Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Casi todas las células tienen ADN, moléculas muy complejas que se asemejan a una
extensa escalera de caracol. En el caso del genoma humano —es decir, la totalidad de
nuestro ADN—, esta “escalera” tiene unos tres mil millones de “peldaños” químicos. Los
científicos llaman pares de bases a estos “peldaños” porque cada uno está compuesto por
dos unidades químicas. En total, el ADN usa cuatro unidades químicas, que se identifican
con la primera letra de su nombre: A, C, G y T.* Es como si el ADN utilizara un idioma que
tiene un alfabeto de solo cuatro letras. En 1957, el doctor Crick propuso la teoría de que la
secuencia, o el orden, de estos “peldaños” químicos es lo que determina las instrucciones
del código. En la década de 1960 se empezó a descifrar este código.
¿Cómo usan las células esa información? Siguen las instrucciones del ADN, como si se
tratara de un libro de recetas que detallan el proceso cuidadosamente y paso a paso. Pero
en vez de que el resultado sea un pastel o una galleta, es una planta o un animal. Además,
las células realizan este proceso de forma totalmente automática, lo que lo hace aún más
complejo y sorprendente.
La información genética permanece almacenada hasta que se necesita. Tal vez se utilice
para sustituir células muertas o enfermas por otras sanas, o para transmitir características
de padres a hijos. ¿Cuánta información contiene el ADN? Tomemos como ejemplo a uno
de los organismos más diminutos: la bacteria. El científico alemán Bernd-Olaf Küppers
declaró: “Para describir la formación de la célula de una bacteria en términos humanos,
diría que el texto molecular llenaría un libro de mil páginas”. Con razón el químico David
Deamer escribió: “Uno se queda maravillado al ver que hasta las formas más simples de
vida son muy complejas”. ¿Y qué hay del ADN humano? “Podría llenar una biblioteca con
miles y miles de libros”, dice Küppers.
Las instrucciones del ADN dirigen la producción de proteínas y otras sustancias que
forman las células de las diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, pueden ser la “receta”
para producir las células de los huesos, los músculos, los nervios o la piel. El evolucionista
Matt Ridley escribió: “Cada filamento de ADN es información escrita en un código de
sustancias químicas, una sustancia por letra. Y aunque parezca increíble, el código está
escrito en un lenguaje que podemos entender”.
El escritor bíblico David le dijo a Dios: “Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro
todas sus partes estaban escritas” (Salmo 139:16). Claro, David usó lenguaje poético. Pero
lo que dijo era correcto, como sucede con los demás escritores de la Biblia. Y es que
ninguno de ellos se dejó influenciar, ni siquiera un poco, por las creencias mitológicas de la
gente de su época (2 Samuel 23:1, 2; 2 Timoteo 3:16).
CETIS NO. 32 ALUMNO LOZANO GOMEZ FRANCISCO 4 A TURNO MATUTINO
¿A dónde queremos llegar con este ejemplo? La gente entiende que donde hay
información, como en el caso de los símbolos en aquellos fragmentos de barro, hay
inteligencia. Para llegar a esa conclusión no hay por qué estar presente cuando se crea la
información. Sin embargo, cuando se descubrió el código más complejo, el código
genético, muchas personas dejaron a un lado la lógica y concluyeron que el ADN surgió al
azar. ¿Le parece una conclusión científica y razonable? Hay científicos muy respetados que
responden que no. Entre ellos están los doctores Gene Hwang y Yan-Der Hsuuw.* Leamos
sus comentarios.
CETIS NO. 32 ALUMNO LOZANO GOMEZ FRANCISCO 4 A TURNO MATUTINO
¿ACASO IMPORTA?
¡Por supuesto! Si Dios es el Creador de la vida, entonces merece el reconocimiento
(Revelación [Apocalipsis] 4:11). Además, nos habrá creado con algún propósito especial.
¡No podría decirse eso si fuéramos producto de la casualidad!*
que necesitamos satisfacer. Esta necesidad solo se explica si hemos sido creados por Dios.
Entonces, si somos la obra de un Creador, ¿ha hecho él algo para que podamos satisfacer
esa necesidad espiritual?
La respuesta la dio Jesucristo cuando dijo: “No de pan solamente debe vivir el hombre,
sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová [Dios]” (Mateo 4:4). La Palabra de
Dios, la Biblia, ha alimentado espiritualmente a millones de personas, les ha ayudado a
descubrir el propósito de la vida y les ha dado una esperanza para el futuro
(1 Tesalonicenses 2:13). La Biblia puede hacer lo mismo por usted. Este es un libro único.
¿Por qué no le da una oportunidad?
Watson y Crick se basaron en el trabajo de otros investigadores sobre el ADN, que son las
siglas para ácido desoxirribonucleico. (Vea el recuadro “El ADN. Fechas clave”.)
Las cuatro unidades químicas del ADN son adenina, citosina, guanina y timina.
En nuestra página de Internet jw.org puede leer varias entrevistas a científicos prestigiosos.
Escriba en el recuadro de búsqueda “entrevista a científico”.
2. Experimentación
3. Predicción acertada
En vista de esto, ¿es la evolución una teoría científica?* Pues bien, no se puede observar,
no se puede reproducir en un experimento y no se puede hacer con ella ningún tipo de
predicción acertada. Entonces, si no cumple estas condiciones, ¿se puede decir que al
menos es una hipótesis científica? La enciclopedia mencionada arriba define una hipótesis
como un intento de explicar observaciones más que como una teoría. Pero señala que las
dos tienen que llegar a conclusiones que se puedan comprobar experimentalmente.
Por evolución nos referimos a la “macroevolución”, por ejemplo, que los humanos se
originaron de los monos. En cambio, se habla de microevolución para hacer referencia a
CETIS NO. 32 ALUMNO LOZANO GOMEZ FRANCISCO 4 A TURNO MATUTINO
pequeños cambios que se producen dentro de una misma especie, quizás mediante la
reproducción selectiva.