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1 J. Derrida, Seminario La bestia y el soberano, Vol I, y VoL II, trad. C. De Peretti y D. Rocha, Buenos
Aires, Manantial, 2010 y 2012, p. 57.
2 J. Derrida, Seminario …, ed. cit., p. 75.
3 J. Derrida, Seminario …, ed. cit., p. 80.
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Donne, de la imposibilidad de totalizar el proceso de muerte por estar Robinson ya
desde siempre muerto.
James Joyce ha asociado la figura de Robinson con la del colonialismo inglés por ser
prácticamente la primera figura inglesa dentro de la literatura occidental que da cuenta
de ese modo de ser colonizador, que se apropia de lo otro y concibe a lo otro en
términos de lo que puede ser colonizado. Podríamos decir que el Dasein es colonizador
de acuerdo a lo expuesto por Heidegger en Los conceptos fundamentales de la
Metafísica,obra donde el concepto de mundo pasa a ser central y a partir del cual se
puede determinar el lugar de todo lo demás.Y ahí se plantea al hombre como
configurador de mundo y al animal como pobre de mundo 4.De allíel propósito
derridianode vincular a Heidegger con Robinson Crusoe, El Dasein es ese ente
privilegiado que tiene la capacidad de configurar el mundo y además determina al
mundo en función de sí. Las características del Dasein se especifican con más detalle en
Ser y tiempo cuando se trabaja la problemática del ser para la muerte. Heidegger
posteriormente abandona la noción de Dasein y para pensar el vínculo entre aquello que
llamamos el hombre y el ser, plantea la noción de Ereignis en Tiempo y Ser, que es una
categoría que deconstruyelo propio5. La problemática del Ereignisdará lugar a nuevos
planteamientos filosóficos como la cuestión del don por ejemplo, ya que precisamente
es algo del orden del acontecimiento, lo que no puede ser calculado ni previsto y lo que
no tiene que ser reconocido.
Para Calarco, Heidegger no aporta nada nuevo en lo que respecta a realizar una crítica
adecuada a la tradición que traza una línea divisoria entre seres humanos y animales, y
que más bien dice lo mismo que la tradición humanista. Heidegger se encarga de
afirmar que la diferencia esencial entre el animal y el hombre no se encuentra en el
fundamentode capacidades humanas como la razón o el lenguaje, sino en la ek-sistencia.
Por tanto, Calarco señala que Heidegger sigue de alguna manera apuntalando el
antropocentrismode esta misma tradición humanista6.
4M. Heidegger, Los conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo, finitud, soledad, trad. A. Ciria,
Madrid, Alianza, 2007, segunda parte, caps. II, III, IV y V, pp. 225-329., p. 227.
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En esa huida de Robinson tras ver la huella, hay una precipitación o aceleración
incalculable, inconmensurable, del ámbito del acontecimiento.Lo que ofrece la
deconstrucción de Derridapara plantear la problemática del animal es hacer el transito al
revés a como lo realiza la tradición humanista en el proceso de la cultura o de la
hominización, que es el transito del que al quien. Para hacer esta inversión tiene que
anular el prejuicio humanista de que ser quien es ser algo importante, de que ser sujeto
agente y creer que uno puede operar sobre la realidad sabiendo sobre ella y
poseyéndola, y disponiendo de ella, es meramente un prejuicio y no el modo natural de
ser humano. A partir de aquí, la deconstrucción ya puede plantearse temas como el don,
la hospitalidad o el perdón, donde está presente el transito del quien al que, y esto tiene
que ver con el acontecimiento.De esta manera Derrida ya puede plantearse de forma
más adecuada la cuestión del animal y la venida del animal, cosa que no logró
Heidegger. Derridarelacionavenire con invención, y plantea que inventamos al otro no
en el sentido habitual del término sino porque hay un in- venire del otro, un acontecer
del otro, y entonces, es del orden de lo incalculable.
https://es.wikisource.org/wiki/El_spleen_de_París
8J. Derrida, Dar (el) tiempo, traducción de Cristina de Peretti, Paidós, Buenos Aires, 1995, p. 20.
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lo imposible: no debe circular, no debe intercambiarse sino quedebe guardar con el
círculo de intercambio una relación de familiar extrañeza. Puede ser que sea en este
sentido que el don es lo imposible. Para que haya don, nuestra precomprensión nos
exige ciertos presupuestos o axiomas del acontecimiento del don. Para que haya
acontecimiento de don es preciso que alguna persona dé alguna cosa a otro alguien. En
la temática del don se hace patente esa filosofía de lo imposible en la medida en que el
don, en tanto acontecimiento, estaría suponiendo, en la imposibilidad de cálculo y en la
imposibilidad de proyección, siempre una política de lo imposible frente a él; es decir,
la única política posible frente al acontecimiento (y esta es otra expresión paradójica) es
la política de lo imposible. Acontecimiento se relaciona con lo que irrumpe, con lo
fantasmático. En Espectros de Marx, el fantasma tiene el carácter de la figura del otro
para Derrida, como aquel que irrumpe y que no puede ser apropiado. El fantasma
tendría estas características y en este sentido, el otro siempre es fantasmático, siempre
es acontecimiento9.La conclusión de Derrida es que hay una tensión en tanto haya
donador, donatario y don, porque siempre caemos dentro del círculo de la economía ya
que siempre es posible encontrar una especie de reconocimiento. Todo esto lo lleva a
formular la tesis fuerte del texto: las condiciones de posibilidad del don son sus
condiciones de imposibilidad y son las que llevan a la imposibilidad del don, a su
destrucción. Si hay don, no hay don y para que haya don, es necesario que el donatario
no devuelva ni reconozca el don como don. Si hay un darse cuenta, no hay don, porque
es un intercambio que entra dentro del nivel de lo simbólico, ya que hay un
reconocimiento, hay una gratitud que anula. Cualquier fenomenalización del don anula
al don. Por eso, la donación es del ámbito de la exposición al otro, del heme aquí. Y esto
es lo que Derrida llama la hospitalidad. En el caso de la hospitalidad animal, se señala
que no sólo se trata de la hospitalidad del humano con el animal, sino que hay una
hospitalidad animal porque hay una venida del animal.Derrida hace la distinción entre la
hospitalidad condicionada y la incondicionada. La hospitalidad incondicionada siempre
tiene que ver con el fantasma, término como ya se señaló que utiliza Derrida para
remitirse a esa condición ontológica de estar entre la vida y la muerte, que no es propia
del humano, sino de todo lo viviente. Se podría suponer que todo lo vivo esta entre la
vida y la muerte, o sea, todo lo vivo ya está muerto en parte, y en parte va transitando
Desgastesredaprenderycambiar.com.ar/derrida/textos/marx_desgastes.htm
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hacia la muerte, y en ese sentido compartimos con todo lo viviente esa condición
fantasmática o espectral, y es lo que permite entender este que. El fantasma no puede
ser un quien,. No sabemos por lo general su identidad. La condición fantasmática da
cuenta de algo que no puede ser previsto y por lo tanto es del orden del acontecimiento
y de lo incalculable. Esto está muy vinculado con el texto de AkiraMizutaLippit, que
plantea la cuestión de la muerte del animal, no aceptada por la filosofía occidental, en el
ámbito del cine y lo hace desarrollando las ideas presentes en la leyenda que aparece
con los créditos de un film, en relación a que ningún animal fue herido para realizar la
película. Esta leyenda le permite dar cuenta de los presupuestos presentes en los límites
humano-animales. El centro de ese texto es justamente plantearse porque no se dice eso
de los humanos ya que no es tan obvio que no se mate a alguien para hacer una película.
Lippit habla de la animetáfora, haciendo una especie de juego simétrico al que
realizaDerridacon la expresiónanimot, para señalar como en lo animal hay una cuestión
del orden de la palabra, ya que hablamos del animal como si fueran todos lo mismo.
Para Lippit entonces, el cine opera como una animetáforapués pone en el ámbito de lo
vivo a los fantasmas y entonces, lo que transcurre por el cine es siempre de
condiciónfantasmatica10. En el cine uno se coloca frente a la imagen de ese mundo que
ya está muerto. El cine, al fin de cuentas, no es más que una animación de la muerte
Dijimos que Robinson huye al ver una huella, y la noción de huella cumple un papel
importante desde el planteo de la deconstrucción y da cuenta de la problemática del
animal pues tiene que ver con este tránsito del quien al que: la huella da cuenta de un
que, no de un quien, da cuenta de una ausencia de algo que no podemos llegar a
identificar, como le sucede a Robinson que al final termina no sabiendo si la huella que
vió le pertenece a él o a un otro. La huella de huella derridiana caracteriza el modo de
ser en el que se ubica la deconstrucción dentro de la metafísica occidentalde la
presencia, mientras que lo que está planteando Derrida es en la deconstrucción de esa
metafísica, reconocer que no hay tal presencia, que la presencia es un empoderamiento
de un ipseque quiere dominar la realidad, y que por lo tanto lo que hay es huella, y si
hay huella no hay origen. Y en la huella, humanos y animales estamos acomunados
porque nuestro modo de ser, como el modo de ser animal en términos de la
deconstrucción, es un modo de ser fantasmatico, estamos siempre en la condición de
10A. M. Lippit, La muerte de un animal, trad. de G. Di Iorio y A. Sorin, en Instantes y azares. Escrituras
nietzscheanas, Nro 13, 2014, p. 115.
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espectros. Entonces para entender este tránsito del quien al que, hay que entender que lo
que nos acomuna con el animal es la muerte. Es lo que no entendió Heidegger y tantos
otros autores, que colocaron al animal en esa condición de lo que puede ser visto,
manipulado, etc. La condición del poder ser en tránsito hacia la muerte no es una
condición propiamente humana, porque lo que nos hace un que en tránsito hacia la
muerte y nos va a convertir en cadáveres, es característicode la comunidad que nos hace
con todo lo viviente en términos de la mortalidad que somos. Reconociendo que el
animal y el humano tienen en común la muerte, existe la posibilidad de pensar un ser
con el animal, donde aparece el concepto de mitseinheideggeriano para remitirse al
vínculo con el otrodel Dasein. Según Derrida, para pensar la cuestión del animal en
términos de la justicia, hay que pensar al animal en términos de lo incognoscible, que
sería la consideración de respetar al animal como extraño, como otro en tanto otro, y por
lo tanto, Derrida diría, del orden del secreto, no en términos de ocultar algo a otro sino
en el sentido de la otredad en tanto secreto y por tanto, del orden de lo incognoscible.