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Contaminantes de la atmósfera
Secundarios Ozono O3
Peroxiacetilnitrato (PAN) CH3—COOO—NO2
Compuestos de carbono como las olefinas, el CnH2n, C2H2, R—CHO, R—CO—R
acetileno y algunos aldehídos y cetonas.
O3 + NO —> NO2 + 02
Inversión térmica
Esmog
El esmog industrial se caracteriza por ser una mezcla de niebla con partículas
de humo, dióxido de azufre, gotitas de ácido sulfúrico y partículas sólidas,
como cenizas y hollín.
Los efectos del esmog industrial y el fotoquímico son muy parecidos; ambos
reducen la visibilidad natural formando un manto de bruma de color marrón
sobre las ciudades, irritan los ojos y causan graves daños al aparato
respiratorio.
Lluvia ácida
¿Cómo es posible que la lluvia que conoces sea ácida? Interesante, ¿no lo
crees? El agua de lluvia, en condiciones normales, es ligeramente ácida. Su pH
oscila entre 5 y 6, pero en áreas urbanas, sobre todo en las industriales, ese
valor desciende hasta 3.
La acidez del agua de lluvia se debe a que ésta reacciona con parte del CO2
atmosférico. La reacción entre el agua y el CO2 es una forma de equilibrio
natural. De este modo se evita la acumulación de CO2 en el aire.
El agua dulce que destina para el consumo humano se llama agua potable.
Este tipo de agua cumple con una serie de normas físicas, químicas y
biológicas establecidas por la legislación de cada país que garantizan la salud
del ser humano y en cuanto a los aspectos físicos el agua debe ser incolora,
insípida e inodora; químicos la concentración de sustancias químicas peligrosas
debe ser nula y libre bacterias coliformes con relación a lo biológico.
Tal como ocurre con el aire, el agua se contamina cuando se adicionan a ella
materiales que modifican su composición química. El agua sufre una doble
contaminación: la producida por los vertidos directos y la causada por la
atmósfera contaminada con las precipitaciones.
Las ciudades son una de las principales fuentes de contaminación del agua,
pues sus habitantes la usan en grandes cantidades para diferentes fines: como
alimento, para el aseo personal y de la ropa, para la limpieza del hogar, de los
lugares de trabajo, en los hospitales, etc. Gran parte del agua utilizada se
elimina posteriormente en forma de aguas negras.
Por otro lado, las industrias, entre ellas la industria química, necesitan para su
actividad grandes cantidades de agua; como consecuencia de estas actividades
hay un vertido incontrolado de desechos de un gran número de sustancias a
los cuerpos de agua. Estas sustancias son principalmente detergentes,
petróleo, productos orgánicos de descomposición, sustancias radiactivas,
plomo, cadmio, mercurio y arsénico, entre otros.
El sabor, el olor y el aspecto del agua indican si está contaminada, pero esto
no siempre es así; en algunos casos la presencia de contaminantes se revela
solo por medio de pruebas químicas específicas. Un parámetro importante de
la calidad del agua es la concentración de oxígeno disuelto en ella; la cantidad
normal de oxígeno en el agua es de 9 partes por millón (ppm). Esta cantidad
es suficiente para la supervivencia de las especies acuáticas y para la
degradación de los desechos orgánicos que normalmente generan como
producto de su metabolismo. Cuando en el agua se vierten desechos con alto
contenido de materia orgánica, la capacidad de la misma para tratar esa carga
de contaminación se reduce. Es así como el oxígeno disuelto en el agua se
agota y se sustituye por más oxígeno que se absorbe de la atmósfera. A mayor
cantidad de materia orgánica en el agua, mayor demanda de oxígeno para su
degradación, por tanto mayor el agotamiento del oxígeno necesario para la
vida de los peces y otros tipos de vida acuática.
A diferencia del aire y del agua que mantienen una composición constante, el
suelo presenta una dinámica que da lugar a cambios físicos, químicos y
biológicos en su estructura y composición. Esta dinámica suele ser lenta, pero
ante fenómenos naturales como la erosión producida por el viento o el agua,
los incendios forestales, huracanes, tormentas o bien las erupciones
volcánicas, los cambios son más rápidos. El comportamiento del suelo bajo
estas condiciones es normal; no así con los cambios generados por factores
antropogénicos como la agricultura, la tala inmoderada de árboles, la
construcción de edificaciones para uso industrial o doméstico, los depósitos de
basura y de sustancias tóxicas, entre otros. Este panorama es distinto: el
proceso de pérdida del suelo es mucho más rápido que el de su formación, por
lo que el equilibrio natural del suelo se desestabiliza y pone en peligro la
porción del planeta que nos brinda alimento y un lugar para vivir.
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