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INTRODUCCION

La psicopatía es un cuadro psicopatológico que afecta se empieza a


manifestar en la adolescencia. De un diagnóstico precoz depende, en
parte, un mayor o menor nivel de gravedad en la expresión de los
síntomas. Se muestra cuáles son las principales características, teorías
explicativas así como formas de intervención.
Psicopatía
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL PSICÓPATA

Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimiento, por eso


interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto,
las utilizan para conseguir sus objetivos: la satisfacción de sus propios
intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal.

La falta de remordimientos radica en la cosificación que hace el psicópata


del otro, es decir el quitarle al otro los atributos de persona para valorarlo
como cosa es uno de los pilares de la estructura psicopática.

Los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo


cual sólo sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los
códigos comunes. Sin embargo, estas personas sí tienen conocimientos
de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa
inadvertido para la mayoría de las personas.

Además, los psicópatas tienen como característica el tener necesidades


especiales y formas atípicas de satisfacerlas, que en general implican
cierta ritualización. El acto psicopático hacia el otro se configura mediante
la necesidad del psicópata y su código propio, que desde su punto de
vista lo exime del displacer interno.

El problema de las necesidades de los psicópatas es que al no ser


compartidas por el grupo, no pueden ser comprendidas ni generar
empatía, por situarse fuera de las leyes de la costumbre y del bien común,
aunque estas necesidades son sentidas con fuerza e impelen a la acción
del psicópata.

Además los psicópatas tienen un marcado egocentrismo, una


característica que pueden tener personas sanas pero que es intrínseca a
este desorden. Esto implica que el psicópata trabaja siempre para sí
mismo por lo que cuando da, es que está manipulando o esperando
recuperar esa inversión en el futuro.

Otra nota común es la sobrevaloración de su persona, lo que los lleva a


una cierta megalomanía y a una hipervaloración de su capacidad de
conseguir ciertas cosas y la empatía utilitaria, que consiste en una
habilidad para captar la necesidad del otro y utilizar esta información para
su propio beneficio, lo que constituye una mirada en el interior del otro
para saber sus debilidades y obrar sobre ellas para manipular.

Ciertos autores de la corriente psicoanalítica suponen que la razón por la


cual una persona psicópata es una persona perversa es porque se trata
de sujetos cuya personalidad depende en gran medida de mantener el
principio de realidad, pero careciendo de superyo. Esto hace que la
persona psicópata pueda cometer acciones criminales u otros actos
cuestionables con total falta de escrúpulos, sin sentir culpa.

Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y


como sugiere el estereotipo más extendido en nuestra sociedad acerca
del psicópata. Un psicópata puede ser una persona simpática y de
expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un delito
cuando le conviene y, como se ha explicado, lo hace sin sentir
remordimientos por ello. La mayor parte de los psicópatas no cometen
delitos, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para
conseguir sus objetivos, sin sentir por ello remordimiento alguno.

A efectos penales, hace mucho que se planteó el dilema sobre si una


personalidad divergente de este tipo es imputable, especialmente cuando
se trata de una estructura psicótica. Debido a que el concepto de
enfermedad mental quedó en desuso (ya sea personas sádicas,
violadoras, estafadores, o cualquier otra actividad reprobable que
desarrolle el psicópata), se tiende a sostener que le corresponde punición,
dado que la persona mantiene conciencia de sus actos y puede evitar
cometerlos. También influye el derecho colectivo de la sociedad a
protegerse de sus acciones.

En España también se considera imputable a todos los efectos, sin que la


psicopatía oficie de atenuante de delito ante el tribunal. Esto quiere decir
que tienen responsabilidad y plena culpa.
Es importante saber que la psicopatía es incorregible, aunque se pueden
utilizar fármacos antipsicóticos para reducir su impulsividad y
rehabilitación conductual con una alta disciplina, pero las terapias de
rehabilitación habituales no sólo son ineficaces, sino peligrosas. Dada su
incapacidad para empatizar, y que la empatización hacia sus víctimas es
el pilar principal de todo proceso de rehabilitación social por el que pasan
los delincuentes, la rehabilitación de los psicópatas se está basando en el
egoísmo del propio sujeto, fomentando una conducta que le reporte
beneficios y evite penas.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DE LA PSICOPATÍA

Para Hellman y Blackman (1966) uno de los signos característicos a


edades tempranas de rasgos psicopáticos y/o antisociales se pudieran
reducir a una tríada caracterizada porenuresis, maltrato animal y
piromanía.1 Sin embargo, en los manuales del DSM-IV se ha hecho
énfasis en que los rasgos antisociales pueden desvanescerse con la
edad, en especial en aquellos sujetos con psicopatía.1 Con el tiempo han
aparecido sistemas de clasificación más complejos basados en
descripciones, estudios o test de Robert Hare oHervey Cleckley.
CARACTERÍSTICAS SEGÚN CLECKLEY

El trastorno psicopático produce una conducta anormalmente agresiva y


gravemente irresponsable, que según el doctor Hervey Cleckley
determinan una serie de características clínicas, descritas en su libro The
Mask of Sanity: An Attempt to Clarify Some Issues About the So-Called
Psychopathic Personality, que incluyen:

• Encanto superficial e inteligencia.


• Ausencia de delirios u otros signos de pensamiento no
racional.
• Ausencia de nerviosismo o manifestaciones psiconeuróticas.
• Escasa fiabilidad.
• Falsedad o falta de sinceridad.
• Falta de remordimiento y vergüenza.
• Conducta antisocial sin un motivo que la justifique.
• Juicio deficiente y dificultad para aprender de la experiencia.
• Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
• Pobreza generalizada en las principales relaciones
afectivas.
• Pérdida específica de intuición.
• Insensibilidad en las relaciones interpersonales generales.
• Conducta extravagante y desagradable bajo los efectos del
alcohol y, a veces, sin él.
• Amenazas de suicidio raramente consumadas.
• Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
• Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.
CARACTERÍSTICAS SEGÚN HARE

Para el doctor Robert Hare, investigador sobre psicología criminal, los


criterios que definen a la personalidad psicopática pueden evaluarse
mediante una lista de veinte características denominadas Psychopathy
Checklist (PCL). Estas descripciones tuvieron como base el trabajo de
Cleckley para definir la psicopatía a través de una serie de síntomas
interpersonales, afectivos y conductuales. Los síntomas que exhiben los
psicópatas son, según Hare:

• Gran capacidad verbal y un encanto superficial.


• Autoestima exagerada.
• Constante necesidad de obtener estímulos y tendencia al
aburrimiento.
• Tendencia a mentir de forma patológica.
• Comportamiento malicioso y manipulador.
• Falta de culpa o de cualquier tipo de remordimiento.
• Afectividad frívola, con una respuesta emocional superficial.
• Falta de empatía, crueldad e insensibilidad.
• Estilo de vida parasitario.
• Falta de control sobre la conducta.
• Vida sexual promiscua.
• Historial de problemas de conducta desde la niñez.
• Falta de metas realistas a largo plazo.
• Actitud impulsiva.
• Comportamiento irresponsable.
• Incapacidad patológica para aceptar responsabilidad sobre
sus propios actos.
• Historial de muchos matrimonios de corta duración.
• Tendencia hacia la delincuencia juvenil.
• Revocación de la libertad condicional.
• Versatilidad para la acción criminal.
Robert Hare estima que el 1 por ciento de la población es psicópata.
Otras estimaciones incluso llegarían al 6 por ciento. [

Tipos de relaciones que establecen los psicópatas[editar]

A pesar de que los psicópatas no conciben al resto como personas sí


establecen relaciones y vínculos, que suelen ser de tres tipos:

• Asociativos, que se producen cuando un psicópata entra en


contacto con otro para obtener un objetivo común. Dado que
ambos integrantes del vínculo son narcicistas y ególatras el apego
sólo está justificado por el utilitarismo de tener un propósito común.
• Tangenciales, que ocurre cuando el psicópata encuentra una
víctima ocasional en un encuentro puntual, donde utiliza sus
tácticas coercitivas de forma temporal.
• Complementarios, que determinan una relación de doble
vía, que habitualmente ocurre con un neurótico.

PSICOPATÍA Y LA SEDUCCIÓN

La seducción es la base que permite el acto psicopático y se produce


mediante una transferencia bidireccional donde la propuesta del psicópata
encuentra eco en las apetencias del otro, dado que una característica
fundamental de la personalidad psicopática es la habilidad para captar las
necesidades del otro. Este mecanismo se articula cuando el psicópata
convence al otro de que él le es infinitamente necesario para suplir
necesidades irracionales que éste no puede detallar.

En la seducción el psicópata necesita que el otro esté de acuerdo, para lo


cual usa la persuasión y el encanto, por lo que es bidireccional; hay un
consentimiento por parte de la otra persona, a diferencia de lo que ocurre
en las relaciones tangenciales donde el psicópata actúa
unidireccionalmente mediante la violencia, que constituye una agresión
desde una posición de poder. Aquella bidireccionalidad podría ser debida
a que la mayoría de psicópatas son conscientes de las consecuencias
judiciales de sus actos.
PSICOPATÍA EN LA HISTORIA

El tema de la psicopatía estuvo presente en la historia desde la


Antigüedad, aunque la conceptualización es más reciente, pero ya en
Babilonia aparece la preocupación por las personalidades anormales, que
se separan conductualmente del resto pero que no cabían en las
categorías de cuerdo o loco.

"Al principio, sonríe y saluda a todo el que encuentra a su paso, niega ser
tirano, promete muchas cosas en público y en privado, libra de deudas y
reparte tierras al pueblo y a los que le rodean y se finge benévolo y
manso para con todos Suscita algunas guerras para que el pueblo tenga
necesidad de conductor Y para que, pagando impuestos, se hagan
pobres y, por verse forzados a dedicarse a sus necesidades coditianas,
conspiren menos contra él Y también para que, si sospecha de algunos
que tienen temple de libertad y no han de dejarle mandar, tenga un
pretexto para acabar con ellos entregándoles a los enemigos ¿Y no
sucede que algunos de los que han ayudado a encumbrarle y cuentan
con influencia se atreven a enfrentarse ya con él, ya entre sí censurando
las cosas que ocurren, por lo menos aquellos que son más valerosos? Y
así el tirano, si es que ha de gobernar, tiene que quitar de en medio a
todos éstos hasta que no deje persona alguna de provecho ni entre los
amigos ni entre los enemigos."

Pinel (1745-1826) precisó en 1801 que se trataría de una forma de manía


sin déficit en las facultades cognitivas, pero con un grave daño en la
capacidad afectiva, lo que constituye una de las características
descriptivas del psicópata.
En 1835 J.C. Pritchard define la "locura moral", una forma de perturbación
mental en que no parece haber una lesión en funcionamiento intelectual y
cuya patología se manifiesta en el ámbito de los sentimientos, el
temperamento o los hábitos.

Este psiquiatra inglés explica que en casos de esta naturaleza los


principios morales o activos de la mente están extrañamente pervertidos o
dañados, no hay un poder de autogobierno y el individuo es incapaz de
conducirse con decencia y propiedad en los diferentes aspectos de la
vida.

El psiquiatra polaco Andrew M. Lobaczewski ha estudiado cómo los


psicópatas influyen en el avance de la injusticia social y sobre cómo se
abren paso hacia el poder, cuya culminación política es lo que ha venido a
denominar patocracia. Lobaczewski es el inventor de la ponerología, el
estudio interdisciplinario de las causas de períodos de injusticia social,
donde el psicópata es un factor clave.

"La patocracia es una enfermedad de grandes movimientos sociales


seguidos por sociedades enteras, así como naciones e imperios. Durante
el transcurso de la historia de la humanidad, ha afectado a movimientos
sociales, políticos y religiosos, al igual que a las ideologías que la
acompañan… Y los ha convertido en caricaturas de ellos mismos… Esto
ocurrió como resultado de… la participación de agentes patológicos en un
proceso patodinámico similar. Esto explica por qué todas las patocracias
del mundo son, o han sido, tan similares en sus propiedades esenciales."

Andrew M. Lobaczewski en su libro Ponerología Política: Una Ciencia de


La Naturaleza del Mal ajustada a Propósitos Políticos
NEUROLOGÍA Y PSICOPATÍA

Actualmente se ha desarrollado un escáner que lee la zona del cerebro


que contiene nuestras intenciones, antes de realizarlas, y se baraja la
posibilidad de usarla en un futuro para descubrir nuevos casos de
psicopatías. Este escáner o tomografía por emisión de positrones (PET en
sus siglas en inglés) permite leer la actividad del cerebro ante
determinados estímulos. Los estímulos relacionados con las capacidades
de empatía se encuentran ausentes en el lóbulo prefrontal del cerebro en
el caso de los psicópatas, ya que, por lo que sabemos de neurología, el
lóbulo prefrontal es el mecanismo principal de nuestros razonamientos
morales, y en el caso del psicópata se halla inactivo ante un estímulo que
sugiera empatía hacia terceras personas.

Los niños con rasgos psicópatas mostraron respuestas anormales dentro


de la corteza prefrontal ventromedial (área de Brodmann 10) durante
errores de retracción castigados, en comparación con niños con trastorno
de déficit de atención/hiperactividad y con los niños sanos (P< .05
corregido para comparaciones múltiples). De acuerdo a nuestro
conocimiento, este estudio proporciona la primera evidencia de la
sensibilidad de la corteza prefrontal ventromedial anormal en niños con
rasgos psicópatas y demuestra que esta disfunción no es atribuible al
trastorno de déficit de atención comorbido/hiperactividad. Estos resultados
sugieren que los daños en el aprendizaje de retractación en pacientes con
rasgos psicopáticos de desarrollo están relacionados con el
procesamiento anormal de la información de refuerzo3

Los psicópatas muestran menos actividad en áreas del cerebro


relacionadas con la evaluación de las emociones vinculadas a las
expresiones faciales, señala el estudio publicado en el British Journal of
Psychiatry. En particular, son menos receptivos a los rostros que
expresaban temor, que las personas sanas. Según los expertos, esto
puede explicar -al menos parcialmente- la conducta psicópata.4

Murphy, Michael Craig y Marco Catani, del Instituto de Psiquiatría del


King’s College de Londres, encontraron en agosto de 2009 que los
psicópatas tienen conexiones defectuosas entre la parte del cerebro que
lidia con las emociones y la que maneja los impulsos y la toma de
decisiones.5

Según el experto Hugo Marietán 6 , un psicópata no debe considerarse un


enfermo, sino un ser anormal con una estructura mental diferente a la
norma del resto de la sociedad, e incapaz de adaptar su conducta.
LA PSICOPATÍA: TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD

¿Qué lleva a un individuo a cometer un crimen, sin sentir miedo o


compasión?

De acuerdo a Robert Hare, autoridad mundial en psicología criminal, y


profesor de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), señala que
precisamente la única característica ineludible en un psicópata “es que
carecen de emociones, de la capacidad de situarse en el lugar de otra
persona para siquiera imaginar su sufrimiento”.

También agrega Hare que un psicópata busca entrar en tu cerebro hasta


intentar imaginar lo que piensas, pero nunca podrá llegar a comprender
cómo te sientes. Incluso está demostrado que un psicópata puede llegar a
relacionarse social o intelectualmente, pero siempre viendo a las
personas como objetos, es decir, le quitan al otro los atributos de persona
para valorarlo como cosa.

La psicopatía es la anomalía psíquica, un trastorno antisocial de la


personalidad, por la que, a pesar de la integridad de las funciones
perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta
social del individuo que la padece.

Las causas que se han encontrado del por qué de la conducta psicopática
indican que como son individuos relativamente insensibles al dolor físico,
rara vez adquieren miedos condicionados, tales como el miedo a la
desaprobación social o a la humillación, miedo que restringirían sus malas
acciones y les darían un sentido del bien y del mal.

Las características conductuales del psicópata podrían ser determinadas


tanto por factores fisiológicos, como por factores socio-psicológicos. La
conducta psicopática podría ser causada por traumas infantiles que
generan conflictos por los cuales el “Niño” no puede identificarse con el
progenitor del mismo sexo ni apropiarse de sus normas morales. Los
psicólogos conductistas creen que la conducta psicopática resulta del
aprendizaje.

El psiquiatra norteamericano Hervey M. Cleckley, pionero en la


investigación sobre psicopatía, distinguió tiempo atrás en 1941, en su
reconocido libro La máscara de cordura, cuatro subtipos diferentes de
psicópatas:

Los PSICÓPATAS PRIMARIOS no responden al castigo, a la


aprehensión, a la tensión ni a la desaprobación. Parecen ser capaces de
inhibir sus impulsos antisociales casi todo el tiempo, no debido a la
conciencia, sino porque eso satisface su propósito en ese momento. Las
palabras no parecieran tener el mismo significado para ellos que el que
tienen para nosotros. No siguen ningún proyecto de vida, y parece como
si fueran incapaces de experimentar cualquier tipo de emoción genuina.

Los PSICÓPATAS SECUNDARIOS son arriesgados, pero son individuos


más proclives a reaccionar frente a situaciones de estrés, guerreros, y
propensos a la culpabilidad. Se exponen a más estrés que la persona
promedio, pero son tan vulnerables al estrés como la persona promedio.
Son gente audaz, aventurera y poco convencional que comenzó a
establecer sus propias reglas de juego a temprana edad. Son conducidos
fuertemente por un deseo de escapar o de evitar dolor, pero también son
incapaces de resistir a la tentación. Tanto los psicópatas primarios como
los secundarios están subdivididos en:

Los PSICÓPATAS DESCONTROLADOS: los que parecen enfadarse o


enloquecer más fácilmente y más a menudo que otros subtipos. Su
frenesí se asemejará a un ataque de epilepsia. Por lo general son también
hombres con impulsos sexuales increíblemente fuertes, capaces de
hazañas asombrosas con su energía sexual. También parecerían estar
caracterizados por ansias muy fuertes, como en la drogadicción, la
cleptomanía, la pedofilia, cualquier tipo de indulgencia ilícita o ilegal.

Los PSICÓPATAS CARISMÁTICOS: son mentirosos encantadores y


atractivos. Por lo general están dotados de uno u otro talento, y lo utilizan
a su favor para manipular a otros. Son generalmente compradores, y
poseen una capacidad casi demoníaca de persuadir a otros para que
abandonen todo lo que poseen, incluso hasta sus vidas. Este subtipo
llega a menudo a creerse sus propias ficciones. Son irresistibles.

El psicólogo criminal Robert Hare sostiene que los psicópatas “no sienten
ninguna angustia personal ni tienen ningún problema; el problema lo
tienes tú. Su capacidad para castigar a sus víctimas se basa en un
comportamiento anormal del cerebro, que reacciona de manera
completamente distinta a como lo hace el de una persona sana”.

Por su parte, un estudio reciente realizado por el profesor de la


Universidad de Cornell, Jeff Hancock y sus colegas, los psicópatas
tienden a escoger palabras muy concretas cuando hablan de sus
crímenes. El informe fue publicado en la revista Legal and Criminological
Psychology , y reveló que 14 varones psicópatas usaban más palabras
como “porque” o “por lo tanto”, que implican que tienen un objetivo claro
cuando comenten sus crímenes. Y usan dos veces más términos
relacionados con necesidades físicas como los alimentos, el sexo y el
dinero. Y en su discurso apenas incluyen palabras que hagan referencia a
la familia, la religión y otras necesidades sociales. Asimismo suelen usar
más el tiempo pasado y hablan menos fluido, empleando más “ums” y
“uhs” que el resto de la población
20 CLAVES PARA DETECTAR A UN PSICÓPATA

Hay una frase que dice: “No son todos los que están, ni están todos los
que son”. Se refiere a que ni todos los que están en un hospital
psiquiátrico son ‘locos’, ni todos los locos que existen están encerrados.
Psicópatas hay en todas partes: manejando un transporte público,
administrando una empresa o gobernando un país. Allí, donde menos se
los espera puede haber alguien que padece unapsicopatía: un trastorno
antisocial de la personalidad. Claro que esto no implica necesariamente
que esas personas sean ‘malas’, simplemente que no sienten empatía por
el prójimo ni remordimiento por sus actos, con todo lo que esto significa.
Viven bajo sus propias reglas, y solo sienten culpa cuando rompen con su
código.

Para los psicópatas las personas son cosas, objetos que sirven para
satisfacer sus propios intereses. Si su ‘programación’ no implica lastimar
al otro, no lo harán. Y podrán vivir en comunidad porque comprenden los
códigos sociales. Se adaptan. Lo terrible sucede cuando no pueden evitar
hacer daño. Pero la mayoría no comente delitos, aunque no tienen
reparos en mentir, manipular o lastimar para conseguir lo que tienen en
mente.

Cuando sí delinquen, desde un punto de vista penal, como conscientes de


sus actos, son imputables. Pero a diferencia de un reo normal, no existe
posibilidad de corregir su conducta por lo que la rehabilitación se basa en
fomentar una forma de vida que les reporte beneficios y evite penas.

Faceta interpersonal:

1. Tienen gran oratoria y encanto. Son simpáticos y conquistadores en


primera instancia.
2. Poseen una autoestima exagerada. Se creen mejores que el resto.

3. Mienten patológicamente. Engañan sobre todo para conseguir


beneficios o justificar sus conductas.

4. Se comportan manipuladoramente. Y, si son lo suficientemente


inteligentes, los demás no notarán estas conductas psicopáticas.

Faceta afectiva:

5. No sienten remordimiento o culpa. Jamás se sienten en deuda.

6. Afectivamente son frívolos y superficiales. No conciben emociones,


aunque pueden simularlas llegado el caso.

7. Les falta empatía. Son indiferentes. Y hasta pueden manifestar


crueldad.

8. Tienen una incapacidad patológica para asumir su responsabilidad en


los hechos. No aceptan sus errores. Por ello raramente solicitan una
asistencia psicológica, ya que para ellos el problema siempre lo tienen los
otros.

Faceta estilo de vida:

9. Necesitan constantemente estímulos. Caen con facilidad en el


aburrimiento.

10. Les gusta un estilo de vida parasitario.

11. Actúan descontroladamente.

12. Carecen de metas realistas a largo plazo. Viven como nómadas, sin
dirección.

13. Se comportan impulsivamente. Con recurrentes actos no


premeditados. Sumada una falta de reflexión sobre las consecuencias de
sus acciones.
14. Son irresponsables.

Faceta antisocial:

15. Tienden a delinquir durante la juventud.

16. Muestran problemas de conducta desde la niñez.

17. Padecieron la revocación de su libertad condicional.

18. Cuentan con versatilidad para la acción criminal. Tienen predilección


por las estafas y los delitos que requieran de la manipulación del otro.

Otras no incluidas en ningún factor ni faceta:

19. Tienden a una vida sexual promiscua. Con varias relaciones breves y
mantenidas simultáneamente. Les gusta compartir abiertamente sus
proezas sexuales y conquistas.

20. Acumulan muchos matrimonios de corta duración. No se


comprometen a largo plazo, por la informalidad con la que se plantean el
vínculo.

Estos ítems constituyen el popular método PCL (Psychopathy Checklist)


desarrollado por Robert Hare, doctor en Psicología y profesor de la
Universidad de Columbia Británica en Canadá. Se puntúa cada atributo
de cero a dos, y para el correcto diagnóstico se suma una entrevista
semiestructurada y el análisis del historial del paciente. Según Hare, el
uno por ciento de la población es psicópata.

Incluso a temprana a edad puede darse el caso. Según el psiquiatra


forense John MacDonald hay una triada que podría evidenciar una futura
personalidad psicopática: el maltrato animal, la piromanía y la enuresis -la
persistencia de hacerse pis sin control pasado el tope de los cuatro o
cinco años de edad-.

En la sociedad ya quedó instaurada, gracias a Hollywood, la idea de que


todos los psicópatas son comoHannibal Lecter o Dexter –encantadores,
por cierto-. Pero está claro que no hace falta descuartizar a alguien para
estar orate. Así que mejor estar atento a quienes te rodean. No sea el
caso de estar sufriendo de una alocada manipulación y no haberte dado
cuenta aún.

LA PERSONALIDAD PSICOPÁTICA

El Psicópata, posee una personalidad, que sin llegar a ser una


enfermedad mental, es anormal. Se la diagnostica, según el DSMIV
(Manual de diagnóstico de Psiquiatría) dentro de los Trastornos de
Personalidad, como un trastorno antisocial de la personalidad.

Dentro de esta categorización, podemos encontrar un amplio espectro y


por lo tanto, grados diferentes de manifestación, desde “el criminal”, hasta
una persona aparentemente integrada al entramado social, que trabaja,
estudia, tiene hijos, familia. Pueden ser compañeros de trabajo, de
estudio y esto los hace especialmente peligrosos ya que el otro, posible
víctima, se encuentra más vulnerable porque no hay señales externas que
alerten y permitan una actitud defensiva.

La característica principal de estas personas es que tienen anestesia


afectiva, no sienten culpa, por lo tanto, ellos no son los que sufren, pero sí
las personas de su entorno. Las emociones que sí pueden sentir son
cólera, ira o tristeza, cuando las cosas no son como ellos quieren.Solo los
mueve su propio interés y para llegar a ello, que es obtener dominio y
poder sobre su ambiente, pueden llegar a simular, “no a sentir”, amor,
compasión, solidaridad, ternura, sentimientos de amistad, sólo hasta
conseguir sus objetivos. Cualquier estrategia es válida para llegar al
máximo placer del psicópata que es anular la voluntad del otro para
explotarlo, atacarlo y demostrar su superioridad y su desprecio hacia su
víctima, ya sea en el área laboral, de sus relaciones personales, sexual,
etc. Esta es su esencia.

Algunos actúan su psicopatía en ciertos lugares más que en otros. Por


ejemplo: Manifiestan toda su patología dentro del ámbito familiar, donde
sus parejas y sus hijos son las víctimas, siendo para el afuera, personas
encantadoras.

Al psicópata, se lo ha denominado “loco moral” o “loco sin delirio”, poseen


capacidad de juicio conservada, saben la diferencia entre lo que está bien
o mal, pero no les importa, esos límites no son para ellos.
Este cuadro como todos los Trastornos de Personalidad se caracteriza
por ser sus rasgos inflexibles y crónicos, no es modificable ni por
experiencia ni por aprendizaje, puede disminuir en la adultez a partir de la
cuarta década de la vida. Para realizar un diagnóstico preciso es
necesario diferenciarlo de otros cuadros como Esquizofrenia o Episodio
Maníaco, Trastorno Narcisista, Límite o Histriónico de la Personalidad.

Estas personas no suelen concurrir al tratamiento por voluntad propia, sí


los familiares o personas del entorno que lo padecen y que son los que
pueden lograr beneficiarse, solicitando ayuda terapéutica.

PSICOPATÍA INFANTIL Y JUVENIL. CONCEPTOS BÁSICOS.


CONSIDERACIONES PRELIMINARES DE LA PSICOPATÍA JUVENIL
La mayoría de los niños con trastornos de conducta NO se convierten en
adultos antisociales. Solo un pequeño subgrupo de niños con trastorno de
conducta puede considerarse en riesgo de desarrollar una psicopatía.

El trastorno de conducta (TC) es una categoría diagnóstica heterogénea


que designa “patrones de comportamiento antisocial persistentes y
extremos para el nivel evolutivo del niño, que entran en conflictos con las
normas y con los derechos o necesidades de los demás”.

El criterio para diferenciar subtipos de niños con problemas de conducta


es la edad de inicio:

De inicio infantil.

De inicio adolescente.

Los de inicio infantil:

Historia evolutiva de comportamiento antisocial más persistente que los


de inicio en adolescencia (Patterson, reid y Dishion, 1992).

Asociado frecuentemente a disfunciones neuropsicológicas, entornos


familiares desestructurados y disfuncionales, altas tasas de
psicopatología en los padres y a dificultades de relaciones con sus
iguales.

La de inicio adolescente:
Aparece a menudo en jóvenes sin disfunción personal ni social previa, y
se vincula a grupos desviados.
La conducta antisocial suele estar limitada a este período evolutivo.

Menor riesgo de delincuencia adulta.


Lynam opina que la combinación de “El Trastorno de conducta” con el
“Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)” podría
representar el antecedente de la psicopatía adulta.

· Frick propone un modelo etiológico para los problemas de conducta


de origen temprano, tratando de identificar los rasgos centrales de la
psicopatía adulta en un grupo particular de niños.

Se trata pues de un subgrupo de niños con Trastorno de conducta e


hiperactividad con predominio de las características de:
Crueldad.
Frialdad.
Insensibilidad emocional.

Estas características (semejantes a las de la psicopatía adulta) serían las


responsables de un trastorno antisocial crónico y severo en niños y
adolescentes.
Instrumento de evaluación de la psicopatía infantil basado en el modelo
de Frick:
PSD (Psychopathy Screening Device): estructura de dos factores:

Impulsividad/problemas de conducta (I/PC).

Dureza/Insensibilidad (D/I).
Pero si existe una característica central que define a la psicopatía juvenil
es la falta de empatía, característica directamente relacionada con la
insensibilidad emocional presente en las conductas violentas (Widinger y
Lynam, 1998).
La otra característica nuclear de los jóvenes psicopáticos es “la dificultas
para discernir entre lo bueno y lo malo”, no desde lo cognitivo
(razonamiento moral) sino desde lo afectivo e interpersonal, pudiendo
saber que alguien está sufriendo (vertiente cognitiva) pero no pueden
sentirlo (vertiente emocional).

“DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA PSICOPATÍA EN LA


ADOLESCENCIA”

Palabras clave

Psicópata Personalidad T erapia Agresividad Violencia

¿QUÉ SON LOSPSICÓPATAS?

¿Cuáles son las características de un psicópata? Este ensayo no podría


pretender arrojar luz sobre este tipo de sujetos si la investigación
acumulada hasta la fecha no hubiera constituido un cuerpo de
conocimientos relativamente fiable. No es que tengamos todas las
respuestas; desafortunadamente las preguntas todavía son mas que los
hallazgos, pero ello hace mas necesario, si cabe, reflexionar, interrogar,

Es un cuadro que se manifiesta en una relación especial con los demás;


es por encima de todo, una condición relacional cuya ruptura con los
códigos morales se constituye en la característica más distintiva, y no
necesariamente por cometer los delitos mas graves, si no porque, en su
actuar cotidiano, están ausentes las mínimas habilidades que permiten
establecer una relación sincera, predecible y plenamente humana.

La expresión mas violenta de la psicopatía es la conducta criminal, y los


delitos más crueles muchas veces son cometidos por sujetos psicópatas,
sin embargo, la mayoría de ellos no son delincuentes. Se trata más bien
de personas que, gracias a sus “encantos” personales, engañan,
manipulan y arruinan las finanzas y las vidas de todos aquellos que tienen
la mala suerte o la imprudencia de asociarse personal o profesionalmente
con ellos.

Los ejemplos más dramáticos de la psicopatía se han incrementado en


nuestra sociedad en los últimos años. Los psicópatas constituyen una
contribución muy importante a los homicidas, violadores, ladrones,
estafadores, etc.

Según Robert Hare, un psicópata se define como “un sujeto preocupado


por sí mismo, cruel y sin remordimientos, con una carencia profunda de
empatía y de la capacidad para formar relaciones cálidas con los demás,
una persona que se comporta sin las restricciones que impone la
conciencia. Lo que destaca en él es que están ausentes las cualidades
esenciales que permiten a los seres humanos vivir en sociedad”.

El psicópata tiene una autoestima muy elevada, un gran narcisismo, un


egocentrismo descomunal y una sensación omnipresente de que todo le
es permitido, es decir, se siente el centro del universo, y cree que es un
ser superior que debe regirse por sus propias normas. Se comprende que
con esta percepción de sí mismo aparezca ante el observador como
alguien sumamente arrogante, dominante y muy seguro en todo lo que
dice.

Es claro que busca poder controlar a los demás y parece incapaz de


comprender que otras personas tengan opiniones diferentes a las suyas.

Enfrascados con ese mundo de superioridad, rara vez se preocupan de


los problemas (financieros, legales o personales) que puedan tener, si no
que son “dificultades temporales” producto de la mala suerte o de las
malas artes de terceros.

Alguien así no necesita tampoco embarcarse en metas realistas a largo


plazo y, cuando plantean un objetivo de futuro, pronto se ve que no tienen
las cualidades necesarias para alcanzarlo ni saben en realidad qué hay
que hacer para ponerse malos a la obra. En realidad creen que sus
capacidades les permitirán lograr cualquier cosa.

No experimentan ninguna preocupación por los efectos de sus actos en


los demás y, en ocasiones, lo manifiestan claramente. Cuando aseguran
que “lo sienten” no es más que por dar una buena imagen; sus palabras
anteriores y posteriores y sus hechos suelen contradecir ese
arrepentimiento. Junto a esto encuentran todo tipo de excusas para
explicar los desmanes que cometieron y, en muchas ocasiones, niegan en
absoluto que ellos fueran los responsables o que tales acontecimientos
que se imputan existieron en realidad.

El psicópata no puede ponerse en el lugar de los otros, salvo en su


sentido puramente intelectual; no puede entender que es lo que sienten
los demás ante las experiencias de la vida. Debido a su incapacidad para
apreciar los sentimientos de los otros, algunos psicópatas realizan actos
de extrema crueldad, crímenes execrables y que desconciertan por su
gratuidad y sadismo.

Mentir, engañar y manipular son talentos naturales para el psicópata. Las


mentiras no pretenden ningún objetivo concreto, sólo demostrar su
habilidad para engañar.

Estas características le hacen especialmente apto para perpetrar fraudes,


estafas y suplantaciones de personalidad. Si están en prisión, saben
cómo convencer a las autoridades de que se están rehabilitando; para ello
se apuntan a clases, exhiben una “profunda” religiosidad y participan en
numerosos programas orientados a que se les clasifique cuanto antes en
regímenes próximos a la libertad condicional, o en esta misma
circunstancia.

Los psicópatas parecen poseer una incapacidad manifiesta para sentir de


modo profundo el completo rango de emociones humanas. En ocasiones,
junto a una apariencia física y distante, manifiestan episodios dramáticos
de afectividad, que no son si no pequeñas exhibiciones de falsa
emotividad. Cuando aseguran que sienten emociones son incapaces de
describir las diferencias sutiles existentes entre diversos estados
afectivos.

La impulsividad no es tanto una muestra del temperamento del psicópata


como de su deseo permanente de alcanzar la satisfacción inmediata. Es
como un adulto que no ha sido capaz de niño de aprender a demorar la
gratificación; no modifica sus deseos cuando las circunstancias lo exigen,
y no toma en consideración los deseos de los demás.

Además de actuar sin pensar, el psicópata es extraordinariamente


reactivo a lo que él considera que son las provocaciones o los insultos,
actuando con violencia física o verbal. No posee esa capacidad que
tenemos los demás de controlarnos, de inhibirnos frente a los deseos que
podamos tener de agredir a alguien, simplemente pasa a la acción.

Es muy frecuente el consumo de drogas y alcohol, o el cambio constante


de trabajo o de lugar de residencia entre los psicópatas.

A los psicópatas les trae sin cuidado las consecuencias negativas de sus
actos en los demás. Así, conducen de modo temerario o se juegan todo el
dinero en una noche. Esta falta de responsabilidad se extiende a los
compromisos adquiridos con el sistema de justicia.

También podemos decir que las personas a su cargo son, en general,


menos inconvenientes para su estilo de vida.

Muchos psicópatas empiezan su carrera de abusos en la infancia, es fácil


ver en ellos conductas habituales de mentir, engañar, originar incendios,
tomar drogas y alcohol, vandalismos, violencia hacia sus compañeros,
una sexualidad precoz y fuga del hogar y de la escuela. Los niños que
luego serán psicópatas exhiben estos signos precoces de destrucción, de
modo mas persistente y violento que otros niños, y acompañan estas
hazañas sin que parezca que haya pena o lamento alguno cuando son
enfrentados a los hechos.
PRINCIPALESTEORÍASPROPUESTAS

Resulta tremendamente difícil atribuir el comportamiento psicópata a un


solo factor, como lo podrían ser la herencia o el ambiente, lo cierto es que
se piensa que puede ser resultado de una confluencia de varios, pudiendo
no ser semejantes los motivos de la psicopatía en diferentes individuos.
Para dar una explicación más concluyente exponemos las teorías que
explican la psicopatología desde diversos aspectos.

a) Factores familiares y ambientales

Algunos autores hablan del fracaso de la socialización a través de


hogares caóticos donde muchos de los futuros psicópatas han recibido un
trato brutal por parte de sus padres, trasladando el resentimiento y odio a
la sociedad por falta de identificación paterna.

Otros han observado la privación afectiva temprana donde el psicópata


desde niño tiene escasa experiencia en relaciones amorosas no sólo
normales sino también duraderas, con pocas oportunidades de
identificarse afectivamente.

La propia sociedad impone un modelo de vida donde se privilegia el


individualismo, el egocentrismo, la violencia y el logro del placer inmediato
mediante el sexo fácil, las drogas y el alcohol.

b) Factores debidos a fallos en el desarrollo moral de la personalidad

Esta teoría se sustentan en fallasen el estadio preconvencional del


desarrollo moral. Esto confirmaría la importancia de un fallo del sistema
de valores personales para la manifestación de una conducta antisocial o
delincuencial.
c) Factores hereditarios y constitucionales

Se supone que la anormalidad del psicópata se debe a una deficiencia


hereditaria. Los parientes biológicos de hijos diagnosticados como
antisociales parecen tener una cifra mayor de psicopatía. También se ha
comprobado en el estudio de pares de mellizos, donde educados en
hogares distintos coincidieron en similares conductas psicopáticas.

Según los autores Carlos Berbell y Salvador Ortega (psicópatas


criminales), hay algo que es innato en el niño, algo que nace con él. Con
esto no quieren decir que sea heredado. No es que el padre haya sido un
psicópata y que el hijo tenga que serlo. Es algo que tiene que ver con los
genes que opera en su conjunto o que no funcionan bien en conjunto, lo
que crea la predisposición para una psicopatía. En opinión de estos
autores no creen que el entorno tenga la última palabra. Dichos autores
están convencidos que mediante procesos de investigación, es decir,
aplicando métodos científicos, se pondrá descubrir que existe un
fundamento biológico en la conducta violenta psicótica.

Estudios de neuroimagen le han llevado a establecer la hipótesis de que


los psicópatas padecen ciertas anomalías en la corteza prefrontal del
cerebro; es la parte del cerebro que nos hace reflexionar antes de actuar,
es decir, se encarga de regular y controlar el comportamiento. Es un
mecanismo del que parece que adolecen los psicópatas. Hay estudios
que documentan la existencia de anomalías cerebrales en la corteza
precentral entre los psicópatas. Probablemente, esta capacidad de
razonar y decidirse por opciones ventajosas es algo que contribuye a la
personalidad, de las normas e irresponsabilidad. Esta no es, sin embargo,
la única línea de investigación que tiene como centro el cerebro. James
Blair apunta que quiza existan problemas con el funcionamiento de la
amígdala en delincuentes psicópatas, ya que se observo un mal
funcionamiento de la amígadala. Si ese mal funcionamiento tiene un
origen genético o se debe al un mal trauma infantil, es decir, a
determinadas variables sociales que pueden afectar el funcionamiento de
la amígdala, no lo podemos asegurar, pero está claro que estas personas
presentan una patología cerebral.

Hay toda una corriente del pensamiento psiquiátrico que lleva a


sospechar que la psicopatía sería producto de un cerebro defectuoso.

Algunos autores atribuyen a la psicopatía a un defecto del hipotálamo, así


como otros piensan que existiría una descompensación entre la corteza
cerebral y el troco encéfalo o entre las formaciones profundas (cerebro
interno de Kleist), donde mora la vida instintiva, las pulsiones, los
sentimientos básicos y las diversas tendencias a la conservación y
reproducción del individuo. Esta teoría se recuesta en las llamadas seudo
psicopatías producto de lesiones traumáticas del lóbulo prefrontal.

d) Factores bioquímicos

Algunos autores han descubierto alteraciones a nivel de la somatostatina


en el LCR de algunos psicópatas, concomitante a una disfunción de la
serotonina. Otros han encontrado que los niveles circulantes de
testosterona y de la dopamina tienen una influencia directa en la
provocación de la conducta agresiva.

Constitución familiar del psicópata

Un padre severo, respetado por el temor que origina, muchas veces


agresivo e indiferente. La madre se comporta indulgentemente, amante
del placer, que desprecia taxativamente la imagen paterna.
Sobreprotectora pero descalificadora y culpógena.
TRATAMIENTOS

Existe un pesimismo generalizado acerca de la posibilidad de


rehabilitación de los delincuentes. Este pesimismo afecta de forma
particular a la actitud hacia los psicópatas.

Sin embargo, los estudios que de forma sistemática han aplicado


tratamientos para los psicópatas son relativamente escasos, por lo que,
dado que no existe un cuerpo de investigación sistemático acerca de un
tratamiento óptimo, nos queda la esperanza de la ausencia de
confirmación empírica.

En general los tratamientos aplicados a los trastornos de la personalidad


los podemos dividir en dospuntos:

Tratamiento farmacológico: centrados por lo general en un síntoma


particular del trastorno. En el caso de los psicópatas se han utilizado
fármacos (litio, por ejemplo, para tranquilizar a los agresivos extremos)
con el fin de que los sujetos sean mas manejables en la psicoterapia; sin
embargo, los resultados son ambiguos y en todo caso temporales, pero
nunca con efectos a largo plazo

Terapia conductual: Centrada, al igual que el tratamiento farmacológico en


el tratamiento de conductas discretas. Este tipo de terapias requiere de
motivación y cooperación, ausente en muchos casos en los pacientes con
trastornos de personalidad. Implica la utilización del condicionamiento
positivo o aversivo. En el caso de los psicópatas, parece ser que
responden mejor al refuerzo positivo que al castigo (destinado al fracaso)
y en concreto a la recompensa monetaria.

: Centrada en el esquema cognitivo, las asunciones irracionales que


subyacen a las creencias y conductas del paciente, y que son
particularmente relevante para el tratamiento de los trastornos de la
personalidad.
Terapia familiar e interpersonal: Centrada en las relaciones con los
demás. Puede ser una parte útil en el tratamiento, aunque no necesaria.
La calidad de las relaciones del paciente (o su ausencia forman una parte
integral de su trastorno de personalidad, por lo que podría afectar a su
terapia individual).

Psicoterapia psicodinámica y psicoanalítica: Se centra en la estructura de


carácter como principal foco de atención. Por tanto, el concepto de
trastorno de personalidad es más consistente con una orientación
centrada en la orientación de rasgos individuales o intrapsíquica. En el
caso de los psicópatas, sin embargo, los resultados son contradictorios.

Tratamiento comunitario: Se centra en la modificación de los grupos


sociales – familia, escuela o una comunidad entera-. Al parecer, este tipo
de tratamiento podría adaptarse a los delincuentes, pero su relevancia
para los adultos psicópatas es indeterminada, aunque su utilidad no se
descarta.

Terapia ambiental (Milieu) o comunidad terapéutica: Se centra en la


creación de ambientes consistentes que alteren de forma completa las
circunstancias de la vida del sujeto. Muchos autores han argumentado
que esta es la única forma de curar al psicópata. Sin embargo, tampoco
se ha observado una disminución significativa en la reincidencia. Por otra
parte y dado que los psicópatas en general requieren estar en
instituciones de seguridad, los intentos de establecer comunidades
terapéuticas en una prisión han fracasado por su dificultad. A continuación
se nombran los programas que de forma más significativa han sido
aplicados al tratamiento específico de la psicopatía. Hay que advertir que
dada la alta, ya comentada, coexistencia del alcoholismo, la drogadicción
y la psicopatía, muchos programas van dirigidos al tratamiento de la
adicción primariamente.
Terapia expresiva de apoyo (Supportive - Expresive Therapy). Terapia
de orientación analítica, sus principales técnicas son la expresiva y el
apoyo, como su nombre implica.

Terapia Cognitivo – Conductual (Cognitive – Behavioral Therapy). Se


trata de un sistema de psicoterapia activa, directiva y con limitación de
tiempo.

El Consejo de Drogas (Drug Counseling). Centrada en la identificación


de necesidades especiales y asignación de servicios concretos.

El Entrenamiento en Habilidades de Afrontamiento (Doping Skills


Training) (Monti, Abrams, Kadden y Cooney, 1989). El entrenamiento en
habilidades de afrontamiento, proporciona una experiencia de grupo
altamente estructurada, diseñada para fomentar la adquisición de
habilidades, incluyendo la solución de problemas, habilidades
interpersonales, relajación y habilidades para el afrontamiento de la ira y
el consumo de bebida.

- El Grupo de Terapia Interaccional (Interactional Group Therapy)


(Getter, 1984). Se exploran las relaciones interpersonales de los
participantes y la patología tal como se manifiesta en las interacciones
“aquí y ahora” dentro del grupo.

La Comunidad Terapéutica (TC). Son programas de tratamiento


residenciales con una duración de entre quince y veinticuatros meses.

- Programa de Stoudenmire (Stoudenmire et


al., 1989). Incluye terapia de grupo e individual, educación sobre la
adicción, ejercitación del aumento de control, ejercicio físico...

- Programa de Mather (Mather,


1987).Consistía en la hospitalización de los pacientes para su
recuperación del alcoholismo durante seis semanas con
actividades.
- La Comunidad Terapéutica Jerárquica
(Ravndal y Vaglum, 1991). Su objetivo principal es el cambio global
del estilo de vida, la abstinencia de drogas y la eliminación de la
conducta antisocial.

- Comunidad Terapéutica de Máxima


Seguridad para Psicópatas y otros delincuentes con
trastornos mentales (Rice et al., 1992). Este programa fue dirigido
por los propios internos e implicó terapia de grupo intensiva
durante alrededor de ochenta horas semanales. La meta es la de
crear un ambiente donde los pacientes puedan desarrollar la
empatía y responsabilidad para con sus compañeros.

- La Terapia Ambiental en Wiltwyck (Milieu


Therapy at Wiltwyck) (McCord, 1982). Esta terapia les suministró
una combinación de amistad, ausencia de castigo, junto con la idea
de que cada joven debía pagar de alguna forma por las
consecuencias de sus acciones. Los servicios auxiliares jugaban
un papel importante.

- La Escuela de Entrenamiento Lyman (The


Lyman Training School) (McCord, 1982). La escuela enfatizaba
una adhesión estricta a sus normas, una educación formal y
labores agrícolas.

- La Psicoterapia de los Pacientes


Diagnosticados Dualmente (Kaufman, 1989). Los sujetos
diagnosticados dualmente son aquellos sujetos con un problema
de adicción que a su vez presentan un trastorno psiquiátrico
notable, o bien aquellos pacientes psiquiátricos cuyo abuso de
sustancias supone un problema significativo. Se divide en tres
fases, con sus respectivos pasos y objetivos particulares: - FASE I:
Consecución de la sobriedad.
- FASE III: Avance de la rehabilitación.

RIESGOS ASUMIDOS EN LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es reconocida en la sociedad occidental como una fase


de transición en el desarrollo de la personalidad, en donde se abandona
el mundo infantil buscando un espacio psicológico y social en el mundo
adulto (Alarcón, 1997). La psicología evolutiva ha descrito como eje
motivador de esta etapa la búsqueda y delimitación de la identidad
(Erikson, 1969). No obstante, se discute aún, si esta fase del desarrollo
sigue una evolución continua y predecible desde los años intermedios o
irrumpen transformaciones de tal intensidad que dan origen a una fase de
crisis, inestabilidad y fragilidad emocional (Crockett & Crouter, 1995; Rice,
2000).

Diversas investigaciones han dejado en evidencia una mayor


vulnerabilidad durante el proceso adolescente para iniciar conductas de
riesgo en salud mental y adaptación social tales como: consumo de
drogas ilícitas, embarazo precoz, deserción escolar, violencia y conductas
antisociales (Ávila, Jiménez-Gómez & González, 1996; Florenzano, 1998;
Organización Mundial de la salud [OMS],1995). Estas manifestaciones se
presentan como un fenómeno emergente, amenazando la convivencia
social y reduciendo en estos adolescentes las posibilidades de ajuste
psicológico y social futuro.

Por ello, es en la adolescencia donde más atentos debemos estar a la


posibilidad de que nuestros alumnos/as estuvieran desarrollando un
trastorno de estas características. Será siempre el orientador/a del centro
el que deba de conocer el caso e intervenir al respecto.
PROGRAMAS ESPECÍFICOS PARA ADOLESCENTES CON PERFIL
PSICÓPATA

Lo primero que es necesario mencionar es que los programas


tradicionales de rehabilitación ayudan muy poco a los delincuentes
psicópatas, y existen estudios que demuestran que los delincuentes que
siguieron estos programas acabaron cometiendo crímenes más graves
que si no se hubieran tratado. No es que el programa fuera malo, sino que
no era el adecuado, ya que aprendieron nuevas formas de manipular a la
gente. Actualmente, se están diseñando otros programas que realmente
les sirva a estas personas como por ejemplo programas de tipo cognitivo-
conductual.

Especifiquemos con los casos de maltrato a las mujeres y de los distintos


programas de tratamiento que se han ido realizando en esta área. Los
programas que se han propuesto parten de los modelos cognitivo-
conductual, sistemático y psicoanalítico. Los resultados obtenidos de
dichos programas no han satisfecho nuestras necesidades, de tal manera,
que ninguno de ellos puede garantizar la recuperación de estas personas.
Una de las posibles causas de que estos programas no hayan funcionado
es que existe una motivación muy baja por parte de estas personas para
cambiar, pero la inclusión en un programa adecuadamente orientado
suele incrementar la conciencia y el grado de responsabilización por su
conducta, abriendo las puertas para comenzar a trabajar sobre su sistema
de creencias sexistas, que es lo que realmente puede provocar el cambio.
Donde los hay, no todos los hombres que acuden a este tipo de
programas se sienten motivados a seguirlo, y entre el 20 y el 60% de los
casos que acuden por vez primera no lo hacen, especialmente si no hay
sanción por ello. Este porcentaje disminuye si el programa está incluido
en una red de recursos coordinados, donde tanto la derivación al
programa como las deserciones puedan ser controladas.
En los países con amplia experiencia en el tema, el criterio mínimo de
éxito de estos programas se evalúa principalmente en función del
abandono de la violencia física y de la violencia psicológica grave
(especialmente el acoso y la intimidación). Desde este parámetro suele
lograrse, con programas adecuados, un buen resultado entre el 30 y 60%
de los casos que siguen el programa, excepto en el caso de los hombres
violentos en general o psicópatas en el que el resultado sólo es positivo
en el 5- 10% de los casos. Se ha evaluado positivamente su utilidad para
evitar reincidencias.
CONCLUSION

Todas las consideraciones hechas anteriormente se refieren a los casos


extremos descriptos en la definición de psicopatía que propugna la Macro
psicología. Sin embargo, como pasa en casi todas las situaciones
referidas a seres humanos, estos casos son sólo una minoría.
La gran mayoría de los casos la encontramos distribuida dentro de las
zonas grises de la mente, donde las ideas de base no son tan fijas, las
motivaciones no son tan claras y las acciones resultantes de estas, nunca
están tan condicionadas por factores sobre los que el individuo no tiene
ningún control. Dejando de lado los ejercicios intelectuales que
pudiéramos realizar dentro de los estrechos límites que nos deja una
definición, podríamos pensar que para poder hacer evaluaciones éticas
razonables y sacar conclusiones realistas sobre casos puntuales, sería
imprescindible considerar siempre cada uno en forma particular. Y
después asignarle con justicia y dentro de esta gradualidad inherente a la
condición humana, la responsabilidad que pueda tener cada sujeto por
éstas acciones.
Con respecto a las consideraciones legales que pudieran hacerse, estas
dependerán casi exclusivamente de la interpretación particular que haga
de la ley el magistrado encargado de cada caso. Sin embargo, podríamos
decir sin muchas posibilidades de equivocarnos que también aquí
encontraremos zonas grises donde, ni siquiera en el plano teórico,
puedan existir recetas de aplicación generalizada. De todas maneras, las
dudas legales que los distintos casos puedan presentar siempre serán
mucho menores que las éticas, ya que para resolver estas últimas es
imprescindible tomar muy en cuenta además la escala de valores de cada
individuo, cuya importancia para las primeras es marginal.
BIBLIOGRAFÍA

- JAVIER O. CABELLO, ANTONIO H. (2004).


Madrid. Bruno, cuadernos de psicología forense

- VICENTE GARRIDO GENOVÉS (1993).


Psicópata. Valencia. Tirant lo Blanch.

- www.cop.es/papeles/

- CARLOS BERBELL, SALVADOR ORTEGA.


(2003). Psicópatas criminales, Madrid. Editorial la Esfera de los
libros.

- VICENTE GARRIDO. (2001). Técnicas de


Tratamiento para delincuentes. Barcelona

http://blogs.elcomercio.pe/elclubdeloinsolito/2008/06/por-
que-no-lloran-los-psicopat.html

http://www.muyinteresante.es/ide-que-hablan-los-psicopatas

http://quantumfuture.net/sp/pages/psicopatia.html

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