L¡ uii¡ comunitaria es lna marauillosa auentura.

bte libro aguda acla­

[OMU R
. ese camino.,Sus pistas
rificar las condiciones necesarias para recorrer
de refleHión no han sido descubiertas en los libros sino en la'Oida con-
diana. atraués de errores yfracasos. atraués de inspiraciones de Dios g
de los hermanos yhermanas. atraués de momentos de unidad. gtambién
de tensiones ysufrimientos. (ste libro aguda auiuir esta auentura. que Jean Uanier
en definitiua es la auentura de la liberación interior: la libertad de amar
~ ser amados...

Jedn Udmer (1g281 abandonó la marina canadiense en 19S0 para

carsar estlldios de filosofía yuiuir en una comunidad crisnana cerca di
París. (n 1964 creó la primera comunidad del Arca para acoger aperson¡s
con deficiencias mentales. Apartir de esta primera comunidad nacieron
atras en diferentes países. dando lugar aun am,lio mouimiento.
Na publicado en esta misma colección {ddi personi es und hisforid
sdlJTddd yRmdr hdStd ellarrlmo. Ld propuesfd espiritudl del Rrcd.

05CSAOO22

p pe
las disputas hubieran podido desaparecer rápidamente, o más sembrar la discordia, por crear tensiones y divisiones y destruir
bien, convertirse en fuerzas positivas de reforma, la comunida~
Para la autoridad y para la comunidad no se trata de expulsar
a las personas simplemente porque son molestas, porque tienen
un carácter difícil, porque no están tal vez en su lugar o porque El ojo exterior o la autoridad exterior
acusan, sino de separar únicamente a aquéllos que se han co­
Cada vez me doy más cuenta de que las comunidades pe­
locado en su interior totalmente apartados de la comunidad, a
queñas o grandes no pueden componérselas solas, A menudo
aquéllos que son un verdadero peligro de escándalo, influyendo
sus miembros no llegan a resolver sus tensiones, están dema­
en algunos contra la legítima autoridad y socavando la confianza
siado absorbidos por cuestiones inmediatas y no tienen la pers­
que tienen en ella, Estas personas desunen a la comunidad y
pectiva suficiente para ver lo que realmente pasa en la comuni­
hacen que se desvíe de sus primeros objetivos,
dad, Necesitan la ayuda de una persona exterior que sea lúcida
En este difícil campo de divisiones y cismas no es posible
y competente, que tenga verdadera autoridad, que pueda ayu­
establecer la menor regla, salvo la de la paciencia, la vigilancia
darles a entender cómo evoluciona la comunidad para encontrar
y la firmeza, la del respeto a las estructuras y a los lugares de
nuevas estructuras en las distintas etapas de su crecimiento, Me
diálogo, De hecho mientras que la persona está bien rodeada y
parece que cada comunidad debería tener un «ojo exterior», que
no puede expandir el veneno de la cizaña, no hay motivos para
la visitara regularmente, alguien que sepa escuchar y hacer bue­
expulsarla, Se tratará de llevarla y de ayudarla con los pocos
nas preguntas sobre la visión de cada uno y sobre su vida de
medios que tenemos, S~ay peligro cuando esta persona em­
comunidad, alguien con quien todos los miembros de la comu­
piece a influir en otras',IEs, preciso que en la comunidad cada
nidad pudieran hablar si lo necesitan, alguien, sobre todo, que
uno esté constantemente vigilando para no sembrar consciente
fuera un consejero para él o los responsables, y ayudara a la
o inconscientemente la cizaña, Cada uno debe intentar constan­
comunidad a descubrir el mensaje de Dios oculto en las tensio­
temente ser instrumento de unidad, Esto no quiere decir, natu­
nes,
ralmente, que haya que estar siempre de acuerdo con la auto­
Este ojo exterior debe ser alguien con sentido común, com­
ridad, Pero es necesario afrontar la autoridad desde la verdad,
prensivo, conocedor de las relaciones humanas y comunitarias,
Algunos de los que vivimos en comunidad no estamos al abrigo
alguien que ame los fines fundamentales de la comunidad y que
de un poco de orgullo, nacido de una susceptibilidad herida, que
respete sus estructuras,
puede invadir todo el ser si no se la presta atenc~
Esta persona también debe animar a que las comunidades se
* * * evalúen a sí mismas, Ocasional y libremente, deben evaluar su
Hace falta mucho tiempo y mucha sabiduría para construir una propia vida comunitaria, ver dónde deben poner primero sus es­
comunidad, Sin embargo, para desestabilizarla y destruirla basta fuerzos, sentir si se está perdiendo la creatividad y desterrar el
con muy poco, sobre todo si una persona fuerte e Inteligente es caer en el hábito y la rutina, Evaluar las reuniones, si son ver­
admitida más porque se necesita a alguien competente que por­ daderamente enriquecedoras y vivas o si son una pérdida de
que se ha reconocido que su lugar fuera verdaderamente ése, tiempo, Es realmente más fácil hacerlo con la ayuda de un oJo
Si esta persona es orgullosa y destructiva, si busca el poder, si exterior,
no hay nadie fuerte para poder interpelarla y plantarle cara, la * * *
r:
comunidad corre el riesgo de zozobrar y morir
No debemos olvidar nunca que el demonio es el adversario
del amor y la comunión, Odia las comunidades donde se crece
Yves Beriot decía hace tiempo lo importante que es tener unas
personas que visiten las comunidades y sean corno esponjas
en el amor y el conocimiento de Jesús, Hace todo lo posible por para absorber la angustia, En efecto, todas las comunidades se

140 141
sienten lejos de su desguarnecidas ante las violencias y
las depresiones de las personas acogidas. Todos estamos
del ideal del esto acarrea una angustia latente y una
pabilidad que reducen el impulso de la creatividad e incitan
a la tristeza y a la desesoeranza
." * *
Este «ojo exterior» juega también el papel de la memoria,
Siempre es importante que alguien venga del exterior para decir:
,,¿re acuerdas?", recordando así el origen, la historia y las tra­
diciones, los días de alegría, pero también los días sombríos,
Para pOder hacer proyectos sobre el porvenir, una comunidad
debe tener bien asimilado su pasado y tener un sentido de las
tradiciones, es una de las razones por las cuales la auto­
ridad exterior no debe cambiar con demasiada frecuencia, la
continuidad es importante,
* * *
de la autoridad exterior es delicado. Consiste en ver
lo positivo de la comunidad, para po­
y lo negativo, para mostrarlo. la autoridad exterior no
decir qué es lo que hay que hacer, sino simplemente dar
su opinión, una orientación, aliento, una ayuda para renovarse
en la esperanza y desdramatizar los acontecimientos, Debe ser
consciente de que su función es pasajera y de que la comunidad
deberá continuar con las mismas personas,
El «ojo exterior" es particularmente importante cuando la co­
munidad pasa su invierno, porque tendrá que conducirla a la
confianza, la paciencia y la oración,
Una comunidad también necesita una autoridad exterior que
sepa confirmar, confortar y alentar a los pero tam­
bién supervisar e interpelar cuando sea necesario. Debería poder
intervenir con firmeza cuando los son incompeten­
tes e incapaces de mantener el y las metas de la co­
a si comienzan a utilizarla para sus propios fines, o
incluso si se dan .
Esta autoridad exterior es necesaria porque los seres humanos
son débiles y falibles y las fuerzas del mal, tanto fuera como
dentro de la comunidad, son tales que, si no hay una autoridad
exterior, la comunidad correría el tarde o temprano de
142
zozobrar o de o de cometer IIUt;Uvlct0 reales con las per­
comunidades terapéuticas, la garantla puede ser
que eventualmente establece un sistema de control y
de evaluación; también ser un consejo de administración.
Muchas comunidades cristianas están vinculadas al obispo. Es
él, o su representante, quien aprueba la comunidad con sus re­
gias y constituciones; él es el gerente, Otras comunidades están
ligadas a una autoridad en toda una red de comunidades
hermanas; a esta persona se le suele llamar provincial, superior
general, servidor o coordinador.
" " *
Me dan miedo algunas comunidades sin tradición que recha­
zan cualquier autoridad exterior a ellas mismas, No sobrevivirán
mucho tiempo a su fundador, y él mismo se arriesga a equivo­
carse si no hay ninaún control.
Crecimiento personal y crecimiento comunitario
Quien crece en amor y en sabiduría en la comunidad hace
crecer a toda la comunidad; quien tiene miedo a avanzar
que crezca la comunidad. Cada uno de los miembros de la co­
munidad es responsable de su propio crecimiento y del creci­
miento de toda la comunidad,
* * *
'...J'·I(')"'~<:~I·''''''' \ -'.J'J\IV,I\'V<I:\"
Crecer humanamente es unificar nuestra capacidad de acción
y nuestro corazón. Con demasiada frecuencia la acción surge
del miedo: miedo a las relaciones, a nuestra vulnerabilidad e
incluso miedo al amor, miedo a la dependencia, a la sexualidad,
más aún, miedo a nuestro ser profundo y oculto, la acción mu­
chas veces es una huida o un deseo de
Cuando estamos en paz con nosotros mismos, cuando hemos
asumido nuestras heridas más profundas y nuestra debilidad,
cuando estamos en contacto con nuestro corazón profundo y
nuestra de ternura, entonces la acción surge de nues­
tro interior y se convierte en fuente de crecimiento.
* * *
143
 surgir la confianza y la comunión, pero también un definidor de
una persona sabia. Es un tiempo en que la cruz se hace reali­ las responsabilidades de cada uno.
dad. Debe orar Y esperar la resurrección, el momento en que
podrá de nuevo dar visiblemente la vida.
* * * Aprender a escuchar y a ejercer la autoridad
En El Arca damos bastante responsabilidad al consejo de ad­
de cada una de nuestras comunidades. Como en
Cuando se confía una responsabilidad a alguien hay que darle
muchas asociaciones civiles, debe haber un estatuto legal o una
los medios para asumirla. Se debe evitar la superprotección, que
carta según las leyes de cada país. El consejo de administración,
en resumidas cuentas es un rechazo a compartir la responsa­
con su presidente, es el responsable legal de las cuestiones ad­
bilidad. Hay que conceder el derecho a cometer errores, a rom­
ministrativas Y financieras. También es el responsable legal de lo
perse la cabeza. Hacer todo para evitar a otro el fracaso, es
que pasa en la comunidad, particularmente en lo que concierne
también impedir que tenga éxito. (Empleo las palabras fracaso y
a las personas disminuidas que han sido confiadas a la comu­ éxito aunque no me gustan para la vida comunitaria).
nidad por las autoridades locales. Para llevar una responsabilidad, no se puede estar solo. Se
La experiencia nos ha demostrado que estos hombres Y mu­ necesila a alguien que aconseje, ampare, anime y controle. Nun­
de los consejos de administración no sólo son competentes ca hay que dejar que alguien «se mezcle" él solo en situaciones
en cuestiones de leyes y finanzas, sino que también juegan un¡ y tensiones demasiado pesadas, pero hace falta alguien con
papel importante ayudando a la comunidad a superar crisis, Ef se pueda hablar libremente, que comprenda, que confirme
tener los pies en la tierra, a definir Y a llevar a la práctica las en la responsabilidad, que sea una presencia discreta que no
estructuras y, de forma general, ayudando a la comunidad a ser juzga. que tenga experiencia de las cosas humanas, alguien en
coherente con respecto a los objetivos que se ha fijado como
se tenga confianza y que la dé. De otra forma se arriesga
comunidad de El Arca uno a cerrarse y a desmoronarse, lo que es particularmente cier­
Esto quiere decir que los miembros de los consejos de ad­
lo entre los responsables de comunidad. Éstos y aquéllos que
deben comprender de verdad la vocación y la rea­
asumen responsabilidades en la Iglesia y en la sociedad tienen
lidad de El Arca, y descubrir que las personas disminuidas tienen
necesidad de recibir ayuda, formación, amparo; necesitan dar
un lugar muy particular en la Iglesia y en la sociedad y que
cuentas y evaluar su gestión para ejercer su responsabilidad con
también pueden ayudarles y acercarles a Dios. Esto quiere decir
que no deben reunirse exclusivamente para discutir cuestiones mayor sabiduría y amor
serias, sino también para hacer celebraciones juntos, para com­ Jesús prometió a sus discípulos enviarles otro Paráclito. Hay
partir a un nivel más profundo, y sobre todo para gozar de la que ser paráclitos los unos para lOS otros, es decir, personas
que responden a la llamada del otro. La cruz de la responsabi­
presencia de los miembros de la comunidad.
lidad es a veces pesada y para hacerla más llevadera son ne­
* * * cesarios el amigo lleno de comprensión y el hermano o la her­
Algunas comunidades de El Arca han tenido graves conflictos mana.
entre el consejo de administración Y el responsable, y es normal
cuando uno actúa sin contar con el otro, o toma decisiones so­ * * *
bre cuestiones que no son de su competencia. En estos casos, Para poder asumir la responsabilidad del crecimiento de los
debe haber una autoridad exterior que sirva de punto de refe­ el responsable debe situarse en el camino de una ver­
rencia a las dos partes. Esta autoridad exterior es un reconcilia­ dadera madurez y libertad interior No debe encerrarse en una
dor que ayuda a reanudar el diálogo, de manera que vuelva a
243
242
 prlslon de ilusiones Y egoísmo, sino permitir que
guíen. Él mismo debe el crecimiento.
* * *
No se puede mandar bien si no se sabe obedecer. No se
puede ser responsable si no se sabe ser servidor No se puede
ser padre o madre si no se sabe ser rlijo o hija. Jesús, antes de
ser pastor. es cordero. Él tiene toda la autoridad precisamente
porque le viene del Padre, es el Hiio amado del Padre.
* * '"
Cada vez más, descubro lo difícil que es
Arremeto muy deprisa contra lo que de dureza y
en mi interior Me cuesta ligar la escucha a las personas Y la
N\rnf')~Qión con la firmeza, la Y la esperanza de que
crecer. Me muestro demasiado tímido y acomodadizo,
dejando hacer a las personas lo que ellas
el contrario, soy demasiado rígido y leaali~,ta.
una inteligencia de las cosas que debo adqUirir y una
sabiduría de la responsabilidad, pero también hay una fuerza y
una paciencia. Mis hermanos del consejo de El Arca me han
ayudado mucho a progresar, pero aún me queda mucho trabajo
"..que hacer.
1,\
/r... ~.!5)b
'. '. ,\* '" *
~.tJ;>~,
f!:
""'11"
1Una de lascualidades esenciales ,de un responsable es la de ,:
saber escuchar a todo el mundo y no sólo a los amigos y ad­
miradoresl Debe saber cómo se sienten las personas de su ca­
munidacl"Y cómo van creciendo. Debe crear con cada uno unos
lazos verdaderos, si es posible calurosos, Un mal responsable;
se oculta tras el prestigio, el poder, la palabra, la orden; no es­
cucha más que a sus amigos. Habla mucho, pero no se preo-:
cupa por saber cómo reciben los demás su palabra y sobre todo'
no busca conocer sus profundas necesidades, sus
sus dificultades y sufrimientos, y la llamada de Dios para ellos.
El responsable que no sabe escuchar al para
elegir el grano de verdad, oculto tras las malas hierbas del des­
contento, vive en la ~ nes que entran en la comunidad o que desean entrar en ella. La
Sería conveniente que dejara a los miembros de su
expresarse libremente ante una tercera persona, una mirada ex­
244
terior, de la que ya hablamos en el capítulo cuatro, sobre la
forma de la autoridad.
f'tlno de los peligros del responsable es ser incapaz de ver la
realidad de su comunidad tal como es, y no escucharla. Así se
convierte en un optimista perezoso: "Todo irá bien" es su divisa.
En el fondo, tiene miedo de actuar, o se siente incompetente e
Incapaz ante la realidad. Es difícil permanecer constantemente
consciente ante ella, porque molesta. La autoridad consciente de
las dificultades se convierte en una autoridad que busca, que
reza y que grita a Dios. Su sed por la verdad aumenta y Dios
rO"Mnrlo a su llamada. Pero debe saber tener paCienc~
.. " *
no se preocupa más que de los reglamentos y de
intenta saber dónde están las personas. Oculta su
lcapacldad de comprender y de escuchar tras la imposición de
Se las cuando se tiene miedo de las
gersonas.
~ * * *
.".:j.... '1" "
I 1L6{ fu~da~6"res ser una lacra si las
comunidades continúan refiriéndose a ellos mucho tiempo des­
pués de su muerte para cuestiones que no afectan directamente
al espíritu fundamental de la comunidad. Los nuevos responsa­
bles deben ser como los fundadores. Tienen que adaptar la co­
munidad a las situaciones nuevas; deben sentirse libres para di­
rigirla con sabiduría y según sus propias fundamentán­
ciose por supuesto en el espíritu inicial de la fundación. Pero por
esto mismo, necesitan una gran fuerza interior, sobre todo si los
mayores de la comunidad tienen miedo al cambio. Los respon­
sables que se dirigen solamente al ahogan la vida y se
arriesgan a ser legalistas. Cada debe ser un profeta
desde muchos puntos de vista para conducir bien la comunidad
on las situaciones actuales.
* * *
\tEs i~~~~~~~e ;u~ ~¡ q~e '-'¡~/}., .'l~ .~
llamada de estos jóvenes, sus y sus deseos pue­
den revelarle muchas COS8..:U El responsable debe saber escu­
245
char con interés y asombro la obra de Dios en ellos, porque su
llamada puede enseñar lo que debería ser la comunidad y
son sus deficiencias.
En su Regla, san Benito dice que cada vez que hay un asunto,
importante que tratar, el abad tiene que convocar a toda la co­
munidad, para recoger la opinión de los hermanos. Si el abad
consejo a todos es porque «a menudo Dios inspira las me­
sugerencias a los más jóvenes,,2.
No ocultarse
El responsable tiene el peligro de levantar barreras entre él y
aquellos de los que es responsable. Da la impresión de estar
ocupada. Impresiona por lo grande que es su coche o
su despacho. Hace sentir que él es superior o el más importa
nto
Este tipo de jefe tiene miedo y da miedo. Está inseguro y
eso mismo guarda las distancias. El verdadero responsable
Va a da a su gente múltiples ocasiones de
darle y de hablarle como a un hermano o una hermana. No
oculta y por 10 mismo permanece vulnerable a toda respuesta
crítica abierta. Un buen responsable debe siempre perm<>nol"'
cerca de quienes es responsable y facilitar encuentros
deros y sencillos. Si se mantiene alejado no podrá conocer ni
su pueblo, ni sus necesidades.
Es importante que el responsable se muestre tal y como es y
comparta sus dificultades y debilidades. Si las oculta, las per·,
sanas corren el riesgo de verle como un modelo inimitable.
un día verán sus deficiencias Y se rebelarán. Después de haberle·
puesto en un pedestal, le verán caer a lo más bajo. Es
tante que le vean falible y humano, pero al mismo
fiado y esforzándose por progresar. Si el responsable tiene
ser un verdadero servidor de la comunión, debe estar él
en comunión con los demás, como persona, no como
sable. Debe dar ejemplo de lo que es compartir
* * *
Una comunidad es un cuerpo. El responsable no ejerce la at.'
, Regla de san Benito (3.3).
246
loridad desde la «cima». El organigrama de una comunidad no
tiene forma piramidal, sino circular. El responsable de una co­
munidad es responsable con y a través de los demás. Solamente
nn el ejército o en las empresas los organigramas son
dales.
* *
"No pensemos por tanto que el hermano Roger está a la ca­
beza de la comunidad, sino en el centro, en el corazón. Estamos
Inspirados por su visión de las cosas y él tiene la misión de
oxplicar lo que la comunidad intenta vivir. Pero es también un
hombre de escucha que busca constantemente despertar los do­
nes de cada hermano y apoyarse en ellos." El hermano Roger
Ilusca con sus hermanos y, juntos, intentan avanzar en «ese mi­
lagro de la vida en común», una «aventura con Dios 3 ".
rts bueno que un responsable haga un pequeño trabajo ma­
Ilual, aunque no sea más que fregar ocasionalmente la vajilla o
la cocina. Esto le pone de nuevo en la tierra y le obliga a man­
charse las manos. Así se crea una nueva relación. Cuando se
trabaja con él se puede llegar a él como a una persona y no
s610 como a una funciQD.j
responsables necesitan tener siempre a alguien
ti ellos que sepa hacerles bajar de su pedestal, «darles un pun­
en el trasero» o hacerles rabiar, Los responsables a me­
Iludo son adulados o agredidos. Pueden encerrarse en su co­
metido por miedo o porque se creen pequeños dioses. Y ne­
oesitan personas que se burlen de ellos amistosamente, que no
los tomen demasiado en serio, que vean a la persona detrás de
su función y les hagan descender a tierra. Si no, muy pronto
nstarán en las nubes, se ocultarán y perderán contacto con la
realidad. Desde luego es necesario que tengan confianza en
esas personas y sepan hacerse amar por ellas.
Relación personal
comunidades se niegan a tener un responsable. Quie­
len resolverlo todo por la «vía democrática», por un consenso de
) Cita de un hermano de Talzé en el libro de Kathryn Spink, Frére Roger
de Taizé. SeUlI. París, 1986, p. t 61
247
 cultades y crecimiento de la persona en la comunidad y en su
lugar de trabajo. Los asistentes pueden compartir entonces de
una forma más personal con su acompañante.J!i puede ayu­
darles a objetivar los problemas que surgen, a ver cómo sus
heridas y bloqueos son la causa de los conflictos y las dificul­
tades. También puede ayudarles a profundizar y crecer en la'
verdad, el amor y la sabiduría en la vida comunitaria. Muchas
personas tienen una gran necesidad de comunicar sus sufri­
mientos y sus alegrías a alguien que pueda acogerlos sin pre-
I juicios, sino con comprensión, compasión y una cierta sabiduría.
'7cr"'bv' ,
f v.~' ¡ 'fr.
' j i '
\} \1 I
J" -.
j
*1 * ,::
"i t.-< ~ ".
I Est~s tres formas de acompañamiento son vitales para dar el
aso desde los valores del mundo a los de la comunidad y, en
particular, a los valores del Evangelio. Las personas no podrán
enraizarse en una comunidad de fe y en una alianza con el pobre
si no son acompañadas de una forma clara y sabia.
Los aspectos esenciales de estas tres formas de acompaña­
miento son: la escucha, un verdadero cuidado y amor por la,
persona, intentar clarificar bien las cuestiones y saber confirmar
e interpelar. Los asistentes necesitan sentir que alguien les es­
cucha, les ama, les ayuda a clarificar su camino en el trabajo,
la comunidad y su vida espiritual. Necesitan ser interpelados y
confirmados en su crecimiento y en su lucha por las decisiones
y los esfuerzos, y el fundamento de todo esto es la confian:!1'
Acompañamiento psicológico
personas, porque han tenido graves conflictos con
sus padres, o como consecuencia de la indiferencia o de la au­
sencia de sus padres cuando eran niños, se han visto obligadas
a construir pesadas barreras en torno a su corazón. De esta
forma se protegen del sufrimiento, de la angustia, de la soledad,
de la culpabilidad, de la confusión y de la cólera que habrían.'
sumergirlas y matarlas si todo esto hubiera permanecido
en la superficie de su conciencia.(ÑÜestra naturaleza humana es
de tal forma que, para poder vivir y a veces sobrevivir, un niño
puede esconder todos sus sufrimientos en las zonas secretas e
inconscientes de su ser y así olvidarlas. Pero estos sufrimientos
270
o tinieblas, acumulados en un rincón oscuro de su ser, en una
suerte de tumba interior, continúan gobernando inconsciente­
mente muchas de sus actitudes y comportamientos, En estas
personas, a veces, hay demasiada cólera contenida, un deseo
muy profundo de ser contempladas y amadas como algo único,
demasiada soledad transformada en culpabilidad y en falta de
confianza en sí mismas, demasiada ambivalencia en relación con
la autoridad, para que puedan vivir en armonía con la comuni­
dacLJ
AlgUnas, con grandes heridas, son capaces de entrar en una
comunidad; su generosidad y su profunda necesidad de perte­
nencia parecen recubrir ese mundo de sufrimiento. Son capaces
de trabajar bien, de seguir el reglamento y de tener relaciones
armoniosas con los demás.
l'Su angustia oculta puede convertirse en una especie de motor
para su competencia e inteligencia. Pero cuando son aceptadas
finalmente como miembros permanentes, y tienen un fracaso
personal, puede haber una explosión terrible. Todo el fango ocul­
to en la tumba parece emerger a la conciencia, Vivir en comu­
nidad se vuelve insoportable para ellas. En ese momento cen­
suran a la comunidad por todo ese sufrimiento interior npr~nn¡'ll
achacándole toda la
En ese momento necesitan sobre todo una ayuda psicológica
y terapéutica, o un sustento espiritual adecuado: el de alguien a
quien puedan dar a conocer todo su sufrimiento, incluso el que
habían olvidado, pero que estaba ahí latente. poco a poco,
liberarse de esos impulsos y sufrimientos interiores que
les guían o, al menos, podrán conocerlos mejor y aceptarlos
Entonces comenzarán a caminar hacia la curación y' la unidad
interiore!J
* * *
La finalidad de este libro no es estudiar el valor y el peligro
de estas formas de acompañamiento psicológico y
más especializadas. Hoy en día existen muchas y mu­
chos terapeutas. Baste decir que hay que tener una gran capa­
cidad de discernimiento para elegir la terapia y el terapeuta ade­
cuados, y que debe ser la persona misma la que desee y pida
este tipo de acompañamiento. Siempre e.xiste e! peligro para una
".1>V\IW'I\(th.!
I?"'~ It.).
)~ ~ ~ ~~e.í po. ~~We'VI
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