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La hominización, el proceso de transformación evolutiva de los primates hacia el

homínido, comenzó en el este de África, en el Valle del Rift, hace


aproximadamente seis millones de años. Las transformaciones sufridas por los
primitivos humanos abarcan aspectos físicos como el bipedismo, la modificación
de las mandíbulas y los dientes, el crecimiento del cerebro; así como habilidades
tales como el uso de herramientas y la capacidad de comunicarse.
Todo el este africano poseía hace unos diez millones de años un clima cálido y
húmedo que favorecía el desarrollo de un bosque tropical. Pero la profundización
del valle y el levantamiento en el este de un borde elevado modificaron
paulatinamente el clima de la región. El borde oriental impidió el ingreso de aire
húmedo proveniente del Océano Indico causando una fuerte disminución en las
precipitaciones, las temperaturas disminuyeron y la vegetación comenzó a
cambiar, los bosques desaparecieron y fueron reemplazados por la sabana.
Este drástico cambio en el clima y La disminución del área boscosa pudo ser el
desencadenante del proceso de hominización y el bipedismo. El Ardipithecus
ramidus, que vivió hace unos 4,4 millones de años, era un habitante bípedo de los
pastizales, pero pudo haber recurrido a los árboles para buscar refugio o alimento.
La hipótesis de la sabana explica el bipedismo por la necesidad de estas criaturas
de erguirse sobre la vegetación para observar el paisaje en busca de alimento,de
caminar grandes distancias y de reducir la exposición al calor del sol.
Los homínidos posteriores tuvieron que adaptarse al cambio. Un grupo, conocidos
como robustos, entre los que se encontraban el Paranthropus robustu, desarrolló
quijadas más fuertes y músculos maxilares poderosos para adaptar su dieta al
consumo de raíces, tubérculos, nueces o insectos. Mientras que los gráciles
representados por el Australopithecus africanus, mantuvo su dentadura pequeña y
diversificó su dieta, incluyendo el consumo de carne, posiblemente como
carroñero. La carne resulta más fácil de digerir, utilizando menos energía en el
proceso, energía que fue aprovechada para alimentar el crecimiento cerebral.

Es decir, de un entorno forestal, África Oriental y Valle del Rift pasó a ser un lugar
escarpado en donde la vegetación no está por doquier sino que se limita al
entorno de los lagos y en donde estos lagos “aparecen y desaparecen” en ciclos
de unos 20.000 años (en función de la órbita de la Tierra en torno al Sol). Este
nuevo entorno impulsó ciertas habilidades en las especies homínidas hace 6
millones de años, como es el caso de nuestra capacidad de andar erguidos para
recorrer las mayores distancias entre fuentes de alimentos de este entorno nuevo.
Los australopitecinos
Este tipo de hominino prosperó en las sabanas arboladas del este de África entre
4 y 2,5 millones de años. Su desaparición se ha atribuido a la crisis climática que
se inició hace unos 2,8 millones de años y que condujo a una desertificación de la
sabana con la consiguiente expansión de los ecosistemas abiertos, esteparios.
Como resultado de esta presión evolutiva, algunos Australopithecus se
especializaron en la explotación de productos vegetales duros y de escaso valor
nutritivo, desarrollando un impresionante aparato masticador, originando al
Paranthropus; otros Australopithecus se hicieron paulatinamente más carnívoros,
originando a los primeros Homo.

La fase final de la evolución de la especie humana está presidida por dos especies
humanas, ambas inteligentes, que durante un largo periodo convivieron y
compitieron por los mismos recursos. Se trata del Hombre de Neanderthal y el
hombre moderno (Homo sapiens). El Hombre de Neanderthal surgió y evolucionó
en Europa y Oriente Medio hace unos 230.000 años, presentando claras
adaptaciones al clima frío de la época (complexión baja y fuerte, nariz ancha).
Los fósiles más antiguos de Homo sapiens datan de hace unos 200.000 años
(Etiopía). Hace unos 90.000 años llegó al Próximo Oriente donde se encontró con
el Hombre de Neanderthal que huía hacia el sur de la glaciación que se abatía
sobre Europa

De acuerdo con los investigadores, hace 2,6 millones de años África oriental se
convirtió muy sensible a los cambios de las órbitas de la Tierra, lo cual dio lugar a
un ciclos de unos 20.000 años en los cuales se pasaba de períodos muy secos a
periodos muy húmedos.
Así, los homínidos de entonces pasaron por oscilaciones extremas de tener
enormes lagos profundos de agua dulce rodeados de rica vegetación a
condiciones extremadamente áridas ---como las de hoy---- con dunas de arena.
“Estos cambios dieron lugar a la evolución de nuevas especies con cerebros más
grandes. También provocaron que los primeros seres humanos se dispersaran
fuera de África oriental"
Eso mismo ocurrió de nuevo hace 1,8 millones de años y hace 1 millón de años
también.
Por esas épocas fue que aparecieron las nuevas especies. “Entre esas estuvo el
primer Homo erectus, con un cerebro 80% más grande que el de sus
predecesores",

Nuestro estado actual como especie, nuestra forma, nuestras habilidades, todo lo
que nos compone es el resultado de nuestra especie conviviendo en determinados
entornos en determinados momentos a lo largo de la historia. Podríamos decir que
una especie actual es un compendio de concretas y agradables coincidencias, de
multitud de “estar en el lugar indicado en el momento justo”.

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