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Aquí estoy, esperando el momento de que se dicte el veredicto que ha determinar el

destino a enfrentar, solo hay dos posibilidades “inocente o culpable”, la primera de las
respuestas me hará libre y la segunda me condenará a estar en soledad y buscar refugio
en ese mundo de oscuridad del que salí. Soy acusado de cometer “un crimen” que él dice
que jamás debió haber sucedido, algo que para él solo ha ocasionado confusión en su
solitaria y tranquila existencia, puede ser que tenga un poco de razón, pero aun así me
niego a tener que volver a ese maldito sello que me mantuvo cautivo durante toda nuestra
vida.

Ese sello que siempre estuvo custodiado por otros demonios y temores que a la más
mínima señal de que yo pudiese despertar se encargaron de que no viese nuevamente la
luz y así me mantuvieron hasta un punto en el que en aquel entonces se me permitió ver
un poco de luz, él tenía cerca de los 18 años cuando se me permitió por fin recibir esos
cálidos rayos de luz o al menos eso fue como los sentí en aquel entonces pasaron un par
de años en los cuales vivimos en una época de indeciones que un último mensaje de ella
acabaron por sellarme nuevamente en el lugar más oscuro del interior de él, con el paso
del tiempo puede que suene estúpido, pero me acostumbre a esa oscuridad, ahí a pesar
de estar solo, también estaba seguro de que nadie me ocasionaría daño alguno, fue como
una especie de tregua en la cual ambos salimos beneficiados, pero a final de cuentas no
se puede ser feliz estando de esa manera, aún añoraba ver nuevamente un poco de luz y
así ocurrió, la luz de la luna fue la encargada esta vez de despertarme de ese sueño que
parecía sería eterno, la luna es aquella que me ha quitado el sueño y no solo a mi sino
también a él, si a aquel que juraba que así estaríamos bien, él también cayó rendido al
encanto de la luna.

Pero que tiene de distinto ver la luz de la luna a ver la luz del sol, es demasiado simple la
diferencia al menos para mí, ver directamente al sol es prácticamente imposible, no es
que sea algo imposible sino que no se puede soportar por mucho tiempo, pero la luna,
¿quién se puede cansar de ver ese resplandor? Al menos yo nunca, es un placer verla,
sentir que esa luz puede iluminar hasta la más oscura de las noches, en mi fue aún mayor
el encanto ya que me regresó la habilidad de soñar, cosa que si bien es cierto era algo
que pasaba pero no con la frecuencia con la que esta luna llena lo logró, por fin al menos
en los sueños fui capaz de saborear un poco de felicidad, no niego que también tuve un
sueño que me costó un par de día de insomnio y desesperación, bien podría platicar más
de mi historia, la historia de quien llaman un demonio, cuyo único crimen del que se le
acusa enamorarse de la Luna.

Sin embargo, esa luna aún espera con ansias el ver nuevamente al sol, ese sol que le
alimentó de su energía y la hacía brillar intensamente, según ella perdió el brillo y aún ese
que para ella era su más tenue resplandor basto para que él y yo por fin pensáramos de
la misma manera, tal vez para el solo sea la voz de un demonio, esa voz que en
momentos se ha llegado a manifestar como un murmullo que fácilmente ignoraba y ahora
por fin tomaba la decisión de gritar tan fuerte que su primera reacción fue asustarse y
tapar sus oídos para silenciar el grito que emergía del interior.
Pero vayamos más atrás en el tiempo, pareciera que en su vida jamás había visto esta
luna, pero no lo es así, fue cerca de hace cuatro años la última vez que me sentí atraído a
ella pero para no variar esos demonios que me custodian la mente de él se dieron cuenta
de ese sentir aunque en aquel momento yo mismo me encargué de ahogar en silencio
esas palabras que pensé decir, llegó el punto en el que los amigos de él cuestionaron si
es que estaba atraído por la luna a lo cual ambos tomamos la decisión de decir que no,
por el miedo de que esas palabras la alejara de mi vista, demasiado tonto el pensamiento
que tuve en aquel momento pero siempre él ha puesto por delante callar eso que herir a
los demás o verse herido, y así nuevamente fui dejado en la oscuridad a la cual me
encuentro más que familiarizado

Esa luna que por momentos para mí no fue más que una niña hermosa pero caprichosa
por hacer lo que ella quería a fin de mantener su brillo, brillo que con el paso del tiempo
se incrementó con la llegada de un sol que la hizo resplandecer más bueno al menos fue
lo que ella aparentaba, a fin de cuentas siempre ha sido muy valiosa su amistad amistad,
amistad por la cual estoy dispuesto a aceptar ser condenado, regresar al sellado donde lo
único que me resta es esperar a que ella recupere todo su brillo que siempre la ha
caracterizado, que despierte nuevamente su creatividad y que libere todo su dolor.

Mientras él, que es donde me encuentro al menos ha tenido la oportunidad de hablar con
sus amigos quienes un par de ellos ya se han percatado de mi despertar, siendo esa la
primera vez en la que pronuncio una palabra y demás cosas que jamás pensé llegaría a
ver, ver a ese ser que siempre ha marchado con la bandera de ser frío y racional
derramar su llanto delante de alguien más por amor, decir que a pesar de ser un ser que
gusta de la soledad encontró en la luna a ese ser con el que quería compartir algo más
que una amistad, ese ser que fue capaz de que él se enfocara solo en ella y no en su
móvil que siempre suele mirar, ese ser donde la sensaciones que al estar de su mano
solo es capaz de provocar es la sensación de paz y felicidad. Esa fue la primera vez que
lo escuche a pesar de confundido por ese sentimiento decir que estaba enamorado de
ella. Que para alguien como él que si puede evitar al máximo el contacto con las
personas, el mantener su espacio personal, ahora lo que más tranquilidad y comodidad
era estar junto a ella tomados de la mano, que a pesar de toda esa tristeza que la inunda
hasta lo más profundo de su ser tiene el suficiente brillo para iluminar hasta el último
rincón de su alma y que también me despertó de ese sueño en vacío y eterno en el cual
me encontraba.

Como notarán es momento en el que aún a mí no se me ha permitido hablar con ella, así
que he encontrado en la música la manera de apaciguar mis ganas de hablar a través de
esas letras y canciones que siempre me han gustado, letras llenas de melancolía y
esperanza, pero también canciones plagadas de sonidos que a más de uno dejarían
sordos y de gritos que resultan desgarradores, pero es tal vez el resultado de lo que
quiero decirle a ella, un simple par de palabras que no me tienen permitido decir por el
momento y tengo que silenciarlas con esos gritos que su vez me tranquilizan.

Siguen demasiadas preguntas en mí ¿Por qué desperté? ¿Cuánto tiempo debo de


esperar para poder hablar? ¿Seré escuchado o ignorado? ¿Perderé su amistad? ¿Qué
haré si ella se va? Lo único que si estoy totalmente seguro en este momento más que
nunca es lo que siento por ella.

La última vez que él la vio pensé que me cedería un momento la palabra para dar indicios
de que existo pero lo único que hizo fue empezar a tomar distancia y buscar en el alcohol
la manera de ahogarme y hacerme perder la conciencia, no solo con el alcohol, sino
tratando de esquivar en casi todo momento su mirada y ser cortante al responder y decir
que todo está bien. Esa misma noche él, se vio en la necesidad de contarlo, no a la luna
como hubiésemos querido sino a alguien en que siempre ha confiado una persona que al
verlo en ese estado y oírlo mencionar convencido nuevamente aquellas palabras,
palabras que ella en todo el tiempo de conocerse nunca llego a escuchar, la conclusión
fue la misma que en la primera ocasión que debíamos de tener paciencia, ¿Cuánto
tiempo? Nadie ha podido darnos respuesta, ¿Por qué siempre tiene que basar el todo en
cuestiones racionales?, tampoco lo sé.

Así entonces, solo quedo volver a la mesa de aquel lugar donde la luna estaba presente,
donde ella pregunto que si todo estaba bien y la respuesta de él fue “Si, todo bien, solo
problemas de conexión con el móvil”, y así siguió una velada entre varios amigos que fue
divertida y en la que juegos como bajara y cubilete se encargaron de amenizar el
momento

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