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Conocer al alumno como agente con identidades sociales y derechos

Conocer al alumno como agente con identidades sociales y derechos En ciertos momentos es
preciso recordar lo obvio. Un buen profesional de la educación debe conocer eso que sus alumnos
deben aprender y también debe dominar el arte de la educación, es decir, el conjunto de
estrategias, procedimientos y técnicas de la enseñanza, adecuadas a las características
psicológicas de los aprendices. Para eso están la pedagogía, la didáctica, el currículo, la psicología
de la enseñanza y el aprendizaje, etc. Pero no basta con esto para completar el capital cultural
específi co del profesional de la educación. También debe conocer al alumno como un sujeto
social. Esto es particularmente necesario en una época histórica en que la infancia, la adolescencia
y la juventud se han convertido en agentes sociales con existencia social relativamente autónoma.
Se suele decir que en épocas antiguas, casi no existía la infancia (y menos aún la adolescencia o la
juventud, al menos como hoy las conocemos). En las sociedades agrarias, la condición infantil se
aplicaba a un período de la vida muy corto: a los 5 o 6 años, los “niños” se incorporaban a la vida
productiva, por ejemplo como pastores. En verdad, la niñez biológica es una cosa, la niñez social,
otra. Aquí nos interesa la segunda. Esta es una construcción social. En otras palabras, la niñez (al
igual que otros objetos sociales) no es una sustancia que se puede aprehender con una defi nición
que capture su esencia ahistórica. Por el contrario, casi podríamos decir que las clases de edad (la
niñez, la adolescencia, la juventud, etc.) no existen desde siempre, sino que adquiere distintas
confi guraciones en cada momento histórico y en cada grupo o estamento social. Para entender
los procesos de construcción de las nuevas generaciones y sus sub componentes sería preciso
tomar en cuenta una gran diversidad de factores. Entre ellos, pueden citarse los económicos
sociales, los demográfi cos, los jurídicos, los culturales, los científi co/tecnológicos, etc. Entre los
económico-sociales, cobran particular importancia el modelo productivo dominante, la estructura
del mercado de trabajo, el nivel de desarrollo de una economía y los mecanismos de distribución
del ingreso, el mercado de trabajo y la morfología social (la división de la población en clases,
estamentos, categorías sociales, etc.). A su vez, la estructura y dinámica de la demografía (tasas de
natalidad, mortalidad, migraciones, esperanza de vida, etc.) le da una determinada confi guración
a la población y a su distribución por grupos de edad. No es lo mismo una población “vieja” que
una población “joven”. La dinámica poblacional, a su vez, está ella misma determinada en parte
por la economía y la estructura social, el desarrollo científi co y tecnológico, la cultura, etc. El
derecho también es efi caz al momento de explicar la confi guración de los grupos de edad. Es el
aparato jurídico del Estado el que defi ne las fronteras poblacionales, determinando requisitos de
acceso a ciertos bienes y servicios. La niñez, en gran parte es una construcción escolar. El
momento de inicio de la escolaridad obligatoria

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