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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
CO-ASESORES:
RESUMEN
“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
cometieron una agresión sexual”, Dir. Mg. Rostagnotto, co-dir. Mg. Yesuron y subsidiada
subjetivo, para poder inferir una posición subjetiva. El supuesto de investigación propuesto
indicadores clínicos que permiten inferir una posición subjetiva. Para ello se analizó el
meramente orgánico. Respecto de la posición del sujeto, ésta es la respuesta particular, única
del sujeto, su dinámica y funcionamiento subjetivo. Estos aportes contribuyen a fortalecer las
competencias del psicólogo clínico para desarrollar una de sus funciones específicas: el
diagnóstico.
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
ABSTRACT
the Faculty of Psychology at the National University of Cordoba. This research was part of
the Research Project 2014-2015 Category A: "The clinical category of perversion and
assault" directed by Mg. Rostagnotto, co-directed by Mg. Yesuron and subsidized by Secyt
The research set out to explore the clinical indicators of subjective condition, to
infer a subjective position. The course proposed research indicates that it is possible to make
To do an interview material was analyzed to a subject who committed sexual assault. The
It was clarified that the subjective condition occurs as distinct from objectified
condition, measurable, quantifiable; also different from purely organic disease. Regarding the
position of the subject, this is the particular, unique and unconscious response to castration,
which founded the subjectivity and what determines the mode of the subject, its dynamics
and subjective performance. These contributions help to strengthen clinical skills to develop
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
CONTENIDO
1. INTRODUCCIÓN 7
2. CONTEXTUALIZACIÓN 10
2.1 Contextualización de la Práctica Supervisada de Investigación 11
2.2 Antecedentes de la Investigación 12
2.3 Tema 14
2.4 Fundamentación 14
2.5 Supuesto de Investigación 15
2.6 Objetivos 15
3. MARCO TEORICO 16
Capítulo 1: “Diagnóstico” 17
1.1 Introducción 17
1.2 Historia del diagnóstico en la clínica psicopatológica 18
1.3 El diagnóstico en psicoanálisis 23
1.4 Psicoanálisis y las Instituciones de Salud Mental 28
1.5 Presentación de enfermos en psicoanálisis 30
Capítulo 2: “Posición Subjetiva” 32
2.1 Posición Subjetiva 32
2.2 Indicadores clínicos de la Posición Subjetiva 35
2.3 División Subjetiva 35
2.4 Deseo 37
2.5 Objeto a 42
Capítulo 3: “Padecimiento Subjetivo” 45
3.1 Padecimiento Subjetivo 45
3.2 Inhibición 46
3.3 Síntoma 48
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
3.4 Angustia 50
4. METODOLOGÍA 54
4.1 Tipo y Diseño de Investigación 55
4.2 Muestra 55
4.3 Técnicas de Investigación 55
5. ANALISIS DE DATOS 57
6. CONSIDERACIONES FINALES 67
7. BIBLIOGRAFÍA 70
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
1. INTRODUCCIÓN
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Introducción
Éste tiene por objeto de estudio realizar una articulación entre algunas categorías
desde el psicoanálisis lacaniano. Un estudio sobre sujetos que cometieron una agresión
sexual”, dirigida por Mg. A. Rostagnotto, co-dirigida por Mg. M. Yesuron y subsidiada
por Secyt Res. Rectoral Nº 1565/2014. Tal articulación tiene como objetivo contribuir al
estudio del proceso diagnóstico de los sujetos que cometieron una agresión sexual.
Para esto, se ha vuelto imprescindible realizar un recorrido teórico por los conceptos
últimos conceptos, han sido fundamentales por su articulación como indicadores clínicos
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
en el psicoanálisis.
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
2. CONTEXTUALIZACIÓN
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
por la Res. Ministerial Nº 343/09, que establece como requisito para la titulación que los
alumnos realicen en el tramo final de la carrera, una práctica bajo supervisión y un trabajo
Las PSI permiten que los alumnos ejerciten el rol pre-profesional de investigación,
una mirada extensionista y comunitaria, que faciliten la transición hacia el futuro rol
profesional.
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
externa, que cumplan con los requisitos establecidos por el Reglamento de Práctica
(EXP-UNC:0031080/2014).
Todo alumno que realiza una PSI debe conocer el Reglamento mencionado, como así
también será dirigido y asesorado durante todo el proceso por asesores y co-asesores que
cuya autora formó parte de la Investigación Categoría A 2014-2015: “La categoría clínica
que cometieron una agresión sexual”, dirigida por Mg. A. Rostagnotto, co-dirigida por Mg.
M. Yesuron y subsidiada por Secyt Res. Rectoral Nº 1565/2014. Ésta investigación fue
viene desarrollando desde el año 2010, que comprende las siguientes investigaciones
sexual en Córdoba Capital”, dirigido por A. Rostagnotto y avalado por MINCyT Cba. Res.
Nº 000113/2011. b- “La correspondencia entre delito sexual y psicopatía como una actitud
subsidiado por Secyt Res. Rectoral Nº 2093/2012. d- “Violencia Sexual. Estudio sobre el
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
lacaniano. Un estudio sobre sujetos que cometieron una agresión sexual”, dirigida por Mg.
A. Rostagnotto, co-dirigida por Mg. M. Yesuron y subsidiada por Secyt Res. Rectoral Nº
El estudio del agresor sexual en prisión, tuvo su comienzo a partir del relevamiento
de los internos condenados por delito contra la integridad sexual (en adelante DIS) alojados
población penal total al 1 de octubre de 2010. La misma que estaba conformada por 60
70% de los casos. Es por ello que se continuó con el esclarecimiento de ambas categorías
Rostagnotto, 2013).
internos condenados por DIS que aceptaron participar en la investigación; se utilizó como
fines de realizar las entrevistas clínicas semi estructuradas para la evaluación de la Escala de
Psicopatía de R. Hare Revisada (PCL- R, Hare, 2011). Estas entrevistas fueron filmadas,
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Este estudio tuvo dos conclusiones principales: la primera explica que existe un
reportado en otros estudios (Saborío Valverde, 2005; Abrunhosa y Vieira, 2001; Gonçalves,
la actitud defensiva frente a la evaluación -de fingimiento positivo-. Éstos últimos resultados
psicoanálisis lacaniano. Un estudio sobre sujetos que cometieron una agresión sexual”, se
buscó elucidar la perversión en los agresores sexuales estudiados. Por ello se propuso
cometido una agresión sexual, a la vez que se exploró sobre el padecimiento subjetivo de
psicoanálisis lacaniano.
3. Tema
4. Fundamentación
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
La elección del tema fue producto del recorrido académico de la autora, en conjunto
ciertos temas de interés relacionados con la práctica clínica en torno al proceso diagnóstico
5. Supuesto de Investigación
6. Objetivos
Objetivo General
- Contribuir al estudio del proceso diagnóstico de los sujetos que han cometido una
Objetivos Específicos
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
2. MARCO TEÓRICO
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Capítulo 1
“Diagnóstico”
2.1. Introducción
sus orígenes a la actualidad debido a las demandas sociales y el avance sobre el conocimiento
clínica, que tuvo afrontar nuevos problemas al mismo tiempo que trataba de asimilar
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
múltiples interacciones con otras profesiones según manifiesta Buendía (1999). Este autor
encuentros antagónicos con otras profesiones, entre ellas, la medicina, por la cercanía de su
clínica” (p. 19). Según Bernstein y Nietzel (1982), la actitud del clínico es una especificidad
del psicólogo clínico, una actitud más centrada en lo particular, siendo entonces, lo que
diferencia al psicólogo clínico del psicopatólogo. March (2016) continúa esta línea de
pensamiento afirmando que es la actitud clínica el aspecto exclusivo del psicólogo clínico,
quien además de aprender sobre la conducta que estudia, tiene algo por hacer al respecto.
debate que genera el lugar del psicoanálisis en el campo de la salud mental, y el dispositivo
de presentación de enfermos como una de las formas en las que el psicoanálisis trabajó, y aún
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Desde la clínica psiquiátrica de la segunda mitad del siglo XIX, se intentó ordenar un
del método descriptivo para formular hipótesis explicativas sobre la naturaleza, causas y
Tres son los enfoques que propone Muñoz (2015) para abordar las patologías
psicoanálisis se constituirá en otro enfoque con una relación dialéctica tanto con la
ciencia y tiene por objeto específico estudiar los fenómenos psíquicos patológicos” (Muñoz,
fueron la escuela francesa y la escuela alemana (Muñoz, 2015), aunque grandes aportes
también corresponden a personalidades suizas que se formaron y fueron influidas por estas
escuelas.
principales referentes fue Pinel (1745-1826), un médico que consideraba que las
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
enfermedades mentales residían en las pasiones del alma. Luchó por la humanización del
trato a los enfermos al punto que sus ideas originaron la legislación psiquiátrica francesa,
que permanecieron vigentes hasta 1990. Pinel, en su práctica clínica, solicitó quitar las
cadenas a los enfermos y los supuestos tratamientos que solamente debilitaban a las
botánico sueco, que estableció los fundamentos para la nomenclatura binominal-, donde
realizó una clasificación de las enfermedades mentales, en cuatro tipos: manía, melancolía,
En el Hospital Salpêtrière, tuvo varios alumnos entre los que se destacó Esquirol
(1772-1840), médico psiquiatra que compartía ideales con su maestro, que le permitió
estudiar la locura con él y estableció una maison de santé (manicomio) para realizar las
París (Caballero Moreno, 2011). Uno de los discípulos de Esquirol fue Falret (1794-1870),
médico psiquiatra francés, cuyo principal aporte fue ser el primero en considerar que la
enfermedad mental no es única, sino que la patología mental está compuesta por un
locura circular, el mismo trastorno que estudió Baillarger (1809-1890), otro médico
de las alucinaciones y proporcionó una descripción de folie à double forme o de doble forma
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
mediante el estudio del funcionamiento patológico, se puede observar con mayor claridad,
ser estudiados por medio del método experimental, por lo que toma de objeto de estudio al
Charcot, fueron relevantes en muchos campos, entre ellas se destacan los trabajos sobre: el
Hospital Salpêtrière, el mismo hospital donde habían trabajado años antes Pinel y Esquirol,
en aquel momento existía una sección donde se encontraban hospitalizados los alienados,
los histéricos y los epilépticos, todos mezclados. Esta variedad de diferentes enfermos no
congeniaba con la idea de la época sobre una investigación seria y rigurosa, por lo que se
creó una sección específica para histéricos y epilépticos. En esta sección trabajó Charcot y
masculina, hasta ese entonces, enfermedad que sólo estaba asociada a las mujeres (Cagigas,
2001).
También en ese hospital, Charcot formó a muchos discípulos, entre ellos Babinski
(1852-1932), un neurólogo francés que estudió sobre reflejos, uno lleva su nombre; Gilles
que actualmente lleva su nombre (Cagigas, 2001); Breuer (1842-1925) médico fisiólogo
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Charcot.
Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, fue un neurólogo vienés que con su
obra influyó en el clima intelectual del siglo XX, tanto dentro como fuera de la psicología
(Brennan, 2000). La teoría que fue desarrollando Freud considera que el contenido mental
no puede reducirse ni explicarse sólo por los estímulos ambientales (Brennan, 2000), de allí
que propuso que la actividad mental rige bajo leyes diferentes de la conciencia, el
(1857-1939), un psiquiatra suizo que continuó los trabajos sobre la dementia praecox,
esta forma, el primer análisis clínico del psiquismo (Casarotti, 2012). Bleuler fue integrando
investigadores que se destaca por la elaboración del Tratado de Psiquiatría, la cual tuvo
varias ediciones publicadas entre los años 1883 y 1915. Este sistema de clasificación se
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
endógenas, es decir, aquellas cuyo origen es hereditario; y las exógenas, refiriéndose a las
psicosis producidas por la relación del sujeto con el mundo. La paranoia, la locura maníaco-
depresiva y la demencia precoz fueron las tres grandes entidades propuestas por Kraepelin.
psiquiatra cuyo aporte fue sobre la catatonía, que la diferenció como entidad clínica distinta
otros), e instauró una clasificación de las desviaciones sexuales que aún se encuentra
vigente. De esta manera, constituyó una base firme y científica para los ulteriores estudios y
Otro referente alemán fue Jaspers (1883-1969), un médico psiquiatra que trabajó en
Uno de sus aportes de particular importancia corresponde al modo en que Jaspers avanzó en
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
ejemplo: “al diagnosticar una alucinación, el hecho de que una persona experimente
fenómenos visuales sin que para ello medie un estímulo sensorial (la forma), es más
importante que lo que el paciente ve (el contenido)” (p. 27). Otro criterio en el que trabajó
Jaspers, fue en la autodescripción de los estados psíquicos de los enfermos, dado que las
descripciones que realizan los médicos poseen preconceptos y saberes previos que operan
De esta manera, se puede sintetizar tanto en Pinel, como en Jaspers, dos aportes
fundamentales para pensar la clínica psicopatológica. Esto es que ambos sitúan al paciente,
no como un cúmulo de síntomas, sino como una persona que desde la perspectiva humanista
tiene algo para decir sobre lo que le pasa. Esto posibilita pasar desde el enfoque descriptivo,
diagnóstico pensado desde el psicoanálisis, tanto en las neurosis como las psicosis. Si bien
los conceptos de neurosis y psicosis tienen origen en el campo médico, eran entidades
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
distinguidas como formas clínicas, sin embargo, los médicos de esa época consideraban que
psicosis, fue Freud, sosteniendo que no solamente eran entidades clínicas heterogéneas, con
de una forma calculada para favorecer el regreso de conexiones afectivas anteriores (Freud,
1937). Freud se apoya en la diferencia de entidades clínicas según cómo opere la relación
Para explicar la labor del analista, Freud (1937) utilizó como analogía, el trabajo del
arqueólogo: ambos buscan huellas que han sido enterradas para hacer una reconstrucción.
Mientras que el arqueólogo busca en una excavación de una casa destruida y enterrada, el
analista trabaja en “condiciones más favorables” (Freud, 1937, p.3366), dado que el material
es muy distinto, por ejemplo: el analista trabaja con la repetición de reacciones que datan de
significa para el arqueólogo el fin de sus esfuerzos, en cambio, para el analista es solamente
una labor preliminar. Si bien, este trabajo freudiano está referido a las interpretaciones, no
propone como un trabajo en conjunto con el paciente y sólo indicaría el inicio del
tratamiento.
una función específica: para decidir la dirección del tratamiento para la curación o alivio de
la enfermedad, aún cuando la pertinencia de éste sólo pueda ser confirmada tras cierto
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
tiempo (Dor, 2000). Sin embargo, reparó: “la distinción –diagnóstico diferencial- no es
siempre fácil ni puede establecerse inmediatamente en todas las fases” (Freud, 1926, p.
2947; Frydman, 2005, p. 2), dado que pueden confundirse las entidades clínicas debido a la
Freud, retomando y reelaborando su teoría. Este autor retoma la premisa de Freud, quien
psicoanalítico utiliza la trasferencia como “fuerza impulsiva” para vencer las resistencias, en
cambio, en otras terapéuticas esta influencia es utilizada para interrumpir los síntomas
psicoanálisis no es una terapéutica como las demás” (Lacan, 1966b, p. 311-312). De esta
ética del analista, deja de lado señalar los efectos terapéuticos del psicoanálisis.
que es tomado como actor fundamental y principal en sus acontecimientos subjetivos. Esta
escucha peculiar se enlaza al segundo aporte propuesto por Lacan (1966b), la cual sólo
puede brindarse con un tratamiento previo del analista. Quien desee practicar el
psicoanálisis como analista deberá atravesar un camino de formación específico, entre las
conceptualizado por Lacan como destitución subjetiva del analista (Lacan, 1964; Lombardi,
2015). Implica que éste renuncie a la sugestión, dando la palabra, y debiendo ponerse a
(Rostagnotto, 2015).
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Soler (2009) retoma la frase de Lacan “el psicoanálisis no es una terapéutica como
las demás” (Lacan, 1966b, p. 311-312), y presentan dos aspectos indisociables del
exploración del inconsciente, la cual consiste en indagar sobre los significantes, las palabras,
los deseos que circulan en él; mientras que la vertiente terapéutica se fundamenta en las
modificaciones de los síntomas, es decir que la exploración del inconsciente es lo que cura
observa, está basado en signos descriptibles y medibles, que son huellas de la enfermedad.
Es por ello que la sintomatología de la mirada es considerada una sintomatología del Otro,
observa de entrada no es interesante para el analista, sino que interesa principalmente, aquel
que aparece en los dichos del paciente. Por lo tanto, desde el psicoanálisis, determinar un
Dor (2000): “dado que la única técnica de investigación que dispone el analista es su
escucha” (p. 1). Es necesario tener presente que el material clínico suministrado por el
dimensión del decir y de lo dicho (Dor, 2000). Por ello será considerado síntoma tratable
síntoma tratable aquel que se presenta como un significante de la transferencia, es decir, que
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
(2006), puede pensarse el diagnóstico desde dos aspectos: como proceso diagnóstico y como
para hacer posible desde allí una manifestación más nítida del síntoma en tanto
como el producto, considerado por los autores como la atribución clasificatoria, respecto de
una determinada presentación clínica. Por su parte, autores como Rubistein (1999),
consideran que no es posible encontrar formas clínicas puras, como tampoco éstas dan cuenta
de todo, ya que no dicen nada de los significantes particulares ni de la historia del sujeto. Por
eso mismo, la indicación tanto de Freud como Lacan fue siempre abordar el caso como un
caso nuevo.
Lombardi (2001) señala que son usuales los casos en los que el diagnóstico resulta
difícil para el analista, y que las referencias tanto de Lacan como de Freud parecen
la técnica que cuenta por excelencia: la escucha, siguiendo la indicación de Lacan “Lo que
el analista debe saber: ignorar lo que sabe” (Lacan, 1966b, p.335; Rubistein, 1999, p.5).
Dado que si el analista cree identificar al paciente con lo que ya sabe, puede obturar su
su relación con su padecimiento subjetivo, comprender las modalidades en las que expresa
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
el padecimiento en un discurso (Muñoz, 2015). Por eso, Lombardi (2001) formula que en
ciertos casos difíciles, el diagnóstico tarda en llegar, se construye luego de cierto tiempo de
En el presente apartado se plantea un debate que data de hace tiempo aunque sigue
siendo actual, referido al lugar que el psicoanálisis y los psicoanalistas tienen en el campo de
la salud mental. Para poder presentar las posiciones que se enfrentan en este debate, es
necesario precisar una distinción que realizó Lacan en 1964, en el acto de Fundación de la
aplicado. Sobre el primero detalló que es la praxis y doctrina propiamente dicha, a lo que
1966, como “marginal” y “extra-territorial” (Lacan, 1966f, p.86). De esta manera se puede
marginal correspondería a que el psicoanálisis sería considerada una suerte de ayuda externa
para la medicina; y lo extra-territorial “por obra de los psicoanalistas quienes tienen sus
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Estos problemas están presentes en la cuestión del diagnóstico, cabe recordar que los
síntomas son históricos, mutan según el contexto (Soler, 2009). El discurso capitalista
depresión, abulia, toxicomanía, pasaje al acto, entre otros (Soler, 2009), lo que implica una
complicación para quien realiza un psicoanálisis puro y considera que es la única manera de
realizar un diagnóstico (Thompson et al, 2006; Mordoh y Mazzuca, 2014; López y Mazzuca,
2014; Lombardi, 2014). A lo que se suma el hecho de que los analistas están insertos en
nuevos contextos, pertenecen a instituciones –tanto públicas como privadas- con discursos
problemas del discurso contemporáneo, “tenemos necesidad de los diagnósticos bajo la pena
En este mismo sentido, Rostagnotto (2012) recuerda que Lacan dijo que el discurso
psicoanalista se instaura en las fracturas del discurso del Amo. Por su parte, Laurent (2000)
señala que en lo concerniente a la salud, el orden público esta desplazado por el nuevo
estatuto del amo, pero en la medida que alguna cosa no funcione respecto del establecimiento
Trabajar en el ámbito clínico permite poder captar esta subjetividad, la que, acorde con
la concepción teórica del psicólogo clínico, determinará el campo de acción de éste. Como
analista, dará respuesta a la cuestión de ex-sistir, y contribuirá con el avance del campo
“para todos”, no tiene su lugar en todos lados, pero en todos lados puede recordar que el
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
en la práctica psiquiátrica, donde fue utilizada por maestros de la psiquiatría, tales como
diferentes cuadros nosológicos (de Cordido, Garroni, Portillo, Luongo, González, Guédez, &
Koch, 2007; Bueno, 2010; Castro Tolosa y Minaudo, 2014). Su estructura original consiste en
que no está a cargo de su tratamiento, y un público o asistencia que está invitado a presenciar
dicho encuentro. Cada lugar encarna distintas funciones: el paciente contesta las preguntas
del médico que dirige la entrevista, siempre que lo consienta, y el público permanece en
silencio. Cuando se retira el paciente, el público puede tomar la palabra (Castro Tolosa y
bien conducida, logra que algo del sujeto aparezca (Castro Tolosa y Minaudo, 2014),
la palabra al loco, aunque cabe recordar que en el trabajo de Pinel y de Jaspers también se
construye conocimiento a partir del decir del enfermo, sin embargo era en un contexto
diferente al que significa la presentación de enfermo, donde son varios actores los que
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
intervienen y el enfermo supera la posición pasiva, por lo que se escucha al sujeto que habla
asistencia. La cantidad de participantes en un rol activo que intervienen son los siguientes: el
retirado, como en el dispositivo tradicional, pero en este encuadre, la función del público
queda ubicada por Lacan como un elemento que demuestra el fundamento del psicoanálisis,
ya que el público no es cómplice del que interroga, no está mirando la escena, sino que el
público es una terceridad (Caamaño y Cochia, 2014). Por lo que no solamente limita la
potencia misma del que interroga, sino también se interpone en esa relación dual,
a través de este dispositivo, Lacan lo que intenta hacer pasar es el fundamento de la clínica
analítica, cuyo resorte es la transferencia, en tanto aloja el objeto a que circula en el decir
tiempos de las presentaciones de Lacan en el Hospital Saint Anne de París, era la demanda
del profesional a cargo del paciente, y que en la medida en que hay un circuito de demandas
dirigidas al dispositivo de la presentación de enfermos, nos encontramos con una clínica bajo
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Capítulo 2
“Posición Subjetiva”
1. Posición subjetiva
Ésta dimensión de análisis cuenta con diferentes nominaciones que son análogas. A
lo largo de su obra, Lacan realiza sus principales desarrollos en relación a: posición del
sujeto (Lacan, 1953, 1956-1957, 1964, 1957-1958) estructura subjetiva, modalidad del
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
ausencia que provoca miedo, más allá de la posición que cada sujeto asuma. El modo de
posicionarse frente a ella puede variar y eso es lo que determina la modalidad del sujeto
(Rostagnotto, 2012a).
entre neurosis y psicosis radicaba en que “en la primera, el yo, al servicio de la realidad,
somete una parte del ello, mientras que en la psicosis, se deja arrastrar por el ello a
(Freud, 1905; Rostagnotto, 2012a). El síntoma es una de las formaciones del inconsciente, al
igual que el lapsus o los actos fallidos, que camuflan al sujeto, explicación que Freud
desarrolló en su 23ª Conferencia de 1927. Éstas formaciones se rigen por las leyes del
inconsciente, es por ello que el analista tomará de brújula al síntoma (y a las formaciones
cambio, el sujeto enajenado a la castración, no acepta la ausencia que significa ésta, por lo
Otero (2011) explica que en la antesala del horror, la imagen se detiene y allí se puede leer
signos de la represión. Esto fundamenta la operación del fetichismo, donde, lo que intenta
hacer el sujeto perverso, es tratar de obturar la falta del Otro con un objeto, el fetiche
(Rostagnotto, 2012a). Por lo que se puede afirmar que el perverso opera advertido de la
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
reparadora. En estos actos que el perverso realiza se puede observar apatía; es decir, el
sujeto se encuentra desprovisto de afectos, sentimientos, sin embargo, presenta una frialdad
calculada que tiene por objetivo provocar una especie de goce absoluto o satisfacción
psicótico como el hombre libre, que forcluyó la ausencia, la castración, penado a vivir “más
acá de la ley paterna” (Otero, 2011, p.93). Por su parte, Soler (2004) explica que Lacan
entiende a la forclusión como un defecto, la ausencia del significante Nombre del Padre.
Posteriormente, precisa que no hay una limitación en éste significante, sino que lo
importante es la función de anudamiento que éste tiene en relación a los tres registros, pero
que podría ser cualquier otro significante el que supla la función (Soler, 2009). El defecto de
la forclusión no es un fenómeno observable, sino una hipótesis causal, que puede verificarse
por sus efectos. Entre esos efectos, se puede señalar a los del orden imaginario, tanto en el
sujeto psicótico del fantasma, sino que convendría decir que “el fantasma es puesto en
evidencia” (Soler, 2004, p.15). Los indicadores clínicos también se pueden manifestar en
relación al goce, dado que al inverso de la neurosis, el problema en la psicosis es que el ser
del goce aflora, un ejemplo se evidencia en los místicos (Soler, 2004). El goce fálico se
encuentra “fuera-de-cuerpo” (Otero, 2011, p.103), esto llama especialmente la atención por
la relación del significante con el cuerpo, un caso tomado como ejemplo por varios autores
es el de Joyce (Soler, 2004; Otero, 2011). También se puede verificar los efectos de la
forclusión en el lazo que establece con el otro, en caso de los paranoicos, el goce se
identifica en el lugar del Otro, siendo éste amenazador para el sujeto psicótico (Soler, 2004),
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
en caso de los melancólicos, el sujeto psicótico se encuentra en lugar de resto, por lo que lo
Los indicadores clínicos son elementos que se manifiestan en el decir del sujeto, en el
espacio en el que el inconsciente se comunica, a través del lenguaje (Dor, 2000). Por lo que
es preciso atender y localizar aquello que el sujeto dice sobre lo que siente, padece, piensa,
actúa, para poder pesquisar este material que servirá para el proceso diagnóstico. De esta
manera, los indicadores se constituyen como indicios que brindan información sobre la
deseo y objeto a; que como elementos fundantes de la subjetividad pueden dar cuenta de la
posición del sujeto. A la vez que se propone esclarecer cuales son los indicadores clínicos que
Con la categoría conceptual división subjetiva Lacan (1958 - 1959, clase del 20/5/59),
lenguaje la que divide al sujeto de forma primordial. En palabras de Rostagnotto (2012a): “la
La división subjetiva atraviesa a todos seres hablantes afectados por el lenguaje. Es así
que, de acuerdo a cómo se manifieste esa división será el indicador clínico que posibilite
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
posicionarse frente a la castración es lo que varía y eso determina la modalidad del sujeto, es
diagnóstico, y por lo tanto, dar una dirección al tratamiento en tanto que la división subjetiva
otro; es decir que del lado del sujeto perverso no hay división subjetiva sino que queda del
lado de su partenaire. Cuando el sujeto perverso arma el escenario y monta la escena para
realizar sus actos perversos, lo hace para mostrarlo a otro, a alguien que observa. El perverso
que podría ser una fantasía, el sujeto perverso se encuentra vacío de afectos, es por ello que
moral, dado que se conoció algo que uno no quería que se conozca, pudiendo quedar en
evidencia sobre aquello íntimo. Así, vergüenza, inhibición, frustración, remordimiento moral
son indicadores clínicos de la división subjetiva en neurosis. También sucede, con aquello
que el neurótico fantasea, cuando es puesto en acto, el sujeto se divide, pero a su vez le
Por su parte, la división subjetiva para el sujeto psicótico tiene un alto costo debido al
rechazo del significante primordial, sufriendo el retorno en lo real (Soler, 1991). Se defiende
36
“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
ante una representación inconciliable, aunque de manera fallida, al igual que en la neurosis
que se, con la diferencia que esta se defiende a través de la represión, dinámica que no utiliza
la psicosis, dado que “el yo rechaza la representación intolerable conjuntamente con su afecto
y se conduce como si la representación no hubiese jamás llegado a él” (Freud, 1894, p. 175;
Munin y Salinas, 2014, p.1). Las manifestaciones ante la angustia provocada por la división
elementales propios de las psicosis, por ejemplo, en caso del paranoico la culpa de tales
el sujeto quien asume esa culpa (Munin y Salinas, 2014). En todos los casos, el retorno de lo
real que fue forcluído se le impone al sujeto en fenómenos (Soler, 1991), entre ellos, también
tiempo y espacio. En todo los casos de psicosis la lógica es la misma: “el sujeto psicótico
105).
2.4 Deseo
37
“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Rostagnotto (2012b) refiere que en el campo del psicoanálisis el deseo es tanto una
hipótesis explicativa, como una moción psíquica, una unidad motriz que en términos de
anímico. Al final de La interpretación de los sueños, Freud se refiere al wunsch como eterno,
como inmortal (Freud, 1900 [1899], p.606), este término en cuyo dinámica se ubica el
nacimiento del aparato del alma, se emparenta y se distingue de los términos bergierde –
codicia- y Lust –placer-. Esta elección de Freud por el wunsch, es lo que vincula la
problemática del deseo, con una tradición vastísima que trasciende el campo del
destacándose el carácter perverso polimorfo de sus formas infantiles, siendo esta la norma,
siguiendo una posición originariamente freudiana. El deseo, con sus características: sexual
(Lacan 1966d). Esto ocurre porque el sentido sexual del deseo se satisface en lo que el
inconsciente forma. Las fantasías que lo enlazan, organizan la vida libidinal inconsciente y la
subjetividad, de modo tal que la posición que el sujeto asume respecto su deseo, se conjetura
Lacan destaca que el deseo no es una sustancia, es más bien una falta o el
ser” (Lacan, 1966b, p. 593). De manera tal que, esta frase articula el deseo y la castración, la
falta castrativa es la condición de existencia del deseo. Es la respuesta a esa castración, la que
dará cuenta de la posición subjetiva del sujeto del deseo. No obstante, no es a lo único que
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Otra respuesta ensayada por Lacan se vincula a los postulados filosóficos de Hegel,
que Lacan aprendió en los cursos de Kojeve titulados La dialéctica del Amo y del Esclavo,
quien explicaba que el deseo del hombre es el deseo del otro. Lacan, lo redefine diciendo que
“el deseo del hombre es el deseo del Otro” (Lacan, 1963-1964, p.40). En esta frase lo que se
articula es el deseo con la alteridad, es la parte social del deseo, es preciso que un Otro
reconozca el propio deseo, asumiendo que aquel también tiene un deseo. En otras palabras, el
deseo se constituye en relación dialéctica con los deseos de otros (Barrionuevo y Sánchez,
2013). Este Otro también es necesario como intérprete de aquello que en un primer momento
fue necesidad pero que luego, mutó en demanda, es decir, dejó lo biológico de lado para
poner en movimiento el aparato psíquico a través del lenguaje. Rostagnotto (2012a) dirá: “esa
necesidad se articula a la palabra por vía del significante”, y le irá agregando palabras,
erotizando a nivel del lenguaje. Es de vital importancia la relación que el sujeto establece con
el Otro, conformando así el segundo indicador clínico a partir del cual se podrá inferir la
Sí el deseo por su condición de falta se formula en una pregunta por el deseo del Otro;
es decir que, se pregunta al Otro por su/el propio deseo –nótese aquí la complejidad para
expresar la idea si el deseo es del sujeto o es el deseo del Otro, es la misma complejidad que
experimenta el neurótico-. Así las distintas estrategias para responder a este interrogante
resulta otro de los indicadores clínicos a partir del cual se podrá inferir la posición subjetiva.
sobre el fantasma: $ ◊ a, según la fórmula que Lacan elabora (Lacan, 1960, p. 776), es a este
nivel del fantasma fundamental que el deseo se presenta al modo de un libreto inconsciente,
39
“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
como respuesta a lo que el sujeto cree que el Otro quiere de él (Hernández Valderrama, 2007;
Rostagnotto y Yesuron, 2015a). Se realiza una pregunta por el deseo del Otro y el neurótico
asume ser eso que responde a aquella pregunta, es decir que le da fundamentos de su propio
ser ésta respuesta (Hernández Valderrama, 2007), en palabras de Otero (2011): “el sujeto es
animado por su deseo, a una búsqueda perpetua” (p.35). Lo que el neurótico busca
incansablemente es evitar la angustia ante lo real del deseo del Otro, y lo hace apuntando a un
campo de objetos sustitutivos (Otero, 2011; Lombardi, 2013), esta metonimia es lo que da
2015a).
desarrollos realizados por Lacan a finales de la década del 50, en el estudio de la relación de
especificando que en la tríada imaginaria – niño, madre, falo en el lugar de la falta del objeto
– el niño hará por la madre, la elección fálica, asumiendo como posición electiva la
realización del anhelo de ella por el falo. Es decir, el niño se identificará al falo imaginario
para velar la castración. Por lo que, una de las consecuencias de esta elección que realiza el
deseo, sino que queda anclado y se defiende como “el niño deseado que fue y cuyo deseo no
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
fantasma perverso, más que una pregunta sobre el deseo del Otro, hay respuestas vía actos
(Muñoz, 2015). Una de las particularidades del acto en la perversión es que siempre implica a
un otro, a un partenaire al cual está dirigida la escena (Otero, 2011; Rostagnotto, 2012a;
Rostagnotto y Yesuron, 2014); así mismo necesita un Otro que pronuncie una ley, una
máxima en términos kantianos, para que él opere como agente que la implementa (Otero,
2011). Decir que el perverso actúa lo que el neurótico reprime es una explicación posible de
la frase de Freud “la neurosis es, por decirlo así, el negativo de la perversión” (1905, p.
1190), que intenta nivelar estas entidades clínicas, no tan diferentes entre sí, al menos en
algunos aspectos. Es decir, ambas posiciones tienen respuestas que pueden identificarse como
defensa ante el deseo (Otero, 2011; Rostagnotto, 2012a), el neurótico mediante las
indicador clínico del deseo en el perverso se manifiesta como voluntad de goce, impone una
impropia a él. Este tipo de deseo no es una falta en ser dialectizable sino una voluntad, una
sola, fija, heterónoma, ajena a el sujeto, es del Otro (Otero, 2011; Rostagnotto, 2012a;
Rostagnotto y Yesuron, 2015a). Por lo que, el perverso toma una posición de objeto frente a
la voluntad (Otero, 2011; Rostagnotto, 2012a; Rostagnotto y Yesuron, 2014a; Muñoz, 2015).
Más complejo es hablar de deseo en la psicosis, dado que hay pocos trabajos en
relación a ésta temática, aunque Freud no dudó al hablar de deseo en ella, utilizando la
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
expresión “fantasía de deseo” en el célebre caso del Dr. Schreber (Freud, 1911, p. 1489). Por
enseñanza de Lacan, plantea “al deseo como condición absoluta y como aquello que origina
continuidad con los desarrollos lacanianos que presentan al deseo en la neurosis, psicosis y
perversión, la autora considera que el deseo en las psicosis es rechazado, con la forclusión
iniciativa de amarlo y/o perjudicarlo. De esta manera la relación del psicótico con su
sujeto tiene conocimiento de su inconsciente (De Battista, 2015), es decir, el sujeto psicótico
siente un “retorno de lo real” (Soler, 1991, p.16). Esto marca una diferencia con las
donde media lo simbólico (Soler, 1991). Las manifestaciones del deseo psicótico son
hipocondríaca, que son una invariante en toda psicosis. Otra manifestación del deseo
psicótico es en su forma impura: puede ser en estado congelado (Lacan, 1974-75; Soler,
2009; Varas Castro, 2014; De Battista, 2015) denominadas realizaciones delirantes del
deseo, como en el caso Schreber; o mortificante, lo cual se aproxima a los pasajes al acto.
2.5 Objeto a
Es importante remitirse a los aportes realizados por Freud (Rabinovich, s/f.), en “Proyecto de
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
psicología para neurólogos” (1895), explica que el individuo tuvo diversas vivencias:
aquellas que fueron placenteras quedaron ancladas como huellas mnémicas que luego
posibilitaron alucinaciones que generan nuevas vivencias placenteras; mientras que aquellas
que el sujeto en un primer momento vivenció como insatisfactorias, las desalojó, dando lugar
insatisfacción, quedó fuera del individuo, es causa de angustia. Esa exterioridad es lo que
Lacan presenta como das Ding, precursor del concepto de objeto a, es descripto como
aquello que contornea la nada, el vacío primario, eso que se sustrae, que queda en el campo
del Otro. Siguiendo a Imbriano (2010), el lugar del Otro, en el psicoanálisis, es fundamental,
determinante para el sujeto, porque el Otro es el lugar de las palabras, al que se dirigen las
preguntas esenciales.
Por lo que, el objeto a, además de ser causa de deseo del sujeto, es un indicador del
deseo del Otro. Ahora bien, el deseo del Otro se presenta enigmático para el sujeto, la
pregunta Che vuoi? O el ¿Qué me quieres? refiere a la presencia de un deseo que le concierne
al sujeto y que lo ubica como objeto de este deseo, y es por ello que surge la angustia, como
afecto que no engaña, sobre la presencia de este objeto (Lacan, 1962-63). De esta manera,
uno de los indicadores clínicos de la posición subjetiva que permite reconocer la cercanía del
particular.
En la neurosis, Imbriano (2010) señala que el objeto a tiene una triple función: como
causa de deseo, como soporte del fantasma y en tanto lugar del goce. En relación a la primera
función, el objeto que recubre la nada está a nivel de lo imaginario, relacionado con la
imagen, vinculado a cierta complementariedad narcisista del sujeto con el objeto. El sujeto
neurótico ha perdido el objeto y tiende a suponer que lo hallará en el campo del Otro, y es por
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
eso que va a demandarlo (Muñoz, 2008a). La respuesta del neurótico al deseo angustiante del
masoquista para responder a la pregunta qué objeto soy en el deseo del Otro (Freud, 1919).
Finalmente, respecto del lugar de goce, en la neurosis este corresponde al goce fálico, lo cual
ocurre como resultado del funcionamiento del Nombre-del-Padre, el cual sustituye el goce
En caso de la psicosis, el sujeto no acepta la pérdida del objeto, por lo que Lacan
utilizará el aforismo que dice que el psicótico “lleva el objeto a en el bolsillo” (Muñoz,
2008a, p. 95). En este aforismo, el francés intenta explicar que el sujeto psicótico se
encuentra libre de la demanda, no necesita pasar por el Otro para alcanzar el objeto.
Entonces, el sujeto queda en el lugar de ser el objeto de goce del Otro -objeto amado,
perseguido, injuriado- y en el lugar del Otro falta la inscripción del significante Nombre-del-
Padre, ese significante que representa la ley en el lugar del tesoro de los significantes, y es
de los significantes de la cadena que se drenan hacia lo real y que retornarán como
fenómenos elementales del lenguaje (Rostagnotto, 2016). Imbriano (2010) señala que el
comienzo de la psicosis queda definido con precisión en el momento en que el Otro toma la
iniciativa; es decir, cuando una pregunta se plantea sin que el sujeto la haya formulado. No es
necesaria la formulación literal de una pregunta, ya que el momento puede surgir como
consecuencia de la alusión que evoca algún significante que viene del Otro, encarnado en
algún semejante. El sujeto psicótico, que no posee los significantes con los cuales responder,
relación del sujeto con el Otro que causa la máxima perplejidad, momento en el que pueden
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
surgir los fenómenos elementales que posibilitan la salida del estado de perplejidad
(Rostagnotto, 2016).
Respecto del objeto a, las psicosis muestran la función del objeto en tanto lugar del
goce –además de las funciones de causa de deseo y soporte del fantasma ya señaladas en la
localizarse en la función fálica puesto que le falta un cuerpo simbólico, ordenado por el
significante. Por lo que, el psicótico queda en el lugar de ser el objeto del goce del Otro, es el
Otro que goza de él. Está colocado en posición de a, de resto del goce del Otro, que le dirige
perverso es causa de falta en el otro; esto quiere decir que a través de los actos provoca la
angustia en el otro, en el partenaire. La respuesta del perverso a la pregunta por el deseo del
Otro es hacerse él mismo un instrumento de goce del Otro (Rostagnotto, 2012; Muñoz,
campo del otro, su partenaire, particularmente el objeto voz y el objeto mirada. Cabe
recordar, que el sujeto perverso también es alcanzado por la castración, por lo que el objeto –
como en la neurosis- está perdido, y en su respuesta intenta restituir el objeto en el campo del
Otro, y así reconstituir la alienación acontecida (Otero, 2011). En síntesis, el sujeto perverso
se identifica como objeto instrumento de goce del Otro y responde frente a la angustia con
Capítulo 3
45
“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
“Padecimiento Subjetivo”
(Freud, 1896); o entre el yo y la sede pulsional del ello, entre el yo y el mundo exterior, o el
yo con el Super yo (Freud, 1923). Esta concepción dinámica, tópica y económica del aparato
psíquico, se vincula al estudio etiológico de los síntomas, los que se presentan como el
resultado de un conflicto.
sufre o padece, continuando ésta línea de pensamiento Mantegazza (en Lombardi, 2009)
considera que es el paciente quien tiene derecho a definir qué padece. De esta manera se
convoca al sujeto en su saber; es decir, el sujeto sabe más de lo que cree, aunque tal vez no
sepa que lo sabe, manifiesta Lombardi (2009). Es por ello que el padecimiento subjetivo se
presenta como distinto del padecimiento objetivable, medible, cuantificable; distinto también
Las formas que toma o en las que se presenta el sufrimiento humano, es decir el
a cada contexto particular que presta sus camuflajes. En relación a esto, Lombardi (2009)
expone que en las etiquetas y en las identificaciones, las personas encuentran algo que los
representa, y allí se puede escuchar los enunciados, y las formas en que algunas personas se
camuflajes son las presentaciones del tipo “soy adicto”, “soy anoréxica”, “soy interno de
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
instancia privada” –como se analiza en el caso de estudio-, las personas buscan inscribirse
tomados de la obra de Sigmund Freud, y complementados por los aportes del psicoanálisis
3.2 Inhibición
realizar una acción determinada, sino que se presenta como una restricción en una función del
funciones del yo en las diversas afecciones neuróticas. Dentro de las manifestaciones que el
vienés eligió para su investigación se encuentra la nutrición. Puede suceder que en el ello
ocurra un acontecimiento que sea vivido como una situación peligrosa para el yo, que lleve a
desarrollar una señal -de angustia- que inicie una inhibición. Por ejemplo, en el caso de la
empobrecimiento de energía: frente a las exigencias del ello, se erotiza la función y a los
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
fines de eludir el conflicto, el yo evita ejercer la función afectada. Según explica esta autora,
del movimiento. Ese movimiento que existe en toda función, aunque no fuera locomotriz, se
aclara que esta detención de movimiento ocurre en el registro imaginario, por lo que la
inhibición se puede entender como un recurso imaginario que evita la confrontación con la
castración a través del congelamiento en una imagen. En este mismo sentido, Lombardi
cuenta de ello, por ejemplo en el análisis que realizan de la obra literaria de Shakespeare
“Hamlet” (Rostagnotto y Yesuron, 2015b), donde lo que se preguntan los autores es acerca
del motivo por el cual Hamlet se inhibe. El espectro de su padre pide a Hamlet que vengue su
muerte con la muerte de Claudio, pero Hamlet se inhibe, en la medida en que “este hombre
que debe matar, realizó sus propios deseos inconscientes infantiles reprimidos. Claudio, no es
mejor que él; por lo cual el horror que debería moverlo a la venganza, se muda en
manera, los autores explican la operación que realiza la represión para producir la inhibición.
Algunos estudios darían cuenta que esta afectación también se encuentra en la clínica
irreversible y traumático con el agujero abierto en lo simbólico por la forclusión del Nombre
del Padre, puede vía la inhibición contrarrestar el desenfreno del goce intrusivo, no regulado
por la vía de la significación fálica” (p.468). Por lo que, la inhibición detendría, limitaría, y
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
podría ser tomada también como una barrera ante el efecto producido por la forclusión, una
la inhibición y puede implicar una restricción a una función del yo en términos freudianos, o
una manera de contrarrestar el desenfreno del goce intrusivo en la perspectiva presentada por
Moretto (2015).
3.3 Síntoma
Un elemento por excelencia que es tomado como indicador clínico del padecimiento
subjetivo es el síntoma, indicador que tiene una atención diferencial en los desarrollos del
también lacaniana, con nuevos aportes de sus seguidores. La noción de síntoma elegida para
la presente investigación, corresponde a uno de los conceptos elaborados por Freud en 1926
del texto “Inhibición, síntoma y angustia”. Freud desarrolla en este texto, la formación de
a la castración. Dice al respecto: “Los síntomas son creados para evitar la situación de peligro
angustia” (Freud, 1926, p.137). De esta manera, revela que los síntomas tendrían por función
elección de esta definición se debe a que tal enunciación brinda la posibilidad de aplicación a
Otra forma en la que Freud (1926) nominó al síntoma fue como un tipo de formación
sustitutiva, al igual que los chistes, sueños, actos fallidos -formaciones de compromiso-,
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
con los tres registros -imaginario, simbólico y real-, Lacan propuso dos vertientes del
desciframiento, es decir, se encuentra dirigido a otro. Y, por otro lado, una vertiente real,
donde el síntoma no llama al sentido, no se dirige a nadie y opera una fijación de goce
como una manera singular en la que cada cual goza del inconsciente dicen López y Mazzuca
(2014) siguiendo las enseñanzas lacanianas. La relevancia de estos desarrollos concierne por
Con la noción de síntoma como indicador clínico, Lacan avanza sobre el campo de las
estructura” (Aguirre, 2010, p.23), es decir que, plantea la diferencia entre la psicosis y la
neurosis por la estructura del lenguaje y no por la descripción del fenómeno. Aguirre (2010)
revela que en el mismo texto, Lacan presenta al fenómeno elemental como la estructura, dado
que la presencia de trastornos del lenguaje es una condición necesaria para el diagnóstico de
psicosis.
Frydman, Salinas y Lombardi (en Lombardi, 2009) como una expresión de un saber
algo ajeno y a la vez muy propio del sujeto, se instala en el cuerpo como un objeto extraño,
pero luego será el mismo sujeto quien sostenga al síntoma (Freud, 1925). Mazzuca y
Lutereau (2014) contribuyen al decir que “al síntoma no se lo tiene, se lo encarna” (p. 11), ya
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
que no puede separarse el síntoma del decir del sujeto. Esta cuestión del saber, en la psicosis
es diferente, dado que el sujeto sabe que eso quiere decir algo, pero es el sujeto psicótico el
que tiene ese saber. Por lo que busca al analista como testigo o secretario. En la perversión
también hay un saber, pero el sujeto perverso goza del secreto que posee, es un saber hacer
eliminar, sino que se lo utiliza como vehículo para recorrer el inconsciente y demostrar en
actos la relación que éste mantiene con el deseo (Lombardi, 2014a). Es entonces en el
síntoma donde puede encontrarse una dimensión de satisfacción, defensa, saber, deseo,
elementos que plasman la subjetividad. A decir de Quinet (2016) “Pues ahí donde hay
asuma, aporta Lombardi (2014): “una vez ubicado, el síntoma indica el punto desde donde se
fantasma que da el soporte imaginario, por lo que el síntoma se encuentra en todas las
3.4 Angustia
La angustia es un afecto que tiene sede en el yo, surge en esta instancia psíquica y
sólo puede ser sentida por ella, es donde se reproduce automáticamente como reacción a una
situación peligrosa. Frente a situaciones de peligro, el yo intenta eludirlas, para ello ejecuta
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Como todo estado afectivo, se encuentra en la vida anímica como rastros de sucesos
traumáticos, que son revividos como símbolos mnémicos, sin embargo, esto no significa que
A lo largo del desarrollo vital, es decir, en todas las edades, es esperable cierta cuota
de angustia. Durante los primeros años de vida, hay angustia ante el desamparo, la situación
señal de angustia. En la fase fálica aparece angustia ante la separación, el peligro es aquí, ser
separado de los genitales, a la castración. Con la presentación del superyó, hay nuevos
del superyó, o al castigo que el mismo puede imponerle o a la pérdida de su amor. Las
neurosis infantiles son episodios regulares en el desarrollo, al igual que verificamos vestigios
de ellas en los neuróticos adultos, sin embargo, con el tiempo van cediendo, esto quiere decir
que hay condiciones de angustia que se hallan destinadas a desaparecer, pero hay otras, como
el miedo al super yo, que acompañan al hombre a lo largo de toda su vida (Freud, 1925).
“Inhibición, síntoma y angustia” (1925), el autor vienés reformula esta concepción: considera
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
que es el peligro de la castración lo que causa la angustia y es ésta a su vez la que convoca a
la represión.
reacción-señal ante la pérdida de un objeto, siguiendo este camino, Lacan (1962-63) aporta
que este afecto no es por la falta, sino por la desaparición de esa falta. Safouan (2003) dice al
respecto, que lo que engendra la angustia no es la nostalgia del seno materno, sino su
inminencia, es decir que la angustia viene a indicar la presencia de algo excesivo, que obtura
la posibilidad de un deseo.
posición del sujeto, abre opciones: a huir, quedarse quieto, afrontar. Este cambio de posición
mayoría de las fobias, la angustia es una respuesta al peligro que vive el yo de ser castrado.
Este terror a la castración, considerado como peligro interno, se dirige a un objeto externo
con una expresión disfrazada, característica del sustituto. Esto presenta dos ventajas: evita un
angustia es condicional, dado que no aparece sino ante la percepción del objeto. De esta
forma el sujeto puede asegurarse un modo de escape, ante un peligro externo, puede fugarse,
en cambio, ante un peligro interior, no hay fuga posible. Puede realizarse una analogía con la
situación en la neurosis obsesiva, donde el peligro interno es ante las amenazas del super yo,
actos, prevenciones y preceptos que les son impuestos, excepto cuando algo le impide
realizar tales actos, lo que lleva a que se manifieste esta angustia como malestar. En otro tipo
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
de neurosis, como la histeria, la pérdida de amor del objeto funciona como condición de
fuerte que el que se satisface en sus puestas en escena (Lombardi, 2015a). El perverso actúa,
entonces la angustia aparece del lado del partenaire y no del sujeto perverso (Otero, 2011;
Rostagnotto y Yesuron, 2015a), pero cuando esta puesta en escena no alcanza a satisfacerlo,
Resulta interesante el señalamiento sobre la angustia que muestra Quinet (2016), que
señala que desde los comienzos del psicoanálisis, en el Manuscrito “B” donde Freud
(1887-1902 [1950]) señala a la hipocondría como la angustia referida al cuerpo; e indica que
esta afección, en este momento de la obra freudiana, aparece ligada tanto a la parafrenia
Zanassi (2015) concluyen que la hipocondría es una elaboración que intenta dar solución a la
obsesión.
Por su parte, Soler (2011) refiere que la angustia presenta características de “una
amenaza oscura, sufrida, cuya naturaleza el sujeto no sabría decir, pero de la que no puede
dudar que le concierne” (p.25). Es decir que, el sujeto desconoce qué, pero sabe que lo
implica íntimamente. La certeza psicótica tiene la misma característica, la fijeza en eso que lo
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
brindada por la forclusión del significante Nombre del Padre. Ante el horror del vacío, en la
solucionar una coyuntura imposible de tolerar para el sujeto” (Muñoz, 2008b, p.193). Esta
conducta como en la subjetividad del sujeto, una urgencia que sobreviene, se impone y
4. METODOLOGÍA
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
4.2.Muestra
desde el psicoanálisis lacaniano. Un estudio sobre sujetos que cometieron una agresión
sexual.” SeCyT 2014-2015. Se trata de un interno varón, condenado por un delito contra la
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
1 de octubre de 2010, del que se dispone como resultado de la base de datos científica
laborales, y los aspectos relativos a los acontecimientos que llevaron a esa persona a la
profundidad” debido a la dinámica de la misma. La esta entrevista fue llevada a cabo por el
función del público. Una vez concluida ésta actividad, se realizaron reuniones plenarias de
57
“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Dos aspectos merecen una consideración especial. Uno de ellos señala que con este
las discusiones y debates que se dieron en el equipo de investigación. Mientras que el otro
presentación de enfermos, por lo que se utiliza este recurso técnico para extraer algunas
enseñanzas posibles sobre estudio del proceso diagnóstico de los sujetos que han cometido
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
5. ANÁLISIS DE DATOS
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Análisis de datos
El Caso
delitos sexuales, uso de armas o amenazas de muerte en los delitos sexuales, progresión en
la frecuencia y gravedad de los delitos sexuales y tipología múltiple en los mismos. Ahora
bien, se puede decir que la conducta sexual delictiva es disruptiva y presenta varias
terciarios y empleo público en las fuerzas de seguridad del Estado-; familiar y social, sin
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
El análisis de este caso, desde las categorías de estudio propuestas, nos brinda otros
elementos a considerar en el estudio del proceso diagnóstico de los sujetos que han
cometido una agresión sexual desde la perspectiva del psicoanálisis lacaniano y que se
desarrollará a continuación.
Es el hijo menor de una familia nuclear compuesta por padre, madre, y una
hermana. Durante su niñez relata haber sido muy feliz, con una buena relación con sus
padres, destacando que, por la actividad laboral de su padre, compartió menos tiempo con
él; a diferencia del tiempo compartido con su madre, con quien tuvo un vínculo más
estrecho. Durante la adolescencia conoce a una mujer, con quien se casa, luego de enterarse
que ella estaba embarazada, divorciándose a los pocos meses. Años después, conoce a una
mujer con quien mantiene una relación de pareja y tiene otros hijos.
aproximadamente los 20 años de edad, su vida transcurrió de manera normal, con una
infancia feliz, ubicándose dentro del 80% de esas personas que se han criado en una familia
normal. Su familia se mudó en varias oportunidades por la actividad laboral del padre, sin
mayores dificultades. Respecto de su trayectoria escolar, dice no haber tenido problemas -ni
escuela y camino a su casa -en el transporte escolar-, reconoce el auto de su padre y decide
bajarse para ir al encuentro con él. Al acercarse al auto, encontró a su papá junto a una
mujer, me acuerdo de ese beso que se dieron; esa escena tuvo como efecto para él: no sabía
ni dónde estaba parado, ni qué lo que pasaba. En un segundo momento su padre, se detiene
en la juguetería y sin mediar palabras, le regala ese autito que él tanto anhelaba, y dice: es
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
como que tácitamente, yo hubiese comprendido el trato que me ofrecía. Los autitos a
cambio de silencio.
Desarrolló sus estudios terciarios, relacionados con la expectativa materna, los que
económico. No obstante, puede rastrearse en su historia, que ese oficio -actividad laboral- se
relaciona, no sólo con los ideales paternos, sino también con algo específico, particular y
que denomina su vocación; un anhelo que viene desde pequeño y que se liga a la
importancia de la representación social de dicho oficio, en tanto que todas las personas
En los comienzos de su trabajo todo era color de rosa, recibía elogios por su buen
desempeño, no obstante, era el oficialito, apodo que indica una valoración ambigua sobre lo
donde ubica un compañero de tareas, con prácticas ilícitas e ilegales y quien le dice: yo te
voy a enseñar entre lo bueno y lo malo, pero si no hacemos así, yo no puedo seguir con vos,
ninguna. Era muy nuevito. En esta misma línea relata que luego de los momentos difíciles
del trabajo, junto a sus compañeros, se encontraban en un lugar clandestino con el propósito
de distenderse, despejar la mente, aliviarse; momentos en los que todo estaba permitido,
había para todos los gustos, alcohol, drogas, juego, mujeres, travestis, etc.; y dice: Bueno,
despejarse la mente, en nombre de… de… de… aliviarse… que se yo. O para descansar.
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
“sujeto-entrevistado”1, la que aparece como sin problemas, normal, feliz, donde se podría
hasta ubicar una intención de mostrarse como un hombre común, con trabajo, familia; es
decir que, hasta el momento de su detención, se encontraba incluido en el lazo social. Uno
de los puntos más relevantes – por la discusión que implicó al interior del trabajo del equipo
de investigación- se suscitó en cuanto a las dificultades para ubicar los indicadores que
pudieran dar cuenta de la división subjetiva, o de alguna crisis o coyuntura que lo haya
llevado a poner en duda alguna idea, a formularse una pregunta o conmover el fantasma -
como ese guión de fantasía que ordena la realidad como un referente rígido-. Por ello es
que, para este “sujeto-entrevistado” -que se supone en este ejercicio práctico-, se propone
que la identificación ideal oficialito fue la que le permitió mantenerse estable durante mucho
tiempo pero que, a partir del encuentro con ese otro compañero de tareas, quien encarna la
figura de Otro gozador -padre real o padre gozador- la precaria suplencia de la forclusión
1 La idea de designar como “sujeto-entrevistado” a esta parte del material del que disponemos en este caso
estudiado, se ha tomado del trabajo que Antonio Quinet (2016) ha realizado sobre “O alienista” de Macahdo
de Assis (pp. 140-154). Allí Quinet designa como “sujeto-personaje” al protagonista de la novela, Simao
Bacamarte, y propone una hipótesis sobre la función -de suplencia de la forclusión del Nombre-del-Padre- que
el postulado cienVfico tuvo para ese “sujeto-personaje” que termina desmoronándose. “Cuando estaba en el
polo de la razón, la “ciencia” le permiVa el lazo social y él ejercía su conocimiento paranoico” (p. 145).
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
como respuesta defensiva hay distintas acciones, sin mediación de otros significantes, sin
dialectización. Según él mismo las ha descripto, estas acciones no eran premeditadas, sino
que las plantea en el plano de la inmediatez, de cierta espontaneidad, que a la vez implican
Podría pensarse que en estas acciones hay un intento de solucionar una coyuntura imposible
de soportar para el “sujeto-entrevistado”, quizás, porque no posee los significantes con los
cuales responder a la iniciativa del Otro, resolviendo entonces mediante pasaje al acto.
alguien que ha cometido una acción impensada, donde la aparición de la angustia, en el caso
de la psicosis puede provocar en el sujeto un pasaje al acto, entendiendo al mismo como una
el sujeto” (p.193). Esta caída de la escena no convoca al Otro, es un ¡No! Proferido bajo la
Uno de estos momentos remite a una escena donde relata un inconveniente con su
madre, quien se niega a acompañarlo a la vista de su hijo -tal como lo establecía el régimen
queriendo llevarla igual, así agrede a su madre y hermana, y pelea con su cuñado -quien
sale en defensa de las mujeres y quien termina denunciándolo por este hecho-. Esto afecta
A este momento, le siguen distintas acciones que fue realizando, entre ellas, haber
transitado en un auto sin patente, y dice: ¿por qué? porque era policía. Tenía mi credencial,
pasaba por todas partes. Explica que en su carrera laboral también fue tomando cada vez
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
mayores riesgos, por ejemplo, frente a un procedimiento dice: siempre entraba yo primero.
El punto culmine de esta serie de acciones fueron los últimos 11 meses antes de su
detención, momento en el que comete la serie de hechos delictivos de agresión sexual por
los que se encuentra cumpliendo condena 2 -de los cuales dice yo tengo tres casos de acceso
carnal-.
mismo realiza, dice: Estaba distanciado de mi madre, con todos los líos, ¡ah!... la denuncia
(…) Y entonces quedó en la nada. Quedaba en la nada. Pero siempre con líos. Líos de acá,
congelamiento del sentido y la infatuación del yo que puede llegar hasta la megalomanía. El
Nombre-del-padre suplido por el significante ideal oficialito es el que retuvo a este “sujeto-
entrevistado” en un modo de lazo social, aunque fuera de discurso. Ahora bien, tal como lo
Otro no tiene ley, y por eso es él quien intenta introducir la ley en el Otro,
la Ley: no la acepta cuando viene del Otro, puesto que es él mismo quien la
2 Abuso sexual sin acceso carnal calificado por el uso de arma, abuso sexual con acceso carnal con uso de arma
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
Se puede conjeturar entonces que es con las acciones delictivas que este “sujeto-
entrevistado” se ataca a sí mismo en el Otro. Tal como el acto homicida de Aimée, donde el
ataque homicida se revela como autopunitivo y cuya sanción legal tuvo efectos terapéuticos;
en el caso, las agresiones sexuales se proponen como intentos de escapar al yugo del Otro
perseguidor, humillándolas, intentos de barrar ese Otro goce, y salir así de la posición de
objeto. Frente a otro gozador que lo ubica como objeto, incluyéndolo en prácticas (de goce)
desreguladas, tiene como efecto que él mismo se posicione como la ley, de manera
megalómana. Aunque se observa que dicha respuesta no logra pacificar, sino por el contrario
Digamos que yo no buscaba, o sea, es como que una cosa fue llevando a la
otra, pero que yo no buscaba, o sea, como que yo hubiese buscado, quizás la
humillación. O, porque, qué pasaba, por ejemplo, por ahí le decía a un…,
piropos cordobeses, básico. Pero por ahí no era piropo, era por ahí como
que pasaba una chica que era, que era linda y estaba bien vestida, o tenía
lindo cuerpo, y capaz que le decía una guasada (…) Para humillarla. Y si me
contestaba, creo que ese era el detonante (...) Es que jamás, es que jamás
era como que, (…) como que no tenía por qué respetarla, como que no le
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
que anda eligiendo, que anda. Es como que a mí me pasaba eso cuando
andaba enojado o mal por cierta situación. Entonces salía mal. (…) no podía
acontecido:
Yo soy uno de esos. ¿Cómo se dice?, esos, enfermos, que se yo. Que dicen
tenés jerarquía tenés más poder y el poder era excitante. La impunidad era
excitante.
De esta manera se propone que es con las agresiones sexuales que el “sujeto-
cual él, como sujeto, es el objeto. Y siguiendo la tesis propuesta por Quinet (2016) donde
ubica al
acto paranoico como tentativa de cura de su posición de objeto del Otro, es el acto
sujeto intenta agujerear al otro que constituye su desgracia, atacando su kakón. (p.
204)
instancia privada, el que está presente desde el comienzo de la entrevista cuando se presenta
como interno condenado por un delito de instancia privada y en el recorte anterior, aparece
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
interesa realizar dos consideraciones más. Por un lado, se trata de un camuflaje o etiqueta
que el contexto jurídico y la tipificación del delito le brindan al sujeto para presentar su
padecimiento subjetivo. Por ello, lejos de desestimarlo este significante es el que nos hizo
suponer allí un sujeto al sufrimiento, y a partir del cual se convoca al sujeto en su saber,
definiendo él mismo su sufrimiento enfermo de instancia privada. Por otro lado, la función
que este significante amo tiene al representar al sujeto, pero como ya lo indicamos en caso
de este “sujeto-entrevistado” no para otro significante, sino como una identificación ideal
que está fijada a un significante amo sin ninguna mediación de otro significante, que detiene
presencia de lo real; a la vez que permite al sujeto representarse ante el Otro así intentar
Se demuestra así la importancia del camuflaje o etiqueta con la que se presentan los
sujetos, tal como se ha desarrollado las personas encuentran allí algo que las representa, que
las identifica, y posibilita ubicar el padecimiento subjetivo. Así, al ubicar los indicadores
clínicos que muestran las respuestas a la pregunta ¿de qué sufre un sujeto?, es posible inferir
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
6. CONSIDERACIONES FINALES
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
sexual. Este objetivo se cumplió dado que se investigaron las manifestaciones de estos
indicadores clínicos que daban cuenta del padecimiento subjetivo en las diferentes
posiciones subjetivas, para que luego, con esas variables delimitadas, realizar un análisis del
cuantificable; distinto también del padecimiento meramente orgánico. Las formas que toma o
modifican no solo de acuerdo a la época, sino también de acuerdo a cada contexto particular
subjetivo, se observa que no hay inhibición de las funciones yoicas sino más bien la
presencia de diferentes acciones -entre las cuales se encuentran las agresiones sexuales-.
Uno de los aspectos más relevantes se encontró en las dificultades para ubicar los
indicadores que pudieran dar cuenta de la división subjetiva, indicador este que llevaría al
idea o fantasía que ordenara la realidad del sujeto. Por ello es que la angustia fue el
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
entrevistado”, la que consiste en pasaje al acto como el intento de solucionar una coyuntura
imposible de tolerar. Allí donde se esperaba encontrar al síntoma como respuesta defensiva
Así se arribó al cumplimiento del segundo objetivo infiriéndose para este “sujeto-
entrevistado” una posición de objeto del Otro y las diferentes acciones como intentos de
resolver esas coyunturas imposibles de tolerar. Las agresiones sexuales en este caso, se
proponen como intentos de escapar del yugo del otro perseguidor, intentos de barrar a ese
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“La Posición Subjetiva como Herramienta Diagnóstica en Psicoanálisis Lacaniano”
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