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La palabra tasm¡t indica que K¤À¸a estaba resumiendo esta sección que trata de la
mente de una persona que tiene alguna visión y está haciendo un esfuerzo para que su
conocimiento sea firme. Él explicó que debido a que los sentidos son turbulentos, ellos
pueden robar la mente de tal persona. Cómo ellos hacen esto, también fue tratado.
K¤À¸a se dirigió aquí a Arjuna como ‘mah¡b¡ho’, que significa ‘¡oh! Arjuna de
poderosos brazos’. Uno puede ser de poderosos brazos con respecto al propio valor y
habilidad, pero lo que se necesita para el autoconocimiento es ser de poderosos brazos en
la mente, lo que es más dificil. El valor y las habilidades que Arjuna había acumulado
para ganarse el nombre de ‘él de poderosos brazos’, eran grandes en sus propias esferas
por cuanto él era capaz de controlar todos los enemigos externos, pero aquí la cuestión
era su habilidad para controlar al enemigo interno.
Controlar los sentidos, retirarlos de sus respectivos objetos, significa poder
retirarlos a voluntad así como la tortuga retrae su cabeza y miembros en su caparazón tan
pronto como percibe algún peligro. Si tú quieres soltar los sentidos, suéltalos; si quieres
retirarlos, retíralos. Esto significa que los sentidos están bajo tu control. Sólo cuando
tienes la capacidad de retirar tus sentidos a voluntad, tu conocimiento puede ser firme.
Aquí la idea es que el conocimiento se hace firme sólo cuando la mente está libre de la
presión de r¡ga y dveÀa.
Hasta el punto en que tienes maestría sobre tus atracciones y aversiones, hasta tal
punto tu conocimiento permanece. Debido a que tus r¡ga-dveÀas están neutralizados,
puedes disfrutar de los beneficios de tu conocimiento. Siendo menor la presión de
r¡ga-dveÀas, los beneficios del conocimiento son mayores. El conocimiento es completo
cuando en su vida los r¡ga-dveÀas no tienen la última palabra, cuando están todos
neutralizados, cuando para tí no hay ninguna diferencia en que un deseo sea satisfecho o
no. Sólo entonces no hay ningún impedimento para el autoconocimiento.
ºÉ´ÉǦÉÚiÉÉxÉɨÉ sarvabh£t¡n¡m — para todos los seres; ªÉÉ y¡ — aquello que; ÊxɶÉÉ ni¿¡ —
noche; iɺªÉɨÉ tasy¡m — en aquello; ºÉƪɨÉÒ saÆyam¢ — aquel que tiene maestría sobre sí
mismo (quien es sabio); VÉÉMÉÌiÉ j¡garti — está despierto; ªÉºªÉɨÉ yasy¡m — aquello en lo
cual; ¦ÉÚiÉÉÊxÉ bh£t¡ni — los seres; VÉÉOÉÊiÉ j¡grati — están despiertos; ºÉÉ s¡ — aquello;
{ɶªÉiÉ& ¨ÉÖxÉä& pa¿yataÅ muneÅ — para el sabio que ve; ÊxɶÉÉ ni¿¡ — noche
En aquello que es noche para todos los seres, el que es sabio, que tiene
maestría sobre sí mismo, está despierto. Aquello en lo que todos los seres
están despiertos, es noche para el sabio que ve.
K¤À¸a había estado respondiendo a la pregunta de Arjuna acerca de cómo se
define a una persona de sabiduría, un sthitaprajµa, y cómo dicha persona interactúa con
el mundo. Analizándola, hallamos que la respuesta de K¤À¸a es muy interesante.
Primero, definió a un sthitaprajµa como alguien que está feliz consigo mismo por sí
mismo y que debido a ello está libre del dominio de todos los deseos.
Aquel que es capaz de abandonar todos los deseos que atan cuando surgen en la
mente, siendo feliz consigo mismo, en sí mismo, está despierto a la naturaleza de sí
mismo y, por lo tanto, es sabio. La sabiduría de dicha persona es firme.
Aunque Arjuna hizo la segunda parte de su pregunta con las palabras, ‘¿Cómo
habla, se sienta y camina una persona sabia?’, el espíritu de la pregunta era, ‘¿Cómo
interactúa con el mundo tal persona?’ Tomando en cuenta el espíritu de la pregunta de
Arjuna, K¤À¸a respondió que la sabiduría es firme sólo cuando la propia mente ya no es
un problema.
K¤À¸a dijo que r¡ga-dveÀas son la causa de que el conocimiento se vea impedido
o inhibido. Para la persona cuyos órganos sensoriales están libres de r¡ga y dveÀa, cuyas
búsquedas no están respaldadas por r¡ga-dveÀas, el conocimiento permanece porque ella
tiene una mente alegre, una mente que no está en poder de r¡ga-dveÀas. K¤À¸a luego
resumió diciendo que para aquel que ha retirado los órganos sensoriales de los objetos
sensoriales, que tiene los órganos sensoriales consigo mismo, si esta persona
efectivamente tiene autoconocimiento, ese conocimiento será firme.
Habiendo dicho todo esto, K¤À¸a no estaba muy feliz con su rspuesta a la pregunta
de Arjuna porque él sabía que para saber si una persona es sabia o no, uno mismo tiene
que ser un sabio. De lo contrario, ¿cómo puedes saberlo? Sólo una persona que es sabia
sabe lo que se requiere para ser sabio. Arjuna pensaba que las características de una
persona sabia podían ser una especie de s¡dhana para él, un medio para volverse sabio.
Pero, ¿cómo podía entender estas características si él no era un sabio? Esto es lo que
K¤À¸a aún tenía que transmitir a Arjuna.
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LA REALIDAD DE LA DUALIDAD
En el mundo de los sueños, todo es dual, dvaita, para la persona. El conocedor es
distinto de lo conocido; lo conocido es distinto del conocedor, y el conocimiento, por
supuesto, es distinto del conocedor, siendo algo que tiene el conocedor y para el cual hay
un objeto distinto, es decir, lo conocido.
Esta división en el sueño es una realidad para el soñador. Pero al despertar, todos
los tres — conocedor, conocido y conocimiento — se vuelven uno y lo mismo. Lo
conocido no está separado del conocimiento. El conocimiento no está separado del
conocedor; y el conocedor no está separado de la persona que está despierta. Cuando la
persona que sueña se despierta, todos los tres que pertenecen al sueño se resuelven en la
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LA COMPARICION NO ES POSIBLE
Aquellos que no son sabios están despiertos sólo a las divisiones. Estas divisiones
son muy reales para tales personas, mientras que para el sabio, para la persona de
indagación cuya visión es muy clara, cualquier división es noche. El sabio no ve en
absoluto el saÆs¡ra del cual la gente se queja. Una persona puede decir, ‘estoy triste’,
pero el sabio no ve ninguna tristeza. Otros se quejan de que el mundo es demasiado para
ellos, pero el sabio no encuentra que eso sea así. No es que el mundo sea demasiado. Tú
eres demasiado. Tú eres todo.
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Por lo tanto, ‘yo soy ilimitado — ahaÆ p£r¸aÅ,’ es la visión del sabio, mientras
que otras personas dicen ‘yo soy limitado — ahaÆ ap£r¸aÅ.’ Esta es su visión, la cual
es noche para el sabio, porque ellas no tienen la comprensión de él. Lo que es día para
todo el mundo es noche para el sabio y lo que es noche para todo los demás es como día
para el sabio. De este modo, los sabios son sabios y los que no lo son, no lo son. El no
sabio no conoce al sabio y el sabio no ve como los que no lo son porque la noche y el día
no se encuentran. No pueden coexistir, siendo uno opuesto al otro. Cuando amanece, la
noche se va; cuando llega la noche, el día se va. El día siempre se asegura de que antes de
llegar la noche se haya ido. Este es el rol de la aurora. El Señor Sol le dice a la aurora,
Aru¸a, mensajera del sol, que vaya y se asegure de que el camino esté despejado.
Entonces llega la aurora y despeja el camino. De este modo, antes de que llegue el sol la
noche ya se ha ido. De esta forma el sol y la noche no se encuentran.
Aquí está mi historia acerca del porque el sol sale cada mañana. N¡rada, quien a
menudo es citado en las historias mitológicas, podía ir a los dioses sin ningún pasaporte
particular o visa. O se podría decir que tenía un pasaporte cósmico ya que podía ir de un
mundo, loca, a otro. En esta historia particular, N¡rada fue de la tierra al sol. El sol le
preguntó a N¡rada qué pensaba de él la gente de la tierra. ‘¡Oh!, Señor Sol,’ respondió
N¡rada, ‘en la India te saludan temprano por la mañana. ¿No los ves cuando sales?’
‘Hoy en día muy pocos lo hacen,’ respondió el sol. ‘En el pasado lo hacían pero no ahora.
Pero, ¿qué es lo que dicen de mi?’ N¡rada le dijo que todo el mundo alaba al sol, que
cuando sale el sol todo el mundo está feliz. ‘Siempre eres alabado en todas partes, ¡oh!
Sol, excepto, por supuesto, ¡en el desierto del Sahara y Arabia Saudita!’
‘¿Qué es lo que viste que te gustó en la tierra?’, preguntó luego el sol a N¡rada.
N¡rada respondió diciéndole que había una persona a quien él creía que el sol debería
ver, alguien a quien jamás había visto antes. ‘Todo el mundo te alaba como omnisciente,
pero tengo que decir que no eres omnisciente porque hay alguien a quien yo creo que
jamás has visto.’ ‘¿Qué?’, exclamó el sol. ‘¿Que no soy omnisciente? Yo soy el sol. Yo
lo veo todo. ¿Quién es ese a quien piensas que no he visto?’
‘Hay una dama llamada Señorita Oscuridad’, le dijo N¡rada. ‘¿Dónde está esa
Señorita Oscuridad?’, preguntó luego el sol. ‘Tú puedes verla en la tierra’, respondió
N¡rada. ‘¿Dónde puedo encontrarla ahora mismo?’, preguntó el sol. ‘Ella está en la
India. Si tú vas allí la verás,’ le dijo N¡rada. Ansioso por ver a la Señorita Oscuridad, el
sol salió en el cielo oriental. Pero la Señorita Oscuridad se había ido al oeste, a las
antípodas, la cara opuesta del globo.
El sol entonces se enojó. El realmente quería encontrar a esta mujer y por eso
partió nuevamente tras ella. Pero cuando fue a las antípodas, la Señorita Oscuridad ya se
había ido al otro lado y cuando él fue a ese lado, ella estaba nuevamente en el lado
opuesto. De esta manera, el sol continuó buscando tratando de encontrar a la Señorita
Oscuridad y aun hoy continúa haciéndolo. Cuando él va al este, la Señorita Oscuridad va
al oeste. Cuando él va al oeste, ella va al este. Ellos nunca se encuentran, así como el día
y la noche nunca se encuentran porque son opuestos. Tú ni siquiera puede compararlos;
de este modo, sólo puede decirse que el sol es como el sol y la oscuridad como la
oscuridad.
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El sueño de la ignorancia que impide que uno pueda conocer a un sabio, fue
explicado más ampliamente por áa´kara en su comentario a este verso. Para el sabio no
hay actividad porque ya no se considera a sí mismo como un hacedor. Esto no sólo se
aplica a la realización de rituales védicos y a la oración, vaidika-vyavah¡ra, sino
también a las activdades mundanas, laukika-vyavah¡ra, tales como comer, cocinar,
lavar los platos, bañarse, lavar y planchar la ropa, pasar la aspiradora y administrar
negocios. Las nociones, ‘yo estoy haciendo esto, yo soy el hacedor,’ ya no están
presentes.
TENGO QUE SABER QUE SOY UN HACEDOR PARA REALIZAR UNA ACCION
Cuando te consideras a tí mismo como un hacedor, realizas rituales y si no los
realizas harás otra cosa. Esta otra cosa puede ser algo que te haga incurrir en pecado. Con
respecto a la realización de rituales, el Veda sólo se dirige a la persona que se considera a
sí misma como el hacedor.
Un brahmac¡r¢, un estudiante, tiene que tener la noción, ‘yo soy un brahmac¡r¢,’
para realizar el karma prescripto por el Veda para los brahmac¡r¢s. Si a un br¡hma¸a
se le ordena realizar cierto karma, la persona que lo realiza debe considerarse como un
br¡hma¸a. La misma cosa se aplica a los otros var¸as y ¡¿ramas. El Veda no dice que
sat-cit-¡nanda debe realizar karma. Dice que un br¡hma¸a, un brahmac¡r¢ o una
persona casada, un g¤hastha, deben realizar karmas.
Karma, entonces, está prescripto sólo para el que se considera a sí mismo como
algo así como — ‘yo soy esto; yo soy aquello.’ No es para la persona que tiene jµ¡na, en
quien el autoconocimiento ha tenido lugar. Una vez que este conocimiento aparece, el
mismo permanece. El autoconocimiento no es como un sol de amanecer; es un sol de
medio día completeamente encendido. Como resultado de este conocimiento, los
karmas, tanto mundanos como los prescriptos por las escrituras, desaparecen porque
toda actividad, vyavah¡ra, nace de la noción, ‘yo soy el hacedor.’
A no ser que te consideres un hacedor, no puedes realizar actividades prescriptas
por las escrituras o mundanas, ya que la actividad misma es sólo un producto de la
autoignorancia. Pero para el que tiene autoconocimiento esta ignorancia no está presente
y de este modo, se dice que vyavah¡ra, toda actividad, desaparece.
está presente, te dirigirás naturalmente hacia Ved¡nta. Sólo de esta forma tú podrás
continuar apropiadamente. Por lo tanto, mientras esté presente la auto-ignorancia, se debe
realizar karma, y una vez obtenido el autoconocimeinteo habrá reunciación al karma,
sarva-karma-sanny¡sa.
áa´kara repitió este argumento a lo largo de su comentario de la G¢t¡. Lo hizo
porque en aquel tiempo existía una noción generalizada de que el Veda ordena realizar
karma y, al mismo tiempo, obtener el conocimiento de que ‘Yo soy Brahman.’ Esta
posición sostiene que ambos te darán mokÀa, lo cual fue refutado por áa´kara en toda
oportunidad.
Si uno y otro, karma o jµ¡na, es adecuado para mokÀa, ¿por qué alguien tendría
que realizar el otro? Si mokÀa es algo que yo produzco, ¿por qué necesito jµ¡na? Y si
karma no va a producir mokÀa, no existe ninguna razón para realizar karma. Si yo soy
Brahman y simplemente necesito saberlo, lo cual es el argumento de áa´kara, jµ¡na es
mokÀa y no necesito hacer nada. De este modo surge la pregunta, ¿por qué uno debe
realizar karma? La respuesta es que uno realiza karma para purificar la mente,
citta-¿uddhi. Citta significa ‘mente’. Hemos visto la palabra ¿uddhi con respecto a
r¡ga-dveÀas.
La realidad ya está lograda; no es algo que haya que crear. La realidad es. Sea lo
que fuere la realidad, es aquello que es. Es algo que debe ser reconocido. Por lo tanto,
aunque realice milliones de karmas, tú no creas la realidad que ya existe. Debido a lo
frecuente del argumento síntesis que combinaba karma y jµ¡na en los tiempos de
áa´kara, él se esforzó al máximo para clarificar la diferencia entre karma y jµ¡na.
Hay ciertos temas que todo maestro pone de relieve teniendo en cuenta los puntos
de vista de su época. En los tiempos de áa´kara, el jµ¡na-karma-samuccaya-v¡da,
estaba muy difundido. Esto es el argumento que mokÀa no es logrado sólo por
conocimiento, sino por una combinación de conocimiento y acción. Por lo tanto, él halló
necesario refutarlo señalando continuamente sus falacias. Esto es el trabajo de un
maestro. Aquí también áa´kara señaló que karma se aplica sólo hasta que llegue el
conocimiento. Para el que no tiene conocimiento, el karma prescripto por el Veda es un
pram¡¸a válido, pero no lo es para la persona sabia. Una vez que jµ¡na está presente, la
persona es un simple sanny¡s¢, alguien que no es un hacedor y por lo tanto alguien para
quien ningún ¿¡stra prescribe ningún karma.
karma para la persona sabia. Aquello que es un medio de conocimiento, pram¡¸a, para
tí, no es un pram¡¸a para el sabio. De hecho, lo que K¤À¸a estaba diciendo aquí es que
para los sabios no hay ningún pram¡¸a en absoluto. Aun la utilidad del último
pram¡¸a, Ved¡nta, está terminado para ellos.
Ved¡nta dice que tú eres Brahman. Hasta que sepas esto, Ved¡nta es un
pram¡¸a y después de eso, también se convierte en mithy¡. Con conocimiento, no hay
conocimiento, conocido o conocedor, habiendo desaparecido las diferencias entre los
tres. El pram¡¸a, el medio de conocimiento, se ha ido; es Brahman, así como lo son el
pram¡t¡, el conocedor, y el prameya, el objeto a ser conocido. El mismo conocedor es
eliminado por el conocimiento que dice que tú no eres un conocedor.
para conocer. Una vez que el conocimiento tiene lugar, los tres — pram¡t¡, prameya, y
pram¡¸a — pierden su significado. Por lo tanto, todas las actividades del conocedor-
conocido-conocimiento se resuelven a raíz del conocimiento de que yo soy Brahman.
Esto es lo que K¤À¸a quiso decir cuando dijo que lo que es día para todo el mundo, es
noche para el sabio. Sólo esto fue transmitido por áa´kara en su comentario. Por lo
tanto, todas las traducciones deberían ser leídas con este significado.
Así como las aguas entran en el océano que es pleno y apacible, así
también el sabio en quien entran todos los objetos, obtiene paz
(permanece inmutable); mientras que el que desea objetos no obtiene paz.
En este verso hay dos adjetivos que describen al océano. El primero,
¡p£ryam¡¸am, se refiere al océano totalmente repleto de agua. No necesita más agua
para estar lleno porque ya está repleto hasta el borde. El segundo adjetivo,
acalapratiÀ¶ham, describe al océano que no se mueve de un lugar a otro de la misma
manera que lo hace un río, por ejemplo. De este modo, el océano no sólo está lleno sino
que no teniendo movimiento, también está bien asentado.
El verso también da alguna información más acerca del océano. Mientras un
estanque depende de una fuente de agua para su existencia, el océano no depende de
ninguna otra fuente de agua para su llenura. No depende de la lluvia para su océanidad,
diferente de las nubes de lluvia que dependen de la evaporación del agua del océano para
su nubedad. El océano tampoco depende de ninguna entrada de agua. No se convierte en
un océano porque el agua de un río entre en él. De este modo, para estar repleto no
depende de ningún otro factor, de ninguna fuente de agua. La gloria del océano, entonces,
sólo está dentro de sí mismo.
El agua entra al océano de todas partes en la forma de lluvia y ríos. Pero, ¿produce
algún cambio en la llenura del océano la entrada de estas varias formas de agua? Si lo
produjeran, entonces podríamos decir que el océano no está repleto porque para ser
océano depende de otras fuentes. Y si no se produce ningún cambio por el agua que
entra, entonces el océano está lleno por sí mismo y la no entrada de agua no hará ninguna
diferencia en su llenura.
Entonces, por sí mismo el océano está lleno de agua. Al no depender de ninguna
fuente de agua para su llenura, ni la entrada ni la no entrada de agua producen alguna
diferencia en él. No teme inundarse y de ese modo perder su nombre: océano. Tampoco
codicia el agua para ser océano.
Por otra parte, un estanque sí depende de la lluvia o de otra fuente de agua que
entre en él para que sea un estanque. Si un estanque depende de una cierta fuente
subterránea, por ejemplo, todo lo que se necesita para que no sea un estanque es que
alguien perfore pozos alrededor. El nivel superior del agua descenderá, la fuente
subterránea se secará y no habrá agua en el estanque. Un estanque puede dejar de ser un
estanque si también entra demasiada agua en él. Si las orillas ceden habrá agua por todas
partes. Nadie sabrá dónde está el estanque a no ser que vadeando el agua, ¡de repente
alguien se meta en él! Por lo tanto, un estanque no se llamará más estanque ya sea que
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entre demasiada agua o que no haya agua en absoluto. Dichos cambios son posibles para
un estanque, mientras que un océano no sufre cambios de ninguna clase, sin considerar si
el agua entra o no entra en él.
EL SABIO
Así como la llenura del océano no es afectada por la entrada o la no entrada de
agua, así también la paz mental del sabio no es afectada por objetos que entran en la
mente. Estos objetos entran en tal persona así como las aguas entran en el océano. Pero él
no es afectado por ellos porque, como el océano, el sabio es pleno — por ninguna otra
razón que la plenitud que es su propia naturaleza.
Todo el mundo tiene este sentimiento de plenitud, aunque por el momento, sólo
cuando ocurre algo deseable. Con el tiempo, la persona halla que ya no es plena. Por otra
parte, un sabio no depende de nada para su plenitud porque el ser ya es pleno como el
océano. El ser es ¡nanda; no tiene límites. De este modo, el reconocimiento del ser es la
razón misma de que la persona sea plena. ‘Yo soy’ es plenitud. Yo soy plenitud. Si yo
soy plenitud, entonces el significado de la palabra ‘yo’ no puede encontrarse en un factor
limitado como el cuerpo, la mente o los sentidos.
Por lo tanto, el ‘yo’ debería comprenderse tal cual es — y sucede que es ¡nanda.
El sabio es la persona que es feliz sin depender de ningún objeto o situación. Como el
océano, él o ella son plenos por su propia gloria, por su propia naturaleza. La plenitud de
un sabio, el ¡nanda de la persona, no aumentará a causa de la entrada de algunos objetos
deseables. Y si tales objetos deseables no entran, el sabio no pierde nada. En cualquiera
de los dos casos ningún cambio se produce en la persona; permanece inalterado.
Si en la mente de una persona que no es plena entran objetos deseables, éstos
causan estragos en la persona porque tienen que ser obtenidos, experimentados o
poseídos y puede no haber forma de hacerlo. Por lo tanto, la persona se irrita, transpira y
muestra su disgusto e impaciencia. Cuando una persona se considera alguien carente, los
deseos sólo causan problemas. Y si a dicha persona se le dice que abandone todos los
deseos, no podrá hacerlo. A menos que uno sea pleno, los deseos no pueden abandonarse.
Ellos desaparecen sólo cuando la persona es plena. Aun cuando en la mente de un sabio
entren deseos, éstos no crean ningún problema porque sean satisfechos o no, para el sabio
es lo mismo.
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Para el océano, las pequeñas olas son sus sonrisas y las grandes rompientes su risa
estrepitosa. Si no está riéndose estrepitosamente o sonriendo, ¿desaparece el océano? No,
está tranquilo en su plenitud. Por lo tanto, la plenitud que ya está allí es la plenitud que
ríe. Puede ser una plenitud que ríe, una plenitud que sonríe o una plenitud tranquila.
La otra persona mencionada en este verso, el k¡mak¡m¢, es el que tiene deseos.
Esto no es decir que él o ella desean tener deseos. Nadie quiere desear tener deseos, pero
esta persona claramente desea objetos deseables. En la mente de esta persona también
entran los objetos sensorios; entra el mundo. Cuando entra lo deseable hay exaltación y
cuando entra lo indeseable hay depresión. De esta forma, las emociones de la persona
suben y bajan como un yoyó.
Si un sabio puede ser comparado con un océano, los no sabios indudablemente
pueden ser comparados con un desdichado estanque tal como hace poco vimos en el
ejemplo. Cuando las lluvias lleguen habrá agua. Siempre que no haya demasiada agua o
demasiada poca, el estanque continuará siendo. Pero si se inunda o el agua se seca, el
estanque desaparece. Similarmente, para el que tiene deseos que atan, la entrada o la no
entrada de objetos deseables e indeseables produce cambios, lo cual no ocurre en el caso
del sabio. Este verso dio entonces alguna esperanza a Arjuna. El verso anterior fue una
descripción real de un sabio en el sentido de que se necesita sabiduría para que tú seas un
sabio, y por lo tanto, sería mejor que obtengas esta sabiduría. Luego siguió la ilustración
del presente verso en el que se comparó al sabio con el océano. ¡Que todos los objetos
deseables e indeseables entren como el agua en el oceano! El sabio permanece pleno, no
así el k¡mak¡m¢.
K¤À¸a le estaba diciendo aquí a Arjuna que aquel que tiene deseos que atan,
siempre tendrá problemas y que por medio de esta ilustración Arjuna sabría como es un
sabio. Habiendo dicho esto, K¤À¸a luego resumió en los dos versos siguientes la sección
sobre el sthitaprajµa como así también todo el capítulo.
ªÉ& yaÅ — aquel que; {ÉÖ¨ÉÉxÉ pum¡n — persona; ºÉ´ÉÉÇxÉ sarv¡n — todos; EòɨÉÉxÉ k¡m¡n —
los deseos que atan; ʴɽþÉªÉ vih¡ya — habiendo abandonado; Êxɺ{ÉÞ½þ& nisp¤haÅ — libre de
anhelos; ÊxɨÉǨÉ& nirmamaÅ — sin el sentimiento de ‘mío’; ÊxÉ®ú½þ»®ú& niraha´k¡raÅ — sin
el sentimiento de ‘yo’ limitado; SÉ®úÊiÉ carati — se mueve; ºÉ& saÅ — él; ¶ÉÉÎxiɨÉ ¿¡ntim —
la paz; +ÊvÉMÉSUôÊiÉ adhigacchati — alcanza
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La persona sabia es la que abandonó todos los deseos que atan y que se mueve
libremente en el mundo. Ya se trate de una persona que sea un rey como Janaka o un
sanny¡s¢ como áa´kara, no hay diferencia en la libertad de la persona. El anhelo por
ésto o aquéllo se ha ido porque la persona es feliz consigo misma. Ya no hay más anhelos
por situaciones con el fin de volverse seguro y feliz. Por lo tanto, el sentimiento de ‘mío’
ya no está presente. Dicha persona no tiene esta clase de apego a nadie ni a nada.
Las personas se aferran a ciertas personas y objetos y los consideran como ‘míos’.
Son como niños que dicen, ‘no toques esto; no me lo quites. Este es mi juguete.’ La única
diferencia entre lo ‘mío’ que teníamos cuando eramos niños y lo ‘mío’ que tenemos
como adultos es que los juguetes fueron reemplazados por otros objetos más sofisticados.
En realidad, no somos sino niños grandotes y con barba. La noción de ‘mío’ nunca se va;
sólo se reemplazan los objetos. De este modo, decimos ‘esto es mío’ con respecto a unas
pocas cosas y personas.
allá debido a la presión de sus deseos, mientras que el sabio está libre de la presión de
dichos deseos que atan.
Las personas que son incitadas por los deseos dirán, ‘esto tiene que hacerse, ¡sólo
entonces podré ser feliz!’ La única diferencia entre un sabio y estas personas es que el
sabio está motivado pero no es empujado por sus deseos. A pesar de moverse y ser activo
en el mundo, no hay ningún cambio interior apreciable en la persona que se produzca ya
sea por el deseo o por su consecuencia.
Cuando el mundo entra en el sthitaprajµa, la persona es ¿¡nta. Y cuando ella
entra en el mundo, ocupándose en las actividades del mundo, también entonces no hay
sino ¿anti. Esto se dijo debido a una duda que puede surgir aquí. Está bien decir que el
sthitaprajµa es pleno y que cuando el mundo entra en dicha persona, simplemente se
resuelve en su plenitud. El o ella sólo se sientan en un lugar con esta plenitud y
cualquiera sea el mundo que entre en la persona, sólo ¿anti prevalece. ¿Qué ocurre con el
sabio que es activo? La actividad no altera la sabiduría de la persona. No hay ningún
cambio porque no hay ninguna noción de ser el hacedor o el disfrutador, no hay ninguna
noción de ‘yo’ en la persona. Sólo permanece ¿¡nti.
Que la persona se ocupe en el mundo o que el mundo entre en la persona, es lo
mismo en cualquiera de los dos casos. Ya sea que ella esté disfrutando o haciendo, hay
¿anti. Cuando el mundo entra en la persona o la persona hace algo, él o ella no se
convierten en un disfrutador o un hacedor. Las nociones de ser el disfrutador y el hacedor
son negadas en el sabio. Aunque hay una aparente noción de ser un disfrutador y hacedor,
esencialmente ella no está presente. Esto es lo que llamamos b¡dhita, lo cual significa
que, a través del conocimiento, la realidad de ser el hacedor y disfrutador, centrada en
‘yo’, se vuelve sólo aparente y ya no se considera como la verdad de uno.
Cuando K¤À¸a le habló a Arjuna y cuando áa´kara escribió sus comentarios,
estaba la condición de ser el hacedor. Pero ni K¤À¸a ni áa´kara se consideraban a ellos
mismos como el hacedor. Para el sabio, la condición de ser el hacedor es sólo hacer. La
noción ‘yo soy el hacedor’ no está presente. Esto significa que el sthitaprajµa continúa
siendo Brahman. Por lo tanto, K¤À¸a concluyó.
{ÉÉlÉÇ p¡rtha — ¡Oh! Hijo de P¤th¡ (Arjuna); B¹ÉÉ eÀ¡ — este; ¥ÉÉÀÒ ÎºlÉÊiÉ& br¡hm¢ sthitiÅ
— el estado de estar en Brahman; BxÉɨÉ en¡m — esto; |ÉÉ{ªÉ pr¡pya — habiendo
alcanzado; xÉ Ê´É¨ÉÖÁÊiÉ na vimuhyati — no está engañado; +xiÉEòÉ™äô antak¡le — al final
de la vida; +Ê{É api — aun; +ºªÉɨÉ asy¡m — en eso; κlÉi´ÉÉ sthitv¡ — permaneciendo;
¥ÉÀÊxÉ´ÉÉÇhɨÉ brahma-nirv¡¸am — la liberación; @ñSUôÊiÉ ¤cchati — obtiene;
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Tú puedes preocuparte acerca de la posibilidad que regresen otra vez las falsas
nociones. Puedes pensar, ‘Supongamos que el hacedor, el disfrutador, regresa.
Nuevamente tendré todos los viejos problemas. ¿Qué haré entonces? Tendré que
encontrar otro guru. Mi guru actual me echará porque, habiéndome enseñado una vez,
no querrá enseñarme de nuevo. ¿Qué es lo que haré? Tendré que regresar otra vez.
Tendré que asumir otro cuerpo y ¡todo comenzará de nuevo!’ No hay tal problema
porque lo que estamos tratando no es un estado; es conocimiento. El conocimiento
obtenido se obtiene para siempre. Ëtm¡ es Brahman. Cuando se comprende su svar£pa,
su naturaleza, no hay más j¢va. El individuo desaparece. Ya no hay más falsas nociones
acerca de uno mismo y la vieja confusión no regresa.
En la tradición existe una interesante historia acerca del Rey Par¢kÀit que confirma
esto. Como consecuencia de una maldición, él iba a morir en una semana. Fue al hijo de
Vy¡sa, áuka, quien era un jµ¡n¢, y le dijo que le quedaba sólo una semana de vida. En
respuesta, áuka sólo se rió. ‘¿Por qué te ríes?’, preguntó el rey. ‘¡Voy a morir en una
semana!’ áuka le explicó entonces por qué se había reído, ‘Eres afortunado’, le dijo. ‘Tú
dices que vas a morir en una semana. Esto significa que tú sabes que vas a estar vivo por
siete días, mientras que yo mismo no tengo tal garantía. Puesto que estás seguro que vas a
vivir siete días, indudablemente es motivo de celebración. Eres afortunado. Para ese
entonces ¡tú puedes ser Brahman!’ Siete días son más que suficientes para cambiar la
propia perspectiva y, muy seguramente, en siete días este rey llegó a ser un jµ¡n¢. De
este modo, aun si estás padeciendo una enfermedad terminal o eres muy anciano, no hay
diferencia alguna. Tú puedes obtener mokÀa, liberación.
áa´kara luego completó la oración. Si una persona próxima a la muerte puede
obtener mokÀa, cualquiera puede obtenerlo. Aun como brahmac¡r¢, antes de entrar al
segundo estadio de la vida que es el matrimonio, una persona que se dedique a este
estudio puede obtener mokÀa. Luego, mientras viva, la persona vivirá en el conocimiento
de Brahman.
Cuando los oídos escuchan, los ojos ven, la mente piensa y la memoria es una
posibilidad, el conocimiento indudablemente puede ser obtenido. Si una persona cuya
memoria se ha ido, cuyos ojos no ven y cuyos oídos no escuchan, puede obtener este
conocimiento, cuanto más posible es el conocimiento para aquel cuyo cuerpo está sano y
cuya mente es brillante.
No habiendo ninguna duda de que el conocimiento es todo lo que debe obtenerse
para la liberación, finaliza el segundo capítulo.
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