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JOS~ A.

ZANCA

LOS INTELECTUALES CATÓLICOS


Y EL FIN DE 1A CRISTIANDAD
1955-1966

..... -
FONDO DE Cut.TURA EcoNOMJCA
8 LOS INH 1 EC1 UAI ES aroucos y El FIN Ot. lA CJUSTIANDAD

invalorablcs para la investigación. Deseo induir en esta mención a


fortunam Mallima<i y al grupo de sociólogos del CEll-PIEITE, quie-
nes me han permitido exponer algunos cop!tulos de mi tesis en sus
INTRODUCCIÓN
habituales jornadas de reflexión, apomlndome sus opiniones desde
TRAS LOS CATÓUCOS
otra pcrspccriva disciplinar.
Quiero agradecer a la Universidad de San Andrés, que, a rravés de
las disrimas subvenciones de las que fui beneficiario, me brindó la Debnnos aprender a capl;1r aquello a lo que no
posibilidad de concretar este trabajo. En el ano 2003, la universidad podemos sumarnos.
me permitió formar parte de su plantel doccnrc para dcsc:mpcñar una C. GUKrl. Los - t k 16 J1wn11/d
tarea inten.a y satiofoctoria, en un marco de posibilidades que agra·
de?.co profundamente.
A la Universidad de San Andrés debo también la designación de Los INTELECTUALES Y EL CAMl'O RELIGIOSO
mi directora, Lila Caimari, quien me supervbó en estos años con el
compromiso y la dedicación que sólo ella puede brindar. Su empeño, Desde fines del siglo XIX, los testigos del proceso de secularización
tolerancia y wmprensión, pero espccialmen1e su ejemplo, me han que vivlan curopa y América intentaron explicar el funcionamiento
pcrmi1ido enwntrarlc un nuevo sentido a la tarea intelectual. del fenómeno religioso. Los pioneros de las nacientes ciencias so-
Marcdo Montserrat, cotlireaor de la te5is, me ha brindado buena ciales, obsesionados por el cambio de valores finisecular, se pre-
parte de sus re<;uerdos, y una orientación clara sobre las vicisicudes guntaban qué reemplazaría a la religión en una sociedad cada vet
dd campo católico de la década de 1960. Le agradezco sus aportes y más desencantada. Sin embargo, la primera posguerra reubicó a la
consejos. religión en un lugar importante del espacio público, poniendo en
Mis com1>aficroo de los taller<.'S de invcstigJción, que durante dos cuestión las esperanzas de quienes consideraban que tales senti-
años me soportaron junco a "mis" católicos, leyendo y criticando los mie111os deblan quedar encerrados en el ámbito privado. Los in te·
distintos eap!tulos del texto, aporcaron siempre una cuota de conoci- leccuales de origen católico aspiraron entonces a construir discur-
miento, respeto y afecto. He recibido de Paula Bruno, ami¡,>a y cok-ga, sos capaces de orientar prácticas sociales desde su identidad
consejos y o!do atento. Pr.íttica.meme, me ha tomado a su cuidado. confesional, jumo con la ilusión de instaurar la crisriandad como
Finalmente, quisiera agradecer a mis omigos, Diego y Verónica, modelo regulador de las relaciones sociales y polhicas. Crearon
por apoyarme desde siempre y disimular mi inconstancia. A mis pa- instituciones culturales, medios de comunicación y centros edu-
dres y hermanas, por su cariño y aliento. Y a Mariana, a quien van cativos, con el objeto de conformar una elite que fuera capa1 de
dedicadas e":is páginas, por estos años y por los que vendrfo. rcempla·13r a la decadente dirigcncia decimonónica. Dado que el
discurso de los intdecmales católicos se mov!a en un campo reli-
gioso estructurado -el de la Iglesia institucional-, es conveniente
estudiar las formas de distribución de roles, poderes e incercam-
bios simbólicos en su interior.

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'I
'I 10 LO~ INl H l.( 1-UAIFSCATOUCm Yllfll' Df V.< RIS"flANDAO !NI ROllUCc:tóN 11

1
Como ha 'cñalado Zygmunr \human, "L°' incclce<uale, se coru· afirmaba el funcionolismo durkhcnio110, sino por un estrato de cspc-
1 tttuycn como un efecto comhmatlo de movilitación y autorreduta· ciali,ta> de lo religioso. Lo sagrado, por otro parce, no es intocable (ya
mienro•. [).,sdc es;i pe"peuiva, la categoría Je imelccrual es una que no tendría ><:mido su existencia). sino que su ac~cso está admi·
mvit;oción al compromiso, m:L. que un cipo particular de prácuca. Si nisrrado por "mediadores.. , que"" encar¡;an a través del ritual de des·
definir el tc'rmino ha generado un siglo de discu<ionc>. sumarle d cruir las murallas que lo f><:paran del homhrc. l'Jlos >On los encargados
genitivo Je católico puede llegar a complicar en exceso las cow. ¡Qué de diferenciar lo sagrado y lo profano "asegurándose para si d mono-
uracterístil~ di\tinc1va~ 1ienc el incclccrua.I c2tólioo?1 polio del dominio dd espacio-tiempo sagrado''.'
Uno de los ejes del funcionamienro del campo rcligi<»o involucra ;Qu~ sucede cuando bs formas del creer decaen? ¿Qué hacer fren·
la forma en .¡ue cada grupo o scgmenio logra 1nterven1r en la admi· te a la pérdida de cfcclividad dd acto ritual? Entre otra' acciones, la
nistraci6n de lo ~agrado. Como h,m ..:ñalado algunos autores, losa· Iglesia (en el sentido más amplio de la palabra) debe r<'Currír a los
grado y lo profano s<>n dos polos de un mismo vce<or. En algunos con~trucrorcs <le mapa) cognitivos para re1nrcgrar a un n1undo
períodos se pr=man m:L. diferenciados, y en otro> m:is confundi· desacrali1.ado forma< particubrcs de vivir lo religioso. Los intelcctua·
dos. l.o sagrado no c.\!~ delimitado por una conciencia colectiva, como les católicos dc<plic-gan una visión del mundo que -creen- es la que
se corre>pondc con los ideales que persigue la l¡;lcsia Calólica. No
1
Zygmunt lb.um¡n, 1-q.ú/Atlor(S t uutrprerrt. Sob" lá 11uxlernu:laá. /A po1mtNltm1· >on, por su función, adminimadores institucionales de lo sagrado;
tlad.r (oJ ituelraua/.n, Sueno!> Aires, l<X<l. 1997. p. 10. Sobre el rol <k k>s intdcccu.a· pero tampoco pertenecen al mundo indiferenciado y obediente de
la la hibliogn.lla es ~asta. Sólo 1ntnuonarcnl0l aquella que n1~ se ajusl:t i las ncct· los laico>. La esuatifie:tción que representan los imele~tualcs nos re·
iiJadcs del prc~crHC c:stu<l10. Vé~ J:icobo t-:rli1man, la fi'nt1ón stXi11/ Jt los 1,,tdtt· vela una cemión lacen te entre la necesidad eclesiástica de la interven·
tualn. Butnos Aires, Omcbo.. 1962; GJoria: C:ucullu. FJ m1rtv11r dt/ "1n1fkrtsu1/
úrinoJm<rit•no·. su nl.at14n ron las rambun «o,,6ntiro1y JO<'ia/n, Buenos Aires. 1nn,
ción pública de los pensadores ligados a la lglc>ia (o que se reconocen
t'.l\, <loe. nl'1n1. )l. 1967; Hernin Godoy Unúa, l11 s«tofotía tkl 1nttkntu1I'"Ami· fieles a su prédiwi), y la existencia de esos mismos "inrfrpmcs", con
nra l..iuna. Butnos Ano, 1u1, e L,. J0c,;.. núm. l7. 1967; J~ J•nncisco Ma.rul, f...<» el peligro de que terminen imroducicndo en el seno dd catolicismo
AlllJUlm #X'Ü1·pq/í11r01 ár Argrntina l Mlxico. llpt)rtt/ pr1r1t ti ,,tuáw át 1u1 rolts, su formas de justificación o prkcicas que choquen con su estructura
1J1ol1JtJa l Ju arc16n políur.i. Buenos Aires. 1101. <-1'\, doc. núm. 65. 1969; Jos.' fnn·
tradicional.
u>CO ~ta1u.I, /;'f 1n1tkctu.J /Jt11ftw1Wriu1'A Un 1unposi41oh" socÚJlbtf.a dt /01 inttbr-
tu.aln. Bueoo~Aira. Edi101iaJJd li\itnuco, 1970: Mac Donal<l H. M:akom(comp.). Pero no sólo en el campo religioso se decide el destino del imdec·
FI inftl«nu:Ien la pohlir11, Buenos Aires, t-ibril, 1970; JM Fnncisco MJ.rsal y otros. cual católico. l.a ten.a relación entre poder e imdcctualcs signó el
Úll 1Nttlmt1itln p#itNW. 8UL"nO~ Ait!". NU<'\"a Visión. 1971; Fran.;ois Bourric:au<l, Ú)¡ devenir del proyecto de la modernidad, y l:u definiciones que los
ir11ekr1ualn y "11 pm1Q11ts dtmocráuras. México. USAM, 1990~ Mic.h.iel Win01.k, 1-t
imclt-ctuales formul•ron de ese proyecto. L3 noci6n Je \CCularin-
11idt Ja mtdlmutú, P.uís. S.uil, 1997: Norb<no Bobbio. 1.11 JlllÚ J ¡,, tk<riln
ur1tf.«111JtlnJ J'*ltr ~,,, /4 f«'it'4tl co11ttmpordne11., Barcelona, Paidós, 191J8.
ci6n, en su versión decimonónica, se basó en una diferenciación de
1
l'rcdcric 1urner ha a:cñalado c¡uc. daJo t1ue l;i pobl.i"ión laun~mcriaru S< esferas y en lo privaritación de la experiencia rcligios•.' La condición
Jccl;u;a nuyorir;iríamcntt 4.lt61M..a. c.J)i todos los intda.tu;aJc:s~cfin1'1oJ por s.u fun•
1 1
cMSn )'no c.omo ¡trupo o n1rato- poddan c1ur.ir en esa c:r.tcgorfa. Es: net..t.sario tener CrUti.in P;arlc:cr. .. La t.Ociologfa de la rdjgión y lea modernidad: por una revisión
11 <'n cuenta ~u:. ob:icrva1.ión p.ua determinar d grado de p.¡niop.¡ctón y lo. dementoto crítio. de las atcgurías durkhc:nian:i.s desde Améric:a latina·. tn S«ittlt.tl1 rtbt14,.,
1
de di\ti.nuón que ckfinm "' inrd<awJ c.,¡tóliu.>. V~:.i'lt fJedcric Turntr, Ci.1holitis1n núm. 13, 199~. p. 49.
,,,,¿ptiltti(flf ~1~lopm~11t 111 la11n Arutnra, Chapel 1till. UniVCí'$1f)' of Nonh Uroli· ~ Vbk J~ Cuanova. 0/J,.r la irrolariz:ui.ionr. lt rrlig1oni alú1 riron,¡u111r1 della
nl Prc:)S, 1971. ifrru pubbllra. Uolt.ln1.1., 11 ~1t1l1no, 2000.
- INTRODUCCIÓN
ll LOS lNTl:LlCl1JALES CArOucos y ll flN DE l.ACRJSl 11\.'IDAD
dones, determinadas por d nivel de obligaciones y compromisos que
de intdeaual c:11ólico, interviniendo en una esfcr> pública "scculari-
manifieste hacia su fe o hacia su disciplina.
1.2da", planrcaba enronccs una nu<-v• problemática.
Dada la fluidez del concepto de intelectual cuólico, d análisis de
De esta relación "mediada" entre lo ..grado y lo profano se deri-
su producción en los años de 1950 y 1960 debe entenderse en un
V• la ambigua posición de los intelectuales c.11ólicos. Parad libera- triple cruce, a través del cual los discursos particulares pueden "co-
lismo y el "secularismo", el intelectual católico reprcsenra un ele-
rrer" de uno a otro lado, y encontrar puntos de unión y ruprura. El
mento siempre sospechable de retrógrado. Se tr31a de un sujeto que
primer plano es el religioso, entendiendo que el carácter confesional
trae al debate público una marca propia del ~mbito privado. Casi
de csros intelectuales marca en forma integral d conjunto de activi·
por su naturaleza, el intelectual católi co "desprivatid' el lugar de la
dadcs que desempeñan y los coloca en el medio de la problemática
religión. Desde esta concepción, trae a una esfera que debería ser
propia del campo y el tipo de valores y reglas en disputa, así como el
autónoma de las tensiones sociales (del mundo de la necesidad, sea
rol central que la Iglesia corno institución ejerce en él. En este plano,
económica o c;piritual) un elemento que se interpone en el libre
la religión debe entenderse como un ar1iculador del conjunto por
flujo de la razón.
analiz:u: una cultura cat61ica en su problemática relación con la so-
Pero también para el poder que monopolita lo sagrado, esto es, los
ciedad. El segundo plano es d di~iplinar10: la actividad intelectual en
adminimadores de la salvación, el intelectual propone interpretacio-
sí constimye un campo que tambifo obliga a un "deber ser", e impli-
nes que, por más conrroladas y vigiladas que se encuentren, siempre
ca una conscante negociación entre la fe y las necesidades ptopias del
representan un peligro por su autonomía rcspc<.tO de la "sana• guía
debate entre letrados.• El último plano estará dado por d eje político,
que vela, ante todo, por el interés insmucional.
allí donde-y en especial después de 1955-, la antinomia peronismo-
Como miembros de una elite, lo' intelectuales católicos pertene-
anripcronismo marcó el clivaje de pr:lcticamenre todas las confronta-
cen a un grupo que es posible identificar (totaJ o parcialmence), por
ciones y posicionamiencos. Si bien este último ha sido d m;\s privile-
su capacidad de ejercer influencia sobre los procesos internos del campo
giado para el análisis del p-cnsamicnto católico, no debería subesti·
religioso. Al igual que otros grupos espccialitados, los intclcctuaJes
marse el peso de los dos anteriores a la hora de ponderar prácticas y
actúan dentro del campo diferenciándose del núcleo jerárquico, en
una tensión que a veces los tiene como parte de lo establecido, en sus espacios discursivos en su real complejidad.
El objetivo del presente trabajo es demostrar que entre 1955 y
ltmircs, o totalmence distantes de la Iglesia in.citucional. Como sos-
1966 surgieron en el campo católico un conjunto de ideas, encarna-
tiene Vallicr, a diferencia de otros intelectuales, los eatólicos obtienen
das en una nueva generación de intelectuales, que cuestion:uon total
de su posi~ión religiosa "recompensas y beneficios, incluyendo una
o parcialmente el modelo de la cristiandad, marcando una disconti -
posición ocupacional definida, una dientda potencial, dtulos hono-
nuidad real con los cánones ideológicos de los años de 1930 y 1940.
ríficos, deferencia pública y en cierta medida seguridad material y
El reconocimiento de la cnsis del modelo de cristiandad fue produc-
social".' Ya que es imposible encontrar un intelectual en estado de
to de múltiples factores, entre otros, la pcrccpci6n {entre los mismos
"catolicismo puro", (es decir, que sólo la esfera religiosa intervenga en
católicos) de su escasa iníluencia en el mundo culturaJ, la introduc-
la construcción de sus mapas cognitivos). debemos establecer grada-

• VbSt: AJbcrt Dondeync, El 1n11kr1ual rar6/Jro. Buenos Aires, Pax et Bonum.


' lvJn V.tJlicr, C.roliritmo, ('()ntro/ 10011/7 m<>drrn1111rt/Jn nt Amlrit4 lati,,11, Bue~
no~ Aires, Amorrorru, 1971. pp. 29·30.
1951, p. 64.
14 LOS IN.I [Lf.CTUAI LS CArOLICOS Y CL f.1:-1 OC U\ CRJSllANDAO INTRODUCCIÓN 15

ción <le las ciencias sociales en el me<lio religioso, la presencia de co· Revolución Argentina, esta última coincidente en pocos meses con la
rricmcs europea> de pen>amicnto como d humanismo cristiano, el finalización del Concilio Va1icano 11.
personalismo y la nouvtllt 1hlologu, e indudablemente la irrupción
dd Concilio Vatiuno 11. LHrisiHon el pcronismocn 1954 prevale·
....
ce: entre los factores internos, como exponente de las transformacio-
nes del campo c:nólico y de la incapacidad de la jerarquía para man· A partir de la primera posguerra, la cris1iandad fue el modelo que
tener el control sobre lo< cuerpos y las mento de sus fieles. En segun· intentó frenar el desarrollo de 1corias modtrniswdemro del carolicis·
do lugar, sostenemos que la emergencia y la circulación de ese nuevo mo y promover una religiosidad de combare, intransigente, que "re·
pensamiento se debió a la existencia de una nftra pública potencial- conqu1S1ara el mundo para Cnsro. La crisriandad era un esquema de
mcmc crítica, que e> posible detectar en el discurso de los mismos autodefensa y su conirapartida era la desconfianza que "carga la apcr·
intelectuales católicos, que se autolcgitimaban desde una posición tura hacia d mundo de un a priori ncgauvo• .1 La "pureza" de la idcn·
Jternauva al poder conferido por la jerarquía.1 Estos cambios cstruc· tidad atólica dcsplauba a la caridad y, "desconocidos en su realidad
turales fueron producto de la integración de los laicos en la concrcia, (a] los enemigos se los proyecta imaginarivamente como
"rccriS<ianiiación", con la conmucción de una esfera de sociabilidad seres omnipotentes, omnipresentes, infinitamcncc inccJigcnccs, co-
donde el problema, los cmategios y los métodos se convinieron en nocedores de las (mimas debilidades".• Al estar basada en la inscguri·
un asumo colectivo. bos espacios de sociabilidad (organizaciones dad frente al "oiro", la cristiandad buscaba apoyarse en formas de
laicas) y publicidad (prcnu, medios) se convirrieron en el vehfculo autoridad económica, polfrica y militar.
de las nuevas ideas, constituyendo un público que las apoyó en un La misma estructura de la Iglc.:sia reflejaba su desconfianza hacia el
clima que hiro posible 1..., criticas a la jerarquía. hombre. El papado se asimilaba a la figura del emperador constanti·
El crabajo no pretende abarcar la historia de la Iglesia ni la dol niano más que al responsable de una comunidad de fieles, y se insti·
cacolicismo de este período, ni siquiera contener rodas las voces de iufa el modelo de la "Santa Madre" como una forma marernalisra y
una intelcuualidad excesivamente rica y compleja para un solo estu· verticalista, sobre la base de un repertorio de respuestas que rerroali·
dio. Por eso, se u:nrrar:I en las opiniones más que en los hechos que mentaban el auroriiarismo del modelo. El autoritarismo inuaecle-
jalonaron los <liet. afios que separan la Revolución Libertadora de la si:lsrico se agudizó desde mediados del siglo X!X.
La imagen de Dios que acompaíiaba a la crisiiandad era también
vcrcicalista, alejada de lo terrenal y asimilada a un universo político
'Oc$dc un;1 po~1ción C'.\'ructur•l1n:a, tv.ln Vall1er ha cxprci:ado t$tc ombio como imperial y mon;\rquico. l.a dimensión divina de Dios terminaba
d procc50 de cortimicn10 de un {;11olid1mo launoamcrk<1no papisra (propio dd
moddo de r«nn1an1.1.ición) a un catolic..i>mo plur:al1.>t:a. l;uc el primero el que pan..
ocluyendo la dimensión humana, y la separación entre gracia y naru-
dó¡icamcntc dctarrolló ('( medio n«.~J.riO rara el S\lrgtm.cnto dd qundo, porque ralc-ia dcsvalori1.aba lo na1ural y lo convertía en sinónimo de pecami-
'\un su ~nía.si, en el apartamiento polni~o. J.~ ptrf~l-ionar la orpniución de la noso. Lo sobrenatural se desplauba hacia lo an1i11a1uraly la Iglesia se
lglcsi..J, .ll 1mplil.2t a lo" b1~os. y .ll dcti1ur una sc:r1c de ccn,cpc.1oncs ~d.u en ),¡
ttolopa dit b 'muión en 11 t0et«b.J'. le» pap1tu.s oonstitu)'cn un puunc corre los
poljtKu, u.d;.;.,n.Jn (la 1,1a.. del'~"'"] y loo nucvu.1"'"º"'' y plunl~w·. V<= • Attu10 G A1ma<h, Nodxno HabTr• Altjindro Miyol, lM cat611<tn poscon-
lv.in V.all1c.r. "~d ta rdagK)QjCf\Améoc.a ).;rit1m" tn: Scyrr.oot Llpsec y AkloSobri. <1h•m ~"J. A1ftnl1n• J.96.J..1969. Buenos Aires, G2lcm2. 1970. p. 21.
tb1a1J,,,,"°'4mA••ffl.•{,¡,,.._ 8»<1..,A11...,J .. idós 1971.p.170. • /bu/,, p. 22.
16 LOS 11''TEI fCTVAW CAT()UCOS Y EL FIN DE IJ\ CRISTIANDAD 11''TRODUCCl0N 17
construía "arriba y afuera", como una ciudad católica al margen de asociativ;a que estuviera en condiciones de limitar al máximo el con-
los hombres. FJ lugar que pasó a ocupar la celebración de "Cristo tac10 del creyente con instituciones laicas, de suene que le fuera posi-
Rey" -en recmplv.o a im~gcnes mis piadosas, como el Sagrado Co- ble hallar en la Iglesia y en su 'mundo' todo lo que él dc~aba y nece-
razón- era el reflejo de una Iglesia que quería dejar acris su lugar de sitaba". Es10 permitiría:
"resistencia" al avance del Es1ado secular, y pasar a la ofensiva.
Se traiaba de un esquema de "ciudad celestial", incorrup1a e im- la consiguiente falta de <oda posibilidad de relaciones entre el individuo y
permeable al contacto oon d otro, en reacción a la amcn01.a de princi- el mundo, dado que el encucn<ro se eÍ<clllaba siempre en 1érminos de
pios de siglo, wando los modnnis= propusieron adaptar la moral generalidades idrológicas (la culrura carólica y la cuhura profana, el sin-
católica al mundo moderno.' El intento, reprimido duramente por dicuo arólico y orros sindia1os, la unión d<p<>ruva ca16lica y las dcm:is
el papado, produjo el incremento dd control sobre los ceneros educa- organiiacione> d<p0rt1vas, c1ct1era). '
tivos y de formación sacerdotal. Recién luego de la Segunda Guerra
Mundial -y cspecialrncnce con el Concilio Vaticano 11- el esquema El concep10 de crisciandad refleja en su amplia dimensión aquellos
mental e insdtucional de la cristiandad entró en crisis. as pecios que descarno; destacar en este 1rabajo, dado que no sólo
En el siglo xx, este modelo cristalizó en organismos cspcciali1.ados ilumina las relaciones polrticas de los católic()s, ni es tan genérico que
que buscaban "recristianiiar" a la sociedad, al mismo tiempo que ais- se podría diluir en cualquier período y frente a cualquier fenómeno
laban al creyente de un mundo "contaminado". En nuestro país, ese relacionado con el mundo confesional. Se erara, obviamente, de un
proceso de cenrraliución y control de las organiucioncs del laicado ideal, que~ comporta como una realidad palpable en d imaginario
se verifica en la oonformación de la lJPCA (Unión Popular Católica de quienes lo promueven y de quienes lo combaten. !:... decir, como
Argentina) en 1919, para luego adoptar, en los años de 1930, el mo- ot~ ideologías, propone una explicación de cómo sc supone que
delo universal de la Acción Católica." Estas organizaciones~ distin- funoona el mundo, al mismo ciempo que promueve una serie de
guían de sus predecesoras creadas a fines del siglo XIX, donde los lai- reglas para el comportamiento de ese mundo descripm. Finalmente,
cos mantenían un al10 grado de autonomía rcspec10 de la jerarquía. es un término al que recurren asiduamente los act0rcs del período
Las nuevas organizaciones de la década de 1930 buscaban (aspecto no menor), y nos permite integrar dos niveles de an:Uisis: las
"recristianizar" la sociedad, y estaban impulsadas por la consigna de relaciones de los intelectuales con el "cx1erior" y el interior del campo
Pío X de "res<aurar iodo en Cristo". Según Paolo Pombcni, a partir ca1ólico.
del choque enrre el Yaucano y el Estado italiano en el siglo XIX, el
papado ~ propuso aislar al creyente de 1oda interferencia externa.
Para combatir el libcral1.1mo era necesaria "una rígida es1tuctura El . .
reconoc1m1ento de la pluralidad de voces en el mundo ca1ólico
iu Véase ~mi le Poulat, lll tmis moáanúta: histariA, áogn1a y rrlttra. 1Vladrid, Taurus, debe ser un límite a las generalizaciones iorafüanrcs. Es necesario
1974: Evangdisca Vilano~. llútori11r.kla1t11logla cruliana, 1. 111 (Siglos xv111. XIX y descentrar el problema, dar cuenta de la diversidad y mukiplicidad
XX), Bue.Ion•. Herder. 1992.
11
V6~ Nácor Tomú Auu, M'tnos1.fou:a.sos soti11/n tltl ratolicumo 11.rgtnlino, t. 11.
Mon.srñor De AnJrr11. k11úue1onLS l «1n/úa114 Buenos Afrcs. Dotcncia·Don Bosco- ., Paolo Pombeno •¡ . -• 1 ól' 1· • .
Guad.Jupc. 1987. 197 ~. pp. 94-101. • .os1ntcet:tuacscat 1cos~nlt<11a .en (Ane1'111m.núm. IOJ.
18 1m IN"I U LC.TllAlf.5 CMÓI i<:OS YFI HN DL LA CRISTIANDAD INlRODUCC.:ION 19

de discursos. El universo de las práwcas de los católicos, tan singula- que no exduyen pero al mismo tiempo no terminan en la ideología)
res como rcsi>tcncc' a un an~li<is lineal, nos obliga a producir un que originan el dcspla1.3m1ento.
debate que ,upcrc I• mera identificación de discursos particulares con No hay una pretensión historicista en nuestra crícica, sino todo Jo
macrootcgorfas, y el >Ucño ciencificisca de ercer que"' pueden cons- contrario. La historia del catolicismo debería superar d relato sobre
uuir conjuncos (por e¡emplo, "el atolicismo". "la Iglesia", "el nacio- >US "gromde> hombres", de los e¡cmplos que más se adecuan a 125
nalismo argentino") y lu<-go. como un iolnn, dotarlos de vida y con- miradas maniquea>, /A gakrfa dt monstruo11dadn, de las macrocatc-
ciencia propia con un wplo de nucsu• pluma. Ni la Iglesia ni los gorfas, y Je la hiuoria in>mucaonal, que en d caso de los his1oriado-
católicos "paeman", como cienos modelos antropomórficos aseveran. rcs católaros se aproxuna a una cclesiologfa. Se trata, en definitiva, de
Stílo lo hacen individuos en uso de lenguajes disponibles, en los cua- superar -como lo ha hecho la historia del nacionalismo y del
les vuelcan sus cxp«t211V2S, <ueí1os y frumacioncs. En codo caso, los pcronismo- la trampa de en<errarsc en un rcl2to de bumo1y ma/Qs, e
significados <e limitan "hada arriba" por la wmunidad de interpreta· intentar, sin perder un enfoque global del catolicismo, imernarnos
ción, y "hacia abajo" por d manejo que cada individuo hace de ese <.on una mirada mis dcsprcjuiciada en la pluralidad de discursos que
conjunto público de slmbolo-. Cuando hablarnos de una nueva ge- componen un universo, de por si más que wmplejo. Tal vez el csru-
neración, lo hacemos '>Cílo para adcncificar al¡,'llnas líneas de pensamiento dio de l>S tde>S del catolicismo gane claridad cuando sepamos más
cunvcrgcracs, un conJun10 de sujetos que vivieron cierta experiencia sobre l>S diferencias que sobre las similitudes.
común; somos conscientes de las linucaciones propias que emanan de
la pluralidad de miradas, cadencias y conos de esos discursos.
No se traca de recha,ar las hem1mienras conceptuales, sino de recor- ()¡. LA CRJS11AN/)AIJ AL CONCILIO
dar que son sólo e;o, y cuando caen en desuso, mejor es desecharlas y
cambiarlas por otras, tal vez menos abarcacivas, pero al mismo riempo F_n,las décadas de 1930 y 1940, los intclc<.<ualcs cacólicos argentinos se
mM adecuadas. Cuestionamos el predominio de la idcologla polícica ~1v1d1cron, especialmente en corno <le cuestiones pollticas e ideológicas.
como única perspectiva válida I""' entender el pensamiento católico, El duna de ideas europeo, d surgimiento de los movimiencos nacionalis-
' 1 ya que ni lo fcnomenoló¡;ico, ni lo institucional, ni otras variables como tas, fa Guerra Civil fapaliola, y el e.>tallido de la Segunda Guerra fueron
las redes interpersonales han sido lo suficientemente ponderadas. mouvo, de ilpcros enfrentamiento,. En el ámbito loc:il, a estos ingre-
Nadie dud,1 de la existencia de 'ensibilidades comunes, ni siquiera ~ientcs explosivos IC sumaría la pMcicipación semioficial de la Iglesia y
de la necesidad de idcnci ficar a este u otro sector dentro de la tradi- •us, ho_mbres" en el gobierno de la revolución dd 4 de junio de 1943.
ción intelectual católica. Caer!amos en un relativismo radical si no lo El discurso religioso g.anó terreno en la sociedad argentina a partir
hidérarnos. Rcconoccmos que más allá de los discursos particulares, d~ la primera p<»guerra, al tiempo que la "Argcncina liberal" iba per-
<euyo lugar en el análisi> dcfcndcm"', existe /A (Omunidadcomo limi- . ·a1 . La 1orm2c16n
diendo ere'd"ato soca e .
de los Cursos de Cultura Católi-
te 2 ese disenso, y dentro de 12 comunidad t1fgunos timm miÚ podtr ~a en 1922 y la aparición de la revisca Critrrio en 1928 cristaliuron
q11t otros P""' dtádir q11t n u11 b11m o mal (t1tólico. f.o que nos movi- inscirucionalmcntc C5tc mov1micnto en el ámbiro incclcccuaJ. 13 Des·
li,., ,in emb•rgo. es el intento de trascender la mera máticadel cam-
po. de las clasificacaone< y encuadramientos, y pasar a la di11ámua de
ate universo, intentando cnt.ontrar lm múl11pln motom (de nuevo,
20 t.OS INTEU:CruAU-'> CAT()UCO~ Y EL ílN DE l.A CRISTIANDAD INTROl)UCCIÓN 21

de 1931, wn la fundación de la Acción Católica, la jcrarqula consa· l.a panicipación en d gobierno militar de 1943 de cuadros políti-
gró un "braw largo" para actuar de lleno en I~ s.ocicdad civil.' Con I~ co-ideológicos del catolicismo, como Gustavo Marrínc1 Zuvirla, Atilio
masiva parcicipoción en el Congreso Eucansuco 1nternac1onal de Del!' Oro Maini o Jord:ln ílruno Gema, jumo con la aprobación del
1934, lo' católicos se hicieron presentes en el :lmbico público Y con· q,iKOpado de gran p:artc de las medidas que parecían escareo sintonía
fiaron poder revertir d proceso de seculariación iniciado a fines del con la recuperación de la "identidad cristiana" de la nación, significa-
siglo J(JJ(. • • ron pan d catolicismo la introyección de una polémica y fragmenta·
Durante la d&:ada de 1930 la religión pasó del ámb1co privado :il ción interna de dimensiones considerables."' Pocos a1íos antes, du-
público, y distintos grupos organi1.aron asociauones don.de e.xhibfan rante I• Guerra Civil Española (1936-1939), las diferencias en corno
su ocolicismo wmo bandera. lndircctamcmc, C$OS espacios sirvieron del f.ascismo produjeron el di>tanciamiento en ere Jacqucs Maritain y
para difundir las ideas de los intelectuales católicos. En 1938. se forma· sus discípulos loc.aks, entre ellos el escritor César Pico. 17 El escenario
ron las corporaciones de abogados, arquiccaos, médicos e incluso de internacional hiw pública la división entre los intelectuales católicos.
odontólogos católico,. Lo mismo sucedió con los ingeniccos, agróno- FJ nacionalismo y el humanismo cristiano ap•rcáan como las dos
mos y veterinarios. La asociación de estancieros católicos era mencio- p<»icioncs más opue>tas, aunque entre an1bas podla apreciarse una
nada repetidamente y con molestia por Perón. En 1937, bajo el liderazgo amplia gama de posturas. Los humanistas cristianos (que adherían al
de Francisco Valsccdli se creó la Corporación de Economistas Católi· ideario dcmócr•ta cristiano), apoyados en figuras de gran resonancia
cos. 14 En los años de 1940, a esta lista se sumaron la Juventud Obrera pública como monseñor De Andrea, libraron una batalla interna para
Católica (loe) y la Junta de Historia F.dcsí~tica, fundada comcmporá· ubicir a los católicos argentinos del lado de las potencias aliadas du-
neameme a la Academia Nacional de la Historia y al Instituto Juan rante la Segunda Guerra.
Manuel de Rosas." Todas ellas fueron consolidando una subjetividad El clima de la posguerra y la "aprobación" que el P•pa Pío Xll dio
11 común, apta para cons,ruir un nosotrt>s católico. a la democracia en su famosa alocución de Navidad en 1944 fue bo-
1, rrando -o por lo menos desdibujando-, el enfrentamiento interno,
instalándosc en su lugar una co nvivcncia wlerahlc. F.sco demomaba
Joaquln S. DcAn<hor<n>. Ángd Estr:ub, San1i¡go O'nrrdl y ouos. Los Cursos que, más allá de lo encarniudo de los debates, el catolicismo estab•
intentaban llenar d espado abieno por hi frac:uada experiencia de la Unlveuid~d
Cuólia qu< funcionó tnu< 1910 y 1920. Vbr.< Raúl Rivcro dt Otmlnl. Por""" unido por una importante red de obligaciones sociales.'" Revisando
cul111ra ratdlrra, Buenos AirC$, Cl3.rctl-ana, 1986. p. 26. el listado de asistentes a los CuTJOs dr Cultum Cawlira, se aprecia I•
Vhx 1biá.., pp. l_.3·l55. Sobre ou'I organauci6n i1nportante, la Asociación
Cri.suana de Dirigentes dl" Empres.is (AC'ut.}, \·i;uc Ambl"O$io Romero Carranu.. lon• ¡_..,.,. /k/ Esl41h hbttr:I • J. 1111Ciln w611cL lt.k11• J qlrr110 '" los
&nq~ Sh•w y 1w r1tn111J111ncilll. Uucnos A.ir~. A('l>I·.• 1984. orfit-na átfp.tronun10 1930.. /943. Buenos Aires. U1'Q, 1996. [)d mismo autor, Ptrdn
"VáS<"'laJoc. FJ mornodcCrisloObrcro"', e~ Fortuna.to \iallimaciy R,ob(,. l ,./mito tk "1 natr6n au6/ica. lt~"' y /;)'lrtiJ.o tn hJs origtnn Jr( f>"011i1"'" 1943·
to Oi Stcfano (comp).), Rrligi6n ~ 1nu1gi,,aruts0<111L Uuenos AirCJ.. M:inanlial, 2001. 19-16, B~nos Airt'~, ~ucbmcriani, 1999.
11
l.a ju1t1a tk Hutorut r-.JniJsti"' fue- erada por rac>lución dd EpiK.opado Ar· La fa1no)a. polélnica Je: 1937 cnt (e los a tólicos. en la que intervinieronJacquc$
gt1Hino en no·.. icmbre de 1938. Recién el 11de1un10 de l942, el Anob1spo ~n· M•rou;n, Grcgorio M.Jdon.>do, M•nud Ordóña, Rafxl PivicW, D>roo Rcguks,
ciagu Copcllo dio c.umplimicnco a la re.solución siendo su printc;r prcside:nte Julio Me1nvidle, Cé)ar Pi1,;o y G\uc:avo l·ranceKhi, puede srgu1rsc en. Mar<.clo
mons.cñor Nícol.U huolino. ~u1do por mon.><ftor Tomis Sobri, Vi«ntt D. ~ic­ ~ionucmt, .. EJ orden y Ja libutad: un.a hi\tOria in1dcaual de Criterio. 1928· 1968...
rr.a, GuillC"rmo <;•llardo. ltubén (;on1.Jlc1. y Enrique Mayochi. Véase Boletín át la ucnos Air~. Al'.tl, 1999.
1u1. núm. l8, l97'). "VW. """
".'IR'••ero dt OluAb.J, op. cil., pp. 229-235.
-
22 LOS INTl'.LECIU/ll IS CATOLlt:m y LL FIN m l.A CIUST!ANOAO INTRODUCCIÓN 2J

pluralidad de sus pmicipantes. No deja de ser sign1foca1ivo que hasra tiendo a muchos desconfiados al nuevo credo de la libertad. El mo·
su incorporación como lmrituto Caróliro dt Cultura en la UCA (Uni- delo naloano ejerció también una e¡emplifocadora mflucncia, dado
versidad Católica Argentina), lo\ Cuno! fueran un vehículo Pª" la que un partido implfc11a y éXplkitamcntc apoyado por la Iglesia ha·
coMulidación de una subjerividt1d (omún, y que más allá de las diíc- bía logrado frenar el comunismo, devolvitndole a la democracia po·
rcncia>. cimentaran un wnjunro de redes inter¡>ersonalc> que f><" lftica un brillo ausente en los febriles afíos de entrcgucrras. En 1954,
diícrcnu.~ caminos con\truycron (;fllcrios de anáJjsis comunes y una el archie,.emigo de Orrlm Cristiano, d diario El Purblo, no dejaba
opmión pública caiúhu. An!L-s y dc.spuésdc la polém1ucon Maru:Un pasar la oportunidad de reproducir los saludos de lo> mis conspicuo>
cnc.:ontramos encrc lo~ asisten ce~ nomhres aparcntcrnentc tan <.:orttra~ demócma <.ristianos del mundo, y enorgullecer><: con un autógrafo
pue;tos como Meinvicllc y Ordóíte1., Ay<r"l3 y Samud W. Medrano, de Don Luiggi Scurzo.'"
Ayarragaray y Erchccopar, Dcrisi y Juan Julio C<l\ta, Río y MartlnC7 Para buena patee del pensamiento católico, csrx:cialmence el m:ls
Zuviria. Sus difcrcn<.oas en corno Je problemas como la dem<><.racia ligado a la militancia social, fue dificil rcsiscir la seducción del
políc1e>, el amiscmiti;mo, u otros. no ks impidió formar un "noso- pcronosmo. La apelación a la doccrina social de la Iglesia que Perón
tros" con diferente> grJdos <le permeabilidad haciJ el 01ro. Ü><.3! esgrimía para justificar su obra de gobierno, sumado a que sus políti-
Camilión, que frc<.uemabacl drculo de Meinviellc, ;eíialaba que "En cas habían fo rmado parte del programa de los intclcctuales
;u ;lmbito había una <.uriosa. para quienes no lo conodan, profunda socialcriuianos de los af1os de 1940, alentó las csperanias de muchos
libertad para el debate de ideas, por lo que allí wnvergen demócrata de éscos de cnconcrar>c frcnce a un Estado que llevarla adelante un
cristianos, nacionafotas de dere<ha, conservador«, liberales, demó- proyecto de rccristianol3ción sin heridas demasiado traumfocas. Sin
crata.s".1, embargo. a parcir de los ahos de 1950, poco a poco los dirigences y
1...1 posguerra traerá un cambio rc•rx:c10 de los ejes dd debate en el cuadros del cacolicismo comenzaron •alejarse de un gobierno que,
interior dd cacolicismo. A partir de 1946, lucgo del triunfo de l'crón, lejos de consticuirsc en un ejemplo de rectitud frente a los principios
los temas que produ¡cron enfrcnr•m1cmos hasta la Segunda Guerra crinianos, irritaba cada vez mis a la opinión pública católica del país. A
posaron a un segundo plano. Orden Cristiano, la revista emblemática <.-sic enajenamiento se sumó la distancia que las clases medias -segmcn·
de los demócrata cristianos -en dora oposición a los nacionalista;-, to en el que el catolicismo argentino cnconcraba sus principales apo·
cerró <IL\ puercas en 1947. La jerarquía eclcsi;lsciu había cortado los yos- ya mantenían con Perón.
canales para su difusión en diverso\ obispados, por la forma "agresi- Paraldamence a las transformaciones incernas del catolicismo, d
va" en la que mostraban las difcrcn<ias entre los católicos, comticu- pcronosmo obcuró a trav~s del Estado los canales de emisión de discur·
ycndo un atentado concra "la unidad de la lglc,ia". Paradójicamente, sos no ofidales. Esta vocación por encuadrar a los distintos s<.-gmentos
mucha. de las premisas del democristianismo se fueron convinien- <le la >ocicdad en organi1.aLiones que pudiera controlar, chocó con el
do, a medida que avan1ó la posguerra, en un sc:ntido común dentro ~csplicguc organiza.ti'"º que, podo menos desde 1920, también la Iglesia
del rx:nsamienro católico. Sin duda, la experien~oa del peronosmo •ncentaba consolidar ba¡o las dircccivas de la jerarquía. l.a aspiración de
condujo a los cacóli<.:o!I a cscc "erH;ucntro con la dcrnocracia", convir- Pcró~ a recibir un apoyo explícito a su obra por parce de las máxima.;
autoridades de la Iglesia, sumado aJ desconcenco que ;u persona causa·
"'°""'"'t
"(>M...ar ünultóo. ,\fr1'1or141 lk fTPnáw-Afr111,,, (19561?'-J6J. f\u~
no> A1rn, P~nn;i- loJo n JflltorU, 2000, p. Jj.
LOS INTW\CTUAI ES CATÓLICOS Y I· L llN DE LA CRISTIANDAD INTRODUCCIÓN 25
24
ba en las filas dd laiC1do católico, dcmomaron que no sólo desconocía vocación por dejar atrás las diferencias. A pesar de no representar a
Jos mecanismos sobre los walcs la lgb1a establccia sus relaciones con codos los scaores "de inspiración cristiana", expresó en 1955 la supe·
d poder político, sino que tampoco se hahía noticiado de las transfor- ración del estado de fragmentación casi celular en el que los católicos.
maciones que desde la década de 1930 se operaban en el universo ~tó· ha.;ta ese momcnco, hablan desplc¡;.ado su dinámica polrcica."
líe.o." Fl fllit4do se había convertido en una fuerza que, aunque tc'Ónca· Desde que el conílicco entre Perón y la Iglesia se hizo público a
menee sujeto y obediente a la jcrarqufa, era en la práctica mucho más fines de 1954 hasta la sanción del anículo 28 de la Ley Uni"<'r>itaria
autónomo de lo que sus superiores hubieran deseado. en 1958 (que habilitaba la existencia de casas de altos estudios en
Al mismo tiempo, el campo intelectual católico recibió la influe~­ manos privadas), lo; intelectuales católicos vivieron un periodo acípi-
cia de los debates de posguerra que anunciaban la agenda del Conc1· w en el nivel de unidad discursiva, por lo menos en lo que atañe a la
lío Vaticano JI. La acción y los éxitos de los panidos demócrata cris- polhica nacional. Esta unidad se cimentó en el cnfre~tamienco con el
tianos y la voC1ción del Papa Pío XII por exportar e5C modelo de gobierno pcronisca primero, y en la defensa de la libertad de en5C·
lucha contra el comunismo; el surgimiento del movimiento de los ñanz.a como tema excluyente después, obligando a los referentes del
curas obreros y el conflicto desatado con la jcrarqu(a francesa por su catolicismo iluscrado a abocarse a una carea de polémica con el "mundo
panicipaeión en huelgas junto a comunistas; el problema de la con· exterior", más que a atender su debate interno.
ciencia católica en relación con lo social que dejaba a la lu.t la figura Durante el gobierno de la Revolución Libertadora 5C incrementó
del Abate Pie"e formaron un núcleo de temas que impulsaron un la fusión de los discintos 5Cgmentos del catolicismo alrededor del pro-
. argentinos.
tibio, aunque presente debate entre 1os CatÓI1cos • " blema educacivo. La existencia de un frente opositor a la ley demtqde
A pesar de este menú de cuestiones conflictivas, el universo polrti· diciembre de 195 5. firmada por el ouora fundador de Crittrio, Atilio
co y cultural católico suspendió sus querellas internas a panir del Ocll' Oro Mami, abrió una trinchera en la cual todos los católicos se
enfrentamiemo con Perón, conformando un bloque que puso de re- sintieron obligados a bacallar. La lucha por las "universidades libres"
lieve el papel de las redes interpersonales movilizadas para la defensa marcó un punto casi sin precedentes en la criscafü.ación de la identi·
de lo que consideraban era un ataque a su identidad cultural." l.a
formación del Partido Demócrata Cristiano es un ejemplo de esa m.l}'Oria consinian en un ejercicio de crítica y humor 1nordaz contra d pC'ronlsmo Y
Lt figura de su c:ondlKtOr. EJ empico de los p.i.nflc1os era otro demcn10 que consoli·
Ja1ia b unic.bd y mú1ic:a del bitado católKO. aunque no ccnfan d vino bueno ck la
21 Lila Marta Caimari. Ptrdn 1 Id !gksi11 ü116/,ca &li:JJn, EJ1ado J J«itJad tn 14 ~r.irqufa ni de muchos católicos. que aun oposicord a Pcr6n, no los pcrc1bfan como
Argwin" (1943-1955). Buenos A;rcs, Ar;cl, 1994. Véu< Juan Cado• Torre (di1.), un recurso vilido. Los panfletos se JHC)4:ntaban como una ahcrnat1v2 para la co-
.. U» al\os pcronístas'.. en Nurw His1qri.11 A~rn1/n11, t. v111, Buenos Aucs, Suda1nCfl• municación ya que, coino en cJ aso Je: El Put'b/JJ.. mu<.:hos mc<li<M de c:o1nunicación
cana. 2002 utólicos habían sido dirccwncm< cl.a11>undos. Vb.K Morcncio Arn•udo. E dilo qr«
u V~ A. Vinceru, ·0e Lo. uurdo<u obreros a los sacmloca e.un misión obrr-- 'f"mwro• ¡,,,'finte, Buenos Ai"" Pkam..r-EI At..- 1996: Félix Lafündr> (comp.).
ra·. en Cr11rr10, núm. 1208, 25 de mano <le 1954. L.-r.nf/run: 1w 11pon~ 11 la &vo/ut16n l1~ra, Bucl"IC)) AJrcs. ltincnriun1. 19~
H Dur;in1c 1955. cuando el conAicto con la Iglesia fue ton\ando ntis voltaje:. la "Si bien d t>1rt1do Ocm6cr;ua Ctistiano ddpcnó ciertas expcct.at1v.as entre los
produc.-.ción de discurso~ opositores paree.e h:ibcrsc corrido de $U CSJ>ado ..natural'". intdcc.tualcs ~cólicos, a lo que se $Um.lba su origen rnltico unido a la rt.'Sincncia al
esto a, lu publicacion« m.h connotad.u del ca1olicismo, hada lo que K: conoció '~incn, P'O'O 1 po<.o la persisccnoa en l;a. idcncificación de los uahajadort'i con el
como b t•"'Jl'fliW Jr p.tnjkt111. Impresos en munedgnfos y diunbuidos de m.J.no en Pttonwno Jos lbró a abandoru.r ~ optimismo, por lo menos el sucAo de- que se
tflnÚo - .
mano, le» p;anflctos rq>rodutiln W ~u>r.ila dd episcopado que los diario& no 1..: rman m un p.tn1<lo de~ ;al estilo de lu Jc:m<K.racus etuu.tn..as wropcas.
pubtic.:ib.in, y 1()) <li~urso.s de dcstacadli figuriAs del c:atolti.1t:mo .irgcntino. En j,U 1;;.ncrtvi:> t~ con e·.ar1OJ Ro ria, .septiembre <le 2002.
16 lO> 1:-ITflfCI liALES CATOUCOS Y fl HS 0[ l.ACRISTIANOAD 11'-'TRODUCCIÓI' 27

dad caiólie>. AJ mi•mo tiempo, rc:fle¡ó un e>mb10 en la cstmcgia de fueron socav:id:>.s J., base, de: legitimidad en la.1 que se asentaban los
la jerarquía edcsi:bnca, que orientó sus esfuer1.os en la promoción de discursos tradi"on.tlistas. El enfrentamiento se polarit.Ó desde 1964
la educación privada más que en la reincorporación de la religión (un alío ante> que el Concilio terminara) y se intcn>ificó a panir de la
como materia en las c\cudas públicas." insralación dd gobierno de la Revolución Argentina en 1966. Si bien
FJ frente opositor a la Ley Univcrsirnria, integrado por los se<.1orcs es cierro que los principales protagonistas de los conflictos posconciliares
reformistas. libcr:Uc; y socialisras, logró reunir a la familia imelccrual ca· fueron miembros del dcro, es innegable que los imekcruales (laicos y
rólica bajo un mi;mo paraguas. Figur:is como mon><:ñor Dcrisi, cuya sacerdotes) aport3ron a la difusión de idca.s tran,formadoras y forma·
irrcducriblc: po,iJón adsuip<a al tomismo m.is conscr"ador poco comci· ron parte de: los nervios que constituían la opinión pública católica,
día con la lina que habla ado¡xado Critm;)., tcnlan abiertas las páginas que presionaba para acelerar los cambios a parur de 1955.
de la rcvisrn para publicar notas donde se deí<ndla la libertad de: enseñan-
za, a pesar de poner en duda que la democraóa fuera d mejor sisrema
político para preservarla. Estos g<:Stos de ecumeni>mo imelectual sebo· MCDl()S y MEDIADORES EN EL CAMl'O v.róuco
rraron con la r"1>oluci6n del conflicto educ.irivo en 1958 y la muerte de
11
Pío Xll en c.\C mi,mo año. Se anunciaba cntonocs la lk¡;adadel Concilio, 'Jfadicionalmentc, la dispersión del pcnsamicnw católico se reflejaba
a partir de la convocatoria que en 1959 hizo el nuevo Papa, Juan XXlll.21' en una muhirud de publicaciones que iban dc.s<lc el boletín parroquial
El Conóho abrió las puenas a un conjunto de ideas trarufurmadoras hasta las rcvi"as o diarios de tirada nacional. Como ha señalado Lila
que Pío XI 1 habla mantenido a raya durante sus últimos años de pon· Caimari, "Los diferentes grupos de interés, aso.;iacioncs y revistas que:
tificado. En el ámbito loetl, significó el surgimiento de una apoyatura se autodc:fincn como católicos hacx:n esfuenos para ki;1umar su discur·
legítima para aquellos .cctores que desde la e>rda del pcronismo recla- so en el uruvcrso católico, pero ninguno de e'os grupos representa a la
maban cambio> en la actitud de la Iglesia hacia la modernidad. El Con- lglesia".1• Las publicaciones que tenían un car:lcter scmioficial, El Pu,-
cilio dejó en evidencia las cartas de cada uno. Sin emhargo, dividir a los b/¡¡ y Critrrio, sufrirlttn grandes transformaeione> luego del derroca-
católicos en "progresistas" o "conservadores" puede empobrecer ese miento de l'crón. El J>utblo fue clausurado por el 1x:ronismo y dejó de
debate, dado que la relación COJl los cambio, fue mucho más plural. circular hasta 1956, cuando reapareció bajo la intervención de la Revo-
Como ha senalado Daniel Levinc, tales simplificaciones implican no lución Libertadora. Luego tuvo una vida errática por problemas eco-
tomarse demasiado en >erio a los católicos y ~u< ideas." Lo cieno c:s que nómicos, y terminó Je cerrar en 1960. Criurio perdió en 1957 la plu·
el Concilio pmdu¡o una crisis en d pc:ns;im1ento católico, debido a que ma de Gustavo l'r:mce;du, produciéndose cambios en el estilo y orien-
tación de su línea editorial. Los medios de difwión del pensamiento
catc.ilico más importantes en 1955 induían la mencionada revista Cn-
n Sobrt b \'30J<.ión Jcl J1M.:u1so de b 1cr.arquí1 (n ~t( punto• ...bs.c la peque"ª
"conf~ión" que )Ulitió 1.1Jn U. pubJjQlción de un borndor dt: "'s\18erencias" par2 la tmo (editada dc..Oe 1928 hasta la actualidad), Estudios (en manos de
Convención ConstllU)'CIHC Je 1957. Véase Cr11cno, nún\. l l80, l8 de marwdc 19~7. los padres jc<uita.,), y al boletín de la Ardón úuólicn.'' A fines de la
pp. 189· 192: 1bid, mim. 1281. 11 deobr;! de 1957, p. 224: ibid., núm. 1286, 27 de
i~ Lll
jun;o de 1957, pr. 427·430: 1bid, núm. 1302, 27 <l< íebrero de 1958, p. 142. 21

1
ª Martt D1mari, op. t11., p. 92.
l" Entrt\115la 1.un úrlo5' Florla, septiemh«' de 2002. dad bien su conci:n1do tenía una vocación pas1oral, lo incluimos en esta li.su
:"' Daniel Lcv1nc. •AuthonlV in Church and Soctcty: (.0111n Amttican Modd.s·. at (Qs º1.a.quc en. un O.fl.lc.10 ra.r¡ la rublicación dt rtJlcuune~ \Vbrt cJ rol de los, c.atóli·
G11nJN1-'ª"'"' .~wl1n '" \Ot•~I') 11nJ Hts1Dry. ,uf 20, nUm 4. o«ubrc Je. 1978 . ' CUestión k>CU.I, tccttc:ra.

...._____
28 !.OS lNTfl.tCTUALES CATOuco, y El Fl!'l Of l.A CRISTIANDAD
INTRODUCCION
d&:ada de 1940 o en los inicios de la de 1950. otras publicaooncs
colno la revista UAS(Ccntro de lnvestigac1ón y Acción Social), la &vis- En 1957, Ja muerte sorprendió a l'ranccschi mienrras dictaba una
ta de Teo/Qglnde 1..3 Plata o la rcvi;ta Sapim1i11 iniciarían una larga vida sene de confcrcn,i:is -robre el rol de los laicos en la Iglesia. La. dinámi-
· .
en el ámbito de la cultura católica. La din~mica de csros medios repre- ca interna de la revisto estaba organizada en corno de sus ed.1tonalcs y
sentaba la relación especial que los intcl"ruales católicos mantcnlan las rraduccioncs de los más importantes inrclcctuales caról1cos euro-
con la tradición y el cambio, incorporando lo nuevo a lo viejo con una peos. El resto de los colaboradores deseaba seguir adelante con la
suavidad u.si imperceptible."' Aquellas revistas acadas a la coyuntura ublicación y reestructuraron el consejo de redacción a un número
de la gucrr•· como Ordm Crissia110, y que exhibían tan explícitamente ~ás reducido pero con mayor poder sobre la línea cdi_to'.ial, que se
las diforcnuas internas dd catolicismo, sellaron su propio destino. Sólo volvió colegiada. El padre Jorge Mcjla, un teólogo y b1blista, se en-
de.pués de 1955, algunas publicaciones, como la demócrata cristiana cargó de la dirección. A pesar del nuevo esquema, el editorial quina:·
Comumdml, rompieron este esquema cuc;uonando a viva \'Oz a la je- nal-picz.a clave en la revista y en el mundo católiw durante décadas-
rarquía y al modelo de la crisriandad. cra un espacio diílcil de llenar. En los primeros números posteriores a
Criurio ocupaba el cenrru de la cultura católica argentina, con el Ja muerte de Franccschi, se publicaron notas de sus amigos franceses,
aporre de autores europeos y nacionales que encabezaban el debate como Marirain, Folliec y Lccrecq. Si bien la participación de cscos
del catolicismo internacional. Esta centrolidad, y su tránsito por la aucores era frecuente, el tono de escas colaboraciones-profundamen-
frontera entre el discurso específico de los intelectuales y su "deber te teórico e intemporal- era poco apetecible para el público que bus-
ser" como orientador de prácticas dentro dd catolicismo, no dejaba caba una "opinión católica" sobre los cada ve-¿ más acuciantes proble-
de despertar recelos entre sus colegas. Cmeno. la rcvisra más rcpre- mas de la política argentina. Frente a la caída de las suscripciones,
S(:nrativa de la mu/Jigmizia católica argenuna, había encontrado Carlos Floria se encargará de los editoriales políticos desde 1958, in-
un modus vi11mdi dentro del régimen pcronista evitando romar po- 1en1a11do recuperar el papel de guía intelectual que la revisca tenía
sición sobre problemas del ámbito local: en 1954, monselior desde los años de 1930. Hacia mediados de la década de 1960 se
l'ranceschi sólo aludió a los problemas del país para señalar con incorporarían Nacalio 13otana, Marcelo Momserrac y el padre Rafael
alarma la frccucncio con la que se disolvlan los matrimonios en Braun. Si bien Crilerio siguió ocupando un lugar fundarnenral en la
Buenos Aires, y en una libia noca, la presencia del pastor procestan- cukura católica argcntma, su posición ya no serla, como en tiempos de
re Hieles." Francescbi, tan incuestionable porocros núcleos de pensamiento. Como
veremos, este cambio se debió a la reconfiguración del campo intclcc-
ruaJ católico, pero tambifo al rol más destacado que tendrían los laicos
"" Podrá¡mo, ptnu.r qut el a.lsbmiento dt la rnr1.na (),tfnt Cristt.11.M no tra .S•m· en esta nueva etapa de la revista.
I pfc:mcn1c matcrlal, por rcprtscnur a una minorú numina dentro dd carolicismo.
Eracl t11rdN"Jt su diKuriQ, tan au.do a fa coyuncur.t de la gutrra, y que utilJ¿anJo Estudios, la publicación dirigida por los jcsuocas allegados al Cole-
la p.a.Iahr.11 dcJ J>;1pa t'n defensa de Ja dtmoc...ncia en forma dc1nasiado filosa, pre1cnJ!a gio del Salvador un nodo muy importante en la red del pensamien-
•dejar aíutra" del 1,..;1colicisn10 a sus "hern1.anos· nacion::il1,1;is, lo que selló su éorto to católico- fue fundada en 1911 por la Academia Liceraria del Placa.
dolino. Vé:tsc José A. Zant..1, •¿.Se ha hecho Diw Í.'Ul;ISU? Orden cristiano y los Hacia la década de 1950 esraba dirigida por Héccor Grandine11i, y
cuólicos :ugcntinos durante Ja IJ Guerra Mundial" (n1imeo) Buenos Aires. Univer·
sid•d de San Andr~. 2003. concaba con la colaboración de otros miembro> de la orden como el
11

Véase ..¿CriJi> en b (.tmil1a?'", tn Cnt<no, núm. 12J t, 13 de m.a.yo ck 19.$4. historiador Guillermo Furlong y el padse Ismael Quilc<. De e.te nú-
cleo se consutuyó el C:!AS, donde participaron, cnrrc otros, Alberto
JO 1m INHI FCI UAI t_\ CAíOl ICOS Y H. HN DE L\CRISTIANDAD INTROOUCCION 31

Silly. Carlo.1 !'lona, Vicente Pcllcgrini y Amonio Donini. En Ja déca- p!onteos "practicrstJS" de sus colc¡;as obi1pos, por negarse a la pro-
da de 1960, el c·IAs representó a un se<wr de la imdc:ctualidad católi- fund11~dón teológica, como d "intelectualismo" de Crirtrio, que, des-
c.a muy sensible a los t:.lmbios que se estaban produciendo fuera y de .u perspectiva, "' alejaba de !a línea encarnada en la jerarquía,
dentro de la Iglesia 1 ocrodu,icndo pcl1¡;rosarnentc au1ores europeos de ideas "avanzadas".

ti11u/101cxprc>aba una vo1 siempre analítica de los problemas na- Rau no aceptaba al sector "ilustrado" del catolicismo representado
<ionalc.. aun1¡ue op1ó por no hacer referencia a I• política local hasta por Cntmo, de.de su posición de mtdiadordcl campo católico, y no
1955. fue la publicación que con m;is ahínco se dc:dicó a lo largo dd sólo por sus diferencias idcoló¡;ius. Al i¡;ual que McinvieUc, Luis Maria
golncrno de !a Rcvolu<ión l .ibcnadora a enfrentar a quieoes le rcpro- Etch<-vcrry Bonro, Molcdo. o el m11mo Francc.chi, Rau combinaba
<haban a la Iglesia >U complicidad con el régimen depuesto, mante- el debate 1eórioo con la aciividad apostólica y abría espacios para la
niendo una ¡;uerra u..•i personal um d periódico socialista f.A \4zn- formación y parti<tpaetón del laiudo, uniendo los distintos "anillos"
guard111- Al mismo tiempo, sus arciculiscas preferían moverse a una formados alrededor de una centralidad autoconmuida. A su vez, los
distancia prudente Je Cmmo, a la que consideraban demasiado ale- mcdiadort's como Rau un!an dentro de cada uno de los anillos a los
jada de la línea papal y del episcopado local. laicos, desdibujando las diferencia> idcológi<as o polf1icas que se al-
Otras public.acíones, como l• Revista !Ú J;ofogía de La Placa y la u ban entre ellos, consolidando uno sub¡ctividad común. Estos per-
revista &tp1mri11," representaban a un scccor más 1radicionalista que sonaje> combinaban lo insci1ucional y lo carismárico, y formaron in-
las amenores. Alrededor de la Rrvil111 dt T.ología se reunió buena parce telectual mente a la generación que vio la lu1. después de 1955.
de los allc¡;ado> al seminario arqu1dioccsano de la ciudad, ámbito de La existencia de estos mtdiadom nos revela un aspecto imporiancc
formación de uno gencraci6n de hombres de ideas como Enrique Rau a la hora de analit.ar las tensiones que, larvadas en los años de 1950,
-:Jire<:tor.de la rcvi.ic~, mon..ci1or Derisi, Julio Meinvielle, Juan Scpich, rompieron lanzas en las décadas poneriorcs. Más ali:! de la.< diferen-
Ernesto Segura y los ¡óvcncs Ei.luardo Pironio y Amonio Quarracino. cias teológicas y políticas, y las distancias que los separaban, los me-
La_revista reprc.,enrnba la conjugación de torca intelectual y pastoral, dindom cumplieron un rol trasccndcn1e en la formación de redes en
u1udas por el proyecto <le "recris1iani1ación" de la década de 1930. donde se asentó la idm1idad ca1ólica. Conformaban un conjunio de
La Revistfl dt Ttologlt1 hoda una fuerce profesión de fe en defensa homb res a quienc; >e reconocía, sin mayor discusión , como la
Je !a teología como arma para el oombate religioso. 'fradicionalmen- mtrlligmtúr ca1ólica. Para C>O< mrdi"dom, animadores de !a acción
cc, lus obispos "e dc.1cmpeñaron mi< como odminiscradores de los cultural Y apostólica, las diferencias idcoló¡;ie•s dentro de! cacolicis-
bienes de IJ lg!c>ia c1ue como hombres deseosos de enfrascarse en mo eran generalmente menores -por lo menos en los afios de 1950-
debate' .<obre fo, fundamento< del dogma. 11 Rau rechazaba tanto Jos que la; di lé:rcncios que mantenían con "!os de afuera". Esta constaia-
~•ón permite comprender relaciones que, desde una mirada dcmasia-
1
.: S.1pun11.1, \;ri;.1.J.a pi.>r monKn~r l)(ris1 tn 1946, IJCV2ba originaln1cntc el .s:ubc.i~
~anesquem_~tica, serian rc•!mcntc insos¡x'Chadas. Tal es el caso de
lulo '"R~11t.a tOm•ll.l de: filowl1.a" Cu.ando en 1958 ~creó la Univcr¡idad Católia d uel Sei¡o, un católico laico que recorrió a lo largo de su vida e!
crroccrodc al . ·1·
Y lk:11>i fue numbr,1;Jo rcc~or (clf'&<> que.: oaipiri por 20 años). ta rC"Yi.su. se incorpc>- 1• J cu quocr m1 uantc cristiano, desde la Acción Católica a
OC, para dt!l<:ntL .. ·ar C ( ()
ró com1> IJ publ1c.:ac.1on Qf1o1..1ll dé la F..t.ulr.ad de Filusofii r Lctru. Para más <btm diu]. _ 'J\K n a tm0<rac1a C nsuan:a:
• • e 1nlcgrar e( s1n- .
sobre b rrvU1.a y l.1 lra}'n.lur&.i de:- l.Xr1}1, ~tut Albcno Caturclli. Ott4 vio NiuW •smo u1ól1..o ¡ ¡ ·
Drr111. fi~fo trut1JNO. Buenos Airn. f:.Juc... 1984.
trucció · -"re ación entre S.:ijo (un obrero sin mayor ins-
n pero con una fuene vocación · par> e¡ apostolado y la d1fu-
·
n Juo< l uu Ar.1ni:uru1. ú tr111J MI ,.1oJ1<1TWUA. ~fulnd. AJQ.nu, 1969.
INTROOUCUO~ 33
l2 LOS 11.rl"ELECTUAW CA1 OUCOS Y EL FIN OE LA CRISTIANDAD
tad de "r•·cristianizar" lasocic:dad de los Papas Pío X y XI, pusieron al
sión de la culrura católic.i) y Rau, un teólogo. revela cs<a pluralidad
, ¡unto de las organizaciones confesionales bajo la jurisdicción de
de mundos en los que se insertaban los 1ntcleetualcs dd campo 011
la jerarquía. A pesar de este llamado al compromiso y la participa·
confesional. Al mismo riempo, nos indica que las diferencias
uón. la iglcsia prcconcilias definfa escrictamerue la.~ funciones de cada
doetrinales y políticas se vuelven mis borrosas a medida que amplia·
uno de sus es<arnentos: la jrrarq11la tenía reservado el ejercicio del
mos los componentes que carac1erian las relaciones entre los católi-
poder y el magisterio, el ckro, subordinado, colaooraba en la misión
cos. De hecho, cuando Seijo quiso comprarle una parte de la Ediro-
educativa. Final menee, los /aicosconsticufan la "Iglesia discenre", con
rial Difusión a Luis Luchía Puig (un laico ligado al sector demócrata
inidaciva religiosa nula y donde .,u función específica consistía en
cristiano en la década de 1940), fue a pedirle dinero presrado a Julio
Mcinviclle, que accedió a garanti:i.ar personalmente la operación. Las "escuchar, aprender y obedecer".''
La.s constantes referencias de los documentos pastorales y las reite-
ideas de Meinvielle se encontraban en las antípodas de la democracia
radas admoniciones a la obediencia dirigidas a los laicos nos permi-
cristiana, de inspiración maritaniana, pero eso no fue un obstáculo
ten .osp<--char que esto era justamente lo que no se cumplía. El trecho
para que respaldara la operación."
entre lo.s discursos oficiales y las acciones reales se agudi1.ó dusantc la
Los mrdia®m se habían formado en d modelo de la rccristianiza·
camJl2ña dcaoral de 1946, cuando importantes dirigentes de la Ac-
ción y aislamiento de los años de 1930, y cumplían con la tradición
ción (:Otólica decidieron dar su apoyo explícito a la Unión Democr:í·
de la Iglesia de contener en su seno también a los herejes. Eran parte
tiu,,. opción política condenada por el c¡mcopado en su cana pasto-
de las dos esferas: combinaban la acuón apostólica y la intelectual.
ral de noviembre de 1945, dado que los partidos que la integraban
Discutían sobre tcologla, polftic.i o filosofla, y al mismo tiempo en-
eran defensores del laicismo y la separación de la Iglesia y el Estado."
caraban obras pastorales para trasladar esa elaboración teórica al
La ruptura con Perón en 1954 reveló otra grieta entre laicos y jerar-
laicado.
quía, considerando que esta última estaba dispuesto a llevar adelante
... la; tramivas que fueran necesarias para frenar la escalada del conflic-
to. Sin embargo, la acción clandestina de In; militantes católicos y, en
especial, la indetenible campaña de panfletos incrementaron el en-
En la década de 1950, todo emp<"lÓ a cambiar. Esca transformación
frentamiento hasta un punto sin retorno. Depuesto Pcrón, la pasto-
involucró a los receptomdel mensaje utólico un universo integrado
ral colmiva "Llamado a la unidad de los católicos más allá de la es·
prindpalmenre por el laicado como movimiento-, la voz de la Iglrsia
tricta unidad de fe",'" publicada en 1955, apelaba a combatir "crro-
~xpresada a través de la jcrarqufa y todavía buena parte dd clero, y¡,,,
rc> deniro de las filas crisrianas y tuvo romo principal d<-stinatario a
mukrrualncomo emisores de discursos normativos para esa masa de
católicos. La aparición del laicado como una fuerza diferenciada de la
jerarqufa fue la manifestación principal de este cambio. Tradicional-
r
:!"" lui•Annguron. qp. ri<, p. 88.
\tan1ficuo de los dcm6crata C:rutaan~ en awpu..tO dt b fórmub. presidencial
me~te, en la Asgentina el militante católiw tuvo una función suple-
ª":,~1 n 1 ·MOKa·. en Ortkn CnsuaM, núm. HM. 1946, p. 412.
toria de un clero raquítico. La falca de vorarionrs, sumada a la volun· e fi pastoral no lnnovaha en cuanto a lu rccomcnJ¡t.joocs :a los dca:orcs católi·
utlr), ~ uc formulad.a. antes de que K con.oc.1tr.an 1o5 progr.lmas clcctoriJcs de cada
1
,. Véase Mario Seijo. E1J la honi Je/ laitado, Uuc:nos Air~s. Ciencia, Razón y J;e,
l\Q U( Jo~ p
"V ""'dos. Vb,sc Llla ,\1.arfa Cannan, op. 01.. p. 94.
'iic Cruerio., nún\. 1247. 1Ode novu~mbre de l 'JSS. llp. 818·82 l.
2000.
14 LO> IN 1l>l.ff1 UAI ~S CAJ-01 JCOS Y El MN DF, LA \.IUSTIANOAI>
11"1 HODUCCIÓN
fa rehcfdc Lign dr Es1ud1nnr.1 H11manis1ns, agrupación de inspiración
ó una urca in1dcc1ual y pr;kcica a través de encuentros de organi~-
cacólica pero indcpendicnce <le los movimientos sociales controlados g , s·111 dicalcs' políci<.a> y rnudiantiles católicas, as! como la publr-
<:1one...
por el episcopado." La jcrar4ura cricicó a fa Liga por integrarse a la
cación de la revista Cambio. ..
FURA y la 1 UA, organi1.aciones donde deblan comparcir espacios con
H•cia el final del periodo, y wmo consecuencia de la nueva lcgm-
los lnir111ns en ¡;eneral y los romu11mas en panicular. Por su adhesión
miJad que les otorg6 la apertura conciliar, aparecieron publrcac1oncs
1 a las ideas de Maricain y MoLJnier, la línea ecológico filosófica de los
cacólicas con una dara tendencia de 11quierda como. Afro1114r, En
)Ó\•ene> causaba rc>qucmor en la cradicionalisu jerarquía. Por otro
mardia, U11ivmidady Cnnun;,J,u/ (del u:ntro de estudiantes dd Sal-
lado, la. "Dedaracooncs y oraencacioncs del Episcopado Argentino
v:ador), e fzqu1mln Cm1ia11a l'J período poS<onciliar estuvo marca-
sobre auiv1daJcs autónomas de los católicos en el campo de la políti-
do por el surgimiento de centros alcernativos de pcnsamienco yac-
ca"• ' demomaron d distanciam1emo y la incapacidad de ejercer al-
ción pasmral, en opo,ición a la •<~11Ud rcfractana a los cambios adop-
gún IÍpo de comrol wbre los partidos de inspiración demócrata cris-
tada por la jerarqula católica argentina. l.os enfren1am1encos de 1964
1iana.4' A $U vr-1, los ~res y mili canees reconocieron la crisis en la
1965 entre curas párr0<:0s y obispos, con la in1ervenc1ón ac11va dd
que entraron las organiauone.s cac6liC3S luego de 1955." y . de una opm1..ó n cnnca
• . denero
laicado. no eran mis que la expresión
D1V<:rsa. ins1icuc1on<·s de origen pascoral se abocaron a tar<'a.I de
del universo cacólico, conformada en las mismas organiiacioncs que
difusión del -<ada vc1 mi< hcgcmóni~ humanismo cristiano en el
en rcoda dirigla la jcmquía.
1 terreno de la polrrica y la economía. En 1962 y 1963, se produjeron
Con la dinámica de su propio desarrollo, el laicado fue huSC3ndo
encuentro; de milicanrcs criscianos, organiiados por los equipos de
nuevas y diversas fucntcs de legicimidad, con>CÍ1Uyéndose en una es-
1~romoci'.ln humana. Est3> rcunionc> dieron origen al Cenero Argcn-
fcr:a que ya no esperaba la lu, de la jerarqula para iluminarse. El "de-
11110 de 1'.conomía Humana (CM.H), oricncado por el pensamienro <le
recho de mogisccrio" que >e Je. red amaba desde las cumbres cclesiás-
los incclcccu•l france.,e; Emanuel Mounier y Joseph Lebrer, y desplc-
ricas, ya no alcanzó para convenccrlm. Surgieron nuevos centros de
1
'' L.¡ LittJ furnani.sc:i surgió .l pllrtir de fa rup<u~ entre un grupo de jóvenes
! auroridad que juscificahan cien.> acciones o po,idones frente a pro-
CJtól1C4» Y Luis Marfo E1<.ht-vcrry Bont'o. ljuicu hasta ese rnoml!n10 orientaba al blemas de diversa índole. y >e amplió la superficie en la que se dcspla-
l¡ I 1
$l~~~r u~ivcr~it:iri'~ .\i~ uirndu un:a línea inrcgr.ali.Ha. V~asi: Enrique Otc:iza, "Guido
01 1dla 111 n1crnuuarn , en: lgn:.1do Klich (c:on11>.), Sobrr nazis l ruuiJ""' t'll /a culru·
1.aba el discurso de los intelcccuab, pfuraliumdo dt htcho las distintas
forma; de ur tfllófiro.
ra 11rr.tnt111n, <:olk-µr P.uk, Ur11V<:r~ity tJÍ 1\11aryland, 2002.
l.J dcdarac. ión aíi1n1Jh.l: ..;A quién t.:orrl'spundcría sino a Jos Obispos, cJ drr~
111

cho Y d debc.·r de uHcrv('nir, ~·uOlndo se.. nclcs;i.rio hacer un Jhimado a la unión de


...
codos los l:.ic61i<os, parJ que, dt"Jadas de 1.ado l;U di\·crgcncias políticas, se unan en
dt"Ícnn. de los dtr«hos :in1crnita.dos de: la lgJt._,ia!", en Cru~no, núm. 1248, 24 d'c t.l dirna de la p<»gucrra europea aportó aires de re11ovación a las
riovocmbrc de 19SS, p. 862.
1 idea, cac<ÍJicas. Surgieron voces calificadas en favor del sistema demo-
. t1 Uu parudo) CQll d l)c1nóc.r¡t;a Crhoano, J..¡ Unión Fa:icral !Xmócrau Cri.s-
t1.ina y ti .\1ov1micn10 l)cmóc1,n¡ Cruttano. V~ EJ /Wblo. 3 aJ 10 de óct brt de
crácico, la iolerancia hacia otros culcos y la preferencia por una rela-
19S6. " ción menos CStr<'\Oha entre la lglc;1a y el Escado. En los Estados Uni-
u Vt.1w: C.uloi EtuJt'S:,/1ll.r111uJA"X'.1tlt1U e 'tln1.a. Buc:nosAi1cs, P.auJin~ 1982. dos también los nuevm aires llegaron al ámbito académico católico.
1 V6ie 1.amb1én A. Jorge \ou~ir.l y Ju.an Pedro lumtrm.an. l¡lni.4 /•l4fió11, Buenos
Auo. (;wJJJu~. 198<>. 1 f.o la Universidad de Nocre O.lmc, en Indiana, lncodorc Hesburgh
ahri6 uo periodo de 1olcrancia y Jihcrud para las in,·cscigaciones, es-
INTRODUCCIÓN 37
I<\ LOS INTEU.CfUAlf' CAIÓl ICO\ Y H H"' llf LA CRISTIANDAD
. píos de la década de 1950- que el pueblo pueda, durante largo
pecialmcnre en la naciente "iciología rcligioQ. Esta apertura de los prino vivir de la •radición; el inrclcccu al no 1o pu cdc."" En muchas
calólicos ranlO europco.s como nortc:amcricanm gc:nc:ró muchas ~ID­ ucm po • .
picac1as en el resto del .imb110 univers11ario. No fue hasta que rrunidadcs (especialmente en los años de 1950), Fran~1 lla-
0
Hcsburgh dio sobradas pruebas de apenura y respeto a la labor inte- Pob a .;omba<ir la religión somnolienra y meclnica, que se convcr·
lecrual, que lo> no católico> noneamericanos le dieron credenciales
m•. ª ·
un códiPO descarnado. propia de los >eetorcs poco 1nstruJ'd os; y
113 en o . . .
Jaime p01enzc le recordaba a propios y extraños que la revista Crttmo
firmes dentro de la comunidad audémica."
En la Argentina, la combinación en1re lo incclcccual y lo religioso reprc...entaba al "catolicismo culto" argentino.•• .
obligaba a los católicos a vivir en la fron1era emre los dos términos: La idenüdad del cacolici>mo frente al mundo se había consolidado
debían demostrar, antes de intervenir en el debate público, que no en lo> años de 1930 y 1940 a partir del rechazo a la pluralidad, un
eran un grupo de fan:lticos mezdado; con los residuos del nazismo y estricto control y alerta sobre la difusión de cultos no católicos, y la
el fascismo que había encontrado una última playa en el Río de la defensa de las prerroga<ivas de la Iglesia. En la década de 1950, los
Piara. l.a "identidad reformisrn", especialmente después de 1955. con· intclccrualcs introdujeron la cuestión del otro, abriendo la discusión
denó a los intelectuales de extracción católica al aislamiento. "El u- sobre la libertad religiosa, la confluencia política ton los no católicos
tólico -<:reía Mercedes Gandolfo a fines de la década de 1960-- es una y J. cuestión social.
persona eximida de la necesidad de pc:nSjr."..
L3 posición de los imclectuales dentro del campo religioso tam-
bién era mocivo de conllacio>. La J1ícrcnóación dentro Jcl "pueblo
de Dios" no era vista con agrado por la jerarquía c:dcsiástica. Dado
que la estructura monárquica de la Iglesia se basaba, entre otros ele·
mentos. en el monopolio de un conjunto de poderes simbólicos que
ca¡>acitaban a los investidos a recibir la obediencia de los laicos y el
poder para determinar Ja frontera entre el ''buen" y "mal católico",
siempre sospecharon Je los i111clecrualcs que, a través de un conocí·
miento específico, ponlan en cuestión e.,te monopolio a través de la
emisión de discursos m:ls o menos independientes. Por otra parte, los
intdcccualcs católicos eran conscientes de la brecha que los separaba
del resto de los crc:ycnte<. "Se puede admitir -sostenla Dondeyne a

•' \'éasc W. 0' Anton1... lntdo;uula Utólk.~ uru doble pcrspcclivi de los E,s..
tados lJnKlos·. m Conabum, num, 101, 197S, P- 111 Sobtt ).u ttbcionc:s mttt : Albert Dondcync~ op. nL
pc-ru.amlC'nto cat61ú:o y munJo cuhural n•>ncamcriuno, vtase jobn T. McGrttV}-. Vi!asc «pce-aalmcnte el editorial de Cusca"'º l 1anccschi .. Milagros Y
"'llunking on Onc's °"''": (~1hc;i.lica~m 10 thf Anu·uun lntdl«tw.J lmagination. ~~.;' ~<1<·"'"'°.. en Cri1mo, núm. 1213. 10 de ¡unio de 1954. Vb.st: Jaim< Po1<nzc.
1928-1960". <n Th< journal ofAm<fl(•n lhrtory. v<>I. 84. n~m. J, 1997. 1
lºS estiv¡l Jn1ernacional dc~iardcl Plata"', en Cn1trJO. nllm. 1208. 2S de man.o de
H McrLcdcs Gandolío. La lgklit1 fi1u11r tÍ.t' P''tbr "" la Argentina. Monu;vidco. , 4. p. 226.
1
N1ll·nro licmpo, 1968.

'~
r

II. DOS CIUDADES: LAICA O LIBRE

Es nccwrio que Ja t".SCuda sea cmincntc1ncntc lai..


ca, porque •si lo prescribe la ciencia l... ). Los que
quicrtn 'ouvcrtir l:i. es,uda en ccmplo católico no
piensan que en todo pals civiHudo. bajo el impc..
rio Je una Con.s.titución mis o mcn0$ justa. la li·
bcnad de e.ida uno ts limitada por la libertad de
l~ de:mjj y por lu c:Jti~ncias dd bien o del intcrá
comtín.
Úl NturJ•, 5 ck julio de 1883.

Un poco dc1pub de las une sonaron en b torre bs


amptnacl.u de la ccnsuri cincmatogr.ifoea. El pa·
dr< Angd utiliuba ese medio pan divulgar b al~
licación monl de la pdícula de acuerdo con la lim
da.s1ficada que rcc.abfa todos los meses por correo.
La opoi.a dd coronel contó doce campanadas.
- Mala para todos. dijo.
G. GAK<:t.A MÁRQUt.Z. FJ corontl
no 1itnt quitn k n<riba, l 958.

ÜCHEf'.'lA ANOS l)f. l'Ol.tMICil

A fines del siglo XIX, las diu:s políticas e onrdccruales que dieron for-
ma al F.stado argentino establecieron el rol que le correspondería a la
Iglesia en la nueva configuración n"'ional. Desde ese momento, y
mú ali~ de las variaciones en el poder rdarivo de cada uno de los
~los, la relación entre educación y religión ha sido siempre conflic·
uva, Esas elires, como lo ha señalado Roberto Di Stcfano, desprecia-
ba~ al caco1icismo por su rafa colonial, y aunque reivindicaron a la
~•g'ó1
n como una •rucria moral, <.rcycron que debla estar alc¡ada. de

SS
DO~ CIUDADES LAICA O UBRE 87
M LO\ INTI LECTUAI í\ CAIÓl ICOS Y H. HN DE LA CRISTIA.'-IOAO

las p:u1onc> pollticas.' Dado que ciencia y religión eran esferas sin tral '
concebido como un ente homogencizador desde fines del siglo
comauo, prefirieron que la cduc.1ción quedara cscrictamente exclui- XIX. crda que dcbfuubsumir todas las diferencias bajo el mamo crans-
da de los ámbitos en los que podría intervenir la Iglesia. 1 parcme de I• nacionalidad. Toda enridad, fu:Se étnica o rdigiosa, que
Entendiendo que la Iglesia argentina no había alcanzado un poder intentara inculcar valores o lealtades alternauvas era, per Je, sospecho-
semejante a sus pares latinoamericanas, las elites gobernantes no crc- sa. ' Las palabras de Ricardo Rojas sobre la educación privada apoya-
y•ron n~-a.sario climmar completamente su unión con el Estado. b•n esa concepción. Las inscicucioncs cducati'-as privadas, sostenía
Por su pane, el sntor de la elite más comprometido con la religión en la m1aurat1ón nat1onalma:
nunca representó una fuen.2 opositora importante, ni enarboló un
Suden ser escudas c.olon11lcs o impt'rialisras, que atacan nucst.ra nacio--
proyecto de c:.onsuucción nacional altrrnativo. Si bien la scpatación
nalidad, sobr< iodo en los dementos primordiales dc su idioma y su ca-
entre religión y cultura había comenudo a producirse a mediados del
rictcr, o bien escudas de viso mundano y pscudordigioso, que ciegan la
siglo XJX, no fue sino hasta la década de 1880, con el impulso que el fucn1< gcncrosa de las viejas v1oudcs republicanas. 6
gobi<rno del general Roca le dio a las llamadas "leyes laicas", que esa
división se hi1.0 explicita. El movimiento católico surgió cnronccs Dada su enajenación respecto del Estado y las elites dirigentes, los ca-
como fuena independiente, en tamo romó conciencia de su enajena- tólicos se preocuparon por or¡,>ani1.2r su propia reproducción social.
ción rcspc:uo dd Esrado. Dado lo traumático de la separación, el Para formar una nueva dirigencia confesional, juzgaron que era indis-
catolicismo vcrn:kulo experimentó un repliegue sobre sí mismo, y se
pensable contar con ámbitos educativos propios. En ese sentido, el pro-
dcdic<'> a la construcción <le un mundo a su medida.' yecto más importante fue la formación de la primera Universidad Ca-
1...1 transformación de la cscructura social argcnrina, producto del tólica Argentina. rundada en 191 O, dirigida en primera instancia por
flujo ile importante~ conringemes migratorios, impulsó a un sector
el presbítero Luis Duprat, y lu''t:º por Miguel de Andrea,7 funcionó
de la elite hacia políticas de nacionali1_ación de los recién llegados.
Representado en la figura de Ricardo Rojas, el nacionalismo de las
\ V~asc J!crnando Dcvoco y Marta Inés Uarbcro, lo1 nacion11/it1as. Buenos Aires,
primeras décadas del siglo XX se caracterizó por su prédica republica- Lilia Ana Uc:rtoni. ltunoras, co1n1opoluas y tuuionalisuu. Buenos Aires,
Ct:.AI., l 983:
na y por la desconfianza <¡ue manifestaba hacia aquellas instituciones t:ondo de Culiun. úon6111ic;i., 2001: Fernando Devoco, 1Vaciona/úmo. fasciJmo J
que pudiesen inspirarlealradcs alternativas al Estado. Ese Estado ncu- 11adicionalismo ,,, la Arxtn111u11t1odtma. Una his1on·a.. Buenos Aires. Siglo XXI, 2002.
"Citado c:n Horacio Sanguinc:uí. "i..Qica o Libre. lo! alborocos cstudja.ncilcs de
1
Robcno l)i ~tc:fano y Loris Zanaua. f/uroríll dt la lgk.sia Arttntina: ánát la 19ss·. en 10do N Hurorra. núm. 80, enero de 1974, p. lO.
Jwn Ürlos Zurcui, Nuna hiJJqna rrk1ilís1~a argentina, Buenos Aires.. hincrarium,
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t0,,q11uta INZJ111 fints átl 111.lo xx. Buenos AirC"S, (~rijalbo, 2000. Vósc Osear ·rcrin,
Pt111ti&111m4 y nati611 tn '4 Arxtnuna. Buenos A1rei, Puntosur, J987.
1972, pp. 38S-J86. V<~ H. C. Pclosi y G. M2clon1osh, ·El c=yo de UniV<ni<bd
1
Lit.. Marra (";umari h.;a rc,.ilu.Jo que a fina dd siglo x1x se produjo uni C.<6tica (1909-1920), en Arrh1vum. núm. XVI, 1994, pp. 18S-l9S;jw.n Carlos Zureni,
rttonfix11rucuJn del rul de b Iglesia. y no L1 diminación c;k su acción públio.
·u funWc;.ión de la pnmcr;l Un1.,·cn1dad Católica", en Un1wnitt1S., núm. 38. 1975. p.
Cr1St1J..n Parkcr ha stfl.illJo que ~re el tema rc:l1g1oso se operó una Joblc
1 98. Mis i.lli del J.ntcadenlc de b primen UC..A, en el CongrC$0 Nacional se pre.sen·
rcprnión; por un búo, el olv1<kl (no hiy tcnu), por ocro bdo. d desprecio (b rdt-
lJ.1on Ocre» proyectos que habllit1b:an l:a pc»ibilidad de crear unlvcrsicbdcs priva·
gión a un ol»cJ.i.:ulo pan el dturrollu). Vb." Crastia.n Parkcr. ·Perspectiva aít~ cb.s, como d del d1pu12do SO<i2lm• julio V. Gonúlcz en l 941. En el muco de I•
IC>btc la J<Ktc>lugil de J.a rC"ltg'6n en Am«ica latina·, en: M\."\i, C1<Mim s«ia/n J rcíorm.a c;onnuuc1onal de 194?, IJ lglti~ ha.befa renovado sus csfucnos en pos de la
ÍuncL.ctón de uru uniwr,KPJ auSIK.a. Ninguno de ellos prosperó. Vbsc Roberto
rtbti4n tn ti Com1 Sllr, 8ucn01 Aires, c. tAI. 1993.
4
loru Z.in.iu.a y Roberto Di Sccf.ano, "!· 01 pp. 275--284.
Di Sitfano y Lom /..tna>, '!'· m, p. 4S8.
1
LOS INTlLFCíVAIJ.S C/ITÓl ICOS Y FI FIN OE U\ CRJSTIANOAO J>OS CIUDADES· 1.AICA O LIBRE 89
8R

hasta 1920, cuando cerró sus puertas defini1ivamentc debido a que el Fue indudable el papel que jugaron los cuadros ideológicos adsc:riptos
E.stado le negó la autorización para emitir tíiulos habilicantes. al modelo de la cristiandad en la conmucción de entidades educativas
Fenecido el pmyccto de organi1.ar una universidad, los Cursos de para la formaLión de esta elite. En 1943, regresó al país el presbítero
Cultura Católica ~rcados en 1922 se cx:uparon de la formación de la Luis María füchcvcrry Bonco, quien habfa sido enviado a Roma en
elite confesional. En la década de 1930 ~organizó tambifo el lnsti· 1936 por d cardenal Copcllo para completar su formación. Ya en la
tuto Superior de Cultura Religiosa a cargo de la Compañía del Divi- Argcnuna, Etchcvcrry Bonco desplegó una actividad hercúlea, orienta·
no Maestro, dirigido por la hermana Natalia Montes de Oca.• Por su da a la formación de u:ntros superiores de cnscñanz.a ca1ólica. En 1947,
parte, los jesuitas crearon en los años de 1940 cursos de ni,i:J supe· organiz.ó dos ramas de colegios universitarios, una masculina y otra
rior, dependientes del Colegio del Salvador y amcc:cdentes dircaos femenina La primera escaba baJO la dirección de la Sociedad Argcncina
de la actual Universidad. A su Vt:'l., buena parte de la intelcc:iualidad de Cultura y controlaba los colegios Sanca Maria de Luján, San Bernar-
católica de la.; d~cada' de 1950 y 1960 se formó en instituciones de do, San Agustln, San Benito, San Francisco y San Pablo. La Asociación
educación media entre las cuales, los colegios Lasallc, El Salvador, y Argentina de Culiura agrupaba a la rama femenina, y tenía a su cargo
especialmente el Champagnat, eran los más importantes.' Años dcs- los colegios Santa María de F:hima y Sama María del Valle.''
pu~. Raúl Rivcro de Olaábal sintetizaba con claridad el objetivo del Con la revolución milirar de 1943. los católicos concreraron su
catolicismo de entrcgucrras: "Las luchas y fracasos habian quedado d<:>co de reincorporar la educación religiosa en forma efectiva a la
atrás, pero se había rewgiJo una experiencia: nada se podrá hacer educación pública. l.a medida, dictada por el escritor Gustavo
mientras no se cuente con una clase dirigente de católicos instruidos Martfnc-¿ Zuvirfa, era expresión del clima de ideas predominante en
en las implicancias de su fe".'" el catolicismo de los años de 1940, influido por el "mico de la nación
ea1ólicá'. Analizado extensamente por Loris Z..natta, dicho mito se
•El Jnstilulo era b continuidad del (-:C:n1r1.> de Cultur.a Rdigiosa Superior, fundado
en J919 por Elena Uonco. y 1>r~idido por Dd fina Bungc de Gál\•et, quienes edicaban asentaba en un proyecto de homogenei1.ación cultural basado en una
la 1cvis1a Jc1hy1. Véuc Juan Carlos Zurcni, op. cit., p. 403. Sobre NataJia Montes de liturgia que, como producto de la alianza entre el poder militar y el
Oca. vé;asc Co1npat\f:a del Divino 1V1acstro, Na1alía Monttl dt (kn. Stmblanu dr unA edcsi:lstico, combinaba clcmcmos nacionalistas y religiosos. A pesar
n1ujtr fotrtr, Buenos Airl"S, ConlpatHa Jd Divino Maestro, 2001. . <le que la medida fue confirmada por el gobierno de Juan Domingo
" No cxincn rclcvi1nicnt<» sociológicos con relación a los án1bitos de formación
Pcrón en l 947, la forma en que el pcronismo puso en pr:lctica la
y Jcsarrollo Je los intclc:ctualc:s católii.;os. fJ grupo de sociologia que encabezaba
juan 1:raoci.sc:o Mar\al en el Instituto Di ·rc:lb íuc el que más se aproximó al tenla. enselhnza religiosa escuvo lejos de conformar a los católicos. La "hora
M<1.rsal y M:ugcry J. AJcnt publii.;aron en l 970 una 1n\-atigación en la que analiia· Je religión", desde la perspectiva de muchos católicos, era un espacio
ban a un grupo de 1ntdcctu:alcs de dcrc~ha, es decir, pardan de una matriz. política Y rutinario, a cargo de dou:ntcs con baja calificación pedagógica."
no rcligioQ.. Los parimc:tros adoptados fueron: religión, pcofC$ión, ingr~. atado
civil. cte. v'"sc Ju2n l;ranci.sro Marsa! y ~-iargery J. Arcnt, U úmha 1nulttnuz.I Ll/""I_ ,
drJntllna. AnJluú tlt W,J,o"°Xfa J la "4'<14n poll11t11 ár un l!"Pº át inul«tualn. Bue· ~reuno Bruno, V'u/4 J d«16n Jrl p"'1n LMu M11n11 Et<Mvt"1 &neo. BuC'nOS
nos Aires, doc. núm. 73. C...I\, nn1. 1970. p. 46. Partiendo de un criterio mis A.irts. Asoci~16n Cnscu Saccrdc,><t, 1996, p. 36.
1
mprC$ionina, los rel.atos autobi~rift<;O, de José Luis de lnuz. Osear Camilión Y ' Sobre la cruc:fi~n.1.a ttligiosa dun.ntc et pctonismo, vbsc LlJa ~i:arl'.a ÚJmui,
M.ui.ano Clstcx ttVclan la prcfcrcnu:i Je las familiu: citóli~ mis acomodacbs Po' ~· J ¡,, ltfm4 C,,16[,,._ &l1t14n. ¡;,,,,,¡. l '°'"""" rn ¡,, Awnh"4 (1943-1955),
d roi<g•<> O..mp>gn>t. ti s.lv•dor y el Las.lit. . ~""' """' Ar;.J, 1994. p. 161; ~w.>n• e... nchi. ÚUllÚ<t1"'•' l'mmumo. &ht•4n
'"Vb.><R.oúl R.V<tod«ll.wh>l, /W•M n1lt.n1(4:4ba. Bu<n00Aircs. <lu«•= ~OO '"• c11 l. A'f"'"tUMf 1943·1955. ·1indil, Tr.una EdnorW·Prometco Libros--1ats.
1 p. 126.
1986.
DOS OUOADES, l.A.ICA O U KRf
90 LOS INTELECTIJAl.ES CATÓLICOS Y 11 111' lll· l.A CRISTIANDAD ' 91

El gobierno peronista cambién intervino las universidades públi- Derrocado Perón y pasada la primera euforia, d decreto que amo-
cas y modificó la "ley Avellaneda, rcsmngicndo la auconomía y el ntaba la exiscencia de universidades privadas -con capacidad de ex-
cogobierno. Frcncc a la expulsión de muchos docentes por su carácter pedir chulos- produjo la rupcura de los circunstanciales aliados, y
Je oposicores al régimen, fuera de la universidad se consolidaron cen- con matices similares a los de fine< del siglo XIX, reabrió la poltmica
tro~ de e5tudio alternativos como el Colegio Libre Je Estudios Supe- •obre las relaciones entre culcura, religión y polícica."
riores. Debido a que d pcronismn orcda de un proyecto específico
sobre el tema univcrsi[ario, las casa~ de altos cscudios: se convircicron
en entidades burocrática~ y discrecionales, vaciad~ de contenido y CRONICA DE UN CONl'l I(..,'()
con bajo nivel académ ico.
Con poca prédica entre el alumnado univcrsicario, el peronismo El 23 de diciembre de 1955, el ministro de educación de la Rcvolu-
estaba reprcscncado por la Confederación General Universitaria (CGu). dón Libercadora, el incelectual cacólico Atilio Dell' Oro Maini, dio a
Los estudiantes, de exuacción social y cultural de clase media, eran conocer el decreco que reglamencaba el funcionamienco de las uni-
mayorirariamence oposicores al régimen.'' Si bien muchos miembros versidades (6403/55). 16 En su arcículo 28, au1ori1.aba la creación de
de la ccu eran cacólicos y nacionaliuas, dentro dd c:>1udian12do sur- universidades privadas con la capacidad de emitir cltulos habilitanccs,
gió la corriente católica hurrumÍJta, una Ir nea contraria al peronismo en el marco de reglamentaciones que oporcunamcntc se dictaran. 17
y al inccgralismo, influida por las ideas de Jacqucs Maricain.
I\ los sectores csp«ialiudos en lcmu un1vcrs1t;u1os dd catoltcismo. a medi.2dos
La crisis entre Perón y la lglcsia, desatada a fines de 1954, pcrmició
de la dkada de 1950. no pcrcoblan la po<ib1l1d.>d inmcd1m. de po<ttr c.>sas de ahos
a los católicos vivir días de rdaciva armonía con el resco de la
estudios propias. lo cual nos permite suponer que cx11tfa clcno sentido común en
intclcccualidad argentina. El hecho de ccner un enemigo común po- torno a La nec:csidad de c.ttar csuuctur.u univcrsir:uia.s :a partir de la acumulación de
sibilitó una efímera convivencia encrc católicm y scccores uadicional- nlw c;rftica educativa, de abajo hada :11rrib:a. como lo p<Mtularia en esos años Braun
mentc anticlericales y de izquierda. Muchos socialistas participaron Mcn~ndn. L:a reunión de la a.soc.iac.ión de: Qlumn;u universitarias de la Acción Cató..
lita que sesionó entre el 14 y el 20 de enero de l 9S4 tcn(a el siguiente 1e1nario: "1)
en la procesión de Corpus en 1955. y los humanistas, en muchas
Comunidad de vida: mística co1nuni1aria, 2) Comunidad de.: pensamiento: Univer-
oportunidades, sufrieron la cárcel junto a ellos por cncabeur accio- sidad Útólica (oomo mcu. remota), 3) Comunidad de acción: oolegios: universita-
nes contra el gobierno de Pcrón." Finalmente, durante la crisis fue rios (eomo meta inmediata)", en Bo/.rsin tk ÚI M".A, febrero de 1954.
1
expulsado d grueso de los doce mes .:.itól ic;os, así que unos y otros " Es itnponantc mencionar que previamente al dicu.do dd decreto, .a fines de

cscaban fuera de la universidad pcron1sta. 19SS "'h•bían desarrollado las Jorn..W Un1>crsiu.naan Tucunún. El punio 111 de
los docurntntos finales se indinab.a poi la habilit-ación de las universidad.es privad.u.
En OtrO:J aparudos sc tte0mendiba el gc>bierno 11ipanito y d aumento de ios nivc:ks
11
Emilio Gibaj1 afirmó quC' ..Futn dd Cenero atab.an los indifcrcnccs o los de .aut0nomía.. A b.s Jom.idas concurrteron reptQCncantcs de la mayoría dt bs uni·
r~tanarios.. Los reaccioiu:ri05 eran dt &ora.Ju. de- Act.tón Católica. dd Atcnl!.'O '<nl<bdcs ~n.Jcs, del gobierno federal y P""""'w, la Cone Suprema de )W<icia
lJn1vcn1tario. no haclan nlc:r su mllitant.ll poUu~ dentro dd Centro•. en: ~(uto Y l.u fcdcncioncs de mudiantes univcrsitJirius. PJr1 die y ouo:s 2.Sptttos rdaciona-
Tocr. Elmov1mun1oanulianttlrkPtrdn11A/fon1ln.. o~nosA1rCS,("l-AI, 1988, p. 17 dos con d confiieto dcsck una pcupcct1va hínó11cc..,.1nsun.1'"ional, ,..bsc Horacio O.
11
Sobre l.t parudpación dt los lC><.1.~Ju,,~ en 11 pr0tcsión de Corpus, \'Wc Isidoro Dorn1ngorcna. An/(UÚJ 28. Untvtrsidadn pr111ikl1U tn Ar1~n11n4. Sw ant«akntn.
J. Ruii. Mortno, LA uvol:tc;ón drl '55, Uucnos Airo, Emt\;~, 1994, 2 vol., p. 182. Buenos Aires, A.tncriana. l ~59.
Sobre fa rdaci6n entre m1licanu:s <ld hunu.ni~mo univt'Nit<lrio y grupos rcformi.s1as, "la versión original del ardculo 28 so\lenfa: .. 1a.1nitia11v,¡ privada putde crear
V~~ (;rt."g(lrio Sdst:r. El Onga11in10. nul'llOS Aires, l l15¡un1~ric.;.;i, 1973. p. 142. univc:11iWdcs libres que estar.in c:apadu.Jou pan. c.:x.pc:Jir diplom:as y dtulos habili·
?2 1°' INTLLECTUAUS CA roucos y EL FIN DE LA CRJSTlANOAD DOS CIUDADES LAICA O LIBRE ?3

R:ipidamcntc, el "artículo 211" desató la polémic:i. En enero de 1956, res, Del!' Oro Maini afirmó que "El reconocimiento de los 1itulos
los e5tud1antes Je los universidades oficiales protagonizaron los pri- habili1an1cs es una función irrenunciable del poder público en garan-
meras manifestaciones en su contra. En febrero de 1956, el ree<or tla del inierés general, de la seguridad, de la salud, etcétera."
interventor de 12 Universidad de Buenos Aires, José Luis Romero, El con>e¡cro socialist•, Amfrico Ghioldi, le reprochó al mínimo la
publ"ó en LA Na,1611 un artículo en oposición al decreto, argumen- inoportunidad del decreto:
tando que la habilitación Je univcrsidadcs priY.1dos era inconvenien-
te. Romero denunciaba la inoportunidad del dccrc10, asegurando que En medio de este munJo argcnlino convulsionado me ha pariecido senci-
podia comprometer los bases Je la convivencia nacional. "Lo que llamente paturbador el pun1c:imicn10 de este problema, quesc:gunmeme
ahora se llama cnseñanu librc, es cxauamentc igual a lo que en ouos no hubiese inqu1eudo si el 5"ñor ministro hubiese dcd.,.,jo de cnrracb
uempos fue conocido como problema de la enseñanza religiosa_• lo que manifcs16 <><• iardc.
Convocaba a fonalc.cr la alicalda universidad pública, conminando
a las autoridades a no disiracr csfucnos en la creación de nuevos casas De las palabras de Ghioldi se desprendía que impugnaba la oportu-
de estudio. • Em universidad es Je todos y ser:! de iodos, y cons1ituyc nidad de 1omar una resolución 1an importanie por parre de un go-
su patrimonio común"', afirmaba Romero." bierno revolucionario, pero no el fondo del osunto. El consejero so-
A fines de ese mes, la Junta Consuhiva Nacional citó al ministro cialisia finalitó su alocución reafirmando su acuerdo con el ministro:
de educación a una reunión especial para que brindara explicaciones
sobre el nuevo ordenamienio universi1ario. A diferencia de lo que dir~ que si el problema consiscc en autorizar la creación de universidades

sucederla 1rcs años después, la rcu nión se desarrolló en un ion o ama- priV2dis, por su libre iniciativa, siempre con sus recursos propios, para
ble. Los socialistas y dcm6cra1a progresistas, si bien obje1aron la opor- que no sean organismos privados adminisrradores de fondos públicos,
siempre controlad:as por iniciativa del Estado y. en el coso de que los
iunidad del decreto, 1crminaron coincidiendo con el minis1ro.
exámenes fueran nccc.'iario'i, 101nados por m~as examinadoras del Esta-
En la reunión de la Junta Consultiva, Del!' Oro Maini comenzó do, no hay problema.
por exponer los motivos que habían llevado a su c:inera a dic1ar el
decreto 6403/55. Sosten fa que la nueva normaliva ampliaba la auto· Por su parte, Alicia Morcau de Justo demostró su acuerdo con la
nomla universitaria, cx1endiendo la representación estudian1il en los posición de Ghioldi al afirmrur que "Después de la muy vigorosa poda
Consejos Superiores a rodas las cosas de ahos estudios del pais, a la inuoducida en d conrcnido aciuaJ y fucuro del articulo 28 hecha por
ve-¿ que se derogaban las disposiciones que rcsrringian la po1estad de el señor ministro, noso1ros c:scamos de acuerdo con la construcción
los universi1arios para elegir con cn1era independencia a su rec1or. de_ I~ universidad privada". La dialéccica del enfrentamiento no pcr-
incluidas en la ley Avellaneda. lnteniando tranquilitar a los oposiw- m111da que sobreviviera este curioso clima de convivencia entre sec-
tores antagónicos. l:.l de ese día había sido un dcba1e punrual. El
u.nto, s1tmrrt que .e wmcc:an a l;as condiciono capucstu por una regla.menta·
consejero socialis1a NiooUs Rcpcuo anticipó la discusión, centrada
t:1ón que K dic1.iri oponun.lmcncc·. Ca cado en Es1udun. núm. 498, octubre dt en torno del lugar que la religión debla ocupar en la escena pública.
19S8. p. 641 . Las palabros de Rcpcuo dejaban rroslucir una posición en la que oo-
1
Jns.t l u1t Romero. "'lkícnu de la un1\o('f1Kbd ... en lit ,\'llritln, 12 de ítbrtto dt incid(a buena parre de la tradición reformista y liberal:
19S6. p. 4
?4 LOS INTEL~GIUAlf' u.roucos yFL HN DF 1-' CRISTIANDAD 00~ CIUDAD~• LAICA O LIBRE 9S

Sl )'O tuviera crccnt1as rcligious me guardaría muy bien de expresarlas !arad 25 de junio de 1957 la revista Qui, dirigida por Rogdio Frigerio,
públicamente, me parecerla una profana<ión. Yo la.s guud>ría en d fon- Frondiú se mostró contrario al "monopolio estatal" en la educación,
do de mi c;;ont.1cncia y las harí~ 'i1cn1prc materia de mi culto, pero no las ausando de>:U.Ón entre los inrelccrualcs de izquierda que colabora-
nCCC$iiarla para n•da I""' la acción polh ica de la c:ali<. 1• ban en su campafia. Para ellos Frondiú era un sendero que llevaba a
la reconciliación con las masas pcroniscas, pero se simieron rraiciona-
A pc.<ar de las cxpli.:acioncs de Ocll' Oro Maini a la Juma Consultiva, dos por los anuncios del candidato en materia de política universita-
las universidades entraron en estado de ebullición. El ministro deci- ria." oras dcspu~s del reporca¡e se disolvió el mhico local de Alcm en
dió crear una comisión de notables con el ob¡eto de anafo.ar el dccre· d que se rcun!an, encre otros, Ismael Vifias, Ramón Alcalde y Noé
to y enfriar el tema. La integraron algunos católicos de rcconocich Jitrik." A fines de agosto de 1958, cuando Frondizi ya era presidente,
militancia y hombres de ciencia de nivd internacional como Bernar- volvió a la carga con el dccmo 6403 y reveló su intención de regla-
do Housscy y F.duardo Braun Menéndc2. La respuesta de la comi- mentarlo para concluir la rarea de la Revolución Libertadora. Una
sión fue negativa. Argumentaron que el artículo 28 empicaba "una nueva batalla se desencadenó.
terminología equivocada al designar como libres las universidades El 2 de septiembre, en un acto público en la facultad de FilosoRa y
privadas" y terminaban promoviendo su modificación por un texto Letras de la UBA, hablaron David Viñas, Elisco Verón y Abe! Lacendorf.
m;ls claro." Todos repudiaron el decreto, y relacionaron la novedad con las oscu-
El mismo dla que Dcll' Oro Maini cuncurrió a la reunión con los ras intenciones del presidente. L:ncndorf afirmó en aquella ocasión:
consultores, en la.1 afueras del Congreso se reunieron grupos de jóve- "J::I gobierno intenta birlar la fueria estudiancil del problema del pe·
nes que manifestaban a favor y en contra del decreto. La concurren- rrólec>"/1
cia se dividió bajo sendos candes que ~e convcnidan en un nuevo El dla 5, el nuevo rector de la UBA (y hermano del prcsidenre),
mito-icono de la historia del "desencuentro nacional": "Laica" rezaba Risieri Frondizi, encabezó una movilización desde el monumento
uno, "Libre" advertía el otro. La pro1cm1 de los esrudiances y la coma a Roca hasta el Congreso de la Nación. Frondizi habló antes de
de cam de eMudio ohligó al gobierno de la Revolución Libercadora a marchar, en un discurso que harta carrera: "Con profundo dolor y
dictar una solución salomónica: fueron desplazados el ministro y el honda preocupación -d ij o- abandonamos la tranquilidad de las
rector de la U8A. La reglamentación del decreto quedaba entonces en aulas, laboratorio> y bibliotecas [... J para aprestarnos a salir en
manos del siguicmc gobierno consrirucional. defensa de la cultura"." El rccror ponla alto el listón de la pelea.
El tema volvió a la palestra con las declaraciones de campaña del Al aurodefinirsc como defensor de la cultura, planccaha la equiva-
candidato de la uc:RJ, Arturo l'rondizi. J::n una consulta que le formu· lencia entre incultura y catolicismo, u oscurantismo y universi-
dad confesional.
'' (ruenada en Cmin de l:>iput.M.los Je l;a Ni.ción, D,11ri11dt 5'nonn. J958. '· '''·
pp. 4426-4441 ' NwJ1101-lfet1 '60. "1farm"'''"tkla11utW W:¡u,mJa in1'ktnuz.I rn
l• Cñc.ar ·re:ri.n,
,. Citidocn Hor,u:10SJnguincui, an. lÍt, p. 1-i.A ~;u de.su desacuerdo con la 4 Argtnri.. (1956-1966). llucncn Aires, Pun1<>1ur. 1991. PP- 121-122.
ttdacción dc:I arckulo. la ct1m1iión ·consiJ.craba bencfictoso d iponcdd afucno de u Cd1;a Suuc(rm;an. Frr11ulw. /,;, ptJítNJ J~l dm1n<im~ Buenos Air('S. f.m~
IOI paniculares p;ar;a d dcurrotlo dr ICd tttud.os: &upniorcs y por Jo unto las univer· 1998, pp. 147-148
sld.¡Ja P''"¡Ju. Vbl,c •Rao1Ul-16n c.k b com1~ 1ón cnar~~ de expedirse iobrc d " L. M1ú4., 3 docpucmbr< dtl 958, pp. 1-4
arúc.:u.&o 23·, en('""''~ t lnwtllt"''"'- \'Ol XI\ , núm. 7. iuho de 1958. p. 325. "1_.,.,..,'4.. ~ck><pucmbrcdc 19S8
LOS INTFl.ECTUALES CATÓLICOS Y EL FIN OC LA CRISTIANDAD OOS C"IUDAOUo LAICA O UBRf 91

Los partido, poUticos mayornarios ~ inclinaron en favor de la la Va11guardia felicitaba a los manifestantes por haber "terminado
opción laica" La rccientcmenic creada Democracia Cristiana, ;i bien con el mito de la mayoría católica"." Jos~ Luis Romero, en su discur-
no tenía representantes en el Congreso Nacional, propuso en su cam- so, comparó la libertad de empresa con la libertad de enscñanu y
paña electoral la "libertad de enscñanu".26 Los dfas 8 y 9 de septiem- denunció un "plan clerical" para apoderarse de la "cultura y la «<:luca-
bre se anunciaron huelgas estudiantiles y iomas de colegios secunda- c1ón". finalmente, d ex interventor de la UllA afirmó que "esta batalla
rios. Una manifestación conrtaria al decreto terminó con un saldo de contra las fucn.as reaccionarias, olig:lrquicas y amipopularcs no se
82 detenidos, muchos de ellos heridos. El dfa 1 l, en los actos de puede perder".•
homenaje a Domingo Fausrino Sarmiento, los discursos alusivos y Mientras unos y Otros se moviliwban, en el Congrc•o se debatía el
las declaraciones sirvieron para brindarle un tono histórico a la meneado tema del decreto 6403155. A mediados de septiembre in-
disputa." El diario la Naáó11, en su editorial, recordó al maestro "ce- gresaron distintos proyectos que derogaban el articulo 28. El día 24
lebrando su ideal de educación común, de esa institución genuina- se discutieron en sesión ordinaria. Dado que ninguna bancada defen-
mente social, sostenida y organi1.ada por el estado, obligatoria y gratui- dió la redacción original, el pol~mico artículo fue eliminado el dJa 28
ta, ajena a todo demento de scparaa"ón• .,. por 109 votos contra 52." Sin embargo, el diputado Domingorena,
t::n los días 15 y l 9 se produjeron, resp<."<.'livamcnte, los aaos en - "judas 1scariotc" para los laichtas- logró introducir por el Senado
defensa de la cnscñana libre y laica. El primero concentró la presencia un nuevo artículo 28, con un texto m:ls restrictivo, pero que mante-
de unas sesenta mil personas. Los manifestantes corcaron consignas nía tanto la posibilidad de crear universidades privadas ,-orno la capa-
que relacionaban la dcfcn~ de la enseñanza laica con d i1.quierdismo: cidad para que éstas expidieran títulos académicos, que debían ser
"laica es Laika" o, "Risicri a Moscú ...". El día 19, los opositores a la revalidados frente a un jurado designado por el fatado para su habi-
reglamentación del decreto reunieron un número considerablemente litación final." El nuevo artículo logró su aprobación en la Cámara
mayor que sus oponentes. La misma prensa católica asf lo reconoció.

b Citado en R. J. 8ric, "La dificil 1il>crt:ad'", en Es1uáio1, núm. 4?8, octubre de


u Seglan Cau.li1'a Srnulovirz. la d1nribución fue b slguience: a b ..-or de b pos.i· 1958. p. 650.
ción laica: Ja VUt, , d sociaUsmo (en codas sw .,.ersioncs), los panidos Dcmócr:u.11 • La Nucidn, 20 de S<p•;embrc de 1958, p. l.
Progrcsis11, Comunisca y Pcron1st<1. Por la posición libre la 0:11, los dcm6cnc;,a 1
' losdipu1;ados de b Unión C"Jvica Radic:a.I dd PucbJo,·ou.ron mayoritariamente
c:.ri.stianos, el Pa.ntdo Conscrvadoi de la Pc.ia. de Buenos Aires, la Unión l·cderal, d a favor de Ja dciog~c.ión. Los d1pucados Jcl p;trtido gobcrn:ancc sufrieron -probltm11
l'arttdo Consc,....dor Popular Civrro lndqxndi<nt< (ÁIV2J0Aliogmy). VW,, Cau- ~ concitncia". Muchos de dios tran r«onocidos ntilitantti rcformi$tas, y s6Jo por
lina Smulovitt. Optniri6n y gobitrno. los años fÚ Fnn1J~;. Buenos Aires, et.Al, 1988. obcdienu.- parcid;ula sq;u1rf:an las duposicioncs dd praidcnte. El cuo m.as dram.i·
• Vb.'C: Enrique Guir¡rdi. Lll ~ nutulM. Buenos Aird. \..tAl,. 1983. t~ lo viv'6 Gabriel Od Ma.1.0. hinoriador de la rtforrna y minlnro Jd gobierno Je
11 La prcNl utólica aprovee;hó d conflicto 1>ara denunciar La d1nribuci6n que d Frondiii. que durancc los mc:KS que duró b cunvulsión gmrJO un di.K:fC'tO y hcr~­
gobierno de la ~ucrón Lib<rudon hal>~ hecho dd apamo ck prensa herc<lado tko silencio. t...os jÓ\'CnCi reforininas r<'procharon su :ictitud en una car~ pública.
dd pcronisrno. Según Ódcn>l, Ln R.az.Qn le corresponJ16 a los tadicales. ltf IJHK4ª 10 fl upccrali:ua en ttm.u a!ucati'V'Ot Je b 1cvisca Crum-. úrlos (>liv<"r.a Uhorc,
soc.:iJJi:sr;a~. CK1111K'1WUt cuvo unJ sueuc va.riada. FJ labon1111 a Cipriano IU:yes. I!/ ~elauvi1ó la t!ficacia dd nU(.."VO 1cxto del ttticulo 28. En octubre de 1958. scl'laló que
lldtr íuc un cxpcrunento nco-pc.ronis1;a, y M"n.Jo Art'"'"'' fue confl;Mf¡ t Erntito El nuevo tato Oomingc>rcna l ...) rqncscnu un sen1.1blc rcuoccso, tobre todo por
>•baro. VW,, Isidoro Ód<na. úlxrwlom y,J,sarrolliiras (1955-1966). Bueno• Ar· cu.1010 evidencia ('n &us di.sposicioncs una dtsc.0nfianu bisic:.a hacia 111 c.rc-<1c:.1ones de
res, l.a B:uulla. 19n. Ja inic.i.a.1iv.a priV"JC.b en el campo de la (ultun•, en: (:arios E. Oliv<'ra Lahor<', "< L.o•
:• LA N11Cídn, 1l de stptiemb1c dt 1958~ p. G. dichus o los hechos?", en Cn'"'°' núm. 1318, 23 de octubre- de l 958, p. 784.

b
98 t OS JNTttH:TUAl.t.!> C.UOUCOS Y El FIN DF LA CRJSTIANl)AD nos C'JUDADf-~ l.AICA o UBRE

de Senadore<, íue recha?ado en la cámara baja y reafirmado por la libres no defendían, en verdad, la libertad de cnsefianza, que la Cons·
alta. Finalmcme, en la última sesión ordinaria de 1958, y al no poder ci1ución cnn<agra y que estaba fuera de discusión. Sólo <lcfcndían el
reunir los dos 1ercios ncccsarios para soscener el rccha:ro, 12 Cámara derecho a crear universidades paniculares, cnn aptitud para otorgar
de Diputados habilitó el nuevo texto del ardculo 28." sus propios t(tulos habili1ances"." Desde que.., produjo el conflicto,
10> diversas inccrprecacioncs describieron la o;curidad que rodeaba
las imcncioncs del catolicismo y del poder ejecu1ivo. Dado que no es
GULRRA llL lMAGENl'.l>, MITOS y MtMORJAS el objetivo de este mbaio analiur I. polítia del gobierno de hondizo,
ni 12 estrategia institucional de la Iglesia Católica, opiaremos por otra
Los pocos trabajos exis1cntc:s sobre la polémia "laica o libre" se han variante de anfüsis. Más all:I de los móviles, 1al vez la >upcrflcic del
ocupado de descncrañar las intenciones ocultas de los actores en el debate de 1958 nos revele algunas evidencias del cambio en las con-
cnnílicto.'' Por ejemplo, Horacio Sanguineni ha señalado que "Los cepciones generales de la inidcctu:ilidad ca1ólica sobre su relación
con el resto de la sociedad. Se podría objetar que el carác1er ideológi·
" ¡,, N404.. 24 ,¡ 30 d< «ptl(mbre dr l 9S8. co de las palabras de los involucrados, las cnnvicne en un medio para
" Desde la postura "'laici.su... Ciria rS-angu1ncui han seflabdoquc 1.u Uftl\<Crsicb
ocultar más que para exhibir su verdadero pensamiento, e impide
de~ privad.u fueron producto de la connivcn<.:ia entre: d E.s1:1do y la Iglesia •que
culminó en la insu.lación y íuncionamiento de uni\•ersid.ades privadu, quebrando utilizarlas ~omo insumo. Sin entrar a discutir 1:il posición, creemos
unJ uadición naaonal en el Kntido de racnar .a la uni,'('n1d.ad oftc.ial d poder de que los actores optaron por argumemos, usos de la memoria, e inclu-
policfa sobre las profesiones (ley Avcllantcb)·. No dcsarcaNn. iin embargo. que b so cienos insultos, poniendo de relieve una forma distinta de com·
ola priwti~ta tuv1t14 concxiunc5 con '"los gri\ndcs problcn';u na,ionalcs: el petróleo. prensión y no sólo un cambio de táctiC3.
d 1mptriallsmo nortcanieriono, b represión cil c1 'errcno gremial e in1clcccual, que
uonu~n en d houzon1.e: cnno ck 1959, fngorífico tisandro de la Torre, posterio-
Dejaremos de lado la pesquisa :.obre las razones políiias que lleva-
res brotes macarust;as, ctcéccu1," en: Albcrco Ciria )' Honcio SanguinC"ui, ÚJ ron al presidente Frondi1i a impulsar la medida."' Sólo cabe mencio-
Rtformistas, Buenos Aj res, Jorge AlvarC'J~ 1968, pp. l 41 .. &45. Por su p.ute, Bcatri1.
Sarlo afirma que '"Dcll' Oro Maini -mjs aLli de sus c;o1npromisos con scccon::s dd
dero- plantea un debate que no fut rccogKlo por todos los seaorc:s en todas sus now favouring (...] J sute monopoly": Aw-tt:n )vereigh, Cnholirism 11ná Po/itict 1n
consccurnci..s rn: lk.imz S.rlo. /.4 b4,./J6 J, l.s ;,¡,., ( 1943-1973). llutnos "''"' A'lffl"'"" 1810-196(), Nu.., York, S.. M1111n's Prm. 199S. pp. 192-194.
Aricl, 2001, p.(,(), Del lado Qtólico, Juan Carlos Z.urcni :afirmó que el decreto fue '\ Horacio Sanguineui, an. CH, p. 1O.
recibido c.-on "benC'plicito por l<n católico{ pero "<lnc1\cadenó movi1nientos pcrfcc.. "'1\Auchas 1eorlis y ctpcculaciones se han tsgri1nido sohre el panic;ul;tr. La m:iyo~
umcncc sAncron1udos por ale;uoos dr k>s culabomlorcs que el gobierno le había da dC' Jos .iutores que se han ocupado del 1ema, coinciden C'n señalar qut no había,
impuesto al m1n1stro. abienamcntt opuC$IOJ a b libertad dt enseñan?~. qUt" asal~­ por p;ancdd prcs.ic.kntt, un sine.ero apoyo i l.a tdca de .. l1bc:rc.d de tnsc:tunu•. Asf lo
ron l:t univc:rs1c.h.J y obligaron al ministro a rcnuncia1· dode csm visión con..spiritiva, confirmarian los ant«cdentcs de fronda.i, sus dtcllruioncs públ~s y sus escncos
el re)ultado fue ..un cspccci1,;ulo lamentabloe. i.;asi un ahu de huelgas cuudianciles y (por lo menc>5, los .interiores .t I¡ campaña electoral que lo llevó a la presidencia}. De
mucho rencor tn los opíricus·. ere juan Carlos Zurcu1. op. cit., p. 429. T<tmbi~n abr en más, algunos han afirmado que Ja dec::isión dt J:rondizi estaba orientada a
dodC' una mir.u.U u.16lia, Aunen lmcigh M>Sticnc- que thc Frondiz1 pnnmcn1 oponer a iC)S conuarios. tn)~ndo a l.a paloua temu de ~to grado de c:onRCividad
brought to a d~ a t:ydc oí (:11holic 1nflucnc...c in puhl1c;; liíc·. Sobre el debate tn pan. IObrtv1v1r pollttQ:men1c. Otros aucorts, más suspicaces. creen que ulilaó ti
torno J.el anku1o 28, sefi:alt 11ue el objetivo de Dcll' ()ro era "In ordc:r to pu1 a conílkto univcu11;uio par.i "tapar" d prohlcnu. de las conc;cs1oncs peuolcrilS. Scgl\n
Jelin1ü,·e tnd co thc scctanJn p<>lidcaJ man1pula1ion oí uni,·cuiuc), whcther by t51a teoría, Froodiz.i inten1aba i1nilar a PC'rón cuando desató la c1isi.s con la Jg1csi1 él\
l&bcrah or Pcn>nins• y quK"ne> se oponi.in. como sciuló un diriunct wmuni.ua d marco~ Ju ncgoci.aci<>MS sobre el mis.me> 1tma. El nUCYO p1csi<kn1t habrú 2prcn·
'"'thcvery~me pc:ople whockman<lcd in<kp:ndc.nt un1vct>1t1cs undtt ~rón, app<2n:J dt<IQ ck b apcncnal. dt su ilntcc:aor el modo dt tnfrtn1;ar pol0i$ en t1 sentido
DOS OUDAD~.S LAICA O UBRF 101
100 1OS1NTE1.ECT\IALES CATóllCO' Y ll HN Dl LA CRISTIANDAD
En 1956. d problema cducaúvo mduia 1ambifo la inddinición del
nar que el c.<quema dcsarro!lísta prcvda un rol integrador para la re- ministerio sobre la vigencia de la ley 1420. Los 1cmas se mezclaron y
ligión. Freme a los dcsfasajcs que evidentemente produciría el procc· confundieron, y pronto lo que empc:W a debaiirsc era qué lugar 1en-
so a<;elcrado de indusuialiución. el papel de la religión era el de ce- drla la religión en la futura conformaoón de la sociedad pospcronis1a.
rrar las brechas entre "lo posible" y lo "d•'><:ado". una especie de sus- Al igual que en el 1ema universiiario, den110 del catolicismo no había
1itutn de oolidaridadcs perdidas que"' rewpcrarían, tarde o temprano, un ronsenso cerrado sobre el problema.>' Un seaor, que 1cnía su epi-
pero en otro nivel. Eso explicarla, en parte, la agresiva polftica que centro en la revista Criurio, sos1cnla la necesidad de poner en vigencia
•cgún sus oposit0res desplegó el mini>irO de educación, Luis Mac los principios de la libertad de enseñanza. Reconociendo la cxis1encia
Kay (radical y ferviente católico), orien1ada a la reinstalación de algu- de múliiples creencias en la sociedad y el derecho a la libre deccrmina-
7
na forma de educación religiosa en las escudas públicas.' ción (en es1c caso, de los padres), proponían la división del presupucs10
educativo en función de las necesidades de cada grupo oonfesional.
l.Otrccto. Sobre aspee.tos gcncraln de b palluca dur;antc d gobierno de Froodizi, Carlos Olivera Lahorc. Alberto Lago, Carlos Floria, Eduardo Braun
vh\c: M,¿rys.a Nivarro.. Úf Narw11al.uw. Bueno\ Aire). Jorge Álvirn. 1969; Alain Mcnéndc:7. y otras figuras del caiolicismo, se alin1;2ban con cs1a posi-
Rouquit. Rd1taln1Jaarroú.s1as '"Jl'Jf'nuu, lh~nu' Aira-. Schapuc. 1975; lsKloro
().kn., •P· a<: ¡u1;0 Noo;gl1a. El Jn,,m/111- llu<n<» Aires. UAJ. 1983; 011ahna
ción. Otra vcrtien1e, de in.spiración m~ tradicionalista, no ,.¿a con
~mulM'1tz. op. <is.; ~iarcdo Ca\"lfCJttl, Av1ord.truMo 1 ~ut. Buenos Aires.. malos ojos la reinstalación, sin m~ tr2mite, de las horas de religión que
n At, 1992; CcU. Sw><wnan. •!· r«:C.rl<» Al1>m1r>no. &rtlsrfM,¡,¡,,, ,,,_,,, d pcronismo había eliminado a fines de 1954. Sostenían que el catoli-
l\u<nos A1r«, Arid, 2001; Carlos Alum111no, ft.nJw • ti hombrr ,¡, ulus romo cismo era la religión de la mayoría y que la educación no podía estar al
p //11co. Buenos Aires. Fondo de Cultura l:.Wnóm.a.. 1998. Durante d periodo servicio de una "minorfa laicista". Oefendlan esra postura, entre otros,
41
pos:tconciliar, los mism~ calólicos 1ulf.Jron ncpttvamentc la actilud de la jerarqula.
Se 1a acusaba de xompaña.r a Frondi1i buJ(;ando r~upcrar privilegios. atrapada en los nacionalistas católicos y las espadas m~ polémicas del catolicismo
una lógica de 2mpliació1\ de espacio.,, in.,,tilucionalcs. mi~ que tn tratar de corregir como los jesuitas Guillermo Furlong y Enrique B. Pita. Sus argumen-
los crrort5 dd régimen pcro1tisu.. Véa'l.c Arturo G. Annada. Norberto Habcggcr >' tos estaban perfectamente de acuerdo con la noción de cristiandad y la
Alcj;indro Mayo!. LM ca1ó/icqs posrot1trli11rt1 tn la A1Xnuir1a 1963#1969. Buenos Ai·
homogeneidad que se corresponde a ese modelo.
res. Galerna, l 970. p. 98. Roben Me Gca&h ha sc"alado que. tanto las mcdida.s
tendientes a eliminar el p:uron;uo. como la ::iprob;ación de la cduac.ión libre, revela~ Criterio expon fa esta división. Por un lado, señalaba, estaban los "ca·
ban que Frondizi quería "'modctn1iar· el rars y dimínar "instituciones anacrónic.as•; tólicos laicistas", quienes deseaban mantener la neu1ralidad "en nom-
Ro«n Me Gagh. &lacionts '"'"ti poMr polf1iro J tl poúr tt/.niástieo tn Ja A~"'.. bre de una democracia mal entendida". Luego. quienes piden "la
11n'4 Buenos Aif($., Galerna. 1987. Por el wntrar1o. Aunen (~rcigh considera que reimplantación de la hora de religión obligaioria para la escuela y optauva
l·rondai tenia una visión instrumc1u~1~u de la lgld11, y quería subordinarla a los
para el alumno". Finalmcnie ellos. que defendían "la libertad de ense-
fines dd f,.su.do desarrolli.,,ta.. E.su pc»Któn serla la mi.sm:.t que bs ditcs políticas
argmtinas adoptaban desde la pr<SOclcr><ia ele Juim Cdmano d uwlo ddin1mdo ñanza" y la separación de iruii1uciones según su oonfesión."
lo. limites clc b socicdacl poll"u y <I lugir qu< en A 0<uparia b fglcs;.. Aunen
IV<rcigh. •P <«, pp. 194 1· ss. ... Es ncasa.r;o renunciar a las 1ntnprct1'..IOM) que ablduüun una u OU1 posi·
ctón. lvc-rcigh. por cjc-mplo. sost~nc que íueron los utóticos: los que dcfcndieson
0

' )os.' Campobusi $Cñala qu<. por tJCmplo. los >ffl\inanos clc <duación" orga-
niudo~ por d mini$tcrio entre t9S9 y 1960 "'crin una muotra de compb.c.encia. una posición plurallsu,, cuando en rc~idad. MS1o una panc 1o hiio con dichos argu·
compHc;dad, col•boración y apoyo dt los ~olxrn•nt« clq;¡dos en 1958. hacia la mentos. VhsJ: Awtcn lvercigh. op. t,1.
oícnsiva ca16lica para penetrar y do1ninar en el umpo de la educación püblica"' ""'Cai6licos y enseñanza"'. c:n Cr11tno, núm. 1255. 8 de mano de 1956. p. 181.
V~ou.c José Salvador Ca.l'npobassi, Auu¡ut y JtfrnSIJ árl la1run10 tscolar rn la ArientinA Carlos Floria señalaba en el mis1no scnlicJo que "la $0lución no rC$ide en imponer la
(IH84.J963).1lucnos Aires, l;ur<, 1964.
102 LOS INT~ 1 H íUAI f~ CATÓl ICOS Y El flN OC L\ CRJsrlANOAD
DOS CIUDADES L\JCA O LIBRE 103
En los discursos públicos, la defensa de libertad y del pluralismo, En los últimos tiempos ha .surgido, prcsent2ndosc como un-a solución
basado en los principios del humanismo cristiano y del pcrsonalis· cquic.tiva e inrermcdia, I• fórmula de I• "enseñanza libre". Confesamos
mo, eran los argumentos prcdominontcs -aunque no cxcluycntcs- nuestra cscw .s1m~da por ~te cipo de rra.n.saccioncs (... ] la enseñanza
cn las filas católicas. A pc>:1r del consenso que generaba la noción de libre se funda en un pnncipio que los católicos no pueden aceptar: que
"libertad de ensel\anu", los macices que aparecían en el debate públi- los P"drcs de fam1li• tienen dercclio absoluro • elegir para sw hijos la
co revelaban las caracterl;cica!> de un período de transición entre dos <nscrunu que dcsccn (... )los l"'dra de familia carólicos no tienen dere-
modos distintos y opuestos de pens:tmiento. Tradicionalmente, la je· cho a que sus hijos reciban cnstñana atea. 41
rarquía eclesiástica se habla apoyado en la composición católica de la
so.;iedad argentina para rcivindi= privilegios frente a ouas opciones Amadco insislÍa en la necesidad de construir un Estado católico que
confesionales o filosóficas. ºlodavla a fines de la década a 1950. este res~uardara la salud de los niños, incluso de la acción de sus padres.
principio formaba pme del discurso de un scaor de la intclccrualidad A d1fcrcnc1a de aquellos que enarbolaban la cristiandad como mode-
católica. En 1956, la revista Esrudios le preguntaba al profesor lo, los católicos que adscribían al humanismo cristiano y al persona-
Mantovani, defensor de la escuela laica, "¿cómo una escuela vaciada lismo defendían la vigencia de la educación religiosa apoyados en la
de codo elemento religioso puede ser d instrumento de formación de reivindicación de la enseñanza libre, consider:lndola una garantía para
la estructura espiritual del pueblo que desde sus orígenes y en la casi la wnvivencia de las distintas confesiones e ideologías. Contestando
totalidad de sus habiconces ha sido y es una nación católica?".'° ¡..., afirmaciones de Scicben desde la revista Criterio, Alberto Lago
Esto• •cCtvres proponían regresar a los postulados de 1943 y proponla construir un sis1ema educativo fundado en la pluralidad de
reinsertar la enscliania religiosa en todos los establecimientos públi· opinionc•. Lago cuestionaba la vocación de los cacólicos nacionalis-
cos. Enrique Stiebcn, alineado con el catolicismo nacionalista, recla- tas por "cscablcccr pora codos un determinado tipo de educación, aun
maba "una escuela de formación nacional para codos los niños, ado- cuando fuese el deseo de la mayorla". "No vemos cómo -continua-
lescentes y jóvenes, desde el jardín de infantes a la Universidad. Este ba- pueda llevarse a cabo una escuela nacional católica, exclusiva-
es un deber aconsejado hasta por instinto de conservación y, sobreen- mente fundada en el imperativo de la 'conciencia nacional' y sin el
tendido que rnmhién por rawncs de patriotismo y necesidad"º Se °
debido respeto de la conciencia individual". Coincidiendo con la
descontaba el tono nacionalista de ese modelo, que incluiría la rein- mayoría de los articulistas de Crittrio, Lago terminaba afirmando "no
corporación de la educación religiosa en forma obligatoria. Mario temamos lo• cotólicos a la libertad de enseñanza, no caigamos en el
Amadco, >intctiLaba la perspectiva de ese sector del catolicismo: miedo liberal y laicista explicable en ellos pero no en nosotros"."
. Cuando el tema educativo tomó el centro de la escena, monseñor
hanccschi incenc<I marcar, como era su costumbre, el fiel de la balan-
~•. En un cono militante (inusu•I en sus últimos años de vida)
crucfl;anu ttltgiou (no opc;auva) u ti ciu.ct\.:ana laica por el E.stado, lo que de todo:s
modo!.)) con.nuu1rb un monopolio tstatal con nombres diferentes• .sino la enseñan.u Francrschi convocaba:
libre". Vbit ~rlos flor1a, '"Eduw:.16n y dtmocracil.". tn Cri1nio, núm. 1256, 22
de mm.o de 19S6. p. 209.
.., ·c.:o~ntau0>·. en fJJuJ10J.. nUm. -i79, oc:tubcc dt l 9S6. p. 53.
~ 1-broo Amad<o; Ap. ,,,,,. ,,..il•n.,
Buenos Arres, Gurc, 1956. p. 176.
Albt.no Lago. l 1be:rud Je cnsdll.nu y cultura nacion;al'", en Cnªtni0y núm..
• f.nriquc Sticbc:n. "Lib<n•d conítsoorul de b cdua..ión y libcrud dc <ru<fian. l28S. IJ dc junio de 19S7. p. 37S.
u·, en DuJ.Jm1c4 .W-wl.. num 72, sq>e1tmlxc de 19S6. p. 16. " lbrJ., p 37S.
DOS OUDADESo 1.AJCA O LIBRE IOS
104 LOS INTELECT\JALES CATOUCOS Y EL FIN l)f l.A CRISTIANDAD

que los católicos ocupen fr:anca y abicm.mcntc la posición que les corra- por la Comisión Permanente del Episcopado, obviaba las anteriores
pon<lc para impedir que sus hijos sean cmr~dos a quienes prncndcn, referencias a la catolicidad innata del pueblo argentino, y se limiuba
desde la niñC?., impedir la formac16n de una conc1enc1a que, clcv-indosc a scfialar la necesidad de contar ramo con escuelas religiosas, como
por encima de un m-atcria.lismo total o un V:1go dc:lsmo, llegue i las alru· con escuelas laicas "para aquellos cuyos padres la quieran"." Desde
ras de la fe cnsuana. principios de la década de 1950 la jerarquía cambió su cstraregia res-
pecto del tema educativo. Sin embargo, ral mutación, por más que
AJ mismo tiempo que reconocía que la confronución era "una lucha coincidiera con algunos scaores del humanismo cristiano, no debe-
rdigiosa", se desligaba Je todo intento de vudta a los suenos de la ría hacernos obviar las diferentes lógicas que gobernaban los discur·
década de 1940: "no pretendemos acaparar niños de ningún grupo sos de los intelectuales católicos y de la jerarquía. Más allá de las
que no sea d nuestro, pero pretendemos que el nuestro !Ca plena y tácticas y cambios de marcha, la Iglesia como institución ambiciona·
• .,
to[al mente r~pcta do . ba aumentar sus espacios posibles de influencia. Estas diferentes lógi-
Miguel Viscovich, en la misma Unea, criticaba la noción de educa· cas quedarían en evidencia generando los primeros conflictos a la
ción común que había servido de plaworma dd nacionalismo republi- hora de definir la forma de llevar adelante la conformación de las
cano. "Cuando para realizar esa unidad fictida - sostcnía- en la escuela nuevas universidades.
wmo otro sector, se hace nccoario reducir todas las cosas y todas las Los intelectuales católicos cuestionaron la "neutralidad" de la edu-
personas al más bajo denominador común ¡Para qu~ sirve entonces la cación laica. Consideraban que era el equivalente a formar a sus hijos
variedad de cspírirus?". En sus palabras, una nueva concepción de la en la "indiferencia y d error". Desde su perspectiva, la universidad y
relación con ,¡ orro implicaba el lento pero inexorable fin del modelo la escuela pública común eran inscirucioncs que negaban sus creen-
de aislamiento católico, basado en la ausencia de contactos con un cias, y no entidades neutrales. Salvador Dana Monraño rechazaba el
mundo moderno "contaminado". Si bien era un argumento utilizado argumento de la neutralidad estatal afirmando que "La poHtica uni-
para reclamar la sqnración, se swtentaba en d derecho a la pluralidad. versitaria, como el resto de la política educativa, "esti íntimamente
"·Cómo se podría establecer el diálogo entre ciudadanos de conviccio- unida a la cosmovisión de los que gobiernan y a otras inspiraciones o
n~s religiosas o filosóficas opuestas", se preguntaba Viscovich, "si la influencias menos nobles, pero igualmente poderosas"." Afirmando
unidad sería impuesta al precio de una renuncia previa a la manifesta- ral principio, propusieron para mantener a salvo el respeto a las dife-
ción de esas mismas convicciones, que tocan el ideal de los unos y los rencias "una plural idad confesional oficial con el reconocimiento y
o<ros~"."' Posturas como las de Viscovich abrían ccmáticas que, pocos sostfo de los csfuen.os privados"."
años después, se multiplicarían en los debates conciliares. Quienes defendían la opción "laica", sostenían que era indeclina-
A pesar de su tradicionalismo, la jerarquía eclesiástica parcda in· ble el rol monopólico dd Estado en la emisión de tltulos habilitantes.
dinarsc por los argumentos de los scccore> más pluralisus dd catoli-
cismo. En 1958, la declaración "La libertad de enseñanza" emitida 47 Comisión Permanente del Episcopado Argcncino. *La libcru.d de enscf\anu",
<n Cnurio, núm. 1316. 2S Je ..:ptic:mb« de 1958. p. 703.
•\ <.lwtavo FnnccKhi, •[ru.r:ñanu Libre·, ien <:r11tno, nUm. 1253, 9 de febrero ._ ~ ..'ldor ~1. Dana Monta6o, *Las uniVt:rsidades libra y la autonomfa univt:r-
sit:uia", en Ei1uáio1, nún1. 474, :i.bril·1nayo de 1956, p. 50.
de 1956, pp. 83-8$.
.. Miguel J. Vi.scovich... Libertad de en.sctaaru.a y ttlucación cristian.l", tn Cn'rt· ., C.arlo.s E. Oliven Laho~. ·organiución tse0lar y dcrtcho a las convKx:ioncs·
no. núm. 1255. 8 dt mano Je 1956. p. 172. Cntmo, núm. 1289, 8 de: •gostodc: 1957. p. H4.
IO(i LOS INl FI 1C.TUAW CATÓLICOS YELFIN DE LA Cl\ISTIANDAD llO~ CIUDADES' LAICA O UBRE 107

Sin embargo, en rci1erad:u oportunidades las universidades naciona- Si bien tal principio ccnía una dificil aplicación, representó por
les se vetan ohlig•das • revalidar chulos de extranjeros, debido a la parte del humanismo cri~tiano un reconocimiento importante; no
sangrla de docentes que produjo el peronismo y al ansia por elevar el era posible, ni bueno, ni necesario volver al sistema de educación
nivel acad~mico haSta los csc:!ndares inccrnacionales. En algunas oca- religiosa insralado en 1943. En primer lugar, porque buena parce de
siones, se los admitía aunque no <:umpliera1. del todo los ordena- los católicos aprendió ad esamfiar del poder. Franccschi recordó opor-
miencos legales vigentes. Distincos seccores del catolicismo denun· runarnence a sus lcccorc> que el fucismo habla permitido la educa-
ciaron que representaba una inc:quidad prohibir la exisiencia de uni· ción religiosa en las escudas italianas, pero su efecto había sido nulo
versidades privadas en la Argentina, dado que muchos de esos cítulos debido a que fue insenada en una enseñanza general de inspiración
revalidados habían sido obtenidos en universidades privadas dd exte- ..anci<.:ris-tiana"' ... Una cosa es la escuela cristiana"'. sostenía, ..y otra
rior. .. Era obvio que el problema -todos así lo reconocieron- era que aqu~lla en que la religión es considerada como una simple asignatura.
las universidades argentinas fueran no sólo privadas, sino confesionales. 1.a aspiración de la Iglesia para sus fieles es una escuda verdadera-
El diputado Boffi lo expresó claramence en los debaies parlamenta· mente crisriana y no aquella que es aparentemente tal"Y Por otro
ríos: "por la calidad de hombres que la reclaman y por la calidad de lado, la aplicación conw:ca de la normaúva durante d pcronismo les
los que están avalados por este tipo de conducta, que son los que las había Gnscñado a los católicos que educación no era lo mismo que
van a dirigir, no reúnen las garantías de que acá se ha hablado para instrucción religiosa. Es posible que las opiniones de marcado cono
incegr•r l•s universidades lihrcs en el país".~' pluralisca de algunos incclectuales católicos estuvieran sesgadas entre
Es cicrco que los católicos aceptaron -<:amo lo señaló Del!' Oro 1956 y 1958 por el clima de enfrentarnicnco encre laitoJ y libres. Lo
Maini en I• reunión de la Junta Consulciva, en 1956- que las univer- cierto es que reclamaron una escuela indcpcndience, reconociendo
sidades privadas no tendrían subvención del Estado. Sin embargo, el impllciiamente la muerte del mito de la "nación católica", por lo
principio de la liberrnd de enseñania en la versión de Carlos Olivera menos, en los términos soñados por la generación precedente. Al re·
Lahorc, se asentaba en la sob<:ranía de los contribuyentes sobre los clamar una escuela para católicos, los incclcccualcs defendlan el mo·
fondos para fa educación de sus hijos. El Estado, en esca versión, delo de aislamienco; pero al no insisrir en la reincorporación de la
debía cumplir sólo un papel subsidiario. Como consecuencia, el pre· educación religiosa en las escuelas públicas, apoyando la liberrad de
supuesto educativo debía dividirse en función de las diversas orienca- cnsefiania, csraban proponiendo un nuevo esquema de relaciones encre
cioncs ideológicas, conÍC;ionalcs, o filosóficas que desearan los pa· religión, sociedad y Estado.
drcs. l.os cacólicos argumentaban que la escuela laica implicaba una En 1958, sin embargo, encrc los intdeccualcs no confesionales
"doble contribución" por parce de los padres, dado que debían pagar cscaba muy arraigada la idea de que canco la universidad como la
sus impuestos para sostener el siMcma oficial e impartir educación escuela pública eran inscitucionc• "igualadoras" por su neutralidad."
cristiana por vía privada. En ere quienes rechuaban la creación de universidades privadas, mu·

"'Sobre el panicular, vweAnconinl. PfraAmucháslcgui. "Elconuol C$t>calde u GuH.a\·o FrarK~i. ·Eru.cnanu Llbrt", an. cit., p. 85.
b en¡cl\anu", en f..mui•os, nllm. 47( a1>1a-nuyo de 1956, p. 24. "Sotvia Siga! IO>Ucne que d anfculo 28 m .mónimo de b cn<rcg. 2 b Iglesia de b
" Cámaro de 0.put>dos de b Nación, D1an4 tÚ SnU>na. 25 de septiembre de romw:ión de tu m«lwi<bda y d ufon.anuen10 de b cksigu>ld>d social. V~ Silvia
1958. p. H68.
~igal, '"""''"""'J "*"''" ¡,, J;a,J,, tkl '6(), BU<flos /Ures, Puncosur, 1991. p. 56.
108 LOS INTEUCTUALES CATOUCO~ Y El. FIN DE LA CRIS11ANDAO DOS CllJDADE.5 IAJCA O UBRE 109

chos lo hicieron bajo concepciones típicamente nacionalistas. Afir- fragmentación social que operarla la creación de cas._.. de altos estu-
maban que dada la conformación social del país, las leyes laicas ha- dios por parte de quienes no sólo poseían "ingentes recursos materia-
bían consolidado su unidad nacional. La mayoría de los diputados les'', sino que pretendían implantar "una educación ele signo
que se opon!an a la existencia de universidades privadas reiteró este confesional". Era cierto que en otros paísc.< se había arribado a esra
argumcnto en los debau:s parlamentarios. El diputado Casclla Piñcro "solución de compromiso frente a insoportables tensiones entre gru-
sostuvo su oposición al ankulo 28 afirmando que la Reforma Uni- pos confesionales y laicos". Pero si bien la válvula de escape de esas
versiraria "buscó plasmar la integración orgánica de la sociedad y en tensiones -la creación de universidades confesionales- podía elimi-
pleno apogeo de la persona humana realizar el milagro de crear hom- nar momentincamentc la.< consecuencias mis dramáticas de esa divi-
bres encero> y hombres americanos con el solo y sagrado común de- sión, "a la ve-¿ perpetúa esa división, que vuelve a ponerse de mani-
nominador de lo argentino en la República"." fiesto en cada grave crisis nadonal. Introducir ese nuevo elemento de
01ros, consideraban que el sueno de la Reforma era constitutivo larvada tensión en un país que hasta el momento no lo había conoci-
de la uni,'Crsidad argentina, y quc la aparición de las universidades do pare<:la entonces una muy discutible b.azaña política.
privadas implicaba mucho mis quc la autorización de centros Halpcrin Donghi denunciaba también la incompatibilidad entre
forjadores de una cultura oscurantista: representaba un liso atentado lo religioso y lo académico-cientlfico, caracreriudo como aquello que
contra la educación pública. Pocos años después de finalizado el con- era capaz de "recoger en toda su rica diversidad los frutos de una
flicto, l ulio Halperin Donghi lo expresaba en su HiJ1ori11 dt la Uni- cuhura que, como la nuestra en su etapa moderna, se desarrolla en
vtrsidlld dt Buenos Aires: "No hay sin duda motivo para lamentar que una libre multiplicidad de corriente> idcol6gica.s". Mediante un jue-
la Universidad haya emprendido una lucha a través de la cual reitera- go de palabras, c.rda Halperin Donghi, los defensores de la libertad
ba el testimonio de su fidelidad a las convicciones que dan sentido a de enseñanza prcscritaban a sus opositores como partidarios de una
su existencia misma'". "insoportable tiranlá, de la cual los cacólicosse "verlin libres cuando
La ruptura del consenso en torno de la solución del "problema" la creación de otros establecimientos les permitiese elegir en entera
pcronista, revelaba el temor de un sector duramente golpeado duran- libertad el signo de la servidumbre espiritual a la que desde esa elec-
te los años del régimen, frente a lo que consideraban era una amenaza ción qucdarlan somctidos''. 11
a los elementos constirutivos del espíritu de la Reforma: la democra- Los op<»itores aJ decreto 6043 afirmaban que la existencia de uni-
tización de la esfera universitaria y el combaie al clericalismo. Halperin versidades confesionales produdrla una división más en la >0ciedad
Donghi lo expresaba al señalar que "una Uamada libertad de ense- argentina. Cayendo por el plano indinado del discur<0 nacionalisca,
ñanza r...1vino a romper con una Unea de polftica educacional man- cieno iluminismo dieciochc<eo se combinaba con una alta dosis de
ten ida hasta entonces sin quiebra\ por nuestros sucesivos gobiernos". extremismo antirreligioso. El fanatismo no fue, es nccc;ario mencio-
Desde su perspectiva, la "i nnovación encerraba en efecto grav!simos narlo, atributo de un sector en particular, sino una carac;;.cerística con~
11 riesgos que l.i Universidad se creyó en la obligación de señalar reitera- su.cancial de la lógica que adoptó el debate. Ezequiel Martíncz Emada
damente". &e mal que querla evitar Halperin Dongh1, era el de la afirmó \in reparos en la revist:i. Mar Dulce:

"O.mara Je Diputados Je la N..:16n. Dumo.kSn10"'1, 2S de S<ptKmbrc de '' ·ru1 1o H.i.lpcrin Donghi. Hlfton11 Jt IA U111wn.u'4J tk BwltOI A11a. Buenos
19SB. p. OSO. l\ircs, [uJcba, 1962, pp. 201 · 203.

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DOS CIUDADES LAICA O UDRI> 111
11 O LOS 11-:TELFCTUA!b CAl OUCOS Ya flN DI' LA CRJSTIANDAD

Nosocro' los mat2m<» cun !. ley J 420, en l ll83. hae< la friolera de sctcn·
aspectos racionales, el debate catalizó esas im;lgenes, agresivas y con·
1a y tres año\. Matilron al o<.X>rpión Sarn1icnto, Mi1rc y d adalid Roca
trapuestas, en las que se mezclaron los "hitos" de la secularización (la
¡que pueden hacer mucho dano? S1 se ponen a la bruta mi> d>ñ~ pod~­ ley 1420 y la Reforma Universitaria) con el rechazo a la universidad
mos hacerles nosotr~ Es mtjor qu<' se refrenen y no ,,rcccndan 1nv~d1r "totalitaria" del pcronismo y la condena al impcrialismo.
las cár«lras de los colegios y las escuela>, de las facuhadcs y los liceos para Las confrontaciones más recurrentes se libraron en el terreno de la
predicar el cateci<mo, porque enrone<$ les invadircmO> los púlpitos para memoria. Cada scccor percibía de un modo diferente d rol que las
predicar d mis espantable ateísmo." leyes laicas y la Reforma Universitaria jugaron en el desarrollo nacio-
nal. M:is all~ de los matices, los católicos consideraban que las leyes
El laicismo reformista, en su versión más extrema, asumla la disputa laicas eran producto de la moda positivi;ta de fines del siglo XIX y que
como un momento terminal, en el cual la derrota <ra sinónimo de un habían instalado un modelo de escuela pública "neutra", que desde
retroceso histórico inconcebible. su pcrspecuva era intolerable. Las distintas encíclicas papales y docu·
En el medio del enfrcmamiemo entre laicos y libres, unos y mros mentos de la Iglesia no hacían má;, que reafirmar esta posición. La
parecen haber cambiado ropajes.,. Los primeros afirmaron que la generación del '80 sostenía la publicación de los jesuitas, "no fue otra
educación debía cumplir una función homogenci¿ante en la socic· cosa que un brote en estas tierras del positivismo y liberalismo de
dad. Como so>1enía un militante reformi>ta, percibieron que "esto moda en la época, y por ende un injerto totalmente extraño en nucs·
era cortado bruscamente por la posibilidad de crear otro cenero de tra autfocica tradición y modalidad nacional". 19
cultura superior que formase a una generación en Otros modelos, en Por su parte, los defensores de la opción laica exhibían los privile·
ocras concepciones, en ocra culcura, era para nosocros terrible".~ l.os gios que d peronismo habfa concedido a la Iglesia a cambio de su
•cgundos reivindicaron la soberanía de los padres sobre la educación apoyo como demostración de la complicidad del catolicismo argenti-
de sus hijos: una fundamentación que iba en contra de la supuesta no con el pasado autoritario. Consideraban que efcctivamencc existía
homogeneidad que inculcaba el Estado laico. Evidentemente, para una amcna¿a proveniente de la acción de elementos dcric:>les que
los jóvenes de la generación del cincuenta, sostener la libertad de ponía en peligro la tradición laica argentina. Por efecto del pcronismo,
enset\am.a servia para autolegicimarse diferenciándose del nacional is· el reformismo se convirtió en un símbolo de la resistencia al
mo católico. oscurantismo y en algunos casos, la defensa de la idenudad reformis-
En la discmión se opusieron imágenes que referían a cenias que ta tomó ribetes casi religiosos, por paradójico que parezca el adjetivo.
excedían, definitivamcntc, el contenido originario. Más all;I de sus Un opositor al artículo 28 en la Cámara de Diputados afirmó que

"Ciudo <n &ru410>. núm. 494. junio de 1958, p. 62.


~· 1os atólicO$ a<..uu.ban a los laic.i.st~ de no kt consecuentes con las Klm que ""Comentarios. en EJruáun, nóm. 472. en<ro-Í<bn:rodc 1956. p. 49. Guillermo
habbn dieícndidc> duranic d ttgimrn pc-ro.i1ina. FJ profoor Mantovaui, destacada Furlong. en su tñtia al libro L.ibmAJ M~n1tli4nudc Amiric.:o GhioJdi, rc~tf;a con
mj¡ dran\aüsn10 tópicos si1nibrC"S, "'rot~ Ja unidad nauonal desde 1884 y cnvtncn;;a-.
figura Jel espectro educath"l, er.ti hl~nco Je cucnionam1cntos por partt de lu publt-
Ul.:.ioncs confcsionaf<'S_ Por ouo lado. a.J proft10r CariO:J Slncha Viamon1r le recor·
da b. conv1-..·cnc.1.t de los argcnunos. a c:..aw.1 de b ·1..ey de dagix.i.a nacionaJ" como
daban que "poco$ años atrás. durante la dictadura peronista, ~ostuvo el principio de llamó Avellaneda a la Ley 1420, ya no somos un pueblo sino vario' pueblos. H:abb...
b. librttad de cnscfi11Ua ,onua d n'k>nopolt0•. Vbsc R. J. 8nc. "'El pcofaor t..1intovani mos idiomas tan <hvcrsos que ya no nos cntn\demos. La confwión a toe.al y su~
y l.a niuaot:ión". tn /:.J1wJ.ios. núm. 473, Jnar.t.o de l956. p. 36. COt\.s.ccuenc.ias pa.12 l.a pauii han sido y son u~uiblcs, y ~r4n aun más terribles'". en
u. lX:c.br.11,;iono JC" llcrn.udo KJcincr en i\1;ario Tocr, op. '"• p. 113. &rudfoJ. núm. 553. mayo <le 1964. r- 235.


112 LOS INTEUCTUAtH CATOucm ~ Et FIN DE"' CRISTIANDAD DOS CIUDADES: 1-'ICA O LIBRb 11)
quien atentara contra Jos valores y fundamentos de la Reforma "ro- Halpenn Donghi, después de 1955, "CicrtaS accicudcs introducidas
metc pcc;ado national de herejía.$ por los nacionalistas pasab:an a ser patrimonio común de movimien·
El pcronismo era un dato omnipresente en la discusión. Su rcla- tos políticos de muy variado signo• ... Distintos sectores, a cravts de
c16n con Ja IglC1>ia estaba demasiado fresca en las mentes de los la'"istas una compleja cadena simhólica de transferencia, percibían a las uni-
como para no relacionar la reglamentación Jcl artículo 28 con una versidades privadas como una nueva avanzada del imperialismo." Eso
vuelta del poder dcncal, que asociaban con d régimen depuesto. En explica el cono de las defensas <le la posición laica, y las asociaciones
la fundamenta<ión de uno de los proyectos de derogación, el diputa- discursivas entre la universidad privada, los curas, las concesiones
do Grimaux reprochaba "que se agite hip6critamcnte la bandera de la petroleras y la quema de muñecos con la imagen del "Tlo Sam", como
libertad por quienes han sido toda la vida acérrimos e irreconciliables la amplia concurrencia de sindicatos obreros a las manifescacioncs en
enemigos de la mayoría de las libcnades". Apuntando a la complici- oposición al decreto 6403."' Como señalábamos, según el esquema
dad y connivencia de la lglc.ia y el peronismo, recordaba que "Hay ideológico del naciente nacionalismo de iu¡uierda, el apoyo del go-
todavía ciudadanos que pueden exhibir las cicatrices de las heridas bierno a la Iglesia demostraba que Frondiú necesitaba de la religión
que recibieron de los sables y las cachiporras que usaban antes estos para "adormecer a las masas". Desde esa perspectiva, las universida-
actuales defensores de la libcnad".•1 des confesionales eran la picza que falcaba para C(>mplecar el rompe-
El crámico por la experiencia dd pcroni;mo, sin embargo, le había cabezas de complicidades que le asignaban a la Iglesia en su relación
permitido a los católicos revalorizar la libertad como un bien en si ron el capicalismo. 61
mismo. En 1958. eran mi noria quienes se levantaban en defensa del La discusión implicó la explosión del imaginario histórico, políu-
"mito de la nación católica". Derrocado Perón, las elites tntdcaualcs co, económico, y fundamentalmente moral, tanto de la comunidad
del catolicismo demandaron a la jerarquía más independencia del católica, como de la tradición reformista. Los primeros, con más o
E.stado. Si bien es cieno que un grupo de obispos solicitó la rein~cala­ menos reparos, consideraban que la universidad pública era una ins-
ción de la educación religiosa al ministro Dell' Oro Maini, el hecho
de que haya sido un reclamo wno uJ<, revelaba hasta qué punto la
opinión pública católica había variado su mirada sohre este tema. 62
64
'li.alio Halpcrin Oonghi, Ar:tntina tll ti calkJ4n. Buenos Aires. Arid, 199~. p.
183. Roc.k jwg> mis °"'tivamtn1c tst< hecho. Sos1M:n< que J. inílu<OO. dd nacio-
Los oposicorc~ al decreco 6403/55 soscuvieron que las universida-
nalismo se proyec.tó mJs allá de los miluares y se Ottendió aJ interior Je toda la
des privadas formaban parce de un proyecto más vasco de trasnacio- sociedad argentina. ()(':cu manera aplica la difusión capiU.r dd autoritarismo qut"
naliLación y entrega de la economía argentina. En los años de 1950, h.U,rb. '"incubado· en iruutuctona como las Fucru.s Armadu y la Iglesia C..atólia.
la relación entre lo público y lo privado era un cema que se vaciaba en Vhsc David Rock.1.4 Aritnti11a a111on'11111a. lbJ n11ci1JnaiiJuu. tu hu1on'11J1u infl11tn...
""'" /11 •UÚ póbliu, Buenos >urcs.. Arid, 1993, p. 14.
el molde discursivo de la soberanía nacjonal, la entrega del patrtmo-
"Silvia Siga!. op. ru, Pr· 72-73.
nio, la daudicación frente a lo forán,'O, ccc.., Como ha señalado Tulio 44 Adhirieron UJi codos Jos partidos politicos, var~ un1versid.Jdes cxtnnjtta.s y
nwdto ccntaw de ¡:india tos,, entre dios la Unión Ftrroviaria. Asociación 81ncana,
• Ciman de Oipu1ados Je la Nación, Du1n·o Jr Sc11onn, 25 de St'pticmbre de Telefónicos, Madereros, Gastron6nlioos, ronuarios, Con$ttuccionC1 Navales, T:u:is·
1958. p. 4350. tas. Imprenta. frigoref'lCO$, Transportcs AutomcKorcs, ere. V~ Horacto Sanguinmi.
'/bid,22dcscpti<mbr<d< 1958,p.~ISS. op. CI<, p. 19.
i E.ntr('Vista a N~cor ·1, Auu, JUnio de 2003. "Vc!m FrcdcricTurncr, C11NJ/icism •1JJ politK11/ áavklpmcnt "'Latín A11UT'i<..
"' C".arlos Altamir;ano, 8.J;o rl S117'0 tk /JU mauu. 1p. <iJ.. Chapel HoU, UniV<f>il)'ofúrolona p,.,..,
1971.
114 1OS INTllf<:rUAlf\ C.ATÓl ICOS Y~l flN DE LA CRISTIANDAD 1)05 C IUDADES• LAICA O UBRE 115

titución entregada al atdsmo e infiltrada por el comunismo. Los se· la repúbli<..t desde el momento en <¡ue se había "expulsado a Dios" de
gundos, por su parte, crclan que unir términos can antagónicos como las escuelas.·· Sin embargo, dentro de la orden jesuita también su voz
ciencia y fe religiosa era una verdadera aberración. Tal vez fuera la se oía aneja. Ismael Quiles, futuro rector de la Universidad del Salva-
parte más baja del debate, cuando se .!OStuvieran argumentos más dor, prefería defender la habilitación de alcas ca.sas de estudios a tra-
ofensivos, cuando los gnscs desaparecieron, seguramente producto v6 del argumento de la lib<:nad de ensefianz.a, y del dcr<dio de los
de la pendiente por la que se desfüó la discusión. La mayor o menor padres a dc<:idir sobre la educación de sus hijos. Lejos estaba de atacar
rccurrencia a esta.< imágenes. sin embargo, revelaba que más allá de la a la.< l~s laicas como "antiargcntinas", adjetivo que solía aplicarle el
virulencia de la confrontación, exisdan concepciones subterráneas y padre forlong. ·• Quedaba daro, sin embargo, en ambos argumentos
prejuicios mamficstos, exponentes de una absolutiución de los prin- (y en los debates parlamentarios), que detrás de la polémica se oculta-
cipios en pugna. ba la posibilidad que tenla cada dice intclcccual de reproducirse so-
El padre Guillermo Furlong, •poyando su argumentación en favor cialmente y los recursos económicos, polfticos e institucionales que
de la educación privada, recordaba el viaje que había realizado a los tendría para lograrlo.
Est2dos Unidos• principio de siglo. Allí, en medio de una biblioteca En medio de la polémit:a, a me-diados de 1958 la Universidad de
donde "mil jóvenes estudiaban con el mayor orden y silencio", pudo Buenos Aires aprobó una resolución por la cual se habilitaba la co-
descubrir las diferencia> abismales entre los estudiantes "de aquí y de educación en los colegios Nacional Buenos Aires y Pellcgrini. La no-
allá". "Aquello> viven al margen de la vida política, económica y so- ticia fue utiliz.ada por las publicaciones católica.< para atacar al scct0r
cial del ¡>als", afirmaba, "Estos desde primer año ya creen tener voz y laico, ya a esa altura identificado con cada una de las medidas que
voto aun en ternas más arduos y espinosos" ... En otra noca del mismo tornaban la. univcr.idades públicas. &1udio1, luego de condenar la
tono virulenco y que llevaba el típico estilo furlongniano, el hismria- concurrencia conjunt:a de ambos sexos por ser inconvenience "mora1
dor católico hada "dialogar" a un defensor de las universidades priva- y psicológicamente", afirmaba que en defi nitiva codo era parte de un
das y a su contrincante. Cuando el laicisca le señalaba que las univer- "plan de cliwciación y ablandamiento que con mayor o menor habi·
sidades a crear serian tan confesionales como los colegios católicos lidad y disimulo cierta camarilla füo-marxisca está tratando de llevar
existentes, el alter ego de l'urlong respondía: "Tan confesionales como adelante en nuestra universidad"."
1 las universidades actuales del país, sólo que en unas la confesionalidad Al rni;rno tiempo, los analistas del camlicismo tomaron rápida-
1 será laica y atea, que conducirá fácilmente a la ami-patria, y en las mente conciencia de que el clima y los argumentos utilizados en su
otras será religiosa corno fue la de Córdoba, que formó a la genera- contra superaban ampliamente el tema universitario. El enfrencamien-
ción de Mayo". &i
La posición de Furlong revelaba la subsistencia de un catolicismo .... c~l;'U i la (q l420, "se JcSlCrlÓ d Ut«i.smO, SC Jesu:rraron Jos mandamic:n•
de trincher>, que seguía atado a los redamos del modelo de la cris- tos de la ley de 01<» y, por el mero hecho y como lógica con.scc:ucncLa. sc abrieron
tiandad. La ley 1420. desde su perspectiva, condens:iba los males de l<tJ «ltnputrc¿s al ateísmo y ll. irrchgión. a la voluptuCMiJad y al libe:njnajc, a la
meneara y a b mucirKxión"'. Vbsc Guillermo Furlong. l41raáUi'11 rr/i¡i.(114 <n la
rscur'4 "'?'"'""'• Bucnoi; Aitn. Th«>rb, 1957. p. 10.
'" Guillttmo l·urlontt. ·u cruirf\inu un1vcrsiaria privada que he conoctdo·. Es· . .ti Vbsc IJnud Quila. ú"1trt.ilJ dt tnuñ1111u 1 t'lfJ'ñllltZA ,,/it•osa. 8UCOO$ Aíres.

,.,¡,.,, núm. 472. cnc:ro-ícbrcro de l 9S6. p. 40. bii..10ncs l:.s1ud100. l 9SS.


• ·ComcnwH>S'". en &wlun. núm. 473. mano de 19'S6. p. S6. ""\.oafuc...:;<Sn", <n br.,/1... num 493. m•yod< 1958. p. 246.
116 LOS INT• 1 f.(.IUALES CATÓl ICO) Y EL FIN DE LA CRISTIANDAD OOSOUDAl>FS LAICAOUBRf 117

to estaba puesto en términos de dos concepciones integrab y opues- otros mocivo.s, sirvió para que muchos acompañaran sus críticas con
tas. El laico y el libre representaban (cuando este (ti timo fue identifi- la promoción, activa o pasiva, de la intervención esmal a las univer-
cado con la Jglc.ia, los privilegios y lo privado) iconos en los que sidades públicas.
buena parte de la sociedad depositó ""'odios. "No se podía distin- EJ primero que enfrentó a Romero fue monseñor Franu:schi, quien
guirdaramente", señalaba R. J. Bricen relación con la.• movilizaciones contestó d anírulo que d rector había publicado en La Nari611 a prin-
en defensa de la "laica", "quiénes estaban en contra de la libertad de cipios de 1956. En un tono agresivo, Franccschi le señal.ha a Rome-
enseñanza y quiénes en contra de la Iglesia y de los c:ttólicos". El ro que el problema universitario podía "resolverse pacíficamente. No
articulo 28 se había convenido en un monsrruo de cien cabezas: es necesario para ello huelgas que son manifestaciones de fuerza; pero
sépase que si hace falta, nosotros también sabemos organizarlas, y
en cuyo seno se suponía debían ~tar escondidos innumerables enemigos oponer fuerza contra fuena".71 Mis alJ:! de su posición frente al artícu-
de la repúbhca y frente a quienes se fueron alineando codos aqudlos que lo 28, los católicos le reprochaban a las autoridades universitarias la
gu>1>n ccncr imaginarios y muológtcos enemigos para luchar: la ense- liviandad con la que los alumnos habían prácticamente "cdtado a
ñanza rc:lig1osa, el privilegio, el impcriahsmo. la CIJ.>l, los contratos pe- paradas" a muchos docentes de la UM. - El grupo que rodeaba a Ro-
troleros, ct1.;éter~.~1 mero -que era un conjunto de alumnos y ex alumnos que podía ex-
hibir credenciales de lucha contra el pcronismo- había padecido la
La dimensión del problema universitario planteado en el p.:rfodo universidad del r~gimen peronista, dirigida por los profesores "flor de
pospcronisra se extiende a las transformaciones de la universidad pú- ccibo", como los llamaban por su bajo nivel académico. Los católi-
blica. La deci>ión del gobierno de la Revolución Libertadora de nom- cos, sin embargo, juzgaban la políl ica de Romero como una prácrica
brar a Jo~ luis Romero como interventor de la L11A, corre>pondía a "jacobina de exclusión de todo posible adversario ideológico de los
una división salomónica de las responsabilidades educauvas.-• Una claustros de la universidad esmal".
de las primeras medidas que debió tomar Romero fue "purgar" a los
d ememos heredados del régimen pcronista. Muchos de los docentes 11 Gustavo l·tanc.:.eschi,.. Univcuidadcs libres.., c1\ Crit(rio, núnl. 1254, 23 de fi~­
expulsados ernn prominentes figur0> del catolicismo. Dado que Rome- brcro Je 1956. pp. 124-125.
' Algunos stttorcs dd acolicismo cric:ic.aban la.s m~ida.s qut habla dispuesto el
1
ro fue una de las primeras espadas aliadas contra el decreto 6403/55,
rectorado pm excluir a codos aqudl0> que hubiesen sjJo ddq;>dos al consejo de
las publicacconcs católicas lo pusieron en la mira. lndepcnd1entememe una facuh~. y no tók> a los pc:ronistat cw1dcntcs. La revista EJtw1101 acwó a Romero
de sus matiu:s, coincidieron en que desde fines de 1955 la universi- ck ser '"qu1en 1e pbnta t'.n las puerw de b unrvc-rsidad como un~ especie de ingd
dad estab• viviendo un "vuelco ha<ia la izquierda. Esta relación de vengador p,ir.a cerrar ti paso. con en arb11raru. resolución, a muc:h-3.) pc:tsonas indu 4

extrañamiento entre el mundo católico y la cultura laica -apenas in- dablcmcncc dign:u. capaces, de buena voluntad, y t'.n ocasiones Jifícilmcncc
rccmplaubles•. El mismo artic.ulo hacl:t referencia a b. renuncia Jtl Profe.sor Alberto
terrumpido durante el período de la conducción humani.ca-, entre
Padilla, quien ac;usó a Romero de buscar una "uniformidad ideológica"" en la univcr·
sida.d. La revina de los jouitu soStenla que la ilimisión se había produddo "por ser
"R. J. Bn<, "l.a d,flcil libcrud". en fan;¡/,,._ núm. 498, octubre el< 1958, p. 641. Cltólico. o por no 1tr suficientemente liberi.I, iiquit'.rdi.su. y §0Cii.lin1'" Vbsc ..Así se
~. Sobre- b inttt\'cnc..ión de Romero en la t.:nivcrsidad de Rucno1 Aires. ,.bM lniáona b rn<llucM\n", en Esn.d•A núm. 474, abril-mayo de 1956. p. 53. Sobre
Tuho Hil~nn Oonghi. HiJr11n11 tk ¿, Un1W't'l1""4 tk Bu<nt11 Aim. •I· '"-: P.tblo P>diU. y •u puo pot b inccrvcnción en la f¡cuhad el< dcrttho. •t.LS< Osar Camili6n,
6uchb1ndtr, 1111 hNm11n11lJU!n en la en.unJIWI 11n1wn1U1n11. lll Fo1<Ulr;u/ tlt f1'4sofia :t Mnno""' politrtAJ. De mnáiu • Mmnn (l!l~J!Jf}6), B""nos Aires, Plancu-Todo
l<mu, 1896-1966. Buenos Aires, l::udeba, 1997. ~ Hiscori°'• 2000.
118 1mIN11 LECTUAI I~ CArOucos y u. HN ()[t.\ CRISTIANDAD DOS CIUDADU. LAICA O UBRE ll9

Los concursos par• owpar cátedras vacantes generaron críticas desde imegralista y costantiniana del catolicismo? ¿Respondía al modelo de
el sector católico hocia el rectorado, al que juzgaban de parcialidad rcchaw y aislamiento del mundo moderno? ¿O por el contrario, im-
ideológica." La revina Estudios, denunciaba que plicaba un giro copcrnicano, ba..1<1do en el reconocimiento del plura-
lismo de la sociedad y sus consecuencias? Algunos autores se han in-
cuando los candidatos son de determinad• tendencia ideológica, losan- clinado por el primer argumento." Sin embugo, tales análisis se
tccc:dcmcs comprometedores, las finnas y adhesiones pasadas no cucn- entroncaban mejor en el deseo de comprender los estrategias insáru-
t•n. sc ignoran o se olvidan; cuando d candidato es católico, con d máxi- cionales de la Iglesia, que los cambios producidos en los ideas del
mo rigor se busnn pdos en l• lcche, como se h• hecho en la Facuhad de catolicismo. Efectivamente, la politica educativa de la jerarquía se
O.:retho con el doctor l'ousuno UgÓn, pñvado asf de esa citcdra de un orientaba a obtener el fortalecimiento de los instituciones educativas
indiscurido v.llor. • confesionales privadas, mis que o exigir un mayor espacio para la
religión en la educación públic.a."
Justificado o no, e•t• pcrc:cpci6n de lo que ocurría en la universidad lndrpcndientcmente del cambio de estrategia eclesiástica, se ha per-
pública irfa ampliando la brecha entre unos y otros. dido de vista que, si bien el catolicismo se alineó detrás de la opción
Con estas medidas. los católicos tomaron conciencia de la hostili- "librr, los argumentos que se esgrimieron ruvicron marcados diferen-
dad que le manifcotaban el gruc.o de los intelectuales pospcronistas; cias entre sí. 1.a pol~mica del 1956 al 1958 fue, desde esta perspectiva,
cuando el término intelectual se asociaba cado VC'l. más a la idea de el último acto del modelo Je :Usl:llllicmo, pero el primero de un cato-
compromiso social, c=bio de cmucturas y revolución. Este distan- licismo renovado, que buscaba nuevas bases de sustentación en su rela-
ciomiento de la universidad pública y sus hombres, salvo el cono ción con la sociedad y el Estado. Era parte de lo viejo porque sostenían
interregno en que los intclecrnales cacólicos se ilusionaron con los la incompatibilidad total entre la enseñanta cristiana y la enseñanza
rectores humanistas - Olivera y FcrnándC'l Long- se agudiw con la laica, apelando a lo "insoportabl.c" que era para un padre católico que a
rodic.1lización del cstudia1mdo, y llevó a muchos católicos a reclamar sus hijos se le negara la educación en la "verdad". Sin embargo, la de-
In inten«nción en 1965 y a festejarla un afio después. fensa de la universidad y la escuela confesional no se sustentó en los
El debate sobre la educación era mucho más de lo que parecía. La argumentos que giraban en torno del mito de la "nación católica". Por
polémica universitaria fue cap:udc movilizar las im:lgencs primigenias
de la reforma univer.itaria, de la tradición laica plasmada en la ley 79 Mcrccdc:s Moyano soscicnc que en la etapa 1958· l 966, la acción de la Iglesia se
1420, la dialécti"° oscurantismo vs. ciencia e incluso, la cuc:sción de orientó a rc,01nponcr despacio socialcristiano impuJsando "una polfrica de conc
la moralidad o inmoralidad de la universidad pública. Ahora bien, conservador. l lubo dos hcehos que revelaban esta tendencia: la Gran Misión de
desde la perspectiva del catolicismo, ;fue parte de la vieja concepción Buenos Aires en 1960, y el uiunfo cclcsiinioo en la disputa ')ajea. o libre' con el
F...5tado respecto a b educación -principalmente universitaria- privada". Mercedes
Moya.no, "'Org2ni1.acHSn popular y conciencla cristiana... en: MVV, 500 anos Ú cris·
n l;n <K1ubrc de 19S6,., la va que: s.t: crit1c.aba J.a do.ignación de Rom<':rO Brc:st y 1111n11mq tn '4 Awn11r14. Buenos Aira, <.UHLA·Nu~-a licrra, 1992, p. 3n.

~nY'b)Crt'fl l·1k,~fi1 y Lctru. ~denunc;;iJba que en losc.oncunosse babia '"prcscin- •AJ lt'ha.lar ate camb~ de tstnteg.1a no olvidamos las diftrcncW regionales. En
Wdo 2bsolu1.amcruc de le» acó!1«»· Véüt ·1..os conwnos uni\·crs1anos·. en f:stu. d >nt<nor del iurs. donde por w dimcru.ones de b pablación y b trad>c~n popular
J..,, núm 479. 0<tuhrr Je 1956. p. 56 y•¡Sq;wmos c.on lo lllUIDO?•, en Es<.Ji.., d ob,.po t<nfa un pao polhico mayor. no fu«<>n •nfrecucntcs los pedidos de indu-
nú1n. 480. dococmbrc de l 9S6. p. S1 iión dt hons de rtlig.ión, en foum obligatoru, en los cu.rsos de cscucbs públK;:u..
., •fAuaciónylibuud", cn Cntmo, num. 1316. 2SdcS<p<icmbrcdc 19S8, p.685. w,,. JO«! S:ilvador Compobusi, •/· nt

b
p

120 1 OS IN"n l.fCTVAI tS CATóUCOS Y EL FIN DE LA CRISTIANDAD DOS CIVDADfS, 1.AICA O U6RE 121

el contrario, afirmaron que en b= al pluralismo y la diferencia, y aun- panc del imaginario que oponla d concep<O de sabidurla al de ~rof~­
que los católicos no fueran mayorla, tcnlan derecho a conscruir un sionaliudón. Esta aspiración de los creadores de las nuevas umvcrs1-
sistema educativo alternativo. lmplicitamcmc, se estaba filtrando un dades confesionales, debía plasmarse en un modelo alccrna<ivo al de
cona:pm -la pluralidad- que rt.-caén ob1endría su carta de ciudadanla (as universidades públicas. Luego de la promulgación del artículo 28,
dur.>n<c las sesiones del Concilio Va1icano 11. se abrió el deba1e sobre cuántas universidades se iban a formar, sobre
Sin embargo, el tono que adoptó la confrontación dejó en la con- qué modelo y quiénes la.1 conducir(an. . . .
ciencia de los intelectuales ca1ól1cos, en especial la gcner.>ción del Reglamentado el decreto que regla su funct~nan:uemo, las Ulll\"Cr·
cincuenta, una amarga sensación de ajs(amiemo y hostilidad rcspeao sidades católicas abrieron sus puertas. La Umvers1dad Católica Ar·
del mundo cultural no confesional. La marca del confliao 1erminó genuna !>anta Maria de los Buenos Aires empelÓ a funcionar en mar-
de romper el fren1e que podía unirlos con los sectores que formaban zo de 1958, siete meses ames de que se reglamentara d artírulo 28."'
el ar~o no peroniMa de la MK.u:dad polí1ica que gobernó hasta 1966. fue fundada por el Episcopado Argentino, que la puso bajo d con-
Por oiro lado, a pariir de 1963. los movimientos eclesiales juveniles trol de una comisión especial encargada de elegir al rector y a los
prefirieron bu>car una wnvcrgencia más desprejuiciada con el mun- decanos.
do moderno, e imerpreiaron que el conflic10 "!ajea o libre" se inscri- En la formación de estas nuevas insrirucioncs, se repitieron los
bla en el pasado prcconciliar. propio del juridicismo de una Iglesia debaies que a cu altura ya laceraban al mundo católico. El episcopa-
que habla olvidado su función profé1ica. do formó la uCA. pero también los jesuitas del Salvador estaban 1n-
F,I conflicto univcr1irario -como el enfrentamiento y la quema de 1ercsad0> en crear su propia universidad. Desde 1944, dencro dd colegio
lglc>ia.1 en 1955- abrió los ojos del pensamiento católico argentino, funcionaba d Jnstitu10 Superior de Filosofla. dirigido originariamente
mostrfodolc la distancia que lo separaba de aquellos que vivían mil por Enrique B. Pira. Cuando Pita fue designado provinci~l d~ la or-
allá de la cristiandad. En 1965, Jorge Mejía podla afirmar que "El den, el padre Ismael Quilcs se hizo cargo del rcccorado del msnru10 e
mundo no se es1i conmuycndo sin nosotros, sino contra nosotros; impulsó su rrnnsformación en universidad. A todas luces, era poco
mucho tiempo hemos vivido en una ciudadela amural lada, corres- factible el de>arrollo de dos universidades confesionales en una ciu·
ponde ahora, no bajar los puentes, sino derribar los muros".81 dad como Bueno> Aires. l.a superioridad jesuita presionó si n éxito
par.> que ;e desi>ticra de la formación de la Universidad del Salvador.
Mariano C:l.\tcx, ex jesuita, pensaba que la reticencia a obedecer a los
UNl\llRSIDADU, t'OIJnCA Y REUGION superiores era uno de los primeros signos de la crisis de la Compañia.
Más allá de estos entrerclones palaciegos, la Universidad del Sah"ador
A principios de la década de 1960. laicistas y ca1ólicos coincidían en tuvo la oportunidad de recibir en sus cátedras a una nueva genera-
que la universidad debla ser mucho más que una entidad emisora de ción de jóvenes docentes, alguna> laicos, otros religiosos, formados
thulos. l.a critica al cientificismo era parte del sentido común de la en las renovadas ciencias socialc, y que, dcspu~ de su paso por las
época. En el caso del catolicismo, la idea de "formación integral" era universidades católicas europeas más importantes, traían un bagaje

•·Jorge \.icjú. •(:rónK.i concili.ir·. en CntmA nóm.. 1,.63. 12 de: noviembre de a.r Véuc Norberto lbrlkh 8crtoc'1ti. Úll t11t1wn~ c11úlicas. Sumos Aires.
1964. p 816. º"'· 1987.
-
122 1.0~ IN 1EUCTUAl.E.I CATÓl.ICOS Hl FIN Df L\CRISTIANDAD DOS CIUDADES L\ICA O UBl\t. 123

renovador que la ª"itud abierta de un intdecrual como Quilcs les la oficial. Junto a esa vocación de reafirmarse como actor político y
permitió desarrollar. Hombres como Antonio Donini en sociología, >ocia!, la jerarquía respetaba su vieja tradición de sospechar de roda
Vicente Pellegrini en economía, la cátedra de estudios orientales que actividad incelecrual que no pudiera controlar rígidamente.
el mismo Quile> desarrolló como continuidad del ecumenismo que El doctor Eduardo Braun Menéndcr propuso un modelo alterna-
pregonaba el Concilio Vaticano 1!, son ejemplos de esa voluntad de tivo al que, en definitiva, se implementó en la UCA. Menénde2 era
crear una institución que no fuera un cenero dd oscurandsmo y la decano de la Facultad de Mcd icina de la UBA y allí había participado
represión a la ideas, aquello que sus opositores oicmprc hablan de- en experiencias de c..onv1venci:t intcrconfcsional. 11 ~ Braun Mcnéndt"7.
nunciado. estaba de acuerdo con formar universidades privadas, pero sostenía
El caso de la UCA fue distinto. La UCA debfa ser, por lógica, Ja continui- que tenían que surgir como consecuencia del desarrollo de una ge-
dad de los Cursos de Culcura Católica, luego transformados en el 1nsti· nuina masa crítica de conocimientos y no por la acci6n dcmiúrgica
tuto Argcncino de Cultura Católica. De tendencia tradicionalista y con· de un decreto. La jerarquía eclesi:útica, sin emhargo, quería a las uni·
servadora, por los Cursos hablan pasodo varias generaciones de c:uólicos. versidadcs como cncidades de formación de una nueva dingencia y
Uno de su.< animadorei, el filósofo Octavio Nicolás Ocrisi, representaba <Orno ~rnbitos de posicionamiento político frente al Estado. No po·
al tonusmo más ortodoxo de nucscro pals, aunque no era, en 1958, un dían esperar a completar los pasos que marcaba llraun Menéndcz y
personaje tan políticamente incorre<.w como Julio Meinvidle. El lnsti· menos después del enfrencamiento vivido en 1958. La apertura de las
tuto fue dirigido desde 1947 ha.;ta su fusión con la universidad católica universidades a principios de ese año confmncó al Estado con un
por d padre Luis María Ecchcvcrry 13onoo, que había desarrollado una hecho consumado. Apenas se lanzó el debate en 1956, llraun
dilatada labor orient:lda a la formación de núcleos universitarios desde Mcnéndcz expresó sus dudas sobre la formación inmediata de uni·
principios de los afios de 1940. &chcvcrry Bonco era una figura que vrrsidadcs privadas. Cuando la polémica todavla no había comcnza·
unía formación con carisma, como lo hadan, en otra línea de pensa- do, criticó "d apuro de quienes creen que puede hacerse aparecer una
miento, Molcdo o Rafael Tdlo. Juswncntc por eso, la designación de Universidad por arte de encantamiento". Consideraba que el proceso
Dcri>1 como rector de la tJCA (rdcgando a &ch<.~rry Bonco) produjo de formación de una universidad debía partir de lo básico, es decir,
malestar en él y sus seguidores. Si bien integró d primer Consejo Supe- desde la carca de invcscigación, e ir avanzando pautadamente hacia la
rior, se retiró en 1961 por discrepancias con la conduc.ción." formación de una >upcrestrucrura administrativa. Si bien se definía
Las diferencias en el seno de la UCA se debían a que no había acuer- como "un decidido partidario de c;¡ue >C creen en el país universidades
do entre sus fundadores sobre el modelo que seguirla '3 nueva univer- privad~.. , le auguraba un "'fracaso seguro" a quienes ~e movilizan con
sidad. El proyeeto que se llevó adelanrc fue el producro de la dialécri- "1
e único aliciente de dar tftulos habilitantes".••
ca de confrontación que dio origen a las universidades confesionales. ., 8'1.un Menénd("'¿ murió en un 01ccidcn1c de avi.ación a principto' de l9S9.
Se creó una casa de estudios que pretendía ser la contracara de la Algunus ;up«t05 Je su biogn.R.t personal y c1cntíf'iQ puedt:11 verse en Ikrnardo
universidad pública," una universidad que demostrara ser me¡or que 1-fou.uay, ..Edu.ardo Braun Mc~nda" (not:a nccrológiu). en C1rncia t lnvrn1¡,11c16n,
vol. xiv, núm. 10-11. O<tubrc-novicmbrc de 1958 (public.do <n abril dt 1959);
•' Vi:w: MV\, Gmntk1fipn1J Jrlr1110/iromoa!f.t'nl1no: luís Mar/41 Etclvw"l /Jd"'1t'S. ~al~ Cicndfia Atgcnuna, /)r. /f.dw1rdt1 Braun Mtnlntln.. Ho~nlJjt. Bue-nos
8uc110J Air(>. Jun1a ~ thsroria Edcsi~nia, 19')7. Aire$, sic, 1960.
•• VWe d "diilogo'" cruce un J.aicist.a y un promotor de I~ uni\-crsiJadc:s priv.Jda5 N. ..Edu;udo Braun Menénda. .. l..o1 dtulOJ Nbtlu;antes y la universidad·, en / 11
en ·Sobre un1ver1tdadts: p1iv.¡JJ~·. en h1uá1os.. núm. 473. mano de 1956. pp. S'S· 56. ""''"· 9 de febr-eio de 1956, p. 4. Braiun Mcn¿noo r«hauba que W universidades
124 l()~ 11' J FLrC'J VAL FS C'.Al.ÓJ ICóS Y El FIN OE l.A CRJSTIANOAO
JX)S CIVOAOES: LAJCA O LIBRE 125
A prin~ipios de 1958, Broun Menéndcz insis<ía con su concepción
h·bfa crlcicado la actitud de Braun Mcnéndez
quc opor . de la revista Estudio~ Sin mencionar o
grodualisca para la organiución de las nuevas universidades. Su crea- cunamente " . 1 d' cn-
ción podía rcaliarsc por dos caminos: el aurlmitoo el 11rrifiti11L Una
lfcct"."' .
Jesdc la. pig1nas crían formar las nuevas unaversr-
verdadera universidad era "varios hombres o varios grupos de hombres ie. Cas<cX cargabda col ncra ~u1e::~~~cmias griegas, (haciendo) surgir
con los medios necesarios para in\'t:<cigar, para formar discípulos, y "al modo e as anugu- . . •
J>desbo un1>"Crs11arco
. al rcuc
··' dor de núcleos de alca inV'CSugao{6 n 'dY
p•ra ensenar y guiar jóvenes deseosos de aprender".'' La oua forma, ·1a <U es LO e "anee hechos consumados, cales planceos pecaran e
coruda, la sofüuca, la im'Crcida", era mucho más f:lcil; bastaba con que les Sénalaba
.1 por no d ccrr
qu . 'iran~-.-enre
.. obs<ruccivos. Ya no se erara de
un dcacco dije.e "créese la unívcrsidad de la An<ánída, o dd Mar, o de ou~n es, . • uir' la tarea•.•
los Ande., o la Universidad Cacólia (... ) dcsputs se nombran profeso- .:ómo 'iniciar', smo de cómo proscg . ••enoccrcmadamenrc
inccl~~wlcscacólicos proyectaron una rm~ fcc
res pan codas las clrt-dr.IS y ya está. Los profesores dirigirán luego los
Le» f, curas universidades confesionales. Pensaban que c -
destinos de la Aarnanrc univcrsidad, la cual 'se consolidan! así cada va idíha de las u H.11 cdarla fuera de esas inscicucioncs y quc la
11
peor'". Braun Menéndcz apuntaba a los crircrios que suponía se ucili- vamcnce la po "' qu · ncarninado, ro-
urlan para elegir el personal doccnrc; si primaba la carolicidad como fucn.a de la fe alcanzarlda padro manr:::~1:~;;; la necesidad de
d na iuventu ca • VC'L m ali '
argumento cxclu)'<'.nt<, el frauso era seguro. "Si los maescros elegidos dea o por u . d'cal Los sueños de estos arquirecros h anan
tuvieran la alca a«-goría univcrsitaria, científica, y moral indispensa- una transformación r• r . 1 cd'cadores del modelo "de
1mismo obsticulo que encontraron os pr r alvar
~.'cc~n~ui~ta": I~~ orga~::~r~ii~~o~ ~~e~~:ª::c~:';r~buna
ble, nadie e.1eudriliar:I su pasado, y nadie se inrcrcsar:í por sus ideas
políticas o por ;us <endcn~i~ en el campo católico."" :islamiento
Las ideas de Braun Menéndei originaron conllicros en el seno del al mundo y rccrn 11an1urlo se co . . •bl' cólica
1 d vct más icnaz opinión pu rea ca .
recicnrememe creado Consejo Superior de la UCA, del que formaba donde se cxpre.'6 a ca a 'ó d. 1 . asas de cscudios superiores
parce.•• Dadas sus diferencias con el rcsco de los consejeros y su opo- A pesar de la formac1 n e as c . 1 .
r · . 'd ad d•• los o~rupos caróhcos en as uni-
1-- no cesó 1a ac11v1 . .
sición a la forma en que se cmba organizando la universidad, decidió con1es1ona es, . • 1965 los jóvenes católicos paruo-
renunciar. fue susri1uido en su cargo por el jesuita Mariano Cascex, vcrsidadcs públicas. Entre 1959 Y • ' '. . ]{ · del es<0 del
. . al de rad1calazac1ón p<) uca r
paron en el proceso gene'. d I C . . Vaticano 11 iban de la
. d L ol 1c1oncs e onc1110
noacionaJc.~ cu vieran cJ monopolio de l:a <'misión de druJo:s. pero cambi~n se ncg.i!xi a cstud1anra º: as res ' n defendido his<óricamcnrc Jos jóvenes
acc:pcar que Jos defensores de la univt.'rsidad privada creyeran que .su principa.l obje- mano de las rdcas que había d d ·as mas' pluralistas del
· una e 1as rcn. enea
tivo dcbi':a SC"r cJ poder de: tmirir rhulos. Vhsc Eduardo Braun 1\.fen~nda. '"U ley militantes del H11mamsmo, 1 alcanzaba
un1vcrinaria", en C1tMu1 r l11W111111túJn, voJ. XIV, núm. 7, julio de J958. . b 1965 a los ¡óvenes ya no es
cacolicismo. San cm argo, en od ba ahora de cam-
,. Eduardo Or;iun 1\.ic-n~ndcz, •tas c1;ipas pari fa creación de una universidad ..
con rcconcrharse con e1 mu ndo m erno: se traca
pt1v.1d¡", en Citn<111 t lnt.in11xa1úJn. t. x111, núm. J, marzo de 1957, p. 98. biarlo desde sus rafees.
.. lb11J.. p. 99.
n El pnmcr <:Oru<'ju .\u~rie>r de fa l<:A ~tuvo 1nrtgr;i:do por Edu.udo Brau.n
Mcnlnda. Ángel Hau1uc.w, c:u1lfermo Bfanco, Ar1Jío ~JJ· Oro .\.iaini, Agw:dn
61' a entinas.: aJgunas dificulcadcs·. en
,. MJ.rlano Ca.s:tcx. ·un1vt"rttdida cal ~ftrg mh ta~ Ca.na afirnu.ría que
°"'""'""y Vtd,., luu M>rr. fad.cvrrry llon<o, Al~uo Ginas1t1>, F:ius1ino lqón. ¡;,,..,¡,.., num. 498. ouubre de l 9S8. p. 6341 . . osdo el prob.lema de I• cduacKln
do
Cttrardc> l~ SalJt". lm1li.ano Mit: l>onagh. Franci.sco V~;. Ama.ncio Williams y e.... McntndcL. y Houuay no Ju.bb1n so uciona
·-·-•do
.. ~a co1J bor1r (con ,. '. ..,,.,.,.·1 -,,-~- su no acucr
Rionk> Zomqufn lk..ú. VhJ,c Occ>voo Nicol.ls O.risi, [.,, u,,;.,,,,¿,,¿ Cuiliu libre, y q~ el primero se ""'"""' L - d ¡J c..bw:uo" en: Mariano Casta, FJ n<o-
con La moJ.ilWd c:c>n b cw.I se c.:rca.,. to
Aw•ru•u• d """'"'. . 4. 15• - 1/n•fo""""'"· Buenos Aires. ...:... 1983.
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...,¡ ¿, 8ocn0> A"n. Hcsptrid«. 1981, p 80.
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126 1.0> INTfl FCTUALES CATÓUCOSY fl m1 OE LACRISTIANOAI)
DOS CIUDAOES: J.AICA O U BRf 127
La jerarquía acóli"' argemina miró siempre con desconliama a .1cos reclinaban al humanismo, más allá
los escudiames humaniscas. En 1956, el episcopado descinó una de- · eleccua.1es caeÓl · ·d d • "
••gunos
"' '"' mo un baluarte en med·o ' de la un1vers1. a acca . .
claración completa a criticar direcramencc a los universitarios enrolados d rcsperarlo co
11 e b ue rcpresencab a a 1a elase media an11peron1sca, .
en esa corrience. Por su parce, algunos humanista> como Ludovico Considera ·ana frcncc
q ·dad de acercamiemo entre la
1 •
a a neccs1 M . y
lglcsta
lvanisscvich Machado y Guido Di leila, agrupados en la revista Co incornprens1v . d. ·ns•ble desde su perspee1iva. Según anano
munidad, le recordaron a la cúpula eclcsiá.\liC.1 su 1ibia accirud frenre b . dores "' ispc • '" ces
los era ªJª1 ""'u1'.dores de Maritain en la universidad eran tncapa
al peronismo, incluso en los peores momencos de la confrontación, " 'al" . · ·a1· a
1h docomem.d OSOCl·a1 de 1a doctrina 011ci ¡usttCl 1St. •
Casrex. ·1aos --o
ya que ellos habían tenido "el privilegio de ver claro desde d princi- de asirn1 re ~n. . d clase impedían una adecuada y corrttta Vl-
pio, aun ~11ando cienos principalísimos sa.corcs espirituales confun- ya que sus "prc¡u1c1os °_ • ,. J . Luis de lmu, que había mili cado
dían la ruca... 'lll d 1 ""1idad argcnuna · ose ·
ar de la ccu, 1os cons1.d eraba "muy afrancesados, muy ime-
s1ónlas efJas
Los humanistas >e cuidaban de ser identificados con una agrupa- en •E ''"'1
ción dependiente de la cscructura de la Iglesia. Su apertura al mundo lcccuales, y muy '-Spm . b o de mucho>. los humaniscas
se reflejaba en su búsqueda de adherentes más allá de su confesión d 1 • · . · y para asom r
Más allá e as cm teas, . . . d . l 961 y ganaron la
. 1 . elecciones un1vcrs1tanas e
religiosa, en tanto concordaran "con el reconocimiento de un destino se impusieron en as . . 'd d de Buenos Aires en 1962.
ecerno y tra5'cndcnte del hombre". fara apertura en el período d '6n de la reformista Un1vers1 a d ó
con ucc1 . .b.. n ale ría la novcda •y renov
¡>reconciliar era inac:cpcable para la jerarquía. Los humaniswde cien- El mundo cuhural utóhco rcc1 ioalco g ·smo por la via deccoral.
-·Afa derrotar comum
cias económicas llamaban a "dejar las puertas abienas a todos los que, su confianza en que!""' ¡; b n conjunto variopinto de
siendo de distintas religiones o de ninguna, pero con una crttncia Los vocances dd humanismo ~rma an hu la politización de la
C$1udianccs que ce~ an e '.VOlución Cubana de 1959 habfacatalizado
( n comun su rcc azo a
teísta o 1rasccndcncaJ1sta, ven en el humanismo un movimiento ne·
ccsario". Al 11empo que se oponían a la "panidi1.adón" de los centro dirigcncia csrud1an11I. La Re . n los focos de aten·
d . d ·erro desp 1azarruenco e
de esrudiances -punto en el que coincidían la mayoda de las agrupa- el proceso, pro ucicn °" . d alidad gremial cotidiana a la
ci6n de la conducción reformista, e 1ª.'e %
ciones univcrsicari~ rechazaban el humanisnlo renacentista, mar-
xisca, y el cxisccncialista, proponiendo ·~un humanismo de rrasccn- Ir · • nal e imernat1onal.
coyuntura po nea nac.•o . afl ó en su di.curso de asunción
dcncia'l y un &cado "personalisra, pluraJisca y con1unitarista''.'J El nuevo rector, Juho Olivera, ""'. • d sus redccesores. "Es-
las líneas en que su gestión se d1fcrcnciana e P

•• 1..1 r..1or.J colttuv¡ crh<><uba •• b unid.J de los a16h<o5 mis aru de b ,. ~uúno C..1<><. •P ,.., p. 38. Bucnc><Am:s,Sucbmcric.ana.19n,
es<riaa unid>d de (<", y ><ft1J.ba los pdigros "de b pcnmcnc.., <n procfamu 11 "jos< Luis De lnw. p,.,.,J"""1s los""'""""'
necesidad <k un 'hum.1nismo 1n(cgraJ ltodntrJco', pero dCk1i.n1anWdo, con tJ fin
p.112. . '6 uC"ofrcccEtnd(OUcl.au,cn:MJrioToer.
Je encontrar y oír«,'!r un punto de unidad com1ín en b >0lu,ión de problcmu ,. br:i es, por lo mtnos, IJ opliac1_ n qdc 1960 uc el hunun1smo univC"rsit.irio
fundamenr~Jct par.a la ntruccuración de Ja ciudad IC:trtn;t. Vt.uc Criten·o, núm. op. (tt, HcbC'ggcr ere fa a fines de la J~..ada{ 1voto ~ticornunis1a y a.poUtico. Véase
era una etapa superaW, un S«tor que tJC;u' ~~e· andro Mayol, op. dt. Silvia Sig~I, por
1247, JO de noviembre de 1955. pp. 819·82 l.
ANuro G. Alm:i.da, Norbcuo 1tabtgg~ •y '·" d dd proytc.:to modcrn1iador
n "'Edicori:al", en (,'or11un1dllli, núm. 1. J956, p. 1.
'' Agrupa<.:i~n Humanis1;a <le Ciencias &:on6miCü (t'l'A), Un111enuiaáJ e1Ndlu1n· su pane, prefiere pcnur que a
1 capacidad unu1ca ori d.
. • con l'rondi1i, era a.paz de eJ<lr
r,, sll. sic. s/( (si bien d f<>lleto no está íech.ado, inferinlO) por d tono y b.s carac1cr&s.. 1
que se instala co~ a gesta n
.ó de Romc:ro y conunua
-
s·r
. • ntrc: católlcos y rcformistu. Vbsc t v•a
.
i1a.s de b. rcdJc:c1ón que es pos;tcrior a l 955 y anterior 1 1962), pp. S·8. atrás viejos di\<aJCS. c.:urno lu dtÍC"rtl\oCIU e
Sigal, op. nt
128 [()S ltfl EUCl UAlES CAl"Ól ICOS Y EL MN DE LACRISTIANOAO OOS CIUDADES: LAICA O UBRE 129

toy decidido", afirmó, "a empicar codas mis atribuciones legales para pre· •política univcrsicaria', para orientarla a sus fines específicos de invcsci~
venir interferencias idcológi= en la tarea científica doa:ntc y para co· gación y docc:ncia" ." Por su parte, los intclecruales m:ls comprometi-
m:gir con firme-u cualquier desviación que pueda producirse en ese dos con el Concilio Vaticano 11 adoptaron una mirada muy diStima a
5emido". La prenu católica celebró estas palabras, exorciundo el fan- la de Ocrisi. Para ellos, el compromiso era parte esencial dd ser univer-
t;i.sma de la intervención. Tranquilos ahora por el cambio de rumbo, sitario, y rcchaaron d apoliticismo. El universiwio que se dedicase
Es1ud101 reconocía que "La violencia hará nada o poco" contra la ªin· sólo a sus estudios, desvinculánd05C de la realidad que lo circundaba y
filtración comunma. En una acritud que no se mantuvo en d tiem- "lo hace sin ninguna C22Ón de orden mayor, 'ipso facro' deja de ser
po, afirmaba: "p>ra defender la libertad sepamos usar la libertad, a universitario, aunque siga 'estando' en la universidad•. Tendieron pucn·
trav~ de su mismo atrawvo convenceremos a quienes sólo trabajan tes que unían esos cambios con la tradición evangélica, fundamentan-
para imponer la peor diuadura: d comunismo"." do su compromiso polltico, ante todo, en un compromiso con Dios
la gestión humanista, son embargo, parecía escasa de apoyos. que se trasladaba a "los otros en cuanto personas y con los otros en
Por un lado, el grupo reformista absorbió la derrota, pero no se cuamo comunidad". ''"Tales afirmaciones, de perogrullo en otros am-
conformó. Era una cuestión de principios. Emilio Gibaja, mili- bientes, implicaron para los católicos un profundo cambio en la furma
tante univer>itario, afirmó años después que los humanistas eran de concebir la relación entre universidad y socicdad.1• 1
"u.tólkos progresista<" pero que él era "muy antihumanista por
onodoxia rcformisia, laica. Algunos sentíamos que era una pelea "Cana de Oct1vio N1colis Ocrisi, en Crit"'"' núm.'1517, 9 de febrero dC" 1967.
seria"."• Por otro lado, también la derecha católica había califica- p. 93. Alrededor de Octavio Dcrisi y la tJCA se: fue formando un núcleo duro de
intdectu.a.lcs católice» contrarios a las rcforma.s conciliares. AJbcno Caturelli, dlscf~
do a Olivera de marxista y a los humanistas de "camaradas de
pulo y biógrafo de Dcrisi, sostenla por esos aftos: "Ni debe el Estado subordinar a la
ruta" por su política de apertura democrática e ideas progresistas univcr~id:1d como inurumcnfO de poHtia suya. ni debe la universidad como ta1
en el campo social. descmpcn.ar at:.tividad polhica alguna. Cundo cs1c tipo de politiquería se introduce
1.3 cuestión del compromiso con lo social afectó de forma panicu- en La univcrsid<ld uansíorm4ndola en e.scucl:i. de demagogia. asistimos a la corrup~
lar a los jóvenes universitarios católicos de los años de 1960. Entre ción de la univc:r¡:iJad en su mi11na esencia·. en: AJbtrco Caturclli, la uni1J~rsidlllÍ,
úlrdob., UN(\ 1963, p. 165.
otros motivos, las universidades privadas fueron creadas con el obje· 1
'"" Jorge R. Stibold, "Compromiso actual del universitario cristiano", en Es-ru-

tivu de mantener cierra asepcia y discanda con relación al mundo d1os. núm. 557. ><poicmbrt de 1964. pp. 520-527.
político. l'regoneros de la "libre", wmo el padre Furlong, sostenían 1111
El cambio en la f'orma de concebir lu univenic:bdes católicas fue más dificil de
que la decadencia de la casas de estudios superiores del Estado era a..sunilar en mentalidades que qucd.ab;an en b. retaguardia de los tiempos. como la de
Oaav1o Nioolli Ocrisi. Hn 1967. el L)cpanamcnto de Educación del CFJA\4 ttunido
producto de su "politización". en Bug.i, Colombia, emitió un documento crítico sobre las Univcnid.adcs Cat6Hc:as
O~tavio Dcrisi celebró la intervención de las universidades públicas latin~meria.n.u. Allí se iOStcnfJ que "mis de 200 establcc:imicnt0$ que prctcnckn ser
en 1966, asegurando que los "gobiernos de América Latina después de unJvcnid.M.in. de IOI cuales mis dd ~. proba:blcmcntc no merecen d nombre de
la doloro~ experiencia de 50 años bUSCUl liberar sus universidades de la ~es Y que hJ.:i sido creados aprC'Sur.tdamcnte en los dhimos 15 afu)s., sin qU(> se los
• Y> dot>do dt ptnon:al. fondos y f>.ol•<Ú<ks ade<.1...Jos". FJ documttoto proponía
~';.:' .'• tstruaura de poclcr, cbndo pam<ipoción en d gobierno de ;nstirución y tn
"' •t.1«l.t0ncs un1\'cnn1uu~ un ('jitmplo pan d pals·. en Esruá1111. núm. 541 . e,; <ión de •u10<Ml.wla, a los poOÍ<SOttS y t>tudi>nt<>. tn todos Jos ni~-. en
tn<ro-fcbmo dt 1963. p. 42. ~ ""' num. 1527. 13 dc1ul>0dc 1967. pp.484-489. Sobrcb rcxo6ndc Ocrisi yd
-..torq~ ttpr&nubacn buu.. ,hs,t rrvi:Jti Un111t111tlt4 núms.. 1 y 2. 1967.
... En Mano Toc1, •! ttL, p. 35.
ll-0 l OS INHUCI UAU5 CATOUCQ) Y EL FIN DI IA CRlSllANDAD Dü; CIUDADES WCA O ll~RE 131

No era can simple resolver el problema de lo participa<ión. l.os ordenada por el gobierno de Onganía, "la universidad russomana
¡óvcnc< se preguntaban si participar como "católico>" no unplicaba [sic! vive hoy un calante que sintoniza con una realidad perturbada.
seguir atados al modelo de cristiandad, defendiendo, m:U allá de l:u La realidad que se vive como v!spera de una revoluc1ón".""
diferencias ideológicas, una unidad basada en lo confesional. El cato- La imervención ordenada por el gobierno de la Revolución Argen-
licismo, aunque poseía un conjunto de principios so<iales, morales y iina puso fin a un cido en el universo intelectual argentino. Osear
políticos, no contaba con un sis<ema completo de ordenamiento de Terán describió este cierre como un bloqueo tradicionalista.'"' Sin
la realidad. b consecuencia era que los grandes sistemas idcológu.:os, duda, en el catolicismo de mediados de la década de 1960, muchos
el comunismo y el liberalismo, ejercían una cormante atracción >O· de los impulsores del resquebrajamiento del modelo de la cristiandad
bre las filas católic:u. 1' se preguntaban en qué punco se terminarían los cambios. Pero el tra·
Una nueva generación, adscripta al liberacionismo, inició un via- dicionalismo, más que un auibuto para e1iquetar a 1al o cual grupo,
je de reencuentro con el peronismo a fines de la década de 1960. era un fenómeno pendular al que se acercaban y alejaban los inrelec-
l'llos habían vivido uno experiencia distinta a los que, ar\os antes, rualcs católicos que habían, en muchos c:uos, puesto en marcha el
conocieron la universidad del "régimen". Send•n que el fucuro era can1bio.
promisorio para el catolicismo, habían dejado arrás el pesimismo de fa interesan<e señalar lo complejo del componente tradicionalista
hombres como Mcinviclle. Creían, como los teólogos del Concilio en d pcnsarnien<o católico, por d grado de inílucncia que tuvieron
Vaticano, que la fe anidaba más alli de los signos exteriores y que d durante los años de 1960 las ideas generadas en el Concilio Vaticano
mensaje cristiano podía difundirs.:, incluw entre aquellos que h:ista 11. El caso de Salvador Dana. Montaño es representativo de este pén-
ayer er.in considerados enemigos. "Teilhanl de Chordin" creia José Maria dulo uadicionalisia que aparece y desaparece, combinindo<e con
Vclazco !barra en 1965. "ha expulsado a los ángeles negros que ator- nociones de democracio no deliber31i,,. y de formas de represión Je
mentaban a sus mayo re>, ha inyectado ese optimismo fundamental".'"' expresiones que se consideran disolvcn1es. Oana Momaño fue abo-
Sin embargo, lo< intcleccualcs católicos argeminos se debatían en- gado y profesor en la Universidad del Litoral. Fue juez federal y cspe·
tre el temor y el compromiso con el cambio. La caída de las murallas cialisra en <emas juddicos, históricos y universitarios. Como señala
que los separaban del mundo permi1ió cmre dios la validación de Luis Zanaira, Dana Montañ.o era "un católico de tendencia modera-
nuL'VaS fuemes de enreodimiemo y legitimidad. Aspectos con los que da" y fue nombrado para rec mplazar al ultramontano Jordán Bruno
1cnían relacione< conflictivas, como la apreciaaón l11stóric1 del pro· Ccnra, cuando sus medidas generaban serios dolores de cabeza al
blema de la Reforma, se modificaron, o se suavizaron las formas del gobierno de la revolución del 4 de junio de 194 3. 106 En su pensa-
rcch.uo. El temor se ccmraba en la lógica interna que csiaba <oman· miento se coml>inaban elementos con~ticutivos del tradicionalismo
do la radicalización del cscudiamado. "La universidad de la reformo católico, cieno aristocratismo y lo vigenóa del idcJrio transformador
ya no existe", sostenía Carlos Floroa, mc>es antes de la intcrvencicín
1
~ Ca.rl°' floria. "'Cbroscuro univcrsawiu". en F.Jru.Jios. núm S66. ¿gos10 Je
iut A. M. Garcfa, '"Los movitnit'ntos un1vcnitar1os :ugcntinos y b problc:máto 1%s, p. 41~.
de un cncutntro c:risu1no·, C'n Estudun. nUm. 566. ago:.to Je 1965. pp. 4.}6~441. ..., Os1..tr 1Ct411, N~1rrtn "'"', '6(). op tiL, p. 157
111
\ José M.irla Vefazco lbarr;¡, "La uniV<Nidid y la orienu,1ón dd mundo", en "' loru l.an1u2. /~n,, y rl mito Jt '4 111U1Ón r1116fi<•. ltJniA J l:.¡lrt110 en los
E·nul1.,, núm. 566. •gusto d< 196~. p. 414. ""ftt,,es dtf prro1uu11().. /9JO-J 943. Bu~nos Aires. Sud.uneric.an:i.. 1999. p. 5J
1)2 LOS INTELECTUALES CATOUCOS Yfl FIN DEL\ CRISTIANDAD
DOSCtUDAOES l.AICAOUBRE 133
del Concilio. En 1966, lucgodel golpedcestadodclgeneraJ Onganía,
escribió un extenso ankulo en el que señalaba cuáles debían ser las No puede permanecer ni a¡cna ni mdifcreme. o neutral, anie d dudo de
ideologías y luchas de sistemas, como la que se ha entablado, por ejem·
transformaciones ha operar en la universidad para que entrara en
plo, en d país, en los últimos decenios, <ntre d liberalismo docrrinario y
simonía con el esplritu de la Revolución Argemina. Según Oana
las tendencias anúliberalcs, de extrema i1qu1erda y de am:ma derecha.
Momaño, la crisis de la universidad era producto, entre otros, del
decreto ley 6403155. ya que "bajo este r~gimen legal han culminado
Queda claro que el componente tradicionalista se combinaba en muy
la subversión de la jerarquía, la politización en el peor de los sentidos
distinta proporción en cada discurso, y que el gobierno de Onganfa
de la Universidad oficial y la dcsjerarquización de los elencos docen·
supo cristalizarestas orientaciones que se rc~umían en una limitación
res del país". El error de Dcll' Oro Maini y de la Revolución de la acción deliberativa propia <le la polftica. "''
Liberradora habría sido ororgarlc a los alumnos y a los egresados prk·
En 1966, diez años después del conflicto originado por el decreto
ticamcnre el control de 12 universidad.
(,403155, la Universidad de Buenos Aires se había modernizado, trans-
formándose en un centro de investigación científica de nivel interna·
EJ llamado co-gobierno univ<rsir.rio. o paridad de la representación en las
cional. Las nuevas universidades confesionales, con rodas las dificul·
casas de estudios superiores. crure profoorcs, titulares y suplen id, egresados
y csiudiantc:s, condujo fattlmente :il predominio en la conducción de la
tadcs que tuvieron en su origen debido a la inexperiencia de sus orga·
Universidad de los dcmrntos que deben ser gobernados o conducidos. niadores, se convinieron en centros de form2ción de una nueva elite
cultural católica. A diferencia de sus prcdcce.ores, los católicos de la
Pero al mismo tiempo que sosten fa que "Hay que volver las cosas a su década de 1960 se especiali1.aron en sociología, economía, ingenie·
estado debido" y postulaba la necesidad de orientar los fines de la ría, psicologla. ere. Estaban listos para ocupar los puestos directrices
universidad contra "el espíritu utilitario, el agnosticismo yel materia- del país. Gregorio Sclser, lo advirtió al señalar que "mediante una
lismo", jus1ificaba su juicio >Obre los problemas universitarios ciran- revolución silenciosa y sin alharacas, la Iglesia ha ido ocupando lenta·
do la raf.z fihsófica de los males univmitarios de Risieri Frondiú y menee los vacíos de poder que una burguesía liberal decadente ha ido
apelando al concept0 de democracia derivado del personalismo de cediendo sin lucha y sin voluntad''. La Iglesia, continuaba,
Mounicr. Incluso pedagógicamente, Dana Moncafio se indinaba a la
participación activa del <•ruaiantado en proceso educativo, para pro· que sólo había podido encumbrar a ;us rcprcscmantcs valiéndose de gobi<r-
mover "el diálogo, como procedimiento o método, por reacción con· nos fuertes o simplcmcme diciatori•k-., ha doseubicrto ahora que d tradicio-
nal régimen republicano, rcprcscmarovo y liberal de esencia masona no le ha
tra el monólogo". No se tr2taba sólo de un conjumo de ideas contra-
impedido qucocupasan d rectorado de la Uni"crsicild de Buenos Aircsoons-
dictorias, sino de una síntesis que inclu!a fuentes de distinto origen.
picuos-y noubles- atólicos de la ulla de Oh~ y funándci Long.••
Proponía democratizar y argeminizar la uni...,rsidad, para que no sir-
va, "como hasta ahor.1, para refugio de conspiradores contra los valo- ....,. ~vador 0ana Monuho. ·u uniw:ni<bd yti rnov1m1rn10 dd 28 dc junio·.
res más puros de nuestr.1 tradición y de nuestra nacionalidad, a veces <n Um""1UÚJ. núm. 68. ""· juho·Kpti<mbrc 1966. pp. 17-96. Sobre d p<rua·
dirigida por extranjeros, que no se sienten identificados con nuestro IT\trnto dd autor a propósito de los probltmü un1\lt"f11tanos pueden consu1uJ'S(
estilo de vida ni con nuestro pensamiento nacional". Llamaba a tirnbi~n Salvador 0.lna Montaño, ÚI s.olue1d1f tkl prohkm11 wn1wn1uzn·o 11rxtnt1n'1
JZJ """'trs.idtuks libres. Sant.1 J~. Ed. dd autor, 19S7, asf como ú rruis ll'f.rntutA 1
1
"politizar la universidad" (en oposición a su parridización), dado que "1 rdur1U'1Ón romún y m~nor. Butnos Aiics. t:.mc~. 196).
"'Grcgorio Sdsc1, op. e1t., p. 96.
114 1o~ IITTll ECI UAI F.\ CAróUCOS Y EL FIN DE U. CRJSTlANOAf) llOS C:IUllAOES U.I<'-" O UBRE 135

51 en los a1los e.le 1950 lo.< católicos asumieron "lo temporal", en la ruras, saU.n al encuentro de "lo nacional" encarnado en el pcronis-
década de 1960 será el turno dd compromiso con "lo popular". La mo. '" En su búsqueda, los ¡óvencs católicos po1humJt11i1w rescata·
a<uv1c.lad polruc~ de los universitarios católicos comenu> a vaciarse ron de su oprobio a imelectuale> nacionalistas como Julio M.cinvidlc.
en el molde dis.;ur>ivo de la década, incorporando fórmulasexdu)"'nte> Se trataba de una oposición n3tivo·foránco, donde los atólicos naci·
a una prédica que, anteriormente, se había prc.cnrado como una al- dos al c.Uor dd afio 1955 eran vistos, como señalaba De lmaz, imbui-
ternativa :u<!ptica frente al politiudo reformismo. "Si luchamos por dos en un sesgo demasiado afranu:.wlo. Para los librradoniJtaJ, la
la democrati7ación de todos los órdcnc. de la escala hurqana, soste· generación del cincuenta ~ra demas'.ado li~ral, d.cmasiado pr~­
nfan los humanist~ en 1960, "debemos reconocer que el pcrsonalis· paJa por lo formal, demasiado mde~1sa. Ba¡o su mirada, los naciona-
mo, bue douruuria e.Id Mt"•imicnto Humanista, se sitúa en d cora- listas Je la déada de 1940 fueron reaccionarios, pero por lo menos
16n de la dialéctia revolucionaria de nuestra époa". 1., fueron algo.
La nc<:esidad de "defimcionc." e>trictas y terminantes, Uevó a los En la rcumón de la JUC de 1963 en Tandil se cuestionó y rcchau> la
utóliws universitarios a la fragmentación. Los humanistas se divi- cristiandad como modelo, pero también la filosofla mariraniana. Los
dieron en "renovadores" y "socialcristianos". 11 ' En 1963, los huma· católicos po1h1m1anmasconsideraron que la polémica lai~o l;bre había
111stas y reformistas se unieron en la UPE (Unión Programátia Estu· sido una irampa, una falu opción frente a los grandes dilemas nacio-
diamil), sosteniendo que: nales que cscaban relacionados con sus "estructuras" r. no ~n sus
"formas". Un brete m~s de la criniandad, en que la Iglesia hab1a em-
la c.;i.u'"' printipal d~ los male~ de nuestro paí.;, (así como de Latinoam(-.. barcado nuevamente a los cacólicos para defender sus privilegios
ri(;.I), es el c>1a<lo de ,ubJc<arrollo y dependencia en el que d mismo se in!lcilucionalcs. 11 :
cncucnrr.t. ·1:11situación lo pone frente a una t.:risis CSlrucruraJ <le fondo, Después de tanto ardor y""'º fuego, ya nadie reclamó esas ceni·
luya soluc;ióu no cs1j. c.:n cscc gohicrno. sino c11 una profunda transfor- 1.as como propias.
n1::idón cnc.tb<."'l.:ada por la clase lrabajador:., junto a otros st.'CtOrcs de
cJJtJ.C lllt.-di:a.

b UNE (Unión Nacional de !·~m1dian tes) recogió los cesios del huma·
ni;mo y ;e definió pcronista. Los integraliJ1as cordobeses hicieron lo
mi<mo de<pués de 1966. La jerarqufa intentó imponer la disciplina
en SU> propias lilas, representada.< por la Juventud Universitaria Ca-
tóli<a (¡uc), pero lo que obtuvo fue el abandono masivo de sus orga·
nita<1one>. El dr.ulo se cerraba: los :ímbiros creados para reconquis- 1 1
Vl-¿j( Carlo.s Eiola.)11,.,,uuJ A!ftntinJ 1 ltlt1ia. 8ucnosAircs, PiuliJU.S, 1982.
tar el mundo se vaciohan de m ilitantcs que, desbordando las cstruc· 111
Sobre el p<:rk>du 1962~ 1%5, ~1ctadts Moyino h;a Kña!ado: ·No_fuc un .pro--
~ tclc:¡,;aJ cattncc ck con1Dd1ccionrs y objccivos datos. Por d contraoo. las SJtua-
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