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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

Nombre: Ana Belén Ortiz


Curso: Segundo sociología, paralelo 1
Fecha: 21-02-2018

Las elaboraciones económicas del marxismo

En esta capitulo Naredo realiza una crítica a la obra del “El capital” de Karl Marx la
cual se centra en lo económico intentando respaldar tales ideas por medio de lo científico en la
que utilizara la conceptualización y metodología de Hegel y por su puesto de la economía
política con finalidad de apoyarse en factores objetivos e independientes de la voluntad del
hombre siendo de vital importancia su revisión con respecto a lo elaborado al campo de la
economía, tratando de agregarle un respaldo científico para así llevar a la historia a progreso
con la destrucción del capitalismo.

Surgiendo como nuevo concepto

Trata de darle respaldo científico para empujar a la historia en el sentido del progreso, con
la destrucción del capitalismo y la construcción del nuevo orden social más igualitario y libre.
Surge el concepto, la producción como una conceptualización capaz de explicar y de dar sentido
a la evolución de las sociedades en la historia, pasando así de ser el simple motor del
sistema económico a la de permitir ordenar a las sociedades humanas en marcha hacia
el progreso.

Marx dice "no es que la producción, la distribución, el intercambio, el consumo son


idénticos, sino que todos son elementos de una misma totalidad, diferenciaciones al interior en
una unidad" (Naredo, 2015). Empieza su contribución a la crítica de la economía política
señalando que la riqueza burguesa aparece como una inmensa acumulación de mercancías
(cualquier cosa necesaria para el individuo) como la forma elemental de la riqueza,
donde menciona a la producción que realizan los capitalistas con la explotación de los obreros
que fueron contratados para la elaboración de las mercancías, donde no abastece solamente un
objeto material para una necesidad, sino que provee también necesidad para el objeto material.
Pero cada mercancía se presenta bajo el doble aspecto de valor de uso y de valor de cambio.
Señalando que cualquiera que sea la forma social de la riqueza, los valores de uso constituyen
siempre el contenido, y este contenido es por completo indiferente a esta forma social. El valor
de cambio es donde se consolida la ciencia económica.
El trabajo es la actividad existencial del hombre, un medio para desarrollar su naturaleza
universal. El trabajo bajo el capitalismo representa un desequilibrio del obrero tanto en función
de la pérdida del producto de su trabajo que sirve para esclavizarlo ya que este trabajo no es
voluntario, sino por necesidad y para que exista un progreso económico paralelo es necesario
la libertad y el aumento de felicidad de los individuos. Marx diferencia al trabajo concreto
donde se produce valores de uso, del trabajo abstracto como actividad en general que considera
fuente de valores de cambio.
Lo que compra el capitalista no es el trabajo como actividad, sino el uso d de la fuerza
del trabajo del obrero por un tiempo, donde Marx desarrollara su teoría de la plusvalía: “el
capitalista paga el valor de cambio de la mercancía fuerza de trabajo y dispone de su valor de
uso, el trabajo, que le produce un valor de cambio excedentario” (Naredo, 2015).
Representando la explotación que sufre el obrero bajo el capitalismo, donde gana salarios
mínimos que no bastecen sus necesidades además de la gran cantidad de horas que debe laborar
dentro de su compañía.
El materialismo de una misma cosa puede ofrecer valores de uso muy distintas según el
contexto y la convivencia de las personas que lo usa, por lo que Marx considera que los valores
de uso son los que verdaderamente integran la riqueza material, por lo que habla también de
producción de estos o del trabajo como fuente de la riqueza. El empleo reiterado que Marx hace
del término producción material, o producción de riqueza material es para referirse a la
elaboración o transformación de materias preexistentes para darles forma útil.
En ningún momento existió una relación de economía y naturaleza en la obra de Marx,
en ocasiones se puede notar una preocupación por la pérdida de fertilidad del suelo motivada
por la agricultura capitalista, pero no exactamente por los problemas ecológicos o
medioambientales porque esta preocupación no encaja, ni puede ser desarrollada, en el seno de
su visión global de lo económico.

Marx trata de conciliar, por una parte, la aplicación del método dialectico con la
aceptación del sistema económico que hereda de la economía política, y, por otra, la aplicación
de aquella forma de pensamiento con su empeño de construir un materialismo sobre las visiones
idealizadas de la materia y de la objetividad científica propias del sistema newtoniano. Estos
elementos contradictorios presentes en la obra de Marx han dado lugar a herencias muy
diversas.

Las formulaciones filosóficas que Marx hace desde el ángulo de la dialéctica han
encontrado un eco importante entre los pensadores que integran la llamada escuela de Frankfurt.
Este grupo, por s formación se aproximó a la obra de Marx desde una perspectiva filosófica, de
donde se deriva la obra de Fromm de vincular el pensamiento de Marx al psicoanálisis, cuya
exuberancia denota el interés que ofrece el método dialectico en el análisis de fenómenos
sociales e ideológicos. Desde una perspectiva epistemológica cabe advertir como una constante
de esta herencia dialéctica del pensamiento de Marx, de la que la escuela de Frankfurt constituye
un exponente notable, su abierta pugna con el positivismo.

En el otro extremo se encuentra los herederos y albaceas políticos más ortodoxos que
abrazan el marxismo como la doctrina que les permite responder a todos los problemas del
mundo y de la historia. Existen investigadores que intentan separar la figura Marx de estos
procesos de eclesiastización (el proceso de autoafirmación de la iglesia católica dentro de sus
límites estrictos durante el siglo XIX), posterior estableciendo una ruptura entre el pensamiento
de aquel y la doctrina marxista.

Bibliografía
En J. Naredo, La economía en evolución (págs. 147-183). España: siglo veintiuno de España
editores s.a.

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