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Santiago, veintiséis de septiembre de dos mil catorce.

VISTOS:

PRIMERO: Que con fecha 22 de abril de 2014, compareció doña LORENA BEATRIZ
NAVARRETE GONZÁLEZ, ingeniera comercial, domiciliada en Lord Cochrane N° 184, Dpto.
1416, comuna de Santiago, quien interpuso denuncia de tutela de derechos
fundamentales con ocasión del despido, en contra de su ex empleador KOMATSU
KUMMINS CHILE ARRIENDA S.A., representada legalmente por don JOFRAN BARRA
GUZMAN, gerente, ambos domiciliados en Avenida Américo Vespucio N° 0631, comuna
de Quilicura.

Funda su acción en que el 27 de agosto de 2012, ingresó a prestar servicios para la


demandada, como Comercial Representative de la Zona Norte, estando a cargo del
proceso del leasing de la maquinaria pesada que comercializa la demandada en la zona
indicada, debiendo obtener información financiera de los clientes, visitarlos y enviarlos a
análisis financiero; su jefa directa era doña Paula Arancibia, jefa nacional de leasing;
estaba excluida de la limitación de jornada; y su remuneración era de $2.011.676,
compuesta por sueldo base de $911.356 y más comisión por venta, cuyo promedio
ascendía a $1.100.320.

Cuando ingresó, se encontró con un equipo de trabajo conformado por dos


ejecutivos, José Millar, encargado de la Región Metropolitana, y Carolina Alegría,
encargada de la Zona Norte, antes que Carolina tomara la Zona Norte, dos ejecutivos
pasaron por el puesto, quienes duraron muy poco, ya que según lo indicado por ellos, se
aburrieron del mal trato de doña Paula Arancibia. Durante esos primeros meses,
conformaron un buen equipo, pero, en cuanto a Paula, comenzó a verificar lo señalado
por otras personas al ingresar, ya que si bien respondía sus dudas, en muchas ocasiones
sus respuestas eran bastante hirientes.

Otro punto que constituyó un elemento de presión y hostigamiento por parte de


Paula, fue el horario en que prestaba sus servicios, ya que si bien estaba regulada por el
artículo 22 del Código del Trabajo, ello se utilizó para llevarla a prestar servicios en
jornadas superiores al máximo legal, pese a tener fiscalización superior inmediata, el
personal de la empresa no sujeto a dicha normativa, prestaba sus servicios hasta las
17:00, mientras que los ejecutivos trabajaban, por regla general, hasta las 19:00, durante
periodos normales, y a fines de mes, hasta mucho más tarde, inclusive hasta las 24:00.
Además, como en la semana era imposible terminar todas las labores y dada la presi ón
por cumplir las metas, comenzaba a trabajar los domingos a las 16:00 horas. Todo avalado
y forzado por Paula, quien les dejaba claro, de muy mala forma, que no podían retirarse
antes.

En cuanto a las labores propiamente, se trabajaba bajo presión, con importantes


cantidades de trabajo, sumando nuevas funciones y obligaciones, trabajando en un
ambiente hostil, dada la forma en que se daban las instrucciones por parte de su jefa,
quien, a través de su mal trato, gritos y presiones, se encargaba de dejar en claro que ella
mandaba. Refiere un episodio sucedido a inicios del año 2013, cuando Carolina, una de las
ejecutivas, le llamó la atención a Paula por el mal trato y por obligarlos a trabajar hasta
altas horas de la noche, diciendo que no se quedaría y que ese día se iría temprano, Paula
se descompensó, se puso muy roja, y golpeando la mesa y gritando, le dijo a Carolina que
no se iría hasta que terminara, lo que puso muy tensos a todos los trabajadores del área.
Al poco tiempo, Carolina fue despedida, aplicando la causal necesidad de la empresa, las
que no existieron, siendo ella quien asumió entonces esa zona, a partir de lo cual la
relación con Paula fue cada vez peor.

Durante el mes de julio de 2013, se produjo un evento que refleja la forma en que
su jefa se relacionaba con los trabajadores. En esa oportunidad les tocó viajar juntas a
visitar clientes a Antofagasta y Calama, tenían que estar dos días en cada ciudad y
trasladarse entre ambas por tierra, el último día en Antofagasta empezaron la jornada a
primera hora y como luego debían viajar a Calama, le sugirió que tratáramos de terminar
a las 16:00, para manejar en buenas condiciones, sin embargo, su jefa, sin importarle que
sería ella quien iba a conducir el vehículo, ordenó que se quedaran hasta las 19:00,
debiendo conducir sólo ella, de noche, por un camino peligroso y con el cansancio luego
del día de trabajo. Llegaron a Calama cerca de las 22:30, y se dirigió a enviar unos correos
electrónicos, labor que continuó en la mañana, desde la recepción del Hotel, cuando llega
Paula y le pregunta por algunos correos, respondiéndole que lo estaba haciendo, ya que la
noche anterior no había alcanzado, esto le molestó de sobre manera, comenzó a subir el
tono de voz, llamándole la atención en plena recepción del Hotel, delante de huéspedes y
trabajadores del lugar, indicándole ella que no era el lugar ni momento para conversar el
tema, menos de esa forma.

A partir de esa situación, el trato fue cada vez peor. Por ejemplo, en sus viajes al
norte, se programaban vuelos desde las 6:00 hrs., de modo que su jomada comenzaba a
las 3:00 y terminaba a las 22:00 o 23:00 del mismo día, para comenzar nuevamente a
primera hora del día siguiente, lo que trajo como consecuencia que durante un viaje a
Calama, sufriera una crisis de pánico, dado lo presionada que se sentía, debido a los
maltratos y las presiones de Paula, los que eran conocidos por la empresa. En las
reuniones de equipo era cada vez más, constantemente, Paula golpeaba la mesa y
hostigaba a los ejecutivos, amenazando con que si no lograban las metas serían
desvinculados. Cuando le quería corregir algo, se acercaba a su puesto y le llamaba la
atención delante de sus compañeros, alzando la voz y de forma despectiva. En una de las
reuniones, atacó a una compañera, de nombre Evelyn, dejándoles claro que si no
cumplían, podían ser desvinculados, diciendo que a la empresa no le importan las
personas, que sólo los que son valientes trabajan ahí, y que no es su política destacar las
cosas buenas de los trabajadores, sino los errores, que todos eran reemplazables, frases
que generaban en ella y sus compañeros, angustia y de temor de perder su fuente de
trabajo.

En agosto de 2013, Paula, le avisa que la empresa quiere cambiar ciertas


estrategias comerciales y que las personas encargadas de una Zona, debían ir a vivir en
ella, indicándole que estaba de acuerdo, pero, necesitaba alguna compensación
económica debido a lo caro del costo de la vida en las regiones mineras, Paula, le dijo que
no era posible, solicitándole hablar con el gerente, lo que provocó malestar en ella,
negándose e indicándole que en noviembre debía hacer una cobertura total de su zona,
debiendo viajar por tres semanas al Norte y que a fines de ese mes le tendría una
respuesta. Así, durante ese mes, viajó al Norte, sin que Paula la llamara durante todo el
periodo, ni le contestara los correos electrónicos, lo que le causó angustia y una nueva
crisis de pánico. Al llegar a Santiago, el 25 de noviembre de 2013, concurrió donde un
especialista, quien le diagnosticó crisis de ansiedad y depresión grave, producto del estrés
laboral al cual estaba sometida, otorgando una licencia médica.

El 14 de enero de 2014, cuando debía reintegrarse, Paula no se encontraba, por lo


que la esperó un rato, al llegar, esta la citó a una reunión en una de las salas, entregándole
una carta de despido, de esa fecha, fundada en la causal establecida en el artículo 161
inciso primero del Código del Trabajo, es decir, necesidades de la empresa, le dijo que
tenía que firmar el documento, contestándole que no tenía problema, pero, que prefería
llevársela a su casa para revisarla con calma, solicitud que desencadenó el problema más
grave, que coronó todo el mal trato, hostigamiento y presiones de parte de Paula, quien
finalmente atentó no sólo en contra de su integridad psíquica, sino también su integridad
física. Al intentar arrebatarle la carta de sus manos de forma bastante agresiva, comenzó a
apretar su brazo, enterrándole las uñas para que soltara las hojas, lo que le causó bastante
dolor, además, sujetó la puerta para que no pudiera salir de la oficina hasta que firmara,
todo acompañado de agresiones verbales, diciéndole que estaba loca, cuando por fin se
pudo soltar, salió de la oficina con la carta rota y el brazo hinchado, dejando las cosas en
su puesto, sin embargo, Paula volvió a tomarla del brazo, de forma agresiva, diciéndole
que tenía que revisar su cartera, a lo que se negó, retirándose muy afectada de la
empresa. La situación se produjo delante de sus compañeros, por lo que, además de su
integridad física y psíquica, afectó su honra.

Tras lo ocurrido, se dirigió a Carabineros, quienes le sugirieron ir al SAPU de la


comuna, constatándose que debido al forcejeo sufrió lesiones leves; luego, ingresó
denuncia en la 5° Comisaría de Conchalí, que fuera remitida a la Fiscalía respectiva;
antecedentes en virtud de los cuales, el Juzgado de Garantía de Colina, en causa RIT 503-
2014, con fecha 03 de febrero de 2014, dictó resolución en procedimiento monitorio,
condenando a Paula Andrea Arancibia Carrillo, al pago de una multa equivalente a 1
Unidad Tributaria Mensual, como autora de la falta descrita y sancionada en el Art. 494 N°
5 del Código Penal.

Los antecedentes referidos, dan cuenta de la existencia de maltrato y


hostigamiento constante de parte de su superior jerárquico, quien vulneró su integridad
psíquica, lo que desencadenó una depresión mayor y trastorno de pánico, situación
conocida por los gerentes, quienes con su omisión, avalaban tal actuar. Los gritos
constantes en público, el denigrar y minimizar sus labores, delante de todos sus
compañeros e incluso de personas ajenas a la relación laboral, dan cuenta de una
vulneración a su derecho a la honra, como también sucedió de forma grave al momento
del término da la relación laboral. Finalmente, los hechos que rodearon el término de la
relación laboral, que valorados en una primera resolución por un Juzgado de la República,
se estimaron como suficientes para establecer la responsabilidad de Paula en las lesiones
causadas el 14 de enero de 2014, ratifican que existió una vulneración grave a su
integridad física. Así las cosas, durante todo el tiempo servido para la demandada, fue
víctima de constantes vulneraciones a sus derechos fundamentales, situación que se
repitió de forma más grave al momento de terminar el vínculo con la empresa,
afectándose las Garantías Constitucionales establecidas en el artículo 19 N° 1 v 4 de la
Carta Fundamental.

En definitiva, solicita se acoja la demanda, declarando que durante toda la relación


laboral y especialmente con ocasión del despido, de fecha 14 de enero de 2014, fueron
vulnerados sus derechos fundamentales, afectando las garantías consagradas en el
artículo 19 N° 1 y N° 4 de la Constitución Política de la República; que la denunciada
carece de explicación plausible y de fundamentos de proporcionalidad de su ilegítimo,
ilícito e indebido obrar; que el demandado debe pagarle las siguientes indemnizaciones y
prestaciones: indemnización contemplada en el artículo 489 inciso tercero del Código del
Trabajo, equivalente a 11 remuneraciones, por la suma de $22.128.436; indemnización
por el daño moral ocasionado, por la suma de $25.000.000; todo con reajustes, intereses y
costas.

A continuación, en el primer otrosí del libelo, interpone demanda subsidiaria por


despido improcedente, fundados en los mismos hechos expuestos, añadiendo que en la
especie no se configura la causal invocada, máxime que actualmente la dotación de
ejecutivos en el área es de 6 personas, por lo que difícilmente se puede establecer que
existieron dichas necesidades, considerando la falta de antecedentes expuestos en la
carta de despido.
Para este caso, solicita se declare que ha sido objeto de un despido improcedente,
debiendo entenderse, en virtud de lo ordenado en el artículo 168 inciso cuarto del Código
del Trabajo, que el término del contrato se ha producido por la causal del artículo 161
inciso primero del Código del Trabajo, esto es, necesidades de la empresa; y que el
demandado debe pagarle el recargo del 30%, establecido en el artículo 168 letra c) del
Código del Trabajo, por la suma de $603.503, lo que también solicita con intereses,
reajustes y costas.

SEGUNDO: Que la demandada, contestando la demanda, solicitó el rechazo de la


acción principal y subsidiaria, con costas, por no ser efectivos los hechos en que se
fundan.

Señala que la demandante fue contratada para cubrir parte de la cartera de la


Región Metropolitana y la totalidad de los clientes de la VI y VII Región, luego se le ofreció
cambiar su zona a las regiones I y II; además, cuando se integró a la unidad, existía sólo
una ejecutiva con plaza en Antofagasta, Francisca Molina, para cubrir el norte grande,
antes de Carolina Alegría, y no dos personas como indica la demanda, Francisca Molina
fue despedida por la empresa, por lo que no es posible presumir que "haya durado muy
poco tiempo dado que se aburrió por el mal trato...", de doña Paula Arancibia. En cuanto
al proceso de inducción y aprendizaje del proceso de venta, este fue realizado por su
jefatura directa, especialmente la entrega de la cartera, realizada mediante visitas a los
clientes; respecto al proceso de cierre de negocios de financiamiento, se realizaron
reuniones personalizadas, explicando los procesos y sus responsables, incluyó en la
inducción a sus labores sus dos compañeros de trabajo; y todas las dudas de la actora
durante la inducción, fueron respondidas dentro de un marco de respeto.

La actora debía viajar a su zona al menos dos semanas al mes y las otras dos debía
estar en las oficinas de la empresa, realizando trabajo administrativo y gestionando
llamadas; en tanto que los ejecutivos que cubren la Región Metropolitana, permanecen en
las instalaciones los días lunes y el resto de los días se mantienen en terreno. Cuando la
demandante se encontraba en la empresa, se retiraba a la hora de salida normal del
personal, pudiendo terminar su trabajo (si quedaba algo pendiente) desde su casa o desde
las dependencias de la empresa, cuando viajaba a su zona, normalmente el trabajo se
extendía hasta más tarde, lo mismo que durante los cierres de mes, cuando se podía
extender a cerca de la medianoche, sin embargo, este trabajo se realizaba desde los hogares,
dado que muchas veces se contabilizan negocios a última hora, con el objeto que el
ejecutivo pudiese incorporar esas ventas a la comisión del mes, por lo que si bien no era
un horario cómodo, jamás se recibieron quejas al respecto, dado que debido a la alta
exigencia del negocio, todas las áreas de la empresa se encuentran en un horario extendido,
que redunda en un incremento remuneracional para los trabajadores. Asimismo, el
ejecutivo de leasing no tiene más función que administrar su cartera de clientes; no
existen, ni existieron otras funciones, y sólo se incorporó a la medición de la gestión de
ventas un nuevo sistema, llamado CRM, cuya implementación no fue fácil, pero, no
existieron malos tratos o vejámenes hacia los ejecutivos.

Respecto al incidente referido en relación a doña Carolina Alegría, ocurrió que se le


había solicitado una información urgente, con una semana de anticipación, quien una vez
notificada de su incumplimiento, se comprometió a entregarlo a las 15 hrs., de ese día, sin
embargo, siendo las 17:15 horas, la trabajadora se retiraba sin enviar el documento, al ser
consultada por su jefa doña Paula Arancibia, se comprometió a entregarlo al día siguiente,
finalmente, envió la información a la mañana siguiente y se disculpó aludiendo a que se
encontraba en un período de "stress”. Efectivamente su jefatura le llamó la atención por el
incumplimiento, pero, no se le obligó a quedarse más tarde, ni el diálogo se realizó
mediante gritos o golpes en la mesa, como afirma la actora.

Respecto al viaje a Antofagasta, efectivamente la actora viajó con su jefa doña


Paula Arancibia, con objeto de visitar a una cantidad de clientes previamente programada,
se había consensuado visitar clientes hasta las 18 horas, con el objeto de no llegar a
Calama después de las 21:30 horas, lo cual ocurrió tal cual lo planificaron. Dado que la ex
ejecutiva había conducido durante el día por la ciudad de Antofagasta, su jefa se ofreció a
conducir hacia la ciudad de Calama, sin embargo, la ex trabajadora no aceptó, indicando
que se encontraba en perfectas condiciones para conducir, pese a la insistencia de su jefa.
Ambas tenían correos electrónicos pendientes, por lo que se le sugirió realizarlos al día
siguiente, sin embargo, la ex trabajadora dijo que prefería trabajar esa noche y al día
siguiente continuaron enviando e-mails hasta las 10 horas aproximadamente, en el hotel
Sonesta, donde existe una mesa de trabajo la cual compartieron en esa oportunidad con
otros tres ejecutivos de otra empresa. En ese momento, la actora envió un correo con
documentación financiera de un cliente sin texto en el cuerpo del correo, por lo que quien
lo recibiera no lo iba a entender, situación que ya había ocurrido antes, por lo que su jefa
solicitó a la demandante salir del hotel, con objeto de hacerle ver que debía mejorar ese
punto, al principio se molestó, dado que interpretó que se le estaba indicando que "no
sabía enviar correos", su jefa le aclaró que sólo le estaba corrigiendo una tarea en
particular, dado que a la empresa le interesaba que pudiese crecer como ejecutiva en todo
aspecto y que si pudiese aportar en ello, lo haría. Finalmente, entendió el punto y
continuaron realizando las visitas con normalidad y sin contratiempos.

En cuanto al recargo de horarios y funciones, considerando los últimos 8 meses


que desarrolló funciones efectivas en la compañía, se observa que los vuelos se realizaron
entre las 6:30 y 9:40 horas, la mayoría a las 07:00, y los regresos debían realizarse a partir
de las 17:15 hrs., sin embargo existían viajes en que la trabajadora solicitaba viajar más
tarde, dado que contaba con una reunión agendada en horarios cercanos a las 17:00 hrs,
recalcándose al trabajador que no podía encontrarse después de las 22:00 horas fuera de
su hogar particular.

Destaca que el liderazgo que imparte la jefa directa de actora en las reuniones de
venta depende de la situación concreta, puede ser de tipo participativo, directivo,
carismático, orientado a resultados, orientado a relaciones interpersonales, entre otros.
Cuando existían incumplimientos de los ejecutivos, pese a entregarles varias
oportunidades para resarcirse de éstos, se solicitaba que la información se entregara sin
excusas en determinado plazo, lo cual se realizaba sin hostigamientos, amenazas o
menoscabos a los trabajadores. Es cierto que en una oportunidad, la trabajadora
manifestó a su jefatura que estaba acostumbrada a que en sus anteriores trabajos, le
expresaran formalmente cuando realizaba bien su trabajo, lo que no observaba en la
empresa, manifestándosele que no se podía felicitarla a cada instante por realizar el
trabajo para el cual fue contratada, pero, que debía estar tranquila, dado que si se
encontraba que debía mejorar en algo, se le diría y en caso contrario, no existían reparos
de su gestión, no obstante, dado que su jefa entendió que la ex trabajadora necesitaba
que le manifestara expresamente cuando realizaba un buen trabajo, para reforzar que su
gestión se encontraba en los términos esperados, empezó a expresarle sus felicitaciones
cuando existía un negocio complejo bien gestionado, lo que hacía, por ejemplo, en las
reuniones de venta.

Por otra parte, si es cierto que se informó a los ejecutivos zonales del norte grande
y zona sur, en octubre de 2013, que por una estrategia comercial, basada en optimizar las
coberturas de los negocios zonales, se requería que existiera un ejecutivo leasing con
asiento en las ciudades de Antofagasta y Concepción, que la prioridad la tendrían los
ejecutivos actuales y que no se entregaría un "bono para vivienda". En el caso de la
demandante, indicó que aceptaría oferta, pero, con un "bono para la vivienda" de al
menos 5 meses, lo que quedó en ser evaluado por la gerencia general de la compañía, sin
embargo, en noviembre de 2013 el gerente se encontraba fuera de la zona, por lo que se
le indicó que se trataría a su regreso, nunca se impidió a la actora tratarlo directamente
con el gerente. A inicios de noviembre de 2013, se pidió a los ejecutivos realizar una fuerte
cobertura dado que el mes de diciembre era un mes corto, por los feriados existentes, en
tal sentido, se acordó efectuar 7 visitas diarias y no 5, y en el caso de la actora, se convino
que viajaría 3 semanas seguidas a su zona y no 2 como era lo exigido, ignorando por qué la
actora afirma que en este periodo, el no tener contacto de ningún tipo con Paula
Arancibia, le provocó sensación de angustia y pánico. Parece entonces, que la presencia de
su jefatura no es determinante en sus estados anímicos, que se presentan independientes
del contacto con quien acusa de hostigamiento y mal trato.

En cuanto a los hechos del día 14 de enero de 2014, esa mañana, la actora regresó
después de una prolongada licencia médica. Los días martes de cada semana su jefa
participa en el comité de créditos, por lo que retornó cerca de mediodía, al regresar llamó
a la demandante a la sala de reuniones, ubicada en el segundo piso, al lado de la oficina de
la gerencia general, le informó que se estaba reestructurando el perfil de la fuerza de
ventas y que ella no se ajustaba a estos requerimientos, siendo desvinculada a partir de
dicho instante, por necesidades de funcionamiento de la empresa, se le hizo entrega del
proyecto de finiquito, sin que firmarse la carta, aludiendo a que requería una copia para
revisar montos y que lo traería firmado al día siguiente, ante ello, su jefa llamó a la jefa de
Recursos Humanos, doña Constanza Mancilla, quién le informó que no era posible, es
decir, no podía llevarse ninguna copia, teniendo la ejecutiva sólo la opción de firmar o no,
lo que se le expresó a la actora, quien decidió no firmar, pero, dijo que igualmente se
llevaría el documento. En ese momento, su jefa se levantó de su asiento y tomó el
documento para que se lo devolviera, produciéndose un forcejeo durante el cual no existió
ningún contacto físico, mientras ocurría lo descrito, la ex trabajadora espetó a su jefa,
"Paula por qué haces esto", "qué te pasa", "estás loca", etc., indicando que se había
asesorado por un abogado, quién le dijo que tenía derecho a llevarse una copia pese a que
no firmara. Cuando le dijo "que era una loca", ésta le contestó "sí, debo ser una loca",
luego soltó el documento y con una sonrisa dijo "te cagué, grabé todo", levantándose del
asiento y saliendo de la sala de reuniones en dirección a su puesto.

La jefa se quedó en la sala de reuniones, informando lo ocurrido a Constanza


Mancilla, esta le preguntó si la ejecutiva había hecho entrega de los activos de la empresa,
contestando que no había tenido tiempo de solicitarlos, dado el abrupto término de la
reunión, así es que la jefa abrió la puerta de la sala de reuniones, encontrándose aún en el
teléfono con Constanza, para ir al puesto de la demandante a solicitar los activos de la
empresa. En ese momento, la ejecutiva pasa rápidamente frente a ella, no alcanzó a llegar
a su puesto de trabajo, oportunidad en que le manifestó, a cierta distancia, que no le había
entregado los activos de la empresa, contestando que había dejado todo en la mochila y
que la revisara, la Sra. Arancibia le dijo que debía revisar su cartera, ante lo cual indicó "ni
cagando me revisas la cartera", bajando las escaleras. La jefa no la siguió, continúo
conversando vía telefónica con Constanza y después fue al puesto de la ex trabajadora,
revisó si se encontraban los activos de la empresa, y volvió a la sala de reuniones a fin de
informar lo ocurrido al gerente.

No es efectivo que la jefa le haya apretado el brazo, ni mucho menos enterrado las
uñas para que soltara las hojas, menos aún sujetó la puerta para que no pudiera salir de
forma de forzarla a firmar, también es mendaz la afirmación que existió contacto físico al
momento de solicitarle la revisión de su cartera. En relación con la causa penal en que la
actora es denunciante, al tenor de lo dispuesto en el artículo 392 del Código Procesal
Penal, el Juez que conoce de dicho procedimiento monitorio, dictó de inmediato la
resolución que lo acoge, sancionando a la denunciada con una multa de 1 UTM, pero, su
representada no es parte en dicho proceso penal y se encuentra aún pendiente la
impugnación de la resolución referida, de modo que es posible, una vez que se notifique
la resolución respectiva, proceder a su impugnación y exigir un juicio oral simplificado a
fin de instar por la absolución.

Estimando, en consecuencia, que los hechos relatados por la denunciante no


permiten desprender la existencia de ninguna afectación a los derechos fundamentales
alegados.

A continuación, en el primer otrosí del libelo contesta la demanda subsidiaria,


solicitando igualmente su rechazo con costas, reiterando lo ya expuesto y agregando que
ya no existían posibilidades de adaptación, funcionamiento y cumplimiento adecuado
de las labores encomendadas por parte de la ex trabajadora, por lo que la causal invocada
se ajustan plena, completa y exactamente a la legalidad vigente.

TERCERO: Que con fecha 02 de junio de 2014, se celebró la audiencia preparatoria


de autos, oportunidad en que el Tribunal efectuó el llamado a conciliación, sin que este
prosperase, fijando los hechos pacíficos y aquellos controvertidos, sobre los cuales debía
recaer la prueba, ofreciendo las partes las probanzas que fueron efectivamente
incorporadas y observadas en la audiencia de juicio, realizada en las audiencias sucesivas
de los días del día 04 y 11 de julio de 2014, la que concluyó con la citación a las partes para
el día 24 de julio de 2014 a las 16.00 horas, a fin de notificarse de la presente sentencia, la
que en definitiva, atendida la carga de trabajo del Tribunal y habiendo mediado un período
de feriado legal de la juez que suscribe, fue dictada con fecha 26 de septiembre de 2014.

CUARTO: Que, atendido lo expuesto por las partes en sus libelos de demanda y
contestación, el Tribunal fijó como hechos pacíficos, los siguientes: la existencia de
relación laboral entre las partes, desempeñándose la actora como Comercial
Representative, desde el 27 de agosto de 2012 al 14 de enero de 2014, y percibiendo una
remuneración mensual de $2.011.676; que el término de relación laboral fue por despido,
invocando el empleador la causal de 161 del Código del Trabajo; que la trabajadora se
encontraba con licencia antes del despido; que doña Paula Arancibia era la supervisora
directa de la actora; que existe una causa penal entre la supervisora y la trabajadora, en
relación a los hechos del 14 de enero de 2014; y que al momento del despido, se exigió a
la trabajadora revisar su cartera.

En tanto que se recibieron a prueba los siguientes hechos controvertidos:

i.- Estipulaciones celebradas entre las partes relativas del cumplimiento de horario por la
trabajadora, así como, horario laboral efectivamente cumplido.

ii.- Efectividad de concurrir en la especie la causal invocada en la carta de despido para


desvincular a la actora. Hechos en que se funda y aptitud de los mismos para
configurarlos.

iii.- Efectividad de haber incurrido, la demandada, en actos vulneratorios de aquellas


garantías fundamentales consagradas en los artículos 19 N° 1 y 4 de la Constitución con
ocasión del despido de la actora. En particular, hechos formulados en el libelo que
constituirían la vulneración alegada, en caso de ser procedente, fundamento y
proporcionalidad de las medidas adoptadas por la demandada.

iv.- Efectividad de proceder en la especie el daño moral solicitado, en la afirmativa, daño o


sufrimiento que efecto a la actora, en tal caso montos.

QUINTO: Que a fin de acreditar sus alegaciones y defensas, en relación a tales


hechos, las partes incorporaron las siguientes probanzas:

I.- Por la parte demandante:

a) Documental, consistente en:

i.- Copia simple de constatación de lesiones de la actora, de fecha 14 de enero de 2014,


efectuada en CORESAM. El documento da cuenta de haberse constatado que la actora
presentaba lesiones leves, cuya naturaleza no resulta completamente legible, las que
afectaron a su antebrazo derecho.

ii.- Correo electrónico de fecha 6 de noviembre de 2013, remitido entre la actora y su


supervisora, Paula Arancibia. La actora hace presente que el día viernes 24 es su
cumpleaños, que llegar después de las 21.00 horas, afecta sus planes de celebrarlo, y su
jefa le contesta que los viajes de regreso se realizan después de las 17.00 horas y que esa
no es la excepción.
iii.- Comprobante de presentación de reclamo efectuado por la actora ante la Inspección
del Trabajo con fecha 14 de enero de 2014, en relación al despido.

iv.- Acta de comparendo celebrado entre las partes ante la Inspección del Trabajo, de fecha
21 de febrero de 2014. Consta del acta que las partes están de acuerdo en la existencia de
la relación laboral y sus fechas de inicio y término, así como la causal de término, cuya
procedencia no es aceptada por la demandante, sin perjuicio de ello, se produce el pago
de feriados y otras prestaciones.

v.- Carta de aviso de despido de fecha 14 de enero de 2014, remitida a la actora por la
empresa demandada. En la comunicación se invoca la causal del artículo 161 inciso
primero del Código del Trabajo, fundada a su vez en “la reestructuración del área de KCCA
Finance, ubicada en la ciudad de Santiago”, y se indican los montos a pagar por concepto
de indemnizaciones y feriados.

vi.- Contrato de trabajo suscrito entre las partes con fecha 27 de agosto de 2012. El
documento fija las obligaciones de ambas partes, se deja constancia que la trabajadora se
encuentra excluida de la jornada ordinaria y que como consecuencia de aquello no tiene
derecho a horas extraordinarias, en materia de remuneraciones, se pacta una compuesta
por sueldo base, movilización y comisiones por ventas.

vii.- Copia simple de sentencia de fecha 3 de febrero de 2014, dictada en causa ruc N° 14-
000-64536-3, Rit 503-2014, seguida ante el Juzgado de Garantía de Colina. La sentencia
acoge el requerimiento monitorio efectuado por el Ministerio Público, y condena a doña
Paula Arancibia como autora de la falta prevista en el art. 494 N° 5 del Código Penal,
perpetrada el día 14 de enero de 2014.

viii.- Copia de la denuncia presentada con fecha 14 de enero de 2014 por la actora en
contra de doña Paula Arancibia, en que consta la identidad de las partes y una relación de
los hechos, el documento cuenta con timbre de la Fiscalía Local de Chacabuco.

ix.- Informe psicológico de la actora, evacuado con fecha 23 de abril de 2014 por psicólogo
de la Red Gesam. Este da cuenta que la actora se encuentra en tratamiento psicológico
desde enero de 2014, con diagnóstico de depresión grave sin síntomas psicóticos, refiere
que al ingreso presentaba decaimiento, baja energía, alteraciones a la memoria, insomnio
y altos montos de angustia, síntomas cuyo inicio se remonta a septiembre de 2013 y que
tienen su origen en problemas que mantuvo con su jefatura, concluyendo que luego de un
proceso psicoterapéutico de ocho sesiones, los síntomas se encuentran parcialmente
remitidos.

b) Testimonial, consistente en las declaraciones de doña Carolina Andrea Alegría Moreno.

La testigo indicó que conoce a las partes porque trabajó en la empresa desde junio
de 2010 hasta enero de 2013, siendo compañera de trabajo de la demandante los últimos
meses, Paula inicialmente era su compañera de trabajo y luego, entre marzo y junio de
2012, ascendió, pasando a ser su jefa. El ambiente era bueno al principio, cuando tenían al
jefe anterior, ella y Paula eran amigas, incluso salían juntas de vacaciones y realizaban
actividades fuera de la empresa, pero, una vez que ascendió el ambiente se hizo
insoportable, la forma de jefatura cambió, Paula empezó a ejercer mucha presión, les
enviaba correos los días domingo, los llamaba y pedía informes constantemente, muchas
veces se quedaban hasta muy tarde, el actuar de Paula cambió, era muy altanera. Era un
trabajo exigente y con metas, pero, el problema no era la exigencia, sino el trato, cuando
Paula estaba presente nadie hablaba y todos trataban de salir de las oficinas, relata
algunos episodios que vivió con ella. Añade que no tenían horario, pero, debían estar a las
08:00 horas, porque a esa hora les fijaban reuniones, además, Paula exigía que informaran
dónde iban y cuánto demorarían, cuando iban a almorzar. Precisa que con Paula eran
amigas cuando ejercían el mismo cargo, en que Paula llevaba dos o tres años cuando ella
llegó, negando que le molestara su ascenso o que ella aspirase a ese cargo, ya que tenía
otros proyectos, Paula cambió muy rápido, pero, no lo denunció a la gerencia porque no le
pareció acusarla y de todos modos se iba a ir de la empresa, aunque, finalmente, fue
despedida por necesidades de la empresa, luego de terminar un contrato grande, respecto
del cual explica que mientras trabajaba en ese negocio fue cambiada de zona y Paula le
dijo que la comisión sería para el nuevo representante de la zona, pero, eso sí lo habló con
el gerente, recibiendo finalmente la comisión. La demandante asumió luego la zona en que
ella trabajaba, no vio nada en relación a ella, porque ya no estaba, pero, supo por otros ex
compañeros que tuvo un problema con Paula y se fue.

c) Oficios, requiriendo la parte se oficiare a las siguientes instituciones:


i.- Juzgado de Garantía de Colina, para que remita los antecedentes, incluidos los medios
de prueba, correspondientes a la causa Ruc N° 14-000-64536-3, Rit 503-2014. Se
remitieron el requerimiento monitorio efectuado por el Ministerio Público; la sentencia
incorporada por la demandante; escritos de patrocinio y poder, notificación y reclamo al
procedimiento monitorio, presentados por doña Paula Arancibia; además de la resolución
que cita a audiencia para el día 05 de agosto de 2014.

ii.- Compin, para que remita los antecedentes médicos de la actora, relativos al período
junio de 2013 y hasta la fecha. Se remitió un set de licencias médicas psiquiátricas
otorgadas a la actora; las resoluciones de la Isapre respectiva que las rechaza o reduce;
una serie de resoluciones emitidas por la Compin, acogiendo el reclamo de la actora en
contra de su Isapre; además de certificados e informes médicos, que se refieren al
diagnóstico y situación médica de la actora.

iii.- Servicio Clínico Urgencia Coresan, a fin que remita constancia de lesiones Boletín N°
152213 de fecha 14 de enero de 2014, cuya copia se acompañó, incorporándose una copia
de la misma acta de constatación de lesiones incorporada por la actora, en que,
nuevamente, no resulta del todo legible el diagnóstico.

II.- En tanto que la demandada incorporó:

a) Documental, consistente en:

i.- Contrato de trabajo de fecha 27 de agosto de 2012, de igual tenor que el incorporado
por la actora.

ii.- Carta de aviso de despido de fecha 14 de enero de 2014, de igual tenor que la
incorporada por la actora, pero, agregando el comprobante de envío por correo certificado
y de registro ante la Inspección del Trabajo.

iii.- Proyecto de finiquito de contrato de trabajo de fecha 24 de enero de 2014, en que


constan la causal invocada por la empresa, las prestaciones reconocidas y los descuentos
efectuados.

iv.- Notificación del reclamo interpuesto por la actora ante la Inspección del Trabajo.

v.- Acta de comparendo de conciliación celebrado ante la Inspección del Trabajo, de igual
tenor que el incorporado por la demandante.

vi.- Documento de captación a la vista de fecha 24 de enero de 2014, extendido a nombre


de la actora por la suma de $5.131.969, que corresponde a las prestaciones reconocidas
en el comparendo anterior.

vii.- Informe relativo a las vacaciones de la actora al 14 de enero de 2014, según el cual
desde su ingreso a la empresa devengó un total de 20,77 días, de los cuales ha utilizado
18,77, quedando un saldo de 2 días pendientes.

viii.- Carta de fecha 24 de enero de 2014, remitida por la empresa a la actora, informando
que su finiquito se encuentra disponible a contar de la misma fecha.

ix.- Copia de correo electrónico remitido con fecha 14 de enero de 2014, por doña Paula
Arancibia Carreño a una serie de trabajadores de la empresa, en el cual les informa que
ese día había regresado a la compañía la actora, a quien se le informó que se encontraba
desvinculada, no quiso firmar la carta, y entregó una serie de activos de la compañía, los
que serían revisados por el área de informática para determinar su estado.

x.- Copia de escrito de patrocinio y poder y notificación expresa, presentados por doña
Paula Arancibia Carreño con fecha 30 de mayo de 2014, en la causa Rit 503-2014, seguida
ante el Juzgado de Garantía, relativa a la denuncia por lesiones en contra de la actora de
autos.

xi.- Copia de escrito que se notifica expresamente y solicita copia, presentado con fecha 30
de mayo de 2014, en el mismo Tribunal y causa.

b) Confesional, prestada por la demandante de autos, quien manifestó lo siguiente:

Que le fue diagnosticada depresión grave o estado depresivo mayor; explica sus
funciones en la empresa, indicando que trabajaban en equipo, lo que importaba revisiones
y reuniones periódicas; que siempre ha trabajado excluida de la jornada ordinaria y en
base a metas, tanto en la demandada como en empleos anteriores; su jefa era Paula y
sobre ella estaba el gerente, a quien le envió un correo pidiendo una entrevista, que no le
contestó, esto después que su jefa le planteara la posibilidad de irse a Antofagasta, a quien
contestó que sí, pero, que vieran un aumento de sueldo porque la vida es más cara allá, su
jefa le dijo que no, entonces pidió hablar con el gerente y también le dijo que no, que sólo
ella hablaría con él; no tuvo mayores problemas trabajando con su jefa, el problema era el
trato, los gritos, el golpear la mesa, etc.; en una oportunidad, durante una reunión de
equipo en julio de 2013, le representaron el tema del trato y hubo un cambio, pero, sólo
duró un par de semanas; comenzó a presentar licencias médicas y a tomar medicamentos
por su depresión en noviembre, luego del viaje a Antofagasta, el que, cree, tuvo buenos
resultados, aunque no cumplió con las metas; el despido ocurrió tras volver de una
licencia médica de alrededor de dos meses; volvió el 14 de enero de 2014, llegó a las 08.00
horas y Paula no estaba, por lo que la esperó, le avisó a Claudia, supervisora de
administración, finalmente, Paula la hizo pasar a una reunión; antes de volver había ido a
la Inspección del Trabajo a preguntar qué hacer en caso que fuese despedida al volver,
efectivamente en la reunión se le dijo que se iba a hacer una restructuración y que no
estaba contemplada, entregándosele una carta donde están los montos, dijo que quería
llevarse una copia para revisarla, y entonces, Paula se levantó, puso la mano sobre la suya,
todo esto en una oficina con paredes de vidrio, pero, en ese momento sólo había una
persona afuera, Pablo, quien tiene en su escritorio un computador que le bloquea la vista,
hubo gritos, pero, no sabe si se escuchaban desde afuera, todo esto ocurrió cerca de las
12.30 horas, Paula le apretó las manos y se produjo un forcejeo; el año pasado habían
hecho un viaje a Calama y tuvieron un problema, ella viajó a las 06.00 horas y su jefa a las
12.00, la fue a buscar al aeropuerto, luego de haber visitado algunos clientes, siguieron
trabajando por la tarde, al día siguiente le propuso hacer las visitas hasta las 15.00 horas
para volver a Calama cerca de las 19.00 horas, pero, Paula dijo que debían visitar otros
clientes, volviendo en definitiva cerca de las 22.00 horas, ella manejó todo el viaje y luego
siguió enviando correos hasta cerca de las 24.00 horas, en la mañana se levantó temprano
y le avisó a Paula, quien bajó cerca de las 09.00, y le llamó la atención frente a todos
quienes estaban ahí, ella le pidió que se calmara y bajara el tono, fue al baño a calmarse y
al volver, Paula le representó que la había dejado hablando sola, finalmente conversaron y
dieron el incidente por superado; Paula es una persona agresiva y es por eso que el día
que volvió tenía temor, debido a sus reacciones; en el forcejeo Paula le dijo que no podía
salir de la oficina sin firmar la carta, que ella había guardado en su cartera, desde donde
Paula la sacó y la rompió, entonces salió de la oficina, fue a buscar sus cosas, avisó que
dejaba ahí el computador y las demás cosas, al volver, pasó nuevamente por la oficina
donde se había reunido con Paula, quien salió, la tomó y le dijo que iba a revisar su
cartera, le contestó que no, que estaba loca, y se fue.

c) Testimonial, consistente en las declaraciones de don Ramiro Antonio Padilla Palacios y


doña Maribel Andrea Herrera Araya.

El primero es ejecutivo comercial e ingeniero de leasing de la demandada, desde


julio de 2013; explica cuáles eran sus funciones, las que se dividían entre terreno y trabajo
de oficina, explica asimismo la estructura jerárquica de la empresa, en que está el gerente
general y luego, sobre los ejecutivos, Paula Arancibia, de modo que si hay alguna cuestión
comercial o de otro tipo que no puedan solucionar con su jefa directa, van al gerente o a
recursos humanos; están divididos geográficamente, la zona norte es una de las más
importantes, pero, últimamente el mercado ha estado bajo, se caen los negocios y se les
pide hacer una mayor cobertura de clientes para alcanzar las metas. Se refiere al clima
laboral, no tiene relaciones personales con compañeros o jefaturas, pero, en lo laboral no
ha tenido problemas ni escuchado quejas; fue compañero de la demandante cinco o seis
meses, hasta que ella se fue con licencia médica en noviembre o diciembre del año
pasado, no supo el motivo; él asumió la zona norte y sabe que la demandante luego
renunció, pero, no conoce el motivo.

La segunda es analista de riesgo en la empresa, desde abril de 2009; los ejecutivos


dependientes de Paula Arancibia, presentan negocios a su área, quienes los evalúan, el
equipo de ejecutivos se redujo de cinco a cuatro personas; no sabe por qué fue despedida
la demandante, ni el día exacto, sólo sabe que cuando ella llegó ese día a la empresa, la
demandante ya estaba, Paula estaba en una reunión de comité de crédito, por lo que la
demandante la esperó, ella conversó con la demandante, quien venía de una licencia de
aproximadamente dos meses, entre las 11 y las 12, llegó Paula, entraron a una oficina de la
cual no tiene visión, pero, si vio que Lorena salió muy alterada, por lo que ella y su
compañera, Daniela, le preguntaron qué había pasado, y les dijo que había tenido un
forcejeo con Paula, que iba a constatar lesiones e iría a la Inspección del Trabajo,
efectivamente tenía los brazos rojos, Paula salió de la oficina y le preguntó por los activos
de la empresa, Lorena dijo que lo revisaran y apenas Paula se acerca, Lorena como que
escapa, se aleja un poco de modo que no hubo contacto físico, luego, Paula quiso revisarle
la cartera y Lorena la detuvo, ambas se descontrolaron, cree que se trató de una reacción
visceral, de momento, no sabe si ambas eran amigas, aunque si salían juntas fuera de
horario de trabajo; entiende que la licencia de la demandante tuvo que ver con que no
estaba contenta con Paula, se sentía presionada por las metas, desde que Paula llegó ha
renunciado un ejecutivo y otros tres fueron despedidos, más la demandante; reitera que
Paula primero preguntó por los activos de la empresa y luego le intentó revisar la cartera,
todo esto a gritos, lo que fue escuchado por otros trabajadores, añade que la revisión de
carteras es normal en la empresa en caso de despido.

SEXTO: Que, como se indicara previamente, es pacífico que la demandante prestó


servicios a la empresa demandada desde el 27 de agosto, desempeñándose como
Comercial Representative, percibiendo una remuneración mensual de $2.011.676.
Asimismo, es pacífico que la relación laboral concluyó por despido del empleador, por
aplicación de la causal de 161 del Código del Trabajo, lo que ocurrió el día 14 de enero de
2014, cuando la trabajadora volvía de una licencia médica. Finalmente, es pacífico que
doña Paula Arancibia era la supervisora directa de la actora, que existe una causa penal
entre la supervisora y la trabajadora, en relación a los hechos del 14 de enero de 2014, y
que al momento del despido, se exigió a la trabajadora revisar su cartera.

En cuanto a las cláusulas contractuales, sólo se recibió a prueba el contenido de las


estipulaciones pactadas entre las partes en relación al horario laboral, así como el horario
efectivamente cumplido. Constando que, según el contrato de trabajo, la actora se
encontraba formalmente excluida de la jornada ordinaria y que, en efecto, no asistía a
diario a la empresa, lo que obsta a que cumpliese un horario regular como aquel que
describe en su demanda, sin embargo, consta igualmente que no contaba con libertad
absoluta para auto determinar sus horarios o jornada, en particular, en lo que respecta a
los días de salida a terreno.

En este sentido, debemos recordar que ya desde la contestación de la demanda, la


demandada acepta como algo normal que, especialmente a fin de mes, los trabajadores
ingresan negocios hasta altas horas de la noche, a fin de alcanzar las metas y mejorar sus
ingresos variables; por otra parte, consta también, en particular de aquel correo de 06 de
noviembre de 2013, que en los viajes al norte de la demandante, el viaje de regreso,
siempre, se programaba después de las 17.00 horas, lo que supone un regreso a Santiago
(al aeropuerto) posterior a las 19.00 horas, y por cierto que, aun más tarde al hogar de la
trabajadora, quien no podía disponer algo distinto, recalcándole su jefa que ese era el
horario, sin excepciones.

Así las cosas, si bien este primer hecho recibido a prueba por el Tribunal no se
traduce con una pretensión pecuniaria determinada como, por ejemplo, cobro de horas
extraordinarias, de todos modos es posible dar por establecido que aunque la
demandante estaba formalmente excluida de la jornada ordinaria, igualmente le eran
impuestos determinados horarios por su empleador, al menos, en relación a determinadas
actividades o épocas; apareciendo, asimismo, que la exclusión de jornada se tradujo en el
cumplimiento de una jornada superior a aquel máximo previsto por el legislador para la
jornada ordinaria. Cuestión que, en todo caso, no consta que afectase sólo a la
demandante, pareciendo más bien corresponder a una política general de la empresa.

SEPTIMO: Que, a continuación, y sin perjuicio de corresponder más bien a lo


alegado en la acción subsidiaria, se recibió a prueba la procedencia y justificación de la
causal de despido invocada por la demandada de autos, cuestión que será resuelta a
continuación, siguiendo el mismo orden del auto de prueba.

En cuanto a este punto, consta que la causal invocada fue aquella prevista en el
artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo, esto es, “necesidades de la empresa”,
fundadas según la respectiva comunicación en “la reestructuración del área de KCCA
Finance, ubicada en la ciudad de Santiago”. Ahora bien, la demandada, quien de acuerdo a
lo dispuesto en el artículo 454 N° 1 inciso segundo del Código del Trabajo, tenía la carga de
acreditar aquellos hechos expuestos en la carta de despido, no lo hizo, incumpliendo su
carga procesal.

En estricto rigor, la demandada ha incurrido en dos incumplimientos procesales, de


una parte, no cumplió con lo previsto en el artículo 162 en relación al precitado artículo
454 N° 1 inciso segundo, ambos del Código del Trabajo, en cuanto a fundar debidamente la
causal, ya que el hecho contenido en la carta de despido no resulta posible de ser
entendido sin acceder a información complementaria, toda vez que no se aclara cuál es en
particular esa área, en qué consiste en particular la restructuración, por qué se hizo
necesaria, por qué afecta a la trabajadora en particular; y luego, en lo que respecta a la
prueba, la parte sigue sin hacerse cargo de la afirmación contenida en la comunicación, sin
probar que esa restructuración se produjo o por qué. En efecto, sólo consta que la
trabajadora demandante es despedida luego de regresar de una licencia médica más bien
prolongada, en mérito de esta supuesta restructuración, pero, no se señala en modo
alguno qué la motiva, desde cuando se estaba desarrollando, o si afectó a algún otro
trabajador, sólo se incorpora por los testigos de la parte el dato, muy al pasar por lo
demás, de que bajó el número de ejecutivos en el área, pero, en caso alguno consta que
aquello haya sido parte de una restructuración diseñada con algún fin específico.

Así las cosas, no habiéndose fundado debidamente la procedencia de la causal, ni


habiéndose, tampoco, acreditado su concurrencia en los hechos, el despido de la
trabajadora debe ser declarado injustificado o indebido, cuestión que se establece desde
ya, sin perjuicio de no emitir pronunciamiento, por ahora, en relación a las prestaciones
que se derivaren de dicha decisión, en atención a que la acción de despido injustificado ha
sido opuesta en carácter subsidiario a la acción de tutela de derechos fundamentales. Sin
embargo, lo relevante en el contexto de una denuncia por vulneración de derechos
fundamentales con ocasión del despido, es que, careciendo este de una causal legal que lo
justifique, por cierto que ello da crédito a las afirmaciones de la actora que lo sitúan en el
final de una serie de vulneraciones previas.

OCTAVO: Que, entrando, finalmente, al análisis de la acción principal de autos, esto


es, la denuncia por despido vulneratorio de derechos fundamentales, debemos reiterar
que la actora funda esta acción en la existencia de una serie de conductas cometidas por
su empleador, en particular, de su jefa directa, que califica de maltrato y hostigamiento
constante, refiere que fue vulnerada su integridad psíquica, lo que le causó una depresión
mayor y trastorno de pánico, se refiere a cuestiones tales como gritos constantes en
público, el denigrar y minimizar sus labores, además, de los hechos que rodearon el
término de la relación laboral, estimando que mediante todo ello se han afectado las
Garantías Constitucionales establecidas en el artículo 19 N° 1 v 4 de la Carta Fundamental,
conductas todas que la demandada niega.
Ahora bien, a partir de la prueba rendida y previamente reseñada, podemos
concluir lo siguiente:

i.- Que, como se ha dicho previamente, si bien la trabajadora estaba contratada en


régimen de exclusión de la jornada ordinaria de trabajo, su jefa directa sí le daba
instrucciones precisas y perentorias a este respecto, estando, además normalizado al
interior de la empresa, al menos en las fechas cercanas al cierre de cada mes, que las
jornadas de trabajo se extendieran hasta altas horas de la noche. Lo que supone que
existía en determinadas jefaturas de la empresa la práctica o costumbre de excederse en
sus atribuciones, dictando instrucciones, incluso, contrarias a lo pactado
contractualmente.

ii.- Que, según lo afirma uno de los testigos de la propia demandada, al bajar el mercado,
existió una mayor presión por aumentar la cobertura de clientes y cumplir igualmente con
las metas. Presión que la actora también destaca en su libelo, en particular en relación a
las conductas que ello motivaba de parte de su jefatura.

iii.- Que en forma previa a su despido, desde el mes de noviembre de 2013 y hasta el 14 de
enero de 2014, la actora hizo uso de licencias médicas, que según los antecedentes
médicos emitidos por la Red Gesam y la Compin, fueron otorgadas por dolencias
psiquiátricas, las que decían relación con un trastorno depresivo mayor y trastorno de
pánico, añadiendo el psicólogo a cargo del tratamiento, que, según el relato de la paciente,
ello decía relación con problemas que mantuvo con su jefatura directa.

iv.- Que, en cuanto a estos “problemas con su jefatura”, la demandante en la confesional


refiere una serie de hechos y situaciones en que ella habría sido agredida por su jefa
directa, quien continuamente se habría excedido en el ejercicio de sus facultades. Sin
embargo, estas cuestiones no son refrendadas por otros medios de prueba, no hay otros
testigos que se refieran a estas situaciones, las que tampoco fueron denunciadas por
escrito dentro o fuera de la empresa antes del despido, de modo que tampoco existen
antecedentes documentales que avalen su existencia.

De este modo, respecto de todo lo dicho hasta acá, podríamos decir que en
realidad la actora se desempeñaba en un ambiente exigente y competitivo, lo que le
ocasionó trastornos de tipo psiquiátrico, sin que conste claramente que haya sido objeto
de malos tratos u hostigamiento de parte de su jefatura directa, sin embargo, la situación
cambia radicalmente cuando analizamos el despido.

Y es que, entrando en materia de despido, ya hemos adelantado que no consta que


el despido de la actora haya estado motivado por una causal legal debidamente
acreditada, lo que permite cuestionar seriamente la verdadera motivación de la decisión
de la empresa.

Luego, en cuanto al modo en que se comunica y concreta el despido, es pacífico


que la jefa directa de la actora sostuvo una reunión con ella, el día que se reintegraba
luego de su licencia médica, ocasión en que le informa del despido. Reunión que, según las
probanzas aportadas por ambas partes, se desarrolla en una oficina con ventanales que
permite ver hacia su interior, aunque nadie parece haber visto lo ocurrido, lo que sí fue
escuchado por una de las testigos de la parte demandada, quien afirma haber oído gritos,
haber visto salir a la demandante muy alterada, haberle preguntado qué había pasado,
indicándole ella que había tenido un forcejeo con su jefa y que tenía los brazos rojos,
refiriendo además el incidente posterior relativo al intento de la revisión de la cartera de la
demandante. La demandante es la única que se refiere al modo preciso en que ocurrieron
los hechos, indicando que su jefa se abalanzó sobre ella para quitarle la carta de despido,
que se quería llevar para revisar con más detención, y que luego se produjo un segundo
incidente violento en relación a la cartera; la demandada por su parte, pese a haber
ofrecido la declaración de doña Paula Arancibia no la incorporó, desistiendo de ella
durante la audiencia de juicio. Por otra parte, además de la declaración de la Sra. Maribel
Herrera, testigo ofrecido por la parte demandada, quien vio los brazos rojos de la
demandante al salir de la reunión con su jefa, se ha incorporado un acta de constatación
de lesiones de ese día; constando asimismo que la trabajadora efectuó una denuncia
penal, que motivó un requerimiento monitorio presentado por el Ministerio Público, el
que fue acogido por el Juzgado de Garantía de Colina, dictando una resolución en virtud
de la cual la jefa directa de la actora fue condenada como autora de la falta de lesiones
leves, y si bien, consta que esa resolución fue luego reclamada, la parte demandada no
incorporó mayores antecedentes que descarten la existencia de tal agresión, cuya
existencia y participación de la Sra. Arancibia en la misma han parecido lo suficientemente
plausible tanto al Ministerio Público como para presentar el requerimiento, y a un Tribunal
de la República como para acogerlo.

En efecto, la demandada, mediante el interrogatorio a los testigos, en particular a


la Sra. Herrera, lo mismo que ocurre durante sus observaciones a la prueba, pareció más
bien dedicada a minimizar la agresión que a negarla, calificándola de una pelea entre
personas del mismo sexo, pero, no niega la agresión, ni intenta trasladar la responsabilidad
sobre la misma a la trabajadora, lo que permite concluir que, efectivamente, la actora fue
agredida por su jefa directa, al intentar esta arrebatarle la carta de despido de las manos,
sin que la demandada explique cómo la circunstancia de tratarse de una pelea entre
mujeres hace menos grave o más justificable el que una persona que ejerce un cargo de
jefatura participe en un forcejeo con uno de sus subordinados, siendo la jefatura
justamente la persona llamada a imponer la calma y cordura en una situación tan tensa
como es la comunicación de un despido.

Acreditado este hecho, debemos concluir que si bien el maltrato u hostigamiento


anterior no se encuentran suficientemente establecidos, pese a existir indicios de aquello
los que no han sido desvirtuados por la demandada, sí consta en forma clara y
contundente que, con ocasión del despido, la demandante fue agredida físicamente por su
jefa directa, cuestión inaceptable en nuestro Derecho. En efecto, se trata de un hecho tan
grave y tan contrario a las más básicas obligaciones del empleador para con el trabajador,
que no existe análisis alguno que sea posible efectuar respecto de la necesidad o
proporcionalidad de la acción desplegada por el empleador, simplemente se trata de una
conducta que no admite justificación o explicación alguna, que no sólo importa un
desconocimiento absoluto de la dignidad del trabajador, sino que constituye un ilícito
también fuera del mundo del trabajo, encontrándose precisamente, establecida como una
falta penal cuando se comete incluso entre personas sin ningún tipo de vínculo previo.

La conducta es de tal gravedad, se encuentra tan alejada de aquel actuar que debe
guiar a las partes en toda relación laboral, incluso en aquellas que se desarrollan de
acuerdo a los estándares más mínimos previstos por la ley, que, sin dudas aparece como
susceptible de vulnerar ambos derechos señalados por la demandante. Por lo pronto,
claramente una agresión física vulnera el derecho a la vida y a la integridad física y
psíquica, pero, también vulnera su derecho a la honra, al afectar tanto la autoimagen y
auto valoración de la trabajadora, quien se ve expuesta a un acto absolutamente vejatorio
de parte de su jefatura, como la imagen y aprecio de sus compañeros de trabajo, dado que
la acción se desarrolla en un lugar que permitía que aquello fuese visto u oído por estos,
motivos por los cuales, el Tribunal acogerá la acción de tutela ejercida en autos.

NOVENO: Que, acogida la acción principal ejercida en autos, corresponde otorgar a


la trabajadora la indemnización prevista en el artículo 489 del Código del Trabajo,
equivalente de seis a once meses de remuneración de la trabajadora, la que atendida la
evidente gravedad de la conducta acreditada, que como se ha dicho corresponde a una
agresión física de parte de la jefatura de la trabajadora, quien le debía un trato respetuoso
y acorde con su dignidad de persona y trabajadora, será otorgada en su máximo, esto es,
en el equivalente a once meses de remuneración, lo que, de acuerdo a aquella
remuneración aceptada por las partes, asciende a la suma de $22.128.436.

Esta indemnización, según lo dispuesto en el artículo 489 del Código del Trabajo,
puede y debe ser otorgada en forma conjunta con aquellas indemnizaciones y recargos
que se derivan del propio despido, sin embargo, en la especie, estas no serán otorgadas,
dado que la actora en su petición principal, limita sus pretensiones a la indemnización ya
otorgada y a una indemnización de daño moral, de modo que el otorgar igualmente estas
otras indemnizaciones o recargos, podría configurar un vicio de ultra petitas que afectase
la eficacia de la presente sentencia.

Ahora bien, en cuanto al daño moral que sí ha sido solicitado en adición a la


indemnización por el despido vulneratorio de derechos fundamentales, este será
desestimado, por cuanto, tratándose de una prestación que no se encuentra
expresamente prevista en el Código del Trabajo, la actora debía justificar y acreditar
suficientemente su procedencia y monto, cuestión que no hizo. En efecto, la actora no
acreditó haber sufrido un daño moral superior a aquel naturalmente producido a
consecuencia de una vulneración a sus derechos fundamentales de la entidad de aquella
determinada y sancionada en autos, ni probó tampoco que tal afectación no sea
suficientemente reparada con aquella indemnización expresamente prevista en el Código
del Trabajo para este tipo de incumplimientos patronales, de modo que, a falta de tales
alegaciones y probanzas, el otorgar esta prestación, no expresamente prevista por la
norma y que pretende adicionarse a otra sanción pecuniaria ya otorgada, podría dar lugar
a un enriquecimiento ilícito de parte de la trabajadora, rechazándose en consecuencia su
pretensión de daño moral.

DECIMO: Que, finalmente, en cuanto a las restantes prestaciones demandadas,


esto es, el recargo legal previsto en el artículo 168 letra a) del Código del Trabajo,
demandado en relación a lo injustificado o indebido del despido, este será desestimado,
por cuanto, si bien se ha establecido ya que el despido fue, en efecto, indebido, la actora
no ha incorporado esta prestación al petitorio de su acción principal, incluyéndola
únicamente en la acción ejercida en forma subsidiaria. Y, habiéndose acogido su acción
principal, resulta improcedente pronunciarse respecto de esta acción subsidiaria.

Y VISTOS también lo dispuesto por los artículos 1, 7, 41, 161, 162, 163, 168, 420,
425 y siguientes, 439 y siguientes, 446 y siguientes, 456 y 459, 485 y siguientes del Código
del Trabajo, SE DECLARA:

I.- Que SE HACE LUGAR a la acción de tutela de derechos fundamentales con ocasión del
despido, interpuesta por doña LORENA BEATRIZ NAVARRETE GONZÁLEZ, en contra de su ex
empleador KOMATSU KUMMINS CHILE ARRIENDA S.A., representada legalmente por don
JOFRAN BARRA GUZMAN, todos ya individualizados, declarando que la demandada
vulneró respecto de la actora, los derechos constitucionales consagrados en el artículo 19
N° 1 y 4 de la Constitución Política de la Republica, por lo que se le condena, únicamente,
al pago de la siguiente prestación:

a) La suma de $22.128.436, equivalente a once meses de remuneración, por concepto de


aquella indemnización prevista en el artículo 489, inciso tercero del Código del Trabajo.

II.- Que la prestación ordenada pagar, devengará reajustes e intereses de acuerdo a lo


dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo.

III.- Que no habiendo sido totalmente vencida, la demandada, se le eximen del pago de las
costas del proceso.
IV.- Ejecutoriada que sea esta resolución, cúmplase dentro de quinto día, bajo
apercibimiento de remitirse los antecedentes al Tribunal de Cobranza Previsional y Laboral
de Santiago; además de remitirse copia de la sentencia a la Dirección del Trabajo a efectos
de registro.

Anótese, regístrese y notifíquese.

Archívese en su oportunidad.

RIT T-209-2014.-

PRONUNCIADA POR DOÑA PATRICIA FUENZALIDA MARTÍNEZ, JUEZ TITULAR DEL


SEGUNDO JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO DE SANTIAGO.

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