo estado multiplicado por una constante qA

Q̂ ΨA = qA ΨA (9)

En ese caso se dice que qA es autovalor de Q̂ correspondiente al autoestado ΨA .


Por ejemplo, imaginen ustedes la dilatación de un vector en el espacio cotidiano:
obtenemos un vector con la misma orientación pero distinta longitud.
Supongamos ahora que los estados base ψ↓ , ψ↑ son autoestados del operador
Q̂ con autovalores q↓ , q↑ , respectivamente. Es decir,

Q̂ ψ↓ = q↓ ψ↓ ; Q̂ ψ↑ = q↑ ψ↑ (10)

El tercer postulado de la mecánica cuántica dice que los únicos resultados posi-
bles de la medición de la magnitud fı́sica Q correspondiente al operador Q̂ son
los autovalores q↓ , q↑ . Más aún, si el sistema está representado por el vector (4),

7
ψ = ϕy

ϕy

cy 2
|cy|
ϕx
ψ ϕy

ϕx
cx
ψ = cxϕ x+cyϕ y |cx|
2
ψ = ϕx

Figure 6: El cambio del vector de estado a raı́z de la medición.

con la condición (5), la probabilidad de obtener el autovalor q↓ está dada por


|c↓ |2 y la de obtener el autovalor q↑ es |c↑ |2 . Obviamente la suma de las dos
probabilidades vale uno, lo que está de acuerdo con (5). Noten que solamente
podemos conocer la probabilidad de obtener uno u otro autovalor en el proceso
de medición. Toda la certidumbre de la fı́sica clásica desaparece, salvo cuando
el sistema está en uno de los dos autoestados ψ↓ , ψ↑ . En el caso del spin, Stern
y Gerlach verificaron experimentalmente que sólo aparecı́an los dos resultados
posibles q↓ , q↑ .
Una vez efectuada una medición, que dió como resultado un autovalor, la
repetición inmediata de la misma medición debe dar el mismo resultado. Lo
que era antes probabilidad se convierte después de la medición en certeza y, en
consecuencia, el vector de estado Ψ debe transformarse (instantánemente) en
el del autoestado correspondiente al autovalor obtenido. Es en este sentido que
hay que entender la afirmación de que la medición cambia el estado del sistema
(figura 6).
En este momento la mayorı́a de ustedes se enfrentan con dos tipos de di-
ficultades: una de ellas consiste en la aparición de instrumentos matemáticos
no demasiado usados, como son entes que satisfacen un álgebra no conmutativa
y los números complejos. Pero estas dificultades no son importantes, ya que
pueden ser superadas con s’olo un poco de práctica. El segundo tipo de in-
convenientes es consecuencia de la conformación de nuestra mente, productode
estı́mulos puramente clásicos recibidos durante millones de años.

8
Trataré de aclarar el contenido fı́sico de la mecánica cuántica señalando que
hemos presentado nuevas conexiones entre el mundo fı́sico y la matemática: las
magnitudes fı́sicas están relacionadas con operadores (que en general no con-
mutan entre sı́). Con estos operadores se construyen vectores que representan
estados del sistema. La realimentación al mundo fı́sico se consigue mediante
mediciones de diversas magnitudes fı́sicas, que arrojan como resultado los auto-
valores de los mismos. Otra forma de decir lo mismo es la siguiente: Supongamos
que se prepara un sistema fı́sico en un cierto estado Ψ. Esta correlación entre
estado fı́sico y vector de estado se verifica midiendo distintas magnitudes fı́sicas
Q, cuyos autoestados ψj conocemos y por consiguiente podemos construir la
suma
X
Ψ= cj ψj . (11)
j

De este modo podemos predecir la probabilidad |cj |2 con la cual el autovalor qj


aparecerá en una medición y con ello verificar la bondad de la descripción del
estado inicial por medio del estado Ψ.
Con esto ustedes conocen en principio casi toda la cuántica (salvo los dos
postulados que falta enunciar). Pero conocer “en principio” es solamente un
comienzo. La parte difı́cil es desarrollar el sentimiento o conocimiento visceral
de cómo aplicar el formalismo abstracto a los fenómenos que ocurren en el lab-
oratorio. Invariablemente estas aplicaciones incluyen la elaboración de modelos
abstractos y simplificados de los fenómenos reales. Los mejores fı́sicos tienen
una intución extraordinaria para decidir cuáles caracterı́sticas de los fenómenos
investigados son esenciales y deben estar presentes en los modelos abstractos, y
cuáles son olvidables. Toma años desarrollar esta intuición.
El tercer postulado ha dado - y continúa haciéndolo - origen a toneladas de
escritos y discusiones acerca de su interpretación. Existe en Gran Bretaña un
club, el club de los que no entienden mecánica cuántica, formado por quienes,
a pesar de muchos esfuerzos, claman que no entienden la fı́sica cuántica. Una
actitud alternativa, tomada por la mayorı́a de los fı́sicos, fue usar la mecánica
cuántica sin preocuparse por su interpretación, con lo que fue predicha la anti-
materia, se entendió la radiactividad y demás fenómenos nucleares, se explicó
el comportamiento de materiales como semiconductores y superconductores, se
describió la interacción de luz y materia (que condujo al láser) y entre ondas de
radio y núcleos (que dio origen a la resonancia magnética). La extensión de la
mecánica cuántica a la teorı́a cuántica de campos es el fundamento a las formas
modernas de describir las partı́ culas elementales.
La formulación axiomática de la mecánica cuántica requiere al menos otros
dos postulados, relativos a sistemas de 2 o más partı́culas idénticas y a la
evolución temporal, respectivamente. Por falta de tiempo, no los discutiré en
esta charla.

Consecuencias de los postulados. Dualidad onda-partı́cula

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Veamos otras consecuencias antiintuitivas del formalismo. Para ello es útil
hacer experimentos ideales. Esto es, experimentos en la pantalla, sin equipamiento
experimental, muy convenientes también desde el punto de vista del manejo de
los presupuestos. Por otra parte les menciono que la mayorı́a de estas experi-
encias, que podı́an ser sólo ideales cuando se desarrolló la cuántica, han sido
realizados en el laboratorio durante los últimos 10 o 20 años. Esto no quiere
decir que la fı́sica cuántica esté probada experimentalmente. La experiencia
puede probar que una teorı́a no sirve, si está en contradicción con hechos exper-
imentales. Hasta ahora la cuántica viene aprobando todos los exámenes. Pero
no se puede asegurar qu alguna vez aparezca una experiencia que demuestre
limitaciones a su validez.
Vamos a perfeccionar - idealmente - el equipo de Stern y Gerlach, añadiendo
en una segunda mitad un campo magnético de forma tal que devuelva al átomo
la dirección que tenı́a inicialmente (figura 7). Además uno de los dos cananales, o
ninguno, o ambos, pueden ser interrumpidos en medio del recorrido. Llamamos
equipo SG a este filtro .
Tal como lo subrayaron los fundadores de la cuántica, en especial Niels Bohr,
en toda medición debemos especificar claramente las condiciones iniciales. En
las sucesivas experiencias que realizaremos a continuación átomos se forman en
un horno sin especificar los coeficientes c↓ , c↑ . Por eso la etapa de preparación
incluye un SG con el canal inferior cerrado, de modo que sólo emergen átomos
en el estado ψ↑ . Esta primera etapa se llama fuente (Figura 7(a)).
Es igualmente importante discutir cómo funciona el detector. En nuestra
experiencia, éste consiste en otro SG y una pantalla. En cada una de las experi-
encias que a continuación estudiaremos, haremos una primer medida con el canal
superior abierto y el inferior cerrado, y otra con estas condiciones invertidas.
Las partı́culas inciden sobre una pantalla donde las detecta un observador.
La primera experiencia consiste en preparar los átomos en el estado ψ↑ y
a continuación verificar el estado de los mismos con el detector. Si el canal
de arriba del detector está abierto, pasan todos los átomos que emergen de la
fuente; si está cerrado no pasa ninguno.
En la segunda experiencia rotamos el detector. Entonces será sensible a las
componentes del spin a lo largo de la nueva dirección del campo magnético (5).
Los autoestados del spin en la nueva dirección son χ↓ , χ↑ . Podemos escribir el
estado que representa a los átomos saliendo de la fuente como una combinación
de los nuevos autoestados.

ψ↑ = a↓ χ↓ + a↑ χ↑ (12)

donde las amplitudes a↓ , a↑ dependen del ángulo de rotación del campo magnético.
Los átomos pasarán por el canal de arriba del SG rotado con probabilidad |a↑ |2
y por el de abajo con probabilidad |a↓ |2 .
Hasta ahora no ha aparecido nada fundamentalmente distinto de lo que pode-
mos esperar clásicamente (salvo la introducción de la palabra “probabilidad”).
Pero no introdujimos toda esta parafernalia sólo para presentar resultados muy
similares a los de la fı́sica clásica. Pero ahora presentaré resultados que son

10
Figure 7: Experimentos cuánticos imaginarios: (a) representación esquemática
de un filtro; (b) preparación del estado del átomo; (c) detector (filtro, placa
colectora y observador); (d)-(e) experimentos (ver texto). Las barritas verticales
indican bloqueos fijos, mientras que las inclinadas denotan que el camino puede
abrirse o cerrarse.

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completamente antintuitivos, esto es, totalmente distintos a los que predecirı́a
la fı́sica clásica.
En un tercer experimento preparamos el haz como siempre y lo hacemos
pasar por un equipo SG rotado, en el cual el canal inferior est bloqueado. En
la etapa final el haz es analizado por un detector que recuperó la orientación
inicial. Recordemos que el haz sale de la fuente en el estado puro ψ↑ , y del
SG intermedio en el estado χ↑ . Este último vector puede estar expresado como
combinación de los vectores ψ↓ , ψ↑ , para lo cual tenemos que invertir (12)

χ↑ = b↓ ψ↓ + b↑ ψ↑ (13)

Cuando en el detector cerramos el canal de abajo, detectamos átomos con prob-


abilidad |b↑ |2 ; cuando obturamos el canal de arriba, con probabilidad |b↓ |2 6= 0.
Este último resultado no es explicable clásicamente, pues la componente ψ↓ es-
taba completamente anulada en el haz que salió de la fuente. Desde el punto
de vista clásico no puede entenderse la reconstrucción de la componente ψ↓
(clásicamente, en el segundo detector no alteramos el estado del spin sino que
medimos el spin desde un sistema rotado; clásicamente, la medición no altera el
estado del sistema). Sin embargo el detector verifica la existencia de partı́culas
con spin hacia abajo.
Cuarta experiencia: en el SG intermedio abrimos también el canal de abajo.
Cuando lo hacemos, no llegan más al detector átomos con spin hacia abajo en el
detector. Es decir, la intensidad disminuye a pesar de que abrimos más canales.
Dejar pasar por el SG intermedio todas las partı́ culas es agual a suprimir el SG
intermedio. El sistema emerge en el mismo estado ψ↑ en que salió de la fuente.
Este último resultado es equivalente a un fenómeno de interferencia. Clásicamente
estos fenómenos están asociados con ondas. Sin embargo, y a diferencia de lo que
sucede con ondas, cuya intensidad puede disminuirse tanto como uno quiera, los
átomos producen siempre una señal del mismo tamaño en la pantalla. Nunca se
detectan fracciones de un átomo. En consecuencia, estos experimentos ideales
exhiben la dualidad onda-partı́cula, que está embebida en los tres principios
enunciados.
El gran fı́sico norteamericano Richard Feynman comentó ası́ el resultado de
estos experimentos ideales: legimos examinar un fenómeno que es imposible,
absolutamente imposible de explicar en alguna forma clásica, y que contiene el
núcleo esencial de la mecánica cuántica. En realidad, contiene el único misterio.”

Mediciones cuánticas. Principio de incertidumbre

En las prácticas de laboratorio que ustedes han realizado, una medición con-
siste en mediciones de la misma propiedad en sistemas preparados idénticamente,
con el objeto de aplicar la teorı́a de errorres. Como en estas mediciones, calcu-
lamos el “valor más esperado” o “valor medio”, dado por la suma de resultados

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obtenidos qj multiplicados por la probabilidad1 de obtenerlos |cj |2
X
hQi = qj |cj |2 (14)
j

Obviamente el valor medio hQi puede no coincidir con ninguno de los valores
obtenidos qj . También calculamos el “error” o “incertifumbre” del resultado,
medido por la desviación media cuadrática
 1/2
X
∆Q = (Q − hQi)i1/2 =  (qj − hQi)2 |cj |2  (15)
j

Supongamos medir dos magnitudes fı́sicas, Q y R. Es decir, preparamos


muchos sistemas en el mismo estado Ψ, y en algunos medimos Q y en otros R.
Como consecuencia de los postulados, es posible demostrar que
1 ¯¯ ¯
¯
∆Q × ∆R ≥ ¯h[Q̂, R̂]i¯ (16)
2
Es decir, que el producto de las incertidumbres en las mediciones de las dos
magnitudes fı́sicas siempre es mayor o igual al valor absoluto del valor medio
del conmutador de los operadores correspondientes. Aplicando este resultado
al caso particular de las magnitudes fı́sicas posición e impulso, obtenemos el
principio de incertidumbre de Heisenberg (ver (8))
h
∆x × ∆p ≤ , (17)

donde h es la constante de Planck.
Supongamos un haz de partı́culas bien colimado: este resultado dice que el
haz tenderá a descolimarse, porque siempre habrá una componente no nula de
la velocidad o del impulso en las dos direcciones perpendiculares al haz. La
importancia conceptual de este hecho es muy grande aunque sus efectos en la
vida cotidiana son despreciables debido a la pequeñez del valor del conmutador,
del orden de la constante de Planck. El fı́sico George Gamow ha escrito un libro
divertido acerca de lo que pasarı́a si viviésemos en un mundo en el cual la mag-
nitud cotidiana de la magnitud fı́sica acción fuese del orden de h. Por ejemplo,
no podrı́amos pasar por ninguna puerta, porque nos desviarı́amos y chocarı́amos
contra las paredes que la circundan; un cazador, por mejor punterı́a que tuviese,
no podrı́a dar en el blanco; si bien un alefante, por su gran masa, podrı́a ubi-
carse en un lugar bastante definido, un mosquito aparecerı́a como una nube por
la indeterminación en su posición.

Estados entrelazados y teletransportación

1 En las mediciones que ustedes han realizado en distintos laboratorios, la probabilidad

está dada por el número de eventos que dieron el resultado qj dividido por el número total de
eventos.

13
“Esta mecánica cuántica no es la de tus abuelos”

Actualmente la fı́sica cuántica experimenta una revolución. No es que su


sustancia esté cambiando, pero existen dos desarrollos mayores que interesan
tanto a los fı́sicos como a la sociedad en general. En primer lugar, la posibili-
dad de realización en el laboratorio de experimentos otrora considerados como
ideales confirman en forma cada vez más convincentemente la realidad de resul-
tados antiintuitivos. En segundo lugar, la posibilidad de construir computadoras
cuánticas, con una capacidad de procesar información enormemente aumentada.
No sé cuándo apareció la pelı́cula sobre la guerra de galaxias, incluyendo
la idea de teletransportación. En cuántica, dicha posibilidad fue descubierta
teóricamente en 1993 y realizada experimentalmente en 1997. Hace un par de
meses fue noticia en todos los medios del mundo el hecho de que el equivalente
de un qubit fue teletransportado de una ribera del Danubio a otra.
Consideremos el caso de dos partı́culas. Generalizando (4), el vector que
representa el estado del spin de dos partı́culas, Ψ(1, 2), puede escribirse como
combinación de estados “producto” ψa (1)ψb (2)

Ψ(1, 2) = a↓↓ ψ↓ (1)ψ↓ (2) + a↓↑ ψ↓ (1)ψ↑ (2) + a↑↓ ψ↑ (1)ψ↓ (2) + a↑↑ ψ↑ (1)ψ↑ (2)
(18)

Alternativamente, podemos sustituir los vectores base tipo “producto” usados


en (18) por la nueva base
1 1
φB1 = √ (ψ↓ (1)ψ↓ (2) + ψ↑ (1)ψ↑ (2)) ; φB2 = √ (ψ↓ (1)ψ↓ (2) − ψ↑ (1)ψ↑ (2))
2 2
1 1
φB3 = √ (ψ↓ (1)ψ↑ (2) + ψ↑ (1)ψ↓ (2)) ; φB4 = √ (ψ↓ (1)ψ↑ (2) − ψ↑ (1)ψ↓ (2))
2 2
(19)

Los estados 19) se llaman entrelazados. El entrelazamiento constituye una cor-


relación profunda y no clásica entre dos o más partı́culas:
i) los estados entrelazados no pueden ser escritos como productos de estados de
una partı́cula;
ii) la medición del spin de una partı́cula destroza el estado entrelazado;
iii) la medición del spin de una partı́cula fija el spin de la otra, independiente-
mente de la distancia entre ambas;
iv) el estado de cada partı́cula no está definido, si bien el estado total sı́ lo está.
Análogamente a lo hecho en (5), podemos expresar Ψ(1, 2) (18) por medio
de los vectores de la base (19)

Ψ(1, 2) = bB1 φB1 + bB2 φB2 + bB3 φB3 + bB4 φB4 (20)

También podemos realizar la transformación inversa a (19) y expresar los estados


producto como combinación de estados entrelazados.
Supongamos ahora que dos observadores, tradicionalmente llamados Alicia
y Roberto, están a distancia macroscópica uno de otro. Alicia tiene un qubit en

14
el estado Ψc (1)

Ψc (1) = c↓ ψ↓ + c↑ ψ↑ . (21)

El objetivo de la teletransportación es poner una partı́cula de Roberto en ese


estado, sin transportar la partı́cula o enviar información acerca del estado por
medios clásicos. Para ello se preparan los qubitos 2,3 en uno de los estados (19),
por ejemplo en el estado φB1 (2, 3). Alicia se lleva uno de los qubitos y Roberto
el otro. El estado del sistema total es

Ψ(1, 2, 3) = Ψc (1) φB1 (2, 3)


1
= √ (c↓ ψ↓ (1)ψ↓ (2)ψ↓ (3) + c↓ ψ↓ (1)ψ↑ (2)ψ↑ (3)
2
+ c↑ ψ↑ (1)ψ↓ (2)ψ↓ (3) + c↑ ψ↑ (1)ψ↑ (2)ψ↑ (3)) (22)

Invirtiendo (19), podemos expresar los dos qubitos en poder de Alicia en términos
de estados entrelazados (19)
1
Ψ(1, 2, 3) = (φB1 (1, 2) (c↑ ψ↓ (3) + c↓ ψ↑ (3)) + φB2 (1, 2) (c↑ ψ↓ (3) − c↓ ψ↑ (3))
2
+ φB3 (1, 2) (c↓ ψ↓ (3) + c↑ ψ↑ (3)) + φB4 (1, 2) (−c↓ φ↓ (3) + c↑ φ↑ (3)))
(23)

Alicia filtra ahora sus dos qubitos y obtiene un estado (19) bien definido. Si-
multáneamente el qubit de Roberto también se proyecta en un estado bien
definido, pero Roberto ignora la relación entre este estado y el qubit inicial de
Alicia. Esta información debe ser provista por Alicia usando métodos conven-
cionales, a una velocidad ighual o inferior a la de la luz, con lo cual se preserva
la limitación relativista respecto de la velocidad de transmisión de información.
Pero notemos:
i) Alicia puede no conocer el estado teletransportado Ψc . Si intentase medirlo,
lo destruirı́a;
ii) La duración de una transmisión convencional de las amplitudes c↓ , c↑ au-
menta con precisión requerida (cada una es un número real con infinitas cifras
significativas). Sin embargo, el resultado del experimento cuántico es un número
entero, de 1 a 4. En teleportación cuántica, información discreta se transforma
en información continua.

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