Você está na página 1de 6

El concepto de humanismo en el pensamiento de Heidegger.

I.1 La Carta sobre el Humanismo.


Empezaremos analizando La Carta sobre el Humanismo. Escrita en 1947, en dicha carta,
Heidegger señala que la esencia del actuar no es la producción de un efecto, sino el llevar
a cabo. En el obrar, el concepto de ser se identifica con el ente. En cambio, en el pensar, el
concepto de ser se identifica con la verdad del ser.
Lo que Heidegger propone es liberar al lenguaje de la gramática; liberarnos de la
interpretación técnica del pensar (al ponerlo por escrito, el pensar pierde dinamismo), la
propia de la techné de Platón y Aristóteles.
En este sentido, se pregunta si el concepto de humanismo es necesario. Lo que según
Heidegger es necesario es el pensar el ser que se ha adueñado de su esencia. Esto es, el
humanismo se ha identificado con la esencia.
Y es que para el alemán, por un lado está el pensamiento propio de la metafísica, que está
imbuido de conceptos como el de origen, lo posible, la opinión pública, el hombre libre y
la subjetividad. Y por otro el que él ha expuesto en Ser y Tiempo, con los conceptos de Uno
impersonal y lenguaje como la casa de la verdad del ser.
“Pero ¿en qué consiste la humanidad del hombre? Reside en su esencia. Ahora bien,
¿desde dónde y cómo se determina la esencia del hombre? Marx exige que se conozca y
reconozca al ‘ser humano’. Y él lo encuentra en la ‘sociedad’ […] El cristiano ve la
humanidad del ser humano, la humanitas del homo, en la delimitación frente a la deitas
[…] La humanitas es pensada por vez primera bajo este hombre expreso y se convierte en
una aspiración en la época de la república romana. El homo humanus se opone al homo
barbarus […] El que se conoce como Renacimiento de los siglos XIV y XV en Italia es una
renascentia romanitatis”.
Estos distintos tipos de humanismo “siempre coinciden en el hecho de que la humanitas
del homo humanus se determina desde la perspectiva previamente establecida de una
interpretación de la naturaleza, la historia, el mundo y el fundamento del mundo, esto es,
de lo ente en su totalidad”.
En estos pensamientos, “todo humanismo sigue siendo metafísico”, porque “a la hora de
determinar la humanidad del ser humano, el humanismo no sólo no pregunta por la
relación del ser con el ser humano, sino que hasta impide esa pregunta, puesto que no la
conoce ni la entiende en razón de su origen metafísico”.
Así, “el primer humanismo, esto es, el romano, y todas las clases de humanismo que han
ido apareciendo desde entonces hasta la actualidad presuponen y dan por sobreentendida
la ‘esencia’ más universal del ser humano. El hombre se entiende como animal rationale”.
Este pensamiento metafísico entiende la humanitas desde lo ente en su totalidad. El
hombre como animal racional se basa en el biologicismo, la animalitas y en la concepción
del alma inmortal.
 En cambio, el pensamiento de Heidegger plantea el concepto de ex–sistencia,
pensando la esencia de su ser, cuando el hombre está en el claro del ser, cuando lo
divino está más próximo a nosotros, y no pensando la existentia como realidad
efectiva ni como opuesta a la essentia.
 En este sentido, “aquello que sea el hombre, esto es, lo que en el lenguaje
tradicional de la metafísica se llama la ‘esencia’ del hombre, reside en su ex –
sistencia”.
 Dicho de otro modo, en la terminología de Heidegger: “La ‘esencia’ no se
determina ni desde el esse essentiae ni desde el esse existentiae, sino desde lo ex –
stático del Dasein. En cuanto existente, el hombre soporta el ser-aquí, en la medida
en que toma a su ‘cuidado’ el aquí en cuanto claro del ser”.
 Así, para Heidegger la ‘comprensión del ser’ sólo puede ser pensada en el ámbito
de la ‘analítica existencial’ del ‘ser-en-el-mundo’.
 Frente a Heidegger, Sartre, cuando expresa que la existencia precede a la
existencia, seguiría, en opinión del primero, tomando esos términos en el sentido
de la metafísica que ya usaba Platón; esto es, Sartre sigue teniendo un lenguaje
metafísico: “la inversión de una frase metafísica sigue siendo una frase metafísica”.
 En cambio en Ser y Tiempo, el punto de mira se fija en la dignidad el ser, teniendo
en cuenta que ‘el hombre es en la medida en que existe’, “en pro del ser-aquí que
soporta al ser humano existente y no en pro del hombre ni para que mediante su
quehacer la civilización y la cultura acaben siendo un valor”.
 Dicho de otro modo, hasta ahora “las supremas determinaciones humanistas de la
esencia del hombre todavía no llegan a experimentar la auténtica dignidad del
hombre”. Y continua: “en este sentido, el pensamiento de Ser y Tiempo está contra
el humanismo. Pero esta oposición no significa que semejante pensar choque
contra lo humano y favorezca a lo inhumano, que defienda la inhumanidad y rebaje
la dignidad del hombre. Sencillamente, piensa contra el humanismo porque éste
no pone la humanitas del hombre a su suficiente altura”.
 En este planteamiento, Heidegger nos enseña que el hombre es el pastor del ser.
En lo que parece una paradoja, nos dice que lo que tiene que hacer el hombre en
cuanto ex –sistente es guardar la verdad del ser. El ‘ser’ es él mismo. “El ‘ser’ no es
ni dios ni un fundamento del mundo. El ser está esencialmente más lejos que todo
ente y, al mismo tiempo, está más próximo al hombre que todo ente […] El ser es lo
más próximo. Pero la proximidad es lo que más lejos le queda al hombre”.
 Más adelante, nos dice, introduciendo el lenguaje en el esquema antes visto (lo
que puede servir a modo de resumen de lo que hemos visto hasta ahora):
“habitualmente pensamos el lenguaje partiendo de su correspondencia con la
esencia del hombre, y nos representamos al hombre como animal racional, eso es,
como la unidad de cuerpo-alma-espíritu. Pero así como en la humanitas del homo
animalis permanece velada la ex -sistencia y, por medio de ella, la relación de la
verdad del ser con el hombre, así también la interpretación metafísica y animal del
lenguaje oculta su esencia, propiciada por la historia del ser.Y continúa exponiendo
que el lenguaje es la casa del ser. El ser es la morada del ser humano.
 Podemos subrayar que la humanidad para Heidegger es definir al hombre como ex
–sistencia: “lo que interesa es que lo esencial no sea el hombre, sino el ser como
dimensión de lo extático de la ex –sistencia”.
 Y añade: “¿se puede seguir llamando humanismo a ese pensamiento? Está claro
que no, puesto que el humanismo piensa metafísicamente”.
 En Ser y Tiempo dice que “sólo a partir de la verdad del ser, se podrá entender
cómo es el ser. El ser le abre su claro al hombre en el proyecto extático. Pero este
proyecto no crea el ser. Por lo demás, el proyecto es esencialmente un proyecto
arrojado. El que arroja en ese proyectar no es el hombre sino el ser mismo”.
 Hasta ahora, se ha producido el olvido del ser. Marx se ha acercado a descubrir el
extrañamiento del hombre, que hunde sus raíces en el desterramiento del hombre
moderno, provocado por el destino del ser bajo la forma de la metafísica. Pero
como ni Husserl ni Sartre han reconocido la esencialidad de lo histórico en el ser,
Heidegger entiende que “ni la fenomenología ni el existencialismo llegan a esa
dimensión en la que resultaría posible por vez primera un diálogo productivo con
el marxismo”.
 Efectivamente, respecto a Husserl podemos añadir (de Sartre hablaremos más
adelante) con Feron que “el héroe cartesiano que Husserl se da justifica la
sospecha de que la fenomenología husserliana pueda ser una filosofía
intelectualista, que no llegó a desubstanciar suficientemente el cogito”.
 En este sentido, Heidegger entiende la técnica como una figura de la verdad
fundada en la historia de la metafísica. La técnica es un destino de esa verdad del
ser que reside en el olvido.
 Entendiendo al hombre como algo más que “el mero ser vivo dotado de razón”,
“”el hombre no es el señor de lo ente. El hombre es el pastor del ser”.
 A partir de este planteamiento de Heidegger, explica que la crítica que se le hace
es la de que, como habla contra el “humanismo”, se teme una defensa de lo in-
humano y la glorificación de la brutalidad bárbara. Se teme que se defienda sólo el
acá, negando toda “trascendencia”, se defienda lo no-ente y la mera nada como
sentido de la realidad.
 Frente a esas acusaciones, Heidegger se defiende y plantea el a) pensar contra la
lógica, b) contra los valores, c) plantea el ser en el mundo, d) dios (lo sagrado, lo
divino), y e) la humanitas del homo humanus; porque “la oposición al
‘humanismo’ no implica en absoluto la defensa de lo inhumano, sino que abre
otras perspectivas, debería resultar un poco más evidente”.
 a) “Pensar contra ‘la lógica’ no significa romper una lanza a favor de lo ilógico,
sino simplemente repensar el logos, y su esencia, manifestada en el alba del
pensar, esto es: esforzarse por una vez en preparar semejante repensar”.
 b) “Pensar contra los valores no significa proclamar a son de trompeta la falta
de valor y la nulidad de lo ente, sino traer el claro de la verdad del ser ante el
pensar, en contra de la subjetivización de lo ente convertido en mero objeto”.
 c) “En la expresión ‘ser-en-el-mundo’ ‘mundo’ no significa de ningún modo lo
ente terrenal a diferencia de lo celestial, ni tampoco lo ente ‘mundano’ a
diferencia de lo ‘espiritual’. En dicha definición, ‘mundo’ no significa en absoluto
un ente ni un ámbito de lo ente, sino la apertura del ser”.
 d) “Mediante la interpretación ontológica del Dasein como ser-en-el-mundo
todavía no se decide nada, ni positiva ni negativamente, sobre un posible ser en
relación con dios. Sin embargo, mediante la explicación de la trascendencia se
gana por vez primera un concepto suficiente del Dasein, con respecto al cual sí se
puede preguntar en qué situación ontológica se encuentra la relación del Dasein
con dios”.
 e) “Pensar la verdad del ser significa también pensar la humanitas del homo
humanus. Lo que hay que hacer es poner la humanitas al servicio de la verdad del
ser, pero sin el humanismo en sentido metafísico”.
 Y Heidegger recalca la importancia de la ética, para poner freno al desconcierto del
hombre de la técnica. En este sentido, señala con Heráclito que “el hombre, en la
medida en que es hombre, mora en la proximidad de dios”.
 Cuando Heráclito señala que también junto al horno están presentes los dioses,
según Heidegger, hace referencia a que precisamente con la palabra ethos se está
refiriendo a pensar la estancia del hombre.
 “El pensar que pregunta por la verdad del ser y al hacerlo determina la estancia
esencial del hombre a partir del ser y con la mira en el ser no es ni ética ni
ontología […] no es ni teórico ni práctico. Acontece antes de esta distinción”.

 “El pensar trabaja en la construcción de la casa del ser que, como conjunción del
ser, conjuga destinalmente la esencia“Lo salvo y lo feroz, sólo pueden estar
presentes en el ser en la medida en que el propio ser es la causa de litigio”. Esto es,
como el pensar forma parte de la existencia, todo ‘si’ y todo ‘no’ existen ya en la
vedad del ser. Esto es, “el desistir está presente en el ser mismo, pero en ningún
caso en el Dasein del hombre cuando éste es pensado como subjetividad del ego
cogito”.
 El ser es lo que le concede a lo salvo alcanzar la gracia y a la ferocidad el impulso
hacia el mal.
 En definitiva, Heidegger nos muestra la importancia del lenguaje, de la historicidad
del ser, y que el pensar (no teórico ni práctico) comparte con la poesía la manera
de enfrentarse a la misma pregunta de cuál sea la ley de su hacer, un hacer que no
indaga sobre lo ente, sino que “el pensar se refiere al ser en cuanto eso que
adviene (l’avenant)”.
 En este panorama que dibuja el alemán, la filosofía no es el pensar futuro, sino que
el pensar desciende hacia la pobreza de su esencia provisional que se relaciona con
un lenguaje de un decir simple.
 I.2. Algunas matizaciones que nos aproximan a una interpretación bastante
habitual o canónica del pensamiento de Heidegger.
 I.2.1.Lenguaje y ser-en-el-mundo.
 Una vez que hemos visto en la Carta sobre el Humanismo cómo hemos de manejar
los conceptos heideggerianos y su propuesta al respecto del humanismo como
respuesta directa a Jean Beaufret e indirecta a Sartre, no obstante queremos
matizar con Andrea Cortés, a propósito de la posición que el lenguaje ocupa en el
pensamiento del alemán, que en Ser y Tiempo (en el llamado primer Heidegger)
aunque se toca el tema del lenguaje, no es ahí donde Heidegger sitúa su propuesta
estrictamente sino en el tiempo, como horizonte desde el cual se comprende lo
que es ser. La distinción no es entre Ser y Lenguaje, precisamente porque el
lenguaje es la casa del ser, y “hacer esa separación sería caer en el esquema
divisorio de sujeto-objeto, en el que ser y lenguaje serían dos cosas separadas, que
sólo se relacionarían, en un plano bidimensional, y no erigirían esa unidad tan
propia de toda la propuesta heideggeriana. El segundo Heidegger se caracteriza
por centrarse en el lenguaje desprendiéndose de la intención inicial de establecer
la comprensión del ser en el tiempo. Sin embargo, la cuestión del lenguaje en
Heidegger aparece en toda su obra, es lo que encarna el develar del ser y en su
‘destrucción’ con el lenguaje intenta sacar al ser del olvido”.
 En la Carta sobre el Humanismo se dirige al lenguaje para mostrar la unión entre
pensar y ser. “Al poner al pensar como pertenencia del ser se libera al pensar de
esa exclusividad solo del hombre como sujeto de razón”. Se ha de atender a la
escucha del ser. Al olvidar al ser también se ha olvidado al habla como tal, ha
quedado reducida a su funcionalidad, a estar al servicio del hombre.
 Este mismo autor explicita que el ser del hombre y el ser mundo se dan en unidad
en Heidegger. “Ambos son apertura en las que Dasein se despliega en su plexo de
posibles en el mundo”. Y es que Heidegger critica la relación sujeto-objeto como
concepción del hombre-mundo. Con su concepción de ser-en-el-mundo, mundo y
hombre son unidad en cuanto el ser del hombre se manifiesta en el mundo siendo
simultáneamente mundo esa apertura ontológica en la que el ser se muestra.
 Respecto a esa unión entre ser y pensar, podemos afirmar con Díaz marsa que
“todo el pensamiento moderno pensará a partir de la diferencia de iure ser-pensar.
De ahí que su problema (el problema general del pensamiento
moderno), dada esta diferencia originaria, no pueda ser si no el de la unidad (no el
de la génesis de la diferencia a partir del fondo revuelto de las semejanzas), el de
la síntesis (no el del análisis), el del juicio juicio, originariamente entendido como
enlace intuición-concepto, (no el de una intuición que, en su forma de iure, sería
concepto)”.
 Y a propósito del lenguaje, y dicho sea de manera anecdótica a la par que
conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Unamuno, creemos ver
cierta conexión entre el propio concepto heideggeriano de lenguaje con el del que
fuera catedrático de Salamanca y la importancia que ambos otorgan a la poesía; en
este sentido, Flórez califica así el lenguaje de Unamuno: “Un lenguaje que él no
entiende como un instrumento del que se sirven los hombres, sino como un acto
dotado de energía, de potencia creadora, que se explicita temporalmente dando
lugar a las distintas lenguas de los pueblos y a sus literaturas correspondientes, que
son la conciencia reflexiva que los distintos pueblos llevan a cabo sobre la realidad.
En esa concepción del lenguaje como punto de partida de la filosofía puede
encajarse la teoría unamuniana de la poesía, que puede ponerse en relación con
ideas del romanticismo, que luego discutirán Schopenhauer y Nietzsche y que
Heidegger acabará asumiendo en el contexto de la filosofía del siglo XX”

Você também pode gostar