Es impresionante ver como el director griego, Yorgos Lanthimos, muestra

a través de “KYNODONTAS” que el comportamiento humano puede

volverse algo totalmente desagradable y enfermo.

La historia que aquí se desarrolla, muestra la relación entre padres e hijos

dentro del hogar de una familia de clase media.

La sobreprotección es tratada por Lanthimos como una patología

psicológica, las cuales traerán consecuencias de abrupta violencia e
interacciones sexuales en el desarrollo de la trama.

Un padre, una madre y sus tres hijos viven en una casa a las afueras de la
ciudad, una cerca alta rodea la casa y los niños (ya adultos) nunca han
salido de ella.

Es un escalofriante y confuso drama cuya narrativa examina los asuntos

de control, abuso, imaginación y manipulación; repleta de un lenguaje
retorcido y sexual. Aquí las cosas más normales para nosotros como ver
la televisión, las mascotas, los aviones o simplemente las personas, son
redefinidas como medios a través de los cuales las autoridades (en este
caso los padres) someten a sus hijos.

Estos son educados, entrenados y entretenidos de la manera en que sus

padres lo consideran apropiado, sin ninguna influencia del mundo
exterior. Los niños creen que los aviones que vuelan sobre su casa son
juguetes y que los zombis son pequeñas flores amarillas.

Los hijos siguen las reglas con incuestionable fidelidad, sin aventurarse
nunca al mundo exterior, sin embargo la historia concluye cuando esta
burbuja que los encerraba en su mundo se empieza a rajar, pues un
extraño se ha introducido en ella y esas nuevas experiencias propiciadas
por este desconocido de más allá del muro, empiece a introducirse en
ellos y, la rebelión y el caos empiezan a resonar en la cabeza de los hijos.